El Vínculo Programático Entre Electores y Partidos Politicos Una Propuesta de Medicion (Merenghi)

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    EL VNCULO PROGRAMTICO ENTRE ELECTORES Y PARTIDOSPOLTICOS: UNA PROPUESTA DE MEDICIN

    Patricia Marenghi, Universidad de Salamanca

    ABSTRACT:Muchos partidos polticos en Amrica Latina han violado sus mandatos electorales,

    es decir, han hecho promesas durante las campaas y luego las han incumplido al asumir elgobierno. Algunos han sido recompensados con la reeleccin, mientras que otros han sidocastigados. Este trabajo se plantea analizar si el vnculo que los electores establecen con lospartidos influye en la rendicin de cuentas (accountability electoral). Los tres tipos devnculos que las organizaciones partidistas construyen con el electorado son programticas,clientelares y carismticas (Kitschelt, 2000). Las hiptesis que se proponen son 1) que lospartidos que han desarrollado vnculos programticos tienenmenosposibilidades de violar

    sus mandatos sin ser castigados y que, contrariamente 2) los partidos polticos que handesarrollado vnculos clientelares o vnculos carismticos tienenmsposibilidades de violarsus mandatos sin ser castigados. Finalmente se presenta una propuesta deoperacionalizacin de la variable vnculo programtico.

    INTRODUCCINEn muchos pases latinoamericanos las promesas electorales han sido violadas por

    los gobiernos. Los polticos prometieron durante las campaas electorales ciertas polticas yal llegar al poder cambiaron diametralmente su orientacin (Stokes, 1999, 2001;Domnguez, 1998; Acua y Smith, 1994). En muchos casos estos polticos fueron

    castigados en la siguiente eleccin, pero en otros, contrariamente, fueron recompensados (yen ciertas oportunidades incluso fueron necesarias reformas constitucionales quepermitieran la reeleccin).

    El hecho de que los polticos no tuvieran que pagar costes electorales por laviolacin de los mandatos ha sido explicada desarrollando argumentos diversos. Stokes(2001) da cuenta de esta situacin afirmando que el premioa los polticos que faltaron a suspromesas fue el resultado de que stos, a pesar de haber faltado a su palabra, hicieron loque crean mejor para los ciudadanos, y optaron por unaaccountabiltyex - post mandato, enla cual los electores pudieron juzgar su desempeo y comprobar que haban actuado en subeneficio. Prefirieron correr el riesgo de ir contra la opinin pblica antes que mantener

    unas promesas que consideraban equivocadas. ODonnel (1994), contrariamente, afirmaque los polticos pueden incumplir sus promesas electorales porque lo que existe enAmrica Latina no es una democracia representativa sino una democracia delegativa, en laque los votantes eligen polticos que pueden hacer lo que quieran una vez que llegan alpoder. Por su parte, Domnguez (1998) advierte, como tambin lo hace Stokes, que lospolticos han optado muchas veces por engaar a sus electores porque escogieron sercontrolados al finalizar sus periodos de gobierno, y en este sentido, la democracia funcionamal, pero se autocorrige.

    En las explicaciones de Stokes (1999, 2001) y Domnguez (1998), las elecciones sonvistas como el mecanismo mediante el cual los electores pueden controlar (premiar o

    castigar) a los polticos que incumplen sus promesas. El voto es lo que les permite a los

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    ciudadanos echar del poder a los gobernantes (Maravall, 2003: 71) o mantenerlos en suspuestos.

    Estas afirmaciones se sostienen porque la teora normativa presupone (entre otras)dos funciones fundamentales de las elecciones:

    1) la posibilidad de que los ciudadanos elijan a aquellos representantescuyas propuestas coincidan mejor con sus intereses; es decir, que votenpor el partido o el candidato que mejor encaja con sus preferencias.En este sentido, las elecciones funcionan como un mecanismoprospectivo respecto a la receptividad de los polticos: en condiciones deinformacin perfecta, rebus sic stantibus, los polticos cumplirn losmandatos de los ciudadanos (Maravall, 2003: 14).

