El sentido del socialismo hoy

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  • 7/23/2019 El sentido del socialismo hoy

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    s

    -

    vl

    f2

    -

    N

    cl0nes

    Director:

    Heraldo Mufroz

    Comit

    de

    Redaccion:

    R.odrigo

    Alvayay,

    Enri-

    que

    d'Etigny,

    Cristin

    Gazmuri,

    Carlos

    Huneeus,

    Carlos

    Bascufln,

    Heraldo

    Mufloz,

    Carlos

    Ruiz,

    Sol

    Serrano.

    Opciones

    es

    la revista acadmica

    del Centro

    de

    Estudios

    de

    la

    Realidad

    Contempornea

    (CERC),

    de

    la Academia

    de

    Humanismo

    Cris-

    tiano.

    El titulo

    de

    la

    publicaci6n

    simboliza

    va-

    rios de los propdsitos del CERC, como, por

    ejemplo,

    el

    deseo

    de

    representar

    adecuadamente

    las distintas

    disciplinas

    presentes

    n

    el trabajo

    del

    Centro,

    la intenci6n

    de

    introducir

    y

    discutir

    diversas

    opciones

    tericas

    en el anlisis

    de

    os

    problemas

    planteados,

    y

    el

    propdsito

    de

    recoger

    aportes

    acadmicos

    nacionales

    y

    extranjeros

    tendientes

    a

    la formulacidn

    de

    visiones alterna'

    tivas

    de

    la sociedad

    chilena.

    La Academia

    de

    Humanismo

    Cristiano

    (AHC)

    es

    una corporaci6n

    de trabajo

    intelectual,

    desti-

    nada a promover la investigacidn,desarroilo

    y

    comunicacin

    e

    as

    ciencias

    ociaies

    humanas'

    y

    fue creada

    en

    noviembre

    de

    1975

    por

    resolucin

    del entonces

    Arzobispo

    de Santiago,

    Cardenai

    Raul

    Silva

    Henriquez.

    Actualmente,

    Ia AHC est

    dirigida

    por

    un

    Direc-

    torio

    presidido

    por

    el

    Exmo.

    Arzobispo

    de Santia-

    go,

    Monsenor

    Juan

    Francisco

    Fresno.

    La admi-

    nistracidn

    de la

    Academia

    est

    constituida

    por:

    Vrcepresidente:

    Enrique

    d'EtignY

    Secretario

    Ejecutivo:

    Duncan

    Livingston

    Secretario

    de

    Finanzas:

    Reinaldo

    Sapag

    Coordinadora

    Acadmica:

    Maria TeresaLladser.

    Director

    de

    Administracion

    y

    Finanzas:

    Carlos

    Santa

    Maria

  • 7/23/2019 El sentido del socialismo hoy

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    Opciones

    aparece

    regularmenf,e res veces

    al ano, aunque

    ocasionalmente

    e contempla a

    publicacidn

    de

    nmeros

    em-

    ticos o

    monogrficos

    especiales. a

    revista

    aceptamanuscri-

    tos

    origrnales

    para posible publicacidn,

    siempre

    que

    se ajus-

    ten a

    los

    propdsitos

    antes mencionados

    se enmarquen

    en

    las

    reas

    actualmente representadas

    n el CERC:ciencia

    politica,

    estudios

    internacionales,historia

    y

    frlosofia.

    Las contribucio-

    nes

    debern entregar informaci6n e interpretacidn,

    pero

    sin

    entrar en temas demasiadoespecializadose cada disciplina.

    Los trabajos, mecanografiados

    doble espacio, eberncenir-

    se a

    Ia

    estructura

    y

    estilo

    que

    se observaen

    los

    articulos de la

    revista.

    Toda correspondencia relativa a la revistadeber

    dirigirse

    a: Revista Opciones,Centro de

    Estudios

    de la Realida d

    Con-

    tempornea,

    Academia

    de

    Humanismo

    Cristiano,

    Catedral

    1063,5"

    piso,

    Fonos: 980864-6989915

    antiago. hi le.

    Valor de

    la

    subscripcin anual

    (tres

    numerosms volurne-

    nes especiales);

    Chi le: $ 1.500

    Amnca Latina; 30 dolares

    via

    area)

    EstadosUnidos,

    Europa

    y

    otras

    regiones:40 lares

    via

    area).

    Enviar

    cheque

    ruzado nombrede a

    Academia

    e Humanis-

    mo

    Cristiano a

    la direccinde

    ia revista.

    Valor

    de

    cada

    ejenrplar:

    Chi le:

    $

    400

    Amrica

    Latina:10 dolares

    via

    area)

    BstadosUnidos,

    Europa

    y

    otras

    regiones: 2

    dlares

    via

    area)

    Este

    nunrero ha

    sido editado en colaboracion con el

    Cen-

    tro de Estudios

    Econonricos

    y

    Sociales VECTOR.

    Agradecenros el apoyo de la Fundacion F. EBERT.

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    22

    32

    46

    59

    61

    72

    93

    95

    OPCIONES

    Septiembre-

    iciembre

    985

    Editor:

    Rodrigo

    Aluayay

    SOCIALTSMOY DEMOCRACIA

    Rer ru toCr is t i

    l)enrocracia,

    [)luralisnro

    y

    Socialisnro.

    Benjantirt

    Arclitt

    El Sentido

    del Socialisnro

    Hoy.

    (l)iscurso,

    polit ica

    y

    sujeto).

    Luis Razeto

    Denrocratizacin

    Econontica

    y

    L)entocrati zacin

    P

  • 7/23/2019 El sentido del socialismo hoy

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    L07

    119

    CarLos

    Ornirwnti

    Crisis,

    Progreso

    Tcnico

    y

    Regulacion.

    Reflexiones

    acerca

    de

    la

    actualidad de

    la

    perspectiva

    socialista.

    Arnold

    Rctckrnan

    Acerca de la Posibilidad

    de una

    Transicin

    Pacifica a la

    Sociedad

    Socialista Mundial Mediante la

    Tecnologia

    Computacional

    Capitalista.

    Manuel Barrera

    Tecnologia

    y

    Crisis

    Nacional.

    Arodl's Leppe

    Tecnologia

    y

    Socialisnro.

    DEBATE POLITICO

    SOBRE EL

    SOCIALISMO EN

    CHILE

    Aluaro Brtones

    7'

    Edu(rrdo

    Ortiz

    Lrna Visin de la

    Evolucin

    del

    Pensantiento

    Socialista en

    Chile.

    Man uel Antont o

    Garretn

    Partido

    y

    Snciedad en

    un Proyecto

    Socialista.

    136

    L48

    161

    163

    L82

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    ACERCA DE LOS

    COI,ABORADORES

    EN

    ESTE

    NUMERO

    Renato

    Cristi

    Doctor en

    Filosofia, Universidad de Toronto.

    Profesor del De-

    partamento

    de Filosofia,

    Wilfrid Laurier University, Canad.

    Autor de

    nrunerososestudios sobre

    ilosofia

    politica.

    Benjamin Arditi

    Investigador

    Visitante, Instituto

    de Invest igaciones Sociales,

    UNAM, Profesor

    Invitado, FLACSO-Mxico.

    Luis

    Razeto

    Licenciado en

    Filosofia, Universidad Catolica

    de Valparaiso.

    Magister en Sociologia,

    Universidad

    Latinoamericana de Cien-

    cias Sociales,

    EI,AS, Santiago

    -

    Chile.

    Ignacio

    Sotelo

    Ctedrtico en Sociologia,

    Universidad

    Libre de Berlin. Espe-

    cialista en

    Desarrollo

    Politico

    en

    Latinoamrica. Ex Miembm

    de

    la

    Junta

    Directiva del Partido Socialista Obrero-Espafla

    (PSOE).

    Enzo Faletto

    Sociologo. Investigador de FLACSO - Santiago y Consultor de

    la Comisin

    Econdmica

    para

    Amrica Lat ina

    (CEPAL).

    Coau-

    tor de

    Dependencia

    I'

    DesarroLLo

    en

    Amrica Latina

    11967).

    Jos

    Aric

    Ensayista, escritor

    argentino. Ex Director Coleccidn

    Pasado

    y

    Presente de

    la Editorial Siglo XXI. Especialista en

    temas de la

    Tercera Internacional Comunista

    v

    en el

    Marxismo en Amrica

    Latina.

    Julio Silva Solar

    Abogado. Investigador

    de la Academia de Humanismo Cristia-

    no.

    Miembro

    del Directorio del Circulo

    de Estudios Internacio-

    nales Academia

    de Humanismo Cristiano.

    Carlos

    Ominami

    Economrsta. Investigador

    del Centre d'Etudes et de Recher-

    ches

    sur l 'Entrepr ise

    Mult inatronale

    (Paris-Franciat.

    Autor

    y

    co-autor

    de varias obras sobre

    problemas

    economicos

    interna-

    cionales,

    entre las

    que

    se cuenta

    National isat ions et

    Inlerno-

    t ionaltsat iort . Stratgtes

    des

    rnult tnat ionales

    frartaises

    dans

    1a c r r se 1983 t

    Arnold Rockman

    Socilogo.

    Profesor del

    Depto. de Sociologia de

    la

    Universidad de

    York, Atkinson College,

    Toronto, Canad. Coordinador del

    Pro-

    grama

    de Estudios de

    la Comunicacin, en

    la misma

    Universi-

    dad. Autor de trabajos sobre sociologia

    de

    las

    comunicaciones de

    masas,

    sociologia

    del arte

    y

    los

    efectos sociales

    de

    la informtica.

    Manuel

    Barrera

    (Sociologo)

    Director e investigador del Centro

    de Estudios Sociales

    (CES).

    Ha sido

    profesor

    e

    investigador de

    las

    Universidades

    de Chile,

    Catlica de Chile, Profesor Visitante de la Universidad de Ox-

    ford,

    experto

    de

    la

    O.I.T.; Consultor

    de varias organi zaciones

    de

    las Naciones Unidas.

    Actualmente es

    integrante

    de comits

    di -

    rectivos de organizaciones

    de

    solidaridad.

  • 7/23/2019 El sentido del socialismo hoy

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    Arodys

    Leppe

    Ingeniero

    Quimico.

    Master en

    Ciencias

    Aplicadas, Universidad

    de Montreal.

    Investigador

    y

    Director

    de Tekhne,

    Centro de Ex-

    perimentacidn

    en

    Tecnoiogias

    Apropiadas.

    Ex

    investigador

    bcole

    Polytechnique, Unive"rsidad

    de

    Montreal.

    Alvaro Briones

    Economista.

