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Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=67614336007 Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Sistema de Información Científica Velázquez Trujillo, Héctor El voto electrónico en las elecciones de alcaldes en Venezuela Espacios Públicos, vol. 13, núm. 28, 2010, pp. 102-112 Universidad Autónoma del Estado de México Toluca, México ¿Cómo citar? Número completo Más información del artículo Página de la revista Espacios Públicos, ISSN (Versión impresa): 1665-8140 [email protected] Universidad Autónoma del Estado de México México www.redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

El Voto Electrónico en Las Elecciones de Alcaldes en Venezuela

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Voto electronico de alcaldes en Venezuela

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  • Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=67614336007

    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y PortugalSistema de Informacin Cientfica

    Velzquez Trujillo, HctorEl voto electrnico en las elecciones de alcaldes en Venezuela

    Espacios Pblicos, vol. 13, nm. 28, 2010, pp. 102-112Universidad Autnoma del Estado de Mxico

    Toluca, Mxico

    Cmo citar? Nmero completo Ms informacin del artculo Pgina de la revista

    Espacios Pblicos,ISSN (Versin impresa): [email protected] Autnoma del Estado de MxicoMxico

    www.redalyc.orgProyecto acadmico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

  • El voto electrnico en las eleccionesde alcaldes en Venezuela

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    Fecha de recepcin: 6 de julio de 2009Fecha de aprobacin: 20 de octubre de 2009

    Hctor Velzquez Trujillo*

    RESUMEN

    En el artculo se aborda la transicin del voto convencional al voto electr-nico en las elecciones municipales en Venezuela. Se hace un recorrido porlas elecciones de alcaldes recientes con nfasis en la eleccin de 2000,cuando se da el primer intento por instaurar el voto electrnico, y en laeleccin de 2004, donde esta modalidad sustituy a la convencional. Larecuperacin histrica destaca dos aspectos: la secreca y el conteo legalde los sufragios.

    PALABRAS CLAVE: voto electrnico, elecciones, alcaldes, secreca,conteo legal.

    ABSTRACT

    This article is about the transition from the conventional to the electronicvote during the municipal elections in Venezuela. It is studied the electionsof recent mayors with emphasis in the elections of 2000, which is the firstattempt to set up the electronic vote. The election of 2004 is the secondmoment to examine because it is when the electronic modality of the votereplaced the conventional one. The historical recovery concentrates in twoaspects: secret vote and the legal count of the vote.

    KEY WORDS: electronic vote, elections, mayors, secret vote, legal count.

    El voto electrnico en las eleccionesde alcaldes en Venezuela

    * Doctor en Estudios Latinoamericanos. Profesor-investigador de la Escuela Normal nm.1 de Toluca.

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    INTRODUCCIN

    En los ltimos aos del siglo XX y los pri-meros del XXI ha aparecido una crecientetendencia mundial por instaurar el votoelectrnico. Algunos pases lo han hecho sinprembulos: Blgica y Brasil; otros, hanpasado por largos procesos de transicin:Argentina, Espaa o Venezuela, y los msesperan las condiciones idneas para im-plantarlo. El voto electrnico tiene diversosargumentos a favor y en contra. Los prime-ros son econmicos, ambientales y polti-cos, entre los cuales destacan la reduccindel costo de las elecciones, la proteccindel medio ambiente, la agilizacin del cm-puto de sufragios, lo que supone un ahorrofinanciero importante, evita desperdicio demateriales, cuya produccin depreda elambiente y su eliminacin lo contamina, yreduce la incertidumbre de los resultados.

    Para la modalidad del voto electrnicoremoto se ofrecen otros argumentos polti-cos a favor, sealando que incrementa lasposibilidades de participacin de los ciuda-danos que estn en el extranjero, de losque viven en zonas apartadas y de quie-nes tienen dificultades para trasladarse alos centros de votacin.

    Las consideraciones en contra son fun-damentalmente polticas: las tecnologasprobadas hasta este momento despiertandudas sobre la seguridad en la identifica-cin de electores, la emisin del voto, elconteo legal del sufragio y la transmisinfiel de resultados. Como los principiosbsicos que rigen el voto convencional tam-bin deben aplicarse al electrnico, la con-versin conlleva exigencias que lastecnologas existentes tendran que enfren-

    tar. Entre esos requisitos de seguridadestn la discriminacin de electores auto-rizados, la emisin de un solo voto por elec-tor, la imposibilidad de relacionar el votocon el votante, la inclusin de todos lossufragios en el conteo, la verificacin deesta inclusin y la prohibicin de los re-cuentos parciales antes de la conclusin dela jornada (Cantijoch, 2005).

