20
EMILIA PARDO BAZAN Y SANTIAGO DE COMPOSTELA JOSÉ MANUEL GONZALEZ HERRAN Universidad de Santiago de Compostela Ante todo, quiero precisar el sentido de mi ponencia, tal vez demasiado ambiciosa en su titulo y contenido, pero que -me importa declararlo- obedece a lo que se me sugiri6; aunque no exactamente, porque era aun mas ambicioso (y excesivo): «Galicia y Pardo Bazan»; cualquiera que se haya asomado (aunque sea s6lo eso) a su ingente producci6n literaria, puede suponer facilmente que ese tema daria -ha dado ya- para una monografia 1 Por ello, en los estrictos limites previstos para esta ponencia, que no quiero ni puedo sobrepasar, he decidido reducir mi consideraci6n a la presencia de una ciudad, la capital de Galicia, en la vida y en la obra de dofia Emilia. Y, como veran ustedes, aun con esta limitaci6n, el tema es inabarcable aqui; de modo que habré de ser rzosamente superficial. Pero antes me importa justificar la inclusion -que alguien podria discutir- de una escritora tan aparentemente «decimon6nica» como dofia 1 Cfr., por ejemplo, E. Gonzalez L6pez, Emilia Pardo Bazàn, novelista de Galicia, New York: Hispanie lnstitute, 1944; J. Paredes Nufiez, La rea/idad gallega en los cuentos de Emilia Pardo Bazàn (/851- 1921), Sada [A Corufia]: Edici6s do Castro, 1983; M. R. Saurin de la Iglesia, Natura/ismo e storia regionale. Emilia Pardo Bazàn, Urbino: Montefeltro, 1985; C. F. Velasco Souto, A sociedade galega da Restauraciôn na obra /iteraria de Pardo Bazàn (/875-1900), Pontevedra: Artes Graficas Portela, 1987; y también algunas ediciones: Cuentos y Nove/as de la Tierra (edici6n de M. Mayoral), Santiago de Compostela: Salvora, 1984; Cuentos de la Ga/icia antigua (edici6n de D. Manera), Madrid: Bercimuel, 2001. HISP. - 23 - 2006 257

EMILIA PARDO BAZA.N Y SANTIAGO DE …Emilia Pardo Bazân y Santiago de Compostela En 1868 la joven Emilia, una recién casada que s6lo cuenta 17 afios, se instala en Santiago de Compostela,

  • Upload
    others

  • View
    7

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: EMILIA PARDO BAZA.N Y SANTIAGO DE …Emilia Pardo Bazân y Santiago de Compostela En 1868 la joven Emilia, una recién casada que s6lo cuenta 17 afios, se instala en Santiago de Compostela,

EMILIA PARDO BAZA.N Y

SANTIAGO DE COMPOSTELA

JOSÉ MANUEL GONZA.LEZ HERRA.N

Universidad de Santiago de Compostela

Ante todo, quiero precisar el sentido de mi ponencia, tal vez

demasiado ambiciosa en su titulo y contenido, pero que -me importa

declararlo- obedece a lo que se me sugiri6; aunque no exactamente,

porque era aun mas ambicioso (y excesivo): «Galicia y Pardo Bazan»;

cualquiera que se haya asomado (aunque sea s6lo eso) a su ingente

producci6n literaria, puede suponer facilmente que ese tema daria -ha

dado ya- para una monografia1• Por ello, en los estrictos limites

previstos para esta ponencia, que no quiero ni puedo sobrepasar, he

decidido reducir mi consideraci6n a la presencia de una ciudad, la capital

de Galicia, en la vida y en la obra de dofia Emilia. Y, como veran ustedes,

aun con esta limitaci6n, el tema es inabarcable aqui; de modo que habré

de ser forzosamente superficial.

Pero antes me importa justificar la inclusion -que alguien podria

discutir- de una escritora tan aparentemente «decimon6nica» como dofia

1 Cfr., por ejemplo, E. Gonzalez L6pez, Emilia Pardo Bazàn, novelista de Galicia, New York: Hispanie

lnstitute, 1944; J. Paredes Nufiez, La rea/idad gallega en los cuentos de Emilia Pardo Bazàn (/851-

1921), Sada [A Corufia]: Edici6s do Castro, 1983; M. R. Saurin de la Iglesia, Natura/ismo e storia

regionale. Emilia Pardo Bazàn, Urbino: Montefeltro, 1985; C. F. Velasco Souto, A sociedade galega da

Restauraciôn na obra /iteraria de Pardo Bazàn (/875-1900), Pontevedra: Artes Graficas Portela, 1987; y

también algunas ediciones: Cuentos y Nove/as de la Tierra (edici6n de M. Mayoral), Santiago de

Compostela: Salvora, 1984; Cuentos de la Ga/icia antigua (edici6n de D. Manera), Madrid: Bercimuel,

2001.

HISP. XX - 23 - 2006 257

Page 2: EMILIA PARDO BAZA.N Y SANTIAGO DE …Emilia Pardo Bazân y Santiago de Compostela En 1868 la joven Emilia, una recién casada que s6lo cuenta 17 afios, se instala en Santiago de Compostela,

José Manuel GONZALEZ HERRÂN

Emilia, en un encuentro que, segun preceptua su etiqueta, «Hispanistica XX», se centra en la cultura espafiola e hispanoamericana del recién pasado siglo. La raz6n estâ en ese adverbio, 'aparentemente', que he aplicado al calificativo 'decimon6nica'; y es que, no s6lo por razones cronol6gicas (la escritora corufiesa vivi6 y escribi6 durante los primeras veinte afios de esa centuria), sino -sobre todo- por razones estéticas y aun ideol6gicas, Pardo Bazân forma parte de manera muy significativa de las letras y de la cultura hispânica del siglo XX. No puedo detenerme ahora en repetir los argumentos con que en otras ocasiones he apoyado esta afirmaci6n 1; baste recordar, al menos, que mientras sus compafieros de generaci6n y oficio (Valera, Pereda, Alas, Palacio Valdés; Gald6s, algo men os) parecen ver agotada su capacidad creadora en los afios finales del XIX, la autora corufiesa mantiene -y aun intensifica- su ritmo de producci6n, adaptândose a las nuevas tendencias estéticas e ideol6gicas del cambio de siglo (d e cadenti s m o , modernismo,

regeneracionismo ... ) Ademâs, frente a la incomprensi6n, desdén o frontal rechazo de, por ejemplo, Alas o Pereda, hacia la Hamada «gente nueva», Pardo Bazân se interes6 por la Iiteratura moderna, sobre la que escribi6 algunos interesantes ensayos, que aun hoy mantienen su vigencia. Interés y curiosidad que manifiesta también frente a uno de los fen6menos mâs caracteristicos de la nueva centuria, el cinemat6grafo; cuando muchos intelectuales europeos de su tiempo adoptaban ante aquel sorprendente invento una actitud de notorio desinterés (cuando no de burl6n desprecio), Pardo Bazân dedic6 varias de sus cr6nicas periodisticas a elogiar y ponderar las extraordinarias posibilidades estéticas que intuia entre las luces y las sombras de la nueva pantalla2. Una mujer del siglo XIX, si; pero también del siglo XX.

Y como no quiero agotar mi tiempo en precisiones y justificaciones, entremos ya en materia, atendiendo a una circunstancia de indole biogrâfica, cuyas consecuencias literarias afectan al tema de mi ponencia.