    Profesor

    Universidad

    de Chrle. Unrversrdad

    Na -

    cional Autnoma

    de Mxico,

    Universidad

    Dei Zuira

    rVenezue-

    Iat

    1'

    Unrversidad

    Autonoma

    de Honduras. . {utor de dtvet 'sos

    art iculos

    1'

    hbros entre

    los

    que

    destaca

    Ett tr torr tro Pol i l t tct

    del FascisrnoDepertdiente.Editor ia l Sigio XXI. . \1xrco197l i .

    Eduardo

    Ortiz

    Abogado. Doctor en

    Ciencias Politrcas

    (Liverpooll.

    Ex Director

    VECTOR.

    Presidente Asociacin Chilena de Ciencias

    Politrcas.

    Manuel

    Antonio Garreton

    Socidlogo. Estudios de doctorado en

    Sociologia, Universidad de

    Paris.

    Prolsor

    e

    rnvest igador

    de FLAUSO-Santrago.

    Autor de drver '-

    sos estudtos

    sobre sociolosra

    polr trca.

    incluvendo El

    Pnrts, ,

    Pol

    t t icr t Crlerro 1983

    .

  • 7/23/2019 El sentido del socialismo hoy

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    PRESENTACION

    Muchos

    -r

    diler.sos

    factores

    expLican

    el

    hecho de

    que

    actualmente

    el

    soc'ialisnto

    se

    encuentre

    sometido

    a un

    proceso

    de renouacin

    profun'

    cJo.

    Desde

    sus

    ortgenes

    este

    pensamiento

    politico

    se

    hn identificado

    con un

    reconocirniento

    del caracter

    euolutiuo

    de

    la historia

    7'

    tambin

    con su

    propia uoluntad

    de

    participacin

    en

    la

    transforma'cin

    de

    La

    sociedad.

    Por lo tanto

    a

    nadie

    puede

    extranar,

    nos a los

    propios so-

    ciaListas,

    el

    que

    los

    procesos

    de

    cambio

    afecten

    a su

    organizacin

    I

    a

    su

    pensamiento.

    En

    Los rabalos

    que

    presentanns

    a continuacin

    se han prtuilegiado

    algunas

    dimensiones

    de

    esta

    renouacin

    socialista'

    En

    primer Lugar

    hemos

    puesto el

    reconocimiento

    7'

    la reualorizacin

    de la

    democracia

    formal.

    Aqu[

    no

    puede tratar

    de

    disimularse

    la

    importancia

    de

    este

    cambio,

    puesto

    que

    los socinlistas

    hicieron

    durante

    mucho tiempo

    un

    distutgo

    entre

    democracia

    real

    3'

    democracin

    formal,

    identificando

    a

    La

    primera

    con

    la

    realizacin

    del socialismo

    1'

    a

    la segunda

    con

    La

    or '

    ma

    (o

    aparienci

    d.e

    a dominacin

    capitalista'

    Este

    cambio

    trascendental

    no

    puede

    sin

    embargo

    interpretarse

    co-

    tno un

    retroceso

    ltacia

    posiciones liberales.

    Lo

    que hn

    ocurrido,

    ntul'

    por

    el contrario,

    es

    que

    de

    manera

    paralela,

    J'aco,so

    nterconectada,

    Las

    reuoluciones

    denominadas

    "socialistas

    reaLes" se

    han estancado

    en

    formas

    dictatoriaLes

    de

    gobierno, mientras

    que

    las lLamadas

    demo'

    cracias occidentales han euolucionado, en gran mcdida bajo La pre-

    sion

    de las

    luchas

    obreras,

    hacia

    formas

    de

    gobierno

    en

    que

    el

    respeto

    de las

    libertades,

    el

    pluralismo, las

    relaciones contractuales

    1'

    el

    prin'

    cipio

    de

    representdcin,

    dan

    garantias

    de

    un

    proceso

    de

    perfecciona'

    mlento constante.

    Junto

    a ello

    se

    ha

    perfeccionado tambin,

    1'

    no casuaLmente'

    La teo-

    ria de la democracia

    contempordnea.

    Ho1' se distingue

    con bastante

    claridad

    entre

    la democracia

    como

    mero

    acuerdo

    de

    gobierno

    1'

    a de'

    nocracia

    como

    forma

    participatiua de las

    relaciones sociales.

    Tam-

    bin

    se

    ha

    auanzado

    en el

    esclarecimiento

    de

    las diferencias

    entre

    plu-

    rolismo

    J'

    una concepcin

    demasiado

    rtgido de

    la igualdad

    sociaL.

    En

    estas

    direcciones

    se

    puede ir

    perfilando una

    posicin

    socialista

    frente

    o la

    democracia

    que, reconociendo

    el card.cter

    basico

    de

    la democracia

    fornal, se propone como tarea

    no slo

    profundizarLa sino

    que

    trasla'

    rlarLa del

    terreno

    meramente

    gubernamental

    a

    las

    relaciones sociaLes

    ntismas, aL

    desarrollo

    de

    los

    indiuiduos

    (o

    de

    los

    grupos)

    1'al

    estimu-

    Lo de

    la

    porticipacin

    politica

    en

    todos

    Los niueles.

    El segundo

    tetna

    que

    se aborda

    es

    la influencia

    del

    marxismo

    en

    Amrica

    Latrna

    junto

    al

    complejo

    fenmeno

    del

    populismo.

    Pocos

    son

    Ios

    trubajos

    en

    qLIe

    se

    ha analizado

    recienternente

    L

    impacto reaL.

    rnas

    alld.

    del

    ideolgico

    (o

    de los

    deseos),

    que

    tuuo

    el

    pensamiento de

    Marx entre

    nosotros.

    En

    nuestros

    patses

    con un

    desarrollo

    capitalista

    parcial

    o

    muJ'desiguaL,

    en

    que

    el

    atraso

    (o

    Los

    rasgos tradicionales)

    coexisten

    con

    lo moderno.

    Patses en

    que,

    aclemi's,

    a

    presencia

    del

    in-

    digena,

    de

    los campesinos,

    T'tambin

    de

    uastos sectores

    medios, liga'

    dos

    a complejas

    redes de

    seruicios,

    dificultan

    en extremo

    La

    concep-

    tuaLizacin

    en trminos

    de

    clases

    sociales

    en

    perLonente

    polarizacin.

    Sugerente resulta, en cambio, el examen histrico del fenmeno po'

    pulista. Allt encontramos

    una

    formn

    de Gobierno,

    una ideologia

    liga-

    da a

    la

    nocin de

    "pueblo",

    una concepcin

    de La

    dentidad

    nacional,

    1'

    tarnbin

    un estiLo

    de

    mouimiento

    social,

    que

    conforman

    una

    reali-

  • 7/23/2019 El sentido del socialismo hoy

    9/187

    dad original

    propia

    del

    continente.

    En este sentido,

    si

    se

    tornan ert

    cuentan

    las

    reuoluciors

    1'

    cambios

    profundos

    de este siglo, adquieren

    particular

    releuancia

    la

    Reuolucin

    Mexicana

    1'

    el

    PRI,

    el

    populismo

    Peruano

    1'

    el

    APRA,

    1'todos

    los mouimientos reformndores de

    la

    dca-

    da

    de los 40

    l'50.

    Tambin

    los ideales socinlistas

    7'su

    realizacin

    se

    ligan

    a esos

    periodos

    de

    grandes

    cambios

    reuoLucionarios.

    Las

    innouaciones tecnoLgicas

    ocupan el tercer

    lugar en la distribu-

    cin

    tem.dtica

    de

    este

    nmcro.

    Desde antes

    que

    Marx,

    1'a

    Saint'Simon

    hab[a otorgado

    importancin

    fundamcntal

    a la industria. Segun l se

    creaban allt

    nueuas

    relaciones sociales, un esp acio socinl t otalmente

    indito en que produccin y asociacin concertada se hacian posibles,

    y

    con eLlo se construir{a

    utw nueucr sociedad

    basada

    en el

    trabajo

    7'

    la

    ciencia.

    Desde

    sus

    ortgenes el socialismo

    ha

    otorgado

    un lugar determinan-

    te a

    la

    produccin y

    a la tecnologla.

    Muchas ueces,

    como se

    les repro-

    cha

    por

    ahi, dejdndose

    lleuar

    quizd.s por

    utut credibilidad demasiado

    entusiasta

    en

    las reuoluciones tecnolgicas.

    Pero

    siempre, en todn ca-

    so,

    crel'endo

    que

    en

    la

    produccin,

    1'

    la

    participacin

    creatiua de los

    trabajadores en ella, se

    encuentra el

    futuro

    de una sociedad

    libre

    de

    injusticias.

    Este temn se aborda en este

    nmero

    buscando

    reflejar las

    diuersas

    posiciones

    que

    se asuLen

    desde el campo socialista. Se

    reconoce

    alli

    que

    este

    debate

    es

    necesario

    (e

    imprescindible),

    pero que

    ha estado

    ausente durante estos ltimos doce aftos, precisamcnte porque se ha

    tratado de

    marginar a los trabajadores, tcnicos

    y

    cientift.cos. Una

    es-

    trecha

    y

    erclul'ente concepcin dc

    la

    propiedad priuada

    tiene su

    res-

    ponsabilidad

    en

    este

    lam.entable atraso.

    Finalmente, se aborda la discusin sobre los socialistas en la situa-

    cin chilena

    actual. Este tema se desarrolla en

    relacin

    a un

    recuento

    histrrt 'o en

    que

    se bttsca

    a ideridad

    1'

    autonomla

    que

    han

    caracteri-

    zado a este

    pensamiento.

    Al mismo tiempo se hace un

    and.lisis

    de La

    situacin

    politica

    actual

    y

    se indica una

    perspectiua

    hacia

    el

    futuro.

    Cabe senalar aqui

    que

    en esta

    ultima

    seccin se

    ha

    tratado de

    mnn-

    tener

    la discusin

    en un

    niuel

    que

    ua mns

    alld de

    los

    alineamientos

    partidistas

    o

    fraccionales

    que

    estan ocurriendo. Se ha intentado en-

    contrar

    los

    elementos

    ideolgicos nr.ds

    permanentes que

    hacen del so-

    cialismo

    una

    parte

    del

    patrimonio

    cultural de todos los

    chilenos.

