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Trabajo de final de grado
lisabeth vige lE brun y la
moda femenina francesa de
finales del siglo xviii (1770 - 1780)
Marta Garca Val
16322110
Departamento de Historia del Arte
Bloque: Arte Moderno
Tutor: Joan Ramon Triad Tur
Septiembre de 2016
2
ndice
Pgina
Introduccin y objetivos ....................................................... 4
I. lisabeth vige Le brun: una mujer
artista, moderna e intelectual ................... 7
Biografa .............................................................................................................. 7
Souvenirs , la historia de una vida ............................................. 13
Mujeres excepcionales: pintoras en la Academia
Francesa ................................................................................................................ 14
II. vestir y aparentar .......................................................... 17
La poltica de la moda femenina a finales del siglo
XVIII ........................................................................................................................... 17
La marchande des modes ...................................................................... 20
Arquitecturas de cabello: la poca dorada de los
peluqueros .......................................................................................................... 24
III. vige le brun, a la moda y de moda ...... 27
Estado de la cuestin .............................................................................. 27
EL CANTO DEL CISNE D el grand habit de cour .................... 31
La r obe la franaise , el vestido de las damas de
calidad .................................................................................................................. 35
La primera tendencia extranjera: la r obe la
polonaise ............................................................................................................... 38
Anglomana , el retorno a la naturaleza ......................... 40
Del esc ndalo a l xito de la r obe en chemise ................. 44
3
Intemporalidad entre pieles ............................................................. 52
La fantasa del disfraz ........................................................................... 56
Teatro, pera e historicismo ......................................................................................... 56
Vivir como una campesina ........................................................................................... 58
Orientalismo y sensualidad .............................................................. 60
Conclusiones .............................................................................................. 65
Bibliografa y Webgrafa .......................................................... 67
lisabeth vige le brun ............................................................................ 67
Moda ......................................................................................................................... 68
Otros ........................................................................................................................ 69
Anexo .................................................................................................................... 70
Traducciones ................................................................................................... 70
ndice de imgenes ....................................................................................... 76
4
Introducci n y objetivos
Es un hecho que el porcentaje de mujeres artistas que han pasado a la historia del arte es
abismalmente inferior al de los hombres. A pesar de los condicionantes sociales, morales,
familiares e incluso religiosos que dificultaban el aprendizaje artstico, algunas tuvieron
la oportunidad de dedicarse al arte si haban nacido en el seno de una familia de artistas.1
Tristemente los nombres de muchas de ellas siguen siendo un misterio, la historia las ha
engullido, pero poco a poco van saliendo a la luz y se demuestra que a pesar de las
adversidades que les queran hacer sombra, exista tambin la figura de la artista. L.
Nochlin y A. Sutherland fueron las artfices de Women Artists, 1550-1950, 1972, una
primera tentativa reivindicativa de todas aquellas artistas olvidadas que abri numerosos
campos de estudio de los que todava queda mucho que decir. Sobre el siglo XVIII ambas
comentaron que junto a la suiza Angelica Kauffmann, lisabeth Louise Vige Le Brun
fue una de las ms aclamadas de su poca. En el contexto francs prerrevolucionario se
vivi un momento propicio para que muchas de estas mujeres adquirieran fama, respeto
e incluso un lugar en la Academia. Los que conocen su nombre pueden evocar dos o tres
pinturas icnicas de la coquetera femenina, sin embargo, contina siendo una figura por
explorar ya que su carrera estuvo marcada por los acontecimientos histricos de una
Europa que estaba dejando atrs el Antiguo Rgimen y construira los cimientos de la
contemporaneidad a partir del estallido de la Revolucin Francesa y la lucha por la
igualdad de clases.
Desde el ao 1982, momento en el que se celebr la primera retrospectiva dedicada a la
artista en el Kimbell Art Museum de Fort Worth de Texas motivada por el Autorretrato
con lazo color cereza, c.1782, el estudio de Vige Le Brun y sus interesantes Souvenirs
ha ido in crescendo: hoy en da encontramos decenas de publicaciones sobre su vida,
estudios sobre sus memorias y un gran inters innegable por la extensa produccin
artstica de cerca de mil obras que figuran en el catlogo de numerosos museos y
colecciones privadas de toda Europa y Estados Unidos, con las representaciones ms
clebres en el Muse du Louvre y el Chteau de Versailles. J. Baillio coment en 1982
que su xito como retratista en un mundo sofisticado dependi en gran parte de su
habilidad para idealizar la objetiva realidad2 y D. Sutton que tena los condicionantes
propicios para triunfar en el despreocupado mundo prerrevolucionario parisino como
muestran sus retratos, a lo que aade que posea belleza, encanto natural y buen gusto
para vestir.3 Estas dos afirmaciones son ciertas, ya que su prestigio se vio reforzado por
las relaciones establecidas con los monarcas, la nobleza cortesana y una compleja
nebulosa cosmopolita de la que tambin form parte.
En el ao 2015 una nueva retrospectiva sobre Vige Le Brun lleg para reivindicar su
figura. Comisariada por J. Baillio, especialista en la pintora, y X. Salmon, director del
Departamento de Artes Grficas del Louvre, la exposicin itinerante se inici en Paris,
pas por Nueva York y finalizar en septiembre de 2016 en Ottawa. sta rene ms de
1 Ser hija o mujer de artista favoreca que pudieran aprender y dedicarse al arte, no obstante, con las limitaciones expuestas por la Academia y su relegamiento a los considerados gneros menores. Tratar este aspecto extensamente en el apartado de Mujeres excepcionales: pintoras en la Academia francesa, pg. 14. 2 Palabras de Joseph Baillio citadas en KARVOUNI 2014, pg. 262. 3 SUTTON 1982, pg. 30.
5
ciento cincuenta obras de procedencia muy variada, en su mayora de museos de Francia,
Estados Unidos, Rusia e Italia, as como de colecciones particulares que raramente se han
mostrado en pblico. El pasado noviembre tuvimos la oportunidad de asistir a la muestra
del Grand Palais de Pars, y en sus salas se mezclaban criterios cronolgicos y temticos
con los mejores retratos de la alta sociedad europea de los siglos XVIII y XIX, su
produccin a pastel, los paisajes que ocuparon los ltimos aos de su vida y la
representacin de todos aquellos artistas y amistades que la influyeron. Sin embargo, lo
ms asombroso de todo era la reaccin de cierto despistado pblico al descubrir que
aquello que estaban contemplando haba sido pintado por una mujer de la que nunca
haban escuchado hablar. Vige Le Brun fue la primera en ocupar un puesto tan
significante y visible como ser la pintora de la reina, hecho que le abri muchas puertas
en las cortes europeas del momento a lo largo de su periplo de exilio. Pero ella fue tambin
una mujer hecha a s misma con una vida sorprendentemente interesante; artista,
intelectual, escritora y viajera, luch por su independencia econmica y social sin
cohibirse por su condicin sexual en un mundo dominado por hombres.
En este caso hay una dimensin de la vida de lisabeth Vige Le Brun que vehicula tanto
su imagen personal como el xito de su pintura, y esa es la moda. El objetivo de esta
investigacin ha sido, entonces, estudiar hasta qu punto tuvo importancia esta relacin
con el apasionante mundo de la moda de finales del siglo XVIII, cmo la utiliz para
escalar socialmente, promocionarse y variarla segn sus gustos personales gracias a la
creacin de tipos de retrato primero sobre el lienzo y ms tarde sobre la propia apariencia
femenina.
Por ello hemos trabajado en base al anlisis, puesta en comn de informacin y
comprobacin de dos bloques temticos diferenciados: el dedicado a la artista y el propio
de la moda del siglo XVIII centrado en la corte de Luis XVI y Mara Antonieta. La
informacin consultada en ambos casos ha sido la ms actualizada posible, teniendo en
cuenta que, gracias a la retrospectiva itinerante lisabeth Vige Le Brun, se han publicado
nuevos estudios sobre su obra. Los ejemplos grficos expuestos son una seleccin de
retratos de Vige Le Brun expuestos a la par que las explicaciones de la tendencia de
moda tratada en cada apartado, complementados por testimonios propios de la artista, de
sus contemporneos y de las revistas de moda. Asimismo, se ha procurando que los
ejemplos sean franceses con la indumentaria y complementos del perodo.
El trabajo se estructura en tres bloques distintos; el primero, titulado lisabeth Vige Le
Brun: una mujer artista, moderna e intelectual, presenta una de las mejores retratistas de
finales del siglo XVIII e inicios del XIX a partir de una breve introduccin de su
apasionante biografa complementada con el testimonio autobiogrfico de los Souvenirs
y un apartado dedicado a la problemtica de las mujeres en la Academia Francesa para
entender por qu su admisin dio tanto que hablar. El segundo bloque, Vestir y aparentar,
introduce el apasionante mundo de la moda de las dcadas de 1770-1780, los aos
prerrevolucionarios marcados por el carcter inestable de una sociedad que convirti a la
moda en un asunto de estado. La moda influa y era influida por cualquier acontecimiento
porque la moda era poltica, economa, religin, arte... Este contexto vio nacer el universo
del vestir tal y como lo conocemos actualmente, con sus tendencias pasajeras y
caprichosas, sus fashion victims, sus primeros centros comerciales y revistas
protagonizadas por las creaciones de peluqueros y la aparicin de las marchandes des
6
modes. Por ltimo, el tercer bloque, llamado Vige Le Brun, a la moda y de moda, tiene
como deseo establecer la correspondencia entre los dos bloques anteriores por la evidente
relacin que tuvo la artista con el mundo de la moda no slo por captar sus evoluciones y
cambios a travs del gnero del retrato, sino tambin como agente inspiradora y
precursora de algunas tendencias. Para hacerlo hemos trazado un recorrido cronolgico a
travs de sus retratos y las diferentes tendencias explicadas por momento de aparicin y
relacin con otros estilos en una evolucin que se inicia en la pomposidad heredada de la
corte del Rey Sol con el habit de cour hasta la simplificacin y puesta en valor del cuerpo
femenino por el abandono de estructuras artificiales con la robe en chemise, el gusto por
el exotismo y los primeros albores del neoclasicismo que coincidirn con el proyecto
revolucionario.
