El TIPNIS, cambiando al proceso de cambio

Embed Size (px)

Citation preview

  • 7/31/2019 El TIPNIS, cambiando al proceso de cambio

    1/4

    1 Agroexportadores, banqueros y mineros que por suinternacionalizacin econmica y sus vinculaciones

    polticas e ideolgicas son lo ms parecido que te-

    nemos a una gran burguesa en nuestro pas.

    2

    Que incluye, al menos en teora, una nueva dislo-cacin territorial de unidades militares y migracio-nes internas guiadas por el Estado.

    3 Uso la categora siguiendo a Charles Bettelhe-im (1978) quien la dene como compuesta por

    agentes de reproduccin, distintos a los pro-ductores, que [..] tienen (el poder de disponer)efectivamente de los medios de produccin que

    pertenecen formalmente al Estado, as como delexcedente que producen esos medios estata-les (pg. 36/ Vol. I). Arma que no necesitan ser

    agentes conscientes de la burguesa pero termi-nan asimilndose a ella por su inters materialy situacin social (dem). Ms adelante aqu seidentican particularidades de esta fraccin de cla-se en nuestro pas.

    4 Las denuncias gubernamentales sobre preben-dalismo y corrupcin de dirigentes indgenas,alquiler de tierras y comercio de especies prote-gidas, que tienen una indiscutible base objetiva,servirn, probablemente, en su momento, para le-gitimar contrarreformas. La lucha sobre el controlefectivo del TIPNIS, tiene desde el punto de vistadel tratamiento de estas contradicciones (adems

    de varias otras)y de la evolucin democrtica unaimportancia extrema.

    5 La pequea burguesa tradicional (artesanadoy el pequeo comercio tradicional) se vincula aorgenes pre capitalistas, pero el capitalismo, acontramano de las expectativas de Marx, ha pro-ducido una nueve pequea burguesa, numerosay pujante: trabajadores de los servicios, profesio-nales, mini empresarios y distribuidores comercia-les callejeros (informales) de las sper fbricas ycadenas comerciales globalizadas, entre los msdestacados. Que ambas sean clases mediasno signica de modo alguno que se las pueda o

    deba indiferenciar, como lo han hecho con un ta-lante imitativo muy pobre, la mayora de partidosizquierdistas bolivianos durante el siglo XX. El ori-gen e inuencia indgena sobre los campesinos

    marca una diferencia de fondo con la pequea

    burguesa urbana.6 La irritacin ocial con algunas ONG ha producido

    un texto en las cuales se tipica al oenegismo

    como una6 violenta patologa contrarrevoluciona-ria; ver www.vicepresidencia.gob.bo/Oenegismo.

    7 Ver Viaa J., La compleja trama de interlocucin/ruptura entre movimientos sociales y el gobierno

    del MAS, 2006-2009 en Cuaderno del Futuro 26,Claves de la transicin de poder, PNUD, 2001.La Paz.

    8 La fuente a la que se apela es el Informe de De-sarrollo Humano2010 del PNUD, debido proba-blemente a que hasta el da de hoy el Gobiernono revela los datos de las encuestas de hogares2008 y 2009, realizadas por el INE y que la de2010 no se ha realizado. La opacidad de la infor-macin econmica es particularmente notoria enesta poca y el ejemplo de las nanzas pblicas

    y los hidrocarburos es sealado por el texto Ga-solinazo: subvencin popular al Estado y las pe-

    troleras publicado por la Plataforma energtica yCEDLA el mes pasado, contiene ejemplos sobrelas contradicciones e inconsistencias de la infor-macin ocial sobre subsidios a la importacin decombustibles (pp 41-54). Esta publicacin calica

    a las polticas gubernamentales de neoliberalesy populistas, categoras poco satisfactorias y es-clarecedoras en este caso.

    9 Los bonos y rentas que reparte el estado puedenmanejarse como acciones y participaciones desocios en emprendimientos que garantizarn lasostenibilidad de estos benecios, alivianando la

    carga scal que hoy representan.

    10 Algunos analistas econmicos suponen que elincremento de presiones sociales de los obreroschinos por mejores condiciones de vida, har mi-

    grar industrias a otras regiones, si eso ocurre, setrata de una oportunidad de ofrecer mano de obraultra barata, con el agravante de las pobres con-diciones educativas, tecnolgicas y de transportevigentes en nuestro pas.

    11 Hay un cambio parcial en la llamada clase mante-nedora del Estado, de la que se reclutan los direc-tivos estatales, que estaba previamente monopo-lizada por la pequea burguesa instruida; ahorason parte de ella representantes campesinos y enmucho menor proporcin indgenas, lo mismo queen el plantel burocrtico de base e intermedio delas instituciones, incluyendo las FFAA. No existendatos, estudios, ni mayores vestigios de que enlas empresas privadas se estn adaptando porahora a un cambio parecido.