    Al

    finaltzar

    esta

    presentacin, queremos

    agradecer mu1'

    especial-

    mente la colaboracin del Centro de Estudios Econmicos

    I'

    Sociales

    VECTOR,

    1'

    tambin

    agradecer la ayuda a la

    Fundacin

    F. Ebert.

    RODRIGO ALVAYAY

    Editor

  • 7/23/2019 El sentido del socialismo hoy

    10/187

    SOCIALISMO

    Y DEMOCRACIA

  • 7/23/2019 El sentido del socialismo hoy

    11/187

    DEMOCRACIA, PLURALISMO Y SOCIALISMO

    Renato Cristi

    En

    el

    pensamiento politico

    contemporneo se tiende

    progre-

    sivamente a aproximar

    las nociones

    de democracia

    y

    pluralis-

    mo. Esta confluencia

    podria

    explicarse

    por

    la difusidn, a

    par-

    tir

    de la

    Segunda Guerra

    Mundial, del modelo

    politico

    nortea-

    mericano

    que

    se

    ha

    definido

    precisamente

    como una democra-

    cia

    pluralista.

    Tambin Ia

    percepcin,

    en

    todo

    caso

    ms imagi-

    naria

    que

    real

    (1),

    del

    totalitarismo ha

    permitido

    un curso

    aun

    ms

    plausible

    a

    tal confluencia. Sin embargo, a

    pesar

    de

    su

    relativa capacidad descriptiva, ella contiene dificultades de

    orden

    normativo

    que

    traban su articulacidn tedrica. Cada uno

    de

    los trminos del

    complejo

    'democracia

    pluralista'

    es en si

    mismo una estructura conceptual abierta

    y

    de

    gran

    compleji-

    dad

    interna. Por

    ellos

    se

    entrecruzan

    una multitud de

    elemen-

    tos,

    no

    todos ellos

    plenamente

    compatibles. Es

    interesante no-

    tar

    que

    el

    llamado

    de alerta con

    respecto

    a estas difrcultades

    de articulacidn

    se dio en

    Norteamrica

    y

    que

    ahora est sien-

    do atendido

    por quienes

    originalmente

    intentaron

    su aproxi-

    macion. Asi, el pluralismo democrtico norteamericano se es-

    t

    planteando

    una revisidn

    que

    va ms

    all de un

    mero refi-

    namiento descriptivo,

    y que

    remata,

    en el ultimo trabajo de

    Dahl, con

    la introduccidn de

    consideraciones

    normativas

    (2).

    El camino

    inverso lo recorren

    ciertos autores

    quienes,

    desde el

    socialismo,

    intentan recuperar los valores

    pluralistas y

    elabo-

    rar

    teorfas

    democrticas

    que

    los

    incorporen

    (3).

    En

    este

    trabajo describo sumariamente

    Ia

    evolucin de

    Ia

    escuela

    pluralista

    norteamericana, desde su

    posicidn

    original

    hasta lo

    que

    ahora se acepta caracterizar como

    'neopluralis-

    mo'. Luego, examino el trabajo

    reciente

    de

    Ernesto Laclau

    y

    Chantal

    Mouffe. Estos

    riltimos, me

    parece,

    buscan repensar el

    elemento democrtico

    que

    siempre ha estado adscrito al

    idea-

    rio socialista, pero cuya prctica se ha hecho, en general, pro-

    blemtica. Es

    precisamente

    como

    garantia

    de

    que

    la

    prctica

    socialista sea

    verdaderamente democrtica

    que

    Laclau

    y

    Mou-

    ffe

    intentan la

    articulacidn con

    los valores

    pluralistas.

    Lo

    que

    denominan'una

    polit ica

    democrtica

    radical'

    consiste

    precisa-

    mente en esa conf luencia.

    Ese estudio,

    tanto del

    pluralismo

    norteamericano como del

    proyecto

    democrtico

    radical de Laclau

    y

    Moffe,

    viene

    precedi-

    do

    por

    una breve

    incursidn en

    las

    teorias clsicas de Rousseau

    (1)

    Sobre

    lo infactible

    que resulta

    Ia imaginacion totali taria, of. Michael

    Walzer,

    "On

    Failed Totalitarianism",

    en 1981 Ret'isited, ed.

    por

    Irving

    Howe

    (New

    York: Harper

    & Row,

    1983). 103-121.

    (.21

    A Preface

    to Economic

    Democrocl lBerkeley: Unrversity of California

    P ress .1965 ) .

    (3)

    Mihailo

    Markovic, Democrotic Socialism: Theorl and Pracllce

    (New

    York:

    St.

    Martin's

    Press, 1982); Ernesto

    Laclau & Chantal Mouffe,

    Heqemonl

    and

    Socialist Strateqy.

    Touards a Radical

    Democratic PoLitics

    (Londres:

    Verso,

    1985); Frank Cunningham,

    Democratic Theory and

    Socialism,

    por

    aparecer.

    1 l

  • 7/23/2019 El sentido del socialismo hoy

    12/187

    y

    Tocqueville.

    Intento

    con ello

    a

    la vez

    mostrar el

    sentido ori-

    ginal

    de

    las nociones

    de democracia

    y pluralismo,

    y

    las difrcul-

    [ades

    que

    hacen

    problemtica su

    articulacidn

    conceptual.

    Las

    condiciones

    que

    estos

    autores

    frjan

    para

    su

    conjugacin

    se

    re-

    lacionan

    con

    las

    que

    expuse

    en

    un

    trabajo anterior

    y

    cuyo

    punto de

    partida se

    definia

    anlogamente

    por.la

    confluencia

    problemtica de

    las

    nociones

    de democracia

    politica

    y

    demo-

    cracia

    social

    (4).

    I

    En Rousseau

    lo democrtico

    se

    determina

    por

    la idea de una

    voluntad

    general. La

    constitucidn

    de

    tal

    voluntad se expresa

    como

    una

    identidad de

    dirigentes

    y

    dirigidos,

    y

    a

    su vez esta

    identidad

    civica

    exige

    la

    exclusidn

    de

    cualquier

    fracciona-

    miento

    de

    voluntades

    al

    interior

    de la sociedad

    civil.

    Rousseau

    explicitamente

    rechaza

    la formacidn

    de

    voluntades

    particu-

    lares, establecidas

    como

    asociaciones

    intermedias,

    que pudie-

    sen

    fracturar

    y

    enervar

    la voluntad colectiva

    (5).

    El

    predomi-

    nio

    que

    alcanza

    en

    Rousseau el elemento

    formal de

    identidad

    determina

    su

    opcidn

    por

    una

    democracia

    social.

    El

    foco

    de su

    atencidn

    no se dirige

    tanto

    hacia el

    Estado como

    posible

    inva-

    sor

    del

    mbito

    propio

    de

    la libertad del

    individuo.

    Ms bien se

    dirige hacia la sociedad misma, en cuya radical heterogenei-

    dad

    Rousseau

    percibe

    el obstculo

    capitai

    para

    cualquier

    ta-

    rea democratizadora.,En

    ningrin caso

    puede

    aceptar

    Rousseau

    un

    pluralismo

    social.

    El

    fraccionamiento

    social obedece

    en el

    fondo a distintas

    formas de acceso

    al

    rgimen de

    propiedad.

    Rousseau

    piensa

    en trminos

    de clases

    sociales

    definidas

    pre-

    cisamente

    por

    esa

    relaci6n.

    Muy claramente

    se

    rechaza tam-

    bin

    en su

    pensamiento

    la

    correspondiente

    extensidn

    politica

    de tal

    pluralismo. En la ausencia

    de una

    mediacidn soberana,

    las distintas

    agrupaciones

    o asociaciones

    acudirian

    a

    la lucha

    faccional

    para

    determinar

    el sentido

    de

    Ia voluntad colectiva.

    Con

    Maquiavelo

    piensa

    que

    el espiritu

    de

    facci6n, de secta,

    de

    grupo

    particular,

    es

    un

    peligro para la integridad del cuerpo

    social

    que

    debe ser

    drsticamente erradicado

    (6).

    EI punto de partida de la argumentacin de Tocqueville tie-

    ne

    un

    signo

    diferente: es

    el

    valor de

    la libertad

    y

    no

    el de

    la

    igualdad el

    que

    aparece

    como

    determinante.

    El

    componente

    primordial de

    la

    democracia

    es

    la

    igualdad,

    y

    en

    la institucio-

    nalidad

    que

    en

    ella se

    funda,

    Tocqueville

    percibe

    una amena-

    za

    permanente

    a

    la libertad. Esta amenaza

    surge de

    la nocin

    de soberania

    popular.

    "La

    verdadera esencia

    de un

    gobierno

    democrtico

    consiste

    en

    Ia

    soberania

    absoluta

    de

    la mayoria;

    nada hay en

    los

    estados

    democrticos

    que

    sea

    capaz de oponr-

    sele"

    (7).

    Ahora bien, si

    Ia l6gica de

    Ia igualdad

    habia deter-

    minado el

    rechazo

    por parte

    de Rousseau

    de

    las

    asociaciones

    intermedias,

    en

    Tocqueville es

    la l6gica de

    la libertad lo

    que

    (

    4) Of.

    mi

    trabajo

    "Democracia

    Politica

    versus

    Democracia

    Social".Opclo

    p.es, umeroEspecial 1984i,13-31.

    (

    5)

    Rousseau,

    ontrato

    Social

    11,3.

    (

    6)

    Ibid, II,

    3.

    i 7) Tocqueville,

    DenocracT n America,

    vol. I

    (New

    York: Schocken,

    961)

    298.

    I 2

  • 7/23/2019 El sentido del socialismo hoy

    13/187

    torna

    imperativa

    su

    reintroduccin.

    Solo

    el

    pluralismo

    social,

    impreso

    "

    ...t claro

    sello

    conservador

    visible en

    "el

    amor

    al

    pequeo destacamento"

    de

    Burke

    y

    en el

    ethos

    corporativo

    qu

    propicia

    Hegel,

    puede oponerse

    al

    despotismo

    de

    las ma-

    yoris

    y

    contener

    asi

    la

    marejada

    democrtica.

    Es

    importante

    reco.toce.,

    sin

    embargo,

    que

    es

    posiblemente este

    matiz

    con-

    servador

    en

    su

    liberalismo

    el

    que

    tambin

    determina

    su

    per-

    cepci6n

    del

    contenido

    social

    involucrado

    en

    la democracia

    nor-

    hmericana.

    Se

    trata

    de

    una

    concepcin

    alternativa

    de

    la de-

    mocracia

    que

    se

    define

    ahora

    por la igualdad

    de

    condiciones

    (8). Es la homogeneidad del pueblo norteamericano, es su si-

    tuircron

    democrtico-social

    o

    que

    ha

    hecho

    plausible

    un

    plu-

    ralismo

    no

    faccionalista'

    El

    pluralismo,

    de

    funestas

    conse-

    cuencias

    en

    Europa

    por

    su

    tendencia

    faccionalista,

    en

    Norte-

    amrica

    no

    las

    ha tenido

    porque

    emerge

    en

    un

    contexto

    social

    de

    gran homogeneidad.

