En memoria de Paulina - Bioy Casares.doc

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  • 5/19/2018 En memoria de Paulina - Bioy Casares.doc

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    En memoria de Paulina[Cuento. Texto completo.]

    Adolfo Bioy Casares

    Siempre quise a Paulina. En uno de mis primeros recuerdos, Paulina y yo estamos ocultos enuna oscura glorieta de laureles, en un ard!n con dos leones de piedra. Paulina me dio" #e gustael a$ul, me gustan las u%as, me gusta el &ielo, me gustan las rosas, me gustan los ca'allos'lancos. (o comprend! que mi felicidad &a'!a empe$ado, porque en esas preferencias pod!aidentificarme con Paulina. )os parecimos tan milagrosamente que en un li'ro so're la finalreuni*n de las almas en el alma del mundo, mi amiga escri'i* en el margen"Las nuestras ya sereunieron. +)uestras+ en aquel tiempo, significa'a la de ella y la m!a.

    Para explicarme ese parecido argument que yo era un apresurado y remoto 'orrador dePaulina. -ecuerdo que anot en mi cuaderno" Todo poema es un borrador de la Poesa y encada cosa hay una prefiguracin de Dios. Pens tam'in" En lo que me pare$ca a Paulina estoya sal%o. e!a /y a0n &oy %eo1 la identificaci*n con Paulina como la meor posi'ilidad de mi ser,

    como el refugio en donde me li'rar!a de mis defectos naturales, de la torpe$a, de la negligencia,de la %anidad.

    2a %ida fue una dulce costum're que nos lle%* a esperar, como algo natural y cierto, nuestrofuturo matrimonio. 2os padres de Paulina, insensi'les al prestigio literario prematuramentealcan$ado, y perdido, por m!, prometieron dar el consentimiento cuando me doctorara. #uc&as%eces nosotros imagin3'amos un ordenado por%enir, con tiempo suficiente para tra'aar, para%iaar y para querernos. 2o imagin3'amos con tanta %i%ide$ que nos persuad!amos de que ya%i%!amos untos.

    4a'lar de nuestro casamiento no nos induc!a a tratarnos como no%ios. Toda la infancia la

    pasamos untos y segu!a &a'iendo entre nosotros una pudorosa amistad de ni5os. )o me atre%!aa encarnar el papel de enamorado y a decirle, en tono solemne" Te quiero. Sin em'argo, c*mo laquer!a, con qu amor at*nito y escrupuloso yo mira'a su resplandeciente perfecci*n .

    A Paulina le agrada'a que yo reci'iera amigos. Prepara'a todo, atend!a a los in%itados, y,secretamente, uga'a a ser due5a de casa. Confieso que esas reuniones no me alegra'an. 2a queofrecimos para que 6ulio #ontero conociera a escritores no fue una excepci*n.

    2a %!spera, #ontero me &a'!a %isitado por primera %e$. Esgrim!a, en la ocasi*n, un copiosomanuscrito y el desp*tico derec&o que la o'ra indita confiere so're el tiempo del pr*imo. 7nrato despus de la %isita yo &a'!a ol%idado esa cara &irsuta y casi negra. En lo que se refiere alcuento que me ley* 8#ontero me &a'!a encarecido que le diera con toda sinceridad si el

    impacto de su amargura resulta'a demasiado fuerte8, acaso fuera nota'le porque re%ela'a un%ago prop*sito de imitar a escritores positi%amente di%ersos. 2a idea central era que si unadeterminada melod!a surge de una relaci*n entre el %iol!n y los mo%imientos del %iolinista, deuna determinada relaci*n entre mo%imiento y materia surg!a el alma de cada persona. El &roedel cuento fa'rica'a una m3quina para producir almas /una suerte de 'astidor, con maderas ypiolines1. 9espus el &roe mor!a. ela'an y enterra'an el cad3%er: pero l esta'a secretamente%i%o en el 'astidor. 4acia el 0ltimo p3rrafo, el 'astidor aparec!a, unto a un estereoscopio y untr!pode con una piedra de galena, en el cuarto donde &a'!a muerto una se5orita.

    Cuando logr apartarlo de los pro'lemas de su argumento, #ontero manifest* una extra5aam'ici*n por conocer a escritores.

    8uel%a ma5ana por la tarde 8le die8. 2e presentar a algunos.

