EMPRENDEDORES DEL COMERCIO - lacamara.orglacamara.org/concursodeensayo/BasesConcursoEnsayo.pdf · IV CONCURSO DE ENSAYO CONVOCATORIA VIGENTE DESDE EL 01-05-2018 ... ¿Cuáles han

EMPRENDEDORESDEL COMERCIOI V C O N C U R S O D E E N S A Y O

CONVOCATORIA VIGENTEDESDE EL 01-05-2018

BASES DEL CUARTO CONCURSO ENSAYO

Dirigido a estudiantes de Bachillerato y UniversitariosEnvía tu ensayo hasta el viernes 29 de junio del 2018

www.lacamara.org@lacamaragye@camaradecomerciodeguayaquil



¿QUIÉNES HAN SIDO LOS GANADORES Y PERDEDORESDEL SISTEMA DE GOBIERNO DEL SOCIALISMO DEL SIGLO XXl?

BASES DEL CUART0 CONCURSO ENSAYO

Considerando la historia de “Yo, el lápiz” de Leonard E. Read, analice los efectos de la política económica y comercial del Ecuador durante los años del Socialismo del Siglo XXI. ¿Quiénes han sido los ganadores y perdedores de ese sistema de Gobierno? ¿Cuáles han sido los efectos sobre la actividad empresarial, el emprendimiento y la innovación? ¿Qué sugerencias o cambios recomendaría a los tomadores de decisiones para corregir esos efectos?

“Si consigues darte cuenta del milagro que vengo a simbolizar, podrás ayudar a salvar la libertad que desafortunadamente

la humanidad va perdiendo.” — Yo, el lápiz

Leonard E. Read

1. Podrán participar: - Categoría Colegios: Estudiantes, hombres y mujeres, de primero, segundo y tercer año de Bachillerato de instituciones educativas, públicas y privadas, a nivel nacional.

- Categoría Institutos y Universidades: Estudiantes de pregrado, hombres y mujeres, de cualquier año y facultad de todas las instituciones de educación superior, públicas y privadas, a nivel nacional.

2. Los ensayos deberán estar redactados en español y ser totalmente originales e inéditos. No deberán estar participando de manera simultánea en ningún otro concurso. No se admitirán adaptaciones de otros originales.

3. Cada concursante podrá participar con únicamente un ensayo.

4. Las obras deberán tener una extensión mínima de 400 palabras y máxima de 700 palabras para colegios; y de 700 palabras y máxima de 1,000 palabras para las universidades.

5. Los ensayos deberán enviarse al correo electrónico [email protected] en formato Microsoft Word, con letra Arial 12, justi�cado e interlineado doble, sin ningún tipo de numeración, logos o textos en el encabezado y pie de página. El incumplimiento de este literal descali�cará al participante.





6. Los datos personales que deberán anotar en el texto del correo son: Nombres y apellidos, número de cédula, colegio o universidad a la que representan, edad, ciudad en la que estudian, dirección y teléfono de contacto.

7. La convocatoria estará vigente desde el martes 1 de mayo del 2018 hasta el viernes 29 de junio del 2018. Los trabajos enviados por correo electrónico deberán tener esta fecha registrada como límite.

8. La composición del jurado permanecerá secreta hasta la publicación del fallo.

9. Los resultados del concurso se darán a conocer por los medios de comunicación escogidos por la Cámara de Comercio de Guayaquil, redes sociales y en nuestra página web. A las personas que resulten ganadoras se les noti�cará directamente a la dirección, teléfono o correo electrónico señalados. Aquellos concursantes cuyos ensayos sean elegidos para ser publicados, se obligan a �rmar la documentación necesaria que en su momento se les entregará para efectos de su publicación.

10. El fallo del jurado será inapelable. El premio podrá ser declarado desierto si el jurado estima que ninguno de los ensayos presentados tiene la su�ciente calidad esperada. El jurado estará facultado para resolver cualquier situación relacionada con el concurso que no esté especi�cada en estas bases.

11. Se otorgarán, tres premios por categoría:

PRIMER LUGAR • Placa de Reconocimiento • 3 becas completas en cursos de IDEPRO o eventos de la Cámara de Comercio de Guayaquil. • Publicación del ensayo en la Revista Comercio de la Cámara de Comercio de Guayaquil

SEGUNDO LUGAR • Placa de Reconocimiento • 2 becas completas en cursos de IDEPRO o eventos de la Cámara de Comercio de Guayaquil.

TERCER LUGAR • Placa de Reconocimiento • 1 beca completa en cursos de IDEPRO o eventos de la Cámara de Comercio de Guayaquil.





12. Se podrán otorgar menciones honorí�cas, sin premio, para los ensayos que a juicio del jurado tengan la calidad su�ciente para ser publicadas.

