67
1 Acústica Musical Material de apuntes El sonido Desde un punto de vista físico, el sonido es una vibración que se propaga en un medio elástico (sólido, líquido o gaseoso), generalmente el aire. También podría definirse como la sensación producida en el oído por la vibración de las partículas que se desplazan (en forma de onda sonora) a través de un medio elástico que las propaga. Para que se produzca un sonido se requiere la existencia de un cuerpo vibrante llamado "foco" (una cuerda tensa, una varilla, una lengüeta...) y del medio elástico transmisor de esas vibraciones, las cuales se propagan a su través constituyendo la onda sonora. Cuando un foco vibra en el aire, "obliga" a que las partículas de ese medio entren a su vez en vibración, siempre con cierto retraso con respecto a las anteriores. Su avance se traduce en una serie de compresiones o regiones donde las partículas del medio se aproximan entre sí en un momento dado y dilataciones o regiones donde las partículas estarán más separadas entre sí. Debido a que estas compresiones y dilataciones avanzan con la onda, podemos afirmar que una onda sonora es una onda de presión. Como onda, el sonido responde a las siguientes características: 1. Es una onda mecánica: no puede desplazarse en el vacío, necesita hacerlo a través de un medio material (aire, agua, cuerpo sólido) que sea elástico. Un medio rígido no permite la transmisión del sonido, porque no permite las vibraciones. 2. Es una onda longitudinal: el movimiento de las partículas que transporta la onda se desplaza en la misma dirección de propagación de la onda. 3. Es una onda esférica: las ondas sonoras son ondas tridimensionales.

El sonido · del piano, y el filtro será la parte del instrumento que se ... la cuerda por si sola mueve muy poco aire y la presión acústica que ... clarinete y un saxofón,

  • Upload
    votuong

  • View
    224

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

1

Acústica Musical Material de apuntes

El sonido

Desde un punto de vista físico, el sonido es una vibración que se propaga en un

medio elástico (sólido, líquido o gaseoso), generalmente el aire. También podría

definirse como la sensación producida en el oído por la vibración de las partículas que

se desplazan (en forma de onda sonora) a través de un medio elástico que las propaga.

Para que se produzca un sonido se requiere la existencia de un cuerpo vibrante

llamado "foco" (una cuerda tensa, una varilla, una lengüeta...) y del medio elástico

transmisor de esas vibraciones, las cuales se propagan a su través constituyendo la

onda sonora.

Cuando un foco vibra en el aire, "obliga" a que las partículas de ese medio

entren a su vez en vibración, siempre con cierto retraso con respecto a las anteriores.

Su avance se traduce en una serie de compresiones o regiones donde las partículas del

medio se aproximan entre sí en un momento dado y dilataciones o regiones donde las

partículas estarán más separadas entre sí. Debido a que estas compresiones y

dilataciones avanzan con la onda, podemos afirmar que una onda sonora es una onda

de presión.

Como onda, el sonido responde a las siguientes características:

1. Es una onda mecánica: no puede desplazarse en el vacío, necesita

hacerlo a través de un medio material (aire, agua, cuerpo sólido) que sea elástico. Un

medio rígido no permite la transmisión del sonido, porque no permite las vibraciones.

2. Es una onda longitudinal: el movimiento de las partículas que transporta

la onda se desplaza en la misma dirección de propagación de la onda.

3. Es una onda esférica: las ondas sonoras son ondas tridimensionales.

2

Cualidades del Sonido

Cualquier sonido sencillo, como una nota musical, puede describirse en su

totalidad especificando cuatro características de su percepción: la altura, la intensidad,

la duración y el timbre.

La altura o tono

Una primera característica de los sonidos es su "elevación" o "altura", o

cantidad de veces que vibra por segundo, es decir, su frecuencia. La frecuencia se mide

en Hercios (Hz) o número de oscilaciones o ciclos por segundo. Cuanto mayor sea su

frecuencia, más aguda o "alta" será la nota musical.

Mientras que la frecuencia de un sonido es una definición física cuantitativa, la

elevación es nuestra evaluación subjetiva de la frecuencia del sonido.

La intensidad

Es el flujo medio de energía por unidad de área perpendicular a la dirección de

propagación, es decir, la cantidad de energía de la onda. De ella depende que un

sonido se perciba más o menos fuerte, o que se oiga a mayor o menor distancia. Su

unidad de medida es el Decibelio (dB)

La duración

Esta cualidad mide el tiempo de vibración del foco. Su unidad de medida es el

segundo.

El timbre

Es la cualidad que permite distinguir los sonidos producidos por los diferentes

instrumentos. Más concretamente, el timbre o forma de onda es la característica que

nos permitirá distinguir una nota de la misma frecuencia e intensidad producida por

instrumentos diferentes.

Normalmente, al hacer vibrar un cuerpo, no obtenemos un sonido puro, sino

un sonido compuesto de sonidos de diferentes frecuencias. A estos se les llama

armónicos. El timbre o la forma de onda viene determinada por los armónicos, que son

una serie de vibraciones subsidiarias que acompañan a una vibración primaria o

fundamental del movimiento ondulatorio (especialmente en los instrumentos

musicales).

3

1. GENERACIÓN DEL SONIDO

1.1. Ondas sinusoidales

Un tono puro es el sonido más simple que se puede definir, que viene

representado por una onda sinusoidal (o senoidal, o de la función seno). En el mundo

real no existen tonos puros, pero cualquier sonido se puede expresar como

composición de tonos puros.

Los sonidos tienen un carácter periódico en cuanto a la variación de presión

que se provoca. En cambio el ruido, aunque también supone variaciones de la presión

atmosférica, no responde a ningún comportamiento periódico.

Una onda sinusoidal tiene una gráfica del tipo:

Cada repetición del proceso de compresión y expansión se denomina ciclo.

El nivel máximo de presión se llama amplitud (A).

El tiempo que dura cada ciclo se llama periodo (T), es decir, el periodo es el

tiempo que se tarda en hacer una oscilación completa. De manera inversa, podemos

definir la frecuencia (f) como el número de oscilaciones completas que se dan en un

segundo. De ese modo, deducimos que:

Finalmente podemos definir matemáticamente la presión en un punto en cada

instante debida a la acción de un tono puro con la fórmula:

4

1.2 Teorema de Fourier

Cualquier sonido periódico se puede descomponer en suma de tonos puros

cuyas frecuencias sean múltiplos enteros de la componente más grave. Este primer

componente se denomina fundamental, y sus múltiplos, armónicos.

Así para cualquier sonido periódico de frecuencia f existe una serie de tonos

puros de frecuencias f, 2f, 3f, 4f, 5f,…, con diferentes amplitudes, cuya suma nos da el

sonido original.

1.3 Representación espectral del sonido

En muchas ocasiones resulta mucho más interesante representar el sonido

sobre un eje de frecuencias, de modo que cada tono puro que lo compone quede

señalado como una raya vertical situada en la propia frecuencia, y de longitud

equivalente a su amplitud.

Así para un sonido periódico de frecuencia 200Hz podríamos tener la siguiente

representación espectral:

que en función de los armónicos se expresaría así:

5

1.4 Serie de armónicos

Según acabamos de ver, cualquier sonido será una combinación de armónicos.

El oído es capaz de discernir los diferentes armónicos, realiza el análisis de Fourier, y el

cerebro se queda con el fundamental para calcular la altura de tono. El resto de los

armónicos refuerzan la sensación de altura de tono. Existen casos especiales de oídos

muy finos y acostumbrados que pueden llegar a detectar hasta cinco armónicos en una

nota o sonido.

Puesto que la frecuencia de todos los armónicos tiene una relación de múltiplo

respecto de la frecuencia de la fundamental, para un sonido de frecuencia f (por

ejemplo el sonido Do) la serie de armónicos será:

La serie armónica es un fenómeno de la naturaleza que vio por primera vez

Pitágoras (s.VI a.C.) en sus estudios sobre los fenómenos acústicos. Él y sus discípulos

experimentaron con cuerdas que pulsaban tras hacer divisiones en 2, 3 o más partes

iguales. De este modo acortaban el periodo de la onda resultante a la mitad, la tercera

parte,… obteniendo sonidos de frecuencia el doble, el triple,… respectivamente.

En cuanto a la serie de armónicos, se observa fácilmente que cada vez que un

sonido tiene frecuencia doble respecto a otro, es porque se encuentra a distancia de

octava. En cambio ocurre que los demás intervalos no son los que ahora mismo

utilizamos, debido a que, como veremos cuando hablemos de sistemas de afinación,

nuestro sistema temperado ha modificado todos ellos.

Podríamos decir que la tercera mayor que hay entre los sonidos 4 y 5 de la serie

armónica es apreciablemente más pequeña que la tercera mayor del sistema

temperado, o que la tercera menor entre los sonidos 5 y 6 es relativamente grande

cuando se compara con la tercera menor del sistema temperado. Igualmente los

armónicos 7, 11, 13 y 14 no tienen una representación exacta en el pentagrama por

medio de las alteraciones tal y como nosotros las conocemos.

La experimentación física de los armónicos es el origen de las escalas

occidentales y algunas orientales tal y como se conocen hoy en día. La serie armónica

6

natural aparece también en los tubos sonoros así como en la voz humana, por lo que

nuestro oído está muy acostumbrado a tratar con todos estos armónicos e intervalos.

Las leyes de la armonía tradicional se basan también en la serie armónica y sus

intervalos1. La existencia de estos armónicos incide en la vivencia tímbrica, en las

consonancias y disonancias que se puedan producir, etc…

1.5 Los armónicos y el timbre de los instrumentos

La simplificación más básica que hacemos de un instrumento musical es un

sistema constituido por una fuente y un filtro. En el caso nuestro la fuente será todo

aquello que genere una vibración con una altura de tono definida, como las cuerdas

del piano, y el filtro será la parte del instrumento que se encarga de amplificar ese

sonido generado, como la caja de un violín, la tapa armónica del piano, etc.

Cuando escuchamos el sonido que produce una guitarra o un violín, no estamos

escuchando el sonido producido por las cuerdas. Si colocamos en tensión una cuerda

en una mesa de cemento y la pulsamos, la cuerda emitirá un sonido con una altura de

tono definida pero no conseguiremos escuchar nada a no ser que nos acerquemos

mucho a ésta, la cuerda por si sola mueve muy poco aire y la presión acústica que

genera es muy débil, necesitamos de otro sistema que amplifique esas vibraciones que

produce. Esta función la hace, en el caso del violín, la caja de resonancia. La fuente

produce muchos armónicos con amplitud muy pequeña que pasan a través del puente

al filtro, un sistema capaz de generar suficiente presión sonora.

De todos los armónicos que produce la fuente y que pasan al filtro

afortunadamente no todos ellos se amplifican, solo aquellas frecuencias a las que la

caja de resonancia es capaz de responder, atenuando los demás. El filtro es, en gran

parte, lo que da el timbre característico a los instrumentos.

Los buenos instrumentos tienen cajas armónicas con resonancias limpias, altas

y separadas para amplificar mucho un número reducido de armónicos de la fuente, lo

1 Ver páginas 14 a 23 del libro de Arnold Schoenberg “Tratado de Armonía” (1911)

7

que le confiere al sonido una claridad que no tendría si todos los armónicos que le

llegan fueran amplificados. El exceso de armónicos amplificados hace que el timbre del

instrumento sea más áspero.

La separación entre fuente y filtro a veces no es muy clara. En los instrumentos

de viento-metal la fuente pueden ser los labios del intérprete y en los de viento-

madera la lengüeta. Entre fuente y filtro existe una interacción. La vibración que

generan los labios o la lengüeta no tiene una altura de tono definida, ésta se consigue

con la longitud vibrante de la columna de aire por lo que este espacio hueco

delimitado por la longitud del tubo también será parte de la fuente.

A continuación mostramos el espectro de una misma nota producida por un

clarinete y un saxofón, para observar las diferencias entre los armónicos que

potencian:

De una manera muy general podríamos decir que la contribución de cada

armónico al timbre del sonido es la que sigue:

El sonido fundamental proporciona por sí solo la misma sensación de altura que

el fundamental con todos sus armónicos; decimos que la frecuencia de la nota que se

oye es igual a la del sonido fundamental.

Puede ocurrir que el fundamental tenga amplitud nula y aun así la altura de

tono que vivenciemos sea la de ese supuesto fundamental (sonidos diferenciales). Esto

ocurre siempre y cuando existan o suenen el resto de los sonidos de la serie. El oído

reconstruye el sonido que falta como si dedujese este resultado de una ecuación cuya

única solución posible es esta fundamental.

Si el sonido que nos llega contiene armónicos sólo de baja frecuencia decimos

que el timbre del sonido es oscuro o mate. Si contiene armónicos de alta frecuencia y

ninguno grave entonces decimos que tiene un timbre chillón, agrio, etc. Los armónicos

graves le dan cuerpo a un instrumento, calidez, si faltan el carácter se torna metálico.

8

Un sonido brillante es aquel que también tiene armónicos de alta frecuencia

además de los graves. Si el sonido está equilibrado en todo el espectro de frecuencias

decimos que es un sonido redondo.

