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7/23/2019 El sentido del socialismo hoy
1/187
7/23/2019 El sentido del socialismo hoy
2/187
s
-
vl
f2
-
N
cl0nes
Director:
Heraldo Mufroz
Comit
de
Redaccion:
R.odrigo
Alvayay,
Enri-
que
d'Etigny,
Cristin
Gazmuri,
Carlos
Huneeus,
Carlos
Bascufln,
Heraldo
Mufloz,
Carlos
Ruiz,
Sol
Serrano.
Opciones
es
la revista acadmica
del Centro
de
Estudios
de
la
Realidad
Contempornea
(CERC),
de
la Academia
de
Humanismo
Cris-
tiano.
El titulo
de
la
publicaci6n
simboliza
va-
rios de los propdsitos del CERC, como, por
ejemplo,
el
deseo
de
representar
adecuadamente
las distintas
disciplinas
presentes
n
el trabajo
del
Centro,
la intenci6n
de
introducir
y
discutir
diversas
opciones
tericas
en el anlisis
de
os
problemas
planteados,
y
el
propdsito
de
recoger
aportes
acadmicos
nacionales
y
extranjeros
tendientes
a
la formulacidn
de
visiones alterna'
tivas
de
la sociedad
chilena.
La Academia
de
Humanismo
Cristiano
(AHC)
es
una corporaci6n
de trabajo
intelectual,
desti-
nada a promover la investigacidn,desarroilo
y
comunicacin
e
as
ciencias
ociaies
humanas'
y
fue creada
en
noviembre
de
1975
por
resolucin
del entonces
Arzobispo
de Santiago,
Cardenai
Raul
Silva
Henriquez.
Actualmente,
Ia AHC est
dirigida
por
un
Direc-
torio
presidido
por
el
Exmo.
Arzobispo
de Santia-
go,
Monsenor
Juan
Francisco
Fresno.
La admi-
nistracidn
de la
Academia
est
constituida
por:
Vrcepresidente:
Enrique
d'EtignY
Secretario
Ejecutivo:
Duncan
Livingston
Secretario
de
Finanzas:
Reinaldo
Sapag
Coordinadora
Acadmica:
Maria TeresaLladser.
Director
de
Administracion
y
Finanzas:
Carlos
Santa
Maria
7/23/2019 El sentido del socialismo hoy
3/187
Opciones
aparece
regularmenf,e res veces
al ano, aunque
ocasionalmente
e contempla a
publicacidn
de
nmeros
em-
ticos o
monogrficos
especiales. a
revista
aceptamanuscri-
tos
origrnales
para posible publicacidn,
siempre
que
se ajus-
ten a
los
propdsitos
antes mencionados
se enmarquen
en
las
reas
actualmente representadas
n el CERC:ciencia
politica,
estudios
internacionales,historia
y
frlosofia.
Las contribucio-
nes
debern entregar informaci6n e interpretacidn,
pero
sin
entrar en temas demasiadoespecializadose cada disciplina.
Los trabajos, mecanografiados
doble espacio, eberncenir-
se a
Ia
estructura
y
estilo
que
se observaen
los
articulos de la
revista.
Toda correspondencia relativa a la revistadeber
dirigirse
a: Revista Opciones,Centro de
Estudios
de la Realida d
Con-
tempornea,
Academia
de
Humanismo
Cristiano,
Catedral
1063,5"
piso,
Fonos: 980864-6989915
antiago. hi le.
Valor de
la
subscripcin anual
(tres
numerosms volurne-
nes especiales);
Chi le: $ 1.500
Amnca Latina; 30 dolares
via
area)
EstadosUnidos,
Europa
y
otras
regiones:40 lares
via
area).
Enviar
cheque
ruzado nombrede a
Academia
e Humanis-
mo
Cristiano a
la direccinde
ia revista.
Valor
de
cada
ejenrplar:
Chi le:
$
400
Amrica
Latina:10 dolares
via
area)
BstadosUnidos,
Europa
y
otras
regiones: 2
dlares
via
area)
Este
nunrero ha
sido editado en colaboracion con el
Cen-
tro de Estudios
Econonricos
y
Sociales VECTOR.
Agradecenros el apoyo de la Fundacion F. EBERT.
7/23/2019 El sentido del socialismo hoy
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11
22
32
46
59
61
72
93
95
OPCIONES
Septiembre-
iciembre
985
Editor:
Rodrigo
Aluayay
SOCIALTSMOY DEMOCRACIA
Rer ru toCr is t i
l)enrocracia,
[)luralisnro
y
Socialisnro.
Benjantirt
Arclitt
El Sentido
del Socialisnro
Hoy.
(l)iscurso,
polit ica
y
sujeto).
Luis Razeto
Denrocratizacin
Econontica
y
L)entocrati zacin
P
7/23/2019 El sentido del socialismo hoy
5/187
L07
119
CarLos
Ornirwnti
Crisis,
Progreso
Tcnico
y
Regulacion.
Reflexiones
acerca
de
la
actualidad de
la
perspectiva
socialista.
Arnold
Rctckrnan
Acerca de la Posibilidad
de una
Transicin
Pacifica a la
Sociedad
Socialista Mundial Mediante la
Tecnologia
Computacional
Capitalista.
Manuel Barrera
Tecnologia
y
Crisis
Nacional.
Arodl's Leppe
Tecnologia
y
Socialisnro.
DEBATE POLITICO
SOBRE EL
SOCIALISMO EN
CHILE
Aluaro Brtones
7'
Edu(rrdo
Ortiz
Lrna Visin de la
Evolucin
del
Pensantiento
Socialista en
Chile.
Man uel Antont o
Garretn
Partido
y
Snciedad en
un Proyecto
Socialista.
136
L48
161
163
L82
7/23/2019 El sentido del socialismo hoy
6/187
ACERCA DE LOS
COI,ABORADORES
EN
ESTE
NUMERO
Renato
Cristi
Doctor en
Filosofia, Universidad de Toronto.
Profesor del De-
partamento
de Filosofia,
Wilfrid Laurier University, Canad.
Autor de
nrunerososestudios sobre
ilosofia
politica.
Benjamin Arditi
Investigador
Visitante, Instituto
de Invest igaciones Sociales,
UNAM, Profesor
Invitado, FLACSO-Mxico.
Luis
Razeto
Licenciado en
Filosofia, Universidad Catolica
de Valparaiso.
Magister en Sociologia,
Universidad
Latinoamericana de Cien-
cias Sociales,
EI,AS, Santiago
-
Chile.
Ignacio
Sotelo
Ctedrtico en Sociologia,
Universidad
Libre de Berlin. Espe-
cialista en
Desarrollo
Politico
en
Latinoamrica. Ex Miembm
de
la
Junta
Directiva del Partido Socialista Obrero-Espafla
(PSOE).
Enzo Faletto
Sociologo. Investigador de FLACSO - Santiago y Consultor de
la Comisin
Econdmica
para
Amrica Lat ina
(CEPAL).
Coau-
tor de
Dependencia
I'
DesarroLLo
en
Amrica Latina
11967).
Jos
Aric
Ensayista, escritor
argentino. Ex Director Coleccidn
Pasado
y
Presente de
la Editorial Siglo XXI. Especialista en
temas de la
Tercera Internacional Comunista
v
en el
Marxismo en Amrica
Latina.
Julio Silva Solar
Abogado. Investigador
de la Academia de Humanismo Cristia-
no.
Miembro
del Directorio del Circulo
de Estudios Internacio-
nales Academia
de Humanismo Cristiano.
Carlos
Ominami
Economrsta. Investigador
del Centre d'Etudes et de Recher-
ches
sur l 'Entrepr ise
Mult inatronale
(Paris-Franciat.
Autor
y
co-autor
de varias obras sobre
problemas
economicos
interna-
cionales,
entre las
que
se cuenta
National isat ions et
Inlerno-
t ionaltsat iort . Stratgtes
des
rnult tnat ionales
frartaises
dans
1a c r r se 1983 t
Arnold Rockman
Socilogo.
Profesor del
Depto. de Sociologia de
la
Universidad de
York, Atkinson College,
Toronto, Canad. Coordinador del
Pro-
grama
de Estudios de
la Comunicacin, en
la misma
Universi-
dad. Autor de trabajos sobre sociologia
de
las
comunicaciones de
masas,
sociologia
del arte
y
los
efectos sociales
de
la informtica.
Manuel
Barrera
(Sociologo)
Director e investigador del Centro
de Estudios Sociales
(CES).
Ha sido
profesor
e
investigador de
las
Universidades
de Chile,
Catlica de Chile, Profesor Visitante de la Universidad de Ox-
ford,
experto
de
la
O.I.T.; Consultor
de varias organi zaciones
de
las Naciones Unidas.
Actualmente es
integrante
de comits
di -
rectivos de organizaciones
de
solidaridad.
7/23/2019 El sentido del socialismo hoy
7/187
Arodys
Leppe
Ingeniero
Quimico.