1 Cfr. mis artîculos «ldealismo, positivismo, espiritualismo en la obra de Emilia Pardo Bazan», en Y.

Lissorgues y G. Sobejano (coordinadores), Pensamiento y Literatura en Espafia en el siglo XIX

ldealismo, Positivismo, Espiritualismo, Toulouse: Presses Universitaires du Mirail, Université de

Toulouse-Le Mirail, 1998, pp. 141-148; y «La literatura espai\ola en la época de Canalejas (desde Emilia

Pardo Bazân», en las Actas del Congreso José Cana/ejas e a sua época (en prensa), del que poceden

algunos de los pârrafos que siguen. 2

Cfr. L. M. Femândez, «Pardo Bazân y el cinemat6grafo de los primeros tiempos», en J. M. Gonzâlez

Herran (ed.), Estudios sobre Emilia Pardo Bazan. ln Memoriam Maurice Hemingway, Santiago de

Compostela: Universidade de Santiago de Compostela-Consorcio de Santiago, 1997, pp. 97-112.

258 HISP. XX - 23 - 2006

Page 3: EMILIA PARDO BAZA.N Y SANTIAGO DE …Emilia Pardo Bazân y Santiago de Compostela En 1868 la joven Emilia, una recién casada que s6lo cuenta 17 afios, se instala en Santiago de Compostela,

Emilia Pardo Bazân y Santiago de Compostela

En 1868 la joven Emilia, una recién casada que s6lo cuenta 17 afios, se

instala en Santiago de Compostela, para que su esposo, José Quiroga,

concluya los estudios de Derecho. Corno hemos recordado en otra

ocasi6n 1, esos afios compostelanos (entre el 68 y el 73, aproximadamente)

tienen su reflejo literario en la primera novela publicada por la autora,

Pascual Lapez. Autobiografia de un estudiante de medicina (1879),

donde, segûn indica el subtitulo, se recrean las peripecias de un estudiante

en aquella Universidad, en los agitados cursos inmediatos a la revoluci6n

«gloriosa» del 68. Andrés Gonzalez Blanco, en su folleto sobre dofia

Emilia (1921), afirmaba que, segûn le habia contado «la propia Condesa»,

la escritura de esa novela databa de los afios inmediatamente siguientes a

su matrimonio; «habit6 por entonces en Compostela en una casa de

huéspedes con honores de fonda, la cual tenia en su piso superior una

auténtica y legitima casa de huéspedes, una 'Casa de la Troya'»2

.

Esa alusi6n a la conocida novela de Alejandro Pérez Lugin (que se

habia publicado en 1915) es con toda seguridad muy deliberada por parte

del critico; con él, varias estudiosos de la obra de dofia Emilia, como mi

apreciado maestro Benito Varela Jacome, han notado la relaci6n y

similitud entre esas dos novelas, Pascual Lapez y La Casa de la Troya,

ambientadas en el mundo estudiantil compostelano3

. De hecho, podemos

considerar el relato pardobazaniano como fundador de esa modalidad

-la novela de estudiantes en Santiago- que ha alcanzado ya una cierta

tradici6n; cuyas muestras mas recientes serian Anatol y dos mas, de

Blanca Riestra (nombre que no les sera desconocido a quienes

compartieron hace algunos afios su estancia en esta Universidad, tras

haber sido mi alumna en la de Santiago); y El secreto de la lejia, de Luisa

Castro (también alumna mia en aquellas aulas).

Pero, ademas, ese libro de Pardo Bazan es importante para la

configuraci6n literaria de Compostela, como una de las primeras -y mas

valiosas- novelas que ambientan su ficci6n en la capital de Galicia4

. Ello

1 Me remito a la «Introducci6n» que escribi con C. Patii\o Eirin para nuestra edici6n de Pascual L6pez,

Santiago de Compostela: Ara Solis-Consorcio de Santiago, 1996, pp. 34-37. 2

A. Gonzâlez Blanco, Juicio critico de la Condesa de Pardo Bazim, Madrid: «La Novela Corta», 1921

[sin paginar]. 3

Cfr. B. Varela Jâcome, Estructuras novelisticas de Emilia Pardo Bazan, Santiago de Compostela:

C.S.I.C., 1973, pp. 156-161. 4

Para la presencia de Santiago de Compostela en las novelas de Pardo Bazân, cfr. N. Clemessy, Emilia

Pardo Bazan, romancière (La critique, la théorie, la pratique), Paris: Centre de Recherches Hispaniques,

1973, pp. 383-388.

HISP. XX - 23 - 2006 259

Page 4: EMILIA PARDO BAZA.N Y SANTIAGO DE …Emilia Pardo Bazân y Santiago de Compostela En 1868 la joven Emilia, una recién casada que s6lo cuenta 17 afios, se instala en Santiago de Compostela,

José Manuel GONZÂLEZ HERRÂN

nos obliga a una breve consideraci6n, minimamente introductoria, sobre lo que ha significado Santiago de Compostela como asunto o tema literario.

Por supuesto, cualquier ciudad a la que nos refiramos es umca e irrepetible: lo dice cualquier agente de viajes (sin ser consciente de lo obvio de ta! consideraci6n). No voy a ser menos, aunque confio se me conceda una cierta credibilidad, dada la especial configuraci6n (hist6rica, cultural, simb6lica) de Compostela; que es como -no tanto por abreviar sino por arraigada tradici6n- llaman a su ciudad muchos de los santiagueses (o compostelanos). Podria aducir aqui, en apoyo de esa peculiaridad imica de esa ciudad, un dilatadisimo repertorio de fuentes. Pero antes parece ineludible, como necesario punto de partida de mi exposici6n, recordar algunos de los rasgos que definen y caracterizan a la capital de Galicia:

Corno todo el mundo sabe, Santiago debe no solo su nombre sino su existencia y posiblemente su esencial significado a una tumba. Sea quien fuere el alli enterrado, en tomo al considerado como sepulcro del Ap6stol

(en Compostela no hay que especificar a quién de los doce nos referimos cuando tal advocaci6n se dice), convertido pronto en atractivo foco de peregrinaci6n, se fue articulando un nucleo de poblaci6n -que aun hoy mantiene bastantes rasgos de su fisonomia rural-, donde tuvieron y siguen teniendo su sede los diferentes, y no siempre concordes, centros de poder, tanto intelectuales como politicos y econ6micos. No en vano, y por encima de pasajeras fases deprimidas o trasnochados debates localistas, Santiago de Compostela ha sido y es -ahora, también por imperativo legal- la capital de Galicia. Cambian los ropajes de quienes lo han ejercido o ejercen (la sotana canongil y la purpura cardenalicia; el birrete y la toga académica; la blanca bata del galeno; el aburrido traje gris del parlamentario o del conselleiro ), pero los gallegos siempre terminan viajando a Santiago para resolver sus cuitas: sea para obtener una indulgencia, un titulo, un diagn6stico o una subvenci6n.

Pero, ademas de todo ello (y ta! vez como ultima causa de todo ello ), Compostela es el final de la Via Lactea, el finisterrae de los peregrinos, que a lo largo de los tiempos ( en unos mas que en otros, pero sin cesar nunca) han cruzado los caminos de Europa, rumbo a la tumba del Ap6stol. Hasta qué punto el fen6meno de las peregrinaciones, desde el lejano medievo hasta el dîa de hoy, ha marcado la configuraci6n urbana, social e incluso moral de esta ciudad, es algo que parece indiscutible.

