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Enfermo en Veracruz, recuerdo un día del Sur, mi tierra, un día de plata como un rápido pez en el agua del cielo. Loncoche, Lonquimay, Carahue, desde arriba esparcidos, rodeados por silencio y raíces, sentados en sus tronos de cueros y maderas. El Sur es un caballo echado a pique coronado con lentos árboles y rocío, cuando levanta el verde hocico caen las gotas, la sombra de su cola moja el gran archipiélago y en su intestino crece el carbón venerado. Nunca más, dime, sombra, nunca más, dime, mano, nunca más, dime, pie, puerta, pierna, combate, trastornarás la selva, el camino, la espiga, la niebla, el frío, lo que, azul, determinaba cada uno de tus pasos sin cesar consumidos? Cielo, déjame un día de estrella a estrella irme pisando luz y pólvora, destrozando mi sangre hasta llegar al nido de la lluvia! Quiero ir detrás de la madera por el río Toltén fragante, quiero salir de los aserraderos, entrar en las cantinas con los pies empapados, guiarme por la luz del avellano eléctrico, tenderme junto al excremento de las vacas, morir y revivir mordiendo trigo. Océano, tráeme un día del Sur, un día agarrado a tus olas, un día de árbol mojado, trae un viento azul polar a mi bandera fría! "Quiero volver al sur: 1941" (CG). "Neruda ni es un vertebrado ni es un renacuajo: es un molusco con la técnica del boomerang, y su expresión, el caracol, lo torna redondo y hacia adentro, (elefantiásico albatros de espanto, que invadió y profanó los nidos ajenos), por debajo, subterráneo, mojado, royendo y mordiendo vestigios, entre los humos de la tierra preñada de gusanos y libertad, como un muerto con poncho llovido, y siempre echado, agazapado... porque él no es marino, vertical, oceánico, sino dramáticamente logrado para el pantano. Neruda no actúa, resbala... Corazón de hipopótamo, sumergido e inhibido, es temiblemente presente, porque su personalidad está enrollada, encadenada como culebra a la potencia del ser inerte, avizorando a la espera de la presa del pulpo, a la cual envenena con premeditación, y atraviesa de pus, antes de chuparle las entrañas... Porque este hombre gangoso y tronchado, sin acometida varonil, con pelo gomoso y mano sudada y fría de ofidio, es tan peligroso como la frágil y débil víbora, pues, precisamente, lo rodea la indiferencia oscura, premeditada y el “shock” volcado en la caída feroz del introvertido, que engulle con el rencor carnívoro, atroz, de los descalcificados feroces, que actúan por presencia. Pablo Neruda es sujeto de invierno y de retraimiento, al cual la vanidad, cuando lo azotó en la opinión pública, le desgarró el espinazo, pero le triplicó el apetito de fantasma. Y de pitecantropo vegetariano, encanecido en las lagunas o en los charcos usados a los que bajaron sus antepasados, cuando degeneraron buscando los sagrados barros originarios, se convirtió en bebedor y gustador de vinos, y en el administrador ruidoso del enorme fraude de su poesía". PABLO DE ROKHA. En defensa y escarnio de Neruda 39 años después de la muerte del genio. Colegio Profesores Tco Setiembre 2012 http://mesajuanpabloampuero.blogspot.com

En defensa (y escarnio) de Neruda

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Tríptico nerudiano con la ocasión del 39 aniversario de su muerte.

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Page 1: En defensa (y escarnio) de Neruda

Enfermo en Veracruz, recuerdo un día del Sur, mi tierra, un día de plata como un rápido pez en el agua del cielo. Loncoche, Lonquimay, Carahue, desde arriba esparcidos, rodeados por silencio y raíces, sentados en sus tronos de cueros y maderas. El Sur es un caballo echado a pique coronado con lentos árboles y rocío, cuando levanta el verde hocico caen las gotas, la sombra de su cola moja el gran archipiélago y en su intestino crece el carbón venerado. Nunca más, dime, sombra, nunca más, dime, mano, nunca más, dime, pie, puerta, pierna, combate, trastornarás la selva, el camino, la espiga, la niebla, el frío, lo que, azul, determinaba cada uno de tus pasos sin cesar consumidos? Cielo, déjame un día de estrella a estrella irme pisando luz y pólvora, destrozando mi sangre hasta llegar al nido de la lluvia! Quiero ir detrás de la madera por el río Toltén fragante, quiero salir de los aserraderos, entrar en las cantinas con los pies empapados, guiarme por la luz del avellano eléctrico, tenderme junto al excremento de las vacas, morir y revivir mordiendo trigo. Océano, tráeme un día del Sur, un día agarrado a tus olas, un día de árbol mojado, trae un viento azul polar a mi bandera fría!

"Quiero volver al sur: 1941" (CG).

