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La distinción de palabra/nombre en niños de 4 y 5 arios EMILIA FERREIRO Y SOFÍA VERNON Universidad Autónoma de México Ji Resumen Niños mexicanos de 4y 5 años fueron entrevistados individualmente para explorar su comprensión de los términos metalingüísticos «nombre» y «palabra» así como de la expresión «se llama». Se utilizaron dos técnicas de entrevista que arrojaron similar :s resultados. De acuerdo a las respuestas los niños fueron clasificados en tres grupos: aquellos que eran capaces de hacer una clara distinción entre los tres términos, aquellos para los cuales dos términos eran equiva- lentes pero distintos del tercero y unos pocos que no diferenciaban entre los tres términos. Los resultados muestran que «nombre» y «se llama» son términos de uso espontáneo y de fácil comprensión en tanto que el término «palabra» es ajeno a la terminología infantil y por lo tanto difícil de usar y definir La significación de estos resultados se discutirá a la luz de otras investigaciones evolutivas que se ocuparon de la comprensión de térmi- nos metaüngüísticos. Palabras clave: Términos metalingüísticos, Preescolares, Influencia de la escritura. The differentiation between word/name in four to five year olds Abstract Four and five year old Mexican children were individually interviewed in order to know how they understand the terms <mame» and «word» as well as the expression «is called». Two interviewing techniques were used both lead to similar answers. Children were classified into three groups: those that were able to draw clear distinctions between the three terms, those that make two of the terms equivalent and distinguish them from the third and the very few children that were not able to differentiate the terms at alt Results showed that whereas «name» and «is called» were easily and spontaneously used terms, «word» was rarely used and difficult to define. Most commonly «is called» is used to refer to the oral name of the object (usually common nouns) and «name» is usually used to referto the written string of letters were the common noun can be read. The significance of these results is related to methodological issues con- cerning developmental research on metalinguistic terminology. Key words: Metalinguist terminology, Preschoolers, Effects of writing. Dirección de la autora: Emilia Ferreiro: CINVESTAV - IPN, México, y Sofía Vernon: Universidad Autónoma de Querétaro, México. C) 1992 by Aprendizaje, ISSN: 0210-3702 Infancia y Aprendizaje, 1992, 58, 15-28

EMILIA FERREIRO Y SOFÍA VERNON Universidad ...5 años) no comprende aún las relaciones pre-cisas entre oralidad y sistema de escritura pero, aunque no comparta las ideas de los adultos,

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  • La distinción de palabra/nombre enniños de 4 y 5 arios

    EMILIA FERREIRO Y SOFÍA VERNON

    Universidad Autónoma de México

    JiResumen

    Niños mexicanos de 4y 5 años fueron entrevistados individualmente para explorar su comprensión de los términosmetalingüísticos «nombre» y «palabra» así como de la expresión «se llama». Se utilizaron dos técnicas de entrevistaque arrojaron similar :s resultados. De acuerdo a las respuestas los niños fueron clasificados en tres grupos: aquellosque eran capaces de hacer una clara distinción entre los tres términos, aquellos para los cuales dos términos eran equiva-lentes pero distintos del tercero y unos pocos que no diferenciaban entre los tres términos.

    Los resultados muestran que «nombre» y «se llama» son términos de uso espontáneo y de fácil comprensión entanto que el término «palabra» es ajeno a la terminología infantil y por lo tanto difícil de usar y definir La significaciónde estos resultados se discutirá a la luz de otras investigaciones evolutivas que se ocuparon de la comprensión de térmi-nos metaüngüísticos.

    Palabras clave: Términos metalingüísticos, Preescolares, Influencia de la escritura.

    The differentiation between word/name in four to fiveyear olds

    AbstractFour and five year old Mexican children were individually interviewed in order to know how they understand the

    terms

  • 16INTRODUCCION

    Este trabajo está guiado por dos interro-gantes:

    a) Sabemos que el término «palabra» es dedifícil comprensión para los niños de 4 y 5años. ¿Dispondrán ellos de algún otro térmi-no para referirse a unidades del lenguaje?

    b) ¿Qué efectos se obtienen si incorpora-mos la posibilidad de escribir, así como ob-jetos con y sin textos impresos, en una inda-gación sobre el léxico metalingüístico?

    La literatura sobre «conciencia (meta)lin-güística» es abundante y variada en los últi-mos veinte arios. No es el objetivo de este tra-bajo presentar una revisión crítica de esa li-teratura.

    Bowey, Tunmer y Pratt (1984) señalan ati-nadamente que no deben confundirse los es-tudios sobre la noción de palabras, en tantounidad del lenguaje oral, con la comprensióndel término metalingüístico «palabra». Des-de los bien conocidos trabajos de Downing(1969, 1971), el estudio particularizado deBerthoud-Papandropoulou (1980) y los volú-menes destinados al tema por Downing y Val-tin (1984), Tunmer, Pratt y Herriman (1984)y Yaden y Templeton (1986), es el término«palabra» el que ha sido objeto de una aten-ción particularizada y el que aparece regular-mente en las consignas empleadas por los in-vestigadores.

