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EL DÍA, domingo, 5 de octubre de 2014 p1 revista semanal de EL DÍA del domingo EL REGRESO DEL “VALBANERA” Texto: Juan-Manuel García Ramos C íclicamente, el suceso, elevado a mito, del nau- fragio, un 10 de septiem- bre de 1919, del tra- satlántico español “Val- banera”, de la Naviera Pini- llos&Izquierdo, vuelve a la actualidad. Y vuelve este otro septiembre, noventa y cinco años después. Esta vez de la mano del historiador y literato, natural de Cabaiguán, pro- vincia de Sancti Spíritus, Cuba, aun- que de orígenes palmeros, Mario Luis López Isla, a quien ya habíamos tenido la oportunidad, hace ahora sie- te años, de presentarle otro libro so- bre la influyente figura de José Este- ban Guerra Zerpa. Dice López Isla que en Cuba nunca ha sido publicado un libro sobre el de- sastre del “Valbanera” y que, por ese motivo y tantos otros, todos debemos contribuir a que la historia de ese bar- co y de sus tripulantes y viajeros nun- ca pierda su vigencia, pues tales pro- tagonistas pueden considerarse “componentes de la identidad común hispano-canario-cubana, asentada en lo más profundo de la memoria afectiva popular”. Si me lo permiten, estamos ante uno de los ejemplos más claros de la dimensión atlántica de nuestro Archi- piélago, tantas veces invocada para saber lo que hemos sido en el trans- curso del tiempo, lo que somos y lo que, presumiblemente, seremos, vinculados siempre a ese segundo océano mayor del mundo, donde gra- vitan tan diversas concepciones polí- ticas, económicas, sociales, cultura- les y anímicas. Y por su ascendencia isleña, López Isla es una de esas personalidades que ha dedicado sus esfuerzos intelectuales a destejer los innume- rables lazos que se dan entre este archipiélago del Atlántico Medio y esa Cuba al mismo tiempo atlántica y caribeña. Este libro que hoy presentamos: Valbanera. Réquiem por un naufragio (Las Palmas de Gran Canaria, Tepe- marquia Ediciones, 2014) es uno de los cuatro que López Isla ha firmado en solitario o como coautor sobre el hundimiento de lo que los periódicos cubanos de 1919 denominaron du- rante días el “buque fantasma de la emigración española”. Los otros tres son una novela con su sola firma, Val- banera. Paisaje sin regreso (2007); un libro en prosa y décimas, Valbanera. Historia en prosa y décima. Un home- naje cubano (2001), en colaboración con el poeta repentista Raúl Herrera; y una recopilación de noticias de prensa sobre el mismo suceso, lle- vada a cabo con Ester Lidia Vázquez Seara, Valbanera, el Titanic de la emi- gración canaria (en la prensa de la época) (2000). Y esta última entrega de 2014, Valbanera. Réquiem por un naufragio, Paso ggajglkajo”, Ezesgjaslkgalkjfg AMARO PARGO. Una nueva aproximación a la figura del corsario tinerfeño de la mano de José Gregorio González, quien incide en sus relaciones con la Iglesia. 6/7

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EL DÍA, domingo, 5 de octubre de 2014 p1

revista semanal de EL DÍAdel domingo

EL REGRESODEL “VALBANERA”

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Texto: Juan-Manuel García Ramos

Cíclicamente, el suceso,elevado a mito, del nau-fragio, un 10 de septiem-bre de 1919, del tra-satlántico español “Val-

banera”, de la Naviera Pini-llos&Izquierdo, vuelve a la actualidad.Y vuelve este otro septiembre,noventa y cinco años después.

Esta vez de la mano del historiadory literato, natural de Cabaiguán, pro-vincia de Sancti Spíritus, Cuba, aun-que de orígenes palmeros, MarioLuis López Isla, a quien ya habíamostenido la oportunidad, hace ahora sie-te años, de presentarle otro libro so-bre la influyente figura de José Este-

ban Guerra Zerpa.Dice López Isla que en Cuba nunca

ha sido publicado un libro sobre el de-sastre del “Valbanera” y que, por esemotivo y tantos otros, todos debemoscontribuir a que la historia de ese bar-co y de sus tripulantes y viajeros nun-ca pierda su vigencia, pues tales pro-tagonistas pueden considerarse“componentes de la identidad comúnhispano-canario-cubana, asentadaen lo más profundo de la memoriaafectiva popular”.

Si me lo permiten, estamos anteuno de los ejemplos más claros de ladimensión atlántica de nuestro Archi-piélago, tantas veces invocada para

saber lo que hemos sido en el trans-curso del tiempo, lo que somos y loque, presumiblemente, seremos,vinculados siempre a ese segundoocéano mayor del mundo, donde gra-vitan tan diversas concepciones polí-ticas, económicas, sociales, cultura-les y anímicas.

Y por su ascendencia isleña, LópezIsla es una de esas personalidadesque ha dedicado sus esfuerzosintelectuales a destejer los innume-rables lazos que se dan entre estearchipiélago del Atlántico Medio y esaCuba al mismo tiempo atlántica ycaribeña.

Este libro que hoy presentamos:Valbanera. Réquiem por un naufragio(Las Palmas de Gran Canaria, Tepe-marquia Ediciones, 2014) es uno de

los cuatro que López Isla ha firmadoen solitario o como coautor sobre elhundimiento de lo que los periódicoscubanos de 1919 denominaron du-rante días el “buque fantasma de laemigración española”. Los otros tresson una novela con su sola firma, Val-banera. Paisaje sin regreso (2007); unlibro en prosa y décimas, Valbanera.Historia en prosa y décima. Un home-naje cubano (2001), en colaboracióncon el poeta repentista Raúl Herrera;y una recopilación de noticias deprensa sobre el mismo suceso, lle-vada a cabo con Ester Lidia VázquezSeara, Valbanera, el Titanic de la emi-gración canaria (en la prensa de laépoca) (2000).

Y esta última entrega de 2014,Valbanera. Réquiem por un naufragio,

Paso ggajglkajo”,Ezesgjaslkgalkjfg

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AMARO PARGO. Una nuevaaproximación a la figura del corsariotinerfeño de la mano de JoséGregorio González, quien incide ensus relaciones con la Iglesia.�6/7

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domingo, 5 de octubre de 2014, EL DÍAp2

se sirve de los otros tres títulos pre-cedentes para ofrecernos unas pági-nas que van de la historiografía a laficción, casi sin solución de conti-nuidad; de las fuentes orales a la líricapopular.

