El Sistema Inmunitario de Alerta Precoz

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  • 7/25/2019 El Sistema Inmunitario de Alerta Precoz

    1/9

    E l s i s t e m a i n m u n i t a r i o

    d e a l e r t a p r e c o z

    La respues ta inm un ita ria inna ta cons titu ye la p rim era lnea de de fensa con tra m ic roo rgan ism os

    in vaso res . R ec ien tes ha lla zgos re la tivo s a la acc in de l s is tem a pod ran ab rir nuevas v a s pa ra

    e l tra tam ien to de in fecc iones y tras to rnos inm un ita rio s

    Luke A . J. O N e ill

    na mujer se encuentra a bordo de un ascensor. Los pasaje-

    ros que la acompaan empiezan a estornudar. Mientras ella

    se pregunta qu enfermedades podran contagiarle, su sistema

    inmunitario entra en accin. Si el microbio que dispersan los

    estornudo s corresponde a uno con el que la mujer ha estado ya

    en contacto, un batalln de clulas inmunitarias entrenadas -la

    infantera del sistema inmunitario adaptativo- lo reconocer y, en cuestin

    de horas, 10 eliminar. Puede incluso que jams llegue a darse cuenta de

    que ha sido infectada.

    Pero si el virus o bacteria corresponde a uno contra el que nuestra des-

    venturada pasajera nunca ha luchado, acudir en su auxilio otro tipo de

    respuesta: el sistema inmunitario innato. Este sistema de defensa reconoce

    clases genricas de molculas producidas por mltiples y variados agentes

    patgenos. Cuando detecta alguna de estas molculas extraas, el sistema

    inmunitario dispara una respuesta inflamatoria; en ella, determinadas clulas

    del sistema inmunitario se esfuerzan por aislar al invasor con un muro y

    detener as su propagacin. La actividad de estas clulas -y de los com-

    puestos que segregan- precipita el enrojecimiento y la hinchazn de los

    puntos afectados; tambin es responsable de la fiebre, malestar general y

    otros sntomas gripales que acompaan a numerosas infecciones.

    El asalto inflamatorio se inicia mediante los receptores tipo Toll TLR,

    de Toll-like receptors ), una familia de protenas ancestrales que median la

    inmunidad innata en una gran variedad de organismos, desde los cangrejos

    bayoneta o herradura) hasta los humanos. Si los TLR fallan, el sistema

    inmunitario se desploma, dejando el cuerpo totalmente expuesto a la in-

    feccin. Pero si se cae en el extremo opuesto de una respuesta inmunitaria

    exagerada, el organismo no corre mejor suerte, pues se inducen trastornos

    caracterizados por inflamacin crnica y lesiva: artritis, lupus e incluso

    enfermedades cardiovasculares.

    El entusiasmo que ha generado entre los inmunlogos el descubrimiento

    de los TLR podra compararse al que causaba antao el descubrimiento de

    una tierra desconocida. Numerosos investigadores esperan hallar respues-

    tas a un sinfn de cuestiones inmunolgicas an sin resolver. El estudio

    de estos receptores, as como de los acontecimientos moleculares que

    1. E L PR IM ER ENCUENTRO con agen tes p a tg enos ac tiv a e l s is te ma in mu nita rio in na to ,

    q ue en tra a m ayo r com p le jidad de lo que se pen saba .

    I N V E S T I G A C i N

    y

    C I E N C I A marzo , 2005

  • 7/25/2019 El Sistema Inmunitario de Alerta Precoz

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    El sistema inmunitario de los mamferos se divide en dos

    ramas principales. La divisin innata i zquierda opera cerca

    de los puntos de entrada en el cuerpo y est siempre

    alerta. Si sta no consigue contener el patgeno, la divisin

    adaptativa d er ec ha entra en juego, organizando un ataque

    ms tardo, aunque muy selectivo.

    L A S D O S R A M A S D E L S IS T E M A IN M U N IT A R IO

    S ISTEM INMUN IT R IO INN TO

    Este sistema consta de molculas antimicrobianas y

    fagocitos clulas que ingieren y destruyen patgenos),

    entre varios componentes. Lo mismo que las clulas

    dendrticas y los macrfagos, los fagocitos activan una

    respuesta inflamatoria, mediante la secrecin de cito-

    quinas: protenas que disparan un aluvin de clulas

    defensivas procedentes de la sangre. Con las clulas

    reclutadas llegan nuevas dotaciones de fagocitos;

    sobre todo monocitos que maduran y se transforman

    en macrfagos) y neutrfilos.

    SISTEM INMUNIT R IO PT TIVO

    Las clulas B y T son las protagonistas de este sistema. Las

    clulas

    B

    activadas secretan molculas de anticuerpos que se

    unen a los antgenos componentes especficos y exclusivos de

    un invasor concreto) y destruyen el invasor o lo marcan para

    que sea atacado por otros. Las clulas

    T

    reconocen los antge-

    nos presentados por otras clulas. Algunas de ellas ayudan a

    activar las clulas

    B

    y a otras clulas T

    no se muestran;

    otras

    atacan directamente a las clulas infectadas. Las clulas T y B

    engendran clulas de memoria que eliminan rpidamente a los

    invasores reincidentes.

    desencadenan cuando detectan un

    agente patgeno, ya est empezan-

    do a dar frutos: se han identificado

    posibles dianas para frmaco s que

    podran potenciar la actividad pro-

    tectora del cuerpo, reforzar el efecto

    de las vacunas y tratar una amplia

    gama de enfermedades devastadoras

    y potencialmente mortales.

    L a c e n i c i e n t a d e l a i n m u n o l o g a

    Un lustro atrs, el inters de los in-

    munlogos se centraba, casi exclusi-

    vamente, en el sistema inmunitario

    adaptativo. Los libros de texto llena-

    ban sus pginas con detalles sobre las

    clulas B y cmo stas fabrican los

    anticuerpos que se unen a protenas

    especficas, o antgenos, en la super-

    I n m u n i d a d i n n a t a

    La inmunidad innata constituye un sistema de alerta precoz para detec-

    tar y combatir infecciones de cualquier tipo. Est mediada por recepto-

    res tipo Toll TLR), producidos por numerosas clulas de defensa.

    Cuando los TLR detectan un agente invasor, promueven la produccin

    de una batera de protenas de sealizacin que inducen la inflamacin

    y organizan una respuesta inmunitaria completa.