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    Se descri'i* a s! mismo como un sal%ae y acept* la in%itaci*n. ;ui$3 mo%ido por el agrado de%erlo partir, 'a con l &asta la puerta de calle. Cuando salimos del ascensor, #onterodescu'ri* el ard!n que &ay en el patio. A %eces, en la tenue lu$ de la tarde, %indolo a tra%s delport*n de %idrio que lo separa del &all, ese diminuto ard!n sugiere la misteriosa imagen de un'osque en el fondo de un lago. 9e noc&e, proyectores de lu$ lila y de lu$ anaranada locon%ierten en un &orri'le para!so de caramelo. #ontero lo %io de noc&e.

    82e ser franco8me dio, resign3ndose a quitar los oos del ard!n8. 9e cuanto &e %isto en la casaesto es lo m3s interesante.

    Al otro d!a Paulina lleg* temprano: a las cinco de la tarde ya ten!a todo listo para el reci'o. 2emostr una estatuita c&ina, de piedra %erde, que yo &a'!a comprado esa ma5ana en unanticuario. Era un ca'allo sal%ae, con las manos en el aire y la crin le%antada. El %endedor measegur* que sim'oli$a'a la pasi*n.

    Paulina puso el ca'allito en un estante de la 'i'lioteca y exclam*" Es &ermoso como la primerapasi*n de una %ida. Cuando le die que se lo regala'a, impulsi%amente me ec&* los 'ra$os al

    cuello y me 'es*.

    Tomamos el t en el antecomedor. 2e cont que me &a'!an ofrecido una 'eca para estudiar dosa5os en 2ondres. 9e pronto cre!mos en un inmediato casamiento, en el %iae, en nuestra %ida enC*mo an&el decirle que la quer!a? Tom la firme resoluci*n dea'andonar esa misma noc&e mi pueril y a'surda %erg@en$a de &a'larle de amor. Si a&orapudiera /suspir1 comunicarle mi pensamiento. En su mirada palpit* una generosa, alegre ysorprendida gratitud.

    Paulina me pregunt* en qu poema un &om're se alea tanto de una muer que no la saludacuando la encuentra en el cielo. (o sa'!a que el poema era de Broning y %agamente recorda'alos %ersos. Pas el resto de la tarde 'usc3ndolos en la edici*n de xford. Si no me dea'an conPaulina, 'uscar algo para ella era preferi'le a con%ersar con otras personas, pero esta'asingularmente ofuscado y me pregunt si la imposi'ilidad de encontrar el poema no entra5a'aun presagio. #ir &acia la %entana. 2uis Al'erto #organ, el pianista, de'i* de notar miansiedad, porque me dio"

    8Paulina est3 mostrando la casa a #ontero.

    #e encog! de &om'ros, ocult apenas el fastidio y simul interesarme, de nue%o, en el li'ro deBroning. 'licuamente %i a #organ entrando en mi cuarto. Pens" a a llamarla. En seguidareapareci* con Paulina y con #ontero.

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    Por fin alguien se fue: despus, con despreocupaci*n y lentitud partieron otros. 2leg* unmomento en que s*lo quedamos Paulina, yo y #ontero. Entonces, como lo tem!, exclam*Paulina"

    8Es muy tarde. #e %oy.

    #ontero inter%ino r3pidamente"

    8Si me permite, la acompa5ar &asta su casa.

    8(o tam'in te acompa5ar 8respond!.

    2e &a'l a Paulina, pero mir a #ontero. Pretend! que los oos le comunicaran mi desprecio ymi odio.

    Al llegar a'ao, ad%ert! que Paulina no ten!a el ca'allito c&ino. 2e die"

    84as ol%idado mi regalo.

    Su'! al departamento y %ol%! con la estatuita . 2os encontr apoyados en el port*n de %idrio,mirando el ard!n. Tom del 'ra$o a Paulina y no permit! que #ontero se le acercara por el otrolado. En la con%ersaci*n prescind! ostensi'lemente de #ontero.

    )o se ofendi*. Cuando nos despedimos de Paulina, insisti* en acompa5arme &asta casa. En eltrayecto &a'l* de literatura, pro'a'lemente con sinceridad y con fer%or. #e die" l es elliterato: yo soy un &om're cansado, fr!%olamente preocupado con una muer. Consider laincongruencia que &a'!a entre su %igor f!sico y su de'ilidad literaria. Pens" una capara$*n loprotege: no le llega lo que siente el interlocutor. #ir con odio sus oos despiertos, su 'igote

    &irsuto, su pescue$o fornido.