    2) La posibilidad de que los ciudadanos premien o castiguen a los polticosen las urnas, a travs del examen de las actuaciones pasadas. As, laselecciones funcionan como mecanismo retrospectivo de proteccin de

    los intereses de los ciudadanos. Tradicionalmente, la teora de lademocracia ha considerado que, aunque los intereses de los ciudadanos ylos polticos diverjan, las elecciones son el instrumento con el que losprimeros pueden asegurarse que los polticos actan en su nombre y quellevan a cabo las polticas que prefieren (Maravall, 2003: 14). Laselecciones funcionan como mecanismo de accountability, de control delos polticos: electoral institutions are employed not only to choosegood public officials, but as mechanisms to hold incumbentsaccountable to the public wishes (Ferejohn, 1999: 131). Y laaccountability mejora la democracia, forzando a los gobiernos a ser msresponsables frente a los votantes y a representarlos mejor (Stokes, 2003:

    La incgnita que surge de este escenario es la siguiente: si las elecciones generan unmandato para los polticos (cuando los ciudadanos expresan sus preferencias por uncandidato y no por otro) y los polticos traicionan ese mandato, por qu algunossobreviven conservan sus puestos, son reelectos- y otros no?

    Esta pregunta que subyace tambin en el trabajo de Stokes (2001) porque algunospolticos que han violado sus promesas electorales han sido reelegidos y otros no? es lamisma que aparece en ste; sin embargo, el objetivo es diferente. All donde Stokes ((2001)busca una explicacin a la irresponsabilidad1de los polticos frente a sus promesas yargumenta an as la existencia de representacin poltica (satisfaccin de los intereses de

    los ciudadanos); es decir, concluye que los polticos pueden violar sus mandatos porqueeligen ser juzgados ex post en base a los resultados obtenidos al finalizar sus gobiernos,este anlisis plantea que la vinculacin que los polticos tienen con sus electoresinfluye en el mecanismo deaccountabilityelectoral y puede generar situaciones enlas que, an sin ser responsables ni representativos, los gobernantes puedanconseguir la reeleccin. Es decir, que existen otros mecanismos que median en larelacin organizacin partidista-electores generando escenarios de mayor o menorvulnerabilidad electoral al margen de lo representativo que puedan ser los polticos.

    1 Si las polticas que los representantes aprueban son congruentes con las demandas de los

    ciudadanos, podemos decir que los gobernantes son responsables (Stimson, 1999). Si las polticas soncongruentes con las promesas electorales y con el programa partidista, podemos decir que son fiables(reliability, Downs, 1967) o de mandato responsable (mandate-responsiveness, Stokes, 1999).

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    Los polticos cuyos partidos tienen fuertes vinculaciones clientelares con loselectores tienen menos incentivos para llevar a cabo polticas que satisfagan el intersgeneral, y pueden violar sus promesas sin sufrir los costes electorales, porque saben quesus apoyos continuarn siendo estables sobre la base del intercambio material- ancuando ellos no lleven a cabo las polticas mejores y an cuando engaen a sus votantes

    con relacin a las polticas ofrecidas durante la campaa. Lo mismo sucede con lasvinculaciones carismticas, donde el apoyo de los votantes a un determinado candidatose basa en lealtades personales y se apoya en las cualidades del lder. Contrariamente, lasorganizaciones partidistas que han construidovnculos programticos con los electorescorren un riesgo mayor de ser castigados electoralmente si incumplen lo prometido. Elvnculo programtico entre partidos y electores concibe al partido como el vehculo parallevar a cabo las polticas preferidas por ambos. Es decir, presupone una coincidencia entreambas posturas ideolgicas. Si los polticos optan por un programa de gobierno que difierediametralmente de las opiniones de los votantes, entonces existirn ms probabilidades deque stos se sientan traicionados y no vuelvan a votar por este partido en las siguienteselecciones. Presuponemos en este caso que los partidos que tienen fuertes vinculaciones

    ideolgicas y programticas con sus electores y se comportan como actores racionalestienen menos incentivos para incumplir las promesas ofrecidas durante la campaa, y dehacerlo, tienen ms probabilidades de ser castigados en los siguientes comicios.

    En este sentido, la vinculacin entre electores y organizaciones partidistas generadiversas formas de control de los polticos y diferentes escenarios de vulnerabilidadelectoral.

    Variable Independiente Dimensiones Variable Dependiente DimensionesTipos de vnculos que lospartidos establecen conlos electores

    Programticos

    Clientelares

    Carismticos

    Rendicin de cuentas(posibilidad de que seanrecompensados o

    castigados)