A medida que nos adentramos enlas páginas de este volumen, perci-bimos el uso indiscriminado de noti-cias periodísticas, entrevistas y con-versaciones personales, libros leídossobre el particular, documentacióntécnica de ingeniería náutica, infor-mes meteorológicos de la época encuestión, testimonios de expertos ennavegación, poemas de incierta ca-lidad, alusiones a la hechiceríaafrocubana, capítulos de novela,anécdotas variopintas, referencias deobras de teatro, documentales tele-visivos…

Casi la suma total de todo lo dicho,lo comprobado y lo imaginado, sobrela mayor tragedia de la emigración ca-naria y española a América, y sobreel más enigmático acontecimientomarino de la historia de la navegaciónde los últimos siglos.

Han sido muchas las palabras ver-tidas sobre lo sucedido al “Valbanera”tras enfrentarse a un verdugo inespe-rado, un huracán categoría 4 (la má-xima conocida es 5), con vientos de240 kilómetros a la hora (segúnregistró en su día el Centro Nacionalde Huracanes de los Estados Unidos),lo que le ocasionó perder el controlde máquinas y gobierno y ser arras-trado hasta el lugar donde se leavistó por primera vez el 19 de sep-tiembre de 1919 por un cazasubma-rinos de la US Navy, semihundido,apresado por las arenas pantanosasdel Bajo de la Media Luna, a cuarentamillas al oeste de Cayo Hueso.

Las cuatrocientas ochenta y ochopersonas que perdieron la vida y lassetecientas cuarenta y dos que deci-dieron desembarcar en Santiago deCuba han generado, directa e indirec-tamente, miles y miles de versionessobre la tragedia del “Valbanera”, mi-les y miles de interpretaciones y deleyendas sobre la índole de su ida apique.

Ese inmenso caudal de verbaliza-ciones ha quedado envuelto en el mi-to, dentro de esa categoría de relato,a mitad de camino entre los compren-sibles y espontáneos sentimientos ylos razonamientos objetivos de todosaquellos vinculados al suceso deuno u otro modo: desde los emotivostestimonios de los supervivientes yde sus allegados, y hasta el concursode los espiritistas cubanos en las ave-riguaciones de turno, y la literaturaderivada de esas reacciones, a lasinvestigaciones rigurosas, ejemplifi-cadas estas por el marino mercante,comisario marítimo de averías yperito náutico en siniestros maríti-mos, Fernando José García Echego-yen, el mayor indagador que hatenido, sin duda ninguna, el naufra-gio del “Valbanera”, y el esfuerzo per-sonal y profesional más solvente deacercamiento imparcial a lo acaecido.

Mario Luis López Isla ha intentando

en esta última entrega abrazar todosesos materiales y darnos una visiónlo más completa posible de lo que eldrama del “Valbanera” ha ido gene-rando a lo largo de los noventa y cincoaños transcurridos desde su hundi-miento y la consecuente desapariciónde las cuatrocientas ochenta y ochopersonas que iban a bordo.

Y en ese esfuerzo por recopilar losecos del siniestro, también nosencontramos en el libro de López Islacon datos colaterales que nos con-firman las dificultades que padecie-ron nuestros emigrantes en esa épocapostbélica europea: el hambre, elanalfabetismo, las enfermedadesepidémicas, las ansias torcidas de unavida digna, las humillaciones sufri-das en sus destinos, como sucedíacon la Triscornia, un centro de inter-namiento de inmigrantes situado enLa Habana, donde nuestros paisanoseran sometidos a cuarentenas y aencierros involuntarios; el afán desuperación, el alcoholismo recu-rrente, la inevitable demencia, el re-greso indeseado al país natal…

Todos estos padecimientos tienennombres y apellidos convocados enlas páginas de López Isla para que tes-tifiquen al respecto. Por lo general,testificaciones angustiosas, como lade “El loco”, que desembarcó el 5 deseptiembre de 1919 en Santiago deCuba para adelantarse por tierra y lle-gar a La Habana con el fin de prepa-rar el alojamiento de su esposa y desus ocho hijos que siguieron por mar

en un “Valbanera” que no llegaríanunca más a puerto. Ese pobre hom-bre moriría desesperado y exhausto,en un continuo ir y venir desde elCastillo del Morro al Vedado, con losojos puestos en el mar y rogándole aesas aguas, durante años y años, quele devolvieran a sus seres más que-ridos.

Aunque también accedemos a his-torias personales menos dramáti-cas, más relajadas, como la de JosefaPonce Pérez, acompañada de su hijode dos años, que tenía pasaje hastaLa Habana y se baja en Santiago deCuba por providencial confusióngeográfica; o historias emotivas, co-mo la de la madre indigente que seencuentra, después de muchos años,con los hijos que creía perdidos y quellegan para rescatarla de sus ruinasespirituales y materiales…

Las palabras, procedentes de los re-gistros más heterogéneos, se dan ci-ta en las páginas del libro de LópezIsla para rendir homenaje a unoshombres y a unas mujeres que, bus-cando un mundo mejor, se encon-traron con una muerte cuyas cir-cunstancias precisas nunca hemossabido cuáles fueron.

De nuevo, “el perseverante poderde las palabras” en su función ar-queológica, como le gustaría decir alescritor israelí Amos Oz.

Tras el hallazgo del pecio del “Val-banera” a doce metros de profundi-dad de las aguas del Bajo de la MediaLuna, no se encontraron cadáveres y

las tesis sobre lo que pudo ocurrir re-sultaron de lo más truculentas. Enese catálogo hemos de incluir –tansolo sea por la personalidad y la pro-yección de su autor– un cuento me-diocre del gran Ernest Hemingway,“Después de la tormenta”, donde elPremio Nobel estadounidense fabulasobre el saqueo que sufrió el “Val-banera”, después de su hundimiento,por parte de pescadores de esponjasgriegos…

Esa fue una de las leyendas de lasmuchas que circularon. Otras se re-ferían a castigos divinos por lasabundantes prostitutas que viajabana bordo de ese barco; a cómo en lasnoches de buen tiempo se seguíanoyendo las voces de las ánimas de losdesaparecidos pidiendo auxilio; a có-mo esas cuatrocientas ochenta yocho personas habían sido succio-nadas por un cráter gigantesco, unaboca del infierno de la que había esca-pado el casco del buque de puro mila-gro… La inexistencia de cadáveres yde restos disparó las imaginaciones,cosa que tampoco era extraña cuandolos accidentes ocurrían en las cerca-nías de ese triángulo oceánico mal-dito. Uno de esos doce vórtices vilesque existen en el mundo y donde seregistran desapariciones más quemisteriosas.

Lo que sí está claro después de losnoventa y cinco años transcurridoses que el siniestro del “Valbanera” fueantes una premonición colectiva ex-perimentada por muchos de los milciento cuarenta y dos pasajeros y dealgunos de los ochenta y ocho tri-pulantes. Un sino amargo, una fuerzamisteriosa, que se apoderó de mu-chas de esas mentes.