    12 Es tan hondo su arraigo que se puede decir quefuncionan como una especie de sentido comnde una signicativa parte de la poblacin.

    13 Ver datos sobre la investigacin realizada porCrespo C, Guzmn et al en www.pieb.com.bo/si-pieb_imprimir.php?idn=5426

    14 Y el tiempo que tome en desanudarse es hoy im-previsible; el MNR termin de borrarse como prin-cipal referente electoral de los campesinos msde 20 aos despus que se iniciara la autonomaideolgica y poltica de ese sector. Pero, por cau-

    sas externas e internas todos los plazos tienden aabreviarse, y mucho, si los desaciertos de conduc-cin se acumulan al ritmo que llevan ahora.

    15 Declaraciones del Vicepresidente del Estado a laRazn: www.larazon.com/version_temp.php?ArticleId=2070&EditionId=2621&idp=42&ids=407

    16 Esto ya ha ocurrido con un trmite mucho mssimple, como es las resoluciones del TSE en laselecciones regionales de 2010, mediante las cua-les el ocialismo lleg a controlar 2/3 de asam -blestas habiendo obtenido una proporcin muchomenor de votos.

    Sin ttulo, Mario Conde, acuarela, 35 x 50 cm. 2009.

    EL TIPNIS

    Gustavo Pedra

    C

    AMBIANDOAL

    PROCESODEC

    AMBIO

    Muchachita de villa miseria con sol rojo, Diego Morales, serigr

    and mios

    a34

  • 7/31/2019 El TIPNIS, cambiando al proceso de cambio

    2/4

    1. ANTECEDENTES HISTRICOS

    1.1. Creacin del Parque Nacional y titula-cin de la TCO.

    El Territorio Indgena y ParqueNacional Isiboro-Scure, esun Parque Nacional y un te-rritorio indgena, tiene las ca-tegoras de derecho pblico y

    de derecho privado colectivo, bajo la for-ma de propiedad de Tierra Comunitariade Origen (TCO), cuyos titulares son lospueblos Mojeo Trinitario, Tsiman y Yura-care. Fue creado como Parque Nacionalmediante DS 7401 del 22 de noviembrede 1965 y declarado Territorio Indgena atravs del DS 22610 del 24 de septiembrede 1990, gracias a las luchas reivindicati-vas de los pueblos indgenas de la regin.Est ubicado entre los departamento delBeni y Cochabamba. Se encuentra en lajurisdiccin de los municipios de San Ig-nacio de Moxos y Loreto en el Beni, y VillaTunari y Orochata en Cochabamba.

    En sus inicios, el Parque Nacional Isibo-ro - Scure contaba con una extensin de1.236.296 hectreas.

    El 14 de mayo de 1998, el Instituto Na-cional de Reforma Agraria (INRA) iniciel saneamiento de la supercie tituladadel TIPNIS por DS; proceso que concluy10 aos despus con la titulacin total de1.091.656 hectreas. El presidente Mora-les entreg el ttulo de la TCO el 13 defebrero de 2009.

    1.2. Breve resea de los dueos del TIP-NIS.

    Se conoce que histricamente el territorioera habitado por Yuracars y Tsimanes.Hacia nales del Siglo XIX, liderados porPedro Antonio Muiba y huyendo de sersometidos a trabajos en la siringa, el pue-blo mojeo que estaba asentado en Tri-nidad, huye hacia las tierras del Isiboro-Scure en una bsqueda casi mesinicade la Loma Santa, la tierra sin mal. Deese modo comienzan a entrelazarse losdestinos de estos tres pueblos que sonquienes habitan propiamente el TIPNIS alpresente.

    Se calcula que la poblacin de indgenasque habitan el TIPNIS bordea, actualmen-te, las 6.000 personas, repartidas entresesenta y cuatro comunidades. Por suparte, en las reas ya colonizadas del TIP-NIS, se estima que por lo menos 20.000familias cocaleras estn asentadas. Lasmismas pertenecen a cincuenta y dos sin-dicatos, los que estn agrupados en ocho

    centrales y dependen de la Federacin delTrpico de Cochabamba.

    De acuerdo a una investigacin llevada acabo por la Fundacin Tierra, existe unamasiva presencia de colonos de tierrasaltas que presionan sobre el TIPNIS, alpunto de que los habitantes indgenas,particularmente los vinculados a la zonaconocida como Polgono 7, renuncian amantenerse dentro de las formas de TCOcon tal de tener derecho a sembrar cocay lograr de ese modo mejores condicionesde vida. La investigacin precisa que, enla actualidad, la zona de mayor conictose ubica en el sector sur de la TCO, en uncono situado entre la ribera del ro Ichoa,ubicado en el centro del territorio, y lazona de amortiguamiento del Isiboro, en elextremo sur, habitado principalmente porfamilias cocaleras. Esta rea est dividadel resto por una frontera imaginaria quelos habitantes conocen como lnea roja.