    EI

    pluralismo

    no es aquf,

    como

    en

    Francia,

    por

    ejemplo,

    "un

    arma

    que

    se

    carga

    rpidamente.y

    de

    inmediato

    e

    usa

    en

    forma

    polmica

    (9),

    ni tampoco

    se

    lo

    ve simplemente

    como

    "un

    medio

    para

    atacar

    al

    gobierno"

    (10)'

    Y en

    manifiesto

    acuerdo

    con

    Ios temores

    que

    Rosseau

    expresa-

    ra con

    respecto

    al

    faccionalismo

    Tocqueville,

    seflala

    cmo

    en

    Europa

    "los miembros

    de estas

    asociaciones

    responden

    a

    con-

    signas

    como

    simples

    soldados;

    profesan la doctrina

    de

    la obe-

    dncia pasiva. En asociacidn, inmediatamente renuncian

    al

    ejercicio

    de

    su

    propio

    entendimiento

    y propia voluntad'

    .El

    cntrol

    tirnico

    ejercido

    por

    estas

    sociedades

    es

    mucho

    ms

    in-

    soportable

    que

    la

    autoridad

    que

    el

    gobierno impone sobre

    la

    sociedad"(

    1

    .

    La encontrada

    logica

    de estos

    autores

    indicaba,

    a

    primera

    vista,

    que ni la democracia

    podia

    concebirse

    como

    pluralista,

    ni el

    pluralismo

    como

    democrtico.

    En

    un contexto

    democr-

    tico-scial,

    sin

    embargo

    (es

    decir,

    en

    la

    igualdad

    de condicio-

    nes

    que impone

    el

    republicanismo

    agrario

    ante-bellum

    en

    Es-

    tados

    Unidbs),

    los

    recelos

    de

    Rousseau

    frente

    al

    pluralismo

    tendrian

    que

    disiparse.

    En

    tal contexto

    no

    cabe

    un

    faccionalis-

    mo

    politico

    exacerbado.

    Igualmente,

    la

    desconflranza

    de

    Toc-

    qtlerril" frente

    a

    la democracia

    tiende

    a disiparse

    c'rando

    de

    hecho comprueba Ia homogeneidad social en que se funda la

    democracia

    norteamericana.

    Los autores

    que

    examinar

    a

    continuacidn

    recorren,

    tomando

    como

    punto

    de

    partida Ia ten-

    dencia

    a

    la disolucin

    del contraste

    inicial entre

    Rosseau

    y

    Tocqueville,

    caminos

    anlogamente

    convergentes.

    I I

    La

    obra

    primera

    de

    Robert

    Dahl

    y

    Charles

    Lindblom

    est

    determinad

    por Ia visi6n

    que

    Tocqueville

    tiene

    de

    la

    sociedad

    t 8t

    En su

    introduccin

    al

    volumen

    IIde

    Denutcracf

    n Anter i ca, J.S.

    Mi l l re-

    conoce

    esta

    nueva

    perspectiva

    que

    se

    abre en

    el

    pensamiento

    de Tocque-

    vi l le:

    "Por

    democracia

    Tocquevi l le

    no

    quiere

    signif icar,

    en

    general ,

    un a

    particular fbrma de gobierno.. Por democracia entiende una igualdad de

    condiciones".

    Tocquevi l le,

    Democracl

    in

    Anter ico.,

    ol I I . xvi '

    (

    9 r I b i d .

    222 .

    r 1 0 t

    I b i d . 1 2 4 .

    ( 1 1 )

    I b i d .

    2 2 5 .

    1 3

  • 7/23/2019 El sentido del socialismo hoy

    14/187

    norteamericana. La

    situacin social

    que

    se

    proponen

    investi-

    gar

    se

    les

    aparece

    como

    relativamente

    homognea.

    Esto

    per-

    mite

    que

    lo

    politico

    como tal se

    manifieste pluralmente y

    en

    forma

    descentralizada en el nivel municipal.

    Esto

    se constitu-

    ye por

    una

    multiplicidad

    de

    agrupaciones

    abiertas,

    plurales

    y

    en

    ningrin

    caso

    faccionalizadas.

    En

    (rltimo

    trmino,

    tal

    estruc-

    tura

    no

    aparece determinada

    por

    la

    divisidn

    clasista

    que

    aca-

    para

    la

    atenci6n de Rousseau.

    En

    investigaciones

    empiricas,

    como las

    que

    Dahl

    realiza

    en

    Who Gouerns?

    (1961),

    se examina

    concretamente a

    estructu-

    ra de poder en el condado de New Haven, que se muestra co-

    mo una

    comunidad

    1o

    suficientemente

    variada

    para que

    pue-

    dan expresarse en

    su

    interior

    una

    pluralidad

    de

    grupos

    de

    in-

    ters.

    New

    Haven demuestra

    como

    las

    democracias

    modernas

    han

    limitado la

    soberania

    de la mayoria,

    en una direcci6n

    plu-

    ralista, sin

    por

    ello

    perder

    su carcter democrtico.

    Estas,

    con-

    cluye

    Dahl, tienden,

    en

    primer

    lugar,

    a dejar una

    gran

    canti-

    dad de

    politicas

    en

    manos

    de

    entidades sociales, independien-

    tes de

    la

    competencia

    juridica

    de un

    gobierno

    central.

    Se tien-

    den

    a

    respetar

    asi acuerdos

    que

    se originan

    y

    consolidan

    al in-

    terior de la

    sociedad civil. En segundo lugar, muchas

    de estas

    politicas quedan

    en manos

    de

    instituciones privadas

    o semi-

    privadas.

    Iglesias,

    empresas comerciales

    y

    productivas,

    sindi-

    catos, municipios y otras asociaciones ntermedias participan

    efectiva e

    independientemente

    en

    materias

    de

    inters pblico.

    En tercer

    lugar,

    en

    situaciones de conflicto

    entre

    particulares

    y

    la autoridad

    central,

    hay

    amplia oportunidad

    para

    negociar

    arreglos

    que

    satisfagan a

    las

    partes.

    Finalmente,

    y

    esto

    pare-

    ceria ser

    propio

    del

    pluralismo

    norteamericano,

    el sistema en-

    tero se

    rige

    por

    un axioma fundamental:

    "En

    lugar

    de un cen-

    tro irnico de

    poder

    sohrano debe

    haber

    multiples

    centros de

    poder,

    ninguno

    de

    los

    cuales es o

    puede

    ser

    plenamente

    sobe-

    rano. Aunque

    el

    nico

    soberano

    legitimo

    sea el

    pueblo,

    en

    la

    perspectiva

    del

    pluralismo

    norteamericano

    aun el

    pueblo

    no

    debe

    nunca

    ser

    un sobrano absoluto;

    por

    lo

    tanto, ningun

    sec-

    tor del

    pueblo,

    como

    la mayoria,

    debe

    ser absolutamente

    sobe-

    rano"

    (12) .

    El riltimo punto, principalmente,

    significa

    que

    la

    conver-

    gencia

    que

    Dahl

    percibe

    entre

    pluralismo y

    democracia

    presu-

    pone

    la

    eliminaci6n

    de

    la nocidn rousseauviana

    de soberania

    popular.

    Tiende

    asi hacia una

    postura

    que

    favorece lo

    demo-

    crtico

    politico, por

    oposicidn a lo democrtico

    social. Aunque

    se

    reconoce la

    existencia de

    condicionantes

    sociales

    para

    los

    diferentes drdenes

    politicos, y

    se recomienda

    a

    los

    cientistas

    polit icos

    centrar su

    atencidn en los

    primeros

    (13),

    lo

    social se

    reduce en definitiva

    a

    la

    constituci6n

    y

    operatividad formal de

    los

    diversos

    grupos.

    La

    poliarquia

    de Dahl

    comprende una

    multitud

    de centros de decision

    que

    compiten

    por

    el control

    politico.

    Ninguno de

    ellos

    puede

    lograr

    un

    control

    hegem6nico

    de

    la

    poblacidn

    en su decurso historico.

    Por ei

    contrario, Dahl

    r12t

    Ilahl.

    I)luraltst

    )entotratt

    n t l te

    L.-rttted

    5/ores

    Chrcago:

    and

    McNall l

    196;

    .

    2 .1

    rlSt

    Dahl, A Prelte

    o l)erruttratuT'l tt,on

    Chrcago:

    niversrtv

    f Chrcago

    P r e s s , 1 9 7 3 t , 8 1 - 8 3 .

    I 4

  • 7/23/2019 El sentido del socialismo hoy

    15/187

    percibe

    una

    incesante competencia

    entre estos

    grupos,

    estabi-

    lizndose s6lo

    por

    coaliciones

    transitorias en

    vista de asegurar

    mayorias electorales

    intrinsecamente

    efimeras.

    Sobre

    esta base se

    funda la teoria democrtica

    pluralista

    que

    se opone

    tanto al

    elitismo

    (Mosca,

    Pareto,

    Michels) como

    al anlisis

    de

    clase

    propio

    del

    marxismo clsico.

    En oposicion

    al elitismo,

    el

    pluralismo democrtico,

    arin aceptando

    que

    grupos

    de

    inters

    puedan

    adquirir

    una estructura

    elitista,

    no

    los ve como

    primordialmente conspirativos

    y

    hegemnicos.

    Igualmente se

    rechaza

    la visin clsica

    del

    marxismo

    que

    de-

    fne como

    generalizado, pennanente y progresivo el conflicto

    de clases

    al

    interior de

    Ia

    sociedad

    civil.

    En este

    respecto

    el

    pluralismo

    democrtico

    entronca

    con

    Bentley

    para quien

    "una

    lase

    proletaria,

    tal como

    es concebida

    por

    Marx

    y

    Engels,

    simplemente

    no existe"

    (14).

    A

    partir

    de

    los

    aios

    70 el

    pensamiento de

    Dahl

    y

    Lindblom

    ha experimentado

    una evolucidn

    que

    los

    acerca

    progresiva-

    mente

    a

    los temas democrtico-sociales,

    enunciados

    por

    Rousseau.

    De

    hecho

    han aceptado el uso del trmino

    "neo-plu-

    ralismo"

    para

    nombrar

    y

    describir

    su

    nueva

    posici6n

    (15).

    Tal

    posicidn

    adquiere

    un

    perfrl

    defrnido

    cuando

    Dahl

    y

    Lindblom

    se

    percatan

    de

    las serias deficiencias

    de

    los

    sistemas

    pluralis-

    tas

    reales.

    Para Dahl estas

    deficiencias

    son

    principalmente

    cuatro: 1. Reconoceque el pluralismo "es perfectamente com-

    patible

    con

    extensas

    desigualdades"

    (16)

    y que

    tiende

    a estabi-

    lizar

    las

    desigualdades

    politicas. La

    inevitable

    independencia

    que

    adquieren

    los

    sistemas

    representativos

    entrega

    un

    mar-

    gen

    de

    ventaja a

    sus

    lideres en

    forma de

    primicias

    que

    se

    tras-

    miten

    y

    se

    reproducen.