    En un estudio de opinin hecho en Es-paa con ciudadanos que emplearon la mo-dalidad electrnica del voto remoto (Reniu,2007), sealaron haber optado por el su-fragio convencional, en virtud de razonestales como la costumbre de votar con pape-letas, en urnas transparentes y por la inse-guridad del voto electrnico.

    Hasta antes que se instaurara el voto elec-trnico en Venezuela, Brasil era el pas deAmrica Latina ms avanzado en el pro-ceso. Su xito lo hizo pionero en la reginy lo convirti en su difusor. De hecho,Presno (2006) hace un estudio sobre laexperiencia exitosa del voto electrnico enBrasil y seala cmo se ha extendido aotros pases, entre ellos Colombia.

    Uno de los acercamientos ms interesan-tes sobre su implementacin en la regin, esla serie de estudios que coordin Tula(2005), donde se abordan entre otras cosas,los casos de Argentina y Brasil. En el libro,los autores, adems de los estudios de caso,reflexionan en torno a las implicaciones po-lticas de esta modalidad, y colocan al votoelectrnico en su justa dimensin, sealan-do que debe brindar todas las garantas deseguridad del voto convencional.

    En lo concerniente a Venezuela, las in-vestigaciones realizadas se centran en laselecciones presidenciales y en el referendo

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    revocatorio del presidente de la repblica. Enambos se privilegian las cuestiones tcnicasdel proceso y sus implicaciones polticas.

    Un anlisis interesante corresponde alreferendo revocatorio del mandato presiden-cial de 2004 (Malpica, 2004), primer pro-ceso donde se generaliz el uso del votoelectrnico. En la parte introductoria se poneen tela de juicio la seguridad del sistema,pues se incumplieron cuestiones tcnicaselementales, como la conexin de las m-quinas con los servidores antes de imprimirlos resultados, lo que dio tiempo suficientepara su modificacin. En el cuerpo del tra-bajo se hace un anlisis tcnico riguroso yexhaustivo sobre la transmisin de los re-sultados: describe el sistema electoral, men-ciona las fuentes y los hallazgos, correlacionavariables tecnolgicas y electorales y,finalmente, emite sus conclusiones.

    Otro estudio importante es el realizadopor la Unin Europea (OVE, 2007) sobrela eleccin presidencial de 2006. No re-construye o analiza el proceso electoral,pero hace un balance del mismo, y a par-tir de su observacin pronuncia conside-raciones tcnicas, jurdicas y sociopolticas.De esta forma, enuncia seis consideracio-nes tcnicas (desde la identificacin de losvotantes hasta el cmputo del voto), cin-co jurdicas (que van desde la inclusinde un espacio para el voto en blanco has-ta la inutilidad de la impresin del votoemitido) y cuatro sociopolticas (desde laduplicacin del proceso de identificacindel votante hasta la sustitucin de urnasopacas por transparentes).

    Sin embargo, las repercusiones de laimplantacin del voto electrnico en laselecciones municipales no han sido abor-

    dadas, por lo que se consider convenien-te hacer un estudio histrico donde se re-construya el proceso seguido en laconversin del voto convencional al elec-trnico en las elecciones de alcaldes, y verlas implicaciones que esta modalidad hatrado en este espacio electoral concreto.El artculo aborda esta transicin en las elec-ciones municipales de Venezuela. Se partede una definicin bsica del voto electrni-co y de enunciar dos de las condicionesnecesarias para que las elecciones seanconsideradas democrticas: que los ciuda-danos tengan la posibilidad de votar libre,secreta y directamente y tengan la certezade que su voluntad ser respetada. Tam-bin se hace un recorrido histrico de lademocratizacin de la eleccin de alcaldes,enfatizando las celebradas en 2000 y 2004,para finalmente reflexionar sobre la secrecadel voto y su conteo legal.