    2. EL ESCENARIO DEL CONFLICTO,SUS ACTORES E INTERESES

    El conicto por el TIPNIS, tal cual lo he-mos llegado a vivir los bolivianos en el l-timo periodo, tiene el marco de interesesque preexisten y que dieron origen al pre-sente. Entre los que tienen mayor relevan-cia, estn los siguientes:

    Los intereses de los indgenas que ha-

    bitan el TIPNIS.Los habitantes indgenas del TIPNIS vie-nen reclamando sus derechos desde mu-cho antes del DS 7401, que el 1965 queconsolida la cualidad de Parque Nacional.La marcha de 1990 logr que el TIPNISsea la primera TCO reconocida por elEstado boliviano. Los pueblos Yuracar,Tsimn y Mojeo Trinitario, ven al territo-rio que habitan como su hbitat natural yfuente de su sostenimiento, en una lgicade interaccin y preservacin del medioambiente. Buscan que el TIPNIS manten-ga su cualidad de territorio comunitario.Es decir, no se muestran interesados enparcelar comercialmente la tierra. En suvisin subyace la simiente misma de unmodelo de desarrollo sostenible y posibleque es el que tendra que aplicarse ennuestro pas; en contraposicin al mode-lo tradicional eminentemente depredadorque se ha impuesto y que sigue vigentedurante la gestin del actual gobierno. Porlo tanto, La construccin de una carreterapor su territorio es percibida como la peoramenaza para la misma subsistencia desus comunidades y su forma de vida.

    Los intereses de los colonizadores.El principal inters que tienen los coloni-

    zadores es el de lograr consolidar nuevastierras al interior del TIPNIS, bajo formasde propiedad individual sobre las que lespermitan expandir sus cultivos. Las prime-ras invasiones al TIPNIS se originan conla llegada de trabajadores mineros relo-calizados despus de la promulgacin delDS 21060. Desde mediados de la dcadade los ochenta, el TIPNIS sufre constan-tes presiones de asentamientos de co-lonizadores de la regin. Los conictosintertnicos comenzaron a manifestarseabiertamente durante el saneamiento detierras en la zona. La convivencia entreindgenas y colonos se ha visto afectadapor tener ambos diferentes formas orga-nizativas y productivas. Ambos se relacio-nan de manera diferente en cuanto a lasformas de propiedad y de produccin dela tierra: los colonos asumen como propiala pequea propiedad privada agraria; losindgenas se organizan y producen bajouna otra lgica en la que todo el territorioera y es un espacio libre y comunitario. Elanuncio del nanciamiento para la cons-truccin de la nueva carretera dinamiz elconicto y propici nuevas invasiones congraves consecuencias. Segn lo arman

    investigaciones antes citadas, hoy en dason ms de 20.000 las familias de colo-nizadores vinculados a la produccin decoca que viven en la zona al interior delTIPNIS. Esa carretera se tiene que cons-truir s o s y nuestros dirigentes bajaron alas bases para analizar la l ey (que declarintangible el parque nacional) y que tomenuna determinacin y se ver qu hacer sise rechaza, arm Gualberto Bustaman-te, vicepresidente de las Seis Federacio-nes de cocaleros de la regin central deCochabamba (AP, 29 de octubre de 2011).Los intereses del Gobierno y el MAS.La construccin de la carretera Villa Tunari San Ignacio de Moxos y el cumplimientode un proyecto de integracin con Brasiles el inters hecho pblico del GobiernoNacional. Sin embargo, tambin subyaceun inters poltico de satisfacer la deman-da de nuevas tierras de sus bases cam-pesinas y colonizadoras asentadas en elChapare, y su necesidad de reproducirseen el poder sustentando el liderazgo de

    En la medida en que la rela-cin entre el gobierno y los

    pueblos originarios de tierras

    bajas y amazonia se vino

    desgastando, debido a di-versas razones, stos fueron

    recuperando su autonoma

    relativa.

    Evo Morales. Tanto al partido de gobiernocomo a su lder les interesa satisfacer lademanda del ncleo de poder ms cerca-no a la gura del presidente Morales, que

    es el sector cocalero, de cara al futuro es-cenario electoral de 2014, donde busca-rn la reeleccin. En ese sentido, el MASse ha mostrado partidario, a lo largo detodo su accionar, de favorecer las deman-das de los colonizadores cocaleros. Enesto, ha elegido privilegiar la base socialque dio inicio al empoderamiento de EvoMorales por encima de las demandas delmovimiento indgena del Oriente y Ama-zonia.