    Reeleccin del partido

    No reeleccin del partido

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    Maravall (2003) ha analizado, con el ejemplo del caso espaol, cmo los polticos

    manipulan la informacin cuando intentan que polticas impopulares resulten aceptablespara los ciudadanos, minimizando de esta forma los costes electorales. A travs dejustificaciones y compensaciones consiguen eludir el castigo de los votantes y continuar en

    el poder. Si bien este estudio tiene muchas similitudes con el que proponemos, el nuestroparte de la presuncin de que los polticos no slo manipulan la informacin (Maravall,2003), sino que tambin utilizan otro tipo de incentivos para evitar las sanciones electoralescuando han incumplido sus promesas de campaa. Y que los recursos que utilizan paravincularse con sus electores, es decir, el tipo de incentivos que emplean, influye en laposibilidad de ser o no ser sancionados por una mala gestin o por el incumplimiento delmandato electoral. Las estrategias manipuladoras por las que Maravall (2003: 13) entiendelos intentos de los polticos por eludir pagar el precio de una posible divergencia entre suspreferencias y las de los votantes- incluyen tambin, en nuestro estudio, otras formas deintercambio, como por ejemplo, el intercambio material o las cualidades personales de loslderes.

    PREGUNTA DE INVESTIGACIN E HIPTESISLa pregunta general de investigacin que planteamos es: porqu algunos

    partidos (y sus lideres) polticos que han violado sus promesas electorales han sidoreelegidos y otros no?Y particularmente,la forma en la que los partidos polticos se

    vinculan con los electores influye en el mecanismo deaccountabilityelectoral?

    Hemos visto que cualquier partido poltico puede hacer promesas durante lacampaa electoral, ganarla y cambiar completamente de poltica, es decir, violar el mandato.Hemos dicho tambin que algunos gobiernos que incumplieron las promesas fueron

    reelegidos y otros no, es decir, algunos fueron recompensados mientras que otros fueroncastigados. Para explicar esta situacin de por qu unos si y otros no, partimos de lassiguientes hiptesis:

    1- El tipo de vnculo que los partidos polticos establecen con loselectores influye en la posibilidad o no de que los partidos seanrecompensados o castigados (accountabilityelectoral).

    1.1- Los partidos polticos que tienen vinculaciones programticas con elelectorado tienen ms dificultades para cambiar de polticas (violar el mandato) sinponer en peligro su apoyo electoral; es decir, tienen ms posibilidades de no ser

    reelegidos.Esto se debe a que las organizaciones partidistas con un fuerte componenteideolgico, cuyo apoyo electoral se basa principalmente en el componenteprogramtico de la organizacin, cuentan con mandatos fuertes que deben respetarsi no quieren ser sancionados electoralmente en los siguientes comicios. Losvotantes castigarn o premiaran a estos polticos evaluando que tanto han respetadostos los compromisos asumidos.

    1.2- Los partidos polticos que tienen vinculaciones clientelistas con elelectorado tienen menos dificultades para cambiar de polticas (violar el mandato)sin ser castigados en las siguientes elecciones; es decir, tienen ms posibilidades

    de ser reelegidos.

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    En el caso de las organizaciones polticas que establecen vinculaciones clientelarescon sus electores, los votantes examinarn menos el cumplimiento de las promesas.El intercambio de votos por favores mantiene el apoyo poltico a la hora de rendircuentas por polticas impopulares.Lo que Stokes (2003) ha denominado perverseaccountability la capacidad de los

    partidos polticos de conocer o poder hacer buenas inferencias sobre lo que losvotantes individuales han hecho en el cuarto oscuro y compensarlos o castigarlospor estas acciones- erosiona la democracia, alejando a los votantes de la utilizacinde las elecciones como forma de publicitar sus opiniones y reduciendo la presinsobre los gobiernos para actuar bien y proveer bienes pblicos (Stokes, 2003: 3). Eneste sentido, el clientelismo poltico socava la posibilidad de que los votantescastiguen a los polticos que no cumplen sus promesas o que no actan en el intersgeneral. Si los individuos venden sus votos, negociando para conseguirrecompensas selectivas, las elecciones dejan de funcionar como dispositivo paraexpresar preferencias por determinadas propuestas programticas que ofrece lacompetencia electoral o para valorar retrospectivamente la actuacin de los

    gobernantes. En este escenario, los polticos que invierten en vnculos clientelares,pueden mantener el apoyo electoral con ms facilidad, an en los casos en los queno cumplen lo prometido durante la campaa o que no actan en el inters general.

    1.3 Los partidos polticos que tienenvinculaciones carismtica, al igual que losque construyen vnculos clientelares, tienen msposibilidades de incumplir laspromesas de campaa sin ser castigadospor ello en los siguientes comicios. Unrelacin basada solamente en el carisma, donde el lder es el creador e intrpreteindiscutido de un conjunto de smbolos polticos que llegan a ser inseparables de supersona (Freidenberg, 2001: 71), facilita la persuasin de los electores acerca de lascausas del incumplimiento de las promesas. Esto tipo de partidos se caracteriza,

    entre otras cosas, porque los lderes son elegidos con base en sus caractersticas yhabilidades personales, por lo que existen ms probabilidades de que su evaluacinal finalizar el perodo de gobierno se apoye menos en lo que ste ha hecho que enlo que ste es.

