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En 1985, cuando Nelson Mandela llevaba veintitrés años en

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En 1985, cuando Nelson Mandela llevaba veintitrés años en prisión, sepropuso conquistar a sus enemigos, los más fervientes defensores delapartheid.Asíobtuvosulibertadyconsiguióconvertirseenpresidente.Perolainestabilidaddeunpaísdivididoporcincuentaañosdeodioracialcristalizóen la amenaza de una guerra civil. Mandela comprendió que tenía queconseguirlaunióndeblancosynegrosdeformaespontáneayemocional,yvio con claridad que el deporte era una estrategia extraordinaria paralograrlo.

JohnCarlinhadescubiertoelfactorhumanoquehizoposibleunmilagro: lacapacidad innata de Mandela para seducir al oponente y su tenazdeliberación de utilizar el mundial de rugby de 1995 para sellar la paz ycambiar el curso de la Historia. La final de aquel mundial culminó con lavictoria sudafricana en el últimominuto, y fundió en un abrazo a negros yblancosenelejemplomásinspiradorquehavistolahumanidad.

Carlin, cuya labor como corresponsal en Sudáfrica ha sido calificada porMandelacomo«absolutamentemagnífica»,ofreceunapasionanterelatoenla voz de un grupo de personajes que vivieron esta gran historia que laWarner Bros no ha dudado en llevar al cine bajo la dirección de ClintEastwood, y la interpretacióndeMorganFreeman yMattDamon. «En susmanos,existelaposibilidaddequelapelículahagajusticiaalahistoria,peronoesperéisalapelícula»,TheNewYorkTimes.

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JohnCarlin

ElfactorhumanoNelsonMandelayelpartidoquesalvóaunanación

ePUBv1.1rosmar7130.12.11

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Paramihijo,JamesNelson

«Nohayqueapelarasurazón,sinoasuscorazones.»

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INTRODUCCIÓN

Laprimerapersonaa laquepropusehacer este libro fueNelsonMandela.NosvimosenelsalóndesucasadeJohanesburgoenagostode2001,dosañosdespuésdequeseretirasedelapresidenciadeSudáfrica.Despuésdeintercambiarunascuantasbromas,cosaquese ledamuybien,yalgunosrecuerdoscomunessobre los tensosañosde la transiciónpolíticaenSudáfrica,queyohabíacubiertoparaunperiódicobritánico,lehicemipropuesta.

Empecéporexponer los temasgeneralesy ledijeque,enmiopinión, todas lassociedadesaspiran,conscientementeono,autopíasdeuntipouotro.Lospolíticoscomercianconlasesperanzasdelagentedealcanzarelcieloenlatierra.Comonoesposible,lasvidasdelasnaciones,comolasdelaspersonas,sonunaluchaperpetuapor hacer realidad esos sueños. En el caso de Mandela, el sueño que le sostuvodurantesusveintisieteañosdecárcelfueelmismoqueeldeMartinLutherKingJr.:queundía,alagentedesupaís,selajuzgaranoporelcolordesupielsinoporsucarácter.

Mientrashablaba,Mandelaseguíasentado,inescrutablecomounaesfinge,comohace siempre que la conversación se vuelve seria y él es el oyente. Uno no estáseguro,mientrasparloteasinparar,desileestáprestandoatenciónoestáperdidoensus propios pensamientos. Sin embargo, cuando cité a King, asintió, los labioscerrados,conunbruscomovimientodebarbilla.

Animado, le dije que el libro que pensaba escribir trataba sobre la pacíficatransferenciadepoderdelaminoríablancaalamayoríanegraenSudáfrica,elpasodelapartheidalademocracia;queellibroibaacubrirdiezaños,empezandoporelprimer contacto político que tuvo él con el gobierno en 1985 (me pareció ver queasentíatambiénaeso),cuandotodavíaestabaenprisión.Encuantoaltema,eraunacuestiónquepodía tener importanciaencualquier lugarenelquesurgenconflictosdebidos a la incomprensión y la desconfianza que van de la mano del tribalismocongénitodelaespecie.Cuandodije«tribalismo»,mereferíaalsentidomásampliode la palabra, aplicada a la raza, la religión, el nacionalismo y la política.GeorgeOrwelldefinióeltérminocomoesa«costumbredesuponerquealossereshumanosselespuedeclasificarcomoalosinsectos,yqueesposibleaplicarabloquesenterosdemillonesodecenasdemillonesdepersonas laetiquetade“buenas”o“malas”».Nunca desde el nazismo se había institucionalizado ese hábito deshumanizador deforma tan completa como en Sudáfrica. El propioMandela describió el apartheidcomoun«genocidiomoral»:sincamposdelamuerte,peroconelcruelexterminiodelrespetodeunpuebloporsímismo.

Poresemotivo,elapartheidfueelúnicosistemapolíticoque,enelapogeodelaguerra fría, muchos países—Estados Unidos, la Unión Soviética, Albania, China,

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Francia,CoreadelNorte,España,Cuba—estuvierondeacuerdoenconsiderar,segúnladefinicióndeNacionesUnidas,«uncrimencontralahumanidad».Sinembargo,deesainjusticiaépicanacióunaépicareconciliación.

Le conté aMandela que, enmi trabajo de periodista, había conocido amuchagente que luchaba para lograr la paz en Oriente Próximo, Latinoamérica, África,Asia: para esas personas, Sudáfrica era un ideal al que todos aspiraban. En laindustriadela«resolucióndeconflictos»quefloreciótraselfinaldelaguerrafría,cuandoempezaronaestallarconflictoslocalesentodoelmundo,elmanualaseguirparaalcanzarlapazpormediospolíticoserala«revoluciónnegociada»deSudáfrica,como alguien la llamó una vez. Ningún otro país había hecho la transición de latiraníaalademocraciamejorniconmáscompasión.Reconocíqueyasehabíaescritomuchosobrelosmecanismosinternosdel«milagrosudafricano».Peroloquefaltaba,enmiopinión,eraunlibrosobreelfactorhumano,sobrelomilagrosodelmilagro.Loqueyoteníaenmenteeraunahistoriadesinhibidoramentepositivaquemostraselosmejoresaspectosdelanimalhumano;unlibroconunhéroedecarneyhueso;unlibrosobreunpaíscuyamayoríanegradeberíahaberexigidoagritoslavenganzay,sin embargo, siguiendo el ejemplo de Mandela, dio al mundo una lección deinteligencia y capacidad de perdonar.Mi libro iba a estar habitado por un ampliorepertorio de personajes, blancos y negros, cuyas historias transmitirían el rostroviviente de la gran ceremonia de redención sudafricana. Pero también, en unmomentoenelque,siobservábamosaloslíderesmundiales,lamayoríanosparecíanenanosmorales (laesfingeni se inmutóaloírlo),mi libro ibaa tratar sobreél.Nosería una biografía, sino un relato que ilustrase su genio político, el talento quedesplegó al ganarse a la gente para su causa a base de apelar a sus mejorescualidades; al sacar a relucir, en palabras de Abraham Lincoln, a «los ángelesbuenos»desunaturaleza.

Le dije que quería situar el libro en torno al espectáculo dramático de unacontecimiento deportivo concreto. El deporte era un poderoso instrumento demovilizacióndemasasyagudizabalaspercepcionespolíticas(tambiénaquíhizounrápidoysecogestodeasentimiento).Citévariosejemplos:losJuegosOlímpicosdeBerlín en 1936, que Hitler utilizó para promover la idea de la superioridad aria,aunque el atleta negro estadounidense Jesse Owens desbarató sus planes al ganarcuatromedallas; Jackie Robinson, el primer negro que jugó en la liga de primeradivisióndebéisbolyayudóaponerenmarchaelcambiodeactitudquedesembocaríaenunagrantransformaciónsocialenEstadosUnidos.

LuegorecordéaMandelaunacosaqueélhabíadichounoodosañosantes,enlaentregadeunpremioalalabordetodaunavidaalaestrelladelfútbolbrasileñoPelé.Habíadicho,segúnlasnotasquellevabaconmigo,que«eldeportetieneelpoderdetransformarelmundo.Tieneelpoderdeinspirar,deuniralagentecomopocasotras

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cosas...Tienemáscapacidadquelosgobiernosdederribarlasbarrerasraciales».Pararesumir,lecontéaMandelacuálibaaserelcorazónnarrativodemilibroy

porquéibaanecesitarsuapoyo.Ledijequehabíahabidounaocasióndeportivaquehabía superado a las demás que acababa demencionar, en la que se habían unidotodoslostemasdelosqueleacababadehablarenlaconversación;unaocasiónqueevocaba de formamágica la «sinfonía de la fraternidad» de los sueños deMartinLutherKing;unacontecimientoenelqueseplasmótodoaquelloporloqueMandelahabíaluchadoysufridoensuvida.Mereferíaalafinaldel...

Depronto,susonrisa iluminólahabitacióny,consusgrandesmanosunidasenseñaldereconocimiento,terminólafrasepormí:«¡LafinaldelaCopadelMundoderugbyen1995!»Mipropiasonrisaconfirmóquehabíaadivinado,yañadió:«¡Sí,sí,porsupuesto!Entiendoperfectamenteellibroenelqueestápensando—dijoconvozfirme,comosinotuvieraochentaydosañossinocuarentamenos—.John,tienesmibendición.Latienesdetodocorazón.»

Animados, nos dimos la mano y acordamos volver a vernos pronto. En esasegundaentrevista,conlagrabadoraencendida,meexplicóquelaprimeravezquesehabíahechounaideadelpoderpolíticodeldeportehabíasidoenlacárcel;quehabíautilizadolaCopadelMundoderugbyde1995comoinstrumentoenelgranobjetivoestratégico que se había propuesto para sus cinco años como primer presidenteelegidodemocráticamentedeSudáfrica:reconciliaralosblancosylosnegrosycrearlascondicionesparaunapazduraderaenunpaísque,sólocincoañosantes,cuandoélsaliódeprisión,conteníatodosloselementosparaunaguerracivil.Mecontó,entrerisas,loquelehabíacostadoconvencerasupropiagenteparaqueapoyaraalequipoderugby,ymehablóconrespetoyafectodeFrançoisPienaar,elrubioygrandullónhijo del apartheid que capitaneaba la selección sudafricana, los Springboks, y delmánager del equipo, otro afrikaner gigantesco,Morné duPlessis, a quienMandelacalificó, en ese estilo medio británico, elegante y anticuado que tiene, como «uncaballeroexcelente».

DespuésdequeMandelayyonosviéramosaqueldía,todotipodegenteaceptóhablar conmigo para el libro.Ya había acumulado gran parte delmaterial paramirelatodurantelosseisapasionantesañosquetrabajéenSudáfricacomocorresponsaldel IndependentdeLondres,entre1989y1995,yhabíavueltoalpaísvariasvecescomoperiodista durante los diez años posteriores. Pero no empecé a entrevistarmecon personas pensando específicamente en este libro hasta después de hablar conMandela,ylohiceconunaestrelladelosSpringboksdeaquelcampeonatollamadoHennieleRoux.Unonoesperasentirseafectadoysentimentaldespuésdehablarconun jugador de rugby, pero eso es lo que me pasó, porque Le Roux se emocionómucho al hablar deMandela y del papel que a él, un afrikaner decente pero pocoversado en política, le había tocado desempeñar en la vida nacional de su país.

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Pasamos juntos unas dos horas en una planta de un edificio de oficinas vacío,mientrascaía la tarde,yen tresocuatroocasiones tuvoque interrumpirsemientrashablabaparareprimirlossollozos.

La entrevista con Le Roux marcó el tono que iban a tener las docenas deconversacionesmásquemantuveparaestelibro.Hubomuchasocasionesenlasqueamisinterlocutoresseleshumedecíanlosojos,sobretodocuandosetratabadealguiendelmundodelrugby.Yentodosloscasos—yafueraelarzobispoDesmondTutu,elgeneral afrikanerConstandViljoen,nacionalistade extremaderecha,o suhermanogemeloBraam,másbiendeizquierdas—,revivieronlaépocadelaquehablábamosconunentusiasmoqueavecesrayabaenlaeuforia.

Más de una vez, la gente comentó que el libro que iba a escribir parecía unafábula, o una parábola, o un cuento de hadas. Resultaba curioso oírlo de boca dequieneshabíansidolosprotagonistasrealesdeunahistoriapolíticallenadeviolencia,peroeracierto.ElhechodequeocurrieraenÁfricaytuvieraqueverconunpartidoderugbyeracasilodemenos.SihubierasucedidoenChinayelelementodramáticohubiera consistido en una carrera de búfalos de agua, el relato habría podido serigualmente ejemplar. Porque cumplía las dos condiciones esenciales de un buencuentodehadas:eraunagranhistoriayconteníaunaleccióneterna.

Otrasdoscosasmeimpresionaroncuandoempecéarevisartodoelmaterialquehabíaacumulado.Enprimerlugar,elgeniopolíticodeMandela.Lapolítica,reducidaasuselementosesenciales,espersuasión,ganarsealagente.Todoslospolíticossonseductoresprofesionales.Vivendecortejaralagente.Y,sisonlistosyhacenbiensutrabajo,sitienentalentoparaconectarbienconelpueblo,prosperan.Lincolneraasí,yRoosevelt,yChurchill,yDeGaulle,yKennedy,yMartinLutherKing,yReagan,yClintonyBlair.TambiénloeraArafat.EinclusoHitler.Todosellosseganaronasugentepara lacausaquedefendían.EnloquelessuperóMandela—elanti-Hitler—fue en el alcance de su ambición. Después de ganarse a su propia gente —yasuficienteproeza,porqueeragentemuydiversa,formadaportodotipodecreencias,colores y tribus—, se propuso ganarse al enemigo.Cómo lo hizo, cómo consiguióganarse a personas que habían aplaudido su encarcelamiento, que habían queridoverle muerto, que habían planeado declararle la guerra, es de lo que trataprincipalmenteestelibro.

La segunda cosa de la queme di cuenta fue que, además de un relato, inclusoademásdeuncuentodehadas, estahistoriapodíaacabar siendounapartemásdelenorme canon de obras de autoayuda que ofrecen a los lectores modelos paraprosperarensupropiavida.Mandeladomina,másqueningunaotrapersonaviva(yseguramente muerta) el arte de hacer amigos e influir en la gente. Da igual queprocedieran de la extrema izquierda o de la extrema derecha, que al principiohubieran temido, odiado o admirado a Mandela: todas las personas a las que

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entrevistédijeronhabersesentido renovadosymejoresgraciasasuejemplo.Todosellos,alhablardeél,parecíanbrillar.Estelibropretende,humildemente,reflejarunpocolaluzdeMandela.

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CAPÍTULOI-DESAYUNOENHOUGHTON

24dejuniode1995

Sedespertó,comosiempre,alas4:30delamañana;selevantó,sevistió,doblósupijama e hizo su cama. Había sido un revolucionario toda su vida y ahora erapresidentedeungranpaís,peronohabíanadacapazdehacerqueNelsonMandelarompieraconlosritualesestablecidosdurantesusveintisieteañosdeprisión.

Ni cuando estaba en casa de otra persona, ni cuando se alojaba en un hotel delujo, ni siquiera cuando pasaba la noche en el palacio de Buckingham o la CasaBlanca. Con la suerte de que nunca le afectaba el jet lag—le daba igual estar enWashington,LondresoNuevaDelhi—,siempreselevantabaalas4:30ysehacíalacama. Las personas encargadas de limpiarle la habitación en todo el mundo sequedaban siempre estupefactas al ver que el dignatario que les visitaba les habíahecholamitaddeltrabajo.Sobretodo,laseñoraalaqueletocólimpiarsusuitedelhotel en el que se alojó durante una visita a Shanghai. Le trastornaron lasindividualistascostumbresdeMandela.Cuandolosayudantesdeéstelecontaronquelacamarerasehabíaquedadomolesta,éllainvitóasuhabitación,lepidiódisculpasyleexplicóquehacer lacamaeracomolimpiarse losdientes;eraalgoquenopodíaevitarhacer.

Lamismafijaciónteníaconunarutinadehacerejercicioquehabíacomenzadoyaantes de la cárcel, en los años cuarenta y cincuenta, cuando era abogado,revolucionarioyboxeadoraficionado.Enaquellos tiempos,corríaduranteunahoraantes de que amaneciera, desde su pequeña casa de ladrillo en Soweto hastaJohanesburgoyvuelta.En1964ingresóenprisiónenRobbenIsland,unaislajuntoalacostadeCiudaddelCabo,ypermanecióenunaceldadiminutadurantedieciochoaños.Allí,afaltadeotraalternativa,corríasinmoversedelsitio.Todaslasmañanas,durante una hora. En 1982 le trasladaron a una cárcel en tierra firme en la quecompartióceldaconsumejoramigo,WalterSisulu,yotrostresveteranosdelaluchacontraelapartheidenSudáfrica.Laceldaeragrande,aproximadamentedel tamañodemediapistadetenis,yallípodíadarunasvueltascortas.Lomaloeraque,cuandoemprendía aquellos medios maratones de interior, los demás estaban todavíaacostados, y se quejaban amargamente de que todas lasmañanas les sacarande susueño los vigorosos e implacables pisotones sexagenarios de su, por lo demás,queridocamarada.

Tras su salidadeprisiónen febrerode1990, a los setentayunaños, aflojóun

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pocoelritmo.Envezdecorrer,empezóaandar,peroconpasorápidoy,comoantes,todas lasmañanas, durante una hora, antes de que amaneciera. Solía hacerlo en elbarriodeHoughton,enJohanesburgo,dondese fueavivirenabrilde1992 traselfracaso de su segundo matrimonio, con Winnie. Dos años después llegó a lapresidenciay,apartirdeentonces,tuvodosmagníficasresidenciasasudisposición,unaenPretoriayotraenCiudaddelCabo,perosiempresesintiómásagustoensucasa deHoughton, un refugio en los barrios acomodados y, hasta hacía poco, sóloparablancos,delnortede lametrópolismás ricadeÁfrica.AunhabitantedeLosÁngeleslellamaríanlaatenciónlassemejanzasentreHoughtonyBeverlyHills.LosblancossehabíancuidadobiendurantelalargaestanciadeMandelaenlacárcel,yélpensó que también tenía derecho a un poco de buena vida. Le gustaba el caráctertranquilo y señorial de Houghton, el espacio y la frondosidad de sus paseosmañaneros,lascharlasconsusvecinosblancos,acuyasfiestasdecumpleañosyotrasceremoniasasistíadevezencuando.Enlosprimerostiemposdesupresidencia,unchico judío de trece años se presentó en casa deMandela y entregó al policía deguardia en la puerta una invitación para su barmitzvah. Los padres se quedaronasombradosalrecibirunallamadatelefónicadelpropioMandela,unosdíasdespués,paraqueledijerancómollegarasucasa.Ysequedaronaúnmásasombradoscuandolevieronaparecerensupuerta,altoysonriente,elgrandíadesuhijo.Mandelasesentíabienvenidoycómodoenunacomunidadenlaque,durantelamayorpartedesu vida, sólo habría podido vivir si hubiera sido lo que en la Sudáfrica blancallamaban—independientemente de la edad— un «chico de jardín». Se aficionó aHoughton y siguió viviendo allí durante todo su mandato, sin dormir en susmansionesoficialesmásquecuandoeldeberloexigía.

En aquellamañana concreta, en pleno invierno del hemisferio sur,Mandela sedespertóalas4:30,comosiempre,sevistióysehizolacama...peroentonces,conuncomportamiento asombrosamente fuera de lugar en una criatura tan de costumbrescomoél,rompiólarutina;nofueadarsucaminatamatutina.Fuealpisodeabajo,sesentó en el comedor y desayunó. Había pensado el cambio de planes la nocheanterior, con lo que había tenido tiempo de advertir a sus sorprendidosguardaespaldas, laUnidaddeProtecciónPresidencial,dequea lamañanasiguientepodíanquedarseunahoramásenlacama.Envezdellegaralascinco,podíanentraratrabajaralasseis.Lesibaahacerfaltaesedescansoextra,porqueeldíaibaaserunapruebaparaellos,casitantocomoparaelpropioMandela.

OtraseñaldequeaquélnoeraundíacualquierafuequeMandela,normalmentepocodadoalosnervios,teníaunnudoenelestómago.«Nosabesloquepaséaqueldía—meconfesó—.¡Quétensoestaba!»Unaconfesióncuriosa,enunhombreconsuhistoria.Noeraeldíadesuliberaciónenfebrerode1990,nisutomadeposesióncomopresidenteenmayode1994,nisiquieralamañanadejuniode1964enlaque

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sedespertóenunacelda, sin saber siel juez ibaacondenarleamuerteo,comoalfinalfue,acadenaperpetua.Eraeldíaenelquesupaís,Sudáfrica,ibaaenfrentarsealamejorseleccióndelmundo,NuevaZelanda,enlafinaldelaCopadelMundoderugby.Suscompatriotasestabantannerviososcomoél.Peroloextraordinario,enunpaísquehabíadadobandazoshistóricosentrecrisisydesastres,eraquelosnerviosquesentíantodossedebíanalaperspectivadelinminentetriunfonacional.

Hasta entonces, cuando había una noticia que dominaba los periódicos, casisiempresignificabaquehabíaocurridooestabaapuntodeocurriralgomalo;oquesereferíaaalgoqueunapartedelpaísinterpretaríacomobuenoyotracomomalo.Esamañana,habíaunconsensonacionalsinprecedentesentornoaunamismaidea.Los43millonesdesudafricanos,blancos,negrosydetodoslosmatices,compartíanlamismaaspiración:lavictoriadesuequipo,losSpringboks.

Ocasitodos.Habíaalmenosundescontentoenaquellasúltimashorasantesdelpartido, uno que deseaba que perdiera Sudáfrica. Se llamaba Justice Bekebeke yaquel día era la encarnación del espíritu de contradicción. Se atenía a lo que élconsiderabasusprincipios,peseaquenoconocíaanadiequecompartierasudeseodequeganaseelotroequipo.Nisunovia,niel restodesu familia,ni susmejoresamigosdePaballelo,eldistritonegroenelquevivía.TodossusconocidosestabanconMandelaylosBoks,apesardeque,delosquincejugadoresqueibanavestiresatarde la camiseta de rugby sudafricana, verde y dorada, todos eran blancosmenosuno.Enunpaísenelquecasiel90%delapoblaciónestabaformadoporgentedecolor de distintas razas, Bekebeke no quería tener nada que ver con aquello. Semanteníaensustreceysenegabaaunirseaaquellacasiborracheradecamaraderíamultirracial que extrañamente se había apoderado incluso deMandela, su líder, suhéroe.

Aprimeravista,teníarazónyMandelaylosdemásnosóloestabanequivocadossinoquesehabíanvueltolocos.ElrugbynoeraeldeportedelaSudáfricanegra.NiBekebeke, ni Mandela, ni la gran mayoría de sus compatriotas negros se habíancriadoconélnieranespecialmenteaficionados.Parasersincero,Mandela,deprontoungranhincha,habríatenidoquereconocerquelehabíacostadoentendervariasdelas reglas. ComoBekebeke,Mandela había sentido lamayor parte de su vida unaclaraantipatíahaciaelrugby.Eraundeporteblancoy,enespecial,eldeportedelosafrikaners, la tribublancadominante en el país, la raza superiordel apartheid.LosnegroshabíanconsideradoalosSpringboks,durantemuchosaños,comounsímbolodelaopresióndelapartheid,tanrepugnantecomoelviejohimnonacionalylaviejabanderadelosblancos.Ylarepugnanciadebíaseraúnmayorparaalguienque,comoBekebekeyMandela,hubierasidoencarceladoporlucharcontraelapartheid;enelcasodeBekebeke,duranteseisdesustreintaycuatroaños.

Otro personaje que, pormotivosmuy distintos, quizá podía estar en lamisma

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líneaqueBekebekeaqueldíaeraelgeneralConstandViljoen.Viljoenestabaretirado,pero había sido jefe del ejército sudafricano durante cinco de los años deenfrentamientos más violentos entre los activistas negros y el Estado. Habíaderramado mucha más sangre defendiendo el apartheid que Bekebeke luchandocontraély,sinembargo,nuncahabíaidoalacárcelporloquehabíahecho.Deberíahaberestadoagradecidoporello,pero,porelcontrario,habíadedicadopartedesuretiro a tratar de movilizar un ejército que se levantase contra el nuevo ordendemocrático.Sinembargo,esamañana,selevantódelacamaenCiudaddelCaboenelmismoestadodetensiónyexcitaciónqueMandelayelgrupodeamigosafrikanerconlosqueibaaverelpartidoentelevisiónporlatarde.

NiëlBarnard, un afrikaner con el curiosomérito de haber luchado tanto contraMandelacomocontraViljoenendiferentesmomentos,estabatodavíamástensoquesusdosantiguosenemigos.Barnard,quesedisponíaaverelpartidoconsufamiliaensucasadePretoria,a1.500kilómetrosalnortedeCiudaddelCaboya40minutosdeautopista de Johanesburgo, había dirigido el Servicio Nacional de Inteligenciasudafricano, el SNI, durante el último decenio del apartheid. Era el hombre máscercanoalimplacablepresidenteP.W.Bothayestabaconsideradocomounpersonajedemoniaco y siniestro tanto por la derecha como por la izquierda, así como pormucha gente más allá de las fronteras de su país. Defensor del Estado —independientemente de la forma que adoptase ese Estado— por profesión y portemperamento, había librado una guerra contra el Congreso Nacional Africano(CNA)deMandela,habíasidoelcerebroquedirigiólasconversacionesdepazconellosydespuéshabíapasadoadefenderelnuevosistemapolíticocontralosataquesdeladerecha,alaquepertenecíaoriginalmente.Teníafamadeseraterradoramentefrío y clínico. Pero cuando se dejaba ir, se dejaba ir. El rugby era su válvula deescape.Cuando jugaban losSpringboks, sedeshacíade todas sus inhibicionesy seconvertía,comoélmismoreconocía,enunanimalgritón.Enestedía,cuandoibanajugar el partido más importante de la historia del rugby sudafricano, se despertóhechounmanojodenervios.

El arzobispo Desmond Tutu, sobre cuya vida privada solía guardar Barnarddetalladosexpedientes,seencontrabaenunestadodeaprensiónsimilar,osehabríaencontrado si no hubiera sido porque estaba inconsciente. Tutu, que había sido elsuplentedeMandelaenlosescenariosmundialesdurantelosañosdecárceldeéste,eraseguramenteelmásexuberantedetodoslospremiosNobel,yhabíapocascosasquepudieradisfrutarmásqueestarpresenteenelestadioduranteelpartido,peroseencontrabaenaquelmomentoenSanFrancisco,pronunciandodiscursosyrecibiendopremios.Despuésdeunabúsquedaansiosa,habíaencontradolanocheanteriorunbarenelquepodíaverelpartidoportelevisiónalamanecer,horadelacostadelPacífico.Se había ido a la cama con una sola inquietud: su desesperado deseo de que, a la

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mañanasiguiente,losSpringboksrompieranlospronósticosyvencieran.En cuanto a los propios jugadores, habrían sufrido suficiente tensión si ésta

hubierasidounafinaldelaCopadelMundocomocualquierotra.Peroahorateníanuna carga añadida. Antes de que empezara la Copa, quizá uno o dos de aquelloscampechanosdeportistashabríadedicadoalgúnpensamientofugazalapolítica,peronadamás.Erancomootroshombresblancossudafricanosycomolamayoríadeloshombresentodaspartes,enelsentidodequepensabanpocoenlapolíticaymuchoeneldeporte.Sinembargo,cuandoMandelahabíaidoaverlesunmesantes,eldíaantes de que comenzara el campeonato, les había asaltado una idea nueva: que sehabían convertido literalmente en actores políticos. En la mañana de la final,comprendieron con impresionante claridad que la victoria contra Nueva Zelandapodía permitir algo aparentemente imposible, unir a un paísmás polarizado por ladivisiónracialqueningúnotroenelmundo.

François Pienaar, el capitán de los Springboks, se despertó con el resto de suequipoenunhotelde lujosituadoenelnortedeJohanesburgo,cercade lacasadeMandela,enunestadodeconcentracióntanprofundaquetuvoquehacerunesfuerzopara comprender dónde estaba. Cuando salió a correr a media mañana paradesentumecerse, su cerebro no tenía ni idea de dónde le llevaban las piernas; nopensabamásqueenlabatallade la tarde.Elrugbyescomounapartidagigantedeajedrezquesejuegaagranvelocidadycongranviolencia,ylosSpringboksibanaenfrentarsealosgrandesmaestrosdeldeporte,losAllBlacksdeNuevaZelanda,elmejorequipodelmundoyunodelosmejoresdelahistoria.PienaarsabíaquelosAllBlackspodíanganaralosBoksnuevedecadadiezveces.

La única persona con una responsabilidad mayor que los jugadores de losSpringboks aquel día era LingaMoonsamy, miembro de la Unidad de ProtecciónPresidencial. Tenía asignada la tarea de ser el guardaespaldas «número uno» de laUPPydebíaestaraunpasodeMandeladesdeelmomentoenelquesalieradecasapara ir al partido hasta su vuelta. Moonsamy, antiguo guerrillero en el CNA deMandela, era muy consciente, como profesional, de los peligros físicos que iba aafrontar su jefe ese día y, como antiguo combatiente por la libertad, del riesgopolíticoqueestabaasumiendo.

Agradecidoporlahoraextradesueñoquelehabíaconcedidosujefe,Moonsamyllegóencochea lacasadeMandelaenHoughton,alpuestodepolicíasituadoa lapuerta, a las seis de lamañana.No tardó en llegar el equipo de laUPP que iba aprotegeraMandeladurantetodoeldía,dieciséishombresentotal,lamitaddeellosex policías blancos y la otramitad antiguos combatientes por la libertad como él.Hicieronuncírculoeneljardíndelantero,comohacíantodaslasmañanas,entornoaun miembro del grupo llamado el oficial de planificación, que les transmitió lasinformaciones recibidas del Servicio Nacional de Inteligencia sobre posibles

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amenazasalasqueteníanqueestaratentosylosdetallesdelarutahaciaelestadio,lospuntosvulnerablesdeltrayecto.UnodeloscuatrovehículosdelequiposefueaexaminareltrayectoyMoonsamysequedóallí,juntoconotros,paracomprobarsusarmas, examinar el Mercedes-Benz blindado de color gris deMandela y hacer elpapeleo. Como formalmente estaban a sueldo de la policía, siempre teníanformularios que rellenar, y aquél era elmomento ideal para hacerlo. Si no ocurríanadainesperado—yocurríamuchasveces—,teníanvariashorasquematarhastaelmomentodesalir,asíquedisponíandeampliasoportunidadesparaconversarantesdelpartido.

PeroMoonsamy, conscientede la responsabilidad especial que tenía esedía—porquelaidentidaddelguardaespaldasnúmerounocambiabadeundíaparaotro—,estaba tan atento a su gran tarea como François Pienaar a la suya.Moonsamy, unhombrealtoyágildeveintiochoaños,seenfrentabaenaquelmomentoalretomásgrande de su vida. Pertenecía a la UPP desde que Mandela había llegado a lapresidenciayyahabíaacumuladounascuantasaventuras.Mandelainsistíaenhaceraparicionespúblicasenlugaresimpensados(porejemplo,enbastionesdeladerecharuralafrikaner)yleencantabasumergirsedeformaindiscriminadaenlasmultitudesparadisfrutardelcontactonofiltradoporsugente.Tambiénlegustabahacerparadasimprevistas,pedirdeprontoasuchóferquesedetuvieraenunalibrería,porejemplo,porque acababa de acordarse de una novela que deseaba comprar, y entraba en latienda sin preocuparsepor la conmociónqueprovocaba.Unavez, enNuevaYork,cuando su limusina estaba en un atascode camino a una cita importante,MandelasalióybajóapieporlaSextaAvenida,paraasombroydeliciadelagentequepasabapor allí. «¡Pero, señor presidente, por favor...!», rogaban los guardaespaldas. YMandelarespondía:«No,mirad.Vosotroshacéisvuestrotrabajoyyohagoelmío.»

En este día, el trabajo de laUPP iba a ser distinto a cualquier otro que habíanhechooharíanjamás.Elpartidodeaquellatarde,olaparticipacióndeMandelaenél,iba a ser, en opinión deMoonsamy, como cuando Daniel entró en el foso de losleones, salvoque se tratabade62.000 leonespresentesenel estadioEllisPark,unmonumentoalasupremacíablancanomuylejosdelamablebarriodeHoughton.El95 % de los espectadores serían blancos, en su mayoría afrikaners. Rodeado poraquella muchedumbre tan inusual (Mandela no había aparecido nunca ante unamultitudasí),ibaabajaralcampoadarlamanoalosjugadoresantesdelpartidoyluego,alfinal,aentregarlacopaalcapitánvencedor.

La escena que imaginaba Moonsamy —masas del viejo enemigo, afrikanersbarrigudosconcamisasdecolorcaqui,rodeandoalhombrealque,durantecasitodasuvida,se leshabíaenseñadoaconsiderarelmayor terroristadeSudáfrica—teníaciertotonosurrealista.Sinembargo,englobabaelpropósitorealistaycompletamenteserio que se había fijadoMandela. Su misión, como la de todos los sudafricanos

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negrospolíticamenteactivosdesugeneración,habíasidosustituirelapartheidporloqueelCNAllamabauna«democracianoracial».Perotodavíateníaquealcanzarunobjetivoqueera igualde importanteynomenosdifícil.Yaerapresidente.UnañoantessehabíancelebradolasprimeraseleccionesenlahistoriadeSudáfricasegúnelprincipiode«unapersona,unvoto».Perotodavíaquedabamuchoporhacer.Mandelateníaqueasegurarloscimientosdelanuevademocracia,teníaquehacerlaresistentea laspeligrosas fuerzasqueaúnestabanal acecho.Lahistoriademostrabaqueunarevolución tan total como la sudafricana, en la que el poder pasa de la noche a lamañanaamanosdelosrivaleshistóricos,provocaunacontrarrevolución.Aúnhabíaen circulación muchos extremistas fuertemente armados y con formación militar;muchos resentidos afrikaner, los «bitter enders», la versión sudafricana, másorganizada,másnumerosaymásarmadadelKuKluxKlanestadounidense.Enesascircunstancias,comohabíaaprendidoMoonsamyconsuslecturasdetextospolíticos,eraesperablequehubieraterrorismodederechas,yelterrorismodederechaseraloquemásdeseabaevitarMandelacomopresidente.

La mejor forma de hacerlo era conseguir que la población blanca aceptara suvoluntad.Desdeelprincipiodesupresidenciavaloró laposibilidaddeque laCopadelMundoderugbyledieralaoportunidaddeganárselosparasucausa.Poresosehabíaempeñadoenconvencerasuspropiospartidariosnegrosdequeabandonaraneljustificado prejuicio de siempre y apoyasen a los Springboks. Por eso queríademostraresedíaalosafrikanersenelestadioqueaquéleratambiénsuequipo,queibaacompartirconelloseltriunfooladerrota.

Pero el plan estaba lleno de riesgos. Los extremistas podían disparar contraMandela o hacer estallar una bomba.O el propio acto podía volverse contra ellos.UnamaladerrotadelosSpringboksnoayudaría.Todavíapeoreralaperspectivadeque los hinchas afrikaners la emprendieran a abucheos al oír el nuevo himnonacional,tanqueridodelosnegros,oqueondearanlaviejayodiadabanderanaranja,azulyblanca.Losmillonesdepersonasquevieranelpartidoenlosdistritosnegrosse sentirían humillados e indignados y preferirían apoyar a la selección de NuevaZelanda,conloqueelconsensoqueMandelahabíaconseguidocrearentornoalosSpringboks se haría añicos, y surgiría la consiguiente posibilidad dedesestabilización.

Sinembargo,Mandelaeraoptimista.Estabaconvencidodequelascosasibanasalir bien, como estaba convencido (como una pequeña minoría) de que losSpringboksibanaganar.Poreso,aquellamañanainvernalyluminosadesábado,sesentó tenso pero de buen humor a consumir su acostumbrado y copioso desayuno.Tomó,poresteorden:mediapapaya,gachasdemaízseco,alqueañadiófrutossecos,pasas y leche caliente; una ensaladaverdey luego, enplato aparte, tres rodajas deplátano,tresrodajasdekiwiytresrodajasdemango.Despuéssesirvióunatazade

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café,queendulzóconmiel.Mandela, impaciente por que empezara el partido, comió aquella mañana con

especial apetito. No se había dado cuenta hasta entonces, pero toda su vida habíaestadopreparándoseparaesemomento.SudecisióndeentrarenelCNAcuandoerajoven,enlosañoscuarenta;suliderazgodesafianteenlacampañacontraelapartheidenloscincuenta;lasoledad,ladurezaylacalladarutinadelacárcel;elexhaustivorégimendeejerciciosalquesesometía tras lasrejas,siempresegurodequeundíasaldría y desempeñaría un papel fundamental en la política de su país; todo eso, ymuchomás,habíaconstruidolaplataformaparaelempujedefinitivodelosdiezañosanteriores,unperiodoenelqueMandelahabíaasumidosusbatallasmásdifícilesysus victorias más improbables. Hoy era la gran prueba, la que ofrecía lasposibilidadesderecompensamásduradera.

Sisalíabien,llevaríaaunaconclusiónvictoriosaelviajeque,conunaambiciónpropia de una epopeya clásica, había emprendido en la última década de su largocaminohacia la libertad.ComoelOdiseodeHomero,habíaavanzadodeobstáculoenobstáculoyhabíavencidocadaunodeellos,noporquefueramásfuertequesusenemigos, sino porque era más listo y más seductor. Unas cualidades que habíaforjadotrassudetenciónyencarcelaciónen1962,cuandocomprendióquelavíadelafuerzabrutaquehabíaintentado,comojefeyfundadordelbrazomilitardelCNA,no servía para nada. En la cárcel pensó que la forma de matar el apartheid eraconvencer a los blancos de que lo mataran ellos mismos, de que se unieran a suequipoysesometieranasuliderazgo.

Fuetambiénenlacárceldondeaprovechósuprimeragranoportunidaddellevarala práctica su estrategia. En aquella ocasión, el adversario fue un hombre llamadoKobie Coetsee, cuyo estado de ánimo en la mañana del partido de rugby era deexcitaciónnerviosa,comoeldetodoslosdemás;cuyaclaridaddeideassóloseveíanubladaporladudadesiverelpartidoensucasa,alasafuerasdeCiudaddelCabo,o sumergirse en la atmósfera de un bar cercano. En este día, Coetsee yMandelaestaban en el mismo bando hasta un punto que habría sido impensable cuando seconocieron, diez años antes. Entonces tenían todos los motivos para sentir mutuahostilidad.Mandela era el preso políticomás famoso de Sudáfrica; Coetsee era elministrodeJusticiayPrisiones.LatareaquesehabíapropuestoMandela,quellevabacumplidosveintitrés añosde su cadenaperpetua, eraganarse aCoetsee, el hombrequecontrolabalasllavesdesucelda.

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CAPÍTULOII-ELMINISTRODEJUSTICIA

Noviembrede1985

1985 fue un año de esperanza para el mundo, pero no para Sudáfrica. MijailGorbachovllegóalpoderenlaUniónSoviética,RonaldReagantomóposesióncomopresidenteparaunsegundomandatoylosdoslíderesdelaguerrafríacelebraronsuprimera cumbre, el indicio más firme en cuarenta años de que las superpotenciaspodían convencerse mutuamente de aparcar sus estratagemas para la destrucciónrecíprocaasegurada.Mientrastanto,Sudáfricaavanzabaenladirecciónopuesta.LastensionesentrelosmilitantesantiapartheidylapolicíaestallaronenlaescaladamásviolentadehostilidadesracialesdesdequeloscasacasrojasdelareinaVictoriaylosregimientosdelreyCetshwayoseaniquilaronmutuamenteenlasalvajecarniceríadela guerra anglo-zulú de 1879. La dirección del CNA, en el exilio, animaba a suspartidariosenelinterioraquesealzarancontraelgobierno,perotambiénllevabanacabosuofensivaenotrosfrentes:atravésdelospoderosossindicatos,lassancioneseconómicas internacionales y el aislamiento diplomático. Y a través del rugby. ElCNA llevaba diez años de campaña para privar a los sudafricanos blancos,especialmentealosafrikaners,delrugbyinternacional,lagranpasióndesuvida.En1985fuecuandoconsiguieronsusmayores triunfos,al frustrarunagiraprevistadelos Springboks por Nueva Zelanda. Fue doloroso. El recuerdo reciente de aquelladerrota inyectaba aún más fuerza a los musculosos brazos de los antidisturbiosafrikanercuandogolpeabanconsusporraslascabezasdesusvíctimasnegras.

Laúnicaperspectivaquehabíaeseañoenelhorizonteparecíaserlaguerracivil.Unsondeodeopiniónnacionalllevadoacaboamediadosdeagostodescubrióqueel70%delapoblaciónnegrayel30%delablancacreíanqueelpaísseencaminabaenesadirección.Pero,silascosasllegabanaeseextremo,elvencedornoseríaelCNAdeMandela,sinosuprincipaladversario,elpresidenteP.W.Botha,másconocidoenSudáfricacomo«P.W.»o,porlosamigosyenemigosenquienesdespertabatemor,die groot krokodil, el gran cocodrilo. A mediados de 1985, Botha, que gobernóSudáfricaentre1978y1989,anuncióelestadodeemergenciayordenóque35.000soldadosdelaFuerzadeDefensaSudafricana,FDSA,entrasenenlosdistritosnegrossegregados. Era la primera vez que se pedía al ejército que ayudase a la policía asofocarloqueelgobiernoconsiderabaunarebelióncadavezmásorganizada.Talessospechas se confirmaron cuando la dirección delCNAen el exilio respondió a lamedidadeBotha conun llamamiento a la «guerra popular»para hacer que el país

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fuera«ingobernable»,loquehizoquelosblancoshuyeranenmasadelpaís—aGranBretaña,aAustralia,aEstadosUnidos—.1985fueelañoenelquelosespectadoresde televisiónde todo elmundo se acostumbraron a verSudáfrica comounpaís debarricadashumeantesenelque los jóvenesnegros lanzabanpiedrascontrapolicíasblancosarmadosdefusiles,enelquelosvehículosblindadosdelaFDSAavanzabancomo naves extraterrestres sobre muchedumbres negras aterrorizadas. De acuerdocon las normas del estado de emergencia, las fuerzas de seguridad disponían depoderesprácticamenteilimitadosdebúsqueda,incautaciónydetención,ademásdelatranquilidad de saber que podían atacar a los sospechosos con impunidad. En losquincemesesanterioresalaprimerasemanadenoviembredeeseaño,850personasmurieronenactosdeviolenciapolíticaymilesfueronencarceladossincargos.

Eneseclima,eseaño,Mandelalanzósuofensivadepaz.Convencidodequelasnegociacioneseranlaúnicaformadeacabardefinitivamenteconelapartheid,decidióafrontarel retosoloy,comoseviodespués,con lasmanosatadas.Aprincipiosdeaño,losmédicoshabíandescubiertoqueteníaproblemasdepróstatay,temiendoquefuera cáncer, decidieron que necesitaba ser operado con urgencia.Habían hecho eldiagnóstico en la cárcel de Pollsmoor, donde había sido trasladado desde RobbenIslandtresañosantes,en1982.Pollsmoor,entierrafirme,cercadeCiudaddelCabo,fuelacárcelenlaquecompartiólagranceldaconWalterSisuluyotrostrespresosveteranosalosqueponíafuriososconsuscarrerasantesdeamanecer.Laoperación,llevadaacaboel4denoviembrede1985,fueunéxito,peroMandela,queteníayasesentaysieteaños,tuvoquepermanecerbajoobservación.Losmédicosordenaronqueconvalecieraenelhospitaldurantetressemanasmás.

Durante ese interludio, la primera estancia de Mandela fuera de la cárcel enveintitrés años, comenzaron sus diez años de intentos de ganarse a la Sudáfricablanca.Porunacoincidenciahistóricaextraordinaria,fueelmismomesenelquesereunieronReaganyGorbachov.Igualqueelpresidenteestadounidensesedisponíaaemplearsuencantoparaganarseallídersoviético,Mandelasepreparabaparautilizarla suya con Kobie Coetsee, el hombre que ocupaba el cargo con el título máscontradictoriodelmundo:ministrodeJusticiadeSudáfrica.

Si lacumbrede las superpotenciasenGinebra fueunespectáculomediático, lareunión sudafricana se llevó a cabo en el mayor de los secretos. La prensa no seenteró de ella hasta cinco años después pero, aunque la hubiera conocido en sumomento, incluso si la noticia se hubiera filtrado, habría sido difícil encontrar aalguien que se la creyera. El CNA era el enemigo, los instigadores de un «ataquetotal» de inspiración soviética, en palabras de P. W. Botha, y contra quienes lasfuerzas de seguridad del Estado habían lanzado lo que él llamaba una «estrategiatotal». No había nada más inconcebible que la idea de que el régimen de Bothanegociaseconlos«terroristascomunistas»,ymuchomenosconsulíderencarcelado.

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Aunasí,sialgúnmiembrodelgobiernodebíacontactarconelenemigo,éseteníaqueserCoetsee,cuyacarteranosóloabarcabalaJusticiasinotambiénlosServiciosPenitenciarios, es decir, el sistema de prisiones.Además,Botha escogió aCoetseepara ser su emisario secreto porque era de una lealtad ciega: uno de los pocosmiembrosdesugabineteenelqueBothapodíaconfiarparaquesecomportasecondiscreción.Porotraparte,eraCoetseequienhabía recibido,comosuspredecesoresenelministeriodeJusticia,laslargascartasdeMandelasolicitandolaentrevista.Condichassolicitudes,MandelanohacíamásquecontinuarunatradicióninfructuosadelCNA,desdesufundaciónen1912,deintentarconvenceralosgobiernosblancosparaque se sentaran a debatir con ellos el futuro del país. Pero ahora, por fin, iba asuceder:lasprimerasconversacionesentreunpolíticonegroyunmiembrodestacadodelgobiernoblanco.ElmotivodeBothaparaaprobarelencuentroera,enparte, lacuriosidad;elCNAhabíalanzadoen1980unacampañaparaliberaraMandelayéstesehabíaconvertidoyaenelpresomásfamosoymenosconocidodelmundo.PeroaBotha le impulsaba sobre todo la situación cada vez más volátil en los distritossegregadosylaspresionescrecientesdelmundoexterior.Teníalasensacióndequehabía llegado el momento de tantear las posibilidades de reconciliación, deaventurarse a intentar probar si, un día, podría ser posible la convivencia con laSudáfrica negra. Como explicaría Coetsee posteriormente: «Nos habíamos metidonosotrosmismosenunrincónynecesitábamosencontrarlaformadesalir.»

Locuriosoeraque,aunqueMandelahabíasidoelsolicitante,eraCoetseeelquesesentíaincómodo.Setratabadeunamezcladeculpabilidadymiedo;culpaporqueiba a ver aMandela como emisario del gobierno que estaba matando a su gente;miedoporquehabíaleídoelexpedientedeMandelayleinquietabalaperspectivadever cara a cara a un enemigo aparentemente tan despiadado. «La imagen que mehabía formadode él—dijo durante una entrevista enCiudad delCabopocos añosdespuésdedejarelgobierno—,eraladeunlíderdecididoahacerseconelpoder,sillegabalaoportunidad,sinimportarleelcosteenvidashumanas.»DelexpedientedeMandela,Coetseedebiódeextraertambiénlaimagenmentaldeunexboxeadordelospesospesadosque,diezmesesantes,habíatenidolatemeridaddehumillarasuadustoymalhumorado jefe,P.W.Botha,delantede toda lanación.Bothasehabíaofrecido públicamente a dejar en libertad a Mandela, pero había exigido unascondicionesprevias.Mandelateníaqueprometerabandonarla«luchaarmada»queélmismo había iniciado al fundar el brazo militar del CNA, Umkhonto we Sizwe(LanzadelaNación),en1961,yteníaquecomportarse«demaneraquenohayaquedetenerle» con arreglo a las leyes del apartheid. Mandela respondió con unadeclaraciónleídaporsuhijaZindziduranteunaconcentraciónenSoweto.DesafióaBothaarenunciaralaviolenciacontralosnegrosyridiculizólaideadequeélpodíaquedarenlibertadcuando,mientrasexistieraelapartheid, todaslaspersonasnegras

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seguíanviviendocautivas.«Nopuedoynovoyahacerningunapromesacuandonivosotros,elpueblo,niyosomoslibres—decíaladeclaración—.Vuestralibertadylamíanopuedenestarseparadas.»

Coetseeteníadudascomprensiblessobrelareunión,perolabalanzaseinclinabaasu favor. Al fin y al cabo,Mandela era el preso, y Coetsee el carcelero;Mandelaestabadelgadoydébiltraslaoperación,vestidoconropadehospital—bata,pijamayzapatillas—mientrasqueCoetsee,detrajeycorbataministeriales,derrochabasalud.YMandelateníamuchomásqueperderenlareuniónqueCoetsee.ParaMandelaerauna oportunidad a vida o muerte que quizá no se repetiría; para Coetsee era unencuentroexploratorio,casiunactomovidoporlacuriosidad.AojosdeMandela,eralaoportunidadquehabíabuscado,desdequese inicióen lapolíticacuatrodécadasantes,detenerunaconversaciónseriasobreladirecciónqueibaatomarelpaísenelfuturo, entre la Sudáfrica blanca y la Sudáfrica negra. De todos los retos queafrontaríaposteriormenteconsuspoderesdeseducciónpolítica,ningunoestaríatanllenodepeligros.Porque,sihubierafracasado,sihubieradiscutidoconCoetseeosinohubierahabidoquímicaentreellos,aquélhabríapodidoserelprincipioyelfindetodo.

Pero,desdeelmomentoenelqueCoetseeentróenlahabitacióndelhospitaldeMandela, las aprensiones por ambas partes se evaporaron. Mandela, un anfitriónmodelo,mostrósusonrisaespléndidaehizoqueCoetseesesintieraagustoy,casialinstante, para sorpresa discretamente contenida de ambos, preso y carcelero seencontraroncharlandodeformaamigable.Cualquieraqueleshubieravistosinsaberquiéneseranhabríapensadoqueseconocíanbien,comounconsejerorealconoceasu príncipe o un abogado a sumejor cliente. En parte, porqueMandela, quemide1,83metros,empequeñecíaaCoetsee,untipomenudoypizpiretocongrandesgafasdemonturanegraypintadeabogadourbanista.Pero,sobretodo,porunacuestióndelenguajecorporal,porelefectoquelaactituddeMandelateníaenlagenteconlaquehablaba.Enprimerlugar,suposturaerguida.Luego,suformadedarlamano.Nuncaseagachaba,niinclinabalacabeza.Todoelmovimientolohacíaconlaarticulacióndelbrazoyelhombro.Siaesoseañadíanelenormetamañodesumanoysupielcurtida,elresultadoeramajestuosoeintimidatorio.Olohabríasidodenoserporsumiradacálidaysuinmensasonrisa.

«Tenía un don natural —recordaba Coetsee, entusiasmado—, y me di cuentadesdeelmomentoenquelovi.Eraunlídernato.Ytambiénafable.Estabaclaroqueelpersonaldelhospital le teníasimpatíay,peseaello, le respetaba,aunquesabíanqueeraunpreso.Ynohabíadudadequedominabasuentorno.»

MandelamencionóagentedelosServiciosPenitenciariosqueambosconocían;Coetsee lepreguntópor su salud;charlaron sobreunencuentrocasualqueCoetseehabía tenido con la mujer de Mandela, Winnie, unos días antes en un avión. A

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Coetsee le sorprendieron la disposición de Mandela a hablar en afrikaans y suconocimiento de la historia afrikaans. Fue todomuy cordial. Sin embargo, los doseranconscientesdeque la importanciade la reuniónnoresidíaen laspalabrasqueintercambiasen, sino en las que se quedaran sin decir. El hecho de que no hubieraningunaanimosidadyaeraunaseñal,transmitidayrecibidaporambos,dequehabíallegadolahoradeexplorarlaposibilidaddeuncambiofundamentalenlaformaderelacionarsepolíticamentelaSudáfricanegraylaSudáfricablanca.Fue,comodiríaCoetsee,elcomienzodeunanuevapráctica,«hablarenvezdeluchar».

La ausencia de cámaras, el tranquilizador entorno del hospital, el pijama, laafabilidadsinconsecuenciasdelacharla,tododisimulabalarealidaddequeMandelahabíaconseguidollevaracabolaproezaaparentementeimposibleporlaqueelCNAllevabaluchandosetentaytresaños.¿Cómolohabíahecho?Comotodoslosquesonmuy buenos en su trabajo—sean atletas, pintores o violinistas—, había trabajadomuchoydurantelargotiempoparadesarrollarsutalentonatural.WalterSisuluhabíavislumbradoallíderenéldesdeeldíaenelqueseconocieron,en1942.Sisulu,seisañosmayor queMandela, era un veterano organizador del CNA en Johanesburgo;Mandela, que teníaveinticinco años, acababade llegardel campo.Mandela eraunpaletoencomparaciónconlasofisticaciónurbanadeSisulu,peroelastutoactivistaqueeraesteúltimo,alobservaraljovenquesemanteníaerguidoanteél,vioalgoquepodíaserleútil.«Meimpresionómásquecualquierotrapersonaquehabíaconocido—dijoSisulumásdemediosiglodespuésdeaquelprimerencuentro—.Suaire,susimpatía...Yobuscabaagentedeciertocalibreparaocuparpuestosdirigentesyélfueunregalodelosdioses.»

Mandela solía decir en broma que, si no hubiera conocido a Sisulu, se habríaahorradomuchascomplicacionesenlavida.LaverdadesqueMandela,cuyonombreen xhosa, Rolihlahla, significa «alborotador», hizo lo indecible para buscar esascomplicacionesydemostrótenertalentoparaadoptargestosdevalorpolíticoduranteelmovimiento pacífico de resistencia en los años cuarenta y cincuenta.Había queorganizaractospúblicosquecrearanconcienciapolíticaydieranejemplodeaudaciaa la población negra en general. Mandela, «voluntario jefe» de la «campaña dedesafío»deaquelperiodo,fueelprimeroquequemósudocumentodeidentidaddehombrenegro,conocidocomo«carnetdepaso»,unmétodohumillantequeimpusoelgobierno del apartheid para asegurarse de que los negros no entrasen en las zonasblancasmásquepara trabajar.Antesdequemarelcarnet,escogióelmomentoyellugar que podían causar el máximo impacto en los medios. Las fotografías de laépoca le muestran sonriendo para las cámaras mientras infringía aquella leyfundamentaldelapartheid.Enelplazodeunosdías,milesdepersonasnegrasseguíansuejemplo.

ComopresidentedelaLigaJuvenildelCNAenlosañoscincuenta,destacócomo

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un individuo extraordinariamente seguro de sí mismo. Durante una reunión de lamáximadireccióndelCNA,unactodeetiquetaenelquesepresentóconunpulcrotrajemarrón, sorprendió a todo elmundo conundiscurso en el quepredijoque élseríaelprimerpresidentenegrodeSudáfrica.

TeníaalgodeldesparpajodeljovenMohamedAlí,ynosóloporelhechodequeboxeabaparamantenerse en forma,una forma físicaque legustaba exhibir.Variasfotografíaslemuestranposandoparalascámaras,desnudodecinturaparaarribayenposturasclásicasdeboxeo.Enlasfotografíasenlasqueaparececontraje, tieneunairedeestrellarománticadeHollywood.Enlosañoscincuentaerayaelrostromásvisibledelaprotestanegra,yvestíadeformaimpecable:elúnicohombrenegroquese hacía los trajes en el mismo sastre que el hombre más rico de Sudáfrica, elmagnatedeloroylosdiamantesHarryOppenheimer.

CuandoelCNAemprendiólaluchaarmadaen1961,engranparteainstanciasdeMandela, y él se convirtió en comandante en jefe del brazomilitar,UmkhontoweSizwe,abandonólostrajesysepasóalchicrevolucionario,tomandocomomodeloaunodesushéroes,elCheGuevara.Enelúltimoactopúblicoalqueasistióantesdeser detenido en 1962, una fiesta en Durban, apareció vestido de guerrillero, conuniformedecamuflaje.EnaquelmomentoeraelhombremásbuscadodeSudáfrica,peroeratallaimportanciaquedabaamantenerunaactituddesafianteytalelplacerqueleproducíaeldestacarenunamultitud,querechazóelconsejodesuscamaradasde que se afeitase la barba que se había dejado para imitar al Che y con la queaparecíaenloscartelesdebúsquedadelapolicía.

Sisuvanidadsupuso,almenosenparte,sucaída,tambiénsupoutilizarla.Enlacárcel,acusadodesabotaje,decidióqueensuprimeraapariciónanteeltribunalibaavolver a acaparar toda la atención. Entró en el juzgado con una lentitud y unaautoridaddeliberadas,vestido,comocorrespondíaasucategoríaenelclanxhosaenel que se crió, con el elaborado atuendo de un alto caudillo africano: una piel deanimalsobreelpecho,cuentasentornoalcuelloyenlosbrazos.Mientrascaminabahaciasusilla,lasalacayósumidaensilencio;inclusoeljueztuvoquehacerunbreveesfuerzoparaencontrarsuvoz.Sesentó,y,luego,aungestodeljuez,selevantó,yexaminó lentamente la sala antes de comenzar un discurso electrizante. Empezó:«Soyunhombrenegroenuntribunaldehombresblancos»,yconsiguióexactamenteelobjetivonacionalquebuscaba,crearunespírituincólumededesafíonegro.

Fueundescubrimiento importante.La cárcel podía servir tambiénde escenariopolítico;tambiéndesdedetrásdelasrejaspodíacausarimpacto.Aquellocambiósuforma de ver la sentencia que le aguardaba y, a partir de aquel momento,aprovechando la experiencia que había adquirido como abogado defendiendo aclientesnegrosenlostribunalesblancosdurantelosañoscincuenta,utilizólacárcelcomocampodeentrenamiento,unlugarenelqueprepararseparalagranpartidaque

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le esperabaal salir.Refinó su talentonaturalparael teatroconel finde lograr susfinespolíticosyensayósupapelantesusguardianesyanteotrospresosparaafrontareldestinotriunfantequeteníalatemeridaddecreerqueleaguardabafuera.

Elprimerretoeraconocerasuenemigo,unatareaqueemprendióconelmismorigorquededicabaasuejerciciofísico.Disponíadedosherramientas:libros—enlosqueaprendiósobrelahistoriadelosafrikanersyestudiósulengua—ylosguardiasafrikanersdelaprisión,unoshombressencillosqueocupabanelestratoinferiorenelgran sistema laboral que daba prioridad a los blancos. Fikile Bam, que compartiócárcel conMandela durante algún tiempo, recordaba con viveza la seriedad con laque,desdeelprincipiodesucondena,Mandelasepropusocomprenderlamentalidadafrikaner.«Ensuopinión—yeraloquenospredicabaalosdemás—,elafrikanereraafricano. Pertenecía a la tierra, y cualquier solución que se encontrara para losproblemaspolíticosibaatenerquecontarconlosafrikaners.»

Enaquel tiempo, laposturaoficialdelCNAeraqueelpoder afrikaner eraunaversión actualizada del colonialismo europeo. Hizo falta mucho valor para queMandela se opusiera a esa opinión, que declarase que los afrikaners tenían tantoderechoaserllamadosafricanoscomolosnegrosconlosquecompartíalacelda.Ytampocodisimulósunuevapasiónporaprendercosasdelpasadode losafrikaners.«Teníaungraninterésporlospersonajesafrikanershistóricos,entreellosloslíderesafrikanersdurantelaguerradelosbóers—explicabaBam—.Sabíadememorialosnombresdelosdistintosgeneralesbóers.»

Enlacárcel,Mandelaseinscribióenuncursodelenguaafrikaansduranteunpardeaños,ynuncadesperdiciólaoportunidaddemejorarsudominiodelidioma.«Noteníaabsolutamenteningúnreparoensaludaralagenteenafrikaansnienprobarsuafrikaansconlosguardias.Otrospresosteníansusdudaseinhibiciones,peroNelsonno.Queríaconocerdeverdadalosafrikaners.Ylosguardiasleeranmuyútilesparasupropósito.»

Ynosóloparaaprenderelidioma.Mandelavioaaquelloshombres,elrostromásvisible e inmediatodel enemigo,y semarcóunobjetivo: convencerlosparaque letratasen con dignidad. Si lo lograba, pensó, habría muchas más probabilidades depoderhacerlomismo,undía,conlosblancosengeneral.

Sisululehabíaobservadofueradelacárcel,leobservóenlacárcely—comoelentrenadorquedescubrealjovenboxeadorqueluegoseconvierteencampeóndelospesos pesados— se felicitó por la astucia de su elección. Sisulu siempre estuvo,porqueloprefería,alasombradeMandela,peroéstelepidióconsejosobreasuntospersonalesypolíticostodasuvida.FueSisulu,porejemplo,elquemejorcomprendiócómo ablandar los corazones de los carceleros blancos. La clave, como explicaríamuchodespués, era el«respetoelemental».Noquería aplastar a sus enemigos.Noquería humillarlos. No quería pagarlos con lamismamoneda. Sólo quería que les

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tratasenconrespeto.Eso era precisamente lo que querían también los hombres blancos que

controlaban la prisión, duros y de escasa educación, y eso es lo que Mandela seesforzóendarlesdesdeelprincipio,pormuyhorrorosaque lehicieran lavida.Sucelda,sucasadurantedieciochoaños,eramáspequeñaqueuncuartodebaño.Medía2,5 × 2,1metros, o tres pasos por dos ymedio deMandela, y tenía una pequeñaventanaconbarrotes,de30cm2,quedabaaunpatiodecementoenelquelospresosse sentaban durante horas a romper piedras.Mandela dormía sobre un colchón depaja,contresmantasmuyfinasqueeransuúnicaproteccióncontraelfríovientodelos inviernosdelCabo.Como losdemáspresospolíticos,quecontabanconmenosprivilegiosquelospresoscomunesdelalalujosadelaisla,estabaobligadoallevarpantalóncorto (los largos sólo se losdabana lospresos indiosomulatos,noa losafricanos negros), y la comida era escasa y deprimente: unas gachas de maízaderezadas,losdíasbuenos,concartílago.Mandelaempezóprontoaperderpeso,yla faltadevitaminashizoquesupiel sevolvieraamarillenta,pero,aunasí, seveíaobligado a trabajar duramente, o con un pico en la cantera de cal de la isla orecogiendoalgasqueseexportabanaJapóncomofertilizante.Paralavarse,lesdabancubosdeaguafríadelAtlántico.

Dos meses después de la llegada de Mandela a Robben Island, su abogado,GeorgeBizos,tuvolaprimeraoportunidaddeverloquelacárcelleestabacostando.Mandelaestabamuchomásdelgadoeibavestidodeformahumillante,conaquellospantalones cortosy zapatos sin calcetines.En tornoa él, formandounacaja, habíaochoguardiaselegantementeuniformados,dosdelante,dosdetrásydosacadalado.Sinembargo,desdeelmomentoenelqueBizosvioasucliente,sediocuentadequeMandela semovíaconunairedistintoaldel típicopreso.Cuandosaliódel furgónpenitenciarioconsuescolta,fueél,ynolosguardias,elquemarcóelpaso.Bizosseabriópasoentrelosdosguardiasdedelanteyabrazóasucliente,paraconfusióndelos funcionarios, a los que nunca se les había ocurrido la idea de que un hombreblanco pudiera abrazar a uno negro. Los dos charlaron brevemente y Mandela lepreguntó a su viejo amigo por la familia, pero de pronto se interrumpió y dijo:«George,perdona,notehepresentadoamiguardiadehonor»,ylenombróacadauno de los agentes. Los guardias se quedaron tan asombrados, recordaba Bizosmuchos años después, «que se comportaron verdaderamente como una guardia dehonorymedieronlamanocontodorespeto».

No siempre era así. Los guardias y los jefes de la prisión rotaban,inevitablemente, y algunos regímenes fueron brutales, mientras que otros fueronrelativamente benignos.Mandela, reconocido por los demás presos políticos comolíder desde el primer día, perfeccionó el arte de manipularlos a todos,independientementedesucarácter.Seesforzóenconvenceralospresosdeque,enel

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fondo,todoslosguardiaseransereshumanosvulnerables,queeraelsistemaelquehabíaconvertidoamuchosdeellosenanimales.Peroesonoqueríadecirque,cuandolaocasiónloexigía,Mandelanosupieradefenderactivamentesusderechos.Laúnicavez en la isla que un guardia estuvo a punto de golpearlo, Mandela, abogado yboxeador,semantuvofirmeyledijo:«Comomepongalamanoencima, le llevaréanteelmásaltotribunaldelpaís.Y,cuandoacabeconusted,serátanpobrecomounarata.»Elguardiarefunfuñóygruñó,peronolepegóysealejóhumillado.

EnlaminiSudáfricaqueeralaisla,lospresosnegrosseenfrentabanalrégimencarcelario blanco como lo habían hecho ante el gobierno cuando eran libres. Ladesobedienciacivileraelprincipiogeneral,ysemanifestabaenhuelgasdehambre,huelgasdeceloyelhábitodemantener toda ladignidadquepodían.LosguardiasconlosqueseencontróMandelacuandollegóalaislaestabanacostumbradosaquelospresoslesllamasenbaas,«jefe».Mandelasenegóy,aunquesufrióintimidacionesporello,nuncacedió.

Lascondicionespenitenciariasenelpequeñofeudodelaisla,antiguamenteunacoloniadeleprososyunmanicomio,dependíanmuchodelapersonalidaddeloficialque estuviera a cargo enunmomentodado.En1970, unhombrediscretoy afablellamadoVanAarde fue sustituidopor el coronelPietBadenhorst, elpersonajemástemiblequeMandelaibaaconocerdurantesusañostraslasrejas.Badenhorstylosnuevosreclutasquellevóconsigoalaislacrearonunreinadodeterrorqueduróunaño.Badenhorsteraincapazdeabrirlabocasinsoltartacos,yseacostumbróadirigirlospeoresinsultosaMandela.Susguardiasseguíanelejemplodeljefe:zarandeabana los presos de camino a la cantera, sometían sus celdas a registros inesperados yconfiscabansuspreciadoslibros,entreelloslasobrasdeShakespeareylosclásicosgriegosqueeranlosfavoritosdeMandelaySisulu.Undíademayode1971,porlamañana, los guardias de Badenhorst entraron en la galería política, sección B,borrachos.Ordenaronalospresosquesedesnudasenmientrasregistrabanlasceldas.Una hora después, uno de los presos se desvaneció y, cuando otro protestó yarremetiócontraellos,ledierontalpalizaquesuceldaacabósalpicadadesangre.

Mandela mantuvo la calma y, bajo su dirección, los presos recuperaron lasleccionesquehabíanaprendidofuera,enlaluchapolítica.Pidieronayudamásalládesumicrocosmosde la isla.Enviaronmensajesa travésdevisitantesy laCruzRojainternacional. También llegó ayuda de la política progresista más conocida en elparlamento sudafricano, Helen Suzman, que visitó a los presos en la isla y, porindicación de ellos, habló conMandela, al que habían elegido de forma unánimecomoportavoz.

Elmomentodecisivoseprodujocuandotresjuecesvisitaronlacárcelafinalesde1971.EnpresenciadeBadenhorst,seentrevistaronconMandela,quenosecontuvoydenunció el duro trato que les propinaba el coronel.Habló de la pobre dieta y los

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durostrabajos,perosedetuvo,sobretodo,enelincidentedelosguardiasborrachosquehabíandesnudadoygolpeadoa lospresos.Badenhorst lehizoungesto coneldedoydijo: «Ten cuidado,Mandela.Si hablas de cosas quenohas visto, te vas ameter en un lío, ¿me entiendes?» Mandela aprovechó el error de Badenhorst. Sevolvió,triunfante,alosjueces,comosivolvieraaejercerdeabogadoenuntribunal,y les dijo: «Caballeros, ya ven ustedes el tipo de hombre que tenemos comocomandante.Siescapazdeamenazarmeaquí,ensupresencia,puedenimaginarseloquehacecuandonoestán.»Un juezsevolvióhacia losotrosdosydijo:«Elpresotienemucharazón.»