Master en
Ciencias
Aplicadas, Universidad
de Montreal.
Investigador
y
Director
de Tekhne,
Centro de Ex-
perimentacidn
en
Tecnoiogias
Apropiadas.
Ex
investigador
bcole
Polytechnique, Unive"rsidad
de
Montreal.
Alvaro Briones
Economista.
Profesor
Universidad
de Chrle. Unrversrdad
Na -
cional Autnoma
de Mxico,
Universidad
Dei Zuira
rVenezue-
Iat
1'
Unrversidad
Autonoma
de Honduras. . {utor de dtvet 'sos
art iculos
1'
hbros entre
los
que
destaca
Ett tr torr tro Pol i l t tct
del FascisrnoDepertdiente.Editor ia l Sigio XXI. . \1xrco197l i .
Eduardo
Ortiz
Abogado. Doctor en
Ciencias Politrcas
(Liverpooll.
Ex Director
VECTOR.
Presidente Asociacin Chilena de Ciencias
Politrcas.
Manuel
Antonio Garreton
Socidlogo. Estudios de doctorado en
Sociologia, Universidad de
Paris.
Prolsor
e
rnvest igador
de FLAUSO-Santrago.
Autor de drver '-
sos estudtos
sobre sociolosra
polr trca.
incluvendo El
Pnrts, ,
Pol
t t icr t Crlerro 1983
.
7/23/2019 El sentido del socialismo hoy
8/187
PRESENTACION
Muchos
-r
diler.sos
factores
expLican
el
hecho de
que
actualmente
el
soc'ialisnto
se
encuentre
sometido
a un
proceso
de renouacin
profun'
cJo.
Desde
sus
ortgenes
este
pensamiento
politico
se
hn identificado
con un
reconocirniento
del caracter
euolutiuo
de
la historia
7'
tambin
con su
propia uoluntad
de
participacin
en
la
transforma'cin
de
La
sociedad.
Por lo tanto
a
nadie
puede
extranar,
nos a los
propios so-
ciaListas,
el
que
los
procesos
de
cambio
afecten
a su
organizacin
I
a
su
pensamiento.
En
Los rabalos
que
presentanns
a continuacin
se han prtuilegiado
algunas
dimensiones
de
esta
renouacin
socialista'
En
primer Lugar
hemos
puesto el
reconocimiento
7'
la reualorizacin
de la
democracia
formal.
Aqu[
no
puede tratar
de
disimularse
la
importancia
de
este
cambio,
puesto
que
los socinlistas
hicieron
durante
mucho tiempo
un
distutgo
entre
democracia
real
3'
democracin
formal,
identificando
a
La
primera
con
la
realizacin
del socialismo
1'
a
la segunda
con
La
or '
ma
(o
aparienci
d.e
a dominacin
capitalista'
Este
cambio
trascendental
no
puede
sin
embargo
interpretarse
co-
tno un
retroceso
ltacia
posiciones liberales.
Lo
que hn
ocurrido,
ntul'
por
el contrario,
es
que
de
manera
paralela,
J'aco,so
nterconectada,
Las
reuoluciones
denominadas
"socialistas
reaLes" se
han estancado
en
formas
dictatoriaLes
de
gobierno, mientras
que
las lLamadas
demo'
cracias occidentales han euolucionado, en gran mcdida bajo La pre-
sion
de las
luchas
obreras,
hacia
formas
de
gobierno
en
que
el
respeto
de las
libertades,
el
pluralismo, las
relaciones contractuales
1'
el
prin'
cipio
de
representdcin,
dan
garantias
de
un
proceso
de
perfecciona'
mlento constante.
Junto
a ello
se
ha
perfeccionado tambin,
1'
no casuaLmente'
La teo-
ria de la democracia
contempordnea.
Ho1' se distingue
con bastante
claridad
entre
la democracia
como
mero
acuerdo
de
gobierno
1'
a de'
nocracia
como
forma
participatiua de las
relaciones sociales.
Tam-
bin
se
ha
auanzado
en el
esclarecimiento
de
las diferencias
entre
plu-
rolismo
J'
una concepcin
demasiado
rtgido de
la igualdad
sociaL.
En
estas
direcciones
se
puede ir
perfilando una
posicin
socialista
frente
o la
democracia
que, reconociendo
el card.cter
basico
de
la democracia
fornal, se propone como tarea
no slo
profundizarLa sino
que
trasla'
rlarLa del
terreno
meramente
gubernamental
a
las
relaciones sociaLes
ntismas, aL
desarrollo
de
los
indiuiduos
(o
de
los
grupos)
1'al
estimu-
Lo de
la
porticipacin
politica
en
todos
Los niueles.
El segundo
tetna
que
se aborda
es
la influencia
del
marxismo
en
Amrica
Latrna
junto
al
complejo
fenmeno
del
populismo.
Pocos
son
Ios
trubajos
en
qLIe
se
ha analizado
recienternente
L
impacto reaL.
rnas
alld.
del
ideolgico
(o
de los
deseos),
que
tuuo
el
pensamiento de
Marx entre
nosotros.
En
nuestros
patses
con un
desarrollo
capitalista
parcial
o
muJ'desiguaL,
en
que
el
atraso
(o
Los
rasgos tradicionales)
coexisten
con
lo moderno.
Patses en
que,
aclemi's,
a
presencia
del
in-
digena,
de
los campesinos,
T'tambin
de
uastos sectores
medios, liga'
dos
a complejas
redes de
seruicios,
dificultan
en extremo
La
concep-
tuaLizacin
en trminos
de
clases
sociales
en
perLonente
polarizacin.
Sugerente resulta, en cambio, el examen histrico del fenmeno po'
pulista. Allt encontramos
una
formn
de Gobierno,
una ideologia
liga-
da a
la
nocin de
"pueblo",
una concepcin
de La
dentidad
nacional,
1'
tarnbin
un estiLo
de
mouimiento
social,
que
conforman
una
reali-
7/23/2019 El sentido del socialismo hoy
9/187
dad original
propia
del
continente.
En este sentido,
si
se
tornan ert
cuentan
las
reuoluciors
1'
cambios
profundos
de este siglo, adquieren
particular
releuancia
la
Reuolucin
Mexicana
1'
el
PRI,
el
populismo
Peruano
1'
el
APRA,
1'todos
los mouimientos reformndores de
la
dca-
da
de los 40
l'50.
Tambin
los ideales socinlistas
7'su
realizacin
se
ligan
a esos
periodos
de
grandes
cambios
reuoLucionarios.
Las
innouaciones tecnoLgicas
ocupan el tercer
lugar en la distribu-
cin
tem.dtica
de
este
nmcro.
Desde antes
que
Marx,
1'a
Saint'Simon
hab[a otorgado
importancin
fundamcntal
a la industria. Segun l se
creaban allt
nueuas
relaciones sociales, un esp acio socinl t otalmente
indito en que produccin y asociacin concertada se hacian posibles,
y
con eLlo se construir{a
utw nueucr sociedad
basada
en el
trabajo
7'
la
ciencia.
Desde
sus
ortgenes el socialismo
ha
otorgado
un lugar determinan-
te a
la
produccin y
a la tecnologla.
Muchas ueces,
como se
les repro-
cha
por
ahi, dejdndose
lleuar
quizd.s por
utut credibilidad demasiado
entusiasta
en
las reuoluciones tecnolgicas.
Pero
siempre, en todn ca-
so,
crel'endo
que
en
la
produccin,
1'
la
participacin
creatiua de los
trabajadores en ella, se
encuentra el
futuro
de una sociedad
libre
de
injusticias.
Este temn se aborda en este
nmero
buscando
reflejar las
diuersas
posiciones
que
se asuLen
desde el campo socialista. Se
reconoce
alli
que
este
debate
es
necesario
(e
imprescindible),
pero que
ha estado
ausente durante estos ltimos doce aftos, precisamcnte porque se ha
tratado de
marginar a los trabajadores, tcnicos
y
cientift.cos. Una
es-
trecha
y
erclul'ente concepcin dc
la
propiedad priuada
tiene su
res-
ponsabilidad
en
este
lam.entable atraso.
Finalmente, se aborda la discusin sobre los socialistas en la situa-
cin chilena
actual. Este tema se desarrolla en
relacin
a un
recuento
histrrt 'o en
que
se bttsca
a ideridad
1'
autonomla
que
han
caracteri-
zado a este
pensamiento.
Al mismo tiempo se hace un
and.lisis
de La
situacin
politica
actual
y
se indica una
perspectiua
hacia
el
futuro.
Cabe senalar aqui
que
en esta
ultima
seccin se
ha
tratado de
mnn-
tener
la discusin
en un
niuel
que
ua mns
alld de
los
alineamientos
partidistas
o
fraccionales
que
estan ocurriendo. Se ha intentado en-
contrar
los
elementos
ideolgicos nr.ds
permanentes que
hacen del so-
cialismo
una
parte
del
patrimonio
cultural de todos los
chilenos.
