EL SOLDADO Nº 178 - Junio 2010

  • Upload
    antawa

  • View
    363

  • Download
    0

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Revista El Soldado, editada por el Centro Militar (Uruguay), editó este número especial dedicado a la Antártida

Citation preview

EDITORIALste ao se est cumpliendo un cuarto de siglo exacto de la Base Cientfica Antrtica Artigas. El acontecimiento merece ser recordado con todo nfasis por cuanto significa la continuidad de la determinacin nacional respecto de un asunto en el que se envuelven nociones estratgicas y de futuro gravitantes para el pas. La actividad desarrollada en todo este perodo, la experiencia acumulada y el talento puesto a trabajar al servicio de la investigacin y del desarrollo activo de la soberana constituyen bienes que invitan a reflexionar sobre la importancia y peso que tiene favorecer este frente de la realidad que no siempre es visto con el protagonismo que objetivamente tiene. Hay, en efecto, todo un caudal de actividades y de contribuciones que forman parte fecunda del horizonte de la investigacin nacional. Si solamente fuera eso, sera suficiente el orgullo y propicia la oportunidad para la conmemoracin, pues no hay duda que uno de los frentes en los que el Uruguay debe crecer y fortalecerse es precisamente en los dominios del conocimiento, y en particular en el campo de la investigacin avanzada con fines productivos. Algo que, fuera de toda duda, nuestra presencia all ha alentado y estimulado por todos los medios y con la mayor conviccin. Pero no es slo eso, no es nicamente la oportunidad que se abre al saber, a la ciencia, al futuro productivo, sino que adems est el valor de la presencia como acto de soberana, como modo de formar parte con legtimo ttulo de ese singular espacio del planeta administrado por pocas naciones. Uruguay es miembro del Tratado Antrtico; Uruguay es una voz, un voto, una porcin de soberana de ese continente; y por lo tanto es actor que participa de su destino, de los muchos deberes que implica su conservacin, de las posibilidades racionales que supone el desarrollo de las potencialidades cientficas y de todo orden que promete ese helado rincn del mundo. Esa pertenencia, esa identidad es mandato y tambin

E

es alta responsabilidad que tiene y tendr por siempre nuestro Estado; algo que ya es parte constitutivo de los deberes nacionales y que nadie, en ningn momento, podr desconocer sin violentar derechos y principios de nuestro ordenamiento. Para nuestra revista, fundada en la misin de reflejar el quehacer, los valores y el hondo sentido de servicio patritico que caracteriza a la familia militar, se comprender que este aniversario tiene un especial relieve. Han sido militares los primeros que izaron la ensea nacional en aquellos hielos, militares los que construyeron la base Artigas, militares quienes la administran, militares quienes la sustentan aun en los terribles inviernos, militares muchos de los investigadores, militares, tambin, los que en su momento tuvieron la visin de porvenir y plantearon la necesidad de asumir la Antrtida como compromiso nacional. Por eso es que la cobertura principal de este nmero la dedicamos a la fecha y a lo que ella contiene, es decir, a la rica experiencia de los hombres que estuvieron all en los momentos ms difciles, cuando no haba sino adversidades con las que tratar, cuando las comodidades eran nfimas, cuando no siempre se comprenda el sentido de tanto sacrificio empeado y de tantas esperanzas puestas en ese destino. Tambin incluimos la evolucin de los aspectos jurdicos e institucionales que definen la participacin de Uruguay en la Antrtida, y, con no menos inters, presentamos el aporte de civiles que trabajaron en los varios temas de investigacin y de institucionalidad de la Antrtida. Lo que con esto buscamos es favorecer la escritura de una historia veraz y agradecida que muestre el carcter visionario de aquellos que supieron ver antes y ver ms lejos a la hora de tomar decisiones, y tambin de los que, cumpliendo con honor su misin, sucesivamente dieron y siguen dando lo mejor de s para que avanzar en este compromiso que ya firmemente est enraizado en los deberes de nuestra soberana.1

LA MEJOR PRUDENCIAos pasos que viene dando el gobierno actual no difieren de los pasos que dio el gobierno anterior. Slo que ahora se practica una retrica diferente; ahora se anuncia algo, se lo defiende con buenos argumentos y luego se lo desecha por impracticable o por polticamente inconveniente. El gobierno anterior, en cambio, tomaba por el atajo y directamente no anunciaba aquello que no quera hacer. Son estilos, se dir; pero en los estilos, y ms que nada, en el contenido de los mismos, se encierran realidades que no son menores para el pas y para los superiores intereses de la Patria. No es igual, por ejemplo, afirmar que la Ley de Caducidad, aprobada por una ntida mayora parlamentaria y dos veces ratificada por el soberano de manera directa y expresa, deba mantenerse en vigencia, que decir que no estara mal contribuir a su supuesta derogacin. Tampoco es igual decir que es moralmente bueno alejarse del espritu revanchista y rencoroso y favorecer la prisin domiciliaria para las personas mayores de setenta aos, y que aadimos nosotros, tratndose del caso de los camaradas injustamente tratados, purgan penas indebidas que afirmar que ahora no es deseable hacer lo que se considera bueno o necesario. Para que el pas recupere la confianza en sus actores principales y la paz finalmente alcance un esta-

L

tuto no de mera tregua sino de situacin natural en una Repblica libre y honradamente administrada, es imprescindible que la coherencia se siente a la mesa, que no se excluya nunca la concordancia de las palabras con los hechos, de las premisas con las conclusiones, de la voluntad con el pensamiento. Queremos creer que pasadas las euforias naturales de estos primeros meses de gestin, el gobierno acabar por comprender que hay temas con los que no se puede jugar, que no est bien que se los invoque si no hay detrs del llamado una actitud resuelta para llevarlos adelante. Porque la lgica de la poltica del Estado no puede ser la lgica del Truco ; en los naipes un guio, un requiebro, un gesto diversionista, pueden ser decisivos para el triunfo. Pero en la vida nacional, en los asuntos que hacen al bien de la Patria, a la paz, a la recuperacin de la confianza entre todos los orientales, es justamente lo contrario lo que hace falta: se necesita claridad, se necesita constancia, se necesita firmeza a la hora de actuar. Hay momentos en la historia de los pases en los que la mejor prudencia consiste en el mayor arrojo para enfrentar los problemas; momentos que reclaman el esfuerzo de compromisos que a veces trascienden los intereses o aplausos de ocasin.

2

OPERACIN ANTARKOS: MISIN CUMPLIDACnel. (Av.) Roque AitaEgres de la Escuela Militar de Aeronutica en 1959 con el grado de Alfrez (Pam). En 1984 fue Jefe de la primera misin area a la Antrtica, inaugurando la Base Cientfica Antrtica Artigas. Integr la directiva del Instituto Antrtico Uruguayo desde 1968 hasta 1996. En la actualidad es miembro de la Asociacin Antrtica Uruguaya, de la cual fue fundador en 1994.

EL APORTE DEL CORONEL AVIADOR ROQUE AITATras muchos aos de insistir sobre el Coronel (Av.) Roque Aita y otros actores principales en la Aventura Antrtica Uruguaya, se pudo finalmente componer la historia verdadera de la experiencia uruguaya con nombres propios y con fechas exactas, a los efectos de que en el futuro nadie pueda tergiversar tan magnfica epopeya. Hubo que vencer la modestia y el recato natural de este oficial entregado al servicio y en nada dado a los protagonismos para obtener el excelente material de esta pgina, que es, a no dudarlo, uno de los insumos centrales que permitirn forjar con el debido honor y con la enorme gravitacin que tiene un captulo no siempre del todo bien recordado de la memoria nacional. Entre las muchas malas costumbres que desde hace un buen tiempo est mostrando el pas est la del olvido selectivo, es decir, el acto de velar o distorsionar episodios u omitir nombres de la llamada historia reciente que aparentemente no encuadran con los discursos polticamente correctos que se han impuesto quienes estn construyendo la ficcin de un pasado imposible. Para que no se siga escondiendo la historia, para que el silencio decretado en torno a determinadas verdades no sea unnime, esta nota del Coronel (Av.) es un material imprescindible desde todo punto de vista. Permitir medir hasta qu punto la mirada estratgica formulada con solvencia y en el momento exacto consigui los mejores resultados para los superiores intereses de la Patria. General Manuel I. Fernndez Vergara

l pasado 21 de enero visitaba las fras tierras del Continente Antrtico el entonces Sr. Presidente de la Repblica Dr. Tabar Vzquez, dejando plasmado, en este hecho, el inters que nuestro Pas tiene en el futuro del Continente. Con ste acontecimiento, la labor iniciada por la Fuerza Area el

E

30 de octubre de 1964 y por la cual pasaban a tomar un papel protagnico las Fuerzas Armadas, tena el aval de todo el espectro Poltico Nacional, puesto que desde 1985 a la fecha los Sres. Presidentes, Mandos Superiores de las Fuerzas Armadas, se hicieron presentes en una zona del Planeta de

gran importancia Geo-poltica y Estratgica para nuestros intereses. De sta forma el Dr. Luis A. Lacalle (en 3 oportunidades, una como Senador y 2 como Presidente, adems de presentar como Diputado en 1973 un Proyecto de Ley sobre la Antrtida), el Dr. Julio M. Sanguinetti (en una) y la3

ltima del Dr. Tabar Vzquez, demostraban con su presencia el consenso de todo el Sistema Poltico, avalando la actuacin de las Fuerzas Armadas. Lo dicho es la consecuencia o el resultado final de una historia que comenz, cmo indicbamos ms arriba, hace ya 45 aos y para ello cabe citar lo documentado por el Historiador Tte. 1 (Av.) (R) Juan Maruri en el Segundo Tomo de Historia de la Fuerza Area pginas 292 y 293. El 30 de octubre de 1964 sale publicado en la Orden de la I.G.F.A ( Inspeccin General de la Fuerza Area ) N 987 un Proyecto de Ejecucin de un Vuelo al Polo Sur que oportunamente presentara para su estudio el Tte.2 (P.AM) Roque A. Aita a la Inspeccin General. El Sr. Inspector General Brig. Conrado A. Sez, con su caracterstica sensibilidad, visin y ejecutividad para todos los temas trascendentes, que muchos podan calificar de exagerados por la dimensin de nuestra Fuerza Area, pero que a la larga resultaron no tan inalcanzables (un ejemplo claro fue el nuevo edificio de la Inspeccin General en Boiso Lanza, realizado en tiempo rcord y con pocos medios) resolvi que se constituyera una Comisin a los efectos de que estudiara el citado vuelo, estudio que recin dara sus frutos en 1984, veinte aos despus cuando se logr llegar a la Antrtida en el Fairchild FAU4

19 de enero de 1982, Cnel. (Av.) Roque Aita y Cnel. (Nav.) Bernab Gadea, histrico momento en que el pabelln nacional es izado por primera vez en el Polo Sur.