    CONCEPTOS BSICOS

    El voto electrnico es la emisin y el escru-tinio del sufragio a travs de medios elec-trnicos, incluye registro del ciudadano,control de la identidad del elector, selec-cin del candidato, recuento de sufragios ytransmisin de resultados. Adems de estamodalidad, llamada Registro ElectrnicoDirecto (RED), existen otras dos con la mis-ma denominacin de voto electrnico. Unasemielectrnica que consiste en un sistemade votacin mediante tarjetas perforadas oa travs de la lectura ptica de las boletas(Cantijoch, 2005) e implica la emisin me-cnica del voto. La otra es el sistema devotacin a travs de Internet o correos elec-

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    trnicos, conocida como voto remoto o e-voto (Reniu, 2007), es totalmente electr-nica, pero obedece a otra lgica y tiene otrotipo de implicaciones, como la imposibili-dad de garantizar la libertad del ciudada-no para sufragar.

    Relativo a las condiciones sealadas paraque una eleccin se reconozca como demo-crtica, precisa que el ciudadano vote demanera directa. Aunque la democracia re-presentativa es una posibilidad ampliamen-te recurrida en demarcaciones polticas muygrandes, en las elecciones municipales esindispensable que el ciudadano sea quiendesigne directamente a sus gobernantes. Noes conveniente dejar en manos de sus repre-sentantes (quienes no siempre manifiestanel deseo de sus representados) tan delica-da tarea, toda vez que los actos de los go-bernantes elegidos afectan a los ciudadanosy no solamente a sus representantes.

    Adems de directo, el voto requiere sersecreto. El ciudadano debe sufragar en to-tal intimidad, contar con la seguridad deque tanto sus pares como las autoridadeselectorales no se enterarn de su seleccin,y que no habr consecuencias ni en su vidani en sus bienes.

    Adicionalmente, el ciudadano debe te-ner oportunidad de votar libremente, sinpresiones externas sobre su decisin. Elelector debe ver reconocida su capacidadelectoral; [...de] ejercer efectivamente suderecho al voto sin ningn impedimentoexterno [y de] determinar, sin presin ex-terna manifiesta, la orientacin de su voto,aunque fuera a travs de una papeleta enblanco (Bobbio, 1992: 23).

    La democracia debe otorgar al ciuda-dano la facultad de emitir su voto sin pre-

    sin o amenaza alguna, en favor de la per-sona, candidato o partido que desee; has-ta de sufragar por s o depositar un votoen blanco. Ms an, tiene la prerrogativade no ejercer su derecho a sufragar sinque por ello sufra consecuencias presen-tes o ulteriores. Inclusive en las condicio-nes mnimas de competencia, cuando sloexistan dos candidatos, el ciudadano tie-ne seis opciones para sufragar: votar porel partido A, votar por el partido B, no vo-tar, votar en blanco, emitir un voto invli-do o adoptar algn procedimiento quedetermine el azar cul de las precedentesopciones realizar (ODonnell, 2003: 40).

    Cuando el ciudadano no puede ejer-cer su voto libremente, en el momento enque un factor externo se inmiscuye (comoamenazas veladas o abiertas, proposicio-nes retributivas, promesas de concesio-nes o presiones nacionalistas), se rompeel proceso democrtico. La libertad paravotar es tan importante, que cuando nose da, el resto del proceso electoral pier-de sentido y trascendencia.

    Igualmente, el ciudadano debe poseerla garanta de que su decisin ser respe-tada y su voto ser contado legalmente.Dahl lo denomina criterio de igualdad delvoto y establece que los ciudadanos de-ben tener el derecho a votar y a que susvotos cuenten equitativamente (1999:60). De poco sirve contar con libertad ab-soluta para sufragar, hacerlo en total inti-midad y directamente, si al final el votono es tomado en cuenta y es ignorada ladecisin o se le sustituye.

    Desde esta perspectiva, una eleccin serdemocrtica siempre y cuando los ciuda-danos puedan elegir a sus gobernantes a

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    travs del voto directo, libre y secreto, ytengan la seguridad de que su decisin serrespetada. Estas condiciones aplicaran tantopara el voto convencional como para el elec-trnico en cualquiera de sus modalidades.

    LAS ELECCIONES DEALCALDES EN VENEZUELA

    La eleccin popular de alcaldes en Vene-zuela es reciente, pues data de 1989. An-tes de ello, el presidente de la repblicaescoga a los alcaldes de los municipios msimportantes y los restantes eran seleccio-nados por los gobernadores de los Esta-dos, quienes a su vez eran nombrados porel primer mandatario. Esta situacin cam-bi cuando se reform la ley, a finales dela dcada de los ochenta.