    La hipoactividad de los TLR inutiliza el sistema inmunitario; la hipe-

    ractividad de los mismos induce la aparicin de artritis reumatoide,

    enfermedades cardiovasculares y otros trastornos. El control de los TLR

    o de las protenas con las que stos interactan ofrecera nuevas vas

    para el tratamiento de enfermedades infecciosas e inflamatorias.

    8

    ficie de un patgeno invasor) y las

    clulas T que presentan receptores

    capaces de reconocer fragmentos de

    protenas de patgenos). Se denomi-

    naba adaptativa la respuesta porque,

    durante el curso de una infeccin,

    se ajustaba --en funcin del tipo de

    agente invasor- para optimizar la

    accin defensiva.

    La inmunidad adaptativa destaca-

    ba tambin por otra particularidad:

    dota de memoria al sistema inmu-

    nitario. Una vez eliminada la infec-

    cin, siguen presentes las clulas B

    y T especialmente entrenadas para

    prevenir ataques posteriores. En esta

    capacidad de recordar infecciones pa-

    sadas basan su efectividad las va-

    cunas: exponen el cuerpo a formas

    desactivadas de un patgeno o partes

    inofensivas del mismo) para que el

    sistema inmunitario reaccione como

    si se tratase de un ataque verdadero,

    generando clulas de memoria protec-

    I N V E S T I G A C i N

    y

    C I E N C I A marzo,2005

  • 7/25/2019 El Sistema Inmunitario de Alerta Precoz

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    toras. As nos resguardan de enferme-

    dades vricas o bacterianas. Una vez

    que el organismo se ha enfrentado

    con un patgeno y ha sobrevivido,

    las clulas T y B se encargan de que

    el mismo microbio no nos vuelva a

    sorprender desprevenidos.

    En comparacin con el adaptativo,

    el sistema inmunitario innato pareca

    bastante primitivo. Por un lado, se

    pen aba que sus componentes -in-

    cluyendo las enzimas antibacterianas

    de la saliva y un grupo de protenas

    interrelacionadas conocidas en su

    conjunto como el complemento) que

    matan las bacterias en el torrente san-

    guneo- eran ms simples que los

    anticuerpos dirigidos contra blancos

    especficos y las clulas T asesinas.

    Por otro, su respuesta no muestra

    capacidad de ajuste.

    Sin embargo, al despreciar as la

    respuesta innata, los inmunlogos

    eludan un fenmeno de suma impor-

    tancia, a saber, que este sistema in-

    nato, de presumida tosquedad, cons-

    titua un elemento esencial para la

    operatividad del sistema adaptativo.

    As es: sin respuesta innata, no hay

    respuesta adaptativa. El sistema inna-

    to produce citoquinas, unas protenas

    de sealizacin que no slo inducen

    la inflamacin, sino que tambin ac-

    tivan las clulas B y T protagonistas

    de la respuesta adaptativa.

    A finales de los aos noventa del

    siglo pasado, el sistema inmunitario

    adaptativo se conoca con profundi-

    dad. Poco se saba, en cambio, sobre

    la inmunidad innata. Cmo activa-

    ban los microbios la respuesta inna-

    ta? Cmo diriga sta la respuesta

    adaptativa de las clulas T y B? Poco

    despus, se descubrira que los TLR

    -producidos por distintas clulas in-

    munitarias- encierran la clave de

    estas cuestiones. Pero el camino no

    fue fcil. Para llegar a dichas prote-

    nas, los expertos debieron recorrer un

    tortuoso y serpenteado viaje a travs

    de estudios del desarrollo de la mosca

    del vinagre, la bsqueda de drogas

    para tratar la artritis y el amanecer

    de la era genmica.

    T 0 1 1 u na p ro te n a m is te rio sa

    La historia de este hallazgo nos re-

    trotrae a los primeros aos ochenta,

    cuando los inmunlogos empezaron

    a estudiar la actividad molecular de

    las citoquinas. Estos mensajeros pro-

    teicos son producidos por diferentes

    clulas inmunitarias: macrfagos y

    T L R L M N O

    L o s r e c e p to re s t ip o T o lI (T L R , d e T o lI- l ik e re ce pto r ), p r o d u -

    c id o s p o r m u c h a s c lu la s d e l s is te m a in m u n ita rio in n ato , o r-

    q ue sta n la re sp ue s ta in m u n ita r ia in n a ta , a l p ro pio tie m po q u e

    d e s em pe a n u n a f unc i n cr t ic a e n la re s pu es ta a da pta ti v a .

    E l T L R 4, p o r e je m p lo , a c t iv a la s d e fe n s a s a n te la in v a s i n d e

    u n a b ac te ria g ra m -n e ga tiv a. De t e c t a la s in c u r s io n e s p o r m ed io

    d e s u u n i n a u n lip o p o lis ac r id o (L P S), u n t ip o d e a zca r

    IL-8: a tra e lo s n e u t r fi lo s

    ex c l u s iv o d e la s b ac te r ia s g ra m -n eg a ti v a s . U n a v e z r e c o n o c i-

    d o s LP S, u n a p a re ja d e T LR 4 e n v a la s e a l a c ua t r o m o l-

    c u l a s q u e s e e n c u e n tra n e n e l in te r io r d e la c lu la : (M y [:)88 ,

    M a l, T ram y T ri f); s ta s , a s u v e z , d e s e n c a d e n a n u n a c a s c a d a

    d e in te ra c c io n e s m o le c u la re s q u e te r m i na n p o r a c t iv a r u n .

    r eg u la d o r p rin c ip a l d e la in f lam a c i n (N F- lC B). E s te re g u l a -

    d or a c c io na e n to nc e s la e xp re si n d e g e ne s q u e c o dif ic a rn

    a c t i v a do r e s in m u n it a r io s . E n tre e llo s s e c u e n ta n la s c it o q u in a s

    de recha , in d u c to ra s d e la in fl a m a c i n y a ct iv a do ra s d e la s

    c lu las T y B d e la d iv is i n in m u n ita r ia a d a p tat iv a .