572, siendo el Cnel.(Av.) Roque A. Aita el jefe de esta misin. Este fue el primer paso hacia el nacimiento de la vocacin antrtica de la Fuerza Area, y podemos decir sin temor a equivocarnos, que esa fue la primera vez que una institucin del Estado, dej sentado por escrito que se realizara un estudio sobre la posibilidad de que nuestro pas comenzara la conquista de la Antrtida. Por tal motivo vamos a recordar hechos acaecidos en el pasado que culminaron en la decisin final que tomaron las FF.AA para llevar a cabo una Misin con medios propios a fin de pisar suelo Antrtico. Vamos a relatar los hechos vividos durante estos 20 aos apelando a nuestra memoria que no tiene por que coincidir con la memoria de otros actores, pero s es as podremos llegar a la verdad

histrica de lo sucedido, que es finalmente lo que se pretende con esta publicacin. Desde el punto de vista histrico podemos establecer que la Antrtida antes de ser descubierta pas por distintas etapas, fue en su momento el continente ignorado, deseado, explotado y finalmente explorado con el objeto de mostrar al mundo los secretos guardados, durante millones de aos, debajo de esa capa de hielo. Se pueden distinguir cuatro pocas bien determinadas en las que nosotros los seres humanos intervinimos para llegar hasta nuestros das. La primera, la de los descubrimientos transcurre desde que el Cap. Gabriel De Castilla en 1603 avistara lo que se supone era parte de la Pennsula Antrtica hasta el primer ao polar en 1882/ 83. La segunda, la poca heroica desde 1882/ 83 hasta la realizacin del primer vue-

lo en el Continente realizado por Sir Hubert Wilkins en 1928. La tercera, la poca moderna con el uso, que trasformara la investigacin Antrtica del elemento areo y los trineos motorizados, hasta la realizacin del Ao Geofsico Internacional (A.G.I.) 1957/ 58. La cuarta y ltima, que podramos denominar de internacionalizacin y cooperacin cientfica entre las distintas Naciones, que va desde esa fecha hasta nuestros das, incluyendo la firma del Tratado Antrtico y el Protocolo de Madrid. El Tratado Antrtico fue firmado por doce pases: Argentina, Chile, Sudfrica, Australia, Nueva Zelanda, Blgica, Inglaterra, Estados Unidos, Rusia, Japn, Noruega y Francia. En lo que respecta a nuestro Pas, cuando se citan los datos histricos que nos relacionan con el Continente Antrtico, desde la fundacin de Montevideo hasta nuestros das, no se distinguen pocas sino que se anotan los distintos hechos que nos vincularon con el Continente Helado. Por tanto, entendemos que la fecha clave para buscar un punto de

partida que nos vincule con la Antrtida es el 23 de Junio de 1961, fecha en la cual los doce pases signatarios del Tratado Antrtico ratifican el mismo. Por lo cual, podemos establecer que hay un antes y un despus a partir de esa fecha, es decir los argumentos histricos hereditarios y sucesorios de la Corona Espaola a sus Colonias, por denominarlo de alguna manera, quedaban en suspenso y debamos pensar obligatoriamente en construir, edificar y concretar hechos que determinarn una presencia permanente de nuestro Pas en el Continente. El primer acontecimiento destacable, es el trabajo presentado por el Profesor Julio C. Musso con el fin de crear una Comisin de Estudios Antrticos, la cual si bien no prosper fue un anticipo de lo que despus sera el Instituto Antrtico Uruguayo. El segundo acontecimiento que podemos destacar a nivel oficial, el cual se origina en un orga-

nismo del Estado, siendo el primero en el cual se manifiesta cmo hacerlo. Dicho hecho es la mencionada Orden 987 emanada en la entonces I.G.F.A con fecha 30 de Octubre de 1964. An cuando nos corresponden las Generales de la Ley creemos que es necesario relatar cmo sucedieron los hechos a fin de complementar el relato asentado en el libro Historia de la Fuerza Area Uruguaya. A posteriori del 10 de marzo de 1964, fecha de presentacin de la solicitud, la cual prevea un estudio para realizar un vuelo al Polo Sur, recibimos el apoyo de dos colegas: Cap.(PAM) Ing. Jos Villanueva y Tte.1 (PAM) Elio Cufr, los cuales se sumaron a la idea. Despus de distintas reuniones, decidimos plantear la idea a un Seor Oficial General, recientemente ascendido, al cual considerbamos un excelente profesio5

nal con la capacidad y sabidura para aconsejarnos en la empresa que nos proponamos. Ese Oficial General era el Brig. Gral. Danilo E. Sena, a quien le solicitamos una entrevista a fin de plantearle la propuesta, qued con el tema a estudio y se comprometi a darnos una respuesta. Por cordn separado y en forma personal, solicitamos consejo sobre la idea a distintas personalidades de la Aviacin y del mbito civil, a saber como el Gral. Tydeo Larre Borges (pionero mundial de la Aviacin), el Brig. Gral. Juan C. Jorge y al Profesor Enrique Rodrguez Fabregat (figura importante como representante uruguayo en Naciones Unidas en la obtencin de la Independencia de Israel). Transcurrido un corto lapso de tiempo, y en una reunin social el Brig. Gral. Danilo E. Sena, nos manifest pblicamente que la idea que le habamos presentado le pareca muy buena y que estaba dispuesto a asesorarnos. En sucesivas entrevistas y con datos acumulados que servan para el cumplimiento de la misin prevista, l mismo redacta un proyecto de orden interna, en el cual nos mostr y nos pidi que le indicramos los nombres de los oficiales que integraran la Comisin a designar, la cual estudiara el tema. Debemos destacar la deferencia de un Seor Oficial General, considerado sumamente exigente, hacia unos Oficiales Subalternos que le presentaban una idea6

difcil de realizar y que, de su puo y letra, redactara un Proyecto de Orden Interna de la Fuerza, no slo nos consult por los nombres de quienes integraran esa Comisin, sino que adems se present en el Comando General a solicitar la publicacin de la misma, a defenderla y a justificarla ante el Inspector General Brig. Gral. Conrado A. Saez y el Jefe de Estado Mayor Brig. Gral. Remo Laporta, y como bien dice la publicacin Historia de la Fuerza Area Uruguaya, la sensibilidad, audacia y coraje del Brig. Gral. Saez se conjugaron para publicar la misma. Se fueron acumulando datos y planificando de diferentes formas las posibilidades de semejante vuelo, incluso nos trasladamos a Buenos Aires, por gestin del Comando General a entrevistarnos con integrantes de la Fuerza Area Argentina a fin de obtener datos de su basta experiencia adquirida en operaciones areas antrticas. Si bien no obtuvimos los resultados que se esperaban, no abandonbamos la idea en pos de ese objetivo la Patria presente en el Continente Helado. Es as que decidimos contactarnos con el Sr. Julio C. Musso, el cual tena una audicin en el Sodre sobre la Antrtida y haba fundado, con fecha 9 de enero de 1968, el Instituto Antrtico Uruguayo. Despus de varias reuniones nos invita a integrar el Instituto como Consejeros.

En el correr de ese ao, y estando en el I.A.U. tomamos conocimiento de un Proyecto de Ley presentado por el Sr. Diputado Luis Alberto Salgado del Partido Nacional, en el cual se creaba una Comisin que no tena en cuenta a la totalidad de las Fuerzas Armadas, puesto que le asignaba la Secretara de la mencionada Comisin a la Armada Nacional. Ante este hecho consideramos pertinente informar a nuestro Comando de tal situacin a fin de tratar de modificar dicho Proyecto. En ese perodo ocupaba el cargo de Inspector General el Brig. Gral. Danilo E. Sena quien nos ordena realizar un informe al respecto. Lo eleva con un oficio al Seor Ministro de Defensa Nacional, solicitndole que se tuviera en cuenta la representacin de las Fuerzas Armadas en ese Proyecto de Ley. Si bien la Ley no fue aprobada quedaba el espritu y la intencin de que las Fuerzas Armadas deban estar presentes en las futuras acciones a tomar con respecto a este tema. El I.A.U. no tena Sede y nos reunamos en el comercio del hermano del Sr. Musso en la calle Coln y la Rambla, hasta que por intermedio de una gestin realizada por el Sr. Leslie Crowford, perteneciente a la Administracin Nacional de Puertos, el Directorio nos cede un pequeo despacho en el sexto piso de dicha Institucin. A principios de 1970 el Profesor Julio C. Musso propone una

reunin, a la cual concurren todas aquellas Instituciones Gubernamentales y no Gubernamentales que tenan inters en que el Pas intervenga en la Antrtida. Es as que se organiza la primera Convencin Nacional Antrtica y en dnde intervienen numerosos compatriotas, los cuales se dividen en distintas Comisiones, trabajando a fin de exponer sus conclusiones. En lo que respecta a nuestro trabajo, preparamos y sometimos a consideracin del Inspector General de la Fuerza Area, Brig. Gral. Jos Prez Caldas, la realizacin de un vuelo hasta la Antrtida en un FH 227 provisto de tanques suplementarios a fin de ser presentada en la Comisin que trabajara en el rea operativa. Se autoriz dicho proyecto y, junto al May.(PAM) Enrique Nassutti, el cual nos acompa como representante de la Fuerza Area, fue presentado y aprobado por la Comisin para ser tratado en el Plenario para su consideracin. El mismo fue aceptado, quedando, junto a otras resoluciones, para ser presentado ante las autoridades pertinentes para su ejecucin. Dentro de las mismas, se dispuso la concurrencia de un delegado como observador a la reunin del SCAR (Comit Cientfico de Investigacin Antrtica) a realizarse en Oslo Noruega. Asimismo otros dos delegados realizaron una visita al Instituto Antrtico Chileno en Santiago.

Se aprob adems, por parte del Plenario, el Proyecto de un vuelo hasta la Antrtida tal como se haba propuesto por parte de la Comisin que trabaj en el rea Operativa. Asimismo, se le solicit al Comando de la Fuerza Area un avin FH 227 para tal evento. A los pocos das, nos convoc el Comandante en Jefe de la Fuerza, Tte. Gral. Jos Prez Caldas a fin de que dispusiera de un C 47 con el objetivo de ponerlo en condiciones para realizar un vuelo hasta la Antrtida. De inmediato nos pusimos en contacto con el entonces Alf.(CT) Heber Bustos a cargo de mantenimiento del Grupo de Aviacin N3 para iniciar los preparativos, los cuales no se pudieron concretar dadas las necesidades de disponer de todos sus aviones por parte de la Fuerza Area para el cumplimiento de otras misiones. Si bien el resultado no era el esperado, tal cual lo pensbamos, obtuvimos algunas seales, de parte de las autoridades nacionales, que nos obligaba a redoblar esfuerzos para lograr lo que nos proponamos en primera instancia, llegar al territorio antrtico con medios propios. A nivel gubernamental se nombra una Comisin de Estudios Antrticos que funcion en la rbita del Ministerio de Relaciones Exteriores, en la cual intervinieron, como delegados del I.A.U., el Prof. Julio C. Musso y el May.(PAM) Roque A. Aita, si

bien no se obtuvo un resultado inmediato, signific un aporte para la futura solicitud de adhesin al Tratado Antrtico. El 23 de marzo de 1973 se crea el Comit Antrtico Conjunto, dependiente del Estado Mayor Conjunto y, posteriormente, el 25 de agosto de 1975 el I.A.U. pasa a depender del Ministerio de Defensa Nacional.

Sr. Julio Musso fundador, el 9 de enero de 1968, del "Instituto Antrtico Uruguayo".