Mandela había domado a su torturador. Después de la visita de los jueces, lasituaciónenlacárcelmejoróy,alcabodetresmeses,llególanoticiadequeibanatrasladaraBadenhorst.Perolahistorianosequedóahí.Todavíaestabaporllegarlomás interesante, porque tendría un efecto en Mandela que influiría en su actitudrespectoa los«opresores»afrikanerselrestodesuvidayfuedecisivocuando,porfin,pudoentablarelcombatepolíticoconellos.

UnosdíasantesdequeBadenhorstsefuera,elcomisarionacionaldeprisiones,untalgeneralSteyn,visitóRobbenIsland.SeentrevistóconMandelaenpresenciadeBadenhorst.AlterminarlaentrevistaycuandoSteynyanopodíaoírle,Badenhorstseacercó a Mandela y, con una voz extraordinariamente cortés, le informó de suinminentepartida.Luegodijo:«Sóloquierodesearbuenasuerteasugente.»Mandelasequedómomentáneamentesinsaberquédecir,peroluegoserecobrólosuficientecomoparadarlelasgraciasydesearletambiénbuenasuerteensunuevopuesto.

Mandela reflexionó sobre ese incidente y examinó las enseñanzas que podíansacarse de él, cómo un hombre al que había considerado cruel y salvaje, al final,había revelado tener una luz más suave. Aparcó esas reflexiones, pero tambiénencontró formas de utilizarlas enseguida. Aplicando las estrategias que habíadesarrolladodurantesussieteañosenRobbenIsland,utilizótodalaayudaquepudodegentecomoHelenSuzmanyelsistemajudicialparahacerquelacárcelfueraunlugar más habitable. A finales de los setenta, no sólo había mejorado mucho lacalidad de la comida, la ropa y las camas respecto a 1964, no sólo se habíanterminado la recogida de algas y los trabajos forzosos en la cantera, sino que sehabíanañadidotodotipodelujosinimaginables.Lospresospodíanverpelículas,oírla radioenun sistemadealtavocespor todas las instalacionesy, lomejorde todo,hacer deporte. Incluido el tenis, curiosamente. También el fútbol, el pasatiempofavoritodelaSudáfricanegra.Ainsistenciadelasautoridades,seañadióalalistaelrugby.Lasnormaseranqueunasemanasejugabaalfútbolyotraalrugby,siempredemaneraalterna.Lospresosmásjóvenesjugabanalrugbyyoíanretransmisionesdepartidosimportantesenlaradio,aunquetodosellosapoyabanruidosamentealosequiposrivales.

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Esollegaríamuchomástarde.AntesseprodujolaconversióndeKobieCoetsee,aqueldíadenoviembrede1985.

CuandoMandela fue dado de alta en el hospital, el 24 de noviembre de 1985,Botha coincidió con Coetsee en que no debía volver a la amplia celda que habíacompartidolostresañosanterioresconsuscuatroviejoscamaradas.PermaneceríaenPollsmoorperoibaaestarenunaceldapropia,enunapartevacíadelacárcel.Noerauncastigo,sinounprimerpasohacialalibertad.SetratabademantenerlosnuevoscontactosentreMandelayelgobiernoenelmáximosecretoposible,inclusoantelosdemás presos.Mandela agradeció el hechode tener el espacio que necesitaba paraordenar sus ideas y elaborar su estrategia. Además, Coetsee se encargó deproporcionaraMandela,ensuceldasolitaria,untratodefavorcomoningúnbaaslehabía dado jamás a unhombrenegro enSudáfrica.Su comidamejoróy empezó arecibirperiódicos,unaradioyaccesoauninventodesconocidoenSudáfricacuandoélingresóenlacárcel,unatelevisión.

TeníaasimismolacompañíadeunguardiallamadoChristoBrandquehabíasidotrasladadoconéldesdeRobbenIslandyqueleadoraba.Criadoenunagranja,Brandhabía tenido su primer contacto con la electricidad a los diez años y habíaabandonado laescuelaa losquince.Eraunhombreque tenía lamitaddeañosqueMandela,amable,queconsiderabaasupresocasicomounpadre.Mandelacumplíasupapel:entreotrascosas,escribíacartasalaesposadeBrandparaquejarsedequesumarido no hacía lo suficiente paramejorar; que eramuy inteligente y, si se leconvencíaparaque estudiara, podíahacer algomás con suvida.El hijodeBrand,Riaan, quenació en1985, se convirtió también enuna especie denietopostizodeMandela. Brand metió a Riaan clandestinamente en Pollsmoor cuando tenía ochomesesparaqueMandelapudieracogerloenbrazos.Mandelalohizoylosojosselehumedecieron;llevabaveintitrésañossinpodertocaraningunodesusseishijos.AmedidaqueRiaanfuecreciendo,Mandelanuncadejódepreguntarcómoleibaenelcolegio,yleescribiópuntualmentecartascadaañoporsucumpleaños.

Los altos jefes de Pollsmoor, más distantes, eranmás difíciles de abordar queBrand. Mandela tuvo que mantener agudizados sus sentidos para ganárselos. Eloficial a cargodel alaCde la cárcel, demáxima seguridad, eraun tal comandanteVan Sittert, un hombre que, como contó después Brand, se sentía más a gustotratandoconpresoscomunesqueconlospolíticos.«Elcomandantesolíavisitar lasceldas una vez al mes —contaba Brand—. Los presos políticos le parecían unamolestia: se quejaban y pedían cosas con mucha más frecuencia que los presoscomunes;además,elcomandantenohablabainglésmuybien,ytambiénporesosesentíaincómodoconellos.»Mandelaerayafamosoentodoelmundo,unaauténticacelebridad.YesoirritabatodavíamásalcomandanteVanSittert,hacíaqueestuvieramásincómodoensupresencia.

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Mandela se lo pensómucho. Había sometido a todos los demás jefes, pero elpicajosoeinseguroVanSittert ibaaponerverdaderamenteapruebasuspoderesdeseducción.HablóconBrandparaintentarencontraralgúnpuntoflaco.Ygraciasaéllo encontró. Sittert era un fanático del rugby. Así que Mandela, que no eraespecialmente aficionado a ese deporte, se propuso aprender celosamente todo lorelacionadoconélantesdelavisitamensualdelcomandante.Porprimeravezensuvida, leyó las páginas de rugbyde los periódicos, vio los programasdeportivos entelevisiónysepropusoestaraltantodelasúltimasnoticiasparapoderhablarconelcomandantesobresugranpasióndeformamásomenoscreíble.

Mandela tenía otro incentivo además de la satisfacción política de hacerse conunanuevapresablanca.Teníaunanecesidadconcreta,unapeticiónquequeríahacer,que afectaría su bienestar inmediato y que sólo el comandante podía conceder.Noqueríaesperarotromespara tenerunaoportunidadde lograr loquenecesitaba, asíqueteníaqueaprovecharelmomentocuandosurgiera.MandelaseentrevistóconelcomandanteVanSittertporprimeravezenelcorredor,delantedesucelda.Y,aunquela vestimenta volvía a situarlo en desventaja, como había ocurrido el día en queconocióaKobieCoetsee,porqueél ibavestidodepresoyelcomandantecomounoficial del ejército,Mandela volvió a dominar la situación.Recibió al comandantecomosifuerauninvitadoensucasa.Y,sabiendolopocoquelegustabaaVanSitterthablaringlés,sedirigióaélenafrikaans.

«Mandela estuvo muy educado, como de costumbre—recordaba Brand—. Lesaludó con una gran sonrisa e inmediatamente se puso a hablar de rugby. ¡Mesorprendiómuchísimo!Ahíestaba,diciendoquetaljugadorloestabahaciendomuybien, pero que aquel otro no estaba dando el máximo rendimiento y habíadecepcionado en el último partido, y que quizá había llegado la hora de dar unaoportunidad a no sé qué jugador joven, porque parecía muy prometedor, y asísucesivamente.» Cuando el comandante superó su propio asombro, se animó y semostródeacuerdoconMandelaprácticamenteentodossusargumentos.«Podíaversecómoalcomandanteseleibandespejandotodaslasdudas»,terminóBrand.

Despuésdetender la trampa,Mandelaatrajoalcomandantehaciaella.Lellevólentamente a su celda, mencionando como de casualidad que tenía un pequeñoproblema, que estaba seguro de que el comandante no querría que tuviera queaguantar un hombre de rugby como él. Le dijo que estaba recibiendomás comidaparaelalmuerzoqueparalacenayque,poresemotivo,habíaadoptadolacostumbrede guardarse parte del almuerzo para la tarde. Lomalo era que, para entonces, lacomidasehabíaenfriado.Perohabíaunasolución,dijoMandela.Habíaoídohablarde una cosa llamada calientaplatos.Le parecía que era la solución para su dilema.«Comandante—dijo—,¿seríaposiblequemeayudaraaobteneruno?»

ParasorpresadeBrand,VanSittertcapitulósinresistencia.«¡Brand—ordenó—,

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vayayconsígaleaMandelauncalientaplatos!»ObtuvotodoesoymáscuandovolvióareunirseensecretoconKobieCoetsee,

esta vez en su casa. El ministro, deseoso de otorgar a Mandela la dignidad queconsideraba quemerecía, dispuso que las autoridades de la prisión le pusieran unachaquetaporprimeravezenveintitrésañosyquelellevaran,noenunfurgón,sinoenunelegantecoche.Enesesegundoencuentro,elcontenidodeladiscusiónfuemásexplícitamentepolítico.Coetsee,satisfecho,informóaBothadequelacárcelparecíahabersuavizadoaMandela,queyanoeraelagitadoryterroristayparecíadispuestoaestudiarunacuerdoconlosblancos.

Mandelaobtuvomásprivilegios.BrandyVanSittertsesorprendieronal recibirórdenes de que pasearan a Mandela en coche por Ciudad del Cabo. Un pequeñocomité formado por personas de confianza de Botha, que sabían de lasconversaciones secretas (Coetsee, Niël Barnard, jefe del Servicio Nacional deInteligencia, y uno o dos más), temía que, si se enteraba todo el gobierno de lasnegociaciones,alguienpodíaacabarfiltrandoelasuntoalaprensa.Noobstante,lesparecía tan importante queMandela empezara a aclimatarse a la vida fuera de lacárcel que incluso autorizaron a sus guardias a dejar que saliera a dar pequeñospaseos por su cuenta, a mezclarse con la población local desprevenida. En unaocasión,ChristoBrandselollevóasucasaylepresentóasumujerysushijos.Otrodía, dos guardias le llevaron en cochehasta una ciudad llamadaPaternoster, a 100kilómetrosalnortedeCiudaddelCabo,enlacostadelAtlántico.MientrasMandelapaseabasoloporlaprístinaplayablancadelaciudad,apareciódeprontounautobúslleno de turistas alemanes. Los dos oficiales se asustaron y temieron que lereconocieran. No tenían que haberse preocupado. Los turistas, extasiados ante lasalvajebellezadelazona,hicieronfotoseignoraronalhombrenegrodecabellogrisque andaba por allí cerca.Mandela podría haberse precipitado hacia ellos y habersubidoalautobúsenbuscadeasilopolítico,perotodavíanoqueríasalirdelacárcel,pese al clamor que se había ido formando en todo elmundo por su liberación.Leparecíaquepodíahacermáscosassisequedabadentroynegociaba.

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CAPÍTULOIII-SERVICIOSSEPARADOS

Justice Bekebeke era un joven negro airado en noviembre de 1985, uno entremillones.Altoydelgado,comounaesculturaafricana,teníaunasmaneraseducadasyunarelajantevozdebarítonoqueindicabaunasabiduríapenosamenteadquiridamuypor encima de sus veinticuatro años. Bekebeke vivía en Paballelo, un distritosegregadosinárbolesa750kilómetrosalnortedelacárceldeMandelaenCiudaddelCaboyaotrostantosaloestedeJohanesburgo,enellímitedeldesiertodeKalahari,enlosúltimosconfinesdelatierra.EnSudáfricahabíaundistritonegrojuntoacadaciudad blanca. Pero, aunque los distritos negros siempre tenían muchos máshabitantes, en losmapas sólo aparecían las ciudadesblancas.Losdistritos eran lassombrasnegrasdelasciudades.PaballeloeralasombranegradeUpington.

Upingtoneraunacrudacaricaturadeunaciudaddelapartheid.UnvisitantepococuriosoquizánohabríanotadoenJohanesburgo losmásburdos límites racistasdelsistema.PeroenUpingtonesoslímiteseranineludibles:letrerosde«SlegsBlankes»(«Sóloblancos»)enaseospúblicos,bares,fuentes,cines,piscinaspúblicas,parques,paradasdeautobús,laestacióndeferrocarril.Todaesainsensatez,exigidalegalmentepor la Ley de Servicios Separados de 1953, generaba, a veces, humor de dudosogusto.Unamujernegraquellevaraentrenalbebéblancodesu«señora»,¿teníaqueviajarenlasecciónde«sóloblancos»oenlade«noblancos»?Unvisitantejaponésqueentraraenunaseopúblicode«sóloblancos»,¿estaríainfringiendolaley?¿Yquétenía que hacer el conductor de un autobús sólo para blancos si ordenaba a unpasajerodepieloscuraquesebajarayélsenegabaeinsistíaenqueeraunhombreblancomuybronceado?

Era frecuenteque, entre losblancosprogresistasde JohanesburgooCiudaddelCabo, estos detalles legales fueran ignorados. En lugares como Upington, en elcorazóndelterritorioafrikaner,seobedecíanconunrigorcalvinista.Paballeloeraunlugarmáspobre,mássucioyestabamásabarrotadoqueUpington,peroeramenosasfixiante.Allíunopodíaescaparde lasrestriccionesmásmezquinasdelapartheid.Podíacomer,comprarosentarsedondequisiera.ParairaPaballelodesdeUpingtonhabíaquerecorrerkilómetroymediohaciaeloeste,porlacarreteraaNamibia,hastallegar almataderomunicipal.Allí habíaquegirar a la izquierday entoncesuno seencontrabaconunletreroroñosoquedecía«BienvenidosaPaballelo».Elcontrasteentre uno y otro lugar, como siempre que se cruzaba delmundo blanco almundonegroenSudáfrica, eraestremecedor, comosi sehubiera retrocedidoun sigloo sehubiera pasado directamente de una zona residencial deMarbella a Burkina Faso.Unazonaeraunlaberintosecoyamontonadodecasascomocajasdecerillasenunallanuradematorrales; laotraeraunoasisartificialdesauces llorones, jardinesconcésped de campo de golf, cuidadas rosaledas y grandes casas cuyos dueños no se

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habíancontenidoa lahorade tomaraguadel cercano ríoOrange.Upingtonhabríasidocasielegantesinofueratanpoconatural,sielverdornoolieraafalsoadornoenmediodelcalorabrasadorylasequedaddeldesierto,sinohubierasidounsitioenelque losblancos llamabanconstantementea losnegrosporelmáshumillantede losnombres,kaffir,laversiónsudafricanadenigger.

TresrecuerdosinfantilesibanatenerunefectoduraderoenJusticeBekebeke.Elprimero se remontaba a su niñez, cuando visitó Ciudad del Cabo con su familia.MientrascontemplabaelocéanoAtlántico,viounpuntitodetierranomuylejosdelacosta. Su padre, que apenas sabía leer pero sabía cuáles eran sus conviccionespolíticas,ledijoqueaquéleraellugarenqueestaban«nuestroslíderes».ElpuntoeraRobben Island. Justice pidió a su padre una moneda para echarla a uno de lostelescopios costeros y poder ver a sus dirigentes. No lo consiguió, porque la islaestabaa11kilómetrosdedistancia,perosíviolassiluetasdelosedificiosenlosqueestabanlasceldas,losuficienteparaelaborarunafantasíamentaldequehabíaestadorealmenteenlaisla.Volvióacasaycontóesafantasíacomosifueraverdad,ylogróimpresionar tanto a sus amigos en el colegio que, cuando se quiso dar cuenta, sehabía convertido él mismo en un líder en Paballelo, alguien a quien sus jóvenescolegasacudíanenbuscadeorientaciónpolítica.

Graciasaeseepisodio,ygraciasalainfluenciadesupadre,Justicesealiódesdemuy joven con el Congreso Nacional Africano deMandela, y no con su rival, elCongresoPanafricanista,más radical.ElCPAeraunpartidoabiertamente racistayvengativoqueteníaeslóganescomo«unabala,uncolono»y«arrojaralosblancosalmar»,yquecasiseconvirtióenlafuerzadominanteenlapolíticanegradurantelosañossesenta.ElCPAeraelHamásdeSudáfrica.

Imaginemos a Yasir Arafat convenciendo a Hamás de que se rindiera a suliderazgoparaqueelpueblopalestinoseuniesebajo labanderadeAlFatah,ynosharemosunaideadeloqueconsiguióMandelaconsusbases,muchomáspobladasyconmás diversidad tribal. En la Sudáfrica negra había zulúes, había xhosas, habíasothosyotrosseisgrupostribales,todoscondistintaslenguasmaternasylamayoríaconalgúntipodeanimosidadhistóricarespectoalosotros.Mandela,dequientodoelmundosabíaquepertenecíaalarealezaxhosa,acabóporganarseamásdel90%delossudafricanosnegros.

ElsegundorecuerdodecisivodeBekebekequedóselladocuandoteníadiezaños.Oyóhablardeunhombrenegroquehabíadiscutidoconunpolicíablanco.Ladisputasecaldeócadavezmáshastaqueelpolicíasacólapistolaydisparóalhombre,que,mientrascaía,asestóunapuñaladaalpolicíaylemató.Justicenoconocíaalhombrenegro,pero leparecióque lahistoria tenía la fuerzadeunaparábola.«Meencantóaquelhombre—seindignaba,conlamismaenergíadesujuventud,cuandocontabalahistoria,muchosañosdespués—.Meparecióunhéroeporenfrentarsealpolicía

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blanco,pordefenderse.»SieserecuerdoindicaelretoqueibaaafrontarMandelaaltratardeconvencera

sugenteparaqueaceptaraelfinnegociadodelapartheid,eltercergranrecuerdodeinfanciadeJusticemostrabalodifícilqueibaaserconvencerlesparaqueapoyasenalos Springboks. Hablamos de un partido de rugby jugado en Upington en 1970,tambiéncuandoteníadiezaños.

Como a la mayoría de los niños negros, el rugby le interesaba poco. Era elentretenimiento salvaje y extraño de una gente salvaje y extraña. Pero, esa vez, lacuriosidadylaperspectivadedisfrutarconunaderrotapocofrecuentedesusvecinosblancos le animaron a ir al estadio local.La selecciónde rugbydeNuevaZelandaestabadegiraporSudáfricayhabíaidoaUpingtonajugarcontraelgranequipodelaprovincia,elNorthWestCape.Elestadioerapequeño,conunacapacidadde9.000espectadores, y espacio —donde pegaba más el sol— para sólo unos cuantoscentenares de negros. Sin embargo, Justice fue con la esperanza de que el equipolocal,elorgullodelaUpingtonafrikaner,recibieraunabuenapaliza.

Los afrikaners, que son en sumayoría de ascendencia holandesa y hablan unalenguaquecasi todos losholandesesactualespodríanentender,constituíanel65%deloscincomillonesdeblancosenSudáfrica.Elotro35%hablabainglésencasa,era sobre todo de ascendencia británica (aunque había unos cuantos portugueses,griegosy judíos lituanos)ydominabanelmundodelosnegocios,enespecialeldelasgrandesempresas,que,enSudáfrica,queríadecir lasminasdeoro,diamantesyplatino. El poder político, sin embargo, estaba en manos de los afrikaners.GobernabanelEstado—todos losministros, todos losgeneralesdel ejército, todoslos jefesde losserviciosde inteligenciaeranafrikaners—yeran losqueposeíanycultivabanlas tierras.Larelaciónentre losafrikanersy la tierraera tan totalque lapalabra boer, que quiere decir «granjero» en afrikaans, era prácticamente unsinónimo de afrikaner. No era extraño, dado que 50.000 agricultores blancos erandueñosdedocevecesmástierrasdelaborydepastosquelos14millonesdenegrosruralesdelpaís.

Al ser quienes controlaban los alimentos y las armas, los afrikaners eran losprotectoresdelrestodelaSudáfricablanca.O,comodijoenunaocasiónP.W.Botha:«LaseguridadylafelicidaddetodoslosgruposminoritariosenSudáfricadependende los afrikaners.Da igual que hablen inglés, o alemán, o portugués, o italiano, oinclusohebreo,nohaydiferencia.»

Bothaeratorpeperoteníarazón.Losafrikanerseranlosseñoresyprotectoresdelapartheid.PoresoeljovenJusticevitoreócomolocoaqueldíaalosneozelandeses,unequipoformadosóloporblancosperollamado,paraconfusiónydeliciadeJustice,losAllBlacks(todosnegros),unnombrederivadodesusuniformes.Ytuvomuchoque celebrar. Dirigidos por un jugador calvo y robusto llamado Sid Going, los

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visitantes derrotaron aNorthWestCape 26-3. Justice, al evocar aquel recuerdo deinfancia, se frotaba lasmanos con alegríamientras hablaba de cómo los deNuevaZelanda «asesinaron» a los bóers deUpington; aquellos gigantes sobrealimentadosqueleshumillabanaél,asufamiliayasusamigosadiario,queinsistíansiempreenque los negros los llamaranbaas.A partir de aquel día, Justice se convirtió en unaficionado al rugby, aunque sólo fuera de la manera limitada y estrictamentevengativaenqueloeranlossudafricanosnegros.Sólolegustabacuandolosrivalesextranjeroseranbuenosyvencíanalosbóers.

Justice pasó a ser un adolescente atento a la política, que comprendía laimportancia que tenía el rugby para los afrikaners; que era lo más parecido quetenían, fuerade la iglesia, a unavida espiritual.Tenían su cristianismodeAntiguoTestamento, llamado la IglesiaHolandesaReformada; y tenían su religión laica, elrugby,queeraparalosafrikanersloqueelfútbolparalosbrasileños.Y,cuantomásdederechaseranlosafrikaners,másfundamentalistasufeenDios,másfanáticaerasu afición al deporte. Temían a Dios, pero amaban el rugby, sobre todo cuandollevabacamisetadelosSpringboks.

Lassucesivasseleccionesnacionalessudafricanashabíanadquirido,alolargodelsigloXX,lafamadeserlosjugadoresderugbymásdurosdelmundo.Ensumayoríaeran afrikaners, aunque, de vez en cuando, algún «inglés» (como les llamaban losafrikanerscuandoqueríansereducados)especialmentevoluminoso,oduro,orápido,secolabaenelequiponacional.Y,alserafrikaners,ensumayoríaeranhombresdehuesos grandes, hijos de granjeros de manos callosas que, de pequeños, habíanaprendido a jugar descalzosy en camposdurosy secos en los que, si uno se caía,sangraba.

Comometáforadelaarrolladorabrutalidaddelapartheid,losBokscumplíanmuybiensupapel.Poresosudistintivacamisetaverdesehabíavueltotandetestableparalos negros como la policía antidisturbios, la banderanacional y el himnonacional,DieStem(Lallamada),cuyaletraalababaaDiosycelebrabalaconquistablancadelapuntameridionaldeÁfrica.

En tales humillaciones pensaba Justice durante aquel fatídico mes de 1985.MientrasMandela,cosainconcebible,sereuníaensecretoconKobieCoetsee,Justiceseencontrabamenosdispuestoahacerconcesionesquenunca.Lellenabalaoscuraindignación de un hombre que sabía que, por haber nacido negro, nunca podríaaprovechar su talento natural hasta el límite. Siempre había sido un estudianteespecialmentebrillante,que,alosquinceaños,estabamuypordelantedesuscolegasysuspadres(sumadrenuncaaprendióaleer).PerolasautoridadesdeUpington,queadministrabanPaballelo, no permitían la escolarizaciónde niños negros a partir deesa edad. Se atenían al pie de la letra a lo dictado por el principal arquitecto delapartheid,HendrickVerwoerd,que,en1953,comoresponsabledelDepartamentode

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AsuntosNativos,elaboróunplandeestudiosdiseñado,segúnél,para«lanaturalezay las necesidades de las personas negras». Verwoerd, que después sería primerministro, decía que el objetivo de suLey deEducaciónBantú era impedir que losnegrosrecibiesenunaeducaciónquepudierahacerlesaspirarapuestosporencimadelos que les correspondían.El auténtico propósito era sostener el gran elemento delsistema del apartheid, la protección encubierta de los puestos de trabajo de losblancos.ElpadredeJustice,decididoahacerloquefueraparaesquivarelsistema,leenvió al otro extremo del país, a la provincia del Cabo Oriental, a una escuelametodistallamadaHealdtownenlaquehabíaestudiadoelpropioMandela.

JusticepasólosdiezañossiguientesyendoyviniendoentreUpingtonyelCaboOriental, 900 kilómetros a través del país, en el intento, a menudo frustrante, delograrunaeducaciónqueleayudaraaalcanzarsusueñodesermédico.Empezabaaaproximarse,habíaaprobadotodoslosexámenesnecesariosparaqueleadmitieranenMedicina,cuando,afinalesde1985,sucedióeldesastre.Seenamoródeunachicayladejóembarazada.Teníaveinticuatroaños,peroalainstitucióneducativacristianaenlaqueseencontrabaleparecióintolerable.LeexpulsaronyvolvióaPaballeloenlaprimerasemanadenoviembre,consumidoporlafrustración.

El regreso de Justice coincidió con el primer episodio grave de lo que lasautoridades del apartheid llamaron «disturbios negros» en el distrito. Estabaocurriendoentodoelpaís,peroeraunfenómenonuevoenunlugaratrasadocomoPaballelo, en el que, hasta entonces, la resistencia política había sido siempreclandestina.Duranteelprimer findesemanadeJusticeencasa,eldomingo,10denoviembre,eldistritoestalló.Los«disturbios»siguieronlatristecoreografíaquetanbienconocíanyalostelespectadoresentodoelmundo,salvoenSudáfrica,dondelasimágenesestabancensuradas.UnoscuantosnegrossereunieronenunespacioabiertodePaballeloparadenunciarlaúltimaletaníadeinjusticiassociales.Lapolicíalocaltemía desde hacía tiempo que sus negros, hasta entonces bastante domesticados(«nuestros negros», solían decir, sin darse cuenta de las ideas rebeldes que searremolinabanensuscabezas),pudieranseguirelviolentoejemplodesusprimosconínfulas de Johanesburgo y Ciudad del Cabo. Convencidos de que había llegado eltemido día, siguieron la pauta de sus colegas metropolitanos y arrojaron gaslacrimógeno contra la pequeña muchedumbre de manifestantes. Justice no estabapresente aquel día, pero no faltaron otros jóvenes negros airados que respondierontirandopiedrasa lospolicías,que,asuvez,cargaroncontra lamultitud, lanzaronasusperroscontralosquearrojabanpiedras,lespersiguieronygolpearonconporrasalosqueatrapaban.

Lapolicíanoestabapreparadaparahacerfrentealcaosdesencadenado,enelquelos manifestantes quemaron casas y vehículos de aquellos a quienes considerabancolaboradores de los blancos, gente como los concejales negros pagados por el

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régimenparadarleunapátinaderespetabilidaddemocrática.Lapolicíaabriófuegoymatóaunamujernegraembarazada.Despuésdijeronqueleshabíaarrojadopiedras.Pero todoelmundoenPaballelo sabíaque,en realidad,estabasaliendode sucasaparairacomprarelpan.

LarevoluciónhabíallegadoporfinaUpington.Durantedosdías,lunesymartes,losresidentesdePaballeloseenfrentaronsincesaralapolicía,estavezconJusticeenprimeralínea.

Elmartesporlatarde,llegaronrefuerzospolicialesdeKimberley,laciudadmáspróxima, a 270 kilómetros. Al frente estaba un tal capitán Van Dyk, que propusonegociacionesdepaz.Esatarde,Justiceyotroslídereslocalessereunieronconélenel distrito. No se alcanzó ninguna solución, pero acordaron volver a verse a lamañanasiguiente,enestaocasióncontodalacomunidadpresente,enelpolvorientocampodefútbollocal.Laidea,queelcapitánVanDykaceptó,fuequelosresidentesde Paballelo expusieran los motivos de queja que habían ocasionado todos losdisturbios en primer lugar. Si el capitán de la policía podía dar algún tipo desatisfacción, alguna sensacióndeque losproblemasplanteados se ibanaabordaranivel político, tal vez los ánimos se calmarían y podría evitarse el violentoenfrentamiento que se avecinaba. A Justice y los demás líderes les parecióprometedora la actitud de Van Dyk. Era distinto a los policías zafios con los queestabanacostumbradosatratarenUpington.

Alamañanasiguiente,el13denoviembre,acudieronmilesdepersonasalcampode fútbol. Una vez más, la coreografía siguió una pauta conocida y reprodujo eldesarrollo de otros miles de concentraciones de ese tipo en todo el país. Bajo lamirada de una falange de fuerzas antidisturbios de uniforme gris y azul y unacolumnadevoluminososvehículosblindadosconenormesruedasllamadosCasspirs,unaordenadamuchedumbrenegrasereunióenelcentrodelcampo.Elactocomenzó,comosiempre,conelhimnooficialdelaliberaciónnegra,elNkosiSikeleleiAfrika.Laletra,enxhosa,lalenguadeMandela,decía:

DiosbendigaaÁfricaQuesugloriaseaelevadaOyenuestrosruegosDios,bendícenosAnosotros,tushijosVen,EspírituVen,EspírituSantoDios,tepedimosqueprotejasanuestranaciónIntervényponfinatodoslosconflictosProtégenos

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ProtegeanuestranaciónQueasíseaPorsiempreyparasiempre.

Era generoso, triste, desafiante, y tenía la fuerza reiterativa de una ola en elocéano. Para los sudafricanos negros y los que simpatizaban con su causa, era unllamamiento al valor. Para las autoridades del apartheid y, en especial, para losjóvenes policías blancos a quienes iba inmediatamente dirigido el himno, era unaexpresiónamenazantedelavastamareanegraquepodíaalzarseydevorarlos.

DespuésdelNkosiSikelele se rezóuna oración cristiana.Mientras losmiles deasistentessedirigíanaDiosconlacabezainclinada,yantesdequenadiehubieraniempezadoahablardepolítica,unoficialdelapolicíalocal,elcapitánBotha,arrebatóelmandoalcapitánVanDyk.BothaeradeUpington.

ParaconsternacióndeVanDyk,Bothacogióunmegáfonoyanunció,enungritocon el que estaban familiarizados todos los veteranos de las protestas negras enSudáfrica, que la muchedumbre tenía «diez minutos para dispersarse». Lo únicopeculiar del anuncio fue que lo hiciera tan pronto, antes incluso de que hubieranterminadolosrezos.ElcapitánVanDykquizáhabríallegadoalamismaconclusión,perohabríaobservadolascortesíasreligiosasunpocomásytalvezhabríasimuladoporlomenosbuscarunacuerdonegociado.

ElcapitánBothanoesperóaque transcurrieran losdiezminutos.Antesdequepasarandos,ordenóasustropasquedispararangaslacrimógenoybalasdegomayquesoltaranalosperros.Algunosdelosnegrosmásjóvenesarrojaronpiedras,perolamayoríadelagentesaliócorriendo,conlosgritosdelasmujeresahogadosporeltemibleruidodelosaceleronesdelosCasspirsquelesperseguían.Casitodaslasvíasdesalidaestabanbloqueadasporpolicíasquellevabanarmas,acariciabansusporrasogolpeabansussjamboks,unosgruesoslátigosdecuero,contraelsuelopedregoso.Justiceviounhueco, llevóaungrupodeunas150personas—hombresymujeres,jóvenesyviejos—porPilaneStreetydejóatrásalospolicíasblancos.

Depronto,deunadelaspequeñascasasdeladrillogrisdelacalle,salieronunosdisparos.Unniñocayóalsuelogravementeherido.Entoncessaliócorriendodeunacasaunhombreconunapistolasobrelacabeza.Elhombrequehabíadisparado,selanzó hacia la ira, elmiedo, el caos. Se llamabaLucasSethwala.Era un elementopeculiarenlaSudáfricadelapartheid,unpolicíanegro;unodeesos«colaboradores»quehabíansidoelblancodelosdisturbioseldomingoporlanoche.Enalgúnrincóndel cerebro de Justice, comomotor que le impulsaba, estaban las imágenes que lehabían inspirado, Robben Island y el sufrimiento de «nuestros líderes», la alegríafugazdevera losAllBlacksmasacraral equipode rugbydeUpington, laLeydeServicios Separados, las Áreas de Grupo, la escolarización que se acababa a los

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quince años, el ejemplo emocionante del héroe que había matado a puñaladas alpolicía blanco... todos esos recuerdos y más le carcomían. Sin embargo, en aquelmomento,cuandoselanzóacorrersoloenposdelagentedepolicíaLucasSethwala,laprincipalsensaciónfueunalocurafrenética;elúnicopropósitoeralavenganza.

«Notuvetiempodepararmeareflexionar.Nofueunadecisiónracional.Fuepuraemoción»,recordabaJustice.

ElhechodequeSethwalatodavíatuvierasuarmaenlamanoyJusticenotuvieraninguna, que Sethwala se volviera mientras corría y disparase contra Justice,demuestra lo alocada que fue la reacción de este último. Pero los tiros fallaron yJusticeleatrapó,learrebatóelarmaylegolpeóenlacabezaconella.Legolpeósólodos veces, pero fueron suficientes. Se quedó quieto, muerto. Justice se levantó ysiguiócorriendo,peroelgrupoqueibadetrásdeél,quehabíacelebradoconungritola captura de Sethwala y los golpes, hizo lo que las muchedumbres sudafricanashacían entonces, con demasiada frecuencia, en esas situaciones. Empezaron a darpatadas al cuerpo inerte de Sethwala y alguien corrió en busca de una lata degasolina. Justice no lo vio; se lo contaron después. Alrededor de cien personas sereunieronen tornoalcadáver,dandovítoresdealegría.Eraunavictoria,por fin,oalgoque,enlalocuradelmomento,separecíamuchoaunavictoriaparaPaballelo.Rociaronelcuerpodegasolina,encendieronunacerillayleprendieronfuego.

Justicehuyóalotroladodelafrontera,aWindhoek,lacapitaldeNamibia.Peroentonces Namibia no era aún un país independiente; seguía perteneciendo aSudáfrica. Seis días después, el 19 de noviembre, le detuvieron y le devolvieron aUpington,dondeélyotrosveinticincofueronencarceladosyacusadosdeasesinato.La llamada Ley del Propósito Común permitía procesar no sólo a la persona opersonas directamente responsables de un crimen, sino también a todos los quepodíanhaber compartido el deseode cometerlo, que habíanprestado apoyomoral.Con una definición tan vaga, la policía podría haber detenido a dos, cinco, diez,veinte o sesenta y dos personas. Optaron por veintiséis, a las que acusaron delasesinatodeaquelhombre.Entre losacusadosestabaunmatrimoniode sesentonesque tenían once niños y ningún remoto antecedente penal ni político. Losinvestigadores no hicieron ningún esfuerzo para distinguir entre el grado deculpabilidad del viejo matrimonio y el de Bekebeke. No sabían que él era el quehabíapropinado losgolpesdecisivos.Ni lo ibanaaveriguarduranteel largo juicioposterior. Si se les declaraba culpables, los «26 deUpington» recibirían lamismasentencia para la que se había preparado Mandela cuando ocupó el banquillo enPretoriaveintiúnañosantes:lamuerteenlahorca.

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CAPÍTULOIV-ELCOCODRILOATRAPADO1986-1989

Kobie Coetsee se había rendido más rápido de lo que podían esperar él oMandela. Pero éste dudaba de que su siguiente objetivo fuera a ceder con tantafacilidad. Para alcanzar sumeta suprema—una entrevista con el propio Botha—,antes tenía que ganarse al hombre que guardaba la puerta presidencial, el jefe delServicio Nacional de Inteligencia, Niël Barnard. Barnard, que había estudiadopolítica internacional en la Universidad de Georgetown, en Washington, D.C., sehabíaganado,alosveintitantosaños,famadegenioprecoz.BothaoyóhablardeélporprimeravezcuandoBarnarderaprofesordeCienciasPolíticasenlaUniversidaddelEstadoLibredeOrange.Demaneraimpulsiva,Bothalosacódelauniversidadylo contrató para que dirigiera, con treinta años, el SNI.Era el 1 de junio de 1980.Barnardpermaneceríaensupuestohastael31deenerode1992,despuésdehaberservidoaBothadurantecasidiezañosyasusucesor,F.W.deKlerk,durantedos.

Nadie, en el aparatodel apartheid, estabamás enteradode lo queocurría en lapolítica sudafricana que Barnard, que disponía de informadores en todas partes,algunosenelcorazóndelCNA.Eraastutoydiscreto,funcionariohastalamédulaycon un fuerte sentido del deber. Durante los doce años que fue jefe del SNI, unaorganizaciónqueseganóelrespeto—aunquenoelafecto—deotrascomolaCIAyel MI6 británico, su rostro fue tan desconocido para el gran público como el deMandelalohabíasidoenlacárcel.NohabíanadieenquienBothaconfiaramás.

Barnarderauntipoalto,delgado,decabellooscuroysinsentidodelhumor.UnMr. Spock afrikaner, que hablaba de manera monótona y cuyos rasgos eran taninexpresivos que, si uno se lo encontraba por casualidad al día siguiente de haberhablado con él, seguramente no lo reconocería. Pero losmecanismos de sumenteeranclaros,yañosdespués,aunquehablabadeformaunpocoacartonada,recordabaconagudezael ambientepolíticoy las luchasdentrodelgobiernodurante losañosochenta.

«Algunas personas, sobre todo en el ejército, pero también en la policía, en elfondocreíanqueteníamosquelucharcontraellodeunauotraforma—recordaba—.EnelSNIpensábamosqueésaeraunamaneraequivocadadeabordar lasituación.Nuestraopinióneraqueunacuerdopolíticoeralaúnicarespuestaalosproblemasdelpaís.»NohaydudadequeeraunmensajemuydifícildevenderalaparatooficialdeSudáfrica.Barnardno sehacía ilusiones.«Pero lo importante eraqueP.W.Botha,que prácticamente había nacido y se había educado en la estructura de seguridad,creíafirmementeque,deunauotraforma,teníamosque...cómolodiría...estabilizarlasituaciónsudafricanay,apartirdeahí, tratardeencontraralgúntipodesolución

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política.»Un día de mayo de 1988, Botha convocó a Barnard a su despacho y le dijo:

«DoctorBarnard,quieroquesereúnaconelseñorMandela. Intentedescubrirsiescierto lo que propone usted desde hace tiempo. ¿Es posible llegar a un acuerdopacíficoconelCNA;conesehombre,Mandela?Tratedeaveriguarquéopinasobreelcomunismo...yluegotratedeaveriguarsiMandelayelCNAestáninteresadosenunacuerdopacífico.Porquetambiéntenemosgravesdudasacercadesusobjetivos.»

La primera entrevista de Barnard con Mandela se celebró en el despacho delcomandante de Pollsmoor. Según recordaba Barnard, de forma parecida a lasprimeras impresiones deKobieCoetsee, «Mandela entró y vi inmediatamente que,incluso vestido con unmonoy unas botas, tenía una presencia y una personalidaddominantes.»Losdoshombressesentaron,conscientesdequeelverdaderoobjetivode aquella reunión era conocerse, desarrollar una relación que pudiera sostener lasnegociaciones políticas que pudieran producirse con posterioridad. Hablaron denaderías—MandelalepreguntódequépartedeSudáfricaerayBarnardseinteresóporsusalud—yacordaronvolveraverse.

Sin embargo, antes de eso, Barnard ordenó, como Coetsee, que vistieran aMandelaconropasmáspropiasdealguiendesucategoría.ComoexplicabaBarnard,«hablarsobreelfuturodelpaísvestidoconunmonoyunasbotas,evidentemente,erainaceptable. Acordamos con Willie Willemse, el comisario de los ServiciosPenitenciarios,que,acualquierreuniónfuturairíavestidodemaneracorrespondienteasudignidadysuorgullocomoserhumano».Y la ropanofue loúnicoen loqueBarnard decidió que había que dar facilidades aMandela. También pidió un lugarmásapropiadoparalosencuentros.«Encualquierreuniónfutura,Mandelateníaqueestar a la misma altura, como igual, eso lo tenía muy claro. Recuerdo queWillieWillemse y yo dijimos que nunca podíamos volver a tener una de esas reunionesdentrode lacárcel.Asíera imposible tenerunasituaciónde igualdad.»Apartirdeentonces, Barnard y Mandela se reunieron en casa deWillemse, en el recinto dePollsmoor,ynoensuinsulsodespacho.

Empezaronahacerloenlasegundaentrevista,unacenaalaqueMandelaacudiócon chaqueta. «Fueun invitadomaravilloso», recordabaBarnard, que abandonó sureservanaturalalhacermemoria.Enlasreuniones,lamujerdeWillemsehacíaunascenasdeliciosas,corríaelvinoylosdoshombreshablabandurantehorassobrecómoponerfinpacíficamentealapartheid.

Porsuparte,KobieCoetseellegóalaconclusióndequemanteneralpresoenlacárcel era impropio y tan poco útil para el propósito general de las negociacionescomo vestirlo con el uniforme. No es que en Pollsmoor le trataran mal. EncomparaciónconlaclaustrofobiaquehabíaaprendidoasoportarenRobbenIsland,suceldadePollsmoorleparecíaelmarabierto.Peroelsitioalquefueapararerauna

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especiedetransatlánticodelujo.CuantopeortratabaelrégimendeBothaalosnegrosenlacalle,mejortratabaa

Mandela. Él podía haber protestado. Podía haberse enfurecido con Barnard, haberamenazadoconinterrumpirlasconversacionessecretas.Peronolohizo.Entróeneljuegoporquesabíaque,aunquesucapacidaddeintervenirenloshechosqueestabanocurriendo fuera en aquelmomento prácticamente inexistente, sus posibilidades deinfluirenelfuturodeSudáfricapodíanserinmensas.Poreso,cuando,endiciembrede1988,elgeneralWillieWillemseleinformódequeleibanatrasladardesugrancelda solitaria en Pollsmoor a una casa dentro del recinto de una prisión llamadaVictorVersterenunabonitaciudadllamadaPaarl,aunahoraalnortedeCiudaddelCabo,enelcorazóndelastierrasdelvino,Mandelanopusoningunaobjeción.

Cambió su celda por una espaciosa casa bajo la supervisión—o,más bien, elcuidado—deotroChristoBrand,otroguardiaafrikanerquelehabíaacompañadoenPollsmoor y Robben Island. Se llamaba Jack Swart y su trabajo era cocinar paraMandelayhacerledemayordomo,condeberescomoabrirlapuertaasusinvitados,ayudarleaorganizarsuagendaymantenerlacasalimpiayordenada.Lacocinaeraamplia y estaba bien equipada, e incluía electrodomésticos impensables cuandoMandelaentróenlacárcel.Lepermitíanrecibirvisitasdeotrospresospolíticosaúnencarcelados.UnodeellosfueTokyoSexwale,unagitadordeUmkhontoweSizweque había pasado trece años en Robben Island acusado de terrorismo. Sexwalepertenecíaaunpequeñogrupode jóvenesturcosdelCNAquehabíanintimadoconMandelaenlaislayquenosólohablabanconéldepolíticasinoqueserelajabanconél jugando a Escaleras y Serpientes y al Monopoly antes de que le trasladaran aPollsmoor. Sexwale se reía al recordar aquella visita aMandela enVictorVerster.«Vimosun televisoren la casa.Yaera fuerteaquello.Pero luegovimosotro. ¡Dostelevisores!¡Aquéllaera,pensamos,lapruebadefinitivadequesehabíavendidoalenemigo!»

Conunagransonrisa,Mandelalesaseguróquenoerauntelevisor.Explicóasusboquiabiertosinvitadosqueeraunamáquinaparahervirelagua.Cogióunatazallenadeaguayleshizounademostración:pusolatazadentroyapretóunpardebotones.Al cabo de unos momentos, sacó la taza de agua hirviendo del microondas, unaparatoquesusinvitadosnohabíanvistojamás.

SiempreconJackSwartpresente,Mandela invitóacenarensunueva«casa»agentetanvariadacomoBarnard,Sexwaleysuabogado,GeorgeBizos.Antesdequellegaranlosinvitados,SwartyMandeladiscutíanaspectosdeetiquetacomocuáleraelvinoapropiado.Encuantoa lasverduras,algunasprocedíandelpropio jardíndeMandela,queincluíaunapiscinayunavistadelasgrandiosasmontañasescarpadasque rodeaban los fértiles valles y viñedos deElCabo.Y el paraíso no habría sidocompletoparaMandela sinungimnasio,dotadodebicicleta estáticaypesas, enel

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quehacíaejerciciodiligentementetodaslasmañanasantesdelalba.Setrataba,segúnBarnard,defacilitarle la transición,despuésdeloqueyaeran

veintiséis años de hibernación, a un mundo nuevo de microondas y ordenadorespersonales.«NosdedicamosacrearunaatmósferaquepermitieraaMandelavivirenunentornolomásnormalposible»,explicabaBarnard.Elpropósitodefondo,segúnél, era ayudarle a prepararse para gobernar y para desempeñar un papel en elescenariomundial.«Ledijemuchasveces:“SeñorMandela,gobernarunpaísesuntrabajodifícil.Noes,contodoslosrespetos,comosentarseenunhoteldeLondresabebercervezaCastleimportadadeSudáfricayhablardelgobierno(eraunapulladeBarnardcontra los líderesdelCNAenelexilio).”Ledije:“Gobernaresun trabajoduro,tienequeentenderqueesdifícil.”»

Barnard también se encargó de otra tarea más delicada, la de preparar alpresidenteBotha,elkrokodil,paraentrevistarseconMandela.Lapresióninicialparaque se celebrara ese encuentro surgió del propioMandela, que empezó a expresarciertaimpacienciaporlalentituddelosavances.

Queríaque lasconversacionesabriesen lapuertaaunprocesodenegociacionesenelqueparticipasenelCNA,elgobiernoytodaslasdemáspartesqueloquisieran,conelfindeacabarconelapartheidpormediospacíficos.Alllegar1989,trasmásdeseis meses de reuniones entre preso y espía, Mandela se hartó. «Está bien tenerconversacionespreliminaresconustedsobre losaspectosfundamentales—ledijoaBarnard—,perocomprenderáquenoesunpolítico.Notienelaautoridadnielpodernecesarios.TengoquehablarconelpropioBotha,loantesposible.»

En marzo de 1989, Barnard entregó a su jefe una carta de Mandela. En ella,MandelaalegabaquelaúnicaformadeconseguirunapazduraderaenSudáfricaeramedianteunacuerdonegociado.Decíaque,porotraparte,lamayoríanegranoteníaintenciónderendirse.«Elgobiernodelamayoríaylapazinterna—escribió—sondoscarasdelamismamoneda,ylaSudáfricablancatienequeaceptarquenohabrápazniestabilidadenestepaíshastaquenoseapliqueplenamenteeseprincipio.»

Quizá más importante que esa carta fue el hecho de que Mandela ya habíaconvencido a Barnard del argumento que contenía. Barnard podía convencer a sujefe,aunquelacartanoloconsiguiera.

«Sí...—contabaBarnard,conunanotadeafectoenlamonotoníametálicadesuvoz—,elviejo—sereferíaaMandela—esunodeesos individuosextrañosquetecautiva. Tiene ese carisma peculiar. Te das cuenta de que quieres escucharle. Demodo que, sí —continuaba Barnard—, en nuestra mente, desde una perspectivainteligente,nuncatuvimoslamenorduda.Ésteeselhombre;sinopodemosllegaraunacuerdoconél,nohabráningúnacuerdo.»

EsoesloqueledijoaBotha.Perohabíatambiénotrosargumentossobrelosquerecomendó pensar al presidente. Elmundo estaba cambiando a toda velocidad. El

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movimientoanticomunistadeSolidaridadhabíaobtenidoelpoderenPolonia;en laplazadeTiananmenhabíamanifestacionesparaexigirreformasenChina;elejércitosoviéticohabíapuestofinasusnueveañosdeocupacióndeAfganistán;elMurodeBerlínsetambaleaba.Elapartheid,comoelcomunismo,pertenecíaaotraera.

LosargumentosdeBarnardinfluyeronenBotha,peroelpresidentepodríahaberseguido titubeando, irritándoseydandovueltas en su fortalezamental si eldestinobiológiconohubieraintervenido.Enenerode1989sufrióunaapoplejíaqueinyectóunnuevosentidodeurgenciaensusactuaciones.

Másquequererle,losmiembrosdesugabinetelerespetabanyalgunosinclusoletemían.SusenemigosdentrodelpropioPartidoNacionalpercibían,porfin,señalesde debilidad, y se disponían a dar el golpe de gracia. Barnard, una de las pocaspersonasquesísentíaafectoporBotha,presentíaquesujefeteníalosdíascontadosen su cargo y que tenía que actuar rápidamente. «Recuerdo que le dije que era elmomentoperfectoparaentrevistarseconMandela,loantesposible.Sino,íbamosadesperdiciar,quizá,unadelasoportunidadesmásimportantesdenuestrahistoria.Mipostura,queletransmitíaBotha,era:“Señorpresidente,siseentrevistaconMandelayesoseconvierteenlabase,elfundamentodelaevoluciónfuturadenuestropaís,lahistoriasiemprelereconocerácomoelhombrequeinicióesteprocesonecesario.Enmiopiniónmeditada,esunasituacióncontodaslasdeganar.”»

Erauna formaeducadadedecirqueBothaseencontraba talvezante laúltimaoportunidad de ser recordado no sólo como un enorme reptil aterrador. Botha locomprendió y Barnard volvió aMandela con la feliz noticia de que el presidentehabía aceptado reunirse con él. «Pero le advertí: “Mire, ésta es una reunión pararomper el hielo, no para tratar de temas fundamentales. Venga a saber algo de él.Habledelascosasfácilesenlavida.YnotoqueeltemadeWalterSisulu...Sivuelveamencionar lapuesta en libertaddeWalterSisulu, el señorBothadiráqueno.Leconozco. Y si dice no, es no... Deje eso a un lado. Hay otra forma de abordar lacuestión. Además, no hable de temas espinosos, no es el objeto de la primerareunión.”»

Mandela escuchó cortésmente, pero no tenía la menor intención de seguir losconsejos de aquel joven inteligente, descarado y algo raro, al que llevabamás detreintaaños.LosdoshabíanhabladomuchosobrelaposibleliberacióndeSisulu,quellevaba en prisión veinticinco años, y, si a Mandela le parecía oportuno, pensabasacar a relucir el tema conBotha. Lo que no rechazó, en cambio, fue la oferta deBarnarddehacerse ropaespecialpara laocasión.PorcortesíadelSNI,unsastre lemidióparauntraje.Cuandoseloenviaronhecho,Mandelasemiróenelespejoyelresultadolegustó.Eralareuniónmásimportantedesuvidayestabadeseandocrearelambienteadecuado.Comounactorapuntodesaliraescena,repasólasnotasquehabíaestadopreparandodurantevariosdías,ensayósusfrasesysemetióenelpapel.

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Iba a entrevistarse con su carcelero jefe de igual a igual. Dos caudillos querepresentabanadospueblosorgullosos.

Lamañana del 5 de julio de 1989, el generalWillemse recogió aMandela enVictor Verster para hacer con él el trayecto de 45 minutos desde Paarl hasta lamajestuosaresidenciapresidencialconocidacomoTuynhuys,enCiudaddelCabo,unmonumento del siglo XVIII al poder colonial blanco. Justo antes de entrar en elcoche,Willemse,quehabíaadoptadomomentáneamenteelpapeldeJeevesdeJackSwart, se aproximó a Mandela y le ayudó a ajustarse la corbata. Mandela, taneleganteantesdeentrarelcárcel,habíaperdidoeltoque.

Aproximadamenteunahoradespués,cuandoMandelaacababadesalirdelcocheysedisponíaaentrarenlasoficinasdeBotha,Barnard,queleaguardaba,hizounacosa extraordinaria. Ansioso por que su protegido causara buena impresión, searrodillódelantedeMandelayatóbienloscordonesdeloszapatosdelseñormayor.

Mandela se detuvo, sonriente, en el umbral de la guarida del cocodrilo, con lasensacióndeque,sidabaconeltonoadecuadoyescogíasuspalabrasconprudencia,eltriunfoparaelquellevabapreparándoseuncuartodesiglopodíaestar,porfin,alalcancede sumano.Sabía que la decisióndeBothade entrevistarse con él era unreconocimientodequelascosasnopodíanseguircomohastaentonces.Poresonolehabíacausadoningunaangustiapensarsiestababienonosentarseahablarconlosgobernantesmás violentos que había conocido Sudáfrica desde la instauración delapartheiden1948.

Para empezar, Mandela entendía, como no podían entenderlo los JusticeBekebeke que estaban en primera línea de fuego, que la violencia que habíadesencadenadoBothacontralapoblaciónnegraenloscuatroañosanterioreseraunsigno de debilidad y desesperación crecientes. La fantasía de legitimidad se habíadesvanecidoyelúnicoinstrumentoquequedabaparamantenervivoelapartheiderael cañóndeunapistola.SiMandelahabía aprendido algo en la cárcel, era amirartodoelconjunto.Yesosignificabanodejarsedistraerpor loshorroresqueestabanocurriendoymantenerlavistafirmementepuestaenelobjetivodistante.

Yhabía algomás.Tras tantos añosde estudiar a los afrikaners, su lenguay sucultura,habíaaprendidoque,porencimadetodo,eransupervivientes.HabíanllegadodeEuropa,sehabíanasentadoenÁfricaylahabíanconvertidoensuhogar.Paraello,habían tenido que ser duros, pero también pragmáticos. Había dos P. W. Botha.Estabaelmatóndespiadadoyestabaelhombrequeenunaocasiónhabíaadvertidoalosafrikaners,enunfamosodiscurso,queteníanque«adaptarseomorir».

Barnard llamó a la puerta del presidente, la abrió y entró en el lujoso salón,decorado con tapicerías versallescas. Mandela recuerda ese momento en suautobiografía, El largo camino hacia la libertad: «Desde el lado opuesto de suenormedespacho,P.W.Bothaseacercó.Teníalamanoextendidayunagransonrisa

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y, la verdad, desde aquel primer momento, me desarmó por completo.» KobieCoetsee, que presenció la reunión junto con Barnard y que observó con asombrocómoBotha le servíauna tazade téaMandela,creíamásbienqueeldesarmefuemutuo.Mandelaconsiguióqueelviejoyásperococodriloserelajara,letranquilizóconsusonrisafrancaysuairesolemne,yhablandoconélenafrikaans.«Creoque,cuandosevieronporprimeravez,sintieroncasialivio»,explicóCoetsee.

Botha mostró un respeto incondicional por Mandela. Éste fue también todocortesía,pero laventajaque tenía sobreelpresidente era la astuciade sus artesdeseducción.Paraponerlelascosasfáciles,hablódelasanalogíasentrelaluchaactualdel pueblonegropor su liberacióny el combate similar de los afrikaners casi cienaños antes, en la guerra de los bóers, para sacudirse el yugo imperial británico.ABotha, cuyo padre y cuyo abuelo habían luchado contra los británicos en aquellaguerra,leimpresionóqueMandelaconocieralahistoriadesugente.

Cuando consideró que había ablandado suficientemente al presidente,MandeladesobedeciólasinstruccionesdeBarnardymencionóeltemadelaliberacióndesuamigo Sisulu. Era de una importancia crucial, afirmó, tanto por motivos políticoscomopormotivospersonales,queSisulu,cuyasaludnoeramuybuena,salieraalacalle.«Curiosamente—recordabaBarnardunadécadadespués—,Bothaescuchóydijo:“SeñorBarnard,ustedsabelosproblemasquetenemos.Supongoqueseloshaexplicado al señor Mandela, pero creo que debemos ayudarle. Creo que hay quehacerlo. Quiero que preste atención a eso.” Y yo contesté: “De acuerdo, señorpresidente.”»

Notodofuefácilentrelosdoshombres.«Hubomomentosdegransinceridad—recordaba Coetsee—, y las dos partes se mostraron muy firmes en sus posturas.»Mandela debió de tener que morderse la lengua cuando Botha, según recordabaCoetsee,empezóahablarde«criteriosynormas,civilizacióny lasescrituras»,queera laformafiguradaqueteníanlospolíticosdelPartidoNacionaldecontrastar losméritosde suculturacon labarbarie ignorantedelmundohabitadopor losnegros.Por su parte, a Botha no debió de gustarle que Mandela volviese a decir que elPartidoComunistaeraunviejoaliadoyquenoibaa«deshacerseahoradesociosquehanestadoconelCNAalolargodetodalalucha».

Sin embargo, los dos hombres se despidieron con lamisma afabilidadque a lallegada. La química que había percibido Coetsee había funcionado, porque BothaconfirmódeinmediatounadelasimpresionesquehabíatenidoBarnard:Mandelaeraun hombre de sólidas convicciones y no temía manifestarlas. «Mandela fue muysincero, incluso muy directo a veces—dijo Barnard—. A los afrikaners les gustaeso.» Botha observó al líder de la Sudáfrica negra y prefirió ver una versiónidealizada de su propia brusquedad.Al apelar a su vanidad y su orgullo afrikaner,Mandela había conquistado al krokodil. «Mandela —dijo Barnard— sabía cómo

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utilizarsupoderconsutileza.Escomocompararlasantiguasfortunasylosnuevosricos.Sabíacómomanejarsupodersinhumillarasusenemigos.»

Unadeclaraciónoficial tras la reunióndejóclara lavictoriadeMandela, enunlenguaje anodino: los dos hombres habían «confirmado su apoyo a la evoluciónpacífica»deSudáfrica.Enotraspalabras,BothasehabíacomprometidoalplanqueMandela había elaborado en sus veintisiete años de prisión: la paz a través deldiálogo. Los preparativos para unas negociaciones completas entre el CNA y elgobierno, ahora con la bendición del máximo mandatario afrikaner, iban a seguiradelante. Y estaba el regalo añadido de los aparentes avances en cuanto a laliberacióndeWalterSisuluyotramediadocenadepresosveteranos,queseprodujotresmeses después, si bien, para entonces,Botha había abandonado ya su cargo yhabíasidosustituidoporF.W.deKlerk.

AmbosdejaronaquellareunióndeTuynhuysmássatisfechosdesímismosydelmundo que al entrar. Mandela, en especial, se fue con una discreta sensación detriunfo.Como escribió en su autobiografía, «el señorBotha llevabamucho tiempohablandodelanecesidaddecruzarelRubicón,peronolohizohastaaquellamañanaenTuynhuys.Entoncessentíquehabíamosllegadoaunpuntosinretorno».

AquélfueelfinaldeltrabajopolíticodeMandelatraslasrejas.Sehabíaganadoasuscarcelerosinmediatos,comoChristoBrandyJackSwart;después,alosjefesdelaprisión,elcoronelBadenhorstyelmayorVanSittert;luegoaKobieCoetsee,NiëlBarnard,y,contra todopronóstico,nadamenosquealviejococodrilo.El siguientepasoerasalirdelacárcelyempezaraejercersumagiaconlapoblaciónengeneral,ampliarsuofensivadeseducciónhastaqueabarcaseatodaSudáfrica.

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CAPÍTULOV-PLANETASDIFERENTES

ElmundoenelqueMandelaseencontróviviendoen1989estabamuylejos,eneltiempoyenelespaciomoral,delasdificultadescotidianasenSudáfrica,sobretodola Sudáfrica negra. Mientras se arreglaba para cenar en casa del simpáticomatrimonioWillemse, mientras jugaba con su hornomicroondas, hablaba de vinoconsumayordomo,sebañabaensupiscinayadmirabalasvistasdesdesujardín,loshombresmáspoderososdelpaís—losmismoscon losquesesentabaa tomaresasrefinadastazasdeté—seescabullíanporlapuertatraseraysecolocabansustrajesdevampiro para descargar su furia sobre la gente a cuya libertad había dedicadoMandelasuvida.

Aparte del caos habitual que creaba la policía antidisturbios en los distritosnegros, losescuadronesde lamuertede lapolicíayelejércitocuyacreaciónhabíaaprobadoBothasededicabanaquitardeenmedioaactivistasalosqueconsiderabanespecialmente peligrosos para el Estado. Y Kobie Coetsee seguía presidiendo unsistema judicial que condenaba amuerte amás gente queArabia Saudí y EstadosUnidos(aunquemenosqueChina,IrakeIrán)yquedictabaunasentenciainjustatrasotra.Enabrilde1989,dosgranjerosblancosdeclaradosculpablesdemataragolpesaunodesusempleadosnegrosfueroncondenadosaunamultade1.200rand(unos500dólaresdeentonces),másunapenadeseismesesdecárcel,suspendidadurantecincoaños.Esemismodía,otrotribunaldeclaróatrespolicíasculpablesdemataragolpesaunhombrenegroperonoencarcelómásqueaunodeellos,casualmenteelqueeranegro,durantedoceaños.

PeronadapodíacompararseconloquelagentedeCoetseeestabapreparandoenun tribunal del centro de Upington. De las 26 personas acusadas del asesinato deLucasSethwala,elpolicíanegroquehabíadisparadocontralamuchedumbre,selashabíanarregladoparadeclarar culpables a25.Loque todavíaestabapordecidir, amediadosde1989,erasilos25,quellevabanenlacárceldesdefinalesde1985,ibanasufrirlaobligatoriacondenaamuerte.

Paballelo seguía conpasión todos losdetallesdel juicio.Sin embargo, para losblancos, era como si se celebrase en Borneo, por lo que les interesaba. Salvo lospolicíasdeservicio,noaparecióniunsoloblancodurantelostresañosymedioqueduró el proceso. Para cautivar, un drama necesita que el espectador tenga unacondición humana común con los protagonistas. Para Upington, Paballelo era unmundoparalelo,pocoiluminado,habitadoporunaespeciedistinta;másvalíadejarlossolos.

Sería injusto insinuar queUpington tenía elmonopolio del racismo blanco. Eljuicio que allí se celebraba y las circunstancias que lo rodeaban podrían habersucedidoencualquieradeotrasmuchasciudadesdeSudáfrica.Upington,enmedio

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del desierto, ofrecía una imagenmuynítida del apartheid, de las líneas claramentedibujadasquemanteníanseparadasa lasdistintasrazas.Peroloshabitantesblancoslocales no estaban solos, ni muchomenos, ni eran sustancialmente distintos de lamayoríadesuscompatriotasdepielclara.Y,aunqueeranobjetodesátirasycríticasentodoelmundo,habíaquepreguntarsesielciudadanomediodeEstadosUnidos,Canadá o España, si hubiera nacido en la Sudáfrica del apartheid, se habríacomportadodemaneramuydiferente.Vivíanenlamismaórbitageneralquelagentemásprivilegiadadelmundooccidental.Susvidasconsistíanenelhogaryeltrabajo,endisfrutardeunaexistenciatranquilayconfortable.Lapolíticanosolíainteresarles.Ladiferenciaestabaenquevivíanalladodeunaspersonasqueestabanentrelasmáspobresypeortratadasdelmundo,yenquesubuenasuerte,larazónporlaquelossudafricanosblancosteníanseguramenteelmayorniveldevidadelmundoy,desdeluego,lamejorcalidaddevida,dependíadeladesgraciadesusvecinosnegros.

Pensemos enuna familia de los estratos económicosmásbajos de laSudáfricablanca. Por ejemplo, la familia deFrançoisPienaar, que acabaría siendo el capitánSpringbokenlafinaldelaCopadelMundoderugbyen1995.ElpadredePienaarerauntrabajadorenlaindustriadelacero.Sufamilianovivíabien,encomparaciónconelnivelmediodelaSudáfricablanca.Paraellos,lavidaeraunaluchacontinua.Pienaarseavergonzabadelcochefamiliar,viejoyabollado,delosregalosquerecibíaenNavidad,menos extravagantes que los de otros chicos. Sin embargo, la familiaPienaar tenía una casa lo suficientemente grande como para incluir a dos criadasnegrasinternas,quellamabanaFrançoisyasustreshermanospequeñoskleinbaas,«jefecitos». Aquel tipo de relación entre niños de seis años y criadas lo bastantemayores como para ser sus madres o sus abuelas era normal en las casas de losblancos, y lo había sido desde hacíamucho tiempo. En una ocasión, P.W. BothadescribióalNewYorkTimessurelaciónconlosnegroscuandoeraniño.«Mipadremeenseñóaserestrictoconellos—dijo—,perojusto.»

PienaarcrecióenunaciudadindustrialalsurdeJohanesburgoya750kilómetrosal este de Upington, llamada Vereeniging. La Vereeniging blanca tenía la mismarelaciónconeldistritosegregadomáspróximo,Sharpeville,quelaUpingtonblancateníaconPaballelo.SharpevilleocupabaenlamentedelafamiliaPienaarunespaciocasitanpocosignificativocomoSelma,Alabama.Porelcontrario,VereenigingteníagranpesoenlamentedelosresidentesdeSharpeville.Eraellugardesdeelquesehabíaacercadoavisitarleslamuerteenunaocasiónfamosa.Sharpevillesufrióenunaocasión la peor atrocidad de la era del apartheid; en 1960, las fuerzas de policíadispararonaunosmanifestantesnegrosdesarmadosquehuíanymatarona69.

SeguramentehabíamásodioconcentradohacialosblancosenVereenigingqueenningúnotro lugardeSudáfrica.SharpevilleeraeldistritoenelqueelCPA—elde«uncolono,unabala»—teníasubasedeapoyomássólida.PeroPienaar,deniño,no

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teníaideadequelosnegrosleconsiderabansuenemigomortal,nisabíanadadelaexistenciadeSharpeville,ymuchomenosdesuhistoria.Losnegrossemovíanenlaperiferiavagamenteborrosadesuconciencia infantil.Comoreconoceríamás tarde:«Éramosunatípicafamiliaafrikanerdeclaseobrera,conescasaconcienciapolítica,quenuncahablabadeelloysecreíaporcompletolapropagandadeentonces.»

Lo mismo pasaba prácticamente con todos los que crecieron en el mundo dePienaar.Niselesocurríaponerendudalajusticiadequelosblancostuvierancasasmásgrandes,mejorescoches,mejorescolegios,mejoresinstalacionesdeportivas,oelderechoancestralasaltarselacolapordelantedelosnegrosenlaoficinadeCorreos.TodavíamásremotaleresultabaaPienaar,comoalagranmayoríadelosafrikanersdesuclasesocial,laideadequelosblancoshubieranadquiridoesavidaprivilegiadade forma sospechosa y un día pudieran arrebatársela por las malas. En suadolescencia, pensar que los negros pudieran organizarse como una fuerza quemerecieraelnombrede«enemiga»habríaparecidorocambolesco.Elenemigo,paraalguienquejugabaalrugbycomoFrançois,eran«losingleses»,quetambiénjugabanalrugby,aunquenuncatanbiencomolosafrikaners,alosquelapoblacióndehablainglesa llamaba «los holandeses». El joven Pienaar estaba muy orgulloso de que,durante toda su trayectoria escolar, su equipo no perdiera jamás contra un colegiocuyoidiomapredominantefueraelinglés.

