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Rev. Fil. Univ. Costa Rica. XXII (55 y 56). 81-86. 1983. ELEMENTOS DE CONTINUIDAD Y DISCONTINUIDAD ENTRE LA CIENCIA MEDIEVAL Y LA PRIMERA REVOLUCION CIENTIFICA Edgar Roy Ramírez 8. "La ciencia de la edad media era una parte del intento humano de com- prender el mundo de la naturaleza a la luz de la sola razón. Una vez que esto se entienda, la edad media no podrá seguir siendo considerada por los historIadores de la ciencia como la edad oscura, sino, más bien, ha de ser vista como un período de una ilustración gradual, que culmina en los siglos trece y catorce, cuando los fundamentos reconocibles para la era científica moderna fueron colocados". Wil/iam A. Wallace Resumen: Además de la tendencia mecanicista que representa el elemento de discontinuidad, se muestra en este artículo la importancia decisi- va que tuvo la labor de los traductores de los si- glos XII y XIII. También se plantea como la tendencia realista y la tendencia "pitaqárlca" de matematización de los fenómenos, que luego ejercerían una gran influencia durante la primera revolución científica, tienen su despliegue con- ceptual durante la edad media. En suma, se tra- ta de destacar los factores de continuidad que per- miten valorar de una manera diferente la influen- cia de la edad media sobre la revolución científi- ca del siglo XVII. 1. Las traducciones No cabe la menor duda de que la edad media desempeña un papel de gran importancia en el desarrollo de la ciencia de los siglos ulteriores. A decir verdad, el resurgimiento de la ciencia griega a partir de las traducciones que se lleva- ron a cabo durante los siglos XII y XIII cambia- ron el curso y la historia de la ciencia. La labor de traducción fue un trabajo de equipo: traduc- tores de toda Europa afluían a España en donde a partir de la caída de Toledo (108S) o su recon- quista por parte de los cristianos, estuvo a la dispo- sición de una intelectualidad del occidente latino el acervo de la ciencia griega que los árabes habían conservado amén de los propios aportes árabes en astronomía, óptica medicina y álgebra. Otros centros de traducción que se constituyeron esta- ban en Sicilia y en el norte de Italia, donde se tra- ducía directamente del griego. En España, por otro lado, se traducía del árabe. Son varios los traductores de importancia, pero el más destacado de los traductores del siglo XII fue Gerardo de Gremona (ea 1114-1187), a quien por su ingente actividad de traducción se le ha llamado "el partero de la ciencia occidental". En- tre los autores que Gerardo de Cremona tradujo del árabe al latín estaban Galeno, Avicena, Aristó- teles, Euclides, Al Khwarizmi, Rhazes y Ptolomeo. De los 71 tratados que tradujo destacaremos algu- nos: La analítica posterior, la física, Del cielo, So- bre la Generación y la corrupción, Los meteoros (Aristóteles); Los elementos (Euclides); Sobre los elementos, Comentario sobre el tratamiento de Hi- pócrates de las enfermedades graves (Galeno); Almagesto (Ptolomeo), El canon de Avicena, etc. La labor de traducción realizada por Gerardo de Cremona, quien lega al medioevo obras de geo- metría, astronomía, filosofía, medicina, alquimia, habría sido suficiente para cambiar por completo el destino de la ciencia occidental.

ELEMENTOSDECONTINUIDAD YDISCONTINUIDAD … de Filosofía... · 2018. 12. 5. · CIENCIA MEDIEVAL Y REVOLUCION CIENTIFICA 83 se pusiese al servrcio de la fe cristiana. Notaba con desaprobación

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  • Rev. Fil. Univ. Costa Rica. XXII (55 y 56). 81-86. 1983.

    ELEMENTOS DE CONTINUIDAD Y DISCONTINUIDAD ENTRE LA CIENCIAMEDIEVAL Y LA PRIMERA REVOLUCION CIENTIFICA

    Edgar Roy Ramírez 8.