    Aquella semana casi no %i a Paulina. Estudi muc&o. 9espus del 0ltimo examen, la llam portelfono. #e felicit* con una insistencia que no parec!a natural y dio que al fin de la tarde ir!a acasa.

    9orm! la siesta, me 'a5 lentamente y esper a Paulina &oeando un li'ro so're los Faustosde#@ller y de 2essing.

    Al %erla, exclam"

    8Est3s cam'iada.

    8Si 8respondi*8. >C*mo nos conocemos? )o necesito &a'lar para que sepas lo que siento.

    )os miramos en los oos, en un xtasis de 'eatitud.

    8Dracias 8contest.

    )ada me conmo%!a tanto como la admisi*n, por parte de Paulina, de la entra5a'le conformidadde nuestras almas. Confiadamente me a'andon a ese &alago. )o s cu3ndo me pregunt/incrdulamente1 si las pala'ras de Paulina ocultar!an otro sentido. Antes de que yo consideraraesta posi'ilidad, Paulina emprendi* una confusa explicaci*n. ! de pronto"

    8Esa primera tarde ya est3'amos perdidamente enamorados

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    #e pregunt quines esta'an enamorados. Paulina continu*.

    8Es muy celoso. )o se opone a nuestra amistad, pero le ur que, por un tiempo, no te %er!a.

    (o espera'a, a0n, la imposi'le aclaraci*n que me tranquili$ara. )o sa'!a si Paulina &a'la'a en

    'roma o en serio. )o sa'!a qu expresi*n &a'!a en mi rostro. )o sa'!a lo desgarradora que erami congoa. Paulina agreg*"

    8#e %oy. 6ulio est3 esper3ndome. )o su'i* para no molestarnos.

    8;uinF 8pregunt.

    En seguida tem! 8como si nada &u'iera ocurrido8 que Paulina descu'riera que yo era unimpostor y que nuestras almas no esta'an tan untas.

    Paulina contest* con naturalidad"

    86ulio #ontero.

    2a respuesta no pod!a sorprenderme: sin em'argo, en aquella tarde &orri'le, nada me conmo%i*tanto como esas dos pala'ras. Por primera %e$ me sent! leos de Paulina. Casi con desprecio lepregunt"

    8an a casarseF

    )o recuerdo qu me contest*. Creo que me in%it* a su casamiento.

    9espus me encontr solo. Todo era a'surdo. )o &a'!a una persona m3s incompati'le con

    Paulina /y conmigo1 que #ontero. me equi%oca'aF Si Paulina quer!a a ese &om're, tal %e$nunca se &a'!a parecido a m!. 7na a'uraci*n no me 'ast*: descu'r! que muc&as %eces yo &a'!aentre%isto la espantosa %erdad.

    Esta'a muy triste, pero no creo que sintiera celos. #e acost en la cama, 'oca a'ao. Al estiraruna mano, encontr el li'ro que &a'!a le!do un rato antes. 2o arro leos de m!, con asco .

    Sal! a caminar. En una esquina mir una calesita. #e parec!a imposi'le seguir %i%iendo esatarde.

    9urante a5os la record y como prefer!a los dolorosos momentos de la ruptura /porque los &a'!a

    pasado con Paulina1 a la ulterior soledad, los recorr!a y los examina'a minuciosamente y %ol%!aa %i%irlos. En esta angustiada ca%ilaci*n cre!a descu'rir nue%as interpretaciones para los &ec&os.As!, por eemplo, en la %o$ de Paulina declar3ndome el nom're de su amado, sorprend! unaternura que, al principio, me emocion*. Pens que la muc&ac&a me ten!a l3stima y me conmo%i*su 'ondad como antes me conmo%!a su amor. 2uego, recapacitando, dedue que esa ternura noera para m! sino para el nom're pronunciado.

    Acept la 'eca, y, silenciosamente, me ocup en los preparati%os del %iae. Sin em'argo, lanoticia trascendi*. En la 0ltima tarde me %isit* Paulina.

    #e sent!a aleado de ella, pero cuando la %i me enamor de nue%o. Sin que Paulina lo diera,comprend! que su aparici*n era furti%a. 2a tom de las manos, trmulo de agradecimiento.Paulina exclam*"

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    8Siempre te querr. 9e alg0n modo, siempre te querr m3s que a nadie.