    Resulta clara la relevancia de los estudiossobre la comprensión del término «palabra»para guiar la acción pedagógica en los iniciosde la escolarización. Sin embargo, la investi-gación que aquí presentamos no está guiadapor preocupaciones pedagógicas. De lo quese trata es de saber si, por oposición a la granvariedad de referentes que parece recubrir eltermino «palabra» a los 4 y 5 años, otros tér-minos alternativos podrían tener una gamade referentes menos amplia llegando inclusoa un relativo consenso entre los niños.

    El termino «nombre» constituye una posi-ble alternativa, la cual nos fue sugerida pordos vías independientes. Por una parte, des-

    . de el inicio de las investigaciones sobre la psi-cogénesis de la lengua escrita (Ferreiro y Te-berosky, 1979) observamos lo siguiente: al tra-

    tar de emplear una consigna neutra para pedira los niños que escribieran algo pertinente enrelación con una imagen, utilizábamos expre-siones como «Escribe algo que vaya bien coneste dibujo», o «Ponle algo con letras a estedibujo». Invariablemente, los niños traducíannuestra consigna en: «¿Quieres que le pongasu nombre?».

    Por otra parte, en el libro clásico de Pia-get (1926) La représentation du monde chezl'enfant, encontramos la siguiente obser-vación:

    «Or, si le mot est peut-ltre, chez les petits,un concept mal défini (du moins avant 7-8ans, ...), le nom est, au contraire, un con-cept tras clair. Tous les enfants que nousavons vus savent ce que c'est qu'un nom:c'est, disent-ils, «pour appeler». (p. 54).

    Esta observación es utilizada por Piagetúnicamente para justificar la posibilidad deemplear ese término («nom», nombre) en suindagación. Piaget no se preocupa, en ese tra-bajo, por indagar una posible distinción entre«nombre» y «palabra» sino en estudiar lasideas infantiles acerca del origen de losnombres.

    ¿Será acaso que los nombres son única-mente «para llamar»? ¿Remitirán, de prefe-rencia, a nombres propios? Efectivamente, enel uso cotidiano del español, las preguntas«ecuál es tu nombre?» y «ecómo te llamas?»son prácticamente equivalentes. En todo caso,en los usos escolares y familiares de hablan-tes de 4 o 5 arios, es probable que lo sean.También es cierto que, en los usos cotidianosadultos, «nombre» remite de manera prefe-rencial a nombres propios de personas o ani-males domésticos, aunque se extiende fácil-mente a títulos de libros, películas cinemato-gráficas, programas de TV, etc.' Hay, sinembargo, una expresión coloquial particular—«¡ No tiene nombre lo que hizo!»— que noremite a un nombre propio ni a una frasenominal que funcione como tal'.

    Cuando pasamos al dominio de los obje-tos inanimados, la pregunta «ecómo sellama?» sigue siendo válida pero remite anombres comunes que, en otros contextospueden funcionar como nombres propios.3.

    En sentido técnico, «palabra» remite a sus-

  • 17tantivo. Pero en el uso cotidiano el término«palabra» tiene multitud de acepciones.«¿Qué palabra dijiste?» y «Esa es mala pala-bra» pueden aplicarse a cualquier clase depalabras. «Te doy mi palabra» equivale a unapromesa formal.

  • 18«¿Cómo se llama?»; «Tiene nombre?» (o sea,las mismas preguntas que en el caso de laTD). Posteriormente, se preguntaba sobre eltérmino «palabra» como en la TD. Hay quenotar que desde el inicio de la entrevista habíalápiz y papel sobre la mesa, al alcance de losniños, y se les indicaba que podían usarloscuando quisieran.

    Se interrogaron con la TD a 29 niños(media de edad: 4;8) y la TO a 19 niños(media de edad: 5;2) 4 . Los niños asistían acinco jardines de niños (2 públicos y 3 priva-dos) de la ciudad de México, en zonas declase media. Todos los niños eran prealfabé-ticos en lo que concierne a sus produccionesescritas (evaluadas en un contexto indepen-diente del que referimos aquí), y la mayoríade ellos eran pre-fonetizantes (Ferreiro, 1988).

    ANALISIS DE LOS DATOS

    El primer dato importante es que los cam-bios de técnica no introdujeron modificacio-

    nes importantes en las respuestas. En otraspalabras, los niños pueden clasificarse en losgrupos que mencionamos a continuación, in-dependientemente de la técnica de entrevis-ta utilizada.

    Al preguntar sobre la expresión «se llama»y los términos «nombre» y «palabra» en lamisma sesión, obligamos a los niños a dife-renciarlos tanto como a relacionarlos. ¿Quédiferenciaciones fueron capaces de hacer?Una primera clasificación de las respuestasnos permite distinguir:

    a) niños que manifiestan la posibilidad dediferenciar los tres términos (en lo que sigue,para abreviar: tricotomías);

    b) niños que manifiestan una distinción di-cotómica, al igualar dos de los términos pro-puestos y diferenciarlos del tercero (en lo quesigue, para abreviar: dicotomías);

    c) niños que no logran una diferenciaciónclara entre esos términos (por supuesto, en loslimites de nuestra interrogación).

    En la tabla I se presenta la distribución delos niños interrogados en estos tres grupos.

    TABLA

    Distribución de los niños según la técnica utilizada y la cantidad de distinciones establecidas.

