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pura pasi6ncuando habla de lo su- yo, de arte: <<El arte es 6tica,es filo- sofia, somos nosotros. Eneste mo- mento hist6rico [cuidado, no se re- fiere s61o a la situaci6n catalana] el mundo necesita belleza, los artistas debemos ser soldados de la poesia. Tenemos que desarmareste mundo de terror con jarrones de flores>~, reivindica. Aunque su apologia de la belleza no es mera est~tica, mis bienal contrario. ((LOS ARTISTAS DEBEMOS SER SOLDADOSDE LA POES~A. TENEMOS QUE DESARMAR EL MUNDO CON FLORES)> La artista Lita Cabellut, ayer, en la retrospectiva de la Fundaci6 Vila Casas, frente a dos lienzos de la serie ’Tempus &,Divine’. ANTONIO MORENO ARTEEXPOSIC~N EL TABLAO EXPRESIONISTA DE LITA Espafla salda la deuda con Lita Cabellut -su artista femenina m~is cotizada- con una gran retrospectiva en la Fundaci6 Vila Casas y una muestra en el MAC de La Corufla VANESSA GRAELL BARCELONA Entre Rembrant y el duende de Ca- mar6n. Entrela luz de Delffiltrada a trav6s de la ventana de Vermeer y el desgarro de un cante jondo. Lita Cabellut se mueve entre dos polos flamencos: el n6rdico de los clfisicos holandeses del XVII y el de su san- gre gitana. Cuando aparece en la Fundaci6 V’fla Casas, con el pelodis- traidamente recogido y una falda larga de toqueg/psy parece una bal- laora. Pero su tablao es el lienzo.Lo deteriora y lo cubrede cicatrices, las del paso del tiempo, como si fue- se unquejio al 6leo.Un quejio ador- nado de flores sangrientas, met/flo- ra de lo bello y de la muerte. Aunque en su Espafia natal con- tinda siendouna relativa descono- cida, Lita Cabellut es la artista na- cional mis cotizada, s61opor de- tris de Miquel Barcel6 y Juan Mufioz. (<Esridiculo, s61o marke- ting, unnfimero en una lista. E1 ar- te esti pot encima de nostoros y de calificaciones)>, rechaza ella en la gran antol6gica que le dedica la Fundaci6 Vila Casas en el EspaiVo- lart. A finales de mesviene otra muestraen el MAC de La Corufia. Sus cuadrosno estin (afin) en ReinaSofia o el Macba, pero si en las grandes colecciones particula- tes de todoel mundo, en galerias y museos de Dubai, Hong Kong, Miami, M6naco o Beirut. Y esos Visitantes ante los lienzos de casi tres metros de la serie ’Black Tulip’ (2014). A.MORENO cuadros de gran formato pueden llegar a superar los 100.000 euros. Pero eso es marketing y mercado, dos conceptos muy alejados de la esencia de su obra. Una obra a le- er desde coordenadas filos6ficas y literarias, inclusodesdeprofundi- dadespsicol6gicas. Aunque la artista ya esti cansada de hablar de una infancia rota que parece sacada de una novela de Dickens resulta inevitable referirse a su biografia:creci6 en la pobreza, mendigando en las calles de la Bar- celona de los afios 60, entre carte- ristas y prosfitutas; pas6una 6poca en un orfanatoy fue adoptada a los 13afios. Su familia adoptiva la llev6 al Prado y supoque ella queriaha- cer eso: pintar. Unos afios despu6s, a los 17, expuso por primera vezen el Masnou. A los 19 afios se march6 a Holanda, donde estudi6 en la prestiogiosa academia Rietveld de Amsterdam con una beca. Ahi su pincelada se model6 con los maes- tros flamencos, pero sin olvidarse de las raices goyescas, de ese im- pactode VelAzquez y E1Greco en el Prado. <(Esa historiade la nifia de la calle ha pasado a un segundo plano, porque tiene mucho m~s que contar que su infancia. Yaes una pintora con un estatus en el mundo del ar- te>~, reivindica, con cierto tono has- tiado. Untonoque se transforma en Apollinaire proclamaba que (<amamos la belleza tanto como la fealdacb>. Yen su Historia de la real- dad Umberto Eco reivindicaba que ~da fealdad es mis interesante; a menudo la belleza es aburrida, todo el mundo sabelo que espy.YLita Ca- bellut confronta al espectador a la bellezaclisica (reinterpretada des- de su radical miradacontempori- nea) pero tambi6n a lo inquietante, lo perturbador, lo grotesco. ~No creo que eso sea mis crudoque la vida misma. La fealdad es parte de nosotros, somos seres grotescos, bufones, payasos>~, dice la gitana. Porque a veces, cuando habla, emerge algo de ese genio gitano, co- mo si susurraseviejos secretos n6- madas, perdidos en el tiempo y en viajes. Secretos que pint6 en su Tr/- logia de la duda: el poder, la victima y la ignorancia. Despu6s de la explosi6n expre- sionista -casi a lo Pollock, o a lo Kieffer- de flores en dos magnos lienzosde la serie Tempus & Divine, el visitante se adentra en un mosai- co de caras y bustos monstruosos, el intentode la artista de pintar el mfisculo. Pero hay mils que una fealdad est6tica: esti el horror con- ceptual. Y ese duele mils. En Hi- roshima mon amour Cabellut retra- ta a una joven japonesa y la bomba at6micaes s61o una excusa, otra met/flora.<<La mujer de hoytodav/a sufre injusticias, no sonbombas que caen del cielo, sonpalizas, vejacio- nes... ~C6mo lo pinto? No la pinto derrotada sino con dignidad, con un dolor digno. La derrota es una op- ci6n, igual que hoy lo es la ignoran- cia)>, seflala. Lleg6 un momento en que a Ca- bellut su atelier de La Haya se le qued6 pequefio. Yquiso salir del lienzo.Ollev6 el lienzo a la 6pera. Lo hizo con La Fura dels Baus y una 6pera in6dita de Rossini: Le Si~gede Corinthe, que se estren6 este verano en el festival de Pesaro. Su escenografla es, sencillamente, impresionante. Cabellut dice que la exposici6n de la Fundaci6 Vila Ca- sas ((se lee como capitulos de unli- bro visuab). Ella misma ha escogido las obras, pidi6ndolas a los coleccio- nistas que las compraron. Peromils que un libro se experimenta como una gran6pera. O un tablao. SECCIÓN: E.G.M.: O.J.D.: FRECUENCIA: ÁREA: TARIFA: PÁGINAS: PAÍS: CULTURA 29000 6417 Diario 922 CM² - 89% 5643 € 44 España 5 Octubre, 2017