Entre ellas, de la de mi abuelo, aun-que en su caso con ciertos visos delógica, pues, entre las capacidades in-natas de ese joven emigrante delnorte de Tenerife estaba la de leer loscielos, la de dominar el arte de lascabañuelas, esa forma rústica depredicción meteorológica. Mi abuelome contaba que al llegar a Santiagode Cuba el 5 de septiembre de 1919no le gustaron ni los cielos atlánticosni los cielos del Mar Caribe y siem-pre me insistió en que esa apreciaciónatmosférica determinó su abandonode un barco que ya consideró mal-dito.

¿Había advertido ya la conforma-ción del huracán que se desataría díasdespués? Esa es una pregunta que nohe dejado de hacerme durante bas-tantes años.

Son muchas las preguntas sin res-puesta y muchas las respuestas dadasa los ilimitados interrogantes que de-sató el naufragio del “Valbanera”.Casi todas esas respuestas dadas, a lolargo de casi un siglo de distancia delsiniestro, han sido recogidas conrespeto y orden –quizá más desde laslibertades del periodismo que desdeel estricto rigor académico– en el librode Mario Luis López Isla que hoy he-mos tenido el honor de presentarante ustedes. Muchas gracias.

EN PORTADA

Mario Luis LópezIsla, cubano deCabaiguán y autor dela obra.

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EL DÍA, domingo, 5 de octubre de 2014 p3

con vistas a resolver el enigma del pri-mer poblamiento humano de Cana-rias. Es decir, a partir de un estado deconocimiento acumulado, pero encu-bierto, se ha comenzado a desarrollarun nuevo discurso, no teniéndose encuenta, en definitiva, que la realidades siempre aprehendida mediante lastradiciones culturales establecidas,que los cambios sociales y económi-cos no impactan sobre una materia

prima humana inerte o sobreuna mente en blanco,

sino sobre unos in-dividuos portadores de

valores culturales y pro-vistos de un patrimonio

simbólico acumulado. Esdecir, ante este panorama, se

hace necesario descifrar cómose han originado las distintas

teorías que se han vertido sobreel primitivo poblamiento de Cana-

rias, y cuáles son los pilares sobrelos que se ha sustentado el actual

conocimiento científico.Esta premisa nos lleva a plantear

toda una serie de interrogantes, talescomo: ¿podemos seguir conside-rando como válida la leyenda de laslenguas cortadas a la hora de explicarla primitiva colonización de las Islas?;¿es válida la hipótesis que atribuye elpoblamiento de Gran Canaria a los ca-narii? Pero ¿quiénes son los canarii?;

¿poblaron los romanos lasIslas Canarias?; ¿es verídico elrelato de la Atlántida y, portanto, es factible la identifi-cación de los indígenas cana-rios con los atlantes?; ¿por quélos indígenas fueron relacio-nados con las poblacionesceltas por los autores france-ses del siglo XIX?; ¿por qué losautores alemanes de ese sigloemparentaron a los antiguoscanarios con los armenios o

con los indoeuropeos?; ¿ha afectadoel pleito insular, desatado a principiosdel siglo XX, a la configuración de laidentidad guanche?; ¿por qué algunosmiembros del Partido Liberal tiner-feño defendieron a finales del sigloXIX la existencia de una civilizaciónatlántica en Canarias, de carácteribero-celta?; ¿es posible hablar de lapresencia de pobladores neolíticos enCanarias?; o ¿por qué durante elfranquismo los indígenas canarios pa-saron a ser relacionados con las cul-turas ibero-mauritana e ibero-saha-riana, ubicándose su foco de origenen el Sáhara Español o en el Río delOro? Y en pleno siglo XXI, ¿cómo haafectado el Estado de las Autonomíasal discurso arqueológico sobre el po-blamiento de Canarias? O ¿por qué secuestiona la raigambre amazigh delprimitivo poblamiento insular?

A tenor de toda esta serie de inte-rrogantes aquí expuestos, que sonanalizados pormenorizadamente en“Ab initio”, resulta evidente que sinel conocimiento de los dispositivossimbólicos implícitos en la temáticay problemática del poblamiento,difícilmente se podrá ahondar ennuevas vías de investigación y difí-cilmente se podrán resolver proble-mas aparentemente novedosos peroya planteados por la investigaciónprecedente. Sólo así podremos enten-der, parafraseando a Fernando Esté-vez González, por qué los indígenascanarios son lo que queremos quesean, lo que quisimos que fueran,pretendiendo ver en el pasado la con-firmación de nuestras visiones dehoy. De sus diferentes negativosqueremos obtener nuestra propiaimagen en positivo. En otras palabras,el pasado y los bienes arqueológicoshan sido utilizados frecuentementepara legitimar o simbolizar determi-nadas ideologías políticas y, eviden-temente, los indígenas canarios–desde la distancia– han sido “es-pectadores” atónitos de esta prácticadiscursiva, lastrada por el pensamien-to único.

AB INITIO (2004-2014)El poblamiento de las Islas Canarias a través

de la arqueología y de la historiografía���

Texto: A. José Farrujia de la Rosa(de la Sociedad Española de Historia de la Arqueología)

Representacionesde los primerospobladores deCanarias.

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Quiénes arribaron y coloni-zaron las Islas, cuándo ycómo lo hicieron, y desdedónde vinieron, son loscuatro grandes

interrogantes que, en relación con eltema del primitivo poblamientohumano de Canarias, se han intentadoresolver desde el redescubrimientode las Islas en el siglo XIV. Estas mis-mas preguntas se han seguido for-mulando hasta la actualidad, pues noen vano el paradigma histórico-cul-tural, que caló muy profundamenteen la arqueología canaria desde fina-les de la década de 1940, debe su“popularidad” o arraigo al hecho deque persigue dar respuesta a lascuestiones más básicas sobre elpasado: quién, dónde y cuándo,pero no necesariamente al cómo o alpor qué.

Estas preguntas básicas, planteadasen Canarias a lo largo de la historia yen distintos contextos socio-históri-cos, han propiciado el desarrollo deinnumerables hipótesis de pobla-miento que, en el fondo, han contri-buido a enredar el controvertido te-ma de la primera colonización insular.Y lo verdaderamente significativo esque la gran mayoría de los juicios emi-tidos sobre este particular en la tra-dición historiográfica desarrolladaentre los siglos XIV y XX se efectua-ron a partir de discursos y criteriosideográficos, simbólicos y politizadosque, por tanto, fueron fruto de laconstrucción social antes que de laspropias evidencias arqueológicas oempíricas.