El trabajo y los logros se suceden lentamente hasta que a fines de 1979 la Cancillera nombra una Comisin, que preside el Embajador Julio Csar Lupinacci y a la cual concurren como delegados del I.A.U. el C/N Germn Lariau y el Tte. Cnel. (PAM) Roque Aita, con la finalidad de redactar y presentar la solicitud de adhesin del Tratado Antrtico. La misma es presentada en Washington y Uruguay es aceptado el 11 de enero 1980 como pas adherente.7

Se haba logrado, sin lugar a dudas, dar un gran paso que nos acercaba a las puertas de la Antrtida. No queremos pasar a otro punto, de este relato, sin destacar aquellos que fueron Presidentes del I.A.U. entre 1975 y 1981: Brig. Gral. Hebert Pampillon, Cnel. Hilario Garca, Cnel. Manuel G. Rey, Cnel. Luis A. Bertalmio y Cnel. Hugo Ferreira. A fines de 1981, llega al I.A.U. una invitacin de la N.S.F. (Fundacin Nacional de Ciencias de los Estados Unidos) para que dos integrantes del Instituto concurran en la temporada 1981/ 82 a visitar la Bases operadas por ellos a fin de tomar contacto in-situ y vincularnos con los responsables de la Operacin de dichas Bases. El Cnel. Hugo Ferreira, Presidente del I.A.U., pone a consideracin de los miembros del Consejo la mencionada invitacin, la cual es aceptada, designando, luego de diversas consideraciones, a dos titulares y dos suplentes, recayendo las mismas en: Cnel.(Av.) Roque A. Aita, Cnel.(Nav.) Delco Almada, CF Mario Fontanot y Cap.(Nav.) Bernab Gadea. Dado que el mando de la Armada designa al CF Mario Fontanot para cumplir una misin en el buque de la Armada Britnica HMS Endurance, es sustituido por el Cap.(Nav.) Bernab Gadea. No vamos a relatar los pormenores de la misin por ser ya conocidos, pero s a destacar que el 19 de enero de 1982 es izado el8

Pabelln Nacional en el Polo Sur Geogrfico, en una demostracin palpable del inters de la Nacin en participar activamente en el quehacer antrtico. Quiero hacer notar que as como en la gesta de la Independencia, manos femeninas bordaban los Pabellones Nacionales, nosotros le solicitamos a mi esposa Dra. Adriana Espaa, en forma simblica, que depositara el Pabelln Nacional junto a las pertenencias que llevbamos para nuestro largo viaje. A nuestro regreso se constituye una Comisin en la cual participan integrantes del Estado Mayor Conjunto y el I.A.U., con la finalidad de estudiar los medios a utilizar para realizar un periplo hasta la Antrtida en un rea que haba demarcado el Estado Mayor Conjunto en las Shetltand del Sur, al sur de los 60 LS. Dichas reuniones se realizaban en la sede del I.A.U. y con participacin de los Seores Oficiales Superiores asignados por el ESMACO. Despus de varias reuniones, debimos alejarnos de la misma dado que fuimos designados para cumplir una misin en los Estados Unidos. Durante nuestra estada realizamos diversas comunicaciones telefnicas con el Cnel. (Nav.) Delco Almada y el Cap.(Nav.) Bernab Gadea para recordarles la propuesta de considerar la utilizacin de un FH 227 a fin de cumplir con el objetivo establecido por el

Estado Mayor Conjunto. Con la finalidad de minimizar los costos, dado que en caso de utilizar otro tipo de aeronave encarecera la misin, teniendo en cuenta que ese otro tipo debera ser un C-130 con un costo demasiado elevado. A nuestro regreso nos enteramos que las soluciones propuestas eran tres: una con medios martimos, otra con medios areos, y la tercera con la combinacin de ambos. La aeronave a utilizar era un C-130 siendo el costo previsto, segn constaba en el informe, U$S 7 millones. Por tal motivo, nos presentamos ante el Comandante en Jefe de la Fuerza Area, Tte.Gral. Manuel E. Buadas y le solicitamos realizar un estudio con el fin de incluir la utilizacin del FH 227 en lugar del C-130. Nos autoriz a realizar el mismo, previo a una llamada que nos orden el propio Comandante al Cnel. Santiago Michaus, Secretario del Consejo Nacional de Seguridad, para retirar de la agenda el informe que se haba elaborado el cual iba a ser tratado prximamente. Durante un fin de semana nos reunimos, en la sede del Comando General, un grupo de pilotos, los cuales elaboramos un informe sobre la utilizacin del FH 227, provisto de tanques suplementarios, con un costo que no superaba los U$S 30 mil. El mismo se elev para ser adjuntado al informe, ya elaborado, sobre los tres cursos de accin. Posteriormente, en la tercera y l-

tima reunin, frente al Primer Mandatario, los Comandantes en Jefe y Seores Ministros, expuso, el CN Hugo Lluberas, las conclusiones que haba arribado la Comisin. Se escuch el informe y nos retiramos, quedando a la espera de una resolucin del Mando Superior. De cualquier forma, internamente la Fuerza Area dispuso el estudio y realizacin de un sistema de tanques suplementarios en un FH 227, as como dotarlo de mejores medios de navegacin. Como complemento se trasladan en la temporada 1982/ 83, en coordinacin con las Autoridades de la Fuerza Area chilena, el May.(Av.) Athos Pallas y Cap.(Av.) Adolfo Pereira a la Base Tte. Marsh en la Isla Rey Jorge, con el objeto de evaluar una futura operacin con un FH 227. Tambin concurre a Nueva Zelanda el Tte. Cnel. Omar Porcincula a fin de visualizar las necesidades logsticas que podramos tener visitando la Base Scott y la Estacin Wanda, con el objeto de evaluar nuestra propia instalacin. En el correr del ao 1983, se concurre por primera vez a una Reunin Consultiva del Tratado Antrtico (ATCM) realizada en Hobart, siendo designados el Cnel. Hugo Ferreira y CF Mario Fontanot, asimismo concurre a Alemania, a la reunin del Comit de Investigacin Antrtica (SCAR), el Cnel.(Nav.) Delco Almada.

Desde el punto de vista cientfico, concurren por separado el May.(Nav.) Bernab Gadea y el Dr. Balbino lvarez a fin de realizar una evaluacin de nuestras posibilidades.

LA DECISINEn forma simultnea con esos acontecimientos y durante el segundo semestre de ese ao, la Fuerza Area concluye la preparacin de un sistema de tanques auxiliares, diseado y desarrollado por tcnicos propios, a fin de ser instalados en el FH 227. Una vez concluido y probado el sistema fuimos invitados, los Consejeros del I.A.U, por el May. (Av.) Athos Pallas, Jefe del Gpo. de Aviacin N 4 de Transporte Areo, para ver como funcionaba el sistema. Tuvimos la oportunidad de apreciar algo innovador y comprobar la voluntad y el deseo de cumplir con la Misin cuando el Mando Superior la ordenara. Posteriormente se instal en el avin, probndose en vuelo, funcionando sin problemas. A mediados del mes de diciembre nos visita el Pte. del Instituto Antrtico Chileno C/N Pedro Romero Julio con el fin de entablar relaciones con nuestro Instituto, durante su estada se realiza una reunin de trabajo en nuestra sede, durante la cual nos invita formalmente a realizar un reconocimiento de la Isla Rey Jorge y poniendo a nuestra disposicin las instalaciones de la Base Tte. Marsh.

Despus de despedir formalmente y agradeciendo su visita al Pte. del Instituto Antrtico Chileno el Cnel. Hugo Ferreira, en presencia de los dems Consejeros y luego de intercambiar algunas ideas, dispone que al da siguiente consultemos al Cte. de la Fuerza Area sobre la posibilidad de utilizar el FH 227 572 a fin de realizar un vuelo a Isla Rey Jorge. En las primeras horas de la maana nos trasladamos al Comando de la Fuerza Area para solicitar una entrevista con el Tte. Gral. Manuel E. Buadas, quien nos recibe en su despacho. Despus de escuchar con atencin nuestro planteamiento realizado en nombre del I.A.U su respuesta no se hizo esperar. Aun teniendo conocimiento de que el avin estaba disponible, la Fuerza Area no iba a tomar unilateralmente la realizacin de ese vuelo. Comprendiendo su posicin, sin la aprobacin de las otras Fuerzas y del Mando Superior de las FF.AA el avin no decola, lo consultamos sobre qu curso de accin nos aconsejaba. El nico camino posible era una consulta formal en la ltima reunin que quedaba por realizar, antes de fin de ao, con el Sr. Pte. de la Repblica. Por tanto una vez informado de lo actuado ante el Cte. de la Fuerza Area el Cnel. Hugo Ferreira como Pte. del I.A.U decide remitir un oficio al MDN Dr.9

Alonso Leguisamo, el cual fue avalado por los Sres. Consejeros del I.A.U, solicitando la utilizacin del FH 227 para cumplir un vuelo a la Antrtida. El oficio fue entregado en forma personal, quedando a la espera de la resolucin. La misma no se hizo esperar dado que el Sr. Ministro en consulta con el Pte. de la Repblica, Tte. Gral. Gregorio lvarez, decidi autorizar el vuelo, no sabemos el tenor de la conversacin pero s sabemos que parte de sus palabras fueron no quiero ms planteamientos sobre este tema hace meses que deberan estar en la Antrtida. Una vez impartida la orden por los canales del mando se iniciaba la cuenta regresiva para la partida. El objetivo principal era la Operacin con medios propios, evaluar futuras operaciones y buscar un lugar donde instalar una Base, esas eran las directivas. Restaba nombrar la delegacin, informar de la misma al MDN, lo cual, junto a la tripulacin designada por la Fuerza Area, dara lugar a la designacin en Misin Oficial y a la publicacin por Boletn del MDN de los integrantes, los cuales pasamos a nombrar: tripulacin Tte. Cnel. (Av.) Eduardo Aguirre, Tte. Cnel. (Av.) Jorge Mndez, May. (Av.) Athos Pallas, Sgto. 1 Arol Snchez y Sgto. Aldo Ferrari; miembros del I.A.U Tte. Cnel. Omar Porciuncula, Tte. Cnel. (Nav.) Delco Almada,

C/F Mario Fontanot, May.(Nav.) Bernab Gadea, Dr. Elas Puceiro, Dr. Pedro Dragonetti, Lic. Alberto Mrquez y Cnel. (Av.) Roque A. Aita como Jefe de Misin. Una vez culminada la etapa administrativa, fuimos convocados por el Sr. Ministro a su despacho, al cual concurrimos acompaados por otros integrantes de la delegacin. El Dr. Alonso Leguisamo nos recibi junto al Vice Ministro Dr. Hctor Frugone para despedirnos, desearnos suerte y nos entreg la cantidad de U$S 10 mil para solventar los gastos de la delegacin dado que bamos sin viticos individuales. Agradecimos los buenos augurios y le aseguramos que a nuestro regreso nos presentaramos para informarle el resultado de la misin dispuesta. Es necesario destacar que al regreso de la Antrtida se devolvieron al MDN U$S 4500. Obtenida la indumentaria adecuada cmo para soportar las bajas temperaturas de aquella regin, solo restaba obtener los permisos de vuelo necesarios y establecer la fecha y hora de decolaje. El plan de vuelo era Montevideo, Santiago de Chile (con pernocte), Punta Arenas, Isla Rey Jorge. Finalmente despus de un largo camino podamos afirmar que hasta aqu llegamos y el 28 de enero de 1984 el tren de aterrizaje del FAU 572 tocaba por primera vez suelo Antrtico dando inicio

a la OPERACION ANTARKOS. Hace pocos das finaliz en Punta del Este la XXXIII Reunin Consultiva del Tratado Antrtico y XII de Medio Ambiente, la cual inaugur el Canciller Dr. Csar Almagro y refrendaron, con su presencia, el MDN Sr. Luis Rosadilla y el Presidente de la Repblica Sr. Jos Mujica. Hoy podemos decir con orgullo que ese acontecimiento fue el resultado de la Utopa que comenz ese grupo de hombres. En tal sentido sabido es que frente a la Utopa, como en la guerra, hay siempre dos clases de posicionamientos, el terico, de reflexin, de exaltacin y arenga y la otra de aquellos que, en la primera lnea de combate, han ofrecido en la historia de la civilizacin, hasta su vida por la Utopa o, en Cumplimiento del Deber; no estn aqu para contarnos que sintieron, no suelen ser quienes disfruten los laureles del objetivo cumplido. Por el contrario, en nuestro caso, la actitud constructiva de carcter permanente, la bsqueda de la armona en la misin asumida, nos permite disfrutar, desde el lugar en que la vida nos sita, en nuestro presente con los logros obtenidos y, aquellos Camaradas que trascendieron hacia lo eterno, igualmente sonren complacidos al contemplar de lo que son capaces los Hombres y Mujeres de Buena Voluntad.