EL TABLAO EXPRESIONISTA DE LITA€¦ · co de caras y bustos monstruosos, el intento de la artista de pintar el mfisculo. Pero hay mils que una fealdad est6tica: esti el horror con-ceptual

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Page 1: EL TABLAO EXPRESIONISTA DE LITA€¦ · co de caras y bustos monstruosos, el intento de la artista de pintar el mfisculo. Pero hay mils que una fealdad est6tica: esti el horror con-ceptual

pura pasi6n cuando habla de lo su-yo, de arte: <<El arte es 6tica, es filo-sofia, somos nosotros. En este mo-mento hist6rico [cuidado, no se re-fiere s61o a la situaci6n catalana] elmundo necesita belleza, los artistasdebemos ser soldados de la poesia.Tenemos que desarmar este mundode terror con jarrones de flores>~,reivindica. Aunque su apologia de labelleza no es mera est~tica, misbien al contrario.

((LOS ARTISTASDEBEMOS SERSOLDADOS DE LAPOES~A. TENEMOSQUE DESARMAR ELMUNDO CON FLORES)>

La artista Lita Cabellut, ayer, en la retrospectiva de la Fundaci6 Vila Casas, frente a dos lienzos de la serie ’Tempus &, Divine’. ANTONIO MORENO

ARTEEXPOSIC~N

EL TABLAO EXPRESIONISTA DE LITAEspafla salda la deuda con Lita Cabellut -su artista femenina m~is cotizada- con unagran retrospectiva en la Fundaci6 Vila Casas y una muestra en el MAC de La Corufla

VANESSA GRAELL BARCELONAEntre Rembrant y el duende de Ca-mar6n. Entre la luz de Delf filtradaa trav6s de la ventana de Vermeer yel desgarro de un cante jondo. LitaCabellut se mueve entre dos polosflamencos: el n6rdico de los clfisicosholandeses del XVII y el de su san-gre gitana. Cuando aparece en laFundaci6 V’fla Casas, con el pelo dis-traidamente recogido y una faldalarga de toque g/psy parece una bal-laora. Pero su tablao es el lienzo. Lodeteriora y lo cubre de cicatrices,las del paso del tiempo, como si fue-se un quejio al 6leo. Un quejio ador-nado de flores sangrientas, met/flo-ra de lo bello y de la muerte.