La diferencia entre la pasión de la familia Pienaar por el rugby y su falta deinterésporlapolíticaquedópatenteenlagiraquehicieronlosSpringboksen1981porNuevaZelanda.Estepaís,normalmenteunode losmásplácidosdelmundo,sedividió peligrosamente en dos con la gira, por los apasionados sentimientos de lamitaddelpaís,quecompartíalaciegadevociónaldeportedelosafrikaners,ylaotramitad, que aborrecía el gran «crimen contra la humanidad» de Sudáfrica. Nuncahabía estado tan polarizada la población del país isleño. La gira duró ochotumultuosas semanas y, en todos los lugares a los que fueron los Springboks, lesrecibieronmanifestantesenloquecidos,policíaantidisturbiosconsuscascos,soldadosy alambradas. Los estadios estaban siempre llenos, pero en las calles había otrostantosmanifestantesqueloscercaban.ElúltimopartidodelagiraenAucklandseviointerrumpidoporunaavionetaquearrojóbombasdeharinasobreelterreno.Conlasimágenesdepolicíasaporreandoamanifestantesvestidosdepayasos,elresultadofueun magnífico espectáculo televisivo. Los Pienaar estaban viéndolo y se quedaronfrancamenteasombrados.

ArnoldStofilellamabaalrugby«elopiodelosbóer».Stofile,unhombrenegroque,comoBekebeke,nohabíadejadoquelasindignidadesdelapartheidcoartaransupoderosapersonalidad,secrióenunagranja,seunióaunaorganizacióntapaderadelCNA a principios de los sesenta, se convirtió en profesor de Teología en laUniversidaddeFortHare (dondehabía estudiadoMandela), fueordenadoministro

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presbiterianoyjugabaalrugby,unfenómenomenosinfrecuenteentrelosnegrosdesunativoCaboOrientalqueenotraspartesdelpaís.Peronodejabaquesupasiónpersonalporeldeportenublarasuvisióndelpanoramapolíticogeneral.Seconvirtióen uno de los organizadores más activos de boicots de competiciones deportivasinternacionales.«Siempredefinimoseldeportecomounamuestradeapartheidconchándal—decíaStofile—.Eraunelementomuyimportanteenlapolíticaexteriordeeste país, y las figuras del deporte eran embajadores de facto de Sudáfrica, unelementoclavedelosesfuerzosparahacerqueelapartheidnofuerataninaceptable.Encuantoa lapolítica interna,eldeporteera labarreraqueseparabaa los jóvenesblancos de los negros; por eso contaba con un enorme apoyo del gobierno y lasgrandes empresas tenían grandes rebajas fiscales por patrocinarlo. Era el opio quemantenía a los blancos en una ignorancia feliz; el opio que tenía adormecidaSudáfrica.»

Impedir que Sudáfrica consumiera la droga feliz y que el gobierno tuviera sus«embajadores»fuelamisiónalaqueStofilededicócasiveinteañosdesuvida.«Unahuelgadetrabajadores,inclusounabomba,afectabaaungrupopequeño—explicaba—.Estoafectabaa todos, todos loshombresblancos, todas lasfamilias,enunpaísapasionadodeldeporte,cuyomáximomotivodeorgulloanteelrestodelmundoeransushazañasdeportivas.»

NiëlBarnard,quesufriólaofensivadeStofile,estabadeacuerdo.«LapolíticadelCNAdeaislamientodeportivointernacional,especialmenteelaislamientodelrugby,nosresultómuydolorosaalosafrikaners.Desdeelpuntodevistapsicológicoeraungolpecruel,porqueelrugbyerauncampoenelquesentíamosque,apesardeserunpaíspequeño,podíamostenerlacabezaalta.Impedirquejugáramosalrugbyconelresto delmundo acabó siendo un instrumento de influencia política increíblementeeficaz.»

EléxitomásespectaculardeStofileseprodujoen1985,elañotrascendentalenelque pareció ocurrir prácticamente todo en Sudáfrica. Salió ilegalmente del país yconsiguió llegar a Nueva Zelanda, con ayuda de un antiguo miembro de los AllBlacksqueeraaltocomisariodesupaísenZimbabue.Unavezallí,prestó todosupeso,deformadecisiva,aunacampañapara impedirque losAllBlacks llevaranacabounagiraprevistaporSudáfrica.

NuevaZelandaestabatandivididaytanfuriosaquetodalaculturadelrugby,lapasiónyelorgullodelpaís,corríapeligro.Lossentimientosdelbandoopuestoalagiraerantanfuertesquelospadressenegabanadejarquesushijosjugaranalrugbyen el colegio y les amenazaban con impedir que volvieran a jugarlo jamás. Stofilerecordaba con satisfacción que se lanzó a una ofensiva de propaganda: habló antemuchedumbres,aparecióenlaradioylatelevisión,elevóeldebatenacionalmásalláde unos conceptos abstractos de blanco y negro y dio a la causa un rostro y un

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nombre.CuandollegóaNuevaZelanda,elapoyoalboicotdeportivoestabaenun40%. Tres semanas después, esa cifra había subido al 75 %. No obstante, la juntadirectivadelrugbyneozelandésdecidióhacerlagira,peroentoncesintervinieronlospropiosjugadoresyungrupodeellosllevólacuestiónalostribunales.LaaparicióndeStofilecomotestigofuedecisiva.Untipofornido,queamabaelrugbytantocomoelneozelandéscorriente,Stofile,alegóqueloqueestabaenjuegoeramásimportanteyofrecióunelocuenterelatodeprimeramanodelasburdasinjusticiasquesufríanlosnegros, con especial énfasis en laLeydeServiciosSeparados y lo que significabapara su vida diaria.Concluyó recordando al tribunal que un país con la admirabletradición democrática deNuevaZelanda debería avergonzarse de colaborar con unrégimenqueteníaeldescarodedescribiraunequipo—losSpringboks—extraídodesóloel15%de lapoblacióncomo losauténticos representantesde todaSudáfrica.«Fui el segundo testigo—contó Stofile, sonriendo al recordar—, y, cuando acabé,habíamosganadoelcaso.Lagirasecanceló.Fueunagranvictoria.»

Alvolverasupaís,Stofilefuedetenidoycondenadoadoceañosdecárcel.LaSudáfricanegracelebrósu triunfo igualquehabíacelebrado,cuatroañosantes, lasescenas de disturbios en el país de las antípodas que tanto habían confundido a lafamiliaPienaar.

ParaPienaar,elrugbyerasóloundeporte,suprincipalentretenimientodeniño,junto con las peleas.Suvida, desdemuypequeño, había sidoviolenta, peronuncacon intención criminal o política, como en los difíciles distritos segregados; eraviolenciaporquesí.CuandoPienaarteníasieteaños,losmiembrosdeunabandarivalle colgaron de un árbol. Si no hubiera pasado en ese momento un adulto, habríamuerto.Aunasí,lacuerdaledejóprofundasmarcasenelcuello.Mástarde,cuandoestabaenlauniversidad,másomenosenlamismaépocaenlaqueBekebekematóaSethwala,Pienaarestuvoapuntodehacerlomismo—otemióhaberlohecho—conunextrañoconelquesecruzódelantedeunbarenunacalledeJohanesburgo,aaltashorasdelanoche.Duranteunapeleadeborrachos,derribóalhombre,queaterrizódecabezaenelsueloconunruidoseco.Entreesosdosincidentes,rompiómáscostillasymásdientes,dentroyfueradelcampoderugby,delosquepodíarecordar.

Desde la perspectivadelmundode JusticeBekebeke, en el que las diversioneseranelfútbolyelbaile,elrugbyeraundeporteextrañamentesalvaje,enelquelosjugadoressalíandelcampoencamilla,comosoldadosdespuésdeunabatalla;enelque los espectadores, inevitablemente grandes e inevitablemente borrachos, en susuniformes de guardabosques bóer, con camisa y pantalón corto caquis, calcetinesgruesosybotas,devorabanconentusiasmosustradicionalessalchichasboereworsybebíansubebidafavorita,coñacconcocacola.Encuantoalosniños,aojosdelosnegros, parecían seguir el ejemplo de sus padres. Sus vidas consistían en peleassangrientas sin fin en las que estaban constantemente golpeándose con sillas en la

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cabeza,cuandonoestabancolgandoasusamiguitosdelosárboles.LahorcaestabamuypresenteenlamentedeunafrikanerllamadoJ.J.Bassonla

mañanadel24demayode1989.Basson,eljuezquehabíadictadoelveredictosinprecedentes en el caso de Upington, llevaba casi seis meses escuchando losargumentos de los abogados de la defensa, sobre todo Anton Lubowski, para quetuviera en cuenta circunstancias atenuantes que pudieran mitigar las condenas amuertedeJusticeBekebekeylosotros24asesinosconvictos.

Lubowskieraunafrikanerdetreintaysieteaños,alto,atractivo,criadoenCiudaddelCabo,cuyoaspectoparecía,comosunombre,eldeunseductorcondepolaco.Eraun activista profundamente inmerso en la lucha política contra el apartheid ypertenecíaaesemenosdel1%delapoblaciónblancaquenosóloveíaSudáfricaconlosmismosojosqueelrestodelmundo,sinoqueactuabadeacuerdoconesaopinión;que se había arriesgado y había tomado la decisión consciente de nadar contra laferozcorrientedelaopiniónortodoxaentreelvolk.Eraunadeesasescasaspersonasblancas que de verdad conocían su país, todo su país; que pasaba tiempo en losdistritossegregados,haciendoamigosyconspirando;queseesforzabaporaprenderunascuantaspalabrasdelalenguanegra.

LosperiodistasquecubríaneljuiciosehicieronamigosdeLubowskienaquellosprimerosmesesde1989.JusticeBekebekenoeraentoncesmásqueunrostroalotrolado de un juzgado repleto. Sin embargo, años más tarde, era Bekebeke el quehablaba de aquella época. «Anton era uno de los nuestros —decía, con unasolemnidadafligida—.Élynosotroséramosuno.Lellamábamos“número26”,comosi fuera otro acusado más. Era mucho más que nuestro abogado.» Dentro de losjuzgadosdeUpingtonhabíaunasalaespecialdeconsultasenlaquelosabogadossereuníanconsusclientes.«Peroélnoqueríahablarconnosotrosallí.Queríavernosennuestroentorno,asíqueveníaalasceldas.Decíaquesesentíamáscómodoallí.Eranuestrocamarada.Noveíamossupielblanca,queeraunafrikaner.»

Lubowskiibaalasceldassituadasbajoeltribunal,cantabaconelloscancionesdeprotesta y bailaba con ellos sus bailes desafiantes.Y luego los representaba, alto eimpresionanteensutoganegradeabogado,enelcalordesérticodeltribunal,dondelasventanasestabanabiertasdeparenparconlaesperanzadeatraparalgunapizcadebrisapasajera.SeenfrentabaaBasson,discutíaconélenuntonolegalydiscretoo,cuandotodolodemásfallaba,conmuestrasdeindignación.MandelahabríaestadomásdispuestoqueLubowskiaperdonaraBasson,habríaestadomásdispuestoaversucrueldadcomoconsecuenciadelmundoenelquesehabíaeducado.PeroMandelatambiénhabríavistoqueLubowskieraunaimagendeesemundomejorquequeríacrearenSudáfricayque,engranparte,graciasalosLubowskisudafricanospodíaéltratardeconvencera suscompatriotasnegrosdeque,noporqueunapersona fuerablanca,teníanecesariamentequesermala.

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Aprimerahoradelamañanadel24demayo,eldíaqueBassonibaadictarsuveredicto,LubowskiconfesóeneldesayunoquelomáximoaloquepodíanaspirareraunrayodepaternalismobenevolentequeiluminaraelgélidocorazóndeBasson.Lubowskiteníalasmayoresesperanzasparaelmatrimoniodesesentones,EvelinadeBruinysumaridoGideonMadlongolwana.«NocreoquenisiquieraBassonpuedaestartanlococomoparaahorcarlosaellos»,dijo.Teníanoncehijos,dostodavíaenedad escolar. Evelina era una criada doméstica regordeta que cojeaba un poco alcaminar.Gideonhabíatrabajadofielmenteparalosferrocarrilessudafricanosdurantetreintayseisaños.Ningunodeellos teníaantecedentespenales.Lubowskipensabaque iban a salvarse.El acusadopara el queno tenía ninguna esperanza era JusticeBekebeke, que en aquella época tenía veintiocho años y era elmiembro del grupomáselocuenteymilitante.

Sihubieranqueridodarejemploconélyhubieranperdonadoalresto,esohabríatenidociertalógica.«Elverdaderamenteculpableerayo—decíadespuésJustice—.Haciaelfinaldelafasedeatenuantesdeljuicio,Antonvinoalasceldasadecirnoscuáleserannuestrasposibilidades.Yolesdijeatodosque,enmiopinión,teníaqueconfesar, por el bien del grupo. No me dejaron prácticamente terminar. Saltarontodos, furiosos.Medijeron: “Antes temataríamosnosotrosquedejarque tematenellos.”Noqueríanqueconfesaraanteaqueljuezblanco.Eracuestióndedignidadyde solidaridad, y comprendí inmediatamente que no había posibilidad de másdiscusión.Antonestabapresente,ydijo:“Muybien,sabéisqué,yonoheoídoesto.Estaconversaciónnohatenidolugar.”»

LoscompañerosacusadosdeBekebekehicieronuntremendosacrificio,porqueeljuezBassonsobrepasólaspeoresexpectativasdeLubowski.Dictóquelosatenuantessólovalíanparaoncedelosacusados;que,ademásdeJusticeBekebeke,EvelinadeBruinyGideonestabanentreloscatorceparacuyocomportamientonoveíaexcusa,cuyopropósito,el13denoviembrede1985,considerabaquehabíasidoelasesinato.

Gritosdedolor, asombroe ira llenaronel tribunal,mientras los acusadosy susfamiliares se tapabanel rostrocondesesperacióne incredulidad,porqueaquellonoera lo que sus abogados les habían dicho que debían esperar. Evelina deBruin seinclinó sobre sumarido y lloró.Basson, impasible, pospuso la sentencia definitivahastaeldíasiguiente.Perolasemocionesquehabíadesencadenadoeneltribunalseextendieron a la calle. Se agruparon 40 o 50mujeres, jóvenes y ancianos, bajo lamirada de un número igual de policías fuertemente armados. Lloraron, luegorompieron a cantar canciones protesta como las que se oían en toda Sudáfrica enfunerales,manifestacionesyjuiciospolíticos.

UnadolescenteseseparódelgrupoyemprendióunToiToi,unadanzadeguerraquesimbolizabalaresistenciaairadacontraelapartheid.Mientrassiseaba«¡¡Zaaa!!¡Za-Zaaa! ¡Zaaa! ¡Za-Zaaa! ¡Zaaa! ¡Za-Zaaa!»ydabapisotones tan fuertesque las

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rodillas rebotaban hasta la barbilla, daba vueltas y más vueltas, como en trance,moviendolosbrazosyapretandolospuñoshastahacerlospalidecer.Peronollevabaningunalanza,ylospolicíasteníanarmasyperrosquemostrabansusfauces,yunavideocámaraleenfocaba.

Lasmujereslomirabanymeneabanlacabeza.Temblabanporél.Teníanrazón.Esanoche,lapolicíaenloqueció.Esdifícilsaberexactamenteporqué.Quizáporquela madres de los condenados habían alterado el recatado y prístino equilibrio delcentro de laUpington blanca al reunirse allí a derramar sus lágrimas y cantar sustristescantos.Quizáporque,enunmomentodealiviodentrodeundíadepenas,lasmujeres negras que se encontraban ante los juzgados rompieron a carcajadas yaplausoscuandouncochedepolicíachocódeformaaccidentalcontraelcostadodeun Toyota que pasaba. Quizá fue simplemente porque Upington no había saciadotodavíadeltodosuseddevenganza,seguíaindignadaporlaintrusióndelasprotestasnegrasenlascómodascertidumbresdesusvidasenelapartheid.

Fueraporloquefuese,elcasoesque,alanochecerdeaqueljueves,unescuadrónantidisturbios salió por la parte del matadero a las afueras de la ciudad, giró a laizquierdahaciaPaballeloyatacóatodoelqueselespusoatiro.Porlomenosveintepersonasrecibieronpalizasgraves.Algunosacabaroninconscientes.Algunosfueronpisoteados.Algunos recibieron en el abdomenpatadas hasta sangrar.De los veintequetuvieronqueserhospitalizados,cincoteníantreceañosycuatroteníanquince.

Aldíasiguiente,elúltimodíadeljuiciodeUpington,eltribunalvolvíaaparecerunhorno.Peroel juez J. J.Basson,envueltoen su toga roja ritual,no sudóniunagota.Ibaadictarunascondenasamuerte,perosuvozteníauntonoausente—comounburócrataimpacienteporirseacasatrasunalargajornada—cuandoinvitóacadaunodelosacusadosadirigirsebrevementealtribunal,talcomopermitíalaley.

Los catorce condenados habían pedido a Justice que hablara en su nombre. Élhabíapensadoescribiralgo,peroalfinalnopudo.Selimitóahablarconelcorazónenlamano:

«EnunpaíscomoSudáfrica—comenzó,dirigiéndoseaBasson—,mepreguntocómo puede aplicarse verdaderamente la justicia. Yo, desde luego, no la heencontrado. Pero me gustaría pedir, señoría, que olvidemos nuestro odio racial.Busquemoslajusticiaparatodalahumanidad.Luchamosparaquetodoslosgruposracialesvivanenarmonía.¿Peroesposible,ennombredelSeñor?¿Esposibleenunpaísasí?...MegustaríaqueelSeñorleconcedamuchosañosparaqueundíapuedavermeamí,unhombrenegro,caminandopor lascallesdeunaSudáfrica libre...Y,señoría,queelSeñorlebendiga,señoría.»

Alacabarsuspalabras,unhombremenudoqueestabadepiealfondodelasalamusitó:«¡Amén!»Estabaerguido,apoyadoenunbastóndemaderaconelpuñodemarfil,impecablementevestidocontrajedetrespiezasycorbata.Eraelpadredeuno

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de los acusados y la imagen —tenía más o menos la edad de Mandela— de unancianodistinguido.PerocuandoeljuezBassonanunciósusveredictos,elhombresesentómuydespacioysederrumbóconlacabezaentrelasmanos.HabíaordenadolamuerteenlahorcaparaJusticeBekebekeylosotrostrececondenados.Bassonhizoel anuncio con voz seria y luego suspendió la sesión por última vez. Los presosfueron a las celdas de debajo del tribunal, y Lubowski fue con ellos. Estabadestrozado.«Nosotrosleconsolábamosaél»,recordabaBekebeke.

Sellevaronalos«catorcedeUpington»,comoprontoseempezóallamarlos,aungranfurgónamarillodelapolicíaparatransportarlosalacárcelcentraldePretoria,laprisióndemáximaseguridadmásconocidaentoncesenSudáfricacomoCorredordela Muerte. Sus dedos morenos se aferraban a las rejas de metal del vehículo.Dirigidos por Bekebeke, los condenados iban cantando elNkosi Sikelele, el únicogestodedesafíoquelesquedaba.

LlegaronalCorredorde laMuertealdíasiguientepor la tarde,unsábado,yellunes,alamanecer,ahorcaronaunamujerqueestabaallípresa.Duranteelrestode1989,máspresosmurieronejecutados, semana trassemana.Desde1985,Sudáfricahabíallevadoacabo600ejecucioneslegales.Alpresoleanunciabansumuerteconunasemanadeadelantoy luegolecolocabanenunacelda llamada«laolla»,adosceldasdedistanciadedondesealojabaJusticeBekebeke.Antesdecadaejecución,Justiceoíaa loscondenadosllorar todalanoche.Oíaa loscarcelerosqueabríanlacelda al amanecer, oía las oraciones, oía cómo se llevaban al preso lloroso por lasescalerashastaelcadalso.Cuandodejabadeoírseelllanto,sabíaqueelpresohabíamuerto. «Al horror que era todo aquello—contaba Justice—, había que añadir elsaberquelasemanasiguientepodíatocarteati.»

Peronofueél.FueAntonLubowski.LoscatorcedeUpingtonsoportaronmuchaspenasenelCorredorde laMuerte,peroningunacomo laquesintieronaloíren laradioel13deseptiembrede1989,dosmesesdespuésdeltédeMandelaconBothaenTuynhuys,quelanocheanteriorhabíanmatadoatirosaLubowskialaentradadesu casa en Windhoek, Namibia. Justice nunca olvidó aquel momento. «Aquellamañanaestábamosenmiceldaseisde losdeUpington.Alprincipio reaccionamoscon incredulidad. No podía ser verdad. Luego, a medida que pasó el tiempo,comprendimos la realidad y nos quedamos destrozados, desolados, inconsolables.Sabíamosquiénlohabíahecho.Porsupuestoquelosabíamos.EraelEstado.»

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CAPÍTULOVI-ELAYATOLÁMANDELA1990

Después de años de travesía del desierto, elmito se hizo hombre; el patriarca,envejecido, volvió a ser visible para su pueblo y prometió darle la libertad.Era laencarnación de la virtud revolucionaria y en todas partes le recibían enormesmultitudesextasiadas.«Golpearéconmispuñoslasbocasdelgobierno»,gritóeldíaenquevolvió de su largo exilio, y diez días después, el 11de febrero de 1979, elEstado se había derrumbado y sus milicias controlaban las calles. En medio deaclamacionesdefelicidad,elayatoláJomeiniseproclamójefedeunnuevogobiernorevolucionario.

Exactamenteonceañosdespués,el11defebrerode1990,NelsonMandelapusofin a su exilio, al salir de la cárcel.El gobierno sudafricanonodejó de advertir lacoincidencia en las fechas. Temían que, al dejarlo en libertad y al permitir que elCNA actuara en la legalidad después de una prohibición de treinta años, fueran adesencadenar lo que, en momentos de pánico, llamaban entre ellos «el factorayatolá».NiëlBarnardnoestabataninquietocomolamayoría.Peroinclusoélestabapreocupado,enalgúnrincóndesuescépticocorazóndeespía,porlaposibilidaddequeMandela le hubiera tomado el pelo, le hubiera engañado. La pesadilla de lasautoridades era que, después de salir en libertad en Ciudad del Cabo, Mandelainiciaraunalargamarchahaciaelnorte,alcentropolíticodeJohanesburgoySoweto.«Iría cobrando impulso —explicaba Barnard—, y recorrería el país, llegaría aJohanesburgo y sería casi como el ayatolá, unmovimiento imparable... cientos demilesdepersonasarrasandotodo,disparandoymatando.Loquenosangustiabaerasi íbamos a poder superar las primeras 24, 48, 72 horas sin un gran levantamientopopular,sinunarevolución.»

Sielprecedenteiraníhabíahechodudaralgobierno,fueotroepisodioextranjeromás reciente lo que empujó al nuevo presidente, F.W. de Klerk, a continuar conurgencialalaborquehabíainiciadoP.W.Botha.LacaídadelMurodeBerlín,apenasdosmesesantes,diomotivosparacreerque,ocurrieraloqueocurrieraenSudáfrica,el comunismo nunca volvería a ser viable, ni en Europa del este ni en Sudáfrica.Además, si el apartheid había sido una vergüenza hasta entonces, ahora era yainsostenible ante la comunidad internacional.Fueuna suerte paraDeKlerkque supredecesor hubiera tenido la prudencia de preparar el terreno para la liberación deMandelayeliniciodelasnegociaciones.

Peroesedía,el11defebrerode1990,DeKlerksedetuvomenosapensarensubuena suerte que en los riesgos que podían acechar en torno a la liberación deMandela. No contribuyó a tranquilizar su ánimo ni el de los otros miembros del

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gobierno que la liberación deMandela, por razones que DeKlerk, viéndola en latelevisión, no comprendió al principio, no se produjera, nimuchomenos, según elhorario previsto. En la entrada de la cárcel deVictorVerster había una batería decámaras de televisión ymillones de personas seguían el acontecimiento en todo elmundo,pero,doshorasdespuésdelmomentoanunciadoparasuaparición,seguíasinsucedernada.

Cuando Mandela apareció, por fin, saliendo con paso decidido por la puertaprincipaldelaprisiónbajoelsolrelucientedemediatarde,susonrisatriunfantedefelicidad,comounsoldadoquevolvierade laguerra,ocultabaelhechodeque,unratoantes,sehabíamostradofurioso.Larazónerasumujer,Winnie,queaparecíaunpocomenoscontentaasulado.Elretrasosedebíaaella,quehabíallegadotardeesamañanadeJohanesburgoporquehabíaacudidoaunacitaconsupeluquera.Unadelas consecuencias fue una severa reprimenda de Mandela; otra fue que, mientrastanto, la tensión empezó a aumentar peligrosamente en la Parade, la gran plazaabiertadeCiudaddelCaboen laqueMandeladebíapronunciarsuprimerdiscursocomohombrelibre.Sehabíareunidounaenormemuchedumbrebajoelsolardiente,incluidos muchos jóvenes negros que tenían pocos motivos para tener buenossentimientos respecto a la falange de policías blancos colocados para vigilar alayatolá.Huboalgunasescaramuzas,gaslacrimógeno,algunaspiedrasarrojadas.Nofueunbañodesangreninadaparecido,perosíbastóparahacerquelagentesalieradisparadaentodasdirecciones.

A Mandela y su séquito, que se encontraba en una caravana de coches, leshicieronsaberqueeramejorqueesperasenaquelascosassehubierancalmadounpoco. No era un comienzo muy prometedor, pero la cárcel le había enseñado aMandelapaciencia.Sugentedeseguridadledijoquelomásprudenteeradetenerelconvoyyesperar,yélsemostródeacuerdo.Decidieronaparcara lasafuerasde laciudad,enunelegantebarrioblanco,políticamenteprogresista,llamadoRondebosch,enelquevivíaunjovenmédicollamadoDesmondWoolfconsumujer,Vanessa,ysuspequeñosgemelos,DanielySimon.

LosWoolf estaban siguiendo los acontecimientos del día por televisión con lamadre de él. El doctor Woolf y su mujer pertenecían a un pequeño sector de lasociedad blanca, políticamente sensible, que estaba decididamente a favor de laliberacióndeMandela.Inclusohabíandiscutidoentreelloslaposibilidaddeunirsealamuchedumbre en la Parade. Ahora, en cambio, se trataba de saber si el propioMandela iba a poder llegar. Por lo que decían en televisión, nadie parecía saberexactamentedóndeestaba.

Depronto llamarona lapuerta.EraunaamigadeVanessaWoolf,paradecirlesqueMandela estaba sentado en un coche delante de su casa. «¡Venga ya, no seasridícula!», dijo el doctor Woolf. «No —respondió la amiga—. Está aquí. ¡Salid,

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rápido!»El matrimonio salió con sus dos hijos y la madre del doctorWoolf, y vieron

delante de ellos una fila de cinco coches aparcados. «Y allí estaba él—contaba eldoctorWoolf—, sentado en el coche de enmedio.Nos detuvimos... y lemiramosasombrados. La atención del mundo entero estaba centrada en él y él estaba allí,delante de nuestra casa, cuando se suponía que debía estar en otro sitio. Y nosquedamos mirándolo y él bajó la ventanilla, nos hizo un gesto para que nosaproximáramosydijo:“Porfavor,acérquense.”»

EldoctorWoolfsepresentó,Mandelasepresentó,ysedieronlamano.EldoctorWoolfllevabaaSimon,queteníasólounaño,yMandelaestirólamanoparatocarladelniñoyluegopidiópermisoasupadreparacogerloymeterloporlaventanillaenelcoche.«Lohizobotarensu rodillay lepreguntócómose llamaba.Luegoquisosaber por qué le habíamos puesto Simon, si el nombre tenía algún significadoespecial.Pareciógustarlemuchopoderteneraunniñoenbrazos.»LuegosepresentóVanessaWoolfyMandelacambióaSimonporDaniel.DespuésseacercóasaludarlamadredeldoctorWoolfyasísecompletóaquellaalegreescenadedomingopor latarde.

OtroresidentedeRondebosch,MornéduPlessis,tambiénhabíaestadodudandoantessiironoalaParadey,alfinal,habíadecididoir.Eraunodelospersonajesmásfamosos de aquella multitud —desde luego, el blanco más famoso— y, para losafrikaners,eraunaespeciededios.

DuPlessishabíasidocapitándelosSpringboksdurantelosmalostiempos,comosupadrelohabíasidoantesqueél.FelixduPlessisencabezóelequiposudafricanoderugbyqueobtuvocuatrofamosasvictoriassobreNuevaZelandaen1949,elañoposterioralaprimeravictoriaelectoraldelPartidoNacional,queafianzóelapartheidenlavidasudafricanaparalossiguientescuarentaaños.Morné,quenacióesemismoaño,acabómejorandoel récorddesupadre,puestoquenosólo infligióuncastigosimilaralosAllBlackssinoqueseretiróen1980conunhistorialinternacionalde18victoriasen22partidos.Conéldecapitán,Sudáfricaganó13partidosyperdiósólodos.Durantelosnueveañosquejugóenlaselecciónfueunhéroenacionalafrikanery,comotal,laexpresiónmásvisibledelaopresiónracialquesimbolizabalacamisetaverdedelosSpringboksparalossudafricanosnegros.Peroél,adiferenciadealgunosde sus compañeros de equipo, era capaz de verlo. Nunca olvidó que, en partidosverdaderamente importantes, como contra los Lions británicos en 1974 y los AllBlacks neozelandeses en 1976, los pocos negros que había en el estadio eran, enpalabrassuyas,«fanáticospartidariosdelotroequipo».

Poresonofuedemasiadosorprendente—DuPlessiseraseguramenteelmásaltodelasdecenasdemilesdepersonasreunidasenlaParade—queunhombrenegro,aparentemente borracho, se acercara a él esa tarde, le insultara y le dijera que se

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fuera,queaquéllaeraunaceremoniaenlaqueélnopintabanada.«Peroloquemeimpresionónofuelaactitudamenazantedeaqueltipo—contabaDuPlessis—.Fueelhecho de que otro negro se apresuró a amonestarle. Entonces se unieron otros,enfadados por queme hubiera tratado así, y se lo llevaron.» Era gente pobre quehablabaenxhosa, la lenguadeMandela,peroDuPlessiscomprendióque tenían lasutilezapolíticasuficienteparasaberque,acuantosmásblancospudieraconvencersedeparticiparenlascelebracionesdelaliberacióndeMandela,mejorparatodos.

Du Plessis había ido aquel día porque sentía con toda la fuerza la importanciahistórica del momento y quería formar parte de él. Pero la razón profunda seremontaba al primer hombre que había marcado la dirección que iba a tener sutrayectoriapolítica,supadre.FelixduPlessisfuecapitándelosSpringboksdurantela primera euforia del poder del Partido Nacional, pero siempre fue partidario delPartido Unido, más moderado, más progresista —o, por lo menos, menosintransigente—,alqueelPartidoNacionalhabíaderrotadoen1948.Además luchóenlaSegundaGuerraMundialconlosaliados,otrofactorquelehizooponersealaposturaantibritánica,yenalgunoscasosambiguamentepronazi,de losNacionales.LamadredeMornéeraunasudafricanablancadehablainglesay,entodocaso,máscontrariatodavíaalPartidoNacionalquesupadre.Esonoqueríadecirqueestuvieranafavordeungobiernodelamayoría.ElPartidoUnidoseoponíaalapartheidporqueconsideraba que tenía un racismo burdo, pero los padres de Du Plessis nuncapusieronendudalaconvenienciafundamentaldelpoderblanco.

Tampoco laponía enduda suhijo,quenació en lamismaciudadqueFrançoisPienaar,Vereeniging,unacoincidenciaasombrosadadoquenosóloambosacabaronsiendo capitanes Springbok sino que, exactamente cinco años después de laliberacióndeMandela,DuPlessisseconvirtióenmánagerdelequipodePienaarenla Copa del Mundo. Sin embargo, la coincidencia se quedaba ahí, sin incluir elrelativoprogresismopolíticodelafamiliaDuPlessis—másacomodada—,aunque,laverdad,lapolíticateníacasitanpocaimportanciaenlavidadeljovenMornécomoenladeljovenPienaar.

Sinembargo,en1970,DuPlessisseencontróconunhombrequedioelempujónnecesarioaesasbrasasderebeliónque lehabíanencendidosuspadres.Se llamabaFrederikvanZylSlabbert.ProfesordesociologíaenlaUniversidaddeStellenbosch,en la que estudiaba Du Plessis, Slabbert era un pensador progresista, de granbrillantezacadémicaperosospechosoaojosdelaparatoafrikaner,queademáseraunbuenjugadorderugbyanivelprovincial.Lacombinacióndeesosdosfactores—unjugador de rugby que estaba a favor del principio una persona, un voto— fue undescubrimientoqueabriólosojosaDuPlessisylehizoverqueeraposibleadmiraraalguienquepensabaqueelapartheideraperverso.

SiSlabbertdiounligeroempujónaDuPlessis,sudebutconlosSpringboksen

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una gira porAustralia en 1971 fue una brusca revelación.Desde el punto de vistadeportivo, fue todo un éxito. Sudáfrica derrotó aAustralia en los tres partidos quejugaron yDu Plessis se convirtió en un auténtico héroe en casa, la nueva estrellarutilante del rugby. Pero la alegría de Morné se vio empañada por el hostilrecibimientodeunabuenapartedelpúblicoaustralianoalequipo.«Fueabrumadorver tanta furia en personas tan lejanas —recordaba—. Las imágenes de aquellosrostrosaustralianosindignados,elodioqueparecíantenernos,nuncasemeolvidó.»

EmpezóatomarcuerpoenDuPlessislaideadequepasabaalgo«grave»ensupaís.Perounacosaerasentirseincómodoyotradejarquelapolíticaledistrajeradesu carrera en el rugby. Durante sus nueve años como estrella de los Springboks,nunca adoptó una postura pública, cosa que podría haber hecho y habría causadosensación.NuncahablósobresusdudasnidesuapoyoalPartidoFederalProgresista,alquepertenecíaHelenSuzman,laviejavisitantedeMandelaenlacárcel,yalqueseincorporóSlabbert,queseconvirtióenmiembrodelparlamentoenrepresentacióndeRondebosch amediados de los setenta y poco después asumió el liderazgo delpartido. Los «progres», considerados como librepensadores estrambóticos en elpequeñomundo aislado de la Sudáfrica blanca, en realidad eran conservadores, encomparación con el resto del mundo. Representaban a una población de hablainglesa,engeneralacomodada,ansiosadecriticareldurotratoquedabanlosbóersalosnegrospobresperopocodispuestaavisitarlosenunodesusdistritos;noobstante,el PFP tuvo el mérito de ofrecer una voz pública legal de oposición al apartheiddentrodeSudáfricayunpuenteparafacilitarlatransiciónhacialoscambiosqueibana llegar posteriormente. El propio Slabbert sería un intermediario crucial en losprimeroscontactossecretosentreelgobiernoyelCNAen1987,pocodespuésdelasprimerasreunionesdeMandelaconKobieCoetseeenlacárcel.

MornéduPlessis,contodolovalientequeeraenelterrenoderugby,noasumióningúnriesgopolíticofueradeél.Hastaaquellatardedel11defebrerode1990,enlaParade de Ciudad del Cabo. Fue porque confiaba, como Joel Stransky, en que laliberacióndeMandelacuraseaunpaísque,comosabíadesdehacía tiempo,estabaenfermo. Stransky siguió la puesta en libertad deMandela en televisión, desde uncafé enFrancia.Noera tan impresionante como ir a laParade, pero erapruebademás interés que elmostradopor lamayoría de sus futuros camaradas en el equipoSpringbok,cuyaactitudresumióunodelosgigantescosdelanterosdelequipo,KobusWiese.Alpreguntarle,muchodespués,cuálhabíasidosureacciónantelaliberaciónde Mandela, contestó con sinceridad: «No estaba prestando mucha atención, laverdad.» En cambio, Stransky recordaba haberse sentido «absolutamenteentusiasmado».

LavidadeStranskyestaba totalmentededicada al deporte, perono tanto comoparaquenoexperimentaradosefímerosmomentosdedespertarpolítico.Elprimero

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llegótrasunacontecimientodelqueapenassidebiódetenernoticia:ellevantamientodeunosescolaresnomayoresqueélenSoweto,en1976.Comoconsecuencia, suspadresempezaronasospecharquealguienpodíaprenderfuegoalcolegiodesuhijo.«Recuerdoquemipadretuvoqueirahacerguardiaanuestrocolegioporlanoche,durantelosdisturbiosylosmotines.Noestoysegurodesisabíaexactamenteloquepasabaporquelosadultosnohablabanverdaderamentedeello,pero,apartirdeesemomento,tuvemuyclaroquelascosasnoestabanbienenestepaís.»

ElsegundoconatodedespertarpolíticodeStranskyllegóen1981,cuandoteníacatorceaños,durantelatumultuosagiradelosSpringboksporNuevaZelanda.SediocuentadequeteníaquehaberunabuenarazónparaquelamitaddeNuevaZelandaestuviera indignada con sus compatriotas. Stransky fue un ejemplo del efecto queArnold Stofile y otros activistas anti-rugby del CNA querían provocar entre lapoblación blanca. Al negarles su droga feliz, pretendían despertarlos de su sopor.Estaban creando las condiciones para el cambio político. En algunos hallaron unpúblico más receptivo que en otros. En Stransky se encontraron con la reacciónperfecta,porque,cuandoMandelasalióenlibertad,élseemocionó.

Stransky sospechaba también que la liberación de Mandela quizá podía serpositivaparasucarreraenelrugby.Yaestabaconsideradocomounodelosmejoresjugadoresdelpaís.AlosveinteañossehabíaconvertidoenunjugadorfundamentalparalaprovinciadeNatal,unodeloscuatromayoresequiposdelpaís.Comonoeradel tipo corpulento, fuerte y arrollador, tenía que tener el valor y la resistencianecesariosparasoportarunapalizaderivalesdel tamañodePienaarunadocenadeveces en cada partido. Pero Stransky ocupaba la única posición en un equipo derugbyquenoexigeunavelocidadniunadimensiónsobrenaturales:medioapertura.Elequivalente,enelfútbol,seríaelmediocentroorganizador,elquedecideeljuego,paraelqueesfundamentaltenercerebroyhabilidadconelbalón.Además,chutabademaravilla.

Yeraambicioso.Poreso,cuandoterminólatemporadasudafricanaderugbyenoctubrede1989,alempezarlaprimavera,sefueaFranciaajugar.Elrugbyquesejugaba allí no era tan intenso como en Sudáfrica, pero le permitió mantenerse enforma durante el verano sudafricano, de modo que, cuando comenzó la nuevatemporada,enabrilde1990,pudoempezarfuertedesdeelprincipio,enbuenaformafísica y rindiendo a un alto nivel. La jugada salió bien.Al regreso de Stransky deFrancia,laprovinciadeNatalacabóganandoelcampeonatonacional.Ylaliberaciónde Mandela también iba a ser positiva para él, tal como había esperado. ParaStransky,lalibertaddeMandelasignificabaacabarconelboicotinternacionalalosSpringboks.Sentadoenaquelcaféfrancés, imaginóqueundía ibaapoder jugaralrugbyvistiendoloscoloresdesupaís.

EstabaprevistoqueMandelallegaraalaParadealrededordelastresdelatarde,

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peroeratalelcaosque,alfinal,acabóllegandocasicincohorasdespués,alatardecer.Y, para contribuir a la extraña sensación de anticlímax que enturbió los históricosacontecimientosdeldía,pronuncióundiscursoquenocumpliólasexpectativas,quenoemocionóanadie.

A lamañana siguiente, la primera en la que se había despertado comohombrelibredesdehacíaveintisieteañosyseismeses,tuvoquesometerseaunapruebaqueparecíatodavíamásdura:unaruedadeprensaantemediosdetodoelmundo.Había200periodistas,muchosdeellospresentadoresde televisióncélebresensuspaíses.SudáfricanoteníatelevisióncuandoMandelaentróenlacárcel.Élhabíaaparecidoanteunacámaradetelevisiónsóloenunaocasión,enunaentrevistacaraacaraconun periodista británico un año antes de su detención, en 1961. En 1990, todos lospolíticoshabíantenidoqueaprenderamanejarseantelascámaras.PeroheaquíqueMandela,queera tan famosocomofaltodeexperienciaen laerade losmediosdemasas,estabaapuntodeenfrentarsea loquemástemíanlospolíticosdecualquierlugar,unaruedadeprensasincondiciones.Nopodíasaberloqueleibanapreguntarlos periodistas. Y su discurso de la noche anterior, tan poco carismático, habíasuscitado dudas sobre el nivel de su actuación esamañana.Al fin y al cabo, teníasetentayunañosyhabíapasadocasitresdécadasenprisión.¿Hastaquépuntopodíaestarbien?¿Cuántaagudezapodíatener?

La rueda de prensa se celebró a primera hora de lamañana en el jardín de laresidenciaoficialenCiudaddelCabodeljefedelaIglesiaanglicanaenSudáfrica,elarzobispoDesmondTutu,que,hastaesemomento,comoganadordelpremioNobelde laPazen1984,habíasidoel rostromásvisiblede la resistenciaalapartheidentodoelmundo.Lamansión,coneltípicotejadoadosaguasdelestiloholandésdeElCabo,seencontrabaenlaboscosaladeradeTableMountain,elmonolitocuyoperfilrectangular veía Mandela desde Robben Island. Dado que Mandela se levantabasiemprealascuatroymediadelamañana,lascosasteníanqueempezartemprano:los periodistas debían estar allí a las seis ymedia.Cuando salió de la casa con sumujer,Winnie, a su lado, todavíahabía rocío sobre lashojas.Mandelay suesposasonrieron y saludaron mientras bajaban los escalones de piedra hasta dondeaguardaba la prensa. Tutu, dando brincos de alegría, feliz de no tener que seguirdesempeñandoelpapeldemáximacelebridadantiapartheiddelmundo,encabezabalamarcha.Nohubomásqueunsobresalto,cuandoMandelasedetuvoenlamesayobservóunaartilleríadeobjetosdepeluchequeestabancolocadosanteél.Unodesusayudanteslesusurróalgoaloído,yMandelarespondióconunaseñalyun«Ah,yaentiendo...».Losobjetosdepelucheeranmicrófonos.

Apartirdeesemomento,todofuecomolaseda.Aplacóasuspropiospartidariosy a los demás líderes del CNA al reafirmarse en su compromiso simbólico con laluchaarmadaylaviejapolítica(queelCNAprontoibaaabandonar)denacionalizar

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lariquezamineraldelpaís.Almismotiempo,indicósudeterminacióndeserunlíderfuerte al dar el audaz paso de calificar al presidente F.W. deKlerk—que llevabaveinte años en el gobierno del apartheid y que acababa de llegar al poder en otraelección «general» sólo para blancos— como «un hombre íntegro»; y tendió unamanotranquilizadoraalaSudáfricablancaencadaoportunidadqueselepresentó.

Tuvopalabrasde reconocimientopara losmás amablesde sus carceleros—losChristoBrand,losJackSwartsylosWillemWillemses—cuandolehicieronlagranpreguntaquenoteníanmásremedioquehacerle,siteníaalgúnresentimientotrassusveintisiete añosymediode cautividad.También reconoció,de formapasajeraperoenérgica,loquehabíaaportadolacárcelalaformacióndesuestrategiapolítica.«Apesardelostiemposdifícilesenprisión,tambiéntuvimoslaoportunidaddepensarenprogramas...yenlacárcelhahabidohombresqueeranmuybuenos,enelsentidodequeentendíannuestropuntodevistaehicierontodoloquepudieronparahacernoslomás felicesposible.Eso—dijoMandela con énfasis, como si subrayara la frase alpronunciarla—borracualquierresentimientoquepudieratenerunhombre.»

Alpreguntarle loquemás lehabíaasombradoen su regresoalmundo,declaróqueestaba«completamentesorprendido»porelnúmerodepersonasblancasque lehabíanrecibidoenlacalleeldíaanterior.Ylomásimportante,Mandeladijoquelavía hacia una solución negociada era una fórmula que parecía muy sencilla: laconciliaciónde losmiedosblancoscon lasaspiracionesnegras.«ElCNAestámuypreocupadoporabordarlacuestióndelasinquietudesquetienenlosblancossobrelaexigenciadeunapersona,unvoto—dijo—.Insistenen...garantías...paraasegurarsede que la plasmación de esta exigencia no desemboque en la dominación de losblancos por los negros. Entendemos esos sentimientos y elCNAquiere abordar elproblema y encontrar una solución que convenga tanto a los blancos como a losnegrosdeestepaís.»

Al oír en público esas palabras que había oído tan amenudo en privado,NiëlBarnard suspiró aliviado.Aquello no era el lenguaje de la insurrección.No era unayatolápegandopuñetazosenlabocaalagente.Cuandoterminólaruedadeprensa,45 minutos después de empezar, todas las angustias previas parecían ridículas.Mandelahabíatransformadoloquesehabíaanunciadocomosuprimerinterrogatoriopúblico en el amable equivalente externo a una charla junto a la chimenea.Habíaplantadolasemilla,entrealgunossudafricanosblancos,delaideadequeunhombrenegro podía llegarles al corazón. François Pienaar, que seguía sin ser, ni muchomenos,unanimalpolítico,sesintiósorprendentementeconmovidoalveraMandelaen televisión. «Nopuedo recordar ninguna emociónmás que tristeza—medijo—.Mesentítristeporeltiempoquehabíapasadoenlacárcely,aunqueteníaelrostrollenodeorgullo,mediopenaquehubieraperdidotantotiempo.»

Otros telespectadores blancos seguramente sintieronmenos simpatía, ymuchos

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debierondegruñir.Unaparte importantede laopinióndederechaspensabaqueelaparatoblancosehabíaequivocadoalnoahorcaraMandela,cuya influenciacomofuente de inspiración para los revolucionarios negros había sobrevivido a sucautiverio.Esa gente contempló la liberación deMandela en televisión y no sintiómás que amargura y desprecio por De Klerk y el que consideraban su gobiernotraidor por haber vendido a la Sudáfrica blanca, por dejar suelto en la calle alterroristasupremo.

MuydistintofueelefectoquecausóentrelosperiodistasqueestabanenelcéspeddelarzobispoTutulamañanadel12defebrerode1990.Nohicieronfaltamásque45minutos para que Mandela atrapara a los medios de todo el mundo en su astutoabrazo. Los periodistas no se habían dado cuenta, porque también ellos estabanaturdidos,pero,coneltiempo,comprenderíanqueMandelaeraunestrategabrillante,ungenialmanipuladordelsentimientodelasmasas.Sutalentoparaelteatropolíticoera tan sutil como el deBill Clinton o el deRonaldReagan. En aquella rueda deprensa, Mandela logró dar un golpe que tanto Clinton como Reagan habríanenvidiado.Lasesiónterminóconlos200periodistasreunidoshaciendoalgoquenohabíanhechojamás.Elserhumanoquehabíadentrodeellosseimpusoalperiodistay de pronto se vieron, con gran confusión y sorpresa por su parte, rompiendo aaplaudirdemaneraespontánea.

Ganarsea laprensaafrikanerno fue tansencillo.Losblancosengeneral,y losafrikanersenparticular,sesentíaninsegurosytemerososantelasconsecuenciasdelaliberación,porloqueseaferraronalascosasmásalarmantesquedijo—lapolíticadenacionalización, la «lucha armada», la lealtad del CNA a sus aliados del PartidoComunista—ynosefijaronenelaprecioquehabíamanifestadoporsuscarcelerosnisudeseodealcanzarunacuerdoaceptableparatodos.Unretosimilarfueelquetuvoqueafrontarconsupropiagente,tantoentrelosdirigentes,entrelosquehabíahabidoalgunasquejassobresudecisiónunilateraldeemprendernegociacionessecretasconelgobierno, comoentre lamasade lapoblación,para laqueMandela eraunmitopoderosopero,comolíderdecarneyhueso,unafigurapordescubrir.

Conelfindeabordarestosdosproblemas,MandelavolóaJohanesburgo,adoshorasdedistancia,lamismamañanadelaruedadeprensa,ydeallífueencocheaSoweto, donde, esa tarde,ArrieRossouw fue a verlo a la casita familiar de la quehabía salido para entrar en prisión. Era una de esas anodinas cajas de cerillas quellenaban, en filas interminables, todos los distritos segregados de Sudáfrica, casiidéntica al lugar en el que había vivido Justice Bekebeke antes de ir a la cárcel.Rossouw era el principal corresponsal político de Beeld, el periódico del aparatoafrikaner.Eraunodeloscincoperiodistasafrikanerinvitadosalacasadeladrillorojodesvaídoparamantenerunaentrevistacolectivaconelhombrealquesusperiódicoshabían mostrado durante décadas a los lectores como la encarnación del swart

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gevaar,el«peligronegro».Rossouwestababastantemásenteradoqueelpromediode los volk. Había tenido contactos con el CNA en el exilio, era consciente de lanecesidaddeque laSudáfricablanca llegaraaunacuerdoconlaSudáfricanegrayconocíalaimagendelapartheidquehabíaentodoelmundolosuficientecomoparasentirseincómodocuandoviajabaalextranjero;esdecir,estabamuypordelantedelamayoríadesuslectores,delmismomodoqueNiëlBarnardestabamuypordelantedela gente que votaba al PartidoNacional.Noobstante,Rossouw teníamotivos paraestar nervioso. Era demasiado pronto para declarar terminada la alerta sobre elayatolá (para el día siguiente se había preparado lo que el CNA llamaba unaconcentracióndemasasenSoweto).

PeroMandelahechizóaArrieRossouwcomohabíahechizadohorasantesasuscolegas extranjeros en la rueda de prensa deCiudad del Cabo. «Allí estaba, en elpequeño salón de su casita de ladrillo, y nos saludó como un rey, el rey másencantador imaginable —dijo Rossouw—. Se presentó, nada menos. “Hola, soyNelsonMandela¿cómoestá?”Yentoncesmepresentéyo,yélsabíatodosobremí.Sabíaexactamentequiénera.Dijoquemehabía leídocongran interésdesdehacíatiempo,yseacordabadeartículosquehabíaescritohacíameses.»

LosafrikanersfueronelprimergrupodeperiodistasconelquehablóMandelaenpetitcomité,antesquecon laprensanegra, laprensablancaprogresistay laprensainternacional. «Nos escogió de forma deliberada para transmitir elmensaje de quetodoslossudafricanosibanatenerunlugarenelfuturodelanación;sobretodo,queno salía de la cárcel pensando en la venganza. Comprendió, desde luego, que losafrikanerseranlaclaveparalograrunapazduraderaytrató,atravésdenosotros,deafrontarsustemoresdesdeelprimerdía,literalmente.»

Rossouw era lo bastante astuto como para comprender que Mandela estabahaciendoloquequeríaconél.Peroselotragódetodasformas.«Seveíaquesabíacómollegaralosafrikaners.Loquenosdijofue,enesencia:“Miren,lesconozcoaustedes y a su gente, han hechomucho por este país, y conozco susmiedos, perovamosahablardeellosyaseramigos.”Ymientrashablaba,sereíadesímismo,deforma que uno no se sentía intimidado por él, sino a gusto. De pronto, me sentítremendamente privilegiado de estar en su presencia.Me vi allí, sentado, viendo aaquel hombre, y recordé que había rumores de que estaba enfermo, gravementeenfermo, y pensé: “¡Por favor, Dios, que no sea verdad!” Porque comprendí laenormeimportanciaqueibaateneraquelhombreparaelbienestardenuestropaís.»

Una diferencia entre los sudafricanos blancos políticamente astutos comoRossouwyelsudafricanonegrocorrienteeraqueesteúltimonoteníaqueprocesarlaliberación de Mandela racionalmente para comprender la feliz enormidad delmomento.Salvounpeligrosoreductodezulúesconservadoresyanacrónicosalestedelpaís,nadiediscutía elderechoautomáticodeMandela al liderazgo.Ni siquiera

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JusticeBekebeke,quehabríapodidosentirseolvidadooamargamentefueradeonda.ApesardellevarnuevemesesycuarentaejecucionesenelCorredordelaMuerte,éltambiénsuspendiólarazón,seolvidódesuscircunstanciasycelebrólaliberacióndeMandelacomosihubierasidolasuyapropia.«Teníamosunahoradeejerciciodiaria,peroesedíanosquedamostodosenlasceldasparaescucharlaradio.Pusieronunacanciónmientrasesperábamosyesperábamos.ReleaseMandela,deHughMasekela.Todos cantamos y bailamos. Cuando la radio anunció que estaba saliendoacompañadodeWinnie,aquelmomentofuelalibertadparanosotros.Nosolvidamosdedóndeestábamos.»

En todos los lugares a los que iba Mandela se reunía una muchedumbre. Sinembargo, él no hablaba el lenguaje de la muchedumbre. En las semanasinmediatamente posteriores a su liberación, emprendió una larga marcha por todaSudáfrica, y en todos los lugares a los que fue aparecíamucha gente, ansiosa porverlo, soñando con que les dedicara una sonrisa, con tocar la punta de sus dedoscuando tendiera las manos —desde el principio fue una pesadilla para losguardaespaldas—alamultitud.LaSudáfricanegrareaccionabaanteélcomosifueraunamezcladeNapoleónyJesucristo.Pero,aunquecristianoscomoelarzobispoTutuinterpretabanelmensajesubliminaldeloquedecíacomounaexhortacióna«amaratuenemigo»,susargumentoseranduros.

Paraconvencera losmilitantesqueproporcionabanalCNAsuenergíapolítica,teníaqueapelaraalgomásquealamoralidad;teníaqueusarellenguajedurodelanecesidadpolíticaydejarquealgunossectoresdesupúblicocreyeran,siquerían,queno había nada que le gustasemás que una revolución como la deCastro.Así quehablabadequellegaraunacuerdoconlaSudáfricablancaeranecesario,nodequefueradeseable,ylohacíaenunlenguajeinflexiblequeconvencíaalosmilitantes,alreiterarquelosprincipiosbásicosnoerannegociables.Recordóalgobiernoque,sinoaccedíanalademocraciaplenade«unapersona,unvoto»,sipensaban—comopensóDeKlerkduranteuntiempo—quepodíaninventarsealgúncompromisolegalistaquesiguieraafianzandolosprivilegiosdelosblancos,entoncesseencontraríanconunabatalla.NingunodelosmillonesquevieronuoyeronaMandelaenaquellosprimerosdíasdelibertadpudoconfundirleconunpacifistagandhiano.

Mandela había sido un famoso sin rostro durante muchos años, pero ahora suimagen se conocía ya en todos los rincones del mundo, y en Sudáfrica daba laimpresión de estar en todas partes al mismo tiempo. Su largamarcha parecía unafiesta gigantesca, un desfile real de ciudad en ciudad. La primera de lasconcentraciones masivas se llevó a cabo dos días después de su liberación en elestadiodeSoccerCity,la«ciudaddelfútbol»,enSoweto,con120.000personas.FuelacoronacióndeMandelacomoreydelaSudáfricanegra.Apartirdeesemomento,en cada parada se repitió lamisma ceremonia. EnDurban, lamayor ciudad de la

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provincia de Natal, le rindió homenaje un número similar de zulúes. EnBloemfontein,lasededeltribunalsupremodeSudáfrica,acudieron80.000.EnPortElizabeth, capital de la provincia del Cabo Oriental, en la que nació Mandela,200.000.

Encadacasosedabaunamezcladelfrenesídeunconciertopopconlapasióndeuna final deportiva y el fervor de una misa solemne. Su primera aparición en elescenario, acompañado de Sisulu y otros sumos sacerdotes de la lucha, provocabaarrebatos. Pero luego el acto se sumía en un orden extraño y se desarrollaba unaliturgiacuyosritualesconocíatodoelmundo.

Loprimeroeraelgritodelmaestrodeceremoniassobreelestrado,«¡Amandla!»,quesignifica«poder»enxhosa.Lamultitudreunidarespondía«¡Awethu!»—«¡paraelpueblo!»—,repetidocuatroocincoveces,increscendo.

Luego llegaba el que los líderes negros habían considerado siempre el himnonacional,elNkosiSikelele,encuyascadenciasfúnebreselpúblicointroducíaahora,conelpuñolevantado,untonotriunfantequeantesnoseoía.Cantabanelhimnoconla pulcritud de un coro profesional, como si hubieran estado ensayando para ellodurante toda su vida, cosa que, en cierto sentido, habían hecho, en todas lasconcentracionesdeprotestaa lo largodelosaños.Nosólosesabíatodoelmundo,las120.000o200.000personas,laletra,sinoqueloshombressabíancuándocallarseydejarquecantaranlasmujeres,ylasmujeressabíancuándodejarqueseoyeranlasvocesprofundasdeloshombres.

Luego,más«¡Amandla!¡Awethu!»,luego«¡Unagravioauno!»,queprovocabalarespuesta«¡Esunagravioatodos!»,seguidade«¡VivaelCNA,viva!»,«¡Viva!»,«¡VivaelCNA,viva!»,yluego«¡LargavidaaNelsonMandela!»,«¡Largavida!».

Despuéshabíamáscantosyluegobailes,comounadiscotecagigantesca,despuésmás«¡LargavidaaNelsonMandela!»yluego,porfin,selevantabaél,conaspectodesertodavíamásaltoquesus1,83metros,alzabaelpuñoderechoyloscuellosylosrostrosextasiadossevolvíanhaciaélenadoración,yélgritaba«¡Amandla!»yenrespuestarecibíael«¡Awethu!»mássonoro,ylagenteleseñalabaygritaba,porquele había visto, por fin, a lo lejos, y para eso había ido todo elmundo.Y despuésempezaba a hablar. No era un buen orador, su voz tenía un carácter monótono ymetálicoquenuncacautivabaasusoyentescomoladelhistriónicoarzobispoTutu.Alcabodeunrato,lamuchedumbreempezabaaagitarse,comodurantelossermonesen la iglesia, pero, cuando acababa, todos volvían a la vida y volvían a gritar los«¡Amandlas!» y los «¡Vivas!» hasta iniciar de nuevo un canto increíblementeconmovedor del Nkosi Sikelele, y luego todo el mundo se iba a casa, con lacoronaciónterminada.Peroelsentimientodurabamuchomásalládelfermentodelaconcentración.Mandelaencarnabaeldestinodetodoslossudafricanosnegros.Enélteníandepositadastodaslasesperanzasylasaspiraciones;sehabíaconvertidoenla

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personificacióndetodounpueblo.

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CAPÍTULOVII-ELREYTIGRE

«¡ColgadaMandela!»,«Mandela,veteacasa,a lacárcel»,«DeKlerktraidor»:éstaseranalgunasdelaspancartasmáseducadasqueseveíanenunaconcentracióndeladerechablancaenPretoriacincodíasdespuésdelaliberacióndeMandela.Elescenario era la Church Square, un cuadrángulo en el corazón de la capital deSudáfrica, dominado en su centro por una estatua gris y salpicada de pájaros delpatriarcabóerPaulKruger,elegantementevestidoconlabandapresidencial,abrigo,sombrero de copa y bastón. Asistían unas 20.000 personas, un porcentaje de lapoblaciónblancatangrandecomolohabíansidodelapoblaciónnegralas120.000personasreunidasenSoweto.

LossentimientoserantanintensoscomoenelestadiodeSoccerCitycuatrodíasantes, pero el ánimonopodía sermásdiferente.EnSoweto, sehabía respiradounaire de victoria; en Church Square, se percibía una callada desesperación bajo laactitud desafiante. Aquella gente temía estar a punto de perderlo todo. Eranburócratasdelgobiernoqueteníanmiedodeperdersuspuestosdetrabajo,pequeñosempresariosqueteníanmiedodeperdersusempresas,granjerosqueteníanmiedodeperdersustierras.Ytodosellostemíanperdersubandera,suhimno,sulengua,susescuelas, su Iglesia Reformada Holandesa, su rugby. Y, latente, tiñéndolo todo, eltemoraunavenganzaequivalentealcrimen.

SehabíanreunidoenlacapitalsudafricanaainstanciasdelPartidoConservador,el brazo político del extremismo de derechas. El PC, el principal partido de laoposiciónenelparlamentoblanco,eravástagodelPartidoNacional,delquesehabíaescindido ocho años antes porque sus dirigentes consideraban a P. W. Bothasospechosamente de izquierdas, y ahora consideraban que De Klerk era el mismodemonio.

Laderechaafrikanerteníasuliturgia,aunquenotanelaboradaopracticadacomola del CNA. Empezaron por cerrar los ojos, abrir las manos en gesto de súplica,inclinar lacabezay rezarunaoración.LuegocantaronDieStem, el lúgubre himnonacional oficial, que alaba a Dios y celebra los triunfos de los bóers cuandoavanzaron en sus carretas hacia el norte en laGranMarcha demediados del sigloXIX,durante la que fueronquedándose con las tierrasnegraspor el camino.Unoshombres vestidos con camisas pardas se entremezclaban con la multitud, comobravucones de colegio. Eran miembros del Afrikaner Weerstandsbeweging (elmovimientoderesistenciaafrikaner),elmásfamosodeunacolecciónfragmentadadegruposdeextremaderecha.MásconocidoscomoAWB,suenseña rojinegraestabaformadaportressietescolocadosdeformaquerecordabaalaesvásticanazi.

Peroenestaocasiónnofueronloscamisaspardaslosquedefinieronelacto.Lomássiniestro,yunamedidamáspesimistadelretoqueleaguardabaaMandela,era

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laaparentenormalidaddelamayoríadelagente,unamuestravariadadelespectáculohumano como la que se podía ver cualquier día de la semana en el centro deUpington,oVereeniging,ocualquierotrolugardelaSudáfricablanca.HabíajóvenesconvaquerosycamisetasdelosSpringboks,parejasjóvenesyentusiastasconbebés,hombresbarrigudosconpantalóncortocaquiycalcetineslargos,viejosseñoresconchaquetasdetweedyseñorasvestidascomosifueranalbaileanualdelclubdebolos.Eran la clasemedia blanca de cualquier lugar de Europa o Estados Unidos. Y noqueríanquelosnegrosgobernaransusvidas.Todosellosteníanencomúnlapesadilladeunamanonegrasaliendodedebajodelacamaenmitaddelanoche,depandillasdejóvenesmaleantesnegrosirrumpiendoensushogares.

Si se examinaba la situación con detalle, se veía algo que nunca aparecía aprimera vista, un fondo de blandura y vulnerabilidad en la Sudáfrica blanca, tantoentrelosafrikanerscomoenlagentedehablainglesa,losdelaciudadcomolosdelcampo, los ricos como los pobres. La diferencia era hasta qué punto conseguíadisimularlocadauno.Pero,comoenladuraimagendesupervivientesquepreferíantener de sí mismos, sobre todo los afrikaners, no encajaba reconocer esavulnerabilidad,algunosseesforzabanparadisfrazarsustemorestraslaretóricadelaresistencia.Esonoquieredecirquenocreyeran loquedecían.Elmiedo lesvolvíapeligrosos. Aquel día, en la concentración de Church Square, el doctor AndriesTreurnicht,ellíderdelPartidoConservador,obtuvoelmayoraplausodeldíacuandogritó: «¡El afrikaner es un tigre amistoso, pero no hay que meterse con él!» Lascertezasclarasysencillasdelpasadoempezabanaresquebrajarse,peroahíteníanunaverdad en la que preferían creer y en la que ni Mandela ni los ya legalizados«comunistas» del CNA podían jamás hacer mella. El afrikaner era un tigre ycualquieranimalquesemezclaraconélestabacondenado.«MientraselCNAactúecomounaorganizaciónmilitante,lesatacaremoscontodalafuerzaquepodamos—rugióTreurnicht, teólogoy antiguoministro de la IglesiaReformadaHolandesa—.Porloqueanosotrosrespecta,eslaguerra,sinmás.»

En el CNA, algunos seguían convencidos de que podían derrotar al tigre.Mandelasabíaqueno.Elenemigoteníatodaslasarmas,lafuerzaaérea,lalogística,el dinero. El gran principio de actuación política de Mandela era el que habíacomprendidohacíamuchotiempoenlacárcel:quelaúnicaformadevenceraltigreera domesticarlo. Aquella gente que protestaba a la sombra de la estatua de PaulKrugereralamismaalaquehabíasometidoasuvoluntadenRobbenIsland.

La primera prioridad de Mandela era evitar una guerra civil, y no sólo entreblancosynegros,sinoentreblancosyblancostambién.LosliberalescomoeldoctorWoolf,quehabíanllegadoadondeestabandespuésdenadaraudazmentecontralascorrientesdelaortodoxiablanca,ibanaestarenelpuntodemiradelosguerrerosdela derecha. Ya lo estaban. El propio doctor Woolf había recibido amenazas de

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organizacionesdederechasdespuésdequesepublicaraenunperiódicodeDurbanlahistoriadelencuentrodesufamiliaconMandela.Lohabíanincluidoenunalistadecondenados amuerte.Y losArrie Rossouw de la prensa afrikaner también habíanpagadounprecioporadelantarseasutiempo.Alasoficinasdesuperiódico,Beeld,en Johanesburgo, llegaban correos envenenados, y la centralita telefónica estababloqueadapor llamadas insultantes.EnunaconcentracióndederechasenelEstadoLibredeOrange,dossemanasdespuésdelaliberacióndeMandela,dieronunapalizaaunfotógrafoblancodeBeeld.

No había dos personas que encarnasen mejor la división entre los blancossudafricanosquelosgemelosViljoen.LahistoriadeBraamyConstandViljoennoesexactamenteladeCaínyAbel,niladelhijopródigo,perotieneelementosdeambas.Losdoshermanos, físicamente idénticos, habíanemprendidocaminos radicalmenteopuestos en su adolescencia y estuvieron sin apenas comunicarse durante cuarentaaños.Cuandovolvieronahacerlo,eldestinotuvomuchoquever.Siloshermanosnohubieranhecholaspaces,Sudáfricapodríahaberacabadoenvueltaenunaguerra.

Nacidos en 1933 en una familia afrikaner de clase alta rural cuyas raíces seremontabana loscolonosdelsigloXVIII,de losprimerosen llegardeEuropaa lapuntameridional deÁfrica, losViljoen (se pronuncia «Filyun») tenían razones nosólopolíticasparavivirseparados.Juntos,corríanelriesgodequeselesconsideraseunosgemelosdecomedia,mientrasque,porseparado,resultabanimponentes.Eranhombresserios,quesetomabanenserioasímismosysuspapelesenlasociedad,yalosquetomabanenseriolosdemás.Lasotrasdoscosasqueteníanencomúneransudevociónreligiosaysuamoralaagricultura,alaqueConstandsededicabadeformaintermitenteenlagranjafamiliardeTransvaalOrientalyBraam—másamenudo—enotragranjaacasi370kilómetrosdedistancia,enTransvaalSeptentrional.

En cuestión de temperamento y de concepción del mundo, no podían ser másdistintos.Braam,el reflexivo,emprendiócarreraen laIglesia.Constand,elhombrede acción, entró en el ejército. Pero, aunque una trayectoria podía parecer máspacíficaquelaotra,fueBraamelqueluchóy,desdeelpuntodevistaestrictamenteprofesional, fracasó,mientras queConstand, conuna suavidad admirable, ascendióhastalacimadesuprofesión.SiBraamseenfrentóalsistemayperdió,Constandnosóloseincorporóalsistema,sinoqueseconvirtióenél.Llegóasernosólogeneral,no sólo jefe del ejército, sino comandante supremo de la Fuerza Sudafricana deDefensa,queincluíalamarinaylafuerzaaérea.P.W.Bothaledesignóparaelcargocuandotomóposesióncomoprimerministro,en1980.Viljoenpermanecióenél, laúltimalíneadedefensadelapartheid,hastasujubilación,en1985.Dirigiólasfuerzassinlascualeselapartheidsehabríavenidoabajodelanochealamañana.Arriesgósuvidayquitólavidaaotrosenapoyodeunsistemapolíticobasadoydefinidoentresdelasleyesmásperversasjamáscreadas: laLeydeServiciosSeparados, laLeyde

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Áreas de Grupo y la Ley de Inscripción de la Población, todas aprobadas en elparlamento cuando él y suhermano teníandiecisiete, dieciochoydiecinueve años,cuandoestabandecidiendoquérumboemprenderenlavida.