10

ANTRTIDA: UN SISTEMA DEL SIGLO XXI CREADO EN EL SIGLO XXDr. Daniel Vignali GiovanettiProfesor Adjunto Grado 3 de Derecho Internacional Pblico en la Facultad de Derecho de la UDELAR y Mster de Derecho Constitucional Europeo de la Ctedra Jean Monet de Derecho Constitucional Europeo, otorgado por la Facultad de Derecho de la Universidad de Granada, Espaa. Docente de Derecho Internacional Pblico en la Escuela Militar, Escuela Naval y en el CALEN. Docente de Derecho Internacional Pblico y Humanitario de la Ctedra de Estrategia en el IMES.

ANTECEDENTES HISTRICOSacia fines del siglo XIX, luego de haber culminado el reparto de frica y quedando cada vez menos espacios libres en el mundo, las zonas polares comenzaron a despertar el inters en la comunidad internacional, fundamentalmente, por el valor estratgico que las mismas podan revestir para el futuro. Y fue as, que en los aos 1882-1883 se realiz el Primer Ao Polar Internacional, el cual cont con la cooperacin de doce naciones, complementndose este esfuerzo cincuenta aos ms tarde (1932-1933) con el Segundo Ao Polar Internacional, que tuvo la participacin de cuarenta y cuatro pases (el doble que el anterior), evento internacional que arroj notables progresos en el campo de la cooperacin cientfica internacional. Y prosiguiendo esta senda, en el ao el 1950 surgi la idea de organizar el Tercer Ao Polar Internacional (que se desarrollara durante los aos 19571958), encomendndose su organizacin a una entidad cientfica privada y no gubernamental, el Consejo Internacional de Organizaciones Cientficas (CIOC). Y fue precisamente la Asamblea General de dicha organizacin, que en el ao 1952 decidi cambiar de nombre al Tercer Ao Polar, designndolo como el Ao Geofsico Internacional, desarrollndose el mismo entre los aos 1957-1958, con la participacin activa de sesenta y siete Estados.1

H

El Ao Geofsico Internacional fue un programa destinado, pura y exclusivamente, a investigaciones cientficas, habindose ejecutado bajo el claro entendimiento de que todas las actividades realizadas durante su duracin no tendran carcter poltico y tampoco afectaran las reclamaciones territoriales. La importancia del trabajo cientfico desarrollado en el Continente Antrtico (aportaron conocimientos de aplicacin prctica para toda la Humanidad, como por ejemplo, los relativos a radiocomunicaciones y pronstico del tiempo) y, en particular, la estrecha cooperacin que existi entre cientficos de distintos pases, causaron un gran impacto.2 Y fue bajo esta coyuntura, que Estados Unidos aprovechando el momento de cooperacin internacional y de buenas relaciones que se haba abierto en el continente austral, invit a once pases que tenan distintos intereses en el Continente Antrtico (Argentina, Australia, Blgica, Chile, Francia, Japn, Nueva Zelanda, Noruega, Sudfrica, Reino Unido y la Unin Sovitica, todos ellos participantes del Ao Geofsico Internacional) a la Conferencia de Washington sobre la Antrtida que se celebr el 15 de octubre de 1959, la cual culmin con la aprobacin del Tratado de Washington el da 1 de diciembre de 1959.

CREACIN DEL TRATADO ANTRTICOTal como fuera expresado, el Acuerdo fue negociado entre doce Estados que tenan dismiles intereses en la Antrtida: siete de ellos reivindi11

caban derechos de soberana exclusiva sobre alguna porcin del Continente helado (Argentina, Australia, Chile, Francia, Gran Bretaa, Noruega y Nueva Zelanda); otros dos, si bien no reclamaban tales derechos exclusivos y aparecan como propicias a la internacionalizacin, se reservaban los derechos que pudieran corresponderles (la ex Unin Sovitica y los Estados Unidos); y slo tres Estados, si bien estaban interesados en el Continente, no reclamaban en ese momento ninguna porcin especfica del mismo (Blgica, que slo haba hecho reclamaciones de ndole privadas; Japn, que renunciara a todas sus reclamaciones por el Tratado de Paz de 1951; y Sud frica).3 Existan dos objetivos bsicos que Estados Unidos pretenda alcanzar respecto a la Antrtida: En primer lugar, lograr la libertad de investigacin cientfica en dicha zona y, en segundo lugar, el uso pacfico de la Antrtida. Y fue entonces en el marco de esos dos objetivos que se centr la negociacin, hoja de ruta que fuera expresamente indicada por el propio Presidente de Estados Unidos Dwight D. Eisenhower (en el ao 1958, antes de la finalizacin del Ao Geofsico Internacional) cuando, refirindose del Continente Antrtico, expresara: Los Estados Unidos son partidarios del principio de que los vastos e inhabitados espacios de la Antrtida sean usados para propsitos pacficos. No deseamos que la Antrtida se convierta en un campo de conflictos polticos... Proponemos que la Antrtida sea abierta a todas las naciones para realizar all actividades cientficas u otras de carcter pacfico. Tambin proponemos que se realicen arreglos administrativos conjuntos.4 Y luego de largas y arduas negociaciones que se desarrollaron en la ciudad de Washington, las partes intervinientes arribaron finalmente a un acuerdo, suscribiendo con fecha 1 de diciembre de 1959 el llamado Tratado de Washington, instrumento jurdico mediante el cual se cre el Sistema Antrtico.12

Por medio de dicho Tratado, no slo se alcanzaron los principales objetivos que se procuraban, esto es, el uso pacfico del Continente y la cooperacin cientfica en las actividades que en l se realizaren, sino que adems, se logr excluir los puntos conflictivos en lo que respecta a reivindicaciones territoriales sobre la Antrtida, logrando las partes una base comn de coincidencia mediante la tcnica del congelamiento de reclamos, no perjudicndose as ninguna posicin al respecto. Por ltimo y, antes de entrar a analizar los objetivos del Tratado Antrtico, se debe destacar que dicho Tratado delimit claramente la zona que queda comprendida dentro del Sistema Antrtico, indicando que sus disposiciones se aplicarn a la regin situada al sur de los 60 de latitud Sur, incluidas todas las barreras de hielo, sin perjudicar, ni afectar, en lo ms mnimo, el estatuto general de las zonas martimas de esa regin (Art. VI).

PRINCIPALES OBJETIVOS DEL TRATADO ANTRTICOTal como se expresara ut-supra, en el Tratado se plasmaron los dos grandes objetivos que se procuraba lograr en dicho Continente: el uso pacfico de la Antrtida y la libertad de investigacin cientfica. As, el Art. I dispone como norma bsica que ...la Antrtida se utilizar exclusivamente para fines pacficos..., prohibindose toda medida de carcter militar (...establecimiento de bases y fortificaciones militares, la realizacin de maniobras militares, los ensayos de toda clase de armas), salvo en lo que respecta al empleo de personal militar o equipos militares ...para investigaciones cientficas o para cualquier otro fin pacfico; mientras que el Art. II establece, ...la libertad de investigacin cientfica en la Antrtida y la cooperacin hacia ese fin... Por lo tanto, se puede concluir que en estos dos artculos se encuentra la base fundamental

XXXIII REUNIN CONSULTIVA DEL TRATADO ANTRTICODurante los das 3 al 14 de mayo de 2010, se desarroll por primera vez en Uruguay (Punta del Este) la XXXIII Reunin Consultiva del Tratado Antrtico, que reuni a los 28 Estados que son Miembros Consultivos del Tratado Antrtico (Alemania, Argentina, Australia, Blgica, Brasil, Bulgaria, Chile, China, Ecuador, Finlandia, Francia, India, Italia, Japn, la Repblica de Corea, Holanda, Nueva Zelanda, Noruega, Per, Polonia, Rusia, Sudfrica, Espaa, Suecia, Ucrania, Reino Unido, Estados Unidos y Uruguay), as como tambin, a varias Organizaciones Gubernamentales y No Gubernamentales invitadas. La realizacin de dicha Reunin en nuestro pas fue altamente exitosa y efectiva, destacndose entre otros logros, la firma del Acuerdo Sede que se suscribi entre los Estados Miembros del Sistema del Tratado Antrtico y la Repblica Argentina, mediante el cual se instal, definitivamente, la Secretara del Tratado Antrtico en aquel pas. A este respecto, debe subrayarse el protagonismo que tuvo el Uruguay en este acuerdo, no slo porque fue el pas donde se celebr el mismo, sino porque adems, fue nuestro compatriota, el Dr. Roberto Puceiro Ripoll (Asesor jurdico del Instituto Antrtico Uruguayo), quien en su carcter de Presidente de la XXXIII Reunin Consultiva, asumi la representacin de todos los Estados Miembros del Sistema del Tratado Antrtico (28 Estados), suscribiendo dicho Tratado conjuntamente con el Canciller Argentino, Sr. Jorge Taiana. Pero adems, debe destacarse que todas las Delegaciones de los Estados que concurrieron a Punta del Este, resaltaron y felicitaron expresamente al Uruguay por la organizacin de dicha Reunin, destacando muy especialmente, no slo la atmsfera de cordialidad y amistad que imper durante todo el desarrollo de dicha Reunin, sino adems, la calidez humana y el clima de afectuosidad de todo el personal uruguayo que estuvo a cargo del citado evento internacional,

sobre la cual va a funcionar todo el Sistema Antrtico. Sin perjuicio de ello, exista otro gran problema que las Partes deban de solucionar: el vinculado con las reclamaciones territoriales que efectuaban varios Estados basados en distintos modos de adquisicin de territorio. Y fue ah, donde las propias Partes que suscribieron el Tratado lograron alcanzar un acuerdo sobre el desacuerdo5 , estableciendo una solucin tan peculiar, como ingeniosa: el congelamiento de todas las reclamaciones territoriales mientras se mantenga en vigencia el Tratado: ...No se harn nuevas reclamaciones de soberana territorial en la Antrtida, ni se ampliarn las reclamaciones anteriormente hechas valer, mientras el

presente Tratado se halle en vigencia. (Art. IV, nal. 2, in fine) Pero dicha solucin para que fuera eficaz tuvo que ser complementada, necesariamente, con dos principios cardinales del sistema antrtico: I) Ninguna disposicin del Tratado se interpretar: a) Como una renuncia o menoscabo por cualquiera de las Partes Contratantes a sus derechos de soberana territorial o a sus reclamaciones territoriales en la Antrtida, ya sea realizadas precedentemente, ya sea que pudieran eventualmente tener bajo cualquier fundamento (como resultado de actividades estatales propias o de sus nacionales, o por cualquier otro motivo); b) Como perjudicial a la posicin de cualquiera de las Partes, en lo que respecta al reconocimiento (o no), tanto del dere13

cho de soberana territorial, como de una reclamacin o un fundamento de reclamacin de soberana territorial, de cualquier otro Estado en la Antrtida. (Art. IV, nal. 1, lit. a, b y c)