Al
finaltzar
esta
presentacin, queremos
agradecer mu1'
especial-
mente la colaboracin del Centro de Estudios Econmicos
I'
Sociales
VECTOR,
1'
tambin
agradecer la ayuda a la
Fundacin
F. Ebert.
RODRIGO ALVAYAY
Editor
7/23/2019 El sentido del socialismo hoy
10/187
SOCIALISMO
Y DEMOCRACIA
7/23/2019 El sentido del socialismo hoy
11/187
DEMOCRACIA, PLURALISMO Y SOCIALISMO
Renato Cristi
En
el
pensamiento politico
contemporneo se tiende
progre-
sivamente a aproximar
las nociones
de democracia
y
pluralis-
mo. Esta confluencia
podria
explicarse
por
la difusidn, a
par-
tir
de la
Segunda Guerra
Mundial, del modelo
politico
nortea-
mericano
que
se
ha
definido
precisamente
como una democra-
cia
pluralista.
Tambin Ia
percepcin,
en
todo
caso
ms imagi-
naria
que
real
(1),
del
totalitarismo ha
permitido
un curso
aun
ms
plausible
a
tal confluencia. Sin embargo, a
pesar
de
su
relativa capacidad descriptiva, ella contiene dificultades de
orden
normativo
que
traban su articulacidn tedrica. Cada uno
de
los trminos del
complejo
'democracia
pluralista'
es en si
mismo una estructura conceptual abierta
y
de
gran
compleji-
dad
interna. Por
ellos
se
entrecruzan
una multitud de
elemen-
tos,
no
todos ellos
plenamente
compatibles. Es
interesante no-
tar
que
el
llamado
de alerta con
respecto
a estas difrcultades
de articulacidn
se dio en
Norteamrica
y
que
ahora est sien-
do atendido
por quienes
originalmente
intentaron
su aproxi-
macion. Asi, el pluralismo democrtico norteamericano se es-
t
planteando
una revisidn
que
va ms
all de un
mero refi-
namiento descriptivo,
y que
remata,
en el ultimo trabajo de
Dahl, con
la introduccidn de
consideraciones
normativas
(2).
El camino
inverso lo recorren
ciertos autores
quienes,
desde el
socialismo,
intentan recuperar los valores
pluralistas y
elabo-
rar
teorfas
democrticas
que
los
incorporen
(3).
En
este
trabajo describo sumariamente
Ia
evolucin de
Ia
escuela
pluralista
norteamericana, desde su
posicidn
original
hasta lo
que
ahora se acepta caracterizar como
'neopluralis-
mo'. Luego, examino el trabajo
reciente
de
Ernesto Laclau
y
Chantal
Mouffe. Estos
riltimos, me
parece,
buscan repensar el
elemento democrtico
que
siempre ha estado adscrito al
idea-
rio socialista, pero cuya prctica se ha hecho, en general, pro-
blemtica. Es
precisamente
como
garantia
de
que
la
prctica
socialista sea
verdaderamente democrtica
que
Laclau
y
Mou-
ffe
intentan la
articulacidn con
los valores
pluralistas.
Lo
que
denominan'una
polit ica
democrtica
radical'
consiste
precisa-
mente en esa conf luencia.
Ese estudio,
tanto del
pluralismo
norteamericano como del
proyecto
democrtico
radical de Laclau
y
Moffe,
viene
precedi-
do
por
una breve
incursidn en
las
teorias clsicas de Rousseau
(1)
Sobre
lo infactible
que resulta
Ia imaginacion totali taria, of. Michael
Walzer,
"On
Failed Totalitarianism",
en 1981 Ret'isited, ed.
por
Irving
Howe
(New
York: Harper
& Row,
1983). 103-121.
(.21
A Preface
to Economic
Democrocl lBerkeley: Unrversity of California
P ress .1965 ) .
(3)
Mihailo
Markovic, Democrotic Socialism: Theorl and Pracllce
(New
York:
St.
Martin's
Press, 1982); Ernesto
Laclau & Chantal Mouffe,
Heqemonl
and
Socialist Strateqy.
Touards a Radical
Democratic PoLitics
(Londres:
Verso,
1985); Frank Cunningham,
Democratic Theory and
Socialism,
por
aparecer.
1 l
7/23/2019 El sentido del socialismo hoy
12/187
y
Tocqueville.
Intento
con ello
a
la vez
mostrar el
sentido ori-
ginal
de
las nociones
de democracia
y pluralismo,
y
las difrcul-
[ades
que
hacen
problemtica su
articulacidn
conceptual.
Las
condiciones
que
estos
autores
frjan
para
su
conjugacin
se
re-
lacionan
con
las
que
expuse
en
un
trabajo anterior
y
cuyo
punto de
partida se
definia
anlogamente
por.la
confluencia
problemtica de
las
nociones
de democracia
politica
y
demo-
cracia
social
(4).
I
En Rousseau
lo democrtico
se
determina
por
la idea de una
voluntad
general. La
constitucidn
de
tal
voluntad se expresa
como
una
identidad de
dirigentes
y
dirigidos,
y
a
su vez esta
identidad
civica
exige
la
exclusidn
de
cualquier
fracciona-
miento
de
voluntades
al
interior
de la sociedad
civil.
Rousseau
explicitamente
rechaza
la formacidn
de
voluntades
particu-
lares, establecidas
como
asociaciones
intermedias,
que pudie-
sen
fracturar
y
enervar
la voluntad colectiva
(5).
El
predomi-
nio
que
alcanza
en
Rousseau el elemento
formal de
identidad
determina
su
opcidn
por
una
democracia
social.
El
foco
de su
atencidn
no se dirige
tanto
hacia el
Estado como
posible
inva-
sor
del
mbito
propio
de
la libertad del
individuo.
Ms bien se
dirige hacia la sociedad misma, en cuya radical heterogenei-
dad
Rousseau
percibe
el obstculo
capitai
para
cualquier
ta-
rea democratizadora.,En
ningrin caso
puede
aceptar
Rousseau
un
pluralismo
social.
El
fraccionamiento
social obedece
en el
fondo a distintas
formas de acceso
al
rgimen de
propiedad.
Rousseau
piensa
en trminos
de clases
sociales
definidas
pre-
cisamente
por
esa
relaci6n.
Muy claramente
se
rechaza tam-
bin
en su
pensamiento
la
correspondiente
extensidn
politica
de tal
pluralismo. En la ausencia
de una
mediacidn soberana,
las distintas
agrupaciones
o asociaciones
acudirian
a
la lucha
faccional
para
determinar
el sentido
de
Ia voluntad colectiva.
Con
Maquiavelo
piensa
que
el espiritu
de
facci6n, de secta,
de
grupo
particular,
es
un
peligro para la integridad del cuerpo
social
que
debe ser
drsticamente erradicado
(6).
EI punto de partida de la argumentacin de Tocqueville tie-
ne
un
signo
diferente: es
el
valor de
la libertad
y
no
el de
la
igualdad el
que
aparece
como
determinante.
El
componente
primordial de
la
democracia
es
la
igualdad,
y
en
la institucio-
nalidad
que
en
ella se
funda,
Tocqueville
percibe
una amena-
za
permanente
a
la libertad. Esta amenaza
surge de
la nocin
de soberania
popular.
"La
verdadera esencia
de un
gobierno
democrtico
consiste
en
Ia
soberania
absoluta
de
la mayoria;
nada hay en
los
estados
democrticos
que
sea
capaz de oponr-
sele"
(7).
Ahora bien, si
Ia l6gica de
Ia igualdad
habia deter-
minado el
rechazo
por parte
de Rousseau
de
las
asociaciones
intermedias,
en
Tocqueville es
la l6gica de
la libertad lo
que
(
4) Of.
mi
trabajo
"Democracia
Politica
versus
Democracia
Social".Opclo
p.es, umeroEspecial 1984i,13-31.
(
5)
Rousseau,
ontrato
Social
11,3.
(
6)
Ibid, II,
3.
i 7) Tocqueville,
DenocracT n America,
vol. I
(New
York: Schocken,
961)
298.
I 2
7/23/2019 El sentido del socialismo hoy
13/187
torna
imperativa
su
reintroduccin.
Solo
el
pluralismo
social,
impreso
"
...t claro
sello
conservador
visible en
"el
amor
al
pequeo destacamento"
de
Burke
y
en el
ethos
corporativo
qu
propicia
Hegel,
puede oponerse
al
despotismo
de
las ma-
yoris
y
contener
asi
la
marejada
democrtica.
Es
importante
reco.toce.,
sin
embargo,
que
es
posiblemente este
matiz
con-
servador
en
su
liberalismo
el
que
tambin
determina
su
per-
cepci6n
del
contenido
social
involucrado
en
la democracia
nor-
hmericana.