13. Los nombres de los ganadores (primeros lugares y menciones) serán publicados en la página web de la Cámara de Comercio de Guayaquil (www.lacamara.org) hasta cuarenta y ocho horas posteriores al acto de premiación.

14. Cualquier trabajo que no cumpla con lo establecido en estas bases será descali�cado.

15. Los ensayos no seleccionados serán eliminados.

16. La participación en este concurso presupone la aceptación de estas bases.

17. La premiación se realizará el día diecinueve de julio del dos mil dieciocho a las 18h30 en las instalaciones de la Cámara de Comercio de Guayaquil.



Yo, el lápizLeonard E. Read

Yo soy un lápiz común y corriente, el típico lápiz de madera tan conocido por todos los niños y adultos que saben leer y escribir o dibujar. Escribir es mi vocación y mi pasatiempo; eso es todo lo que hago. Esta es mi genealogía.

Te preguntarás por qué debería escribir una genealogía. Para empezar, creo que mi historia es interesante. Además, soy un misterio; más de lo que lo puede ser un árbol, una puesta de sol, o un relámpago. Pero lamentablemente, todos quienes me usan creen que simplemente aparecí, como si yo fuera un mero incidente sin historia. Esta actitud altanera me rebaja al nivel del lugar común. Este es un terrible error que comete la humanidad y que lo pone en peligro. Ya que como el sabio G. K. Chesterton dijo: "Estamos pereciendo por falta de asombro, no por falta de maravillas”.

Yo, el lápiz, si bien en apariencia soy algo simple, merezco tu asombro y admiración, una a�rmación que probaré. En realidad, si consigues darte cuenta del milagro que vengo a simbolizar, podrás ayudar a salvar la libertad que desafortunadamente la humanidad va perdiendo poco a poco. Tengo una profunda lección que enseñar. Y puedo transmitirla mejor que un automóvil, un avión o una lavadora, ya que aparentemente, soy algo más simple.

¿Simple? Sin embargo, ni una sola persona en la tierra sabe cómo hacerme ¿tú lo sabes? Esto suena fantástico ¿verdad? Especialmente cuando se sabe que alrededor de 500 millones de unidades como yo son producidas en Estados Unidos cada año. Tómame y obsérvame. ¿Qué es lo que ves? No encontrarás gran cosa; madera, esmalte, una etiqueta, una mina de gra�to, algo de metal y un borrador.

Así como tú no puedes dibujar tu árbol genealógico muy lejos, me es imposible nombrar y explicar todos mis antecedentes. Pero me gustaría sugerirte lo su�ciente como para impresionarte sobre la riqueza y la complejidad de mis antecedentes.

Mi árbol familiar comienza con lo que de hecho es un árbol: un cedro de �bra recta que crece en el norte de California y Oregón. Contempla todos aquellos elementos que la tarea de cortar el árbol y transportar los troncos hasta la vía del ferrocarril requiere: sierras, camiones, sogas y muchos otros pertrechos. Piensa en todas las personas y en las innumerables técnicas que intervinieron en su fabricación: en la extracción del mineral, la obtención del acero y su conversión en sierras, ejes, motores; el cultivo del cáñamo y su paso por todas las etapas hasta llegar a la soga pesada y resistente; los campamentos de los obreros con sus camas y comedores. Por qué, ¡Incontables miles de personas participaron en cada taza de café que beben los madereros!

Los troncos son transportados hacia un aserradero en California. ¿Puedes imaginar a todos aquellos individuos que participan en la fabricación de los vagones, los rieles, los motores del ferrocarril y en la instalación de los sistemas de comunicación? Considera las tareas que se llevan a cabo en el aserradero.




Estas legiones de personas están entre mis antecedentes.

Considera la carpintería en San Leandro. Los troncos de cedro son cortados en pequeñas láminas de menos de 5 milímetros de grosor cada una. Las mismas son secadas y entintadas por las mismas razones por las que las mujeres ponen rubor en sus rostros: la gente pre�ere que yo luzca hermoso y no de un blanco pálido. Las láminas de madera son enceradas y secadas en un horno nuevamente. ¿Cuántos conocimientos intervinieron en la fabricación de la tina y de los hornos, en la generación de calor, en la luz y la energía, las poleas, los motores, y en todas las cosas qua la fábrica requiere? ¿Incluimos a los que realizan la limpieza de mis ancestros? Sí, y también a quienes vertieron el concreto para edi�car la represa hidroeléctrica que suministra de energía a la fábrica.

