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elogio a la traicion
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Valle del Sur, domingo 30 de enero de 2011
El elogio de la traición
Sobre las elecciones de gobernador en el Estado de Guerrero
El elogio de la traición es el título del libro que Denis Jeambar e Yves Roucaute escribieron
sobre el arte de gobernar por medio de la negación (Éloge de la trahison, Éditions du Seuil,
1988). La tesis central de estos autores señala que la traición es la expresión política –en el
marco de las normas que se da en la democracia- de la flexibilidad y adaptabilidad, haciendo
entonces que la traición sea una necesidad imperiosa en los Estados democráticos
desarrollados. En esta realidad social en el que se impone lo efímero, la política debe hacer
gala de una elasticidad para conservar las relaciones necesarias entre los individuos, átomos
inquietos del cuerpo social.
En un universo de complejidad creciente, la rigidez provoca grietas, mientras que la flexibilidad
permite enfrentar los obstáculos, sortear las dificultades y superar bloqueos.
La negación, fuerza motriz de la política, es necesaria para la conquista del poder, su
estabilidad y su eficiencia. Es el instrumento que permite armonizar los intereses del
gobernante y el gobernado, el escudo contra la ceguera y la arbitrariedad. En esta línea de
reflexión, el traidor no es entonces el hombre “malo” de la obra de teatro, sino un hombre que
utiliza los medios disponibles para construir su universo de acuerdo con determinados fines
elegidos: es alguien que avanza, retrocede, acepta y después niega; apoya y abandona.
La traición se entiende, en este sentido, como la capacidad de negar ideas, conceptos, actos a
favor de las circunstancias, los momentos y los nuevos proyectos; es concisa para ganar
terreno ante los planteamientos con anterioridad presentados y que se convierten a la larga en
propios obstáculos. Un ejemplo del elogio de la traición fueron las sucesiones presidenciales
priistas que padecimos durante una buena parte del siglo XX: allí, el candidato “de Unidad”
siempre negaba, cuestionaba y se desligaba de la política de su antecesor por ser “el culpable
de todos los males que aquejan al país”, a pesar de que él también había sido parte de ese
sistema: traición y negación del sexenio consumado era un principio político para escribir la
nueva “vieja” historia, pero todo se hacía sin realizar acciones que fueran encaminadas a
perder el poder, o de hacer juegos de sumas, restas o alianzas políticas frágiles, porque optar
por ello les significaría un suicidio a mediano plazo al ceder espacios políticos que
difícilmente les resultaría recuperar.
¿En donde se encuentran los límites de la traición? En las elecciones. Cuando deja de ser
instrumento de expresión política y se convierte en mera práctica para perpetuarse en el
poder dándole la espalda a las aspiraciones del elector; y la historia nos dice que tarde que
temprano el electorado dará una sanción. Así, entre traición y elecciones se establece un
equilibrio frágil con el cual los políticos no pueden jugar impunemente.
Todo lo arriba escrito viene a colación con lo que está pasando con las alianzas entre el PAN y
el PRD para varios procesos electorales que vienen desde el año pasado, a los cuales el Grupo
Diálogo Panista manifestamos públicamente nuestra profunda preocupación sobre estas
alianzas1, y que en este año se tienen otras más siendo la de hoy domingo 30 de enero en el
Estado de Guerrero la primera de ellas, con la declinación del candidato del PAN, Marcos Efrén
Parra a favor del abanderado del PRD, PT y Convergencia, Ángel Heladio Aguirre Rivero,
concretándose así, una alianza de facto para apoyar a un priista, para gobernar un estado
gobernado por el PRD y no por el PRI.
Seguimos reiterando nuestra inquietud y preocupación por las decisiones del CEN del PAN de
hacer alianzas con el PRD para apoyar a priistas con pasados tan oscuros. Recordemos que
Ángel Heladio Aguirre Rivero fue de 1996 a 1999 el gobernador sustituto del Estado por el PRI,
cuando el entonces gobernador de Guerrero, Rubén Figueroa Alcocer, solicitó licencia para
separarse de su cargo a consecuencia de la Matanza de Aguas Blancas, donde campesinos
fueron asesinados por agentes de la policía estatal en el vado de Aguas Blancas, municipio de
Coyuca de Benítez. Durante su interinato, Aguirre Rivero acumuló más de 100 acusaciones por
violar los derechos humanos de los guerrerenses, siendo su principal acusador, el Partido de la
Revolución Democrática, el mismo que ahora, paradójicamente, y en conjunto con el PAN, lo
apoyan para regresar a la gubernatura.
Aquí estamos viendo un elemental y mal aplicado juego de la traición en el PAN porque se está
perdiendo mucho a costa de nuestra esencia, principios e historia al ceder inexplicablemente
espacios de poder para apoyar a un priista tan oscuro como Aguirre Rivero ¿A cambio de qué?
Es la gran pregunta, porque más allá de los resultados de hoy, no es posible ver claramente
que se trate de una estrategia de retroceder algunos pasos para avanzar. ¿Esto se decidió para
conservar un poder que no es nuestro y con un candidato que tampoco lo será para el PRD ni
para el PAN en caso de ganar? ¿Qué espera obtener la dirigencia nacional del PAN de esta
alianza cuyos integrantes serán nuestros contendientes para las elecciones presidenciales de
2012?
Un partido en el poder no pierde el poder desde afuera, hasta que no se haya hecho un
enorme daño desde adentro traicionándose llanamente a sí mismo, y si no pregúntele al
Partido Revolucionario Institucional. Por lo anterior, demandamos a la dirigencia nacional
corregir el rumbo que tiene en estos momentos nuestro Partido.
Edmundo López de la Rosa
1 Manifiesto Grupo Diálogo sobre las alianzas del PAN con el PRD, 14 de mayo de 2010.