    LOS CASOS DE ESTUDIOStokes (2001) ha analizado los casos latinoamericanos en los que los polticos

    violaron sus mandatos entendidos stos como: las expectaciones que los polticos creanen las campaas sobre las acciones que llevarn a cabo si ganan la eleccin- cambiando laorientacin de sus polticas econmicas. Siguiendo las categoras de Elster (1995)

    efficiency-oriented policies of market competition y security-oriented policies of thestate intervention-, Stokes ha ubicado la posicin de los gobiernos comparando losmensajes de campaa en materia econmica de los candidatos presidenciales ganadores ylas polticas que fueron desarrolladas al asumir. Los datos demuestran una evidentetendencia que va desde la seguridad hacia la eficiencia. Es decir, desde mandatos msestatistas hacia polticas neoliberales.

    Trayectorias campaas-hacia-polticas

    Cantidad decasos

    Orientacin delas promesas de

    campaas

    Orientacin delas polticas econmicas

    Trayectoria 1 17 Neoliberales NeoliberalesTrayectoria 2 10 Estatistas Estatistas

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    Trayectoria 3 4 VagasTrayectoria 4 12 Estatistas Neoliberales

    Como afirma Stokes (2001), los votantes argentinos que infirieron el curso deaccin de las polticas bajo el gobierno peronista de Carlos Menem en 1989 a partir de sucampaa, fueron profundamente sorprendidos. De la misma manera que los peruanos quededujeron las polticas futuras de la campaa de 1990 de Alberto Fujimori. Lo mismo hasucedido para electores de otros tantos pases de la regin en la que los candidatos apresidente fueron predicando polticas expansionistas para metamorfosearlas luego enliberales, justo despus de asumir sus cargos. Cambios dramticos tuvieron lugar, segn lainvestigacin de Stokes (2001) en 12 de las 42 elecciones latinoamericanas; en 3 casos lascampaas fueron demasiado vagas para permitir a los votantes hacer inferencias sobre elfuturo curso de accin, lo que nos deja con solo 27 elecciones en las que los ganadoresofrecieron una fotografa adecuada de las polticas que desarrollaran.

    Pas Partido Ao Mandato(Stokes)

    Argentina UCR (Ral Alfonsn) 1983 SiPJ (Carlos Menem) 1989 No ReeleccinPJ (Carlos Menem) 1995 SiUCR (Fernando de laRua)

    1999

    Brasil (Jos Sarney) 1985(Fernando Collor deMello)

    1989 Si

    (Itamar Franco) 1992 Si(Fernando EnriqueCardoso)

    1995 Si

    Bolivia MNR (Vctor PazEstenssoro)

    1985 Si

    MIR (Jaime Paz

    Zamora)

    1989 No No reeleccin

    MNR (GonzaloSnchez de Losada)

    1993 Si

    ADN (Hugo Bnzer) 1997Chile Concertacin (PDC)

    (Patricio Aylwin)1989 Si

    Concertacin (PDC)(Eduardo Frei Ruiz-Tagle)

    1993 Si

    Concertacin (PPD)(Ricardo Lagos)

    1999

    Colombia PC (BelisarioBetancourt)

    1982 No No Reeleccin

    PL (Virgilio BarcoVargas)

    1986 Si

    PL (Csar Gaviria) 1990 SiPL (Ernesto Samper) 1994 SiPC (Andrs Pastrana) 1998

    Ecuador PSC (Len FebresCordero)

    1984 Si

    ID (Rodrigo Borja) 1988 No No reeleccinPUR (Sixto DurnBalln)

    1992 No No reeleccin

    PRE (Abdal BucaramOrtiz)

    1996

    DP (Jamil Mahuad) 1998Per PAP (Alan Garca) 1985 Si

    Cambio 90 (AlbertoFujimori)

    1990 No Reeleccin

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    Cambio 90-NuevaMayora (AlbertoFujimori)

    1995 Si

    Per 2000 (AlbertoFujimori)

    2000

    Per Posible (AlejandroToledo)

    2000

    Uruguay PC (Julio MaraSanguineti) 1984 Si

    PN (Luis AlbertoLacalle)

    1989 Si

    PC (Julio MaraSanguineti)

    1994 Si

    PC (Jorge Batlle) 1999Paraguay PC (Andrs Rodrguez

    Pedotti)1989

    PC (Juan CarlosWasmosy)

