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##Hfu**ffiffi Lo ínvestigación del fenómeno OVNI en general -y de los contactados en Particular- está lleno de ofalsas olormas". De cosos en los que lo úriico que encuentran lós investigodores es afán de publicidod, intereses económicos y malinterpretaciones más o meno§ tendenciosos de sus protagonistas. Generalmente estos episodios, uno vez desvelodo su noturaleza mundono, nunca ven Ia luz en los revistas, aunque . Io cierho es gue se¡virlan Poro educar a la opinión pública sobre los luces y las sombras de lo investigacián OYN|. Y eso es, precisomente, lo que pretendemos con este reloto. A insistencia de Antonio Puertollano nos dejó perplejos a Jose Antonio Campoy, di- rector de esta revista, y a mí. "La última vez que fui a mi lugar de contacto, tomé más de seis horas de grabación de OVNIs -afirmaba sin pestañear-. Se /es ve moverse, ascender, desapa- recer y se distinguen claramenfe sus formas... Creo que deberían usfedes venir conmigo y com- probar lo que digo". Luego confesaría: "Natural- mente, quiero sacarle algún partido económico al asunto. Me han llamado ya deTelecinco, del Mis- sissippi, y de los informativos de Antena 3 Televi- sión para que les proporcione mis imágenes, pe- ro he preferido venir a verles a usfedes". Lo que Antonio nos propuso fue que MÁS ALLA DE LA CIENCIA comercializara sus imáge- nes de OVNls, al igual que lo había hecho un amigo -concejal del municipio de Corera (La Rio- ja)-, que había entregado filmaciones similares al programa Esta noche cruzamos e/ Mississppi, de Pepe Navarro. "No quiero hacerme millona- rio, pero creo que es lícito que yo también ob- tenga algún beneficio de todo esfo", nos decÍa Antonio. La idea era que nuestra revista elabo- raraun video con sus grabaciones e hiciera un seguimiento pormenorizado de su espectacular -según su propio adjetivo- caso de contacto. Con semejante carta de presentación llegaba a nuestra redacción, a primeros del pasado mes de Septiembre, este hombre de 42 años de edad y empleado de una fábrica de automóviles. Natu- ral de Granada, Antonio aseguraba haber tenido experiencias paranormales desde los cinco años en Figueres (Gerona), para desarrollar -con el co- rrer del tiempo- unas sorprendentes dotes de sa- nación. Hace ahora 5 años se marchaba a vivir a Logroño, donde comenzó a tener -según él- "ex- periencias directas con 'ellos', los extraterresfres", y donde descubriría sus dotes de curandero. No siendo hasta el pasado mes de Julio, sin embargo -según nos explicaría el propio Anto- nio-, cuando se decidiría a filmar con una video- Íl $ E €Q .r L J I 5;e 3= 6i> §iEE; §€ HsÜ -.9Pc Q> 91;oHc SEi H;. iü ;ü* I '5;É o 1,,)f.:> C t.Y- g ü>b b ct cámara doméstica "sus" OVNls.

Ellos Dicen Que No R-006 Nº093 - Mas Alla de La Ciencia - Vicufo2

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##Hfu**ffiffiLo ínvestigación del fenómeno OVNI en general -y de los

contactados en Particular- está lleno de ofalsas

olormas". De cosos en los que lo úriico que encuentranlós investigodores es afán de publicidod, intereses

económicos y malinterpretaciones más o meno§tendenciosos de sus protagonistas. Generalmente estos

episodios, uno vez desvelodo su noturalezamundono, nunca ven Ia luz en los revistas, aunque

.

Io cierho es gue se¡virlan Poro educar a laopinión pública sobre los luces y las sombras

de lo investigacián OYN|.Y eso es, precisomente, lo quepretendemos con este reloto.

A insistencia de Antonio Puertollano nosdejó perplejos a Jose Antonio Campoy, di-rector de esta revista, y a mí. "La última vezque fui a mi lugar de contacto, tomé más de

seis horas de grabación de OVNIs -afirmaba sinpestañear-. Se /es ve moverse, ascender, desapa-recer y se distinguen claramenfe sus formas...Creo que deberían usfedes venir conmigo y com-probar lo que digo". Luego confesaría: "Natural-mente, quiero sacarle algún partido económico alasunto. Me han llamado ya deTelecinco, del Mis-sissippi, y de los informativos de Antena 3 Televi-sión para que les proporcione mis imágenes, pe-ro he preferido venir a verles a usfedes".