    Los intereses de pases vecinos.Bajo el paraguas de la Iniciativa para laIntegracin de la infraestructura regionalSudamericana (IIRSA), Brasil y en menormedida Chile son los pases vecinos msinteresados en la construccin del corre-dor biocenico que, de acuerdo al trazoplanteado por el gobierno del presidenteMorales, atraviesa el TIPNIS. Lo cierto esque a ambos les interesa especcamenteel ujo comercial ms que el recorrido del

    pavimento en s. Brasil quiere llegar consus productos, especialmente la soya deRondonia, a los crecientes mercados deAsia; y Chile tiene previsto expandir sunegocio portuario a partir de la produccinbrasilera en trnsito. El inters estratgicode Brasil ha signicado, en este caso, quenancie el 80% del costo de la realizacin

    de la carretera que atravesara el TIPNIS.

    Los intereses del sector petrolero.En 1994, REPSOL adquiri los derechosde explotacin del Bloque Petrolero Scu-re por un periodo de 30 aos. En la actua-lidad, esta concesin est bajo adminis-tracin de Petroandina SAM ( Conformadapor YPFB y PDVSA). Esta sociedad mixtaprev invertir 2,4 millones de dlares enactividades de exploracin en el bloqueScure en un perodo de cinco aos.En esas condiciones, la construccin dela carretera Villa Tunari-San Ignacio seconstituye en una tarea previa destinadaa facilitar los trabajos de prospeccin querealizar Petroandina SAM. La empresaCONNAL, encargada de los estudios pre-vios, conrm que el objetivo del proyectoes facilitar los estudios para la exploraciny explotacin de yacimientos petroleros yde otros recursos minerales. Esto se vioraticado por las declaraciones del minis-

    tro de Hidrocarburos, Jos Luis Gutirrez,el 11 agosto de 2011; la autoridad indi-c que a partir de los campos petrolerosPaloma y Bulo Bulo, que estn ubicadosen Cochabamba, hacia el norte, con di-reccin al Beni, existiran hidrocarburos.Instruimos a YPFB que haga los anlisiscorrespondientes de la exploracin parasu explotacin de los campos (petroleros).Ustedes saben que en el lado de Paloma,Bulo Bulo, y (en) todo ese sector existenhidrocarburos y tambin se extiende por el

    norte hacia Beni (La Razn, 11 de agde 2011).3. EVOLUCIN DEL CONFLICTOEl conicto por el TIPNIS, empieza amar forma desde el 2008 cuando se ancia la construccin de la carretera yestablecen los acuerdos de crdito Brasil. Posteriormente, a principios2011, cuando la empresa contratistala carretera OAS empieza a efectuar primeros movimientos logsticos la gencia indgena expresa su rechazo, yel mes Junio reunidos en su IV Comide la CIDOB, deciden realizar la VIII Mcha Indgena, a iniciarse el 15 de Agoel mismo da en que se inicio la I MarIndgena en 1990. Cabe mencionar co

    La argumentacin a favor de la carretera por parte del gobierno,

    e incluso del presidente Morales, se la realiz desde perspec-tivas desarrollistas, de pragmatismo econmico y bajo lgicas

    puramente capitalistas.

    and miosa36 and mioa

  • 7/31/2019 El TIPNIS, cambiando al proceso de cambio

    3/4

    antecedente ms cercano a la VII MarchaIndgena, que parti de Trinidad en junio

    de 2010, y que ya evidenciaba las tensio-nes polticas entre el gobierno y el movi-miento originario de tierras bajas. A pocosdas antes del inicio de la VIII Marcha, y suposterior desarrollo, se pueden distinguirclaramente los siguientes momentos:

    Los hechos previos al inicio de la VIIIMarcha.Tanto indgenas como el gobierno anun-ciaron sus intenciones de establecer undilogo, el mismo que hasta el inicio dela misma no se dio. Lo que al principiosolo pareca ser, para las mayoras urba-nas del pas, un conicto al interior delMAS, poco a poco empez a mostrar suverdadera naturaleza interpeladora al po-der constituido. El gobierno realiz variosintentos para impedir el inicio de la movi-lizacin, pero no lo logr. El movimiento

    indgena del oriente fue exitoso en mante-nerse coherente y decidido hasta el iniciode su movilizacin.

    El inicio de la VIII Marcha y el bloqueo

    en Yucumo.Desde que inici la caminata desde Tri-nidad con rumbo a la sede de gobierno,el 15 de agosto de 2011, se mostraronacercamientos y distanciamientos suce-sivos entre autoridades de gobierno y losmarchistas, se desataca el progresivo es-calamiento del conicto alimentado por ellenguaje beligerante desde el Presidente

    y sus Ministros delegados. A la tercerasemana de iniciada la Marcha, se instalael primer dialogo con varios Ministros enSan Borja; dilogo infructuoso pues entodo momento los Ministros y el presiden-te Morales se mostraron determinados amantener el trazo de la carretera anun-ciado. A principios de septiembre los co-lonizadores se despliegan hacia Yucumoy bloquean el paso de la Marcha. Los daspasan en una tensa espera con policasdesplegados a la zona. En la medida enque esto se daba, en las ciudades comen-z a aparecer la simiente de un movimien-to social que se congregaba en torno alapoyo a los marchistas y que cuestionabalas acciones del gobierno en su ejerciciodel poder en relacin al movimiento ind-gena de tierras bajas.