    TD TO Total

    3 distinc. (Tricotom.) 11 (38%) 6 (32%) 17 (35.4%)2 distinc. (Dicotom.) 16 (55%) 12 (63%) 28 (58.3%)No distinc. 2 (7%) 1 (5%) 3 (6.3%)Total 29 (100%) 19 (100%) 48 (100%)

    Tricotomías

    Estos son los casos más interesantes ya que lo-gran diferenciar sus respuestas según el términoinvolucrado en la pregunta.

    En casi todos los casos (16/17) responden a lapregunta «¿Cómo se llama»? con el sustantivo co-mún o genérico del objeto o dibujo en cuestión(se llama «vaso», «gato», etc.). Eso no tiene nadade sorprendente. Lo que sí es sorprendente es que

    casi todos los niños (16/17) proponen para «nom-bre» un referente que no es oral sino escrito. Paraellos, el «nombre» es una serie de letras donde «di-ce»... cómo se llama. La distinción oral/escrito re-sulta así el eje definitorio de la diferenciación en-tre «se llama» y el «nombre».

    La consecuencia de esta distinción es la siguien-te: si bien todos los objetos «se llaman» de ciertamanera, no todos tienen «nombre». Veamos dosejemplos:

  • 19Fernando (TD - 5;1)

    (Dibujo de una casa) ¿Qué es?¿Cómo se llama esta casa?¿Y tiene nombre?¿Se lo podemos poner?¿Ese es el nombre de la casa?¿Cómo dice?

    Víctor (TO - 5;6)(Se le presentan los objetos)

    ¿Qué es éste? (Uno por uno)

    (Vaso sin letras)¿Este vaso tiene nombre?¿Y las tijeras?

    (Frasco con letras)¿Y este frasco?¿Cuál es?

    (Frasco sin letras)¿Y este frasco?¿No tiene nombre?¿Y el lápiz?

    (Continúa de la misma manera con los otros objetos)Me dijiste que este frasco no tenía nombre.¿Cómo se llama?Estas tijeras tampoco tenían nombre. ¿Có-mo se llaman?¿Y el lápiz cómo se llama?

    Una casaZapateríaNoSí (escribe seis grafías)SíCasa

    Vaso, vaso, tijera, frasco, lápiz, unperico, un dulce...

    No tieneNo tiene

    Sí tiene(señala etiqueta con letras)

    No ( = no tiene nombre)No(Lo explora, encuentra letras) Sí

    Que tiene medicinas

    TijerasPues lápiz ( = obviamente «lápiz»)

    Es importante observar la sensibilidad deestos niños frente a los cambios en las pre-guntas. Fernando usa el nombre común conel artículo («una casa») para el pedido gené-rico de denominación y el mismo nombre, pe-ro sin artículo, para interpretar su escritura.El mismo niño busca un nombre «especial»de casa («zapatería») para responder a cómose llama. Sin embargo, ese nombre especialno sirve para «nombre»: este último necesitaser realizado gráficamente. Víctor es particu-larmente explícito. El explora los objetos bus-cando letras para saber si tienen «nombre».La pregunta sobre cómo se llaman le pareceuna reiteración de la precedente («que tienemedicinas» en lugar de «frasco»).

    Dieciséis niños de este grupo proponennombres comunes (con o sin artículo) para de-cir cómo se llaman los objetos o los dibujos.Una sola niña (Mariana, TD - 4;7) inventaun nombre propio para el dibujo del gato (quees «un gato» pero se llama jití»).

    Dieciséis niños de este grupo concuerdanen buscar (en los objetos) o producir (para eldibujo) un referente escrito que sea su «nom-bre». Este consenso desaparece frente al tér-mino «palabra» que plantea serias dificulta-des y genera ambigüedades en las respuestas.

    Para la mayoría de los niños de este grupo(11/17, o sea 65%) el término «palabra» tienecomo referente lo que los adultos indicaría-mos con el término «letra» (término que notodos ellos usan, y a veces confunden con«números», tal como lo hemos puesto de ma-nifiesto en trabajos anteriores. Cf., Ferreiroy Teberosky, 1979, cap. II). Se trata de nom-bres de letras dados oralmente o de letras pro-ducidas gráficamente: formas gráficas aisla-bles y nombrables, pero no objetos sustitu-tos (en el sentido indicado al final de laIntroducción de este trabajo). Veamos algu-nos ejemplos, comenzando por Alejandro,quien produce una de esas grafías que «no di-cen nada».

  • 20Alejandro (TD - 4;11)

    ¿Tú sabes qué es una palabra?¿Cuál será una palabra?¿Qué dice?Haz otra palabra¿Cómo dice?No entendí. ¿Cómo dice?

    Marisol (TO - 5;0)¿Te sabes alguna palabra?

    Víctor (TO -5;6)

    Tú te sabes muchos nombres,¿verdad?¿Y palabras?¿Se pueden escribir las palabras?

    ¿Esa es palabra?A ver, otra¿Y esa palabra solita se puede leer?

    Estos ejemplos son suficientemente claroscomo para requerir mayores comentarios.Esas letras aisladas se pueden nombrar perono son nombres, porque allí «no dice nada».

    Sólo cuatro niños de este grupo vinculan

    Una letra(dibuja N)No dice nada(dibuja d)SeisPalabra

    El equis es la letra. La rueda es una«o». Las de la «i» es una palabra yla... y la... el número... este... «o»también es una palabra.