Esta investigacin en formato de Trabajo de Final de Grado es una primera tentativa sobre
el tema tratado, ya que, aunque algunos autores como J. Trey, J. Baillio y G. P. Ballesteros
han sealado en alguna ocasin esta dimensin en la artista de manera muy general,
todava no se ha estudiado en profundidad. La pintora tuvo una larga trayectoria artstica
y el presente estudio solamente se centra en su perodo de juventud en Pars hasta la fecha
de su exilio en 1789 al iniciarse la Revolucin Francesa. Esto significa que se est a la
espera de una monografa sobre Vige Le Brun y la moda que no solamente se centre en
la Francia prerrevolucionaria sino tambin en todo su corpus pictrico.
7
I. lisabeth Vige Le Brun: una
mujer artista, moderna e
intelectual
Biografa
lisabeth Louise Vige naci el 16 de abril de 1755 en un apartamento parisino de la Rue
Coquillire. Primognita del pastelista Louis Vige y la peluquera Jeanne Maissin, sus
padres la confiaron a una nodriza durante cinco aos hasta el nacimiento de su hermano
Louis Jean-Bapstiste tienne, momento en el que fue enviada a un convento donde recibi
un programa educativo destinado a las hijas de la mediana y pequea burguesa del
Antiguo Rgimen compuesto por clases de catecismo, lectura, artes, msica, labores y
etiqueta. Fue all donde naci su pasin por el dibujo como relata en su biografa titulada
Souvenirs:
taient remplis la marge de petites ttes de face, ou de profil; sur les murs du dortoir, je traais avec du
charbon des figures et des rcration, je dessinais sur le table tout ce 4
Al recordar estos primeros aos, ella misma se reconoce como una nia prodigio en el
terreno artstico, con una capacidad innata que la acompaara durante toda su vida y le
proporcionaran la fama y felicidad:
Je vous fais ce rcit pour vous prouver quel point la passion de la peinture tait inne en moi. Cette passion
passion que je dois non seulement ma fortune, mais aussi mon bonheur, puisque, dans ma jeunesse comme
prsent s 5
No gozaba de buena salud, lo que para ella no represent ningn contratiempo ya que sus
largos perodos de enfermedad le garantizaban ir a casa y pintar junto a su padre, que no
pona ningn reparo cuando le coga prestados los pasteles. Louis Vige, profesor adjunto
en la Acadmie de Saint-Luc y pastelista con influencias de La Tour y Watteau, fue el
primero en inculcarle el amor por el arte y darse cuenta del talento de su hija llegando a
declarar en una ocasin .6 La
pequea lisabeth volvi a la casa familiar en 1766, establecida entonces en la Rue Clry,
momentos relatados en sus Souvenirs con gran cario ya que queda claro que adoraba a
sus padres. Ellos la y nunca pusieron
impedimentos a su hija para que aprendiera el arte del retrato junto a su padre como con
Gabriel-Franois Doyen, al que consider su primer amigo. Desafortunadamente la
felicidad no dur demasiado, ya que el 9 de mayo de 1768 su padre muri a causa de una
4 VIGE LE BRUN 1835-1837, ed. 2005, pg. 24. Todas las traducciones de los textos en francs e ingls se encuentran en el apartado Traducciones, pg. 70. 5 Ibdem pg. 24-25. 6 Ibdem pg. 24.
8
mala intervencin quirrgica al intentar retirarle una espina de pescado que se le haba
quedado clavada en el estmago. Este se podra considerar como el primer punto de
inflexin de su vida ya que la gran tristeza en la que se sumi por la prdida hizo que
dejara de dibujar durante una temporada; lisabeth slo tena doce aos. Tres aos
despus tuvo que volver a retomar los pinceles para sacar adelante a su familia que se
encontraba en una situacin precaria. Los pequeos encargos realizados para vecinos y
allegados no fueron suficientes lo que oblig a su madre a contraer segundas nupcias con
el joyero Franois Le Svre, al cual lisabeth detestaba profundamente por requisarle
todas sus ganancias. A esta edad no era usual que una mujer iniciara carrera artstica ya
que el sistema estaba dominado por complejas reglas que determinaban cundo un
aprendiz estaba preparado. La educacin artstica de las mujeres no era sistemtica porque
se les negaba el acceso al mtodo de aprendizaje en el que s se educaban los hombres. A
pesar de las obvias desventajas que generaba la exclusin, sta podra considerarse como
un punto positivo ya que le brind la oportunidad de trabajar de manera ms libre para
escoger a sus modelos. Sin embargo, no tuvo la oportunidad de conocer el ambiente
estimulante y el constante debate que tena lugar en las clases de la Acadmie. Adems,
a diferencia de otras mujeres artista que estudiaron bajo la tutela de maestros, ella nunca
tuvo a uno como tal, sino que recibi lecciones ocasionales de pintores conocidos o
amigos de su padre. Por ello debera de considerarse como una artista que desarroll sus
habilidades artsticas independientemente y cuyo temprano xito fue resultado de la
determinacin y ambicin de su duro trabajo.
En otras circunstancias la joven artista habra dejado el sueo de dedicarse a la pintura
porque haba perdido a su soporte principal, pero como su padre haba sido miembro de
la Acadmie de Saint-Luc tuvo la gran suerte de ser acogida por sus antiguos compaeros
de profesin. Entabl amistad con la hija de Blaise Bocquet, Anne Rosalie, con quien
copiara bustos y dibujos del Louvre en el taller del pintor de historia y decorador de
plafones Gabriel Briard. Dio sus primeros pasos con la pintura al leo con Davesne y de
Joseph Vernet aprendi que la mejor escuela de la que poda aprender era la naturaleza:
Mon enfant, me disait-il, ne suivez auc
nature: la nature est le premier de tous les matres. Si vous tudiez avec soin, cela vous empchera de
prendre aucune manire.7
lisabeth se interes por el mismo gnero al que se haba dedicado su padre y que le dara
la fama; el retrato. Sus primeros modelos fueron los miembros de su familia, e incluso se
dice que su madre habra posado desnuda para ella con el fin de que estudiara la anatoma
humana, lecciones totalmente vetadas a las mujeres por considerarse inmorales. A falta
de su primer marido, Jeanne Maissin cogi el relevo de ser la mentora de su hija. La
llevaba a menudo al Palacio de Luxemburgo donde conoci el claroscuro de Rubens y a
los grandes maestros.8 Tambin se las ingeni para que visitara las colecciones
particulares de Rendon de Boisset (que incluan obras flamencas y francesas), la del
duque de Praslin, el marqus de Lvis, M. Harens de Presle (con gran nmero de obra
7 Ibdem pg. 34. 8 Entre 1750-1785 el Palacio de Luxemburgo alberg cuadros de la coleccin real que se mostraban en exposicin pblica para los miembros de la corte y la aristocracia. La iniciativa tuvo tanto xito que el marqus de Marigny,
hermano de Madame de Pompadour, prefigurara la idea de abrir un museo permanente en el Palacio del Louvre.
9
italiana), pero para ella la ms importante era la coleccin del Palais-Royal. Recibira
distintas influencias durante toda su carrera, encontrando su inspiracin en la escultura
antigua, la pintura francesa contempornea, las obras de los clsicos, el retrato ingls y
tambin el grabado, sintetizando as la tradicin clsica con la moderna. Quizs el artista
contemporneo del que recibi ms impresin fue Jean Baptiste Greuze, ya que hizo
numerosos estudios sobre cabezas femeninas de sus dibujos.
En 1774 la familia se mud a un apartamento del Htel Lubert, cuyo principal ocupante
era el negociante y mercader de arte Jean-Baptiste Pierre Le Brun, que posea una
coleccin particular de esculturas, pinturas, grabados y una completa biblioteca.
Rpidamente se interes por la joven artista a quien dejaba copiar obras de su coleccin,
lo que ayud a dotarla de una importante cultura pictrica. Ese mismo ao fue elegida
miembro de la Acadmie de Saint-Luc y particip en el Saln de la institucin. Su ingreso
le proporcion una mayor autonoma y posibilidad de recibir mayor nmero de encargos
a la par que se iba introduciendo en una intensa vida social que la llevaran a aceptar
solamente invitaciones de cena para poder trabajar por las maanas. Se cas con Le Brun
en enero de 1775 por intereses mutuos ms que por amor: ella tendra a su alcance una
vasta red de contactos y l aumentara su prestigio y clientela a travs de su mujer. El
matrimonio se mantuvo primero en secreto porque l estaba prometido presuntamente
con la hija de un holands con el que haba tenido tratos comerciales; cuando la unin se
hizo pblica sus amistades se horrorizaron. Con el tiempo tuvo que demandar una
separacin de bienes debido a los vicios de su marido con el juego, las prostitutas y la
situacin de abuso a la que la someta al agenciarse todas sus ganancias y manejarlas a su
antojo. En aquel entonces una mujer nicamente poda gestionarse a s misma si era
marchande (comerciante), cosa que tambin estaba mal vista porque se relacionaba ese
estado con el de mujeres descarriadas. Todas las dems se sometan a la dependencia
econmica de sus padres o maridos, as que los honorarios que reciba nunca eran
enteramente suyos, sino de su marido. Otra cuestin era la del nombre de casada, ya que
en Francia se adoptaba el apellido del marido. Ella lo incluy en el suyo, pero sigui
firmando como Vige durante toda su vida como acto de rebelda.