    Aunque tradicionalmente el sistema po-ltico venezolano haba sido considerado de-mocrtico, lo cierto es que desde la dcadade los sesenta se haba consolidado un r-gimen donde los partidos controlaban elacceso al poder poltico. La constitucinvenezolana de 1961 consolid la democra-cia representativa, privilegi el equilibrio yla negociacin entre los partidos ms im-portantes e hizo a un lado la competenciapluralista, configur un modelo de Estadoque incentiv prcticas que reforzaron unelitismo poco competitivo y poco plural,centrado en la conservacin de la hegemo-na de los partidos por sobre el resto de lasinstituciones y organizaciones sociales(lvarez, 2003: 8). Las elecciones se con-virtieron en una ceremonia de reafirmacinde la creencia en un sistema de normas yvalores que se fundamentaba en el consen-so (Maingn y Sonntag, 1990: 131).

    Adems del pacto de Punto Fijo esta-blecido formalmente entre los diversosactores sociales, hubo un acuerdo tcitoque permiti actuar libremente a algunossectores a cambio de que todos participa-ran de los beneficios de los recursos obte-nidos por la venta del petrleo. Bonanzaeconmica y temor a la recada en la dic-tadura contribuyen a un clima de paz y auna apariencia de altos niveles de madu-rez poltica y continuidad en la transicina la democracia (Kaplan, 2001: 28).

    Este esquema poltico sobrevivi sinmayores problemas hasta que a finales dela dcada de los ochenta entr en una crisisprofunda. Cuando la bonanza comenz aquedar atrs, los partidos polticos fueronsealados como responsables de los proble-mas econmicos del pas y perdieron credi-bilidad. Cuatro indicadores evidencian estacrisis de hegemona de los partidos polti-cos tradicionales: la evaluacin consis-tentemente negativa de los mismos porparte de la opinin pblica; la tendencia ala prdida de afiliados y de simpatizantesdeclarados; el incremento de la abstenciny de la desafiliacin partidista; el deterio-ro del prestigio respecto de otras elites einstituciones (Kornblith, 2002b: 187).

    En respuesta se hicieron reformas en-caminadas a generar cambios en el siste-ma poltico, que procuraron relegitimar elsistema democrtico mediante el aumen-to de la participacin electoral. Una deesas modificaciones fue la eleccin popu-lar de alcaldes. As, a partir de 1989 losciudadanos tuvieron oportunidad de ele-gir al gobernante de su municipio.

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    DEL VOTO CONVENCIONAL AL VOTOELECTRNICO

    El voto convencional, con lpiz y papel, fuela forma como los ciudadanos sufragaronen las tres primeras elecciones municipales1989, 1992 y 1995. El ciudadano seidentificaba ante la mesa, los responsableslo buscaban en el registro electoral, le en-tregaban el tarjetn correspondiente, don-de el elector marcaba el nombre de sucandidato o el logotipo de su partido, y lodepositaba en una urna. Al concluir la jor-nada, los tarjetones eran extrados de laurna y contados uno por uno ante los re-presentantes de los candidatos. Los resul-tados se registraban en un acta que seenviaba a la instancia electoral correspon-diente, a fin de que los votos obtenidosfuesen incorporados a la suma total de loscandidatos. La votacin era en secreto ysi haba sospechas de que los sufragios nohaban sido computados legalmente, sepodan recontar y comparar los datos conlos de las actas.

    Ya sea porque la eleccin popular de losalcaldes llen las expectativas de los ciuda-danos, porque los partidos tradicionalesmantuvieron bajo su control los espacios depoder municipal y slo se los rotaban en-tre ellos, o porque el rgano electoral eraconfiable; no se generaron grandes con-flictos en estas tres primeras elecciones.Las dudas surgieron cuando la situacin po-ltica cambi y se modific la modalidaddel voto.

    La eleccin de 2000. Las elecciones mu-nicipales del ao 2000 se desarrollaron enun ambiente distinto. Haba gran expec-tacin debido a que se iniciaba una nueva

    etapa del proceso democratizador del pas:el presidente Hugo Chvez aspiraba a larelegitimacin de su mandato, se elega lamayora de cargos pblicos del pas, partici-paban nuevas fuerzas polticas en el procesoy se introduca una nueva forma de votar.