    "La ciencia de la edad media era una parte del intento humano de com-prender el mundo de la naturaleza a la luz de la sola razón. Una vezque esto se entienda, la edad media no podrá seguir siendo consideradapor los historIadores de la ciencia como la edad oscura, sino, más bien,ha de ser vista como un período de una ilustración gradual, que culminaen los siglos trece y catorce, cuando los fundamentos reconocibles parala era científica moderna fueron colocados". Wil/iam A. Wallace

    Resumen: Además de la tendencia mecanicistaque representa el elemento de discontinuidad,se muestra en este artículo la importancia decisi-va que tuvo la labor de los traductores de los si-glos XII y XIII. También se plantea como latendencia realista y la tendencia "pitaqárlca"de matematización de los fenómenos, que luegoejercerían una gran influencia durante la primerarevolución científica, tienen su despliegue con-ceptual durante la edad media. En suma, se tra-ta de destacar los factores de continuidad que per-miten valorar de una manera diferente la influen-cia de la edad media sobre la revolución científi-ca del siglo XVII.

    1. Las traducciones

    No cabe la menor duda de que la edad mediadesempeña un papel de gran importancia en eldesarrollo de la ciencia de los siglos ulteriores.A decir verdad, el resurgimiento de la cienciagriega a partir de las traducciones que se lleva-ron a cabo durante los siglos XII y XIII cambia-ron el curso y la historia de la ciencia. La laborde traducción fue un trabajo de equipo: traduc-tores de toda Europa afluían a España en dondea partir de la caída de Toledo (108S) o su recon-quista por parte de los cristianos, estuvo a la dispo-

    sición de una intelectualidad del occidente latinoel acervo de la ciencia griega que los árabes habíanconservado amén de los propios aportes árabes enastronomía, óptica medicina y álgebra. Otroscentros de traducción que se constituyeron esta-ban en Sicilia y en el norte de Italia, donde se tra-ducía directamente del griego. En España, porotro lado, se traducía del árabe.

    Son varios los traductores de importancia, peroel más destacado de los traductores del siglo XIIfue Gerardo de Gremona (ea 1114-1187), a quienpor su ingente actividad de traducción se le hallamado "el partero de la ciencia occidental". En-tre los autores que Gerardo de Cremona tradujodel árabe al latín estaban Galeno, Avicena, Aristó-teles, Euclides, Al Khwarizmi, Rhazes y Ptolomeo.De los 71 tratados que tradujo destacaremos algu-nos: La analítica posterior, la física, Del cielo, So-bre la Generación y la corrupción, Los meteoros(Aristóteles); Los elementos (Euclides); Sobre loselementos, Comentario sobre el tratamiento de Hi-pócrates de las enfermedades graves (Galeno);Almagesto (Ptolomeo), El canon de Avicena, etc.

    La labor de traducción realizada por Gerardode Cremona, quien lega al medioevo obras de geo-metría, astronomía, filosofía, medicina, alquimia,habría sido suficiente para cambiar por completoel destino de la ciencia occidental.

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    En el siglo XIII, William de Moerbeke (c. 1245-c. 1286) fue el traductor más destacado del griegoal latín. Por solicitud de su amigo Sto. Tomás deAquino, Moerbeke lleva a cabo traducciones di-rectas de toda la obra de Aristóteles con excepciónde los Analíticos. A la obra de Aristóteles, Moer-beke agrega la traducción de los comentaristas deAristóteles: de Alejandro de Afrodisias -quien fuedirector del Liceo por algún tiempo entre 198 y211, Y es uno de los mejores comentaristas griegosde Aristóteles- tradujo cuatro obras; de Juan Fi-lópono (S. VI, d. C.), Comentario sobre el Deanima; de Temistio (fl. 400 d.C.) Paráfrasis delDe Anima; y también tradujo de Simplicio (S.VI d. C) Comentario sobre Del Cielo y Comen-tario sobre las categor/as. A la obra de Aristóte-les y sus comentaristas, William de Moerbekeagrega, además de algunos trabajos de Hipócra-tes, Galeno y Proclo, la traducción de casi la to-talidad de los trabajos de Arquímedes: Sobre laslíneas espirales, Sobre el equilibrio de las figurasplanas, la cuadratura de la parábola, Medida delcírculo, Sobre la esfera y el cilindro, Sobre co-noides y esferoides, Sobre los cuerpos flotantes;solo quedan por fuera el Arenarlo, los Lemmatay el Método.