No pases por alto a los antepasados presentes y distantes que participan en el transporte de sesenta carros de láminas de madera a través del país. En la fábrica de lápices, las maquinarias e inmuebles ascienden a $40 millones, capital que proviene de los ahorros de mis frugales antepasados. Ahí cada pieza es torneada con forma octogonal por una máquina compleja; después, otra máquina pone gra�to en la parte inferior de las piezas de madera, aplica el pegamento y pone la otra pieza de madera encima, haciendo un sándwich de mina de gra�to, ocho hermanos como yo son mecánicamente cortados al mismo tiempo de ese sándwich.

Mi mina es compleja. El gra�to es extraído de Sri Lanka. Ten presente a los mineros y a todos aquellos que produjeron sus diversas herramientas, a los que elaboraron las bolsas de papel en las cuales el gra�to es transportado, a quienes fabricaron las cuerdas con las cuales se atan las bolsas, a aquellos que las cargaron y a los que fabricaron esos barcos. Inclusive los encargados del faro que guía las naves y los operarios del puerto que participaron en mi nacimiento.

El gra�to es mezclado con arcilla proveniente de Mississippi en donde el hidróxido de amonio es utilizado en el proceso re�nado. Posteriormente, se añaden otros químicos, como el sebo sulfurado, que es grasa animal químicamente tratada como ácido sulfúrico. Luego de pasar por numerosas máquinas, la mezcla �nalmente luce como salida de un picador de carne, y pasan a ser cortadas a medida, secadas y horneadas por varias horas a una temperatura de 1.000 grados centígrados. Para aumentar su resistencia y suavidad, las puntas son tratadas con una mezcla caliente que incluye cera proveniente de México, para�na y grasas naturales hidrogenadas.

La madera de cedro recibe seis manos de esmalte. ¿Tienes idea de cuáles los ingredientes del esmalte? ¿Se le ocurriría a alguien pensar que las re�nerías de aceite de castor forman parte de él? Pues así es. Al mismo tiempo, el proceso a través del cual se logra que el esmalte tenga un atractivo color amarillo, involucra las habilidades de más personas que las que alguien podría llegar a enumerar.




Observa la etiqueta. Es una capa formada aplicando calor al carbón negro, mezclado con resinas. ¿Cómo se fabrican las resinas y qué es el carbón negro?

Mi pequeña porción de metal, está hecha de cobre. Piensen en todos aquellos que se dedican a la extracción de zinc y del cobre, en quienes conocen las técnicas para producir �nas y brillantes láminas con ambos elementos naturales. Los negros anillos que se observan en mi cuerpo, son de níquel negro. ¿Qué es el níquel negro y cómo se le aplica? La historia completa de por qué el centro de mi cuerpo no posee níquel negro me tomaría páginas enteras para explicarla.

Luego llega el momento de mi "coronación", a la que poco elegantemente se le conoce en el mundo comercial como "el empastado", el proceso en el que los individuos borran aquellos errores que cometen conmigo utilizando un ingrediente llamado "facticia". Es un producto de características similares al caucho, hecho con un aceite proveniente de las Antillas Holandesas, mezclado con cloruro sulfurado. El borrador, contrariamente a la opinión popular, se utiliza solamente para unir todo. Existe también, numerosos agentes vulcanizadores y aceleradores. Por ejemplo, la piedra pómez proviene de Italia, y el pigmento que le otorga al empastado su color es cadmio sulfurado.

¿Quiere alguien desa�ar ahora mi a�rmación inicial de que ningún individuo sobre la tierra sabe cómo fabricarme? En realidad, millones de seres humanos han participado en mi creación, cada uno de los cuales sólo conoce muy poco del resto. Pero no hay un solo individuo entre todos esos millones de seres, incluyendo al presidente de la compañía de lápices, que contribuya a mi elaboración más que una in�nitesimal parte del conocimiento. La única diferencia que existe entre el minero que extrae el grafito en Sri Lanka y el leñador en Oregón está en el tipo de conocimiento que ambos poseen. Ni el minero ni el leñador pueden ser dejados de lado.

He aquí un hecho asombroso: ni el minero que extrae el gra�to, ni quienes conducen o fabrican los barcos o trenes o camiones, ni quien posee en funcionamiento la máquina que talla mis partes metálicas, realizan su tarea porque me quieren. Ellos me quieren aún menos de lo que puede llegar a hacerlo un alumno de primer grado.

En realidad, entre esta vasta multitud existe algo en común, que nada tiene que ver con que alguna vez hayan visto un lápiz o que sepan o no cómo utilizarlo. Su motivación es algo que está más allá de mi propia existencia. Cada uno de estos millones de individuos observa que pueden intercambiar su pequeña parte de conocimiento respecto de cómo se produce un lápiz, por aquellos bienes y servicios que necesitan o desean, pudiendo yo encontrarme o no entre esos bienes.