    2.

    La democracia

    pluralista

    genera

    de-

    formaciones

    en

    la conciencia

    civica.

    Ya Rousseau,

    admite

    Dahl,

    habia sostenido

    que la libre

    expresin

    de

    los

    particularismos

    al

    interior

    de

    la

    sociedad

    civil signifrcaba

    un desgaste

    para

    Ia

    voluntad

    general.

    3. Distorsiones

    en

    la agenda

    pblica

    debido

    a

    la

    falta de coordinacidn

    en

    las decisiones.

    La

    administraci6n

    descentralizada

    es

    fcil

    presa

    de egoismos

    de

    grupo,

    o

    simple-

    mente de

    intereses

    privilegiados con buena

    llegada. 4. Ciertas

    funciones priblicas pasan a ser controladas por subsistemas,

    con

    lo

    que

    se

    pierde

    un control

    adecuado

    por

    parte

    del

    pueblo

    en su

    generalidad.

    Lo

    que

    estas

    deficiencias

    manifiestan,

    desde el

    punto

    de

    vis-

    ta

    formal, es

    una acentuaci6n

    unilateral

    del elemento

    de

    la

    representacion,

    en tanto

    que

    se

    diluye

    el criterio

    de

    identidad

    rousseauniano.

    Cuando

    este

    ultimo criterio

    se toma

    efectiva-

    mente en

    cuenta,

    y

    se excluyen

    aquellas

    identidades

    fundadas

    autoritariamente,

    es

    posible

    comprobar

    que

    la competencia

    supuestamente

    equilibrada

    entre

    los diversos

    grupos

    de

    inte-

    rs no es tal.

    No

    puede haber

    identidad de

    intereses cuando

    la

    interaccion

    entre

    la

    multiplicidad

    de

    grupos

    es

    interferida

    por

    el

    peso

    gravitacional

    que

    ejerce

    el

    grupo

    empresarial.

    Dahl

    y

    t1. l r Arthur Bent le,v,

    l 'he

    Pnxess ol Grtcerrtrr tert tEvanston:Free Press,193t

    '16i .

    r15r

    C{. John

    Xlanlel ' ,

    "Neoplurairsml

    { l l35-s-Anal-r 's is

    l

    Plural ism

    I and

    P lu la l i sm

    I I " . A l t t ' r t c c r t

    Po l t t t t o

    S t l e r r ce

    Re t reu

    7

    (1983 ) ,

    368 -383 '

    r l t i r Dahl,

    Dt lenntos

    ol Plural i .st .

    Denuttracl

    tNew

    Haven:

    Yale

    Universi ty

    Press.

    1982t,

    .10.

    1 5

  • 7/23/2019 El sentido del socialismo hoy

    16/187

    Lindblom

    afirman

    ahora

    que

    "los

    empresarios

    (u.>^lntessnren)

    tienen,

    en

    la

    polit ica

    polirquica,

    un

    papel

    cualitativamente

    diferente

    que

    el

    de cualquier otro

    grupo

    de

    inters". Y rec ono-

    cen

    que

    "las

    interpretaciones

    corrientes

    que presentan

    al sis-

    tema

    norteamericano

    o cualquier otro

    sistema

    de merc ado co-

    mo una

    competencia

    entre

    gmpos

    de

    inters

    yerran grave-

    mente al

    no

    considerar

    la

    posicidn

    de

    privi legio

    que

    tienen

    los

    empresarios

    en la

    esf'era

    politica" t17t.

    Lindlom en Pol i t ics and

    Markets

    ha estudiado

    18t

    en deta-

    l le las

    consecuencias,

    no tanto

    del

    poder

    de

    los

    empresarios.

    como de su posicionde priviiegio. El empresario es, en verdad.

    un

    'funcionario

    priblico'con

    acceso decisiones

    que

    afectan

    "la

    tecnologia

    industrial de

    la nacion,

    el

    modeio de organiza cion

    laboral, el emplazamiento

    geogrfico

    de

    ias industrias, la es-

    tructura

    del mercado,

    Ia

    asignacion

    de

    recursos

    y,

    por

    supues-

    Lo,

    la compensacion

    de

    los ejecutivos

    y

    su status"

    t19t.

    Fln las

    democracias

    pluralistas

    esto srgnifica

    quc

    en extensas reas

    de

    decision

    publica

    se opera en

    un contexto de control

    popular

    iimitado.

    La

    preocupacion

    central

    de los

    gobiernos polirqui-

    cos es

    mantener una atmtlsf'era

    que

    incentive

    fvorablemente

    a

    ios

    empresarios.

    No es

    posible

    pensar que

    la unica motiva-

    cion

    de st os sean

    las

    fluctuaciones

    de

    ia

    oferta

    1'

    a demanda.

    Los empresarios

    requieren de ciertos

    incentivos

    politrcos

    para

    rea\izar sus tareas. Su determinacion corre por cuenta de los

    empresarios

    mismos

    y

    consiste

    generalmente

    en

    "aquello

    qu e

    estimen

    necesario

    para

    realizar

    su

    tarea

    en el sistema

    mer-

    canti l :

    ingreso

    y

    riqueza, deferencia,

    prestigio.

    influencia,

    po -

    der, autoridad" t201.

    Por su

    parte,

    los trabajadores no requieren

    de

    taies

    incentivos

    para

    trabajar.

    Su

    posicidn

    es del todo dife-

    rente de

    la

    de

    los

    empresarios.

    "En

    todo el

    mundo los

    trabaja-

    dores

    llevan a cabo sus tareas ordinarias

    en lanto

    que

    no

    pue-

    den sino

    trabajar"

    {21t.

    La solucidn

    neopluralista

    para

    estos

    problemas

    consiste en

    reformas estructurales

    profundas

    al sisterna capitalista.

    De

    hecho, el

    neopluralismo

    quiebra

    ia

    conexin

    que

    antes se daba

    naturalmente entre capitalismo

    y

    democracia

    pluralista.

    M s

    aun,

    Dahl ahora

    no ve incompatibilidad

    entre socialismo

    y

    de-

    mocracia pluralista. "Si el socialismopor delinicion impiica la

    propiedad

    social de

    las

    empresas economicas,

    y

    a

    menos

    que

    por

    definicion requiera de

    la

    centralizacin, es

    posible

    un a

    economia

    socialista altamente

    descentralizada

    y por

    lo

    tanto

    organizativamente

    pluralista"

    122i.

    La

    comprobaci6n

    de

    insuficiencias

    en

    la

    sistematizacton

    descriptiva

    ha tenido

    necesariamente

    que

    conducir a un

    re

    examen

    normativo. Es

    precisamente

    esto

    1o

    que

    comenzamos

    a

    ver

    en

    la ultima obra de Dahl.

    A

    Preface

    o Economic Demo-

    croc)'.

    Dahl se

    propone

    configurar una aiternativa al

    modelo

    ,

    17 t l ) i r h l

    v

    L indb lom , ' o l r t i t s .

    e (ono t l t r ( s n t l t r t ' l / r t

    ( i h r cago

    ( ' h r L a g o

    P I e s s . g i r i ' . x x \ \ r - \ \ \ \ r

    18 , I - i ndb lon r .Po l t l i r . s t r t dJ lo r l i e l s ,New York : Bas i c Books .

    t l 9 r

    i b i d . 1 7 1

    L

    t) Ib id. 17.1.

    t 2 1 r

    I b r d .

    l t i .

    22 t

    p251 .

    I ) t l t ' r n t , r c r . ;l P lu ra l t . t

    l ) t , r t t r r t t t . t 112 .

    l 6

    Un ive rs i t _ r ' o f

    1 9 7 7 t

  • 7/23/2019 El sentido del socialismo hoy

    17/187

    capitalista

    que

    en

    Norteamrica

    desplaza

    al

    republicanismo

    democrtico

    agrario

    a

    partir de

    1870.

    El desplazamiento

    e

    ese

    modelo

    effersoniano

    extingue

    la

    posibilidad

    de acceder

    a

    un

    "orden igualitario

    auto-regulado"

    23)

    en el

    que

    el derecho

    de

    propiedad

    ndividual

    quede

    subordinado

    l derecho

    natural

    de autogobierno.

    La re-fundaci6n

    de

    ese

    modelo clsico

    nor-

    teamericano,

    en

    el

    que

    se conjugan

    democracia

    pluralismo

    supone

    un

    sistema

    productivo

    post-capitalista.

    Sumariamen-

    te,

    Dahl

    propone

    un

    sistema

    empresarial

    de

    propiedadcolecti-

    va y gobernado democrticamente por sus trabajadores

    que

    pasarian a

    ser considerados

    ciudadanosde la empresa" 24).

    ales

    empresas

    operarian

    dentro

    de un

    sistema

    de

    mercado,

    de

    modo

    que

    su

    libertad

    para la

    alocaci6n

    e

    os recursos

    esta-

    rfa

    limitada

    por

    los

    precios de sus

    insumos

    y

    sus

    productos.

    Dentro

    de cada

    empresa,

    por

    otra

    parte,

    sus ciudadanos

    en-

    drian

    autoridad

    para fijar sus

    salarios

    y

    establecer

    l

    destino

    de

    las

    ganancias

    25).

    Dahl concede

    ue

    estesistema

    de empre-

    sas

    aulorreguladas

    no constituiria

    un

    sistema

    gualitario au-

    torregulado.

    Numerosas

    desigualdades

    l

    interior

    y

    exterior

    de tales

    empresas

    continuarian

    generndose. n todo

    caso,

    es

    dable

    pensar

    que

    las diferencias

    salariales

    no excederian

    l

    10

    a

    1

    o

    aun

    el

    20

    a

    1

    existentes

    en

    las

    empresas

    norteamerica-

    nas en

    la

    actualidad

    (26).

    La propuesta de Dahl es todavia bastanteesquemtica.Pe-

    ro

    lo

    que

    importa

    destacar

    es el

    trasfondo

    normativo

    que

    sus-

    tenta

    su

    modelo.

    Dahl

    plantea la

    necesidad e esclarecer

    la

    relacion entre

    proceso

    emocrtico

    derecho

    e

    propiedad"

    27)

    y

    concluye:

    el

    derecho

    de

    propiedad

    se subordina

    al

    derecho

    de

    autogobierno.

    No hay argumentos

    vlidos

    que

    justifiquen

    el

    derecho

    de

    apropiaci6n

    limitada,

    piedra

    angular

    de

    la apro-

    piacin

    capitalista.