    1993

    PC(Luis GonzlezMacchi)

    1998

    Venezuela AD (Jaime Lusinchi) 1983 Si

    AD (Carlos AndrsPrez) 1988 No No reeleccinConvergencia (RafaelCaldera)

    1993 No No reeleccin

    MVR (Hugo Chavez) 1998

    Por lo tanto, los casos de estudio a abordar son aquellos partidos polticos que hanincumplido el mandato electoral en Amrica del Sur. En principio se parte de lainvestigacin realizada por Stokes (2001), cuyo anlisis se centra en el perodo 1982-1995.Sin embargo, esta decisin no es definitiva (podemos an analizar el incumplimiento depromesas en otros mbitos diferentes al econmico y complementar los casos de estudio).Por el momento, los partidos y electores que sern analizados son: el Partido Justicialista

    (Carlos Menem), el Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (Jaime Paz Zamora),Partido Conservador de Colombia (Belisario Betancourt), Izquierda Democrtica (RodrigoBorja), Partido de Unidad Republicana (Sixto Durn Balln), Cambio 90 (AlbertoFujimori), Accin Democrtica (Carlos Andrs Prez) y Convergencia (Rafael Caldera).

    PLAN DE TRABAJOTeniendo en cuenta los casos latinoamericanos en los que los candidatos promised

    stateexpansion duringthecampaign, but onceelected they abandond their supporters by advocatingpro-market policies (Acua y Smith, 1994), es decir, los gobiernos que implementaron reformaspor sorpresa, este trabajo analizar porque algunos de ellos fueron recompensados con la

    reeleccin mientras otros fueron castigados con su reemplazo, prestando especial atencina la forma en la que los partidos se vinculan con los electores (vnculo carismtico,clientelar o programtico) para examinar si ello influye en la accountabilityelectoral de losgobiernos.

    Para ello, comenzaremos analizando el tipo de vnculos existente entre los partidosque mintieron y los electores. En este trabajo, slo propondremos la operacionalizacin dela primera dimensin (el vnculo programtico) medido a partir de la fortaleza de lospostulados ideolgicos y programticos como nexo entre los votantes y los partidos.

    OPERACIONALIZACIN DE LA VARIABLE VNCULOPROGRAMTICO

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    ALGUNAS CONSIDERACIONES INICIALES

    La caracterstica ms importantes por las que se definen los vnculosprogramticos esla fortaleza de los postulados ideolgicos y programticos como

    nexo electoral entre votantes y partidos (intercambios indirectos). La de losvnculos clientelares es la entrega o no de bienes materiales a cambio de votos(intercambios directos)y la de los vnculos carismticos es el papel que cumple ellder en la configuracin del sufragio.

    Si bien .Kitchelt (2000) ha subrayado que los partidos no pueden mantener almismo tiempo diferentes tipos de vnculos, es decir, diversificar estrategias de relacincon sus electores, lo cierto es que en muchas ocasiones, al menos los programticoscon los clientelares, conviven bien. Por este motivo, para establecer cules de ellospredominan, debemos analizar en qu medida, las caractersticas antes mencionadas seencuentran presentes en la relacin.

    EL VINCULO PROGRAMTICOPara establecer la presencia o no de vinculaciones programticas y su firmeza,

    proponemos distintas formas de medir la fortaleza de los postulados ideolgicos yprogramticos como nexo entre votantes y partidos polticos. Antes de comenzar,es importante sin embargo, realizar dos aclaraciones: una metodolgica y la otraconceptual.

    A nivel conceptuales substancial diferenciar los postulados ideolgicos de losprogramticos. Ruiz Rodrguez y Montero (2001) dan cuenta de ello a travs de la

    utilizacin de diferentes indicadores. Para el caso del componente ideolgico empleanla ubicacin ideolgica; mientras que para el componente programtico, las posturas endiferentes temas (issues) que se discuten en la arena poltica. Dentro de esta ltimadimensin (la programtica) desarrollan dos subdimensiones: la programticaactitudinal (engloba actitudes en temas valorativos como divorcio, aborto, grado dereligiosidad, presencia de los valores cristianos, actitud hacia las minoras, etc.) y laprogramtico-econmica (incluye las posturas sobre temas econmicos, por ejemplo, ladicotoma estado-mercado, la preferencia por impuestos directos o indirectos, laopinin con respecto a la intervencin del Estado en materia econmica para reducirlas desigualdades, etc).