    Hemos dado una muestra de la recuperaciónde la ciencia griega por parte del Occidente latino,que pasó por su período de menos creatividad des-de el siglo V al siglo X. El material con que se tra-bajó durante este tiempo fue sobre todo el sumi-nistrado por los enciclopedistas, cuyo trabajo erauna mezcla de realidad y ficción, hecho y fábulas,en torno a la naturaleza. La otra fuente eran lostratados teológicos que continuaron la tradiciónhexameral del Génesis y de algunos padres de laiglesia.

    Es tal el impacto que el nuevo conocimiento,que proveen las traducciones, causa sobre la in-telectualidad europea que para afrontarlo, asimilar-lo y difundirlo, se crean las universidades. Ensuma, en el momento en que las escuelas catedra-licias se muestran insuficientes ante la gran irrup-ción del nuevo conocimiento se hace necesario,entre otras razones, la creación de las universida-des. Ante el desbordamiento que experimentanlas escuelas catedralicias de los siglos XI y XII,las universidades surgen en el siglo XIII comouna respuesta institucional para entender, pro-pagar y enriquecer el nuevo conocimiento.

    Las traducciones y los comentarios de lospensadores medievales proveen el contexto de

    pensamiento o la atmósfera intelectual en queluego se solucionarán algunos de los temas ge-nerales y problemas cientfficos específicos porparte de los autores de la primera revolucióncientífica: "sin la valiente labor de este peque-ño ejército de traductores durante los siglosXlly XIII, no solo no habría cristalizado la cien-cia medieval, sino que además la revolucióncientífica del siglo XVII difícilmente podríahaber ocurrido" (1).

    2. El mecanismo o el elemento de discontinui-dad

    El mecarucrsmo o la afirmación de que loscambios en la naturaleza pueden explicarse pormedio de partículas en movimiento representael elemento de discontinuidad o separación en-tre la edad media y la primera revolución cien-tífica. En dos versiones se expresa el mecanismodurante la revolución científica del siglo XVII:el atomismo (átomos y afirmación del vacío)y el corpularismo (corpúsculos y afirmación delplenum).

    Hasta donde se sabe, el único atomista medie-val fue Nicolás de Autrecourt (c. 1300- despuésde 1350). Este autor, que por sus críticas a lacausalidad ha sido llamado el "Hume medieval",defendió el atomismo como explicación del mun-do alternativa frente al aristotelismo. La maneracómo Autrecourt plantea el atomismo recalcael punto de vista polémico, es decir, el objetivoque procura es ante todo el restarle importanciaal aristotelismo que, según Autrecourt, era in-capaz de proveer algún conocimiento cierto,ya que "cualquiera que sean las condiciones quesuponemos que pueden ser las causas de un fe-nómeno, no sabemos, evidentemente, que cuan-do se pongan esas condiciones se seguirán losefectos en cuestión". La anticipación de DavidHume es notable. Nicolás de Autrecourt, teó-logo de inspiración occamista, creía al igual queel Venerable iniciador que era imposible tenercerteza respecto de las relaciones causales: "soloposeemos el hábito de hacer conjeturas". Elconocimiento probable es el único posible de ob-tener.

    El objetivo polémico de Autrecourt se ubicaen la atmósfera teológico-filosófica que generala condena al pensamiento aristotélico del año1277: "Nicolás expresó su esperanza de que sucrítica de lo que se podía conocer con certeza

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    se pusiese al servrcio de la fe cristiana. Notabacon desaprobación que los estudiosos gastabanvidas enteras en el estudio de Aristóteles. Sugi-rió que sería mejor si esta energía se gastase enmejorar la fe y la moral de la comunidad" (2).

    Frente a la certeza absoluta que Nicolás deAutrecourt solo concede a la fe y al principiode no-contradicción, J ean Buridan, rector dela Universidad de Paris, replica que los princi-pios que se aceptan en las ciencias no son evi-dentes inmediatamente ya que se puede dudarde ellos por mucho tiempo, y se "les llamaprincipios porque son indemostrables y nopueden deducirse de otras premisas ni puedenprobarse por procedimiento formal alguno.Se les acepta, empero, porque se ha observadoque son verdaderos en muchos casos y falsosen ninguno". En otras palabras, según Buridán,la opción frente a la ausencia de certeza abso-luta no es el escepticismo, sino los grados deevidencia o certeza que proceden de la induc-ción tal como lo plantea en el texto: "porquese han observado que son verdaderos en mu-chos casos y falsos en ninguno". Esta certezaes suficiente y operante en las ciencias natura-lez, basta la evidencia condicional o hipotética(3).