"Neruda ni es un vertebrado ni es un renacuajo: es un molusco con la técnica del boomerang, y su expresión, el caracol, lo torna redondo y hacia adentro, (elefantiásico albatros de espanto, que invadió y profanó los nidos ajenos), por debajo, subterráneo, mojado, royendo y mordiendo vestigios, entre los humos de la tierra preñada de gusanos y libertad, como un muerto con poncho llovido, y siempre echado, agazapado... porque él no es marino, vertical, oceánico, sino dramáticamente logrado para el pantano. Neruda no actúa, resbala... Corazón de hipopótamo, sumergido e inhibido, es temiblemente presente, porque su personalidad está enrollada, encadenada como culebra a la potencia del ser inerte, avizorando a la espera de la presa del pulpo, a la cual envenena con premeditación, y atraviesa de pus, antes de chuparle las entrañas... Porque este hombre gangoso y tronchado, sin acometida varonil, con pelo gomoso y mano sudada y fría de ofidio, es tan peligroso como la frágil y débil víbora, pues, precisamente, lo rodea la indiferencia oscura, premeditada y el “shock” volcado en la caída feroz del introvertido, que engulle con el rencor carnívoro, atroz, de los descalcificados feroces, que actúan por presencia. Pablo Neruda es sujeto de invierno y de retraimiento, al cual la vanidad, cuando lo azotó en la opinión pública, le desgarró el espinazo, pero le triplicó el apetito de fantasma. Y de pitecantropo vegetariano, encanecido en las lagunas o en los charcos usados a los que bajaron sus antepasados, cuando degeneraron buscando los sagrados barros originarios, se convirtió en bebedor y gustador de vinos, y en el administrador ruidoso del enorme fraude de su poesía". PABLO DE ROKHA.

En defensa y escarnio de

Neruda

39 años después

de la muerte del genio.

Colegio Profesores Tco

Setiembre 2012

http://mesajuanpabloampuero.blogspot.com

Page 2: En defensa (y escarnio) de Neruda

No sé cuándo llegamos a Temuco. Fue impreciso nacer y fue tardío nacer de veras, lento, y palpar, conocer, odiar, amar, todo esto tiene flor y tiene espinas. Del pecho polvoriento de mi patria me llevaron sin habla hasta la lluvia de la Araucanía. Las tablas de la casa olían a bosque, a selva pura. Desde entonces mi amor fue maderero y lo que toco se convierte en bosque. Se me confunden los ojos y las hojas, ciertas mujeres con la primavera del avellano, el hombre con el árbol, amo el mundo del viento y del follaje, no distingo entre labios y raíces. Del hacha y de la lluvia fue creciendo la ciudad maderera recién cortada como nueva estrella con gotas de resina, y el serrucho y la sierra se amaban noche y día cantando, trabajando, y ese sonido agudo de cigarra levantando un lamento en la obstinada soledad, regresa al propio canto mío: mi corazón sigue cortando el bosque, cantando con las sierras en la lluvia, moliendo frío y aserrín y aroma.

LA CASA DE NERUDA

Si en el mapa del mundo aparece Temuco, no se engañen, es por Neruda. Y Neruda está en todas partes. Tiene en Francia calles a cientos, en la Italia de Dante, él es el poeta popular. En todas partes suena como una montaña legendaria. ¿Y su ciudad, qué le tributa? A duras penas el liceo donde estudió lleva su nombre -aún le llaman A-28 por algún tipo de rutina. Cierto que los trenes recuerdan –quizás breve, indirectamente- la maquinaria nerudiana. Si Valparaíso brilla, si Isla Negra es reconocida por todos los puntos del globo, si en Santiago suena su casa, ¿por qué Temuco no se enciende con la palabra del poeta? La casa de su mocedad, ¿quién la visitó, dónde ha quedado? ¿No saben acaso que la infancia contiene en su lluvia también las últimas palabras? Llegan turistas a Dublín y allí recuerdan el Ulises, en España tiene la ruta de Don Quijote peregrinos. Hay turistas que apenas leen, y hay otro tipo de turistas que sigue caminos de tinta. ¿Por qué no recuperaremos la casa del poeta niño? Los curiosos y nerudianos -por la red- se encaminarían hasta su casa de Temuco. Tal vez esta sea la casa más trascendente del poeta, la casa que le vio nacer a la poesía; si de Gabriela Mistral visitamos hoy su casita de Montegrande –lugar de peregrinación- ¿no nos darán otra versión del poeta desaforado los leves muros de su niñez contenida como los sueños? Créanme, no existe en el mundo un poeta más popular que Neruda. Temuco tiene el privilegio de albergar sus comienzos como poeta, y aún más, la lluvia de su infancia, que fue voz de toda su vida. Muchos ven Temuco en el mapa porque lo hallaron en Neruda. Sería bueno que Temuco le compusiera sus laureles. Ganarían todos con él. Javier Aguirre.

L U N A (*) Cuando nací mi madre se moría con una santidad de ánima en pena. Era su cuerpo transparente. Ella tenía bajo la carne un luminar de estrellas. Ella murió. Y nací. Por eso llevo un invisible río entre las venas, un invencible canto de crepúsculo que me enciende la risa i me la hiela. Ella pintó a la vida que nacía su estéril ramazón de vida enferma. El marfil de sus manos moribundas tornó amarilla en mí la luna llena... Por eso hermano – está tan triste el campo detrás de las vidrieras transparentes... – Esta luna amarilla de mi vida me hace ser un retorno de la muerte. (*) Poema escrito aproximadamente hacia 1920.