Con el nacimiento de su hija Julie Louise el 12 de febrero de 1780 ,
iniciara una fase de autorretratos caracterizados por la ternura maternal, composiciones
que pondra tambin a la disposicin de sus clientas. Pero, aun as, siempre hubo algo por
encima de ella, y es que sea verdad o no, cuentan que incluso con contracciones sigui
trabajando.9 Es evidente que senta un gran amor por su profesin, una pasin desbordante
sobre la que coment:
amour pour le travail;
nt prodigieux.10
El duro trabajo iba dando sus frutos, y el 10 de agosto del 1775 recibi una carta de la
Acadmie Franaise de parte de Alembert que quera rendirle homenaje con motivo de
los retratos de Andr Hercule De Fleury y Jean de La Bruyre. Pero el edicto de Turgot
de 1776 supuso un revs para ella, ya que al suprimirse los gremios se hizo lo propio con
9 VIGE LE BRUN 1835-1837, ed. 2005, pg. 58. 10 Ibdem pg. 57.
10
la no oficial Acadmie de Saint-Luc, lo que provoc que no pudiera participar en ms
salones de la misma. No obstante, el nombre de Vige Le Brun ya era conocido en toda
la ciudad y cada vez reciba ms encargos, lo que se traduca en prestigio por parte de
clientes, artistas coetneos y crtica. Fue en la dcada de 1780 cuando lisabeth dara su
gran salto a la fama a travs del encargo que realiz para la joven duquesa de Chartres,
figura que sera el nexo con Versalles, y ms importante an, con Mara Antonieta.11 En
Souvenirs relata de manera casi etrea el que sera su primer contacto:
rencontr la reine Marie-Antoinette, qui se promenait dans le parc avec plusieurs dames de
a bon
ma promenade partout o il me plairait.12
Tambin enumera las ocasiones en las que trabaj para ella:
un base. On peut croire que je prfrais beaucoup la peindre sans grande toilette et surtout sans grande
mousseline
blanque dont les manches sont plisses en travers, mais assez ajustes: quand celui-ci fut expos au salon,
chemise; car nous tions en 1783, 13
Lo cierto es que desde la temprana edad de veintitrs aos lisabeth se benefici de una
gran reputacin gracias a su entrada en Versalles, quizs la etapa ms interesante
intelectual y artsticamente de su larga trayectoria. Fue entonces cuando recibi encargos
de las grandes personalidades y entr a servir a la joven reina, que la acogi como amiga
y la nombr su retratista. Vige Le Brun ha pasado a la historia bajo el apelativo de
ste nunca fue un ttulo oficial, solamente de
palabra. Todo esto no pas desapercibido por el crtico y dramaturgo Jean-Franois le
Harpe, que en un discurso sobre el talento de las mujeres le dedic los siguientes versos
en los que la nombraba como la Rosalba moderna:14
Le Brun, de la beaut la peintre et le modle,
Moderne Rosalba, mais plus
Joint la voix de Favart au sourire de Venus15
El apogeo de su carrera lleg en el ao 1783 cuando fue admitida en la Academia Real
de Pintura y Escultura gracias a la intervencin real, ya que hasta la fecha no haba sido
considerada por la profesin de comerciante de arte de su marido. Esto motiv dos
reacciones totalmente opuestas: la primera se congratulaba de la admisin y la haca ganar
clientela, la otra provoc que con el tiempo se volviera impopular entre el pueblo llano
11 Curiosamente tambin fue la duquesa de Chartres quien le presentara a Mara Antonieta a la otra mujer que construira su imagen; la marchande des modes Rose Bertin. 12 VIGE LE BRUN 1835-1837, ed. 2005, pg. 47. 13 Ibdem pg. 65-66. 14 Rosalba Carriera fue una pintora italiana especializada en retratos en miniatura que populariz el retrat a pastel durante su estancia en Pars en 1720 y fue admitida por la Acadmie Franaise. 15 Versos de Jean-Franois de La Harpe citados en VIGE LE BRUN 1835-1837, ed. 2005, pg. 58.
11
por ser la pintora de la reina, campaa de difamacin que se incendi an ms con los
aires inminentes de la Revolucin en la que llegaron a insinuar que sus obras eran pintadas
por Franois-Guillaume Mnageot para desacreditarla. Aun as, su fama ganaba a las
calumnias, y sus mayores impulsores durante este perodo fueron el conde de Vaudreuil
y su amante la duquesa de Polignac, amigos con los que se rencontrara en el exilio. Fue
una de las grandes de su momento, no se dej menospreciar por los prejuicios sociales y
morales que la atacaban en ocasiones por su condicin femenina. Slo otra mujer poda
competir con ella y esa era Adlade Labille-Guiard, con la que la unira una rivalidad
artstica e incluso algo personal debido a los contactos y apoyos en la Academia. Si Vige
Le Brun era la pintora de la reina, Labille-Guiard lo era de las Mesdames, las hijas de
Lus XV que se dedicaban a hacerle la vida imposible a la autrichienne.16 Adems
mientras lisabeth siempre se mantuvo fiel a su pasado en el Antiguo Rgimen, Adelade
abraz las ideas revolucionarias. La pintura de la primera captaba el alma y personalidad
de sus modelos, la segunda era ms impersonal y se explayaba en las vestimentas
atrevindose a hacer composiciones de mayor tamao con modelos de cuerpo entero e
incluso grupos. En este sentido, Vige Le Brun era ms intimista y cercana a sus clientes,
que solan ser amigos y asistentes a sus salones.
Durante el perodo prerrevolucionario, que ser el tratado en este trabajo, su pintura se
caracteriz por colores clidos y veladuras transparentes con especial atencin a los
detalles de las vestimentas. J. Baillio capta muy bien en el siguiente comentario las
impresiones de sus retratos:
Vige Le Brun
variant les costumes, les poses et les dcors. On la voit recourir une somptueuse solennit pour les portraits
tat
de comdiens et de chanteurs, une nonchalance sductrice pour quelques effigies de femmes mondaines
sourire dvoilant la nacre des dents illumine
envoya aux Salons, commencer par ses propres autoportraits; ce phnomne fut source de nombreux 17
Es sabido que la artista no era del todo fiel a lo que vean sus ojos ya que intensificaba el
encanto de sus modelos para contentar a sus clientes y representarlos no como eran, sino
como se queran ver. De hecho, si tuvo tanto xito con Mara Antonieta fue porque
construy la imagen que quera dar la reina de s misma. Idealizaba a las mujeres menos
agraciadas con un toque de belleza y sofisticacin en composiciones caracterizadas por
una presencia reducida de mobiliario y fondos neutros que en ocasiones se abran a la
naturaleza. Mientras que los retratos masculinos anticipan el retrato romntico de tipo
meditativo por presentar una mirada contemplativa que no contacta con el espectador,18
16 Uno de los apodos despectivos de la reina fue el de autrichienne, otorgado por las Mesdames al llegar a la corte y que con el tiempo se volvi peor, ya que chienne fontica tambin la llamaban autruche 17
BAILLIO ; SALMON; FUMAROLI 2015, pg. 29. 18 La artista cuenta en Souvenirs que esto se debe a que posea una gran belleza que no pasaba desapercibida por los retratados que intentaban conquistarla en las sesiones de dibujo. Por eso mientras estuvo soltera, su madre asista a todas las sesiones para asegurar que su hija no tuviera problemas de reputacin y cuando intentaban sonrojarla lisabeth
les deca que no la miraran a los ojos desvindoles as la trayectoria visual.
12
las mujeres de Vige Le Brun se caracterizan por una galantera sensual y ertica
heredada de las modelos de labios entreabiertos y presunta inocencia de Fragonard.
En 1784 sufri la segunda gran prdida de su vida al morir su hijo a los pocos das de
nacer, y ese mismo ao su marido compr el Htel Lubert donde empezaron a celebrar
veladas de saln en las que se reuna la flor y nata de la ciudad en veladas musicales y
literarias. Se hicieron construir al lado de su casa una gran sala de ventas proyectada por
el arquitecto tolosano Jean Arnaud Raymond. Con forma de anfiteatro oval y obertura
cenital, se convertira en uno de los lugares ms concurridos del comercio artstico
parisino a partir de 1787. Ese mismo ao se mudaron al nuevo hotel construido en la Rue
du Gros Chenet (actual Rue du Sentier) proyectado por el mismo arquitecto, separando
en esta ocasin los apartamentos de ambos cnyuges que se limitaban a soportarse.
Con el clima revolucionario entr en una fase de depresin que la llevara a tomar la
decisin de abandonar su pas en una de las primeras oleadas de inmigracin, partiendo
el 6 de octubre de 1789 hacia Lyon con su hija y su gobernanta, prescindiendo de su
marido con el que continuara en contacto epistolarmente. Si no lo hubiera hecho, su
nombre figurara entre las vctimas de la guillotina por su estrecha relacin con la
monarqua y su amistad con la reina, y es que su casa haba empezado a ser acosada:
-Chenet, o je venais mois seulement, tait marque par les malfaiteurs. On jetait du soufre dans nos caves par les soupiraux. Si
-culottes me menaaient du poing ;
de tous les chagrin profond.19
Escapando de la Revolucin y de la muerte, las tres mujeres se dirigieron primero hacia
la pennsula itlica buscndose la vida a partir de encargos y su periplo continuara por
Austria, Rusia, Suiza y Alemania, lugares en los que retratara a las grandes
personalidades del momento. Regresara a Pars doce aos despus, concretamente el 18
de enero de 1802. Se encontr entonces una ciudad completamente distinta a la que
recordaba, con una sociedad disuelta y enferma. No es ningn secreto que nunca fue
amiga de las ideas del rgimen napolenico a pesar de que retrat algunos miembros de
su familia. Consideramos esta reaccin normal porque ella era miembro activo de la
antigua sociedad derruida de la que haban asesinado a gran parte de sus amigos:
La socit me semblait tre en dissolution complte, et les honntes gens sans aucun appui car la garde
nationa aussi
Aussi la peur agissait-elle sur tout le monde ; les femmes grosses que je voyais passer me faisaient peine;
remarqu, au gnral beaucoup moins robuste que la
prcdente: natre faibles et souffrants!20
De hecho, se haba producido una ruptura de la que no suele hablarse. M. Sheriff comenta
que muchos investigadores han apuntado que se produjo un retroceso en la historia de las
mujeres y sus derechos.21 Las mujeres en el Antiguo Rgimen vivan en una sociedad que
no les era favorable, pero sta misma estaba repleta de alternativas e irregularidades que
les permita destacar. Si slo nos limitamos a responder por la situacin de las mujeres
19 VIGE LE BRUN 1835-1837, ed. 2005, pg. 139. 20 Ibdem pg. 142. 21 SHERIFF 1996, pg. 122.
13
artista el cambio fue abismal, ya que se les vet el derecho a asistir a las reuniones de la
Academia incluso su admisin de manera excepcional. Ahora estaban excluidas
totalmente y las pocas facilidades que tenan en el mundo artstico tambin fueron
eliminadas. La poca autonoma e independencia femenina se haba perdido, aquel poder
encubierto que haba dominado el Pars del siglo XVIII se haba esfumado con los
estragos de la guillotina. Al recordar las impresiones que le sugiri la ciudad en la que
nunca volvera a sentirse en casa, Vige Le Brun pronunci una famosa frase en la que
no le faltaba razn; .22
Souvenirs , la historia de una vida
Los Souvenirs de lisabeth Vige Le Brun son una compleja tentativa de
autoconstruccin personal literaria de igual forma que hizo con sus autorretratos. La
artista da una vvida y entretenida sucesin de hechos de su desarrollo en el Pars de
finales del siglo XVIII, con su vasta cartera de clientela aristcrata y su popular rol como
anfitriona de saln. Forzada a huir de la Revolucin, pas las siguientes dos dcadas
viajando por Europa, primero por necesidad de exilio y al retornar a Pars por placer. Se
piensa que los Souvenirs fueron escritos entre 1825-1837 y se publicaron por primera vez
entre 1835-1837 cuando la autora tena 80 aos, aunque es probable que algunas partes
fueran esbozadas previamente a pesar de que se desconoce si tena un diario personal.