LaLeydeServiciosSeparadoseralaqueprohibíaalaspersonasnegrasentrarenlas mejores playas y los mejores parques, y a las niñeras negras viajar en loscompartimentosblancosdetrenconlosbebésblancosdelas«señoras»paralasquetrabajaban. Las otras dos leyes que aplicaba Constand Viljoen eran tan injustas yabsurdascomoésta.

La Ley de Inscripción de la Población compartimentaba a los grupos raciales.Había cuatro categorías principales. En orden descendiente de privilegios, eran:blancos,mestizos,indiosynegros.Unavezquecadasudafricanoestabaenlacasillaracialcorrespondiente,sederivabantodaslasdemásleyesdelapartheid.SinlaLeydeInscripcióndelaPoblación,porejemplo,habríasidoimposibleaplicarlaLeydeInmoralidad,porlaqueerailegalnosóloquealguiensecasaraconunapersonadeotraraza,sinoquetuvieracualquiercosaparecidaauncontactosexual.Enparteparaadaptarsea la incontinenciaamorosadeunapequeñaminoríadealmasmoralmentedébilesyenpartepara satisfacereldeseode lagentedemejoraren lomaterial, elgobiernoincluyóenlaLeydeInscripcióndelaPoblaciónunacláusulaqueconcedíaalaspersonaselderecho,biológicamenteasombroso,aintentarcambiarderaza.

ParaellohabíaquepresentarunasolicitudanteunorganismodePretoriallamadoJuntadeClasificacióndeRazasyestipulardequérazaaquérazadeseabacambiarseuno.Sellevabanacabovariasentrevistasy,enloscasosmásdifíciles,lossolicitantescomparecían ante la junta, formada por hombres y mujeres, todos blancos. Losmiembrosde lamesapedían a los aspirantesque sepasearandelantede ellosparapoder examinar sus posturas y la forma de sus nalgas. Si la cuestión seguía sinresolverse,laformacientíficamentemásfiablededisiparlasdudaseralapruebadellápiz.Semetíaunlápizenelpelodelapersona:cuantomásenganchadosequedaba,más oscura era su clasificación. Las cifras del Ministerio del Interior de 1989muestranque573mestizospidieron serblancosy,deellos,519 loconsiguieron,yque369negrossolicitaronsermestizosy,deellos,lolograron327.Enestoscasos,elmotivoparasolicitarloeraclaramenteeldeseodemejorarlascondicionesmateriales.Pero en los archivos se ve también que 14 blancos pidieron sermestizos, y 12 loconsiguieron; que tres blancos pidieron ser indios y dos, chinos, y los cinco lolograron. Evidentemente, esos milagros no fueron posibles gracias a un fríorazonamiento, sino a la simpatía de la Junta de Clasificación de razas por losimpulsosadmirablementesacrificadosyrománticosdelossolicitantes.

La Ley de Áreas de Grupo era la que prohibía que los negros y los blancosvivieranenlasmismaszonasdelasciudades,laquehacíaobligatorialaseparaciónfísicaentrelaciudadblancayeldistritosegregadonegro.Peroparalosideólogosdel

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apartheid,eramásqueeso.Eraunaleydeinspiracióndivina.LosvolktemerososdeDiosnuncahabríanestablecidounsistemadetantoalcance,quecondenabaalagranmayoríadeloshabitantesdesupaísaserciudadanosdecuartaclase,sinohubieranestadosegurosdequeteníanunajustificaciónbíblicaparaloqueestabanhaciendo.Como otros fundamentalistas anteriores y posteriores, hurgaron en el AntiguoTestamento y encontraron argumentos teológicos para arrojar a los negros a laoscuridadexterior.Segúnun libro tituladoBiblicalAspectsofApartheid,publicadoen1958poruneminente teólogode laIglesiaReformadaHolandesa, la legislaciónsobrelasÁreasdeGrupotambiéneraválidaenelmásallá.EllibroreconfortabaalossudafricanosblancosquepodíantemerqueibanatenerquemezclarseconlosnegrosenelCielo.Nohabíaquepreocuparse.BiblicalAspectsofApartheidlesgarantizabaque elLibroSagrado decía que había «muchasmansiones» en «la casa de nuestroPadre».

ConstandViljoendedicósuvidaadefenderesasleyescontralasfuerzasdirigidasporsuprincipalenemigo,NelsonMandela.BraamViljoen,que,desdemuypronto,pensóque las leyesdelapartheideranunaabominación,seconvirtióenunode lossoldadosdeapieextraoficialesdeMandela.

Si el problema de Constand era que pensaba muy poco, el de Braam era quepensabademasiado.UnascuantasafirmacionesdesdeelpúlpitodequelasleyesdelapartheideranobradeDios,yConstandseapresurabaasaliralegrementeendefensadelapatria.Braam,unadolescentedeideasasombrosamenteindependientesparaunafrikanercriadoenunagranjaamásde200kilómetrosdelaciudadmáspróxima,oíadeciraldomineelocaldelaIglesiaReformadaHolandesalasmismaspalabrasquesuhermanoyleparecíanprofundamenteinquietantes.AliralaUniversidaddePretoriaa estudiar teología, con el propósito de hacerse él mismo dominee, le interesó eltrabajodeunpequeñogruposubversivodeteólogosqueponíanenteladejuiciolasortodoxiasdominantes.Eso,asuvez,lehizointeresarseporelCNA.LeyócongranatenciónsuCartadelaLibertad(«Sudáfricaperteneceatodoslosquevivenenella,blancos y negros») cuando se hizo pública, en 1955, el año en el que su hermanoterminólauniversidadyseconvirtióenoficialdelejército.

Mientras Constand ascendía con facilidad e impresionaba a sus superiores, aBraamle impresionó laseriedadcristianadelantecesordeMandelaen ladireccióndel CNA, Albert Luthuli. A principios de los sesenta, cuando ya era profesor deteología,BraamfirmóunadeclaraciónqueafirmabaqueeraunaherejíaidentificarelapartheidconlavoluntaddeDios.Ladeclaraciónestabaredactadadeformasolemney respetuosa. En privado, Braam estaba furioso. «Llegué a detestar la ingenua einfantiljustificaciónbíblicadelapartheid,quesebasabaenunainterpretaciónliteraldelGénesis—explicabadespués—.Odiaba también aquella forma fundamentalistadepensar,deafirmarciegamentequeésaeralapalabradeDios,denoadmitirningún

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debate. Como es natural, eso me supuso un conflicto con mi familia. Con mihermano, que era ya comandante en la FDSA, dejé de hablar de política, por lasbuenas.»YtambiénlesupusounconflictoconlaIglesiaReformadaHolandesa,quele calificó de disidente y le impidió ganar el sueldo que le correspondía comodomineeconlascualificacionesteológicasnecesarias.Siguióimpartiendoclasesenlauniversidadhastalosañosochenta,pero,pormotivoseconómicos,sevioobligadoavolveralaagriculturaatiempoparcial.

Enlagranja,intensificósuactividadpolíticacuandoempezóacomprenderloquesignificaba el apartheid para los que ocupaban el estrato más bajo de todos: laspersonasnegrasenlasáreasrurales.Aprincipiosdelosochenta,cuandolasprotestasnegrasseincrementaronentodoelpaís,élseinvolucróenloqueempezóallamar«lalucha por la libertad» y conspiró con losmismos dirigentes políticos a los que suhermano,comojefedelaFDSA,sehabíacomprometidoaderrotar.Tambiénestabametido hasta el cuello en las actividades del Consejo Sudafricano de Iglesias, unorganismoquelasfuerzasdeseguridadconsiderabanunatapaderadelosterroristasdelCNA.Cuantomáspoderososevolvíasuhermano,másconscienteeraBraamdelosmétodosbrutalesqueaprobabaeljefedeConstand.Antessabíaqueelsistemaeraperverso,perohastaentoncesnosehabíadadocuentadelocriminalquepodíaser.«Estabaescandalizadoyhorrorizado.¡Lagentequetrabajabaconmipropiohermanomatabaytorturabaaotros!»Enrealidad,Braamtuvosuertedequenoletorturaranylemataranaél.DespuésdelaliberacióndeMandela,descubrióquehabíaestadoenla lista de objetivos de una unidad de los servicios secretos militares que habíaasesinadoaAntonLubowski.

«Nocreoquemihermanoestuviesealtanto»,insistía,convencido.PeroConstanddebió de sospechar que pasaba algo. «Me envió un mensaje, a través de nuestramadre —recordaba Braam—, en el que me aconsejaba que, “si sabía lo que meconvenía”,dejaseloscomitésdelConsejoSudafricanodeIglesias.»

Braam no hizo caso. A lo largo de los años ochenta siguió trabajando con elconsejo eclesiástico. En 1987 fue con otros 50 intelectuales afrikaner liberales aDakar, Senegal, para una reunión sin precedentes con la dirección en el exilio delCNA.UnodelospersonajesclavedeesareuniónfueFrederikvanZylSlabbert,elprimerhéroepolíticodeMornéduPlessis.CuandoBraamViljoenregresódeDakar,el SNI de Niël Barnard le interrogó, pero él siguió actuando como siempre. Esemismo año se incorporó al pequeñopero valientePartidoFederalProgresista (otroelemento en común con Morné du Plessis, puesto que era el partido que Mornéapoyaba).InclusofuecandidatoparlamentarioporelPFP,antesdeunirseaunthinktankanti-apartheidcasiilegal,llamadoInstitutoparalaDemocraciaenSudáfrica,quehabíacreado,despuésdedejarlapolíticaactiva,VanZylSlabbert.

A pesar de sus profundas disparidades («vivíamos en mundos distintos»,

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explicabaBraam),BraamyConstand teníanmuchas cualidades en común.Amboseranhonradosyestabanescrupulosamentededicadosa su trabajo.Constanderaunsoldado de soldados, recto, sensato, que pasó su vida profesional dentro de unaburbujamoral, convencido de que pertenecer a las FDSA era tan honorable comoestarenelejércitodeNuevaZelanda.Eramuyadmiradopor losqueestabanasusórdenes,asícomoporlosmillonesdesudafricanosblancosqueleconocierondurantesuprolongadomandatocomojefedelejércitoydespuésdetodaslasfuerzasarmadas.Consolidósureputaciónamediadosdelossetenta,cuandofueeloficialalmandodela fuerzaexpedicionaria sudafricanaen laguerradeAngola,que luchódel ladodeJonasSavimbiysusguerrillerosdeUNITAcontraelgobiernomarxistadelpaís,enunode losnumerosos conflictos regionalesquehabía en todo elmundodurante laguerra fría. El gobierno angoleño recibía ayuda de Cuba y la Unión Soviética yUNITAdeEstadosUnidos.SudáfricaentróencombateporquesusgobernanteserantananticomunistascomolosdeWashingtonyporqueelgobiernoangoleñoayudabaalCNA.

Al ser nombrado jefe de laFDSAen1980,Constand se vioobligado a prestarmásatenciónalCNA,queactuabaenpaísesvecinoscomoZambiayMozambique,yalasorganizacionesqueactuabanensunombreenSudáfrica,cadavezmásrebeldes,yconlasqueserelacionabasuhermano.Unañoantes,undocumentodelgobiernohabíadichoquelaamenazapolíticaymilitarcontraSudáfricaestabaaumentando«aun ritmo alarmante». Decidido a formular la guerra contra el CNA en términosgeopolíticos que resultaran más del agrado de la comunidad internacional, eldocumento afirmaba que «la ofensiva total» del enemigo era parte de un plan deMoscúparautilizarSudáfrica«comopuntodepartidaparalaconquistadelmundo».El lenguaje convenció a los conservadores estadounidensesy a la primeraministrabritánica Margaret Thatcher, que se mostró públicamente de acuerdo con elpresidente Botha en que el CNA era una organización «terrorista» de inspiracióncomunista.Animado,Bothaordenóqueelejércitoentraseenlosdistritossegregados.Como consecuencia, Viljoen se convirtió en el primer comandante en jefe de lasfuerzasarmadassudafricanasqueviocómosuscompetenciasrebasabanlaproteccióndel país frente a un enemigo exterior e incluían la protección delEstado contra supropiopueblo.Elejército,depronto,tuvoqueactuarcodoconcodoconlaPolicíadeSeguridad,conincursionesconjuntasenpaísesvecinoscomoMozambique,Botsuanay Lesotho que causaron la muerte de tantos civiles inocentes comomiembros delCNA.

Constandnuncasesintióagustoenesepapel.Suvisiónmoralquizánoeratanabierta como la de su hermano, pero tenía sus escrúpulos. Enmayo de 1983, unaincursión de la FDSA enMozambique confundió varios hogares particulares, unaguardería y una fábrica de zumos de frutas con unas instalaciones de misiles, un

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centro de entrenamiento y una base logística del CNA. Murieron seis personas,ningunadeellaspertenecientealCNA,ylaacciónprovocóunfuriosomemoránduminternodeViljoenal jefedelejércitoenelque sedeclarabanosólodecepcionado,sino escandalizado. «Si tuviéramos que analizar nuestra eficacia operativa y hacerpúblicoslosresultados,nosavergonzaríamos»,escribió.

Los resultados no se hicieron públicos y, con la ayuda de una prensacomplaciente,sepublicitaronlashazañasdelaFDSAconlamejorluzposible.UnaincursiónenGaborone, la capitaldeBotsuana, en laque los soldados sudafricanosmataron a un niño de seis años y un hombre de setenta y uno, se describió en losperiódicossudafricanosentérminosgloriosos;undiarioencabezóelrelatoépicoconel titular «Los cañones deGaborone».CuandoConstand se jubiló, después de unacarreramilitardetreintayunaños,sehabíaconvertidoenunaleyendaviva—enlaimaginaciónpopularafrikaner,casiunMandelablanco—y,sobretodo,enungeneralvaliente, de principios, sensato, en la tradición bóer decimonónica de políticos-soldados como Andries Pretorius y Paul Kruger: en otras palabras, el antídotoperfectoalhombreladino,escurridizo,claramentepocobóerqueeraelpactistaF.W.deKlerk.LadecisióndeConstandViljoendeseguirlatradiciónbóeryvolverasugranjasólosirvióparaaumentarladevocióndesusadmiradores.En1985,creyóquesu vuelta a la tierra era definitiva. Cinco años después, mientras sufría viendo entelevisión la puesta en libertaddeMandela, nopodía imaginar que losvolkprontoibanallamarloparaqueabandonarasugranjaylesdirigieraensuúltimagranguerradeliberación.

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CAPÍTULOVIII-LAMÁSCARA1990-1993

Mandelaestabadenuevoenlacárcelalmesdehabersalido.Estavez,porpropiavoluntad, visitó el lugar al que en 1964 había temido ir a parar, elCorredor de laMuerte en Pretoria. Fue a ver a los 14 de Upington y a otros presos que estabanencarcelados,ensuopinión,pormotivospolíticos.JusticeBekebekeseloperdió.Poruna serie de circunstancias desafortunadas, relacionadas con una inoportuna visitafamiliar,nopudoveraMandela.«NoqueríamorirenelCorredordelaMuerte,peroqueríasuicidarme»,decíadespuésJusticemedioenbroma.MandelaaseguróalosdeUpingtonque,consusalidadelacárcel,lascosashabíancambiadodefinitivamenteenSudáfrica.Nosólo ibaaconvenceralgobiernoparaqueaceptaseunamoratoriasobrelasejecuciones,sinoqueibaahacertodoloposibleparaconseguirsulibertad.Elloslecreyeron.Paralosfielesnegros,Mandelapodíahacermilagros.«Aunquenoestuve con él, compartí el entusiasmo de los demás—me dijo Justice—. Supimosahoraconcertezaqueíbamosasalir.»

Sudáfrica había emprendido un rumbo nuevo y, aunque De Klerk eraformalmente quien gobernaba, era Mandela quien controlaba la situación.Comenzaron las negociaciones entre el CNA y el gobierno. El proceso que habíainiciadoensecretoMandelaenlacárcelsiguióadelante,ahorademaneraabierta.Laderecha gruñó, pero el CNA y el gobierno empezaron a conocerse bien, cada unodescubrió,parasusorpresa,queelotro—comodijoundirigentedelCNA—noteníacuernos, y entre los dos empezaron a crear la confianzamutua de la que dependesiempre el avance en unas negociaciones. «El proceso», como lo llamaron losentendidos, comenzó formalmente en mayo de 1990 y progresó todo lorazonablementebienquepodíaesperarMandela.UnadelasprincipalesconcesionesqueMandelaobtuvoenseguidafuelaquehabíaprometidoalos14deUpington,elcesedetodaslasejecucioneslegales.Lospresospolíticosempezaronasalirpocoapococomopartedeltomaydacadelasconversaciones.PeroelgrupodeUpington,ninguno de cuyos miembros pertenecía oficialmente al CNA, no entraba en esoscálculos.Laleyseguiríasucursoytendríanqueesperaralasapelacionesparaquedarlibres.

Lasdelegacionesdelgobierno,elCNAyotrosgruposmáspequeñossereuníandelunesaviernesenhabitacionesllenasdehumo,comoabogadosenlitigio,enunedificiodecongresoscercanoalaeropuertodeJohanesburgoydenominado,conunagrandiosidadexagerada,WorldTradeCentre.Alcabodeun tiempo,algunosde losdelegados se llevaban tan bien que empezaron a preguntarse si no estabanadelantándosedemasiadoasusbases;sipodíansurgirproblemas,sobretodoparaelgobierno,cuandollegaralahoradepediralagentequeaprobaranlosacuerdosalosquehabíanllegado.ElnegociadorjefedelCNA,unantiguolídersindicalistallamado

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Cyril Ramaphosa, y el negociador jefe del gobierno, elministro deDefensaRoelfMeyer, se hicieron tan amigos que,muchas veces, discutían los temas los fines desemana,mientrasseibandepesca.MandelayDeKlerknuncallegaronallevarsetanbienpero,aunqueteníanmomentosdetensión,manteníanuncontactopermanenteyavecessereuníanhastaaltashorasde lanoche.Yanohabíaningunanecesidaddepedir una cita: el antiguo preso podía conseguir que el presidente se pusiera alteléfonoencualquiermomento.

Enesteclimaderápidatransformación,enmayode1991,eltribunalsuperiordeapelacionesdeSudáfricarevocó21delas25condenasporasesinatooriginalesenelcasodeUpingtonydesestimólas14sentenciasdemuerte.Bekebekefueunodeloscuatrocuyascondenasfueronconfirmadas.IbaasalirdelCorredordelaMuerte,peroeltribunalhabíadictadoqueteníaquecumplirunacondenadediezaños.Aceptólanoticia de buen talante y abrazó al anciano Gideon Madlongolwana, que, con sumujerEvelina,habíaquedadoenlibertad.Alcabodeochomeses,despuésdehaberpasadountotaldeseisaños,unmesyquincedíasenprisión,tambiénBekebekesalióalacalle.El6deenerode1992sereunióconsufamiliaysusamigosyconsunovia,Selina, en Upington. Fue un momento feliz, pero Bekebeke se sentía impaciente.Teníamuchotiempoquerecuperaryunapromesaquecumplir.SelahabíahechoasímismoyasuscompañerosdecárceleldíadelasesinatodeAntonLubowski.

Hasta entonces, había tenido muy clara la ambición de su vida. Quería sermédico.«Peroesedíacambiaronmisplanes.Apartirdeesedía,sóloquiseserunacosa:abogado.Ibaaempuñarsulanza.Ibaaseguirsuspasos.Ibaallenarelvacíoqueélhabíadejado.IbaaconvertirmeenotroAnton.»

Era una cosa sorprendente en la boca de un joven militante negro comoBekebeke,pero lacárcel lehabíasuavizadocomohabíasuavizadoaMandela.Dossemanasdespuésde salir, había llevadoa lapráctica su retóricagrandilocuente.Sedisponíaaempezar,alostreintayunaños,susestudiosuniversitariosenCiudaddelCabo,ellugarenelquehabíatenidosuilusainspiracióninfantildevisitaraMandelaylosdemás«líderes»ensucárceldelaisla.BekebekefueunalumnobrillanteenlaUniversidaddeWesternCape.Consiguiólasmejoresnotasensusexámenesyobtuvounabeca.Era, en sus propias palabras, un estudiante poseso. «Siempremeguió elespíritudeAnton;sabíaque,pormuyduroquefuese,nuncaibaaamilanarme,nuncaibaafallarle.HabíadichoamiscamaradasdelCorredordelaMuertequeibaahaceraquello.Habíahechounapromesa,ylacumplí.»

Mandela iba camino de cumplir su propia promesa de llevar la libertad aSudáfrica,peroaúnleaguardabantormentas,fenómenosdecarácterpolíticoquenohabíaprevistoyque,alprincipio,escaparonasucontrol.MientraslasnegociacionesenelWorldTradeCentreavanzabanapaso tranquilo, laderechahabíaemprendidoyasubatallaparaecharlasportierra.Eraunabatallaqueadoptódiversasformas,y

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unadeellas,lamássangrienta,teníarostronegro.PorqueenSudáfricanohabíasólounaderechablanca,sinotambién—muchomásdifícildeentenderdesdefuera—unaderechanegra.Ysusinteresescoincidían.

El movimiento zulú de derechas Inkatha y sobre todo su líder, MangosuthuButhelezi (delqueunembajadorextranjerodijoqueestaba«lococomounzorro»),tenían tanto miedo como la derecha blanca de que, si el CNA llegaba al poder,quisiera ejercer una venganza temible contra ellos. Buthelezi había aceptado elapartheid,ysólohabía fingidoquenoenalgunaocasión,cuando lehabíaparecidonecesario.Suretórica,muchasveces,imitabaladelCNA,llenadeataquescontraelracismo del gobierno y esas cosas, pero la verdad era que se había apuntado alsistema. El plan del «gran apartheid» de Hendrick Verwoerd había sido dividirSudáfrica en una serie de patrias tribales que deberían ser reconocidasinternacionalmente como Estados soberanos. Verwoerd, el doctor Strangelove delapartheid(«nuncameasalta ladudadequequizáestéequivocado»,declaróenunaocasión),preveíaquecadaunodelosnuevegrupostribalesdeSudáfricatuvierasupropiomini-estado,mientraslatribublancasequedabaconlapartedelleón,lazonaricaenmineralesyagricultura,incluidaslasgrandesciudades.Buthelezisecundóelplan y aceptó un pequeño feudo financiado totalmente por Pretoria y llamadoKwaZulu.Enélllevabaunagranvidacomo«ministroprincipal»,conungabinetedeministrosyunafuerzadepolicíaencabezadaporungeneraldebrigadaafrikaner(enese terrenomandabaPretoria) que había sido jefe en laPolicía deSeguridad de laSudáfricablanca.

Elmini-EstadodeButhelezihabríapodidoresultarcómicosinohubierasidouninstrumento de la contrainsurgencia de Botha. Guiado por el general residenteenviadoporPretoria,Buthelezienvióasusfuerzasimpi(«batallón»,enzulú)contralamitaddelapoblaciónzulúypartidariadelCNA,enunoscombatesentrelosdosbandosqueprodujeronmilesdemuertes.ElCNAysusseguidoresllegaronaodiaraButhelezi tanto como aBotha, si nomás.Buthelezi temía que, siMandela llegabaalgunavezalpoder,élperderíalosprivilegiospolíticosyeconómicosderivadosdesucomplicidadconelEstadodelapartheid.Asimismotemíaunavenganzasangrienta,igualqueladerechablanca,porloqueningunodelosdosveíanningunaventajaenunprocesodenegociacióncuyofineraelgobiernodelamayoría.

A los seismeses de la liberación deMandela, los guerreros de Inkatha habíanextendido su guerra más allá del territorio zulú, a los distritos segregados de losalrededores de Johanesburgo, con ataques contra la comunidad en general, porquesabíanque, en su granmayoría, apoyaba alCNA.Cadamesmorían centenares depersonas,atiros,atravesadasporlanzasycuchillosoquemadas.Ensusataques,queseprolongarondurantelostresprimerosañosposterioresalasalidadeMandela,losmatones de Buthelezi contaban con la ayuda descarada de la policía uniformada,

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cuyos coches blindados escoltaban a los impis de Inkatha en sus pogromos.Otroselementos de la Policía de Seguridad y los servicios de inteligencia militaresproporcionabanarmasa los terroristasde Inkathade formaclandestina.Elobjetivoestabamuyclaro:provocaralCNAparaqueentraseenunaseriedeminiguerrasenlosdistritosy,deesaforma,hacerqueelnuevoordenprevistofueraingobernable.

A pesar de toda su serenidad y todo su encanto, Mandela tuvo momentos deenormeindignación,en lamayoríade loscasoscausadapor lasmatanzasyporDeKlerk,aquienlamentabahaberllamado«unhombredeintegridad»yalqueacusabadecomplicidadpasivaconlaviolencia.TokyoSexwale,elantiguopresodeRobbenIsland y ahora miembro del máximo organismo del CNA, el Comité EjecutivoNacional (CEN), decía que hubo un momento el que Mandela quiso romper lasrelacionesconelgobierno.«Asíquenosquejamos.“Sihacemoseso,¿entoncesqué?¿Volvemos a la lucha armada?”Mandela estabamuy enfadado, pero teníamos quevencerle, y lo conseguimos. Pero le afectó mucho por la cantidad de sangre queestabaderramándoseen todoelpaís.»MandelasedesahogócriticandoaDeKlerk.«Sifueranblancoslosquemueren—proclamó—,séqueélestaríatomándosemuchomásinterésenlacuestión.»

Buthelezi,queeraconscientedeque la impunidadque legarantizabaelEstadodelapartheidnoincluíaelderechoamatargenteblanca,seviocadavezmáspróximoalderechistaPartidoConservadorysusvariopintas tropasdeasalto,que jaleabanalosimpisdeInkatha,celebrabansusmatanzasyaguardabanconansiedadeldíaenelque pudieran forjar una alianza zulú-bóer contra elCNA.Mientras tanto,Mandelarecibíacadavezmás informacionesde sus serviciosde inteligenciaydegobiernosextranjerosamigosquehablabandemovilizacióndeladerecha.

Aprincipiosde1992nohabíaseñalesdequedisminuyeranlasmatanzasenlosdistritossegregadosytodoindicabaquelaextremaderechaibaajugarsusbazasmásviolentas.Elpeligroacechaba,yMandelateníaquedisiparlo.Necesitabacalmarlostemores de los blancos, darles algún incentivo para aceptar el nuevo orden que seavecinaba. En una reunión del comité ejecutivo de su partido surgió la idea deconvertirelpalopolíticoquehabíaconstituidoeldeporteenunazanahoria:ofrecersea relajar o incluso a abandonar por completo el boicot al rugby.Arnold Stofile, elhombre encarcelado en 1985 por su papel en la interrupción de la gira de losAllBlacks, participó activamente en el debate. «No es una zanahoria corriente la queestaríamos ofreciendo a la Sudáfrica blanca —dijo el efervescente Stofile a suscolegas, muchos de los cuales no comprendían la importancia del rugby para elafrikaner—.Estonoespolítica.Estonoesideología.Esalgomuchomáspoderosoyprimitivo,muchomáspersonal.Ofrecernosareinstaurarlospartidosinternacionalesde rugby es decir a los blancos: “Si cooperáis con nosotros, podréis ir a Europa,EstadosUnidosyAustraliaavisitaravuestrosamigosyque,cuandooscomprueben

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lospasaportesenel aeropuerto,noosmirencomoparias.”Yveránqueademásesbuenopara losnegociosy,sobre todo,quesupondríavolveracaerbiena lagente.Esoesloimportante.Esosignificarámuchísimoparaellos.Podránexclamar:“¡Nosquieren! ¡Nos quieren!” En resumen, camaradas, los blancos sudafricanos podránvolverasentirsesereshumanos,ciudadanosdelmundo.»

UnmiembrodelcomitéejecutivoqueentendíaalaperfecciónloquequeríadecirStofileeraSteveTshwete,unantiguopresodeRobbenIslandquehabíasidojugadorderugby.Tshwetehabíadefendidolaopcióndeutilizareldeportecomoinstrumentode cambio positivo desde la puesta en libertad de Mandela. Arrie Rossouw, elperiodistapolíticodeldiarioenafrikaansBeeld, contabaque,aprincipiosde1990,volóaZambia,labasedelCNAenelexilio,ytuvolargascharlashastaaltashorasdelanocheconTshwete,queyaporentonceseraelmásdeportistadelaorganización.«Tshwete entendió desde el principio que el restablecimiento de los partidosinternacionales de rugby haría que los afrikaners revisaran sus prejuicios sobre elCNA—explicabaRossouw—.Era apasionadopartidario deutilizar el rugby comoinstrumentodereconciliación.»

Stofile y él defendieron su argumento ante el comité. Las opiniones estabandivididasentre lospragmáticos,quecreíanquehabía llegado lahorade tenderunainmerecidamano amistosa, y los que consideraban que la idea de recompensar laperfidia de los bóers era indignante. Fueron los pragmáticos los que lograronconvencer a Mandela. La idea de utilizar el rugby como incentivo para que losafrikanerssesubieranaltrendelademocraciacoincidíaplenamenteconlaestrategiaquehabíaensayadoenlacárcel,especialmenteconelcomandanteVanSittertenelencuentro del «calientaplatos», y que había desplegado desde entonces con tanvaliososefectospolíticos.Losblancosteníanmuchopan,peroseleshabíanegadoelcirco. El CNA iba a devolvérselo; iba a permitir que los Springboks volvieran aactuarenelescenariomundial.

Enagostode1992,SudáfricajugósuprimerpartidointernacionalserioenonceañoscontraNuevaZelanda,enelestadioEllisParkdeJohanesburgo.LasautoridadesderugbyyelCNAllegaronaunacuerdoprevio.Lespermitimoselpartido,dijoelCNA, mientras ustedes impidan que se utilice el encuentro «para promover lossímbolos del apartheid». Sin embargo, había un problema intrínseco: la camisetaverdedelosSpringboks,queseguíasiendounpoderososímbolodelapartheidparalosnegrosy,enlamentedelosblancos,estabainevitablementeasociadaalosotrosdos símbolos a losque se refería elCNAal fijar sus condiciones: laviejabanderasudafricana, que seguía siendo la bandera oficial, y el viejo himno nacional,DieStem, que seguía siendo el himno nacional. Pedir a los aficionados al rugby queseparasenunsímbolodelosotros,dadoelinevitableestadodeebriedadenelqueseencontrabanmuchosyaalentrarenelestadioydadasufaltadesensibilidadpolítica,

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parecíapedirdemasiadoydemasiadopronto.Efectivamente.Lasbanderasdel apartheidondeabanen todoel estadioyLouis

Luyt, el grandullón y descarado presidente de la Unión Sudafricana de Rugby,desobedeciólasnormasdemaneraescandalosacuandoordenóqueseinterpretaseelhimnoblanco.LamuchedumbreentonóelcantocomoungritodeguerrayconvirtióloqueelCNAhabíaesperadoquefueseunritualdereconciliaciónenunaceremoniadedesafío.Rapport, el periódico en afrikaansmás anclado en el pasado, hacía underrochedesentimentalismoaldescribir«lassuaveslágrimasdeorgullo»quehabíanderramadolosvolkenEllisPark,yluegopasabaalrelatoheroico,enelqueaplaudíasuespírituinflexible.«Ésteesmicanto,éstaesmibandera—seextasiabaRapport—.Aquíestoyyaquíentonaréhoymicanto.»

Los afrikaners progresistas como Arrie Rossouw, el negociador principal delgobierno,RoelfMeyer,yBraamViljoen,elhermanodelgeneral,agacharonlacabezadesesperados. Los dirigentes del CNA se apresuraron a expresar su indignación.Arnold Stofile se sintió traicionado. «Nunca fuimos dogmáticos en la cuestión delaislamiento—explicaba—. Convertimos el palo en una zanahoria dulce y jugosa.Pero no todo el mundo se la comió. Así que, cuando los aficionados nosdecepcionarondeaquella forma, cantandoelhimnodel apartheidy todo lodemás,nuestragenteseenfadóverdaderamente.»

Sinembargo,despuésdequepasaralatormentadeEllisPark,Mandeladefendióenérgicamente en las reuniones delCEN las ventajas de seguir utilizando el rugbycomoinstrumentodepersuasiónpolítica.Eraunaposturadifícildedefenderanteungrupodegentedecididayhartadesufririndignidadesamanosdelosblancos.Perolohizo.«Hastaahora,elrugbyhasidolaaplicacióndelapartheideneldeporte—dijoasuscolegasdelCNA—.Peroahora lascosasestáncambiando.Debemosutilizareldeporte para ayudar a la construcción nacional y promover todas las ideas quecreemosquecontribuiránalapazylaestabilidadenelpaís.»

Larespuestainicialfue«muynegativa»,recordabaMandela.«Yoentendíalairay la hostilidadde los negros, porquehabían crecido enuna atmósfera en la que eldeporteeraunbrazodelapartheid,en laqueapoyábamosa losequiposextranjeroscuandojugabancontraSudáfrica.Ahora,depronto,yohabíasalidodelacárcelparadecirlesquedebíamosapoyaraesagente.Comprendíamuybiensureacciónysabíaque me iba a costar mucho.» La dirección del CNA discutió el asunto en variasreuniones. El argumentomás poderoso deMandela era que el rugby equivalía, enpalabras suyas, a varios batallones. «Mi idea era asegurarnos el apoyo de losafrikaners,porque—comonodejabaderecordarleatodoelmundo—elrugby,paralosafrikaners,esunareligión.»

En enero de 1993, sólo cinco meses después del desastre en el partido contraNuevaZelanda,MandeladioalaSudáfricablancaelmayor,mejorymásinmerecido

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regaloquepodía imaginar: laCopadelMundoderugbyde1995.Nosólose ibaapermitiralossudafricanoscompetirporprimeravez,sinoqueSudáfricaibaaserelpaís anfitrión.Walter Sisulu encabezó una pequeña delegación que se reunió en lasededelCNAenJohanesburgoconlosmáximosdirigentesdelConsejoInternacionaldeRugby.Todossalierondelencuentroproclamandosu«júbilo»porladecisióndelCNAdeapoyar incondicionalmenteunapropuesta impensable sólo tres añosantes,cuandoMandelaaúnestabaenlacárcel.

Pero, en vez de responder con la gratitud que esperaba Mandela, la derechablanca intensificó su retórica de resistencia y sus planes de guerra.Vieron que lasnegociaciones entre el CNA y el gobierno estaban preparando el camino hacia lademocracia.DeKlerk había anunciado unas semanas antes que tenía ya una fechapara celebrar elecciones con la participaciónde todas las razas, abril de 1994.LostemoresquedespertabaesaperspectivapesabanmásquelosincentivosdeportivosdeMandela.

A los pocos días del anuncio sobre el rugby, en los círculos políticos sólo sehablabadeguerracivil.InclusoelpresidenteDeKlerk,unabogadoque,engeneral,intentaba apaciguar los ánimos, se sintió obligado, por las informaciones de losservicios de inteligencia, a declarar que la alternativa a las negociaciones era «unaguerradevastadora».Unmiembrodesugabinetedijo:«EstamospreocupadosporlosacontecimientosenYugoslavia,muchomásdeloquelamayoríadelagentepiensa.»También lo estaba elCNA.Mandela y sus lugartenientes semostraban claramenteinquietospor laposibilidaddequesussueñosdedemocracia«seahogaran»,comodijoelpropioMandela,«ensangre».

Estuvieron a punto el 10 de abril de 1993. Del variado grupo de gente queconstituíalaextremaderechasurgióunaextrañaparejaquecometiólomásparecidoaunregicidioquehabíavistoSudáfricadesdeelasesinatodeVerwoerden1966,perocon consecuencias incalculablemente más peligrosas. Verwoerd había muertoapuñalado por un mensajero parlamentario medio loco. Fue un espanto para sufamiliaysusseguidores,peronoparaelsistemapolítico,quesiguióadelantecomosino hubiera pasado nada. El asesinato de Chris Hani fue una cosa completamentedistinta.

Haniera,juntoaMandela,elmayorhéroedelaSudáfricanegra.SiMandelanohubiera existido, o si hubiera muerto en prisión, Hani habría sido el líder de laSudáfricanegraporaclamación.ComoenelcasodeMandela,sumito leprecedía.Despuésdevivirenelexiliodurantecasitreintaaños,surostroeradesconocidoparaelgranpúblicohastaqueselevantólaprohibiciónsobreelCNAyélvolvióasupaís,poco después de que Mandela saliera en libertad. El mito se basaba en dosargumentosfundamentales:habíadirigidolasdosorganizacionesalasquemástemíael régimen blanco, Umkhonto we Sizwe y el Partido Comunista de Sudáfrica. La

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reglageneral,entrelosmilitantesnegros,eraque,cuantomásodiadoporelgobiernoera un dirigente del CNA, más se le admiraba. Hani, heredero deMandela como«terroristajefe»paralosblancos,habíasidounaleyendacuyasdimensionesseveíanagrandadaspor lashistoriasque llegabana losdistritos segregadossobreproezaseintentosdeasesinatoalosquehabíasobrevivido;porelrumor—totalmentecierto—dequehabíanacidoenmediodeunaextremapobreza,enlazonanegrayruraldelCaboOriental.

Las fotografías e imágenes televisivas del 10 de abril de 1993 presagiabangrandesproblemas:el ídolocaído, tumbadobocaabajoenuncharcodesangre, lasmanifestacionesespontáneasen todoelpaísy losbosquesdepuñosnegrosalzadoscon ira, las barricadas ardiendo, los coches quemados, los policías blancos de lasfuerzasantidisturbiosqueapretabanlosfusilescontraelpecho,enungestoprotector.LadimensióndelpeligroquedópatenteenlaspalabrasqueelarzobispoTutuempleópara contener a los negros e impedir que hicieran lo que exigía la justicia natural.«NodejemosquelosasesinosdeChristriunfenensusiniestropropósitodehacerquenuestropaísardaenllamas—rogóTutu—,porqueahorapodríaarderenllamascongranfacilidad.»

ElasesinodeHani,elhombrequelematóatirosdelantedesucasaenelbarriode Dawn Park, una zona de clase obrera, antes sólo blanca, a las afueras deJohanesburgo,erauninmigrantepolaco,unsoldadodeapiedelmovimientoblancoderesistencia,unmiembrodelAWBllamadoJanuszWaluscuyoceloanticomunistasóloseequiparabaasudeseodeseraceptadoporladerechabóer.ElcompañerodearmasdeWalus,lomásparecidoalcerebroqueideóelplan,compartíalanecesidaddel polaco de que los volk le aceptasen. Se llamaba Clive Derby-Lewis y teníaexactamenteelaspectoylaformadehablarqueunopodríaesperardealguienconunnombre como ése.Miembro del parlamento por el PartidoConservador del doctorTreurnicht,vestíachaquetasazulesycorbatas,lucíaunbigoteexuberanteyhablabainglésconacentoaristocráticoeinclusopijo:parecíaunactorinterpretandoaltópicogolfobritánico.

EstosdosaspirantesabóersempujaronaSudáfricamáscercaquenuncadeunaguerra entre razas. Beeld lo entendió a la perfección. El periódico del aparatoafrikaansadvirtió:«Unestallidoapresuradoenestemomento,unabalaperdida,unactodevenganzapuedederribarladelicadaestructuradelasnegociacionesydesatarfuerzassatánicas.»

MandelarecibiólanoticiaporteléfonoenQunu,laaldeadelTranskeienlaquenació, junto al Cabo Oriental. Richard Stengel, que colaboró con Mandela en suautobiografía, estaba con él en aquelmomento,mirando cómo se tomaba su típicodesayuno de gachas, fruta y tostadas. El rostro deMandela se volvió de piedra o,comodecíaStengel,congelado«en lamuecade la tragedia».Sequedódestrozado.

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SentíauncariñopaternalporHanicomohombreyunenormerespetoporélcomoherederopolítico.Sinembargo,sopesódeinmediatolagravedaddelmomentoyvioquenopodíapermitirseellujodedejarsellevarporsussentimientos.Seapresuróacambiardepadreapenadoapolíticocalculador.

«Colgóel teléfono—recordabaStengel—,y sumenteya estabamaquinandoytrabajando,pensandoqué ibaaocurrir. ¿Qué ibaa suponeraquellopara lanación?¿Quéibaasuponerparalapaz?¿Quéibaasuponerparalasnegociaciones?Empezóahacerunaseriedellamadasasuscolaboradoreseinmediatamentevioqueaquellopodíaserlachispaqueiniciaraelincendio,larevolución,Diossabíaqué.Mantuvopor completo el control delmomento político.Yyo casi tenía la sensación de quepodía ver el interior de su cerebro, ver todo el engranaje. Se comportó como unconsumadoanimalpolítico,pensandoentodaslasconsecuenciasdeaquelloyloquesignificaba.»

Lo que significó fue que en aquel momento tuvo más poder que nunca paradefinir el rumbo que iba a emprender su país. La opciónmás fácil habría sido laguerra.Ladifícilerallamaralacontención,pediralasmasasairadasquedejarandeladolasemocionesenfavordelobjetivofundamental.

Jessie Duarte, su secretaria personal, era la que le había dado la noticia porteléfono,yfuequienlerecibióesatarde,despuésdequefueraalpueblodeHaniaofrecer sus respetos a la familia, cuando llegó al cuartel general del CNA enJohanesburgo. «Estabamuy triste—recordabaDuarte—.Quería verdaderamente aChris.Perotambiénsabíaquenopodíamosperdertiempo,quenoeraelmomentodedejarsellevarporsussentimientospersonales.LaconclusiónalaquellegófuequelasposibilidadesdequeestallaralaviolenciaenrespuestaalamuertedeChriseraninmensas y, a pesar de que era un momento muy difícil para todo el mundo, suresponsabilidaderacalmaralagente.»

Duarte trabajóconMandelacuatroaños.Compartíanundespachoycasinuncaviajaba a ningún sitio sin ella. Era una mujer de corta estatura, intensa, llena deenergía,cuyoferozactivismopolíticolehabíaganadolafamadejovenairadaenloscírculosdelCNA.PeroMandelaledespertabasuladoalegreyellaseconvirtió,entremuchasotrascosas,enunaespeciedehijaadoptiva.Comotal,eraunadelaspocaspersonasalasqueéldejabaversutristeza,antelasque,devezencuando,sequitabalamáscaraimpertérritadelpolítico.JessieDuarteeraunadelaspersonasquemejorsabíaquesuvidaeramásfeliz,másricay,engeneral,mássatisfactoriaenlapolíticaqueenelplanopersonal,quehabíaestadollenodefracasos,decepcionesytragedias.

Duarteestabaasuladoeldíadeabrilde1992enelqueanunciósuseparacióndesu segunda esposa, Winnie. Le impresionó el aura negra que cubrió a MandelacuandosediocuentadelaenormedesilusiónquehabíasupuestoWinnie.Ellateníaun amantemuchomás joven al que había seguido viendo incluso después de que

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Mandela saliera de la cárcel, nunca compartía el lecho con él cuando él estabadespierto,utilizabaunlenguajevulgarqueaMandelalerepugnabaybebíadeformagroserayexcesiva.Comodeclaróéleneljuiciodeldivorciotresañosmástarde,aldescribircómohabíansidolosdosañosdematrimonioqueviviótrassalirdeprisión,«eraelhombremássolitario»,másaúnporlailusióndelamorquelehabíasostenidoenlacárcelyqueellahabíaayudadoaalimentarconsusvisitas.Unacartaqueélleescribióaellaapocodeentrarenprisiónrevelabaelanheloysupercepcióndequeeranecesarionodejarquelosquelerodeabandescubrieranesavulnerabilidad.«Miquerida Winnie —escribió Mandela—, he sido bastante capaz de ponerme unamáscaratraslaqueañoroamifamiliaasolas,sinapresurarmeamirarelcorreohastaque alguien dice mi nombre. Me esfuerzo por reprimir mis emociones mientrasescriboestacarta.»

Anuncióel finde sumatrimonioen la sededelCNAen Johanesburgo.Enunasalademasiadopequeñaparalaocasiónyatiborradaconmásde100periodistasdetodoelmundo,Mandelasesentóanteunamesa,conWalterSisuluallado,secolocólasgafasdecercay leyóunabrevedeclaración.Luegoalzó lavista,máscanosoymásseriodeloquenuncaselehabíavisto,ydijo:«Señorasyseñores,estoysegurode que comprenderán lo doloroso que es esto para mí. La conferencia se haterminado.» Normalmente, un anuncio de tal magnitud empuja a los periodistas ahacer una avalancha de preguntas con la esperanza de provocar una respuestaespontánea que pueda proporcionar una buena cita. Sin embargo, mientras él selevantabadespacioyconrigidezysevolvíahacialapuertaconelrostrodolido,losperiodistaspermanecieroncallados,sinexcepción.

Nuncahabíantenidonivolveríanatenerunatisbotandesgarradordelapenaquesentíaporsufracasocomohombredefamilia.Fuelaúnicavezquedejódeslizarselamáscara,quepermitióqueelmundoviera la tristezaescritaensurostro; la tristezaacumulada durante decenios, porque se sentía responsable de las penalidades quehabía sufrido Winnie durante su estancia en la cárcel y por los ebrios actos dedelincuenciaalosquehabíaacabadoviéndosereducida,incapazdehacerfrenteporsí solaa lacombinaciónde famaypersecuciónpolicial implacablea laqueestabasometida.Mandelasesentíaasimismoresponsabledelarebeldíay,enalgunoscasos,elrencorhaciaél,quemostrabanvariosdesushijos(dosconWinnieycuatro—dosdeelloshabíanmuerto—conEveline).«Nuncapudoquitarse la ideadeque, sinohubieraidoalacárcel,todasufamiliahabríasidogentemuydistinta»,decíaJessie.

Peroéseeraelriesgoqueasumióconscientementeeldíade1961enelquefundóUmkhontoweSizwe.Había tomadoentonces ladecisióndeserpadrede lanaciónprimeroypaterfamilias después. En parte para ocultar el dolor de la decisión quehabíatomado,enpartecomomedidadelocompletaquehabíasidosudedicaciónalacausa,lamáscarapolíticaseconvirtióensuverdaderorostro;Mandelaelhombrey

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Mandelaelpolíticoseconvirtieronenunomismo.La muerte de Hani le causó a Mandela un dolor equiparable al del divorcio.

Entonceshabíaperdidoaunaesposa;ahorahabíaperdidoaunhijo.Peroestaveznopodíapermitirseellujodequitarselacareta.Laaudiencia,endirectoyenprimetime,era todo el país, a travésde los canales estatalesde laSouthAfricanBroadcastingCorporation.DeKlerkpodríahaberseopuesto,perono lohizoporquecomprendióque, ante la catástrofe que se avecinaba, él era impotente, irrelevante. Tenía tantasposibilidadesdeinfluirenlasmasasnegrasindignadascomoMandeladeinfluirenelAWB,oquizá inclusomenos.Elguardiánde lapazerayaMandela,noDeKlerk.Cuandosedirigióalanaciónaquellanocheatravésdelaradioylatelevisión,lohizocomounjefedeEstadodefacto.

«Fueunpadrehablandodeunhijoalqueacababandeasesinarypidiendoa lagentequeguardaralacalma»,explicabaJessieDuartesobrelaaparicióndeMandela.Presentado de esa forma, ¿cómo iba a desobedecer nadie? Si el propio padre noclamabavenganza, ¿quéderecho teníanadiemásabuscarla?Porunavez, el estilooratoriomonótonodeMandelaencajóa laperfecciónconelmensajequepretendíatransmitir.Enesaocasión, el retonoeraganarsea losblancos; eraconvencera supropia gente. Para ello tenía que redirigir el río de su ira, que se encaminabadirectamentehaciaelenfrentamientohostilconlaSudáfricablanca.Paraconseguirlo,teníaqueapelarnoasuresentimiento,sinoaloquequedasedesugenerosidad.Poreso,ensudiscursotelevisado,llamólaatencióndelosespectadoressobreelhechodeque,enmediode la tragedia, laheroínahabíasidounaafrikaner.JanuszWalusfuedetenidocasiinmediatamentegraciasaunamujerafrikaner,unavecinadeHani,quehabíatenidolapresenciadeánimodeanotarelnúmerodematrículadelcocheenelquehabíahuido.

«Unhombreblanco,llenodeprejuiciosyodio,vinoanuestropaísycometióunactotanrepugnantequetodanuestranaciónseencuentraalbordedeldesastre—dijoMandela—. Una mujer blanca, de origen afrikaner, arriesgó su vida para quepudiéramosconoceryllevarantelajusticiaalasesino.»

SiMandela exageró el heroísmode lamujer, lo hizo con un propósito políticoclaro. «Éste es un momento trascendental para nosotros —dijo—. Nuestrasdecisionesynuestrasaccionesdeterminaránsiutilizamosnuestrodolor,nuestrapenaynuestra indignaciónpara avanzarhacia loquees laúnica soluciónduraderaparanuestropaís,ungobiernoelegidoporelpueblo...Hagounllamamiento,contodalaautoridaddelaquedispongo,atodanuestragenteparaquepermanezcaencalmayhonre la memoria de Chris Hani comportándose como una fuerza de pazdisciplinada.»

Salióbien.Entodoelpaíshubomanifestacionesmasivas,perolagentenodejóque su pena se transformara en furia violenta. «Aquellos días de 1993 fueron

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verdaderamente críticos —reflexionó mucho después Tutu—. Lo que sé conseguridad es que, si [Mandela] no hubiera estado presente, el país se habríadesgarrado.Porquelomásfácilhabríasidodarriendasueltaalosperrosdelaguerra.Esoeraquizáloquemuchosjóvenesturcosquerían.Fueunodelosmomentosmásdesoladores, y la ira se podía palpar.SiNelsonnohubiera hablado en televisiónyradiocomolohizo...nuestropaíshabríaestalladoenllamas.»

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CAPÍTULOIX-LOS«BITTERENDERS»1993

ParaelgeneralConstandViljoen,queseguíalosacontecimientosdesdesugranja,elespectáculoeraexasperante.Noimportabacuántosobstáculosseinterpusieranensu camino, la máquina de Mandela seguía adelante. No es que Viljoen hubieraparticipadoenlaconspiraciónparaasesinaraChrisHani.Nopertenecíaalalaasesinade la FDSA. Pero, como miembro de los volk y como obstinado estudioso de laguerracontra la insurgencia,habíadadoporsentadoqueelasesinatodeHani ibaahacerquesetambaleaseelprocesodecambiodemocrático.BillKeller,entoncesjefede laoficinadeTheNewYorkTimesenSudáfrica,describióelsorprendenteefectoestabilizador del discurso de Mandela y el hecho de que el gobierno lo hubieratransmitidopor radioy televisióncomoseñales«de la relación implícitaque sehadesarrolladoentreelgobiernoyelCongresoNacionalAfricano».Kellercontinuaba:«Esuna relaciónconflictivaperoextraordinariamenteduradera,queequivalecasiaungobiernoinformaldeunidadnacional.Comoconsecuencia,elprocesodecambiopacífico se ha convertido en algo, si no inexorable, al menos asombrosamenteresistente.»

ViljoenlosabíatanbiencomoKeller,peronolegustabanada.Peoraún,élyelresto de los volk de derechas prefirieron interpretar el funeral de Hani—un actomasivoqueterminóconunemocionantellamamientodeDesmondTutualapazylaunidad— como una presentación en sociedad de los negros vengativos. En vez deprestaratenciónalaspalabrasdeMandelayTutualllamaralacalma,sefijaronenlos mensajes de discordia emitidos desde el estrado por miembros jóvenes y deterceracategoríadelCNAquehicieronjustolocontrariodeloquesiemprepretendíaMandelayapelaronalosinstintosmásbajosdelamultitudconunacanciónqueeramuypopularentrelajuventudairadadelosdistritos.Elestribillo,alritmodeltambory repetido en un hipnótico crescendo, decía: «¡Matad al bóer! ¡Matad al granjero!¡Matadalbóer!¡Matadalgranjero!»

Estesentimientoestabasiemprepresenteentre los jóvenesactivistasnegros.Lomás lógicohabría sidoaprovechar suenergíay transformarlaenuna revolucióndetierraquemada,alestilodelayatolá.Elmiedo,losprejuiciosylaculpaquellenabanel corazón de los blancos eran tan grandes que a muchos les resultaba imposiblepensarenloscambiosqueteníaplaneadosMandelamásquecomounavenganza.

Losgritosde«Matadalbóer»,queMandelatolerócomoformadedejarquelosjóvenesdesahogaransuindignación,fueronunanotaalmargen,noelcentrodelacto.Constand Viljoen no lo comprendió y decidió que llevaba ya demasiado tiempocallándosesuindignaciónenlagranjayquehabíallegadoelmomentoderesponder

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al llamamientodeldebernacionalista.El7demayode1993entróen la refriegayacudió a la mayor concentración realizada hasta entonces por la derecha, enPotchefstroom, una ciudad a 110 kilómetros al suroeste de Johanesburgo. Allí serepresentó un mini-Nuremberg, con banderas, insignias que imitaban la esvástica,desfiles,guerrerosbóerresentidos,los«bitterenders»,consusbarbasysuscamisaspardas,yoradoresdesaforadoscomoEugeneTerreblanche,delAWB.Se juntóunagran y variadamultitud de descontentos, unidos en sumiedo a que, el día que losnegrosllegaranalpoder,tratasenalosblancoscomolosblancosleshabíantratadoaellos. Allí estaban un grupo derivado del AWB, llamado Movimiento Bóer deResistencia (Boere Weerstandsbeweging, o BWB), una organización llamadaResistencia contra el Comunismo, el Movimiento Monarquista Afrikaner, laFundación para la Supervivencia y la Libertad, Blanke Veiligheid (SeguridadBlanca), Blanke Weerstandsbeweging (Movimiento Blanco de Resistencia), elEjército Republicano Bóer, BoereKommando,Orde Boerevolk (Orden del PuebloBóer),PretoriaBoere,Volksleër(EjércitodelPueblo),Wenkommando(ComandodelaVictoria),losLobosBlancos,laOrdendelaMuerteeinclusoelKuKluxKlan.Selespodríahaberconsideradounpuñadodechaladoscondisfracessinohubieransido15.000ysiaquellanohubierasidolaciénagamentaldelaquehabíasalidoelasesinodeHani,JanuszWalus.

Los primeros patriotas bóer que vieron llegar a ConstandViljoen le recibieronconveneración.Enelmomentoculminantedelacto,lehicieronsubiralescenarioyleinvitaronaasumirladireccióndelosvolk.Hizoloquelepedían,mientrasEugeneTerreblanche le acompañaba al escenario y declaraba que estaría «orgulloso,orgulloso»deservircomo«cabo»alasórdenesdeunhéroebóercomoViljoen.Éste,como correspondía al espíritu reinante, denunció la «infame alianza» que se habíaforjado entreMandela y DeKlerk y se declaró dispuesto y deseoso de dirigir losbatallones bóer. «El pueblo afrikaner debe estar listo para defenderse —gritó elgeneral—. Cada afrikaner debe estar preparado. Cada granja, cada escuela es unblanco.Siatacannuestrasiglesias,nadieestáasalvo.Sinosquitannuestracapacidaddefensiva, acabaremosdestruidos.Es inevitableun conflicto sangrientoque exigirásacrificios, pero haremos esos sacrificios de buena gana porque nuestra causa esjusta.»

La muchedumbre rugió su aprobación. «¡Dirígenos, nosotros te seguiremos!¡Dirígenos,nosotros teseguiremos!»,clamaron.Terreblancheteníagransentidodelespectáculo,peroelserioViljoen,queaúncontabacontodoelrespetodelosoficialesdelaFDSA,eraelredentoralquelosvolkhabíanestadoesperando.LoslíderesdelAWB,elBWB,elWenkommandoy todos losdemásgruposprestaron,comohabíahecho Terreblanche, juramento de lealtad al general, al que allímismo se nombrólíderdelnuevo«EjércitoPopularBóer».

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Aquel día se creó asimismo un brazo político, el Afrikaner Volksfront, unacoalición formada por el Partido Conservador y todas las demás milicias. Elprograma del Volksfront consistía en la creación de un Estado afrikanerindependiente—unBoerestaat—enunterritoriodentrodelasfronterasdeSudáfrica.«UnIsraelparalosafrikaners»,lollamóViljoen,queprácticamentellegóaexponerde forma explícita la visión que tenía de sí mismo —compartida por susentusiasmadosseguidores—comoelMoisésbóer.

Losperiodistas,aveces,sentíanlatentacióndeburlarsedeaquelloscríticosquerecurrían al Antiguo Testamento. Pero la llegada de Viljoen, que arrastró a otroscuatrogeneralescomoayudasdecampo,hizoqueladerechablancaseconvirtieraenunaamenazaseria.DosdíasdespuésdelaconcentracióndePotchefstroom,DeKlerkhizo la advertenciamásduraquehabía lanzadohasta la fechaydeclaróquehabíaaumentadolaposibilidaddedesembocaren«unasangrientaguerracivilcomoladeBosnia».

Viljoen emprendió su nueva misión con la dedicación y la meticulosidad quehabíancaracterizadosusoperacionesmilitaresenAngola.Alcabodedosmeses,susgenerales y él habían organizado y dirigido 155 reuniones clandestinas en todo elpaís. «Teníamos que movilizar psicológicamente a los afrikaners, iniciar nuestrascampañas de propaganda—explicaríamás tardeViljoen—. Pero también eramuyimportanteconstruirunaenormecapacidadmilitar.»Enaquellosdosprimerosmeses,elVolksfrontreclutóparalacausaa150.000secesionistas,deloscuales100.000eranhombresdearmas,prácticamentetodosconexperienciamilitar.

Esoqueríadecirquequedabanotrostresmillonesypicodeafrikaners,yuntotalde cinco millones de sudafricanos blancos si se incluía a los «ingleses», que noestaban claramente alineados con la causa separatista. ¿Dónde estaban?Había unaminoría como Lubowski que apoyaba activamente al CNA. Había otra minoríaimportante,alrededordel15%delosblancos,depersonasquequizánovotaríanporelCNAenunas eleccionespero tenían la suficiente concienciapolíticaparaver loque era realmente el apartheid y daban su apoyo al Partido Demócrata, el nuevoheredero del Partido Federal Progresista por el que se había presentado BraamViljoenenlaseleccionesde1987.Aproximadamenteel20%delosblancos,sobretodoafrikaners, aceptabaen silencio las ideasgeneralesdelVolksfront,oalmenossus temores. Y luego estaba el resto, el gran sector de la clase media blancasudafricanaalquepertenecíanFrançoisPienaarysufamilia,que,enun60%,solíacreerquepodíaconfiar ladefensadesus interesesalPartidoNacional,que llevabatantosañosenelgobierno.Devezencuando,esaspersonasdespertabandesusopor,pero sólo cuando sucesos como el asesinato de Hani saltaban a primer plano yentoncesselesocurríaquesusvidascotidianaspodíansufrirlasconsecuencias.

Sin embargo, esemismo sector era susceptible a los llamamientosdeMandela.

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Susopinionesnoeran inamoviblesy sus identidadesdependíanmenosde antiguosprejuiciosquelasde losfielesdelVolksfront;poreso,paraellosfueunaagradablesorpresaqueMandelaelogiaraalamujerafrikanerquehabíaanotadolamatrículadelasesino de Hani. Y les gustó su actitud respecto al rugby, cuyos primeros frutossaborearonel26dejuniode1993,cuandolosSpringbokscomenzaronsuslargosydeliberados preparativos para laCopa delMundo—para la que aún quedaban dosaños—jugandounencuentrocontraFranciaencasa.FueelpartidoenelquedebutóconlosSpringboksFrançoisPienaar.

Alenterarsedequehabíasidoseleccionado,Pienaar,queentoncesteníaveintiséisaños, reaccionó como si viviera en un país normal. En su autobiografía,RainbowWarrior, no menciona el tenso contexto político en el que alcanzó la «ambiciónprimordial»desuvida.Losasesinatosqueseguíanproduciéndoseenlosdistritos,lospreparativosdeladerechaparalaguerra,laposibleinminenciadelaseleccionesconparticipación de todas las razas; ninguna de esas cosas ocupaba seriamente suspensamientos, todas tenían tanpocoqueverconsuvidacomolohabían tenido losnegrosdeSharpevilledurantesuinfancia.Enelrugbysudafricanoseestabainiciandouna nueva era y el equipo nacional necesitaba un nuevo capitán. Pienaar se sintióabrumado al enterarse en su primera sesión de entrenamiento de que en su primerpartido iba ya a dirigir el equipo contra Francia, algo sin precedentes en ningúndeporte.ElencuentroibaacelebrarseunsábadoenelestadioKing’sParkdeDurban.Eljuevesanterior,PienaarhizoquesuspadresfueranaDurban,elprimervueloenavión de sus vidas, y por la tarde les llevó al hotel en unMercedes-Benz que lospatrocinadoresdelosSpringbokslehabíanprestado.MientrasposabaparaunaseriedefotografíasfamiliaresvestidoconsuuniformeSpringbok,enformaylistoparalabatalla,sesintiómásfelizqueningúnotroafrikaner.

Esa misma tarde, miles de soldados del Volksfront limpiaban sus armas enpreparación para la primera acción militar desde que el general Constand Viljoenhabía sido designado jefe de los del final amargo.En una operación logística bienorganizada,sedirigieronporcarreteraaJohanesburgoalolargodelanoche,conelpropósitodellegaralamaneceralaspuertasdelWorldTradeCentre,lasededelasnegociaciones entre el CNA y el gobierno. Llegaron de toda Sudáfrica, del CaboOccidentalyelCaboSeptentrional,deTransvaalOrientalyTransvaalSeptentrional.Eddie vonMaltitz encabezaba un contingente de Ficksburg, en el EstadoLibre deOrange,acincohorasdedistancia.«Organizamosunautobúsynosapiñamosenél,sólo hombres fuertes y muy bien armados —recordaba después—. Esperábamossangre. No teníamos que detener sólo al CNA, teníamos que detener a De Klerk.Teníamosqueinterrumpirlasnegociaciones.EstabanllevándonosalApocalipsis.EraunanuevatomadelaBastilla;elcomienzodeunarevolución,pensamos.»

ElautobúsdeVonMaltitzestabaocupadosobretodopormiembrosdelAWB,al

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quesehabíaunidoenelagitadoañode1985.¿Porquéentróenaquelgrupo?«Diosme habló —explicaba—. Me instó a luchar para impedir que los comunistas seapoderasendemipaís.»Cristianodevoto,VonMaltitzeradeorigenalemánperoseconsiderababóerhonorario.ElmanifiestodelAWBletocómuydecerca.Segúnél,lamisióndelmovimientoderesistenciaera«garantizarlasupervivenciadelanaciónbóer»que«habíanacidoporlaProvidenciaDivina».Contalfin,proponíalasecesiónylacreación,dentrodelasfronterassudafricanas,de«unarepúblicacristianalibre».

PeroelmayoratractivoparalamayoríadeloscamisaspardasdelAWBnoeraelmanifiesto, sino su líder, Eugene Terreblanche, cuyos discursos contenían perlascomo «¡Allanaremos la grava con Nelson Mandela!» y «Nos gobernaremos anosotrosmismosconnuestrosgenesblancossuperiores».Peromejoraúneracómolodecía.ElfornidoTerreblanche,consubarbablanca,eraunoradorqueenardecía.Sepodíacontarsiempreconélparaagitarlaspasionesdelosbóers,ansiososporocultarsusmiedosbajounaactitudbravuconaydesafiante.Erabueno,enparte,porqueeraun actor nato, cuyo accesoriomás preciado era el caballo blanco quemontaba, enparteporque teníaunsentido ricoypoéticode lascadenciasdel lenguaje, enparteporque la afición a la bebida le soltaba la lengua y en parte porque, durante sujuventud,sehabíaaseguradodeestudiarlastécnicasoratoriasdeAdolfHitler.

VonMaltitz era menos demagogo que Terreblanche, pero estaba tan motivadocomoél.SucelohizoqueascendierarápidamenteenelAWBhastaconvertirseenelprincipallugartenientedeTerreblancheenelEstadoLibre,elcorazóngeográficodeSudáfrica. Aunque no era bóer de nacimiento, lo era en espíritu. Su abuelo habíaluchadojuntoalosafrikanersenlaguerracontralosbritánicos,pero,másimportante,sentíaunamoralatierratanpuroyapasionadocomocualquieradelosvolk.Criadoen la granja familiar, que heredó de su padre, se consideraba un auténtico hijo deÁfrica,orgullosodehaberordeñadosuprimeravacaalostresaños.Desdeelpuntode vista militar, opinaba que aportaba a las fuerzas de los bóers cierto grado deprofesionalismo prusiano del que carecían algunos de los fanfarrones deTerreblanche.Había hecho el serviciomilitar en un regimiento de paracaidistas deélite,sabíamanejartodotipodearmasyeracinturónnegrodekárate.

Sin embargo, se sentía cada vez más decepcionado con Terreblanche, enparticularconsuformadebeber.(Enmásdeunaocasión,ellíder,borracho,secayódesucaballoblanco,paradeliciadeperiodistasytranseúntesnegros.)Terreblanche,avisado de que era posible que perdiera a sumejor hombre en el EstadoLibre, lellamóunanochepor teléfonoy ledijo:«HerrvonMaltitz, ¿está conmigoocontramí?»VonMaltitzrespondiódemaneraambigua:«Estoyconustedenlacausa.»

Pocodespués(estoocurríaen1989),VonMaltitzsefueyformóungrupoalquedioelnombredeMovimientoBóerdeResistencia,BWB,quealpoco tiempodejópara formar otro grupo más que se llamó Resistencia Contra el Comunismo. De

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aspecto erguido y nervioso, con fuertesmanos de agricultor, siempre salía de casavestidoconuniformemilitarde camuflajey conel armaen la cadera.VonMaltitzestabaconvencidodequeDioshablabaconél—amenudo—, locualpodríahaberresultado divertido si, como reacción a la liberación de Mandela, no hubieraconvertidosugranjaenuncampodeentrenamientomilitarjuntoasuusohabitual.Almenosunavezalasemana,reuníaasoldadoscristianosquepensabancomoélylespreparaba para lo que llamaba la «plena resistencia militar» contra el CNA. «Elenemigo llama ya ami puerta trasera.Debo combatirlo», era el razonamiento quehacía.Llegóaentrenarsimultáneamentehastaa70aspirantesakommandosenelusodefusilesypistolasMagnumyenlaguerradeguerrillas.

Von Maltitz figuraba en la lista de los radicales de derecha vigilados por elServicioNacionaldeInteligenciadeNiëlBarnard.Paralosagentesdedichoservicioyparaelpuñadodeperiodistasqueseguíalasactuacionesdelaextremaderecha,elnombredeEddievonMaltitzadquirióunaresonanciasiniestra.

Los guerreros bóer irrumpieron en elWorldTradeCentre lamañana del 25 defebrerode1993.Eneledificiodecristalyhormigón,dedospisos,sehabíanreunidodos personajes destacados, Joe Slovo, líder legendario del PartidoComunista, y elministrodeExterioresPikBotha.Antesdel ataque, unos3.000miembros armadosdelVolksfrontseencontraronfrentealapolicíaantidisturbiosquehabíaformadounperímetrodeprotecciónalrededordeledificio.Unbandoibademarrónyelotrodeazulgrisáceo,pero,por lodemás,eran laviva imagenelunodelotro.Hablabanelmismo idioma, tenían los mismos apellidos, les habían impartido la mismapropagandasupremacistablancatodassusvidas,habíanaprendidoaodiarytemeralCNA.Lospolicíasdelbatallónantidisturbioseranlosencargadosporelapartheiddeaplastarlosmovimientosdeprotestanegros.Aqueldía,enelWorldTradeCentre,seenfrentaron a algonuevoy extraño.El descontento blanco.Su entrenamiento—sueducación—noleshabíapreparadoparaaquello.¿Quédebíanhacer?¿HabríaalgunoensusfilasquesiguieraelejemplodelsoldadoquevigilabalaBastilla,quesenegóadisparar contra su pueblo y volvió el arma contra su oficial?Y en ese caso, ¿quépasaría?