Lo que Antonio nos propuso fue que MÁSALLA DE LA CIENCIA comercializara sus imáge-nes de OVNls, al igual que lo había hecho unamigo -concejal del municipio de Corera (La Rio-ja)-, que había entregado filmaciones similares alprograma Esta noche cruzamos e/ Mississppi,de Pepe Navarro. "No quiero hacerme millona-rio, pero creo que es lícito que yo también ob-tenga algún beneficio de todo esfo", nos decÍaAntonio. La idea era que nuestra revista elabo-raraun video con sus grabaciones e hiciera unseguimiento pormenorizado de su espectacular-según su propio adjetivo- caso de contacto.

Con semejante carta de presentación llegabaa nuestra redacción, a primeros del pasado mesde Septiembre, este hombre de 42 años de edady empleado de una fábrica de automóviles. Natu-ral de Granada, Antonio aseguraba haber tenidoexperiencias paranormales desde los cinco añosen Figueres (Gerona), para desarrollar -con el co-rrer del tiempo- unas sorprendentes dotes de sa-nación. Hace ahora 5 años se marchaba a vivir aLogroño, donde comenzó a tener -según él- "ex-periencias directas con 'ellos', los extraterresfres",y donde descubriría sus dotes de curandero.

No siendo hasta el pasado mes de Julio, sinembargo -según nos explicaría el propio Anto-nio-, cuando se decidiría a filmar con una video-

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cámara doméstica "sus" OVNls.

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"NO LO OLVIDAREIS NUNCA"

Diversos miembros del equipo deesta revista contemplamos -en variasocasiones- las imágenes de Antonio.Se trataba, por lo general, de lucesbrillantes que emergían detrás de uncampanario o que se deslizaban enmedio de la oscuridad de la noche."No se puede asegurar nada, pero lasimágenes más espectaculares pare-cen, simplemente, los faros y luces deposición de un camión en movimien-to", me diría Campoy después de ha-ber examinado en su casa, Por Prime-ravez, parte de las secuencias de An-lonio, "pero, en cualquier caso, mesorprende la sinceridad y seguridadque muestra, así que creo que Podrí-as ir al lugar a echar un vistazo".

Dicho y hecho. El pasado 27 deSeptiembre, a mediodía, el fotógrafode esta revista -Rafael Márquez- Yyo partíamos hacia Logroño. Antoniose había cuidado de no revelar el lugarpreciso donde tendría lugar nuestraexperiencia de "encuentro cercano",aunque nos aseguró en rePetidasocasiones que íbamos "a vivir atgoque no olvidaréis nunca". Por supues-to, asentimos condescendientemente.

Tras volver a ver parte de las filma-ciones de Puertollano en su domicilio-que hace las veces también de con-sultorio- y de revisar algunas fotogra-fías de brillos sobre montañas y lucesnocturnas, nos embarcamos en micoche hacia el punto de contacto"secreto", emplazado en algún lugarde la serranía de Cameros. Antonioparecía temeroso de que la llegadade nuestro equipo alazona desvelaraun observatorio de OVNts privilegiadotanto como que la llegada de gente"no autoiizada" a la zona ahuyentasea los "extraterrestres" para siempre.Aunque su mayor preocuPación eraque no publicáramos nada sin su au-torización. La cantinela se repitió du-rante todo el trayecto..

ENCUENTROS EN NINGUNA FASE

Finalmente, un lacónico "ya hemostlegado" nos.sacó a Rafael y a mí delcansancio del viaje. Miré mi reloj: las0,50 horas. Desconfiado, eché un vis-tazo a mi alrededor. Nos encontrába-mos en medio de un sendero rufalque ascendía sinuoso por la vedienteempinada de un monte. EI sendero,impracticable para mi vehículo, discu-

En la páginaonteri6r,Antonio

Pueft,ol!ana,fotagrafiado

escoso§ fnetro§ontes de

alcanzar la"explonada del

contacto", enmedio de una

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(Lo Riojo),donde Antoniooseguro hober

filmodo susOYNIs. Nuestro

equipo deinvestigación

no pudoconstatar noda.

rría en el centrode un valle en elque podían dis-tinguirse las lu-ces de los pue-blos cercanosy, sobre todo,las luces de si-tuación rojas deun gigantesco repe-tidor de televisión.

"...Ahí están" -gritaríacon voz ahogada Antonio-. "Mi-rad hacia allá: aquélla 1u2...". Justo anuestras espaldas, cerca de donde seveían las luces del repetidor, una'luzblanca se deslizaba a baja cota. Laluna llena de aquella noche nos per-mitía distinguir los bordes de la mon-taña y aquella luz, con seguridad, sedesplazaba por debajo de su períme-tro superior. Sin dudarlo, Antonio sa-có su videocámara comenzando a fil-mar. "Tendremos una buena noche",vaticinaría.