260 HISP. XX - 23 - 2006

Page 5: EMILIA PARDO BAZA.N Y SANTIAGO DE …Emilia Pardo Bazân y Santiago de Compostela En 1868 la joven Emilia, una recién casada que s6lo cuenta 17 afios, se instala en Santiago de Compostela,

Emilia Pardo Bazân y Santiago de Compostela

Dije antes que todas las ciudades son {micas; pero no todas ellas han suscitado el mismo interés estético, artistico o literario. Es mucho lo que se ha escrito sobre Roma, Paris, Nueva York, Buenos Aires, Viena, Bagdag, Berlin, Praga, Estambul, Venecia, La Habana, Barcelona ... No es tanta, sin duda, la literatura suscitada por la ciudad compostelana, aunque si sean abundantes (y mas en los ultimos anos, en que la peregrinacion jacobea ha degenerado en moda) los libros sobre el Camino de Santiago. Con todo, seria posible confeccionar una muy sugestiva antologia con los textos escritos a lo largo de los siglos por los viajeros y visitantes de Compostela.

He dicho que seria posible confeccionar esa antologia y tengo que corregirme, pues ya existe. Se trata de un libro con titulo algo rebuscado (A, ante, ata, baixo, cara a, con, contra, de, dende, en, entre, para, por,

segundo, sen, sobre, tras Santiago de Compostela), publicado en el ano 2004 por el Concel!o [Ayuntamiento] de la ciudad y preparado por X. A. P. (siglas que creo corresponden al periodista y escritor Xosé AntonioPerozo). A lo largo de sus mas de 150 paginas se recogen breves muestras(una o dos paginas por autor) de textos referidos a Santiago (poemas,estampas, fragmentos de cuentos, de novelas, de guias, de libros deviajes, de ensayos ... ), escritos por muy diversos autores de todas lasépocas: desde el venerable Codex Calixtinus medieval (un vademecum

para el peregrino, que es también una de las mas antiguas guias de viajeeuropeas) hasta los escritores de las ultimas generaciones. De laamplisima nomina, citaré solo los nombres mas importantes o conocidos;tanto de las letras espanolas como de las gallegas y las universales:Alfonso X el Sabio, Dante, Cosme de Médicis, Erasmo, Quevedo, Tirsode Molina, George Borrow, Rosalia de Castro, Emilia Pardo Bazan,Miguel de Unamuno, Ramon del Valle-Inclan, Rubén Dario, Manuel yAntonio Machado, Vicente Risco, Ramon Otero Pedrayo, ClaudioSanchez Albornoz, Gerardo Diego, Eduardo Blanco Amor, FedericoGarcia Lorca, Alejo Carpentier, José Maria Castroviejo, Ricardo CarballoCalern, Celso Emilio Ferreiro, Gonzalo Torrente Ballester, AlvaroCunqueiro, Camilo José Cela, Alonso Zamora Vicente, Francisco Nieva,Uxio Novoneyra, Alvaro Siza, Gabriel Garcia Marquez, Xosé LuisMéndez Perrin, Carlos Casares, Marina Mayoral, Alfredo Conde, XavierAlcala, Fernando Ônega, Victor Freixanes, Dario Villanueva, ManuelRivas, Anton Reixa, Suso de Toro ...

Pues bien, en esa serie literaria, la primera novela de Pardo Bazân ocupa un lugar relevante y, en cierta medida, fundador. La pequena

HISP. XX - 23 - 2006 261

Page 6: EMILIA PARDO BAZA.N Y SANTIAGO DE …Emilia Pardo Bazân y Santiago de Compostela En 1868 la joven Emilia, una recién casada que s6lo cuenta 17 afios, se instala en Santiago de Compostela,

José Manuel GONZALEZ HERRÂN

ciudad que era por entonces Santiago se recrea literariamente de manera muy precisa en las paginas de Pascual Lôpez1

; sirva c6mo muestra -entre otras muchas que podrian citarse- esta primera descripci6n de laciudad, en el capitulo I:

Monumentales edificios, altas iglesias con grandes retablos de

amortiguado oro, calles estrechas e irregulares con arcos de soportal,

que parecen hechos de encargo para misterios y tapujos, y de vez en

cuando cortadas por la imponente mole de alguna blasonada y desierta

casa solar o de algun convento de verdinegras tapias y rejas mohosas;

paseos cuyos arboles se deshojan lentamente y sus hojas mueren bajo

los pies de escasos transeuntes; alrededores apacibles, mudos, verdes

y frondosos a causa de la humedad, pero sellados con la tristeza

peculiar de los paises de montaiia: ta! es Santiago. De dia, a la luz del

sol, la Jerusalén de Occidente (que asi suele ser nombrada en elegante

estilo ), parece venerable y pacîfica, sin austeridad ni ceiio; pero en las

!argas noches invemales, cuando en las angostas calles se espesa la

oscuridad y la enorrne sombra de la Catedral se proyecta en el piso de

la Quintana de muertos y el reloj cuenta las horas con lengua de

bronce, y la luna vierte vaporosas olas de luz sobre las caladas torres,

la impresi6n que produce Santiago es solernne. jOh, si yo fuera dado a

filigranas poéticas! jqué linda ocasi6n se me ofrecia para describir los

efectos de perspectiva que en la serenidad noctuma producen los

majestuosos edificios, mudos testigos de la muerta grandeza de tan

ilustre ciudad!2

1 Perrnitaseme citar, a este prop6sito, loque hemos escrito (Cristina Patiiio y yo) a nuestra edici6n de la novela: «A través de las andanzas de Pascual y sus camaradas podemos seguir el trazado sinuoso de las calles y plazas compostelanas, adentramos en la atm6sfera milenaria de sus edificios, percibir el sonido de la lluvia desde sus soportales ( ... ) Asi, entre los lugares expresamente mencionados se halla la Catedral; se enfoca incluso alguno de sus reductos interiores, como el P6rtico de la Gloria, la Capilla de la Soledad, la de la Corticela, o exteriores como la fachada de las Platerias y la Puerta Santa. Espacios urbanos como el Preguntoiro, la plaza del Tora!, el Mercado viejo ( ... ), la Rùa Nueva y la Rùa del Villar ( ... ), las aulas universitarias y la tuna, la nueva Facultad de Medicina, la fachada del edificio central del Alma Mater ( ... ), la Plaza de la Quintana y el olor a incienso, el Convento de la Enseiianza, San Francisco, San Agustin, la Compaiiia de Jesùs .. Ambientes en fin también profanos como los que adivinamos en el paraiso del Teatro, el Pazo de Bendaiia o el lnstituto. Siguiendo las correrias de Pascualillo accederemos a los herrnosos parajes de la Alameda ( ... ) Seguiremos alejàndonos del nùcleo urbano y visitaremos el Pico Sacro, el Rio de los Sapos ( ... ), el monte Pedroso ( .. ) y los Agros de Carreira» («Jntroducci6n» citada, pp. 36-37). 2

Pascual Lapez, ed. Gonzàlez Herràn-Patiiio Eirin, pp. 58-59.