Elpulsodurócuatrohoras,conlosdosbandossituadosa100metrosunodeotro,sinqueningunoseatrevieraadarelprimerpaso.Elgobiernoeraconscientedeque,si moría alguien, si se creaban mártires bóer, las consecuencias podían sercatastróficas. El CNA contaba con numerosos seguidores, pero pocos estabanarmados. Esta gente, en cambio, estaba armada hasta los dientes, y en ConstandViljoen teníaaun lídercapazdedesgarrarelpaís.Porconsiguiente,seordenóa lapolicía que actuara con la máxima contención, que no respondiera con la fuerzahabitual en un entorno que dominabanmejor, el de unamuchedumbre de jóvenesnegros arrojando piedras. Además, el respeto de las autoridades por Viljoen les

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permitíaconfiarenque lacontenciónsuscitarauna reacción razonableporpartedesusadversariosylasituaciónnoacabaraenunbañodesangre.

NoestáclarosiViljoenapoyólaordendeatacar.PerolaaccióncomenzócuandoTerreblanche ordenó a sus tropas de asalto, la unidad de «élite» del AWB, queavanzaran.Estossoldados,conocidoscomolaGuardiadehierro,sediferenciabandelos demás gracias a sus uniformes negros, parecidos a los de las SS. Eran unatreintena.Lapolicíaseapartólentamenteylesdejópasar.EddievonMaltitz,consuuniforme de camuflaje, se unió a ellos y trotó junto a un bakkie (un tipo decamioneta)decuatroruedasydeltamañodeuncarrodecombatequesedirigióhaciala entrada del edificio, atravesó el cristal y abrió una brecha por la que cargóVonMaltitz.«Yoencabecéelprimergrupoqueentró—recordaba,triunfante—.Teníamoschalecosantibalasyestábamoslistosparadisparar.YoteníaunaametralladoraRI.»

Enuninstante,había400guerrerosarmadosdentrodeledificio,despuésdepasaral lado de unos policías armados que no sabían cómo reaccionar. En unmomentodado,ungrupodecuatromiembrosdelVolksfrontrodeóaunperiodistanegrodelaagencia de noticias Reuters. Iba vestido con chaqueta y corbata, y eso parecióenojarlos especialmente. «Es un kaffir lleno de ínfulas», musitó uno. Mientrasdecidíansihacerlealgúndaño, intervinounperiodistablanco.«Eresunavergüenzaparalarazablanca»,ledijounodelosasaltantesarmados.DeprontoaparecióEddievonMaltitz.«Dejadtranquiloaestehombre—gritó—.Notenemosningúnproblemacon el hombre negro. El problema es nuestro gobierno blanco. Vamos a dispararcontraesostraidores.VamosadispararcontraPikBotha.»

Posteriormente, Von Maltitz presumía de haber «evitado un baño de sangre».Viljoenimpidióunomásgrandeaún.Elgeneralentróporlapuertarotayfuealpisodearriba, flanqueadoporunaguardia solemnedemiembrosdelAWB,parahablarcon los delegados delCNAy el gobierno y con los oficiales de policía almando.Había dejado claro lo que quería. Como un terrorista que coloca una bomba peroluegollamaa lapolicíaparaqueladesactive,habíademostradolacapacidaddesugenteparahacerdaño.Loúnicoquequeríaenesemomentoeraquelesdejaransaliryquenosedetuvieraaningunodesushombresalvolveracasa.Seaceptaronsuscondicionesy,salvounascuantaspintadasgroserasenlasparedes,algodeorinaenlas alfombras ymucho cristal roto, no pasó nada. Por segunda vez en dosmeses,Sudáfricahabíacoqueteadoconlacatástrofeperohabíalogradoevitarla.

Lavidarealseguíaadelanteconindependenciadetodoaquello.AmenosdeunkilómetrodelWorldTradeCentre, lagente seguía trabajandoen susoficinasy susfábricascomosiempre.Doskilómetrosmásallá, lospasajerosseembarcabanenelaeropuerto de Johanesburgo y los aviones seguían despegando y aterrizando sininterrupción.Laciudadbullíacomodecostumbre,lossemáforosseponíanenrojoyen verde, los cafés estaban llenos. Y los Springboks de Pienaar se entrenaban

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ferozmentea500kilómetrosdedistancia,enDurban,paraelpartidodeldíasiguientecontraFrancia.

ElCNAteníayamotivossuficientesparadecir:«Bastaya,vamosaquitaros lazanahoriaynuncamásos lavamosadevolver.»Sinembargo,no lohizo.Unavezmás,Mandela,conelapoyodeSteveTshwete,seimpusoconelargumentodequenoeraa lagentecomoViljoen,comoTerreblancheycomoVonMaltitzaquienhabíaque apelar, porque por ahora eran casos perdidos, sino a los afrikaners normales ycorrientes. Como toda la gente normal de cualquier país que se encuentra entre laguerraylapaz,esaspersonasponíanlaseguridadylaprosperidadpordelantedelaideología, observaban de qué lado soplaba el viento y trataban de ver qué opciónfavorecíamáslosinteresesdesusfamilias.Paraesaspersonas,elrugbyseguíasiendounincentivo;quitárselolesharíadaño,lesharíaestarmástentadosdeaproximarsealbandodeViljoen.Mandelasabíaqueelrugbyeraelopiodelapartheid,ladrogaqueadormecíaalaSudáfricablancaparaquenovieraloquehacíansuspolíticos.QuizáeraútilteneramanounadrogaqueanestesiaraaesaSudáfricablancaanteeldolordeperdersuspoderesysusprivilegios.

El partido contra Francia, una potencia en el rugby mundial contra la queSudáfrica no había podido jugar desde hacía trece años, fue el momento de másorgullo en los veintiséis años de vida de François Pienaar. Desarrollado ante unestadiorepleto,52.000espectadores,elencuentroeclipsóenlaimaginaciónpopularlossucesosocurridos24horasantesenelWorldTradeCentre.Elresultadofinalfueun empate 20-20, pero para Pienaar, y para la mayor parte de los blancossudafricanos,tuvosaboravictoria.

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CAPÍTULOX-LASEDUCCIÓNDELGENERAL

En 1838, el general bóer Piet Retief encabezó unmillar de carretas de bueyescargadasdehombres,mujeresyniñoshastaelcorazóndelterritoriozulú.Dingaan,elreyzulú,miróalosexpedicionariosconaprensión.Lehabíanllegadoinformacionesdequesequedabancontodaslastierrasporlasquepasaban,perotambiénhabíaoídoque habían infligido pérdidas terribles a las tribus negras que habían intentadooponerseaellos.ElprimerinstintodeDingaanfuemantenersefirmeyluchar.Alfinyalcabo,loszulúeseranlosguerrerosmásvalientes,disciplinadosytemidosdetodoel sur deÁfrica.Generaciones anteriores de su pueblo habían barrido todo lo queencontrabanasupaso,comoparecíaqueestabanhaciendoahoralosbóers.Peroesteenemigoteníacaballosyrifles,yelreyzulúpensóquemásvalíatratardellegaraunacuerdoqueenviara los lancerosde sus impis contraellos.AsíquemandóaunosemisariosaveralgeneralRetiefyleinvitóasukraalreal,conlapropuestadebuscarunafórmulaquelespermitieraconvivirenpaz.

Retief,dequienloslibrosdehistoriadicenqueeraunhombrehonorable,aceptólainvitación,pesealasadvertenciasdepartedesugentedequenosefiaradelreyzulú,quehabíaascendidoaltronodespuésdeasesinarasumediohermano,Shaka.PeroRetiefcalculóqueDingaannoseríatanimprudentecomoparahacerlomismoconellíderdeungrancontingentedehombresblancosfuertementearmados.

El3de febrero,Retief llegóa lacapitalzulúdeuMgungundlovu,quesignifica«ellugarsecretodelelefante»,conungrupode69hombresyofrendasdeganadoycaballosparaDingaan.Lascosasfueronbien.Antesdequeacabaraeldíasiguiente,lasdospartesacordaronuntratadoporelqueDingaancedíagrandesfranjasdetierraa los pioneros bóer. Para celebrar el pacto, el rey invitó aRetief y su grupo a unafiestadosdíasdespués,condanzastradicionaleszulúes.Lesdieroninstruccionesdedejarsusarmasfueradelkraal real,yasí lohicieronellos.Entraron,sesentarony,cuandoladanzaalcanzabasufrenéticoclímaxsaltarín,Dingaanselevantódegolpeygritó: «¡Bambani aba thakathi!» («¡Matad a los magos!») Los guerreros del reydominaronaRetiefysushombresylosllevaronaunacolinacercanaenlaquelosmasacraron.

La historia de Piet Retief y Dingaan la conocían todos los niños sudafricanosblancosenedadescolar.ParalostradicionalistascomoConstandViljoen,quevivíanrodeadosdelfolklorebóeryseconsiderabanseguidoresdelaorgullosatradicióndehéroesbóercomoRetief,elrecuerdodelatraicióndeDingaanerasiempreunavisodeloquepodíaocurrirsiseconfiabaenelhombrenegro.

EnopinióndelosfielesdelVolksfront,esoeraloqueMandelaestabahaciendo

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conF.W.deKlerk.BraamViljoen,elhermanogemelodeConstand,comprendíalaformadepensarde laextremaderechaprácticamentemejorquenadie, teniendoencuentaquesealineabamásomenosconelCNA.Loqueladerechahabíapreferidoaprender de la historia era que «nuestros negros» no respondían a una persuasiónracional, sino a la intimidación y la fuerza. BraamViljoen escribió un documentoparaIDASA,elthink-tankparaelquetrabajaba,queinfluyóenMandelayelCNAehizoqueempezaranatomarsealaextremaderechatanenseriocomoselatomabadesde hacía tiempo De Klerk, que poseía mejores informaciones. En su informe,Braam decía que el nuevo tipo de dirección había «transformado la actitud de laderecha de catástrofe inevitable en activismo militante, y había permitido que losgrupos afrikaner más variados se unieran bajo el nuevo paraguas del Volksfront».Braam, que no excluía la posibilidad de que sectores importantes de la FSADrespondieran al llamamiento de su hermano, advertía de que era necesario oír a laextremaderecha.«Avecespiensoqueestáncoincidiendoloselementosclásicosdelatragedia:elpasadoquedeterminadeformaineludibleelfuturo,elheroísmoyelvalorque se mezclan extrañamente con la estupidez absoluta para provocar el desastresupremoeinevitable.»

Paraaveriguarsilaextremaderechapodíatolerarla«audiencia»queproponía,esdecir, conversaciones con el CNA, Braam decidió que había llegado la hora deromper el hielo con su hermano. Cuatro meses antes de cumplir sesenta años, aprincipios de julio de 1993, Braam y Constand Viljoen se sentaron a hablar depolíticaporprimeravezquerecordaranellos.

BraamempezóhaciendoaConstandunapreguntasencillaydirecta.«¿Cuálessonvuestrasopciones?»

«Metemo—respondióConstand—quenotenemosmásqueunaopción.Vamosatenerqueresolverestomediantelaacciónmilitar.»

Braam, que contaba con que dijera eso, prosiguió: «Quizá exista otra opción.¿QuétepareceríaunareuniónbilateraldealtonivelconelCNA,comoúltimointentodeevitarunaguerracivil?»

Constand reflexionó un instante y dijo: «Lo consultaré con mi consejo en elVolksfront.»

Unos días después, Constand respondió a su hermano. Constand estabafamiliarizadoconlaguerra,queríaevitarla.ErapartidariodereunirseconMandela,yladireccióndelVolksfront,unosmilitaresqueobedecíanpornaturalezaasujefe,sehabíanmostradode acuerdo.«La respuesta es sí—dijoConstanda suhermano—.EstamosdispuestosareunirnosconelCNA.»Braamsepusoatrabajardeinmediato.ContactóconunantiguoalumnosuyodeteologíallamadoCarlNiehaus,quesehabíaconvertidoenunodelosafrikanersdemásrenombreenelCNA.Dirigíaeldíaadíaeneldepartamentodecomunicacionesdelaorganización.

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BraamViljoenledijoaNiehausque,desdequesuhermanohabíasidonombradojefedelVolksfront,habíaestadoviajandoportodoelpaísanimandoalosfielesalaguerra. Aspiraban a desbaratar el proceso de negociaciones e impedir que secelebraraneleccionesconparticipacióndetodaslasrazas.Constand,encolaboracióncon altos oficiales de la FSAD que simpatizaban con su causa, estaba pensandoseriamente en organizar un golpe deEstado. «Braamme dijo que eran capaces deromper la lealtad de la FSAD al proceso de negociación y apartar al gobierno delpoder con un golpe clásico —recordaba posteriormente Niehaus—. Me dijo queestaban convencidos de tener suficiente potencia de fuego y suficiente gente paralograrlo.»

BraamledijoaNiehausqueelVolksfrontnoibaaparticipar,comohabíanhechomuchos grupos políticos pequeños, en las negociaciones del World Trade Centre.Para ellos, sentarse con elCNAya eramalo, pero sentarse con el gobierno deDeKlerkeraimpensable.Laúnicaremotaposibilidaddeencontrarunasalidapacíficaala crisis inminente estaba en tener conversaciones directas entre el CNA y ladireccióndelVolksfront.¿CreíaNiehausqueerafactible?

Niehaus se apresuró a hablar con un responsable de inteligencia del CNA,MathewsPhosa,y lepreguntó sihabíaque tomarseen serio los rumoresdegolpe.Phosaconfirmóque,segúnsusfuentes,habíaquetomárselosmuyenserio.PhosaerapartidariodeunareuniónconelVolksfront,igualqueotrospersonajesdelCNAconlos que hablóNiehaus. «CuandoNelsonMandela se enteró de la propuesta, no lodudó. Inmediatamente comprendió el valor del encuentro—recordaba Niehaus—.Creía en el contacto personal, y estaba convencido de que podía conectar conConstandViljoenyconvencerlodequeselopensaramejor.»

Niehaus transmitió la respuesta positiva del CNA a Braam, que informó a suhermano. Constand dijo que le parecía bien que se celebrara la reunión, pero queteníadoscondicionespreviasesenciales.Teníanquedargarantíasabsolutas,primero,dequeladelegacióndelVolksfrontibaaestarseguray,segundo,dequelareuniónseiba a hacer en absoluto secreto.Constand, que quizá tenía enmente a PietRetief,estabasiguiendo,sinsaberlo,elejemplodeMandela.Afinalesdelosochenta,habríasido desastroso para el prisionero Mandela que las bases del CNA se hubieranenteradodequeestabahablandoconel enemigo.La confusiónhabríadadopasoadañinas divisiones en las filas.Viljoen teníamiedo de que ocurriera esomismo, oalgopeor,sisussoldadosdescubríanqueibaareunirseconMandela.

BraamtranquilizóasuhermanoennombredelCNAy,el12deagostode1993,sólocuatrodíasdespuésdelprimercontactoconNiehaus,BraamyConstandViljoenatravesabanlapuertaprincipaldelacasadeNelsonMandelaenHoughton.Élmismolesesperabaallí,conlamanotendidaysusonrisaabierta.Fueunencuentroquedejóasombradosalasdospartes.Mandelaeramuchomásaltoquelosdoshermanos,con

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una imponente presencia física. Y se mostró muy cálido con ellos, aparentementeencantadodeverlos.Porsuparte,élmiróaunoyotrohermanoyvioadoshombresde alturamedia y peso normal, con lasmismas narices protuberantes, las barbillasprominentes, las cabezas cubiertas de una cabellera blanca pero juvenil y los ojossolemnesdecolorazulmarino.Sólocuandoleshizoungestoparaqueentraranylesviocaminaradvirtióunadiferenciaentreelpasorígidoymarcialdelhermanomilitaryelmásdesgarbadodelhermanoteólogo.

ConstandhabíaidoacompañadodelostresgeneralesretiradosqueconstituíanelaltomandodesuVolksfront;Mandela teníaa losdosmáximosresponsablesde losbrazosmilitar y de inteligencia del CNA. Braam y Carl Niehaus, los mediadores,completabanelgrupo.LapersonamásrelajadadurantelasincómodaspresentacionesfueMandela,quedaba la impresióndeestar recibiendoaungrupodeembajadoreseuropeos.Peroloquehabíaallíerandosgruposdepersonasqueestabanapuntodedar la vuelta a una relación de décadas, sin dejar demantener lamisma rivalidadviolenta.ViljoenestabahaciendoloquehabíahechoMandelaen1961:establecerunmovimiento de resistencia armada para intentar cambiar de forma violenta el statuquo.MandelaqueríadaralosaspirantesaterroristaslaalternativapacíficaqueaélnoselehabíaofrecidohastacasitreintaañosdespuésdefundarUmkhonto.

Mientraslasdosdelegacionesseobservaban,sintenerclarosiestarfascinadosuhorrorizados de encontrarse todos en la misma habitación, Mandela invitóamablemente al general Viljoen a sentarse junto a él en el salón. Las discusionesformalesen tornoaunagranmesadeconferencias ibanaempezarenseguida,peroantesMandelaquisorendiraP.W.BothaelhomenajedereproducirconViljoenlaselegantes maneras que el gran cocodrilo le había mostrado cuatro años antes enTuynhuys.OfrecióaConstandunatazadetéyselasirvióélmismo.«¿Quiereleche,general?»Elgeneraldijoquesí.«¿Legustaríaunpocodeazúcar?»«Sí,por favor,señorMandela»,respondióelgeneral.

Viljoen removió su té en un estado de silenciosa confusión.Aquello no era enabsoluto loqueesperaba.Unosestereotipos largamentearraigados seveníanabajo.Loquenocomprendíaenaquelmomento—ynopodíacomprender,porsueducación—eraque,en términospolíticos,noestabaa laalturadesu interlocutor.Mandela,queeraunhombredemundoynounodelosvolk,teníaunacapacidaddepenetrarenlasmentesdepersonasculturalmentedistintasaéldelaqueelgeneralcarecía.Sabíacuándo halagar y aplacar (Niël Barnard hablaba del «instinto casi animal» deMandela«parallegara lasvulnerabilidadesdeunapersonaytranquilizarla»);sabíatambién cuándo podía pasar al ataque sin ofender, con lo que transmitía unaimpresióndehombredirectoquesabíaqueleibaagustaralgeneral,comolehabíagustado a P.W.Botha.Años después,Mandela dijo: «He trabajado con afrikanersdesdequehacíaprácticasdeabogado,ymehanparecidosiempresencillosyfrancos.

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Siaunafrikanernolecaesbien,tedice“gaankak”—«lárgate»,seríaunatraduccióncortés del original bóer—. Pero, si le caes bien, entonces está de acuerdo contigo.Tienenlacapacidaddecontinuarloqueempiezan.»

Mandela—cortésperosinpelosenlalengua—seesforzóencaerbienaViljoen.«Mandelaempezódiciendoqueelpuebloafrikanerleshabíahechomuchodañoaély a su gente—recordaba el generalViljoen—, y que, sin embargo, sentía un granrespetoporlosafrikaners.Dijoquequizáeraporque,aunqueeradifícildeexplicaralagentedefuera,elafrikanerteníamuchahumanidad.Dijoque,sielhijodeunpeónenunagranjadeunafrikanerseponíaenfermo,elgranjeroafrikanerlellevabaensubakkiealhospital,yllamabaparapreguntarporél,yllevabaasuspadresparaquelovieran, y se portaba muy bien. Al mismo tiempo, el granjero afrikaner tratabaduramente a su peón y esperaba que trabajase mucho. Era un jefe exigente, dijoMandela, pero también era humano, y ese aspecto era algo que a Mandela leimpresionabamucho.»

Viljoen estaba asombrado por la capacidad de Mandela de ir más allá de lascaricaturas superficiales y comprender con tanta profundidad, en su opinión, elverdadero carácter del afrikaner.Otra cuestión es cuántos peones de granja negroshabríaencontradoMandelaqueconfirmaransuopinióndelbaas.LoimportanteeraqueMandelasabíaquesudescripcióndelafrikanercomouncristianorudoycurtidoseajustabaperfectamentealavisiónqueViljoenteníadesupropiopueblo.

Viljoen se quedó tan intrigado como se había quedadoBotha cuandoMandelaempezóadestacarlassimilitudesentrelahistoriadelosnegrosyladelosafrikaners,dos pueblos que habían librado guerras de liberación. Y, por supuesto, Mandelaestaba haciendo algo que Viljoen no se esperaba. Estaba teniendo la cortesía dehablarconélensupropioidioma.

MandelahabíavaloradomuybienlaatmósferaylehabíadejadoclaroaViljoenqueeraunhombreconelquepodíahablarydelquepodíaesperarqueleentendiera.Peroelauténticomeollodelareuniónllegóalfinaldesuconversaciónentornoalastazasdeté.BraamyNiehausestabanescuchandojustoenesemomento.

«EsperoquecomprendalodifícilquelesresultaalosblancosconfiarenquelascosasvanairbienconelCNAenelpoder—dijoConstandViljoen,yañadió—:Noestoysegurodesisedaustedcuenta,señorMandela,peroestopuededetenerse.»

«Esto»queríadecirlatransiciónpacíficahaciaelgobiernonegro.Nolodijocontodas las letras,peroclaramenteestaba indicándoleaMandelaque ibaahaberunaintervenciónmilitaryqueladerecha,conlaayudadelaFSAD,podíahacerseconelpoder si no sedaba a los afrikanersuna franjade territorio soberanodentrode lasfronterassudafricanas.

Mandela,muyserio, respondió:«Mire,general, séque las fuerzasmilitaresquepuedereunirustedsonpoderosas,bienarmadasybienentrenadas;yquesonmucho

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más potentes que las mías. Militarmente, no podemos luchar contra ustedes; nopodemosganar.Sinembargo,sivaustedalaguerra,leaseguroquetampocoganará,no vencerá a largo plazo. Primero, porque la comunidad internacional estará porcompleto de nuestro lado. Y segundo, porque somos demasiados, y no puedenmatarnosatodos.Asíque,dígame,¿quétipodevidavaatenersugenteenestepaís?Migenteseiráalcampo,laspresionesinternacionalessobreustedesseránenormesyestepaísseconvertiráenuninfiernoparatodosnosotros.¿Esesoloquedesea?No,general,sientramosenunaguerranopuedehabervencedores.»

«Esverdad—replicóelgeneralViljoen—.Nopuedehabervencedores.»Yahíacabólacosa.Aquélfueelentendimientosobreelquelaextremaderechay

elmovimientonegrodeliberaciónconstruyeronsudiálogo.AquellaprimerareuniónenHoughtonsentólasbasesparatresmesesymediodenegociacionessecretasentredelegaciones delCNA y elVolksfront. ElVolksfront quería establecer el principioconstitucionaldeunIsraelafrikaner,aloqueelCNAnuncadijototalmentequenoynuncadijototalmentequesí;suprincipalpreocupacióneraconseguirquelagentedeViljoensiguieraenlasconversacionesyparaello les tentaronconlaposibilidaddefuturasconversacionessobrelaconstitucióndesuanheladoBoerestaat.

Aquellos contactos siguieron adelante pese a una serie de acontecimientos quepodían haber sido desestabilizadores y que se produjeron durante los tres últimosmesesde1993.Elprimerofueelanuncio,porpartede losnegociadoresdelWorldTradeCentre,dequelasprimeraseleccionessudafricanasconparticipacióndetodaslasrazassecelebraríanel27deabrilde1994.Luegocrearonuncomitéencargadodeescoger un nuevo himno nacional y una nueva bandera. Entonces, MangosuthuButhelezidescubriósuscartasalformarunacoaliciónconlaextremaderechablanca,un organismo del que formaban parte el Volksfront e Inkatha y que se llamaba laAlianza para la Libertad. (Los seguidores de Viljoen, impresionados por ladisposición de Inkatha a respaldar su retórica con la fuerza, celebraron el hecho.)Después, los asesinos de Chris Hani, Janusz Walus y Clive Derby-Lewis, fueroncondenados a muerte. Luego, una mujer negra fue coronada Miss Sudáfrica porprimeravez.Y,para echarmás sal en laherida,MandelayDeKlerk recibieronelpremio Nobel de la Paz. Y, lo más importante de todo, Mandela y De Klerkpresidieron una ceremonia en la que quedó solemnemente aprobada la nuevaconstitución de transición del país. El resultado de tres años y medio denegociacionesfueunpactoporelqueelprimergobiernoelegidodemocráticamentesería una coalición que iba a compartir el poder durante cinco años: el presidenteperteneceríaalpartidomayoritarioperolaconfiguracióndelgabinetedebíareflejarlaproporción de votos obtenida por cada partido. Las nuevas disposiciones ofrecíanasimismogarantíasdequenilosfuncionariosblancos,incluidoslosmilitares,ibanaperdersutrabajo,nilosgranjerosblancosibanaperdersustierras.Tampocohabría

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ningúnjuicioalestilodeNuremberg.Aunque era con De Klerk con quien había llegado a ese acuerdo histórico,

MandelasiempresintiómásrespetopersonalporConstandViljoen—einclusoporP.W. Botha— que por el presidente que le había puesto en libertad. ParaMandela,Viljoen era, como él, un líder patriarcal que, dentro de los límites de su simplistanaturalezabóer,teníaungrancorazón.MandelaveíareflejadasenViljoenalgunasdesuspropiascualidades—honradez,integridad,valor—quemáslegustaban.

En De Klerk, por el contrario,Mandela veía pocas cosas que quisiera emular.Nuncaleperdonóloqueconsiderabasudesprecioporlapérdidadevidasnegrasenlosdistritossegregadosyconsiderabaqueelpresidenteeraunabogadomezquinoysibilino que se perdía en los detalles y carecía del temperamento y la convicciónpropiosdeunverdadero líder.Eraunaopiniónque inclusomuchosde suspropioscolegasenelComitéEjecutivoNacionaldelCNAconsiderabaninjusta,pero,sihabíaalgoqueelprobocaballerovictorianoqueeraMandelaodiaba,eraelsentimientodequealguienhabíatraicionadosubuenafe.

Pese a ello, fue con De Klerk con quien Mandela recibió su premio Nobelconjunto. La concesión le indignó, no porque le pareciera prematura, que lo era,puestoquenadiesabíaaúncuálibaaserelresultadodelacarreraentrelapazylaguerra, sino porque, según su viejo amigo y abogadoGeorge Bizos, creía queDeKlerknolomerecía,queelpremiodeberíahaberidoapararaMandelayelCNAensu conjunto. «Cuando De Klerk pronunció su discurso de aceptación —contabaGeorgeBizos,queviajóaNoruegaconladelegacióndelNobel—,Mandelaesperabaquereconocieraquesehabíacometidounainjusticiaconlascrueldadesdelapartheidcontra la gente de Sudáfrica. PeroDeKlerk no incluyó ninguna referencia de esetipo.»Comosisecreyera lapropaganda,comosisecreyera lamediaverdad tácitadel acto de que se había ganado una posición de igualdadmoral conMandela, loúnicoquedijoDeKlerk fuequeambasparteshabíancometido«errores».«MiréaMandela.Élselimitóamenearlacabeza.»

Esa noche, Mandela y De Klerk presenciaron junto a la catedral de Oslo unaprocesión de antorchas. Parte de la ceremonia consistía en una interpretación delNkosi Sikelele. Mandela notó que, mientras cantaban el himno de liberación, DeKlerkcharlabadistraídamenteconsuesposa.LapacienciadeMandelallegóallímitedurantelacena,organizadaporelprimerministrodeNoruegaycon150invitados,miembrosdesugobiernoyelcuerpodiplomático.CuandoMandelaselevantóparahablar, Bizos se quedó tan asombrado como todos los demás ante el veneno quedestilaron sus labios. «Dio los detallesmás horribles de lo que habían sufrido lospresos en Robben Island —recordaba—, incluido cómo habían enterrado a unhombreenlaarenadejándolesólolacabezafueraycómohabíanorinadosobreél...Contólahistoriacomoejemplodeloinhumanoquehabíasidoelsistema,aunqueno

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llegóadecir:“Aquíestánlaspersonasquerepresentabanaesesistema.”»Es evidente queMandela guardaba cierto resentimientohacia sus carceleros, al

contrario de lo que había asegurado en la rueda de prensa al día siguiente de suliberaciónyalaimagenquelosadmiradoresdetodoelmundodeseabantenerdeél.Despuésdetodonoeraunsanto.

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CAPÍTULOXI-«HAYQUEAPELARASUSCORAZONES»1994

Una dieta sencilla y baja en grasas, mucho ejercicio, el fresco aire de mar,suficienteshorasdesueño,horariosregulares,prácticamentenadadeestrés:lacárcelteníasuscompensaciones.EsoayudabaaentenderporquélosmédicosdeMandelaconfirmaban loquedecíanquienes lehabíanvistoenacciónduranteaquel año tanrepleto de acontecimientos espectaculares: a los setenta y seis años, tenía laconstitucióndeunhombredecincuentaenbuenaforma.Milnovecientosnoventaytres fueun añocargadode acontecimientos; 1994prometía ser todavíamásdifícil.Mandela se levantaba todos los días a las 4:30 no sólo por costumbre, sino pornecesidad.Laderechablancay laderechanegraseguíannegándoseapresentarsealaseleccionesyamenazabanconlaguerrasisellevabanacabosincontarconellas.En el caso de que sí se celebraran las primeras eleccionesmultirraciales el 27 deabril,segúnloprevisto,Mandelatendríaqueocuparsedeunacampañaelectoral,y,sivencía, tendríaunpaísquegobernar,unpaísconlosproblemashabitualesentodaspartes, más la certidumbre de que el problema fundamental de la estabilidad, laperspectivadelterrorismocontrarrevolucionario,noibaadesaparecer.

LobuenoeraqueConstandViljoenestabaperdiendosuentusiasmoporlaguerra.Desde su llamamiento a las armas en Potchefstroom, había desarrollado—con laayuda de Mandela— una conciencia más clara del baño de sangre que podíadesencadenaryestabaempezandoaverqueungobiernodirigidopornegrospodíanosertanapocalípticocomohabíapensadoalprincipio.Sinembargo,seguíaexhortandoasugenteamovilizarseparalaguerra.«Siquieresdiscutirconunlobo,asegúratedetener una pistola en la mano», era su lema. El problema era que ya no estabacompletamentesegurodesielloboeraunlobo,ounperroquepodíadomesticarse.Mandela le caía bien, pero tenía sus dudas sobre el CNA; le preocupaba que losdirigentes con los que se reunía, como el astuto número dos de la organización,Thabo Mbeki, pudieran estar abusando de su buena fe y engañándole para quevendiera a su gente.Y había otra cosa. Si elCNA estaba poniendo en práctica unjuego retorcido y engañoso, si lo que en realidad quería era convertir Sudáfrica alcomunismoyllevaracabounaterriblevenganzacontralosblancosmientrasfingíalocontrario, los altos jefes de la FDSA se lo habían creído por completo. El generalGeorg Meiring, sucesor de Viljoen como jefe de las fuerzas armadas, habíapronunciado justo antes de laNavidad de 1993 un discurso en el que prometía suapoyoalanuevaconstitución(unodelosincentivosparahacerlofuelaamenaza,porparte del progresista jefe de las fuerzas aéreas, de que estaba dispuesto abombardearlesivolvíaalejércitoencontradelnuevoorden).Viljoensabíaque,siel

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Volksfront declaraba la guerra, seguramente se enfrentaría al poderío del mismoejércitoenelqueélhabíaservidocontantoorgulloydistinción.Todavíaeraposiblecontar con que algunos sectores de la FDSA lucharían junto a la resistencia bóer,pero,denoproducirseungolpedemano—quecadavezeramenosprobable—enlacúpula,lainstituciónparecíaestaralineadaconMandelayDeKlerk.

ElgeneralViljoennosehabíasentidonuncataninseguroeincómodo.AmedidaquelasposibilidadesdevictoriadelVolksfrontsevolvíanmásremotas,sussoldadosclamaban en vozmás alta pidiendo la guerra.Mandela también oía esos gritos, ysimpatizabaconViljoen.Sabíaque lasbasesdelgeneralnecesitabanlanzarvítores.Los demás dirigentes del CNA no lo tenían tan claro. En una reunión del ComitéEjecutivoNacionalaprincipiosde1994,sediscutióquéposturadebíatenerelnuevogobierno sobre la delicada cuestión del himno nacional. El viejo himno eraclaramenteinaceptable.UnapartedeDieStem,unalúgubremelodíamarcial,eraunaaceptableyneutralsúplicaaDiosparaque«protejanuestraamadatierra»;perootra—yésaeralapartequeoíanlosnegros—celebrabalostriunfosdeRetief,Pretoriusyelrestodelos«expedicionarios»ensumarchahaciaelnorteatravésdeSudáfricaenel siglo XIX, una marcha en la que aplastaron la resistencia negra y sus «carroschirriantes dejaron sus surcos en la tierra». El himno extraoficial de la Sudáfricanegra, elNkosi Sikelele, era la sentida expresión de un pueblo que había sufridomuchotiempoyanhelabalalibertad.

La reunión acababa de empezar cuando entró un ayudante para informar aMandeladequeteníaunallamadadeunjefedeEstado.Saliódelasalaylostreintaypico hombres y mujeres del órgano supremo de decisión del CNA siguierondebatiendo sin él. Hubo un consenso abrumador en favor de eliminarDie Stem ysustituirlo por el Nkosi Sikelele. Los miembros del comité ejecutivo estabanfelicitándose por su decisión y lo que simbolizaba para la nuevaSudáfrica cuandoregresóMandela.Ledijeronloquehabíandecididoyélrespondió:«Pueslosiento.No quiero ser grosero, pero... creo que debo expresar lo que pienso sobre estapropuesta.Nunca pensé que personas experimentadas como vosotros podían tomaruna decisión de tal magnitud en un tema tan importante sin ni siquiera esperar alpresidentedevuestraorganización.»

YentoncesMandelaexpusosupuntodevista.«Estacanciónquedespacháiscontanta facilidad contiene las emociones de muchas personas a las que todavía norepresentáis.Deunplumazo, decidiríais destruir lamisma—laúnica—basede loqueestamosconstruyendo:lareconciliación.»

Los hombres y mujeres del Comité Ejecutivo Nacional del CNA se sintieronabochornados. Mandela propuso que Sudáfrica tuviera dos himnos que seríaninterpretados,unodespuésdeotro,entodaslasceremoniasoficiales,desdelastomasdeposesiónpresidencialeshastalospartidosinternacionalesderugby:DieStemyel

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NkosiSikelele.Losluchadoresporlalibertad,rápidamenteconvencidosporlalógicadel argumento de Mandela, cedieron de forma unánime. Jacob Zuma, que habíapresididolareunión,dijo«Bueno,creo...creoquelacosaestáclara,camaradas.Creoquelacosaestáclara.»Nohuboobjeciones.

El comité capituló ante el enfado de Mandela porque sus miembroscomprendieron que su solución para el problema del himno era lamejor desde elpuntodevista táctico.Habíaamonestadoalcomitésobre lanecesidaddeganarsealosafrikanersymostrarrespetoporsussímbolos;sobrelaconvenienciadehacertodolo posible, por ejemplo, para decir unas palabras en afrikaans al principio de cadadiscurso.«Nohayqueapelarasurazón—explicó—,sinoasuscorazones.»

EnelcasodeConstandViljoen,Mandelasedirigióalcerebroyelcorazón,peroal final fueel corazónelqueganó.Ayudóenormementeelhechodeque, el11demarzo,elVolksfrontsufriósuWaterloo,yesomovióalgeneralenladirecciónhacialaqueMandelahabíaestadoempujándoleconsuavidad.

Aapenasseissemanasdelaselecciones,ViljoenrespondióaunallamadadeunodesusaliadosnegrosenlaAlianzaporlaLibertad.EnesaocasiónnoeraButhelezi,sinoel líderdeotrode lospequeñosEstados tribalesqueel ideólogojefeHendrickVerwoerdhabíaideadocomopartedesuestrategiadel«granapartheid»,unhombrellamadoLucasMangope, cuyo poder enBophuthatswana estaba amenazado por lamayoríadesusciudadanos,partidariosdelCNAyofendidosporsudependenciadePretoria.Viljoenmovilizóunafuerzademásdemilhombrespara ira lacapitalde«Bop»,unaciudadllamadaMmabatho.LacosaacabóendesastrecuandoelAWBdeEugeneTerreblancheentróenlarefriegayemprendióloquelosperiódicosafrikaansdescribiríanmás tarde como un kaffirskietpiekniek, un pícnic de tiro al kaffir. Lasfuerzas de seguridad de Mangope se rebelaron y dirigieron sus armas contra losmiembrosdelVolksfront,ycuando,horasmástarde,llególaFSADenunacolumnade vehículos blindados, las tropas de Viljoen abandonaron el campo de batalla enmediodelcaos.

Suele decirse que lo que ocurrió en Mmabatho fue la única razón por la queViljoendecidióabandonar la luchaderesistenciabóer.Peroél reconocióquehabíamásfactores.UnavezlibradodelelementovándalodelAWB,habríapodidoseguirdirigiendounacampaña«militar»eficaz,aunquetodoslosdemáslohabríanllamadoterrorismo. «Teníamos un plan. Podríamos haber impedido que se celebraran laselecciones,ynoconlaFSAD,sinonosotrossolos.Teníamoslosmedios,teníamoslasarmas,teníamoslatácticayteníamoslavoluntad.Nodehacernosconelpoder,nodederrotaralaFSAD,perosídeimpedirquesecelebrasenlaselecciones,nomecabeningunaduda.»

Arrie Rossouw, al que, cuatro años después de la liberación de Mandela, seconsideraba un peso pesado del periodismo afrikaner y que posteriormente sería

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directordeBeeld ydeDieBurger, estaba de acuerdo. «Nohaydudade quepodíahaberhechoundañoterribleaestepaís—afirmaba—.Muyfácilmentepodíahabercolocado a 400 ex miembros de los regimientos de Reconocimiento [fuerzasespeciales], perfectamente entrenados, a sus órdenes y, con ellos, bien dotados dearmas, podría haber hecho estallar aeropuertos, estaciones de tren, estaciones deautobús,podríahaberasesinadoagente.Nohabríanconseguidoderrocaralgobierno—esoloaprendieronenMmabatho—,perosíhabríanpodidoparalizarlaeconomíaycausaruncaospolíticototal.Yhabríanpodidomantenerloduranteañosyaños.»

Enotraspalabras,podríanhaberhecho loqueel IRAhizoen IrlandadelNortedurantetreintaaños,peroconunosefectosmuchomáscatastróficos.Enparte,porquedisponían demás armas ymás hombres con experienciamilitar, pero, sobre todo,porqueSudáfricaestabaconstruyendosudemocraciaconunaeconomíaquebradiza,vulnerablealcaosyelderrumbamientocomonolohabíansidojamásIrlandaniGranBretaña.Loalarmantefuequenoerauncolectivo,sinounsolohombre,elquedebíadecidirquévíaibanaemprender,lapazolaguerra.

«Sí,fueunadecisióncompletamentemía.Completamente—confirmóViljoenentono solemne—. Durante aquellas últimas semanas antes de las elecciones, en elVolksfrontafrikanerhabíadivisióndeopiniones,entreunamitadquequeríalaopciónviolenta,impedirlaseleccionesytodoelprocesodemocráticoenSudáfrica,ylaotraquequeríaunasoluciónnegociada.»Sufrióconladecisión.«Siempremeparecióquelaguerraylaviolencianosonopcionesfáciles.Yosabíaloqueeralaguerra.Asíquelesdijeamispartidariosqueasumíalaresponsabilidaddedecidirsilucharono.Fueladecisiónmásdifícildetodamivida.Enelejército,tienequeentenderlo,antesdetomarunadecisiónenunasuntocomoéste,sopesamostodoslosfactores,evaluamos,reflexionamos,ysólodespuésdeunlargoprocesonosdecidimos.Penséquelamejoropcióneran lasnegociacionesyparticiparen laselecciones.Meparecióqueera lomejorparaelpaísylomejorparaelpuebloafrikaner.»

El factor decisivo para Viljoen no fue ni la chusma del AWB, ni el fiasco deMmabatho,sinootracosa.«Elcarácterdeloponente,sisepuedeconfiarenél,siunocreequeestáverdaderamenteafavordelapaz.Loimportante,alsentarseanegociarcon el enemigo, es el carácter de los interlocutores al otro lado de la mesa y sicuentanconelapoyodesugente.Mandelateníalasdoscosas.»

HabíapocoscapacesderesistirsealencantodeMandela;nisiquieraDeKlerk,nisiquieracuandoestabanenplenacampaña,unocontraotro,antesde laseleccionesdel27deabril,ynisiquieradespuésdequeseenfrentaranenundebateenvivoentelevisión como losdeEstadosUnidos.DeKlerk, lobastante joven comopara serhijodeMandela,semostrómásdespiertoymejorpreparadoquesuadversario.Peroentonces, cuando el debate se aproximaba a su fin, Mandela tendió la mano yestrechó la del presidente, y le ofreció el elogio de que era «un auténtico hijo de

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África».DeKlerk, atónito, no tuvomás remedio que aceptar el apretón y puso sumejorsonrisa,aunquesabíaqueenesemomentoMandelaestabadándoleungolpedecisivo.

«Tenía la sensación, y la tenía todo el mundo, de que yo estaba ganando lospuntos —recordaba posteriormente De Klerk—. Pero él se recuperó cuando, depronto, me elogió y me dio la mano delante de todas las cámaras. Quizá estabaplaneado de antemano. Quizá fue unamedida política. Pero creo que sus triunfosmediáticos, engeneral, eranproductodeuna reacción instintivapor suparte.Creoque tiene un talento extraordinario para ello.» Pocos días después del debate, elpropio De Klerk hizo una cortés declaración pública. Durante su última rueda deprensaantesdelaselecciones,lepidieronsuopiniónsobresurival.«NelsonMandela—replicóDeKlerk, con lasmanosextendidascomosi se rindiera—esunhombrepredestinado.»

Comopartedelacampañaelectoral,MandelaacudióaunprogramanocturnodeentrevistasenlaemisoraRadio702deJohanesburgo,pararesponderapreguntasdelosoyentesendirecto.EddievonMaltitz,elprimerguerrerodelVolksfrontquehabíaentradoenelWorldTradeCentreduranteelasalto,estabaensugranjaconvariosdesuskommandosyestabaescuchandoelprograma.Cuandosuscamaradasleinstaronaque llamasey ledijeraunascuantascosasalkaffir,VonMaltitz accedió.DedicónadamenosquetresminutosadespotricaryprotestarcontraMandela:elcomunismoeratal, losterroristascual, ladestruccióndenuestracultura, lasnormascivilizadas,lasreglas.Acabóconunaamenazabrutalydirecta.«Estepaísseveráinmersoenunbañodesangresiustedsiguedelamanodelosmatonescomunistas.»

Despuésdeunatensapausa,Mandelarespondió:«Bueno,Eddie,meparecequees usted un sudafricano digno de tal nombre y no me cabe duda de que, si nossentásemos a intercambiar puntos de vista, yo me aproximaré a usted y usted seaproximaráamí.Vamosahablar,Eddie.»

«Eh... bueno, vale, señor Mandela —murmuró Eddie, confuso—. Gracias —añadióycolgó.

Tres meses después, en su granja, aunque seguía llevando ropa de camuflaje,botasdecazadoryunapistolade9mmalcinto,Eddieeraotrohombre.Habíadejadodeentrenarasuskommandos;habíaabandonadosuspreparativosparalaguerra.Lacharla en Radio 702 había cambiado todo. «Aquello fue lo que me hizo pensar»,explicó después. El nuevo primerministro del Estado Libre de Orange, en el quevivía,unhombredelCNA,fueelquelehizodarelpasodecisivo.SellamabaTerrorLekota,unsobrenombrequelehabíandadoporsucapacidadletaldemarcargolesenel terrenodefútbol.Lekota,quehabíaestadoenRobbenIslanddurantelosúltimosañosdeMandelaallí,teníamuchosinstintosmuyparecidosalosdeél.Decidióquesuprimeramisión,alllegaralpoder,eraganarsealosgranjerosafrikanerdelEstado

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Libre. Si lo conseguía con VonMaltitz, tendría mucho más fácil hacerse con losdemás.LlamópersonalmenteaVonMaltitzyleinvitóasufiestadecumpleañosensu residenciaen lacapitaldelEstado,Bloemfontein.VonMaltitzdijoqueno,peroLekota insistió. «Por favor, Eddie, me gustaría verdaderamente que viniera.» VonMaltitz dijo que consultaría con sus hombres y luego le daría una respuesta.«Hablamosypensamosquenoteníamosnadaqueperder—recordabadespuésVonMaltitz—.Demodoque,cuandovolvióallamar,ledijequesí.»

VonMaltitzacudióa laquellamaba«lagrancasa»enBloemfonteintotalmentearmado.«NoqueríaserunPietRetiefconDingaan»,explicaba.Entróenlacasayseunió a la fiesta, en la que predominaban los negros, sin que nadie le registrase.«Terror Lekotame vio desde el otro lado de la sala, se acercó yme dio un granabrazo.Debiódenotarmispistolas,peronodijonada.Nodejódesonreír.Mecayóbien.Erasincero.ComoelseñorMandela,unhombresincero.Asíquepensé:Vamosadarlesunaoportunidad;selamerecen.»

¿Por qué? Porque Mandela y su nuevo amigo Terror le habían tratado conrespeto,conel«respetoelemental»,deWalterSisulu.«NuncaobtuveeserespetodeDeKlerkyelPartidoNacional.Encambio,del señorMandela, sí.Creodeverdadquedebemosdarlesunaoportunidad.»

ElCNAhabíaganadolaseleccionesconcasidosterciosdelosvotosnacionalesycasi el 89%del voto negro.Del resto, el 1% fue alCPA, claramente antiblanco,cuyo lema de «un colono, una bala» fue despreciativamente transformado por lospartidariosdelCNAen«uncolono,unoporciento»,yel10%fueapararaInkatha(abandonado por Viljoen, el jefeMangosuthu Buthelezi no tuvomás remedio queincorporarse al proceso electoral). El Partido Nacional obtuvo el 20 %, quesignificabacuatropuestosenelgabinete,incluidalavicepresidenciaparaDeKlerk,enelnuevogobiernodecoaliciónqueibaapresidirMandela.YelpartidodeViljoen,quesellamabaFrenteporlaLibertad,consiguióel2%delosvotos,quesignificabanueverespetablesescañosenelnuevoparlamentomulticolor.

En cuanto se conocieron los resultados, John Reinders, jefe de protocolopresidencial con De Klerk y P. W. Botha, se puso en contacto con sus antiguospatronos, elDepartamentodeServiciosPenitenciarios.Botha lehabía sacadode laburocracia carcelaria en1980, cuando tenía el rangodecomandante,peroahora seencontró,parasutranquilidad,quetodavíateníanunhuecoparaél.

SuúltimatareaantesdeirsefueorganizarlatomadeposesióndeMandelacomopresidente,el10demayode1994.Fueunapesadillalogísticaencomparaciónconlade De Klerk, a la que no había acudido ninguna delegación extranjera, salvo losdiplomáticos destacados en el país. Esta vez, las cosas iban a ser muy diferentes.Cuatromil personas se reunieron en la sede del poder enPretoria, un conjunto deedificios de principios del sigloXX llamadoUnionBuildings y situado sobre una

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colina que dominaba la ciudad. Entre los invitados estaban personas a las que eradifícil imaginar en una misma habitación, como Hillary Clinton, Fidel Castro, elpríncipeFelipedeInglaterra,YasirArafatyelpresidentedeIsrael,ChaimHerzog.Seinterpretaronlosdoshimnosnacionales—NkosiSikeleleyDieStem—unodetrásdeotro,mientrasondeabalanuevabanderanacional.Eralabanderamásmulticolordelmundo,unaespeciedecolchaderetazosennegro,verde,oro,rojo,azulyblanco,unacombinación de los colores asociados con la resistencia negra y los de la viejabanderasudafricana.Mandelaprestójuramentoanteunjuezblanco,flanqueadoporsuhijaZenaniyrodeadodeantiguospresosnegrosygeneralesblancosdelaFSADenposicióndefirmesyuniformedegala.(«Unosañosantes,mehabríandetenido»,bromeabadespués.)LaceremoniasecerróconelespectáculodelosreactoresdelaFuerza Aérea Sudafricana volando por encima y pintando los colores de la nuevabanderaenelcielo.

Francamente aliviado de que la ceremonia hubiera transcurrido sin ningunacatástrofe,JohnReindersllegóasudespachodelosUnionBuildingsaprimerahorade lamañanasiguiente,11demayo,conunpardegrandescajasdecartónbajoelbazo.Era un hombre alto y corpulento, pero tenía la actitud respetuosa de alguienmásmenudoyelsentidocomúnsuficienteparasabercuándoibaaserderrotado.

«Esa mañana llegué pronto para recoger mis cosas —recordaba Reinders—.Todos los blancos habíamos solicitado empleo en otros sitios, porque estábamosseguros de que nos iban a pedir que nos fuéramos. Bastantes tenían previsto ir atrabajarparaelseñorDeKlerkenlavicepresidencia.»

Reinders estaba empaquetando sus recuerdos de los diecisiete años que habíapasadodirigiendolaoficinadelapresidencia,organizandoceremonias,conociendoagentefamosaenviajesoficiales,cuando,depronto,lesacódesusreminiscenciasunallamadaalapuerta.Eraotromadrugador.Mandela.

«Buenosdías, ¿cómoestá?»,dijo,mientras entrabaeneldespachodeReindersconlamanoextendida.

«Muybien,señorpresidente,gracias.¿Yusted?»«Bien,bien,pero...—continuóMandela,confundido—,¿quéhace?»«Estoyrecogiendomiscosasparairme,señorpresidente.»«Yaveo.¿Ypuedopreguntarledóndevaair?»«De vuelta a los Servicios Penitenciarios, señor presidente, donde trabajaba

antes.»«Mmm—dijoMandela,apretandoloslabios—.Yoestuveallíveintisieteaños,ya

sabe.Fuehorrible—sonriómientrasrepetía—,¡horrible!»Reinders,estupefacto,ledevolvióunamediasonrisa.«Bueno —continuó Mandela—, me gustaría que pensara en la posibilidad de

seguir con nosotros.—Reinders examinó los ojos deMandela con asombro—. Sí,

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hablo en serio. Usted conoce este trabajo. Yo no. Yo vengo del campo. Soy unignorante.Sisequedaconmigo,seríasóloparaunmandato,nadamás.Cincoaños.Luego,porsupuesto,seríalibredemarcharse.Ahora,compréndame:estonoesunaorden. Sólo me gustaría que se quede si desea quedarse y compartir susconocimientosysuexperienciaconmigo.»

Mandelasonrió.Reinderssonriótambién,estavezconmásconfianza.«Asíque¿quédice?—preguntóMandela—,¿sequedaconmigo?»Apesardesuasombro,Reindersnolodudó.«Sí,señorpresidente.Mequedo.Sí.

Gracias.»Entonces,sunuevojefeleencargósuprimeratarea:reuniratodoelpersonalde

lapresidencia,incluidosloslimpiadoresylosjardineros,paraunareuniónenlasaladelconsejodeministros.Elpresidentesepaseóentreellos,estrechólamanoydijounaspalabrasacadaunodelcentenaraproximadodepersonas,enafrikaanscuandocorrespondía. Luego habló dirigiéndose a todos. «Hola, soy Nelson Mandela. Sialgunodeustedesprefiereacogersealconvenio,eslibredemarcharse.Váyanse.Nohayproblema.Pero se lopido, ¡quédense!Cincoaños,nadamás.Ustedesconocenesto.Necesitamosesosconocimientos,necesitamosesaexperienciaquetienen.»

Todosycadaunodelosmiembrosdelpersonaldelapresidenciasequedaron.Dos semanas más tarde, el 24 de mayo, 400 delegados recién elegidos se

reunieronenCiudaddelCaboparalaaperturadelprimerparlamentodemocráticodeSudáfrica,enelmismoedificiodelaAsambleaNacionalenelqueantessereuníaelparlamento reservado a los blancos. Hasta entonces, había sido un lugar lúgubre,pesado,monocromático.Enlamañanademayoenlaquelacámaraabriósuspuertasa la democracia no racial deMandela, la escena se transformó en una imagen detecnicolor.LaimagendesdeloaltodelagaleríadeinvitadoseraunamezclaentrelaAsambleaGeneraldeNacionesUnidas,unconciertopopyunafiestauniversitariadefindecurso.Unvistazoalalistadenuevosmiembrosdelparlamentolodecíatodo.AntessellamabanBotha,VanderMerweySmith.Ahorateníanesosnombres,perotambiénBengu,yDlamini,yFarisani,yMaharaj,yMushwana,yNeerahoo,yPahad,y Zulu. Y un tercio de los parlamentarios, incluida la nueva presidenta, FreneGinwala, eranmujeres.Más impresionante todavía era la proporción de diputadosque habían estado en la cárcel o huidos de la policía. Prácticamente todos losrepresentantes del CNA habían infringido la ley; ahora iban a ser ellos quienes laelaborasen,dirigidosporelpresomásantiguode todos,elúltimohombreen llegaresedía:Mandela.

Cuandosecorriólavozdesullegada,losparlamentariossepusieronenpieyelmurmullo dejó paso a un rugido, cantos de libertad y rítmicas danzas entre losmiembros más jóvenes y exuberantes del contingente del CNA. En medio de lamezclavariopintade laNaciónArcoiris,elgeneralViljoeneraunafiguraanómala.

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Seriocomosiempre,detrajegrisycorbata,estabadepieenelcentrodelacámaraovalada,enlaparteinferior,comocorrespondíaallíderdelahonorableoposicióndelFrentepor laLibertad.Mandelaapareció, tambiénpor laparte inferior, sonrienteyerguido,entrelosvítoresdelaasamblea.

Viljoen miraba a Mandela con una mezcla de admiración y afecto. Al verlo,Mandelarompióelprotocoloparlamentario,cruzóhastaél,lediolamanoydijoconunagransonrisa:«Mealegromuchodeverleaquí,general.»

Algunasvocesdesdelagaleríagritaron:«¡Deleunabrazo,general!¡Vamos,deleunabrazo!»

Al recordar el momento, Viljoen esbozó una ligera sonrisa, asintió y luegorecuperólasolemnidad.«Peronolohice.Soyunmilitaryéleramipresidente.Ledilamanoymepusefirme.»

Y ahí podía haber acabado la cosa: el orden restablecido, los viejos enemigosreconciliados,elbuenreycoronado,todoslosactoressalen—deformaexuberante—porlaizquierdadelescenario.Peronofueasí.Todavíanosehabíaterminado,niparaMandelaniparaelgeneralViljoen.TodavíaquedabaunactoporrepresentarparaqueViljoen pudiera colgar la espada con el espíritu tranquilo, una última serie deobstáculosquesuperarparaqueMandelapudieraconsiderarcompletadalaodiseadesuvida.

ComoindicabaViljoen,«el40oel50porcientodemigentenoparticipóenlaselecciones.»Durantelasemanaanterioralaselecciones,algunoscolocaronbombasen paradas de autobús y otros lugares en los que los negros se reunían en grannúmero. También pusieron una bomba en el aeropuerto internacional deJohanesburgo.Murieron 21 personas ymás de 100 resultaron gravemente heridas.Los discursos de Mandela durante su primer mes de mandato eran siempreoptimistas,porqueintentabacrearunaatmósferapositivayllenadeenergía.Peronopudo resistirse a señalar, al cerrar aquella primera sesión del parlamento, que lasfuerzasdeseguridadibanapermanecerenplenaalerta.«Elproblemadelaviolenciadeorigenpolíticosigueestandoconnosotros»,dijo.

Mandela tuvo mucho de lo que ocuparse durante sus cinco años en el cargo:proporcionarcasasyescuelas,aguayluzalosnegros.Perosumáximaprioridadfuesentar lasbasesdelanuevademocracia,construirlaapruebadebombas.Sabíaqueiba a haber intentos de subvertir el nuevo orden, inevitablemente frágil. No eraposible que toda la Sudáfrica blanca cediera sus viejos poderes, y no pocosprivilegios,sinluchar.

En cuanto al general Viljoen, se debatía como se había debatido Niël Barnardcuatroañosymedioantes,lamañanadelaliberacióndeMandela.Apesardehaberseentrevistado con Mandela 60 veces en la cárcel, Barnard no podía desechar porcompleto la señal de alarma que sonaba en el fondo de su cerebro para advertirle,

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aunque fuera irracional, sobre el peligro del factor ayatolá. Viljoen tenía dudassimilares,comosinopudieraacabardecreersequelavidapodíasertanbuenacomohacía parecer Mandela, como si no hubiera sido capaz de librarse de toda sudesconfianzaancestralrespectoalhombrenegro.Unapartedeélestabapreocupada,mientrasestabasentadoallíeldíadelaaperturadelparlamentoydurantetodoelañoposterior, por la posibilidad de que hubiera actuado conforme a sus intereses —Mandelasiemprehabíatenidolapuertaabiertaparaélysiemprelehabíatratadoconrespeto—, pero no conforme a los intereses de su pueblo.Confesó después que lehabía remordido la conciencia. «Estabapreocupado.Muypreocupado—dijo—.Sehabíandichomuchascosasmuybonitas,pero¿dóndehabíaunapruebaquepudieraenseñaramigentedeunavezportodas?»

LasolucióneraqueMandelademostrasealagentedeViljoenquetambiénerasugente;queampliara suacogida,másalládeConstandViljoen, JohnReinders,NiëlBarnard y Kobie Coetsee, a todos los afrikaners. El asesor legal y confidente deMandela en la oficina presidencial, un abogado blanco llamadoNicholasHaysom,quehabíaestadoenprisióntresvecesdurantelosañosdelaluchacontraelapartheid,definiólamisiónentérminosépicosmuyapropiados.

«Lo llamamos la construcción nacional. Pero Garibaldi tiene una frase que loilustrademaneramáselocuente—explicabaHanson,conunareferenciaaGiuseppeGaribaldi, el patriota soldado que unificó Italia a mediados del siglo XIX—. Alacabarsumisiónmilitar,Garibaldidijo:“HemoshechoItalia,ahoradebemoshaceritalianos.”»En realidad, el retoqueaguardabaaMandelaeramásdifícilqueeldeGaribaldi.«Italiaestabadivididaperoerahomogénea.Sudáfrica,en1994,eraunpaísdividido histórica, cultural y racialmente, y en muchos otros aspectos —añadióHaysom—. Por muchos discursos, negociaciones, constituciones que hubiera, nobastabanporsísolospara“hacersudafricanos”.Hacíafaltaalgomásqueunieraalagente. Era necesario que Mandela hiciera lo que mejor sabía hacer: elevarse porencima de nuestras diferencias, ser más grande que todos esos factores que nosseparabanyapelaraloquenosunía.»

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CAPÍTULOXII-ELCAPITÁNYELPRESIDENTE1994-1995

«Alcontemplarlo—dijoMandela,recordandosuprimerencuentroconFrançoisPienaar—, si se tenía en cuenta de dónde venía, lo que se veía era un afrikanertípico.»

Mandela tenía razón. Si los ideólogos del apartheid hubieran tenido la mismaaficiónaponerelartealserviciodelapolíticaquesushomólogossoviéticos,habríanescogidoaPienaarpararepresentarelespécimenidealdelavirilidadafrikaner.Con1,92metrosdealtura, llevabasus120kilosdemúsculoconlagracilidadesculturaldelDaviddeMiguelÁngel.

Siademás,comodecíaMandela,seteníaencuentasuorigen,unoseimaginabaaunniñoquehabíacrecidohastahacerseadultoenVereenigingenlosañossetentayochentayveía,casiconclaridadcinematográfica—comohizoMandela—,unafielrepresentación del 90%de los volk afrikaner: unos hombres condicionados por elperiodo y el lugar en el que les había tocado nacer, que les obligaba a ser unosindividuos francos, sencillos, trabajadores, duros, secretamente sentimentales,devotos y fanáticos del rugby, que se relacionaban con sus numerosísimos vecinosnegrosconunamezcladedesdén,ignoranciaymiedo.

Ahora bien, si había algo que Mandela había aprendido en sus tratos con losafrikanerseraquenohabíaquefiarsedelasapariencias.«Nomeparecióenabsolutoelproductotípicodelasociedaddelapartheid—decíaMandela—.Leencontrémuysimpático y tuve la sensación de que era progresista. Y había estudiado. EralicenciadoenDerecho.Eraunplacersentarseacharlarconél.»

ElplacereraloúltimoenlacabezadePienaarel17dejuniode1994,mientrassedeteníaen lasescalerasdepiedrade los inmensosUnionBuildingsysedisponíaaentrar para asistir a una reunión a la que le había invitado el presidenteMandela.Pienaar,queteníaenaquelmomentoveintisieteañosperodeprontosesintiómuchomás joven, confesóa losperiodistaspresentesquenohabíaestado tannerviosoentodasuvida;quelaperspectivadeentrevistarseconelpresidenteeramásaterradoraquecualquierpartidoderugby.

Vestidocontrajeoscuroycorbata,Pienaarentróporunapequeñapuertasituadaenelalaoestedelosedificios,pasóporundetectordemetalesysepresentóantedospolicíasqueleaguardabanenunamesatrasunaventanadecristalverdeapruebadebalas.Ambos eran afrikaners y en seguida comenzaron una animada conversaciónsobre rugby con él.Uno de ellos le llevó a un patio y por un pasillo decorado—aunqueapenassediocuentade laanomalía—conacuarelasdeescenasde laGranMarcha, carros de bueyes y hombres a caballo sobre un fondo de veldt pardo y

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amarillento.Elpolicíaledejóenunapequeñasaladeespera,desnudasalvoporunossillonesdecuero,enlaqueentrólaayudantepersonaldeMandela,unamujernegra,altaeimponente,llamadaMaryMxadana,quelepidióquesesentarayesperaseunmomento. Permaneció solo durante cincominutos; las manos le sudaban. «Estabaincreíblementetensoamedidaqueseacercabaelmomentodeconocerle—recordaba—.Mesentíaverdaderamenteintimidadoporél.Nodejabadepensar:“¿Quédigo?¿Quélepregunto?”»

EntoncesvolvióMxadana,lepreguntósiqueríatéocafé—éldijoquecafé—ylepidióquelaacompañara.Saliódelasaladeesperaalpasilloconloscuadrosdelascarretas,sedetuvoanteunapuertaaltadecolormarrónoscuro,llamóconungolpesecoyentró.Mantuvo lapuertaabiertaparaPienaar, cuyomiedoescéniconohizomásque empeorar al ver la amplia sala, que le pareció tremendamente vacía hastaque cruzó el umbral y vio, a la derecha, a un hombre alto y de pelo gris que selevantabadeunsalto.MandelateníasetentayseisañosperoseacercóaPienaarconlarapidezdeunrivalderugbyquefueraahacerleunplacaje;laúnicadiferenciaeraqueélestabaerguido,teníaunagransonrisaylamanotendida.«¡Ah,François,québienquehayavenido!»Pienaarmusitó:«No, señorpresidente,muchasgraciasporinvitarme.»Mandela le dio lamano demanera efusiva y Pienaar advirtió, para susorpresa,queelpresidenteeracasitanaltocomoél.«¿Ycómoestá,François?»«Oh,muybien,señorpresidente,¿yusted?»«Ah,muybien.¡Muuuybien!»

Mandela, sin dejar de sonreír, claramente contento de tener a ese joven bóergrandullón en su nuevo despacho, le hizo ademán de que se sentara en un sofásituado en ángulo recto con el suyo y le felicitó por la victoria de los SpringbokscontraInglaterra,unconvincente27-9,enunpartidocelebradoenCiudaddelCaboseisdíasantes.

Llamaronalapuertayaparecióunaseñoraconunabandejadetéycafé.Eraunamujer blanca, de mediana edad, que llevaba un vestido de flores con hombreras.Mandela lavio aparecer en lapuerta, al otro ladode lahabitación—unadistanciaseis vecesmayor que la celdaquehabía sido suhogar durante dieciocho años—einmediatamentesepusodepie,ydepiepermaneciómientrasellacolocabalabandejaenunamesitaentrelosdoshombres.«Ah,muchasgracias.Muchasgracias—sonrióMandela,aúndepie—.Ah,yésteesFrançoisPienaar...LenoyCoetzee.»Pienaarledio la mano a la mujer y, antes de que ella se fuera, Mandela volvió a darle lasgracias;nosesentóhastaquelaafrikanersaliódelasala.

Pienaarcontemplóeldespacho,grandeyrevestidoenmadera,ynotóvagamenteunadecoraciónmezcladelaviejaylanuevaSudáfrica;acuarelasdecarretasjuntoaescudosdecueroyesculturasafricanasdemadera.Mandelaleinterrumpió:«¿Quiereleche,consucafé,François?»

Enmenosdecincominutos,elhumordePienaarsehabíatransformado.«Noes

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sólo que uno se sienta cómodo en su presencia—recordaba Pienaar—. Tienes lasensación,cuandoestásconél,desentirteseguro.»TanasalvoquePienaartuvolaosadíadepreguntarle,medioenbroma,siibaaacompañaralosSpringboksenunagiraaNuevaZelandaelmessiguiente.«¡Nadamegustaríamás,François!—sonrió—. ¡Pero, por desgracia, tengo gente en este edificio que me hace trabajarmuchísimo,yséqueellosordenaránquemequedeytrabaje!»

ParaaliviodePienaar,apartirdeesemomento,Mandelasehizocargoyselanzóa una serie de recuerdos e historias que hicieron sentirse al jugador, en palabrassuyas, como un niño pequeño sentado a los pies de un sabio anciano. Una de lashistoriashablabadel robodeunospollos enQunu, la aldeadelTranskei en laqueMandela se había criado y a la que todavía regresaba a cumplir sus deberestradicionalesde jefe.Undía,cuandoestabaallíMandela,unamujerseacercóasucasaparadecirlequeunvecinolehabíarobadosuspollos.SegúnlorelatabaPienaar:«Mandelaconvocóalvecino,queconfesóque lohabíahecho,perosóloporquesufamiliaestabahambrienta.Entonces,Mandelallamóalosdosasucasaydictóqueelhombre teníaquepagarlea lamujerdospollos.Peroelladiscutió,negoció,porquequeríamás,yacordaronunacantidadmayor.Sinembargo,esoerademasiadoparaelhombre,asíqueMandelaleayudóapagarlo.»

Mandelasereíamientrascontabalaanécdota,unahistoriacuriosaparacontarlealcapitán Springbok en una reunión que había convocado con el claro propósito deforjarunarelaciónconélparaprepararseparalaCopadelMundoderugbydelañosiguiente.Eraunahistoriaespecialmenteligeraeinsustancialdadalasolemnidaddelentorno,undespachoenelque, comohabíadichoMandelaenunaentrevistaunosdías antes, «se fraguaron los planesmás diabólicos». Pero la historia de los pollosrobados fue útil, porque ayudó a crear precisamente el tipo de intimidad ycomplicidadqueelpresidentequeríaestablecerconeljoven.Alcontarleloqueerauna especie de confidencia privada, una historia que Pienaar no podía leer en losperiódicos,Mandelaencontróunaformadellegaralcorazóndelabrumadocapitánderugby, de hacerle sentir como si estuviera en compañía de su tío abuelo favorito.Pienaarnopodía saberloentoncespero,paraMandela,ganarse suconfianza—y,atravésdeél,conquistaralrestodelequipoSpringbok—eraunobjetivoimportante.Porque lo que Mandela había deducido, con ese estilo medio instintivo y mediocalculadorquetenía,eraquelaCopadelMundopodíaayudaraafrontarelgranretodelaunificaciónnacionalqueaúnquedabaporhacer.