Se
trata
de
una
concepcin
alternativa
de
la de-
mocracia
que
se
define
ahora
por la igualdad
de
condiciones
(8). Es la homogeneidad del pueblo norteamericano, es su si-
tuircron
democrtico-social
o
que
ha
hecho
plausible
un
plu-
ralismo
no
faccionalista'
El
pluralismo,
de
funestas
conse-
cuencias
en
Europa
por
su
tendencia
faccionalista,
en
Norte-
amrica
no
las
ha tenido
porque
emerge
en
un
contexto
social
de
gran homogeneidad.
EI
pluralismo
no es aquf,
como
en
Francia,
por
ejemplo,
"un
arma
que
se
carga
rpidamente.y
de
inmediato
e
usa
en
forma
polmica
(9),
ni tampoco
se
lo
ve simplemente
como
"un
medio
para
atacar
al
gobierno"
(10)'
Y en
manifiesto
acuerdo
con
Ios temores
que
Rosseau
expresa-
ra con
respecto
al
faccionalismo
Tocqueville,
seflala
cmo
en
Europa
"los miembros
de estas
asociaciones
responden
a
con-
signas
como
simples
soldados;
profesan la doctrina
de
la obe-
dncia pasiva. En asociacidn, inmediatamente renuncian
al
ejercicio
de
su
propio
entendimiento
y propia voluntad'
.El
cntrol
tirnico
ejercido
por
estas
sociedades
es
mucho
ms
in-
soportable
que
la
autoridad
que
el
gobierno impone sobre
la
sociedad"(
1
.
La encontrada
logica
de estos
autores
indicaba,
a
primera
vista,
que ni la democracia
podia
concebirse
como
pluralista,
ni el
pluralismo
como
democrtico.
En
un contexto
democr-
tico-scial,
sin
embargo
(es
decir,
en
la
igualdad
de condicio-
nes
que impone
el
republicanismo
agrario
ante-bellum
en
Es-
tados
Unidbs),
los
recelos
de
Rousseau
frente
al
pluralismo
tendrian
que
disiparse.
En
tal contexto
no
cabe
un
faccionalis-
mo
politico
exacerbado.
Igualmente,
la
desconflranza
de
Toc-
qtlerril" frente
a
la democracia
tiende
a disiparse
c'rando
de
hecho comprueba Ia homogeneidad social en que se funda la
democracia
norteamericana.
Los autores
que
examinar
a
continuacidn
recorren,
tomando
como
punto
de
partida Ia ten-
dencia
a
la disolucin
del contraste
inicial entre
Rosseau
y
Tocqueville,
caminos
anlogamente
convergentes.
I I
La
obra
primera
de
Robert
Dahl
y
Charles
Lindblom
est
determinad
por Ia visi6n
que
Tocqueville
tiene
de
la
sociedad
t 8t
En su
introduccin
al
volumen
IIde
Denutcracf
n Anter i ca, J.S.
Mi l l re-
conoce
esta
nueva
perspectiva
que
se
abre en
el
pensamiento
de Tocque-
vi l le:
"Por
democracia
Tocquevi l le
no
quiere
signif icar,
en
general ,
un a
particular fbrma de gobierno.. Por democracia entiende una igualdad de
condiciones".
Tocquevi l le,
Democracl
in
Anter ico.,
ol I I . xvi '
(
9 r I b i d .
222 .
r 1 0 t
I b i d . 1 2 4 .
( 1 1 )
I b i d .
2 2 5 .
1 3
7/23/2019 El sentido del socialismo hoy
14/187
norteamericana. La
situacin social
que
se
proponen
investi-
gar
se
les
aparece
como
relativamente
homognea.
Esto
per-
mite
que
lo
politico
como tal se
manifieste pluralmente y
en
forma
descentralizada en el nivel municipal.
Esto
se constitu-
ye por
una
multiplicidad
de
agrupaciones
abiertas,
plurales
y
en
ningrin
caso
faccionalizadas.
En
(rltimo
trmino,
tal
estruc-
tura
no
aparece determinada
por
la
divisidn
clasista
que
aca-
para
la
atenci6n de Rousseau.
En
investigaciones
empiricas,
como las
que
Dahl
realiza
en
Who Gouerns?
(1961),
se examina
concretamente a
estructu-
ra de poder en el condado de New Haven, que se muestra co-
mo una
comunidad
1o
suficientemente
variada
para que
pue-
dan expresarse en
su
interior
una
pluralidad
de
grupos
de
in-
ters.
New
Haven demuestra
como
las
democracias
modernas
han
limitado la
soberania
de la mayoria,
en una direcci6n
plu-
ralista, sin
por
ello
perder
su carcter democrtico.
Estas,
con-
cluye
Dahl, tienden,
en
primer
lugar,
a dejar una
gran
canti-
dad de
politicas
en
manos
de
entidades sociales, independien-
tes de
la
competencia
juridica
de un
gobierno
central.
Se tien-
den
a
respetar
asi acuerdos
que
se originan
y
consolidan
al in-
terior de la
sociedad civil. En segundo lugar, muchas
de estas
politicas quedan
en manos
de
instituciones privadas
o semi-
privadas.
Iglesias,
empresas comerciales
y
productivas,
sindi-
catos, municipios y otras asociaciones ntermedias participan
efectiva e
independientemente
en
materias
de
inters pblico.
En tercer
lugar,
en
situaciones de conflicto
entre
particulares
y
la autoridad
central,
hay
amplia oportunidad
para
negociar
arreglos
que
satisfagan a
las
partes.
Finalmente,
y
esto
pare-
ceria ser
propio
del
pluralismo
norteamericano,
el sistema en-
tero se
rige
por
un axioma fundamental:
"En
lugar
de un cen-
tro irnico de
poder
sohrano debe
haber
multiples
centros de
poder,
ninguno
de
los
cuales es o
puede
ser
plenamente
sobe-
rano. Aunque
el
nico
soberano
legitimo
sea el
pueblo,
en
la
perspectiva
del
pluralismo
norteamericano
aun el
pueblo
no
debe
nunca
ser
un sobrano absoluto;
por
lo
tanto, ningun
sec-
tor del
pueblo,
como
la mayoria,
debe
ser absolutamente
sobe-
rano"
(12) .
El riltimo punto, principalmente,
significa
que
la
conver-
gencia
que
Dahl
percibe
entre
pluralismo y
democracia
presu-
pone
la
eliminaci6n
de
la nocidn rousseauviana
de soberania
popular.
Tiende
asi hacia una
postura
que
favorece lo
demo-
crtico
politico, por
oposicidn a lo democrtico
social. Aunque
se
reconoce la
existencia de
condicionantes
sociales
para
los
diferentes drdenes
politicos, y
se recomienda
a
los
cientistas
polit icos
centrar su
atencidn en los
primeros
(13),
lo
social se
reduce en definitiva
a
la
constituci6n
y
operatividad formal de
los
diversos
grupos.
La
poliarquia
de Dahl
comprende una
multitud
de centros de decision
que
compiten
por
el control
politico.
Ninguno de
ellos
puede
lograr
un
control
hegem6nico
de
la
poblacidn
en su decurso historico.
Por ei
contrario, Dahl
r12t
Ilahl.
I)luraltst
)entotratt
n t l te
L.-rttted
5/ores
Chrcago:
and
McNall l
196;
.
2 .1
rlSt
Dahl, A Prelte
o l)erruttratuT'l tt,on
Chrcago:
niversrtv
f Chrcago
P r e s s , 1 9 7 3 t , 8 1 - 8 3 .
I 4
7/23/2019 El sentido del socialismo hoy
15/187
percibe
una
incesante competencia
entre estos
grupos,
estabi-
lizndose s6lo
por
coaliciones
transitorias en
vista de asegurar
mayorias electorales
intrinsecamente
efimeras.
Sobre
esta base se
funda la teoria democrtica
pluralista
que
se opone
tanto al
elitismo
(Mosca,
Pareto,
Michels) como
al anlisis
de
clase
propio
del
marxismo clsico.
En oposicion
al elitismo,
el
pluralismo democrtico,
arin aceptando
que
grupos
de
inters
puedan
adquirir
una estructura
elitista,
no
los ve como
primordialmente conspirativos
y
hegemnicos.
Igualmente se
rechaza
la visin clsica
del
marxismo
que
de-
fne como
generalizado, pennanente y progresivo el conflicto
de clases
al
interior de
Ia
sociedad
civil.
En este
respecto
el
pluralismo
democrtico
entronca
con
Bentley
para quien
"una
lase
proletaria,
tal como
es concebida
por
Marx
y
Engels,
simplemente
no existe"
(14).
A
partir
de
los
aios
70 el
pensamiento de
Dahl
y
Lindblom
ha experimentado
una evolucidn
que
los
acerca
progresiva-
mente
a
los temas democrtico-sociales,
enunciados
por
Rousseau.
De
hecho
han aceptado el uso del trmino
"neo-plu-
ralismo"
para
nombrar
y
describir
su
nueva
posici6n
(15).
Tal
posicidn
adquiere
un
perfrl
defrnido
cuando
Dahl
y
Lindblom
se
percatan
de
las serias deficiencias
de
los
sistemas
pluralis-
tas
reales.