Los sonidos nasales están caracterizados por tener armónicos muy amplios en

la zona de frecuencias cercana a 1200-1500 Hz. Los instrumentos que tengan alguna

resonancia en esta zona tendrán un timbre nasal. Un sonido silbante es aquel que

tiene un mayor número de armónicos en la zona de 5000 Hz.

9

Ejercicios para clase:

1. Generar un sistema de coordenadas donde el eje de abcisas

represente el tiempo desde -0.001 hasta 0.01 segundos, y el de

ordenadas la presión desde -10 a 10 Pa.

Representar gráficamente la onda de un tono puro de amplitud 6 y

frecuencia 200 Hz. Hacer lo mismo para otro de amplitud 3 y

frecuencia 400 Hz y otro de amplitud 1 y frecuencia 600 Hz.

2. Representar gráficamente la onda resultado de sumar los tres tonos

puros del ejercicio anterior.

3. Realizar el mismo trabajo para los tonos puros de frecuencias 100,

300, 500 Hz, y amplitudes 6, 3, 1 Pa respectivamente. Representar

igualmente la onda resultado de su suma.

4. Llevar al programa Audacity todas estas ondas, para escuchar tanto

los tonos puros como los sonidos compuestos resultantes.

5. Dibujar la representación espectral, tanto en términos de frecuencia

como de armónicos, del sonido compuesto resultante del ejercicio 3.

6. Obtener, dentro del modelo de la serie de armónicos de la página 5,

las frecuencias respecto del sonido fundamental de frecuencia f de

los siguientes sonidos:

10

7. Si l es la longitud de la cuerda que produce el sonido Do anterior de

frecuencia f, representar dónde dividir la cuerda para producir los

sonidos del ejercicio 6. ¿Qué otro sonido resulta en la otra porción

de cuerda?

Ejercicios para el repaso del capítulo:

1. Dada la siguiente fórmula de un tono puro, decir cuál es su altura y su

intensidad:

2. Representar gráficamente un tono puro de intensidad 6 Pascales y

frecuencia 100 Hercios.

3. Dado el siguiente sonido, de frecuencia 150 Hz, representado según su

espectro, decir la frecuencia y amplitud de su sonido fundamental y de

cada uno de sus armónicos:

4. Realizar la representación espectral, en términos de frecuencia, de un

sonido de frecuencia 50 Hz, donde cada armónico tiene la mitad de

amplitud que el anterior, si el sonido fundamental tiene amplitud 32 Pa.

11

5. Representar la serie de armónicos del sonido Sol dado hasta su

decimosegundo término.

6. Si el sonido Sol anterior tiene frecuencia 49Hz, deducir, según su serie

de armónicos, la altura en frecuencia de los siguientes sonidos:

7. Dada una cuerda que pulsada al aire produce el sonido:

indicar qué sonidos se producen en ambos lados de la cuerda, si ésta es

pisada en el punto indicado en rojo:

12

2. PROPAGACIÓN DEL SONIDO

2.1. Velocidad del sonido

Como se ha dicho, el sonido se propaga a través de un medio elástico haciendo

vibrar las partículas de éste y transmitiéndose esta vibración a las partículas próximas.

Ahora bien, según sea el medio de propagación, el sonido viajará a velocidades

distintas, en función de su elasticidad y su densidad. Además, al aumentar la

temperatura la velocidad también aumenta según la siguiente ecuación:

Donde es la velocidad a 0ᵒC y T es la temperatura en grados centígrados.

La siguiente tabla muestra la velocidad del sonido, en m/s, en diferentes

medios para una temperatura de 0ᵒC:

Gases

Oxígeno 316

Aire 331

Hidrógeno 1.262

Líquidos Agua dulce 1.447

Agua de mar 1.500

Sólidos Acero 5.000

2.2. Ondas esféricas y efecto Doppler

El sonido se propaga, en términos de presión, en forma esférica con centro en

la fuente sonora. Pero si la fuente está en movimiento hacia nosotros, o si nosotros

nos acercamos hacia la fuente, entonces en la dirección del movimiento relativo se

produce una compresión de los frentes de onda o frentes de presión, con lo cual se

establece una onda con longitud de onda menor que la de la fuente en reposo, y

consecuentemente nosotros percibiremos una onda de mayor frecuencia (mayor

altura de tono). Si la fuente se aleja de nosotros percibiremos una altura de tono

menor.

13

2.3. Atenuación

Según lo dicho, si las ondas son esféricas, la energía radiada por la fuente

deberá distribuirse uniformemente en toda la superficie de cada esfera. Así cuanto

mayor sea la distancia, o lo que es lo mismo, cuanto más alejados estemos de la fuente

sonora, menor será la intensidad sonora en un punto cualquiera, ya que la superficie

de la esfera es mayor.

Esto da lugar a una atenuación del nivel sonoro conforme nos alejamos de la

fuente, que hace que la presión sonora se reduzca a la mitad cada vez que se dobla la

distancia (lo que no significa, como veremos más adelante, que el sonido se aprecie

subjetivamente con la mitad de la sonoridad)

2.4. Reflexión, refracción y absorción.

En este apartado vamos a ver lo que ocurre cuando las ondas que estamos

estudiando se encuentran con un medio diferente. En términos generales se van a dar

siempre dos fenómenos: cuando una onda se encuentra un nuevo medio parte de la

onda se reflejará y parte se absorberá.

Para entender mejor el fenómeno de reflexión podemos considerar el

comportamiento del sonido como el de los rayos de luz, siendo por tanto aplicable la

ley de Snell, que dicta que al incidir un rayo sobre una superficie especular

(reflectante) se produce una reflexión formando un ángulo con la normal

(perpendicular) idéntico al ángulo del rayo incidente.

Si el rayo sonoro incide sobre la superficie de separación de dos medios (por

ejemplo, aire y agua) en los que la velocidad de propagación es diferente, parte de la

energía es reflejada y otra parte pasa al segundo medio sufriendo un cambio de

dirección (refracción).

14

En verano ocurre un fenómeno curioso directamente relacionado con la

refracción. Durante la noche es posible oír sonidos que se producen a gran distancia,

mientras que durante el día no pueden oírse sonidos que se producen mucho más

cerca.

Esto se debe a que la tierra se enfría o se calienta mucho más rápidamente que

el aire. Así, durante el día la tierra estará más caliente que el aire, y a medida que

aumentamos la altura disminuye la temperatura. Como en cada capa de aire se

produce un cambio de temperatura, habrá también un cambio de velocidad del sonido

(refracción), curvándose los rayos sonoros hacia arriba y formándose una zona de

sombra sonora. Por el contrario, durante la noche la temperatura aumenta con la

altura y los rayos se curvan hacia abajo.

El concepto de absorción se basa en que cuando la onda llega a un nuevo

medio, parte de ella se refleja y otra parte se trasmite. La absorción es la cantidad de

sonido que el nuevo medio deja pasar y no refleja. Si la cantidad de energía que se

refleja es la misma que la energía incidente entonces el material es totalmente

reflectante y si la energía que se refleja es nula el material es totalmente absorbente.

En términos generales los materiales blandos y porosos son buenos absorbentes y los

materiales duros y lisos buenos reflectantes.

15

3. LA AUDICIÓN HUMANA

3.1. La frecuencia

Una variación de presión en el aire (o en cualquier

otro medio) no es un sonido hasta que en el oído se

generan los impulsos nerviosos que llegan al cerebro

humano y éste los interpreta como tal. Pero no todas las

variaciones de presión que llegan al tímpano pueden ser

transformadas en impulsos nerviosos. En efecto, las

ondas sonoras cuya frecuencia sea menor de 20 Hz no

producen ninguna sensación auditiva, o sea, no son

audibles. Esto es debido al tamaño y elasticidad del

tímpano y de las cavidades y fluidos internos que hacen

que el sistema del oído no entre en vibración cuando

recibe estas ondas, que son llamadas infrasonidos. Del

mismo modo, las frecuencias superiores a los 20000 Hz

tampoco provocan ninguna sensación sonora llamándose,

en este caso, ultrasonidos.

En resumen, el margen de frecuencias que el oído

es capaz de interpretar como sonido es el comprendido

entre los 20 y los 20000 Hz. Realmente, este margen de

frecuencias sólo puede ser oído por personas jóvenes y

sanas ya que, con la edad, el tímpano va disminuyendo

sus características elásticas y se reduce

considerablemente el margen audible.

A la izquierda vemos las frecuencias de los

distintos sonidos del piano.

3.2. Sonoridad y amplitud

Cuanto mayor sea el desplazamiento de las vibraciones del sistema y mayor la

superficie vibrante en contacto con el aire mayor será la presión ejercida sobre éste y

mayor también la presión que ejerce el aire cercano sobre nuestro tímpano. Esto se

traduce en mayor sonoridad.

16

En términos físicos la presión es la fuerza ejercida por unidad de superficie. La

fuerza la medimos en Newtons (Nw) y la presión en Pascales (Pa), luego un Pascal es

una fuerza de un Newton aplicada sobre un metro cuadrado.

Las presiones sonoras que pueden empezar a impresionar el oído humano son

del orden de 0.00002 Pa. Una presión tan pequeña sobre el tímpano es capaz de

generar una vivencia acústica en el cerebro. La mayor de las presiones que es capaz de

soportar el oído humano es 1.000.000 veces mayor o más, del orden de 20 Pa, incluso

200 Pa. a frecuencias muy bajas.

Supongamos ahora un sonido cuya amplitud sea de, por ejemplo, 0.1 Pascales,

y que en un momento dado pasa a tener el doble de amplitud, esto es, 0.2 Pa. Parece

lógico pensar que la sensación sonora será ahora también del doble, es decir, sonará el

doble de fuerte. Pero esto no es así; únicamente se notara un ligero incremento de

sonoridad. Si ahora se vuelve a doblar la presión pasando a 0.4 Pa, el aumento de

sonoridad no será cuatro veces mayor que en el primer caso, sino aproximadamente

igual que cuando pasábamos de 0.1 a 0.2. De aquí podemos deducir que el

comportamiento del oído en cuanto a percepción de niveles de presión es logarítmico.

Por esta razón la unidad que se toma para la medida del Nivel de Presión Sonoro (NPS)

no es el Pascal sino una nueva que se relaciona logarítmicamente (en base 10) con la

anterior. Esta unidad es el decibelio (dB).

Se ha elegido el decibelio para que el nivel más bajo que el oído puede captar,

lo que se conoce como umbral de audición, corresponda con 0 dB. Por otro lado, el

nivel máximo a partir del cual se puede llegar a provocar una lesión permanente en el

oído se conoce como umbral de dolor, y corresponde a un nivel de 120 dB (unos 20

Pa). La siguiente tabla puede ayudar a hacernos una idea de los niveles en dB de

algunas fuentes sonoras:

Fenómeno Presión sonora

Pa dB

Umbral de audición 0.00002 0

Susurro de hojas 0.000063 10

Conversación muy baja 0.0002 20

Conversación baja 0.00063 30

Conversación normal 0.0063 50

Conversación animada 0.02 60

Tráfico pesado 0.2 80

Taller de chapeado 2 100

Avión despegando 6.3 110

Umbral de dolor 20 120

Máxima presión 200 140

17

Se sabe que los peores golpes para el oído son los instantáneos y de alta

frecuencia como martillazos sobre metal que, aunque no sean muy fuertes, a largo

plazo pueden dañar muy seriamente el oído. Los músicos de las orquestas están

sometidos a picos de presión sonora de 140 y 150 dB y no acaban con daños

apreciables ni roturas. Tal vez la respuesta sea que al oído del músico llegan pocas

frecuencias, sonidos y armonías y no ruidos con un espectro muy amplio de

frecuencias. No es lo mismo estar sometido a un ruido de 120 dB que a una orquesta

limpia de 120 dB.

3.3. Percepción de la presión sonora

3.3.1. Respecto de la frecuencia

Vamos a ver como varia la sensación de sonoridad con la frecuencia. No es lo

mismo escuchar un sonido de 2000 Hz y 50 dB que otro de 80 Hz y 50 dB, la presión

sonora sobre el tímpano es la misma pero nuestro oído es más sensible a frecuencias

altas que a bajas y los 50 dB a 2000 Hz nos parecerán más sonoros que los 50 dB a 80

Hz. El oído humano tiene su máximo de sensibilidad entre 3000 y 4000 Hz.

Los estudios se han realizado con tonos puros y mediante estadísticas se llegó a

la siguiente tabla donde aparecen las líneas que nos dan la misma sensación de

sonoridad. Son las que llamamos líneas isófonas que mediremos en FONes.