262 HISP. XX - 23 - 2006

Page 7: EMILIA PARDO BAZA.N Y SANTIAGO DE …Emilia Pardo Bazân y Santiago de Compostela En 1868 la joven Emilia, una recién casada que s6lo cuenta 17 afios, se instala en Santiago de Compostela,

Emilia Pardo Bazan y Santiago de Compostela

Mas no era este el primer acercamiento literario de Emilia Pardo

Bazan a la ciudad del Ap6stol. Ella misma, en el pr6logo que puso a la

novela, explicando las razones de su especial predilecci6n por aquella

ciudad, aludia -aunque de manera imprecisa- a lo que llama «primicias

de mi imaginaci6n adolescente», inspiradas por Compostela:

Los sucesos de esta historia pasan en un pueblo de mi tan preferido y visitado como Santiago. Me inspiran singular predilecci6n e interés las ciudades antiguas y melanc6licas, envueltas en sus recuerdos, como un rey caido en el armifio y purpura marchita de su augusto manto ( ... ) De todos estos sarc6fagos imponentes [ha citado Toledo, Burgos, Salamanca], el que mas huella imprimi6 en mi fantasia fue Santiago ( ... ) porque hubo de ser la primera que en la aurora de la vida despert6 mi mente a la contemplaci6n de edades muertas, bajo los pilares de su Catedral y en las revueltas de sus tortuosas calles. Consagrele las primicias de mi imaginaci6n adolescente, y a despecho de cuantas maravillas arqueol6gicas pude mas tarde admirar en mi patria y en extrafias tierras, no se borr6 jamas aquella impresi6n viva y temprana 1•

Pues bien: tras las recientes pesquisas en la obra temprana de la

autora, podemos precisar cuales fueron esas primicias de su imaginaci6n

adolescente, consagradas a la ciudad del Ap6stol. La mas antigua data de

cuando la jovencisima escritora contaba quince afios: un largo poema de

sesenta y cuatro versos titulado «A Santiago», cuya copia manuscrita

aut6grafa (en el llamado Album de poesias, que se guarda en la Fundaci6n

Lazaro Galdiano, de Madrid) indica al final: «(En el album de Teresa Rua

[acaso prima de Emilia]). Santiago, 1866>>2. El poema es una despedida

de la ciudad y de sus bellezas monumentales; aunque es facil suponer la

escasa calidad de estos versos juveniles ---o infantiles-, no me resisto a

citar su comienzo:

A Compostela al dejar que tanto, Teresa, inspira quiero en ella de mi lira

1 Pascual Lapez, ed. Gonzalez Herran-Patiiio Eirin, p. 54.

2 Publicado en M. Hemingway (ed.): Emilia Pardo Bazan, Poesias inéditas u olvidadas, Exeter:

University of Exeter Press, 1996, pp. 34-35.

HISP. XX - 23 - 2006 263

Page 8: EMILIA PARDO BAZA.N Y SANTIAGO DE …Emilia Pardo Bazân y Santiago de Compostela En 1868 la joven Emilia, una recién casada que s6lo cuenta 17 afios, se instala en Santiago de Compostela,

José Manuel GONZALEZ HERRAN

un débil eco lanzar.

Tranquila ciudad hermosa

de tantos recuerdos llena

tan reposada y serena

como imponente y grandiosa;

( ... ) Cual labrada filigrana

que en el aire se sustenta

la esbelta torre se ostenta

del lado de la Quintana;

y cada vez que la veo

mas se impone en mi memoria

la fachada de la Gloria,

obra inmensa de Mateo.

Enfrente al altar de plata

donde entre encendida cera

al Ap6stol se venera,

el coraz6n se dilata;

y preséntanse a la mente

los antiguos peregrinos,

que por distintos caminos

venian devotamente ...

Y concluye con esta exclamaci6n, mezcla de envidia y lamento:

j Feliz tu, Teresa bella,

a quien admirar es dado

tanto edificio sagrado

do el tiempo imprimi6 su huella!

Y o, que los voy a dejar

y su grandeza me inspira,

quise en ellos de mi lira

un débit eco lanzar.

Nueve afios mas tarde, en el que habria de ser su primer libro de versos, Himnos y sueiios, que nunca lleg6 a publicar, pero que también se ha conservado manuscrito, recoge un breve poema de 1875, titulado «En el cementerio de San Francisco/ oyendo los gritos de la plaza de toros»:

264

El augusto silencio de la muerte

profundo y religioso

HISP. XX - 23 - 2006

Page 9: EMILIA PARDO BAZA.N Y SANTIAGO DE …Emilia Pardo Bazân y Santiago de Compostela En 1868 la joven Emilia, una recién casada que s6lo cuenta 17 afios, se instala en Santiago de Compostela,

Emilia Pardo Bazan y Santiago de Compostela

rompieron de improviso los clamores

de la plaza de toros.

Asi el dulce vibrar de las estrellas

en las noches de otoiïo

suele turbar de pronto, de un relampago

el brillo sulfuroso 1•

Corno facilmente advertira cualquier conocedor de la lirica postromantica, se trata de un poema de circunstancias en que la anécdota pretende mas amplio alcance, como alegoria o simbolo de cierta trascendencia. Para explicar el sentido de estos versos hay que advertir que por esos aîios, con ocasi6n de las fiestas del Apôstol Santiago, en el mes de julio, se instalaba algo parecido a lo que hoy llamariamos una plaza portatil de toros en la Plaza del Obradoiro, frente a la catedral, con gran escandalo de amplios sectores de la vida compostelana; no seria raro que alguien llamase la atenciôn sobre la irreverencia que suponia la proximidad de ta! espectaculo con las ceremonias religiosas que pudieran estarse celebrando simultaneamente tanto en la catedral como en los muchos templos que cuajan el casco viejo de la ciudad. La muchacha ( cuyo fuerte conservadurismo, en lo social y en lo religioso, se muestra en otros textos suyos de esos aîios) imagina una coincidencia que bien pudo haberse producido: a no muchos metros de aquella plaza esta el cementerio conventual de San Francisco -que todavia hoy se utiliza para enterrar a los frailes de esa comunidad, y también a los miembros de la llamada «Orden Tercera»-, de modo que el clamor de la corrida romperia el fünebre silencio de la ceremonia. Esa hipotética irreverencia es la que explica el tono censorio que tiîie el poema con su «brillo sulfuroso»; es decir, demoniaco.

Aunque los datos proporcionados por sus biôgrafas (Carmen Bravo­Villasante y Pilar Faus2

) no son muy precisos al respecto, sabemos que por los aîios en que escribe el poema recién citado, entre 1875 y 1879,

1 Reproduzco ese poema en mi articulo (del que recojo aqui alg(m parrafo) «Emilia Pardo Bazan y la fiesta de los toros (1875-1921)», en: A. Garcia-Baquero Gonzalez y P. Romero de Solis (eds.), Fiestas de

Taros y Sociedad, Sevi lia: Fundaci6n Real Maestranza de Caballeria de Sevi lia - Universidad de Sevi lia, 2003, pp. 591-603. 2 C. Bravo-Villasante, Vida y obra de Emilia Pardo Bazan, Madrid: Ediciones de la Revista de Occidente, 1962; Segunda edici6n, corregida y aumentada, Madrid: Magisterio Espaiiol, 1973; P. Faus, Emilia Pardo Bazan. Su época, su vida. su obra, A Coruiia: Fundaci6n Pedro Barrié de la Maza, 2003.