Para Dahl estas
deficiencias
son
principalmente
cuatro: 1. Reconoceque el pluralismo "es perfectamente com-
patible
con
extensas
desigualdades"
(16)
y que
tiende
a estabi-
lizar
las
desigualdades
politicas. La
inevitable
independencia
que
adquieren
los
sistemas
representativos
entrega
un
mar-
gen
de
ventaja a
sus
lideres en
forma de
primicias
que
se
tras-
miten
y
se
reproducen.
2.
La democracia
pluralista
genera
de-
formaciones
en
la conciencia
civica.
Ya Rousseau,
admite
Dahl,
habia sostenido
que la libre
expresin
de
los
particularismos
al
interior
de
la
sociedad
civil signifrcaba
un desgaste
para
Ia
voluntad
general.
3. Distorsiones
en
la agenda
pblica
debido
a
la
falta de coordinacidn
en
las decisiones.
La
administraci6n
descentralizada
es
fcil
presa
de egoismos
de
grupo,
o
simple-
mente de
intereses
privilegiados con buena
llegada. 4. Ciertas
funciones priblicas pasan a ser controladas por subsistemas,
con
lo
que
se
pierde
un control
adecuado
por
parte
del
pueblo
en su
generalidad.
Lo
que
estas
deficiencias
manifiestan,
desde el
punto
de
vis-
ta
formal, es
una acentuaci6n
unilateral
del elemento
de
la
representacion,
en tanto
que
se
diluye
el criterio
de
identidad
rousseauniano.
Cuando
este
ultimo criterio
se toma
efectiva-
mente en
cuenta,
y
se excluyen
aquellas
identidades
fundadas
autoritariamente,
es
posible
comprobar
que
la competencia
supuestamente
equilibrada
entre
los diversos
grupos
de
inte-
rs no es tal.
No
puede haber
identidad de
intereses cuando
la
interaccion
entre
la
multiplicidad
de
grupos
es
interferida
por
el
peso
gravitacional
que
ejerce
el
grupo
empresarial.
Dahl
y
t1. l r Arthur Bent le,v,
l 'he
Pnxess ol Grtcerrtrr tert tEvanston:Free Press,193t
'16i .
r15r
C{. John
Xlanlel ' ,
"Neoplurairsml
{ l l35-s-Anal-r 's is
l
Plural ism
I and
P lu la l i sm
I I " . A l t t ' r t c c r t
Po l t t t t o
S t l e r r ce
Re t reu
7
(1983 ) ,
368 -383 '
r l t i r Dahl,
Dt lenntos
ol Plural i .st .
Denuttracl
tNew
Haven:
Yale
Universi ty
Press.
1982t,
.10.
1 5
7/23/2019 El sentido del socialismo hoy
16/187
Lindblom
afirman
ahora
que
"los
empresarios
(u.>^lntessnren)
tienen,
en
la
polit ica
polirquica,
un
papel
cualitativamente
diferente
que
el
de cualquier otro
grupo
de
inters". Y rec ono-
cen
que
"las
interpretaciones
corrientes
que presentan
al sis-
tema
norteamericano
o cualquier otro
sistema
de merc ado co-
mo una
competencia
entre
gmpos
de
inters
yerran grave-
mente al
no
considerar
la
posicidn
de
privi legio
que
tienen
los
empresarios
en la
esf'era
politica" t17t.
Lindlom en Pol i t ics and
Markets
ha estudiado
18t
en deta-
l le las
consecuencias,
no tanto
del
poder
de
los
empresarios.
como de su posicionde priviiegio. El empresario es, en verdad.
un
'funcionario
priblico'con
acceso decisiones
que
afectan
"la
tecnologia
industrial de
la nacion,
el
modeio de organiza cion
laboral, el emplazamiento
geogrfico
de
ias industrias, la es-
tructura
del mercado,
Ia
asignacion
de
recursos
y,
por
supues-
Lo,
la compensacion
de
los ejecutivos
y
su status"
t19t.
Fln las
democracias
pluralistas
esto srgnifica
quc
en extensas reas
de
decision
publica
se opera en
un contexto de control
popular
iimitado.
La
preocupacion
central
de los
gobiernos polirqui-
cos es
mantener una atmtlsf'era
que
incentive
fvorablemente
a
ios
empresarios.
No es
posible
pensar que
la unica motiva-
cion
de st os sean
las
fluctuaciones
de
ia
oferta
1'
a demanda.
Los empresarios
requieren de ciertos
incentivos
politrcos
para
rea\izar sus tareas. Su determinacion corre por cuenta de los
empresarios
mismos
y
consiste
generalmente
en
"aquello
qu e
estimen
necesario
para
realizar
su
tarea
en el sistema
mer-
canti l :
ingreso
y
riqueza, deferencia,
prestigio.
influencia,
po -
der, autoridad" t201.
Por su
parte,
los trabajadores no requieren
de
taies
incentivos
para
trabajar.
Su
posicidn
es del todo dife-
rente de
la
de
los
empresarios.
"En
todo el
mundo los
trabaja-
dores
llevan a cabo sus tareas ordinarias
en lanto
que
no
pue-
den sino
trabajar"
{21t.
La solucidn
neopluralista
para
estos
problemas
consiste en
reformas estructurales
profundas
al sisterna capitalista.
De
hecho, el
neopluralismo
quiebra
ia
conexin
que
antes se daba
naturalmente entre capitalismo
y
democracia
pluralista.
M s
aun,
Dahl ahora
no ve incompatibilidad
entre socialismo
y
de-
mocracia pluralista. "Si el socialismopor delinicion impiica la
propiedad
social de
las
empresas economicas,
y
a
menos
que
por
definicion requiera de
la
centralizacin, es
posible
un a
economia
socialista altamente
descentralizada
y por
lo
tanto
organizativamente
pluralista"
122i.
La
comprobaci6n
de
insuficiencias
en
la
sistematizacton
descriptiva
ha tenido
necesariamente
que
conducir a un
re
examen
normativo. Es
precisamente
esto
1o
que
comenzamos
a
ver
en
la ultima obra de Dahl.
A
Preface
o Economic Demo-
croc)'.
Dahl se
propone
configurar una aiternativa al
modelo
,
17 t l ) i r h l
v
L indb lom , ' o l r t i t s .
e (ono t l t r ( s n t l t r t ' l / r t
( i h r cago
( ' h r L a g o
P I e s s . g i r i ' . x x \ \ r - \ \ \ \ r
18 , I - i ndb lon r .Po l t l i r . s t r t dJ lo r l i e l s ,New York : Bas i c Books .
t l 9 r
i b i d . 1 7 1
L
t) Ib id. 17.1.
t 2 1 r
I b r d .
l t i .
22 t
p251 .
I ) t l t ' r n t , r c r . ;l P lu ra l t . t
l ) t , r t t r r t t t . t 112 .
l 6
Un ive rs i t _ r ' o f
1 9 7 7 t
7/23/2019 El sentido del socialismo hoy
17/187
capitalista
que
en
Norteamrica
desplaza
al
republicanismo
democrtico
agrario
a
partir de
1870.
El desplazamiento
e
ese
modelo
effersoniano
extingue
la
posibilidad
de acceder
a
un
"orden igualitario
auto-regulado"
23)
en el
que
el derecho
de
propiedad
ndividual
quede
subordinado
l derecho
natural
de autogobierno.
La re-fundaci6n
de
ese
modelo clsico
nor-
teamericano,
en
el
que
se conjugan
democracia
pluralismo
supone
un
sistema
productivo
post-capitalista.
Sumariamen-
te,
Dahl
propone
un
sistema
empresarial
de
propiedadcolecti-
va y gobernado democrticamente por sus trabajadores
que
pasarian a
ser considerados
ciudadanosde la empresa" 24).
ales
empresas
operarian
dentro
de un
sistema
de
mercado,
de
modo
que
su
libertad
para la
alocaci6n
e
os recursos
esta-
rfa
limitada
por
los
precios de sus
insumos
y
sus
productos.
Dentro
de cada
empresa,
por
otra
parte,
sus ciudadanos
en-
drian
autoridad
para fijar sus
salarios
y
establecer
l
destino
de
las
ganancias
25).
Dahl concede
ue
estesistema
de empre-
sas
aulorreguladas
no constituiria
un
sistema
gualitario au-
torregulado.
Numerosas
desigualdades
l
interior
y
exterior
de tales
empresas
continuarian
generndose. n todo
caso,
es
dable
pensar
que
las diferencias
salariales
no excederian
l
10
a
1
o
aun
el
20
a
1
existentes
en
las
empresas
norteamerica-
nas en
la
actualidad
(26).
La propuesta de Dahl es todavia bastanteesquemtica.Pe-
ro
lo
que
importa
destacar
es el
trasfondo
normativo
que
sus-
tenta
su
modelo.
Dahl
plantea la
necesidad e esclarecer
la
relacion entre
proceso
emocrtico
derecho
e
propiedad"
27)
y
concluye:
el
derecho
de
propiedad
se subordina
al
derecho
de
autogobierno.