    Se

    abre

    aqui entonces

    n espacio

    muy cla-

    ro

    para

    que

    la

    nocin de democracia

    olitica

    o

    puramente

    pro-

    cesual,

    sustentada

    por

    Dahl

    y

    Lindblom originalmente,

    se ar-

    ticule

    con

    una concepcin

    ocial

    de

    la

    democracia.

    III

    En

    la

    evolucidn

    del

    pluralismo

    democrtico

    en

    que

    se

    hace

    evidente

    un corrimiento

    hacia una

    versidn social

    de

    la

    demo-

    cracia

    (indudablemente

    estamos

    muy

    lejos

    de

    New Haven)

    se

    mantiene

    muy

    fuerte todavia

    Ia actitud

    preventiva

    frente a

    cualquier

    intento centralizador

    por parte

    del Estado.

    La

    ma-

    durez

    neopluralista

    llega en

    un

    momento

    crucial

    para quienes

    buscan

    alternativas

    a

    lo

    que

    ha llegadoa ser

    a

    prctica

    socia-

    lista en el

    mundo contemporneo.

    ara

    quienesven la centra-

    lizaci6n estatal como

    el

    principal

    obstculo

    en

    la constituci6n

    de

    una democracia

    socialista,

    a

    evolucidn

    neopluralista

    re-

    presenta

    un

    punto

    de

    mucho

    inters. Es

    precisamente

    en este

    sentido

    que

    me

    interesa examinar

    la riltima

    publicaci6n

    de

    i23r Dahl, A Prelace o Econornic )emocracl

    (24)

    Ib id ,

    92.

    (25)

    Ib id ,

    92.

    r26r Ib id , 104-105.

    (27)

    Ib id ,

    62.

    1 1

  • 7/23/2019 El sentido del socialismo hoy

    18/187

    Ernesto

    Laclau

    y

    Chantal

    Mouffe,

    que

    me

    parece

    ser

    precisa-

    mente un esfuerzo

    por

    construir una alternativa

    democrtica

    pluralista

    a

    partir

    de

    premisas

    socialistas.

    El

    punto

    de

    partida

    de la teori"aci6n democrtica

    de Laclau

    y

    Mouffe

    es el complejo analitico-historico

    que

    derivan de

    Toc-

    queville

    y que

    este denomina

    "la

    revoluci6ndemocrtica".

    Tal

    noci6n

    se determina

    historicamente

    por

    la

    Revoluci6n

    France-

    sa,

    y

    se caraerva

    por

    la finiquitacidn de una sociedaddesi-

    gual y

    jeirquica,

    cuyo

    fundamento de

    legitimidad

    s

    encuen-

    tra en un punto absolutamente externo a la sociedadmisma,

    en

    la teologia.

    ,o caracteristico

    de

    la'revolucidn democrtica'

    es

    la transparencia con

    que

    se definen, en

    su externalidad,

    los

    campos

    antagdnicos.

    Una simple

    linea demarcatoria divide

    las

    partes

    en con{licto.

    En torno a cada

    polo

    se confrguran ob-

    jetivamente

    intereses

    que

    se cierran sobre si

    mismos

    y

    se def,r-

    nen como

    inmutables e

    intransables.Es

    la

    accine

    imagina-

    cion

    revolucionaria

    jacobina

    la

    que

    mejor

    conserva

    la

    ldgica

    de esta situacidn.

    En

    primer lugar,

    en ella se aplica en toda su

    extensidn

    el

    principio

    de

    igualdad

    y

    homogeneidad ocial

    defi-

    nido

    por

    Rousseau.Esta acentuacidn

    del

    principio

    de

    identi-

    dad

    democrtica

    milita en contra de un

    pluralismo

    social

    y

    en

    favor de

    la

    constituci6n

    de

    un centro

    politico, que

    debe

    lenar

    el

    vacfo dejado

    por

    el

    principio

    de

    legitimidad monrquica.La

    'revoluci6n democrtica'retieneasi la idea de soberania,ais-

    lando un mbito

    para

    lo

    politicn que

    se constituye

    indepen-

    dientemente

    de

    lo

    social.

    La constituci6n

    de

    esta

    prctica

    au-

    tnoma explica

    la

    posibilidad

    de elevaci6n

    decisionista

    por

    en-

    cima

    de

    la necesidad social

    para

    determinar el

    momento

    pre-

    ciso

    de

    inflexi6n

    revolucionaria. En segundo

    ugar, el

    jacobi-

    nismo mantiene una actitud

    de desconfianza

    rente

    al

    plura-

    lismo caracteristico

    de la sociedadcivil, en

    tanto

    que

    lo

    centri-

    fugo de su

    movimiento constituye

    un

    permanente

    desafio al

    ideal de

    igualdad.

    En

    la interpretaci6n de

    Laclau

    y

    Mouffe el

    marxismo

    apare-

    ce como

    heredero de

    la

    prctica

    politica

    jacobina.

    Pero tam-

    bin

    reconocen

    que

    "hoy

    en dia

    la izquierdaes estigo del acto

    final de disolucidn de la imaginacidn acobina" (28).Por una

    parte,

    el

    monopolio del Estado con

    respectoa

    la

    prctica

    poli

    tica se

    diluye

    progresivamente,

    distribuyndose

    esa

    prctica

    en una

    pluralidad

    de articulaciones

    aut6nomaso semi-aut6-

    nomas.

    Por

    otra

    parte,

    este

    pluralismo politico

    tiende a

    fun-

    dirse

    con un

    pluralismo

    social

    que

    se

    manifiesta

    en

    una

    proli-

    feracin de antagonismos

    centrifugos

    e

    insubordinados.

    Es

    es-

    te

    pluralismo

    social el

    que

    con

    mayor claridad determina

    Ia

    teoria

    democrtica

    de

    Laclau

    y

    Mouffe. En este terreno

    la ten-

    dencia

    deconstructiva

    de su

    pensamiento

    presenta

    a

    lo

    social

    como

    librado

    a

    si

    mismo,

    carente

    de toda

    atadura trascenden-

    te.

    Lo

    social carece

    de suturas

    y

    se sostiene

    en una

    radical

    apertura

    sin orientarse

    hacia ningrin centro en

    particular.

    En

    este sentido

    lo

    social se

    constituye

    como un orden espontneo.

    Tal orden aparececiertamente trfnsido de relaciones antag6-

    nicas,

    pero

    estas

    no

    conllevan

    una

    tendenciaa

    polarizarse,

    i-

    r28r Laclau & Mouff, Hegenonl art t l Sot:ru. l tst l rn legr ' .

    I 'ot tards

    a Radita/

    De

    rtocat ic Polt t t t

    s.

    2.

    1 8

  • 7/23/2019 El sentido del socialismo hoy

    19/187

    capitalista

    que

    en

    Norteamrica

    desplaza

    al

    republicanismo

    democrtico

    agrario

    a

    partir

    de

    1870.

    El desplazamiento de

    ese

    modelo

    jeffersoniano

    extingue

    la

    posibilidad

    de acceder

    a

    un

    "orden

    igualitario

    auto-regulado"

    (23)

    en

    el

    que

    el derecho

    de

    propiedad

    individual

    quede

    subordinado

    al derecho

    natural

    de autogobierno.

    La

    re-fundacidn

    de ese

    modelo

    clsico

    nor-

    teamericano,

    en

    el

    que

    se conjugan

    democracia

    y pluralismo

    supone

    un sistema

    productivo

    post-capitalista.

    Sumariamen-

    te,

    Dahl

    propone

    un sistema

    empresarial

    de

    propiedad

    colecti-

    va y gobernado democrticamente por sus trabajadores

    que

    pasarian

    a

    ser considerados

    "ciudadanos

    de

    la

    empresa"

    (24).

    Tales empresas

    operarian

    dentro

    de un

    sistema de

    mercado,

    de

    modo

    que

    su

    libertad

    para la

    alocacin

    de

    los recursos esta-

    ria limitada

    por los

    precios

    de

    sus

    insumos

    y

    sus

    productos'

    Dentro de cada

    empresa,

    por

    otra

    parte,

    sus ciudadanos

    ten-

    drian autoridad

    para fijar

    sus

    salarios

    y

    establecer

    el

    destino

    de

    las

    ganancias

    (25).

    Dahl concede

    que

    este sistema de empre-

    sas autorreguladas

    no

    constituiria

    un sistema

    igualitario au-

    torregulado.

    Numerosas

    desigualdades

    al

    interior

    y

    exterior

    de

    tales empresas

    continuarian

    generndose.

    En todo caso, es

    dable

    pensar

    que

    las

    diferencias

    salariales

    no excederian el

    10

    a

    1

    o aun

    el

    2O

    a

    1 existentes

    en

    las empresas

    norteamerica-

    nas en

    la actualidad

    (26).

    La propuesta de Dahl es todavia bastante esquemtica. Pe-

    ro

    lo

    que

    importa

    destacar es el trasfondo

    normativo

    que

    sus-

    tenta su

    modelo.

    Dahl

    plantea la necesidad de

    esclarecer

    "la

    relacion

    entre

    proceso democrtico

    y

    derecho de

    propiedad"

    (27)

    y

    concluye:

    el derecho

    de

    propiedad

    se subordina al derecho

    de

    autogobierno.

    No

    hay

    argumentos

    vlidos

    que

    justifiquen

    el

    derecho de apropiaci6n

    ilimitada,

    piedra

    angular de

    la apro-

    piacidn

    capitalista.

    Se abre aqui

    entonces un espacio

    muy cla-

    ro

    para que

    la nocidn de democracia

    politica

    o

    puramente

    pro-

    cesual,

    sustentada

    por

    Dahl

    y

    Lindblom

    originalmente,

    se ar-

    ticule con

    una concepcidn

    social de

    la

    democracia.

    III

    En

    la

    evoluci6n

    del

    pluralismo

    democrtico en

    que

    se

    hace

    evidente

    un corrimiento

    hacia una versin social de

    la

    demo-

    cracia

    (indudablemente

    estamos

    muy lejos

    de

    New Haven) se

    mantiene muy fuerte todavia

    la

    actitud

    preventiva

    frente

    a

    cualquier

    intento centralizador

    por

    parte

    del Estado. La

    ma-

    durez

    neopluralista

    llega

    en

    un momento

    crucial

    para quienes

    buscan alternativas a

    lo

    que

    ha llegado

    a ser

    la

    prctica

    socia-

    lista en el

    mundo

    contemporneo.

    Para

    quienes

    ven la centra-

    lizacin estatal como el

    principal

    obstculo en

    la

    constitucidn

    de una

    democracia socialista,

    la

    evolucidn

    neopluralista re-

    presenta

    un

    punto

    de mucho

    inters. Es

    precisamente

    en este

    sentido

    que

    me interesa examinar

    la riltima

    publicacidn

    de

    t23t Dahl, A Prelce o Econortttt )emocracl r-0.