Mientras Rafael y Antonio remonta-ban la montaña, mis fieles prismáti-

cosPentax

d estriparo n

la identidad del OVNI: setrataba de unos más que terrestresfaros de coche. Callé. De hecho, optépor esperar a que mis peores temoresse confirmaran. A fin de cuentas, noera la primera vez -ni será la última,por supuesto- que subía a la cima deun monte a esperar la llegada de losOVNIs porque el contactado de turnoasegurara que esa noche se dejaríanver. No sé si es pecar de excesiva in-genuidad o de mucho optimismo, Pe-ro siempre me he contado entr§aquellos que creen que lo mejor eb

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El enorme repetidor gue se observo bojc estas líneos, asícorno los lsces ur&'ona¡ de los poblociones cerconos cl lugordel contocta, und \tez filmodas y desenf,ocodas por lacámara de video, daban la falsa apariencio de OVNIs.

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comprobar las afirmaciones de loscontactados en el lugar de los he-chos y no precip¡tarse en sacar con-clus¡ones sobre ellos. Este caso esun buen ejemplo de ello.

-¿Los escuchas, Javier?, me pre-guntaría Antonio mientras comenzá-bamos a ascender por el sendero ha-cia una hipotética explanada dondepoder ver los OVNIs de cerca.

-¿Escuchar qué?-¡A "ellos"! Parecen pájaros, o gri-

llos, pero ese sonldo es de /os extrate-rrestres... Esta noche están aquí -con-cluirÍa diciéndome con seguridad.

Miré a Antonio de arriba a abajo.Sus ojos brillaban de excitación bajola luz de la luna. También afiné mi oí-do, pero el único sonido que acerta-ba a distinguir era el de los grillos.

Continuamos ascendiendo. Anto-nio seguía viendo evoluciones de OV-Nls. Y cree ver incluso que las lucesrojas del repetidor se elevan entreuna bruma que com¡enza a envolverlas zonas altas de las montañas queflanquean el valle. Y se asombra, ex-citado, cuando ve que la antena estáen otro punto de la serranía... porefecto del cambio de nuestra pers-pectiva al ascender. lncluso nos hacecallar cuando el ruido de los grillos seagudiza. A estas alturas, Rafael y yonos temíamos lo peor.

-¡Aquella nave está siempre que yosubo/ -vuelve a gritar Antonio, cadavez más alterado.

-¿Nave? ¿Dónde? -Ra-fael, con su escepticismo ca-racterÍstico, casi burlón, as-ciende hasta llegar al puntodonde se encuentra Antonio.

-Allí... Tiene varias luceshorizontales a la izquierday otras cuatro formandoun rombo.

-¿No será un pueblo?-pregunta Rafael irónico.

-Parece un pueblo, pe-ro no lo es.

Antonio gira la cabezayme mira a los ojos:

-¿Te das cuenta del valor que hayque tener para subir aquí solo por lanoche?

Mientras Rafael monta, resignado,su trípode, e instala su cámara pro-vista de carrete de infrarrojos para in-morLalizar aquel "OVN|", un banco deniebla comienza a extenderse sobrenosotros.

-¡Vaya! Ahora dicen que no...-irrumpe Antonio.

-¿Qué quiere decir "dicen queno"? -le increpo.

-Pues que'ellos' están provocandola niebla para no dejaros hacer fotos.

-Pues sí que estamos buenos...-comenia Rafael.

Y efectivamente. La bruma que cu-bría las zonas altas del valle comen-zaba a descender a un ritmo trepi-dante. Pese a todo, Antonio nos instaa subir a una cota superior y alcanzarfinalmente la explanada del contacto.

Los sonidos "extraterrestres" delprincipio dejan pronto paso a otrosruidos más mundanos: los fantasma-les mugidos de varias vacas que pa-cen en la zona y el tañido de sus cen-cerros. Y digo fantasmales porque, encuestión de pocos minutos, distinguirmás allá de nuestras narices se con-viftió en un esfuerzo sobrehumano.

-Dicen que no... dicen que no...-murmura Antonio mientras asciendea paso ligero-. Siempre que vengocon alguien, me pasa lo mismo...

A las 2,25 horas Antonio, Rafael yyo decidimos emprender el camino devuelta. Con las botas llenas de barro,las cámaras sin estrenar y los prismá-ticos empapados por la condensa-ción, deshacemos a tientas el sende-ro. Una vez abajo, Antonio trata de re-petir la penosa secuencia del princi-pio: persigue con su cámara las luceserráticas de algún vehículo que circulaa altas horas de la madrugada por al-guno de los caminos rurales del valle.Y es que é1, para nuestro asombro, si-gue creyendo que se trata de OVNls.