    Sí(Asiente) A, i, o, u, seven, y ya.(Asiente) Como ésta (dibuja un re-dondel)Sí(dibuja S)Pa-la-bra (silabeando mientras repasael trazado de la letra S)

    «palabra» con situaciones de enunciación. Apesar de que usan verbos tales como «plati-car», «preguntar» o «hacer una promesa», en-cuentran gran dificultad para expresarse. Loscasos más explícitos son los siguientes:

    Saúl (TD - 5;1)

    ¿Como cuál sería una palabra?Explícame mejor

    ¿Te acuerdas de alguna?

    ¿Todo eso es una palabra?

    Angélica (TD - 4;9)¿Sabes lo que es una palabra?...

    ¿Cómo qué podrá ser una palabra?¿Como qué?

    ¿Como qué?

    Ricardo (TO - 4;10)¿Como cuál es una palabra?

    A ver, explícame

    Una palabra es que quieren, queiban...Como platicarUna palabra como que quieren plati-car y quieren decir una palabra.Me dijo mi papá que iba a ir al tra-bajo, iba a venir mi mamá que esta-ba en mi casa y mi hermana.Sí, eso me dijo mi papá que es unapalabra.

    ...Cuando preguntan algo.Como si alguien le pasó algo y al-guien le pregunta.Como que la castigaron

    Como hacer una palabra, como ha-cer una promesa.Mi hermano me regaló una libreta ydijo que me apostaba. Eso es unapromesa.

  • 21Estos resultados son similares a algunos de

    los obtenidos por Berthoud-Papandropoulou(1980) en su estudio sobre la noción de pala-bra. Ella también encuentra definiciones de«palabra» como «hablar» y como «letras»(aunque señalan que este último tipo es másfrecuente en niños de 6 y 7 años). Ella cita(p. 73 y 76) varios ejemplos enteramente si-milares a los que reportamos aquí, inclusiveun caso de introducción espontánea de la de-nominación «nom» (nombre): «Tu sais ce quec'est un mot? —Oui— C'est quoi? —Une let-tre, et puis ¿est un nom— 11' c'est un mot?—Oui... non —Comment tu sais?— Paree qu'il

    Esdras (TD - 4;10)¿Sabes lo que es una palabra?¿Cuál otra?¿Esa es una palabra?

    Esa es un...

    y a deux lettres— Deux lettres la fait unmot?— Non, faut en avoir plus».

    Lo que nos interesa recalcar aquí es lo si-guiente. Para casi todos los niños que lograntratar de manera diferenciada las tres expre-siones involucradas, hay consenso en referir«nombre» a cadenas gráficas que reúnen lascondiciones de interpretabilidad (cantidadmínima y variación interna) y en respondera cómo se llama con un nombre oral. No hay,en cambio, consenso en lo que se refiere a«palabra», término que suscita, además, gran-des dificultades, como en el ejemplo si-guiente:

    La bocaEl oído(Asiente) El oído, digo... la letra conla que dicen «a».(Interrumpe) Con la que dicen co-codrilo.

    No entiendo. Explícame bien qué es unapalabra

    A ver, dime una palabra.Dime otra palabra.Otra.¿Las palabras se pueden escribir?

    ¿Cómo es eso?

    Si pongo así una letra (Escribe «i»), ¿estoes una palabra?O sea que cuando lo dices es la boca y elsonido, pero cuando se escribe la palabra esnada más una letra...

    Que si yo... que si yo... si yo dije unsonido, de si dice cocodrilo.A.E.Este... u. E, i, o.No... porque si hacemos la boca, sehace sola.Que si hacemos solamente la boca, Yuna letra... se hace el sonido. Perocomo yo no puedo hacer la boca...solamente la letra.

    Sí (Como diciendo: «¡Por fin me en-tendiste!»).

    Por otra parte, el uso del verbo «hablar»no remite necesariamente a situaciones dis-cursivas. En el ejemplo siguiente —que, porlo demás, es similar a otros ya presentados

    de este mismo grupo de tricotomías— «pala-bra» se ejemplifica a través de nombres pro-pios pronunciados.

    Rodrigo (TD - 4;9)(Dibujo de una silla) ¿Qué es?¿Tiene nombre?¿Se lo podemos poner?¿Cómo dice?¿Ese es el nombre?

    Una sillaNo.Si (escribe cuatro letras TLPU)SillaSí

  • 22¿Cómo se llama la silla?( )¿Sabes qué es una palabra?¿Cómo cuál sería una palabra?Otra palabraOtra

    (Algo similar ocurre con Alfonso (TD -5;2), quien ejemplifica «palabra» con nom-bres comunes de familiares: «Es un papá...una mamá y una tía... y un tío»).