    IL-1 y TNF -a lf a :

    e

    p o te n c ia n la re s p u e sta

    () in f la m a to ri a

    Ba c te r ia

    g ra m -n e g a t iv a

    o Q

    L P S ~

    J ~l li UNY e lE C IA ,m a rz o , 2 0 0 5

    9

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    toras. As nos resguardan de enferme-

    dades vricas o bacterianas. Una vez

    que el organismo se ha enfrentado

    con un patgeno y ha sobrevivido,

    las clulas T y B se encargan de que

    el mismo microbio no nos vuelva a

    sorprender desprevenidos.

    En comparacin con el adaptativo,

    el sistema inmunitario innato pareca

    bastante primitivo. Por un lado, se

    pen aba que sus componentes -in-

    cluyendo las enzimas antibacterianas

    de la saliva y un grupo de protenas

    interrelacionadas conocidas en su

    conjunto como el complemento) que

    matan las bacterias en el torrente san-

    guneo- eran ms simples que los

    anticuerpos dirigidos contra blancos

    especficos y las clulas T asesinas.

    Por otro, su respuesta no muestra

    capacidad de ajuste.

    Sin embargo, al despreciar as la

    respuesta innata, los inmunlogos

    eludan un fenmeno de suma impor-

    tancia, a saber, que este sistema in-

    nato, de presumida tosquedad, cons-

    titua un elemento esencial para la

    operatividad del sistema adaptativo.

    As es: sin respuesta innata, no hay

    respuesta adaptativa. El sistema inna-

    to produce citoquinas, unas protenas

    de sealizacin que no slo inducen

    la inflamacin, sino que tambin ac-

    tivan las clulas B y T protagonistas

    de la respuesta adaptativa.

    A finales de los aos noventa del

    siglo pasado, el sistema inmunitario

    adaptativo se conoca con profundi-

    dad. Poco se saba, en cambio, sobre

    la inmunidad innata. Cmo activa-

    ban los microbios la respuesta inna-

    ta? Cmo diriga sta la respuesta

    adaptativa de las clulas T y B? Poco

    despus, se descubrira que los TLR

    -producidos por distintas clulas in-

    munitarias- encierran la clave de

    estas cuestiones. Pero el camino no

    fue fcil. Para llegar a dichas prote-

    nas, los expertos debieron recorrer un

    tortuoso y serpenteado viaje a travs

    de estudios del desarrollo de la mosca

    del vinagre, la bsqueda de drogas

    para tratar la artritis y el amanecer

    de la era genmica.

    T 0 1 1 u na p ro te n a m is te rio sa

    La historia de este hallazgo nos re-

    trotrae a los primeros aos ochenta,

    cuando los inmunlogos empezaron

    a estudiar la actividad molecular de

    las citoquinas. Estos mensajeros pro-

    teicos son producidos por diferentes

    clulas inmunitarias: macrfagos y

    T L R L M N O

    L o s r e c e p to re s t ip o T o lI (T L R , d e T o lI- l ik e re ce pto r ), p r o d u -

    c id o s p o r m u c h a s c lu la s d e l s is te m a in m u n ita rio in n ato , o r-

    q ue sta n la re sp ue s ta in m u n ita r ia in n a ta , a l p ro pio tie m po q u e

    d e s em pe a n u n a f unc i n cr t ic a e n la re s pu es ta a da pta ti v a .

    E l T L R 4, p o r e je m p lo , a c t iv a la s d e fe n s a s a n te la in v a s i n d e

    u n a b ac te ria g ra m -n e ga tiv a. De t e c t a la s in c u r s io n e s p o r m ed io

    d e s u u n i n a u n lip o p o lis ac r id o (L P S), u n t ip o d e a zca r

    IL-8: a tra e lo s n e u t r fi lo s

    ex c l u s iv o d e la s b ac te r ia s g ra m -n eg a ti v a s . U n a v e z r e c o n o c i-

    d o s LP S, u n a p a re ja d e T LR 4 e n v a la s e a l a c ua t r o m o l-

    c u l a s q u e s e e n c u e n tra n e n e l in te r io r d e la c lu la : (M y [:)88 ,

    M a l, T ram y T ri f); s ta s , a s u v e z , d e s e n c a d e n a n u n a c a s c a d a

    d e in te ra c c io n e s m o le c u la re s q u e te r m i na n p o r a c t iv a r u n .

    r eg u la d o r p rin c ip a l d e la in f lam a c i n (N F- lC B). E s te re g u l a -

    d or a c c io na e n to nc e s la e xp re si n d e g e ne s q u e c o dif ic a rn

    a c t i v a do r e s in m u n it a r io s . E n tre e llo s s e c u e n ta n la s c it o q u in a s

    de recha , in d u c to ra s d e la in fl a m a c i n y a ct iv a do ra s d e la s

    c lu las T y B d e la d iv is i n in m u n ita r ia a d a p tat iv a .

    IL-1 y TNF -a lf a :

    e

    p o te n c ia n la re s p u e sta

    () in f la m a to ri a

    Ba c te r ia

    g ra m -n e g a t iv a

    o Q

    L P S ~

    J ~l li UNY e lE C IA ,m a rz o , 2 0 0 5

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  • 7/25/2019 El Sistema Inmunitario de Alerta Precoz

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    clulas dendrticas entre otras. Los

    macrfagos patrullan por los teji-

    dos del cuerpo en busca de seales

    de infeccin. Cuando detectan una

    protena extraa, inician la respuesta

    inflamatoria. Engullen y destruyen

    el invasor portador de esa protena

    y secretan varias citoquinas; algu-

    nas de stas disparan entonces una

    alarma que recluta otras clulas al

    sitio infectado y pone todo el siste-

    ma inmunitario en alerta total. Las

    clulas dendrticas ingieren los mi-

    crobios invasores y se dirigen a los

    ndulos linfticos, donde presentan

    fragmentos de las protenas del pat-

    geno a multitud de clulas T y liberan

    citoquinas: una secuencia de opera-

    ciones que contribuye a la puesta en

    marcha de la respuesta inmunitaria

    adaptativa.