18

En 1000 Hz. coinciden dBs y FONes. La más baja de las líneas en el gráfico

expresa el verdadero umbral de audición para las diferentes frecuencias. A 1000 Hz. El

umbral es 0 dB pero según disminuye la frecuencia hay que aumentar el nivel de

presión sonora para llegar a percibir ese sonido. A frecuencias cercanas a los 3000-

4000 Hz., el umbral de audición es incluso menor de 0 dB, esto quiere decir que

escuchamos sonidos de menos de 0.00002 Pa. A 30 Hz. debemos aumentar hasta algo

más de 60 dB la presión sonora para percibir sonido alguno. La curva de 50 FON, por

ejemplo, nos dice que tanto a 100 Hz como a 3000 Hz esos decibelios que marca la

tabla nos darán la misma sensación de sonoridad.

Podemos ver como el umbral de dolor a 3000 Hz puede ser de 110 dB mientras

que a 20 Hz podemos soportar hasta 150 y 160 dB. A esa misma frecuencia de 20 Hz y

a 60 dB nuestro oído y cerebro no serán capaces de percibir sensación sonora alguna.

3.3.2. Respecto del aumento de presión

Tenemos que tener en cuenta también que un incremento de 10 a 20 dB es

diferente a uno de 90 a 100 dB. A volúmenes altos un cambio de 10 dB supone mucho

más cambio de sonoridad que los 10 dB a muy bajo volumen sonoro. Hemos de

recordar que el dB está en relación logarítmica con el aumento de presión en Pa, con

lo cual sumar 10 dB significa multiplicar por 10 el nivel sonoro anterior.

3.4. Respuesta temporal del oído

Para finalizar este rápido repaso a las características de la audición humana sólo

nos queda hablar de la memoria temporal del oído. Cuando un impulso sonoro llega a

nuestro oído el tímpano y todos los huesecillos situados en el oído interno entran en

vibración y se mantienen así mientras dure el sonido. Sin embargo, puesto que se trata

de elementos elásticos, una vez que el sonido haya desaparecido seguirán vibrando un

cierto tiempo, lo que provocará que el cerebro interprete que el impulso que ha

provocado la vibración dura algunos milisegundos más. Por decirlo de alguna manera

podríamos afirmar que el oído memoriza durante un breve espacio de tiempo el

sonido que acaba de desaparecer.

El tiempo de retención del sonido en el oído, o memoria temporal, depende de

cada persona pero, generalizando, puede decirse que se encuentra en torno a los

50ms. Por tanto, dos impulsos sonoros cuya separación sea mayor que este tiempo

podrán ser reconocidos separadamente; sin embargo, si la separación es menor de 50

ms el oído los confundirá como uno solo.

19

Cuando escuchamos el efecto de eco ocurre que el tiempo que tarda el sonido

en recorrer la distancia desde nosotros a una pared y volver es mayor de esos 50ms.

En cambio, en una sala cerrada donde el sonido se refleja en paredes, techo, suelo y

objetos, y llega de nuevo a nosotros como multitud de reflexiones separadas unas de

otras en el tiempo unos pocos milisegundos, nuestro oído no será capaz de diferenciar

una reflexión de otra y entenderá el proceso como un solo sonido prolongación del

sonido original. Este fenómeno es conocido como reverberación, y es decisivo a la hora

de determinar la calidad acústica de un recinto.

20

4. GAMAS DE AFINACIÓN

Gama o escala es el conjunto de sonidos que corresponden a un sistema

musical.

4.1. Gama de Ling-Lun

Ling-Lun fue el primero en establecer una escala utilizando la relación 2 a 1 para

la octava y 3 a 2 para la quinta. Con estos elementos, y partiendo del sonido fa#

(diapasón chino) dio forma a la escala de su nombre, escala que más tarde tomará el

nombre de pentatónica. Desde fa#, y por superposición de quintas, obtenemos los 5

siguientes sonidos:

Llevando éstos al ámbito de una sola octava quedará:

Que partiendo del sonido do se escribirá como:

21

4.2. Gama de Terpandro

Terpandro (primera mitad del siglo VII a.C.), filósofo griego y verdadero

fundador de la música griega, añadió a la gama de Ling-Lun dos nuevas quintas

ascendentes, formando la escala:

Esta escala no fue muy bien aceptada debido al intervalo que formaba el cuarto

sonido respecto de la fundamental.

4.3. Gama de Pitágoras

Pitágoras (ca.580 a.C.- ca.495 a.C.) resolvió el problema del intervalo de cuarta

aumentada añadiendo, en lugar de una última quinta ascendente, una quinta

descendente desde la fundamental:

22

Posteriormente, los seguidores de Pitágoras expandieron la escala aumentado

más quintas por encima y por debajo, obteniéndose las notas con sostenidos y

bemoles:

Nota Operación Fracción En la octava

Sol¨ : 3/2 64/729 1024/729

Re¨ : 3/2 32/243 256/243

La¨ : 3/2 16/81 128/81

Mi¨ : 3/2 8/27 32/27

Si¨ : 3/2 4/9 16/9

Fa : 3/2 2/3 4/3

Do 1 1

Sol x 3/2 3/2 3/2

Re x 3/2 9/4 9/8

La x 3/2 27/8 27/16

Mi x 3/2 81/16 81/64

Si x 3/2 243/32 243/128

Fa# x 3/2 729/64 729/512

Do# x 3/2 2187/128 2187/2048

Sol# x 3/2 6561/256 6561/4096

Re# x 3/2 19683/512 19683/16384

La# x 3/2 59049/1024 59049/32768

Recordemos que estamos trabajando con relaciones de frecuencia respecto de

un sonido base, en este caso en Do central. Para medir la dimensión de un intervalo

cualquiera, habrá que dividir la relación de frecuencia del sonido más agudo entre la

del sonido más grave, obteniendo la relación de frecuencia entre ambos.

Como se observa, se obtienen dos relaciones de frecuencia distintas para los

sonidos enarmónicos de nuestro sistema temperado (por ejemplo, Do# y Re¨, llevados

ambos a la misma octava). Esto nos hace plantearnos que el intervalo Do-Re¨ y el

intervalo Do-Do# serán de diferente dimensión.

Un semitono diatónico es aquel que aparece entre notas de distinto nombre.

23

Un semitono cromático es aquel que aparece entre una nota y esta misma

alterada. Es mayor que el supuesto intervalo diatónico enarmónico. Se puede obtener

también quitando a un tono pitagórico un semitono diatónico pitagórico.

En el sistema de afinación pitagórico el círculo de quintas no se cierra porque

doce quintas superpuestas no equivalen a siete octavas. Dicho de otro modo: el

encadenamiento sucesivo de factores iguales a 3:2 (la quinta) nunca produce un valor

que se pueda reducir a la relación 2:1 (la octava). La coma pitagórica es el intervalo

musical que resulta de la diferencia entre doce quintas perfectas y siete octavas:

Coma pitagórica =

La coma pitagórica se puede obtener también con la diferencia entre el

semitono cromático y el semitono diatónico:

24

4.4. Gama natural, o de los Físicos, o de

Aristógenes, o de Zarlino, o de los Armónicos

Dado que las proporciones en las relaciones de frecuencia de algunos grados de

la escala pitagórica resultaban excesivamente complejas, los físicos las redujeron a

otras más sencillas, basándose en la serie de armónicos.

Así pues, podría sustituirse la relación 81/64 correspondiente al Mi de Pitágoras

por la de 5/4 que se deduce de la serie de armónicos. A partir de este nuevo Mi se

obtienen los sonidos La y Si, bajando y subiendo respectivamente una quinta

(pitagórica, 3/2). Por tanto quedará:

Al grupo Fa-Do-Sol-Re se le denominó grupo tonal, y al La-Mi-Si grupo modal.

Se designó la denominación de tonos grandes a los pertenecientes a un mismo grupo,

y tonos pequeños a los de grupos distintos.

Los tonos grandes son:

Fa Do Sol Re La Mi Si

Dimensión=

Los tonos pequeños son:

Fa Do Sol Re La Mi Si

Dimensión=

25

Los intervalos de quinta dentro de cada grupo son quintas naturales (3/2)

La quinta que se genera entre sonidos de diferentes grupos se llama quinta

sintónica, y equivale a:

La diferencia entre una quinta natural y una quinta sintónica se llama coma sintónica.

Cuando desarrollamos la escala buscando cromatismos ocurre que:

El semitono cromático se calcula restando al intervalo de tercera mayor el de

tercera menor.

Se dan dos semitonos diatónicos, el grande (restando al tono grande el

semitono cromático) y el pequeño (restando al tono pequeño el semitono cromático).

La diferencia entre ambos es también la coma sintónica.

Actualmente los instrumentistas de entonación libre tienden a adoptar los

sonidos de la escala natural o de Aristógenes cuando ejecutan notas cuya función es

armónica, mientras que si las notas desempeñan una función melódica se eligen los

sonidos de Pitágoras.

Ejercicio: Calcular la dimensión del semitono cromático y de los dos diatónicos.

Deducir la coma sintónica desde los semitonos diatónicos.

26

4.5. El Temperamento Desigual o Escala del Tono

Medio

El temperamento desigual fue empíricamente aplicado al comenzar el siglo XVI

por el teórico musical y organista Francisco Salinas (1513-1590), y siguió siendo

empleado hasta mediados del siglo XIX.

El fundamento de esta escala está basado en tomar una sucesión de cuatro

quintas reducidas por igual, de manera que la última quinta sea igual a la tercera

mayor de la escala natural o de Aristógenes, o lo que es lo mismo, al sonido generado

en la serie de armónicos.

Por tanto el valor de la quinta reducida o templada será igual a la raíz cuarta de

5:

Dado que la quinta tiene 7 semitonos, se hace una división de ésta en 7 partes

iguales, para conseguir propiedades enarmónicas borrando la aparición de semitonos

cromáticos y diatónicos:

El tono es igual a dos semitonos:

27

La gran ventaja del temperamento desigual estriba en la posibilidad de

establecer igualdad de afinación en sonidos enarmónicos, y por lo tanto las facilidades

de modulación que ello permite. Sin embargo, al igual que en la escala pitagórica, la

posible enarmonía que se obtendría al igualar doce quintas con siete octavas no es tal:

Por tanto una quinta tendrá que ser mayor que las demás (quinta del lobo) para

conseguir la enarmonía. Este hecho demuestra que el sistema es defectuoso, y no

válido para tocar en diferentes tonalidades.

4.6. El Temperamento Igual

El sistema del Temperamento Igual, practicado ya empíricamente por

vihuelistas españoles, fue sistematizado en 1482 por Bartolomé Ramos de Pareja

(1440-1491). Este sistema tardó mucho tiempo en imponerse debido a la dificultad de

establecerlo. Quien lo consagró fue J.S.Bach (1685-1750) en su obra El Clave Bien

Temperado (1722), compuesto en todas las tonalidades mayores y menores.

Su fundamento se basa en conseguir la quinta templada dividiendo la sucesión

de 7 octavas en 12 partes iguales. De este modo se obtiene para la quinta templada el

valor de:

Si ahora dividimos el intervalo de quinta en 7 partes, obtendremos los

semitonos:

28

Que coinciden con los semitonos que se obtendrían dividiendo la octava en 12

partes iguales:

El tono será la suma de dos semitonos:

La ventaja más importante del temperamento igual es la de poder sustituir

cualquier sonido por su enarmónico y tener absoluta libertad de modulación. Los

inconvenientes estriban en que ninguno de los intervalos, salvo la octava, están

perfectamente afinados (según la serie de armónicos). Las terceras y sextas mayores

son demasiado grandes y la quinta demasiado pequeña. Las segundas y séptimas son

también inexactas, aunque en menor grado. El acorde perfecto mayor compuesto por

una tercera demasiado grande y una quinta pequeña pierde gran parte de su belleza.

En resumen, con este sistema conseguimos que todas las tonalidades estén

afinadas, o desafinadas, por igual.

31

5. FENÓMENOS ACÚSTICOS

5.1. RUIDO

El ruido es una señal acústica que no tiene altura de tono definida. El sonido

está ligado físicamente a la periodicidad. La señal que observamos en el tiempo tiene

una estructura que se repite. Esta periodicidad que llega al tímpano es lo que hace que

la altura de tono sea en nuestro cerebro definida. En un ruido no tenemos ningún tipo

de periodicidad.

Desde el punto de vista físico el sonido y el ruido se diferencian en la cantidad

de frecuencias que tienen uno y otro. Un sonido tiene una frecuencia fundamental y

un número determinado de armónicos o parciales que se ajustan a la serie armónica

natural. En cambio el ruido contiene prácticamente todas las frecuencias del espectro

audible en más o menos intensidad.

Llamamos ruido blanco a aquel con todo el rango continuo de frecuencias, y

todas con la misma amplitud. Este ruido tiene

utilidad en acústica arquitectónica (para medir el

aislamiento acústico y la reverberación de la sala), en

síntesis de audio (para sintetizar sonidos de

percusión), en procesos de enmascaramiento, en

vehículos de emergencia, …

Llamamos ruido rosa a aquél cuya amplitud decae 3 dB por octava, justo la

proporción en que aumenta el ancho de banda. De

esta forma visualizamos el ruido rosa como un ruido

de nivel constante en todas las bandas de octava. Es

utilizado para hacer mediciones acústicas y ecualizar

salas, material sonoro,…

32

El ruido rojo, también conocido como browniano o marrón, decae 6 dB por

octava a medida que subimos en frecuencia, y el azul se incrementa 3dB.