    Volvamos al atomismo de Nicolás de Autre-court. El cambio aparente -recordernos que en losatomistas el cambio es siempre de segundo grado,es decir, es cambio en los conglomerados de áto-mos y no en los propios átomos, que son en símismos inmutables- lo explica Autrecourt comoreunión o convergencia de átomos (la generación,el nacimiento) y por disgregación o separación de Iátomos (la corrupción, la muerte de los cuerpos).Al igual que los atomistas clásicos defiende, aun-que por razones distintas, la eternidad de losátomos; y a diferencia de los atomistas clásicos,Nicolás de Autrecourt no sostuvo ni la infinituddel universo ni la pluralidad de mundos.

    El atomismo de Autrecourt, al igual que elpropio autor no tuvieron mucha suerte. Nicolásde Autrecourt fue llamado a la curia papal deAvignon acusado de defender errores en teologíay en filosofía (cargos de error y herejía), en1340. Su proceso dura varios años y por último, el25 de noviembre de 1347, fue obligado a retrac-tarse públicamente. Se le privó de sus títulos, sele prohibió recibir el doctorado en teología, sele prohibio la práctica de la enseñanza y se leobligó a presenciar la quema pública de sus li-

    bros. Pocos escritos se salvaron de las llamas yse les descubre varios siglos después en los si-glos XIX y XX en la Bibliotheque Nationale yen la Biblioteca Bodleiana (4).

    El atomismo tenía en su contra el ser un ma-terialismo sin concesiones y por lo tanto el ten-der hacia el ateísmo (paradójicamente Autre-court era teólogo) y también ten ía en contra elser una posición antiaristotélica. Las exposicio-nes del atomismo eran siempre para rechazarlo,con la excepción de Nicolás de Autrecourt.

    No es sino en 1417 que G ian Francesco PoggioBraciolini descubre lo que luego habría de recono-cerse como el único ejemplar del Rerum naturade Lucrecio que subsistió desde la antigüedad. Ycon esto queda abierta la posibilidad del renaci-miento o, quizás mejor, el nacimiento del interéspor el atomismo.

    El atomismo recibe su aceptación (pierde suaguijón) como postura filosófica respetable apartir del "bautizo" que le da Pierre Gassendi(1592-1655); Y con ello irrurnpe el mecanismoen la primera revolución científica como alterna-tiva seria frente al aristotelismo.

    3. La matematización de los fenómenos

    Entre los elementos de continuidad entre laedad media y la revolución científica se encuen-tra la tendencia de matematizar los fenómenos;vertiente esta que se desarrolla predominantemen-te en la universidad de Oxford. Es así como en unambiente en el que se entrecruzan elementos aris-totélicos y elementos neoplatónicos -metafísica dela luz- y con una preocupación explícita por losfenómenos ópticos, surge la fisicomatemática conRoberto Grosseteste (1168-1253). Nos dice elinspirador y precursor de la atmósfera intelectualque dominará los predios oxonienses:

    "La utilidad de considerar líneas, ángulos y figuras es muygrande, por cuanto es imposible saber filosofía naturalsin ellos. Tienen un valor absoluto a lo largo de todo elunlverso y sus partes (... ) ya que todas las causas de losefectos naturales se efectúan por medio de líneas, ángulosy figuras. De otra manera sería completamente imposibletener ciencia propter quid de ellos (5 l.

    En un tono muy parecido al de Grosseteste,Roger Bacon (1219-1292) dice que las cosas deeste mundo no se pueden entender sin un conoci-miento de las matemáticas: nada puede conocersesin su concurso. La racionalidad se equiparará, por

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    lo tanto, a la inteligilidad matemática más al rea-lismo causal aristotélico:

    "Conocemos las cosas solo por medio de sus causas (... )Todo en la naturaleza llega a ser por medio de la causaeficiente y por la materia sobre la que actúa. La causaactiva mediante su propio poder mueve y altera la ma-teria de rrr.nera que se produce una cosa. Pero la efica-cia de la causa eficiente no se puede conocer sin el granpoder de la matemática, aun los efectos producidos nopueden conocerse sin ella" (6).