    Para estudiar la funcin de las di-

    ferentes citoquinas, los expertos nece-

    sitaban hallar una va inductora de su

    produccin. Observaron que el modo

    ms eficaz para conseguir que los

    macrfagos y las clulas dendrticas

    produjeran citoquinas en ellaborato-

    rio era exponerlas a bacterias o, lo

    que revesta mayor inters, a com-

    ponentes bacterianos especficos. El

    lipopolisacrido LPS), por ejemplo,

    una molcula que fabrican numerosas

    bacterias, desencadena una potente

    respuesta inmunitaria. En humanos,

    la exposicin a LPS causa fiebre y

    puede provocar un shock sptico, una

    disfuncin vascular mortal debida a

    una respuesta excesiva y destructiva

    de las clulas inmunitarias. Los LPS

    desencadenan esa respuesta inflama-

    toria al incitar a los macrfagos y a

    las clulas dendrticas a liberar ci-

    toquinas: en concreto, el factor de

    necrosis tumoral-alfa TNF-alfa) y

    la interleucina-1 IL-1).

    Se demostr que estas dos citoqui-

    nas gobernaban la respuesta inflama-

    toria mediante la activacin de las

    clulas inmunitarias. Si se des con-

    trolan, precipitan la aparicin, entre

    otros, de la artritis reumatoide, una

    enfermedad autoinmune en la que

    una inflamacin excesiva de las arti-

    culaciones conduce a la destruccin

    de las mismas. Los expertos dedu-

    jeron entonces que si limitaban los

    efectos del TNF-alfa y la IL-1 po-

    dran demorar el avance de la enfer-

    medad y aliviar as el sufrimiento de

    los pacientes artrticos. Pero todava

    no estaban en condiciones de disear

    10

    2 . UNA MOSCA DEL V INAG RE que ca rec a

    de la p ro te na To lI m ue re v c tim a de una

    inf ecc in po r hongos ge ner al iz ada ; las

    es po ras cub ren e l cu e rpo co m o un ab r ig o

    de p iel es . (La cab eza se ha lla aba jo a la

    de recha.) E l es tud io en cuesti n , publ ica-

    do en 1996 , apo rt uno de los p rim e ros

    da to s sob re la fu nci n pr o tec to ra que las

    p ro tenas To lI de sa rrol lan en la m os ca de l

    v inag re .

    dicha terapia; necesitaban conocer

    mejor el mecanismo de operacin

    de estas molculas. Para empezar,

    deban identificar las protenas con

    las que interactuaban.

    En 1988, John E. Sims y su equipo

    de Immunex, en Seattle, descubrie-

    ron una protena receptora que re-

    conoce la IL-1. Este receptor reside

    en las membranas de clulas muy

    dispares, incluidos los macrfagos

    y las clulas dendrticas. La frac-

    cin de receptor que sobresale de

    la clula se une a la IL-l, mientras

    que el segmento que permanece en

    el interior transmite el mensaje de

    que IL-1 ha sido detectada. Sims

    examin con detalle la parte interna

    del receptor de la IL-1, con la es-

    peranza de hallar alguna pista sobre

    dicha transmisin: por ejemplo, qu

    molculas de sealizacin activa la

    protena en el interior de las clulas.

    Pero se llev una buena sorpresa: el

    dominio interno del receptor de la

    IL-1 humana no guardaba semejanza

    con nada que hubiese visto antes.

    En 1991, Nick J. Gay, de la Univer-

    sidad de Cambridge, hizo un extra-

    o descubrimiento mientras buscaba

    protenas similares a Toll, una pro-

    tena de la mosca del vinagre. Toll

    haba sido identificada por Christiane

    usslein- Volhard en Tubinga, quien

    bautiz as a la protena porque las

    moscas que carecen de ella mues-

    tran un aspecto extrao

    Toll

    significa

    extrao en alemn). La protena

    ayuda al embrin en desarrollo de

    Drosophila a distinguir entre la par-

    te dorsal y la ventral; por ello las

    moscas que carecen de Toll parecen

    en total confusin, como si hubiesen

    perdido la lateralidad.

    Gay consult la base de datos que

    contena todas las secuencias gnicas

    conocidas entonces, en su bsqueda

    de genes cuyas secuencias mostrasen

    mxima coincidencia con la de Toll,

    suponiendo que stos podran codifi-

    car protenas similares a aqulla. Des-

    cubri que parte de la protena Toll

    guarda una sorprendente semejanza

    con el dominio interno del receptor

    humano para la IL-1, precisamente

    el mismo segmento que tanto haba

    desconcertado a Sims.

    Aquellos resultados parecan ca-

    recer de sentido. Por qu una pro-

    tena implicada en la inflamacin en

    humanos se parecera a una protena

    que les dice a los embriones de la

    mosca cul es la parte de arriba?

    El misterio permaneci sin resol-

    ver hasta que, en 1996, Jules A.

    Hoffmann y sus colaboradores del

    CNRS en Estrasburgo demostraron

    que las moscas se servan de Toll

    para defenderse de infecciones

    f n

    gicas. En

    Drosophila

    pues, Toll es

    multifuncional: participa en el de-

    sarrollo embrionario y en la inmu-

    nidad del adulto.

    R e c e p t o r e s t i p o T

    El receptor para la IL-1 y la prote-

    na Toll guardan semejanza slo en

    los segmentos que se ocultan en el

    interior de la clula; los que estn

    expuestos al exterior parecen bastante

    diferentes. Esta observacin llev a

    los expertos a buscar protenas hu-

    manas idnticas a Toll. Despus de

    todo, la evolucin suele conservar

    los diseos eficaces; si Toll mediaba

    la inmunidad en las moscas, quiz

    protenas similares estaban haciendo

    lo propio en humanos.

    Siguiendo el consejo de Hoffmann,

    en 1997, Ruslan Medzhitov y el desa-

    parecido Charles A. Janeway, Jr., de

    la Universidad de Yale, hallaron la

    primera de estas protenas, a la que

    llamaron Toll humana. En unos seis

    meses, Fernando Bazn y sus compa-

    eros de D AX, en Palo Alto, haban

    identificado cinco Toll humanas: se

    denominaran receptores tipo Toll

    TLR). Uno de ellos, el TLR4, coin-

    INVESTIGAC iNy C IENCIA , m ar zo , 200 5

  • 7/25/2019 El Sistema Inmunitario de Alerta Precoz

    6/9

    cida con la Toll humana descrita por

    Medzhitov y Janeway.

    Llegados a este punto, todava no

    se saba con exactitud cmo podran

    contribuir los TLR a la inmunidad hu-

    mana. Janeway haba observado que

    llenar las membranas de las clulas

    dendrticas con TLR4 incitaba la pro-

    duccin de citoquinas. Sin embargo,

    no logr explicar cmo se activaba

    el TLR4 en una infeccin.