    A nivel metodolgicoes fundamental distinguir las unidades de anlisis quesern utilizadas para medir la variable que nos ocupa. De esta manera, para cubrir todoslos aspectos de la relacin vincular programtica analizaremos primero a los partidospolticos; despus al electorado de cada partido y finalmente, el vnculo entre ambos.

    UNIDAD DE ANLISIS: EL PARTIDO POLTICOPara establecer la fortaleza del vnculo partido-electores, consideramos que es

    central con anterioridad, determinar las caractersticas de las organizaciones partidistasen trminos de ideologa y programa. Es un paso previo para abordar despus elproblema de la relacin con los electores. Por ello, comenzaremos por el partidopoltico. La informacin que utilizaremos en este apartado sern los datos obtenidos

    en el marco de la investigacin Elites Parlamentarias Latinoamericanas (PELA) quedan cuenta de las opiniones de las elites parlamentarias (diputados) en el contexto de

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    cada uno de los pases de Amrica Latina. Estas sern consideradas como elitespartidistas2 ya que ellas son el resultado de la nominacin de los partidos polticos ypor lo tanto puede considerarse que reflejan la posicin oficial del partido .

    De este modo, para determinar la fortaleza de los postulados ideolgicos y

    programticos en cada una de las organizaciones partidistas analizadas, proponemosemplear dos medidas: la coherencia partidista (Ruiz Rodrguez y Garca Montero, 2001y Ruiz Rodrguez, 2003) y la cristalizacin programtica (Kistchelt, 2000b).

    La primera, la coherencia partidista, es entendida como la congruencia (oausencia de sta) en las posturas entre los miembros de un partido en aspectosprogramticos e ideolgicos (Janda, 1993; Ruiz Rodrguez y Garca Montero, 2001).Para ello retomaremos los resultados obtenidos por Ruiz Rodrguez (2003) sobre estacuestin, en la que han utilizado como indicador la desviacin tpica. Schmitt yThomassen (1999) emplean este mismo indicador para medir la cohesin partidista y ladefinen de la misma manera que ha sido definida la coherencia3. Es decir, existe una

    confusin conceptual entre ambos trminos. Sin embargo, en este trabajo utilizaremosel concepto de coherencia, sealando que mientras menor sea la desviacin tpicahallada, el partido ser considerado ms coherente. La premisa que subyace en lautilizacin de este indicador es que tericamente, un vnculo programtico requiereuna considerable cohesin programtica intrapartidista de manera tal que los votantespuedan discernir los compromisos de cada partido a pesar de la niebla de las voces quecompiten durante las campaas electorales (Kitschelt, 2000).

    En el trabajo de Ruiz Rodrguez y Garca Montero (2001) y en el de RuizRodrguez (2003) el objetivo es analizar la coherencia intrapartidista, por lo que noincorporan las opiniones de los otros partidos. Sin embargo, Kitschelt (2000b) en su

    concepto decristalizacin programticacaptura la percepcin de los dems respectoal lugar en el que un partido se sita en los diferentes temas programticos eideolgicos porque entiende que a ms consenso entre los polticos de otros partidosrespecto de la ubicacin de uno de ellos, ms nivel de cristalizacin programtica en esepartido dado. Por lo tanto, el segundo indicador para esta variable ser la cristalizacinprogramtica. Es decir, utilizaremos el mismo procedimiento (la desviacin tpica) quepara la medicin de la coherencia pero utilizando las opiniones de los miembros de losotros partidos polticos.

    Si en ambos indicadores las puntuaciones son bajas, es decir, hay pocadiferencia (mucha coherencia partidista) entre lo que opinan los polticos en trminos

    de ubicacin ideolgica y ubicacin con respecto a determinados issuesrelevantes de laarena poltica; y hay, por otra parte, poca diferencia (mucha cristalizacinprogramtica) entre lo que los miembros de los otros partidos opinan al ubicar alpartido analizado sobre la base de los mismo criterios, entonces el partido serconsiderado programtico. De all en adelante, puntuaciones ms altas irn debilitandola presencia de esta caracterstica. El objetivo es conseguir una gradacin de lasorganizaciones polticas analizadas.

    UNIDAD DE ANLISIS: LOS ELECTORES

    2Dalton (1985: 272) tambin ha considerado a las elites parlamentarias como elites partidistas para

    su estudio sobre nueve pases europeos.3Parties are more cohesive, the more alike the positions of elite members of a given party are ondimensions relevant for the vote choice (Thomassen y Schmitt, 1999: 118)

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    Al igual que en el caso anterior, el objetivo es determinar las caractersticas del

    electorado que facilitan la vinculacin programtica. Para este anlisis es necesariohacer clustersde electores de acuerdo al partido al que han votado. Es decir, analizar loselectores de cada partido por grupos para establecer las particularidades de cada caso.