    Con el propsito de adaptar los cargospblicos a la nueva constitucin, en julio seconvoc a elecciones a casi todos ellos (ex-cepto concejales y miembros de juntasparroquiales). Se eligieron presidente de larepblica, gobernadores, alcaldes munici-pales, alcalde mayor; miembros de laAsamblea Nacional, Parlamento Andino,Parlamento Latinoamericano, concejalesmetropolitanos, concejales menores y con-cejos regionales.

    En esta eleccin, la cantidad de cargosen disputa hizo que el proceso fuera com-plejo. Como las boletas electorales tenanhasta doce cargos para escoger, requiri deapoyo extraordinario, ayuda de una chu-leta o asesora del personal de las mesas,para sufragar. Puesto que tambin se em-ple un nuevo sistema para votar, la lecturacomputarizada de las boletas marcadasmanualmente complic ms la situacin. Enalgunos casos los electores no conocan a loscandidatos y tuvieron que votar ms por loscolores de los partidos que los postulabanque por las propuestas de los aspirantes.

    Aunque la ley electoral estableca lamodalidad electrnica del sufragio, estaeleccin fue semielectrnica: con lpiz ypapel la emisin del voto y con mquinasel cmputo. El ciudadano se identificabaante la mesa; los funcionarios lo busca-ban en el registro electoral; le entregabanel tarjetn correspondiente; el elector mar-caba en l el nombre de su candidato o el

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    logotipo de su partido y lo entregaba a losfuncionarios de la mesa. El tarjetn eracolocado primero en un ordenador, dondeun lector ptico registraba la opcin marca-da y la integraba a una base de datos; des-pus se le depositaba en una caja. Al finalde la jornada, se revisaba la base de datosdel ordenador; se impriman los resultadosy se enviaban electrnicamente a la instan-cia electoral correspondiente para que losvotos obtenidos fuesen incorporados a lasuma total de los candidatos. Los ciudada-nos votaban en secreto y los tarjetonesmarcados a mano quedaban como eviden-cia de su voluntad, pudiendo contrastarsecon los resultados electrnicos.

    La forma transitoria de votar no provocmayores dificultades, pero el megaprocesodificult la jornada. Los electores hicieron lar-gas filas para votar, en algunos sitios inclusose habl de hasta seis horas de espera parasufragar. La primera impresin fue que la ciu-dadana se haba volcado a las urnas para ele-gir a sus autoridades, sin embargo, lacantidad considerable de cargos, el desco-nocimiento del nuevo proceso para votar, losretrasos en la apertura de las mesas y losdesperfectos de algunas mquinas hicie-ron la votacin lenta y cansada.

    El mayor problema con las mquinasfue que el lector ptico de algunas no pudoregistrar ciertos tipos de tarjetones porquese haban humedecido y aumentado de gro-sor. La dificultad qued solucionada ajus-tando las mquinas y reiniciando laeleccin, o bien, realizando el conteo ma-nual de los votos, como se haca en la mo-dalidad convencional.

    La eleccin de 2004. Las elecciones mu-nicipales de 2004 se realizaron en un am-

    biente de euforia y desencanto. Euforia dela coalicin oficialista, encabezada por el Mo-vimiento Quinta Repblica (MVR), debido altriunfo del presidente Hugo Chvez en elreferendo revocatorio; y desencanto de laoposicin, integrada en la CoordinadoraDemocrtica (CD), por su derrota en el mis-mo proceso.

    El 15 de agosto de 2004, dos meses ymedio antes de las elecciones, se efectu unreferendo revocatorio del mandato presiden-cial de Chvez. Los resultados no fueronlos que esperaba la oposicin: 5 800 629votaron por el no (59.09%) y slo 3 989008 votaron por el s (40 6393%) y conesto, Chvez poda permanecer en el poderhasta que terminara su periodo. La oposi-cin se fraccion, culpndose del fracasounos a otros, mientras que el oficialismose prepar para terminar con ella y casi lologr, al ganar 83% de los municipios endisputa y 78% de las gobernaciones.