El ruido gris es similar a la curva generada por el

nivel de presión sonora que debería de tener cada

frecuencia para que todas fuesen percibidas con la misma

intensidad por el oído humano.

5.2. ONDAS ESTACIONARIAS

Como ya hemos visto, las ondas sonoras se propagan en direcciones radiales a

la fuente. Además, cuando una onda incide sobre una superficie se ve reflejada con un

ángulo igual al de incidencia.

Si una onda progresiva incide perpendicularmente sobre una superficie

reflectante, tendremos una onda progresiva pero de sentido contrario a la incidente.

En esta situación ambas ondas conviven dando lugar a una nueva onda resultado de la

composición de ambas. Hay puntos en los que las ondas coinciden y se produce una

suma de intensidades, por el principio de superposición, y otros lugares en los que se

anula la onda (vibración nula). Cuando esto ocurre decimos que se ha formado una

onda estacionaria.

La onda está viajando, reflejándose en los extremos, pero en promedio, y sobre

todo visualmente, la sensación es de quietud de la onda: los puntos de vibración nula

(nodos) y los puntos de máxima vibración (vientres) permanecen fijos y no varían de

posición.

En las cuerdas, tubos y tablas armónicas se producen estas ondas estacionarias,

y son de particular interés para el estudio de los instrumentos musicales.

33

5.3. RESONANCIA

Todo cuerpo capaz de vibrar tiende a hacerlo en aquella frecuencia en la que

los desplazamientos son máximos con el mínimo de energía. Este fenómeno se conoce

como resonancia, y la frecuencia a la cual se obtienen estos desplazamientos máximos

se denomina frecuencia de resonancia.

Por ejemplo, al golpear una copa de cristal el sonido producido tendrá un tono

bien definido, que será el correspondiente a la frecuencia de resonancia del vaso.

Del mismo modo, si un cuerpo es excitado continuamente con una oscilación

igual a su frecuencia de resonancia, el cuerpo entrará en vibración a esa frecuencia.

Este hecho es bien conocido en entornos militares. Cuando un pelotón en

formación atraviesa un puente siempre se ordena romper el paso. El puente es un

cuerpo capaz de vibrar a una frecuencia muy pequeña (en torno a 1 Hz). Así pues, si la

formación camina a un paso por segundo, y la vibración que imprime coincide con la

frecuencia de resonancia del puente, éste empezará a vibrar con amplitudes muy

peligrosas, pudiendo provocar el hundimiento del puente.

Otro ejemplo muy típico es el atribuido a algunos cantantes que son capaces de

romper una copa. Si el cantante escucha previamente la nota emitida por la copa al ser

golpeada (que es su frecuencia de resonancia) y reproduce esa misma nota con la

amplitud y durante el tiempo suficientes, la copa entrará en resonancia y sus

vibraciones pueden llegar a romperla.

En los instrumentos musicales este fenómeno tiene una gran importancia. Las

resonancias son la esencia del sonido y del timbre que percibimos. Las resonancias son

las que hacen posible que el filtro (caja en el caso del violín) sea capaz de mover aire

suficiente como para poder ser escuchadas las vibraciones que llegan de la fuente (la

cuerda). Como sabemos, la fuente es capaz de trasmitir al filtro muy poca energía pero

ésta es suficiente como para poner en marcha las resonancias del filtro y obtener así el

sonido complejo que nos llega.

5.4. ENMASCARAMIENTO

Definimos el enmascaramiento como la anulación de un sonido por la mayor

intensidad sonora de otro. Este fenómeno puede ser crítico en orquestas y bandas

donde el equilibrio entre instrumentos que tienen muy diferentes sonoridades es

crucial. Ocurre igualmente cuando en presencia de ruido de fondo nos es difícil oír o

entender una conversación.

34

Vamos a suponer un sonido a 1200 Hz.

Si suena a 20 dB vemos que

sólo los tonos de frecuencia parecida

quedan un poco enmascarados. Si

aumentamos la sonoridad a 40, 60 o

hasta 80 dB, observamos que además

de los tonos de frecuencia cercana se

produce un enmascaramiento de las

frecuencias superiores, mientras que

las inferiores apenas se ven

afectadas.

Podemos resumir el fenómeno con las siguientes palabras:

-El efecto es máximo para sonidos con frecuencias próximas a las del sonido

enmascarador.

-El efecto es mínimo para sonidos de baja frecuencia.

-Con intensidad sonora elevada se enmascaran mucho más las frecuencias altas

y muchas más frecuencias que con un nivel de presión sonora baja del sonido

enmascarador.

De esta manera entendemos por qué el ruido tiene un tan alto poder

enmascarante, ya que contiene prácticamente todas las frecuencias del espectro

audible en más o menos intensidad.

5.5. BATIDOS

Cuando dos tonos puros de igual amplitud y frecuencias ligeramente diferentes

suenan simultáneamente, puede observarse que la amplitud de la onda resultante

aumenta y disminuye periódicamente de forma claramente audible. Este hecho se

conoce como batidos o pulsaciones, y es de especial interés en afinación de

instrumentos.

Puede demostrarse que si f1 y f2 son las frecuencias de los dos tonos originales,

y éstas están muy próximas, la onda resultante tiene como frecuencia la media de las

anteriores, (f1+f2)/2, y el número de pulsaciones por segundo será la diferencia de sus

frecuencias, f2-f1.

35

Así pues para dos tonos de frecuencias 250 y 254 Hz respectivamente, se

percibirá un tono de frecuencia 252 Hz y un batido de 4 Hz, es decir, habrá 4

incrementos de volumen por segundo.

El oído humano sólo es capaz de detectar un máximo de aproximadamente 10

pulsaciones por segundo, es decir, los batidos de dos tonos si su diferencia de

frecuencia no es superior a 10 Hz.

5.6. CONSONANCIA Y DISONANCIA

Un intervalo de dos notas lo consideraremos consonante si nos parece

agradable, y disonante cuando suena áspero y de alguna manera nos parece que los

sonidos friccionan.

Un intento para explorar los aspectos de la consonancia y disonancia se hizo a

través de experimentos en coincidencia de armónicos. Tindall (1820-1893) observó

que era bueno que hubiese coincidencia de armónicos y vio que los intervalos

consonantes en general eran aquellos que tenían relaciones sencillas de frecuencias.

Esta teoría es la primera que salió a la luz para explicar el fenómeno de la consonancia

y la disonancia.

La relación de octava justa f2/f1=2/1 es la más consonante de todas, hay una

coincidencia máxima de armónicos y es por esto por lo que las notas que tienen un

intervalo de octava nos suenan muy parecidas. Efectivamente si hacemos la

representación espectral del Do3 (línea recta) y Do4 (línea ondulada), vemos que todos

los armónicos de Do4 están contenidos en el espectro de Do3:

En la relación de 5ª justa, f2/f1=3/2, muchos armónicos siguen siendo

coincidentes, pero aparecen otros que no lo son:

36

En el intervalo de 4ª justa, f2/f1=4/3: En el de 6ª mayor de Aristógenes, 5/3:

En el intervalo de 3ª mayor de Aristógenes, 5/4: Para la 3ª menor, f2/f1=6/5:

Tindall pensó que cuanto mayor fuese la suma del numerador y denominador

en la relación de frecuencia, más disonante sería el intervalo. Así la 2ª mayor, 9/8,

seguiría cumpliendo esta regla. En cambio la semiconsonancia de la 4ª aumentada,

45/32 según el sistema aristogénico, o 81/64 según el pitagórico, debería de ser más

disonante que la 2ª mayor, cosa que no ocurre.

Los primeros trabajos para explicar de un modo más preciso cuándo hay

disonancia se deben a Helmholtz (1821-1894), quien afirmaba que ésta se produce

cuando las diferencias de frecuencias entre los dos tonos es tal que da lugar a batidos

audibles. Pero según esto, aunque el intervalo La2 (55Hz)- Si2 (61,735Hz), que produce

6,735 batidos, es efectivamente disonante, el intervalo La6 (1760Hz)- Si6 (1975,5Hz), no

lo sería, debido a que los 215,5 batidos resultantes no podrían escucharse.

Pasada la primera mitad del siglo XX trabajos por parte de Bekesy y Plomp

ampliaron notablemente las teorías anteriores, considerando que la presencia de

batidos no siempre es desagradable. Si la frecuencia del batido es muy baja se aprecia

simplemente un trémolo, pero no una disonancia. Y por otro lado dos sonidos cuyas

frecuencias sean lo suficientemente diferentes como para no producir batidos audibles

pueden, sin embargo, producir un sonido áspero al sonar juntos, y por tanto disonante.

La gráfica siguiente muestra cuando dos sonidos son consonantes y cuándo

disonantes en función de la separación entre ellos y de un nuevo concepto, banda

crítica, que depende de la frecuencia:

37

Si la diferencia de frecuencias es nula, la consonancia es total; en un pequeño

intervalo sigue existiendo consonancia aunque, al ir aumentando la separación entre

ambas frecuencias, la consonancia cae rápidamente y el sonido resultante es

altamente disonante. Al seguir incrementando esta diferencia de frecuencias poco a

poco se va volviendo más consonante hasta llegar a un punto en que la consonancia

vuelve a ser plena. El ancho de banda crítico es aquel en el que puede producirse la

disonancia, y como se ha dicho depende de la frecuencia.

Intervalos como la 7ª o la 4ª aumentada serán, a pesar de todo, más disonantes

que otros como la 3ªM o 4ª J, debido a que los armónicos que intervienen provocan

coincidencias de intervalos de, por ejemplo, 2ª.

Los buenos instrumentos se caracterizan por un timbre limpio, un sonido

cristalino sin fricciones extrañas. Los buenos violines, por ejemplo, tienen una caja

armónica (filtro) que evita amplificar, para un sonido, armónicos muy juntos dentro del

ancho de banda crítico. Separando las resonancias al menos el ancho de banda crítico

se eliminarían los armónicos que pudieran causar alguna fricción.

38

6. LOS INSTRUMENTOS MUSICALES

6.1. CLASIFICACIÓN

6.1.1. Clasificación clásica

La primera clasificación de los instrumentos musicales, y la más habitual, se

basa en agrupar la orquesta en grupos de características similares en timbre, agilidad,

expresividad, etc… Así pues tenemos:

a) Instrumentos de cuerda: son aquellos en los que el sistema excitador es

una cuerda musical. Dentro de este grupo pueden hacerse tres

subdivisiones en función de cómo se excite la cuerda, resultando:

i. Cuerda frotada: aquellos en los que la cuerda es excitada por

fricción, generalmente por medio de un arco. Los principales

instrumentos de este grupo son el violín, la viola, el violonchelo y el

contrabajo.

ii. Cuerda punteada: en estos instrumentos la cuerda es excitada por

punteo, es decir, apartándola con el dedo (o púa) de su posición de

equilibrio y dejándola libre para que, debido a su elasticidad,

recupere su posición inicial. Dentro de este grupo se encuentran la

guitarra, el arpa y el laúd, aunque también pueden incluirse

algunos instrumentos de teclado como el clave, en el que la cuerda

es excitada mediante una pequeña uña al presionar la tecla

correspondiente.

iii. Cuerda percutida: aquellos en los que la cuerda se excita

golpeándola con un martillo (normalmente de madera recubierta

de fieltro). Sin duda, el instrumento más característico de este

grupo es el piano.

b) Instrumentos de viento: el sonido se produce mediante la vibración de una

columna de aire. Dentro de este grupo se encuentran instrumentos como el

oboe, el clarinete, el fagot, la trompeta, el trombón, la tuba, etc.

Habitualmente suele hacerse una subdivisión de este grupo en metal y

madera, aunque esta clasificación resulta un tanto arbitraria ya que no

depende, como pudiera parecer, del material utilizado para su construcción,

sino más bien de su timbre.

c) Instrumentos de percusión: en este grupo el sonido se produce golpeando

una membrana, placa, varilla o cualquier otro objeto. Se encuentran en este

grupo los tambores, timbales, platillos, triángulos, etc. Se ha discutido

mucho acerca de si el piano y demás instrumentos de cuerda percutida

39

podrían incluirse dentro de este grupo ya que, en definitiva, es una

percusión lo que se produce. Sin embargo, y ateniéndonos a criterios de

timbre, expresividad y ejecución, estos instrumentos quedan claramente

definidos como de cuerda.