    Para que el vnculo entre electores y partidos sea programtico, uno de losrequisitos ms importantes es que los electores tengan preferenciassobre los issuesentorno a los cuales los que se estructura la competencia poltica. Si los votantes no tienenpreferencias claras es improbable que voten basndose en ellas. El grado en el que losvotantes tienen preferencias por diferentes polticas est indicado por el porcentaje derespuestas que estn o no disponibles para expresarlas cuando se interroga a loselectores, por ejemplo, por medio de una encuesta (Van der Eijk, Franklin y Van derBrug, 1999). En nuestro trabajo, el porcentaje de no respuestas (es decir, laincapacidad de los votantes de establecer una preferencia sobre un tema determinado)en cada uno de los grupos de ciudadanos que han votado por cada partido determinar

    la capacidad de stos de tener un voto programtico. Es decir, altos niveles de norespuestas (bajos niveles de preferencias) disminuirn las probabilidades de vnculoprogramtico.

    Adems de las preferencias sobre polticas, es importante que los electoresconozcan las diferencias que existen entre las diferentes posiciones que adoptan lasorganizaciones partidistas. Es decir, que los electores tenganpercepciones adecuadasde las opciones que se le ofrecen.

    Un primer paso es evaluar la calidad de las percepciones de los votantesexaminando si stas existen. Como afirman Van der Brug y Van der Eijk (1999) un

    indicador de la presencia de esas percepciones es el porcentaje de respuestasinformativas a las preguntas de un cuestionario en el que se interroga a los electoresacerca de la posicin de los partidos. Para hacer ms fcil este anlisis puede utilizarsetambin el porcentaje de las no respuestas, que indican, en este caso, la ausencia depercepciones. Como estos autores utilizan este indicador para establecer la existencia depercepciones sobre la ubicacin ideolgica y programtica de todos los electores enconjunto analizando todos los partidos, esta medida debera modificarse preguntando alos electores del partido al que han votado dnde lo situaran, con relacin a ambasdimensiones. Un porcentaje alto de no respuestas indicara que los electoresdesconocen la ubicacin de su partido (de aquel al que han votado) y que por lo tantosu voto no ha estado motivado por este factor, descartando as la posibilidad de vnculo

    programtico.Sin embargo, la mera existencia de percepciones no dice nada acerca de qu tan

    adecuadas son. Un aspecto a analizar es el grado de adecuacin de la percepciones; esdecir, el grado en el cual los votantes acuerdan acerca de las posiciones que caracterizanal partido (acuerdo de percepciones) (Van der Brug y Van der Eijk, 1999). Comoadvierten estos autores, en ausencia de acuerdo sobre que cuestiones apoyan cada unode los partidos, la seleccin del votante que est guiada por preferencias sobre polticassera indistinguibles del simple azar. Para describir el grado de acuerdo de percepcincon respecto a las posiciones de los partidos en los issuesms relevantes y en trminosde izquierda y derecha, puede utilizarse el coeficiente de acuerdo de percepciones

    desarrollado por Van der Eijk (1998) que va de 1 a +1.

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    Estos seran los tres indicadores a medir si dispusiramos de una base de datoscon este tipo de informacin y que adems viajara bien de un pas a otro; es decir, quepermitiera hacer anlisis comparativos. Como dicha informacin no existe, o al menosno existe sistematizada para los casos que analizaremos, debemos solventar esteproblema con otros indicadores (menos ambiciosos) que nos permitan decir algo acerca

    del componente programtico e ideolgico en el electorado.Para determinar que tan homogneo o heterogneo es el electorado de cada

    partido de acuerdo a sus preferencias polticas proponemos utilizar la medida decoherencia adaptada a los electores. Es decir, utilizar la desviacin tpica para establecersobre los issuesms relevantes de la arena electoral, la congruencia (o no) de opinionesque existe en los conjuntos de votantes. Electorados ms homogneos (bajasdesviaciones tpicas) tienen ms probabilidades de establecer vnculos programticoscon los partidos a los que votan, puesto que la dispersin de opiniones dificultasiempre la posibilidad de congruencia con los polticos. En el caso de que no existainformacin para medir la dimensin programtica (actitudinal y econmica), se

    utilizarn solo los datos sobre ideologa.