Existe aún un hecho más sorprendente: La ausencia de una mente maestra, de alguien dictando o dirigiendo por la fuerza todas esas incontables acciones que me permiten cobrar vida. Ni el más mínimo rastro de tal clase de persona puede encontrarse. En cambio, hallamos a la mano invisible de Adam Smith trabajando. Este es el misterio




al cual me refería al comienzo de mi relato.

Se ha dicho que "solo Dios puede hacer un árbol". ¿Por qué estamos de acuerdo con esto? ¿no es porque nos damos cuenta de que nosotros mismos no podríamos hacer uno? De hecho, ¿podemos siquiera describir un árbol? No podemos, excepto en términos super�ciales. Podemos decir, por ejemplo, que cierta con�guración molecular se mani�esta como un árbol. Pero, ¿qué mente existe entre los hombres que incluso podría registrar, y mucho menos dirigir, los constantes cambios en las moléculas que ocurren en la vida de un árbol? ¡Tal hazaña es completamente impensable! Yo, el lápiz, soy una compleja combinación de milagros: un árbol, zinc, cobre, gra�to, etc. Pero a todos estos milagros que se ponen de mani�esto en la naturaleza se le ha añadido un milagro aún más extraordinario: la unión de creativas energías humanas, millones de pequeños conocimientos dando forma a una natural y espontánea respuesta a una necesidad, a un deseo humano y en ausencia de cualquier clase de mente maestra. Como solo Dios puede crear un árbol, insisto en que solo Dios podría hacerme. Un hombre no puede dirigir estos millones de conocimientos para darme forma.

Lo expresado es lo que quise decir cuando escribí, "si consigues darte cuenta del milagro que vengo a simbolizar, podrás ayudar a salvar la libertad que desafortunadamente la humanidad va perdiendo." Si alguien es consciente de que estos conocimientos se armonizarán natural y automáticamente dando forma a actividades creativas y productivas, en respuesta a las necesidades y demandas de los individuos, y en ausencia de toda mente maestra gubernamental y coercitiva, esa persona poseerá un ingrediente absolutamente esencial para la libertad: fe en la libertad de los individuos. La libertad es imposible sin esa fe.

Una vez que el gobierno toma para sí el monopolio de alguna actividad creativa, como por ejemplo el servicio de correos; la mayoría de los individuos creerá que la correspondencia no podrá ser e�cientemente despachada por particulares actuando libremente. He aquí el motivo: Cada uno admitirá que por sí mismo no puede conocer todas las facetas que involucra la entrega de correspondencia. Será consciente también de que ningún otro individuo sabe tampoco cómo hacerlo. Estas percepciones son en realidad correctas. Nadie posee su�ciente conocimiento para desarrollar un servicio nacional de correos, del mismo modo de nadie posee los su�cientes conocimientos como para poder fabricar un lápiz. Ahora bien, ante la falta de fe en la libertad individual, ante el desconocimiento de que millones de pequeños conocimientos natural y milagrosamente con�uirán para satisfacer una necesidad del mercado, la opinión pública arribará erróneamente a la conclusión de que el correo puede ser repartido por una "mente maestra" gubernamental.

Si yo, un lápiz, fuera el único artefacto que pudiera ofrecer testimonio acerca de lo que los hombres y mujeres pueden




llegar a alcanzar cuando se les permite comerciar libremente, entonces quienes tienen poca fe tendrían un justo motivo.

Sin embargo, observamos que el despacho de correspondencia es algo relativamente simple si se le compara, por ejemplo, con la fabricación de un automóvil o de una calculadora o muchas otras cosas. ¿Transporte? En esta área, cuando a los hombres se les ha dado la libertad para probar, han logrado transportar voz, imagen e información alrededor del mundo, en una fracción de segundo. Han logrado transportar cientos de pasajeros de Nueva York a París en menos de cinco horas; han logrado llevar gas desde Texas hasta las estufas de Boston, a precios increíblemente bajo y sin ningún subsidio; de hecho, han logrado transportar dos kilos de petróleo del Golfo Pérsico a la costa este de los Estados Unidos, por menos de lo que el gobierno cobra por entregar una carta a la vereda de enfrente.

La lección que tengo para transmitir es esta: Dejen a las energías creativas fluir libremente. Simplemente organicen a la sociedad para actuar en armonía con esta lección. Procuren que la organización jurídica remueva todos los obstáculos lo más que pueda. Permitan que los conocimientos surjan libremente. Tengan esa fe en que los hombres y mujeres libres responderán a la Mano Invisible. Esa fe se verá con�rmada.

Yo, el lápiz, aparentemente tan simple, ofrezco el milagro de mi creación como testimonio de que esa fe resultará muy práctica, tan práctica como lo son el sol, la lluvia, un cedro y la buena tierra.

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