6.1.2. Clasificación de Gevaert

F.A. Gevaert, director del Conservatorio Real de Bruselas, clasificó los

instrumentos en base a la libertad de entonación de que disponía el ejecutante,

resultando:

a) Instrumentos de entonación libre: Aquellos que, dentro de su tesitura,

permiten reproducir sonidos de cualquier frecuencia. En este grupo se

encuentran los instrumentos de cuerda sin trastes: violín, viola, etc. También se

engloban en este grupo algunos instrumentos de viento como el trombón de

varas.

b) Instrumentos de entonación variable: son aquellos cuyos sonidos están

establecidos previamente pero, dentro de éstos, el intérprete puede realizar

ligeras variaciones. En este grupo se encuentran la mayoría de los instrumentos

de viento.

c) Instrumentos de entonación fija: Aquellos cuyas frecuencias están

predeterminadas y son invariables durante la ejecución. Se encuentran en este

grupo el piano, órgano, arpa,…

6.1.3. Clasificación de Hornsbotel y Sachs

Como hemos visto, la clasificación clásica es algo ambigua ya que algunos

instrumentos, como el piano, tienen una localización dudosa. Otros, sin embargo,

simplemente quedan excluidos de esta clasificación: no se tienen en cuenta los

instrumentos electrónicos. Hornsbostel y Sachs propusieron una clasificación basada

en el principio sonoro que caracteriza a los instrumentos y no en la forma de tocarlos.

Así pues establecieron las siguientes cinco clases de instrumentos:

a) Instrumentos idiófonos: Están formados por materiales naturalmente sonoros.

Aquí se incluyen todos aquellos que suenan por sí solos ya sea al ser raspados,

punteados, sacudidos, frotados,... En este grupo encontramos instrumentos

como las maracas, cajas chinas, platillos, etc.

b) Instrumentos aerófonos: Son aquellos que utilizan el aire como fuente de

sonido. Constan de un tubo cuya columna sonora es excitada de alguna

manera.

40

c) Instrumentos membranófonos: Producen su sonido mediante una o más

membranas en tensión.

d) Instrumentos cordófonos: El sonido es producido por una o varias cuerdas en

tensión.

e) Instrumentos electrófonos: Dentro de este grupo se incluyen aquellos

instrumentos en los que el sonido, o bien es generado directamente por

medios electrónicos, o bien se genera mediante los métodos habituales y luego

se transforma en corriente eléctrica. Dentro de este grupo se encuentran los

sintetizadores electrónicos y las guitarras eléctricas.

6.2. INSTRUMENTOS DE CUERDA

El principio acústico de estos instrumentos se basa en la vibración de una o

varias cuerdas tensas. Se producen cuatro modos de vibración simultáneamente:

vibración transversal, longitudinal, de torsión y de octava.

6.2.1. Vibración transversal

Es la más conocida, ya que puede observarse a simple vista sin dificultad. Al

pulsar con el dedo el centro de una cuerda sujeta entre dos puntos, la cuerda se estira

ofreciendo una resistencia elástica igual y contraria a Ia fuerza deformadora. Al soltar

la cuerda, las fuerzas elásticas la impulsan en sentido contrario comenzando la

vibración.

El movimiento se desplaza a lo largo de la cuerda en uno y otro sentido, dando

lugar a la formación de ondas estacionarias. Puesto que la cuerda puede vibrar en

toda su longitud o dividida en segmentos iguales, cada una de las posibles ondas

estacionarias que se generan dan lugar a los sonidos armónicos.

41

Como se observa, se producen nodos y vientres en cada una de las formas de

vibración que dan lugar a los armónicos. El sonido de la cuerda en su vibración

transversal es, lógicamente, Ia composición de todos estos armónicos. Ahora bien,

¿por qué es distinto el timbre de la cuerda según el punto en que sea pulsada? La

explicación viene dada por Ia Ley de Young: al excitar una cuerda en un punto dado, se

forma un vientre en el punto de excitación, no pudiéndose formar por lo tanto, ningún

armónico que tenga un nodo en dicho punto.

Este hecho es aprovechado en el piano para evitar la aparición del séptimo

armónico o, cuando menos, minimizarlo. Si recordamos las notas correspondientes a

los primeros armónicos (partiendo de DO; como fundamental), vemos que son,

respectivamente, D02, D03, SOL3, D04, MI4, SOL4, SI4, DO5, ...con lo que queda de

manifiesto la disonancia del 7º armónico. Si la cuerda es percutida a una distancia

desde el extremo exactamente igual a 1/7 de su longitud, se estará forzando un vientre

en ese punto y, por tanto, se cancelará el armónico 7º que tiene un nodo en ese

mismo punto.

También es aprovechado para producir sonidos armónicos que sobrepasan la

tesitura natural de un instrumento. Para ello el músico roza la cuerda sobre uno de los

puntos nodales, eliminando así el sonido de los armónicos que no tengan un nodo en

ese punto. En el caso de la primera cuerda del violín (Mi) los primeros armónicos

naturales serían:

Redonda: cuerda al aire

Rombo: nota que se roza

Negra: sonido resultante

Ejercicio 1: Explicar gráficamente, en función de ondas estacionarias, el fenómeno

anterior.

Ejercicio 2: deducir los dos siguientes armónicos naturales de la cuerda Mi del violín.

42

Las frecuencias de la fundamental y los armónicos producidos por una cuerda

vienen dados por los distintos modos de vibración y, matemáticamente, se pueden

expresar como:

��� = �2��

donde:

�� : frecuencia correspondiente al armónico de orden k.

L: longitud de la cuerda

T: tensión a la que está sometida la cuerda.

m: masa lineal de la cuerda, es decir, masa por unidad de longitud. Es el

producto de la densidad y la sección de la cuerda (���� )

A la vista de esta expresión pueden enunciarse las leyes de la vibración

transversal de cuerdas, formuladas por Mersenne en el siglo XVII (aunque no fue hasta

el siglo XVIII cuando se explicó teóricamente):

1. La frecuencia del sonido emitido por una cuerda es inversamente proporcional

a su longitud. Así pues, una cuerda más corta produce un sonido más agudo.

2. La frecuencia del sonido emitido por una cuerda es inversamente proporcional

a su diámetro. Del mismo modo, una cuerda más fina suena más aguda que

otra más gruesa.

3. La frecuencia del sonido emitido por una cuerda es inversamente proporcional

a la raíz cuadrada de su densidad.

4. La frecuencia del sonido emitido por una cuerda es directamente proporcional

a la raíz cuadrada de la tensión a que está sometida.

En base a estas leyes se explican las características de las cuerdas de los

instrumentos musicales. Es bien conocido que, en instrumentos como la guitarra, las

cuerdas más graves suelen ir entorchadas con hilo de cobre o latón, mientras que las

más agudas no llevan ningún recubrimiento. Esto se debe a que, puesto que la longitud

de las cuerdas graves y agudas ha de ser la misma, para poder afinar las cuerdas

correctamente, habría que tensar muy poco la 6° cuerda y someter a mucha tensión la

primera, cosa que sería imposible. Para evitar esta situación, las cuerdas graves se

recubren de un entorchado de cobre que, al aumentar su radio, permite obtener

frecuencias menores con tensiones similares.

43

Otra consecuencia directa de estas leyes es el sistema de afinación de las cuerdas

mediante clavijas. En efecto, para aumentar la frecuencia de una cuerda el músico

actúa sobre la clavija correspondiente aumentando la tensión, aunque la longitud

permanezca constante.

6.2.2. Vibración longitudinal

Pero, como es lógico, Ia vibración transversal no es la única que se produce al

excitar la cuerda. Si frotamos una cuerda en el sentido de su longitud con un arco,

podremos oír un sonido muy agudo, generalmente situado varias octavas por encima

de la frecuencia de la vibración transversal: es la vibración longitudinal, en la que la

cuerda se estira y contrae periódicamente.

Las amplitudes son muy débiles y, como el movimiento se hace en el sentido de

la cuerda, este modo vibratorio no puede verse a simple vista. La fórmula que nos da

la frecuencia fundamental de esta vibración longitudinal es:

�� = 12� ���

donde �� es la frecuencia fundamental longitudinal, L la longitud vibrante, E el

módulo de elasticidad o módulo de Young y M la masa por unidad de volumen.

Puede observarse que, en este caso, la tensión de la cuerda no influye sobre la

frecuencia fundamental. Esto puede comprobarse fácilmente tensando la cuerda

mientras se frota longitudinalmente; el sonido no varía de altura. Esto es cierto sólo

para una cuerda teórica, ya que en una cuerda real sí se apreciarían ligeras variaciones

debidas a la rigidez.

Del mismo modo, el módulo de elasticidad, que no interviene en la vibración

transversal, aquí es determinante. Si tomamos, por ejemplo, una cuerda de tripa (E

pequeño) y una de acero (E grande) de manera que ambas cuerdas tengan la misma

longitud, tensión y masa lineal (la de tripa sería más gruesa que la de acero),

observaríamos que las frecuencias de la vibración transversal de ambas cuerdas serían

iguales, pero las de la vibración longitudinal serian completamente distintas. Debido a

esta diferencia entre la vibración longitudinal se explica por qué existe esa diferencia

de timbre entre una cuerda de acero y una de tripa, aunque su afinación sea la misma

(en vibración transversal).

44

6.2.3. Vibración de torsión

Cuando se ataca la cuerda, ya sea con las yemas de los dedos o con arco,

además de la vibración transversal y longitudinal estudiadas, también se la obliga a

girar sobre sí misma tomando como eje el de su longitud, lo que da lugar a un nuevo

modo de vibración: la vibración de torsión.

El sonido dado por la vibración de torsión es generalmente más grave que la

fundamental transversal. Su frecuencia fundamental, para una cuerda teórica, viene

dada por:

�� = 12����

donde G es el coeficiente de rigidez de la cuerda.

Como vemos, la frecuencia torsional no cambia ni con la tensión total, ni con el

módulo de Young.

Esta vibración torsional existe, como se ha dicho, en muchos instrumentos de

cuerda y condicionan parcialmente el timbre, que está ligado al módulo de rigidez. Así

el guitarrista o el arpista hacen "girar" la cuerda cuando la pinzan con la yema del

dedo. El violinista hace lo mismo con su arco. En las cuerdas percutidas, el movimiento

torsional, evidentemente, no existe.

6.2.4. Vibración de octava

Fijemos uno de los extremos de una cuerda al centro de una membrana y

hagámosla vibrar transversalmente.

45

Se puede observar entonces un fenómeno curioso.

El punto A está fijo; pero el punto B, en medio de la membrana, es móvil.

Cuando el punto M (centro de la cuerda) pasa de M a m1, el centro de la membrana

pasará de B a C; y cuando vuelva de m1 a M, el punto C volverá hacia B.

Durante el segundo semiperiodo transversal de la cuerda, el punto M pasará

hacia m2, y B volverá hacia C. Durante el retorno de m2 hacia M, el punto C volverá

entonces otra vez hacia B. Es decir, durante una vibración completa, un periodo de la

cuerda, la membrana habrá vibrado dos veces, produciendo así un sonido una octava

por encima de la fundamental transversal. Llamamos a este fenómeno "vibración de

octava". Existe en la casi totalidad de los instrumentos de cuerda ya que los puntos de

fijación no son nunca rígidos. La vibración de octava contribuye parcialmente a las

particularidades de timbre de diversos instrumentos, ya que favorece el armónico 2.

La vibración de octava está, por supuesto, sincronizada a la vibración

transversal y viene acompañada de su serie propia de armónicos o de casi-armónicos.

6.2.5. Coexistencia de los cuatro modos vibratorios

La vibración transversal excita automáticamente la longitudinal, puesto que

esta implica alargamientos y acortamientos periódicos. Por otro lado, no se puede

frotar una cuerda o pinzarla, es decir, desplazarla lateralmente, sin hacerla girar. En

cuanto a la vibración de octava, dado que la cuerda vibra sobre una "caja", teniendo

necesariamente una cierta elasticidad, ésta existe siempre. En la realidad instrumental,

los cuatro modos vibratorios siempre coexisten. Su importancia relativa depende de

las disposiciones de la caja y de la manera de atacar la cuerda. Gracias a este último

punto, el músico puede explotar a placer el campo de libertad de los timbres.

Así, rozando apenas la cuerda del violín, cerca del puente, la vibración

transversal puede ser importante, mientras que la vibración de torsión es casi nula.

Inversamente, alejando el arco del puente y "enganchando" bien la cuerda, la

vibración de torsión es importante y el timbre cambia. Igualmente, el guitarrista puede

pinzar la cuerda con la uña o con el plectro, con lo que el arrastre tangencial de la

cuerda será débil y la vibración de torsión poco importante; pero si el ataque es con la

yema del dedo la torsión es evidente y el timbre ya no es el mismo.

6.2.6. Acoplamiento del cuerpo sonoro y las cuerdas

Como hemos visto, el espectro de la cuerda aislada depende de sus cuatro

modos de vibración. Ahora bien, la cuerda se monta sobre un cuerpo sonoro (caja,

tabla,...) que va a reforzar determinadas frecuencias y atenuar otras.

46

El cuerpo sonoro es en sí mismo un cuerpo capaz de vibrar a determinadas

frecuencias. Para poner en evidencia las propiedades de un cuerpo sonoro, basta con

golpearlo con una pequeña maza. Se oye un ruido de duración, altura y timbre

variables con la naturaleza del material y la estructura del instrumento. Mediante un

analizador de espectro puede observarse que hay determinadas frecuencias que son

especialmente reforzadas. El fabricante buscará asociaciones de distintas maderas y

formas distintas que permitan que las frecuencias de resonancia del cuerpo sonoro

coincidan con las frecuencias de las cuerdas, de forma que su sonido se verá

reforzado. Sin embargo, para conseguir esta amplificación acústica se sacrifica la

duración del sonido de la cuerda.