    La respuesta lleg en 1998, cuando

    Bruce Beutler y su equipo del Insti-

    tuto Scripps en La Jolla descubrieron

    ratones mutantes incapaces de res-

    ponder a los LPS: portaban una ver-

    sin defectuosa de TLR4. Mientras

    que los ratones normales moran de

    sepsis dentro de la hora posterior a

    ser inyectados con LPS, los mutantes

    sobrevivan y se comportaban como

    si no hubieran estado expuestos a la

    molcula. Es decir, la mutacin en el

    gen del TLR4 insensibilizaba a los

    ratones frente a los LPS.

    Aquellos resultados indicaban que

    el TLR4 se activa cuando interac-

    ta con un LPS. De hecho, ahora

    sabemos que su funcin consiste

    en detectar los LPS. El hallazgo

    arroj luz sobre la comprensin de

    la sepsis, pues revel el mecanis-

    mo molecular que subyace tras la

    inflamacin y suministr un posi-

    ble blanco para su tratamiento. En

    dos aos, los expertos determinaron

    que la mayora de los TLR -una

    decena de los cuales se ha identi-

    ficado ya en humanos- reconocen

    molculas bsicas para la supervi-

    vencia de bacterias, virus, hongos y

    parsitos. El TLR2 se une al cido

    lipoteicoico, un componente de la

    pared bacteriana; el TLR3 reconoce

    el material gentico de los virus;

    el TLRS reconoce la flagelina, una

    protena que forma el flagelo que

    las bacterias usan para desplazarse;

    y el TLR9 reconoce una secuencia

    gnica distintiva llamada CpG, que

    se encuentra en bacterias y virus en

    una forma cuya estructura qumica

    difiere de las secuencias CpG en

    mamferos.

    Resulta evidente, pues, que los

    TLR evolucionaron para reconocer

    y responder ante componentes mole-

    culares bsicos de los patgenos. Ello

    impide que un agente infeccioso elu-

    da los TLR mediante la eliminacin

    o alteracin qumica de cualquiera de

    estos componentes, para pasar inad-

    vertido; al ser fundamentales, termi-

    nara por inutilizarse. Adems, dado

    que muchos elementos de stos se

    comparten entre diversos organismos,

    bastan slo unos 10 TLR para pro-

    tegemos virtualmente de cualquier

    patgeno conocido.

    La inmunidad innata no es exclu-

    siva de los humanos. De hecho, se

    trata de un sistema ancestral. Dispo-

    nen de respuesta inmunitaria inna-

    ta las moscas, las estrellas de mar,

    las pulgas de agua y casi todos los

    organismos estudiados hasta ahora.

    Muchos usan los TLR como de-

    sencadenantes. Los nemtodos, por

    ejemplo, se sirven de un TLR para

    detectar las bacterias infecciosas y

    escapar de ellas nadando. Los TLR

    abundan tambin en las plantas: el

    tabaco requiere la protena N para

    combatir el virus del mosaico del

    F U N C IO N E S D E L O S R E C E P T O R E S T IP O T O L L

    Cada receptor tipo TolI detecta algn componente esencial

    de una amplia gama de patgenos; en su conjunto, los

    TlR reconocen casi todos los invasores que podran

    causar enfermedad. Cada tipo de clula encier

    una combinacin diferente de estos rece

    res, que operan por pares. Se han i

    tificado diez TlR humanos y un

    nmero de las molculas que

    reconocen abajo . Se dese

    nocen an las funciones

    TlRl0 as eomo la

    de TLR3, TLR5,

    TlR8 Y TI..

    IN V E S T I G A C i N y C I E N C IA marzo, 2 0 0 5

    11

  • 7/25/2019 El Sistema Inmunitario de Alerta Precoz

    7/9

    tabaco. Arabidopsis thaliana cuenta

    con ms de 200.

    La primera protena tipo Toll de-

    bi surgir en un organismo unice-

    lular, antepasado comn de plantas

    y animales. Puede incluso que estas

    molculas facilitaran nuestra evolu-

    cin. Sin un sistema de defensa eficaz

    contra la infeccin, quiz los orga-

    nismos multice1ulares jams hubieran

    sobrevivido.

    A s a l t o a l c a s t i l l o

    El sistema inmunitario innato se com-

    paraba antao, debido a su supuesta

    simplicidad, con la muralla de un

    castillo. Se pensaba que la accin

    defensiva tena lugar una vez que

    en la muralla se abra una brecha y

    las tropas que estaban dentro -las

    clulas T y B- entraban en batalla.

    Ahora sabemos que en la muralla

    del castillo se aposentan centinelas

    TLR) que identifican al invasor y

    tocan a rebato para movilizar a las

    tropas y preparar las defensas contra

    el atacante. En otras palabras, los

    TLR disparan ambos sistemas: el

    innato y el adaptativo.

    La escena podra describirse como

    sigue. Cuando un patgeno entra

    por primera vez en el cuerpo, uno

    o varios TLR como los que se en-

    cuentran en la superficie de los ma-

    crfagos y clulas dendrticas que

    patrullan sin cesar) se unen a las

    molculas extraas; por ejemplo, los

    LPS de las bacterias gram-negativas.

    A continuacin, los TLR incitan a las

    clulas a liberar varias citoquinas.

    Estos mensajeros proteico s reclutan

    entonces macrfagos adicionales,

    clulas dendrticas y otras clulas

    inmunitarias para aislar y atacar

    sin especificidad) el microorganis-

    mo intruso. Al propio tiempo, las

    citoquinas liberadas por esas clulas

    causan fiebre, dolor corporal y otros

    sntomas de tipo gripal.

    Los macrfagos y las clulas den-

    drticas que han troceado el agente

    invasor muestran fragmentos del mis-

    mo en su superficie, junto con otras

    molculas para avisar de la presen-

    cia del patgeno. Esta exhibicin,

    en combinacin con las citoquinas

    liberadas en respuesta a los TLR,

    activa por fin las clulas B y T, que

    identifican dichos fragmentos. Ello

    provoca -en el curso de varios

    das- que esas clulas proliferen y

    dirijan un ataque violento y polari-

    zado contra el invasor. Sin el efecto

    cebador de los TLR, las clulas B

    y T no se activaran y el organis-

    mo no sera capaz de organizar una

    respuesta inmunitaria completa ni

    recordar infecciones previas.