HOJAS INÚTILE§

Cuando a las 4 de la mañana pudedescalzarme en el hotel, darme unabuena ducha y ordenar mis ideas porescrito en el cuaderno de campo, unacuriosa reflexión me vino a la mente:en ningún momento Antonio Pueftolla-no trató de engañar a esta revista ni alos investigadores de OVNls. La reali-dad era mucho peor: se estaba enga-ñando a símismo, viendo OVNIs don-de sólo había luces de coches... o depueblos. Extremo que confirmamosRafael y yo al día siguiente cuando, alrehacer a plena luz del día nuestra rutanocturna, comprobamos que la "naveque siempre está ahí" de Antonio noeran sino las luces de la localidad deNesteras y que, efectivamente, el res-to de sus "vehículos extraterrestres"

no eran más que las lucesde iluminación pública deTorrecilla en Cameros. Nimás, ni menos.

Y es que, ¿cuántos ca-sos de contacto OVNImal investigados no sonsino versiones de estamisma historia? Con esareflexión cerré mi cuader-no de notas, cumpliendocon la "misión" que meencomendara mi director.

JAVTEB s¡ERRAFotos: RAFAEL MARQUEZ

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EL VERGONZOSO NEGOCIO DEL SIDAA pesar de los miles de millsnes destinados a su ínvestigacién,el §lDA sigue cfreciendo rnt¡chas más incégnitas que respues*tas. ¿Existe realmente un vir¡¡s responsable de la enfermedad?¿Qué intereses se esconden tras multinacionales y po!íticasgubernamentales? Lluís §otinas plantea algunas de las cue§-tiones más cscurras de la supuesta epidemia.

EL TÚNEL DE LA DISCORDIAl-os recientes dist¿¡rbisls protagonizados por judíos ypalestinos *n les al¡'ededores del que fuera Templo de§alomón tienen una lectura esotérica qi.§e pocüs rnediosde contur¡icación han recogida. Wiliiam §avendish yJavier Sierra nos rev*lan §os secretsg co¡'¡cernientes a lallegada del 'overdaders'n Mesías y el polémic* T{¡nel de losAsmoneos, a! que hernos accedid«r para csnocer de cercasus misterio*"

E¡- ATEO Y EL AVATAREn los añoc sesenta el doetor Kovcor se lanaaba a la cazade falsos santones y milagrercs fraudulentos. Be todosel[os, Sai Eaba s* convirtié en su pnincipal obietivo. Entreaeusaciones de trarnpas y encendidas defensas de sus pro-digios, la figura del avatar hind¡i ha lograde sobrevivir sinmerrnar su pcder. Fiobert Gaodman nos relata esta historiaentre la n'lentira y el nnilagro.

CRÓNICA DE UN CONTACTO OVNI FALLIDOLa inve*tigación üVtül está salpicada de falsas alarmas yde frauduleütos protagenistas qu* sólo buscan publicidado dinero. üe*lindar ls verdadero de lo falsc no es sencillo.En esta ocasión nuestro ccnnpañerc, Javier Sierra nosabre las pu*rtas s! uno de estos sasos fallidos, desve-lando ai p{rhilco las luces y scmbras de un mundo com-plejo y a lreces delirante-

GREENPEACE: 25 AÑOS DE LI.JCHA VERDEDesde las prinneras denuncias sobre la caza de focas y balle-mas en los años setenta, Greenpeace ha orquestado especta*culares accioRes de denuncia en su esfuerze per la conserva-cién del planeta. Tan ensalzados por su ímpetu cüms dencsta-dos por sus técnicas guerrilleras, el fenómenc Greenpeaee-que cumple 25 añas- sigue vivo. Santiago Carnacho repasa Iahistoria de esta lueha verde.

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ü3 i::státr:t* ca§if*rr¡im*:* ** ffisalea": *$ L:§'?a *e las ínstit*c!*r':es n'lásr*pr*s*r':t*tlvn* de §a {t§r¡eva ffir*. E*ug*r d* *§ta de É*s ¡r¡és s*v¡tr*v*r-ti*** is"rv*st§g*d*r**, §as *r¡§*s d* §smi*n han pr*pi*§*d* *§ amanidaje*r:tr* *!**cim y m:§stie§sn:*n fusÉ*n que pnomete cl*tar *E pnóxirt:* sigÍe:rü* r:.:* l+¡¿ de *sñ*r#r:¿fr" Hduc*rcd* e§ *spíritr.* y *l psiqu**n:*" üsa*l*n mp**st* p*r *§ p*t*r**i*! heim"¡anc. Un tr*b*j* de §\4anu*§ Figu*r**"

Er VERGONIZOSONEGOC]O DEt S]DA

2@ pregu¡rüassohrc etr vlrus tf§H

que nadie respomde

tD!loteca M.A.{J. Mts Arcntvos HJPertenece a: Víctor Fco. Carrasco Ferrada

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