No hay argumentos
vlidos
que
justifiquen
el
derecho
de
apropiaci6n
limitada,
piedra
angular
de
la apro-
piacin
capitalista.
Se
abre
aqui entonces
n espacio
muy cla-
ro
para
que
la
nocin de democracia
olitica
o
puramente
pro-
cesual,
sustentada
por
Dahl
y
Lindblom originalmente,
se ar-
ticule
con
una concepcin
ocial
de
la
democracia.
III
En
la
evolucidn
del
pluralismo
democrtico
en
que
se
hace
evidente
un corrimiento
hacia una
versidn social
de
la
demo-
cracia
(indudablemente
estamos
muy
lejos
de
New Haven)
se
mantiene
muy
fuerte todavia
Ia actitud
preventiva
frente a
cualquier
intento centralizador
por parte
del Estado.
La
ma-
durez
neopluralista
llega en
un
momento
crucial
para quienes
buscan
alternativas
a
lo
que
ha llegadoa ser
a
prctica
socia-
lista en el
mundo contemporneo.
ara
quienesven la centra-
lizaci6n estatal como
el
principal
obstculo
en
la constituci6n
de
una democracia
socialista,
a
evolucidn
neopluralista
re-
presenta
un
punto
de
mucho
inters. Es
precisamente
en este
sentido
que
me
interesa examinar
la riltima
publicaci6n
de
i23r Dahl, A Prelace o Econornic )emocracl
(24)
Ib id ,
92.
(25)
Ib id ,
92.
r26r Ib id , 104-105.
(27)
Ib id ,
62.
1 1
7/23/2019 El sentido del socialismo hoy
18/187
Ernesto
Laclau
y
Chantal
Mouffe,
que
me
parece
ser
precisa-
mente un esfuerzo
por
construir una alternativa
democrtica
pluralista
a
partir
de
premisas
socialistas.
El
punto
de
partida
de la teori"aci6n democrtica
de Laclau
y
Mouffe
es el complejo analitico-historico
que
derivan de
Toc-
queville
y que
este denomina
"la
revoluci6ndemocrtica".
Tal
noci6n
se determina
historicamente
por
la
Revoluci6n
France-
sa,
y
se caraerva
por
la finiquitacidn de una sociedaddesi-
gual y
jeirquica,
cuyo
fundamento de
legitimidad
s
encuen-
tra en un punto absolutamente externo a la sociedadmisma,
en
la teologia.
,o caracteristico
de
la'revolucidn democrtica'
es
la transparencia con
que
se definen, en
su externalidad,
los
campos
antagdnicos.
Una simple
linea demarcatoria divide
las
partes
en con{licto.
En torno a cada
polo
se confrguran ob-
jetivamente
intereses
que
se cierran sobre si
mismos
y
se def,r-
nen como
inmutables e
intransables.Es
la
accine
imagina-
cion
revolucionaria
jacobina
la
que
mejor
conserva
la
ldgica
de esta situacidn.
En
primer lugar,
en ella se aplica en toda su
extensidn
el
principio
de
igualdad
y
homogeneidad ocial
defi-
nido
por
Rousseau.Esta acentuacidn
del
principio
de
identi-
dad
democrtica
milita en contra de un
pluralismo
social
y
en
favor de
la
constituci6n
de
un centro
politico, que
debe
lenar
el
vacfo dejado
por
el
principio
de
legitimidad monrquica.La
'revoluci6n democrtica'retieneasi la idea de soberania,ais-
lando un mbito
para
lo
politicn que
se constituye
indepen-
dientemente
de
lo
social.
La constituci6n
de
esta
prctica
au-
tnoma explica
la
posibilidad
de elevaci6n
decisionista
por
en-
cima
de
la necesidad social
para
determinar el
momento
pre-
ciso
de
inflexi6n
revolucionaria. En segundo
ugar, el
jacobi-
nismo mantiene una actitud
de desconfianza
rente
al
plura-
lismo caracteristico
de la sociedadcivil, en
tanto
que
lo
centri-
fugo de su
movimiento constituye
un
permanente
desafio al
ideal de
igualdad.
En
la interpretaci6n de
Laclau
y
Mouffe el
marxismo
apare-
ce como
heredero de
la
prctica
politica
jacobina.
Pero tam-
bin
reconocen
que
"hoy
en dia
la izquierdaes estigo del acto
final de disolucidn de la imaginacidn acobina" (28).Por una
parte,
el
monopolio del Estado con
respectoa
la
prctica
poli
tica se
diluye
progresivamente,
distribuyndose
esa
prctica
en una
pluralidad
de articulaciones
aut6nomaso semi-aut6-
nomas.
Por
otra
parte,
este
pluralismo politico
tiende a
fun-
dirse
con un
pluralismo
social
que
se
manifiesta
en
una
proli-
feracin de antagonismos
centrifugos
e
insubordinados.
Es
es-
te
pluralismo
social el
que
con
mayor claridad determina
Ia
teoria
democrtica
de
Laclau
y
Mouffe. En este terreno
la ten-
dencia
deconstructiva
de su
pensamiento
presenta
a
lo
social
como
librado
a
si
mismo,
carente
de toda
atadura trascenden-
te.
Lo
social carece
de suturas
y
se sostiene
en una
radical
apertura
sin orientarse
hacia ningrin centro en
particular.
En
este sentido
lo
social se
constituye
como un orden espontneo.
Tal orden aparececiertamente trfnsido de relaciones antag6-
nicas,
pero
estas
no
conllevan
una
tendenciaa
polarizarse,
i-
r28r Laclau & Mouff, Hegenonl art t l Sot:ru. l tst l rn legr ' .
I 'ot tards
a Radita/
De
rtocat ic Polt t t t
s.
2.
1 8
7/23/2019 El sentido del socialismo hoy
19/187
capitalista
que
en
Norteamrica
desplaza
al
republicanismo
democrtico
agrario
a
partir
de
1870.
El desplazamiento de
ese
modelo
jeffersoniano
extingue
la
posibilidad
de acceder
a
un
"orden
igualitario
auto-regulado"
(23)
en
el
que
el derecho
de
propiedad
individual
quede
subordinado
al derecho
natural
de autogobierno.
La
re-fundacidn
de ese
modelo
clsico
nor-
teamericano,
en
el
que
se conjugan
democracia
y pluralismo
supone
un sistema
productivo
post-capitalista.
Sumariamen-
te,
Dahl
propone
un sistema
empresarial
de
propiedad
colecti-
va y gobernado democrticamente por sus trabajadores
que
pasarian
a
ser considerados
"ciudadanos
de
la
empresa"
(24).
Tales empresas
operarian
dentro
de un
sistema de
mercado,
de
modo
que
su
libertad
para la
alocacin
de
los recursos esta-
ria limitada
por los
precios
de
sus
insumos
y
sus
productos'
Dentro de cada
empresa,
por
otra
parte,
sus ciudadanos
ten-
drian autoridad
para fijar
sus
salarios
y
establecer
el
destino
de
las
ganancias
(25).
Dahl concede
que
este sistema de empre-
sas autorreguladas
no
constituiria
un sistema
igualitario au-
torregulado.
Numerosas
desigualdades
al
interior
y
exterior
de
tales empresas
continuarian
generndose.
En todo caso, es
dable
pensar
que
las
diferencias
salariales
no excederian el
10
a
1
o aun
el
2O
a
1 existentes
en
las empresas
norteamerica-
nas en
la actualidad
(26).
La propuesta de Dahl es todavia bastante esquemtica. Pe-
ro
lo
que
importa
destacar es el trasfondo
normativo
que
sus-
tenta su
modelo.
Dahl
plantea la necesidad de
esclarecer
"la
relacion
entre
proceso democrtico
y
derecho de
propiedad"
(27)
y
concluye:
el derecho
de
propiedad
se subordina al derecho
de
autogobierno.
No
hay
argumentos
vlidos
que
justifiquen
el
derecho de apropiaci6n
ilimitada,
piedra
angular de
la apro-
piacidn
capitalista.
Se abre aqui
entonces un espacio
muy cla-
ro
para que
la nocidn de democracia
politica
o
puramente
pro-
cesual,
sustentada
por
Dahl
y
Lindblom
originalmente,
se ar-
ticule con
una concepcidn
social de
la
democracia.
III
En
la
evoluci6n
del
pluralismo
democrtico en
que
se
hace
evidente
un corrimiento
hacia una versin social de
la
demo-
cracia
(indudablemente
estamos
muy lejos
de
New Haven) se
mantiene muy fuerte todavia
la
actitud
preventiva
frente
a
cualquier
intento centralizador
por
parte
del Estado. La
ma-
durez
neopluralista
llega
en
un momento
crucial
para quienes
buscan alternativas a
lo
que
ha llegado
a ser
la
prctica
socia-
lista en el
mundo
contemporneo.