    Tras la infeccin inicial, se reserva

    una cantidad suficiente de clulas T

    y B de memoria para que el cuerpo

    pueda enfrentarse al invasor con ma-

    yor eficacia en el caso de que ste

    regrese. En ocasiones, este ejrcito

    L A S P U L G A S D E M E C H N IK O V

    E l d es cu br im ie n to d e la s p ro te n a s T o lI

    y lo s re c e p to re s t ip o T o lI re tam a u n a

    ln ea d e in ve st ig ac i n in ic ia da h ac e

    m s d e u n s ig lo p o r lIy a M e c h n ik o v ,

    d es o u b rid or d e lo s fu n d am e n to s d e la

    in m un id ad in na ta . A p r in c ip io s d e lo s

    a o s o c h e n ta d e l s ig lo

    X I X

    Mec h n i k o v

    a r ra n c a lg u n a s e s p in a s d e u n m a n d a -

    r i na y la s c la v e n u n a la rv a d e e s tre -

    l la d e m ar. A la m a a n a s ig u ie n te , la s

    e sp in as e sta b an ro d e a d a s p o r cl u la s

    m v ile s ; s u p u s o q u e s ta s tr a t a b a n

    d e e ng ullir la s b ac te ria s q u e , ju n to

    c o n o tro s c u e rp o s e xt r a o s , h ab a n

    s id o in t r o du c id a s a ll p o r la s e s p in a s .

    O b s e r v e n to n c e s q u e p u lg a s d e a g u a

    Daphnia

    e xp ue sta s a e sp o ra s d e

    h o ng os o rg an iz a b a n u n a re s p u e s ta

    s im il a r. D es cu b ri a s la fa g o c ito s is , la

    p ie d ra a n g u la r d e la inm un id a d in n a ta .

    E l h a ll a z g o le v a li a M e c h n i kov u n

    p rem io N o b e l e n 1 9 0 8.

    M H N I K O V e ra to do u n p ers on aje . He f i-

    r in d os e a lo s t ie m po s e n q ue tra ba ja b a

    e n e l In s t itu to P a ste u r, s e c u en ta d e l

    q ue c alz a ba b ota s d e g om a e n c u alq uie r

    p o ca d e l a o . l le va b a u n p a ra g ua s y lo s

    bols i l lo s lle no s a re ve nta r d e p ub li cac io n e s

    c ien t fic a s . L u ca s ie m p re e l m is m o s orn -

    b re ro ; a m en ud o, c ua n do e sta b a e xa l t a do ,

    s e s e n ta b a e n l.

    de clulas de memoria opera con tal

    prontitud que no llega a producirse

    ninguna inflamacin. Ello hace que

    la vctima no se encuentre tan mal;

    puede incluso que ni siquiera note

    la reinfeccin.

    La inmunidad innata y la adapta-

    tiva forman parte del mismo sistema

    de reconocimiento y eliminacin de

    patgenos. La interaccin entre es-

    tos dos mecanismos de defensa es

    lo que confiere robustez al sistema

    inmunitario en su conjunto.

    R e s p u e s t a

    p e r sona l iza r a

    Para lograr un conocimiento ms

    pleno del control operado por los

    TLR sobre la actividad inmunitaria,

    se precisa identificar las molculas

    que transmiten seales desde los TLR

    activados en la superficie celular has-

    ta el ncleo, induciendo la expresin

    de genes que codifican citoquinas y

    otros activadores inmunitarios. Ob-

    jeto de intensa investigacin, han

    comenzado a aflorar los primeros

    hallazgos.

    Sabemos ahora que los TLR, lo

    mismo que un gran nmero de re-

    ceptores que residen en la superficie

    celular, reclutan una larga cadena de

    protenas de sealizacin que llevan

    su mensaje al ncleo; a la manera

    de una brigada que transporta cubos

    de agua hasta un incendio. Salvo el

    TLR3, todos los TLR transfieren su

    seal a MyD88, una protena adap-

    tadora. Qu otras protenas partici-

    pen en la transmisin de la seal

    depender del TLR. En mi labora-

    torio estudiamos Mal, una protena

    que ayuda a portar seales generadas

    por TLR4 y TLR2. El TLR4 tambin

    requiere de otras dos protenas Tram

    y Trif), para enviar la seal, mientras

    que el TLR3 slo necesita de Trif.

    Shizuo Akira, de la Universidad de

    Osaka, ha demostrado que ratones

    transgnicos que no sintetizan algu-

    nas de estas protenas de sealizacin

    intermediarias tampoco responden a

    los productos microbianos; ello su-

    giere que las protenas asociadas a

    los TLR podran constituir las dianas

    para nuevos frmacos antiinflamato-

    rios o antimicrobianos.

    La interaccin con diferentes gru-

    pos de protenas de sealizacin per-

    mite a los TLR activar varios grupos

    de genes que afinan la respuesta de

    la clula en funcin del tipo de pa-

    tgeno. Por ejemplo, TLR3 y TLR7

    I N V E S T I G A C i N

    y

    C IE N C IA

    ma r z o , 2 0 0 5

  • 7/25/2019 El Sistema Inmunitario de Alerta Precoz

    8/9

    detectan la presencia de virus; acto

    seguido, desencadenan una cascada

    de interacciones moleculares que in-

    ducen la produccin y liberacin de

    interfern, la ms importante citoqui-

    na antiviral. El TLR2, que detecta

    bacterias, estimula la liberacin de

    una mezcla de citoquinas que, si bien

    no incluye el interfern, resulta ms

    apropiada para combatir un ataque

    bacteriano.

    El descubrimiento de la especifici-

    dad de los TLR --capaces de detectar

    diferentes productos microbianos y

    ayudar a confeccionar la respuesta

    inmunitaria ms adecuada- mina

    la hiptesis, largo tiempo admitida,

    segn la cual la inmunidad innata

    constituira una barrera esttica e

    incapaz de discriminar. La verdad

    es que nos hallamos ante un siste-

    ma dinmico que gobierna casi todos

    los aspectos de la inflamacin y la

    inmunidad.