Adems, esta primera edicin no fue la misma que podemos encontrar actualmente debido
a que los editores eliminaron muchas ancdotas que ponan de manifiesto el poder
encubierto del que goz en el Antiguo Rgimen y la independencia que tuvo a lo largo de
su vida, cosa que consideraron peligrosa para la cerrada moral decimonnica. El formato
inicial fue el epistolar al componerse de cartas dirigidas a la princesa rusa Natalia
Ivanovna Kourakina, pero a su muerte en 1831 cambi su forma por la de diario. Vige
Le Brun sostena que su corazn tena memoria y que .23 Es en esta
evocacin nostlgica de su vida en la que encontramos clichs que se repiten en distintas
biografas de pintores y donde lo ms remarcable sera la recogida de los pinceles caidos
por parte de Mara Antonieta de la misma manera que Carlos V lo habra hecho con
Tiziano24Hasta donde hay realidad y dnde empieza la ficcin?
Los Souvenirs podran ser comparados con las memorias de Madame de Genlis y Madame
de Campan, o en su perspectiva de la aristocracia europea con las del prncipe de Ligne y
la condesa Golovine. Todos estos personajes eran amigos o conocidos de la artista, y no
hay que olvidar que ella escriba con la ventaja de la madurez y una carrera llena de xito
y reconocimiento. Por otra parte, su vida sentimental no se menciona seguramente porque
nunca consider a su marido como alguien que le proporcionara felicidad, sino
problemas, lo que se refleja en su figura de mujer y artista independiente. Los eventos se
narran cronolgicamente y de manera dinmica siguiendo el esquema de muchas
22 VIGE LE BRUN 1835-1837, ed. 2005, pg. 122. 23 Palabras de Vige Le Brun citadas en BAILLIO; SALMON; FUMAROLI 2015, pg. 78. 24 Sea verdad o no, Vige cuenta que en ese entonces estaba en un estado avanzado de embarazo de su segundo hijo y mientras retrataba a la reina se le cay el maletn de pinturas. Podra ser posible ya que mantenan una relacin de amistad cordial, solan cantar juntas por su pasin por la pera y la pintora formaba parte del crculo de amistades ms
queridas de la reina.
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biografas que cuentan los inicios, la evolucin y culminacin de una trayectoria con el
acto de inmortalizarla al escribir. Los investigadores consideran que si Vige Le Brun
innov fue por su posicin en la sociedad como mujer, para autoafirmarse a s misma.
Los Souvenirs representan lo que ella imagin que fue, con todas sus verdades y mentiras,
quizs lo que querra haber sido. Sus memorias se revelan como una historia que contina
siendo la versin autorizada de su vida, la que ella escogi y reconoci.
Mujeres excepcionales: pintoras en la academia
francesa
La Acadmie Royale de Peinture et de Sculpture fue fundada en Pars el 20 de enero de
1648 por mandato del Consejo del Rey y el consejero de estado amante del arte Martin
de Charmois bajo la regencia de Ana de Austria. Tomando como modelo a la Accademia
di San Luca de Roma, la Acadmie instig el control de las artes como va principal de
glorificacin al monarca Luis XIV que hara de Jean-Baptiste Colbert su representante en
la institucin en 1661, y bajo la direccin de su primer pintor Charles Le Brun lleg a
adquirir su mximo poder en 1683. La admisin no estaba al alcance de cualquiera y para
conseguirla era necesario superar un proceso sometido a concurso que se iniciaba con la
presentacin de un morcea o morceau de rception (obra de recepcin), a
fin de demostrar la competencia intelectual y artstica seguida de un segundo perodo de
tres aos en el que se deba de entregar la recepcin definitiva a la par que se pagaba una
cuota de ingreso. Una vez regulada la admisin se facilitaba la participacin en las
reuniones, debates y exposicin en los Salones que se iniciaron en 1687, posibilidad de
ganar el Premio de Roma y una amplia cartera de clientes. No obstante, la mayor
aspiracin de cualquier artista del Antiguo Rgimen era recibir encargos reales.
No fue hasta 1663 cuando la Academia admiti a la primera mujer, Mademoiselle
Girardon, nacida como Catherine Duchemin y esposa del escultor Franois Girardon. En
1699 las hermanas Genevive y Madeleine Boullogne, hijas de Louis Boullogne, fueron
admitidas con naturalezas muertas. A diferencia de los miembros masculinos a los que
slo se les juzgaba por su competencia para ser nombrados acadmicos, el ingreso de las
mujeres siempre se vio aprobado por relacin matrimonial o de parentesco con otro
miembro. Los hombres deban de presentar un morceau de rception y luego ser
admitidos como acadmicos en diferentes fechas, en el caso de las mujeres los actos del
agre (consentimiento de aceptacin), y la acadmicienne (otorgacin del grado de
acadmico), se celebraban el mismo da o simplemente se reciba una carta de aceptacin
sin necesidad de ceremonia. La admisin no era plena ya que sta conllevaba una larga
serie de restricciones que limitaban sus derechos; no podan acceder al estatus de
miembro, asistir ni participar en las asambleas o eleccin de nuevos miembros, exponer
en los Salones o ser aceptadas a partir del concurso anual. Por encima de cualquier
alegacin las mujeres eran tratadas como una causa excepcional. La primera en poder
exponer en un Saln fue lisabeth Sophie Chron en 1693, a la vez que se le aceptaba un
morceau de rception de su retrato, y la clebre Rosalba Carriera fue la primera artista
extranjera en acceder al estatus de miembro. Durante la primera mitad del XVIII la
Academia continu admitiendo mujeres de manera espordica, pero bajo el rgido
mandato del director Jean Baptiste Marie Pierre aumentaron las dificultades para las
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aspirantes. El 28 de septiembre de 1770 se hizo pblico el admission
que limitaba el nmero de excepciones a cuatro, cambio
consensuado con Luis XV mediante la persuasin del Ministro de Artes y encargado de
las Arquitecturas Reales, Charles Claude Flahaut de La Billarderie, conde de Angiviller:
Although is pleased to encourage talent in women by admitting some into our body, nevertheless, these
admissions, foreign in some fashion its constitution, must not be repeated too often. Has agreed that it will
receive no more than four women. It will, however, receive women only in cases in which their
extraordinarily distinguished talents lead the Academy to wish, with a unanimous voice, to crown them
with particular distinction. The Academy does not pretend to oblige itself always to fill the number of four,
reserving for itself the right to choose only those talents are truly distinguished.25
El mayor problema era la prohibicin de recibir clases de dibujo al natural por considerar
inmoral que vieran desnudos, lo que las destinaba de manera fulminante a hacer carrera
como pintoras de flores o como retratistas en los mejores casos, negndoles la posibilidad
de escalar en estatus para dedicarse al gnero histrico y/o alegrico. Es ms, la moral de
la poca crea que a mayor nmero de mujeres aceptadas menor estatus posea la
institucin, lo que se relaciona con las limitaciones que tenan a la hora de recibir una
educacin artstica porque no todas las academias de dibujo eran partcipes de acogerlas.
El caso de lisabeth Vige Le Brun fue el ms singular de todos. No entr a formar parte
de la Academia de manera ordinaria el 31 de mayo de 1783, ya que no fue electa por los
miembros de la asamblea, no present un morceau de rception ordinario y no se
posicion en ningn gnero ni rango; fue admitida por orden real. Ese mismo da tambin
consensuada apoyada por Jean Baptiste Marie Pierre, Adlade Labille Guiard, siguiendo
el procedimiento normal de admisin al ser presentada por el retratista Roslin. Pierre, que
era el director de la Academia en aquel momento, se opuso a la candidatura de Vige Le
Brun porque estaba casada con un comerciante de arte, lo que se vea como un atentado
a los estatutos por mezclar la profesin artstica con el lucro econmico. Esto nos remite
al tema de la dependencia de las mujeres. El era la situacin de una
mujer bajo el poder de su marido. El rango se determinaba por la posicin social,
econmica y laboral del marido, lo que significaba que si una mujer se casaba con un
hombre de menor rango perda automticamente el suyo de nacimiento. Aun as, marido
y mujer podan tener profesiones distintas a partir del edicto de Turgot de 1776 que
propici que muchas de ellas buscarn su propia condicin y vieran en la profesin de
marchande una salida, lo que a su vez era un problema porque se supona que el tat
natural de una mujer era ser madre, y si se tena otro distinto a ste se la poda llegar a
considerar como una prostituta. He aqu otro de los problemas para aceptarla plenamente
en la Academia porque su marido Jean-Baptiste Pierre Le Brun era lo
que se extenda a lisabeth, y a pesar de haber adquirido su condicin de madre segua
dedicndose a la pintura de manera activa lo que significaba para muchos la negacin de
su naturaleza como mujer. Finalmente, Mara Antonieta intervino a favor de su pintora
favorita convenciendo a Luis XVI para que Angiviller hiciera una excepcin. De esta
manera Vige Le Brun se convirti en miembro total de la institucin. En sus Souvenirs