Puede afirmarse que la imagen(tanto física como cultural) de los indí-genas canarios fue recreada desde elsiglo XIV, tras el redescubrimiento delArchipiélago, y fue evolucionando ycobrando distintas formas y aparien-cias hasta mediados del siglo XX. Sóloasí podemos entender por qué los in-dígenas canarios pasaron de ser losdescendientes de Noé a convertirse enlos supervivientes de la Atlántida, pa-ra luego ser emparentados con losegipcios, celtas, iberos, vándalos, ar-menios, cananeos, fenicios, libios, ro-manos y un largo etcétera de posibi-lidades, hasta llegar a transformarse,durante el régimen franquista, en losrepresentantes insulares de las cultu-ras norteafricanas ibero-mauritana eibero-sahariana. Es decir, del “indíge-na canario de origen europeo” de fina-

les del siglo XIX, se pasó durante elfranquismo al “indígena canario deorigen hispano”. Paralelamente, de lainiciativa privada del siglo XIX, repre-sentada por los museos y gabinetes enmanos de los intelectuales burguesescanarios, se pasó, en el siglo XX, a laintervención del Gobierno de Franco,que centralizó la gestión, desarrollóel trabajo de campo, al incrementarel número de excavaciones arqueo-lógicas, y reforzó el discurso colonial.

Los vestigios arqueológicos cana-rios siguieron siendo analizados a par-tir del discurso colonialista y la difu-sión de este conocimiento se focalizóen los museos. Las momias y los arte-factos indígenas (básicamente cerá-micas, útiles líticos y óseos) expues-tos en las vitrinas e interpretados bajoeste prisma contribuyeron a reforzarentre la sociedad la lectura “neolí-tica” de las sociedades indígenascanarias. En otras palabras, elGobierno español impuso suvisión del pasado y estableció unmarco institucional y admi-nistrativo. Una relación desi-gual de dominación marcó,por tanto, la consideracióndel pasado indígena deCanarias por parte del régi-men franquista. Laarqueología de las Islas Canariasfue percibida a través del filtro deproducción del conocimiento cien-tífico de los intelectuales franquistas.

Los referentes identitarios maneja-dos por los distintos historiadores oarqueólogos, no obstante, tambiénhan implicado el concurso de la cate-goría o tipo racial, especialmentedesde la segunda mitad del sigloXIX en adelante, por lo que los indí-genas canarios han sido catalogados,igualmente, a partir de sus similitu-des antropológicas con la raza de Cro-magnon, con la semita, con el tipomediterranoide, armenoide, nórdico,etc., con todas las implicaciones noexclusivamente arqueológicas o an-tropológicas que de ello se derivaban.

En este sentido, reconstruir el con-cepto de raza guanche no es hablar deuna antigualla decimonónica, es ha-blar de las interconexiones entreciencia, poder e ideología que atra-viesan los dos últimos siglos de la his-toria canaria.

A partir de este conocimiento ses-gado, muchos investigadores hanpretendido ofrecer nuevas respuestas

NOTAEl libro “Ab initio. Análisis historiográfico y arqueológico sobre el

primitivo poblamiento de Canarias (1342-1969)” vio la luz en el año 2004.La investigación fue galardonada por la Universidad de La Laguna conel Premio Extraordinario de Doctorado en la División de Humanida-des. En 2014, coincidiendo con el décimo aniversario de la primera edi-ción (ya agotada), este trabajo vuelve a publicarse, ahora por Edicio-nes Idea, en un volumen revisado y ampliado, que cuenta con un pró-logo de Jordi Estévez Escalera, catedrático de Prehistoria de la UniversidadAutónoma de Barcelona.

PRESENTACIONES:* El martes 14 de octubre el libro se presenta en Tenerife, en el Ate-

neo de La Laguna, a las 20:30 horas. El acto contará con la participa-ción de Fernando Estévez González, profesor titular de Antropologíade la Universidad de La Laguna y coordinador del Museo de Historiay Antropología de Tenerife.

* El viernes 31 de octubre el libro se presenta en Las Palmas de GranCanaria, a las 20:00 horas, en el Club Prensa Canaria. El acto contarácon la participación de Javier Velasco Vázquez, profesor de la Universidadde Las Palmas de Gran Canaria y técnico superior del Servicio de Patri-monio Histórico del Cabildo Insular de Gran Canaria.

Portada de la obracomentada en esteartículo.

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HISTORIA

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domingo, 5 de octubre de 2014, EL DÍAp4

En este último tiempo se han suce-dido nuevos casos de legionelosis,uno de ellos llegando a causar cua-tro fallecidos en Sabadell a causa delcontagio a la enfermedad ocasionadapor la bacteria Legionella Pneu-mophila. Se trata de una infecciónque tiene su hábitat natural en el aguay que pone en riesgo a la población,especialmente aquellos grupos sen-sibles como ancianos, niños y per-sonas inmunodeprimidas, presen-tando dos forma clínicas: infecciónpulmonar o “Enfermedad del Legio-nario”, que se caracteriza por neu-monía con fiebre alta; y la forma noneumónica, conocida como “Fiebrede Pontiac”, más leve.

Cuando se dan las condiciones idó-neas, la bacteria de la legionella puededesarrollarse de un modo desme-surado. Estas condiciones incluyenla temperatura, el estancamiento oel mantenimiento inadecuado de cier-tas instalaciones. Las que tienenmayor probabilidad de riesgo son lastorres de refrigeración, condensa-dores evaporativos, sistemas deagua caliente con acumulador y cir-cuito de retorno, SPA, Jacuzzi, tra-tamientos con chorros a presión ycentraleshumidificadorasindustriales.Y aunque con menos riesgo, tam-bién puede proliferar en depósitos,aljibes, tuberías, fuentes ornamen-tales, sistemas de riego por asper-sión y sistemas contra incendio.

LA PROLIFERACIÓN YSUS RIESGOS

Las condiciones para su prolife-ración tienen que ver con la tem-peratura del agua; por debajo de 20ºCla bacteria se encuentra en estadolatente, a partir de 45ºC deja de mul-tiplicarseyporencimade70ºCmuere.En todos los casos, para prevenir suausencia y proliferación se debe evi-tar el estancamiento del agua, la acu-mulación de nutrientes y alcanzarla temperaturas en la cual la bacte-

ria se desarrolla, que es entre 35-37º.

El riesgo en instalaciones comu-nitarias puede ser mayor al suponerun foco de infección y colonizar desdeallí las duchas de las viviendas, porello requieren de un correcto man-tenimiento. No obstante, los siste-mas de producción instantánea deagua caliente sin depósito acumu-lador, es decir, calentadores o cal-deras, no conllevan ningún riesgo.

A nivel general, los sistemas acu-mulativos de agua deberían estar pre-servados de agentes contaminantesy del calor excesivo, debidamentecubiertosdeformaimpermeable.Ade-más, se recomienda establecer un

programa de mantenimiento queincluya al menos:� La comprobación del estado desu estructura.� Una limpieza y desinfecciónanual.