En efecto, una cuerda aislada, fijada entre dos puntos absolutamente rígidos,

vibra mucho tiempo; pero el sonido es imperceptible ya que la energía disponible se

distribuye en el tiempo. Si, por el contrario, asociamos una placa a la cuerda por medio

de un "puente", esta; placa va a atacar una gran superficie de aire y, por tanto, el

sonido será mucho más intenso. No obstante, debido al rozamiento, se extinguirá más

rápido.

Los "cuerpos sonoros" de los instrumentos de cuerda son siempre compuestos,

y se eligen generalmente materiales amortiguados. En base al espectro resultante de

la vibración simultánea de las cuerdas y el cuerpo sonoro, pueden obtenerse las

siguientes conclusiones:

• No existe ninguna curva de respuesta homogénea: es imposible que las

diversas partes del instrumento den picos de resonancia de la misma

intensidad y de la misma amortiguación.

• Un instrumento que "suena fuerte", es aquel que tiene picos en la zona

sensible del oído (entre 500 y 5000 Hz).

• Si utilizamos materiales más amortiguados, los picos serán más planos, la curva

de respuesta será más homogénea. Pero la amortiguación significa pérdida de

intensidad.

• Es deseable que la curva de respuesta no sea plana. Para comprenderlo hay

que recordar que en música, lo que es interesante es lo que cambia. Si

hiciéramos música con el mismo espectro repetido a alturas diferentes,

llegaríamos rápidamente a una sensación de fatiga; los sonidos de esta música

perderían su interés.

47

6.3. INSTRUMENTOS DE VIENTO

En los instrumentos de viento los sonidos se producen cuando se induce una

vibración en la columna de aire contenida en el tubo. Esta vibración se produce

mediante un flujo de aire que se envía por uno de sus extremos y que interactúa con

algún elemento del tubo o añadido a él. Esta perturbación viaja por el interior del tubo

reflejándose en los extremos y creando ondas estacionarias.

6.3.1. Consideraciones generales

La clasificación que tendremos en cuenta nosotros considera tres grupos

principales. En los instrumentos de embocadura la vibración se genera en un bisel

(flauta travesera, flauta de pico, órgano,…). En los instrumentos de lengüeta la

vibración se produce en una lengüeta (clarinete, saxofón,…) o en dos lengüetas (oboe,

fagot, corno inglés, órgano (otros tubos)…). En los instrumentos de boquilla la

vibración se produce en los labios (trompa, trompeta, trombón, tuba,…).

Sistema de un tubo de órgano de madera Clarinete: embocadura con lengüeta (caña)

En los instrumentos de viento podemos encontrar diferentes tipos de tubos,

dependiendo de cómo se comporte la columna de aire en cada extremo y de la propia

forma del tubo:

Cilíndrico Abierto-Abierto: flauta travesera, tubos de órgano… En este tipo de

instrumentos la particularidad del extremo donde se genera la vibración hace que se

forme un máximo de velocidad al igual que en la zona abierta y en el tubo se producen

resonancias que se ajustan a la serie armónica con frecuencias f, 2f, 3f, 4f,…, que

podemos obtener soplando con más fuerza. Con una sola longitud de tubo podemos

obtener las primeras notas de la serie armónica natural.

Embocadura de flauta Vibración de los labios en instrumentos de metal

48

Cilíndrico Cerrado-Abierto: Tenemos otro tipo de tubo abierto en un extremo y

cerrado en el otro: clarinete, flauta de pan, y algunos tubos de órgano. En uno de los

extremos se forma un máximo de presión y velocidad nula por el tipo de sistema de

boquilla y disposición de la lengüeta. En estos casos en el tubo se forman solamente

los armónicos impares (f, 3f, 5f, 7f,…) por lo que si soplamos con más fuerza

obtenemos una 12ª de la nota fundamental.

Cónico Cerrado-Abierto: Oboe, fagot, saxofón, viento-metal (gracias a su ensanche

final y a la campana),… A pesar de ser un tubo cerrado por un extremo, consigue

generar la serie armónica completa, con todas las frecuencias f, 2f, 3f, 4f,….

Hemos visto como de una longitud de tubo determinada podemos obtener

unas cuantas notas pertenecientes a la serie armónica natural. Las demás notas las

podemos conseguir acortando o aumentando la longitud de tubo.

6.3.2. Leyes de los tubos

Es bien conocido que el sonido dado por un tubo es tanto más grave cuanto

más largo es el tubo. Pero las leyes físicas que rigen este fenómeno no fueron

descubiertas hasta finales del s. XVIII por Daniel Bernouilli, que estableció las

ecuaciones que permiten obtener las frecuencias características de los tubos.

Para comprender estas ecuaciones, es necesario explicar previamente qué

ocurre cuando una onda de compresión, que se desplaza a lo largo de un tubo, llega al

extremo de éste. Si el extremo está cerrado se producirá una reflexión, es decir, la

onda de compresión rebotará en el fondo del tubo y cambiará de sentido de

propagación. Decimos en este caso que la onda no cambia de signo, ya que sigue

siendo una compresión que se propaga.

Ahora bien, si el extremo del tubo está abierto se produce un efecto similar al

que tiene lugar cuando se descorcha una botella. La compresión sale del tubo dejando

tras de sí una depresión (dentro del tubo). Esta depresión se desplaza en sentido

contrario, o sea, alejándose del extremo abierto. En este caso decimos que la onda ha

cambiado de signo, ya que ahora se trata de una depresión.

Consideremos un tubo cilíndrico abierto en ambos extremos y enviemos una

onda de compresión (onda +). Veamos cómo la onda recorre la longitud del tubo dos

veces únicamente.

En efecto, al llegar al extremo abierto se producirá

un cambio de signo y seguirá su camino hacia el primer

extremo, en el que, puesto que también es abierto,

volverá a cambiar de signo completándose así el ciclo.

49

Sabemos que espacio = velocidad x tiempo. Como conocemos la velocidad a la

que viaja el sonido, el periodo (tiempo que se tarda en recorrer un ciclo) será fácil de

calcular, ya que en cada ciclo la onda recorre una distancia 2L, donde L es la longitud

del tubo. Así pues

2� � �

El periodo es, por tanto 2L/�,

y como la frecuencia es inversa al periodo::

� � �2�

Que es la Ley de Bernouilli para tubos cilíndricos abiertos en ambos extremos.

En el caso de un tubo cilíndrico cerrado por uno de sus extremos la onda

recorre el tubo un total de cuatro veces. El razonamiento es similar:

La compresión se propagará hacia el fondo y,

una vez allí, se reflejará sin cambio de signo (sigue

siendo positivo) volviendo hacia la abertura. Al llegar a

la abertura volverá a producirse una reflexión pero, esta

vez, con cambio de signo, volviendo de nuevo hacia el

extremo cerrado. Allí vuelve a reflejarse sin cambio de

signo hasta llegar al extremo abierto en el que se

produce un nuevo cambio de signo. Por tanto, el signo

de la onda en cada uno de los extremos durante esta

trayectoria es ++--+, es decir, que tras haber recorrido

cuatro veces la longitud del tubo comenzará

exactamente el mismo ciclo, que se repetiría

indefinidamente si el rozamiento no amortiguara

gradualmente la onda. En resumen, en el diagrama

adjunto la onda ha recorrido un ciclo, un periodo.

Ahora tenemos que:

4� � �

Por tanto:

� 4��

� � �4�

Esta es la Ley de Bernouilli para tubos cilíndricos cerrados por un extremo.

50

Realmente, las frecuencias obtenidas con las fórmulas de Bernouilli son

únicamente válidas como modelo teórico. En la realidad, los fenómenos que se

producen son tantos y tan complejos que hacen que los valores experimentales

difieran, notablemente en algunos casos, de los valores obtenidos teóricamente.

6.3.3. Ondas estacionarias en los tubos

Hasta ahora hemos considerado únicamente una onda de compresión aislada y

hemos estudiado su propagación en el interior del tubo. Sin embargo, lo normal es que

no se trate de una única compresión sino de un tren de ondas progresivas. En esta

situación el tren de ondas, al llegar al extremo, se verá reflejado (con o sin cambio de

signo según si el tubo es abierto o cerrado) y se superpondrá con el tren de ondas que

está entrando en el tubo. Como vimos, en este caso se producirán ondas estacionarias

en las que encontraremos puntos estáticos de máxima variación de presión (vientres) y

puntos en los que la variación de presión es nula (nodos).

La disposición de estas ondas estacionarias es diferente según se trate de un

tubo cilíndrico cerrado o abierto, lo que explica la diferencia de timbre existente entre

ambos tipos de tubo.

En el tubo cilíndrico abierto, siempre encontraremos un vientre en cada uno de

los extremos, siendo posibles los siguientes modos de vibración fundamental y

armónicos:

51

Como vemos, todos los armónicos son posibles. Sin embargo, en el tubo

cilíndrico cerrado por un extremo, la situación es completamente distinta, ya que se

tendrá siempre un vientre en el extremo abierto y un nodo en el extremo cerrado. En

estas condiciones las únicas disposiciones posibles de ondas estacionarias son las

siguientes:

¿Y qué ocurre con los tubos cónicos cerrados por un extremo? Pues que el

desplazamiento de las ondas en función ahora de leyes esféricas aproxima el resultado

al de los tubos cilíndricos abiertos en ambos extremos.

Una experiencia que puede realizarse con los tubos y que pone de manifiesto la

presencia de los armónicos es la de ir aumentando gradualmente la fuerza del soplido.

Cuando se sopla suavemente se obtiene el sonido fundamental acompañado de sus

armónicos correspondientes. Al forzar el soplo, debido al aumento de la presión en el

interior del tubo, se bloquea el sonido fundamental y suena el primer sonido

armónico.

Si forzamos aún más el soplido se bloquean tanto el fundamental como el

primer sonido armónico y así sucesivamente.

52

Una vez más, esto sólo es cierto en tubos teóricos. En tubos reales, los sonidos

obtenidos forzando el soplido no guardan una relación armónica con el fundamental,

sino que se alejan ligeramente. El alejamiento es tanto más elevado cuanto menor es

la "talla" del tubo (relación longitud/diámetro). Lo que hacen los fabricantes es jugar

con distintos parámetros como la forma del tubo, de la boquilla, del pabellón, etc.,

para conseguir que los sonidos obtenidos al forzar el soplido mantengan una relación

muy aproximadamente armónica con la fundamental.

53

6.4. INSTRUMENTOS DE PERCUSIÓN

Desde el punto de vista acústico, los instrumentos de percusión pueden

dividirse en instrumentos de membrana (caja, timbal, bombo,…) e instrumentos de

placas y varillas (platillos, triángulo, gong, marimba, xilófono,…)

6.4.1. Instrumentos de placa y varillas

Los sonidos (que en algunos casos son ruidos) se producen en estos

instrumentos al golpear entre si materiales elásticos rígidos. Una barra, placa o tabla

de madera, metal o piedra tiene unos modos de vibración con unas frecuencias de

resonancia que no se ajustan a la serie armónica natural por lo que no pueden

producir alturas de tono muy definidas. Dependiendo de la relación entre las

frecuencias de esos modos tendremos un sonido más o menos agradable que se

escucha a veces como un acorde disonante. Por tanto muchos de estos instrumentos

no dan una altura de tono definida, y son utilizados básicamente para producir ritmos.

Pero la experimentación de los constructores hizo evolucionar algunos de estos

instrumentos y tenemos hoy en día sistemas, como las tablas de una marimba, que

han sido modificados en su geometría de manera que las frecuencias de sus modos de

vibración se ajustan a la serie armónica natural, consiguiéndose instrumentos que dan

alturas de tono definidas.

En el caso de la marimba, xilófono o vibráfono, las tablas, una para cada nota,

de madera o metal, van situadas sobre un bastidor apoyadas sobre sus puntos nodales.

Debajo de cada tabla se sitúa un tubo cerrado-abierto con una frecuencia de

resonancia igual a la nota de la tabla que soporta de manera que amplifica el sonido

que ésta produce. Las baquetas o mazos con los que se golpean las tablas son de

diversos materiales y se escogen en función del timbre que se quiera obtener. Los

materiales más duros, goma o madera, nos darán un timbre metálico y los blandos,

generalmente de lana, más dulce y menos brillante. Esto es debido a que el tiempo de

contacto grande de los materiales blandos hace que se pongan en marcha las

resonancias más graves, mientras que los materiales duros, con tiempos de contacto

pequeños, ponen en marcha un número mayor de resonancias, más altas en

frecuencia, con lo que el timbre es más metálico y brillante.

La celesta es un instrumento de barras verticales con un teclado incorporado

que se ejecuta igual que un piano. Tenemos también las campanas tubulares, que no

llegan a dar una altura de tono muy definida pero se utilizan para crear melodías con

su peculiaridad tímbrica.