    Tal %e$ crey* que &a'!a cometido una traici*n. Sa'!a que yo no duda'a de su lealtad &acia#ontero, pero como disgustada por &a'er pronunciado pala'ras que entra5aran 8si no para m!,para un testigo imaginario8 una intenci*n desleal, agreg* r3pidamente"

    8Es claro, lo que siento por ti no cuenta. Estoy enamorada de 6ulio.

    Todo lo dem3s, dio, no ten!a importancia. El pasado era una regi*n desierta en que ella &a'!aesperado a #ontero. 9e nuestro amor, o amistad, no se acord*.

    9espus &a'lamos poco. (o esta'a muy resentido y fing! tener prisa. 2a acompa5 en elascensor. Al a'rir la puerta retum'*, inmediata, la llu%ia.

    8Buscar un tax!metro 8die.

    Con una s0'ita emoci*n en la %o$, Paulina me grit*"

    8Adi*s, querido.

    Cru$*, corriendo, la calle y desapareci* a lo leos. #e %ol%!, tristemente. Al le%antar los oos %ia un &om're aga$apado en el ard!n. El &om're se incorpor* y apoy* las manos y la cara contrael port*n de %idrio. Era #ontero.

    -ayos de lu$ lila y de lu$ anaranada se cru$a'an so're un fondo %erde, con 'oscaes oscuros.2a cara de #ontero, apretada contra el %idrio moado, parec!a 'lanquecina y deforme.

    Pens en acuarios, en peces en acuarios. 2uego, con fr!%ola amargura, me die que la cara de

    #ontero suger!a otros monstruos" los peces deformados por la presi*n del agua, que &a'itan elfondo del mar.

    Al otro d!a, a la ma5ana, me em'arqu. 9urante el %iae, casi no sal! del camarote. Escri'! yestudi muc&o.

    ;uer!a ol%idar a Paulina. En mis dos a5os de

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    8Tostado o 'lancoF

    2e contest, como siempre"

    8Blanco.

    ol%! a casa. Era un d!a claro como un cristal y muy fr!o.

    #ientras prepara'a el caf pens en Paulina. 4acia el fin de la tarde sol!amos tomar una ta$a decaf negro.

    Como en un sue5o pas de una afa'le y ecu3nime indiferencia a la emoci*n, a la locura, que meproduo la aparici*n de Paulina. Al %erla ca! de rodillas, &und! la cara entre sus manos y llorpor primera %e$ todo el dolor de &a'erla perdido.

    Su llegada ocurri* as!" tres golpes resonaron en la puerta: me pregunt quin ser!a el intruso:pens que por su culpa se enfriar!a el caf: a'r!, distra!damente.

    2uego 8ignoro si el tiempo transcurrido fue muy largo o muy 're%e8 Paulina me orden* que lasiguiera. Comprend! que ella esta'a corrigiendo, con la persuasi*n de los &ec&os, los antiguoserrores de nuestra conducta. #e parece /pero adem3s de recaer en los mismos errores, soy infiela esa tarde1 que los corrigi* con excesi%a determinaci*n . Cuando me pidi* que la tomara de lamano /+>2a mano?+, me dio. +>A&ora?+1 me a'andon a la dic&a. )os miramos en los oos y,como dos r!os confluentes, nuestras almas tam'in se unieron. Afuera, so're el tec&o, contra lasparedes, llo%!a.

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    Cuando llegu a casa %i que eran las nue%e. )o ten!a ganas de salir a comer: la posi'ilidad deencontrarme con alg0n conocido, me aco'arda'a. Prepar un poco de caf. Tom dos o tresta$as y mord! la punta de un pan.

    )o sa'!a siquiera cu3ndo %ol%er!amos a %ernos. ;uer!a &a'lar con Paulina. ;uer!a pedirle que

    me aclarara unas dudas /unas dudas que me atormenta'an y que ella aclarar!a sin dificultad1. 9epronto, mi ingratitud me asust*. El destino me depara'a toda la dic&a y yo no esta'a contento.Esa tarde era la culminaci*n de nuestras %idas. Paulina lo &a'!a comprendido as!. (o mismo lo&a'!a comprendido. Por eso casi no &a'lamos. /4a'lar, &acer preguntas &u'iera sido, en ciertomodo, diferenciarnos.1

    #e parec!a imposi'le tener que esperar &asta el d!a siguiente para %er a Paulina. Con premiosoali%io determin que ir!a esa misma noc&e a casa de #ontero. 9esist! muy pronto: sin &a'larantes con Paulina, no pod!a %isitarlos. -esol%! 'uscar a un amigo 82uis Al'erto #organ mepareci* el m3s indicado8 y pedirle que me contara cuanto supiera de la %ida de Paulina durantemi ausencia.