LA MEJOR ACCIÓN ES ELTRATAMIENTO PREVENTIVO YCONTROL DE LA BACTERIA

SERANCA la empresa especiali-zada en servicios de higiene ambien-tal e higiene alimentaria en Cana-rias pone a su servicio un personalaltamente cualificado para desarrollartodos los trabajos de manteni-miento y control necesarios para pre-venir su aparición. De igual maneraestos servicios ayudan a las empre-

sas a cumplir con las normativas yprotocolos existentes para las ins-talaciones de riesgo, que comien-zan con el cumplimiento del realdecreto 865/203 para asegurar lascondiciones necesarias para evitarel desarrollo de la legionella en cen-tros hospitalarios, hoteles, cen-tros deportivos, piscinas o gimna-sios.

Limpieza y mantenimiento, tantoen infraestructuras públicas comoen hogares, son dos factores clavesa la hora de prevenir la proliferaciónde brotes de legionella, haciéndosenecesario realizar una serie deacciones para evitar su aparición.Por ello SERANCA presta sus ser-vicios integrales en todos los trabajos

de mantenimiento necesarios paraevitarla, refrigerando, lavando y este-rilizando los depósitos de agua delos sistemas de las torres de refri-geración dos veces al año. De igualmanera la empresa recomienda yofrece los servicios de inspeccióny revisión de los depósitos domés-

ticos de agua caliente, así como losdepósitos de agua al aire libre, quetambién deben ser revisados perió-dicamente para evitar contagios.

A nivel general se realiza una ana-lítica posttratamiento pasadosquince días, para verificar que el aguaestá en condiciones y es apta parael consumo humano. La empresahace entrega de un certificadoanual de inspección que acredita elservicio.

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EL DÍA, domingo, 5 de octubre de 2014 p5

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domingo, 5 de octubre de 2014, EL DÍAp6

no solo fue esencial para los interesesde la Corona española, sino que laprosperidad de su comercio y hazañaspropiciaron que acumulara una for-tuna equivalente hoy en día a variosmillones de euros. Una fortuna que lepermitió realizar cuantiosas dona-ciones, especialmente a institucionesbenéficas y religiosas, sufragando laconstrucción o bien la dotación de al-gunas iglesias y conventos en los quetodavía es posible seguir su rastro, altiempo que creaba tres mayorazgoscon el objetivo de perpetuar su legado.El periodista de EL DÍA Domingo Gar-cía Barbuzano, su biógrafo más re-ciente, apunta que “las propiedadesde Amaro Pargo constituyeron unafortuna increíble, formada por más de900 fanegas de tierra (5.799.600 me-

tros cuadrados), 60casas, 15 heredadesde viñas y tributosmonetarios y detrigo, todo ellojunto a elevadascantidades dedinero y lasvaliosas joyas desu tesoro”. Untesoro, que todosea dicho, conti-núa siendo busca-do con ahínco,propiciando situa-ciones realmenterocambolescas.

Nació en una fa-milia de siete her-manos como Ama-ro Rodríguez Feli–pe y Tejeda Ma-chado el 3 de ma-yo de 1678, aun-que adoptaría elnombre de guerrade Amaro Pargo,quién sabe si asu-miendo que aligual que el pezcon el que com-parte nombre, elpargo, su medionatural no era otroque el mar.

Nuestro protagonista parecía tenerunas dotes innatas para el comercioy desde temprana edad destacóayudando a su padre en la gestión denegocios y propiedades de la familia.Creció, como la inmensa mayoría delos canarios de su tiempo, con elsobresalto de los ataques navalesque todavía por entonces sufrían lasIslas, un territorio especialmentevulnerable desde tiempos del Des-cubrimiento de América. La ubicaciónestratégica del archipiélago en la ru-ta al Nuevo Mundo y los conflictosbélicos de la Corona convirtieron aCanarias en un escenario constante debatallas marítimas, asaltos y saqueos,que se afrontaban principalmentegracias a las milicias formadas por elcampesinado. También era una épocaen la que el comercio marítimo conAmérica, que en siglos pasados habíarepresentado para España grandes ri-quezas mediante la importación de te-

soros y la exportación de productoslocales y europeos, todavía brindabala oportunidad de una vida diferente,potencialmente más próspera, a quie-nes se enrolaban en los navíos. Eljoven Amaro lo hizo y por las reseñasde sus biógrafos y lo que cuenta latradición oral en municipios como LaLaguna y El Rosario, antes de ser ca-pitán de sus propios barcos no tuvoreparo en aprender los oficios de lamar desde las posiciones más básicas.Con el tiempo llegaría a ser dueño decuatro barcos, compartiendo con al-gunos capitanes la propiedad de va-rias embarcaciones más. Con ellas co-merciaba, principalmente en tierrascaribeñas, con productos de su propiacosecha como el vino malvasía y elaguardiente, además de con azúcar,tejidos diversos, tintes, plantas y porsupuesto esclavos.

Amaro Pargo debió de contar con au-torización y licencias para comerciarlibremente, y de hecho tambiénejerció de corsario, quedándose conlos botines de los navíos de lasnaciones enemigas de España queasaltaba, pero, como era habitual enaquellos siglos, es más que probableque clandestinamente participaratambién en el contrabando de mer-cancías vetadas, como podía ser elcaso de productos británicos, ho-landeses o franceses que podían lle-var a las colonias americanas. Pocosdudan en señalarlo como el hombremás rico que se podía encontrar enCanarias en aquellos tiempos, por loque no es de extrañar que, tal y comoera menester en la sociedad del mo-mento, codiciara reconocimientosnobiliarios que le permitieran cultivarsus relaciones sociales. En este sen-tido García Barbuzano apunta que fuedeclarado caballero hijodalgo el 25 deenero de 1725, y “más adelante obtuvoreal certificación de Nobleza y Armas,dada en Madrid, el 9 de enero de 1727,por Juan Antonio de Hoces Sarmiento,que fue cronista y rey de armas deFelipe V”.

En consonancia con ello, en susestancias en Tenerife elegía como do-micilio, entre sus múltiples propie-dades, una vivienda señorial quehabía comprado en San Agustín, unade las calles laguneras más im-portantes, vía en torno a la que desdela fundación de la ciudad, siglosatrás, anidaban las familias más pu-dientes e influyentes.

Protegido por su feCon un personaje como él es com-plicado discernir en ciertas facetas desu vida lo que realmente es verídicode aquello que literalmente seinventó para agrandar, aun en vida,su leyenda. Algunos le presentan casicomo un virtuoso que no bebía y queexigía un buen trato para los esclavosque transportaba, al que le gustabael orden y la disciplina en sus barcoshasta el punto de no admitir enellos ni el juego ni a las mujeres. Eserecuerdo casi hagiográfico se reflejaen muchas anécdotas sobre su vida.Es el caso, por ejemplo, de su primer

La escena no sólo parece sa-cada de una superpro-ducción de cine, sino querealmente se podría decirque es exactamente así.