    Sólo nos resta presentar al único caso decomportamiento tricotómico donde «nom-bre» no corresponde a lo escrito. Se trata deRicardo (TO -4;10), para quien «nombre» co-rresponde a nombre propio. Por eso, el úni-co de los objetos presentados que puede te-ner nombre es el pájaro de madera, para elcual propone «Martín». Una casa dibujada notiene nombre ni se le puede poner «porqueno es un niño, es una casa». Cuando se le pre-gunta qué nombres conoce da una larga listade nombres propios. Esos nombres tambiénse pueden escribir, peto no es necesario lo es-crito para que un ser vivo (o su representa-ción figurada) tenga nombre. Los otros obje-tos no tienen nombre pero se llaman «medi-cina, pluma, tijera», etc. Ricardo estableceuna distinción tricotómica basada fundamen-talmente en lo oral: «nombre» es nombre pro-pio; «se llama» es nombre común y «palabra»

    ¡Silla, se llama silla!

    Sí, hablarJuan PabloDemiánLuis

    es «hacer una promesa», como ya vimos enel fragmento de la entrevista presentado pre-viamente.

    Dicotomías

    Este es el comportamiento más frecuenteen las edades estudiadas, y el que ofrece ma-yores variaciones, dependiendo de cuáles sonlos términos que conducen a respuestas si-milares.

    La primera pregunta que debemos plantear-nos es saber si alguno(s) de los términos re-mite(n) a lo escrito por contraposición a looral, o si la escritura no llega a ser utilizadacomo un criterio definitorio. La respuesta esclara: la escritura es el referente obligado deuno de los términos de la dicotomía para 15niños, o sea para algo más de la mitad de es-te grupo. Doce de estos 15 niños define«nombre» como una secuencia de letras don-de «dice» el nombre común o genérico delobjeto o dibujo en cuestión, y lo diferenciande «se llama» sólo en cuanto a la oposiciónoral/escrito. Veamos un ejemplo: •

    Mónica Isabel (TO -5;6)(Objetos) ¿Cómo se llama?¿Alguna de estas cosas tiene nombre?(Frasco de medicina con etiqueta) ¿Esto có-mo se llama?¿Cuál es el nombre?(Frasco de medicina sin etiqueta) ¿Este tie-ne nombre?¿Qué hay que hacer para que tenganombre?Necesitas un papelito¿Alguna cosa más?¿Qué más necesitas?Ponle el nombre¿Cómo dice?

    Tijeras, un vaso, un pajaritoNo

    Medicina, y sí tiene nombreNo sé leer

    No

    Un papelito

    Un papelito, la tijera para recortarloUn lápiz(escribe RPIGSNO)Medicina (señalando el texto; luegoagrega, sin señalar)... para los seño-res que estén mal

  • 23Mónica, como otros tres niños de este

    grupo, distinguen entre «se llama» (oral)y «nombre» (escrito) pero responden rei-teradamente «no sé» frente a los requeri-mientos sobre «palabra». Se trata, pues, deuna dicotomía por imposibilidad de tratarel término más difícil de los propuestos:«palabra».

    Diez niños de este grupo responden con

    Violeta (TO - 5;2)¿Cómo cuál sería una palabra?Otra¿Por qué suéter es palabra?Si digo «mesa», ¿es palabra?¿Las palabras se pueden escribir?A ver, escribe una.¿Qué escribiste?¿Y esto (lo escrito) qué es de la mesa?¿Pero qué de la mesa?¿Es nombre o palabra, o las dos cosas?¿Y si digo «mesa»?Si digo «puerta», ¿qué es?¿Y así? (escribe PUERTA)

    Sólo tres niños de este grupo establecen ladicotomía haciendo referencia exclusiva a looral: para Nadia y Pablo «nombre» remite anombre propio, en tanto que «se llama» y «pa-labra» remiten al nombre común; Jennifer,por su parte, hace algo similar pero agrupan-

    Claudio (TD - 5;2)(Dibujo casa) ¿Qué es?¿Cómo se llama esta casa?¿Y tiene nombre?¿Le podríamos poner nombre?

    (Dibujo gato) ¿Qué es?¿Cómo se llama este gato?¿Y tiene nombre?¿Cuál es su nombre?

    el nombre genérico o común (oral) a las pre-guntas sobre «se llama» y «palabra», mientrasque exigen lo escrito para usar el término«nombre». Hay casos notables en donde laescritura define el pasaje entre «palabras» y«nombre». Para Violeta las palabras se dicen,pero también se pueden escribir, sólo que, alescribirlas, dejan de ser palabras y se convier-ten en nombres.

    RayitosTabiques... SuéterPorque lo dicenSíSí(escribe MEA)MesaSus letrasPara que sepan su nombreNombreEs una palabraPalabraSu nombre

    do «nombre» y «se llama» alrededor del nom-bre propio y reservando «palabra» para elnombre común.

    Veamos, como último ejemplo, un caso cla-ro donde la referencia a la escritura estáausente:

    Una casaPues, ¡casa!NoNo, porque las casas no tienennombreUn gatoNo sé... Poncho¡Claro que los gatos tienen nombre!Tienen un montón... como Bi, Pi, oBenji... A un perro le pusieronBenjamín

    La dificultad para dar cuenta de este gru-po reside en el hecho de que haya un mayornúmero de variaciones que en el caso de lastricotomías. En efecto, si el término «nom-

    bre» queda aislado, hay dos alternativas prin-cipales: o bien remite a lo escrito, o bienremite a nombre propio. Si el término «pala-bra» es el que queda aislado, hay dos alter-

  • Tricot.Dicot.No dist.Total

    32

    5 (10%)

    1615

    31 (65%)

    24nativas principales: puede ser nombre común(oral o escrito) o letras (nombradas o escri-tas). (La referencia a situaciones de enuncia-ción aparece sólo tres veces y de maneramucho más confusa que en el grupo anterior.)El término «se llama», por su parte, no que-da nunca aislado en un tratamiento dicotó-mico, pero según que quede adherido a«nombre» o a «palabra», resultará vinculadocon nombre propio o con nombre común,aunque siempre del lado de la oralidad.