    Roger Bacon no solo atribuye poderes omní-modos a la matemática, sino que además ve queel descuido en que se le ha tenido entraña pro-fundas repercusiones, de manera tal que la situa-ción en que se encuentra el mundo intelectualde su época lo expl ica porque se ha prescindidode la matemática:

    "El descuido de la matemática por espacio de treinta ocuarenta años ha destruido casi toda la erudición de lacristiandad latina. Pues quien no conoce matemática nopuede conocer ninguna otra ciencia; más aún, no puedeconocer su propia ignorancia o hallar remed los apro-piados. Así es que el conocimiento de aquella cienciaprepara la mente y la eleva a un auténtico conocimien-to de las cosas" (7).

    Este aprecio por la matemática está tambiénpresente en otro de los autores oxonienses, J ohnPeckham (1240-1292), cuya Perspectiva Com-munis es una muestra más del proceso iniciadopor G rosseteste.

    En el siglo XIV, dos factores tendrán una graninfluencia y modelarán buena parte de las refle-xiones en Oxford: la famosa condena del aristote-lismo (1277) y el nominalismo de William deOccam.

    El insigne fundador de la famosa escuela deMerton (Merton College), Thomas Bradwardine(1290-1349) escribe con resuelto entusiasmorespecto de la matemática, exulta admiracióny confianza:

    Es la matemática la que revela toda genuina verdad,porque conoce todos los secretos escondidos y poseela clave de toda la sutileza de las letras; quien cometala imprudencia de estudiar física despreciando la mate-mática debe saber desde el comienzo que jamás entra-rá por las puertas de la sabiduría" (8).

    Con el Tratado sobre las proporciones (1328)de T. Bradwardine, se inaugura un camino nuevoen el estudio del movimiento: la matematizacióndel movimiento. Enfoque éste que continuarán

    los sucesores de Bradwardine en la escuela deMerton, y en el continente Nicolás Oresme de laUniversidad de París.

    Entre los aportes esenciales de los mertonianosse pueden citar: 1) el concepto de velocidad ins-tantánea; 2) las definiciones de velocidad uniformey de movimiento uniformemente acelerado; 3) ladistinción entre cinemática y dinámica; 4) el usode funciones matemáticas para correlacionar losfactores que afectan el movimiento; 5) la matema-tización completa del movimiento mediante lacreación de un lenguaje especializado que permi-tiera abordar los problemas físicos; 6) la enun-ciación y "prueba" del famoso teorema de lavelocidad media (M. Clagett).

    [ohn Dumbleton (fl. 1345), William Heytesbu-rv (1313?-1372?) y Richard Swineshead (fl. 1340-1343) junto con T. Bradwardine dieron los pasosen firme y crearon el instrumental matemáticoque luego serfa usado por los pioneros y actoresde la primer revolución científica. Al complejo,elaborado y sutil enfoque matemático de los mer-tonianos va aparejada una despreocupación por versi los diferentes casos de movimiento que estudia-ban se verificaban en el orden natural. Hay unamultiplicidad de casos que se conciben pero sinque aparezca un interés realista: se trabajó deacuerdo con la imaginación (secundum imagina-tionem). "El resultado es una especie de físicamatemática que corre extrañamente paralelaa la física moderna pero que ni procura ni pre-tende tener alguna aplicación al mundo físico"(9).

    Su enfoque fue más bien cinemático que di-námico. No cabe la menor duda, empero, quesu enfoque por medio de funciones matemá-ticas, que sus idealizaciones y simplificacionesrepresentaron una contribución importante sinla cual seguramente la revolución científica delsiglo XV II se habr ía dado de otra manera o no sehabría dado del todo.

    4. El realismo en las ciencias: Universidad de Paris

    Por contar con un Aristóteles más genuino omás puro a causa de las mejores traduccionesdirectas del griego, y porque se ha logrado sepa-rar algunas resonancias platónicas y árabes quese habían venido sumando o agregando a la obrade Aristóteles, hay en el Paris del siglo XIII unmenor entusiasmo -aunque no rechazo- por lamatemática. Se podría decir que la valoración

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    respecto a las potencialidades de la matemáticavaría al cambiar el concepto de matemática.¿Qué es lo que quiere decir esto último? Es eltránsito de la forma pitagórico-platónica dever la matemática a la forma aristotélica. Estecambio de enfoque y valoración desemboca enun compromiso realista mayor con respecto almundo de la naturaleza.