    2uego pens que lo meor era acostarme y dormir. 9escansado, %er!a todo con m3scomprensi*n. Por otra parte, no esta'a dispuesto a que me &a'laran fr!%olamente de Paulina. Alentrar en la cama tu%e la impresi*n de entrar en un cepo /record, tal %e$, noc&es de insomnio,en que uno se queda en la cama para no reconocer que est3 des%elado1. Apagu la lu$.

    )o ca%ilar!a m3s so're la conducta de Paulina. Sa'!a demasiado poco para comprender lasituaci*n. (a que no pod!a &acer un %ac!o en la mente y dear de pensar, me refugiar!a en elrecuerdo de esa tarde.

    Seguir!a queriendo el rostro de Paulina aun si encontra'a en sus actos algo extra5o y &ostil queme alea'a de ella. El rostro era el de siempre, el puro y mara%illoso que me &a'!a querido antes

    de la a'omina'le aparici*n de #ontero. #e die" 4ay una fidelidad en las caras, que las almasqui$3 no comparten.

    todo era un enga5oF (o esta'a enamorado de una ciega proyecci*n de mis preferencias yrepulsionesF )unca &a'!a conocido a PaulinaF

    Eleg! una imagen de esa tarde 8Paulina ante la oscura y tersa profundidad del espeo8 y procure%ocarla. Cuando la entre%!, tu%e una re%elaci*n instant3nea" duda'a porque me ol%ida'a dePaulina. ;uise consagrarme a la contemplaci*n de su imagen. 2a fantas!a y la memoria sonfacultades capric&osas" e%oca'a el pelo despeinado, un pliegue del %estido, la %aga penum'racircundante, pero mi amada se des%anec!a.

    #uc&as im3genes, animadas de ine%ita'le energ!a, pasa'an ante mis oos cerrados. 9e pronto&ice un descu'rimiento. Como en el 'orde oscuro de un a'ismo, en un 3ngulo del espeo, a laderec&a de Paulina, apareci* el ca'allito de piedra %erde.

    2a %isi*n, cuando se produo, no me extra5*: s*lo despus de unos minutos record que laestatuita no esta'a en casa. (o se la &a'!a regalado a Paulina &ac!a dos a5os.

    #e die que se trata'a de una superposici*n de recuerdos anacr*nicos /el m3s antiguo, delca'allito: el m3s reciente, de Paulina1. 2a cuesti*n queda'a dilucidada, yo esta'a tranquilo yde'!a dormirme. =ormul entonces una reflexi*n %ergon$osa y, a la lu$ de lo que a%eriguar!adespus, pattica. +Si no me duermo pronto+, pens, +ma5ana estar demacrado y no le gustar a

    Paulina+.

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    Al rato ad%ert! que mi recuerdo de la estatuita en el espeo del dormitorio no era ustifica'le.)unca la puse en el dormitorio. En casa, la %i 0nicamente en el otro cuarto /en el estante o enmanos de Paulina o en las m!as1.

    Aterrado, quise mirar de nue%o esos recuerdos. El espeo reapareci*, rodeado de 3ngeles y de

    guirnaldas de madera, con Paulina en el centro y el ca'allito a la derec&a. (o no esta'a segurode que refleara la &a'itaci*n. Tal %e$ la reflea'a, pero de un modo %ago y sumario. En cam'ioel ca'allito se enca'rita'a n!tidamente en el estante de la 'i'lioteca. 2a 'i'lioteca a'arca'a todoel fondo y en la oscuridad lateral ronda'a un nue%o personae, que no reconoc! en el primermomento. 2uego, con escaso inters, not que ese personae era yo.

    i el rostro de Paulina, lo %i entero /no por partes1, como proyectado &asta m! por la extremaintensidad de su &ermosura y de su triste$a. 9espert llorando.

    )o s desde cu3ndo dorm!a. S que el sue5o no fue in%enti%o. Continu*, insensi'lemente, misimaginaciones y reproduo con fidelidad las escenas de la tarde.

    #ir el relo. Eran las cinco. #e le%antar!a temprano y, aun a riesgo de enoar a Paulina, ir!a asu casa. Esta resoluci*n no mitig* mi angustia.