tficos sobre la Antrtida, los cuales estarn disponibles libremente. 7

b) Rgimen de informaciones - Por medio del Art. VII, Num. 5, se establece que toda Parte Contratante deber de informar, por adelantado, II) Ningn acto o actividad que se lleve a cabo a las otras Partes Contratantes, sobre a) toda en la Antrtida, constituir fundamento para hacer expedicin a la Antrtida y dentro de la valer, apoyar, o negar una reclamacin de soberana Antrtida en la que participen sus navos o territorial en dicho continente, ni para crear derenacionales, y sobre todo las chos de soberana en dicha expediciones a la Antrtida regin. (Art. IV, nal. 2) que se organicen o partan Por lo tanto, mediante esta No se harn nuevas de su territorio; b) todas las tcnica del congelamiento de reclamaciones de soberana estaciones en la Antrtida todas las reclamaciones territerritorial en la Antrtida, ocupadas por sus nacionatoriales se logr arribar a una ni se ampliarn las les; c) todo personal o equisolucin salomnica entre las reclamaciones anteriormente pos militares que se proyecpartes, a los efectos de poder hechas valer, mientras el te introducir en la desarrollar adecuadamente presente tratado se halle en Antrtida,, de conformitodo el sistema antrtico bajo vigencia... dad con las disposiciones los dos objetivos cardinales del del Tratado.8 mismo (uso pacfico y libertad de investigacin cientfica), sin afectar en lo ms mnimo los eventuales derechos que los Estados Partes pudiesen tener en el territorio antrtico. c) Rgimen de inspecciones - Y a los efectos de promover los objetivos del Tratado y asegurar su aplicacin, en el numeral 1 del Art. VII, se estableci el derecho a las Partes Consultivas de designar observadores para realizar inspecciones, gozando stos de entera libertad de acceso, en cualquier momento, a todas las regiones de la Antrtida, y todas las estaciones, instalaciones y equipos que all se encuentren, as como a todos los navos y aeronaves en los puntos de embarque y desembarque de personal o de carga en la Antrtida (Art. VII, numerales 2 y 3); por lo tanto, todos estos lugares estn abiertos, en todo momento, a recibir inspecciones, incluyndose tambin la observacin area (Art. VII, Num. 4).9

OTRAS CUESTIONES DE DESTAQUE DEL TRATADODeben destacarse adems determinados principios o medios 6 que se incorporaron al Tratado, precisamente, para el buen cumplimiento de los dos objetivos cardinales que procuraba el mismo: a) Rgimen de intercambios - El Art. III (Num. 1, literales a, b y c) obliga a las Partes Contratantes a realizar un rgimen de intercambios entre ellas a fin de promover la cooperacin internacional en la investigacin cientfica, consistiendo el mismo, tanto en lo que respecta al intercambio de informacin sobre los proyectos cientficos en la Antrtida, a fin de permitir el mximo de economa y eficiencia en las operaciones, como en lo respecta al intercambio de personal cientfico entre las expediciones y estaciones de dicho continente e intercambio de observaciones y resultados cien14

INGRESO DE URUGUAY AL SISTEMA ANTRTICOCon fecha 11 de enero de 1980, Uruguay ingres como Miembro adherente del Tratado Antrtico, siendo finalmente aceptado como Miembro Consultivo el da 7 de octubre de 1985.

A este respecto, se debe destacar que existen dentro del Sistema Antrtico dos clases de miembros: a) Los Miembros Consultivos, que son aquellos Estados Miembros que estn habilitados para participar activamente (con voz y voto) en las Reuniones Consultivas que anualmente se desarrollan en el territorio de alguno de ellos (Art. IX, Num. 1); y b) Los Miembros Adherentes, que son aquellos Estados que, si bien se adhirieron al Tratado Antrtico, no tienen legitimacin como para participar en la formacin del consenso de las Reuniones Consultivas.10 Por lo tanto, son los Miembros Consultivos los responsables de llevar adelante la poltica del Sistema Antrtico, atento precisamente a que son los nicos que pueden adoptar medidas obligatorias (recomendaciones usando la terminologa del Tratado) dentro de dicho Sistema (Art. IX, Num. 1 y 4).

Jimnez de Archaga, Heber Arbuet Vignali y Roberto Puceiro Ripoll): Para los pases amantes de la paz y la cooperacin internacional, entre ellos Uruguay, el Sistema Antrtico es, en las actuales circunstancias, el marco ms propicio para defender sus intereses en o por el rea y para el mantenimiento de una zona de armona y seguridad internacional. 11 Finalmente, resta decir que para que un Miembro Adherente pase a ser Miembro Consultivo (como fue el caso de nuestro pas), se necesita que el mismo demuestre un inters en la Antrtida mediante la realizacin de investigaciones cientficas importantes, como el establecimiento de una estacin cientfica o el envo de una expedicin cientfica (Art. IX, Num. 2), teniendo luego que ser aceptado por parte de todos los Miembros Consultivos, en una Reunin Consultiva Especial.

Y es por esa razn, que se debe de valorar Como conclusin final y, ante la antesala de que debidamente la importancia que tiene para nuestro se realice en nuestro pas, por pequeo pas ser parte inteprimera vez en su historia, la grante de un Sistema tan XXXIII Reunin Consultiva importante, no solo en el Para los pases amantes de la del Tratado Antrtico (del 3 al marco de la comunidad interpaz y la cooperacin internacional, 14 de mayo del 2010), se puede nacional, sino adems, en el entre ellos Uruguay, el Sistema decir que el Sistema Antrtico marco del propio desarrollo Antrtico es, en las actuales logra aglutinar para s princide la humanidad (no debe circunstancias, el marco ms pios bsicos y fundamentales olvidarse que las innumerapropicio para defender sus que la comunidad internaciobles investigaciones cientfiintereses en o por el rea y para el nal, siempre los ha procurado a cas que se desarrollan en la mantenimiento de una zona de lo largo de toda su historia (la Antrtida se realizan pensanarmona y seguridad internacional. mayora de ellos), o son de redo en el bien de la humaniciente aparicin dada la impordad); debe de aquilatarse adetancia que los mismos revisten: cuadamente que el Uruguay sea Miembro Consultivo del Sistema Antrtico, puesto que no muchos pases en el mundo han logrado tal distincin. Tal como muy bien lo expresara el Dr. Roberto PUCERIO RIPOLL, en su trabajo denominado: Las Zonas Polares (Tomo III, del curso de Derecho Internacional Pblico de Eduardo a) Solidaridad y cooperacin entre todos los Miembros del Sistema; b) libertad absoluta de investigacin cientfica; c) uso pacfico de la regin; d) preservacin del medio ambiente Antrtico; e) confraternidad entre todos sus Miembros, para el logro y la defensa de los propsitos bsicos del Sistema.15

CONCLUSIN

Y atendiendo a que estos principios son fundamentales para el futuro desarrollo de la humanidad, es que denominamos al presente trabajo bajo el ttulo de: Antrtida: Un sistema del Siglo XXI, creado en el Siglo XX.1. ARBUET VIGNALI, Heber; PUCEIRO RIPOLL, Roberto; GARRE COPELLO, Belter. ANTARTIDA: Continente de los ms para los menos. Montevideo: F.C.U., 1979, p. 77-78.

Ob. Cit., p. 86. Ob. Cit., p. 27. 4. Ob. Cit., p. 88. 5. JIMENEZ DE ARECHAGA, Eduardo; ARBUET VIGNALI, Heber; PUCEIRO RIPOLL, Roberto. DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO. Montevideo: F.C.U., 1992, Tomo III, p. 62. 6. Ob. Cit., p. 61. 7. Ob. Cit., p. 61-62. 8. Ob. Cit., p. 62. 9. Ob. Cit., p. 62. 10. Ob. Cit., p. 66-67. 11. Ob. Cit., p. 83.3.

2.

CONDECORACIN A LAS TROPAS URUGUAYAS EN EL CONGOEl 25 de enero del presente ao, el Comandante de la Fuerza en el Congo, Tte. Gral. Babacar Gaye (Senegal), hizo entrega de las medallas de Naciones Unidas al Batalln Uruguay 4, por los servicios prestados en MONUC. La oportunidad fue propicia para relevar la actuacin del Batalln, en ste ltimo ao, donde se hicieron 69 despliegues en el terreno a distancias muy alejadas de la Base, en plena selva, totalizando 884 das de empleo. Asimismo se record al Oficial uruguayo Tte. Cnel. Gonzalo Martirene trgicamente fallecido en el terremoto de Hait.El Tte. Gral Babacar Gaye saluda a las tropas uruguayas. El Force Commander Tte. Gral. Babacar Gaye, de Senegal, junto al Cnel. Marcelo Montaner, Jefe del Batalln Uruguay 4.

16

LAS BASES JURIDCAS DE NUESTROS DERECHOS Y DEBERESEmbajadora Ma. Cristina Figueroa

l continente Antrtico, los Mares Australes Las Fuerzas Armadas brindan el apoyo logstico y la zona de convergencia constituyen un rea del necesario a travs de la Fuerza Area y los aviones planeta de gran inters cientfico, con oportunidades Hrcules C-130; la Armada Nacional con sus barcos de investigacin de fenmenos y sistemas, procesos en la campaa antrtica como plataforma logstica y que los constituyen en el labodel Ejrcito Nacional con su ratorio de la humanidad. Para participacin al sostenimiento Uruguay su valor est dado no operativo de la Base. Las Fuerzas Armadas brindan el slo por su carcter cientfico El Ministerio de Educaapoyo logstico necesario a travs sino adems por su valor estracin y Cultura ofrece asistende la Fuerza Area y los aviones tgico y geopoltico, por sus cia cientfica con sus proyecHrcules C-130; la Armada intereses econmicos y sus vntos de investigacin en sus diNacional con sus barcos en la culos geogrficos y versas disciplinas, el estableoceanogrficos. campaa antrtica como plataforma cimiento de una Estacin logstica y del Ejrcito Nacional Es una fuente muy imCientfica o el envo de expeportante de recursos como el con su participacin al diciones especializadas. agua, recursos vivos y no visostenimiento operativo de la Base. El Ministerio de Relaciovos, los minerales y un nuevo nes Exteriores, conduce el tipo de riqueza, actualmente relacionamiento internacional con los Organismos valorada, como es el turismo antrtico. Internacionales y los pases Miembros del Tratado MARCO JURDICO Antrtico. Legislacin Nacional: Decreto 555/994, reglamenta la organizacin y el funcionamiento del Instituto Antrtico Uruguayo. Objetivo: el IAU es un organismo dependiente del Ministerio de Defensa Nacional encargado de programar y desarrollar las actividades cientficas tecnolgicas y logsticas antrticas a los efectos de establecer el Programa Antrtico Nacional, dentro de la competencia de la normativa vigente, acorde a lo dispuesto en el Sistema del Tratado Antrtico y a las directivas que emanen del Poder Ejecutivo. Organizacin: el rgano de Direccin es el Consejo Directivo integrado por 6 Consejeros representantes de los Ministerios de Defensa Legislacin Internacional. Tratado Antrtico (Ley 14.971/12/979 aprobacin del Tratado de Washington sobre la Antrtida) Con slo 14 artculos, es el instrumento jurdico internacional que regula la actividad y administracin de este Continente y cuyo propsito, es asegurar en inters de toda la humanidad que la Antrtida contine utilizndose siempre exclusivamente pare fines pacficos y que no llegue a ser escenario u objeto de discordia internacional. El 1 de diciembre de 1959, los doce pases que haban llevado a cabo actividades cientficas en la17

E

INTRODUCCIN

Nacional, Relaciones Exteriores y Educacin y Cultura.