54

6.4.2. Instrumentos de membrana

En estos instrumentos el sonido es producido por una membrana en tensión

sobre una estructura con forma de cavidad resonante. Aunque no podamos hablar de

una altura de tono definida podemos variar la tensión de la membrana y la forma de la

cavidad para obtener golpes graves o agudos, “bandas de ruido” diferentes.

Antiguamente las membranas eran todas de piel fina. Lo más frecuente hoy en día son

los parches o membranas de material sintético que es más estable a los cambios de

temperatura y humedad.

Casi todos los instrumentos de este grupo dan algo más parecido a un ruido

que a un sonido, sin altura de tono, por lo que son instrumentos rítmicos: tambor,

bombo, caja, pandereta, etc… El timbal en cambio tiene la particularidad de poder

producir sonidos con entonación bien definida.

La vibración de la membrana, sea del instrumento que sea, conlleva también la

creación de ondas estacionarias con vientres y nodos de vibración. En este caso, a

diferencia de las cuerdas y tubos, los modos propios de vibración no siguen ninguna

relación armónica. Aquí ya no hablamos de puntos nodales sino de líneas nodales, ya

que las zonas en las que la vibración es nula siguen formas geométricas con respecto a

la membrana.

55

Las frecuencias que dan lugar a estos modos propios no siguen, como se ha

dicho, una relación armónica. Así, las relaciones de frecuencias, en orden ascendente,

de cada uno de estos modos respecto a la frecuencia del modo fundamental (0 1) son:

Modo Frecuencia

(0 1) 1

(1 1) 1,59

(2 1) 2,14

(0 2) 2,30

(3 1) 2,65

(1 2) 2,92

(4 1) 3,16

(2 2) 3,50

(0 3) 3,60

(5 1) 3,65

(3 2) 4,06

(6 1) 4,15

Estas relaciones no armónicas explican por qué el sonido de la mayoría de los

instrumentos de membrana no tiene un tono definido.

Por otro lado, la cantidad de formas de vibración existentes justifica el hecho de

que al golpear la membrana sobre puntos diferentes se consigan timbres distintos. En

efecto, como sabemos, al golpear sobre un punto determinado se está forzando un

vientre en ese punto, lo que implica la cancelación de los modos de vibración que

tengan nodos en ese punto.

Entonces, ¿qué hace que el timbal tenga un sonido de altura definida? La

explicación no es nada simple. Se debe principalmente a la forma de la cavidad

resonante, de modo que la masa de aire del timbal reduce las frecuencias de los

modos de vibración haciendo que se aproximen a una relación armónica. Por otro lado

las resonancias propias del aire del interior interactúan con las del parche con

frecuencias similares, con lo que se produce un reforzamiento de algunas frecuencias

que son, precisamente, las próximas a la serie armónica. Además un mecanismo que

tensa y destensa el parche mediante un pedal permite la variación de la altura de tono.

56

7. ACÚSTICA ARQUITECTÓNICA

Una de las ramas de la acústica que más ha evolucionado es la acústica

arquitectónica. La inquietud por la acústica de los recintos destinados a

representaciones de teatro, ópera, conciertos, etc., es tan antigua como la civilización.

Son famosos los teatros romanos (el de Mérida es un buen ejemplo), en los que se

conseguía una distribución acústica realmente buena teniendo en cuenta que se

encontraban al aire libre. Vamos a estudiar en este capítulo algunas nociones básicas

sobre acústica de recintos que nos permitan conocer las características más relevantes

y comprender qué diferencia, acústicamente, una sala de conciertos de otra.

En primer lugar, definiremos algunas ideas elementales sobre acústica

arquitectónica.

7.1. GENERALIDADES

7.1.1. Absorción y reflexión

Cuando una onda sonora incide sobre una pared, parte de la energía de la onda

es reflejada y otra parte es absorbida por la pared. La relación entre la energía

absorbida y la incidente se denomina coeficiente de absorción, �, de la pared:

� = ���� El coeficiente de absorción depende principalmente del material con que esté

recubierta la pared. Así, en un recinto, las paredes tendrán normalmente distintos

coeficientes de absorción dependiendo del material que las cubra (cortinas,

moquetas, pizarras, cemento, ..).

La absorción total de un recinto es la suma de las absorciones de todas sus

paredes. Supongamos como ejemplo un recinto formado por cuatro paredes paralelas

dos a dos, suelo y techo, cuyas dimensiones son:

57

Si el suelo está enmoquetado, y una de las paredes de 3x2 tiene una cortina

tendremos:

� !"#$�� = 0.2

�'!���(� � 0.5

�*��$++$,$-! � 0.09

/ � � !"#$��02142 3 �'!���(�02132 3 �*��$++$,$-!0213 3 314 3 314 3 2142 � 8.02

En este ejemplo hemos considerado que cada uno de los materiales de las

paredes tiene un único coeficiente de absorción. Sin embargo, la realidad es que los

materiales ofrecen una absorción distinta a cada frecuencia, por lo que el estudio de la

absorción deberá hacerse para varios valores de ésta. Este hecho da lugar a que la

absorción total de la sala dependa también de la frecuencia, lo que hace pensar que la

sala influirá sobre el espectro del sonido recibido por el oyente. Hablaremos entonces

de una respuesta en frecuencia del recinto.

A continuación vemos una tabla de coeficientes de absorción de diferentes

materiales en función de diferentes frecuencias:

58

Frecuencia (Hz)

125 250 500 1000 2000 4000 Pared de ladrillo pintada 0.01 0.01 0.02 0.02 0.02 0.02 Yeso sobre ladrillos 0.02 0.02 0.03 0.04 0.04 0.04 Azulejo acústico en paneles 0.5 0.7 0.6 0.7 0.7 0.5 Artesonado de madera 0.3 0.15 0.1 0.05 0.04 0.05 Hormigón, Mármol 0.01 0.01 0.01 0.02 0.02 0.03 Cortinas medias 0.07 0.3 0.5 0.7 0.7 0.6 Asientos tapizados ocupados 0.43 0.41 0.41 0.45 0.45 0.45 Asientos tapizados libres 0.35 0.35 0.35 0.35 0.35 0.35 Asientos madera ocupados 0.27 0.3 0.35 0.43 0.46 0.45 Asientos madera libres 0.2 0.25 0.3 0.3 0.3 0.25

En general los materiales absorben más las frecuencias agudas que las graves.

La madera compensa a otros materiales ya que absorbe más los graves que los agudos,

con lo que las salas construidas con mucha madera serán más brillantes.

7.1.2. Tiempo de reverberación

Cuando hablábamos de la reverberación mencionábamos que ésta se debe a las

reflexiones del sonido en las paredes de un recinto. Pues bien, puesto que ha quedado

claro que la cantidad de energía que se refleja al incidir un sonido sobre una pared

depende del coeficiente de absorción, resulta evidente que cuanto mayor sean los

coeficientes de absorción de las paredes de un recinto más amortiguados llegan los

ecos al oyente, con lo que la prolongación del sonido debido a estas reflexiones será

más corta.

Se define el tiempo de reverberación de un recinto como el tiempo necesario

para que el nivel de presión sonora debido a una determinada fuente se reduzca en 60

dB una vez que la fuente deja de emitir.

Como hemos dicho, el tiempo de reverberación es menor cuanto mayor es la

absorción. Por otro lado, podemos pensar que el volumen de la sala también influye,

ya que si las distancias que han de recorrer las ondas son mayores, los ecos llegarán

desde más lejos y, por tanto, más tarde. O sea que el tiempo de reverberación

aumenta con el volumen del recinto. Estas conclusiones fueron obtenidas

experimentalmente por el físico Sabine, obteniendo como resultado la siguiente

fórmula para el tiempo de reverberación:

= 55,21781/

donde V es el volumen de la sala, C la velocidad del sonido y A el coeficiente de

absorción.

59

Los buenos directores de orquesta pueden llegar a detectar hasta variaciones

en el tiempo de reverberación de 0.1 seg, por lo que esta precisión es necesaria. Esta

fórmula es antigua y existen hoy en día otras más precisas, pero con ella podemos

hacernos una idea de cómo se hacen los cálculos y obtener datos aceptables. Si la sala

es grande se producen menos reflexiones y por consiguiente menos absorción por lo

que la reverberación aumenta. Cuanto mayor sea la superficie también se produce

más absorción y estos dos parámetros se compensan. Se pueden construir salas con

mucho volumen y superficie mínima o máxima, dependiendo de la geometría utilizada

y de lo que interese.

60

7.1.3. Propagación del sonido en un recinto

Como ya hemos visto, cuando una fuente sonora radia en el interior de un

recinto cerrado cuyas paredes son parcialmente reflectantes, al oído llega en primer

lugar el sonido directo procedente de la fuente y, tras un tiempo de retardo inicial,

llegan las reflexiones que se producen en las paredes, techo, suelo y demás objetos del

recinto.

Ahora bien, en las proximidades de la fuente, la magnitud de estas reflexiones

en comparación con la intensidad del sonido directo es prácticamente despreciable.

Podemos diferenciar tres zonas en las que las características del sonido son

diferentes:

• Campo próximo: es el situado a pocos centímetros de la fuente sonora. En esta

zona no son aplicables la mayoría de las leyes de propagación del sonido, ya

que las ondas no son ni siquiera esféricas.

• Campo directo: aquel en el que las condiciones de propagación son las

habituales si no hubiese reflexiones, es decir, la atenuación es de 6dB al doblar

la distancia.

• Campo reverberante: la influencia de las reflexiones hace que se pierdan las

características de atenuación con la distancia del campo directo. Si el recinto es

muy reverberante, puede desaparecer por completo el campo directo de la

fuente. Lo deseable en todo recinto en el que se pretenda una cierta calidad

acústica, es que el campo reverberante sea difuso, es decir, que la distribución

de energía sea homogénea en todo el recinto o, en otras palabras, que la

intensidad acústica en un instante dado sea la misma en cualquier punto del

recinto.

En este sentido, es de especial interés el evitar en la medida de lo posible

superficies cóncavas que concentran el sonido en puntos determinados. Por el

contrario, se buscarán superficies convexas que distribuyan el sonido y, por tanto,

contribuyan a la creación de un campo difuso.

Los investigadores Reichhardt y Schmidt experimentaron, entre otras cosas, con

la sensación de sonido directo. Utilizaron para la experiencia una cámara anecóica (sin

reverberación) en la cual situaron a una persona rodeada de altavoces de manera que

podían recrear las sucesivas reflexiones que se generan en una sala. El sonido directo

llega al oyente desde el centro y con un pequeño retardo y una atenuación se puede

simular el sonido reflejado en las diferentes paredes de la supuesta sala.

Estos señores vieron cuatro grupos de fenómenos. Con un tiempo de retardo

pequeño, no superior a 25 ms entre un altavoz y otro, para cualquier ángulo, el sonido

61

se escucha como directo. Si el ángulo del sonido reflejado es pequeño menor o igual a

40º, es aceptable un retardo de hasta 80 ms para seguir teniendo sensación de sonido

directo. Para ángulos mayores un retardo entre 25 y 80 ms nos da una sensación de

reverberación y el sonido no parece tan directo. A partir de los 80 ms si llega alguna

señal reflejada, desde cualquier ángulo, se empieza a percibir eco y la sensación de

sonido directo se rompe.

Si el techo de estas salas es demasiado alto sí se pueden producir reflexiones

que superen este retardo de 80 ms. Debemos procurar que los ángulos de las

diferentes reflexiones no superen los 40º. En las salas con techos altos se colocan

paneles para evitar las reflexiones demasiado largas y reducir el ángulo B.

Hace ya unos cuantos años se hizo, entre los directores de orquesta, una

encuesta para determinar cuáles son las mejores salas del mundo y las mejor

consideradas fueron las siguientes:

1. Wiener Musikverein VIENA (1870)

2. Concertgebouw AMSTERDAM (1877)

3. Symphony Hall BOSTON (1900)

4. Konserthuset GÖTEBORG (1935)

5. Palais Des Beaux-Arts BRUSELAS (1929)

Se puede resaltar que todas ellas tienen una planta rectangular

alargada, y son muy buenas para la música sinfónica. Las plantas

rectangulares alargadas satisfacen muy bien los fenómenos relacionados

con la percepción y el sonido directo. Esto se debe a que cada oyente es

capaz de situar la fuente sonora espacialmente si el sonido reflejado

proviene de las paredes de la sala, es decir si el sonido percibido por los

dos oídos es diferente. Sin embargo, no puede hacerlo si proviene del

techo. Este hecho tiene relación con la anchura de la sala: en una sala ancha, los

primeros rayos sonoros reflejados llegan a cada oyente desde el techo. En una

62

estrecha llegan primero los reflejados en las paredes laterales. Por tanto, las salas

estrechas son preferidas a las anchas.

Además su arquitectura con adornos resulta muy positiva para la difusión del

sonido.

7.2. TIEMPO ÓPTIMO DE REVERBERACIÓN

Hemos definido el tiempo de reverberación como el tiempo necesario para que

el sonido producido en una sala reverberante se reduzca en 60 dB. En una primera

aproximación, puede considerarse que la calidad acústica de un recinto depende

principalmente de este tiempo aunque, como veremos más adelante, hay otros

factores determinantes.