la artista indica que realiz un morceau de rception titulado La Paz brindando la
25 SHERIFF 1997, pg. 79.
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Abundancia, obra de 1780 que no sera presentada hasta 1783 y cuya realizacin se
desempeara de manera pica debido a que la pint durante su embarazo incluso el
mismo da que naci su hija Julie [Fig. 1]. Inteligentemente haba conseguido que los
acadmicos no tuvieran medios para rechazar su obra ya que pese a ser conocida como
retratista, en esta ocasin trat un tema alegrico, lo que recaa en la categora de pintura
de historia. Cuando fue aceptada Friedrich Melchior Grimm escribi:
irony all the torments, all the petty persecutions, which for a long time closed the door of the Academy to
her and which finally gave way only to the power of authority. The cause for so unfair and exclusion had
no other explanation than the profession of her husband, one of our most famous painting dealers. The
Academy found the interests of its body so essentially compromised by this circumstance that, in order to
preserve itself from so dangerous an influence, it decided no longer to admit any woman, no matter how
distinguished her talent and her work.26
Como conclusin final Grimm desvela que el verdadero problema de la Academia resida
en la admisin femenina sin tener en cuenta el talento o distincin, y esto se confirma al
conocer las cifras; si la Academia acept a unos 450 artistas aproximadamente a lo largo
de su historia, slo 15 fueron mujeres. No obstante S. Gugan considera que tanto Vige
Le Brun como Labille-Guiard permitieron elevar el descrdito que se le tena al gnero
del retrato, que en sus manos se convirti en un gnero provechoso, lucrativo y
simblico.27 Ambas lucharon para que la situacin de sus coetneas cambiara, la primera
gracias a sus viajes y la segunda de manera ms activa en la Academia, donde reivindic
que no hubiera condiciones para admitir mujeres y el nmero fuera ilimitado y no cerrado.
La Revolucin Francesa junto a la creacin del Institut de France28 pusieron fin al rgimen
minoritario que exclua a las mujeres pero que por lo menos las consideraba. Con la
creacin de la Academia de Beaux-Arts en 1816 se les volvi a negar la entrada e hizo
falta esperar hasta 1903 para que una mujer, la pintora Odette Pauvert, ganara por primera
vez el Gran Premio de Roma.
Figura 1: lisabeth Vige Le Brun. La Paz brindando la Abundancia. 1780. leo sobre lienzo. 103 x 133 cm. Muse du Louvre, Pars
26 Ibdem pg. 88-89. 27 Palabras del artculo BAILLIO; SALMON; FUMAROLI 2015, pg. 60. 28 Institucin acadmica francesa creada en 1795 que agrupaba la Academia Francesa, la Academia de Inscripciones y Lenguas Antiguas, la Academia de Ciencias, la Academia de Bellas Artes y la Academia de Ciencias Morales y
Polticas.
https://fr.wikipedia.org/wiki/Acad%C3%A9mie_des_sciences_(France)17
II. Vestir y aparentar
la poltica de la moda femenina a finales del
siglo XVIII
Cada momento de la historia tiene sus acontecimientos, personajes y revoluciones que
pasan a formar parte del imaginario colectivo de un siglo. Si aplicramos reduccionismos,
el siglo XVIII sera el de la Ilustracin y la Revolucin Francesa, pero segn D. Roche
en La culture des apparences: une histoire du vtement XVIIe-XVIIIe sicle, las revistas
y poupes de moda fueron tan influyentes como la enciclopedia y la guillotina.
La ambicin de Lus XIV era convertir su reino en el ms poderoso de Europa en todos
sus aspectos: centraliz la corte en Versalles, se propuso extender sus dominios a todos
los territorios adyacentes y elabor unas rgidas normas de etiqueta que determinaran y
potenciaran la apariencia entre el Rey, los nobles y las dems clases sociales. A
diferencia de otras cortes europeas como la inglesa que prefiri materiales de bajo coste
para obtener mayores beneficios productivos, la francesa estableci la moda para toda la
nacin y promovi manufacturas nacionales para impulsar la economa innovando
tcnicamente y apostando por la calidad. Francia con su cultura, sus artes y su lengua
estaba destinada a dominar Europa, y lo que fue una obsesin se convirti en una realidad
gracias a la Ilustracin, que elev a la cultura francesa como la ms refinada, imitada y
estimada del momento, lo que implicaba obviamente a la moda:
French that we seek to imitate above all.29
El atractivo de la cultura francesa ayud a la extensin de su moda. Las alianzas
matrimoniales hechas por los Borbones, la dispersin de los hugonotes tras el edicto de
Nantes de 1685 y las misiones diplomticas ayudaron a extender la influencia de la corte
de Versalles, llegando a ser la ms imitada en las dems cortes europeas. Con el impulso
dado a la industria textil, la superioridad de la sedera francesa fue ganando influencia,
aunque los motivos ms determinantes fueron la formacin de la sociedad de saln y la
adopcin de la lengua francesa en los medios cultivados.
La fabricacin de los tejidos determinaba la prenda que iba a ser confeccionada o la
categora social de aquel que la vesta. Las nuevas posibilidades de tonalidades
compuestas, medios tonos y degradados de color ofrecieron a los fabricantes numerosas
combinaciones durante la duracin del perodo, con un gusto por los matices durante el
reinado de Lus XV y una viveza vibrante con Lus XVI. Fue la poca dorada del bordado,
del gusto por el lujo y la pasin por la fantasa, fue la poca en la que los franceses estaban
ms dispuestos a gastar en su apariencia. Si tenemos en cuenta que el salario medio de un
trabajador era de 4 libras al ao, en 1735 un vestido costaba 6 libras y 8 libras en 1756.
Madame du Barry lleg a gastar 7.600 libras en un solo atuendo, y en 1772 Mara
Antonieta estableci un presupuesto anual de 150.000 libras para su guardarropa llegando
a tener una deuda de 500.000 a los ocho meses de haber sido coronada. Y aunque Francia,
29 Palabras de Carlo Goldoni de 1762 citadas en CHRISMAN-CAMPBELL 2015, pg. 4.
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concretamente la corte de Versalles y Pars, ya haban sido lderes de la moda durante el
reinado de Lus XIV, la segunda mitad del siglo XVIII confirm y extendi la reputacin
a travs de tres influyentes mujeres que vehicularan los cambios y tutelaran la dinmica
de la industria. Madame de Pompadour fue la insignia del gusto refinado del momento,
aunque no dud en vestir con tejidos estampados totalmente prohibidos en aquel
entonces, e introducir el orientalismo a la vez que reviva el estilo Lus XIV. Madame Du
Barry la sucedi como amante del rey, aunque no como alguien influyente en el vestir,
sin embargo, alent los caros dispendios en joyas y complementos, razn por la que fue
duramente rechazada. Curiosamente este comportamiento pas a ser aceptado una vez
obligada a abandonar la corte en 1774 al morir Lus XV, momento en el que cambi de
actitud al adoptar estilos ms sencillos. Por ltimo, encontramos a la ms relevante e
icono indiscutible de este perodo, la reina Mara Antonieta, que focaliz su inters en el
mundo de la moda a falta del poco caso que le hacia su introvertido marido polticamente
y personalmente, convirtindose en el ideal a seguir por todo el continente.
Si con Lus XIV los atuendos masculinos eran los que marcaban las pautas, ahora los
femeninos tomaban el control. Fueron momentos de cambios, de tantos que hasta
empezaron a debilitarse las fronteras entre clases sociales. Hasta la fecha el vestir siempre
se haba correspondido con el estatus: la gente era lo que vesta y se seguan unas fuertes
y estrictas normas impuestas por el Rey Sol, lo que significaba que los nobles se
distinguan preminentemente a travs de su apariencia. Pero el astro rey se apag, y con
su marcha la luz absolutista no poda seguir brillando tan fuerte, lo que hizo que la
relajacin entrara en la corte. Pero sta no lleg sola, a ella se le unieron la situacin legal
y la economa correcta para que la imitacin tuviera la oportunidad de hacerse un hueco
en el mercado a la par que los smiles de tejidos caros ganaban popularidad. Las clases
altas se fijaban en las bajas, y las clases bajas en las altas, creando un curioso juego
recproco de imitacin y apariencia. Segn el psiclogo J.C. Flugel:
which it is associated. But when the barriers between one grade and another become less insuperable, when,
in psychological terms, one class begins seriously to aspire to the position of that above it, it is natural that
the distinctive outward signs and symbols of the grades in question should become imperiled... It is
fundamental human trait to imitate those who are admired or envied. 30
A lo que K. Chrisman-Campbell aade que un tpico recurrente en la literatura del
Antiguo Rgimen era la confusin de los smbolos de clase, con pasajes en los que los
personajes confundan sus ropas o las intercambiaban con las de sus superiores dando
como resultado escenas cmicas que al resolverse dejaban claro que este intercambio de
papeles era momentneo y cada individuo volvera a su condicin de nacimiento. La
comedia era ahora una realidad en la que ambas clases participaban, y pese a que fue un
cambio que marc un antes y un despus, no todos se regocijaban con ello. Este es el caso
del prncipe de Ligne, preocupado por las consecuencias que podran traer estas prdidas
de identidad:
How can one keep up respect for family rank, class and official superiors? Everyone, even the shoemaker,
is dressed alike.31
30 Palabras de J.C. Flugel citadas en CHRISMAN-CAMPBELL 2015, pg. 8. 31 Palabras del prncipe de Ligne citadas en CHRISMAN-CAMPBELL 2015, pg. 9.
19
Por primera vez en la historia cualquier persona poda vestir como la nobleza si el dinero
se lo permita. Se extendi la idea de una clase alta vestida con sencillez y una baja con
altiveza, incluso en algunas ocasiones llegaron a compartir los mismos ornamentos
gracias al floreciente mercado de segunda mano y el concepto de los complementos del
incipiente ready-made o prt-a-porter. Louis-Sbastien Mercier describe uno de estos
mercadillos celebrados cada lunes en la Place de Grve de Foire du Saint-Esprit:
The buyer does not know and does not care where the corset she is buying came from. The innocent and
poor girl puts on the clothes in which a lewd Opera girl danced the day before, even as her mother watches.
