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Elaboración de un protocolo para la obtención y sistematización de información etnobotánica de plantas medicinales G.J. Ríos-Cairo, E.A. Molinari-Novoa En el transcurso de una investigación etnobotánica, existen requisitos que han sido estudiados en el curso. Aquí, evitamos repetir aquellos requisitos ya indicados en la clase respectiva, y los ampliamos para hacerlos específicos hacia nuestro objetivo: la colecta de plantas medicinales. Obtener permisos. Este paso fundamental no debe ser obviado: se deben obtener permisos de las autoridades políticas en todos los niveles necesarios, amén de los permisos de aquellas personas directamente involucradas en el área de investigación, como jefes de comunidades, y en este caso particular, curanderos, chamanes, dueños de chacras, etc. Conocer las especies tratadas de manera especial. Ciertas especies son tratadas con reverencia o cuidado debido a la cosmovisión, mitología o religión de los individuos con los cuales se trabaja. Por eso se debe conocer bien estos tópicos, y todo lo relacionado (como los rituales, obligaciones, ademanes o fechas), para evitar herir la sensibilidad del informante. Tratar los tabúes con propiedad. Ciertos temas pueden ser considerados tabúes, como plantas con propiedades relacionadas al sexo, la reproducción y el aborto, plantas alucinógenas o psicotrópicas, plantas venenosas o eutanáticas, etc. Para ello, es recomendable hacer una o varias exploraciones piloto al lugar, para tratar de ganarse la confianza y acceder a regiones del conocimiento a veces prohibida para las personas externas. El informante clave debe ser de la clase social adecuada para los fines. Muchas plantas pueden ser de “acceso público”: tal vez una planta para el resfriado o la tos es conocida por todos. Sin embargo, plantas fitoquímicamente interesantes, muchas veces son aquellas empleadas para tratar enfermedades poco comunes y este conocimiento es el que diferencia al

Elaboración de un protocolo para la obtención y sistematización de información etnobotánica de plantas medicinales

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Elaboración de un protocolo para la obtención y sistematización de información etnobotánica de plantas medicinales

G.J. Ríos-Cairo, E.A. Molinari-Novoa

En el transcurso de una investigación etnobotánica, existen requisitos que han sido estudiados en el curso. Aquí, evitamos repetir aquellos requisitos ya indicados en la clase respectiva, y los ampliamos para hacerlos específicos hacia nuestro objetivo: la colecta de plantas medicinales.

Obtener permisos. Este paso fundamental no debe ser obviado: se deben obtener permisos de las autoridades políticas en todos los niveles necesarios, amén de los permisos de aquellas personas directamente involucradas en el área de investigación, como jefes de comunidades, y en este caso particular, curanderos, chamanes, dueños de chacras, etc.

Conocer las especies tratadas de manera especial. Ciertas especies son tratadas con reverencia o cuidado debido a la cosmovisión, mitología o religión de los individuos con los cuales se trabaja. Por eso se debe conocer bien estos tópicos, y todo lo relacionado (como los rituales, obligaciones, ademanes o fechas), para evitar herir la sensibilidad del informante.

Tratar los tabúes con propiedad. Ciertos temas pueden ser considerados tabúes, como plantas con propiedades relacionadas al sexo, la reproducción y el aborto, plantas alucinógenas o psicotrópicas, plantas venenosas o eutanáticas, etc. Para ello, es recomendable hacer una o varias exploraciones piloto al lugar, para tratar de ganarse la confianza y acceder a regiones del conocimiento a veces prohibida para las personas externas.

El informante clave debe ser de la clase social adecuada para los fines. Muchas plantas pueden ser de “acceso público”: tal vez una planta para el resfriado o la tos es conocida por todos. Sin embargo, plantas fitoquímicamente interesantes, muchas veces son aquellas empleadas para tratar enfermedades poco comunes y este conocimiento es el que diferencia al chamán, curandero o sacerdote de las otras categorías sociales.

Al momento de colectar, hacer preguntas abiertas y no cuestionar la información otorgada. Al colectar, se deben evitar preguntas que vengan con respuesta probable incluida, y además, se debe respetar el conocimiento del informante. Si el etnobotánico conoce que una planta es completamente inocua y farmacológicamente inútil, no debe descartarla si el informante indica es medicinal. Esto, porque el conocimiento nunca es deleznable (un dato así es al menos ecológica, antropológica o sociológicamente interesante), y porque evita el deterioro de las relaciones con el informante. Considerar el contexto de colección. Obtener un permiso para grabar puede ser sumamente útil.

Las anotaciones de campo deben ser rigurosas. Deben incluir el nombre nativo de la planta, el nombre de la parte empleada si fuera diferente al de la planta completa, los equivalentes científicos de los datos; así como todos los datos de la colecta estándar. Es preferible recolectar plantas con estructuras reproductivas, y siempre que sea posible se debe colectar la parte empleada.

Las entrevistas deben tratar de abarcar todo el universo médico de la comunidad. Es preferible tratar de entrevistar al sanador, al que prepara las medicinas (si fuera alguien

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distinto), a personas tratadas, a enfermos, a sus familiares. Se debe tratar de recabar la mayor cantidad de información de la posología y presentación de las medicinas, de la etiología de las enfermedades tratadas, etc.; a partir de todas las perspectivas involucradas posibles.

Al respecto de las medicinas: tratar de documentar el proceso desde los pasos previos a la colecta, hasta la dosificación del medicamento preparado. Documentar qué se hace antes, durante y después de la colecta; cómo se almacena la planta, qué rituales y procesos son empleados para la diagnosis del enfermo, qué rituales y procesos son realizados en la preparación del medicamento, documentar si se usan aditivos, cómo se aplica el medicamento y lo que se hace durante su aplicación; si se hacen variaciones para circunstancias especiales, etc.

Recolectar muestras expresamente destinadas al análisis fitoquímico, sin desmedro de las muestras colectadas para herbarios. Si bien es ideal dar toda la planta para análisis químicos, si esto no es posible, es importante enfocarse en la parte útil, la que se cree tiene los principios activos. Los ‘vouchers’ o muestras herborizadas de cada especie que se da para su análisis molecular, deben estar debidamente documentados en un herbario. No perder de vista que la bioquímica particular de una planta, potencialmente permite su correcta clasificación taxonómica.

Tratar de colectar material de propagación y procurar estudios posteriores para preservar y cultivar la planta. Muchas veces, estos estudios pueden desembocar en la depredación del recurso. La obtención de material vivo para jardines botánicos podrá, de alguna manera, asegurar la supervivencia de la especie y una cierta variabilidad genética en el germoplasma. El desarrollo de programas agronómicos pueden llevar desarrollo y progreso a la población, así como permitir la prolongación de la especie.

Al término, dar (con mucho tacto) los resultados a los pobladores. Es importante devolver la información a quienes la proveyeron, con tino (si una planta solo era importante por su efecto placebo, es preferible mencionar que dicha planta posee “efectos desconocidos” a decir que no sirve, a secas).