    Este cambio de perspectiva concerniente a lamatemática tendrá consecuencias muy impor-tantes, a saber: "los principios de la matemáticano son matemáticos, sino que serán principiosnaturales o físicos; el objeto de estudio de lamatemática no es una forma ontológica primor-dial, independiente o antecedente, sino más bienuna entidad abstracta y, por lo tanto, ontológica-mente derivada" (10). La matemática se ocupa,en consecuencia, de una abstracción o idealiza-ción obtenida cuando se prescinde de la varia-bilidad y complejidad de la materia, cuando enalgún grado la materia se inmoviliza y se destem-poraliza. En el contexto aristotélico, la física es-tudia el ens mobile, el ente móvil; la matemáticase ocupa de las formas que existen en la materiapero considerada inmóvil, "la materia inteligible";la metafísica se ocuparía de las substancias sepa-radas.

    En una forma más expl ícita, en su exposiciónsobre Alberto Magno, [ames A. Weisheipl nos di-ce:

    "la abstracción matemática prescinde de los cuatro ti-pos de causaci6n natural y conserva tan solo una som-bra que refleja algo de la causa "formal". La sombrao imagen cuantitativa -flgura, medida, número y velo-cidad- que se utiliza en el enfoque matemático es, porlo tanto, no una "explicaci6n" de porqué ocurren losacontecimientos, sino datos mensurados de los que sepuede dar cuenta en función de figuras geométricas yproporciones determinadas". (11 l.

    Por todo lo anterior, no se podrá conocer lascosas individuales (cosas, procesos, acontecimien-tos) por el mero hecho de contemplar principiosmatemáticos o principios metafísicos: no hayvías rápidas de acceso al orden natural, no hayformas privilegiadas de conocimiento del mundonatural. Solo mediante la observación y el ra-zonamiento empírico (con base en la experien-cia) se pueden ir desocultando los secretos delmundo natural: la investigación de las causas delo que ocurre en la naturaleza no se puede llevara cabo dándole la espalda al mundo natural.

    La matemática de Sto. Tomás de Aquino tieneun uso dialéctico, hipotético o conjetural con elobjetivo de salvar las apariencias: "Hiparco yPtolomeo idearon los movimientos según excén-tricas y epiciclos a fin de dar razón de aquelloshechos de los movimientos celestes que eranevidentes a los sentidos; de ah í que no se tratade una teoría probada sino de un tipo de supo-sición" (12). En este uso no se trata de encon-trar las causas naturales, sino de dar "expl icaclo-nes" que den cuenta de la mejor manera, sin pre-tender una explicación concluyente, de los movi-mientos aparentes de los cuerpos celestes. Enotras palabras, no se afirma que las excéntricasy los epiciclos sean las formas cómo realmentese mueven los astros, sino que se les consideraartificios geométricos muy útiles para salvar lasapariencias.

    El otro uso de la matemática (13) según To-más de Aquino es el de sugerir las causas físicas.Por ejemplo, a partir de la sombra proyectada porla tierra sobre la luna durante los eclipses; a partirde la aparición diferente de las estrellas según lalatitud, conocemos la esfericidad de la tierra: uti-lizamos un razonamiento matemático para con-cluir respecto a la forma de la tierra. Luego ven-dría la investigación de las causas físicas de la es-fericidad. La tierra es esférica porque cada unade sus partes se mueve naturalmente hacia elcentro de gravedad y todos los cuerpos caen conángulos iguales. Hemos visto cómo la matemáticaasume un papel distinto al pasar o al cambiar deatmósfera intelectual.

    Uno de los pocos casos clarísimos de experi-mentación se encuentra en Teodorico de Freiberg,quien trabaja en lo que hoy se llamaría condicio-nes de laboratorio. Teodorico trata de averiguarcuáles son las causas del arco iris y de los fenóme-nos de radiación de manera que de estas causas sepudiera deducir todas sus propiedades observables.Teodorico de Freiberg no se limita a la observaciónni a la lectura de sus predecesores, sino que expe-rimenta. Es decir, interviene deliberadamente enel curso de las cosas con los objetivos epistemológi-cos de verificar o falsar una explicación propuesta.