Everything seems purified by the sale or by the posthumous inventory.32
Y cuando la moda se hace accesible a las masas ya no puede considerarse como tal, se ve
obligada a reinventarse constantemente. El economista Adam Smith escribi que en 1759
las modas slo duraban un ao, una eternidad si se piensa en los voltiles estilos del
reinado de Lus XVI, a lo que apunta que esta rapidez incansable se deba al fruto del
capricho femenino o de la opulencia en la que los peinados y tocados eran los ms
afectados por su facilidad de adaptacin. Un testimonio an ms claro de la voluntad
incansable de la bsqueda de nuevas maneras de vestir lo encontramos en el lamento de
Mercier que tan pronto como quera realizar un pequeo diccionario de las modas y su
singularidad se daba cuenta de que el lenguaje de las boutiques ya no era el mismo. Para
el Magasin des modes nouvelles, una de las nuevas publicaciones de la poca, era justo
que aquello a lo que se llamaba frvolo e inconstante tuviera el derecho a cambiar cada
cierto tiempo, y bromeaba con el hecho de que la moda francesa era tan inestable a causa
del clima. No es de extraar entonces que la historiadora M. Delpierre en Dress in France
in the Eighteenth century
de la m : con temporadas marcadas por las estaciones,
tendencias internacionales, grandes nombres de la costura, una maquinaria poderossima
en la que participan los medios de comunicacin que se vio favorecida por la aparicin
de las primeras revistas de moda y el espritu rebelde que nunca quiere acomodarse
porque ansa el cambio. La moda nunca haba tenido una distincin sexual marcada y fue
en estos momentos cuando se le adjudic el carcter femenino que todava tiene hoy en
da. La indumentaria se volvi un vehculo perfecto para la visibilidad y la versatilidad,
y como era un asunto econmico deriv en uno poltico. De pasividad a actividad, la moda
era un estamento que interesaba a toda la nacin:
A point of science interests only five hundred citizens, a pleasing fashion affects four million subjects, an
industrious trendsetter can enrich ten thousand workers by a single stroke of a genius.33
La tendencia por mostrar eventos contemporneos fue in crescendo, desde
descubrimientos de todo tipo, victorias militares, canciones populares, xitos de pera e
incluso el apoyo o no a las reformas polticas. K. Chrisman-Campbell plantea, en Fashion
Victims. Dress at the court of Louis XVI and Marie-Antoinette de 2015, que las constantes
transformaciones durante las dcadas de 1770 y 1780 guardan una estrecha relacin con
la Revolucin Francesa de 1789, ya que representan un experimento, una transicin del
lujoso y restrictivo Antiguo Rgimen hacia la disponibilidad, diversidad y accesibilidad
32 Palabras de Louis-Sbastien Mercier de Tableau de Paris citadas en CHRISMAN-CAMPBELL 2015, pg. 9. 33 Palabras de Magasin des modes nouvelles franaises et anglaises citadas en CHRISMAN-CAMPBELL 2015, pg.
8.
20
de la moda de la era moderna, circunstancias de las que somos herederos y hemos
continuado explotando. La universalidad del traje francs fue paralela al papel
ascendiente de la mujer en el seno de la sociedad del siglo XVIII, y en este terreno
convivieron tres figuras imprescindibles que ayudaran a formalizar estos cambios: la
marchande des modes, la petite-matresse y la reina Mara Antonieta.
A partir de la dcada de 1770 la aparicin de las primeras revistas de moda que
substituyeron a las poupes o Pandoras,34 muecas de reducidas dimensiones que servan
como muestrarios de indumentaria, favorecieron an ms la extensin del estilo francs.
stas fueron diseadas para captar los rpidos cambios y difundirlos antes de que variaran
de nuevo en una frentica carrera contrarreloj en la que se luchaba contra el capricho.
Entre sus ventajas se encontraban la reduccin de costes y la efectividad comprobada de
llegar a un mayor nmero de pblico y lugares motivados por los avances del correo. Los
repartidores se e la moda y cargaban con noticias e
ilustraciones para aquellos que no tenan tanta suerte de residir en Pars, aunque en
ocasiones al llegar a su destino las novedades ya haban quedado obsoletas. Algunas de
estas nuevas publicaciones fueron Le Journal du Got (1768), La Galerie des Modes et
du Costume Franais (1778-1788) o Cabinet des modes o Magasin des modes nouvelles,
franaises et angloises (1785), que se publicaba cada 15 das en el primer ao de su
impresin y pas despus a hacerlo cada 10 debido a las exigentes y efmeras tendencias.
La misma publicacin vaticinara:
Fashion, which its detractors have called slight, inconstant, fickle, frivolous, is, however, fixed in its
principles; and we believe, in truth, that there is injustice in treating it... so harshly. We see how constant it
is seizing all remarkable events, adapting them, recording them in it annals, IMMORTALIZING them in
memory... We flatter ourselves that no one can deny that the Cabinet des modes could even become useful
to historians.35
La marchande des modes
No fue hasta el siglo XVIII cuando la moda empez a mirarse como un arte y no como
una mera transaccin. La figura tras este triunfo fue la de la marchande des modes, nacida
en Francia, pero con rpida presencia en otros pases europeos. De hecho, surgi como
una nueva ocupacin que hasta la Enciclopedia intent definir en uno de los apartados de
MODE, marchands et marchandes de, (Commerce) les marchandes de modes sont du corps des Merciers,
qui peuvent faire le mme commerce qu'elles ; mais comme il est fort tendu, les marchands de modes se
sont fixs vendre seulement tout ce qui regarde les ajustements et la parure des hommes et des femmes,
et que l'on appelle ornements et agrments. Souvent ce sont eux qui les posent sur les habillements, et qui
inventent la faon de les poser. Ils font aussi des coffures, et montent comme les coffeuses.36
34 Aparecieron en la corte de Isabel de Baviera y se popularizaron como obsequios diplomticos. En ocasiones se hacan a imagen de quien las encargaba. A partir del siglo XVII pasaron a ser las encargadas de exportar la moda, y ms marcadamente an en el siglo XVIII. Solan ser de madera, cera o porcelana y eran de dimensiones reducidas debido a su carcter viajero, aunque se han documentado algunos de tamao real. 35 Palabras del Cabinet des modes citadas en CHRISMAN-CAMPBELL 2015, pg. 7. 36 Texto extrado de ENCYCLOPDIE DE DIDEROT ET D'ALEMBERT. Modes [en lnea] [Fecha de consulta: 24 de marzo de 2016] Disponible en: http://xn--encyclopdie-ibb.eu/index.php/science/2068791145-philosophie-
logique/7207048-MODES
http://encyclopdie.eu/index.php/science/2068791145-philosophie-logique/7207048-MODEShttp://encyclopdie.eu/index.php/science/2068791145-philosophie-logique/7207048-MODES21
El Cabinet des modes las diferenciaba frente a las costureras:
While couturires were essentially manual laborers, marchandes des modes and particularly French ones
were thought to possess and innate, mysterious ability to transform women into creatures of fantasy and
d fashion magazines encourages this belief, serving as
paeans to the creativity of the marchandes des modes.37
Para ser marchande no se necesitaban estudios ni aprendizaje, tan solo una sensibilidad
por el estilo, hecho que haca que ellas mismas fueran la personificacin de la moda y sus
correspondientes extravagancias: su mejor propaganda junto a las petite-matresse, las
actuales fashion victims, eran ellas mismas. No eran slo la fuerza conductora, sino que
actuaban como puente entre las clases trabajadoras y la aristocracia, teniendo acceso
privilegiado a los apartamentos privados de sus superiores. Pero tambin eran tachadas
de smbolos de clase, consumo y sexualidad, ya que al aparecer en los magasins y ser
conocidas en las calles, provocaban controversia y curiosidad por igual.
Como la mayora fueron mujeres, esto fue visto como el triunf de las anteriores
couturires (costureras), que originalmente eran usadas por sastres y lingres (fabricantes
de lencera). stas recibieron la autorizacin de hacer algunas prendas de mujer y nio
hasta los ocho aos en 1685, y en 1782 se les permiti confeccionar corpios y paniers
(paneles o guardainfantes), proceso por el que haban de pasar un aprendizaje de tres aos
ms dos en servicio. El cambio determinante lleg en 1776 cuando el ministro Turgot
hizo firmar al rey el edicto de abolicin de los gremios, lo que traa como consecuencia
que todo el mundo quedara libre de ejercer un oficio, abrir un taller y escoger su mano de
obra. En abril de ese mismo ao aparecieron los poufs, grandes tocados en los que naca
la extravagancia que a veces rozaba el ridculo, monumentos de peluquera de hasta 90
centmetros de altura que introducan cualquier cosa, desde retratos, pequeas maquetas,
o que fuera estimado por la persona que tuviera que
aguantar su peso. La clebre Rose Bertin, la marchande ms exitosa de la poca y la que
asociacin de fleuristes (fabricantes de flores artificiales) y plumassires (comerciantes
de plumas), entre otros artesanos, para que adquirir un atuendo completo (que constaba
normalmente de vestido, guantes, abanico, tocado y zapatos) fuera posible con una sola
visita en vez de acudir a diferentes establecimientos. Actuaban como maestras de
ceremonias, ms proyectando que creando, dirigiendo como perfectas arquitectas de la
moda a sus asistentas, las ouvrires o grisettes, llamadas as porque vestan ropas de una
tela barata de color gris muy popular durante el ltimo cuarto del siglo XVIII. Ellas eran
visionarias, tenan el poder de decidir aquellas prendas, colores o adornos que iban a
causar furor no solamente en Pars sino en Europa entera, y los honorarios por sus
servicios empezaron a crecer de manera incontrolable. Por primera vez en la historia la
moda vala ms que la suma de sus partes. Si a los clientes no les molestaba tanto pagar
altos precios era porque en muchas ocasiones no pretendan pagarlos, motivo que
derivaba en la acumulacin de facturas de grandes cantidades durante aos que provocaba
la rebaja del importe o bancarrota de algunas marchandes, como sucedi con el prncipe
de Gumene, marido de la gobernanta de los prncipes reales, que al declararse en
bancarrota en 1782 hizo que una marchande perdiera 30.000 libras.