    UNIDAD DE ANLISIS: EL VNCULO PARTIDO-ELECTORPara medir la fortaleza de los postulados ideolgicos como nexo entre los

    votantes y los partidos polticos proponemos utilizar las medida de proximidad,desarrollada por Achen (1977) y empleadas por Dalton para el estudio de larepresentacin poltica en la Unin Europea4. Compararemos, de este modo, ladistancia ideolgica que existe entre los electores de un partido y los polticos por losque han votado. De este modo podremos comprobar la homogeneidad-heterogeneidadideolgica del electorado que apoyan a las diferentes organizaciones, y la congruencia (o

    no) que existe entre ambos actores.A pesar de que Achen (1977) ha desarrollado esta (y otras) medida paraestablecer la representacin de las elites con respecto a los electores de un distrito, eneste trabajo la hemos adaptado para medir la distancia ideolgica que existe entre losvotantes y el partido al que han votado. Comenzamos considerando la existencia detres electores que votan a un partido (E1, E2 y E3), una sola dimensin de issue (el ejehorizontal) y un solo representante poltico (R). En el primer caso (figura 1) elrepresentante est alejado de la media de sus votantes: este caso corresponde porejemplo a un representante conservador con un electorado moderado. En el segundocaso (figura 2) hay heterogeneidad; mientras que en el tercero (figura 3), homogeneidad.En estos dos ltimos casos, el representante est ubicado a mitad de camino entre las

    opiniones de sus votantes.

    Figura 1

    4Ambos autores utilizan tres tres medidas (proximidad, centrismo y responsabilidad) para medir qutan respresentativos son los diputados con respecto a los ciudadanos.

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    Figura 2

    Figura 3

    La figura 3 muestra la relacin ms cercana entre el representante y los electores(ms programtica), puesto que en promedio, este se ubica en una posicin msprxima a las opiniones de sus votantes en el issueen cuestin. Como apunta Achen(1977) una medida de proximidad de los polticos con sus electores es el cuadrado de ladiferencia en sus posiciones en la escala. En la figura 1, por ejemplo, el representanteest a 0.5 unidades del primer elector, a 0.25 del segundo y a 0.0 del tercero. Ladistancias cuadradas son 0.25, 0.06, y 0.0; su promedio 0.31/ 3 o 0.10. Esta distanciacuadrada promedio ser la medida de proximidad. En el caso de la figura 2 , se obtieneun 0.17 y en la fugura 3 un 0.04. De esta manera, la situacin que se aprecia en la ltimafigura demuestra una mayor proximidad y por ende un vnculo programtico msfuerte entre los electores y el partido.

    De este modo, mientras ms cercano es el acuerdo entre las posiciones delpartido y las opiniones sobre una determinada poltica de cada uno de los individuosque apoya a ese partido, el vnculo ser ms programtico. La proximidad combina doscaractersticas de la opinin pblica. Primero, un mayor acuerdo programtico dependede la cantidad de consenso entre los votantes del partido. Altos niveles de consensoofrecen el potencial para un acuerdo ms cercano entre los ciudadanos y los polticosporque los votantes del partido claramente favorecen posiciones claras sobredeterminadas polticas. A medida que la varianza de las opiniones sobre polticas alinterior de los partidos (varianza intrapartidista) se incrementa, cualquier posicinindividual del partido necesariamente se convierte en menos prxima a la postura demuchos de sus votantes. Segundo, un partido programtico debe tener una posicincercana al promedio de la posicin sobre esa poltica de los votantes ya que estogenerara el resultado de proximidad ms pequeo posible. Los dos elementos estncombinados en esta nica medida, que es definida como la diferencia media cuadradaentre la media de las elites partidistas y la posicin individual de cada votante de esepartido. La frmula es:

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    Proximidad:(Vi i)2

    n5

    En este casos, no importa si el partido es ms liberal o ms conservador que losindividuos; solamente importa la diferencia total con respecto a las polticas. Altos

    resultados deproximidad indican una falta de acuerdo entre las elites y sus votantes.

    CONCLUSIN

    Estos son los indicadores que proponemos para medir la primera variableindependiente vnculo programtico que hemos presentado en nuestro modelo deanlisis que buscar analizar en qu medida las diferentes vinculaciones que los electoresestablecen con los partidos a los que votan influye en la capacidad de ser castigados orecompensados electoralmente cuando las promesas han sido incumplidas. An nodisponemos de los datos necesarios para medirlos, por lo que no sabemos culespodrn ser calculadas y cules no. An as, presumimos que un anlisis completo del

    vnculo programtico debera dar cuenta de todas ellas.

    5Donde Vi es la opinin individual del votante del partido i, i es la media de opinin de las elitesdel partido; n es el nmero de votantes individuales.

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