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“En los orígenes de la depresión; la perspectiva relacional entre hipótesis biológicas y mediaciones sociales” Luis Fabian Hincapie Castro 72091031 Reseña Un inconveniente general que se ha tenido en la práctica clínica es el de elaborar y formular un modelo de intervención terapéutica que permita abordar el trastorno de la Depresión de una forma general en la que se reconozca factores y elementos comunes en la adquisición y posterior desarrollo del trastorno, esto se debe en parte, a la multiplicidad y variedad de clasificaciones y categorías que en los últimos decenios han propuesto y establecido varios investigadores y especialistas en la materia, sin embargo es necesario establecer una teoría que aborde y abarque de una forma general y global el trastorno de la depresión, por lo que como primer paso a seguir, es necesario reconocer los elementos de fondo que poseen en común todos los tipos de depresión que se conocen y se mencionan en la literatura. Como primera medida es necesario reconocer la etiología y causa de la depresión y en tal caso se puede afirmar que dicho trastorno es producto de “elementos individuales del paciente, elementos bioquímicos, cognitivos, familiares y de interacción social” que influyen y contribuyen a la adopción, desarrollo y mantenimiento de la patología, es por ello que para el estudio del trastorno es necesario articular e integrar un gran número de elementos que determinan el trastorno para así comprender la dinámica del mismo en el individuo y proponer modelos de intervención que busquen restablecer el estado “normal” del paciente. Es imposible desconocer la fuerte influencia familiar en el trastorno, pero lo es aún más ignorar el alto grado de afectación que el trastorno genera en el entorno familiar, es por ello que uno de los principales intereses en el estudio del trastorno es el de conceptualizar la depresión; la depresión no es más que una desadaptación conductual generada por situaciones estresantes y displacenteras del contexto del individuo, las cuales se integran con elementos de predisposición biológica y genética, así como un mal desarrollo en las relaciones interpersonales y un conflicto intrapersonal. Sentando estos

En Los Orígenes de La Depresión

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reseña sobre el estudio actual de la depresión, factores en común en el desarrollo de la misma y relación entre determinantes biológicos y sociales e su desarrollo.

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Page 1: En Los Orígenes de La Depresión

“En los orígenes de la depresión; la perspectiva relacional entre hipótesis biológicas y mediaciones sociales”

Luis Fabian Hincapie Castro 72091031

Reseña

Un inconveniente general que se ha tenido en la práctica clínica es el de elaborar y formular un modelo de intervención terapéutica que permita abordar el trastorno de la Depresión de una forma general en la que se reconozca factores y elementos comunes en la adquisición y posterior desarrollo del trastorno, esto se debe en parte, a la multiplicidad y variedad de clasificaciones y categorías que en los últimos decenios han propuesto y establecido varios investigadores y especialistas en la materia, sin embargo es necesario establecer una teoría que aborde y abarque de una forma general y global el trastorno de la depresión, por lo que como primer paso a seguir, es necesario reconocer los elementos de fondo que poseen en común todos los tipos de depresión que se conocen y se mencionan en la literatura.

Como primera medida es necesario reconocer la etiología y causa de la depresión y en tal caso se puede afirmar que dicho trastorno es producto de “elementos individuales del paciente, elementos bioquímicos, cognitivos, familiares y de interacción social” que influyen y contribuyen a la adopción, desarrollo y mantenimiento de la patología, es por ello que para el estudio del trastorno es necesario articular e integrar un gran número de elementos que determinan el trastorno para así comprender la dinámica del mismo en el individuo y proponer modelos de intervención que busquen restablecer el estado “normal” del paciente. Es imposible desconocer la fuerte influencia familiar en el trastorno, pero lo es aún más ignorar el alto grado de afectación que el trastorno genera en el entorno familiar, es por ello que uno de los principales intereses en el estudio del trastorno es el de conceptualizar la depresión; la depresión no es más que una desadaptación conductual generada por situaciones estresantes y displacenteras del contexto del individuo, las cuales se integran con elementos de predisposición biológica y genética, así como un mal desarrollo en las relaciones interpersonales y un conflicto intrapersonal. Sentando estos aspectos pasaremos ahora a describir la dinámica de desarrollo del trastorno en el individuo y de la forma como opera y funciona en el ambiente social. La dinámica de la depresión se caracteriza por un fenómeno de delegación en el que el individuo afectado confiere la responsabilidad de su mejoría a sus familiares en primer medida y posteriormente al terapeuta o a la persona que asuma la situación, de igual forma en el entorno familiar, los parientes asumen parcialmente la responsabilidad, pero impulsan y animan al deprimido para que retome y recupere dicha responsabilidad, esta conducta de delegación puede tener dos términos, en el primero la delegación es exitosa y el individuo deprimido empieza su proceso de estabilización, en el segundo caso la delegación fracasa y el individuo experimenta una sensación profunda de frustración y de desesperanza en obtener una mejoría y un recobro del estado normal de su condición anímica. En la práctica terapéutica la función fundamental del profesional clínico será principalmente la de desresponsabilizar al paciente de su trastorno, iniciando una dinámica de delegación en la que permite que el paciente le confiera a él la responsabilidad de su mejoría, pero demandándole disposición a acceder a condiciones y requerimientos que este le exija para iniciar su proceso de intervención, sin estos requisitos es improbable que la terapia sea fructífera y que el paciente pueda recuperarse, ya que una solución inmediata y sin la participación y colaboración del paciente seguirá siendo una de las más grandes utopías de la clínica y la practica terapéutica.