Antrtida y sus alrededores durante el Ao Geofsico Internacional (AGI) de 1957-1958 firmaron en Washington el Tratado Antrtico. El Tratado entr en vigor en 1961 contando actualmente con 48 pases Partes, existiendo dos categoras de Miembros: los Consultivos (28) y No Consultivos (20). Algunas disposiciones importantes del Tratado son: La Antrtida se utilizar exclusivamente para fines pacficos (Art l). La libertad de investigacin cientfica en la Antrtida y La cooperacin hacia ese fin (...) continuarn (Art. II). Las Partes Contratantes acuerdan proceder (...) al intercambio de observaciones de resultados cientficos sobre La Antrtida, los cuales estarn disponibles libremente (Art III).1 A fin de promover los objetivos y procurar la observancia de las disposiciones del Tratado, todas las regiones de la Antrtida, y todas las estaciones, instalaciones y equipos que all se encuentren (...) estarn abiertos en todo momento a la inspeccin (Art. VII)2

Antrtida, ni para crear derechos de soberana en esta regin. No se harn nuevas reclamaciones de soberana territorial en La Antrtida, ni se ampliaran las reclamaciones anteriormente hechas valer, mientras el presente Tratado se halle en vigencia. Esta redaccin alivi en aquellos momentos

las tensiones polticas y congel las reclamaciones territoriales, sin pretender resolverlas. Existen acuerdos conexos al Tratado Antrtico a saber: * Convencin para la Conservacin de Focas Antrticas (CCFA) * Convencin para la Conservacin de los Recursos Vivos Marinos Antrticos (CCRVMA) * Convencin Internacional para La Regulacin de la Caza de Ballenas y La Convencin para la Conservacin de las Focas Antrticas * Protocolo al Tratado Antrtico sobre Proteccin del Medio Ambiente, firmado en Madrid el 4 de octubre de 1991 y entra en vigor en 1998, designa a la Antrtida como una reserva natural dedicada a la paz y a la ciencia (Art. 2). Artculo 3, establecen los principios bsicos aplicables a las actividades humanas en la Antrtida.

SITUACIN DE ALGUNOS SIGNATARIOSEntre los signatarios del Tratado hay siete pases (Argentina, Australia, Chile, Francia, Noruega, Nueva Zelandia y el Reino Unido) con reclamos territoriales, que en algunos casos coinciden en parte. Otros pases no reconocen ningn reclamo. Estados Unidos y Rusia consideran que tienen fundamentos para reclamar. Todas estas posiciones estn explcitamente previstas en el artculo IV que mantiene el statu quo: Ningn acto o actividad que se lleve a cabo mientras el presente Tratado se halle en vigencia constituir fundamento para hacer valer, apoyar o negar una reclamacin de soberana territorial en la18

Artculo 7 prohbe todas las actividades relacionadas con los recursos minerales excepto las que tengan fines cientficos. Hasta 2048 el Protocolo puede ser modificado solamente mediante el acuerdo unnime de las Partes Consultivas del Tratado Antrtico. La prohibicin relacionada con los recursos minerales no puede revocarse a menos que est en vigor un rgimen jurdicamente obligatorio sobre las actividades relativas a los recursos minerales antrticos (Art. 25.5)3 .

denominadas las Partes Consultivas, se renen con el fin de intercambiar informacion, consultarse mutuamente sobre asuntos de inters comn relacionados con la Antrtida, y formular, considerar y recomendar a sus Gobiernos medidas para promover los .principios y objetivos del Tratado (Art. IX). Este foro es la Reunin Consultiva del Tratado Antrtico (RCTA) y all se congregan los Miembros Consultivos (28) y No Consultivos (20), en el cual slo los veintiocho primeros) en sus calidades de miembros Consultivos, actuando en base al principio de igualdad: adoptan sus decisiones mediante consenso.

URUGUAY Y EL TRATADO ANTRTICOEl Uruguay ingres como miembro adherente el 11 de Enero de 1980 y fue aceptado como Consultivo el 7 de Octubre de 1985 Al adherirse al Tratado Antrtico, Uruguay ha manifestado su inters y su voluntad de reservar los derechos que en un futuro pudieran corresponderle en la Antrtida acorde al Derecho Internacional, sin tener aspiraciones de oponer ttulos soberanos sobre su

URUGUAY Y SUS BASESLa Base Cientfica Antrtica Artigas (BCAA) en la Isla Rey Jorge, en el rea del Tratado Antrtico mantiene durante todo el ao, una presencia constante desarrollando investigacin cientfica.

Un sentimiento conmovedor y de orgullo, ver como toda nuestra gente de la Base se uni. No como un equipo, sino algo ms fuerte, como una familia...

territorio.

Ha logrado mantener dicha calidad en base a lo establecido en su Artculo IX, es decir debiendo demostrar su inters en la Antrtida mediante la realizacin de investigaciones cientficas significativas, como el establecimiento de una estacin cientfica; envo de expediciones cientficas; operacin de un buque Antrtico, cumpliendo con lo expresado en su solicitud de ingreso. El Sistema del Tratado Antrtico cumple sus objetivos y principios a travs de diversos foros internacionales de diversa naturaleza, tanto jurdica como tcnica, en los que Uruguay participa. Todos los aos los doce signatarios originales del Tratado y las Partes que demuestren su inters en la Antrtida mediante la realizacin de investigaciones cientficas importantes, en conjunto

La estacin ECARE, en el continente, en La Baha Esperanza se pone en funcionamiento durante el verano austral, dependiendo de los recursos.

AS NACI NUESTRA ECAREEn el Archivo Diplomtico de la Cancillera hemos encontrado una nota del 8 de julio de 1997, dirigida al Presidente del IAU, General J. C. Ruggiero, de las autoridades britnicas competentes donde expresaban: En nuestro reciente encuentro durante la Reunin de Consulta del Tratado Antrtico en Christchurch, le promet que le enviara una carta poniendo por escrito la medula de nuestra conversacin. Segn lo que le comuniqu en esa oportunidad, tenemos el placer de confirmar que el Reino Unido est dispuesto a transferir al Instituto19

Antrtico Uruguayo la propiedad del refugio ubicado en la Baha Esperanza en La Antrtida, dicho refugio es actualmente propiedad del Consejo Investigador del Medio Natural Britnico (el cuerpo madre del British Antartic Survey) Deseara sugerir que una manera adecuada de efectuar la transferencia podra ser per medio de un relativamente simple Memorndum de Entendimiento. Dispondr que se redacte un borrador a corto plazo y que le sea enviado a travs de nuestra Embajada en Montevideo, para su consideracin

MI VISITA A LA BASE ARTIGAS, TODA UNA EXPERIENCIAUn recuerdo imborrable, el viaje en el Hrcules, el arribo a la Base, las sonrisas que nos reciban y el entorno blanco de esa nieve que tocaba el horizonte. Una emocin muy profunda ver nuestra Bandera y el Busto de Artigas en ese rincn del mundo. Un sentimiento conmovedor y de orgullo, ver como toda nuestra gente de la Base se uni. No como un equipo, sino algo ms fuerte, como una familia, para afrontar tareas tales como la desobstruccin-congelamiento de las caeras donde corre el agua que surte a la Base, con temperaturas bajo cero y vientos muy fuertes.

Una experiencia nueva, cuando todos sin distincin tuvimos tareas asignadas que cumplir que se realizaron con naturalidad. Todos hacamos de todo en un clima de solidaridad, compaerismo y muy buen humor. Una oportunidad de conocernos, aprender a convivir, compartir experiencias de vida y laborales. Un asombro sentir ese silencio, esa paz que nos invade, ese mundo blanco de nieve y hielo por doquier, esa no polucin impecable, toda una experiencia!!

1. 2.

Secretara del Tratado Antrtico www.ats.aq Secretara del Tratado Antrtico www.ats.aq 3. Secretara del Tratado Antrtico www.ats.aq

20

INSTALACIN DE LA BASE CIENTFICA ANTRTICA ARTIGASCnel. Emilio G. lvarezCoronel del Arma de Infantera, egreso de la Escuela MIlitar en el ao 1965. Entre los aos 1984 y 1989 estuvo afectado a tareas en el Instituto Antrtico Uruguayo, siendo designado para integrar el primer contingente que concurrio a la BCAA. Fue Jefe de la misma de octubre de 1987 a diciembre de 1988.

a experiencia capitalizada en primera misin oficial de la Fuerza Area Uruguaya a la Antrtida en enero de 1984, permiti concluir que era posible el establecimiento de un flujo areo regular con la Isla Rey Jorge, en la Isla Shetland del Sur, que en ese lugar se poda establecer una instalacin Antrtica uruguaya que prestara apoyo logstico al esfuerzo cientfico, como forma de marcar presencia de manera tal que colocara a nuestro pas en condiciones de intentar el ingreso al tratado Antrtico como miembro pleno.

L

INTRODUCCIN

ESTUDIOS PRELIMINARESEn el ao 1982 el Instituto Antrtico Uruguayo estudiaba la problemtica de la presencia uruguaya en la Antrtida, luego de valorar la situacin, entr a considerar la posibilidad de encarar una campaa antrtica, aunque fuese por un corto perodo de tiempo. Es as que ante una invitacin del Instituto Nacional de Nueva Zelanda, fue designado el entonces Tte. Cnel. Omar Porcincula para concurrir a la zona de operaciones de ese pas en la Antrtida, con la misin de recoger experiencias que permitieran elaborar los Planes para la construccin de una base en el continente. En el marco de los planes elaborados por el Instituto Antrtico Uruguayo en el mes de enero de 1984, se realiza la primera misin oficial antrtica en un avin de la Fuerza Area Uruguaya, con el fin de concretar la aproximacin del pas al continente Material desembarcado en la playa.

helado y activar el mecanismo que colocara a nuestro pas en una posicin que le permitiera velar por sus legtimos intereses en la Antrtida. Esta operacin demostr que era posible establecer un flujo areo con la Isla Rey Jorge en la Shetland del Sur y la existencia de un rea adecuada donde instalar los medios para la prestacin del apoyo logstico al esfuerzo cientfico para el desarrollo de los proyectos a encarar, camino elegido21

para intentar el ingreso como miembro pleno al Tratado Antrtico, con un margen razonable de xito. Habiendo realizado el primer vuelo histrico a la Isla Rey Jorge, sin mayores contratiempos se abre el camino para iniciar las tareas de preparacin para poner en prctica los planes de la construccin de la base. El Ejrcito Nacional, habiendo comprendido la trascendencia e importancia de la posibilidad histrica, del ingreso de Uruguay al Tratado Antrtico, impulsa decididamente su participacin en el tema apoyando al Instituto Antrtico Uruguayo, con personal superior a nivel de direccin, planificacin y ejecucin, personal subalterno a nivel de ejecucin, medios materiales, equipos y recursos financieros. En esos momentos el I.A.U. careca de los ms elementales medios humanos y materiales para emprender este desafo, siendo el Ejrcito el que proporciona lo necesario para tal fin. Es as, que en el Comando de la B. I. N 5, funciona el centro logstico, a cargo de un Jefe de ese Comando. Con personal del mismo, tena la misin de reunir y preparar los medios para su posterior envo a travs de la F.A.U. a la Isla Rey Jorge. Los recursos financieros no permitan cubrir toda la operacin, por lo que fue necesario usar la imaginacin para abaratar costos. Es as que por ejemplo, algunas cosas menores se compraban en los remates como herramientas, estufas, menaje, etc. las que eran recicladas por personal militar y puestas en funcionamiento. Una consideracin especial merece el equipo del personal para trabajar en un medio tan hostil. No existan en el pas posibilidades de conseguir trajes adecuados y tampoco recursos para su adquisicin. Es as que en la calle Coln de Montevideo fueron comprados los primeros equipos antrticos uruguayos, a saber; calzoncillos largos de franela, camisetas afelpadas, pantaln de franela negros, camisas de tartn, buzos de lana gruesos, medias de lana y se22