    Imposibilidad de diferenciar los términos

    Sólo tres niños se ubican aquí. En los trescasos, «palabra» queda sin definición (la únicarespuesta a las preguntas reiteradas es «nosé»). «Nombre» y «se llama» remiten al nom-

    bre común o genérico oral, en dos casos, yen el tercero, ese «nombre» puede ser oral oescrito.

    La tabla II resume las referencias a lo es-crito en el total de la muestra, conservandola clasificación en los tres grupos ya analiza-dos. La columna «Escrito no relevante» agru-pa aquellos casos en donde «palabra» o«nombre» se pueden decir o escribir, sin quelo escrito tenga consecuencias para la aplica-ción de uno u otro término. La columna «Es-crito distintivo» agrupa aquellos casos en losque uno de los términos se define en relacióna la escritura. En todos los casos de recursoa lo escrito como propiedad distintiva es eltérmino «nombre» el que remite a lo escritoen tanto secuencia de letras interpretables,nunca a una letra aislada.

    TABLA II

    Número de niños que utilizan lo escrito

    Sin referencia a lo escrito Escrito no relevante

    Escrito distintivo

    Como puede observarse en el cuadro 2, lautilización de lo escrito como criterio distin-tivo para diferenciar «nombre» de otras ex-presiones metalingüísticas es utilizado poruna gran cantidad de niños.

    En lo que precede hemos clasificado a to-dos los niños según la última distinción (di-cotómica o tricotómica) a la que llegaron. Enla mayoría de los casos las respuestas inicia-les no fueron modificadas a lo largo de la en-trevista. Hubo, sin embargo, seis casos en losque se produjeron cambios: dos niños iniciancon una dicotomía y terminan con un trico-tomía (uno TD y otro TO); tres niños iniciancon una dicotomía y terminan también conuna dicotomía, pero agrupando diferentemen-te los términos en cuestión (2 TD y 1 TO);

    un niño (TO) inicia con una indiferenciacióny concluye con una dicotomía. Una vez más,notamos que la técnica utilizada no es respon-sable por dichos cambios.

    Acerca del carácter sugestivodel interrogatorio

    Toda la indagación relativa a la terminolo-gía metalingüística puede considerarse suges-tiva, y en ese sentido el presente trabajo nodifiere demasiado de otros que piden ejem-plos de palabras, definiciones de palabras, oidentificación de palabras. La presencia de lá-piz y papel a disposición puede considerarseuna sugerencia muy fuerte. Sin embargo, fueesta presencia la que permitió poner de ma-nifiesto la considerable cantidad de niños que

  • 25recurren a la escritura para referirse a «nom-bre». Si la presencia de instrumentos de es-critura es sugestiva, igualmente podría decirseque su ausencia también lo es, ya que sugie-re que basta con hablar para definir esos tér-minos (cosa que nuestros datos ayudan a po-ner en duda).

    Finalmente, es el hecho de haber obteni-do respuestas muy diferentes con la mismatécnica lo que nos permite afirmar que sonlos sujetos quienes determinan los limites dela sugestión. Veamos dos casos extremos. Ray-mundo (TD - 4;8) no hace jamás referenciaa la escritura:

    (Dibujo de casa) ¿Qué es? Una casa¿Cómo se llama? Casa¿Tiene nombre? Sí, nomás casa.

    (Y así continúa con otros dibujos, desconociendo luego el término «palabra»).

    El caso opuesto es Fernando (TO - 5;1) quien supera nuestras previsiones con respectoa la necesaria vinculación entre «nombre» y escritura. Veamos:

    ¿La silla tiene nombre?

    Sí (señalando etiqueta pegada con elnombre del niñb que se sienta allí)

    ¿Y los coches tienen nombre?

    De carreras ( = los de carreras, queefectivamente llevan toda clase depropagandas escritas)

    ¿Y los árboles tienen nombre?

    No¿Tú tienes nombre?

    No¿No?!!! ¿No tienes nombre?!! No tengo nombre. (Busca en su ro-

    pa la identificación con su nombrey no la encuentra)

    ¡Ah! Estás buscando el nombre Ajá... pero se me despegó(Aclaremos que sólo en uno de los jardines de niños escogidos acostumbraban poner a cada niñouna identificación bajo la forma de una tarjeta adherida a la ropa).

    DISCUSION DE LOS RESULTADOS

    El primer resultado que importa destacares que hemos obtenido una gran concentra-ción en las respuestas para el término «nom-bre», que constrasta con la dispersión (o, sise prefiere, variedad) de respuestas para el tér-mino «palabra». Además, las negativas a res-ponder (reiterados «No sé») aparecenexclusivamente con el término «palabra». Es-tas negativas pueden deberse a que fue el úl-timo término propuesto, o bien a que es elmás difícil para tratar. Sospechamos esto úl-timo, ya que muchos niños que dieron res-puestas positivas para ambos términostuvieron muchas más dificultades para expre-sar sus ideas sobre «palabra», como lo mues-tran los ejemplos que hemos presentado.