    Los sucesos de Yucumo.El 25 de septiembre de 2011, en las cer-canas de Yucumo, ms propiamente enChaparina, la Polica reprimi brutalmentea los marchistas. Las imgenes registra-das por los medios de comunicacin mar-caron de indignacin el imaginario colec-tivo de las grandes mayoras bolivianasy dio lugar a un duro cuestionamiento algobierno por haber ordenado las accionesviolentas en contra de una manifestacinpacca. Los efectos polticos de los suce-sos signicaron la renuncia de dos minis-tros, un viceministro y otras autoridades

    de menor jerarqua. Para los grandes sec-tores urbanos de Bolivia, implic el tomarposicin del lado del movimiento indgenay el movimiento social en ciernes, gestadoalrededor de la demanda por la preserva-cin del TIPNIS, comenz un proceso ma-sivo e intenso de acumulacin de fuerzas.

    Rearticulacin, llegada a La Paz y Ley

    Corta.Posteriormente a la represin sufrida porlos marchistas, stos se reagruparon enunos das y prosiguieron con la Marcha,convocando con mayor visibilidad la so-lidaridad y apoyo de la sociedad urbanade todo el pas. El 19 de octubre, des-pus de sesenta y cinco das de iniciadala VIII Marcha, el movimiento indgenadel oriente y la amazonia ingres apo-

    Estas dos visiones contradic-torias de desarrollo se en-

    frentan a nivel de base entre

    campesinos y colonos que-

    chuas y aymaras apoyadospor el Gobierno con indgenas

    amaznicos apoyados por la

    sociedad civil.

    Losconquistadores,DiegoMorales,dibujo1995.

    tesicamente a la sede de gobierno. Larecepcin ciudadana a los indgenas fueuna clara expresin de apoyo a su causa

    y una condena al gobierno por su manejodel tema. Sin embargo, habran de pasar

    tres das hasta que fnalmente el gobierno

    y los marchistas logren reunirse. Cuando

    esto fnalmente sucedi, el presidente Mo-rales cedi ante la principal demanda y los

    otros quince puntos planteados por la VIII

    Marcha indgena y aprob la Ley Corta que

    prohbe la construccin de la carretera y

    declara al TIPNIS territorio intangible. Estaaprobacin de la Ley aparentemente daba

    por cerrado el conicto. Fue el momento enque se vio la clara victoria de los indgenas

    y a un gobierno que no tuvo otra alternati vaque ceder ante al amplio apoyo ciudadano

    que acumulo la causa del TIPNIS.

    Reacomodo de estrategias y continui-

    dad del conficto.

    Pese a todo lo obrado, a la Ley Corta pro-mulgada el 24 de Octubre y a la palabraempeada pblicamente por el presiden-te Morales, en sentido de que ni esta nininguna otra carretera atravesara el TIP-NIS, el gobierno y sus autoridades no tar-daron en descalicar los acuerdos alcan-zados y prcticamente los han mostradocomo consecuencia de una situacin deemergencia, aduciendo que sufrieron unengao. Ni bien los marchistas se reple-garon de la sede de gobierno hacia suscomunidades, los sectores cocaleros,autoridades gubernamentales y el propiopresidente Morales iniciaron una contrao-fensiva reposicionando el tema y abogan-do nuevamente a favor de la construccinde la carretera a travs del TIPNIS.

    4. EL CONFLICTO DEL TIPNIS MSALL DE LAS FORMAS Y LA SU-PERFICIE

    El conicto, adems de los actores e inte-reses expuestos en el Punto 2 de este do-cumento, tiene como protagonistas cen-trales a colonizadores cocaleros contraindgenas del oriente y la amazonia. Estose ha de ver expresado con claridad enYucumo, donde maniestamente ambosactores toman posicin frente a frente, li-teralmente.El ncleo del conicto es el hecho de queambos grupos tienen intereses sobre elmismo territorio; los indgenas deendensu territorio con derecho constitucionali-zado y los colonos cocaleros buscan paras la posesin de nuevas tierras al interiordel Isiboro-Scure. Unos deenden su te-rritorio para preservarlo y los otros parasu lgica de aprovechamiento diametral-mente opuesta.