    Para el ciudadano, elegir a su alcalde fueun acto complejo, no por el nmero de can-didatos, sino por la cantidad de informa-cin que apareca en los tarjetones. Elvotante tena que elegir entre cinco largostarjetones electrnicos (uno por cada unode los cargos que estaban en juego), re-pletos de colores, nombres, denominacio-nes polticas y valos para hacer sueleccin. Para algunos, fueron las eleccio-nes ms complicadas y engorrosas cele-bradas en el pas, pues por la proliferacinde las asociaciones polticas, el nombrede un candidato se repeta ms de 20 ve-ces, uno por cada uno de los partidos quelo postulaba.

    En esta ocasin, la votacin fue com-pletamente electrnica, ya que la emisin

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    del voto y su cmputo fue por medio demquinas. El ciudadano se identificabacon los miembros de la mesa y acceda alsistema mediante su huella digital; abier-to el sistema, apareca el tarjetn con losemblemas de los partidos y movimientosque postulaban a los candidatos a la al-calda; el votante marcaba su eleccin enla pantalla y daba la orden de ejecucin;la mquina integraba la seleccin a su basede datos e imprima un comprobante don-de apareca la opcin por la que se habasufragado; el elector tomaba el comprobantey lo depositaba en una caja; el sistema secerraba y el ciudadano se retiraba. Al ter-minar la jornada se revisaba la base dedatos, se impriman los resultados y seenviaban electrnicamente a la instanciaelectoral correspondiente para que los vo-tos fuesen incorporados a la base de da-tos global. Los ciudadanos votaban ensecreto y quedaban los comprobantes emi-tidos por las mquinas como evidencia desu voluntad, pudindose contrastar con losresultados impresos. El proceso parecaconfiable, pero fueron muchas las dudassobre la secreca y el conteo legal.

    La oposicin desconfi desde un princi-pio por esta forma de votar, debido a laposibilidad que ofreca para manipularelectrnicamente el voto. Como el referendorevocatorio se realiz de esa manera, sesospechaba que los resultados del mismo,hubieran sido alterados. Las dudas recaan,ms que en el proceso, en la instancia quelo controlaba, es decir, el poder electoral.Curiosamente uno de los argumentos em-pleados para aprobar la reforma queinstaur el voto electrnico fue evitar la com-pra-venta de votos (Kornblith, 2002a: 6).

    Se quera un sistema ms seguro y dabala impresin de que no era as.

    Una de las peticiones reiteradas de lospartidos de oposicin fue el conteo ma-nual de los sufragios, aunque las vota-c iones se hic ieran a travs de lasmquinas. En respuesta, el ConsejoNacional Electoral (CNE) cont manual-mente y al azar, una caja por cada cen-tro de votacin para verificar el cmputo.Hasta despus de realizar este procesose podran transmitir electrnicamente losresultados. Sin embargo, a los partidos deoposicin les pareci insuficiente la me-dida y solicitaron el conteo manual detodas las cajas. Finalmente prevaleci lapropuesta del CNE (Martnez, 2004).

    Uno de los municipios, Los Salias (enel Estado Miranda) y por acuerdo de lasAsambleas de Ciudadanos del municipio,logr que el poder electoral permitieracontar manual y pblicamente todas lascajas al terminar la jornada electoral. Enel establecimiento del concierto participa-ron 1 073 ciudadanos y ms de tres mil losuscribieron en los ocho das posteriores(El Universal, 22/10/2004). El municipiose convirti en un ejemplo para la defensadel voto que propona la oposicin.

    Por su parte, los partidos de oposicin,especialmente la Coordinadora Democr-tica, hicieron llamados a la ciudadana paraevitar el fraude electoral (contando manual-mente los votos) e invitaron a los electoresa presenciar los cmputos en los centros devotacin. No obstante, el ministro de Inte-rior y Justicia aclar que los ciudadanos slopodan hacerlo durante la impresin delacta, pero deban abandonar los centroscuando se realizara la auditora de la caja

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    seleccionada; ya que en este proceso slopodan estar los miembros del CNE y lostestigos representantes de los partidos po-lticos (CNE, 1997: artculo 71).