Bajo los focos y ataviados con impo-lutas batas blancas, arqueólogos ybioantropólogos descienden a lacripta a la que minutos antes se le habíaretirado la pesada lápida. El paso deltiempo no ha podido borrar el reve-lador motivo que decora la misma, nadamenos que una calavera con dos tibiascruzadas, el símbolo por antonoma-sia de la piratería, un emblema quealgunos historiadores vinculan con lostemplarios y la masonería. Estamosen el interior de la iglesia del conventode San Francisco, en La Laguna.Todas las fuentes coinciden en seña-lar que en esa cripta reposan los res-tos de Amaro Rodríguez Felipe, másconocido como Amaro Pargo, unpersonaje al que las etiquetas de cor-sario, pirata y comerciante le enca-jan de igual manera. Que haya comer-ciado posiblemente con esclavos yenviado al otro mundo a un númeroimpreciso de personas no es en abso-luto incompatible con ser el más des-tacado protector y mecenas de su épocade diferentes monasterios e iglesiasde Tenerife.

La gigante francesa de videojuegosUbisoft Entertainment corrió conlos gastos de la costosa exhumacióny análisis de los restos de Pargo, querealiza desde noviembre pasado a tra-vés de la empresa Arqueomedia. Laidea inicial era incorporar a AmaroPargo como personaje de una exten-sión del videojuego Assassin’s CreedIV: Black Flag, una exitosa saga queen su cuarta entrega tiene a los pira-tas y a las batallas navales como pro-tagonistas. Al ritmo que va el mercadode los videojuegos, es probable quenos quedemos con las ganas de dis-frutar de nuestro pirata en las consolas.En cualquier caso, mientras docu-mentaban el juego original se topa-ron con éste personaje, descubriendoque fue crucial para España y sus inte-reses en una época en la que los pira-tas eran dueños del mar. Ubisoft teníaclaro que merecía ser recuperado a todacosta. Por ello, y fieles a su filosofía,los creadores han querido atar todos

los cabos y ceñirseal máximo a larigurosidad histó-rica, de ahí queademás de histo-riografiar al per-sonaje hayan exhu-mado sus huesoscon el objetivo deaveriguar de quémurió exactamenteel bucanero asícomo el aspectofacial y físico querealmente tenía,indagando de pasoen su parentescogenético con quie-nes en la actualidaddicen ser sus des-cendientes. Comoes sabido, en lacripta aparecieronlos huesos de dife-rentes personas,que según la his-toria local se corres-ponden con los delpropio Pargo, suspadres, y los de unesclavo llamadoCristóbal Lincheal que el corsariohabía devuelto la li-bertad antes de morir. Los restos, quefueron trasladados al Laboratoriode Arqueología Forense de Madrid,aparecieron revueltos y desprovistosde sus féretros, algo que podríatener que ver tanto con las obras deremodelación que ha experimen-tado el templo a lo largo de lossiglos, como con actos de saqueos pro-piciados por la leyenda de su tesoroperdido.

Un personaje de leyendaAunque de su biografía se desprendeque fue uno de los hombres más ricose influyente de su tiempo, es más queprobable que los prejuicios y la moralde las generaciones posteriores lo ha-yan relegado a un segundo y más quediscreto plano en la historia. Sacadode contexto, como tantos y tantospersonajes históricos, no parece acu-mular demasiados méritos, pero du-rante la primera mitad del siglo XVIII

CLAVES DEL CAMINO

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Texto: José Gregorio González

AMARO PARGO,entre corsarios y milagros

Equiparable a los mismísimos Drake y Barbanegra y con una patente decorso que aún se cuestiona, Amaro Pargo acumuló, gracias a la piratería y al

comercio, una de las mayores fortunas de Canarias, lo que derivó con elpaso del tiempo en una incansable e infructuosa búsqueda de su tesoro.

Estratega e implacable en el combate, Pargo creía estar protegido de formamilagrosa por una mística de su tiempo, sor María de Jesús, acumulando en

torno a su figura diversas leyendas y numerosos interrogantes. Hoychequeamos su perfil más singular.

El retrato másconocido de AmaroPargo.

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EL DÍA, domingo, 5 de octubre de 2014 p7

CLAVES DEL CAMINO

viaje, en el que dicen ejerce comoalférez y se revela como fundamentalpara afrontar un ataque naval en des-ventaja y salir no sólo victorioso, sinocon barco propio. El heroico lancehabría ocurrido en el año 1701 en elnavío “Ave María”, que fue asaltadopor otra nave mejor pertrechada.Amaro Pargo le dijo a su capitán quesimulara una rendición, lo que hizobajar la guardia a la tripulación delotro barco de manera que nuestroprotagonista pudo furtivamenteinutilizar los cañones enemigos. Alretomar el combate, toda la ventajafue para el “Ave María” y enrecompensa el capitán le regaló laembarcación capturada. Cuentanque en una ocasión salvó a una ga-lera del rey del ataque de un corsarioinglés, acabando con toda su tripu-lación, lo que le granjeó las simpatíasde la Corona.

En otro episodio se describe su pe-culiar encuentro con Edward Teach,el legendario y temido Barbanegra, unpulso naval en toda regla que a puntoestuvo de terminar en combate.Cuentan que se encontraron en elocéano, saludándose con sus res-pectivos cañones, compartiendo du-rante días una tensa travesía que ter-minó en un intento de ataque deBarbanegra del que Pargo lograría es-capar.

Algunas de las historias más in-creíbles que han llegado hasta nues-tros días y que han contribuido a mi-tificar su figura están relacionadasdirectamente con su documentadaadmiración y devoción por una mís-tica de su tiempo, María de León yDelgado, sor María de Jesús.Conocida por lo devotos como “LaSiervita”. Como es sabido el cuerpode la religiosa se mantiene incorruptodesde el año 1731, conservándose enel convento lagunero de SantaCatalina en un sarcófago regalado porPargo. Tres hermanas del corsariofueron monjas de clausura en dichoconvento, y una de ellas, de nombresor Vicenta Ferrer, fue ademáscompañera de celda de la monja. Lomás lógico es pensar que la conocióen las visitas conventuales a sushermanas. Todo apunta a que seestableció una relación de amistad yque Amaro Pargo buscaba en ellaconsejo y orientación espiritual,además de protección en sus siemprearriesgadas aventuras de ultramar.

Es en este contexto en el que sesitúan diversos “prodigios” relacio-nados tanto en la biografía de lamonja como del propio pirata. Enalgunos peligrosos trances vividospor Pargo, ya en batalla o enfrentandoa alguna virulenta tempestad, elveterano marino invocaba laprotección de la monja, saliendoileso de los mismos, mientrassimultáneamente en el convento seveía a la religiosa aturdida y afligidarezando por la vida de su amigo. Enuna ocasión, estando Pargo en tierrasamericanas, fue cosido a cuchilladasa la salida de una taberna, saliendocompletamente ileso de aquel ataque

mortal. Incluso su agresor, al díasiguiente, no pudo más queconfesarle su autoría y reconocer eldesconcierto que le había provocadoaquel incidente, que Pargo atribuyóa la monja. Al regresar a Tenerife yvisitar a sor María de Jesús, la do-minica, sin mediar palabra, le enseñóun cobertor lleno de cuchilladas.