    (2 ,1)

    b id ,92.

    r25r

    Ib id ,

    92.

    t26t

    Ib id ,

    10.1-105.

    (271

    bid .

    62.

    L7

  • 7/23/2019 El sentido del socialismo hoy

    20/187

    no ms

    bien

    se expresanen una multitud

    de

    planosy

    circuns-

    tancias.

    A diferencia

    de Dahl

    y

    Lindblom, quienes

    no

    exploran

    el

    trasfondo filosdfico

    de

    su

    posicidn,

    Laclau

    y

    Mouffe

    explicita-

    mente

    derivan su

    concepci6ndemocrtico-pluralista

    de la obra

    de

    Gramsci.

    Dos

    aspectos

    de

    la

    posicidn

    gramsciana

    son desta-

    cados

    por

    Laclau

    y

    Mouffe.

    En

    primer

    lugar,

    la materialidad

    de la ideologia.

    Para

    Gramsci las formaciones

    ideoldgicas

    es-

    tn siempre incorporadas

    a

    instituciones

    y

    prcticas

    concre-

    tas. Un cemento deolgico

    unde

    una

    pluralidad

    de elementos

    dispersosa lo que denomina bloquehist6rico'.Es la carencia

    de una

    connotacidnde

    clase

    o

    que

    permite que

    estoselemen-

    tos sociales

    sean de

    por

    si

    plenamente

    articulables.Es

    posible,

    por

    tanto, formar

    una voluntad

    colectiva

    sin

    fisuras.

    En Ia in-

    terpretacidn de Laclau

    y

    Mouffe,

    para

    Gramsci

    "los

    sujetos

    po-

    liticos no

    son estrictamente hablando

    as

    clases,sino

    que

    vo-

    iuntades

    colectivascomplejas"

    29).

    Se

    distancian

    asf de a no-

    cin de alianza de

    clases del

    leninismo.

    En segundo ugar,

    la

    ideologia

    que

    organiza tales elementos

    sueltos, ampoco

    iene

    una connotacidn

    de clase.Su formaci6n

    ocupauna

    pluralidad

    de nociones libres que

    deben articularse independientemente.

    La

    conciencia deoldgica

    es

    autdnoma.

    Se

    han

    establecido,de

    este

    modo,

    as

    condiciones

    ara

    que

    se constituya la nocidn de hegemoniacomoarticulacion" (30).

    Al romperse

    con

    la ldgica

    de la necesidad

    que

    domina

    el

    pen-

    samiento de la

    Segunda Internacional,

    se

    abre un espacio

    pa-

    ra

    el

    juego

    de la

    contingencia.No

    existe un orden

    pre-estable-

    cido o una

    secuencia de

    etapas

    pre-determinadas

    a la

    que

    de-

    ba cefrirse un movimiento

    histdrico. Es la nocidn

    de hegemo-

    nia,

    que

    "emerge precisamente

    en un contexto

    dominado

    por

    la

    experiencia de fragmentacidn

    e

    indeterminaci6n

    de las

    ar-

    ticulacionesentre

    diferentes uchas

    y

    posiciones

    e sujeto"

    311,

    lo

    que

    funda la

    posibilidad

    del

    pluralismo.

    El

    punto

    de

    partida

    es

    ahora el

    reconocimiento

    de una dispersidn de

    elementos

    que

    esperan ser hegemonizados

    or

    una

    prctica...

    ello impli-

    ca una

    forma

    de

    presencia

    separada de los

    elementos

    que

    tal

    prctica articula o recompone"

    32).

    El pluralismo democrticoque Laclau y Moufie imputan

    a

    Gramsci, tiene

    sin

    embargo ciertas

    limitaciones.

    A

    pesar

    de

    que

    su construccin

    establece

    a identidad

    relativa

    de los

    ele-

    mentos

    articulables,

    persiste

    un residuo reduccionista

    en tan-

    to

    que

    "debe

    haber

    siempre

    un

    principio

    singular de unifica-

    ci6n en toda

    formacidn

    hegem6nica,

    tal

    principio

    solo

    puede

    ser

    la

    clase

    undamental"

    (33).

    Laclau

    y

    Mouffe

    buscan

    adica-

    lizar

    el

    pluralismo

    inicial

    de Gramsci negando

    alavez la

    uni-

    cidad del

    principio

    hegem6nico

    y

    su

    connotacidn

    necesaria-

    mente

    clasista. Para

    ello desarrollan una re-interpretacin

    de

    la hegemonia gramsciana.

    r 2 9 r b i d ,

    6 7

    r30t lb rd ,

    68

    { 3 1 r

    b i d ,1 3

    t32r

    lb id ,

    93

    (33r

    Ibrd .

    ig

    1 9

  • 7/23/2019 El sentido del socialismo hoy

    21/187

    No

    intentar

    exponer

    en esta

    oportunidad

    la reordenacin

    epistemolgica

    en

    que

    se

    basa

    la

    nocidn

    que

    Laclau

    y

    Mouffe

    desarrollan

    de

    hegemonia.

    Me contentar

    srllo con

    un examen

    de

    lo

    que

    significa

    el abandono

    que

    hacen

    de uno de

    los

    presu-

    puestos

    gramscianos

    -

    Ia unicidad

    del

    principio hegem6nico.

    Es

    precisamente este

    abandono

    lo

    que

    los

    induce

    a

    radicalizar

    el

    momento

    pluralista de

    su exposicion.

    Me

    parece

    que

    la

    radicalizacidn

    que introducen Laclau

    y

    Mouffe

    dificulta

    la

    determinaci6n

    de

    las superflrcies

    o espacios

    de

    emergencia

    y

    la forma de articulacin

    de

    los

    anatagonis-

    mos sociales.

    Esto, por supuesto, es reconocido por estos auto-

    res.

    Admiten,

    por

    una

    parte, que

    ya

    no se

    puede

    identificar a

    priori ni

    al

    Estado

    ni a

    la sociedad

    civil exclusivamente

    como

    los espacios

    en donde

    se

    dan

    los

    antagonismos

    democrticos.

    No

    hay

    manera de

    distinguir

    sin

    residuos tales esferas.

    Am-

    bas

    pueden

    constituirse

    como asientos

    opresivos

    o como

    pun-

    tos

    de

    partida de movimientos

    democratizadores.

    Lo mismo

    puede

    decirse

    de

    formas especificas

    de organizacidn

    social co-

    mo son

    los

    partidos politicos. No hay

    manera de decidir a

    prio-

    ri si estos

    son

    fuentes de

    burocratizacin

    o si

    permiten

    Ia ex-

    presin

    de

    avances

    democrticos

    genuinos. Por

    otra

    parte,

    lo

    politico

    como

    tal

    no aparece

    como

    un espacio

    unico

    que pudie-

    ra ser

    ocupado

    por

    un

    determinado

    sujeto social.

    Las luchas

    democrticas son mriltiples. Van desde las luchas obreras, que

    se

    inician en el

    siglo

    XIX,

    hasta las

    luchas de la

    mujer,

    de

    las

    distintas

    minorias

    raciales

    y

    sexuales,

    y

    de

    diversos

    grupos

    marginales.

    Ninguno

    de estos sujetos

    es capaz,

    por

    si,

    de mo-

    nopolizar

    el

    movimiento democrtico.

    Esta

    proliferacidn de espacios

    politicos,

    este

    pluralismo

    poli-

    tico

    que

    aparece

    como contrapartida

    de un

    pluralismo

    social

    radical

    determina

    la revisidn

    que

    Laclau

    y

    Mouffe

    hacen

    de

    la

    nocidn

    gramsciana

    de centro

    hegemdnico singular.

    Lo hege-

    m6nico,

    para

    estos autores,

    no

    puede

    localizarse como

    nudo

    central.

    "Hegemonia es,

    muy simplemente,

    un tipo de

    relaci6n

    politica,

    una

    forma, si se desea,

    de

    politica"

    (34).

    Lo

    politico co-

    mo

    tal

    no

    puede

    resistir

    la centrifugacidad

    de

    1o

    social.

    Lo

    so-

    cial no tiene suturas. Su irreducible pluralidad y dispersin

    resta toda

    posibilidad

    a cualquier

    intento

    de autonomizar

    lo

    politico,

    "La

    pluralidad

    como

    tal

    no es el

    fen6meno a explicar;

    es

    el

    punto

    de

    partida

    de cualquier

    anlrsis"

    (35t.

    Dos

    me

    parecen

    ser

    las limitaciones

    de

    la

    postura

    adoptada

    por

    Laclau

    y

    Mouffe.

    En

    primer

    lugar,

    niegan

    y

    a

    la vez

    afrr-

    man

    la

    distincidn

    entre

    lo social

    y

    lo

    politico.

    Niegan tal dis-

    tincin

    al

    fracturar

    lo

    politico

    en una

    infinidad de espacios

    y

    reducirlo a

    la

    centrifugacidad

    de

    Io

    social.

    Pareceria

    que

    al

    re-

    duccionismo

    clasista

    y

    estatista

    opusieran

    un

    reduccionismo

    pluralista.

    Se acelera

    asi al

    mximo el

    momento

    gramsciano

    de

    la

    crisis orgnica

    en tanto

    que proliferan los momentos

    flo-

    tantes.

    Sin un anclaje

    en

    la realidad estatal, se

    tiende a una

    pura negacidn nominalista de

    la

    misma. Pero estos autores

    tambin afirman tal distincidn al reconocer la formacin, todo

    r

    3.1t bid.

    r35

    Ib id ,

    20

    139

    1.10

  • 7/23/2019 El sentido del socialismo hoy

    22/187

    Io inestable

    que

    se

    quiera,de

    "un

    espacio

    politico

    (resultado)

    de

    la institucion

    de

    puntos

    nodales"

    36).

    Reconocen

    si la

    for-

    macin

    del bloque historico

    gramsciano.

    n

    politico

    como

    al

    carece de sustancia. Es

    por

    ello

    que

    Laclau

    y

    Mouffe

    pueden

    definir

    su

    nocidn

    de

    hegemonia

    como

    pura

    relacidn

    funcional.

    No

    puede

    aparecer

    en

    ningrin

    sector

    de

    Ia

    topografia

    social.

    Aunque

    esto

    pueda

    admitirse, hay

    que

    reconocer

    ue

    la mis-

    ma insubstancialidad

    de

    lo

    politico

    asegura

    que

    su

    presencia

    sea

    perfectamente

    distinguible

    de

    lo

    social

    como al. De

    hecho,

    Laclau

    y

    Moufie usan

    el

    lenguaje

    de

    'centro',

    poder'

    y

    'auto-

    nomia para referirsea lo polit ico 37).