Tte. Cnel. E. Techera y Sr. F. Gelmini con un Vehculo Militar C J 5.

completaba con botas cortas de Infantera sacn USA modelo 65 y capa Renner como abrigo, provistos stos por el Servicio de Intendencia del Ejrcito. La comida fue provista por el S.I.E. en forma de racin de combate, queso y dulce de membrillo. El equipamiento mayor y ms pesado, caso de los mdulos comprados en N. Zelanda y un tractor Ford 600, materiales de construccin y equipamiento fueron comprados y embarcados en Punta Arenas, en el Piloto Pardo, un buque de la armada chilena. Un oficial del Ejrcito, personal y tcnicos viajan en 1 con el mismo destino

PIONEROSLa dotacin seleccionada fue sin lugar a dudas a travs del conocimiento personal por parte del jefe de la misma. La empresa a encarar as lo exiga. De hecho, no exista en esa gente experiencia ni preparacin para tan difcil misin. Los augurios no eran buenos y los comentarios generales sobre esta operacin eran que estaban todos locos, que sucumbiran en el intento y que el fracaso sera el resultado final. Por supuesto no fue as y si bien muchas veces la fortuna dio una mano, el ingenio, voluntad, y espritu de sacrificio, hicieron posible esta hermosa realidad. El contingente inicial estaba integrado por: Tte. Cnel. Omar Porcincula - Jefe de dotacin Tte. Cnel. Heber Cappi Tte. Cnel. Eduardo Techera May. Emilio lvarez

Cap. Jorge Rosales Cap. Daniel Gordillo Alf. Carlos Pinasco Alf. Carlos Snchez Cbo.1 Derseo Da Costa Cbo.2 Jos Acosta Tte.1Pier Avelino - Medico Sdo.1 Sergio Corrales Arq. Carlos Pisoni Sr. Emiliano Martnez - Tcnico electro-mecnico Sr. Ferdinando Gelmini - Mecnico

Con el apoyo de la base rusa Belliwgshausen, el primer traslado se hace con un anfibio de ese pas, luego en dos embarcaciones Sodiac Mark 3 con motores fuera de borda, en un trabajo propio de hormigas. De a poco se traslada el resto de tan voluminosa carga. El da 13 de diciembre se inicia la construccin del primer mdulo que dar refugio al contingente uruguayo ya que hasta ese momento en el lugar de emplazamiento de la base solo exista un pequeo refugio chileno, para cuatro personas.

La aventura que significaba este Es de hacer notar que en aquellas latitudes, en emprendimiento por s sola fue una poderosa moesta poca del ao, hay luz solar prcticamente toda tivacin ya que no exista la posibilidad del cobro la noche, por lo que se poda trabajar en cualquier de viticos por ningn concepto y tampoco al horario, las nevadas y ventisregreso al pas una licencia cas daban un respiro a este extraordinaria como compengrupo de pioneros antrticos. En esos momentos el I.A.U. sacin. El primer mdulo sirvi careca de los ms de dormitorio, comedor, sala elementales medios humanos CONSTRUCCIN de recibir visitas, dependieny materiales para do de la hora del da, de la En los primeros das del emprender este desafo, noche o de las condiciones memes de diciembre de 1984 llesiendo el Ejrcito el que teorolgicas. De inmediato se ga el Piloto Pardo a la baha proporciona lo necesario arm un galpn de uso genedonde se realizara la descarpara tal fin. ral y depsito y otro ms pega de los elementos para consqueo para ser usado como truir la base. Despus de no laboratorio. pocas dificultades con el apoyo de una embarcacin menor y una chata chilena, FUNCIONAMIENTO INICIAL se logra poner el cargamento en la playa, lugar De enero a diciembre de 1984 se desarrollan distante unos kilmetros del lugar seleccionado para todas las tareas que concluyen con la construccin las construcciones. Por las condiciones del terreno, en dos semanas de la primera base uruguaya en la la poca de deshielo y no contar con vehculos Antrtida. adecuados, el trayecto hasta el lugar elegido se haca por el mar. Sin lugar a dudas, existan muchas carencias, el agua se extraa de un riacho de deshielo con una En un refugio improvisado con paneles para la bomba que andaba poco y mal, los caos de construccin de los mdulos y cajones en la playa plastiducto se congelaban, se tena un solo generador de Base Marsch los uruguayos campeaban el temde energa, que era necesario apagar en las horas de poral antrtico y se deleitaban con el guiso de porodescanso, no haba baos se usaban los qumicos y to enlatado templado en calentadores individuales otras muchas ms, pero todo esto era superado por de alcohol, a la espera que las condiciones del un enorme espritu de cuerpo y la ejemplarizante tiempo permitieran el traslado del equipo al lugar conduccin del jefe de esta expedicin. elegido para construir la base.23

Vista de la Base.

El 22 de diciembre de 1984, se izan por primera vez las banderas patrias en mstiles improvisados y se realiza una sencilla ceremonia de inauguracin, formados frente a ellos y dando la cara hacia el norte donde estaba la Patria. Diecisiete uruguayos entonan, a viva voz, en esa inmensa soledad el Himno Nacional. Eran las 10 de la noche y el sol brillaba en todo su esplendor dando la bienvenida a este grupo de orientales. Con el vuelo del da 22 de diciembre llega a la Base entre otras muchas cosas el equipo de radio ya que hasta ese momento no exista forma de comunicacin con el Uruguay. Para los entendidos, era un pequeo trasmisor receptor de frecuencia variable a cristal y un enorme amplificador a vlvulas con tanto consumo de energa que no se poda encender ni una lmpara cuando estaba funcionando. El 24 de diciembre a las 11 horas de la noche, se logr la primera comunicacin con el pas a travs de la red internacional del Ejrcito. Por este medio y por el sistema fone-pach aquellos pioneros antrticos saludaron a sus familiares en noche buena, primera comunicacin de la Base Antrtica a la Repblica Oriental del Uruguay. Para festejar la Navidad, un almuerzo criollo al medio da al pie del glacial Colling fue el motivo para una amena reunin de camaradera a la intemperie.24

Los trabajos continuaron y ya en enero la base tena un segundo mdulo mucho ms amplio, tena bao, con agua caliente y los cientficos ya haban iniciado sus trabajos. En esa primera campaa de verano de cinco meses de duracin se hicieron progresos significativos. A mediados de este perodo la Base ya tena tres generadores de electricidad, cantidad imprescindible para el funcionamiento de una estacin permanente en aquel continente. El arribo de profesionales universitarios y tcnicos permiti dar forma inicial a los proyectos cientficos. Ya prximo a terminar la campaa de verano, aparece la posibilidad de invernar, es decir ocupar la base de manera permanente. A pesar de que el hecho de cerrar la base implicaba interrumpir las actividades hasta el siguiente verano austral (1985-1986) se opt por esta ltima lnea de accin en razn de preverse dificultades de magnitud en los abastecimientos en el caso de mantenerla abierta. Durante esa campaa de verano la Base recibi la visita de la televisin uruguaya, Canal 12 con el periodista Julio Alonso y se da a conocer a todo el mundo. Modesta, pero con mucho calor humano la Base Uruguaya era una realidad en la Isla Rey Jorge Shetland del Sur. No estando preparados para pasar el invierno, se cierra en el mes de Abril de 1985. En Octubre de ese ao, la Comunidad

Antrtica reconoce el esfuerzo de Uruguay y recibe a nuestro pas como miembro pleno del Tratado Antrtico, en la XIII reunin consultiva del Tratado Antrtico. El 5 de Diciembre de 1985 se iza nuevamente el pabelln nacional en la Base Cientfica Antrtica Artigas y a partir de ese momento en forma ininterrumpida con su sol y nueve franjas cobija a los uruguayos hasta el presente en el continente helado.

en el tema, se constituyeron en verdaderos pioneros Antrticos, asumiendo de antemano la responsabilidad de un eventual fracaso. Un eficiente empleo de los medios humanos y materiales disponibles, aseguraron las mejores condiciones de ejecucin, compatibles con las circunstancias, la mayora adversas en ese momento.

El 22 de diciembre de 1984, se izan por primera vez las banderas patrias en mstiles improvisados y se realiza una sencilla ceremonia de inauguracin, [...]. Diecisiete uruguayos entonan, a viva voz, en esa inmensa soledad el Himno Nacional. Eran las 10 de la noche y el sol brillaba en todo su esplendor ...

CONCLUSIONESLa sola mencin, de la construccin de una base en la Antrtida, puede no despertar la imaginacin, en cuanto a las reales dificultades y sacrificios que fue menester desarrollar para que el xito coronara tales esfuerzos. Por lo que, el personal superior, personal subalterno y tcnicos, que actuaron involucrndose

La absoluta inexperiencia en una temtica, no solo novedosa para el pas sino, adems indita, fue superada pese a la carencia de recursos especficamente antrticos, de tal magnitud, que haran impensable la tarea para quienes no hubiesen captado el sentido y la grandeza que tiene la actividad antrtica como forma de proyeccin externa. Fue as, que en el relativamente corto lapso de dos semanas, la Base Cientfica Antrtica Artigas era una hermosa y palpable realidad.

25

LA PATRIA VARIOS GRADOS BAJO CEROANCDOTAS DE UN MDICO VETERINARIOTte. Cnel. (SVR) Dr. Balbino lvarezMdico Veterinario militar que desarroll proyectos de investigacin en la Antrtida, aprobados por el SCAR, referentes al comportamiento de los pinginos. Form parte del grupo fundador de la Base Cientfica Antrtica Artigas.

uando tom contacto con el Instituto Antrtico Uruguayo, en torno a 1981, ste se hallaba instalado en la Av. 8 de Octubre No. 3022, frente al Hospital Militar. Verdaderamente era una casa pequea donde estaba el Instituto de Paso de Frontera. Por disposicin Superior, le dieron al Instituto Antrtico una habitacin, que era el despacho del Sr. Director y luego ocupbamos algn pasillo. En un saln central (no grande) se apretaban un Sr. Oficial y dos o tres funcionarios de Paso de Frontera, todas sus pertenencias como mquinas de escribir, muebles, archivos, coleccin de boletines, etc., estaban en el lugar donde ahora ocupamos nosotros; a eso se sumaban los dos integrantes del I.A.U., Alfrez Carlos Snchez y un abnegado escribiente, que deba esperar le prestaran la mquina del otro Instituto para hacer sus trabajos. Ese saln tambin era sala de reunin para los dos institutos. No se dispona de vehculo alguno, por lo que todo se transportaba en nuestros autos particulares o favores de distintas reparticiones del Ejrcito, esta situacin dur aos, hasta que se pro26