Aunque en su Espafia natal con-tinda siendo una relativa descono-cida, Lita Cabellut es la artista na-cional mis cotizada, s61o por de-tris de Miquel Barcel6 y JuanMufioz. (<Es ridiculo, s61o marke-ting, un nfimero en una lista. E1 ar-te esti pot encima de nostoros y decalificaciones)>, rechaza ella en lagran antol6gica que le dedica laFundaci6 Vila Casas en el Espai Vo-lart. A finales de mes viene otramuestra en el MAC de La Corufia.Sus cuadros no estin (afin) en Reina Sofia o el Macba, pero si enlas grandes colecciones particula-tes de todo el mundo, en galerias ymuseos de Dubai, Hong Kong,Miami, M6naco o Beirut. Y esos

Visitantes ante los lienzos de casi tres metros de la serie ’Black Tulip’ (2014). A. MORENO

cuadros de gran formato puedenllegar a superar los 100.000 euros.Pero eso es marketing y mercado,dos conceptos muy alejados de laesencia de su obra. Una obra a le-er desde coordenadas filos6ficas yliterarias, incluso desde profundi-dades psicol6gicas.

Aunque la artista ya esti cansadade hablar de una infancia rota queparece sacada de una novela deDickens resulta inevitable referirse

a su biografia: creci6 en la pobreza,mendigando en las calles de la Bar-celona de los afios 60, entre carte-ristas y prosfitutas; pas6 una 6pocaen un orfanato y fue adoptada a los13 afios. Su familia adoptiva la llev6al Prado y supo que ella queria ha-cer eso: pintar. Unos afios despu6s,a los 17, expuso por primera vez enel Masnou. A los 19 afios se march6a Holanda, donde estudi6 en laprestiogiosa academia Rietveld de

Amsterdam con una beca. Ahi supincelada se model6 con los maes-tros flamencos, pero sin olvidarsede las raices goyescas, de ese im-pacto de VelAzquez y E1 Greco en elPrado. <(Esa historia de la nifia de lacalle ha pasado a un segundo plano,porque tiene mucho m~s que contarque su infancia. Ya es una pintoracon un estatus en el mundo del ar-te>~, reivindica, con cierto tono has-tiado. Un tono que se transforma en

Apollinaire proclamaba que(<amamos la belleza tanto como lafealdacb>. Y en su Historia de la real-dad Umberto Eco reivindicaba que~da fealdad es mis interesante; amenudo la belleza es aburrida, todoel mundo sabe lo que espy. Y Lita Ca-bellut confronta al espectador a labelleza clisica (reinterpretada des-de su radical mirada contempori-nea) pero tambi6n a lo inquietante,lo perturbador, lo grotesco. ~Nocreo que eso sea mis crudo que lavida misma. La fealdad es parte denosotros, somos seres grotescos,bufones, payasos>~, dice la gitana.Porque a veces, cuando habla,emerge algo de ese genio gitano, co-mo si susurrase viejos secretos n6-madas, perdidos en el tiempo y enviajes. Secretos que pint6 en su Tr/-logia de la duda: el poder, la victimay la ignorancia.

Despu6s de la explosi6n expre-sionista -casi a lo Pollock, o a loKieffer- de flores en dos magnoslienzos de la serie Tempus & Divine,el visitante se adentra en un mosai-co de caras y bustos monstruosos,el intento de la artista de pintar elmfisculo. Pero hay mils que unafealdad est6tica: esti el horror con-ceptual. Y ese duele mils. En Hi-roshima mon amour Cabellut retra-ta a una joven japonesa y la bombaat6mica es s61o una excusa, otramet/flora. <<La mujer de hoy todav/asufre injusticias, no son bombas quecaen del cielo, son palizas, vejacio-nes... ~C6mo lo pinto? No la pintoderrotada sino con dignidad, con undolor digno. La derrota es una op-ci6n, igual que hoy lo es la ignoran-cia)>, seflala.

Lleg6 un momento en que a Ca-bellut su atelier de La Haya se lequed6 pequefio. Y quiso salir dellienzo. O llev6 el lienzo a la 6pera.Lo hizo con La Fura dels Baus yuna 6pera in6dita de Rossini: LeSi~ge de Corinthe, que se estren6este verano en el festival de Pesaro.Su escenografla es, sencillamente,impresionante. Cabellut dice que laexposici6n de la Fundaci6 Vila Ca-sas ((se lee como capitulos de un li-bro visuab). Ella misma ha escogidolas obras, pidi6ndolas a los coleccio-nistas que las compraron. Pero milsque un libro se experimenta comouna gran 6pera. O un tablao.

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