37 Palabras del Cabinet des modes citadas en CHRISMAN-CAMPBELL 2015, pg. 58-59.
22
Sus tiendas se situaban normalmente en los centros de las ciudades, aunque tambin las
haba itinerantes en Les Halles, el Quai de Gesvres, el Cementerio de los Santos Inocentes
y ferias o mercados estacionales. Los nombres de los establecimientos solan empezar
marchandes
ms exclusivas ponan sus tiendas en la Rue Richelieu y Rue Saint-Honor, con grandes
cristales que mostraban los bienes provistos en su interior iluminados por lmparas y a
las grisettes atendiendo a los clientes [Fig. 2]. Los horarios de abertura eran muy flexibles,
el trato mejoraba dependiendo del rango del cliente e incluso se cre el hbito de visitar
la tienda de Madame Bertin los martes tras salir de la pera, momento en el cual utilizaba
como reclamo los vestidos que estaba confeccionando para la soberana.38 Algunas de ellas
tambin se establecieron en el primer centro comercial moderno, el Palais-Royal, abierto
por el Duque de Chartres en la dcada de 1780 [Fig. 3]. Con un total de 125 locales,
contena tiendas, apartamentos, cafs, clubs, libreras, galeras y hasta un prostbulo. Se
convirti rpidamente en el sitio de moda, lujo y etiqueta, dominando hasta la Revolucin
el comercio de la moda y dictando los gustos europeos, ya que tambin exportaban y
enviaban representantes como reclamo a las ciudades de Bath y Spa.
Figura 2: Robert Bnard. Encyclopdie 1777. Gravado. The Rothschild Collection, Waddesdon
Figura 3: Philibert-Louis Debucourt despus de Claude-Louis Desrais. Promenade de la Galerie du Palais Royal. 1787. Gravado a color. Coleccin Widener en National Gallery of Art, Washington D.C.
38 Para ms informacin sobre la relacin entre Rose Bertin y Mara Antonieta, el diario que hizo sobre sus creaciones para la reina es un testimonio muy interesante. BERTIN, Rose; SCARAFFIA, Giuseppe (pre.). Mmoires sur Marie-
Antoinette. Pars: Rivages, Coleccin Rivages Poche/Petite Bibliothque, 2014.
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La iconografa que las representaba en los magasins era muy parecida a la realidad, ya
que aparecan con vara de medir y una caja llena de lazos, plumas, encajes y otros
ornamentos, llevando normalmente capas para indicar que no se quedaran demasiado
rato. A veces se las representaba en el momento del lver (el proceso de vestir a un hombre
o mujer). Las marchandes podan identificarse por tres cualidades: eran mujeres que
vestan tan bien como sus clientes, cargaban con las herramientas de su oficio y
fsicamente podran calificarse como atractivas y seductoras [Fig. 4 y 5]. La moral de la
poca las declaraba como sexualmente disponibles, y por ello muchos hombres visitaban
las tiendas con la excusa de hacer regalos a sus esposas. Con algunas notables
excepciones, las mujeres continuaban excluidas de la esfera pblica y esta fue una de las
pocas salidas que encontraron. La tentativa de convertirse en marchande era una
alternativa a seguir bajo la tutela y rango de un hombre. La realidad era que gozaban de
libertad y poder, rasgo que las diferenciaba de la aristocracia donde por mucho poder e
influencia que se tuviera la independencia era ms cara de conseguir.
Figura 4 (izquierda): Franois Boucher. La Marchande des Modes o Le Matin. 1746. leo sobre lienzo. 64 x 53 cm. National Museum, Estocolmo. Figura 5 (derecha): Nicolas Dupin. Gallerie des modes et costumes franais
1778. Litografia. Boston, Museum of Fine Art, Boston.
A su vez, eran un recordatorio constante del poder desestabilizador de la moda y su juego
de las apariencias, ese que poda transformar a una prostituta en una dama y a una reina
en una pastorcilla, motivo por el cual fueron vctimas de la perpetuacin de falsos
estereotipos reflejados en obras de ttulos tan negativos como descriptivos como el
publicado en 1769, de
Pierre-Jean-Baptiste Nougaret. Durante el XVIII marchande des modes tambin era un
mpopular amante de Lus XV,
Madame Du Barry, trabaj durante su juventud como marchande de vinos y tambin
como ayudante del padre de Labille-Guiard. Algunas mujeres contribuan a avivar los
rumores en su contra alegando que eran una influencia corrupta por alentar la vanidad y
la extravagancia, y curiosamente algunas de las voces que se alzaban a favor eran
masculinas, como es el caso de Nicols Edme Restif de la Bretonne, que cansado de tantos
revuelos sin razn declar que las marchandes no eran menos que otras mujeres
trabajadoras y por lo tanto merecan respeto. K. Chrisman-Campbell comenta que las
acusaciones sobre prostitucin tampoco eran del todo falsas, ya que como a mediados de
los 1770 haba tanta competitividad, era cada vez ms difcil ganarse la vida, y es que las
menos favorecidas por la situacin precaria que haba provocado el despilfarro inicial del
reinado de Lus XVI se vieron relegadas a las calles y en ocasiones a vender su cuerpo
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para poder subsistir. Las cifras hablan por s solas; a finales del siglo XVIII haba unas
mil setecientas matre-couturires solamente en Pars, la ciudad que controlaba la
industria y que todava puede considerarse como una de las capitales mundiales de la
moda junto a Miln y Nueva York.
Mujeres valientes que se antepusieron a las normas de su sociedad, que quisieron coger
las riendas de su propia vida para tener independencia y prestigio. No todos sus nombres
han sobrevivido al paso de los siglos, pero sin ellas la moda del siglo XVIII no hubiera
sido la misma.
Arquitecturas de cabello: la poca dorada de
los peluqueros
Lus XIV impuso la moda de las pelucas masculinas a inicios del siglo XVIII, pero fue a
partir de 1730 cuando las francesas empezaron a utilizar con ms ahnco los postizos de
cabello que no diferan de los peinados naturales, debido a la comodidad que supona
evitar las tediosas horas de arreglos capilares diarios y por las constantes plagas de piojos
y suciedad a la que se vean sometidos en una poca en la que la higiene personal segua
sin ser una prioridad. No obstante, las pelucas eran ms llevadas por hombres que por
mujeres, ya que se sigui la decisin de la reina de lucir el cabello natural. La otra opcin
era el empolvado de almidn, lo cual obligaba a dormir con una cofia de tafetn para
evitar llevar a cabo la operacin del accomodage cada da, que consista en envolver al
cliente en un peinador mientras esconda el rostro en un cucurucho de cartn y se
empolvaban los cabellos previamente tratados con pomadas o esencias [Fig. 6]. En relacin
al empolvado de cabello C. Lebas comenta :
Ce furent les comdiens qui imaginrent les premiers en France de poudrer les cheveux. Les personnages,
bouffons surtout, se saupoudraient le crne et le visage de farine pour se donner un air plus risible. De l
vient le nom de Jean-Farine, qui est encore en usage. Qui aurait pu penser que, cinquante ans aprs, la mode
ne permettait plus de paratre en habit de crmonie, sans avoir ainsi la tte couverte de farine?.39
Los coiffeurs se diferenciaban de los barbiers-perruquiers en el sentido artstico y en que
tenan la exclusividad para fabricar y distribuir pelucas, y con el alza de la moda como
cuestin de estado aprovecharon su momento para reivindicarse. La primera pretensin
fue la de hacer de la peluquera un arte a travs de enriquecerla con la creacin de la
Academia del Peinado por parte de Legros en 1769, que ya haba dejado claras sus
pretensiones con la publicacin del primer tratado sobre el peinado, Arte del peinado en
las damas, con varias ediciones y suplementos entre 1765-1768. A la causa se le
aadieron ms compaeros de profesin como Lefvre en su Trait des principes et de
, que vuelve a referirse a la peluquera como un arte por estar en
contacto con la belleza diariamente:
sexe.40
39 JACQUES; LEBAS 1979, pg. 136. 40 Ibdem pg. 148.
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Esta promocin a partir de las publicaciones fue muy prolfica. En poco tiempo se
publicaron decenas de tratados entre los que destaca Art de la coiffure des dames del
peluquero de Madame de Pompadour, Le Gros, o
se coiffer de Tissot en 1765.
El pouf fue simblico de este perodo, ya que estaba diseado para cambiar
continuamente. Tratado como un complemento ms, tuvo su primera aparicin a finales
del reinado de Lus XV, en abril del 1774, y los testimonios de la poca hablan por s
solos, explicando perfectamente lo que eran estas ingenieras verticales que espantaban y
triunfaban por igual:
We see in one bonnet the opening of the Parliament on another, the peace between Russians and the Turks,
on another, the battle of Ivry and Henri IV, or even an English garden, and in short all the great events
ancient and modern.41
El pouf era un espectculo en s mismo, una autntica locura que serva para conocer las
inquietudes de las mujeres o incluso las noticias de actualidad; eran la publicidad y las
telenoticias de hoy en da que determinaba su altura en base a la situacin social y legal
de la mujer que lo llevaba. Se crearon infinidad de estilos, tantos que
adress aux dames publicado en 1772 recoge en 39 volmenes 3.744 estilos de peinado.