Para
quienes
ven la centra-
lizacin estatal como el
principal
obstculo en
la
constitucidn
de una
democracia socialista,
la
evolucidn
neopluralista re-
presenta
un
punto
de mucho
inters. Es
precisamente
en este
sentido
que
me interesa examinar
la riltima
publicacidn
de
t23t Dahl, A Prelce o Econortttt )emocracl r-0.
(2 ,1)
b id ,92.
r25r
Ib id ,
92.
t26t
Ib id ,
10.1-105.
(271
bid .
62.
L7
7/23/2019 El sentido del socialismo hoy
20/187
no ms
bien
se expresanen una multitud
de
planosy
circuns-
tancias.
A diferencia
de Dahl
y
Lindblom, quienes
no
exploran
el
trasfondo filosdfico
de
su
posicidn,
Laclau
y
Mouffe
explicita-
mente
derivan su
concepci6ndemocrtico-pluralista
de la obra
de
Gramsci.
Dos
aspectos
de
la
posicidn
gramsciana
son desta-
cados
por
Laclau
y
Mouffe.
En
primer
lugar,
la materialidad
de la ideologia.
Para
Gramsci las formaciones
ideoldgicas
es-
tn siempre incorporadas
a
instituciones
y
prcticas
concre-
tas. Un cemento deolgico
unde
una
pluralidad
de elementos
dispersosa lo que denomina bloquehist6rico'.Es la carencia
de una
connotacidnde
clase
o
que
permite que
estoselemen-
tos sociales
sean de
por
si
plenamente
articulables.Es
posible,
por
tanto, formar
una voluntad
colectiva
sin
fisuras.
En Ia in-
terpretacidn de Laclau
y
Mouffe,
para
Gramsci
"los
sujetos
po-
liticos no
son estrictamente hablando
as
clases,sino
que
vo-
iuntades
colectivascomplejas"
29).
Se
distancian
asf de a no-
cin de alianza de
clases del
leninismo.
En segundo ugar,
la
ideologia
que
organiza tales elementos
sueltos, ampoco
iene
una connotacidn
de clase.Su formaci6n
ocupauna
pluralidad
de nociones libres que
deben articularse independientemente.
La
conciencia deoldgica
es
autdnoma.
Se
han
establecido,de
este
modo,
as
condiciones
ara
que
se constituya la nocidn de hegemoniacomoarticulacion" (30).
Al romperse
con
la ldgica
de la necesidad
que
domina
el
pen-
samiento de la
Segunda Internacional,
se
abre un espacio
pa-
ra
el
juego
de la
contingencia.No
existe un orden
pre-estable-
cido o una
secuencia de
etapas
pre-determinadas
a la
que
de-
ba cefrirse un movimiento
histdrico. Es la nocidn
de hegemo-
nia,
que
"emerge precisamente
en un contexto
dominado
por
la
experiencia de fragmentacidn
e
indeterminaci6n
de las
ar-
ticulacionesentre
diferentes uchas
y
posiciones
e sujeto"
311,
lo
que
funda la
posibilidad
del
pluralismo.
El
punto
de
partida
es
ahora el
reconocimiento
de una dispersidn de
elementos
que
esperan ser hegemonizados
or
una
prctica...
ello impli-
ca una
forma
de
presencia
separada de los
elementos
que
tal
prctica articula o recompone"
32).
El pluralismo democrticoque Laclau y Moufie imputan
a
Gramsci, tiene
sin
embargo ciertas
limitaciones.
A
pesar
de
que
su construccin
establece
a identidad
relativa
de los
ele-
mentos
articulables,
persiste
un residuo reduccionista
en tan-
to
que
"debe
haber
siempre
un
principio
singular de unifica-
ci6n en toda
formacidn
hegem6nica,
tal
principio
solo
puede
ser
la
clase
undamental"
(33).
Laclau
y
Mouffe
buscan
adica-
lizar
el
pluralismo
inicial
de Gramsci negando
alavez la
uni-
cidad del
principio
hegem6nico
y
su
connotacidn
necesaria-
mente
clasista. Para
ello desarrollan una re-interpretacin
de
la hegemonia gramsciana.
r 2 9 r b i d ,
6 7
r30t lb rd ,
68
{ 3 1 r
b i d ,1 3
t32r
lb id ,
93
(33r
Ibrd .
ig
1 9
7/23/2019 El sentido del socialismo hoy
21/187
No
intentar
exponer
en esta
oportunidad
la reordenacin
epistemolgica
en
que
se
basa
la
nocidn
que
Laclau
y
Mouffe
desarrollan
de
hegemonia.
Me contentar
srllo con
un examen
de
lo
que
significa
el abandono
que
hacen
de uno de
los
presu-
puestos
gramscianos
-
Ia unicidad
del
principio hegem6nico.
Es
precisamente este
abandono
lo
que
los
induce
a
radicalizar
el
momento
pluralista de
su exposicion.
Me
parece
que
la
radicalizacidn
que introducen Laclau
y
Mouffe
dificulta
la
determinaci6n
de
las superflrcies
o espacios
de
emergencia
y
la forma de articulacin
de
los
anatagonis-
mos sociales.
Esto, por supuesto, es reconocido por estos auto-
res.
Admiten,
por
una
parte, que
ya
no se
puede
identificar a
priori ni
al
Estado
ni a
la sociedad
civil exclusivamente
como
los espacios
en donde
se
dan
los
antagonismos
democrticos.
No
hay
manera de
distinguir
sin
residuos tales esferas.
Am-
bas
pueden
constituirse
como asientos
opresivos
o como
pun-
tos
de
partida de movimientos
democratizadores.
Lo mismo
puede
decirse
de
formas especificas
de organizacidn
social co-
mo son
los
partidos politicos. No hay
manera de decidir a
prio-
ri si estos
son
fuentes de
burocratizacin
o si
permiten
Ia ex-
presin
de
avances
democrticos
genuinos. Por
otra
parte,
lo
politico
como
tal
no aparece
como
un espacio
unico
que pudie-
ra ser
ocupado
por
un
determinado
sujeto social.
Las luchas
democrticas son mriltiples. Van desde las luchas obreras, que
se
inician en el
siglo
XIX,
hasta las
luchas de la
mujer,
de
las
distintas
minorias
raciales
y
sexuales,
y
de
diversos
grupos
marginales.
Ninguno
de estos sujetos
es capaz,
por
si,
de mo-
nopolizar
el
movimiento democrtico.
Esta
proliferacidn de espacios
politicos,
este
pluralismo
poli-
tico
que
aparece
como contrapartida
de un
pluralismo
social
radical
determina
la revisidn
que
Laclau
y
Mouffe
hacen
de
la
nocidn
gramsciana
de centro
hegemdnico singular.
Lo hege-
m6nico,
para
estos autores,
no
puede
localizarse como
nudo
central.
"Hegemonia es,
muy simplemente,
un tipo de
relaci6n
politica,
una
forma, si se desea,
de
politica"
(34).
Lo
politico co-
mo
tal
no
puede
resistir
la centrifugacidad
de
1o
social.
Lo
so-
cial no tiene suturas. Su irreducible pluralidad y dispersin
resta toda
posibilidad
a cualquier
intento
de autonomizar
lo
politico,
"La
pluralidad
como
tal
no es el
fen6meno a explicar;
es
el
punto
de
partida
de cualquier
anlrsis"
(35t.
Dos
me
parecen
ser
las limitaciones
de
la
postura
adoptada
por
Laclau
y
Mouffe.
En
primer
lugar,
niegan
y
a
la vez
afrr-
man
la
distincidn
entre
lo social
y
lo
politico.
Niegan tal dis-
tincin
al
fracturar
lo
politico
en una
infinidad de espacios
y
reducirlo a
la
centrifugacidad
de
Io
social.
Pareceria
que
al
re-
duccionismo
clasista
y
estatista
opusieran
un
reduccionismo
pluralista.
Se acelera
asi al
mximo el
momento
gramsciano
de
la
crisis orgnica
en tanto
que proliferan los momentos
flo-
tantes.
Sin un anclaje
en
la realidad estatal, se
tiende a una
pura negacidn nominalista de
la
misma. Pero estos autores
tambin afirman tal distincidn al reconocer la formacin, todo
r
3.1t bid.
r35
Ib id ,
20
139
1.10
7/23/2019 El sentido del socialismo hoy
22/187
Io inestable
que
se
quiera,de
"un
espacio
politico
(resultado)
de
la institucion
de
puntos
nodales"
36).
Reconocen
si la
for-
macin
del bloque historico
gramsciano.
n
politico
como
al
carece de sustancia. Es
por
ello
que
Laclau
y
Mouffe
pueden
definir
su
nocidn
de
hegemonia
como
pura
relacidn
funcional.
No
puede
aparecer
en
ningrin
sector
de
Ia
topografia
social.
Aunque
esto
pueda
admitirse, hay
que
reconocer
ue
la mis-
ma insubstancialidad
de
lo
politico
asegura
que
su
presencia
sea
perfectamente
distinguible
de
lo
social
como al. De
hecho,
Laclau
y
Moufie usan
el
lenguaje
de
'centro',
poder'
y
'auto-
nomia para referirsea lo polit ico 37).