    Las protestas contra el voto electrnicotambin se centraron en el tiempo reque-rido para votar, pues durante el referendorevocatorio se provocaron largas filas deelectores, lo que, decan, estimulaba laabstencin. La apertura de las mesas devotacin se dio tal y como estaba previs-to, aunque algunas se abrieron hasta lassiete o a las siete y media, y no a las seiscomo era lo indicado, debido a que losmiembros titulares no llegaron y hubo quehabilitar a los suplentes. Las filas de vo-tantes se redujeron en comparacin conlas del 15 de agosto y durante toda la jor-nada priv un ambiente de paz y tranqui-lidad. La orientacin que los miembrosde mesa dieron a los votantes, junto conla poca asistencia de electores, hizo queel proceso tuviera fluidez, as, en menosde cinco minutos se ejerca el derecho alvoto (Salas, 01/11/2004: El Universal).

    Quiz por la polarizacin poltica y so-cial que se viva, hubo inconformidades conlas mquinas captahuellas, que identifica-ban electrnicamente al ciudadano. Se te-ma que en la base de datos quedararegistrada su identidad junto con la opcinpor la que haba votado. Los miembros dela oposicin tenan miedo de que los fun-cionarios del poder electoral y los del go-bierno se enteraran de su eleccin ypudieran sufrir consecuencias. A pesar delas protestas, las mquinas se emplearonnormalmente y los ciudadanos siguieroncon la sospecha de que fuera violada lasecreca de su voto.

    A pesar de la desconfianza hacia el votoelectrnico, fueron mnimos los contratiem-pos registrados con las mquinas de vo-tar. La emisin del voto fue gil, an mspara los seguidores del oficialismo, quie-nes tuvieron apoyo adicional de una gua(una chuletita), donde se ejemplificabala forma de realizar el voto electrnico yse establecan las opciones a marcar (Es-pinosa, 01/11/2004: El Universal).

    REFLEXIONES FINALES

    La conversin del voto manual al voto elec-trnico en las elecciones municipales de Ve-nezuela ha trado ventajas y desventajas.Una de las desventajas tiene que ver conlos conflictos generados en torno a lasecreca y al conteo legal del voto. El sim-ple cambio de la forma de votar acarrea al-gunos problemas. La novedad del sistema,y la enorme cantidad de partidos o movi-mientos polticos que postula a los candida-tos, hacen que la emisin del voto requieraapoyo adicional. Como los tarjetones sue-len ser enormes y complicados (contienenemblemas de todos los grupos polticos yel nombre de los candidatos se repitenvarias veces) y el ciudadano comn no estfamiliarizado con el uso de la computado-ra, la eleccin se complica sobremanera.Para evitar que estos obstculos ahuyen-ten a los electores y para asegurar quesufraguen por ellos, los partidos polticostienden a repartir apoyos donde les sea-lan las opciones que debern elegir, conlo que se limita la libertad del voto.

    Los ciudadanos, sobre todo los parti-darios de la oposicin, que desconfan del

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    carcter imparcial del poder electoral,dudan que su voto sea secreto. La secrecano est asegurada, no porque el elector nopueda sufragar en total intimidad, sino porla forma en que lo hace. Ante la modali-dad electrnica, el ciudadano teme que sueleccin quede registrada por la mquinay que los funcionarios electorales, candi-datos a la alcalda o funcionarios pblicosconozcan el sentido de su voto, lo cualpueda tener consecuencias. La simple sos-pecha de que su decisin pudiera ser deconocimiento pblico, adicionada a la po-larizacin poltica que vive el pas, hace queel elector vea violentado el derecho a lasecreca de su voto.

    De igual manera, la modalidad electr-nica en la que se reciben y computan losvotos, crea sospechas sobre el conteo le-gal de los sufragios. Quiz por ignoranciao por pleno conocimiento de la forma enque opera el software de las mquinas, elciudadano teme que su voto no registre asu candidato; que ese registro sea sencilloy para uno de los otros sea al doble o altriple; o bien, que la base de datos tengaregistros predeterminados que sustituyana los reales.

    Como medida precautoria, se exige quelos resultados de las bases de datos seancotejados con los comprobantes deposita-dos en las cajas. Quiz la polarizacin pol-tica de la sociedad venezolana haya hechoque los ciudadanos sospechen de todo y queestos desencuentros sean una ms de susrepercusiones. Tambin que el control queel oficialismo ejerce sobre el poder electo-ral, haga pensar a los electores que se ten-ga que desconfiar de todo, incluso de lamodalidad electrnica de votar.

    BIBLIOHEMEROGRAFA

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