Otro incidente destacable, del quese conserva una “prueba” indirectaen el museo dedicado a la religiosa,tuvo que ver con una terribletempestad en aguas del Caribe. Todoapuntaba a que el endiablado mar ylos vientos huracanados acabaríanpara siempre con la vida de Pargo,quien, viéndolo todo perdido,imploró la protección de la monjalanzando al mar el brazo de uncilicio cruciforme que la religiosa lehabía dado para protegerle. Almomento, la tormenta cesó sin quetuvieran que lamentar pérdidas hu-manas ni daños reseñables en el na-vío, conservándose en el citado mu-seo el resto de la reliquia que lamonja custodió hasta el final de susdías.

La monja parecía ejercer una acciónprotectora no sólo sobre el corsario,sino también sobre sus allegados ysus intereses comerciales. Al menoseso es lo que cabría deducir de otrode sus portentos. En medio de unatempestad, según describe elsacerdote y también biógrafo de lareligiosa José Rodríguez Moure, “el

Capitán vio distintamente á unamonja que los socorría, el que viniendoá la casa a dar cuenta del viaje, refirióel hecho, afirmando que distinguió tanclaro á la religiosa, que si la viera,seguramente la reconocería. Llevadoal Convento de Santa Catalina por elconfesor de la Comunidad, fueronllamadas al locutorio las monjas, yluego que fijó su vista en la Sierva deDios la señaló, diciendo era aquella laque había visto”.

Al cabo de tres años de fallecida lamonja se descubrió que su cuerpopermanecía incorrupto, lo que con-tribuyó a reforzar la fama de santidadque ya arrastraba. Es entoncescuando Pargo dona el sarcófago enel que se ha de conservar el cuerpode la religiosa hasta nuestros días,una pieza de madera que cuenta ensu decoración con unas orlas en las

que fueron grabados estos versos:Pare aquí el humano afán/A mirar conluz divina/Rara ave peregrina/Girando al Cielo Guzmán/O al tronode Catalina.

Otra de las curiosidades de la urnaes que cuenta con tres llaves queabren en diferentes sentidos, llavesque además se custodiaron durantemucho tiempo en tres lugares di-ferentes conservando el corsario unade ellas. No es extraño, por tanto, quecon estos y otros ingredientes se ha-ya generado alrededor de la figura delcorsario una rica mitología, que po-dría acrecentarse en el futuro sí apa-recen nuevos datos sobre el mismo.Quizá, uno de los aspectos que máshan contribuido a que su figura no seaolvidada del todo sea la búsqueda,casi épica, de su tesoro, un asuntoque comenzó al poco de su muerte.Y es que, aunque dejó un abultadotestamento, se le presuponía muchasmás propiedades y riquezas que lasallí reflejadas, incluyendo botines desus asaltos que temporalmenteguardaba en la llamada Cueva de SanMateo, en Punta del Hidalgo. La tra-dición le ha atribuido la propiedad deuna casa en el barrio de Machado, enel municipio de El Rosario. Aunquecuriosamente no estaba recogida ensus últimas voluntades, cuentan quedesde allí observaba el océano y po-día detectar cualquier amenaza naval.Precisamente allí, cazatesoros de to-das las edades y condiciones han bus-cado hasta la saciedad el más valiosobotín de Pargo, reduciendo lavivienda a un desolador conjunto deruinas. En su testamento alude a unlibro o cuaderno cuyo paradero sedesconoce, marcado con la letra“D”, en el que estarían consignadastodas sus riquezas. Al margen de esassuntuosas fortunas, quién sabe síperdidas para siempre, parte deldinero, de las joyas de oro y plata, asícomo diferentes piezas valiosasfueron reseñadas en el testamento,representando un botín que nadieduda que tras su muerte fue repartidopor quienes le frecuentaban en LaLaguna.

Sor María deJesús, la monjaincorrupta, en sucripta lagunera.

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Miguel Pedrero es periodistay redactor de la revista AñoCero, dotado de un incansa-ble espíritu reporteril y de unaenvidiable habilidad para ha-cer comprensible lo que se nosantoja complejo. Acaba de pu-blicar con la Editorial Cydo-nia un libro valiente y provo-cador, posiblemente el máscomprometido de cuantosha firmado hasta la fecha, “Co-nocimiento prohibido”, un tra-bajo en el que aborda diver-sidad de temas vinculados conel mundo del misterio que tie-nen en común dos cosas: porun lado, que han sido o sonobjeto de investigación por

cualificados científicos y pro-fesionales que han confirmadosu viabilidad o al menos la ne-cesidad de tomarlos en ma-yor consideración; y por el otro,que su naturaleza les convierteen temas proscritos, centro decontroversia y prejuicios,académicamente incómodosy comprometedores, y por tan-to políticamente incorrectoscuando, siendo científico, sequiere vivir o prosperar en losrediles oficiales academicis-tas.

En “Conocimiento prohibido”se habla de los debates cien-tíficos sobre el origen ar-tificial y por ende alienígena

de la vida en la Tierra, de lasevidencias sobre avanzadascivilizaciones en el pasado quenos precedieron y de las queapenas tenemos indicios; delas visitas, fortuitas o plani-ficadas, de expediciones ex-traterrestres en el pasado; dela supervivencia tras la muer-te; o, por poner un últimoejemplo, de la manera en laque la conciencia humana, enel marco de la ciencia cuán-tica, se sitúa en el centro dela realidad, de todo lo que exis-te. Un libro recomendable, conel que se puede estar deacuerdo o no, pero que no de-jará indiferente a nadie.

Conocimiento prohibido

Lápida de la criptadonde yacen losrestos del corsario.

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domingo, 5 de octubre de 2014, EL DÍAp8

La PsicologíaCriminal y los pro-fesionales dedica-dos a ésta, a travésdel estudio de loshechos y los indi-cios asociados deun delito, además

del conocimiento de la personalidady del comportamiento humano,puede llegar a extraer una serie deconclusiones que ayuden a esbozarun perfil. Esto es lo que se conocecomo la técnica de perfilación cri-minal o profiling.

Los desaparecidosMencionaba al principio casos en

los que había víctimas y agresores,excepto en el caso de Marta del Cas-tillo, cuyo cuerpo sigue desaparecidopese a que hay un asesino confeso,pero ¿qué ocurre en aquellos en losque no aparece el cuerpo de la vícti-ma, es decir, cuando sólo existe ladenuncia o el testimonio de losfamiliares y amigos de alguna per-sona desaparecida?