C

dujo el traslado a la calle Buenos Aires esquina Alzaibar. Mi razn de vnculo con el I.A.U., fue su primer Director el Coronel Hugo Ferreira, que anteriormente haba sido mi primer Jefe al ingresar, el suscrito, al Servicio Veterinario y de Remonta, donde l prestaba servicio. Por esa causa pas a integrar las dos instituciones cumpliendo doble horario, pero muy feliz a pesar del recargo de trabajo y de la prdida de otra actividad como veterinario en una firma particular de plaza. Estamos hablando de fines de 1981 y comienz de 1982, en que se me asigna, como tarea central, lograr proyectos cientficos para realizar en la Antrtida. En esos aos ya se haban realizado intentos de conseguir cientficos pero se tropezaban con grandes dificultades, ya que nadie tena experiencia de campo en ese continente. Para los cientficos uruguayos todo era una nebulosa y la

duda de cmo desenvolverse all. Intentar hacer algo y no conocer las necesidades, y nuestras propias reacciones en el medio, an sin saber que compensacin se tendra, era ofrecer trabajo y grandes responsabilidades sin tener idea de remuneracin. En lo personal, slo me podra vincular con veterinarios, algn mdico y bilogos. La otra gran dificultad consista encontrar investigadores, no era suficiente con ser profesional universitario y por ltimo no se puede olvidar, que en esos aos, y por aos posteriores, haba gran desorden interno en toda la Uni-

versidad debido a reincorporaciones, despidos y nuevas ubicaciones personales; no era un momento de serenidad para investigar y tener tiempo de meditar. Para la tarea cientfica, es imprescindible contar con recursos econmicos, de personal capacitado y lugares de trabajo en la Antrtida y en el pas, para procesar los materiales que se lograran estudiar. Verdaderamente se trataba de una empresa casi imposible; y lo expliqu a los responsables del I.A.U., como repuesta siempre se terminaba en la nica respuesta: Usted sabe que las exigencias internacionales son tener una Base, disponer de un vehculo para ir y venir y por ltimo una actividad cientfica antrtica y anti belicosa. El tiempo segua pasando y los puntos de la actividad cientfica no se lograban superar, mientras tanto yo me enteraba de los otros problemas no cientficos, tambin con dificultades pero se lograban superar lentamente; era una tarea de verdaderos esforzados y tesoneros luchadores. Desde fines de 1982 a fines de 1983 se cumplen varias Misiones Oficiales. El Teniente Coronel de Infantera Omar Porciuncula viaja para concretar y ver necesidades de una Base Antrtica a Nueva Zelandia; la Fuerza Area cumple una misin, el Sr. Coronel Roque Aita y el entonces Mayor Bernab Gadea viajan a la Antrtida para deter-

minar el lugar de instalacin de la posible Base. Finalmente el Ejrcito me manda a visitar algunas Bases chilenas, con la finalidad de ver como se desenvuelven los cientficos en ellas. Esta ltima misin, fue MontevideoSantiago en avin de lnea, SantiagoPunta Arenasen avin militar chileno y Punta Arenas a bases antrticas; en el barco Capitn Alczar del Instituto

loga animal o vegetal, en la Universidad Estatal de Santiago o en la Catlica y tambin en los proyectos internacionales se dispona de apoyo en Centros de Estudios Extranjeros. Las posibilidades de recursos eran tan diferentes que asustaba, ver todo lo que se deba lograr para tener esos medios y relaciones, superaba a cualquier persona, era tarea de una comisin. En los primeros das de noviembre de 1984 salamos en direccin a la Antrtida. En el segundo vuelo del avin Fairchild No. 572; que hara una escala en Territorio argentino y en Punta Arenas (Chile) y de acuerdo a pronstico del clima realizara el salto a la isla Rey Jorge, donde se instalara la Base Artigas de nuestro pas. Uno de los factores constantes desde el inicio de esta tarea antrtica fue la falta de recursos, yo dira de todos los recursos econmicos, de medios logsticos y cientficos e incluso humanos. As fue que gran parte de los hombres que fuimos en la primera operacin, es decir 1984-85 (fundacin de la Base Artigas) lo hicimos renunciando o donando nuestros viticos, por el tiempo que durar la operacin, con la finalidad de que los recursos econmicos alcanzaran para lo mnimo necesario del objetivo. Durante 1983; se recurri a todos los medios para lograr el27

... gran parte de los hombres que fuimos en la primera operacin, [...] lo hicimos renunciando o donando nuestros viticos, por el tiempo que durar la operacin, con la finalidad de que los recursos econmicos alcanzaran para lo mnimo necesario del objetivo.

Antrtico Chileno donde ya transportaban cientficos para la campaa 1982-83. Durante ese recorrido se pudo valorar los recursos que necesitaban los pases que hacan ciencia en la Antrtida con instalaciones pre-fabricadas para instalarse dos o tres personas por uno o dos das en cualquier lugar, mientras un barco espera para retirarlos a los Refugios (instalaciones fijas), tambin para poca gente y, por fin las Bases, terminando la cadena de instalaciones ya fuera para bio-

apoyo de cientficos, y tener proyectos de investigacin. As fue que recib la sugerencia de hacer un trabajo cientfico que requera aprobacin del CONICIT y del SCAR, es decir, en lo nacional y en lo internacional. En lo nacional, fue evaluado por cientficos uruguayos y en lo internacional por el SCAR que es el comit cientfico que dirige toda la actividad de ciencia en el continente, aceptando o no el trabajo, para que no se superpusiera o fuera a interferir con los otros pases ya instalados. Estas condiciones exigieron un gran esfuerzo de conocimiento y de comunicaciones internacionales. Para ese entonces; la Direccin de I.A.U. constaba de un presidente el Sr. Coronel Ricardo Galarza y un consejo, uno de los consejeros, el Ingeniero Julio Riet consigui prestada la sede se la Asociacin de Ingenieros, en la calle Cuareim; se trataba de una asociacin muy elegante y all se recibi al representante del SCAR, un cientfico ingls que vino al Uruguay expresamente saliendo de una gira que estaba haciendo, ya que tena noticias del esfuerzo que se realizaba aqu y deseaba conocernos personalmente. Esta visita, fue toda una distincin, se trataba de una autoridad del SCAR, profesor de una Universidad inglesa y asesor de la Reina; a l se le present todo el proyecto a ejecutar, donde estaba incluida la actividad cientfica.28

Para m mostrar el trabajo signific lo ms importante y me llen de satisfaccin que lo viera y que, aprobndolo, le diera respaldo, conversamos sobre el desarrollo del mismo, hizo sugerencias, se mostr entusiasta diciendo que era el nico de esas caractersticas.

EL VIAJE A LA ANTRTIDASal en el segundo viaje desde la Base Area No. 1 Carrasco, all en una sala de espera de la Base, nos bamos encontrando los que viajaramos en el avin; no todos nos conocamos, estbamos con nuestras familias. En esta sala que qued repleta con gente de todas las edades, nios de pocos meses hasta ancianos, cuando se dio la orden de partir, en una fila ms o menos ordenada, el abrazo a la seora, besos a todos y cargando valijas, cajones y mochilas, pasbamos por una puerta que nos ordenaba y estrechaba la fila haciendo que pasramos con dificultad por la carga; inmediato a la puerta haba una balanza con plataforma donde nos paramos con toda la carga y al grito del kilaje alguien llenaba una planilla con el nombre, para confirmar que suba al avin. En un estado de mucha tensin nerviosa, besos y saludos, ya dejbamos a nuestras familias y pertenencias en el Uruguay. Ahora, la carga la llevaba una camioneta que iba y vena y dejaba todo amontonado en el suelo, junto al avin, nosotros mirando y saludando a los que dejbamos, nos

fuimos caminando hasta el Fairchild; verdaderamente haba comenzado el viaje, al terminar el recorrido de una o dos cuadras integramos un pasa manos para subir la carga, alguien daba la orden de qu bulto se suba; todos sin distincin de grado u oficio integraban una cadena de trabajo. Despus subimos nosotros, por supuesto encima de la carga, de cualquier forma, sentados con las piernas entre los cajones incluso algunos acostados. Cuando llegamos a Punta Arenas (unas ocho horas de vuelo) se repiti la operacin pero esta vez de descargar los bultos, ya que el avin no poda quedar cargado. Luego trmites aduaneros y el viaje en turnos (eran pocas las camionetas para el traslado) al hotel. Al otro da, el pronstico del tiempo fue bueno y pudimos salir rumbo a las islas Shetland del Sur, a isla Rey Jorge Base Chilena Teniente March. Emocionados vimos, el cruce del Estrecho de Drake, donde hacamos exclamaciones por los gigantescos iceberg, el contacto con el medio antrtico, el aterrizaje y de inmediato bajar por cuarta vez toda la carga y lo personal, llevarlo hasta un Hangar donde nos registrbamos. Puedo afirmar que no hubo un solo lamento, a lo sumo profundo silencio. No sabamos cuanto tiempo se tardara para llegar al lugar de trabajo. Se dispona de un tractor que arrastraba una chata (cuatro rue-

das y un chasis con piso de tabla, de un mnibus chico), detrs de la chata caminbamos nosotros, as llegamos a reunirnos con quienes haban realizado la avanzada o primer salto. El camino fue penoso pero entretenido, el tractor se deslizaba hacia atrs, en las subidas no poda con el peso, no por falta de fuerza sino porque le faltaba agarraderas al suelo, se trataba de que se sostuviera en el hielo, ciertamente no era un vehculo para aquellos lugares.

calzoncillos largos (ropa gruesa). An recuerdo el gritero y los disparates que se le gritaban al que quera salir, pisando a veces a alguien ya que estaba acostado en el piso, y ni que hablar de lo que se le oa decir a la persona al abrir la puerta y dejaba entrar el aire helado y nieve con el viento. All el sentimiento de amistad se senta, de orgullo tambin, era comn or que se hablara de los jefes por el grado o slo por el apellido y alguna vez hasta por el apodo. Todos respondan con la mejor buena voluntad a la orden que le era trasmitida, desde una distancia de una cuadra o ms, pasada de boca en boca. En esa forma se arm un galpn que fue sala de mquina para el primer generador elctrico y luego tambin para el segundo. En el extremo donde estaban los generadores tambin se haba hecho un resguardo para que fuera cuarto de bao de todos. De cada generador sala un cao de escape, y a poca distancia un silenciador, luego ramificaciones del cao de salida. Alambres atados a los caos formaban casi una red. All colgbamos la ropa que lavbamos. Tambin tachos de distintos tamaos (alguna olla

grande, que an no podamos usar) con grandes piedras de hielo, de esa forma se derretan, luego la hervamos para tomarla. Como la actividad cientfica era rigurosamente civil y apartada de cualquier otra funcin (as lo establece el SCAR) incluso en las nminas que se distribuan para las otras Bases, figuraba un doctor veterinario, con funciones de bilogo que no figuraba como integrante de la dotacin pero s en forma expresa como cientfico.

CONSTRUCCIN DE LA BASEFinalmente llegamos a la Base Artigas, fue un encuentro muy alegre, feliz, estbamos todos juntos. Encontramos un refugio pequeo de chapas pintadas de rojo, era un refugio chileno para pasar el da cuando iban a esquiar, con capacidad para dos cuchetas; junto a la puerta haba una estufa de kerosene con dos mechas, en una herva agua para el mate y en la otra borboteaba guiso del que haba venido en latas de racin individual (racin de combate). Terminado de construir el primer wanigan, que se arm en treinta y seis horas, sirvi para dormir todos bajo techo. En ese momento y con nuestra llegada, no tengo ni idea del nmero de personas, pero esa noche qued el piso tapizado de colchonetas y frazadas; todos en camisetas y

Verdaderamente todo el mes de enero me desenvolv como un obrero ms, ayudando a uno o a otro en las tareas. En los primeros das not que mi equipo de trabajo no se vea, pudiendo estar amontonado con todas las pertenencias de la base en la costa de la base chilena. No quise molestar y esper unos das29

ms,