En
segundo
lugar,
Laclau
y
Mouffe no
toman en cuenta
que
el Estado no
se
constituyesdlo
a
partir
de antagonismosnter-
nos
a
la
sociedad ivil. El
Estado ambin
se constituye
exter-
namente
como
naci6n.
No reconocer
l fen6meno
nacional
(en
verdad, al
pluralismo
nacional)
es oftcer un
flanco vulnerable
a criticas
schmittianas,
que
constituyen
a
manifestacin
ms
viva
y posiblemente
ambin ms
acertadadel realismo
poli-
tico. El
pluralismo
nacional
debiera hacernos recordar que
Hobbes
sigue siendoel
porta-estandarte
de
a frlosofiapolitica
moderna
y que
en tanto no rindamos
cuentas ante
su
pensa-
miento
ser dificil desestimar
al estado
nacional.
Pensarlo
co-
mo
una
asociaci6n
ms,
como
quiere
Laski,
por
ejemplo,como
un poder neutro e intermedio, como una clearing office, corno
un
pluriverso
en
vez
de un universo monistico,me
parecepre-
maturo
(38).
Ahora bien,
es
posibleque
Laclau
y
Mouffe
tengan
a
la vis-
ta
la reciente
integracidn
de
las
naciones
de Europa
occiden-
tal. Es
indudable que
en tal campo
de experiencias a nocidn
de
soberania tiende a disiparse. nstituciones
como el Parla-
mento
europeo,
por
ejemplo,
que
se levanta
sobre a base de
una
intensa
cooperaci6n condmica,
eflalan a mi
parecer
el
camino
de la necesaria ntegraci6n
entre
las
naciones.Para la
argumentaci6n realista
esto tiene
una simple explicacin: a
soberania
nacional
se
ha
escurrido de
la
escena
europea
y
se
concentra
ahora en dos super-naciones
39).
Me
parece,
como
indicaba
ms
arriba,
que
este argumento
defiende con vigor
su emplazamiento en la filosofia politica contempornea40)
Quisiera
por
ahora s6lo indicar lo ineludible
que
aparece a
tarea
de traer
a
la luz,
en
toda
su complejidad, a trama
con-
ceptual de tal argumento,
como
preludio para
su critica
gene-
ral. La
expresidn
post-soberana
e un
pluralismo
nacional
de-
pende
de esta tarea filosdfica.
Wilfrid
Laurier lJniversity
( 36 r
Ib id .
13 r i .
( 37 )
Ib id .
142 .
i38 t
Ci
Carl
Schmit t ,
"staatsethrk
und
plural ist ischer
Staat ' ' ,
Kont
S tud ien 35 (1930 ) ,30 -32 .
t
39) Hans
Morgenthau,
citado
en D. D. Raphael
,
Problents
o/
Polittt,aL
phitct
.sop,1.
Londres:
Macmil lan,
19751,
60 .
(40)
Ct
Marshal l
Cohen,
"Moral
Skept ic ism
and
Internat ional
Relat ions",
Phiktsophl
and Publ ic
Affatrs
13
(1984),
299-3.16.
2 I
7/23/2019 El sentido del socialismo hoy
23/187
EL
SENTIDO DEL
(Discurso,
Politica.
,SOCIALISMO"
HOY.
Sujeto)
Benjamin Arditi
Investigador Visitante, Instituto
de Investigaciones
Sociales,
UNAM.
Profesor Invitado,
FLACSO Mxico.
Julio
1984.
El
Memorandum de
Yaltn,
escrito
hacia finales
de
1964,
es
considerado
como el testamento
politico
de Palmiro Togliatti,
el entonces Secretario General
del Partido
Comunista de
lta-
lia
(PCI).
Alli Togliatti reitera los
principios generalesque
orientan
la
politica
del PCI,
entre
los
cuales se destacanel
pleno
respeto
a
las libertades
civiles
y
a
las
conquistasdemo-
crticas aseguradas
por
las masas trabajadoras
en
los
estados
burgueses, como asimismo su profundizacidn efectiva bajo un
rgimen
socialista;
una
posicidn
critica ante
los
paises
del
lla-
mado'socialismo
real';
el
rechazo
al centralismo
y
a
la
unidad
forzada
en el
movimiento
comunista
internacional,
y
su
re-
estructuracidn
de manera
que
se respete a diversidad de
pers-
pectivas parbidarias
a
su interior.
Este riltimo escrito de Togliatti no constituye un
aconteci-
miento aislado, una
nota
disonanteal
interior
del
pensamien-
to comunista
italiano. Por
el contrario, el
Memorandum
se
inscribe
en el
largo
camino
recorrido
por
el
PCI
para
elaborar
un marxismo
vivo,
capazde
responder
a
las
demandas aspi-
raciones de un
pueblo
heterogneo;
I)
capaz
de
servir
de
guia
para
Ia
accidn en una pocaen
la
cual
la
politica
se
ha
con-
vertido en una actividad de masasy en la que el estado, ejos
de ser un
mero
gendarme
o
'guardin
nocturno'del
capital, se
amplia, se diferencia
internamente
y
necesita
asegurar
un
consenso
que
lo
legitime.
De hecho,
el
PCI
bajo
la direccidnde Togliatti imprime un
carcter
programtico
al
pensamiento
de Gramsci,
recuperan-
do
las
conocidas esis de ste en torno a
las
diferenciasentre
Oriente
(Rusia,
donde
a
sociedad ivil es
dbil
y gelatinosa',
la autoridad carecede amplias bases
de legitimidad
y
el esta-
do se caracteriza
por
un
predominio
de formas
coercitivas)
y,
(
1)
Lucio Lombardo Radice defrende
Ia
continuidad
hist6rica
de
la linea del
PCI.
"Pero ya
entonces, hace cuarenta afros, elaborbamos en los hechos
y
tambin a
nivel
terico un
modelo muy
diferente
de
socialismo
para
los
paises
capitalistas desarrollados de
Europa
Occidental,
que
cuentan
con tradiciones democrticas
y
con una composicin sociai
muy
comple-
ja".
cf. su
Un Socialismo
por
Inuentar
(1979),
Editorial Laia, Barcelona,
1980,
p.
97 .
22
7/23/2019 El sentido del socialismo hoy
24/187
por
otra
parte,
Occidente
(Europa,
cuya sociedad
civil comple-
ja
y
desarrollada,
sembrada
de
instituciones de
hegemonia
que
constituyen
fortificaciones
rodeandoal estado,
ecubren
el
dominio
burgus con
el
manto
de las
formas
consensuales
de
gobierno).
Con
Togliatti,
la nocidn
gramsciana
de
'guerra
de
posicidn'
se
convierte
en el
eje estratgico
del PCI
y
se
plasma
en
politicas
concretas
encaminadas
a
logtar
una
nueva
hege-
monia,
la
de
las
masas rabajadoras;
e sientan
as bases
para
la elaboraci6n
de una
'tercera
via' al socialismo,
ompiendo
y
rebasando
os limites de
la dicotomia
surgida
en
la III Inter-
nacional, que reduce las alternativas socialistasa la estril
oposicin
entre
insurrecci6n
armada
y parlamentarismo, es
decir, entre
revolucidn
y
reforma,
entre
Bolshevismo
social-
democracia,
entre Stalin
y
Bernstein.
La importancia
politica
de
la tesis
acerca de
la tercera
via
para
el
movimiento
comunista
internacional
luego agt
XI
Congreso
del
Partido Comunista
de
la
Uni6n
Sovitica
(PCUS)
es
crucial:
a diferencia
de
la ruptura
del Partido
Comunista
Chino
GCCh)
con
el
PCUS,
que
condujo
al
PCCh a erigirse en
el
nico
legitimo continuador
del
marxismo-leninismo,
y
por
consiguiente
en
nuevo centro
de
la revoluci6n
mundial,
la te-
sis de
la'tercera
via'rompe
con el esquema
entralizador
mis-
mo:
propone
una
fragmentaci6n
y
descentralizacidn
del
movi-
miento,
una
verdadera
microfisica
partidaria,
una
recomposi-
cin del movimiento sobre a base de la 'unidad en la diver-
sidad'.
"tlna reflexin
ms
profunda
sobre
el tema de
la
posi-
bilidad
de una
via
pacifrca
de acceso
l socialismo
nos
lleva a
precisar
qu
es
lo
que
nosotros entendemos
por
democracia
en un
Estado
burgus, c6mo
pueden
am-
pliarse los limites de
la libertad
y
las institucionesde-
mocrticas
y
cuales
son
las formas
ms
eficaces
de
par-
ticipaci6n
de las
masas obreras
y
trabajadoras en
la vi-
da econdmica
politica.
Surge,asi,
la cuesti6nde
la
po-
sibilidad
de la conquista
de
posiciones
e
poder
por par-
te de
las
clases
rabajadoras
en el mbito de
un estado
que
no ha cam