    En

    segundo

    lugar,

    Laclau

    y

    Mouffe no

    toman en cuenta

    que

    el Estado no

    se

    constituyesdlo

    a

    partir

    de antagonismosnter-

    nos

    a

    la

    sociedad ivil. El

    Estado ambin

    se constituye

    exter-

    namente

    como

    naci6n.

    No reconocer

    l fen6meno

    nacional

    (en

    verdad, al

    pluralismo

    nacional)

    es oftcer un

    flanco vulnerable

    a criticas

    schmittianas,

    que

    constituyen

    a

    manifestacin

    ms

    viva

    y posiblemente

    ambin ms

    acertadadel realismo

    poli-

    tico. El

    pluralismo

    nacional

    debiera hacernos recordar que

    Hobbes

    sigue siendoel

    porta-estandarte

    de

    a frlosofiapolitica

    moderna

    y que

    en tanto no rindamos

    cuentas ante

    su

    pensa-

    miento

    ser dificil desestimar

    al estado

    nacional.

    Pensarlo

    co-

    mo

    una

    asociaci6n

    ms,

    como

    quiere

    Laski,

    por

    ejemplo,como

    un poder neutro e intermedio, como una clearing office, corno

    un

    pluriverso

    en

    vez

    de un universo monistico,me

    parecepre-

    maturo

    (38).

    Ahora bien,

    es

    posibleque

    Laclau

    y

    Mouffe

    tengan

    a

    la vis-

    ta

    la reciente

    integracidn

    de

    las

    naciones

    de Europa

    occiden-

    tal. Es

    indudable que

    en tal campo

    de experiencias a nocidn

    de

    soberania tiende a disiparse. nstituciones

    como el Parla-

    mento

    europeo,

    por

    ejemplo,

    que

    se levanta

    sobre a base de

    una

    intensa

    cooperaci6n condmica,

    eflalan a mi

    parecer

    el

    camino

    de la necesaria ntegraci6n

    entre

    las

    naciones.Para la

    argumentaci6n realista

    esto tiene

    una simple explicacin: a

    soberania

    nacional

    se

    ha

    escurrido de

    la

    escena

    europea

    y

    se

    concentra

    ahora en dos super-naciones

    39).

    Me

    parece,

    como

    indicaba

    ms

    arriba,

    que

    este argumento

    defiende con vigor

    su emplazamiento en la filosofia politica contempornea40)

    Quisiera

    por

    ahora s6lo indicar lo ineludible

    que

    aparece a

    tarea

    de traer

    a

    la luz,

    en

    toda

    su complejidad, a trama

    con-

    ceptual de tal argumento,

    como

    preludio para

    su critica

    gene-

    ral. La

    expresidn

    post-soberana

    e un

    pluralismo

    nacional

    de-

    pende

    de esta tarea filosdfica.

    Wilfrid

    Laurier lJniversity

    ( 36 r

    Ib id .

    13 r i .

    ( 37 )

    Ib id .

    142 .

    i38 t

    Ci

    Carl

    Schmit t ,

    "staatsethrk

    und

    plural ist ischer

    Staat ' ' ,

    Kont

    S tud ien 35 (1930 ) ,30 -32 .

    t

    39) Hans

    Morgenthau,

    citado

    en D. D. Raphael

    ,

    Problents

    o/

    Polittt,aL

    phitct

    .sop,1.

    Londres:

    Macmil lan,

    19751,

    60 .

    (40)

    Ct

    Marshal l

    Cohen,

    "Moral

    Skept ic ism

    and

    Internat ional

    Relat ions",

    Phiktsophl

    and Publ ic

    Affatrs

    13

    (1984),

    299-3.16.

    2 I

  • 7/23/2019 El sentido del socialismo hoy

    23/187

    EL

    SENTIDO DEL

    (Discurso,

    Politica.

    ,SOCIALISMO"

    HOY.

    Sujeto)

    Benjamin Arditi

    Investigador Visitante, Instituto

    de Investigaciones

    Sociales,

    UNAM.

    Profesor Invitado,

    FLACSO Mxico.

    Julio

    1984.

    El

    Memorandum de

    Yaltn,

    escrito

    hacia finales

    de

    1964,

    es

    considerado

    como el testamento

    politico

    de Palmiro Togliatti,

    el entonces Secretario General

    del Partido

    Comunista de

    lta-

    lia

    (PCI).

    Alli Togliatti reitera los

    principios generalesque

    orientan

    la

    politica

    del PCI,

    entre

    los

    cuales se destacanel

    pleno

    respeto

    a

    las libertades

    civiles

    y

    a

    las

    conquistasdemo-

    crticas aseguradas

    por

    las masas trabajadoras

    en

    los

    estados

    burgueses, como asimismo su profundizacidn efectiva bajo un

    rgimen

    socialista;

    una

    posicidn

    critica ante

    los

    paises

    del

    lla-

    mado'socialismo

    real';

    el

    rechazo

    al centralismo

    y

    a

    la

    unidad

    forzada

    en el

    movimiento

    comunista

    internacional,

    y

    su

    re-

    estructuracidn

    de manera

    que

    se respete a diversidad de

    pers-

    pectivas parbidarias

    a

    su interior.

    Este riltimo escrito de Togliatti no constituye un

    aconteci-

    miento aislado, una

    nota

    disonanteal

    interior

    del

    pensamien-

    to comunista

    italiano. Por

    el contrario, el

    Memorandum

    se

    inscribe

    en el

    largo

    camino

    recorrido

    por

    el

    PCI

    para

    elaborar

    un marxismo

    vivo,

    capazde

    responder

    a

    las

    demandas aspi-

    raciones de un

    pueblo

    heterogneo;

    I)

    capaz

    de

    servir

    de

    guia

    para

    Ia

    accidn en una pocaen

    la

    cual

    la

    politica

    se

    ha

    con-

    vertido en una actividad de masasy en la que el estado, ejos

    de ser un

    mero

    gendarme

    o

    'guardin

    nocturno'del

    capital, se

    amplia, se diferencia

    internamente

    y

    necesita

    asegurar

    un

    consenso

    que

    lo

    legitime.

    De hecho,

    el

    PCI

    bajo

    la direccidnde Togliatti imprime un

    carcter

    programtico

    al

    pensamiento

    de Gramsci,

    recuperan-

    do

    las

    conocidas esis de ste en torno a

    las

    diferenciasentre

    Oriente

    (Rusia,

    donde

    a

    sociedad ivil es

    dbil

    y gelatinosa',

    la autoridad carecede amplias bases

    de legitimidad

    y

    el esta-

    do se caracteriza

    por

    un

    predominio

    de formas

    coercitivas)

    y,

    (

    1)

    Lucio Lombardo Radice defrende

    Ia

    continuidad

    hist6rica

    de

    la linea del

    PCI.

    "Pero ya

    entonces, hace cuarenta afros, elaborbamos en los hechos

    y

    tambin a

    nivel

    terico un

    modelo muy

    diferente

    de

    socialismo

    para

    los

    paises

    capitalistas desarrollados de

    Europa

    Occidental,

    que

    cuentan

    con tradiciones democrticas

    y

    con una composicin sociai

    muy

    comple-

    ja".

    cf. su

    Un Socialismo

    por

    Inuentar

    (1979),

    Editorial Laia, Barcelona,

    1980,

    p.

    97 .

    22

  • 7/23/2019 El sentido del socialismo hoy

    24/187

    por

    otra

    parte,

    Occidente

    (Europa,

    cuya sociedad

    civil comple-

    ja

    y

    desarrollada,

    sembrada

    de

    instituciones de

    hegemonia

    que

    constituyen

    fortificaciones

    rodeandoal estado,

    ecubren

    el

    dominio

    burgus con

    el

    manto

    de las

    formas

    consensuales

    de

    gobierno).

    Con

    Togliatti,

    la nocidn

    gramsciana

    de

    'guerra

    de

    posicidn'

    se

    convierte

    en el

    eje estratgico

    del PCI

    y

    se

    plasma

    en

    politicas

    concretas

    encaminadas

    a

    logtar

    una

    nueva

    hege-

    monia,

    la

    de

    las

    masas rabajadoras;

    e sientan

    as bases

    para

    la elaboraci6n

    de una

    'tercera

    via' al socialismo,

    ompiendo

    y

    rebasando

    os limites de

    la dicotomia

    surgida

    en

    la III Inter-

    nacional, que reduce las alternativas socialistasa la estril

    oposicin

    entre

    insurrecci6n

    armada

    y parlamentarismo, es

    decir, entre

    revolucidn

    y

    reforma,

    entre

    Bolshevismo

    social-

    democracia,

    entre Stalin

    y

    Bernstein.

    La importancia

    politica

    de

    la tesis

    acerca de

    la tercera

    via

    para

    el

    movimiento

    comunista

    internacional

    luego agt

    XI

    Congreso

    del

    Partido Comunista

    de

    la

    Uni6n

    Sovitica

    (PCUS)

    es

    crucial:

    a diferencia

    de

    la ruptura

    del Partido

    Comunista

    Chino

    GCCh)

    con

    el

    PCUS,

    que

    condujo

    al

    PCCh a erigirse en

    el

    nico

    legitimo continuador

    del

    marxismo-leninismo,

    y

    por

    consiguiente

    en

    nuevo centro

    de

    la revoluci6n

    mundial,

    la te-

    sis de

    la'tercera

    via'rompe

    con el esquema

    entralizador

    mis-

    mo:

    propone

    una

    fragmentaci6n

    y

    descentralizacidn

    del

    movi-

    miento,

    una

    verdadera

    microfisica

    partidaria,

    una

    recomposi-

    cin del movimiento sobre a base de la 'unidad en la diver-

    sidad'.

    "tlna reflexin

    ms

    profunda

    sobre

    el tema de

    la

    posi-

    bilidad

    de una

    via

    pacifrca

    de acceso

    l socialismo

    nos

    lleva a

    precisar

    qu

    es

    lo

    que

    nosotros entendemos

    por

    democracia

    en un

    Estado

    burgus, c6mo

    pueden

    am-

    pliarse los limites de

    la libertad

    y

    las institucionesde-

    mocrticas

    y

    cuales

    son

    las formas

    ms

    eficaces

    de

    par-

    ticipaci6n

    de las

    masas obreras

    y

    trabajadoras en

    la vi-

    da econdmica

    politica.

    Surge,asi,

    la cuesti6nde

    la

    po-

    sibilidad

    de la conquista

    de

    posiciones

    e

    poder

    por par-

    te de

    las

    clases

    rabajadoras

    en el mbito de

    un estado

    que

    no ha cam