HISP. XX - 23 - 2006 265

Page 10: EMILIA PARDO BAZA.N Y SANTIAGO DE …Emilia Pardo Bazân y Santiago de Compostela En 1868 la joven Emilia, una recién casada que s6lo cuenta 17 afios, se instala en Santiago de Compostela,

José Manuel GONZALEZ HERRAN

nuestra autora pasaba en Santiago largas temporadas, ocupada en preparar y escribir algunos trabajos literarios. Asi, la serie de articulos de divulgaci6n cientifica titulados «La ciencia amena», que public6 en La

Revista Composte/ana entre octubre de 1876 y febrero de 1877; sus «Reflexiones criticas contra el darwinismo», en La Ciencia Cristiana, de Madrid, en 1877; y en la misma revista, entre 1877 y 1879, otra serie titulada «Las epopeyas cristianas». Pero el trabajo mâs importante que prepar6 en esos afios y en Santiago, fue su San Francisco de Asis, buena parte de cuyas fuentes consult6 en la biblioteca del convento franciscano de Compostela; asi lo declara -y agradece- ella misma en un manuscrito, aun inédito, titulado «A los frailes menores, hijos de San Francisco, de Compostela», fechado el 4 de octubre (dia de San Francisco de Asis, segun precisa la dedicatoria) de 1878, que posiblemente iba a ser una carta-dedicatoria a modo de pr61ogo para el libro que publicaria en cuatro afios mâs tarde, pero que no lleg6 a incluirse en él 1.

Pese a la fecha de esa dedicatoria, todavia en abril de 1879 seguia preparando su San Francisco; lo sabemos por un curioso documento2

titulado «Diario de mi vida», en el que da cuenta de sus actividades y ocupaciones, en Santiago, entre el domingo 13 y el viemes 25 de abril de 1879. El motivo de su estancia es precisamente investigar con materiales de la biblioteca de los franciscanos; asi, el miércoles 16 escribe: «He extractado un tomo de la Cr6nica Serafica para mi obra sobre San Francisco»; el jueves 17: «Hoy he trabajado en grande ( ... ) Tengo esperanzas de salir bien de mi trabajo. Cada mafiana me envian los franciscanos un in-folio que me dedico a desentrafiar. Llueve, llueve, y tengo instantes de desaliento; pero sigo con la pluma en la mano»; el viemes 18: «La historia de mi estancia aqui es la de mis trabajos. Hoy he consagrado a la Cr6nica franciscana nada menos que ocho horas. El dia ha sido bien aprovechado»; el domingo 20: «Con los frailes pasé largo rato. Estân entusiasmados con la idea de que voy a hacer una magnifica obra sobre San Francisco. Quiera Dios que no se engafien. Me siento con pocas fuerzas»; el lunes 21: «Pasé el dia extractando cr6nicas viejas,

1 Lo comenta Patiiio Eirin en su articulo «Acerca del franciscanismo de Pardo Bazan», en A. Abuin

Gonzalez, J. Casas Rigall y J. M. Gonzalez Herran (eds.), Homenaje a Benito Vare/a Jacome, Santiago

de Compostela: Universidade, 2001, pp. 55-471. 2

Su manuscrito autôgrafo se conserva en el Archivo de la Real Academia Galega, en A Coruiia;

publicado por M. C. Simôn Palmer en «Trece dias en la vida de Emilia Pardo Bazan. Manuscrito

inédito», en Estudios de Literatura espanola de los siglos XIX y XX. Homenaje a Juan Maria Diez

Taboada, Madrid: C.S.I.C., 1998, pp. 399-404.

266 HISP. XX - 23 - 2006

Page 11: EMILIA PARDO BAZA.N Y SANTIAGO DE …Emilia Pardo Bazân y Santiago de Compostela En 1868 la joven Emilia, una recién casada que s6lo cuenta 17 afios, se instala en Santiago de Compostela,

Emilia Pardo Bazan y Santiago de Compostela

ingenuas, apolilladas. Encuentro infinidad de asuntos para leyendas»1; el

martes 22: «Yo trabajé mucho: veo que el siglo XIII se va desembrollando ante mis ojos»; y el miércoles 23: «Sigo en mi tarea, y quisiera poder dedicar la noche a ella. jEl teatro me abruma! Hoy no fui>?

Siete an.os mâs tarde, en los «Apuntes autobiogrâficos» que escribi6 como pr6logo para la primera edici6n de Los Pazos de Ulloa, evocaba asi esas estancias en Santiago:

Siempre que iba por algunos dias a Compostela, dedicaba largos

ratos a la porteria del convento de San Francisco, que por su

melanc6lica situaci6n, su aire de recogimiento y austeridad tiene para

mi singular encanto. Horas he pasado alli que cuento entre las mas

hermosas y apacibles de la vida. Oiase en el patio el rumor mon6tono

y argentino del cafio de la fuentecilla que ritmaba las conversaciones

de los frailes: l,de qué hablabamos? ( ... ) hablabamos del Patriarca, de

las Florecillas, de los cinco estigmas, de la leyenda maravillosa ( ... )

Empecé por aquel tiempo a escribir el San Francisco3

.

Precisamente en la novela asi prologada, Los Pazos de Ulloa

(unânimemente considerada como la mejor de las suyas), regresa don.a Emilia a su querida Compostela; pero esta vez, por necesidades argumentales, la consideraci6n que de la ciudad nos ofrece es muy diferente a la que ella misma tenia. Corno es sabido, la mayor parte del relato tiene una ambientaci6n rural, en tierras de la Galicia interior; pero ocasionalmente, en los capitulos IX a XIII, el marqués de Ulloa pasa una temporada en casa de su tio y primas en Santiago, para elegir en matrimonio a una de ellas. La voz del narrador, adoptando el punto de vista del personaje forastero -un hidalgo rural acostumbrado a otros paisajes y modos de vida- nos ofrece una vision muy poco favorable de la ciudad:

1 Cfr. a ese prop6sito A. M' Freire Lapez: «Las leyendas que nunca escribi6 Emilia Pardo Bazân. (Un

desconocido proyecto de juventud)», en 1. Lerner, R. Nival, A. Alonso (eds.), Actas del XIV Congreso de

la Asociaci6n !nternacional de Hispanistas (Nueva York, 16-21 de julio de 2001), III, Literatura

Espaiiola Siglos XVIII-XX, Newark, Delaware: Juan de la Cuesta, 2004, pp. 209-219. 2

Simon Palmer, art. cit., pp. 401-403. 3

«Apuntes autobiogrâficos», en E. Pardo Bazân, Obras Completas, vol. Il, ed. D. Villanueva y J. M.

Gonzâlez Herran, Madrid: Fundaci6n José Antonio de Castro, 1999, p. 37.

HISP. XX - 23 - 2006 267

Page 12: EMILIA PARDO BAZA.N Y SANTIAGO DE …Emilia Pardo Bazân y Santiago de Compostela En 1868 la joven Emilia, una recién casada que s6lo cuenta 17 afios, se instala en Santiago de Compostela,

José Manuel GONZALEZ HERRÂN

Pareciéronle, y con raz6n, estrechas, torcidas y mal empedradas

las calles, fangoso el piso, humedas las paredes, viejos y ennegrecidos

los edificios, pequeiio el circuito de la ciudad, postrado su comercio y

solitarios casi siempre sus sitios publicos; y en cuanto a lo que en un

pueblo antiguo puede enamorar a un espiritu culto, los grandes

recuerdos, la eterna vida del arte conservada en monumentos y ruinas,

de eso entendia don Pedro lo mismo que de griego o latin. jPiedras

mohosas!