    Las causas del arco iris según Teodorico deFreiberg de acuerdo con el paradigma en que semueve el autor son: a) los rayos de luz (causa efi-ciente); b) las gotas esféricas de agua (causa ma-terial); c) el color que se presenta a los ojos delobservador (causa formal); d) la producción delarco iris perfecto (causa final).

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    El razonamiento por medio modelos: un globode agua modeliza a una gota de agua, el arco irisserá por tanto el conjunto de los espectros indivi-duales que cada gota produce, es otro de los apor-tes de Teodorico de Freiberg.

    En París del siglo XIV, los teóricos del impetusplantean el problema de la conservación del mo-vimiento en un contexto aristotélico de buscarcuál es la causa real de que un cuerpo siga movién-dose una vez que ya no está en contacto con suproyector (lanzador) o por qué se acelera un cuer-po en caída libre, se trata también de averiguarcuáles son las fuerzas o resistencias que afectanal movimiento. En París se desarrolla una vertien-te de pensamiento más vinculada a la experiencia,la observación y el experimento. Los parisinospor su opción real ista en ciencia, (aunque algunosfueran nominalistas en lógica por lo que se lesdenomina los terministas), tenían un compromisocon el mundo real y con averiguar cómo se com-portaba éste. El uso de la matemática estabaorientado a la descripción del movimiento tal co-mo ocurre en la naturaleza. Por esta orientaciónmás realista de la ciencia, los hombres de cienciade la Universidad de París (Jean Buridán, Albertode Sajonia, Nicolás Oresme) rehusaban la simpleequiparación del movimiento con una proporcióncuantitativa.

    (1) Grant, Edward: Physical Science in the MiddleAges. Cambridge, Cambirdge University Press, 1977,p.18.

    (2) Losee, John: IntroduccIón histórica a la filoso-fía de la ciencia. Madrid, Alianza universitaria, 1976,p.S2.

    Véase también, Weinberg, Julius R.: "Nicolas ofAutrecourt" Encyclopedta of Phllosophy (V). NuevaYork, Collier-Macmillan, 1967, p. 501.

    (3) Citado en Moody, Ernest: "Burldan". Dlctlonaryof Sclenttttc Bioqraphy (11). Nueva York, Charles Scrlb-ner's Sons, 1970, p. 605.

    (4) Weinberg, Julius R. oe. Cito p. 501.(5) Wallace, William A.: Causatity and Scientttlc

    Explanatlon (7) Ann Arbor, The University of MichiganPress, 1972 p. 30.

    En lo que respecta sobre todo al experimentohay que afirmar que la tradición experimentalno es una tradición universitaria, los casos quese conocen son los de Teodorico de Freibergy Pedro de Maricourt. La tradición experimentalocurre más bien a espaldas de las universidades.Quienes desarrollan la vertiente experimentalo la confianza en el experimento y el apreciode la función artesanal y utilitaria de la ciencia,son los alquimistas o la tradición hermética.

    Si bien la vertiente experimental es un aportede los alquimistas y de los artesanos del renaci-miento, la primera revolución científica recibela dimensión realista de la orientación desarro-llada sobre todo en la Universidad de París.

    Hemos planteado algunas de las tendenciasque convergen en la primera revolución cientí-fica y que inician su configuración en la edadmedia, lo que permite una valoración distintade los aportes medievales y de su importancia.El que la revolución científica tenga antece-dentes no la hace menos revolucionaria, unarevolución preparada también en una revolucióncomo acostumbrada decir el insigne AlexandreKoyré, pero nos muestra que en la ciencia, a pe-sar de Kuhn, Feyerabend y otros, también haycontinuidad.

    CITAS

    (6) lbid., p. 48.(7) Weisheipl, James: La toería física en la edad me-

    dia. Buenos Aires, Editorial Columba, 1967, p. 71.(8) Ibid., pgs 94·95.(9) Wilson, Curtis A. Citado en Wallace, William A.

    "Mechanics from Bradwardine to Galileo". journal ofHistoryofldeas, 32(1971): 19.

    (10) Wallace, William A: Cousallty and ScientificExplanations (1), p. 39.

    (11) Weisheipl, J. Op. cit. p.76.(12) tbld, p. 77. Véase también Wallace, Cousallty,

    pgs 86·88.(13) Wallace, William A: Causally (7), pgs 80·86.