    De la

    e g o n e l a

    a l lu pu s

    Tras reconocer el papel central que

    desempean los TLR en la activacin

    de la respuesta inmunitaria, se em-

    pez a sospechar que las versiones

    deficientes y las hiperactivas de estos

    receptores podran acarrear trastor-

    nos en el sistema de defensa. Se

    andaba en lo cierto. Ciertos defectos

    en la inmunidad innata conducen a

    una mayor susceptibilidad a los virus

    y a las bacterias. En las personas

    con una forma de TLR4 hipo activa,

    la probabilidad de sufrir infecciones

    bacterianas severas, en el transcurso

    de un perodo de cinco aos, quin-

    tuplica la probabilidad de padecerlas

    quienes portan un TLR4 normal. Las

    personas que mueren de legionelosis

    presentan a menudo una mutacin

    en TLR5 que incapacita la prote-

    na, comprometiendo as la respuesta

    inmunitaria innata y dejndolos a

    merced de la bacteria

    Legionella.

    Una respuesta inmunitaria exagera-

    da puede resultar igualmente destruc-

    tiva. Slo en los EE.UU. y Europa,

    ms de 400.000 personas mueren

    cada ao de sepsis, provocada por

    una respuesta inmunitaria hiperactiva

    capitaneada por la TLR4.

    Otros estudios sealan la participa-

    cin de los TLR en ellupus eritema-

    toso sistmico, la artritis reumatoide y

    otras enfermedades autoinmunes. En

    estos casos, podra ser que los TLR

    respondieran a productos procedentes

    I N V E S T I G A C i N

    y

    C I E N C I A marzo, 0 0 5

    Sustancias Queactivaran los TLR

    y

    por tanto, potenciaranla respuesta inmunitaria

    mejoraranla eficaciade vacunas y protegerancontra la infeccin.Podran incluso

    orientarel sistema inmunitariohacia la destruccin de tumores. En cambio, los

    frmacos que bloquearan la actividadde los TLR, resultaran tiles para tratar tras-

    tornos inflamatorios.Se est investigandoen ambos tipos de medicacin abajo .

    T IPO DE FARM ACD EJEM PLO S

    Activadorde T L R 4 MPL:tratamientode la alergiay co ad yuvante activadordel sis-

    tema inmune)para vacunasde CorixaSeattle).Se ha sometido

    a ensayos clnicosa gran escala

    Activadorde

    T L R 7

    ANA245isatoribina):agente antiviralde AnadysSan Diego).

    Han empezadolas primerasfases de su ensayoen humanos

    para hepatitisC

    Activadorde T L R 7

    y T L R 8

    Imiquimod:ratamientopara verrugasgenitales,carcinomade

    clulasbasale s y queratosisactnica,de 3M SI.Paul,Minneso-

    tal. Se encuentraya en el mercado

    Activadorde T L R 9

    ProMune:coadyuvantepara vacunasy tratamientopara el me-

    lanomay el linfomano de Hodgkin,de ColeyWellesley,Massa-

    chusetts).Se ha sometidoa ensayos clnicosa gran escala

    Inhibidorde T L R 4

    E5564:antispticode Eisai Teaneck,NuevaJersey).Hanempe-

    zado las primerasfases de su ensayo en humanos

    Inhibidorgeneral

    de T LR

    RDP58:medicamentopara la colitisulcerosay la enfermedadde

    Crohn,de Genzyme Cambridge,Massachusetts).Se ha someti-

    do a ensayos clnicosa gran escala

    Inhibidorgeneral

    de T L R

    OPN201:medicinapara trastornosautoinmunes,de Opsona

    TherapeuticsDubln).Se est ensayandoen modelosanimales

    de inflamacin

    de clulas daadas, propagando una

    respuesta inflamatoria inapropiada y

    promoviendo una reaccin errnea

    del sistema inmunitario adaptativo.

    En el ejemplo del lupus, se ha ob-

    servado que el TLR9 reacciona ante

    el ADN del propio organismo.

    La inmunidad innata y los TLR po-

    dran estar relacionados tambin en

    la enfermedad cardaca. Las personas

    con una mutacin en TLR4 parecen

    ser menos propensas a desarrollar

    trastornos cardiovasculares. Puesto

    que la inflamacin contribuye a la

    formacin de las placas que atascan

    las arterias coronarias, una forma de

    proteger el corazn consistira en aca-

    llar el TLR4. La manipulacin del

    TLR4, pues, podra abrir una nueva

    va para prevenir o limitar esta en-

    fermedad.

    E qu ilib rio d e fue rzas

    Los laboratorios farmacuticos es-

    tn interesados en los TLR y sus

    protenas de sealizacin asociadas;

    podran operar como dianas farma-

    colgicas en el tratamiento de in-

    fecciones y trastornos inrnunitarios.

    Con la expansin de la resistencia

    a los antibiticos, la emergencia

    de virus nuevos y ms virulentos y

    la creciente amenaza bioterrorista,

    la necesidad de desarrollar nuevos

    tratamientos que ayuden a nuestro

    organismo a luchar contra la infec-

    cin se est haciendo cada vez ms

    perentoria.

    El estudio de los TLR guiara, por

    ejemplo, el desarrollo de vacunas

    que ofrecieran mayor seguridad y

    eficacia. En su mayora, las vacu-

    nas dependen de la inclusin de un

    coadyuvante, una sustancia que inicia

    la respuesta infiamatoria, que a su

    vez impulsa la capacidad del sistema

    adaptativo para generar clulas de

    memoria. En la actualidad, las va-

    cunas suelen utilizar un coadyuvante

    que, si bien no provoca una respuesta

    adaptativa completa, prima las clu-

    las B sobre las T. Para potenciar esta

    respuesta, varias compaas se han

    fijado en compuestos que activan el

    13

  • 7/25/2019 El Sistema Inmunitario de Alerta Precoz

    9/9

    h a p ub lic a do sob re e l te m a, e n tr e

    o t ros , lo s s ig uie nte s a rtc u lo s :