( ... )

Es cierto que Santiago poseia dos o tres edificios espaciosos, la

Catedral, el Consistorio, San Martin ... Pero en ellos existian cosas

muy sin raz6n ponderadas, en concepto del marqués: por ejemplo, la

Gloria de la Catedral. jVaya unos santos mas mal hechos y unas

santas mas flacuchas y sin forma humana!, junas columnas mas

toscamente esculpidas! Seria de ver a alguno de estos sabios que

escudriiian el sentido de un monumento religioso, consagrandose a la

tarea de demostrar a don Pedro que el p6rtico de la Gloria encierra

alta poesia y profundo simbolismo. jSimbolismo! jJerigonzas! El

p6rtico estaba muy mal labrado, y las figuras parecian pasadas por

tamiz. Por fuerza las actes andaban atrasadisimas en aquellos tiempos

de maricastaiia. Total, que de los monumentos de Santiago se atenia el

marqués a uno de fabrica muy reciente: su prima Rita.1

( ... )

Transcurrido algun tiempo de vida familiar con suegro y cuiiadas,

don Pedro ech6 de menos su huronera. No se acostumbraba a la

metr6poli arzobispal. Ahogabanle las altas tapias verdosas, los

soportales angostos, los edificios de 16brego zaguan y escalera

sombria, que Je parecian calabozos y mazmorras. Fastidiabale vivir

alli donde tres gotas de lluvia meten en casa a todo el mundo y

engendran instantaneamente una triste vegetaci6n de hongos de seda,

de enormes paraguas. Le incomodaba la perenne sinfonia de la lluvia

que se deslizaba por los canalones abajo o retiiiia en los charcos

causados por la depresi6n de las baldosas. Quedabanle dos recursos

no mas para combatir el tedio: discutir con su suegro o jugar un rato

en el Casino.2

1 E. Pardo Bazàn, los Pazos de Ulloa, cap. X, en Obras Completas, vol. 11, ed. D. Villanueva y J. M.

Gonzàlez Herràn, Madrid: Fundaciôn José Antonio de Castro, 1999, pp. 139-140. 2

Cap. XIII, en ed. cit., p. 167.

268 HISP. XX - 23 - 2006

Page 13: EMILIA PARDO BAZA.N Y SANTIAGO DE …Emilia Pardo Bazân y Santiago de Compostela En 1868 la joven Emilia, una recién casada que s6lo cuenta 17 afios, se instala en Santiago de Compostela,

Emilia Pardo Bazan y Santiago de Compostela

( ... )

Tampoco alli [ en el Casino] se encontraba bien. Sofocabale cierta

atm6sfera intelectual, muy propia de ciudad universitaria. Compostela

es pueblo en que nadie quiere pasar por ignorante, y comprendîa el

sefiorito cuanto se mofarîan de él y qué chacota se le preparaba, si se

averiguase con certeza que no estaba fuerte en ortografia ni en otras

ias nombradas alli a menudo. Se le sublevaba su amor propio de

monarca indiscutible en los Pazos de Ulloa al verse tenido en menos

que unos catedraticos acatarrados y pergaminosos, y aun que unos

estudiantes troneras, con las botas rojas y el cerebro caliente y

vibrante todavia de alguna lectura de autor moderno, en la Biblioteca

de la Universidad o en el gabinete del Casino1•

Acaso la mas conseguida recreac10n literaria de Santiago de Compostela en la narrativa de Pardo Bazan sea su novela corta Belcebu,

publicada en 1908 y ambientada en «la metropolitana ciudad de Estela», nombre literario que apenas enmascara el de Compostela, en el siglo XVII: escenario muy adecuado para esta sombria historia de brujeria y satanismo (como, en cierta medida, lo era también Pascual Lapez); asi, ya desde las primeras paginas:

Al través de callejas con soportales, costanillas y escalinatas

fuimos a parar frente a un palacio, el mas solemne de todos ( ... ) Es

dificil decir en qué consiste el toque de sefiorio y la dignidad en los

edificios; sin embargo, nadie ignora qué impresi6n de respeto causan

ciertas piedras antiguas. Quizas el mismo deterioro del palacio, lo

negruzco de su canteria, su aire de abandono, prestaban grandiosidad

al amplio escusado, con dos sirenas por tenantes2.

A lo largo de la novela se mencionan diversos lugares -preferentemente, palacios y conventos-, unas veces con los mismosnombres que hoy mantienen ( como los conventos de la Santa Enseiianzao de San Francisco), otras, levemente disfrazados ( como el convento deBelvista, donde reconocemos el de Belvis). Entre los caserones de la

1 Cap. XIII, en ed. cit., p. 170.

2 Be/cebu, en E. Pardo Bazan, Obras Comp/etas, vol. VI, ed. D. Villanueva y J. M. Gonzalez Herran,

Madrid: Fundaciôn José Antonio de Castro, 2002, pp. 344-345.

HISP. XX - 23 - 2006 269

Page 14: EMILIA PARDO BAZA.N Y SANTIAGO DE …Emilia Pardo Bazân y Santiago de Compostela En 1868 la joven Emilia, una recién casada que s6lo cuenta 17 afios, se instala en Santiago de Compostela,

José Manuel GONZALEZ HERRAN

ciudad, aparece un Palacio de los Marqueses de Noana, cuyo modelo real es el Palacio de Bendana (actual sede de la Fundaci6n Grane!!, en la Plaza do Toura!): «Este sî que tiene empaque ... Qué Atlante el que corona el atico, aguardando, segun la tradici6n, a que pase una mujer de bien, para soltar la bola que agobia sus hombros» 1• (Les diré que cuando yo era estudiante en Santiago, hacia 1965-1970, se decia que ese Atlas dejaria caer su bola cuando cruzase la plaza una universitaria que fuese virgen.)

Aunque el escenario de la novela sea la ciudad de Santiago, la peripecia argumentai se amplia ocasionalmente al ambito rural inmediato: la familia protagonista tiene su Pazo de Landoira, a ocho leguas de Estela2, «situado a la margen del rio Ulla, en la comarca mas pintoresca que es dable sonar; ( ... ) una residencia veraniega y otonal, que competîa con las tan ponderadas de Linares, Ribadulla y Oca»3 (nombres todos ellos que corresponden a conocidos pazos, pr6ximos a Santiago).