MandelanuncadijoclaramentecuálerasupropósitoenaquellaprimerareuniónconPienaar,perosíseaproximóaltemacuandoempezóahablarsobresusrecuerdosde los Juegos Olímpicos de Barcelona, a los que había asistido en 1992 y queevocabacongranentusiasmo.«HablódelpoderqueteníaeldeporteparaemocionaralagenteycómolohabíacomprobadopocodespuésdesuliberaciónenlosJuegos

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deBarcelona,querecordabaenespecialporunmomentoconcretoenelque,contaba,sepusodepieysintiócómoretumbabatodoelestadio»,contabadespuésPienaar.Laintención de Mandela era plantar en su mente las primeras semillas de una ideapolítica;Pienaarnosediocuentadequeesoera loqueestabapasando,pero,en laversión que contaba Mandela después, junto a toda la calidez del encuentro, elmensajesubliminalestabaclarísimo.

«FrançoisPienaareraelcapitánde rugbyy, siyoqueríautilizarel rugby, teníaque contar con él —explicaba Mandela—. En nuestra reunión me concentré enfelicitarleporelpapelquedesempeñabaypodíadesempeñar.Ylecontéloqueestabahaciendoapropósitodeldeporteyporqué.Meparecióunapersonamuyinteligente.»Había llegado el momento, explicó Mandela a su invitado, de abandonar la viejapercepción del equipo de rugby de los Springboks como los «enemigos» yconsiderarloscompatriotasyamigos.Sumensajefue:«Vamosausareldeporteparalaconstrucciónnacionalyparapromovertodaslasideasquecreemosqueconduciránalapazylaestabilidadennuestropaís.»

Pienaarhabíapasadoaserotromásdelosafrikaners«envueltos»—comodecíaél—enelauradeMandela;peronoseconvirtióenapóstoldelanochealamañana.Era un hombre dedicado en cuerpo y alma al rugby para el que las palabrasgrandilocuentes como «construcción nacional» significaban poca cosa. El mensajeque se llevó de la reunión estaba muy claro: sal a ganar, lleva esa camiseta conorgullo,notengasdudadequeyoteapoyo.MandelasedespidiódePienaarcomosifueranyaíntimosamigos.

Mandela volvió a su trabajo y Pienaar al suyo, sin que ninguno de los dosadvirtiera la extraordinaria semejanza entre las tareas que les aguardaban. Pienaar,recién llegado al puesto de capitán, visto con ciertas reservas por un sector de lafraternidaddelrugbyqueponíaenteladejuiciosucarácterysucapacidad,teníauntrabajodifícil: consolidar su autoridadyunir a la selecciónde rugby.Para ello eranecesariaunabuenadosisdehabilidadpolítica,porquelosSpringbokseranhombresgrandes con grandes egos, que procedían de equipos de provincias y estabanacostumbradosaverseunosaotroscomoferocesenemigosen lagrancompeticiónnacional,laligasudafricana,laCurrieCup.

La división entre afrikaners e ingleses era otro inconveniente. Una pruebainmediatadelacapacidaddeliderazgodePienaarfuesuformademanejaraJamesSmall, uno de los «ingleses» de más talento en el rugby sudafricano. Small, unjugadorrelativamentebajoymenudo,de1,80metrosy100kilosdepeso,eraunodelos corredores más rápidos del equipo y uno de los caracteres más volátiles. Laalegría de Pienaar por haber vencido a Inglaterra la semana antes de conocer aMandelasehabíavistoempañadaporunacosaquelehabíadichoSmallenelterrenode juego durante el partido. Un desliz de Small había hecho que concedieran un

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penalti a Inglaterra.Pienaar le regañóconunbrusco«¡Perohombre, James!», a loque Small replicó: «¡Vete a la mierda!» Pienaar se quedó asombrado. En otrosdeportes,elpapeldelcapitán,muchasveces,esmeramentesimbólicooceremonial,pero en el rugby tiene auténtico peso. El capitán no sólo ejerce mucha autoridadtáctica durante un encuentro, ordenando jugadas que, por ejemplo, en el fútbol,indican los entrenadores desde las bandas, sino que, por tradición, tiene un grancomponentemístico.Sesuponequeelrestodelequipoletrataconunrespetosimilaraldelosalumnosdeuncolegioporeldirectoroeldelossoldadosporsuoficialalmando.El«vetealamierda»deSmalleraunactodeinsubordinacióntangraveque,de haberlo dejado pasar, podía haber acabado erosionando la influencia dePienaarcontodoelequipo.Despuésdelpartido,François,queeramuchomásaltoqueSmall,selollevóaparteyledijoconfirmezaquenunca,nunca,debíavolverahablarledeesaformaenelcampo.Smallteníafamadeparticiparenpeleasdebaresyeramásagresivo que Pienaar, pero comprendió a la perfección lo que le decía su capitán.Nuncavolvióaincreparlo.

Sudáfrica estaba compensando los años perdidos por el aislamiento con unarepentinaavalanchadepartidosinternacionales,yviajóaNuevaZelandaporprimeravezen treceañosen juliode1994;perdiópor lamínimaunpartidoyempatóotrocontra los All Blacks neozelandeses, considerados por todos los favoritos para laCopadelMundodelañosiguiente.Enoctubre,losSpringboksjugarondospartidosencasacontraArgentina,otraselecciónfuerte,yganaronambos.Smallfuelaestrelladelsegundoencuentro,perolascelebracionesdeesanocheacabaronconélenotrapeleadeborrachos.Elincidente,quecomenzócuandounamujerenunbarpellizcóeltraserodeljugador,recibiógrancoberturaenlosmedios.LeprohibieronquefueraaunagiraporGranBretañaelmessiguiente,enlaquelossudafricanosderrotarondeformaconvincenteaEscociayGaleseintimidaronatodoslosquelesvieronconlaimplacableferocidaddesujuego.

Los Springboks estaban ya centrados en una sola cosa. Lo único que lespreocupabaera laCopadelMundo,que ibaacomenzara finalesdemayodelañosiguiente.NiPienaar,niSmall,niningúnotrojugadorprestabalamenoratenciónalapolíticasudafricana,enlaqueestabansucediendomuchascosas.

Noviembrede1994habíasidoelmesdemayorincertidumbredelmedioañoquellevabaMandelaenelpoder.Habíadejadoenmanosdesusministrosladuratareadeproporcionar viviendasy servicios públicos a aquellos a los que el apartheidhabíanegadodeliberadamente loselementosbásicosdeunavidamodernadigna.Él teníaquetrabajarparaconvertirseenelpadredetodalanación,hacerquetodoelmundotuviera el sentimiento de que él simbolizaba su identidad y sus valores.Ése era elmotivoporelqueunapartedeélsiempreobservabaconcautelaalosmiembrosmásrecalcitrantesdelanuevafamiliaqueestabatratandodecrear,laderechaafrikaner.Y

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esosignificabapreocuparsetambiénporlapolicía.Mandelaestababastantetranquilorespectoa laFuerzaSudafricanadeDefensa,acuyosgeneralesafrikanersehabíanunido,en lasaltas instancias,antiguos jefesdeUmkhontoweSizwe.Losgeneralesde la FSAD eran disciplinados. La policía era más incontrolable, y casi todos losmandos de la era del apartheid continuaban en sus puestos. Los servicios deinteligenciadelgobierno,hastaentoncesutilizadosparavigilaralaizquierda,habíanempezado a concentrar sus energías en ese 50 % de los antiguos partidarios delgeneralViljoenquenohabíaparticipadoen laseleccionesdeabrilydecuyas filasdescontentas habían surgido los terroristas que colocaron las bombas antes de loscomicios.

La sensación predominante entre los sudafricanos blancos, tras la toma deposesión de Mandela, era de alivio. El apocalipsis se había ido por donde habíavenido y la vida seguía como siempre. No se habían erigido las guillotinas y losfuncionarios,engeneral,seguíanensuspuestos.Perolosblancosnoselibrarondesumezclainherentedeculpaymiedodelanochealamañana.Empezóapreocuparlessiaquellonoseríalacalmaantesdelatormenta,sipodíahaberuncambiorepentinodepolíticasobrelospuestosenlaadministraciónparalosblancos,precipitadosporelinevitable clamor que esperaban oír entre los negros exigiendo una gratificacióneconómica inmediata. Como muestra de hasta qué punto los blancos seguíansubestimando la inteligencia de sus vecinos negros, empezaron a circular historiassobre «chicas de la limpieza» y «chicos del jardín» negros que entraban en loscuartos de estar de sus «señoras» y sus «señores» y les exigían las llaves de sushogares.

En realidad, los sudafricanos negros eran, en su mayor parte, suficientementeastutosypacientespara saberqueRomano seconstruiría enundía.Confiabanenque su gobierno acabaría por cumplir sus promesas, pero eran conscientes de quearrojara losblancosalmarnoerabuenoparanadie.PoresohabíanvotadoporelCNA,ynoporelCPA.

Lagenerosidadquehabíasupuestoesaelecciónseescapabaalacomprensióndeungransectordelapoblaciónblanca,entrelaquepocosmiembrosteníanlamenorideadeloquepensabanlosnegros.ElgeneralViljoen,elpolíticoaccidental,tambiénseguíapreocupado, todavíacondudassobresihabíahechobien,desdeelpuntodevistadesugente,alabandonarlaopcióndelBoerestaatysumarsealabuenafedelCNAdeMandela.Leinquietabantambiénlasposibilidadesdeviolenciaquepodíanrepresentar sus antiguos aliados, fuertemente armados y, en algunos casos, no deltodo en su sano juicio.Mandela, que hablaba de estas cuestiones conViljoen, conquientomabaeltédeformahabitual,viosustemoresconfirmadoslanochedel5denoviembre.

Esedía,losSpringbokshabíananiquiladoaunequipogaléscontalestiloytanta

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pasiónqueel entrenador,KitchChristie,proclamóconvencidoquepodíanganar laCopadelMundo.Seguramente,JohanHeyns,comootrosmuchosafrikaners,sehabíaformado la misma opinión. Pero no vivió para verlo. Esa noche, cuando estabasentadoensucasadePretoria,jugandoalascartasconsumujerysusdosnietos,deochoyonceaños,lematarondeundisparo.Unpistoleroleasesinódesdeelexteriordeunbalazoenlanuca.

El profesor JohanHeyns, que tenía sesenta y seis años, había sido un pilar delsistemadelapartheidensucargodemoderadorde laIglesiaReformadaHolandesaentre 1986 y 1990. Pero también había sido unmotor del cambio político y habíapuesto fin a treinta años de conflicto con Braam Viljoen y el pequeño grupo deteólogosdisidentesquepensabancomoél,alreconocerqueeraunerrorcreerqueelapartheidteníasujustificaciónenlaBiblia.Esofueen1986.Suúltimaaccióncomojefe de la mayor Iglesia afrikaner había sido atreverse a declarar en 1990, pocodespués de queMandela saliera en libertad, que el apartheid era unpecado.HabíavividosupropiaconversiónduranteunaestanciaprolongadaenEuropaaprincipiosde los años ochenta. «Me había educado en la idea de que los negros eranculturalmenteinferioresalosblancos—confesóenunaocasiónHeyns—.ElcontactoconnegrosdegrannivelacadémicoenEuropatuvounprofundoefectosobremí.»

En1990,cuandoempezabanasentirselosprimerosespasmosdelaresistenciadela derecha,Heyns dijo: «Loque estamos experimentando ahora son los dolores departode lanuevanación.Yno tengodudadeque lanuevanaciónnacerá.Pero elnacimientosueleiracompañadodedolor,einclusodemuerte.»

El asesinato de Heyns no podía compararse al de Chris Hani en cuanto a lospeligrosinmediatosquerepresentaba,perosíllenóalagentedeaprensión.¿Quiénlohabíahechoyquiénpodíaserelpróximo?¿Podíahabersidounantiguomiembrodela vieja policía o de los escuadronesde lamuerte del ejército?Desde luego, habíasidountrabajodeprofesional.Elarmaasesinaeraunfusildegrancalibre,disparadoatravésdeunaventana,desdeunossietemetrosdedistancia.Nadiedudabadequehabíasidounactodelaextremaderecha.Peronadiesabíaquiénlohabíahecho,niporqué.

Mandela estaba indignado. Heyns, con quien se había reunido en muchasocasiones,eraeltipodeafrikanerquemáslegustaba.Moralyfísicamentevaliente,honradohastalamédula,habíatenidoelvalor,yamayor,dereconocerquesehabíaequivocado.Mandelalamentósu«pérdidaparalanaciónsudafricanaensuconjunto,tantonegracomoblanca».Peroluego,tresdíasdespuésdelamuertedeHeyns,pasóa la ofensiva. Anunció enérgicas medidas contra la extrema derecha y acusó algobiernoanteriordenohaberhechoenabsolutolosuficienteparadisiparlaamenazade los extremistas. Y empezó esas medidas por la policía, entre cuyas filassospechabaquehabíaconnivenciaconlosasesinosdeHeyns,ademásdeunafaltade

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voluntaddedescubrirverdaderamentealosculpables.Hastaesemomento,Mandelahabíaandadoconpiesdeplomoensus relacionescon lapolicía.Nohabíaqueridohacerloquelepedíasuinstinto,queeracortarlascabezasmásaltas.Ahoralohizo.

Uno de los hombres que permanecía en su puesto, seismeses después de queMandela asumiera la presidencia, era el jefe supremo de la policía del país, elcomisarioJohanvanderMerwe,unantiguojefedelaPolicíadeSeguridadquehabíasido sospechoso de complicidad en operaciones sucias contra el CNA, incluidosasesinatos.Mandela estabadispuesto a tragarmuchas cosas ennombrede lapaz eincluso había nombrado al líder de Inkatha, Mangosuthu Buthelezi, ministro delInterior.PerolamuertedeHeynsagotósupaciencia.«Nopodemosconsentirquesedesarrolleunafuerzadepolicíaenoposiciónalgobierno»,afirmó,einclusollegóaacusar a sectores de la policía de «declarar la guerra» al CNA. Destacópersonalmente aVanderMerwey le acusódenoapoyar al gobiernodemocrático.Unosdíasdespués,hizorealidadsusamenazasylodestituyó.

Dosmeses después,Mandela, que esperaba alguna reacción en contra, recibióinformessobre loqueparecíaunaconspiraciónseriacontrasugobierno.«Descubríqueentre laderechaexistíaunplanparaunirseelPartidode laLibertad Inkathayatacar juntosalCNA.EntoncesfuiaPretoria.Nisiquiera lodijeenelCNA.FuiaPretoriaporqueeldebateseestabaproduciendoallí.Despuésdeverificaryvolveraverificarlosdatosconlagentedelosserviciosdeinteligencia,averigüéqueungrupodederechistasdecía:“VamosaunirnosaInkathayatacaralCNA.NacionesUnidasno se inmiscuiría porque serían unos negros contra otros. No se inmiscuirán. Ytenemos que derribar este gobierno porque es un gobierno comunista.” Pero otrosderechistasdecían:“¡No,nopodéishacereso!Miradloquehanhechoporelrugby,miradelrugbyinternacionalquenoshandado.”»

El periódico conservador Rapport publicó poco después un artículo queconfirmaba lo que las fuentes de Mandela le habían dicho a él. La coalición dederechasestabapreparandounplanparamataralreyzulú,conlaesperanzadequeesodesataraunarebeliónnegracontraelCNA.Mandelaseapresuróaasignarelcasoa su gente en los servicios de inteligencia y sus oficiales de policía más leales.Ademásemprendióunaofensivapolítica,denuevoconelrugbycomoinstrumento,comozanahoria.Peroentoncessurgióotroproblema.

En la dirección del CNA, el partido mayoritario, con gran diferencia, en elgobiernodecoaliciónquepresidíaMandela, todossehabíanconvencidoyadequeacoger la Copa delMundo de rugby en Sudáfrica era algo positivo. Sin embargo,muchosnopodíansoportarlaideadeconservarelnombredeSpringbok.Sehabíandeshechodelaviejabandera,sehabíanmediodeshechodelviejohimnoynopodíapermitirse que ese nombre, el tercer gran símbolo del apartheid, siguiera siendo laenseñadeunequipoquerepresentabaalanuevaSudáfrica.Sefiltróelrumordeque

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la ejecutivanacionaldelCNAquería cambiar el nombre, y la fraternidad afrikanerdelrugbyselevantóenarmas.

Mandela contó posteriormente que, al principio, había estado de acuerdo eneliminar el nombre de Springbok. Pero las tensiones precipitadas por lamuerte deHeyns y el despido de los jefes de policía, más las noticias sobre la conspiraciónderechista,lehicierondudar.Tuvoencuentalasituacióngeneralydecidióquedebíahaceralgoparaapaciguaralaagitadaderecha.

«Decidíactuar.Hiceunadeclaración.SugeríquedebíamosconservarelnombredeSpringbok.»

Unañoantes,ladireccióndelCNAhabíarespondidodócilmentealareprimendaapropósitodelhimno,peroestavezlareacciónfueabiertamenterebelde.

«¡Fueincreíble!¡GentecomoArnoldStofile!¡Empezaronaatacarme!Asíquelesllamé uno por uno y hablé con ellos.Les expliqué la situación.»ParaMandela, elnombredeSpringbok era una cuestión superficial; para personas comoStofile, eraalgo que llevaban en el corazón, unmotivo demucha indignación acumulada.Nopodíanverlelagracia,comohacíaMandela.EsteúltimotelefoneóaStofileylepidióquepasaraporsucasa.«Megustaríaquehablásemossobreesteanimal»,ledijo.

«Noleentiendo»,replicóStofile.«Yasabe,esteanimaldeldeporte.»Seentrevistaronaldíasiguientey,despuésdealgunosnervios,Stofile,al saber

porMandela que había un problema de seguridad nacional pormedio, cedió. «Alfinal —contó Stofile—, estuvimos de acuerdo en no estar de acuerdo.» ComohicieronlosdemásrebeldesdelrugbydelCNA.Mandelahabíavueltoaimponersuvoluntad.ElSpringbokestabaasalvo,justoatiempoparalaCopadelMundo.

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CAPÍTULOXIII-SERENATASPRINGBOK

Lacuestión,ahora,erasabersilosSpringboksibanasalvaraMandela.Élhabíaarriesgadomuchoporlagentedelrugby,yahoraellosdebíanpagarleconlamismamoneda. Stofile y otrosmiembros delComitéEjecutivoNacional delCNA aún seresentíanalrecordarlareaccióndelasautoridadesdelrugby,tresañosantes,antesudecisióndepermitirlesvolverajugarpartidosinternacionales.EnelencuentrofrenteaAustraliaen1992,LouisLuyt,presidentedelaUniónSudafricanadeRugby,habíaanimadodeliberadamentealamultitudadesobedecerlascondicionesimpuestasporel CNA, a ondear la vieja bandera y cantar el viejo himno. Luyt, un ex jugadorgigantesco,habíasalidodeunarelativapobrezadurantesuniñezparaconvertirseenun magnate de los fertilizantes y la cerveza, una persona tremendamente rica. Lahumildad no era el rasgo más visible de aquel hombre hecho a sí mismo. Teníasesentaydosañosyeradescarado,ruidosoymandón.Odiabaquealguienledijeraloqueteníaquehacer,ymuchomássiesealguieneranegro.DeahísureacciónalasnormasqueelCNAhabíatratadodeimponerleen1992.

PeroenesebreveperiodohabíancambiadomuchascosasenSudáfrica,ytambiénhabíacambiadoLuyt.AblandadograciasaMandela,comoparecíaocurrirlesatodoslos afrikaners («Semostrómuy simpático, respetuoso y encantador la primera vezque nos vimos», contaba), Luyt había adquirido un nuevo sentido de laresponsabilidadpolíticaainstanciasdelasautoridadesinternacionalesderugby,queno querían que la Copa del Mundo se convirtiese en un desastre mundial porproblemas raciales. Ante esa necesidad, Luyt hizo dos nombramientos muyinteligentes. Designó a Edward Griffiths, un ex periodista de mentalidad liberal,como consejero delegado de la federación de rugby, y a Morné du Plessis, el excapitánSpringbokquehabíaidoaveraMandelaenlaParadedeCiudaddelCaboeldíadesuliberación,comománagerdelequipoparalaCopadelMundo.GriffithsseganómuchoselogiosporlahabilidadconlaquedirigiólasoperacionesdelaCopadelMundo,perosucontribuciónmásvaliosayduraderafueelesloganqueinventópara la campaña de los Springboks. «Un equipo, un país» no sólo capturaba laimaginación de los sudafricanos, sino que transmitía el propósito deMandela a laperfección.

Si Griffiths era el cerebro entre bastidores, Morné du Plessis era el espírituconductor, con la misión de convertir la teoría en práctica, hacer que elcomportamientodelequipoconvencieraalpaísengeneral,yalaSudáfricanegraenparticular, de que el eslogan no eran palabras huecas. Además, ser mánagersignificaba muchas otras cosas. El trabajo era distinto del del entrenador, KitchChristie,queestabaacargodetodolorelacionadopropiamenteconlodeportivo,conloqueocurría en el terrenode juego, empezandopor escoger a los integrantes del

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equipo. Las tareas de Du Plessis abarcaban todo lo que ocurría fuera del campo,comounaespeciedeadministrador:asegurarsedequeestuvieranapunto todos lospreparativos de viaje, que el equipamiento necesario estuviera a mano, que lascuentas estuvieran pagadas. Pero en este caso, en aquelmomento de la historia deSudáfrica, el cargo tenía un significado mucho mayor. Era para Du Plessis laoportunidad,nosólodeconstruirunequipoganador,sinodehacerpenitenciaporloquecadavezmásconsiderabaquehabíasidosugranfallo(«Unadelascosasdelasquemásmearrepientoenmivida»,confesómástarde),nohaberestadoalaalturadelas circunstancias, cuandoera capitánSpringbok,ynohaberdichoohechoalgunacosaquehubierapodidoayudaramejorarlasituacióndelossudafricanosnegros.

DuPlessispensabaquesunuevopapelnodebía limitarsea la logística.Queríaque su equipo estuviera en sintonía con la nación, que captara bien la atmósferapolítica,queríaquelosjugadorescomprendieranqueestabanjugandonosóloparalaSudáfrica blanca sino para todo el país. Lo mejor que tenía a su favor era sucredibilidad. Aquel gigantón seguía siendo una leyenda entre los sudafricanosblancos,quenohabíanolvidadosuhistorialcomocapitánSpringbok,enespecialelmando y el talento desplegados en una famosa victoria contra el viejo enemigo,NuevaZelanda,en1976.ElhechodequeLuytescogieraaDuPlessisimpresionóalCNA, porque eran conocidas las tendencias políticas liberales del segundo. Noobstante,loqueleaguardabaeraunatareadelicada,yéllosabía.«Comprendícasideinmediato,alasumirelcargo,conquéfacilidadsepodíasufriruntraspiés,cómosepodíaarruinartodoconunerrortonto,sisedecíaalgoequivocado,siseenviabaunamalaseñal.»

Fue precisamente su deseo de dar con el tono apropiado lo que sugirió a DuPlessislaideadeenseñaralosSpringboksacantarlaparte«negra»delnuevohimnonacional, el Nkosi Sikelele. Mandela y él tenían una misma misión imposible:convenceralosnegrosdequeejecutaranunvuelcohistóricoyapoyaranalosBoks.Mandela estaba realizando la labor que le correspondía dentro del CNA,transmitiendoelmensajeasugenteque«ellos»eranya«nosotros».DuPlessis,porsuparte, instóasusjugadoresacomportarsedeformarespetuosaenpúblico.Sabíaque las consecuencias podían ser terribles si, antes de cada partido de laCopa delMundo,lagenteveíaalosSpringbokscantandolaletradeDieStemenafrikaansyeninglés con entusiasmo pero no la delNkosi Sikelele. Si ocurría eso, el empeño deMandelayDuPlessisestaríacondenadoalfracaso;lanociónde«unequipo,unpaís»seríaelhazmerreírdetodos.DuPlessisteníaclaroloquehabíaquehacer.Teníaqueversea los jugadorescantandoelviejohimnodeprotestay liberación.Esa imagentrastocaría la idea convencional de los negros de que los Springboks eran unospatanesafrikanerquecantabancancionesracistasyviolentas.

DuPlessis nohabía habladodepolítica conningunode los jugadores, perono

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tenía motivos para creer que fueran otra cosa que los típicos votantes del PartidoNacional,conlaignoranciaylosprejuiciosqueesoentrañaba.«Teníamosaalgunosafrikanersdepuracepa,yeso[elNkosiSikelele]estabaenxhosa,queeralalenguadelque,paramuchossudafricanosblancos,habíasidoelenemigo.Eraduropediraestos chicos que cantaran una canción que tenía esas connotaciones.» Y era duroenseñarlesapronunciarlaspalabrasenxhosa.Enelequiposólohabíadosjugadoresquehablaranelidioma.MarkAndrews,de1,97metrosy120kilosdepeso,sehabíacriadoenlazonaruraldelCaboOriental,laregiónxhosa,yhabíatenidocontactoconlalenguadeMandeladesdequenació.HennieleRoux,másmenudoymásrápidoytambién de aquella parte del país, hablaba asimismo un poco de xhosa. Los 24jugadoresrestantesnoteníanniidea.

Por suerte, Du Plessis tenía una amiga que podía ayudar, una vecina suya enCiudad del Cabo llamadaAnneMunnik. Era unamujer blanca de treinta y tantosaños, esbelta, atractiva y llena de vida, de habla inglesa, que se ganaba la vidaenseñandoxhosa.Había aprendido la lenguadeniña, tambiénen la zonadelCaboOriental, y la había perfeccionado en la Universidad de Ciudad del Cabo, dondeahoradabaclases.SequedóestupefactacuandoDuPlessis lesugirióquedieraunaclasealosBoksparaenseñarlesacantarelNkosiSikeleleyluego,cuandolopensóun poco, dubitativa sobre el tipo de reacción que podrían tener aquellos bóersgigantescos.PeroDuPlessisinsistióyella,conalgunasreservas,aceptó.

Quedaronunatardedelatercerasemanademayode1995enelhoteldeCiudaddelCaboenelquesealojabaelequipodurantelospreparativosparaelprimerpartidode laCopa contra los campeones delmundo, los australianos, para el que faltabanpocosdías.Seordenóalosjugadoresquesereunierandespuésdelentrenamientoenlo quehabían empezado a llamar la sala del equipo, un espacio anodino en el quebancosyempresasdemárketinglocalessolíancelebrarseminariosparasupersonal,yenelque,enesosdías,KitchChristieadoctrinabaasusjugadoressobretácticayestrategia. En esa ocasión, les aguardaban al fondo de la sala Du Plessis y AnneMunnik.

DuPlessis,muchomásaltoqueladirectoradelcoro,lapresentóalosSpringboksreciénsalidosdeladuchacomounaviejaamigaalaqueconocíadesdehacíaveinteaños. Los jugadores reaccionaron como adolescentes. Codazos, guiños, gestos decomplicidad. «CuandoMorné dijo que había estado enmi granja varias veces, nohubomásquehablar—recordabaAnneMunnik—.Todofue“Oh”,y“Ah”,yrisitas,ycarcajadas,einsinuaciones,yempezaronatomarnoselpelo.»

Peroconbuena intención.SecalmaroncuandoDuPlessis sepuso serioydijo:«Vamos,chicos,sicantáiselhimnoenvozaltayconorgullo,estaréisdandovidaallema “Un equipo, un país”.» AnneMunnik miró boquiabierta el espectáculo. Eraaficionadaalrugby,peronadadeloquehabíavistoentelevisiónlahabíapreparado

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para el tamaño de aquellos hombres en carne y hueso. Grandes y musculosos,parecían escogidos por un exageradamente entusiasta director de reparto deHollywoodparacubrir26papelesdegladiadoresromanos.Habíavistosusnombresguturales típicos del afrikaans en una lista que le había dadoDu Plessis—KobusWiese, Balie Swart, Os du Randt, Ruben Kruger, Hannes Strydom, Joost van derWesthuizen,Hennie leRoux—y tenía lasensacióndeque,desdeelpuntodevistapolítico, tambiéndebíande tenermásencomúnconlaextremaderechaqueconelCNA, conDie Stem que con elNkosi Sikelele. Pero empezó su clase: dio a cadajugadorunahojadepapelconlaletradelacanciónyleshizoleerla,repitiendolaspalabrasmás difíciles e intentando reproducir los sonidos chasqueantes del xhosa,casi imposibles para personas queno los hubieran aprendidodesdeniños. «Luego,cuandollegóelmomentodecantar—contaba,aúnsorprendida,añosmástarde—,lohicieronconmuchosentimiento.»

Algunos más que otros. Kobus Wiese, Balie Swart y Hannes Strydom teníantalento natural.Wiese y Strydommedían 1,93 metros y pesaban 125 kilos; Swartmedíacasiochocentímetrosmenos,peroeratananchocomolapuertadeunestablo.Todosestabanextraordinariamenteenforma,comodebíaserparajugarelrugbytanbrutal por el que eran famosos los Boks. Y les gustaba mucho cantar. Wiese(pronunciado«Vise»)eraunodelospayasosdelequipoyunhombrecuyaagudezamentalparecía impropiadesu tamaño,peronadiehabríapodidoacusarlonuncadeser progresista. La liberación de Mandela había emocionado a Du Plessis, habíainspirado a su compañero de equipo Joel Stransky, había supuesto un vuelco paraPienaar,peroaWiese,segúnreconocíaélmismo,lehabíadejadofrío.Swarteraunodelosmiembrosmásdiscretosdelequipo,pero,comoeramásviejoquelamayoría,ymás fornido,exigíae inspiraba respeto.WieseySwarteranmuybuenosamigos.Nosóloeranambosdelanteros,unidosentre síde formacasidiametraldurante losfrenéticosamontonamientoshumanosqueelrugbydignificaconnombrescomoruck,maulymelé,sinoquecantabanjuntosenuncorodesdehacíaaños.

Wieseseasombróalverconquérapidez lamúsicadelNkosiSikelele,desde laprimera vez que cantó el himno, había eliminado de un plumazo los escrúpulospolíticos. «Había oído la canción, por supuesto —contaba—. Había visto entelevisión a esasmasas enormes de negros desfilando, cantandoy bailandopor lascalles conpalosyneumáticosen llamas; leshabíavistoarrojarpiedras e incendiarcasas.YsiempreseoíaelNkosiSikeleleiAfrikadefondo.Paramí,yprácticamenteparatodoslosqueconocía,elhimnoerasinónimodeswartgevaar,elpeligronegro.Pero el caso es queme gustamucho cantar. Siempreme ha gustado.Y de prontodescubrí, para mi asombro, que estaba atrapado en el canto, que era una melodíapreciosa.»

OsduRandt,elmásjovendelequipoconveintidósaños,peroelmáspesado,con

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1,88 metros y 130 kilos, cantaba con timidez, como si no quisiera que lo vieran.Llamado «el Buey», había servido en el ejército en un regimiento de carros decombate, aunque era unmisterio para todos cómohabía conseguidometerse enunvehículo tan cerrado. Ruben Kruger, de 1,85 y sólo 112 kilos, era uno de losjugadoresmásmenudosenladelantera,perofuertecomounñu,conunosmúsculoscultivados desde muy pequeño en un negocio familiar en el que su principalocupación era acarrear grandes sacos de patatas sobre los hombros. Pienaar, comosiempre, trató de dar ejemplo y se unió lleno de buena voluntad, pero le costabamuchísimo la pronunciaciónde las palabras y tenía la canción en símuchomenospresente—«pocosdenosotrosconocíamosnisiquieralamelodía,laverdad»—queWiese,contodasufaltadeprogresismo.

Wiese, Swart,Kruger, Pienaar,DuRandt yMarkAndrews eran algunas de lasestrellas en el «pack» de la delantera. Los jugadores que ocupaban las velocesposicionesde«trescuartos»casiparecían,aprimeravista,perteneceraunaespeciediferente.AAnneMunniklellamólaatenciónelcontraste.Nosóloteníanuntamañomás normal, sino que sus rostros eranmenos temibles, sus narices estabanmenostorcidas y sus orejas no estaban deformadas por horas y horas de frotarlas contragruesosmuslospeludosenlasudorosayjadeantefábricadecarnedelasmelés.EranlosgalanesdelosSpringboks,losDavidBeckhamdelrugby.

JamesSmall,que,cuandonojugabaalrugby,eramodelo,eraelchicomalo,elquehabíaestadoproscritode lagiradel añoanteriorporGranBretañadespuésdeuna pelea de bar. Sin embargo,Munnik advirtió que nadie cantaba la canción contanto sentimiento como él. «Estuvo todo el tiempo a punto de llorar», decía. Alsudafricanocorrienteaficionadoalrugby,conocedordesuslíosfueradelterrenodejuego,lehabríaresultadodifícilcreerlo,peroasuscompañerosdeequipo,no.Todoslosqueleconocíanteníanlasensacióndequevivíaal límite,deque,sinohubierasido por la válvula de escape que el rugby proporcionaba a sus emocionesdesmesuradas,supersonalidaddescontroladayviolentahabríapodidoenviarledetrásdelasrejas.Éleraelprimeroendecirlo.«Soymuyafortunado—explicaba—.Yoeraun tipo duro, podía haber acabado en la cárcel. Iba a los clubesmás siniestros deJohanesburgo por la noche. Muy fácilmente podría haber acabado recibiendo undisparo.»

Perohabíaotromotivoporelqueseemocionótantocuandoempezóacantarelviejohimnonegro.Élsabíaloquesignificabavivirmarginado.Elapartheidtambiénexistía en el rugby, entre los blancos. «Sé lo que es estar en la parte perdedora—decía—.Yoerauninglésquepracticabaundeportedeholandeses.Cuandoempecéanivelprovincial,losjugadoresafrikanersmehacíanmuchasfaenas.Tantomiequipocomo los rivalesmehacíansentirquenoerabienvenido.Algunos jugadoresdemipropioequipotratabandequeseleccionaranasuscompañerosafrikanerantesquea

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mí.Mehacíanelvacío,yrecibímuchaspalizas.Cuandomeseleccionaronpara losSpringboks,alprincipio,mehicierontantodañoquemipadrequisodenunciarloalapolicía. Lo que querían dejar claro es que éste era un deporte de afrikaners, y nohabíasitioparauninglés.Elingléseraunintruso.»Ésaeraprecisamentelaopiniónque había tenido Pienaar de «los ingleses» cuando era adolescente, como lodemuestraelorgulloquesentíadequesuequiponuncahubieraperdidocontraotrode un colegio «inglés». «Pero usé todo eso como estímulo—decía Small—, y, alfinal,mesalíconlamía.MeconvertíenunSpringbok.Todaaquellaexperienciameenseñóavaloraraldefuera,asimpatizarconquienesnohabíantenido,enmipaís,lasoportunidadesqueyohabíatenido.»

UnafrikanerquenuncamostróaSmallmásqueamabilidadyrespetoeraMornédu Plessis. Su influencia también se vio en la reacción de Small cuando tuvo queaprenderelhimnonegro.«Veíalascosasdeformamuydistintaqueunañoantes.Amedidaquenosacercábamosalaseleccionesde1994,medejéarrastrarporelmiedoque teníanmuchosblancosdequefueraahabercaos,violencia,venganza.Poresocompréunarmaporprimeravezenmivida.Teníamiedo.Y, sinembargo,unañodespués...¡estabacantandoelNkosiSikelele!PeronohabríasidoposiblesinMorné.ÉlfueelquenosconvenciódequedebíamosrepresentaraSudáfricacomocolectivo,que teníamos que comprender de verdad lo que significaba ser sudafricano en unaSudáfricaquenoteníamásqueunañodeedad.FuegraciasaélcomoentendíqueaprenderelNkosiSikeleleerapartedeeso.»

Chester Williams no se sintió tan conmovido como Small por el canto deliberación.ComoSmall,Williamseraunjugadorfornidoyrápidoquejugabaenelala.AdiferenciadeSmall,eraunhombrediscreto,cuyatimidezlehacíaparecerfrío.Williamseraelúnico jugadornoblancoenelequipo,peroesonoqueríadecirquetuvieramásfacilidadqueSmallparaelxhosaoelzulú.Eraun«mestizo»,segúnlasnormas de la Ley de Inscripción de la Población, difunta desde hacía poco. Los«mestizos» —o, como decía la apelación políticamente correcta, «los llamadosmestizos»— eran el subgrupo menos comprometido políticamente de los cuatroprincipales del apartheid; los otros eran negros, blancos e indios. Como eran unamezcladerazas,tambiéneranlosqueconteníanmásdiversidadfísica.Ensumayoríacoincidíanmás con la idea habitual del negro africano que con el blanco europeo,pero el grupo étnico al que los mestizos solían sentirse más próximos eran losafrikaners, sobre todo porque en casa hablaban la misma lengua que ellos. A esacategoría general pertenecía Chester Williams: de aspecto africano, de lenguaafrikaans,apolítico.

Noesquelosafrikanersmostrasenningúnrespetoespecialporlosmestizos.Laesposa de F. W. de Klerk, Marike, hizo unas celebradas declaraciones sobre los«mestizos»en1983que lepasaron facturamás tarde, cuando sumarido tratabade

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asumirciertogradoderespetabilidad«noracial».«Sonungruponegativo,¿sabe?—habíadicholafuturaprimeradama—.Ladefinicióndemestizoenelregistrodelapoblaciónesalguienquenoesnegro,noesblancoynoesindio,enotraspalabras,una no persona. Son los restos. Son la gente que quedó cuando se repartieron lasnaciones.Sonlosdemás.»

LaevolucióneneltratoquerecibíaWilliamsdesuscompañerosSpringboksentreel momento de incorporarse al equipo, en 1993 —el año en el que se formó elVolksfront—,y laCopadelMundo,dosañosmás tarde, fueun reflejodel cambioradicalenlarelacióndelagenteblancaengeneral,ylosafrikanersenparticular,consus compatriotas de piel oscura. «Fue una época difícil paramí—decíaWilliams,hablando de sus primeros días como Springbok—. La gente no me aceptó. Yointentabaentablarconversación,peromedejabansolo.»

Enunlibrocoescritoporél,WilliamsfuemáslejosyllegóaafirmarqueJamesSmall,entreotros,lellamabakaffirysugeríaqueestabaenelequipo,nopormérito,sinoporqueera«elnegrosimbólico».Smallsesintióheridoporesasafirmaciones,yWilliams, hasta cierto punto, se desdijo. Según Small, Williams se disculpóposteriormente delante de todo el equipo y ambos hicieron las paces. En unaentrevista realizada poco después de que hubiera pasado la tormenta, Williamspareció un poco avergonzado por algunas de las cosas que aparecían en el libro yreconoció que quizá había habido algunas exageraciones. Pero insistió en que sehabíasentidodiscriminado.«Sóloconelpasodeltiempoviquelagentecambiaba,quecadavezmeaceptabanmás;en1995,yamehabíanaceptadoporcompletocomomiembrodelequipo,pormispropiosméritos.»

El equipo, en ciertomodo, tenía poca elección, puesto que los responsables demárketingdelrugbysudafricanohabíanescogidoaChesterWilliamscomoelrostroevocadordelaNaciónArcoiriseneltorneo.Paraéleraunasituaciónextraña,dadosucarácterretraído,pero,parasuasombroyeldesuscompañeros,cadavezqueibanaalgúnlugardelpaís,surostrolescontemplabadesdeenormescartelespublicitarios.También debía de ser un poco confuso, y no totalmente convincente, para lossudafricanosnegros,nosóloporqueWilliamsera«mestizo»(gustaraono,yalCNAno le gustaba, las etiquetas, muchas veces, seguían existiendo), sino porque erasargentoenlaFuerzaSudafricanadeDefensa,unainstituciónenlaquehabíaservidoduranteelapartheid.Williams,cuyarelaciónconlosnegroshabíasidomínima,cuyaslenguas no hablaba, seguramente entendió esa reacción mejor que la gente demárketing, cuyas ideas teníanmás impacto entre los blancos que entre los negros,entrelosvisitantesextranjerosqueentrelossudafricanosengeneral.Enunasubastallevadaacaboaprincipiosdemayo,Williamsmiróasombradocómounretratodeélsevendíaporloqueentoncesequivaldríaa5.000dólares.Sudáfricaestabavendiendoalmundounaimagendesímismaqueelmundoqueríacomprar.

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ElsueñoquehabíatenidoJoelStranskyalverenunbarfrancés,portelevisión,lasalida en libertad deMandela, de que elmundo volviera a aceptar a Sudáfrica, sehabíahechorealidadeinclusosehabíavistosuperado.Nosóloibaajugaralrugbyporsupaís,sinoqueloibaahacerenunaCopadelMundo.Eibaaocuparelpuestofundamental de medio apertura, que, en su caso, incluía también la enormeresponsabilidaddelanzar lospenaltis,de losquetantasvecesdependíaelresultadodelosgrandesencuentros.Parasusobligacionesnecesitabanerviosdeaceroademásdeunagranaudaciafísica,porque,con1,75metrosdealturay95kilosdepeso,teníaquesoportarlascargasmásbrutalesdehombresmuchomásvoluminososqueél.Sinembargo, al empezar la clase de canto, estaba nervioso y habría preferido estar enotro sitio. «Soy una de esas personas que odian cantar—explicaba—.Es casi unafobia.» Pero se sorprendió a sí mismo. «Todos sabíamos el contenido político deaquella canción, y habíamos oído hablar mucho de ella y, de pronto, allí estaba,aprendiendolaletra,yeraalgoverdaderamenteespecial.»

Hennie leRoux, unode losmiembrosmás serios del grupo e íntimo amigodeFrançoisPienaar,sededicócongranaplicaciónalasleccionesdeAnneMunnik.Conungrantalentoparacorrersorteandoalcontrarioyelmásversátildelostrescuartosdelequipo,LeRouxeratanpocopolíticocomolosdemás,peroteníayamuyclaralanecesidadnacionaldeaprenderelNkosiSikelele.Lohabíacomprendido,comootrosSpringboks, a su llegada al hotel de Ciudad del Cabo unos días antes, cuando elpersonal, en su mayoría negro, salió a recibirles en el vestíbulo. «Nos recibieroncantando,bailandoycelebrando,felicesdevernos,muyacogedores.Fuealgoquenohabíamosvistonuncaennuestrascarreras,unosnegrosahídelante,saludándonoscontanto entusiasmo como el que nos mostraban las muchedumbres de aficionadosblancosmásenloquecidos.Fueungranmomentoparatodosnosotros.»JamesSmalllo decía de formamás directa. «Nosmiramos entre nosotros y pensamos: “¡Joder,aquíestápasandoalgo!”»ParaLeRoux,ésefueelmomentoenelquecomprendióqueteníaqueponeralgodesuparte.«Siellosestabantandispuestosaestaranuestrolado,lomenosquepodíamoshacernosotroseraunesfuerzoparaaprendersucanto.Elrecuerdodeaquellasescenasdenuestrallegadamientrasestábamosaprendiendolacanciónhizoquemeresultaramuchomásemocionante.»

Pienaar estaba tan emocionado como su amigo, pero sumotivación era todavíamáspersonal.EraelúnicoSpringbokquehabíahabladocaraacaraconMandelayestabaespecialmenteansiosodequesuequipoproyectaseunaimagenqueagradaseal presidente. Pero también pensaba, como hacía siempre con una minuciosidadimplacable,queloqueelequipohicierafueradelterrenodejuegopodíamejorarsuactuación en él. Y, mientras se oía a sí mismo y a sus compañeros cantando, sucerebro de rugby se puso enmarcha.Comprendió que la victoria en un partido derugbydeprimeracategoríaeraenun50%cuestióndepsicología,yvioenlacanción

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un valor deportivo, más allá de la política. «En aquel mismo instante decidí queaquello era unaventaja inesperadaquenos había proporcionadoMorné; quepodíaaportarnosalgoespecialantesdeempezarajugar,silorespetábamosysentíamossuenergía—explicódespuésPienaar,queañadió,sonriendoymeneando lacabeza—:Ahora...esasombroso,sisepiensa.¡Loschicosafrikanerscantandoaquelhimno!»

AnneMunnik estaba a punto de acabar la clase cuando los tres jugadoresmásgrandesdelequipo,KobusWiese,HannesStrydomyBalieSwart,alzaronlamano:¿podían cantar el himno una vezmás, ellos tres solos? «Dije: “¡Por supuesto!”Yempezaronacantar,comotresniñosdecorogigantes,primeroenvozbaja,subiendohastalasnotasmásaltas.¡Locantarondeformatanhermosa!Losdemásjugadoressequedaronboquiabiertos.Nohuborisasnibromas.Simplementelosmiraron.»

Paralostresgigantes,cantaraquellacancióntuvoelpoderdeunaepifanía.«¡Allíse quedó mi inocente ignorancia, hecha añicos! —exclamaba Wiese—. Cuandoaprendílaletradeaquelcanto,semeabrieronlaspuertas.Desdeentonces,cadavezqueoigoaungrupodenegroscantandoelNkosiSikelele...,esdeslumbrante,tío.Esprecioso.»

Uno podía tener tantas dudas sobre los Springboks como Justice Bekebeke overlos con tanta generosidad comoMandela, pero cualquier sudafricano negro quehubieraentradoenaquellasalamientraseltríodebóersrompíaacantartambiénsehabríaquedadodeslumbrado.

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CAPÍTULOXIV-SILVERMINE

El 25 de mayo de 1995, los Springboks iban a enfrentarse a los vigentescampeones del mundo, Australia, en el primer partido de la Copa del Mundo enCiudaddelCabo.Eldíaanterior,elequipoestabareunidoenSilvermine,unaviejabasemilitar dentro de una reserva naturalmontañosa en la península de El Cabo,dondehabíanestablecidouncampodeentrenamiento temporal.Silvermine,situadoenlamitadorientaldelaestrechacinturadelapenínsula,esunodeloslugaresmáshermosos de Sudáfrica. Hacia el norte, se ve el simbólico monolito de TableMountain.Haciael sur,elextremorocosoenelqueseunenelOcéanoÍndicoyelAtlántico.Portodasparteshayacantilados,bosques,vallesyelmar.

Losjugadoresacababandeterminarunasesióndetardedeentrenamientocuandolevantaron la vista y vieron un gran helicópteromilitar que bajaba desde el cielo.Morné du Plessis, al que habían avisado de la visita, se había puesto chaqueta ycorbata. Mientras los demás miraban boquiabiertos la máquina voladora quedescendíahaciaelsuelo,lesanuncióqueeraMandela,queveníaaverlos.Siguieronmirando cómo salía Mandela del aparato, debajo de la hélice, vestido con unareluciente camisa suelta roja y naranja, con el estilo que se había convertido en laimagendemarcadesupresidencia.Seaproximóconunasonrisahacialosjugadores,yellosseapelotonaronyempezaronadarsecodazosunosaotroscomofotógrafosenunaruedadeprensa,estirandoelcuelloparavermejor.

Mandelahizovarioscomentarioscasualesquedespertaronlasrisas,y luegoDuPlessispidiósilencioparaqueelpresidentepudieradirigirunaspalabrasalequipo.

Parasusorpresa,Mandelacomenzóabordandolosmismostemasseriosquesolíatocar cuando hablaba con blancos (aquel día, todo su público era blanco, porqueChesterWilliams estaba ausente, recuperándose de una lesión).Les recordóque elCNAhabíaprometidoqueelnuevogobierno ibaamanteneral jefedel ejército, elcomisarionacionaldepolicía,elgobernadordelBancodelaReservayelministrodeFinanzas, y que, un año después de las elecciones, el gobierno había cumplido supalabra.Comoafrikaners, no teníannadaque temerdelCNA.Ni tampoco, añadióMandelaconunasonrisa,desusrivalesdeldíasiguiente.

«Os enfrentáis a los campeones delmundo,Australia.El equipo que gane estepartidoseguiráhastalafinal—predijo,antesderecuperaruntonosolemne—.Ahoratenéis laoportunidadde servir aSudáfricayunir anuestropueblo.Encuestióndemérito, sois iguales a cualquierotroenelmundo.Pero jugáis encasa,y esoosdaventaja.Recordad,todosnosotros,blancosynegros,estamosconvosotros.»

Losjugadoresvitorearonyaplaudieron,yluegoMandelasedetuvoacharlarcontodosunoporuno.«Mepreguntóporquémehabíavestidocontantaformalidadpararecibirle —recordaba Du Plessis—. Pero lo más asombroso fue la química. Los

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jugadores se sintieron atraídos hacia él inmediatamente.» KobusWiese reconoció:«Nopuedorecordarporquénosreíamos,perorecuerdoquenosreímosconMandelatodoelratoqueestuvoallí.»

Depronto,HennieLeRoux,elcorpulentocentro trescuartos,decidióofreceraMandela una señal de agradecimiento por haberse molestado en ir a visitarles.Cuandoelpresidentellegódondeestabaél,leentregósugorraverdedeSpringbokyle dijo: «Por favor, tómela, señor presidente, es para usted. —Hizo una pausa yañadió—:Muchasgraciasporestaraquí.Significamuchoparaelequipo.»

Mandelalacogió,sonrióydijo:«Muchasgracias.¡Lavoyallevar!»Sepusolagorraallímismo.

FrançoisPienaarpusoelselloalaceremoniadelamontañaconunbrevemensajededespedidaaMandela.Serefirióalpartidodeldíasiguienteydeclaró:«Hayunapersonaparalaqueahorasabemosquetenemosquejugar,yeselpresidente.»

ElencuentrodeSilvermineredefiniólossentimientosdelosSpringboksrespectoa supresidentey supaís.Cuando intentódescribir elmomento en el queMandelasubióalhelicópteroysealejó,aDuPlessiscasilefaltabanlaspalabras.«Miréalosjugadores mientras contemplaban el helicóptero y estaban como niños, saludando,llenosde...entusiasmo.Aquelloschicoshabíanvistounmillóndehelicópteros,peroMandela...sehabíaganadosuscorazones.»

Y leshizobien comoequipode rugby.Pienaarhabía estadopreocupadopor latensión entre sus compañeros de equipo la víspera del comienzo del campeonato.Normalmente, habría tratadode romperla conuna canciónounapelícula, pero, enesta ocasión, Mandela lo había hecho por él. Un año antes, Mandela habíaconseguido que Pienaar se encontrara a gusto en el despacho presidencial. Ahorahabía hecho lomismo con el equipo entero. «Relajó a los chicos. Su trato con elequipofuejovial,siempresonriente,siempreconpequeñasbromas.Ysiempretienetiempo para todos. Se detiene a hablar, y aquella vez hizo que los jugadores sesintierancómodos.Fueunacosamuyespecialantesdelpartidoinaugural.»

MandelatalvezrebajóelestrésdelosSpringboks,peronopudoeliminarloporcompleto. Hay pocos jugadores que mueran en un campo de rugby, pero, por lodemás,ningúnotrodeporteesmásparecido—poreldolorsoportadoylabrutalidaddeloschoques—alaguerra.Losjugadoresderugbydanyrecibengolpestanduroscomo los de fútbol americano, pero sin cascos, hombreras ni otros elementos deprotección. Y el rugby exige mucha más capacidad de resistencia que el fútbolamericano. Cada partido de rugby consiste en dos mitades de 40 minutos con unúnico intermediode10minutos entre ellasyningún tiempodedescuento salvoencasodelesiones.Peroelmiedofísiconodominabatanto lamentede los jugadorescomoelpesodelaexpectaciónnacional.Enmenosde24horasibanaenfrentarsealosWallabiesaustralianos,unodeloscincoequiposconseriasposibilidadesdeganar

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laCopa,juntoconFrancia,Inglaterra,NuevaZelandaySudáfrica.Mandelaleshabíahecho sentirse especiales, pero todavía estaba por ver si los Springboks podíancanalizaresapresiónasufavorduranteelpartidoocaeraplastadosbajosupeso.

TambiénestabaporvercuántoapoyoibanadarverdaderamentelosnegrosalosSpringboks, hasta qué punto habían triunfado los esfuerzos de Mandela paraconvencerasugentedequelaviejacamisetaverdeyoroahoraeratambiénlasuya.

LaUnidaddeProtecciónPresidencialeraunbarómetrotanbuenocomocualquierotro paramedir el ambiente nacional. Era un grupo de sudafricanos que, la nocheantesdelpartidocontraAustralia, se fuerona lacama tan tensoscomo lospropiosSpringboks.Peropordiferentesmotivos.«LapreocupaciónporlaseguridadenaquelprimerpartidocontraAustraliaeraenormeylasmedidastomadas,muynumerosas»,explicabadespuésLingaMoonsamy,exguerrillerodelCNAymiembrode laUPPdesdelatomadeposesióndeMandela.«Pasamossemanaspreparándonosparaaqueldía. Examinamos repetidamente cada rascacielos alrededor del estadio. Colocamosfrancotiradores en las azoteas en puntos estratégicos, pusimos gente en los puntosmásdébilesdentrodelestadio.»

LaUPPsesentíaunidaensumisiónperodivididaendosentrenegrosyblancos,entre antiguos miembros de Umkhonto we Sizwe, como Moonsamy, y antiguosmiembros de la Policía de Seguridad. «Los tipos de Umkhonto y los policíashabíamos sido enemigos mortales, literalmente, habíamos querido matarnosmutuamenteduranteaños—contabaMoonsamy—,aunquehayquedecirqueellosloconsiguieronmuchomásquenosotros.»

Yesadivisiónseextendíaalrugby.ElhechodeestaracompañandoaMandelaundíasíyotronoduranteunañohabíasuavizadoelaspectomásdurodeMoonsamy.Pero todavía no llegaba a apoyar de corazón a los Springboks ni, en realidad, aentenderverdaderamentedequéibaelrugby.

«Habían corrido muchos rumores de que la extrema derecha iba a utilizar lacompetición para preparar un acto terrorista contra la nueva democracia, contra elpropio Mandela —recordaba Moonsamy—. Nuestros colegas blancos eran tanconscientes de esa posibilidad como nosotros y estaban tan preparados comonosotros, pero la gran diferencia era que estaban todavía más nerviosos por elresultadodelpartido.Nosotroslesmirábamos,sonreíamosymeneábamoslacabeza.Noloentendíamos.»

Llegado el momento, la preparación de la UPP valió la pena. El partido entreSudáfricayAustraliasedesarrollósinincidentes.Mandelallegóenhelicópterodesdela residencia presidencial en Ciudad del Cabo hasta un edificio alto próximo alestadio. Desde allí se trasladó en un BMWblindado de color grismetalizado conMoonsamy, que aquel día era el guardaespaldas número uno e iba sentado en elasientodelcopiloto,delantedeél.Enmediodetodalaemoción,Mandelanohabía

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olvidadolagorradeHennieLeRoux.Selapusoenlaceremoniadeinauguracióndeltorneo,dondelos16equiposqueparticipabandesfilaronenelestadiodeNewlands,al ladode1.500bailarines (o1.501,porqueelpropioMandelaseunióysepusoabrincar), antesdedarpaso al partido.Y se lapuso cuando salió al campoadar lamano a los dos equipos, en medio de los cálidos vítores de una muchedumbreabrumadoramente blanca, 50.000 personas, entre las que se veían abundantesbanderas sudafricanas nuevas. Siguió con la gorra puesta cuando los Springbokscantaron los dos himnos nacionales con la misma emoción, aunque todavía fueraevidentequesesabíanmejorlaletradeDieStem.

ElpartidofueuntriunfoparalosSpringboks.Todalatensiónleshabíafavorecidoy,alfinal,derrotaronaAustralia,quellevabainvicta14meses,conmáscomodidadde la que sugería el resultado: 27-18. Joel Stransky fue la estrella del partido, almarcar22puntos,17deellosdechutyunoconunensayosobrelalínea.Cuandoelpartido estaba acabando, apareció enmedio de lamultitud una pancarta pintada atoda prisa que decía: «Olvidémonos del rinoceronte. ¡Salvemos al Wallaby!» Losaustralianos,ferocescompetidoresentodoslosdeportesquepracticaban,aceptaronladerrotaconelegancia.«Nohaydudadequehaganadoelmejorequipo—dijoBobDwyer, su entrenador—. Cualquier otro resultado, si lo hubiéramos logrado colar,habríasidoinjusto.»

Esa noche, los Springboks lo celebraron como suelen hacerlo los jugadores derugby, bebiendo hasta las cuatro de la mañana y llevados en hombros por todaspartes.Alamañanasiguiente,KitchChristie,elentrenador,nolesperdonólacarreradiariaalasnueve,desdeelcentrodelaciudadhastalaorilladelmar,peroeldolordelaresacasevioaliviadoportodoslostranseúntesquelesfelicitaronporelcamino.

Undíadespués,conlascabezastodavíadoloridas,seencontrabanenunferryquese dirigía a Robben Island. Fue una idea deMorné du Plessis, que había visto elenormeimpactoqueibaatenerel«Unequipo,unpaís»,nosóloporlopositivoquepodíaserparalanación,sinoporloquepodíabeneficiaralequipo.

«Habíaunarelacióncausa-efectoentreelfactorMandelaynuestraactuaciónenelcampo—decíaDuPlessis—.Causayefectoenmilfrentes.Encómosuperabanlosjugadoreslabarreradeldolor,enundeseosuperiordeganar,entenerlasuertedetulado porque tú te fabricas tu propia suerte, en todo tipo de detallesmínimos que,juntos o por separado, marcan la diferencia entre ganar y perder. Aquel día todoconvergióalaperfección.NuestrodeseodeserelequipodelanaciónyeldeseodeMandeladeconvertirelequipoenelequiponacional.»

Robben Island todavía se usaba como cárcel, y todos los presos eran negros omestizos.Partedelajornadaconsistióenconocerlos,peroanteslosjugadoresvieron,porturnos,laceldaenlaqueMandelahabíapasadodieciochodesusveintisieteañosencautividad.Losjugadoresentraronenlaceldadeunoenunoodedosendos;no

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cabíanmás.ComoacababandeconoceraMandela, sabíanqueeraunhombrealtocomo casi todos ellos, aunque no tan corpulento. No hacía falta gran imaginaciónpara comprender los problemas, físicos y psicológicos, de estar tanto tiempoencerradoenunsitiotanpequeño.Pienaar,quehabíaleídoalgosobreelpasadodeMandela,sabía tambiénquedeaquellacelda,oalmenosdeaquellaprisión,eradedondehabíasurgidogranpartedelaenergíaylaplanificacióndelboicotalasgirasinternacionales de los Springboks. Morné du Plessis hizo una reflexión similar,mucho más intensa aún porque él había sido uno de los jugadores directamenteafectados.SteveTshwete,ahoraministrodeDeportes,lehabíadichoaDuPlessisqueen aquellas celdas escuchaban los partidos de los Springboks contra los Lionsbritánicosen1980,yquelosguardiaslesgritabanalospresosquedejarandeanimara los rivales, pero que ellos seguían. «¿Y sabe qué? —me decía Du Plessis—,mirandoaquellasceldas,viendoloqueleshicimossufrir,yotambiénhabríaanimadoalosLions.»

DespuésdelaceldadeMandela,losjugadoressalieronalpatioenelque,enotrotiempo,Mandelahabíatenidoquepicarpiedra.Allílesesperabaungrupodepresos.

«Estabanfelicesdevernos—contabaPienaar—.Apesardeestarencerradosallí,estaban claramente orgullosos de nuestro equipo. Hablé con ellos sobre elsentimientoqueteníamosderepresentaratodoelpaís,ellosincluidos,ynoscantaronunacanción.JamesSmall—nuncaloolvidaré—estabadepieenunrincón,llorandoa lágrimaviva. Jamesvivía siempreal límite,y supongoquedebiódepensar: “Yopodía haber estado aquí.” Es verdad, su vida podía fácilmente haber seguido otrocamino.Perolamíatambién,¿eh?—añadióPienaar,recordandolaspeleasenlasquesehabíaenzarzadodejoven,lavezquematóaunhombre—.Yotambiénpodíahaberacabadoallí.»

Small recordaba el episodio. «Los presos no sólo nos cantaron, sino que nosvitorearonyyo...rompíallorar—dijo,conlosojosenrojecidosalrecordarlo—.AllífuedondeverdaderamentetuvelasensacióndequepertenecíaalanuevaSudáfricaydonde comprendí mi responsabilidad como Springbok. Allí estaba, oyendo losaplausosquemedabany,almismo tiempo,pensandoen laceldadeMandelayenque él había pasado veintisiete años en la cárcel y había salido lleno de amor yamistad. Todo aquello me abrumó, fue una iluminación tremenda, y las lágrimascorrieronpormirostro.»

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CAPÍTULOXV-VERPARACREER

«¡Mispropiosseguidoresmeabuchearon!¡Meabuchearoncuandolesdije:estoschicossonahorade losnuestros,vamosaapoyarlos!—Mandela fruncíaelceñoalrecordarlo—.Fuemuydifícil...»

EstabarecordandounincidenteconcretohaciaelfinaldelaCopadelMundo,unaconcentracióndelCNAenelcorazóndelKwaZulu ruralque representóparaél lasenormes dificultades a las que tenía que hacer frente para convencer a lossudafricanos negros de que apoyaran a los Springboks. Convencerles para queapoyaran un símbolo tan evocador del sufrimiento y las indignidades que habíasoportado durante tanto tiempo era un ejercicio de persuasión política casi taninverosímil como el que habían llevado a cabo con Constand Viljoen. JusticeBekebeke, por ejemplo, no iba a ceder fácilmente en este aspecto.Como decía él,«esosafrikanersdelrugbyeranprecisamentelosquepeornostrataban.Ésoseranlosquenosechabanapatadasdelasaceras.Ésos—losblancosmatonesygrandullones—eranlosquenosdecían“quítate,kaffir”».

Pero sus circunstancias en ese momento, como correspondía al nuevo espírituimperanteenelpaís,habíancambiado.Despuésdehaberevitadolahorca,enmayode1995estabaapuntodeobtenersulicenciaturaenDerecho,afinalesdeeseaño.EstabadeacuerdoconelcompromisohistóricoquehabíaelaboradoMandela,estabaa favor de que blancos y negros compartieran el gobierno; sin embargo, había unlímite.

«Yo era un miembro leal del CNA—explicaba posteriormente—, creía en lafilosofía del no al racismo y era admirador deMandela. El ejemplo queme habíadejadoAntonLubowskieraunagarantíainamovibledequenuncaseríaracista.PerolosSpringboks,elemblemaSpringbokdelquetantoseenorgullecíaaquellagente,loodiaba.Paramíseguíasiendounpotenteydetestablesímbolodelapartheid.»

EsesímbolofueexactamenteloquelospartidariosdelCNAenlaconcentracióndeKwaZuluvieronponerseaMandelasobrelacabezaamitaddesudiscurso.Eralagorra Springbok que le había regalado Hennie le Roux.Mandela había llegado alpueblo a celebrar el aniversario del suceso que desencadenó la revoluciónsudafricana, el día de 1976 en el que los niños de Soweto se alzaron contra susmaestrosdelapartheid.Sinembargo,leabuchearon.

Al escoger aquel lugar, Ezakheni, para realizar su gesto,Mandela quizá estabatentandolasuerte.Primeroporque,comoseñalóensudiscursoaqueldía,eraenloslugaresmásatrasados,comoEzakheni,dondelagentehabíaexperimentadolopeordel viejo sistema. «Aquí —dijo Mandela— el apartheid dejó comunidades encondicionesqueescapanatodadescripción.»Segundo,laviolenciaqueduranteunadécadasehabíadesatadoentreloszulúespartidariosdelCNAyloszulúespartidarios

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deInkathahabíacontinuadoapesardelallegadadelnuevogobierno,yMandelatuvoquedeclarar:«Lamuertedezulúesamanosdeotroszulúesdebeacabar.»Tercero,lamuchedumbre odiaba a los granjeros blancos locales, que, en su mayoría, habíansimpatizadoconInkatha.

Buthelezi, el líder de Inkatha, era ahoraministro del gobierno deMandela. Lagenerosidaddeesteúltimohaciaéleraunejemplodepragmatismopolíticollevadoalextremomoral.PeroenEzakhenilasheridasseguíanabiertasylaconfraternizaciónconelenemigonoestababienvista.PedirlesquetuvierancariñoalosSpringbokseracasi una grosería. Sin embargo, eso fue lo que hizoMandela. «Ved esta gorra quellevo —dijo a su público—, es en honor de nuestros chicos, que juegan contraFranciamañanaporlatarde.»

Aquellofueloquedespertólosabucheosdelagente.YMandelanoloconsintió.«Mirad—lesamonestó—,entrevosotroshaylíderes.Noseáiscortosdemiras,noosdejéisllevarporlasemociones.Laconstrucciónnacionalsignificaquehayquepagarunprecio,delmismomodoquelosblancostienenquepagarunprecio.Ensucaso,abrir los deportes a los negros es pagar un precio. Para nosotros, decir que ahoradebemosapoyara laselecciónderugbyespagarunprecio.Esoes loque tenemosquehacer.—Mientraslosabucheossecallabanpocoapoco,prosiguió—:Quieroveralíderesentrevosotros,hombresymujeres,queselevantenypromuevanestaidea.»

CuandoMandela recordabaaquellaconcentración,hablabacomouncazadordesupresa.«Alfinal—decíaconunasonrisavictoriosa—,alfinalmeganéalagente.»Yahabíapasadoporello,yalehabíasucedidoestaraparentementeapuntodeperderaunamuchedumbreyganárselaenelúltimomomento.UnavezlehabíaocurridoenunterritorioenelqueInkathahabíacausadounapérdidaterribledevidashumanas.Anteelcomprensibledeseodevenganzadelamuchedumbre,lespidióqueadoptaranuna visiónmás amplia, que «arrojaran sus armas al mar». En otra ocasión, en undistrito negro a las afueras de Johanesburgo llamadoKatlehong, en el que Inkathatambiénhabíaatacadoalapoblacióncivil,callóa15.000personasindignadasporsunegativaadarlesarmascuandolespreguntósiqueríanquesiguierasiendosulíder.Porque,sinohacíanloquelesestabapidiendo,queeraelesfuerzodehacerlaspacesconindividuosque,segúnél,másquesermalos,estabanequivocados,presentaríasudimisión.Lagentenodeseaballegaraeso,y,alterminarsudiscurso,todoscantaronsunombreybailaronvictoriosos,celebrandoeléxitodel llamamientoqueMandelahabíahechoalapartemássabiadesusnaturalezas.

Casi igual de difícil fue convencer a la gente de que los Springboks podíanverdaderamenteganarlaCopadelMundo.Todoslosexpertosestabandeacuerdoenqueeraunaesperanzavana.«Cuandofuiavera los jugadoresenSilverminey lesdije que estaba seguro de que iban a ganar, no quería que luego resultase quemehabíaequivocado—contabaMandela—.Personalmente,eramuyimportanteparamí,

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porque sabía que la victoriamovilizaría a los incrédulos que, como Santo Tomás,necesitan ver y tocar para creer. ¡Por eso tenía tantas ganas de que Sudáfricavenciera!Seríalarecompensaportodoeldurotrabajo,todoelrecorrerelpaís,todoslosabucheos...»

Hablabade«durotrabajo»yanteshabíaempleadolapalabra«campaña»;pruebade que se había fijado deliberadamente el objetivo de utilizar el rugby comoinstrumento político.NicholasHaysom, asesor legal deMandela en la presidencia,eraunantiguojugador,yaficionadoalrugbydetodalavida,queseconvirtióenelexperto residente enUnionBuildings.Haysomdecía queMandela había visto conmuchaclaridadel instrumento tanpoderosoquepodíaser laCopadelMundopara«el imperativoestratégiconúmerounodesuscincoañosdemandato».Peronoerasólo eso. Una vez más, el elemento político y el personal, el cálculo y laespontaneidad,sefundíanenuno.«CuandolaCopadelMundoestabaempezando—recordaba Haysom—, me hablaba de “los chicos”, cosas como “los chicos estánanimados”,o“loschicosvanaganar”.Alprincipio,lepreguntaba:“¿Quéchicos?”Yél me miraba como si le hubiera hecho una pregunta increíblemente tonta yrespondía: “Mis chicos”, que enseguida entendí que quería decir los Springboks.»Aunque Mandela no empezó la Copa del Mundo como un hombre con un granconocimientohistóricodelrugby,sefueinformandoyapasionandomásamedidaqueavanzabael torneo.«Vio laoportunidadpolítica,esverdad,perono fueuncálculofrío, porque él también se vio arrastrado por el fervor y se convirtió en otroaficionadopatriotayenloquecido.»