    Por tal razn el conicto del TIPNIS tie-ne un fondo concreto en la disputa por latierra entre los indgenas y los coloniza-dores cocaleros del Chapare. Los cocale-ros buscan nuevas tierras en la amazoniapara expandir sus cultivos, especialmenteel de la coca, y lo hacen sin mostrar inte-

    rs en preservar el bosque y la biodiversi-dad existente; pero adems, su aproxima-cin a la posesin de la tierra se da bajoformas de propiedad privada individual.Por su parte, los indgenas del oriente yamazonia se mueven bajo la comprensinde que el bosque es su hbitat y fuentede bienestar; comprenden al territorio enun sentido extenso, sin los parcelamien-tos que impone la propiedad privada indi-vidual y bajo la premisa de que el bosqueles provee lo necesario para su subsisten-cia; ya sea mediante la recoleccin o acti-vidades econmicas sostenibles.

    El conicto del TIPNIS es, consecuente-mente, la pugna entre dos modelos dedesarrollo: un modelo desarrollista, capi-talista y depredador, que es el dominan-te hasta el presente en nuestro pas y el

    mundo; y un modelo que busca la sosteni-bilidad incorporando actividades econmi-cas armnicas con el medioambiente.

    En lo que hace a lo poltico, el fondo del

    conicto por el TIPNIS es el inters, por

    parte del MAS, de construir la carretera yde lograr la preservacin de su ncleo de

    poder, su base campesina cocalera; que

    es cuantitativamente signifcativa y la ms

    prxima a la fgura de Evo Morales. Haceesto buscando la construccin del mejor

    escenario posible que le permita conseguir

    su reeleccin en 2014. En esto, el partido

    de gobierno se muestra pragmtico a la

    hora de inclinarse por un sector, el coca-lero, que ha sido parte central del empo-

    deramiento de Evo Morales, por encima

    del movimiento indgena de tierras bajas,

    que en cantidad de votos es mucho menor.

    La base cocalera constituye una suerte deguardia pretoriana alrededor de la fgura

    de Evo Morales, no slo por la calidad de

    la relacin entre ambos sino por su articu-lacin y gran capacidad de movilizacin.

    5. IMPACTOS POLTICOS DEL CON-FLICTO DEL TIPNIS

    Los impactos polticos generados a razdel conicto por el TIPNIS son varios e

    importantes y hacen a la comprensila situacin actual del campo poltico liviano.

    La emergencia del movimiento ind

    na del oriente.El efecto ms visible y relevante par

    campo poltico boliviano, a partir de laMarcha, es la emergencia del movimieindgena del oriente como actor polindependiente o autnomo. En la meden que la relacin entre el gobierno ypueblos originarios de tierras bajas y azonia se vino desgastando, debido aversas razones, stos fueron recuperasu autonoma relativa.

    Un antecedente importante en esto fusucedido en el mes de julio al interiola Asamblea Legislativa DepartamentaSanta Cruz, cuando Rodolfo Lpez elegido presidente de la misma no graal MAS sino a pesar del mismo. Hecsimilares se dieron tanto en Tarija coen el Beni. El movimiento indgena oriente parece haber encontrado el lmde sus posibilidades polticas al interior

    partido de gobierno y se muestra decida lograr la suma de sus reivindicaciopor nuevos caminos; queda en el campoltico como un grupo pequeo emgente, poseedor de un gran capital ptico acumulado y con una historia qupermite ser protagonista central del cpo simblico. A su vez, se muestra capacidades de movilizacin y cohessucientemente resueltas, programt

    mente claro y prctico a la hora de desus estrategias. Ha mostrado, ademque tiene portavoces que han logradomunicar sus demandas a la sociedaduna manera asertiva y carismtica.

    La interpelacin ideolgica y discuva al MAS.

    Las demandas de los pueblos indgedel oriente boliviano han cuestionad

    cualidad plurinacional del nuevo Estboliviano en construccin y a dos elemtos ideolgicos centrales del procesocambio: la inclusin de las minorasla toma de decisiones y el cuidado dMadre Tierra. El MAS, que enarboltas banderas durante su primera gesy que se sirvi de las mismas duranteascenso al poder, ha cedido legitimicomo verdadero portador de las mismson los indgenas del oriente quienes

    El dialogo nacional, convocado por el gobierno para diciembrecomo consecuencia de la marcha por el TIPNIS, es una eviden

    de la necesidad de introducir cambios signicativos, al denom

    nado proceso de cambio para buscar su sostenibilidad.

    and mioa

  • 7/31/2019 El TIPNIS, cambiando al proceso de cambio

    4/4

    comienzan a encarnar ante las mayorasurbanas del pas. Esto ha derivado en unreacomodo discursivo por parte de prc-ticamente la totalidad de las fuerzas pre-sentes en el campo poltico boliviano.La argumentacin a favor de la carreterapor parte del gobierno, e incluso del pre-sidente Morales, se la realiz desde pers-pectivas desarrollistas, de pragmatismoeconmico y bajo lgicas puramente ca-pitalistas.