Corno es sabido, Emilia Pardo Bazan cultiv6, con gran dedicaci6n y notable acierto la literatura de viajes4; la mayor parte de tales escritos se dedican a paises extranjeros (Francia, Italia, Alemania, Bélgica, Portugal...) o a diversas regiones espanolas (Cantabria, Cataluna, La Mancha, Aragon, ambas Castillas, Levante, Murcia, Le6n, su Galicia natal); pero sorprende que, en tan abundante producci6n, solo haya un artîculo dedicado a Santiago de Compostela, el titulado «Impresiones santiaguesas. Una joya del arte renaciente», publicado en diferentes revistas en el verano de 1880: primero en La Ilustraci6n Gallega y

Asturiana, luego en la Revista de Galicia y en El Heraldo Gallego5

. Mas estudio hist6rico que articulo de viajes, y de caracter menos turistico que cientifico -coma se observa en sus eruditas notas a pie de pagina-, se trata de un trabajo dedicado a estudiar con cierto detalle y alarde de datos

1 Belcebu, ed. cit., p. 343; mas adelante (p. 360), se reitera la alusi6n, ahora inserta en la trama

argumentai: «Al cruzar por delante de la casa de los Marqueses de Noaiia, el Inquisidor alz6 los ojos,

mir6 al agobiado Atlante que parecia sudar y jadear bajo la pesadumbre del globo que sus hombros

herculeos sufrian, y se compara con él, y la afirrnaci6n legendaria acudi6 a su mente: 'Cuando pase una

mujer honrada ... '». 2

«Landoira <lista ocho leguas de Estela» (Belcebu, ed. cit., p. 364) 3

Belcebu, ed. cit., p. 352. 4

Cfr. al respecta mi articula «Andanzas e visions de dona Emilia (A literatura de viaxes de Pardo

Bazân)», Revis/a Galega do Ensino, n° 27 (maio 2000), pp. 37-62, de donde tomo los pârrafos que

inmediatamente siguen. 5

El articula fue recogido en su libro De mi tierra (1888); en la reedici6n de Vigo: Edici6ns Xerais de

Galicia, 1984, pp. 243-259.

270 HISP. XX - 23 - 2006

Page 15: EMILIA PARDO BAZA.N Y SANTIAGO DE …Emilia Pardo Bazân y Santiago de Compostela En 1868 la joven Emilia, una recién casada que s6lo cuenta 17 afios, se instala en Santiago de Compostela,

Emilia Pardo Bazan y Santiago de Compostela

esa joya del arte renacentista aludida en el titulo: un altar de marmol en el

compostelano convento de San Lorenzo, cuya descripci6n se adoma con

su historia y la de la noble familia que ha emprendido su restauraci6n, de

modo que, sin desdeiiar la rigurosa investigaci6n hist6rico-arqueol6gica

que apoya el trabajo, no faltan en él esas evocaciones imaginativas

frecuentes en su literatura de viajes, que la autora reconoce como manias:

«Noto que me pierdo en digresiones de las que siempre me sugiere la

vista de cualquier piedra que haya pertenecido a un convento: dejemos ya

estas inveteradas manias» 1

En el tiempo que atm me queda quiero tratar de la presencia de

Santiago de Compostela en la narrativa breve de nuestra autora. Y lo

primero que importa notar es que, sorprendentemente -sobre todo, si

consideramos que los cuentos escritos y publicados por doiia Emilia

pasan de seiscientos-, no son muchos los que aqui mencionaré.

Limitandonos a aquellos explicitamente localizados en Compostela (que

es como doiia Emilia denomina siempre a Santiago, cuando no emplea el

nombre literario de Estela), y dejando aparte varios en los que la ciudad

es una simple menci6n, la relaci6n se reduce a siete titulos; todos ellos

escritos y publicados entre 1890 y 1916. Veamos c6mo en cada uno de

ellos se reflejan o se recrean literariamente los escenarios de la ciudad:

El primero al que me referiré es el muy conocido y justamente

elogiado «Un destripador de antaiio», publicado en La Espaii.a Maderna

en 1890 y recogido en su colecci6n Historias y cuentos de Galicia en

1900; aunque la mayor parte del asunto de este relato -casi novela corta,

por su extension- transcurre en un ambito aldeano, hay varios episodios

localizados en la ciudad del Ap6stol, donde tiene su botica don Custodio,

personaje fundamental de la historia:

Llegaron a Compostela a tiempo que las campanas de la catedral y de numerosas iglesias tocaban a misa, y entraron a oirla en las Animas, templo muy favorito de los aldeanos, y, por lo tanto, muy gargajoso, sucio y maloliente. De alli, atravesando la plaza Hamada del Pan, inundada de vendedoras de molletes y cacharros, atestada de labriegos y de caballerias, se metieron bajo los soportales, sustentados

1 De mi tierra, 1984, p. 247.

HISP. XX - 23 - 2006 271

Page 16: EMILIA PARDO BAZA.N Y SANTIAGO DE …Emilia Pardo Bazân y Santiago de Compostela En 1868 la joven Emilia, una recién casada que s6lo cuenta 17 afios, se instala en Santiago de Compostela,

José Manuel GONZALEZ HERRÂN

por columnas de bizantinos capiteles, y llegaron a la temerosa

madriguera de don Custodio 1•

En ese mismo libro de 1900 recogio la autora el relata «La Santa de Kamarn, publicado antes en Nuevo Teatro Critico (1891); su historia tiene como principal escenario una remota aldea de la montafia gallega, donde vive la santa del tîtulo; solo en las primeras lineas se alude «a la humeda atmosfera de Compostela»2

, donde entonces vivia la nifia enferma que, hoy anciana, cuenta la historia.

De localizacion totalmente santiaguesa es «El baile del Querubin», también publicado en Nuevo Teatro Critico, en 1893 y recogido en Cuentos nuevos (1894); pero, por su localizacion preferentemente en interiores, muy poco es lo que de la ciudad aparece en el cuento: la casa del protagonista-narrador y la de su tîa y primas («Vivîan mis padres en Compostela, y residian en el caseron de nuestros mayores, edificio vetusto y ya destartalado [ ... ] Proxima a nuestra morada -si bien con fachada y portal a otra calle- hallabase la de la hermana de papa»); los bailes de sociedad, en el Liceo y en el Casino; y un encuentro en la Plaza de la Quintana, cerca ya de las Platerias, que da pie al narrador para una rapida descripcion del entomo: «la bella fachada gotica de la catedral, que surgîa coronando la escalinata [ ... ] alla abajo, en la plaza, la fuente monumental, en cuyo pilon los caballos marinas remojaban sus palmeados pies»3

.

El toponimo literario de Estela, que ya vimos en Belcebu, reaparece como la ciudad en donde ocurre «La soledad», publicado en La

llustracion Espaiiola y Americana, en 1914 y recogido en el libro postumo Cuentos de la tierra (1921); sus protagonistas son dos enamoradizos estudiantes -uno de Medicina, otro de Derecho- que dedican el dia de Jueves Santo a seguir por las ruas a las damas que acuden a los oficios, hasta que se cruzan con una de cautivadora belleza, extraordinariamente parecida a la imagen de la Virgen de la Soledad. El

1 «Un destripador de antafio», en E. Pardo Bazàn, Obras Completas, vol. IX, ed. D. Villanueva y J. M.

Gonzàlez Herràn, Madrid: Fundaci6n José Antonio de Castro, 2005, p. 17. 2

«La santa de Kamarn, en E. Pardo Bazàn, Obras Completas, vol. IX, ed. D. Villanueva y J. M.

Gonzàlez Herràn, Madrid: Fundaci6n José Antonio de Castro, 2005, p. 129. 3

«El baile del Querubin», en E. Pardo Bazàn, Obras Completas, vol. VIII, ed. D. Villanueva y J. M.

Gonzàlez Herràn, Madrid: Fundaci6n José Antonio de Castro, 2004, pp. 259,262,263.