    Bases moleculares

    de la esquizofrenia,

    d e Da nie l C . J a v itt y J os ep h T . Co y l e

    Ma r z o 20 04

    cerebro adicto,

    d e E ric J .N es tle r y R ob ert C . M a le n ka

    M a y o 2 0 04

    shock y sus causas,

    d e Don a ld W an d ry y Ju an A . O l i ve r

    Ju n io 2 00 4

    Lipotoxicidad y diabetes,

    d e G em a M ed in a -G m ez ,

    C h r is L e llio t y A n to n io V id a l P u ig

    Sep t i emb re 2 004

    Deteccin de la enfermedad

    de las vacas locas,

    d e S ta n le y B . P ru s in e r

    Sep tiem b re 2 004

    cristalino,

    d e R a lf Da hm

    Dic ie m bre 2 00 4

    Injertos para el corazn,

    d e S m ad er C o he n y J on ath an L eo r

    E ne ro 20 05

    Endocannabinoides

    cerebrales,

    d e R og er A . N ic o ll

    y Bra dle y E .A lg e r

    Feb re ro 20 05

    Prensa Cienti fi ca SA

    14

    TLR9, un receptor que reconoce un

    repertorio muy amplio de bacterias

    y virus, y, por tanto, conduce al des-

    pliegue de una respuesta inmunitaria

    ms enrgica.

    Conocer la actividad de los TLR

    nos permite afrontar mejor la amena-

    za bioterrorista. El virus de la virue-

    la, que acalla los TLR evitando as

    su deteccin y eliminacin, constitu-

    ye una arma biolgica potencial. En

    colaboracin con Geoffrey L. Smith,

    del Colegio Imperial de Londres, en

    mi laboratorio descubrimos que eli-

    minando la protena vrica que inuti-

    liza los TLR, se generaba un virus

    debilitado a partir del cual podra

    obtenerse una vacuna inocua.

    Armados con una mayor compren-

    sin de los TLR y la inmunidad in-

    nata, los mdicos podran predecir

    qu pacientes toleraran peor una

    infeccin y aplicarles tratamientos

    ms agresivos. Si alguien llegara al

    hospital con una infeccin bacteriana

    y resultase tener, por ejemplo, un

    TLR4 mutante, se le podran sumi-

    nistrar antibiticos o agentes que

    reforzaran su respuesta inmunitaria

    para prevenir que la infeccin causara

    mayor dao.

    El objetivo es estimular una res-

    puesta inmunitaria equilibrada: su-

    ficiente para eliminar un patgeno,

    sin que precipite una reaccin in-

    flamatoria que aporte ms dao que

    beneficio. En ese sentido, cualquier

    tratamiento mdico que pretenda ali-

    viar la inflamacin mediante la repre-

    sin de la actividad de los TLR y la

    liberacin de citoquinas no debe, al

    propio tiempo, socavar las defensas

    contra la infeccin.

    Los frmacos antiinflamatorios

    que se interponen a la accin de

    TNF-alfa, una de las citoquinas

    que se producen como resultado

    de la activacin de TLR4, ofrecen

    un ejemplo de la fragilidad de este

    equilibrio. Los T F-alfa sintetizados

    durante la infeccin e inflamacin

    se acumulan en las articulaciones

    de pacientes con artritis reumatoide.

    Los antiinflamatorios, pues, alivian

    la artritis. Sin embargo, algunos de

    los pacientes que los toman termi-

    nan con tuberculosis. Ocurre que al

    detener la respuesta inflamatoria se

    amortiguan tambin las respuestas

    patgeno-especficas, dejando va li-

    bre a la bacteria que, probablemente,

    se hallaba en estado latente.

    En resumen, los TLR vendran a

    operar como el mando que controla

    el volumen de un aparato estreo,

    estableciendo un equilibrio entre

    la inmunidad adaptativa y la infla-

    macin. Se buscan ahora mtodos

    para manipular este control, de

    forma que se pueda reducir la in-

    flamacin sin perjudicar el sistema

    inmunitario.

    Teniendo en cuenta que los TLR

    se descubrieron hace slo siete aos,

    son notables los progresos que se han

    llevado a cabo en la comprensin

    del papel central que estas protenas

    desarrollan en la primera lnea de

    defensa del organismo. La inmunidad

    innata, cubierta largo tiempo por el

    velo del olvido, se ha convertido de

    pronto en el centro de atencin.

    E l a u to r

    L u k e A . J. O N e i l l o b t u v o e l d o c t o r a d o e n f a r m a c o l o g a p o r l a U n i v e r s id a d d e L o n d r e s

    e n 1 9 8 5 c o n u n a t e s is s o b r e l a c i t o q u i n a p r o in f l a m a t o r i a

    i n t e r l e u c i n a l

    D e s a r r o l l a s u

    la b o r i n v e s t ig a d o r a e n l a F u n d a c i n ir l a n d e s a p a r a la C i e n c i a y d i r i g e e l d e p a r t a m e n t o

    d e b io q u m i c a d e l T r in it y C o l l e g e e n D u b l n . F u n d la c o m p a a f a r m a c u ti c a d u b li n e s a

    O p s o n a T h e r a p e u t i c s .

    B ib l i o g r a f a c o m p le m e nt a ri a

    I N N A T E I M M U N I T Y . R u s la n M e d z h i t o v y C h a r l e s J a n e w a y e n N ew E ng la nd J oumst af M edic ine,

    v o l. 3 4 3 n . o 5 p g s . 3 3 8 - 3 4 4 ; 3 d e a g o s to 2 0 0 0 .

    I N F E R E N C E S Q U E S T I O N S A N D P O S S I B I L l T I E S I N T O ll -l IK E R E C E P T O RS I G N A l I N G . B r u c e B e u tl e r e n

    Netre v o l. 4 3 0 p g s . 2 5 7 - 2 6 3 ; 8 d e ju l i o 2 0 0 4 .

    T O l l lI K E R E C E P T O R C O N T R O L O F T H E A D A P T l V E I M M U N E R E S P O N S E S .A k ik o Iw a s a k i y R u s la n

    M e d z h i t o v e n Natu re Imm/ 1nal agy, v o l . 5 n . o 1 0 p g s . 9 8 7 - 9 9 5 ; o c t u b r e 2 0 0 4 .

    T L R s : P R O F E S S O RM E C H N IK O V S I T O N Y O U R H A T . L . A . J . O N e i l l e n T rend s in lmmunotoqy,

    v o l. 2 5 n . o 1 2 p g s . 6 8 7 - 6 9 3 ; d i c i e m b re 2 0 0 4 .

    IN V E S T I G A C i N y C I E N C I A m a r z o 2 0 0 5