    Por su parte, las viejas lites opositorashan encontrado en la gesta de los indge-

    nas de tierras bajas una oportunidad parasu reinvencin discursiva, pasando a ar-gumentar a favor de los derechos de lospueblos originarios de tierras bajas y asu-miendo como suya la causa de la defensadel medio ambiente y de la Madre Tierra,en un notorio gesto de oportunismo, reve-lador de su incapacidad para reinventarsepor sus propios argumentos ideolgicos ydiscursivos.

    Vigencia y reiteracin del modelo capi-

    talista.El despliegue diferenciador por parte delgobierno, en su gestin econmica res-pecto al anterior rgimen neoliberal, se havaciado en el momento en que el presi-dente Evo Morales opta por apoyar unainiciativa de caractersticas desarrollistas,que va a beneciar a intereses transna-

    cionales la carretera en cuestin se tra-ta, nalmente, de un corredor biocenicodestinado a articular grandes economasmundiales-, por encima de cualquier con-sideracin de impacto medioambiental,economa de los pueblos indgenas y sulibre determinacin. Las diversas cons-trucciones esbozadas por el vicepresiden-te Garca: comunismo andino, capitalismoandino amaznico, socialismo comuni-tario y la Economa Plural, registrada enla nueva Constitucin Poltica del Estado,nalmente cedieron ante la necesidad delograr resultados econmicos tangiblespara hacer sostenible la gestin del MASen el gobierno. Es decir, todos esos con-ceptos quedaron insucientes ante lasmanifestaciones de la realidad concreta.El vivir bien, uno de los elementos me-dulares de la construccin terica llevadaa cabo por el partido en el poder, no logrtrascender ms all de la intencin porqueen lo concreto se volvi a las formas deadministracin y toma de decisiones eneconoma dominantes desde antes de ini-ciado el proceso de cambio.

    Desarticulacin del Pacto de Unidad ysoledad cocalera.A lo largo del proceso iniciado por elMAS y sus aliados se gest y trabaj la

    categora indgena-originario-campesino;en la misma qued subsumido el sectorcampesino cocalero. Esta operacin quese dio en el campo semitico y simblicotuvo como efecto que los productores decoca queden impregnados, debido a la im-bricacin, de la legitimidad de la que eranportadores los movimientos indgenas deloriente y de occidente; el Pacto de Unidadentre estas fuerzas le permita a los coca-leros compartir las banderas reivindicati-vas de los originarios. Hasta que sucedilo del TIPNIS y, ms especcamente, lacadena de sucesos en Yucumo que termi-

    naron con la represin a los marchistas.Fue ah, en esas circunstancias, cuandovolvieron a establecerse con claridad lasfronteras entre unos y otros; entre quienesgozan de legitimidad ante las mayoras dela poblacin boliviana y quienes son cues-tionados. Este no es un detalle menor, yaque abre la interpelacin a la base fuerte ydura del liderazgo del presidente Moralessin que ste pueda esgrimir en su defen-sa las reivindicaciones que le son propiasal movimiento indgena y no as al sectorcocalero; el mismo que se mueve bajo pa-radigmas muy diferentes a las de los ind-genas y originarios. Es ms, el discursode la hoja sagrada tampoco se muestrasuciente como para seguir convenciendoa la poblacin boliviana de legitimidad al-guna en torno a los productores de coca.La intencin de los cocaleros sigue siendo

    la de expandirse hacia el territorio de losindgenas del oriente, pero ya no cuentancon el paraguas legitimador del pacto deunidad. Los cocaleros, por s solos, no sonbien vistos entre las mayoras de la pobla-cin boliviana, incluso en el resto de lasbases del MAS; el reciente conicto en el

    Municipio cruceo de Yapacan protagoni-zado por los nuevos cocaleros asentadosen la Reserva Forestal de El Chore, esotra evidencia de ello.

    Extravo gubernamental.En lo que hace a la gestin poltica delgobierno, toda la cadena de sucesos yerrores que se dieron alrededor de la VIIIMarcha Indgena conrman que quienestoman las decisiones no estn pasandopor su mejor momento de lucidez. A par-tir de junio de 2011 los errores en los queha incurrido el rgano Ejecutivo sumany siguen: el no haber establecido oportu-namente el dilogo con los marchistas, larepresin de Yucumo, el efecto que tuvo lamisma en las elecciones judiciales, el nohaber asumido los acuerdos logrados conlos indgenas con sinceridad y persistir enuna iniciativa carente de legitimidad inten-tando revertir una clara derrota poltica, nohace ms que mostrar la visible debilidade improvisacin en la gestin del poder y