    Nuestra intención no es establecer una je-rarquía entre las respuestas obtenidas. La dis-

    tinción entre niños que logran tratar de unamanera diferenciada las tres expresiones in-volucradas (cómo se llama, nombre y palabra)y quienes aíslan una de ellas al tiempo quetratan las otras dos como equivalentes, es unadistinción que nos parece adecuada para pre-sentar los resultados obtenidos. Tampoco in-tentamos, porque no sería adecuado, clasificarlas respuestas en «correctas» o «incorrectas»,por varias razones. En primer lugar, porqueel término «palabra» no tiene una definicióntécnica unívoca (cf., cualquier diccionario deLingüística o Filología o textos de lingüístascontemporáneos, como por ejemplo Martinet,1966). En segundo lugar, por la variedad yaindicada en la Introducción de sus empleosen la comunicación oral. En lo escrito, la me-jor definición sigue siendo «serie de letras se-paradas de otras por espacios en blanco»5.

    Sólo podemos decir que la mayoría de los

  • 26niños, al tratar de expresarse acerca del tér-mino «palabra», se alejan de lo esperable pa-ra un adulto, restringiendo excesivamente elcampo de referencia (letras, pero no series deletras) o ampliándolo excesivamente (situacio-nes enunciativas o de interlocución).

    No pretendemos haber agregado mucho anuestro conocimiento anterior acerca del tér-mino «palabra» en pre-escolares. Pero sí pre-tendemos haber puesto de manifiesto que hayotras alternativas para introducirse en un diá-logo metalingüístico con niños de 4 o 5 ariosy que el término «nombre» parece tener unsignificado compartido entre ellos.

    Los datos que aquí presentamos permitentambién una relectura de datos clásicos de laliteratura sobre el tema. Ya vimos un ejem-plo de Berthoud-Papandropoulou donde elniño utiliza espontáneamente el término«nombre», haciendo referencia a lo escrito ya la cantidad de letras necesarias. En el libroya citado de Piaget (1926) encontramos va-rios ejemplo (p. 58-65) en los cuales los ni-ños interrogados hablan espontáneamente dela escritura. Veamos algunos de ellos:

    «FERT (7 ans) [sobre el nombre del Saléve,montaña cercana a Ginebra] Comment il acommencé ce nom? —Par une lettre— Puiscette lettre elle venait doú? —Du nom— Etce nom? —De la montagne— Comment lenom est venu de la montagne? —Par unelettre— Elle venait cette lettre? —Dela montagne»— (p. 58)

    Allí el adulto interrumpe y pasa al nom-bre de las nubes, considerando probablemen-te el razonamiento como circular. No lo seríasi consideramos que el niño está pensando ennombre = escritura: el nombre empieza poruna letra, el cual es parte del nombre, siendoeste último un conjunto de letras.

    «STEI (5 1/2): «Tu as un nom? —Oui:André— (...) A quoi ça sert d'avoir un nom?—Parce qu'on y voit dehors tous les noms».(p. 58).

    Piaget comenta: «Stei croit donc qu'il suf-fit de regarder pour "voir" leur nom!». Sinembargo, «se ven fuera todos los nombres»podría ser una clara referencia a la exteriori-dad de la escritura. Los nombres, en tanto se-

    cuencias de caracteres gráficos, forman par-te del mundo externo.

    «MART (8;10). [A propósito del nombre delsol] Comment on a vu que le soleil s'appe-lait comme la? —On a vu— Qu'est-ce qu'ona vu? —Le soleil— Mais son nom, commenton l'a su? —On a vu— Qu'est-ce qu'on a vu?—Son nom»— (p. 63)

    Este caso es similar al anterior y podría in-terpretarse de la misma manera: el nombrese ve, porque las letras escritas forman partedel mundo visible. No sería, pues, necesariopensar en un «nombre invisible», como lo su-giere Piaget (p. 62-63) cuando dice:

    «En effect, si, pour ces enfants, fi suffit deregarder les choses pour voir leur nom, il nefaut nullement croire que, pour eux, le nomest inscrit en quelque sorte sur la chose. (...)Le nom est donc dans l'objet, non á titred'étiquette collée contre l'objet, mais á titrede caractére invisible».

    En una sola de las entrevistas presentadasen ese texto el entrevistador hace referenciaa la escritura. Se trata del mismo FERT yamencionado (p. 65).

    «Dis-moi, oú il est, ton nom? —On m'anommé— Oui, mais clú est ton nom? —C'estécrit— Oil? —Sur le livre—». (...) «Et pour-quoi le nom des nuages est dans les nuages?—Parce qu'ils sont gris— Et le mot lacil est? —Dessus— Pourquoi? —Parce qu'iln'est pas dedans. (...) «Mais le mot lac est des-sus? Qu'est-ce que ca veut dire? C'est écrit?—Non—».

    Nótese que, en este fragmento, el entrevis-tador comienza interrogando por el nombrepropio del niño, y FERT es explícito: su nom-bre está escrito en un libro. Luego consideraque el nombre de las nubes está dentro, sinque se pueda clarificar de qué manera estádentro. Al pasar al lago, el entrevistador cam-bia la pregunta: pregunta por la palabra «la-go» —no por el nombre— y quizás por elloFERT niega la referencia a la escritura.