AlamitadnegradelcuerpodeguardaespaldasdeMandelalecostómásqueaélentrarenelespíritudelcampeonato.AquelprimerpartidocontraAustralia,recordabaMoonsamy, había sido una experiencia espeluznante desde el punto de vista de suresponsabilidadprofesionaldemanteneralpresidenteconvida.Pero,desdeelpuntodevistadeportivo,elpartidoleshabíadejadoindiferentes.

«Cuando sonó el pitido que marcaba el final, los blancos se volvieron locos.Nosotros nos quedamos mirándoles entre risitas, confundidos. No entendíamos eljuego, no nos interesaba, no estábamos nada impresionados. Los Springboks erantodavía su equipo, no el nuestro.» Moonsamy contó después que la campaña deMandelaparadesdemonizaralosSpringbokslehabíahechopensar,peroquetodavíatenía que pasar de la indiferencia al apoyo claro. Su evolución durante las cuatrosemanasdelaCopadelMundo,comoladelrestodelosmiembrosnegrosdelaUPP,fue un reflejo del cambio en la relación de los sudafricanos negros con el viejoenemigoverdeyoro.

«Cuando los Springboks ganaron su segundo partido, empezamos a sentir unpocodecuriosidad—dijoMoonsamy,refiriéndoseaunencuentrorelativamentefácilcontraRumanía—.Elentusiasmodenuestroscolegasblancosnosintrigósinpoderlo

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remediar, así que empezamos a preguntarles cosas sobre el rugby. Para nuestroasombro, se convirtió en un tema de conversación entre nosotros.» Cada dossemanas, laUPPsalíade la ciudadparauna sesióndeentrenamientoconel finderefrescarlosprocedimientosymantenerseenforma.Practicabantiro,combatecuerpoa cuerpo y otras habilidades. En la sesión posterior al partido de Australia, unmiembrodelaunidadblancoycorpulento,llamadoKallis,lesenseñóajugararugbysin contacto. Es decir, conmenos violencia física, sin la ferocidad habitual en loschoques.«Atravésdeaquellassesiones—contabaMoonsamy—,losguardaespaldasnegrosaprendieronlosdetallesdelrugby.»

Seenterarondequehabía15 jugadoresencadaequipo;queochodeelloserandelanterosyquesieteformabanlalíneadetrescuartos;queseganabancincopuntosporunensayo,locualqueríadecirapoyarelbalóntrascruzarlalíneademarca,queseganabandospuntosporunatransformación—esdecir,chutarelbalónparapasarloentrelosdospalos—,queseganabantrespuntosporunpenaltientrelospalosytressiseconseguíaesomismoenel transcursodel juego,chutandoun«drop»,esdecirchutandoelbalónabotepronto.«Pero,sobretodo,empezamosaentenderelsentidodel rugby. Jugábamos sin contacto pero entrábamos con fuerza. Así empezamos acomprenderelrugbyy,denuevoparanuestrogranasombro,empezóagustarnos.»

Las imágenes emitidas en la televisión sudafricana el día antes de un partidocontraCanadáhicieronpensaraMoonsamyquequizátambiénteníanqueempezaragustarleaéllosSpringboks.TodoelequipohabíavisitadounpequeñodistritonegrollamadoZwide,alasafuerasdelagranciudaddePortElizabeth,enCaboOriental.LasescenasdeaquellosgigantesblancoscharlandoyjugandoconlosniñosnegrosentusiasmadosconmovieronaMoonsamyyacuantoslasvieron.

Aproximadamente300niñosse reunieronenuncampopolvorientopara recibirunalecciónimpartidaporMornéduPlessis,queseparóaloschicosengruposde15,aunque fueMark Andrews quien acaparó toda la atención, porque era inmenso yporquehablabaxhosa.TambiénestabaallíBalieSwart,enseñandoalosniñosapasarymostrando a los atónitos adultos que los bóers grandullones también podían seramistosos.Esamismanoche,DuPlessisllevóaungrupodejugadoresaunestadiodestartalado en el que jugaban los equipos negros locales. Se estaba jugando unpartido,yaDuPlessisleparecióquelesgustaríaquefueranaverloslosSpringboks.Así fue, gracias, entre otros, a James Small, cuyo talento y cuya fama hacían quefuera el rostro más reconocible del equipo. Small pasó hora y media firmandoautógrafos,tantoaniñoscomoaadultos.

Cuando Sudáfrica venció a Canadá 20-0 en el estadio Boet Erasmus de PortElizabeth,todoZwidelocelebró,ytambiénlocelebróLingaMoonsamy.Elsiguientepartido,un encuentrode cuartosde final contra losdurosybrillantes jugadoresdeSamoaOccidental,unosisleñosgrandotesyfanáticosdelrugby,parecíaunretomás

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difícil. Además, el partido habría podido representar una forma de comprobar laslealtadesde lossudafricanosnegros,porqueSamoaeraunequipodepieloscuraalque habrían apoyado en los viejos tiempos.ChesterWilliams se encargó de ello yestuvoalaalturadeloque,hastaentonces,habíaparecidounafamaunpocoinflada;marcócuatroensayos,o20puntos,enunavictoriapor42-14.«Todaslasdudasquepodíahabertenidosobremímismooelrestodelequipo,oquecualquierotrapersonapodíahaber tenidosobremí,desaparecieronesedía, sinmás—recordabaWilliams—. Recibí un inmenso apoyo, dentro y fuera del terreno de juego, de François yMorné, y, a partir de entonces, fui para todos unmiembro del equipo plenamenteaceptadoyrespetado.Lahistoriadiounvuelcoaqueldía.Elhechodequenofuerablancohabíapasadoasercompletamenteirrelevante.»

Unasemanamástardesejugólasemifinal,laqueMandelahabíamencionadoenEzakheni,contraunadelasseleccionesquehabíanpartidocomofavoritas,Francia.ElcampoibaaserelestadioKing’sParkdeDurban,dondePienaarhabíadebutadoconlosSpringboksdosañosantes,elmismodíadelasaltodelVolksfrontalWorldTradeCentre.Laatmósferapolíticaenvísperasdelpartidonopodíasermásdistinta.Cuandoelequipoibayveníadelhotelalentrenamiento,lascallesestabanllenasdegente, cada vez con más negros, a medida que pasaban los días. James Smallrecordaba que «nos mirábamos y pensábamos: ¡Joder!, el presidente Mandela noestababromeando;quizáeraverdadquetodoelpaísestabaconnosotros».

Hennie leRoux se hizo eco de lo que había dichoMandela de que la victoriamovilizaría a los incrédulos.«Podíamosverqueelpaís estabauniéndosedetrásdenosotrosperoque,siganábamos,haríamosqueesevínculofueramásfuerte.Cuantomejorlohiciéramosenelcampo,mayorseríalaondaexpansiva.»

LaadversidadylasemocionespatentesantesyduranteelpartidocontraFranciatambiénayudaron.Habíaunaclaraposibilidaddequeelencuentrosesuspendierayse diera la victoria a Francia. La agradable ciudad índica de Durban habíaexperimentado una de sus periódicas lluvias semitropicales y el terreno de King’sPark estaba inundado. Si no se jugaba ese día, las normas de la Copa delMundodecretabanquesedeclaraseganadoraFrancia,porqueSudáfricateníapeorhistorialdisciplinariohastaesemomentoenelcampeonato(unjugadorhabíasidoexpulsadopor juego duro en el muy disputado partido contra Canadá). Todo el país prestóatención,angustiado,mientraslasautoridadesderugbyeinclusolasfuerzasarmadasemprendíanunacarreradesesperadaparaarreglarelcampoa tiempo.Se reclutaronhelicópterosmilitaresparaventilarelterrenodesdearriba,perolasituación,alfinal,se resolviógracias aunbatallóndemujeresnegras armadas concubosy fregonas,cuyosheroicosesfuerzosconvencieronalárbitroparaquepermitieraquesecelebraseelpartido.

Apesardelalabordelaslimpiadoras,elencuentrofueunbañodebarroconun

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resbaloso balón ovalado que circulaba por allí y sobre el que se peleabanviolentamente unos hombres grandes y sucios. Cuando faltaban dos minutos ySudáfricaresistíaconun19a15,unfrancésdeorigenmarroquí, tanenormecomoKobusWiese,llamadoAbdelatifBenazzi,pensóquehabíaplantadoelbalónalotroladodelalínea,loquehabríasupuestoelensayodelavictoria.Enlugardeello,elárbitroconcedióa los francesesunamelé, losocho jugadoresmásgrandesdecadaequipoenfrentadosunocontraotroenformacióndetortuga,acuatrometrosymediodelalíneasudafricana.SilosexhaustosBleusempujabanalosexhaustosSpringboksalotroladodelalínea,elpartidoestaríaacabado.Franciaestaríaenlafinal.Eltorneohabría acabado para la Nación Arcoiris. Los Springboks estaban a punto de ir aasumir sus posiciones en la melé cuando Kobus Wiese, con sus 1,93 metros deestaturaenlasegundafiladelasalademáquinasdelamelé,lanzóungritodeguerraqueespoleóasuscompañeros.Sedirigióasumejoramigo,BalieSwart,eldelanterobase en primera fila, y le dijo: «Mira, Balie, en esta melé, no puedes retroceder.Puedesirhaciaadelante,puedesirhaciaarriba,puedesirhaciaabajoopuedescaer.¡Peronovasaretroceder!»

LosSpringboksnoretrocedieronySudáfricapasóalafinal.«Fueuncombatedevoluntades,másqueotracosa—explicóMornéduPlessis—.FueelpartidoenelqueverdaderamentesentimosquelamagiadeMandelahabíasurtidoefectoennosotrosala hora de jugar. Porque nos habíamos enterado del discurso de Mandela el díaanteriorenKwaZulu.Habíamosoídoque,enunlugarenelquelagentesemoría,élhabía dicho que había llegado la hora de que toda Sudáfrica apoyase a losSpringboks, y lo había dicho con su gorra Springbok puesta. Aquello emocionóverdaderamentealequipo.»

LingaMoonsamyseconmoviómásdeloquepodíaimaginarse.«Estábamosmuytensosduranteelpartido—recordaba—.Estábamosmuyunidosalfinal.Losnegrosylosblancosdenuestraunidad,todosindistinguibles.Todosabsolutamentelocosdealivioyalegría.»

Varios años más tarde, Morné du Plessis se encontró con Benazzi, el grandelanterofrancésquehabíaestadoapuntodedarlavictoriaasuequipo.Comoerainevitable, hablaronde aquelpartido, yBenazzi insistió enque lapolémica jugadahabíasidounensayo,queelbalónhabíacruzadolalínea.Ahorabien,tambiénledijoaDuPlessis:«Lloramosdesconsoladoscuandoperdimosconvosotros.Pero,cuandofuiaverlafinalelfindesemanasiguiente,volvíallorar,porquesabíaqueeramásimportantequenoestuviéramosallí,queloqueestabaocurriendoantenuestrosojoseramásimportantequeunavictoriaounaderrotaenunpartidoderugby.»

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CAPÍTULOXVI-LACAMISETANÚMEROSEIS

24dejuniode1995,porlamañana

LavísperadelafinaldelaCopadelMundoderugbycontraNuevaZelanda,justodespuésdequelosSpringboksterminaransuúltimoentrenamiento,FrançoisPienaarestabaenelvestuario,apuntodequitarselasbotas,cuandosonósuteléfonomóvildentrode labolsa.«Hola,François, ¿cómoestás?»EraMandela,que llamabaparadesearbuenasuertealequipo.MornéduPlessisseaseguródeinformardeelloalaprensa. AMandela le encantó leer en los periódicos, lamañana de la final, cómocontabaDuPlessis lahistoriade la llamadatelefónica.«ElseñorMandela ledijoaFrançoisqueestabacasimásnerviosoqueelequipo»,citabantodoslosperiódicos.«Estasllamadaspruebanqueformayapartedenuestroequipoynuestracampaña.»

Todoindicabaqueaquélibaaserunbuendía,quelossudafricanoshabíanpasadopágina,queseavecinabaunanuevaerademadurezpolítica;peronuncasesabía.SihubierahabladoconNiëlBarnard,elviejojefedeespíasbóerlehabríadichoque,enjunio de 1995, «la situación política estaba todavíamuy verde:muchos blancos sesentían ajenos, fuera de los acontecimientos». Era difícil saber cómo podíanreaccionar esos blancos distanciados, muchos de los cuales, sin duda, estaríanpresentes en el estadio. Quizá por eso Mandela, al recordar la tensa víspera delpartido,hizounaobservaciónsorprendente:«Nuncasemehadadomuybienpredecircosas.»Era su formadeconfesar los recelosque tenía. ¿Ysi, apesarde todos susesfuerzos,habíajuzgadoequivocadamentelaactituddelosafrikaners?¿YsialgunosaficionadosabucheabanduranteelcantodelNkosiSikelele?¿Ysilagenteempezabaa desplegar las banderas de la vieja Sudáfrica, como había hecho en el fatídicopartidocontraNuevaZelandatresañosantes?

Esaspreguntasflotabanensumentecuandosesentóanteeldesayunodepapaya,kiwi, mango, gachas y café que siempre tomaba en su casa de Houghton. Estabapreocupado, pero tampoco estaba exactamente consumido por la ansiedad. Lasbuenasnoticiaspesabanmásquelosmalosaugurios.UnodelosmotivosporlosqueMandelarenuncióasupaseodelas4:30delamañanaeldíadelafinalderugbyfuequequeríadedicarmástiempoalosperiódicosmatutinos.Normalmente,devorabalasección de política y miraba por encima la sección de deportes. Esta vez, prestóatención a ambas.Nunca había disfrutado tanto con la prensa de lamañana comoaqueldía.Elconsensonacionalquetantosehabíaesforzadoenforjarentornoalos

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Springboks se reflejaba en el tono unánime de celebración de los editoriales y losanalistaspolíticos.Sudáfricasedabaunagranpalmaditaenlaespalda.Y,aunquesenotabacautelaencuantoalresultadodelpartido,yunenormerespetoporlosrivales,losAllBlacksdeNuevaZelanda(DieBurgerdecía:«LosAllBlackssealzancomoHimalayas ante los Boks»), había una tranquila confianza en que el destino iba ajugarenfavordeSudáfrica.EltitularenelprincipalperiódicodeCiudaddelCabo,elArgus, proclamaba a los cuatro vientos el entusiasmo nacional. «¡Viva losBoks!»,decía.«Viva»,enestecaso,eraungritodeguerradelasprotestasnegrasqueseusabadesde hacía muchos años, tomado en algún momento de la revolución cubana.Inclusomejorqueeltitulareraelartículoquefigurabaacontinuación,firmadoporel«equipopolítico»delperiódico.

«La Copa del Mundo de rugby ha reforzado de forma espectacular lareconciliación nacional entre todas las razas en Sudáfrica, han dicho esta semanavarios investigadores y sociólogos.» El artículo citaba a un conocido profesorafrikaner llamadoWillieBreytenbach, que decía que la amenaza del terrorismo deextremaderechahabíaquedado«prácticamenteaniquilada»yqueelclamorporunEstado afrikaner independiente había disminuido sustancialmente. «Al mismotiempo, las calles predominantemente negras de Johanesburgo se vacían de formaextraordinaria cada vez que juegan los Springboks. Los habitantes de los distritosnegrosvuelvencorriendoasuscasasparaverlospartidosportelevisión...Elrugby,el asombroso nuevo fenómeno de construcción nacional, ha sorprendido a losanalistas, que ven cómo todas las razas se han aferrado, encantadas, a unacontecimientoquehadesatadounaoladepatriotismolatenteatravésdeundeportetradicionalmenteasociadoenSudáfricaavaronesblancosafrikaner.»

Después,elArgusenumerabaloscinco«factoresclave»quehacíanqueelrugbypudiera ser «un catalizador de unidad»: el ruidoso apoyo deMandela a «nuestroschicos»ysusaparicionesconlagorraSpringbok;elrespaldopúblicodelarzobispoTutu;laactuacióndelequipoenconsonanciaconellema«Unequipo,unpaís»;loséxitosdelequipoenel terrenode juego;elcantodelnuevohimnocombinadoy laexhibicióndelanuevabandera.

Ése era el fruto de todas las orquestaciones deMandela entre bastidores, y élestabafelizdeverquehabíavariacionespatrióticassobrelosmismosargumentosentodoslosperiódicos.Legustóverquelosdiariosnegrosseuníanalespíritureinante.ElSowetan,degrandifusión,fueespecialmentememorable,porqueacuñóunanuevapalabra sudafricanaque ibaa capturar la imaginaciónde todos losnegrosdelpaís:«AmaBokoBoko»,unnuevotérminoparadesignaralosSpringboks,quedabaporfina los negros cierto sentido de empatía con el equipo. Pero lo quemás satisfizo aMandelafueronlosperiódicosafrikaans,queapenaspodíancontenerlaeuforiaporlamaneraenquelaSudáfricanegrahabíadecididoapoyaralosSpringboks.DieBurger

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citabaunafrasede laLigaJuvenildelCNA,famosaporsuradicalismo,quedecía:«¡Traed la copa a casa, Boks! ¡Os esperamos!» Beeld contaba que el negociadorprincipal delCNA en las conversaciones constituyentes, el ex responsable sindicalCyrilRamaphosa,habíadeclarado:«Estamosorgullososdenuestroequiponacional,los Springboks.» A Mandela le gustó especialmente verse citado en las primeraspáginasdeBeeldyDieBurger.«Nuncaheestadotanorgullosodenuestroschicos—decía su propia cita que leyó—. Espero que todos sigamos animándolos hasta lavictoria.JugaránennombredetodaSudáfrica.»

Esapalabra,«espero»,revelabaunatisbodepreocupación.Lamultitudconlaquese ibaaencontrarhoyera lamásaterradoradesuvida.EnelestadioNewlandsdeCiudad del Cabo, para el primer partido contraAustralia, había sido otra cosa. ElCaboeraelbastiónblancoliberaldeSudáfrica.Allílosafrikanerseranmásblandos,más moderados. Eran los descendientes de los bóers que habían decidido noemprender laGranMarcha hacia el norte, que no se habían ofendido tanto por ladecisión del Imperio británico de abolir la esclavitud. En cambio, la gente delTransvaalenEllisParkteníaaPietRetiefylaBatalladelRíoSangrientograbadosensuADN.Eran seguramente, enmuchos casos, de los que habían gritado de júbiloante el asalto alWorldTradeCentre, los que, comohabía observado amargamenteBekebeke,habíanvistolaexpresión«¡Quítate,kaffir!»comounacosanormaltodasuvida.Eranlosquehabían«votadoNacional»siempreylosque,enalgunoscasos,sehabíanpasadodespuésa la extremaderecha.De los62.000espectadoresque ibaahaberesatardeenEllisPark,muchos,sinolamayoría,pareceríanreciénsalidosdeunamanifestacióndedesafíobóer.Llevaríansusuniformesdeguardiasforestalesdecolorcaqui,suscalcetineslargosdelanaysusenormesbarrigas,forjadasabasedeinnumerablescervezasCastleysalchichasboerewors.Mandelahabíasidoelcentrodeatencióndemásconcentracionesdemasasqueningunaotrapersona,peronuncasehabíaatrevidoconunamultitudsemejante.

Mandelamiróporlaventanadesusalónyviofueraasusguardaespaldas,unoshombresmusculosos, 16 en total, que estaban comprobando sus armas, rellenandopapeles,examinandolosmotoresdeloscochesycharlandoamigablementeentresí.Sediocuentadeque,hastahacíaunassemanas,susguardaespaldasblancosynegroshabíanofrecidounatriste imagendeseparacióndignadelapartheid.Ahoralesveíacharlartodosjuntos,haciendogestosenfáticos,sonriendo,riéndose.

«EstábamoshablandodequéhabíaquehacerparapararalosAllBlacks,algunosdecían que no teníamos posibilidades, otros que jugaríamos mejor ese día —explicabaMoonsamy—,cuando,enplenaconversación, surgió la ideadequeseríaestupendo que el presidente llevara la camiseta verde y oro de los Springboks alestadio.»Alinsistirle,Moonsamyreconocióqueeraélquienhabíatenidolaidea.Elimpacto en sus colegas, continuó, había sido como una descarga eléctrica. «Nos

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sumamostodosaello.Nospusimosdeacuerdoenque,cuandoyoentraraenlacasaarepasar las instrucciones de seguridad, que era siempre tarea del que estaba de“númerouno”cadadía,selomencionaría.»

Estaba previsto que salieran hacia el estadio a la una y media. A las 12,MoonsamyentróenlacasaparainformaraMandela.Terminadaslasformalidadesdeseguridad, le dijo: «Tata —el apodo afectuoso que utilizaban los guardaespaldasnegrosconél,yquequeríadecirabuelo—,estábamospensando,¿porquéno llevahoylacamisetadelosSpringboks?»

Mandela,cuandoalguienleproponíaunacosacompletamentenueva,sobretodouna cosa que acarreaba repercusiones políticas y afectaba a algo que le importabasiempretantocomosuimagenpública,solíaadoptarsurostropensativo,deesfinge.Peroestaveznodudóniuninstante.Porelcontrario,mostróunasonrisadeorejaaoreja.«Seleiluminó—decíaMoonsamy—.Leparecióunaideamagnífica.»

Mandelahabíacomprendidoelvalordelgestoinmediatamente.«Decidíllevarlacamiseta —explicaba después— porque pensé: “Cuando los blancos me veanllevandolacamisetaderugbydelosSpringboks,veránqueaquíhayunhombrequeapoyaporcompletoanuestroequipo.”»

Perohabíaunproblema.Noteníaesacamiseta,yfaltabasólohoraymediaparalasalidahaciaelestadio.FuedirectodeMoonsamyasusecretaria,MaryMxadana,yle ordenó que llamara de inmediato a Louis Luyt, el responsable de la UniónSudafricanadeRugby.Lepidióqueledijeraquenoqueríacualquiercamiseta,sino—yestofueideasuya—quedebíatenerelnúmero6dePienaarenella,yquequeríatambiénunagorraSpringbok(habíadejadoladeLeRouxensuresidenciadeCiudaddelCabo).

Una hora después de queMoonsamy le hubiera propuesto la idea, la camisetaestabaencasadeMandelaysuamadellaves,apeticióndeél,estabaplanchándola.Entonces, Mandela centró toda su atención en el propio partido. Su principalpreocupación,comoladetodoslosaficionadosyjugadoresdelosSpringboks,eraunnegrograndullónllamadoJonahLomu.

NuevaZelandateníaunequipoformidable,unodelosmejoresdelahistoria.Sucapitán,SeanFitzpatrick,ylosveteranosZinzaneBrooke,FrankBunce,WalterLittleeIanJoneseran jugadoresquenosóloeranfamososallídondese jugabaal rugby,sinoqueeranlosmejoresdelmundoensusrespectivospuestos.Perosuarmasecreta,elhombredelqueyasedecíaqueeraelmejorjugadorderugbydetodalahistoria,era el veinteañero Jonah Lomu.Originario de Tonga, con la piel tan oscura comoMandela,medía1,90ypesaba130kilos.EratangrandecomoelmáscorpulentodelosSpringboks,KobusWiese,ypodíacorrermásdeprisaqueWilliamsySmall,100metros en menos de 11 segundos. Un periódico le llamaba «un rinoceronte conzapatillasdeballet».EnlasemifinalqueenfrentóalosAllBlackscontraInglaterra,

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una de las selecciones favoritas, se había mostrado prácticamente imparable. Fuecapaz de atravesar las líneas cuatro veces y marcó un total de 20 puntos. Comodecían los diarios londinenses, hizo que los del equipo inglés parecieran niñospequeños.

El puesto de Small en los Springboks hacía que fuera él quien iba a tener queocuparse de controlar a Lomu. Los periódicos publicaron gráficos comparando lasestadísticasvitalesdeambosjugadores,comosifueranboxeadoresapuntodesaltaral ring. Small—que, por una vez, hacía honor a su apellido, «pequeño»— era 10centímetrosmásbajoypesaba30kilosmenosquesuoponente.

Enlosperiódicos,MandelaleyósuopiniónsobrequéhacerconelcolosodelosAll Blacks. «Estratégicamente sería un error concentrarse en él, porque debenconcentrarseentodoelequipo—habíadicho,antesdeañadir,comosorprendidoporsuaudaciaalaventurarseenun terrenopococonocido—,peroestoysegurodequelosSpringbokslotienencompletamenteresuelto.»

Pocos compartían su optimismo, sobre todo entre los neutrales. El entrenadoraustraliano, Bob Dwyer, ocupaba todas las páginas de deportes con su confiadaprediccióndeque losAllBlacks,«rápidosyen forma», ibana tenera lospesadosdelanteros Springboks persiguiendo fantasmas toda la tarde; el Sydney MorningHeraldhabíadichoquelosBoks,apuntodecaerenlatrampa,«nopodíannisoñarconganar»;unexjugadorAllBlack,GrantBatty,parecíaresumirtodaslasopinionesdelosexpertossobreelpartidocuandodijoque«sólounrifleparaelefantes»podíaimpediraLomuycompañíalavictoria.

Unrifleparaelefantes...ounesfuerzosobrehumanodevoluntadcolectiva.Yalgoparecido es lo que los Springboks descubrieron que tenían a su alcance cuando selevantaronesamañanaenelSandtonSunandTowersHotel,unmodernocomplejohotelerodecincoestrellasenunazonacomercialyacomodadade Johanesburgo,aunosdiezminutosencochealnortedelacasadeMandela.

Kobus Wiese compartía habitación con su colega y compañero de coro BalieSwart.Wiese era el que había lanzado el espeluznante grito de guerra en la melédurante lasemifinalcontraFrancia,peroahoraestabacallado.«Lapresión—contóposteriormente— era absolutamente insoportable. Era inmensa. La noche anteriorhabía llamadoamimadre.Nadaconcreto, sóloparaoír suvoz,quemeayudabaadesconectar.Peroahorateníamiedo,miedodedecepcionaratodosaquellosmillonesde aficionados. Teníamos esa expectación de saber, por primera vez, que el paísentero estaba con nosotros, y era algo abrumador. Era aterrador, pero también nosdabaenergía.Teníalaprofundasensacióndequetodoloquehabíahechoenmividaestaballegandoasumomentodecisivo.»

Los jugadores desayunaron en un ambiente de tensión, presión y expectacióninsoportables.Sentíanqueestabandentrodeunaburbuja,suspendidaeneltiempo.O

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como unos astronautas a punto de despegar. Necesitaban desahogarse o iban aexplotar.Yparaesosirvióla«carreradelcapitán».Amediamañana,sereunieronenel vestíbulo del hotel y, con Pienaar a la cabeza, corrieron dos kilómetros por lasinmediaciones del complejo. Según recordaba François Pienaar, «había muchonerviosismo entre los chicos, pero entonces, cuando giramos hacia la izquierda alsalir del hotel, en ungrupo apretado, oí ruidos y gritos, y cuatro niños negros quevendíanperiódicosnosreconocieronyempezaronaperseguirnosya llamarnospornuestros nombres —conocían prácticamente a todos los del equipo—, y se mepusieron los pelos de punta. No sé si los niños sabían leer siquiera, pero nosreconocierony,paraellos,éramossuequipo.Enaquelmomentoviconmásclaridadquenuncaqueaquello eramuchomás serioymás importantede loquepodíamoshaberimaginado».

Mandelasemiróenelespejoconsunuevacamisetaverde,sepusolagorra,ysegustó. Poco antes de la una ymedia, salió por la puerta de casa para subirse a suMercedes-Benzblindadodecolorgrismetalizadoeiralestadio.Elpartidoempezabaalastresenpunto.Normalmente,nosetardabamuchomásde15minutosenllegaraEllis Park, pero, dado que iba a habermucho tráfico, prefirieron salir pronto. Losguardaespaldas eran un modelo de eficacia rápida, callada y ágil. A medida queavanzaba el día estaban cada vez menos habladores, más ocupados y solemnes,estudiandosurutaenelplano,comohabíanhechounadocenadevecesenlasemanaanterior, atentos a cualquier posible punto vulnerable. Estaban en contactopermanente con la policía, comprobando que los francotiradores estaban en suspuestosalrededordelestadio,quetodoestababienconlosescoltasenmotocicletay,con la gente de seguridad en Ellis Park, que la entrada estaría despejada para lallegadadelacaravanapresidencial.

Sinembargo,cuandoMandelasaliódelacasa,los16guardaespaldassequedaronheladosyrompieronsusintensospreparativosparamirar,atónitos,sunuevacamisetaverde.«¡Wow!»,seoyóMoonsamydecirasímismoentredientes.Mandelasonrióalver su sorpresa y les dio su acostumbrado y alegre buenos días, a lo que ellosmascullaronotro«buenosdías»enrespuesta;despuésrecuperarondegolpesuactituddeUPP,introdujeronrápidamentealpresidenteenelcoche,cerraronlaspuertasconfuerzayocuparonsuspuestosenloscuatrocochesqueformabanlacaravana.ElsitiodeMoonsamy,como«númerouno»,estabaenelMercedesgris,erguidoyalerta,enelasientodelpasajerodeenfrente.Alolargodeldía,nuncaestaríaamásdeunpasodedistanciadelpresidente.Lasmotosdelapolicíaaguardabanfuera.Emprendieroncaminoentreelchirridodelasruedassobreelpavimentodelaentradadevehículos.Los hombres de la UPP exhibían los rostros serios de guardaespaldas, pero, pordentro, estaban felices. «Le veíamos con aquella camiseta verde de rugby —explicabaMoonsamy—, y nos sentíamosmuy orgullosos, porque él se sentíamuy

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orgulloso.»Mandela no fue el único hombre negro que llevó una camiseta de los

AmaBokoBokoaqueldía.EntodaSudáfricaseveíaanegrosllevandoalegrementeelsímbolo de los viejos opresores, como descubrió Justice Bekebeke, estupefacto, lamañanadelafinal.

SiMandelasehabíadespertadopensandoqueteníaelapoyodelosnegrosalosSpringboksenelbote,nohabíacontadoconelhombrealquehabíaestadoapuntodeconocer en elCorredorde laMuerte cinco años antes.Mandela estabapreocupadoporlosdelfinalamargo,losresentidosblancos,ynoeraconscientedequetambiénexistíanresentidosnegros.

«Al principio de la Copa del Mundo, yo apoyaba a los All Blacks con tantapasión como lo había hecho de niño, cuando les apoyé aquella vez que vinieron aUpington —explicaba Bekebeke—. Me alegraba de que hubiéramos llegado alacuerdo político que teníamos con los blancos.Aceptaba que, por ahora, teníamosque tener un gobierno compartido, con gente comoDeKlerk en el gabinete.Muybien. Lo comprendía.Me parecía bien. Peromi posición era: “¡Nome pidáis queapoyealosSpringboks!”Noteníaintencióndeceder.Yahabíaperdonadosuficientescosas.»

LoqueteníaaBekebekeconfundidoeraquenoparecíaquehubiesemuchagenteen Paballelo que compartiese su opinión. Ni siquiera Selina, su novia, que habíaseguido a su ladomientras estaba en la cárcel, que había ayudado a financiar susestudios.Sobreelpapel,ellaeramásradicalpolíticamentequeél.Pertenecíanosóloal CNA, sino a su aliado ideológico de la línea dura, el Partido ComunistaSudafricano. Pero ella había hecho lo que pedía Mandela, había abandonado losjustificadosprejuiciosdetodaunavidayhabíadecididoconsideraralosSpringboks«nuestro equipo». Los jugadores podían ser, prácticamente todos, blancos, en sumayoría bóers, pero ella iba a apoyarlos en el partido de esa tarde con tantoentusiasmopatrióticocomosihubieransidotodosnegros,comoella.

Lo cual suponía un dilema paraBekebeke: cómo pasar el resto del día. Selinaestabatotalmenteempeñadaenverelpartido,peroélnoestabasegurodequéhacer.Podíahacerloquehabíahechotodasuvida:apoyaralequipovisitante,enestecaso,NuevaZelanda.Oquizápodíahacerunaexcepción,porestavez,yqueledieraigual.

«Amedidaquediscurríalamañana,amedidaquevilosperiódicos,oílaradio,vicómominoviaestabacadavezmásemocionada,empecéa sentirmedividido.Unapartedemípensabaqueeramejornoverelmalditopartido.Pero luegopenséquetodo el mundo iba a verlo. Mi novia iba a verlo. Todos mis amigos. Incluso loscamaradasquehabíanestadoenlacárcelconmigo.Nopodíaperdérmelo.»

Una cosaqueBekebeke tenía clara eraquenodebíaver el partido a solas conSelina. «Me preocupaba que, si lo hacíamos, nos pusiéramos muy tensos y

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acabásemospeleándonos—explicaba—.Asíque,porsuerte,surgiólaoportunidaddeverelpartidoencasadeunosamigos.Habíanorganizadounabraai[unabarbacoa]paralaocasión,ypenséque,siteníaqueaguantarelpartido,almenoshabríaalgunacompensaciónconlacomida.»Enlabraaiibanaestarcuatroparejas,incluidosellos.Los otros tres hombres habían estado en prisión con Bekebeke; uno de ellos —KennethKhumalo, el «acusado número uno»— había estado en el Corredor de laMuerte con él.Bekebeke se sintió animadopor ello, convencido de que no estaríasolo en sus dudas respecto a todo aquel lío de los Springboks y seguro de que elentusiasmodeSelinaibaallamarlaatenciónenelgrupo.Ellahabíaidopordelanteparaayudarconlospreparativos,asíqueélllegósolo,másomenosalamismahoraqueMandelasalíadecasahaciaelestadio.

«No he sentido tanto asombro como aquel día en mi vida —contó despuésBekebeke—.Seabrelapuerta,entroenlacasay¿quéveo?¡LossietevestidosconlacamisetaverdedelosSpringboks!»

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CAPÍTULOXVII-«¡NELSON!¡NELSON!»

24dejuniode1995,porlatarde

En los 60minutos quemediaron entre la llegada deMandela aEllis Park y eliniciodelencuentroalastresenpuntohubodetodo.Primerosecantóunacanción,luegopasóvolandounJumbo y, por último, se oyó un clamor que conmocionó elmundo.

La canción se llamaba Shosholoza. Mandela la conocía muy bien, comoprácticamente todos los negros en Sudáfrica. Históricamente la cantaban lostrabajadores negros que emigraban desde las zonas rurales del sur deÁfrica a lasminasdeoroen tornoaJohanesburgo,yeraunamelodíaalegrey llenadeenergíaqueparecíaimitarelritmodeltrendevapor.«Shosholoza»setraducíaavecescomo«abrirsepaso»,avecescomo«avanzar»,avecescomo«viajardeprisa».Era,además,una canción dinámica, enormemente popular en los partidos de fútbol entre losaficionados a este deporte, casi exclusivamente negros.Mandela solía cantarla conWalterSisuluyotrospresoscuandotrabajabanenlacanteradecaldeRobbenIsland.Había vuelto a cantarla hacía sólo cuatromeses cuando, con otros cien ex presos,había regresadoa lacárcelpara llevaracabounaalegreceremonia.Peroahora,enotra señal del rápido cambio que estaba experimentando Sudáfrica, la Unión deRugbydeLouisLuythabíaescogidoShosholozacomocanciónoficialdelaCopadelMundo,ylosaficionadosblancoslahabíanadoptadoalegrementecomopropia.

No obstante, necesitaban un poco de ayuda con la música y con la letra.Necesitaban,comolosSpringboksconelNkosiSikelele,aalguienquelesenseñaraacantar.YahíesdondeentróDanMoyane.MoyanenacióenSowetoen1959ysecriósinningún interésporel rugby,«salvoparadarmecuenta—decía—dequeeraunsímbolo de la dominación afrikaner». Tras los disturbios estudiantiles de 1976, lamayoríade sus amigos fueron al exilioo a la cárcel.Él, acosadopor laPolicíadeSeguridad, huyó del país y consiguió pasar la frontera a Mozambique, donde, en1979,seincorporóalCNA.AllítrabajócomoperiodistaparaBBCRadioyReuters,entreotros;sobrevivióalasincursionesdeloscomandosdelasfuerzasespecialesdelgeneral ConstandViljoen al otro lado de la frontera a principios de los ochenta yvolvióasupaísen1991,unañodespuésdequeselevantaralaprohibiciónsobreelCNA.Casi de inmediato obtuvo trabajo en la emisora de JohanesburgoRadio 702(donde Eddie von Maltitz tendría posteriormente su conversación telefónica conMandela),yprontoempezóapresentaruntalk-showdeseisanuevedelamañanaen

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colaboraciónconunexjugadorderugbynacidoenIrlanda,JohnRobbie,quehabíajugado con los Lions británicos contra los Springboks en 1980. Formaban un dúomuy popular, y su mezcla de conversación ligera y discusión seria sobre temaspolíticosfueunadelasaportacionesmáspalpablesdelasociedadcivilalimpulsodelos cambios políticos en Sudáfrica. En su programa, incitaban suavemente a susoyentes—especialmente losblancos—a tenerunaactitudmásgenerosa respectoalasnuevasrealidadesdelpaís.

LaCopadelMundoderugbylesdiomuchodeloquehablar.ParaRobbie,eraunsueñohecho realidad, unaoportunidadde conciliar susdospasiones, el rugbyy lareconciliación racial en Sudáfrica. Moyane, al principio, no estaba tan seguro.Sacudirse de encima las connotaciones que tenían los Springboks era para él tandifícil como para cualquier otro negro. Robbie y él discutían de rugby ante losmicrófonos.HastaquellegóelpartidoinauguralcontraAustralia.

«Cuandooí queNelsonMandela iba a estar presente, tuvequehacer esfuerzosparacreérmelo—dijoMoyane—.Peropusimoslatelevisiónencasayallíestabaél,y mi esposa me dijo: “Bueno, si Mandela está allí apoyando a los Springboks,supongo que nosotros también tendremos que hacerlo. ¡Vamos a tener que ver elrugby!”Eraunaideaasombrosa,peroasífue,ycreoquelamismaconversación,conmásomenosvariaciones,serepitióenloshogaresnegrosdetodoelpaís.»

A lo largo del mes siguiente, gran parte del programa matutino consistió enMoyanehaciendode ingenuo interrogadoryRobbiedehombrede rugbyexpertoysabio. Un día pusieron Shosholoza, en una versión que acababa de grabar elsudafricano grupo coral masculino, mundialmente famoso, Ladysmith BlackMambazo. Era una versiónmuy bella, pero, cuandoRobbie le pidió aMoyane suopinión, éste respondió que, a su juicio, la canción debía tener un espíritu másdescarnado. «Era una canción de ánimo, de esperanza, cantada por hombres queestabanlejosdesusfamilias,queestabantrabajandoduramenteperoqueprontoibanacogereltrenparavolveracasa.»MoyaneledijoaRobbieque,ensuopinión,noera una canción pensada para arreglos corales muy elaborados. «Me parecía unacanciónquehabíaquecantarconentusiasmo,conunapasióndegentedelacalle,concorazón y con agallas.» Robbie respondió: «Muy bien, ¿por qué no la cantas túentonces,Dan?Muéstranoscómohayquehacerlo.»YesohizoDanMoyane.Entonóunpardecompases.«Eralaprimeravezquecantabaasíanteelmicrófono,y,enunossegundos,laslíneasdeteléfonodelestudiosesaturaron.Blancosynegrosllamaronparadecirqueleshabíaencantado.»

Pronto llamaron también productores demúsica locales. Al cabo de diez días,MoyanehabíagrabadoyproducidosupropiaversióndeShosholoza,conuncorodeSoweto.«Deprontomevi firmandoautógrafosen tiendas.Lacanciónfueunéxitoinmediato.»Todoaquelloerabastanteasombroso,peronopodíacompararseconlo

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que estaba por venir. Una semana antes de la final, después de que SudáfricaderrotaraaFrancia, losorganizadoresdelaCopadelMundoleinvitaronadirigiralosaficionadoscantandounahoraantesdelpartidocontralosAllBlacks.

A primera vista,Moyane no parecía una elección natural para una ocasión tanruidosa. De mediana altura y constitución delgada, tenía unos rasgos suaves yredondeadosyunasmanerasfrágilesquecontrastabanconlafisionomíaylaactituddel aficionado blanco al rugby en general. Sin embargo, estuvo a la altura de laocasióncomosihubieranacidoparaello.

Alasdosenpunto,salióalterrenodejuego.SuversióndeShosholozasehabíaoídoporlosaltavocesdelestadiomientraslosaficionadosibanentrando;ahoraibanacantarlatodosjuntos.Moyaneseacercóalmicrófonoypreguntó:«¿Meoís?»

Sesentaydosmilaficionadosrugieron:«¡SÍ!»«Muybien,paraestarsegurosdequemeoísverdaderamente,¿podemostenerun

pocodesilencioahora?»EllisParksecallódepronto.Entoncesaparecióenlasdosgrandespantallasalosladosdelestadiolaletradelacanciónenlenguazulú.

Enmediodelsilencio,Moyanegritó:«¡VamosacantarlacanciónhastaecharalosAllBlacksdelestadio!»,y seoyeronenormesvítores.Primero, leyó la letraenvozaltaconelpúblico,yluegotodosempezaronacantar.

Dirigió a aquellas masas de herederos de Piet Retief en dos sonorasinterpretacionesdelacanciónzulú.«Micabezasevioinundadadeemocioneseideas—explicaba Moyane—. Me vinieron a la mente imágenes de 1976, de amigosencarcelados,depersonasalasqueconocíayalasqueaquellosqueestabanallí—o,porlomenos,otrospróximosaellos—habíantorturadoyasesinado.Peroalmismotiempopensé,¡quégestoporpartedeestagente!Estabandevolviéndonoselfavordehaberles dejado conservar la camiseta verde. Era una canción negra callejera, unacancióndefútbol,unacancióndeemigrantes,unacancióndepresos.Aquél fueunejemplomaravillosodequesehabíancruzadolaslíneas,dequelosánimosestabancambiando.»

Ydeque la gente estaba cogiendovelocidadpara el granpartido.Lo siguienteelevóaúnmáselniveldedecibelios.Elculpablefueelprotagonistadelsegundoactodelespectáculo,unpilotodeSouthAfricanAirwaysllamadoLaurieKay.NacidoenJohanesburgo en 1945, Kay creció completamente protegido del mundo en el quevivía Dan Moyane. Era un blanco de habla inglesa que, por un capricho decircunstancias familiares similares al que había afectado a otros dos millones depersonas como él, acabó viviendo en la punta meridional de África. Estabaobsesionado con volar desde la niñez, pero no entró a formar parte de las fuerzasaéreassudafricanas,sinodelaRoyalAirForcebritánica,noporconvicciónpolítica,sino por sentido práctico. Le resultó más fácil entrar en la RAF. «Ahora no meenorgullezcodecontarlo—decíaañosdespués—,pero laverdadesqueyoerauna

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personablanca,completamenteapolítica,quevotabaalPartidoNacional.»LasprimerassemillasdeconcienciapolíticaseplantaronenKaypocodespuésde

queMandelasalieradelacárcel.SeencontrabanambosenunvuelodeSAAdeRíode Janeiro a Ciudad del Cabo. Era un Boeing 747 yKay era el capitán. «FuemiprimeryúltimoencuentrocaraacaraconNelsonMandela.Mepasaronunmensajediciendoquequeríaverme.Asíquesalíde lacabinayviqueestabaconsumujer,Winnie. Estaban en los asientos 1D y 1F; nunca lo olvidaré—contabaKay—.Encuantomevio,selevantó.Yoledije:“No,porfavor”,peroélinsistió,selevantó,mesaludóymediolamano.Nomehabíaocurridonihavueltoaocurrirmejamásconun pasajero. Para mí, la cortesía y el respeto de aquel gesto fueron reveladores.»Mandela había dejado boquiabiertos a Kobie Coetsee y a Niël Barnard desde elprimerinstante,comolepasaríadespuésconelgeneralViljoen.Peroesoshombresteníanciertapreparaciónpolítica,ciertaideadequéesperar.ElcapitánKayeraunapáginaenblanco.Sinembargo,elefectofue,unavezmás,automático.«Selevantóymeconquistó.Medicuentadequeeraunaclasedistintadehombre.Hastaentonces,eraunrostroyunnombremásdenegroquequizárepresentabaunaamenazacontrami forma de vida. Yo me había criado en la mentalidad afrikaner y, aunque mepreocuparapocoporlapolítica,aquéllaeralainfluenciaquemehabíallegado.»

A menudo, Mandela se mostraba encantador porque sí. En muchas otrasocasiones, su intención era lograr algo a cambio. Algunas veces, era puramentepersonal;otras,erapolítico.Enaquelcaso,Mandelaqueríapedirunfavorespecífico.«Meexplicóqueelrestodesudelegaciónviajabaenclaseturistayquequeríasabersiselespodíasubirdecategoría.»Kaynolodudó.«Inmediatamentedilaordendequelosllevaranalpisodearriba,aprimera.»

EraevidentequeMandelalehabíamanipulado.Pero,aunqueKaysediocuentadeello,noporesodisminuyósuadmiración,enparteporque,comodecíadespués,«¡Deberíaveraalgunosde los tiposfríosyarrogantesqueviajanenprimera!Perofuemásqueeso.Apartirdeesedía,cambiéparasiempre.Esunmago,nocabeduda.Yocreoqueciertaspersonastienenunaura.EugeneTerreblanche,porejemplo.Unavezfuiandandohastaunaviónasulado:teníaunauramalvada.Mandelaposeeunauradebondad.»

LoscaminosdeKayyMandelavolvieronacruzarse—oestuvieronapuntodehacerlo—eldíadelafinaldelaCopadelMundoderugby.

South African Airways había iniciado conversaciones con la Unión de Rugby,unas semanas antes, para ver si podían sacar algún provecho comercial al granacontecimiento. Al principio, las discusiones se centraron en la idea de que unpequeño avión controlado con mando a distancia, con los colores de SAA,sobrevolaraelestadio.Sinembargo,amedidaqueavanzabanlasnegociaciones,losplanes se volvieron más ambiciosos, hasta que Kay recibió una llamada de un

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directivodeSAAquequeríaconvencerlodepilotarunJumboenlatardedelpartido,con las palabras «Go Bokke» (el plural de Bok en afrikaans) pintadas en la parteinferiordelaparato.Kaynoselopensódosveces.SiMandelahabíaestadotodasuvida preparándose para este momento, él también. No sólo era el piloto con másexperiencia en747de la compañía, sinoquehabía sidodurante treinta añospilotoacrobático.Habíahechoespectáculosdeacrobaciae incluso,enunaocasión,habíatrabajadoenunapelículadelactorJackieChan.

Ladiferencia,estavez,eraquepodíarepresentarungravepeligro,ynosóloparasímismoylas62.000personasdentrodelestadio,sinoparamuchísimasmásfuera.PorqueEllisParkseencontrabaenplenahondonadadentrodeJohanesburgo.Estabarodeadodeedificiosresidencialesydeoficinas.

LaurieKaypasólasemanapreviaalafinalpreparándosecondiligenciaparaelque iba a ser el vuelo rasantemás espectacular de la historia.Mantuvo numerosasreunionesconlagentedeaviacióncivilylasautoridadesdelaciudad,ahorabajoelmandodelnuevoprimerministrodelaprovincia,elcarismáticoexpresodeRobbenIslandTokyoSexwale.«InstalamosuncontrolmilitardetráficoaéreoenlacubiertadeEllisParkydeclaramosunafranjadecincomillasnáuticasdecieloalrededordelestadio zona «estéril», es decir, sin tráfico aéreo, durante el día del partido»,explicaba después Kay. Sus colegas de South African Airways y él tuvieron quereunirse asimismo con la SABC, que iba a emitir el partido en directo a todo elmundo,paraasegurarsedequeelvuelosehiciera justoenelmomentodemáximaaudiencia televisiva.«Dijeronquequeríanquepasaraexactamentea las14:32y45segundos. Eso podía hacerlo. Pero luego dijeron que tenía que volver a pasar unasegunda vez, 90 segundos después. Aquello me dejó perplejo, porque no sabía sipodía maniobrar un avión tan grande en tan poco tiempo. Pero practiqué en elsimuladorydescubríquesípodíahacerlo.»

Sinembargo,elsimuladornoteníaningúnprogramaquepudieseprepararleparalamaniobraconcretaqueteníaprevista.Paraellotuvoquesaliryhacerunpocodelviejotrabajodepreparaciónsobreel terreno.«PasémuchotiemposobrelacubiertadeEllisParkyenlascolinasquelodominaban,paradecidirlamejoraproximaciónyhacerme una idea de lo que iban a ver los aficionados. Ellis Park está en unadepresión, y es difícil acercarse. Comprendí que iba a necesitar alguna maniobraagresiva.»

Enaquellaépoca,Sudáfrica teníaalgodelsalvajeoeste.Contodos loscambiosradicales que estaba experimentando, era un país temerario, vibrante y lleno deposibilidades.ConeseánimoafrontóLaurieKayelretoprofesionalmáspeligrosodesuvida.

«LaAutoridaddeAviaciónCiviltienenormasparasobrevolaráreashabitadasyconcentracionespúblicas.Creoquelaaltitudmínimaesde600metros.Porsupuesto,

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esas normas quedaron provisionalmente anuladas. Era responsabilidad mía decidirhastadóndedebíabajar.»Kay,sucopilotoysumecánicodevuelodespegaronysedirigieron,comoenunbombarderodelaSegundaGuerraMundial,haciasuobjetivo.

«Íbamos tres en la cabina, pero, cuando nos preparábamos para nuestraaproximación final, les dije: “Muy bien, chicos, a partir de ahora asumo plenaresponsabilidad.”Porquenoservíadenada,enunaocasióncomoésta,volartanaltoque la gente casi no pudiera oírte. Así que me aproximé a un ángulo bajo paraasegurarme de que los espectadores pudieran leer las palabras escritas en la parteinferiordelaparato,y lavelocidadmás lentaposiblesin llegaradetenerme.A259kilómetrosporhora.Fuidespacioparaquepudiéramosgenerarsuficientefuerzaparasubirencuantopasáramoselestadio.Asíque,cuandollegamosallí—eltiempoqueestuvimossobrenuestroobjetivofuedeentredosytressegundos—,aceleramoslosmotores, los forzamos para que transmitieran al estadio todo el ruido y toda lapotenciaposibles.»

KayvolótanbajoquehabríaacabadoenlacárcelsilaAACnohubieraaceptadosuspender lasnormas.Volóasólo60metrosdealturasobre losasientossuperioresdel estadio, lamisma distancia que la de la envergadura del aparato. «Y volvimosperfectamenteatiempoparalasegundapasada,enmenosde80segundos—contabaKay,queañadía,conmodestia—:Huboalgunosfactoresquejugaronanuestrofavor.La visibilidad era excelente. No había viento. Pero, sobre todo, yo quería quetransmitiéramos al estadio elmensaje de que éramos fuertes e íbamos a ganar.Demodoque,sí,vaciamostodalapotenciaquepudimosenelestadio.»

Laprimera reacciónde lamultitud,que, en sumayoría,nohabíavistovenir elavión,fuedeauténticoterror.Fuecomosihubieraestalladounagranbombadentrodelestadio.ElimpactodeloscuatromotoresrugientesdelBoeing747ensordecióatodoelmundoehizovibrar lasparedes.LouisLuytestabaen lasuitepresidencial,conMandelaasulado.

«¡Quésaltodi!—exclamabaLuyt—.¡YMandelatambiénsaltó!»Comotodoelmundoenel estadio.«¡Quécabrón!—sonreíaLuyt, refiriéndoseal capitánKay—.Nonoshabía dichoque iba a volar tanbajo. ¡A60metros! ¡Qué sustomepegué!Podíahaberrozadolacubiertadelestadio.»

Lasorpresayelsustodieronpasoaunentusiasmoatronador.LapotenciaqueelcapitánKay vertió sobre el estadio electrizó a todos los presentes ymantuvo a lamuchedumbreronroneandohastaelfinaldelpartido.

Cincominutosantesdelinicio,NelsonMandelasalióalcampoparadarlamanoalos jugadores. Llevaba la gorra verde y la camiseta verde de los Springboks,abotonadahastaelcuello.Cuandoelpúblicolevio,sequedóensilencio.«Fuecomosinopudierancreerloqueestabanviendo»,explicabaLuyt.Entoncesempezóaoírseun clamor, primero en voz baja pero enseguida subiendo en volumen e intensidad.

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MornéduPlessis lo oyó al salir del vestuario y pasar por el túnel hacia el campo.«Salíaaquelsolfríoybrillantedeinviernoy,alprincipio,noentendíaloquepasaba,quégritabalagente,porquéhabíatantaexcitacióncuandolosjugadorestodavíanohabíansaltadoalcampo.Entoncesdescifrélaspalabras.Aquellamultituddeblancos,afrikaners, gritaban, como un solo hombre, una sola nación: “¡Nel-son! ¡Nelson!¡Nel-son!”Unayotravez,“¡Nel-son!¡Nel-son!”,yfuealgo...»Losojosdeesteexjugadorderugbyselellenabandelágrimasmientrasintentabaencontrarlaspalabrasparadescribirelmomento.«Nocreo—prosiguió—,nocreoquevuelvaavivirnuncaun instante como aquél. Fue un momento mágico, un momento maravilloso. Fuecuando comprendí que realmente había una posibilidad de que este país salieraadelante.Aquelhombreestabademostrandoqueeracapazdeperdonarporcompleto,y ellos —la Sudáfrica blanca, la Sudáfrica blanca aficionada al rugby— estabanprobando,conaquellareacción,quetambiénqueríandevolverleelfavor,yesoesloquehicieronalgritar“¡Nelson!¡Nelson!”».Fuemaravilloso.Fuedignodeuncuentodehadas.FueSirGalahad:mifuerzaeslafuerzadediezporquemicorazónespuro.

«Entoncesvi aMandela conaquella camiseta, agitando lagorra en el aire, conaquellasonrisaenormeyespecialquetenía.Estabatancontento.Eralavivaimagendelafelicidad.Sereíasinparar,ypensé,sóloconquelehayamoshechofelizenestemomento,yaessuficiente.»

RorySteyn,unodelosmiembrosdelequipodeguardaespaldaspresidencialesdeMandela,tuvotambiénasientodeprimerafila.LehabíanasignadolaresponsabilidaddelaseguridaddelosAllBlacks,porloqueestabaenelcampoconellos,alladodesubanquillo.«Conaquelactodegenerosidad,MandelatransformóatodaSudáfricaenunanaciónnueva—dijodespuésSteyn,unexPolicíadeSeguridadque,duranteaños,sehabíadedicadoaperseguiralCNAysusaliados—.Recibimoselmensajedelapoblaciónnegracongratitudyalivio.Compartimosvuestrojúbilo,nosdecían;osperdonamosporelpasado.»

Elperdónibaacompañadodelaexpiación.Esoeratambiénloquequeríandecirlosgritosde«¡Nelson!¡Nelson!»AlrendirhomenajealhombrecuyapenadecárcelhabíasidounametáforadelcautiveriodelaSudáfricanegra,estabanreconociendosupecado, descorchando la botella en la que estaba encerrada su culpa. LingaMoonsamy,situadoenelcéspedunpasodetrásdeMandela,absorbiéndolotodo,sesintiócompletamenteabrumado.Porunlado,estabasaboreandoelsueñoalquehabíadedicadosuvidacomojovenluchadordelCNA;porotro,teníaunamisiónquedebíacumplir con frialdad. «Allí estaba, casi pegado a su espalda, escuchando aquelrugido,y losgritosde“¡Nelson!¡Nelson!”y,aunqueestabamuyemocionado,másconmovido de lo que había estado en todami vida, también tenía que cumplir undeber,yestabatotalmentealerta,vigilandoa lamuchedumbre.Yentonces,hacia laesquina derecha del campo, vi que ondeaban unas cuantas banderas sudafricanas

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antiguas y eso despertó enmí una reacción completamente contraria.Me entraronescalofríos.Deprontohabíaunaalertadeseguridadalarmante.Sabíaquedebíamosvigilar cuidadosamente a aquel sector del público y me propuse mencionarlo encuanto pudiera al resto del equipo. Pero me sentí dividido, porque me sorprendiócomprenderloquesignificabadesdeelpuntodevistapolítico.»

Elsimbolismoeraalucinante.Durantedécadas,Mandelahabíarepresentadotodolo que más temían los blancos; durante más años todavía, la camiseta Springbokhabíasidoelsímbolodetodoloquemásodiabanlosnegros.Ahora,depronto,antelos ojos de toda Sudáfrica y gran parte delmundo, los dos símbolos negativos sehabíanfundidoparacrearunonuevoqueerapositivo,constructivoybueno.Mandelaeraelresponsabledeesatransformaciónysehabíaconvertidoenlaencarnación,nodelodioyelmiedo,sinodelagenerosidadyelamor.

Dosañosantes,LouisLuytnohabríasabidocómointerpretartodoaquello,peroahorasí.«Mandelasabíaqueaquéllaeralaoportunidadpolíticadesuvida,y¡Diosmío, cómo supo aprovecharla! —dijo posteriormente—. Cuando la muchedumbreestalló,pudimosverlo:aqueldíaeraelpresidentedeSudáfricasinunsolovotoencontra.Sí,latomadeposesión,unañoantes,fueestupenda,peroeralaculminacióndeunaseleccionesen lasqueunoshabíanganadoyotrosperdido.Aquíestábamostodosenelmismobando.Niunvotoencontra.Aqueldíafuenuestrorey.»

Ése era el objetivo.Mandela había sabido valorar el poder de su gesto cuandohabíadichoqueelhechodequesepusieralacamiseta«tendríaunefectomagníficoentrelosblancos».Aqueldíafueelreydetodos.Yahabíatenidounacoronación,enelestadiodefútboldeSoweto,aldíasiguientedesuliberación.Entonces,habíasidocoronado reyde laSudáfricanegra.Cinco añosmás tarde, seproducía su segundacoronaciónenelsanctasanctorumdelosafrikaners,elestadionacionalderugby.

VanZylSlabbert, quehabía inspiradoaMornéduPlessis en su juventudyerajefedeBraamViljoenenelthink-tankdePretoria,estabaenelestadio.«Nosepuedehacerideadeloquesignificóparamíveraaquellosbóerstípicosamialrededor,consus barrigas cerveceras, sus pantalones cortos y sus calcetines largos, típicossimpatizantes del AWB, bebiendo coñac con coca cola, ver a aquellos norteñosreaccionarios del Transvaal cantando Shosholoza, dirigidos por un joven negro, yvitoreandoaMandela—decíaSlabbert,perplejoal recordar laescena—.Podíamoshaber esperado que, cuando llegara a la presidencia, dijera: “¡Voy a acabar convosotros...!”Perono,élcontradicetodoslosestereotiposdevenganzaycastigo.»

ElarzobispoTutu,que,deniño,ibaandandoaEllisParkaverlospartidosconsándwiches que le hacía sumadre, tuvo que vivir con la cruel ironía de no poderacudir al estadio porque tenía un compromiso fijado con anterioridad en EstadosUnidos.Peronoestabadispuestoaperderseelpartido.Lovio,aprimerahoradelamañana,enunbardeSanFrancisco.

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«NelsonMandelatieneeldondehacerlomásapropiadoysercapazdehacerlocon aplomo —dijo Tutu—. Otro líder político, otro jefe de Estado, si hubieraintentadohaceralgoasí,sehabríadadodebruces.Peroeraloquehabíaquehacer.Noesunacosaqueunopuedainventarse...Creoquefueunmomentodefinitorioenlavidadenuestropaís.»

Nadiecapturóelcambio trascendentalquehabía llevadoacaboMandelamejorqueTokyoSexwale, quehabíapasado trece años enRobben Island condenadoporterrorismoyconspiraciónparaderrocarelgobierno;que,alsalirdeprisión,sehabíaconvertidoenelmejoramigodelasesinadoChrisHani;que,comoprimerministrodelaprovinciadeGauteng(antesTransvaal),sehabíaconvertidoenunode losseisosietepersonajesmásdestacadosdelCNA.

«Aquélfueelmomentoenelquecomprendíconmásclaridadquenuncaqueelfinde la luchade liberacióndenuestropueblonoera sólo liberar a losnegrosdelcautiverio—decíaSexwale, teniendomuyen cuenta la principal lecciónquehabíaaprendido deMandela en la cárcel—, sino, todavíamás, liberar a los blancos delmiedo.Yallíestaba.“¡Nelson!¡Nelson!¡Nelson!”Elmiedoquesedisipaba.»

¿Y qué pasó con el último Santo Tomás? ¿Qué pasó con Justice Bekebeke, elúnico del grupo de ocho en la barbacoa de Paballelo que no llevaba camisetaSpringbok?Paraéltambiénfueunmomentodefinitorio.Porfincapituló,impotenteantelamareadelnuevosentimientosudafricanoquehabíadesencadenadoMandela.

«Una hora antes de que empezara el partido, seguía indeciso y confuso —explicaba—.PeroentoncesencendimoseltelevisoryvimosaaquellagentecantandoShosholoza, y luego aquel vuelo rasante asombroso, y después el anciano, mipresidente, con la camiseta Springbok. Yo me debatía. Todavía no acababa desacudirmeelviejoresentimiento,elodio,peromeestabapasandoalgo,ycomprendíque estaba cambiando, me estaba ablandando, hasta que tuve que ceder, tuve querendirme.Ymedije,bueno,éstaeslanuevarealidad.Nohayvueltaatrás:elequiposudafricanoesyamiequipo,seanquienessean,seacualseasucolor.

»Fuetodounhitoparamí.Paratodamirelaciónconmipaís,conlossudafricanosblancos.Apartirdeaqueldía,todocambió.Todoseredefinió.»

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CAPÍTULOXVIIIELSABORDELASANGRE

«Nopudecantarelhimno—reconocíaFrançoisPienaar—.Nomeatreví.»Habíaquerido desesperadamente estar a la altura de la ocasión, ser un ejemplo, nodecepcionaraMandela.Habíavisualizadolaescenaunayotravezensucabeza.Sinembargo,cuandollegóelmomento,cuandolosdosequipossepusieronenfilaaunladodelcampo,antesdelpartido,ylabandatocólosprimeroscompasesdelNkosiSikelele,nofuecapazdeabrirlaboca.

«Sabíaque,silohacía,meibaavenirabajo.Meibaadeshacerenlágrimasallímismo.Estabatanemocionado—contabaelcapitánSpringbok—,quequeríallorar.SeanFitzpatrick[elcapitándelosAllBlacks]medijodespuésquemehabíamiradoy había visto cómo me caía una lágrima por la mejilla. Pero eso no era nadacomparadoconloquesentíapordentro.Eraunmomentodemividadetantoorgullo,yyoestabaallí,ytodoelestadioretumbaba.Erademasiado.Tratédelocalizaraminovia,fijarmiatenciónenella,peronopude.Asíquememordíellabio.Melomordícontantafuerzaquesentíelsabordelasangre.»

LoquehabíahechoquePienaarestuvieraapuntodevenirseabajodelaemociónhabía sido la visita deMandela al vestuario de los Springboks diezminutos antes.EntreelsobrevuelodelJumboysusalidaalcampovestidoconlacamiseta,MandelahabíapedidoaLouisLuytque le llevaraa las entrañasdel estadioparadecirunaspalabrasalosjugadores.

Pienaar recordaba la escena. «Acababa de ponerme los vendajes y estábamostodosallí,enunestadodetensióncomonohabíamosvividojamás,yporlacabezamepasabanunmontónde cosas, conscientedeque aquello era lomásgrandequehabíahechonunca;unaoportunidaddelogrartodoloquesiemprehabíamosdeseado.Yestabapensandoentodoesopero,almismotiempo,contodalaatenciónpuestaenlosdetallesdelpartido,cuando,depronto,aparecióél.Nosabíaque ibaavenir,ytodavíamenosqueibaallevarlacamisetaSpringbok.Dijo“Buenasuerte”,sediolavueltayvienlaespaldaelnúmero6,queerayo...

»Loshinchasmásapasionados,sabe,sonlosquellevanlacamisetadesuequipo.Y allí estaba yo viéndole entrar en el vestuario, precisamente en aquel instante,vestidocomootrohinchamás,pero resultaqueeramicamiseta laque llevaba.Nohaypalabrasparadescribirlasemocionesquemeembargaron.»

ComounmesantesenSilvermine,MandelasorprendióalosSpringboks.SegúnrecordabaMornéduPlessis,antesdequeentraraenlasala,elsilencioeraabsoluto.«De pronto, los jugadores le vieron y todo elmundo empezó a reírse, a sonreír, aaplaudir. La tensión se disipó.» En esta ocasión, el discurso deMandela fue más

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breve,máscercanoymásdirectoqueelde lavísperadelpartidocontraAustralia.«Mirad,chicos—dijo—, jugáiscontra losAllBlacks.Sonunode losequiposmáspotentes en el mundo del rugby, pero vosotros sois todavía más potentes. Y sólotenéis que recordar que toda esta multitud, tanto negros como blancos, está convosotros,yqueyoestoyconvosotros.»Luegosepaseóporlasala,dandolamanoydiciendounaspalabrasacadajugador.Cuandosalíaporlapuerta,FrançoisPienaarledijoenvozalta:«Megustalacamisetaquelleva,señor.»

Mandela era consciente de que su visita podía elevar más aún la presiónsanguíneadelosSpringboks,queyaestabaenunnivelpeligroso.Peroluegodijoquesuspalabrashabíanestado«calculadasparaanimarles».

Suscálculos,unavezmás,eranacertados.Stransky,que,ensupuestodemedioapertura,ibaaserseguramenteelquemástensiónibaasoportaraqueldía,confirmóposteriormenteque«supodarexactamenteconel tonoadecuado.Fueunaauténticainspiración.Yohabríapensadoqueeracompletamenteimposiblehacermásintensoslossentimientosque teníamosantesdelencuentro,peroMandela loconsiguió.Nos“aceleró”todavíamás».

Louis Luyt, que había acompañado aMandela al vestuario, estaba de acuerdo.«Lescargólasbateríasconaquellaspalabras,cuandodijoquetodoelpaísestabaconellos.Fueundiscursobreveperoque,Diosmío,¡ibaahacerqueloschicosjugarancomodemonios!»

Tres minutos después, mientras los clamores de «¡Nelson! ¡Nelson!» todavíarecorríanelestadio,lestocóalosjugadoressaliralcampo.Apartirdeesemomento,eracosasuya.Laresponsabilidaddelbienestardelpaísquedódepositadaenmanosde los jugadores. No iba a haber nada más importante durante la hora y mediasiguiente.SiSudáfricaperdía,todavíahabríacosasquepodíansalvarse.Eraunhonorhaber llegadoa lafinal.Lanaciónestabaunidacomonunca.«Unequipo,unpaís»había dejado de ser un astuto lema de márketing. Pero, si Sudáfrica perdía, todoacabaríaenunmustioanticlímax,unrecuerdoagridulcequemásvaldríaolvidar.Elgraninstantede«¡Nelson!¡Nelson!»seguiríavivo,perosinlasalegresconnotacionesdetrompetasylaNovenadeBeethovenquepodíaevocarlavictoria.

Paramarcareldía,parahacerlohistórico, losSpringboks teníanquevencer lospronósticos y ganar. Para ello, tenían que detener a Jonah Lomu. Le vieron porprimeravezcaraacaracuandosalierondelvestuariohaciael túnel,enpreparaciónparalasalidaparaleladelosdosequiposalcampo.LosAllBlacksteníanunequipotemible,llenodenombresfamosos.PerotodaslasmiradasestabanpuestasenLomu,comolohabíanestadolamayoríadelospensamientosdelosSpringboksdesdeque,una semana antes, habían visto al inmenso corredor dejar el orgullo de Inglaterrareducidoaunmontóndegolfillosdesconcertados.