Los casos como el de Sheila Barrero(2004), Sara Morales (2006), YéremiVargas (2007), Madeleine McCann(2007) o Malen Zoe (2013), al igual quemuchos otros, siguen hoy en día sinresolver. Lo que es sinónimo de quela persona o personas que hayan pro-ducido su desaparición, y no sabemossi también su asesinato, se encuen-tran compartiendo algún espaciocon cualquiera de nosotros.

Desde la Psicología Criminal se tra-baja para colaborar con los cuerpos

policiales y guardia civil en la reso-lución de los hechos. El problema vie-ne dado por la poca participación quese permite ofrecer de forma externa,y los escasos recursos de que dispo-nen los citados cuerpos.

En la actualidad, el Cuerpo Nacio-nal de Policía cuenta con la Secciónde Análisis de Conducta (SAC), queintegran tres policías, todos ellos psi-cólogos, que trabajan día a día ela-borando perfiles psicológicos, anali-zando testimonios, vinculando casosy realizando perfiles tipo que facili-ten la búsqueda de sospechosos.

Como vemos, hay mucha materiade trabajo pero hay muy poco per-sonal especializado para llevarlo acabo. En España, hay muchos pro-fesionales expertos, pero en contadasocasiones la Policía o la GuardiaCivil han pedido su asesoramiento.En los casos en que se ha solicitadoesta ayuda externa –caso Bretón oMarta del Castillo–, las pericias apor-tadas han sido muy valiosas y de granfundamento para la resolución delcaso o estimación del perfil. Tampocose ofertan plazas específicas paraestos profesionales, dado que la fun-ción de psicólogo/a criminal poco onada tiene que ver con la de los fun-cionarios del Estado; lo que no quieredecir que sea imprescindible conocerel funcionamiento del sistema que losrige.

No ocurre los mismo en otros paí-ses donde la figura de este profesio-nal experto es muy tenida en cuentadesde el primer momento, tal ycomo pasa en Colombia, México,Estados Unidos, Reino Unido o Aus-tralia, entre otros muchos.

Hasta la fecha, en España, los pro-fesionales, estudiantes y personas in-teresadas en la materia continúan suformación y transmisión de conoci-mientos a través de simposios ycongresos nacionales e internacio-nales, como el que tendrá lugar enTenerife el próximo mes de noviem-bre, gracias al Colegio Oficial de Psi-cología de Tenerife desde la comisiónespecializada en Psicología Criminal.

El I Congreso Internacional de Psi-cología Criminal, que tendrá lugar del5 al 7 de noviembre, brindará la opor-tunidad de conocer los estudios másrecientes sobre la mente y el com-portamiento delincuencial y criminal,así como los programas y medidasmás actuales para el tratamiento y rei-nserción de delincuentes. Para ello seva a contar con la participación deprofesionales de la Psicología, la Cri-minología, el Derecho y los Cuerposy Fuerzas de Seguridad, nacionalese, incluso, de la Interpol y de la poli-cía de Nueva York.

Ruth y José Bretón (2011),Marta del Castillo (2009),Mari Luz (2008), SoniaCarabantes (2003), San-dra Palo (2003), Rocío

Wannikhof (1999), Miriam García,Antonia Gómez y Desiree Hernández(1992) son nombres que resultan co-nocidos para casi todos los españo-les y que se corresponden con vícti-mas de asesinatos.

Se conocen y recuerdan estos casosporque sus nombres aparecieron encarteles y en los medios de comuni-cación como personas desaparecidas.Sus familiares y amigos son los quedieron la voz de alarma y pusieron ennuestro conocimiento tanto su exis-tencia como su desaparición, mien-tras que solicitaban la ayuda ciuda-dana para poder encontrarlas. A raízde ello, la Policía y la Guardia Civil co-menzaron su búsqueda, empleandolas técnicas y medios específicospara tal fin.

A día de hoy, también se conocenlos nombres o apodos, Bretón, Car-caño, Santiago del Valle, TonyAlexander King, el Rafita, Ramón,Ramoncín, el Malaguita, MiguelRicart y Antonio Anglés. Se identifi-can, al igual que las víctimas, porquelos medios han dicho quiénes son ylo que han hecho, secuestrar, agredirsexualmente y/o quitar la vida de per-sonas inocentes. Pero ¿cómo llegana ellos? ¿Cómo y por qué detienenconcretamente a estas personas comoautores de los hechos?

El proceso de esta búsqueda co-mienza a raíz de una serie de prue-bas indiciarias para conformar hipó-tesis que promueven cerrar el círculosobre quién –o quiénes– ha podidocometer el delito, y es a esta personaa quien se le conoce como sospe-choso o presunto autor. Asimismo, setienen en cuenta otros tipos deprueba, tales como la declaración delas partes, la prueba testifical, loscareos entre procesados, testigos o,entre estos, la prueba documental, lainspección ocular y la prueba pericial,y en base al estudio de todas ellas sepuede llegar a concluir la existenciade pruebas suficientes y concluyen-tes para exponerlas ante la instituciónjudicial a fin de que se dicte una sen-tencia.

La psicología ante el delito juega unpapel fundamental y hace su apor-

tación a través de la especialidaddenominada Psicología Criminal,enfocada al estudio de la personali-dad y comportamiento propio deldelincuente, entendido éste como lapersona que realiza una acción ohecho tipificado en nuestro CódigoPenal como delito, y por lo tanto san-cionable o punible.

Para entender y estudiar la crimi-nalidad separte de lai m p o r t a n t erelación entrelos factoresb i o l ó g i c o s ,s o c i a l e s ,ambientales ypsicológicos,motivo por elque no se pue-den concretarlas causas deeste fenómenodesde un úni-co factor.

Se analizandiversos as-pectos queconforman lapersonalidad,siendo funda-mentales unanálisis de lahistoria de vi-da, las expe-r i e n c i a se d u c a t i v a srecibidas y el modo de relacionarsecon otros y con su ambiente. Tambiénes importante entender la forma enque opera su pensamiento, qué valo-res éticos y/o morales priman, quéhabilidades ha desarrollado y decuáles carece, así como estimar la ap-titud criminal, entendida como la ca-pacidad y/o habilidad que presenta lapersona que comete un delito. Y nomenos importante es conocer lamotivación delictiva o, lo que es lomismo, considerar el hecho del fin deldelito (económico, satisfacción per-sonal, sexual, poder, etcétera).

En conjunto se concluye un estu-dio sobre la personalidad criminal,realizando un análisis del patrón depensamientos, sentimientos y con-ductas que, per se, representan a unapersona. Al margen de la posibilidadde que pudiera existir alguna pato-logía mental.

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Revista semanal de EL DÍA. Segunda época, número 948

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Texto: Noelia R. Sobrino(Doctora en Psicología Clínica, máster en Psicología Jurídica y Forense, experta en

Criminología, coordinadora de la Comisión de Psicología Criminal del COP Tenerife yprofesora de la Universidad Internacional Isabel I de Castilla)

Resolviendo delitos.El papel de la Psicología Criminal