Sin embargo, un recinto con un determinado tiempo de reverberación puede

ser bueno para algunos usos y pésimo para otros. En general, si el recinto va a ser

destinado a la escucha de la palabra el Top deberá ser bajo para evitar que las sílabas

se confundan unas con otras. De esta forma se mejora la inteligibilidad. Por el

contrario, si se va a destinar el recinto para audición de música, un tiempo de

reverberación demasiado bajo puede producir una sala demasiado seca; es más

agradable una ligera superposición entre notas consecutivas. Además cada tipo de

música (camerística, sinfónica, operística,…) exigirá un Top diferente.

Por tanto el tiempo de reverberación óptimo depende de varios factores, tales

como el volumen del recinto, el tipo de fuente sonora, la naturaleza de la obra musical

e, incluso, de la frecuencia.

La siguiente figura indica el tiempo óptimo de reverberación para una

frecuencia de 500 Hz según distintos tipos de música y en función del volumen del

recinto:

63

Sin embargo, el hecho de que el tiempo de reverberación sea distinto según la

frecuencia es especialmente importante en recintos destinados a audición musical. La

siguiente figura representa el factor de corrección R que debería aplicarse al tiempo

óptimo para 500 Hz de la figura anterior, para obtener un tiempo óptimo a cualquier

frecuencia:

!* = 9 ∙ ;<<

El factor de corrección es mayor a bajas frecuencias, o lo que es lo mismo, el

tiempo de reverberación óptimo para la audición de música ha de ser mayor en bajas

frecuencias que en frecuencias medias y altas.

7.3. CALIDAD ACÚSTICA DE LAS SALAS

Actualmente se utilizan para las medidas acústicas pulsos de corta duración,

como pequeñas explosiones, ya que las ondas que circulan por la sala son más fáciles

de controlar y permiten excitar un mayor número de resonancias de la sala que se va a

estudiar. Una pequeña explosión nos proporciona una señal parecida a un ruido blanco

y permite estudiar el comportamiento de la sala en un mayor rango de frecuencias.

7.3.1. Atributos para la calidad acústica de una sala

Además del tiempo de reverberación, son muchos factores los que intervienen

en la definición subjetiva de la calidad de una sala. Por ejemplo, el tiempo de

reverberación global no es suficiente, ya que hemos de hablar siempre del tiempo de

reverberación en función de la frecuencia. Además, existen otros factores que influyen

de forma notable sobre la calidad. Leo L. Beranek realizó un amplio estudio contando

con la ayuda y asesoramiento de técnicos, músicos y críticos, y llegó a definir una

64

escala basada en 18 atributos que permitía dar una puntuación a la calidad acústica de

una sala. A continuación se detallan los atributos y las puntuaciones obtenidas para

salas de conciertos:

1. Intimidad. Es la sensación de proximidad de la fuente sonora. Se define por

medio del intervalo de tiempo transcurrido desde el sonido directo a la

primera reflexión. Cuanto menor sea este tiempo mayor será la intimidad o

presencia, siendo el valor óptimo para este tiempo entre 0 y 20

milisegundos.

2. Viveza. Una sala reverberante es una sala viva. La viveza se refiere a la

reverberación en frecuencias medias y altas (500—1000) con la sala

ocupada. La viveza óptima se produce con un tiempo de reverberación a

estas frecuencias de 1.5 s para ópera, y de 1.9 s para orquesta típica. Por

encima y por debajo de este valor el atributo de viveza empeora.

3. Calor. Es la viveza para las frecuencias bajas o, dicho de otra forma, el

relleno de los tonos bajos. Este relleno se produce cuando el tiempo de

reverberación para las frecuencias inferiores a 250 Hz es mayor que el de

las frecuencias entre 500 y 1000 Hz. Es decir, se mide según la relación

entre el tiempo de reverberación en las frecuencias bajas y el tiempo de

reverberación en las frecuencias superiores, y viene dado por:

=�; + =;<2;<<>=<<<

El valor más adecuado para este atributo es entre 1.20 y 1.25, lo que

equivale a decir que las frecuencias bajas tendrán un tiempo de

reverberación entre un 20 y un 25% mayor que el de las frecuencias medias.

4. Intensidad del Sonido Directo. Se refiere a la intensidad con que llega el

sonido directo a las últimas filas. Lógicamente depende de la longitud de la

sala. El mejor valor para este atributo se sitúa en torno a los 20 metros.

5. Intensidad del Sonido Reverberante. El sonido procedente de las

reflexiones aumenta el nivel sonoro en general. En una sala grande con muy

poca reverberación no será posible alcanzar un nivel adecuado. La

intensidad del sonido reverberante se relaciona con el volumen y el tiempo

de reverberación a 500-1000 Hz. Los valores más adecuados se encuentran

en torno a 3.

� = 1000000;<<>=<<<

7

6. Definición o claridad. Una sala tiene una buena definición cuando el sonido

es limpio y claro, es decir, pueden distinguirse perfectamente unos

65

instrumentos de otros y escuchar cada nota. Técnicamente definimos la

claridad acústica como el logaritmo de la relación entre la intensidad sonora

que nos llega en los primeros 80 ms (primeros 50 ms en algunos casos) y la

que llega después. El número obtenido nos da una medida de la claridad de

la sala.

Las salas reverberantes tienen una claridad negativa, llega más energía

después de los 80 ms, mientras que las salas muy secas tienen una claridad

positiva, la energía que llega en los primeros 80 ms es mayor que la

restante. Estas últimas salas son muy limpias y claras pero se pierde

grandiosidad.

7. Brillantez o nitidez. Un sonido brillante es aquel que se define como claro,

vivo y rico en armónicos. Así pues, una sala brillante tiene un tiempo de

reverberación a frecuencias altas mayor que a frecuencias medias. Además

la sala ha de tener claridad e intimidad.

8. Difusión. es óptima cuando el sonido reverberante parece llegar desde

todas las direcciones.

9. Equilibrio o balance. Se refiere al balance entre las distintas secciones

orquestales.

10. Mezcla o matiz. Los sonidos de las distintas secciones de la orquesta deben

salir correctamente mezclados antes de abandonar el escenario. Este

atributo depende del diseño del techo del escenario y otras superficies

situadas en él.

11. Conjunto. Se refiere a la posibilidad de los instrumentistas para tocar al

unísono. Para que esto sea posible, los músicos deben poder oír a sus

compañeros de orquesta. Las superficies reflectantes a ambos lados del

escenario y en el techo son determinantes para este atributo.

12. Proximidad de respuesta o ataque. La sala debe responder

inmediatamente a una nota. Esta respuesta depende de las primeras

reflexiones que vuelven desde la sala al escenario.

13. Textura: Es la impresión subjetiva creada en el oyente debida a cómo llegan

las series de reflexiones.

14. Inexistencia de eco.

15. Inexistencia de ruido.

16. Amplitud dinámica. La dinámica de la sala es la gama de niveles sonoros

que puede escucharse dentro de ella. Va desde el nivel mínimo

determinado por el ruido ambiente al máximo nivel que pueda producir la

sala.

17. Calidad tonal. El refuerzo o atenuación exagerado de una determinada

banda de frecuencias empeora la calidad tonal de la sala.

18. Uniformidad. No deben existir zonas en las que el sonido sea pobre.

66

7.3.2. Mejoras acústicas de las salas

Cualquier sala destinada a algún tipo de acto en el que la información se

trasmita por medio de energía sonora habrá de ser tratada y acondicionada al menos

para que cumpla unas condiciones acústicas mínimas de manera que la charla, obra

teatral, concierto de música, etc. llegue a nosotros en buenas condiciones.

Se puede estudiar cada caso y ver qué mejoras se pueden llevar a cabo para

que el sonido sea claro, la reverberación justa, se escuche bien desde todos los lugares

y tengamos una sensación de sonido directo aceptable.

Una característica muy recomendable es que el escenario donde se sitúan los

instrumentos este revestido de un material reflectante y a ser posible con las paredes

traseras y laterales formando un trapecio. De esta forma nos aseguramos que el

sonido generado se proyecta bien hacia el auditorio y no se pierde, como es el caso de

los teatros en los que gran cantidad de energía sonora se pierde en los entramados,

tramoyas y cortinas situadas a los lados del escenario. Unos paneles reflectantes

móviles pueden ser una buena solución para convertir un teatro en una sala de

conciertos aceptable. La trasera del auditorio se ha de revestir de un material

absorbente para evitar el indeseado eco.

La claridad acústica está relacionada con la cantidad de energía que nos llega

en los primeros 80 ms. En este tiempo el sonido puede recorrer una distancia de unos

27 metros. Las reflexiones que se producen no han de sobrepasar en 27 m a la

distancia que existe en línea recta hasta el escenario, de lo contrario la sensación de

reverberación comienza a confundirse con el eco y desaparece la sensación de sonido

directo.

El techo es la mayor superficie que puede transmitir el sonido de forma

homogénea hacia la audiencia. Su altura es vital en el diseño, ya que modifica el

volumen de la sala y la transmisión adecuada del sonido hacia la audiencia. En una sala

de conciertos suele situarse una placa reflectora detrás de la orquesta (tornavoz) y

67

también se sitúan paneles reflectores en el techo para dirigir el sonido hacia la

audiencia.

Si los músicos se sitúan al borde del escenario el sonido no rebota del todo en

el suelo y no se proyecta bien hacia los anfiteatros por lo que es conveniente dejar un

espacio mínimo libre en el escenario.

El suelo del auditorio debe tener la forma más adecuada para limitar el

fenómeno de la difracción en las cabezas del público. Se puede demostrar que cuando

se preserva la línea de visión del escenario para cada oyente, no sólo se mejora la

percepción visual, sino también la auditiva. La disposición ideal del suelo de un

auditorio es la espiral logarítmica, por lo que suelen utilizarse aproximaciones de esta

curva.

En el Metropolitan Opera House de N.Y. se trabajó con estos parámetros. Las

voces de ópera en esta sala no salían con el brillo que les correspondía. Para corregir

esto aumentaron la sensación de sonido directo. Construyeron un marco curvo, una

especie de portal con un ángulo lateral de forma que el sonido se proyectaba hacia el

auditorio y no se perdía en los laterales. Se pusieron paneles circulares convexos que

reflejaban las ondas que subían hacia el techo disminuyendo así la distancia de las

reflexiones.

68

Otra sala en la que se pudieron hacer mejoras es la Opera House de Sydney.

Esta sala tiene forma de arena con el escenario en el centro para disminuir la distancia

media al público. De esta forma teóricamente la sensación de sonido directo queda

garantizada. A pesar de ello no había sensación de sonido directo. Se hicieron varias

pruebas con lentejas gigantes de 1.5 m de diámetro suspendidas del techo a unos 10 m

de la orquesta. De esta manera se consiguió evitar la reflexión larga con el techo y

disminuir así el ángulo de la onda reflejada. Aumentó la sensación de sonido directo.

Finalmente se optó por unas figuras de metacrilato con mayor curvatura de forma que

el sonido quedaba difuminado.

En la sala Avery Fisher Hall de N.Y. había muchas frecuencias graves y faltaban

agudas. Esto se pudo solucionar con paneles de madera del tamaño suficiente para

que perturbe y refleje únicamente las frecuencias agudas.

En algunas salas se han llegado a construir techos falsos correderos para

modificar el volumen de la sala y disminuir así el tiempo de reverberación. De este

modo se pueden interpretar de manera óptima varios estilos de música, aunque esta

solución está en desuso al alterar el volumen y la estética de la sala. Se pueden instalar

también paneles giratorios cuyas caras se revisten de materiales con diferentes

coeficientes de absorción, variando así el tiempo de reverberación.

En el norte de Europa gustan las salas con poca reverberación, salas muy claras

y limpias. Este tipo de salas no pueden llegar a ser muy grandes ya que se utilizan

materiales muy absorbentes que se comen parte de la energía acústica de la sala. Lejos

del escenario, recordemos que la sonoridad baja casi a la mitad cuando se duplica la

distancia, la cantidad de sonido que llega sería más bien poca en una sala grande y

seca.

69

En la siguiente tabla se representan los tiempos de reverberación para las

diferentes frecuencias de algunas de las mejores salas de conciertos:

Frecuencia (Hz) 125 250 500 1000 2000 4000

Konserthuset Goteborg 1.9 1.7 1.7 1.7 1.6 1.5

Symphony Hall Boston 2.2 2.0 1.8 1.8 1.7 1.5

Concertgebouw Ámsterdam 2.2 2.2 2.1 1.9 1.8 1.6

Wiener Musikverein Viena 2.4 2.2 2.1 2.0 1.9 1.6

Palais Beaux-Arts Bruselas 1.9 1.8 1.5 1.4 1.3 1.1

Metropolitan Opera N.Y. 1.8 1.5 1.3 1.1 1.0 0.9

Scala Milán 1.5 1.4 1.3 1.2 1.0 0.9