Cualquier acontecimiento era merecedor de ser representado en un pouf y no tardaron en
aparecer diferentes categoras, como los pouf aux sentiments (pouf de sentimientos),
nacidos tras la muerte del monarca en mayo del 1774 y que transmitan el sentimiento de
pena y duelo por su muerte, o los pouf aux circonstances (pouf de circunstancias), que
representaban temas narrativos. Ese mismo ao con motivo de la inoculacin de Lus
XVI, la corte lo celebr con el (pouf a la inoculacin), que
representaba un sol naciente con la serpiente de Asclepio retorcida alrededor de una rama
de olivo. Estas extravagancias no tenan lmite porque se basaban en la imaginacin y
creatividad de los peluqueros que se apresuraban por contentar a las damas
constantemente en guerras envidiosas por distinguirse de los dems y marcar tendencias
que seran imitadas. Tal fue la popularidad de estos particulares tocados que la condesa
de Matignon destino 24.000 libras anuales a que el clebre peluquero Beaulard ideara un
tocado nuevo para cada da. El mismo peluquero invent un postizo con mecanismo que
permita subir y bajar el peinado llamado perruque la grand mre (peluca a la abuela),
para poder manejar las susceptibilidades de las personas mayores que se escandalizaban
con tan extraa moda. Los peinados a veces alcanzaban tales alturas que las damas se
vean obligadas a sacar sus cabezas por las ventanas o a arrodillarse para poder ir en
carruaje. En cierta ocasin, Mara Antonieta, al querer ir a un baile y no caber en la
carroza, tuvo que deshacerse el peinado para volver a peinarse ms tarde.
Las consecuencias? A parte de las evidentes contracturas de cuello, espalda, aparatosas
cadas y decenas de caricaturas que se publicaron sobre los peinados de las mujeres
francesas [Fig 7], los poufs obligaron a reducir la altura de los tacones porque estos se
rompan con ms facilidad a causa del peso y porque los peinados ya eran tan altos que
no haca falta alzar ms a las damas. Una reflexin muy importante sobre este tema es
41 CHRISMAN-CAMPBELL 2015, pg. 6.
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que con sus arquitecturas capilares las mujeres superaban a los hombres en altura, lo que
las haca superiores en jerarqua, aunque solamente fsicamente.
Todo momento de exceso tiene como respuesta el total rechazo de ste una vez se ha
perdido el furor. Con la llegada de la Anglomana en la dcada de 1770 las francesas
cambiaron sus altos peinados por sombreros la Marlborough, la Devonshire o la
Charlotte. El pouf y los polvos de almidn quedaron desfasados favoreciendo la
naturalidad de los cabellos que haban estado sometidos a tan exigentes tratos. Como en
otras ocasiones, el modelo a seguir fue el de la reina Mara Antonieta que en 1781 empez
a mostrar signos de alopecia por culpa de la locura de los pouf, motivo por el cual el
peluquero real Lonard cre para ella el peinado de poca altura y con bucles
que contribuy a la inminente simplificacin de los vestidos. A su vez lisabeth Vige
Le Brun comenta en sus Souvenirs que como ella nunca haba sido partidaria de estas
modas, contribuy al abandono de los polvos.
Figura 6 (izquierda): Nicolas Dupin despus de Pierre-Thomas LeClerc. Gallerie des modes et costumes franais, 12e Cahier des Costumes Franais, 6e
culotte noire et bas de foie . 1778. Gravado acuarelado. Museum of Fine Arts, Boston. Figura 7 (derecha): Annimo. une Frisure
la Grenade sur laquelle elle port son fameux marn au milieu de ses Triomphe, et aux acclamations du peuple qui . 1778. Gravado a color. Bibliothque nationale de France, Pars
As se cerraba uno de los captulos de la historia del peinado ms creativos y delirantes
que tuvo lugar durante los ltimos 15 aos del reinado de Luis XVI despus de casi 50
aos de quietud.
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III. vige Le Brun, a la moda y de
moda
ESTADO DE LA CUESTIN
En este ltimo bloque nos proponemos establecer la relacin existente entre la obra
pictrica de lisabeth Vige Le Brun y la moda de las dcadas de 1770-1780 para
descubrir hasta qu punto ella era influida e influa. Si bien es cierto que esta conexin ha
sido observada por diferentes autores, todava no se ha publicado ningn estudio que trate
el tema en profundidad ni de su etapa parisina ni de su trayectoria profesional general. No
obstante, existen algunas publicaciones recientes nacidas a raz de la ltima retrospectiva
dedicada a la pintora que han empezado a fijar su atencin en este campo todava por
explorar.42 Este apartado tiene como objetivo analizar lo que se ha dicho hasta el momento
antes de pasar a las correspondencias elaboradas personalmente.
Si analizamos primero las investigaciones que aluden directamente a la relacin de la
pintora con el inters por la apariencia encontramos a cuatro investigadores principales.
J. Trey es la autora de La mode la cour de Marie-Antoinette, publicado en 2014, un
estudio sobre las diferentes tendencias que convivieron y se sucedieron durante las
dcadas de 1770-1780, precisamente las mismas en las que se encontr en activo Vige
Le Brun en Pars durante su juventud. Trey inici su carrera como conservadora de
pinturas y pasteles del Chteau de Versalles en 2007, ha investigado la figura de la
princesa Madame lisabeth, hermana de Lus XVI y actualmente es conservadora de
dibujos franceses de los siglos XVII y XVIII, por lo cual es lgico que Vige Le Brun se
haya cruzado en su camino en numerosas ocasiones y sea la artista a la cual recurrir a la
hora de ilustrar sus conocimientos sobre moda y la evolucin de sta. Con motivo de la
retrospectiva itinerante que se inici en Pars, fue una de las autoras invitadas en el ciclo
de conferencias con lisabeth Louise Vige Le Brun et la mode, ttulo que indica
claramente la correlacin. No nos fue posible la asistencia, pero s pudimos escuchar su
retransmisin va Internet, y en ella se trat este aspecto de manera muy general y poco
especfica ya que Trey comenta brevemente las caractersticas de un estilo o tendencia
mientras hace referencia a uno o ms retratos o simplemente los describe sin ir ms all.
J. Baillio es uno de los mximos especialistas en la figura de Vige Le Brun y ha estado
vinculado a la investigacin y puesta en valor activamente desde los aos 80 siendo uno
de los comisarios de las dos grandes exposiciones que se le han dedicado. l es otra de
las personalidades que ha empezado a escribir sobre la moda en los retratos de la artista,
concretamente en lisabeth Louise Vige Le Brun de 2015,
donde hace dos consideraciones muy interesantes sobre el vestir. La primera, ya citada en
el primer bloque,43 donde el autor comenta que a partir de la expresividad, decorados y
variedad de indumentaria la artista situaba socialmente a sus modelos a la par que
manifestaba su psicologa y temperamento. De una consideracin general pasamos a una
42 Todas las publicaciones y artculos mencionados en este apartado han sido consultados para la construccin del tercer bloque del trabajo y pueden encontrarse en el listado bibliogrfico. 43 Opus citatum, nota al pie nmero 17, pg. 11.
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muy directa donde seala que hizo evolucionar la moda femenina siguiendo su propia
esttica y predileccin por vestidos ligeros a favor de la naturalidad:
Vige Le Brun fit voluer la mode fminine ds la fin du rgne de Louis XVI selon sa propre esthtique.
Ayant une prdilection pour les toilettes lgres tuniques ceintures sous la poitrine chles et turbans sans
ornements superflus mettant en valeur la silhouette et librant le corps, pour les cheveux naturellement
rivit de ses tableaux,
autant que la biensance le lui permettait, les redoutables robes panier, les coiffures poudres et
chafaudes et les constellations des bijoux encore en usage.44
Secundamos esta opinin al considerarla muy acertada porque a travs del anlisis
elaborado a partir del siguiente apartado hemos encontrado muchas evidencias de que fue
as. Baillio no dedica ningn apartado a la moda, pero es el nico que hace referencias a
ella en el catlogo de obras iniciado en la pgina 82, mientras todos los dems textos de
contribucin de autores como E. Deriabina o P. Lang, por citar algunos, se centran en la
descripcin de la obra y en explicar simplemente la vida de la persona retratada. Baillio
en cambio es el ms sensible de todos y establece correspondencias con la sociedad y
moda de su tiempo explicando qu lleva Vige o la modelo y qu significaba vestir as.
En la misma publicacin s que podemos encontrar un captulo dedicado a la moda en los
retratos de Vige Le Brun a cargo de la conservadora del Palais Galliera, Muse de la
Mode et du Costume de la Ville de Paris. P. G. Ballesteros titul su artculo Entre ralit
et fiction. Les choix vestimentaires de Mme Vige Le Brun, que se inicia alabando la visin
esttica y atenta a las prendas en su pintura:
De prime abord, lisabeth Louise Vige Le Brun semble un de ces peintres remarquables pour leur attention
aux vtements et aux textiles, un tmoin exemplaire de la mode de son poque. Le rendu fidle et flneur
des toffes est indniable dans son , tout comme le rle essentiel du costume dans sa vision
esthtique.45
Si bien es cierto que la artista dejaba muy claras sus predilecciones en asuntos de moda
mostrando su gusto por lo natural y sencillo y su rechazo a la pomposidad final del
Antiguo Rgimen, no estamos de acuerdo en la conclusin que da al opinar que a Vige
Le Brun no le interesaba la moda, slo sus propias creaciones y la carga metafrica que
podan adquirir. Bajo nuestro punto de vista este juicio necesita ser matizado. lisabeth
era hija de un tiempo en el que la moda cambiaba a un ritmo frentico, en el que ella
misma era receptora de estas tendencias siendo joven, talentosa y codendose con las
grandes familias de Pars. No poda mantenerse alejada de toda esa informacin porque
estaba en contacto con ella da a da, en su vida social y en su vida laboral. Es verdad que
la mayor parte de retratos femeninos de esta etapa intentan dar paso a la humanidad de
las retratadas a partir de la naturalidad de los vestidos, pero tambin saba hacer retratos
de representacin del smbolo del poder con misma maestra e inters en los detalles.
Para matizar esta opinin de Ballesteros es necesario recurrir a una fuente de valor
incalculable, los propios Souvenirs de la artista. Una atenta lectura de stos revela que su
vida estuvo marcada por la moda, y ms durante su etapa parisina en la que dio buena
44 Palabras de Joseph Baillio citadas en BAILLIO; SALMON; FUMAROLI 2015, pg. 30-31. 45 en
Ibdem pg. 47.
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cuenta de ella. Las pginas de esta memoria personal estn llenas de descripciones de
vestimentas. stas son muy atentas a los detalles y se nota que la autora no las utiliz
como meros pasajes para rellenar, sino para hablarnos de su sensibilidad hacia la moda
con todo l