    Triloga: nios entre la guerra y maldad humana,

    Diego Morales, dibujo 1995.

    la conduccin del Estado. No se ve que elgobierno est en camino de revertir estoserrores, al contrario, todo indica que va acontinuar en esa lnea. Son demasiadoslos golpes recibidos y en un periodo detiempo relativamente corto. El pedido delpresidente Morales, de generar una nue-va agenda a partir de un dilogo nacionalen diciembre, conrma que se han ago-tado las directrices desde los mandos dela actual gestin del poder. Frente a estosdesaciertos, no ha aparecido hasta horauna fuerza poltica capaz de capitalizar losmismos a su favor. El movimiento indgena

    del oriente, que es el que en mejores con-diciones se encuentra para lograr aquello,se encuentra reponindose del desgastefsico que le signic la marcha; justamen-te, es su repliegue lo que le ha permitido algobierno rearticular sus estrategias.

    6. CONCLUSIONES

    El conicto del TIPNIS es un conicto emi-nentemente econmico, gatillado desde elcampo poltico y desarrollado en el mis-mo. Es econmico porque entran en jue-go dos visiones de desarrollo claramentecontradictorias: desarrollismo capitalistadepredador versus desarrollo con soste-nibilidad.Estas dos visiones contradictorias de de-sarrollo se enfrentan a nivel de base en-tre campesinos y colonos quechuas y

    aymaras apoyados por el Gobierno conindgenas amaznicos apoyados por lasociedad civil.

    Por otra parte, el conicto por el TIPNIS

    es un conicto estructural del denominadoproceso de cambio, y su conduccin puesha mostrado sus debilidades en el cam-po econmico y poltico. Entre las msrelevantes de estas falencias se puedesealar las siguientes: a) No hay en cier-nes un modelo econmico alternativo alcapitalismo; b) El Estado Plurinacional noha empezado a construirse en la realidadconcreta y solo est escrito en la nuevaConstitucin Poltica; c) El MAS y su lderhan mostrado serias deciencias en elmanejo del poder y la gestin estatal; d)El gobierno ha mostrado inclinaciones aluso autoritario y represivo del poder con-tra quienes lo interpelan.

    Adems de lo anterior, cabe incluir los si-guientes puntos a las reexiones nales:

    Si bien en el conicto por el TIPNIS con -uyen varios intereses, el tema central esla pugna por la posesin y control de latierra entre indgenas de tierras bajas, ti-tulares de las TCOs, versus campesinos,colonos y cocaleros quechuas y aymaras.

    Ambos frentes tienen, en esto, interesescontrapuestos dado que se relacionan demanera diferente con la propiedad y con-trol territorial.

    El gobierno se muestra decidido a apoyarlas demandas de los cocaleros, que cons-tituyen su base dura, por encima de lasdemandas del movimiento indgena deloriente y la legitimidad que lograron a lolargo de la VIII Marcha; reacomoda sustcticas, pero no cede en el objetivo quepersigue. En este conicto el presidenteest siendo leal con sus bases quechuas

    y aymaras que constituyen su base so-cial y poltica ms cercana y est siendodesleal con los 34 pueblos indgenas delOriente y Amazonia que electoralmenteno tienen mucho peso cuantitativo.

    El movimiento indgena de tierras bajas

    emerge como actor poltico independien-

    te y alrededor de sus demandas comien-

    za a gestarse un movimiento social en

    ciernes que abarca lo rural y lo urbano y

    que se extiende desde los llanos hasta el

    altiplano.

    El gobierno evidencia contradicciones

    ideolgicas, discursivas y de gestin que lo

    muestran errtico y agotado en su cap

    dad propositiva. Habla de economa p

    y comunitaria, pero da un viraje hacia ctenidos capitalistas y desarrollistas; qu

    claro que el modelo de desarrollo de

    del actual Estado contina siendo una

    ma de capitalismo neoliberal.

    El dialogo nacional, convocado por elbierno para diciembre como consecuede la marcha por el TIPNIS, es una dencia de la necesidad de introducir cbios signicativos, al denominado procde cambio para buscar su sostenibilid

    El carcter estructural del conicto TIPNIS para este proceso poltico serzn para su estratgico impacto en la fra gestin estatal del MAS y su lder. all de que se haga o no la carretera el TIPNIS, los indgenas de oriente y azonia le han dado una poderosa lecal gobierno y a la sociedad boliviana. gobierno no asimila la leccin, continusu errtico camino y pondr en mayoriesgos su futuro poltico.

    Gustavo Pedraza M. es investigasocial y docente universita

    l d

    l

    l

    D

    M

    l

    d b 1 9 8 9

    Triloga: nios entre la guerra y maldad humana,

    Diego Morales, dibujo 1995.

    and miosa40 and mioa