    Volviendo a nuestros resultados, podría de-cirse que los niños interrogados vinculan«nombre» con la escritura porque los adultosles han dicho «Te escribo tu nombre» (den-

  • 27tro o fuera del contexto escolar). No tenemosdatos precisos acerca de ello, pero aun supo-niendo que sea así, eso no resuelve el proble-ma. Estos mismos niños, que requieren unacantidad mínima de caracteres para que algoescrito pueda leerse, y que exigen que no ha-ya letras repetidas, construyen esquemas in-terpretativos acerca de la escritura que no de-rivan directamente de la experiencia (Ferrei-ro, Pontecorvo y Zucchermaglio, 1987). Elproblema general que plantean las explicacio-nes que remiten, sin más, a la experiencia di-recta es: ¿por qué algunos datos de la expe-riencia se incorporan fácilmente y otros se re-chazan reiteradamente?

    Sugerimos, pues, que lo escrito puede ju-gar un rol muy importante en la objetivaciónde lo oral y, por lo tanto, en la adquisiciónde la terminología metalingüística. ¿Por qué

    pensar que el vocabulario metalingüístico seadquiere exclusivamente en una situación oralo extra-escritura? Los niños que estudiamos,como la inmensa mayoría de los sujetos queotros psicólogos han estudiado, son niños quecrecen en ambientes alfabetizados, donde lapresencia y la utilización de lo escrito es par-te de lo cotidiano. En ese sentido, sería cru-cial estudiar la adquisición del vocabulariometalingüístico y las nociones involucradas enniños pertenecientes a poblaciones sin tradi-ción de escritura.

    Sugerimos, también, que es de gran inte-rés estudiar la comprensión de los términosmetalingüísticos en tareas que obligan a losniños a compararlos entre sí, en lugar de pro-poner tareas aisladas, así como no restringirla indagación en este dominio a los términosque parecen más pertinentes a los adultos.

    Notas' Por ejemplo: «¡Qué lindo nombre tiene ese libro!»; «¡Qué nombre para un programa!» (en sentido

    laudatorio o peyorativo). Pero también: «¿Cómo se llama el libro que me recomendaste?» «¿Cómo se llamael último film de X?»

    2 La paráfrasis más adecuada de esa expresión sería: «No hay manera de nombrar lo que hizo» o «Nohay palabras para hablar de ello».

    Cuando preguntamos sobre la marca de un automóvil, una computadora, un aparato de TV o un den-tífrico, la pregunta aceptable es «¿qué auto (dentífrico, TV, etc.) es?» y no «¿cuál es su nombre?», aunquelos especialistas en propaganda hayan pensado en los nombres de esos productos en tanto nombres propios.

    Utilizamos la convención habitual para indicar la edad de los niños entrevistados. Por ejemplo, 4;8indica 4 arios 8 meses.

    5 En un simposio reciente (Catach, 1988, p. 76) Florian Coulmas pregunta a Pierre Achard: «¿Conoceusted una definición de frase que sea mejor que: una colección de palabras entre dos puntos? ¿O bien unadefinición de palabra mejor que: colección de letras entre dos espacios?» Achard responde: «No. Por elcontrario, tengo la impresión de que la existencia, en nuestra formación discursiva, de la frase y de la pala-bra en lo escrito, tiene consecuencias en lo que concierne a lo epilingüístico del sujeto que se expresaoralmente.»

    ReferenciasBERTHOUD-PAPANDROPOULOU, I. (1980). La réflexion métalinguistique chez Penfant. Genlve: Imprimerie Nationale (Thé-

    se N.° 79 de la Faculté de Psychologie et des Sciences de l'Education).Bowey, J; TUNMER, W., Y PRATT, CH. (1984). Development of children's understanding of the metalinguistic term

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    nemann.

    Extended Summary

    The study has two main puposes: 1) to explore preschoolers difficulties to understandmetalinguistic terms and to determine children's possible use of lexical alternatives to referto linguistic units and 2) to investigate the effects of including writing and written textsin exploring children's understanding of this terrninology. Four and five years old Mexicanchiddren were individually interviewed in order to know how they understand the terms«name» and «word» as well as the expression «is called». Two interviewing techniques wereused both lead to similar answers. In the first interview, children were confronted with adrawing and were asked for the name of the drawing, for the way the drawing is called andthen to explain what a word is as well as to provide an example of a word. In the secondinterview the same questioning was carried out but using real objects instead to drawings.Children's responses were classified into three groups: those that were able to draw cleardistinctions between the three terms, those that make two of the terms equivalent anddistinguish them from the third and the very few children that were not able to differentiatethe terms at ah. Results showed that whereas «name» and «is called» were easily and spon-taneously used terms, mord» was rarely used and difficult to define. Most commonly «iscalled» is used to refer to the oral name of the object (usually common nouns) and «name»is usually used to refecto the written string of letters were the common noun can be read.The significance of these results is related to methodological issues concerning developmen-tal research on metalinguistic terminology. It is suggested that written language may playan important role in the objectiveness of oral language and in the acquistion of metalinguisticterminology.