«Era enorme—decía Stransky—. Era imposible no admirarlo. En el túnel, no

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podía apartar mis ojos. Parecía una montaña. ¡Una montaña que teníamos queescalar!»

Para ser más específicos, una montaña que tenía que escalar James Small.«Recuerdo que vi a Jonah y pensé: “¡Joder!”», explicaba Small, con su típicaconcisión.Todoelequipoeraconscientedelacargasobreloshombrosdel«inglés»,eldesignadoparamarcaraLomu,ytodoshabíannotadoqueestabamáscalladoquedecostumbreenelautobúshaciaelestadio.«Eraprácticamente loúnicoen loquepensaba.Sabía que, si él conseguía sacar doso tres yardas dediferencia, nohabíanadaquehacer.Pero losdemás jugadoresestabanconmigoymedejaronclaroqueibanaapoyarmeencuantoJonahsehicieraconelbalón.»ChesterWilliams,cuyasdiferenciasanterioresconSmallquedaronsumergidasenlasolidaridaddelmomento,fue el primero en acercarse a tranquilizarlo: «Lo único que tienes que hacer escontenerlo, y nosotros acudiremos. No te preocupes. Yo estaré cubriéndote lasespaldas.»

Durante lasemanaanterior, laprensasudafricanahabíavisto laaparicióndeunnuevo tipodeexpertoen rugby, elLomúlogo.Todos tenían sus teorías sobre cómopararle. Una de ellas era la estrategia directa propuesta por Chester Williams. SiSmall lograba retenerlo durante un segundo, hacerle perder el paso, el resto delequiposeabalanzaríasobreél.Otras teoríasdecíanqueLomunotenía tantafuerzamental como física. Quizá tenía algo de Sonny Liston, el temible campeón de lospesospesadosalqueMohamedAlíderrotónocastigándoleelcuerpo,sinojugandocon su mente, sacudiendo su frágil autoestima. Dos días antes del partido, losperiódicossudafricanoshabíancitadoconprofusiónlaspalabrasdeunexcapitánderugby australiano que decía que la clave para neutralizar a Lomu era «intentarquebrar su confianza desde el principio del partido». La idea era que Lomu eraimparable si estaba convencido de que era imparable. Si perdía esa convicción, sederrumbaría. El australiano decía que sería útil, por ejemplo, que Stransky patearaunoscuantosbalonesaltosydifícilesensudirección,paraquetuvieraqueirensubusca,o, lomejorde todo, arrojarloal suelounaodosvecesen losprimerosdiezminutos. Desde el primer instante, el objetivo de los Springboks tenía que ser«confundiralgrandullón»,«proporcionarleunoodosrevesesmentales».

HaypruebasdequeMandelatambiénintentóproporcionarlealguno.SegúncontómástardeLingaMoonsamy,antesdeiralvestuarioSpringbok,MandelavisitóeldelosAll Blacks. «Jonah Lomu, de cerca, era gigantesco—recordabaMoonsamy—.Pero se podía ver inmediatamente que era tímido. Estaba como atemorizado porMandela. Los chicos de Nueva Zelanda estaban todos sin camiseta y, cuandoMandelaseacercóaLomu,leoídecir:“¡Uff!”»Diolamanoatodoslosjugadoresylesdeseósuerte.Mandelanohabíasidotanpocosinceroentodasuvida,y losAllBlacks losabían.«Huboundetalleque losneozelandesesno tuvieronmásremedio

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que advertir —decía Moonsamy entre risas—. ¡Llevaba la camiseta de losSpringboks!Luegomepreguntési,enrealidad,elhechodehaberentradoaverloseraunaformadetransmitirlesunmensajedeliberadamenteambiguo.»

Quince minutos después, Mandela estaba en el campo, recorriendo la fila dejugadores deNueva Zelanda, dándole lamano a cada uno.Cuando llegó a Lomu,saludóalhombrealqueacababadeconocercomosifueraunamigoalquenoveíadesdehacía tiempo.«¡Ah,hola,Jonah!¿Cómoestás?»,sonrió.Segúnunperiodistadetelevisiónqueestabacerca:«¡Lomuteníapintadeiracagarseencima!»

El último número del espectáculo antes de que empezara el partido era eltradicionalHakadelosAllBlacks.Elequipoejecutabaesteritoantesdelospartidosinternacionalesdesdehacíamásdecienaños.Eraunadanzadeguerramaorí cuyopropósitoerainfundirterroralasfilasenemigas.Los15AllBlackssecolocabanenel centro del terreno de juego, en amplio despliegue, cada uno con las piernasseparadas ymedio en cuclillas.A un grito del capitán, comenzaba la danza. Entremuchogruñidoymuchosacarlalengua,grandespisotones,palmadasenlosmuslos,pechoshinchadosygestosamenazadores,losAllBlacksentonabanuncantoqueeramuchomásalarmanteenlosgritosoriginalesenmaoríquetraducidoyporescrito.Elenardecedorfinaldecía:

T-neitetangatap-huruhuruN-naneiitikimaiwhakawhititerupane,kaupaneupane,kaupaneWhititer,h!

Ésteeselhombrepeludoqueaquíseyergue.Quetrajoelsolylohizobrillar.Unpasohaciaarriba,otropasohaciaarriba.¡Unpasohaciaarriba,otropasohaciaarriba!¡Elsolbrilla!

PorsuerteparalosAllBlacks,susrivalesnosuelenteneramanolatraducción.Loque suelenhacer es tratar de amilanarlos con lamirada, o sonreír con aparentedesprecio, o fingir indiferencia. Pero ninguna de esas cosas resulta nunca del todoconvincente,porlohipnóticoyamenazadordelcanto.Enestaocasión,sinembargo,hubounaligeraperosignificativarupturadelprotocolo.Amitaddelainterpretación,que dura aproximadamente un minuto y 20 segundos, Jonah Lomu se salió de lapauta y empezó a aproximarse, despacio pero con decisión, sin dejar demirarlo, a

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JamesSmall.Peroentoncesocurrióalgodeloquepocosdelosqueveíanelpartidoen el estadio y en televisión se dieron cuenta, pero que sí registraron todos losjugadoresenelcampo.KobusWiese,queestabaalladodeSmall,rompiótambiénelprotocolo y dio dos o tres pasos hacia Lomu, interponiéndose delante de Small.«Kobus rompió la fila como para decir a Lomu: “Para llegar hasta él, tienes queenfrentarte primero a mí», recordaba Pienaar. Fueron pequeños gestos de doshombresgigantescos, unosgestos infantiles enmediode todos los acontecimientosdel día, pero que surtieron efecto. Antes de que el silbato del árbitro señalara elcomienzodelpartido,elmarcadorerayaSpringboks1,Lomu0.

Si la atención de los aficionados estaba centrada en James Small, la máximapresión la sufría Stransky. Debido al puesto en el que jugaba, era el pateador delequipo, las miradas iban a estar puestas en él más que en ningún otro jugador.François Pienaar y Kobus Wiese podían, hasta cierto punto, esconderse tras eltumultodegruñidosdelamelé.Sicometíanunerror,pocosfueradelequipoodelaesferadelosexpertosteníanporquédarsecuenta.Lomaloeraque,poresomismo,pocasvecesse lesdaba todoelméritoque lescorrespondía.Porelcontrario,nadiepodíaperderseloquehicieraodejasedehacerStransky.Supuestodemedioaperturaera elmás visible del equipo y, además, de su puntería dependíamuchas veces elresultadodelpartido.Eraelencargadodechutar losdrops, las transformacionesdelosensayosylospenaltis,conlosdosotrespuntosqueesosuponía.Sielchutsalíabien,el jugadoreraunhéroe.Sino,corríaelriesgodela ignominiaeternao,enelmejordeloscasos,dereprochárseloasímismoeternamente,comounfutbolistaquefalla un penalti. Y, como un futbolista en esas circunstancias, muchas cosasdependíandeunaminucia.Ladiferencia entre la gloria y el desastre residía enuncambiosutilenladireccióndelviento,unosmovimientoscasimicroscópicosdelosmúsculos,tendonesynervioseneltobillo,larodilla,lacadera,eldedogordodelpie.

Elrugbypuedeserundeporteespectaculardever,inclusoparapersonasquenoconocen todas sus complejidades. Combina la táctica, la fuerza y la velocidad delfútbol americano con la fluidez, la amplitud, el esfuerzo colectivo y el talentoindividual del fútbol. Para jugar en la máxima categoría hay que tener la fuerzanecesariaenelprimeroylaagilidadnecesariaenelsegundo.Cuandosejuegabien,conritmoyhabilidad,elespectáculoescomounapeleadegladiadoresy,almismotiempo,unplacerpara lossentidos.Sielpartidoestámuy igualado, todavíamejor,porqueentoncessemezclanelarteyelteatro.

LafinaldelaCopadelMundoderugbyde1995produjomásteatroquearte.Fueunpartidoagotador.Fuepurodesgaste.Fueunaguerradetrincheras,nodemasiadogratocomoespectáculo.Pero,comomuestradedramatismo,fueinigualable.

Toda Sudáfrica estaba pendiente; todas las razas, religiones, tribus estabanpegadas a sus televisores. Desde Kobie Coetsee, que encontró un bar abarrotado

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cercadesucasadeCiudaddelCaboenelqueverelpartido,pasandoporConstandViljoen,quelovioconunosamigos,tambiénenCiudaddelCabo,Tutu,queloviocondesconocidosenCalifornia,NiëlBarnardquelovioensucasadePretoriaconsumujer y sus tres hijos, y Justice Bekebeke con sus viejos amigos y camaradas enPaballelo,hastaeljuezBasson,elhombrequeleshabíacondenadoamuerte,quelovio en su casa deKimberley. Todos pertenecían, por fin, almismo equipo. ComoEddie vonMaltitz, que lo vio con sus viejos kommandos bóer en la granja, en elEstadoLibredeOrange.EstabayatancomprometidoconlacausadelosSpringboksyNelsonMandelacomolohabíaestadoconladelAWBdeEugeneTerreblanche.

«Todos rezábamos aquel día, tío —contaba—. Estábamos tensos. Rezando,rezando.Si podíamosganar al equipodeNuevaZelanda, podríamoshacermuchascosascomonación.Estábamosmuyunidos,yahorateníamoslaoportunidaddeestarmásunidostodavía.EramuyimportanteganarparaSudáfrica.»

Tanimportantequelascallesestabandesiertas,comosólopudieronatestiguarelpilotoLaurieKayy losmiembrosde su tripulación.El aviónaterrizóantesdequeempezaraelpartido,peroenelaeropuertonohabíanadiedelpersonaldetierrapararecibirlos.Salvoquerecurrieranaalgunamedidaextremacomodesplegareltobogánde emergencia, estaban atrapados en el aparato. Por fin, apareció su chófer, queencontróunasescalerillasylasllevórodandohastaelavión.«Nohabíanadieenlascalles.Parecíaunaescenadeaquellanovelapostapocalíptica,Lahorafinal.Lleguéacasaendiezminutosjustos.»LocualquieredecirquedebiódeirporlascallesmásdeprisaqueenelvueloquehabíahechosobreEllisPark.

El partido en sí fue flojo. No fue fluido en ningúnmomento, en parte porqueSudáfricanodejóa JonahLomuque jugaracomosabía. JamesSmallno teníaquehaberse preocupado; todo el equipo se encargó de Lomu. Si el primer placaje nopodíaconél,elsegundo,oeltercero,oelcuartoloconseguirían.Hubomomentosenlos que Lomu parecía un búfalo atacado por unamanada de leones.Antes de queperfeccionaranelplacajeengrupo,hubounpardeaccionesdevalorindividual.Laprimera vez que Lomu recibió el balón, uno de los jugadores más menudos deSudáfrica,elmediomeléJoostvanderWesthuizen, loderribóconunplacajebajo,justo por debajo de las rodillas («Aquello marcó el tono del partido», contabaPienaar).Unpocodespués,cuandoparecíaqueLomuhabíaencontradoeltiempoyelespacio para acumular energía, lo derribó con el mismo aplomo Japie Mulder, elcentro tres cuartosque formabapareja conHennie leRoux.Mientras el gigante selevantaba, Mulder —un pigmeo en comparación— le aplastó el rostro contra elcéspeddeEllisPark.

«Fue bastante poco elegante por parte de Japie hacer eso —decía Morné duPlessis,sinunapizcadedesaprobación—.PerofueunmensajeaLomuyatodoslosAllBlacks:Nadievaapoderhoyconnosotros.»

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Y nadie pudo. Los All Blacks se habían emborrachado de tantosmarcados enensayosduranteel torneo,peronoconsiguieronniunocontra losSpringboks.JohnRobbie, el ex jugadorde rugbyypresentadorde radio, lo resumiómuybien.«LosSpringboks cerraron el juego, lucharon por cada centímetro de terreno y placaroncomodemonios.Contraaquelequipo,eralaúnicaformadeteneralgunaposibilidaddeganar.»

Lomaloeraquelossudafricanostampocoestabanmarcandoningúnensayo.LadefensadelosAllBlackseratanfirmecomoladelosSpringboks.Eraelequivalentedeportivo de la Primera Guerra Mundial: ningún avance, líneas defendidas conobstinación, proyectiles que volaban entre un bando y otro. Fue un partido que sedecidióenloschuts.Todoeltanteodelpartidosaliódelospenaltisylosdrops,quevalíantrespuntoscadauno.

Alllegaraldescanso,JoelStranskyhabíachutadoapalosconaciertotresveces,mientrasqueAndrewMehrtens,elmedioaperturadelosAllBlacks,lohabíahechoendosocasiones.Cuandosedetuvieron,alterminarlosprimeros40minutos,paraelobligatorio descanso de 10, el marcador indicaba 9-6 a favor de Sudáfrica. PeroMehrtensigualóenlasegundamitad,yelpartidoterminó,enunambientedetensióninsoportable,enelquelasituaciónpodíavariarencualquiermomentoenunsentidouotro,conuntanteode9-9.PorprimeravezenunaCopadelMundoderugby,habíaquejugarunaprórroga,dosmitadesde10minutoscadauna.Ningúnjugadordelosque estaban en el campo había cruzado nunca ese umbral. Estaban física ymentalmenteexhaustos.Pero losaficionadosestabansufriendoaúnmás,entreellosMandela,peseaque—comolamayoríadelosrecientesconversosnegrosdetodoelpaís— se había perdido algún detalle que otro. «No entendía mucho, pero sí losuficienteparaseguirelpartido—recordabaelbruscoLouisLuyt,queestabasentadojunto a él—. Me hacía preguntas: “Ese penalti, ¿por qué ha sido?” ¡Eso sí, quénerviosoestaba!¡Increíblementetenso!¡Sobreelfilodeunanavaja!»

MandelanodudabaencorroborarlaimpresiónquehabíasacadoLuyt.«¡Nosabeloquesufríaqueldía! ¡No losabe!—decíadespués, identificándosecon todossuscompatriotas—.Nohabíavistonuncaunpartidode rugbyen el queno sehubieralogradoningúnensayo.Todopenaltisodrops.Nohabíavistonuncanadaigual.Pero,cuandodecidierondarnosdiezminutosmás,sentíquemedesmayaba.Francamente,noheestadonuncatannervioso.»

MornéduPlessis,veteranodecienbatallas,tambiénsesintiódesmayarcuandoseimaginó en el lugar de los jugadores. «Era mucho más que un partido de rugby,recuerde, y todos lo sabían; era como tener a ungrupode soldadosque acabandevivireltraumadelcampodebatallayvolverlosaenviarinmediatamentealfrente.»

Pienaar,elgeneral,deveintiochoaños,recordóasuscompañeroselgranobjetivoque tenían en el intervalo antes de que se reanudara el juego. «Mirad a vuestro

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alrededor—dijoasuscansadastropas—.¿Veisesasbanderas?Jugadparaesagente.Ésta es nuestra oportunidad. Tenemos que hacerlo por Sudáfrica. Vamos a sercampeonesdelmundo.»

Su elocuencia no impidió que los All Blacks se adelantaran con un drop deMehrtensalminutodehaberempezado.NuevaZelandaganaba12-9,pero,amedidaque se aproximaba el minuto 10, cuando estaba a punto de sonar el pitido deldescanso,Stranskycolocóotropenaltialtoydirectoentrepalos.Estaban12-12.Sonóelsilbatoy,cincominutosdespués,losjugadores,conpiernasdeplomo,reanudaronlabatallaporúltimavez.Losúltimos10minutosdelpartido.

«Unosdíasantesdelafinal,KitchChristie[elentrenador]mehabíadicho:“Noteolvides de los drops” —recordaba Joel Stransky—. Y estuve practicando marcardropsdurantelosdosdíasanterioresalgranencuentro.Menosmalquelohice.

»Sólorecuerdotresdeloscincochutsentrepalosquemetíaqueldía.Laúltimaesunadeellas.Faltabansieteminutosyelmarcadorseguía12-12.Tuvimosunameléa25yardasdesulínea.Françoisordenóunajugadadelafilaposterior,quehabíamospracticadounayotravez.»Esoqueríadecirquelosdelanteros intentabanatravesarcorriendolasdensasfilasdelosAllBlacksparahacerunensayo.«PeroJoelanulómiorden—recordabaPienaar—.Dijoquequeríaelbalóndeinmediato.»Asíqueesoesloquehicieron.Según recordabaWiese,«Joelnospidióque lamelégiraseenunadirecciónconcretaparaquepudieramarcarsudrop.Estábamosmuycansados,perolointentamosysalió».

Elbalónemergióde lamasahumanadelameléyJoostvanderWesthuizen,elmediomelé,elnexoentrelosdelanterosylostrescuartos,lanzóelbalónaStransky.Éstedispusode30segundosdesdequediosuordenhastaquerecibióelbalónparaser completamente consciente de que aquél era elmomentomás importante de suvida y de las vidas de muchas otras personas. La presión mental, la enormeresponsabilidadyladificultadfísicadedejarcaerelbalóneimpactarlolimpiamenteconelpieencuanto tocaelsuelo,deformaquevuelealtoydirecto,sabiendoa laperfección que dos o tres gigantes se dirigen hacia ti con ganas de asesinarte...Stranskysehabíaofrecidoacumplirunodelosdeberesmáspeligrososencualquierdeporte.

«Recibí el balón limpiamente, y ejecuté un chut perfecto —decía Stransky,reviviendoelmomentomás felizde suvida—.Mantuvosu trayectoria.Girócomodebía,sindesviarse.Ynisiquieramiréparaversiibaaatravesarlospalos.Sabía,encuantosealejódemibota,queeraungolpedemasiadobuenoparafallar.Ymesentíabsolutamenteexultante.»

Él y todos los demás sudafricanos que estaban viendo el partido: JusticeBekebeke, Constand Viljoen, Arnold Stofile, Niël Barnard, Walter Sisulu, KobieCoetsee, Tokyo Sexwale, Eddie von Maltitz, Nelson Mandela; todos. Pero aún

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quedabanseisminutos.YLomuseguíaallí.Yallí seguían losotros14AllBlacks,según el Daily Telegraph de Londres, la alineación de rugby «de talento másasombroso»quenadiepodíarecordar.

Pienaar dijo a sus hombres que aguantaran, que aguantaran e hicieran todo loposible para tratar de mantener el balón en el campo de Nueva Zelanda,inmovilizarlos,nodejarlesverniunatisbodeluz.

«CuandoJoelStranskylanzóaqueldrop,habíaunbritánicoqueestabacercademíyquemedijo:“Estoysegurodequeésehasidoel tantodecisivo”—recordabaMandela—.Peroyonomeatrevíaacreerlodeltodo.¡Ylatensión,quénervios!¡Ledigoque fueron losseisminutosmás largosdemivida!Mirabasincesarmi reloj,todoeltiempo,ypensaba:“¿Cuándovaasonarelsilbato?”»

Losseisminutospasaron,losSpringboksresistieron,yelsilbatosonó.FrançoisPienaarsaliódisparadodeunameléysaltóconlasmanoslevantadas.Deprontosearrodillóyseocultóelrostroconelpuño,ylosdemásjugadoressearrodillaronasualrededor. Rezaron y luego se levantaron, saltaron y se abrazaron, que era lo queestabahaciendo todoelmundoenel estadio, incluidoNelsonMandela,quenoeramuydadoaabrazos.

«Estabaenel séptimocielo—decíaMoonsamy—.EstuveconNelsonMandelacinco años, toda su presidencia, y nunca le vi tan feliz como entonces. Estabaentusiasmado,extático.Cuandosonóelsilbato,todalasuiteestalló.Silagentecreeque losguardaespaldas son robots, deberíanhabernosvisto cuando sonó el silbato.Nosotrostambiénnosabrazamos,yalgunoslloramos.»

Mandelasereíatantoalrecordarelmomentoquecasinopodíahablar.«Cuandosonó el silbato, Luyt —decía—, Louis Luyt y yo... de pronto nos encontramos...¡abrazándonos!¡Sí,abrazándonos!»Luytloconfirmó.«Cuandosonóelsilbatoylosjugadoressearrodillaron,nosabrazamos.Yélmedijo:“¡Lohemosconseguido!¡Lohemosconseguido!”Nosabrazamoscontalfuerza—seguroqueélnomencionóestedetalle—¡quelelevantédelsuelo!»

Enlasgradas,62.000rostrosexultantesvolvieronagritar:«¡Nel-son!¡Nel-son!»Laemocióndelavictoriahacíaquesugritofueramásalto,másvisceralqueantes.Enelcampo,envueltoeneléxtasisdelpúblico,desuscompañerosdeequipoydelsuyopropio,KobusWiesedigeríalaenormidaddelmomento.«Eramuyconscientedequesólounospocospuedenteneresesentimientoyserpartedeunacosaasí.Vertílágrimas de alegría. Creo que todos lloramos. En esos momentos, tras la victoria,absorbestodalaemoción,ynohablas.Teabrazascontodosynadietienequedecirnada.Enaquelterrenonosdimoscuenta,contodalaemociónquesentíamos,dequehabíamospasadoaformarpartedelahistoria.»

«Eraimposibledecirnadaqueexpresaseloquesentíamos.Noslimitamosasaltarysaltar,y sonreíry sonreír—decíaJoelStransky, sonriente—.Sonreídurante toda

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unasemana.Nohedejadodesonreír.»

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CAPÍTULOXIX-AMAATUENEMIGO

«Cuandoterminóelpartido—contabaMornéduPlessis—,dilavueltayempecéa correr hacia el túnel, y allí estaba EdwardGriffiths, el creador del eslogan “Unequipo, un país”, y me dijo: “Las cosas nunca volverán a ser igual.” Comprendíinmediatamenteque tenía razón,porquemedi cuenta, allímismo,deque lomejorhabíaquedadoya atrás, que la vidanopodíaofrecer nadamejor.Ledije: “Hoy lohemosvistotodo.”»

Pero Du Plessis se equivocaba. Quedaba más. Quedaba Mandela bajando alcampo,conlacamisetapuesta,lagorraenlacabeza,paraentregarlacopaasuamigoFrançois. Y quedaba el público embelesado de nuevo —«¡Nelson! ¡Nelson!¡Nelson!»— cuandoMandela apareció en la línea de banda, sonriendo de oreja aoreja, saludando a la muchedumbre, mientras se disponía a acercarse al pequeñopodiocolocadoenelcampoenelqueibaaentregareltrofeodelaCopadelMundoaFrançoisPienaar.

Van Zyl Slabbert, el afrikaner liberal, rodeado en el estadio—según palabrassuyas—de tipos barrigudos conpinta de pertenecer alAWB, se quedó asombradoantelapasiónporlaNuevaSudáfricadesuscompatriotasrenacidos.«Tendríaustedquehabervistolascarasdeesosbóersamialrededor.Recuerdoveraunoalquelecorríanlaslágrimasporelrostroyquenoparabadedecir,enafrikaans:“Éseesmipresidente...Éseesmipresidente...”»

YhubomásaplausosymáslágrimascuandoPienaarofrecióelqueibaaserelprimerodedosejemplosmemorablesdeelocuenciaimprovisada.UnperiodistadelacadenadetelevisiónSABCseleacercóenelcampoypreguntó:«¿Quéhasentidoaltenera62.000aficionadosapoyándolesaquíenelestadio?»

Sin dudarlo un instante, respondió: «No teníamos a 62.000 aficionados connosotros.Teníamosa43millonesdesudafricanos.»

LingaMoonsamy,quesalióal terrenode juegounpasopordetrásdeMandela,miróalamultitud,alviejoenemigoquecoreabaelnombredesulíder,yluchópararecordar que estaba trabajando, que,mientras todos los que le rodeaban perdían lacabeza,élteníaqueconservarlasuya.Mantuvolasuficientesangrefríapararecordarque, antesdelpartido,habíavistoen la esquinaderechadel estadioaquellasviejasbanderassudafricanas.Asíquevolvióamirarhaciaallí.«Perono—contaba—,lasviejasbanderashabíandesaparecido.Sólohabíabanderasnuevas.Ylagenteenaquelsectordelpúblicoestaballorandoyabrazándose,comotodoslosdemás.Asíquemerelajéunpocoymepermitípensarqueaquéleraunmomentoinmensoparaelpaís,queyohabíahecholoquehabíahechocuandoerajoven,habíacorridoriesgos,habíaluchado por esto, y nunca había imaginado que podía manifestarse con talesdimensiones.»

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Tokyo Sexwale, que estaba en el estadio, compartía los sentimientos deMoonsamy. «Te sientas allí y sabes que ha valido la pena. Todos los años en laclandestinidad,enlas trincheras,deabnegación,deestar lejosdecasa,enlacárcel,todo valió la pena. Aquello era todo lo que queríamos ver. Y otra vez, “¡Nelson!¡Nelson! ¡Nelson!” Estábamos allí de pie y no sabíamos qué decir. Yo me sentíaorgullosodeencontrarmejuntoaaquelhombreconelquehabíaestadoenlacárcel.¡Qué arriba estaba en aquel momento! Me sentí tan orgulloso, tan orgulloso dehabermecodeadoconlosdioses...»

Los dioses, en aquelmomento, eranMandela y Pienaar, el anciano vestido deverde, coronado rey de toda Sudáfrica, que entregaba la copa a Pienaar, el jovenvestidodeverde,designado,aqueldía,jefeespiritualdelanuevaafrikaneidad.

Mientras el capitán sostenía la copa,Mandela le puso lamano izquierda en elhombroderecho,lemiróconafecto,lediolamanoydijo:«François,muchasgraciasporloquehashechopornuestropaís.»

PienaarmiróaMandelaalosojosyrespondió:«No,señorpresidente.Graciasaustedporloquehahechopornuestropaís.»

Sisehubieraestadopreparandotodalavidaparaaquelinstante,nohabríapodidosermáscertero.ComodijoDesmondTutu:«Aquella respuesta fueuna inspiracióndivina.Lossereshumanoshacemostodoloquepodemos,peroaquellaspalabrasenaquelmomento...nadiehabríapodidoescribirlas.»

TalvezunguionistadeHollywoodhabríahechoquesedieranunabrazo.Fueunimpulso que Pienaar confesó haber reprimido a duras penas. Pero no, los dos semiraron y se rieron. Morné du Plessis, que estaba al lado, miró a Mandela y alafrikanerpródigo,vioaPienaarque levantaba lacopasobre loshombros,mientrasMandela, riendo, alzaba los puños, y le costó creer lo que veían sus ojos. «No hevisto jamásunaalegría tancompleta—dijoMornéduPlessis—.MandelamirabaaFrançoisynoparabadereír...yFrançoismirabaaMandelay...¡quéafectosepalpabaentreellos!»

Todo aquello resultó abrumador para el duroSlabbert, veterano demil batallaspolíticas. «Cuando François Pienaar dijo aquello en el micrófono, con Mandelaescuchando, riéndose y saludando a la multitud y agitando la gorra—contaba—,todoslloraron.Noquedóunojosecoenelestadio.»

No quedó un ojo seco en el país. El viejo ministro de Justicia y ServiciosPenitenciariosdelgrootkrokodil,ensuatiborradobardeCiudaddelCabo,sollozabacomounniño.KobieCoetseenopodíadejardepensarensuprimerencuentroconMandela,diezañosantes.«Superó losdemás logros.Fueelmomentoenelquemigente, sus adversarios, aceptó a Mandela. Fue un momento comparable, penséentonces,alacreacióndeEstadosUnidos.FueelmayortriunfodeMandela.LesviaélyaPienaarylloré.Medijeamímismo:“Havalidolapena.Todoelsufrimiento,

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todo lo que he vivido, ha valido la pena. Esto refuerza elmilagro.”Eso es lo quesentí.»

Lejos de allí, en el polvoriento Paballelo, Justice Bekebeke sentía lo mismo.Cinco años antes estaba en el Corredor de laMuerte, enviado allí por uno de losjuecesdeCoetsee,pero,depronto, todoaquellolepareciómuyremoto.«¡Mesentíenelséptimocielo!—explicaba—.CuandoJoelStranskymetióeldrop,misamigosempezaronacelebrarloyagritarcomolocos,yesteSantoTomásincrédulotambién.Mesentícienporciensudafricano,mássudafricanoquenunca.Estabataneufóricocomotodoslosdemás.Nosvolvimoscompletamentelocos.Ydespuésdequesonarael silbato, después de queMandela entregara la copa aPienaar, salimos a la calle.Como todo el mundo en Paballelo. Las bocinas sonaban y todo el distrito salió abailar,cantarycelebrarlo.»

Eran lasmismas calles en las queBekebeke habíamatado al policía que habíadisparadocontraunniño;dondelosantidisturbioshabíanenloquecidolanocheantesdequesedictaranlaspenasdemuerteparalos14deUpingtonyhabíangolpeadoatodoslosqueveían,hastaenviaraveintepersonasalhospital.

«Erairreal.YpensarqueesasescenasestabanrepitiéndoseentodaSudáfricasólocincoañosdespuésde la liberacióndeMandela,dosañosdespuésdelasesinatodeChrisHani.EntoncesmehabríaresultadolomásimprobabledelmundoimaginarqueibaacelebrarunavictoriadelosSpringboks.Sinembargo,viéndoloahora,nopuedocreerlaindiferenciaquesentíaaquellamañanaantesdelafinal,nopuedocreerquenomeimportara.Porquesólohabíaunamaneradedescribir loquesentíaenaquelinstante:unaeuforiadesatada.»

EnPaballelo,enSoweto,enSharpevilleyenotrosmildistritosnegros,gruposdejóvenesrecorríanlascallessinárbolesinterpretandosupropiaHaka,supropiadanzade guerra, el Toi Toi. Pero ahora no marchaban desafiantes; rebosaban orgullonacionalmulticolorycelebrabanlavictoriadelosAmaBokoBoko.

Llegaban noticias de las zonas residenciales acomodadas de Ciudad del Cabo,Durban, Port Elizabeth y Johanesburgo de que las señoras blancas estabandeshaciéndosedegeneracionesdeprejuiciosycontenciónyabrazandoasuscriadasnegras,bailandoconellasenlascallesarboladasdepulcrosbarrioscomoHoughton.Por primera vez, los mundos paralelos del apartheid se habían fundido, las dosmitades se habían unido en un todo, pero en ningún sitio como en la propiaJohanesburgo y, sobre todo, en torno a Ellis Park, donde el carnaval de Río seconfundióconlaliberacióndeParísenuntumultodeverdeSpringbok.Unancianonegro estaba en mitad de la calle, delante del estadio, ondeando una banderasudafricana y gritando una y otra vez; «Sudáfrica ya es libre. Los Boks nos hanpermitidoserlibresyestarorgullosos.»

EnfrentedeEllisParkseencontrabanlasoficinasdelperiódicodominicalnegro,

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CityPress.KhuluSibiya,eldirectordelperiódico,mirabaestupefactoelespectáculodesdesuventana.«Nuncahevistoatantosnegroscelebrandoenlascalles.Nunca.Esmás,nuestraspáginas,aldíasiguiente,hablaronmásdeloincreíblequeeraveralosnegrosfestejandoquesobrePienaarylacopaensí.Fueasombroso.»

El arzobispo Tutu, que también tenía mucho olfato periodístico, estaba deacuerdo.Lanoticiafueronlascelebracionesdelosnegros.«Loquevimosaqueldíafue una revolución», decía, encantado de haber vivido para ver cómo su paísengendrabaunmodelonuevoderevolución,enelquenoseeliminabaalenemigo,sino que se le acogía; que, en vez de dividir a la gente, la unía. «Si se hubieraprofetizado sóloun año—sólounosmeses—antes que en las calles deSoweto lagente ibaabailarparacelebrarunavictoriade losSpringboks, casi todoelmundohabríadicho:“Has tomadodemasiadosol sudafricanoy tehaafectadoalcerebro.”Aquelpartidohizopornosotrosloquenohabíanpodidolosdiscursosdelospolíticosnilosarzobispos.Noselectrizó,noshizocomprenderqueeraverdaderamenteposibleestar todos en elmismo bando.Nos dijo que era posible convertirnos en una solanación.»

Lainevitablehisteriapatrióticaenlosperiódicossudafricanosaldíasiguiente,lasensacióndequeelpaíshabíacambiadoparasiempre,quedóresumidaeneltitulardeprimera página, a ocho columnas, de un diario que tuvo la buena fortuna de nacerprecisamente aquel día, el Sunday Independent. «Triunfo de los Guerreros delArcoiris»,clamabaelprimernúmerodelperiódico.Laprensaextranjerasesumóalafiestayhasta los cronistasdeportivos casi se olvidaronde escribir sobre el partidopropiamentedicho,comoel especialistaen rugbydelSydneyMorningHerald,quecomenzabasuinformacióndeestaforma:«Sudáfricaseconvirtióayerrotundamenteen “un equipo, un país”, mientras la nación arcoiris caía rendida en éxtasis.» Yañadía, en referencia al final de la Segunda Guerra Mundial, «fue como unarepeticióndelDíadelaVictoria,conoleadasdepasiónsimilares,yelsentimientodequeacababadesucederalgotrascendentaleinolvidable».

VanZylSlabbert,queeraunhombrecorpulento,un típicobóer,seencontróenmedio de la histeria posterior al partido. «Salí a las calles, que estaban repletas denegrosbailando,yteníaquellegarhastacasa,asíquememetíenuntaxinegro.»Un«taxi negro» es un híbrido de taxi tradicional y autobús, un vehículo que se paracuandounolollamaperoquesigueunarutaconcretayquetieneunacapacidaddealrededor deunadocenadepersonas.Es«negro»porque enSudáfrica era siempreuna forma de transporte que usaban los negros; los blancos, casi invariablemente,tenían coche propio. Lo que hizo Slabbert, parar uno y subirse, era prácticamenteinaudito,sobretodoparaloshabitantesdelelegantebarriodelnortedelaciudad,nolejos de Houghton, en el que vivía. «Me metí, y la gente estaba dando gritos ycelebrandocontantapasióncomolosbóersenEllisPark.Ledijealconductorque

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me podía dejar en el Centro Cívico, en la ciudad, pero me preguntó cuál era midestino. Le dije quemi casa estaba en un barrio a las afueras, pero que elCentroCívico bastaba porque suponía que seguramente le pillaba de camino. Pero elconductorsemostrómuyinsistente.Medijoqueno,quemeibaallevarhastacasa,peseaque le supondríaunademorademásomenosmediahoray, conel caosdetráficodeaqueldía,seguramentemás.Asíqueledijequemuybien,peroquépasabacon las otras personas que estaban en el taxi, que iba completamente lleno. Todosgritaron que no había inconveniente. Se lo tomarían como un paseo. Estaban tancontentos.Porfinllegamosacasay,alsalir,lepreguntéalconductor:“¿Cuánto?”Mesonrióydijo:“No.Hoy,nadiepaga.”»

Slabbert suponía que nadie de los que iban en el taxi tenía más que vagosconocimientossobrerugby,peroesonoaguólafiestageneralenJohanesburgo,comotampocoa750kilómetrosdedistancia,enPaballelo.«Enmidistrito,entremigente,no había ni un solo aficionado al rugby—contaba Bekebeke—. Pero aquel día...hastamimadreululaba en celebración.Locelebrábamoscomo sudafricanos, comounanación.Ysabíamos,enelfondo,quelosSpringbokshabíanganadoporquenoshabíamos propuesto que ganaran. ¡Fue un día increíble! Una democracia joven,reciénnacida,yallíestabaelsímbolodenuestra transformación,Mandela.Cuandolevantólacopa,aquéllafuenuestravictoria.Supimos,alfin,queéramosunanacióntriunfadora.»

ArrieRossouw,elperiodistaafrikanerqueconocióaMandelaenSowetoaldíasiguiente de su liberación, estaba de acuerdo, pero lo sentía incluso con másintensidadporque,comosudafricanoblanco,sehabíasentidounperdedor,unpariaalosojosdelmundo.«Habíamosdejadodeserlosmalos—decía—.Nosóloganamos,sinoqueelmundoqueríaqueganáramos.¿Sedacuentadeloquesignificóaquelloparanosotros?¿Quéalegría?¿Quéinmensoalivio?»

Tokyo Sexwale dijo queMandela había liberado a los blancos del miedo. Eraverdad, pero no era sólo eso. Los liberó en más sentidos. Los redimió ante suspropiosojosyantelosojosdelmundo.

Y entonces les hizo campeones del mundo. Kobus Wiese, François Pienaar,HennieleRoux,ChesterWilliams,JamesSmall,todosestabandeacuerdoenqueelfactorMandelahabíasidodecisivo.Habíanganadoelpartidoporélygraciasaél.«Los jugadores sabíamos que el país tenía un rostro y un nombre—explicaba LeRoux—.JugamosporSudáfrica,perotambiénjugamosparanodecepcionaralviejo,queveníaaserlomismo.»

«Seconjugótodoalaperfección:nuestrodeseodeserelequipodetodalanaciónysudeseodeconvertirelequipoenelequiponacional—explicabaMornéduPlessis—.Coincidióenelmomentojusto.YestoyconvencidodequeésafuelarazónporlaqueganamoslaCopadelMundo.»

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El propio Louis Luyt estaba también de acuerdo. «¡No habríamos ganado sinMandela!Cuandobajéconélaveralosjugadoresenelvestuario,antesdelpartido,pudeverlo:leslevantólamoraluncienporcien.Ganaronensunombre,tantocomoportodolodemás.»

MornéduPlessis tuvolasensacióndequeibaaserelgrandíadeSudáfricaencuanto vio a Mandela al borde del campo con la camiseta verde, recibiendo lasaclamaciones del público. «Lo digo con todo el respeto a un equipo All Blackverdaderamentememorable,pero,conlainmensidaddelhombrequenosapoyaba,yel poder que emanaba de él y a través de él, me pareció un poco injusto.» SeanFitzpatrick, el temible capitánAllBlack, reconociómuchodespuésqueDuPlessisteníarazón,quesehabíasentidosobrecogido,enciertomodo,aloírlareaccióndelpúblico ante Mandela. «Les oímos corear su nombre—explicaba—, y pensamos:¿Cómovamosaderrotaraestoscabrones?»

Demasiado tarde, Fitzpatrick comprendió que su equipo podía tener a JonahLomu, pero los otros jugaban con un hombre más; disponían de un arma secretacontralaqueelmejorequipoderugbydelahistorianoteníarespuesta.JoelStranskyhabríapodidoatribuirseelméritodeltriunfo,peroselocedióaldecimosextohombredelosSpringboks.«Elefectoquecausóenlosjugadoresfueinconmensurable.Aqueldíafueuncuentodehadashechorealidad,conMandelaenelcentro.Élnosdio lavictoria.»

Y,aqueldía,disfrutóenormementeconella.Elcaminodevueltaacasadesdeelestadiodurótresvecesmásdeloprevisto,pero,comodecíaMoonsamy,podríahaberdurado seis veces más y Mandela habría pedido más. «Todos nuestros planes sevinieronabajo.Nuestrarutaestabacompletamenteatascada.Todalaciudadsehabíatransformado en una gigantesca fiesta callejera. Pero Mandela disfrutó de cadaminuto.»

Moonsamy seguía alerta, pero la idea de que alguien pudiera querer asesinar aMandelaenaquelmomento leparecíadescabellada inclusoaél.Cuando loscuatrocochesque formaban lacaravana llegaron,por fin,aHoughton,habíaunapequeñamuchedumbrereunidadelantedesucasa,celebrándolo.MandelasaliódelMercedesparasaludarlosyunaancianaseleacercó.Moonsamyvio,asombrado,quelesoltabaun pequeño discurso aMandela para declarar que, hasta esa tarde, había sido delAWB,peroqueahora,dijo,«renuncioaseguirsiendomiembro».

Estabaanocheciendo,eranalrededordelasseisymedia.Mandeladejómarcharasusguardaespaldas.«Chicos—dijo—,idadivertiros.»

Letomaronlapalabra.«Lleguéacasa,atravésdelasmasasruidosas—recordabaMoonsamy—,yentonces,micuñado,sumujerysushijos,ymifamiliayyofuimosal lago, a Randburg Waterfront, donde todo el mundo estaba reuniéndose paracelebrar la victoria, y allí vi una Sudáfrica unida. Blancos y negros abrazándose,

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riendoyllorando,hastaaltashorasdelanoche.»Mandelaprefirióquedarsetranquilamenteencasa.«Volvídelrugbyymequedé

encasa,feliz,reflexionando»,ysiguiendosusrutinasinviolables.Vioelinformativoeninglésalassieteyenxhosaalassieteymedia.Alasochomenosdiezsesentóparatomarsuhabitualcenaligera:muslodepolloconpiel,batatayzanahorias.Nadamás.Antes de irse a la cama, una hora después, se sentó a solas en el salón pararecapitular, como hacía en su celda cada noche antes de dormir. Lo que le habíasorprendido y satisfecho era hasta qué punto había acabado siendo el centro deatención. Porque era consciente de que, detrás de aquel clamor espontáneo de losblancos en Ellis Park—aquel «¡Nelson! ¡Nelson!»—, había pruebas elocuentes yconvincentesdequesusdurosesfuerzoshabíansurtidoefecto.Alrendirle tributoaél, estaban rindiendo tributo al gran valor del «no racismo» por el que habíasoportado veintisiete años de cárcel. Estaban pidiendo perdón y aceptando elgeneroso abrazo que él, y a través de él la Sudáfrica negra, les estaba ofreciendo.HabíaempezadoconKobieCoetseeaqueldíadenoviembrede1985enelhospital,elprimerodesusenemigosalqueconquistó.LuegoNiëlBarnard, luegoP.W.Botha,luego losmedios afrikaans,DeKlerk y susministros, el altomando de la FSAD,ConstandViljoeny los demásgenerales del final amargo, delVolksfront afrikaner,Eddie vonMaltitz, John Reinders y el resto del personal en los Union Buildings,MornéduPlessis,KobusWiese,FrançoisPienaar:unotrasotrohabíansucumbidoamedidaqueélampliabacadavezmássuabrazo,hastaeldíadelafinalderugby,enelqueabrazóatodos.

John Reinders, el jefe de protocolo de la presidencia, lo comprendióperfectamente:«LafinaldelaCopadelMundoderugbymostrólomejordeél;fuetodo él—decía—.Fue el día en el que todo el país vio enpúblico al hombrequenosotroshabíamosvistoenprivado.Fueeldíaenquetodoelmundo,especialmentelaSudáfricablanca,pudoverlecomoeradeverdad.»

«Fue un día memorable —dijo Mandela años después, con una sonrisa queiluminaba elmismo salón en el que sehabía sentado a saborear lavictoria aquellanoche del 24 de junio de 1995—. Nunca imaginé que ganar la Copa del Mundopudieratenertantoimpactoenunapersona.Nuncameloesperé.Todoloquehacíaeraseguiradelanteenmitareademovilizaralossudafricanosparaqueapoyaranelrugby e influyeran en los afrikaners, sobre todo con vistas a la construcciónnacional.»

«Influir»eraunaformadellamarlo.Lagrantareadesupresidencia,asegurarloscimientosdelanuevanación,«hacersudafricanos»,sehabíacompletadonoencincoaños, sino en uno. De un plumazo, había eliminado la amenaza de la derecha.Sudáfrica no había tenido tanta estabilidad política en ningún momento desde lallegadadelosprimeroscolonosblancosen1652.

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DieBurgerloresumióbien.Elperiódicodestacabaque«elaislamientodeportivofueunadelasprincipalespresionesqueprecipitóelcambiopolítico»ydecía:«¿Noesirónicoqueelrugbyseaunafuerzaunificadoradetalcalibrecuando,durantetantotiempo, sirvióparaaislarnosdelmundo?PorqueyanocabedudadequeelequipoSpringbok ha unido al paísmás que cualquier otra cosa desde el nacimiento de lanuevaSudáfrica.»

También lo supo, cosa más importante, Constand Viljoen. Las preocupacionesque le habían atormentado, la idea de que se había equivocado al optar por laseleccionesenvezdeunaguerradeliberaciónbóer,odequetodavíapodíaestallaresaguerrasinél,sehabíandesvanecido.«Aquelpartidoderugbymeconvenciódequehabía acertado conmi decisión», dijo. El alivio del generalViljoen derivaba de laseguridad de que, cuando las hordas gritaban «¡Nelson! ¡Nelson!», se le habíaquitadoungranpesodeencima.Conaquelgesto,losafrikanersestabanasumiendolaresponsabilidaddel general sobre sus propios hombros, estaban apropiándosede ladevociónquesentíaélporMandela.

«Verlo a él, el icono de los negros, tan feliz con su camiseta Springbok, meresultó tremendamente tranquilizador. Me había resultado muy difícil tomar ladecisiónynuncaimaginéqueibaavermereafirmadodeformatanespectacular.»

Enestesentimiento,suhermanoBraam,elgemelo«bueno»,encontróporfinalgoencomúnconConstand.«Heconocidolairadelapolíticaafrikanertodamivida,yquepudieraocurrir aquellomeparecióunmilagro—reflexionaba—. ¡Quécarismateníaaquelhombre!¡QuélídereraMandela!Cogiódelbrazoamihermanoynolosoltó.»

¿TeníaMandelaalgúndefecto?Sisululoconocíamejorquenadie.Surespuestaeraquesuviejoamigoteníatendenciaaconfiardemasiadoenlagente,acreersealaprimera sus buenas intenciones. «A veces desarrolla demasiada confianza en unapersona—dijo—.Cuandoconfíaenunapersona,vaaportodas.»PeroluegoSisulupensóunmomentoen loquehabíadichoyañadió:«Claroqueesoquizánoesundefecto... Porque la verdad es que no nos ha decepcionado con esa confianza quetieneenlagente.»

LadebilidaddeMandelaerasumayorvirtud.Triunfóporqueprefirióverelbienenpersonasalasqueel99%delagentehabríaconsideradoimposiblesderedimir.SiNacionesUnidasdecretóqueelapartheiderauncrimencontra lahumanidad,¿quémayorescriminalesqueelministrodeJusticiadelapartheid,eljefedelosserviciosdeinteligenciadelapartheid,eljefemilitarsupremodelapartheid,eljefedeEstadodel apartheid? Sin embargo,Mandela apuntó directamente a la semilla oculta quealbergaba a sus «ángeles buenos»y supo sacar la bondadqueyace en el fondodetodaslaspersonas.NosóloCoetsee,Barnard,ViljoenyP.W.Botha,sinolosesbirrosdel apartheid—los guardias de prisiones,Badenhorst,Reinders—y sus cómplices

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inconscientes: Pienaar,Wiese, Luyt. Con su empeño en despertar e incitar lo quehabíademejorenellos,yentodoslossudafricanosblancosquevieronelrugbyaqueldía, les ofrecióun regalodevalor incalculable: hizoquepudieran sentirsemejorespersonasy,enalgunoscasos,lostransformóenhéroes.

Su arma secreta era que daba por supuesto no sólo que le iban a caer bien laspersonas a las que conociera, sino que él les iba a gustar a ellas. Esa enormeseguridad en sí mismo, unida a la sincera confianza que tenía en otros, era unacombinacióntanirresistiblecomoencantadora.

Eraunarmatanpoderosaqueengendróunnuevotipoderevolución.Envezdeeliminar al enemigo y partir de cero, incorporó al enemigo a un nuevo ordendeliberadamenteconstruidosobreloscimientosdelviejo.Alconcebirsurevolución,nosólocomoladestruccióndelapartheid,sino,alargoplazo,comolaunificaciónyreconciliacióndetodoslossudafricanos,Mandelarompióelmoldehistórico.

Pero, como mostró su reacción a la actitud del público en Ellis Park, sesorprendió incluso a sí mismo. No había valorado lo suficiente el poder de suencanto.

Un domingo, pocas semanas después de la victoria de los Springboks, NelsonMandela visitó una iglesia en Pretoria. Era un templo de la Iglesia ReformadaHolandesa, laconfesiónqueenotro tiempohabía tratadodeencontrar justificaciónbíblica para el apartheid; que había convencido a Constand Viljoen de que habíaCielosseparadosparablancosynegros;quehabíaexiliadoasuhermanoBraampordecir que aquella doctrina era una herejía. «Aquélla fue la ocasión —contabaMandela,conlosojoschispeantes—enlaqueviquelosefectosdelpartidoderugbyibanadurar,quelaactituddelosafrikanershaciamíhabíacambiadoverdaderamenteporcompleto.»Duranteelservicio,sedirigióalosfielesenafrikaans,ydespuéslerodearonantelaiglesia,comosiestuvieranenunamelé.EraexactamenteloquelehabíasucedidoencientosdeconcentracionesdelCNAenlosdistritosnegrosdetodoel país. En cualquier sitio al que iba, los negros le trataban como si fuera unacombinación de David Beckham, Evita Perón y Jesucristo. Ahora, los blancosestabanhaciendo lomismo.«De lamasa salíanmanosque tratabandeestrechar lamía.Ylasmujeres:¡queríanbesarmeenlamejilla!Eranespontáneos,entusiastas.Sedesvivían por acercarse, y amíme llevabande un lado a otro.Yperdí un zapato.¿Puedecreerlo?¡Perdíunzapato!»

Mandelaestabacasidobladoderisamientrascontabalahistoria.Sereíaporqueeradivertida,pero tambiénporqueestabadescribiendolaculminacióndelsueñodesuvida,elmomentoenelquecomprendióqueSudáfrica,porfin,eraunpaís.

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EPÍLOGO

DoceañosdespuésdelafinaldelaCopadelMundoderugby,enagostode2007,sedescubrióunaestatuadebroncedeNelsonMandelaenlaPlazadelParlamentodeLondres,juntoalasdeAbrahamLincolnyWinstonChurchill.Ensuinformacióndelacto, un periódico nacional británico calificó a Mandela de «líder negro». Nopretendía ofender, seguramente, pero, aun así, parecía un poco insultante verlodescritoenesostérminos.ComolohabríasidoveraLincolnyaChurchilldescritosmeramentecomo«líderesblancos».

Identificar a Mandela por su raza es disminuirlo. Tony Benn, un veteranoparlamentariobritánico,seaproximómásalaverdadcuando,enlaceremonia,llamóaMandela«presidentedelahumanidad».

PeroMandela, queentonces teníaochentaynueveaños, no erauna especiedeaberracióndelanaturaleza.Comodijoélensuturnodeintervención,frágilperoconvoz firme, «aunque esta estatua representa a un hombre, en realidad deberíasimbolizaratodoslosqueseresistieronalaopresión,especialmenteenmipaís».

LamodestiadeMandelapodía,aveces,serunpocoartificial,peroenesaocasiónnoloera.Mandelaeralaencarnacióndelasmejorescosasquepodíaofrecersupaís.Lo vi personalmente, en repetidas ocasiones, durante los seis años que estuvedestinado en Sudáfrica, entre 1989 y 1995, una época en la que, en medio delesperanzado movimiento hacia delante, se desató una violencia terrible en losdistritos negros, sobre todo los de alrededor de Johanesburgo, donde yo vivía. LomejordeSudáfricanoeraMandela,sinoqueelpaísestabarepletodemini-Mandelas,degentecomoJusticeBekebeke,sunovia,Selina,oTerrorLekota,elprimerministrodelEstadoLibredeOrangequeinvitóaEddievonMaltitzasufiestadecumpleaños.

LaprimeravezqueentrevistéaMandela,aprincipiosde1993,lepreguntécómoera posible que el mensaje de «no racismo» del CNA hubiera capturado laimaginacióndelosnegrossudafricanos,endetrimentodelvengativo«uncolono,unabala»delCPA.Merespondióquelahistoriahabíaenseñadoasupuebloasercálido,amableygeneroso,inclusoconsusenemigos.«Elrencornoseconcibe—dijo—,nisiquieracuandoluchábamoscontraalgoquenosparecíaqueestabamal.»Elmensajedel Congreso Nacional Africano, dijo, «no había hecho más que consolidar esemodelohistórico».

Esa verdad quedó demostrada por mi experiencia, pero no era toda la verdad.OtrotipodelíderdelCNAhabríapodidoescogerlaopción,másfácil,deapelaralaindignidad y el dolor que había sufrido la Sudáfrica negra y convertirlos en unenfrentamientoviolento.HacíafaltaunasabiduríapocofrecuenteparaqueMandeladijeraasugente,comomeparafraseóenaquellamismaentrevista:«Entiendovuestraira. Pero, si estáis construyendo una nuevaSudáfrica, debéis estar preparados para

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trabajarcongentequenoosgusta.»Sugenerosopragmatismoeratodavíamásextraordinariosiseteníaencuentala

trayectoriahistóricadesupropiavida.AlbertCamusescribióensulibroElhombrerebelde: «Veintisiete años en prisión no engendran una formamuy conciliadora deinteligencia. Un encierro tan prolongado hace que un hombre se convierta en unpelele,ounasesino,oavecesambascosas.»Endefensadelfilósofofrancés,hayquedecirquemurióen1960,antes inclusodequeMandelaentraraen lacárcel.PocoshabríandiscutidolalógicadeesaspalabrascuandolasescribióCamus.Mandelafueun primer caso y seguramente un último. Fue para Sudáfrica lo que GeorgeWashington fue para Estados Unidos, el hombre indispensable. Como me dijo elarzobispoTutu:«Nohabríamospodidohacerlosinél.»

Mandela impidió que estallara una guerra pero eso no significó que dejara aSudáfricaunestadodepazyarmoníaperfectas,comoWashingtontampocolologróenEstadosUnidos.Despuésdelapartheid,Sudáfricaselibródesusingularidadenelmundo, dejó de ser el parangón de la injusticia y el chivo expiatorio (totalmentemerecido)de la incapacidadhumanade superar los antagonismos raciales, tribales,nacionalistas,ideológicosyreligiosos.Seconvirtióenunpaísconlosmismosretosqueotrosenparecidascircunstanciaseconómicas:cómoproporcionarviviendasalospobres, cómocombatir los crímenesviolentos, cómo luchar contra el sida.Yhubocorrupción,huboejemplosdesagradablesdeclientelismopolítico,hubodudassobrelaeficaciadelCNAenelgobierno.Ylaeternacruzdelahumanidad,elretrógradoproblema del color de la piel, tampoco desapareció por arte de magia, aunque, alcomenzarelsigloXXI,latransformacióneratalquenohabíamuchospaísescuyosciudadanos blancos y negros se relacionasen con tanta naturalidad como enSudáfrica.

También era cierto que los fundamentos políticos siguieron siendo tan sólidoscomoloshabíadejadoMandelaalacabarsuscincoañosdemandatopresidencial:elpaís siguió siendo un modelo de estabilidad democrática y el imperio de la leypermaneciófirme.

¿Permaneceríaasíparasiempre?¡Quiénpodíasaberlo!LoquesíperduraríaeselejemplodeMandela,yaquelatisbodeutopíaquesupuebloviodesdelacimadelamontañaalaquelesllevóel24dejuniode1995.CuandopreguntéaTutucuáleraelvalormásperdurabledeaqueldía, replicó:«Esfácil.UnamigodeNuevaYorkmedio la respuesta cuandome dijo: “¿Sabes qué?Lomejor de todo lo bueno que haocurridoesquepuedevolveraocurrir.”»

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¿DÓNDEESTÁNHOY?

NIËLBARNARD:ocupóunalto cargodelPartidoNacional en el gobiernodecoalición de Mandela hasta su retirada en agosto de 1996; Mandela organizó unbanquetededespedidaensuresidenciaoficialdePretoriapararendirhomenajeasucontribución al cambio pacífico. Hoy trabaja como consultor y emplea su«experienciayconocimientos»,segúnsuspalabras,enasesoraralíderesafricanosdetodoelcontinente«sobreelgobiernoylaformadegobernar».

JUSTICEBEKEBEKE:fueresponsableelectoraldelaProvinciadelCaboNorteen Sudáfrica y en 2004 formó parte de un equipo de observadores internacionalesindependientesqueviajóaEstadosUnidosparaayudaracertificarquelaseleccionespresidencialesdeeseañoeranlibreseimparciales.

P. W. BOTHA: murió de un ataque al corazón a los noventa años, en 2006.Mandela transmitió suscondolenciasa la familiaydijo:«Aunque,paramuchos,elseñorBothaseguirásiendounsímbolodelapartheid,tambiénlerecordamosporlospasosquedioparaabrircaminohaciaunasoluciónnegociadaypacíficaennuestropaís.»

CHRISTOBRAND:llevalatiendaoficialderecuerdosenRobbenIsland.SuhijoRiaan, el queMandela abrazó secretamente en la cárcel cuando tenía ochomeses,murió en un accidente de coche en 2005. Mandela, cuyo hijo murió a una edadparecidaenotroaccidentemientrasélestabaenRobbenIsland,volóhastaCiudaddelCaboparaconsolarasuviejocarcelero.

KOBIECOETSEE:muriódeunataquealcorazónalossesentaynueveaños,en2000. Mandela dijo: «Siempre cultivaremos y valoraremos el recuerdo de KobieCoetsee como uno de los grandes arquitectos de la transformación hacia unaSudáfricademocrática.Nosentristecequehayafallecidoantesdequenosotros,yelpaís,pudiéramosrendirelhomenajeapropiadoaestehombrediscretoymodestoporsuscontribucionespioneras,cuyosfrutosestamosdisfrutandoahora.»

NICHOLAS HAYSOM: trabajó para Naciones Unidas en la resolución de

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conflictosylaconstrucciónnacionalenLíbano,Nigeria,Indonesia,Filipinas,TimorOriental, Sudán, Somalia, Sri Lanka, Lesotho, Colombia, Congo, Tanzania,Zimbabue,Kenia,Nepal,MyanmareIrak,antesdesernombradodirectordeasuntospolíticosenlaOficinaEjecutivadelaSecretaríaGeneraldelaONU.

NELSON MANDELA: unas semanas antes de cumplir ochenta y seis años,convocó una rueda de prensa para anunciar su retirada y al final dijo: «Muchasgracias por su atención y muchas gracias por su amabilidad con un anciano, porpermitirlequedescanse, aunquemuchosdeustedespuedanpensarque,despuésdevaguearenunaislayalgunosotroslugaresdurante27años,eldescansorealmentenoesmerecido.» Desde entonces, se ha dedicado a sus tres organizaciones benéficaspersonales:laFundaciónMandelaRhodes,laFundaciónNelsonMandelayelFondoNelson Mandela para la Infancia, dedicadas, respectivamente, a promover laeducación,lucharcontralapobrezaycombatirelsida.

LINGA MOONSAMY: es jefe de seguridad corporativa en South AfricanAirways, pero sigue siendo amigo deMandela. Está casado con una sobrina de laesposa deMandela,GraçaMachel, y vamuchas veces a comer los domingos a sucasa.

EDDIE VON MALTITZ: sigue viviendo en su granja del Estado Libre deOrange, todavía va vestido de camuflaje, lleva un arma y llama por teléfono a lasemisorasderadiosudafricanasparadenunciarinjusticias.

MORNÉDUPLESSIS:dirigeelInstitutodeCienciasdelDeportedeSudáfricayesmiembrodelaAcademiaMundialdelDeporte,unorganismodeantiguosgrandesdeldeporteentrelosqueestánJackNicklaus,DanMarino,MartinaNavratilovaysirBobbyCharlton.CadaañosereúnenparaseleccionaralosganadoresdelosPremiosMundiales Laureus, el equivalente en el mundo del deporte a los Oscars deHollywood.

CONSTAND VILJOEN: dirige una granja en lo que ahora se denomina laProvinciadeMpumalanga (cuandoeraniño,eraelTransvaalOriental)ydevezencuandopasasusvacacionesenCiudaddelCabo,dondesealojaconsumujerenunacasaenlacostaparamilitaresretirados,llamadaElAlamein.

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BRAAMVILJOEN:dedicasujornadadetrabajoasugranjaalnortedePretoria.Su hermano y él tienen una relación más estrecha que nunca desde su niñez.Disfrutanhablandodepolítica.

FRANÇOISPIENAAR:trabajacomoaltoejecutivoenelFirstNationalBankdeCiudaddelCabo.Mandela,queespadrinodesuhijomayor,Jean,leshainvitadoenvarias ocasiones a su casa a él, sumujer,Nerine, y sus hijos.Mandela dio al hijopequeño de Pienaar, Stephane, el apodo de Gora, que significa «el valiente» enxhosa.

EUGENETERREBLANCHE:ellíderdelMovimientodeResistenciaAfrikaner(AWB),deextremaderecha,fueencarceladoen1997porlesionesgraveseintentodeasesinato,enamboscasosdeunoshombresnegrosindefensos.Quedóenlibertadde2004yhoypredicasermonesqueinvitanalarrepentimientoylaredención.

AWB: un editorial en el boletín de la organización,Storm, publicado en 2002,decía:«Desdelaseleccionesde1994,lasorganizacionespatrióticasafrikanersehanvisto debilitadas por la incertidumbre entre sus partidarios sobre si votar o no. Launidad que existía antes de las elecciones de 1994 ha quedado destruida. NuestragenteestádecepcionadaporelhechodequeelCNAsehayahechoconelpoder,ynos invadeun sentimientode impotencia.Desdeentonces, laactitud reinanteesde“sálvesequienpueda”,ytodoelinterésporlapolíticahadesaparecido.»

LOSSPRINGBOKS: volvieron a ganar laCopa delMundo de rugby en 2007,derrotandoaInglaterraenlafinal,ytodavíavistenlacamisetaverdeyoro.Unavezmás,elpaísestallódejúbilo,negros,blancosytodosloscoloresintermedios.

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AGRADECIMIENTOS

Ante todo, mil gracias a los numerosos actores del drama sudafricano que semolestaronenhablarconmigoparaestelibro.

GraciasaPearlieJoubert,porconcertarmecitasconellosysimplementeporsertanestupenda.

GraciasaStephenGlover, así comoaAndreasWhittamSmith,pornombrarmecorresponsalenSudáfricadelIndependentdeLondres.Sinohubierantenidotantafeenmíen1989,estelibronuncahabríavistolaluz.

YgraciasaJavierMoreno,mijefeactualenElPaís,porconcedermeel tiemponecesarioparaescribirlo.

Un afectuoso agradecimiento ami editora Elena Ramírez, la directora de SeixBarral, cuya mezcla de rigor, inteligencia y apoyo me han ayudado de formainconmensurable.MilgraciasaNahirGutiérrezyelrestodelequipodeSeixBarral,y aMarisaRodríguez,mi traductora, por su empeño, perseverancia y sensibilidad.TampocoolvidoqueAdolfoGarcíaOrtega fueunode losprimerosenanimarmeaescribirestelibro.

ZeldalaGrange(juntoconPearlie,unafuerteaspirantealtítulodelamejormujersudafricanaviva) fuemuy amable.También lo fueronMoegsienWilliamsyKathyMacfarlane en el Star de Johanesburgo, y Amanda Oosthuizen en Die Burger.Asimismo,MariettaVanWyk.

IndraDelanerolle,DavidFanning,SaraBlecher,SharonCort,CliffBestall,LindyWilson y el resto del grupo del documental sobre Mandela que hicimos paratelevisión:muchasgraciasatodos.

Entrelosamigosyconocidosquemehanbrindadosuapoyo,sussugerenciasyánimos, y a los quedebo enormegratitud, están (yque aquellos de los quemeheolvidado me perdonen) Daniel Tanzer, James Lemoyne, Peter Ettedgui, MarkPhillips,WimTrengrove,StephenRobinson,JorgeValdano,JeremyThompson,TonyO’Reilly,TeresaRioné,MorganFreeman,SebastianSpear,JayendraNaidooyTonyPeckham.

Un agradecimiento especial a Lauren Jacobson y Keith Coleman, MichaelShipster,JoaquínVillalobosyKobusJordaan,magníficosamigos,tangenerososconsutiempo,susconocimientosysuagudezamental.

GailBehrmanhizoungrantrabajorecopilandolasfotografíasparaestelibro.LasensibilidadylosánimosdeSueEdelsteinfueronunimpulsotremendoalolargodetodoelproceso.

Anne Edelstein (nada que ver), mi agente en Barcelona y Nueva York, fuedecisiva.Laideadeestelibrollevabarondándomelacabezadesdehacíaaños.Sinsuimpulsoentusiasta,quizánuncahabríanacidoy,desdeluego,nohabríanacidoahora.

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Sudevociónalempeño,comolibroycomocausa,hasidomuyvaliosayunafuentedeinspiración.

Gracias a Anne, conocí a mi editor, Eamon Dolan. Él es (junto con Anne) laconfirmacióndeloquesiemprehepensado:quelosmejoresestadounidensessonlamejor gente. Si este libro tiene algún valor, gran parte del mérito corresponde aEamon, un artesano de la palabra brillante, exhaustivo y apasionado. Todavía noacabodecreermemisuerte.

Por último, gracias a Sudáfrica por haber compartido sus secretos y su genioconmigo.GraciasaNelsonMandelayalosmilesdeMandelasmenosfamosos,alosque tuve la inmensa fortuna de conocer durante mi estancia allí, y cuyo espíritugenerosolateenloquedebuenopuedatenerestelibro.PiensoenJusticeBekebeke,pienso en Walter Sisulu y Ahmed Kathrada, pienso en mi viejo amigo MandlaMthembu (que salvó mi vida al menos en una ocasión), pienso en Kader Asmal,TerrorLekota,JohnBattersby,DuduChili,CyrilRamaphosa,ShaunJohnson,RonnieKasrils, Jacques Pauw, Gill Marcus, Debora Patta, Carl Niehaus, Max du Preez,HenriettaMqokomiso, Halton Cheadle, Aziz Pahad, Ali Bacher, Anton Lubowski,AndyDurbach,BrianCurrin,DesmondTutu,TimSmith,JohnAllen,HelenSuzman,ypiensoeneldifunto,granBhekiMkhize,elhombremásbueno,valienteynoblequeheconocidojamásenningúnsitio.ÉliluminóSudáfricaparamícomoelsol.

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UNANOTASOBRELASFUENTES

Prácticamentetodoelmaterialdeestelibroestáextraídodeentrevistasquehiceespecíficamente para él entre 2000 y 2007, o a lo largo demi trabajo periodísticogeneraldesdequefuiaviviraSudáfrica,en1989.Unproyectoenelqueparticipédecerca,undocumental televisivosobreMandela,emitidoenPBS(TheLongWalkofNelson Mandela), SABC (The First Accused) y otros lugares en 1999, resultóespecialmente valioso. También me resultaron útiles varios libros, entre ellos: laautobiografíadeNelsonMandela,LongWalktoFreedom[Ellargocaminohacialalibertad]; el libro de Anthony Sampson Mandela: The Authorized Biography;RainbowWarrior,deFrançoisPienaar;DaysoftheGenerals,deHiltonHamann;OneTeam,OneCountry,deEdwardGriffiths;AnatomyofaMiracle,dePattiWaldmeir;OneStepBehindMandela, deRorySteyn yDebora Patta;Apartheid: The LighterSide,deBenMaclennan;TheOtherSideofHistory,deFrederikvanZylSlabbert;yACommonPurpose:TheStoryoftheUpington25,deAndreaDurbach.

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