272 HISP. XX - 23 - 2006

Page 17: EMILIA PARDO BAZA.N Y SANTIAGO DE …Emilia Pardo Bazân y Santiago de Compostela En 1868 la joven Emilia, una recién casada que s6lo cuenta 17 afios, se instala en Santiago de Compostela,

Emilia Pardo Bazan y Santiago de Compostela

final ejemplar de la historia nos sitûa de nuevo en el conocido escenario del convento de San Francisco: uno de los dos escolares, tras superar la enfermedad que estuvo a punto de llevarle al sepulcro, interpretara aquel encuentro como un aviso y, escarmentado, «apenas pudo salir a la calle, una tarde larga y serena de fines de junio, llam6 a la puerta del convento de Franciscanos» 1•

También se desarrolla en Estela la peripecia de «La cana», uno de los relatos policiales de doîia Emilia, publicado en Los contemporaneos

( 1911) y recogido al aîio siguiente en Cuentos tragicos; pero las referencias al ambito urbano se reducen a una menci6n a «la plazoleta rodeada de vetustos edificios, donde abre su irregular puerta cochera el paradon>2, y poco mas.

Por razones que no se me alcanzan, para el cuento «Cenizas», aparecido en Blanco y Negro en 1902, dofia Emilia se inventa el top6nimo «Montan.osa» para una ciudad cuyo modelo es, sin duda, Santiago. Compostelana, y muy conocida, es la leyenda que recrea este cuento, aunque la autora modifica también los nombres que localizarian sus escenarios: el convento benedictino de San Payo de Antealtares se llama aqui de San Juvencio; la Plaza de la Quintana -la Quintana dos

Mortos del poema galego de Garcia Lorca- se rebautiza como Plaza de la Muerte:

- lBien habra usted oido en Montafiosa ( ... ) la tradici6n de la reja

del convento de San Juvencio? lLa que cae a la plaza de la Muerte?

( ... )

aquella plaza de la Muerte que forman antiguos edificios, y en

cuyos ambitos retumba pausada, honda, la campana del reloj de la

catedral. El tiempo que cuenta esta campana no se parece al tiempo

que miden los demas relojes. Es un tiempo marcado con el sello de la

eternidad, y al dilatarse en la brumosa atrn6sfera el grave sonido,

diriase que los muertos yacentes bajo las !osas de la plaza y que le dan

nombre se revuelven en la humecta tierra y entrechocan sus huesos

gimiendo de inmensa fatiga.

1 «La Soledad», en E. Pardo Bazân, Obras Completas, vol. X, ed. D. Villanueva y J. M. Gonzâlez Herran,

Madrid: Fundacién José Antonio de Castro, 2005, p. 671. 2

«La cana», en E. Pardo Bazân, Obras Completas, vol. X, ed. D. Villanueva y J. M. Gonzâlez Herran,

Madrid: Fundacién José Antonio de Castro, 2005, p. 412.

HISP. XX - 23 - 2006 273

Page 18: EMILIA PARDO BAZA.N Y SANTIAGO DE …Emilia Pardo Bazân y Santiago de Compostela En 1868 la joven Emilia, una recién casada que s6lo cuenta 17 afios, se instala en Santiago de Compostela,

José Manuel GONZALEZ HERRAN

( ... )

Forma el convento de San Juvencio, como usted no ignora, uno

de los !ados de la cuadrilonga plaza de la Muerte. Sus formidables

muros, enverdecidos por la humedad, pueden llamarse ciegos; apenas

los rasgan pocas negras ventanas enrejadas y altisimas; San Juvencio

no tiene rejas bajas. La iglesia, cuya portada adoma la efigie del santo

degollado, en la agonia y con el cuchillo hincado en la garganta,

tampoco posee tribuna baja; la del coro remata en la b6veda. Las

monjas ya sabe usted que son benedictinas, muy damas,

contemplativas, aristocraticas 1•

La leyenda, como dije, es bien conocida: una novicia enamorada que, al intentar escapar del convento, se precipita desde la reja de su celda a las Josas de la plaza:

Las devotas que atravesaban la plaza de la Muerte para oir misa

de alba en la catedral vieron al pie del muro de San Juvencio el cuerpo

ensangrentado e inerte de una novicia. El corro se habia formado. Me

abri paso, me acerqué. La cabeza descansaba sobre el primer peldafio

de la escalinata que asciende a las Casas del Cabildo. Un hilo de

sangre manchaba la sien. Alrededor de la cintura estaban arrolladas

las tiras de sabana convertidas en cuerdas. El otro extremo, roto,

colgaba alla arriba de la reja, cuyos hierros limados mostraban el

boquete por donde, magullandose, habria pasado el cuerpo. Miré con

afan el rostro de la novicia. jMis ilusiones! Ni era fea ni bonita: como

cien mujeres que andan por ahi. Sus ojos, vidriados, permanecian

entreabiertos, con una expresi6n de espanto, de miedo y de voluntad2.

Me referiré, por ultimo, a «La danza del Peregrino» ( en Blanco y

Negro, 1916), mezcla de leyenda y reportaje sobre la solernne ceremonia con que se celebra la fiesta del Ap6stol en la catedral compostelana, asi evocada:

1 «Cenizas», en N. Legal [Clemessy], Emilia Pardo Bazan, contes perdus et retrouvés, Thèse de doctorat,

Université de Montpellier, 1967-1968, pp. 53-54. 2

«Cenizas», en Legal, op. cit., p. 55.

274 HISP. XX - 23 - 2006

Page 19: EMILIA PARDO BAZA.N Y SANTIAGO DE …Emilia Pardo Bazân y Santiago de Compostela En 1868 la joven Emilia, una recién casada que s6lo cuenta 17 afios, se instala en Santiago de Compostela,

Emilia Pardo Bazan y Santiago de Compostela

En aquel templo extraordinario, ante aquel ap6stol bizantino,

engastado en plata como una perla antigua, de plata el revestimiento

del altar, la pesada esclavina, la enorme aureola, destacandose sobre

un fondo de talla dorada el inmenso retablo, con figurones de angeles

que tremolan banderas de victoria y moros que en espantadas

actitudes se confiesan derrotados, mientras el colosal incensario vuela

como un ave de fuego, encandiladas sus brasas por el vuelo mismo, y

vierte nubes de incienso que neutralizan el vaho humano de tanta

gente rustica apiiiada en la nave 1.

Supongo que algunos -acaso la mayoria- de ustedes hayan tenido

ocasi6n de visitar la basilica compostelana; y tal vez hayan asistido

también a una de las solernnes ceremonias en que ese «colosal incensario

vuela como un ave de fuego, encandiladas sus brasas por el vuelo mismo,

y vierte nubes de incienso ... » Quede esa brillante imagen, el botafumeiro

visto por la Condesa, como la ultima diapositiva de las que aqui he

proyectado, en este documentai sobre Santiago de Compostela en Emilia

Pardo Bazan.

1 «La danza del peregrino», en Legal, op. cil., p. 657.

HISP. XX - 23 - 2006 275

Page 20: EMILIA PARDO BAZA.N Y SANTIAGO DE …Emilia Pardo Bazân y Santiago de Compostela En 1868 la joven Emilia, una recién casada que s6lo cuenta 17 afios, se instala en Santiago de Compostela,