    #e le%ant a las siete y media, tom un largo 'a5o y me %est! despacio.

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    %o$ ceremoniosa, implaca'le y n!tida, que relata'a &ec&os incomprensi'les con la monstruosa ypersuasi%a con%icci*n de que eran familiares.

    #organ me comunic* lo siguiente" Sospec&ando que Paulina me %isitar!a, #ontero se ocult* enel ard!n de casa. 2a %io salir, la sigui*: la interpel* en la calle. Cuando se untaron curiosos, la

    su'i* a un autom*%il de alquiler. Andu%ieron toda la noc&e por la Costanera y por los lagos y, ala madrugada, en un &otel del Tigre, la mat* de un 'ala$o. Esto no &a'!a ocurrido la noc&eanterior a esa ma5ana: &a'!a ocurrido la noc&e anterior a mi %iae a Europa: &a'!a ocurrido&ac!a dos a5os.

    En los momentos m3s terri'les de la %ida solemos caer en una suerte de irresponsa'ilidadprotectora y en %e$ de pensar en lo que nos ocurre dirigimos la atenci*n a tri%ialidades. En esemomento yo le pregunt a #organ"

    8Te acuerdas de la 0ltima reuni*n, en casa, antes de mi %iaeF

    #organ se acorda'a. Continu"

    8Cuando notaste que yo esta'a preocupado y fuiste a mi dormitorio a 'uscar a Paulina, qu&ac!a #onteroF

    8)ada 8contest* #organ, con cierta %i%acidad8. )ada. Sin em'argo, a&ora lo recuerdo" semira'a en el espeo.

    ol%!a a casa. #e cruc, en la entrada, con el portero. Afectando indiferencia, le pregunt"

    8Sa'e que muri* la se5orita PaulinaF

    8C*mo no %oy a sa'erloF 8respondi*8. Todos los diarios &a'laron del asesinato y yo aca'declarando en la polic!a.

    El &om're me mir* inquisiti%amente.

    82e ocurre algoF 8dio, acerc3ndose muc&o8. ;uiere que lo acompa5eF

    2e di las gracias y me escap &acia arri'a. Tengo un %ago recuerdo de &a'er forceeado con unalla%e: de &a'er recogido unas cartas, del otro lado de la puerta: de estar con los oos cerrados,tendido 'oca a'ao, en la cama.

    9espus me encontr frente al espeo, pensando" +2o cierto es que Paulina me %isit* anoc&e.#uri* sa'iendo que el matrimonio con #ontero &a'!a sido un equi%ocaci*n 8una equi%ocaci*natro$8 y que nosotros ramos la %erdad. ol%i* desde la muerte, para completar su destino,nuestro destino+. -ecord una frase que Paulina escri'i*, &ace a5os, en un li'ro"Nuestras almas

    ya se reunieron. Segu! pensando" +Anoc&e, por fin. En el momento en que la tom de la mano+.2uego me die" +Soy indigno de ella" &e dudado, &e sentido celos. Para quererme %ino desde lamuerte+.

    Paulina me &a'!a perdonado. )unca nos &a'!amos querido tanto. )unca estu%imos tan cerca.

    (o me de'at!a en esta em'riague$ de amor, %ictoriosa y triste, cuando me pregunt 8meordic&o, cuando mi cere'ro, lle%ado por el simple &3'ito de proponer alternati%as, se pregunt*8 si

    no &a'r!a otra explicaci*n para la %isita de anoc&e. Entonces, como una fulminaci*n, mealcan$* la %erdad.

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    ;uisiera descu'rir a&ora que me equi%oco de nue%o. Por desgracia, como siempre ocurrecuando surge la %erdad, mi &orri'le explicaci*n aclara los &ec&os que parec!an misteriosos.stos, por su parte, la confirman.

    )uestro po're amor no arranc* de la tum'a a Paulina. )o &u'o fantasma de Paulina. (o a'rac

    un monstruoso fantasma de los celos de mi ri%al.2a cla%e de lo ocurrido est3 oculta en la %isita que me &i$o Paulina en la %!spera de mi %iae.#ontero la sigui* y la esper* en el ard!n. 2a ri5* toda la noc&e y, porque no crey* en susexplicaciones 8c*mo ese &om're entender!a la pure$a de PaulinaF8 la mat* a la madrugada.

    2o imagin en su c3rcel, ca%ilando so're esa %isita, represent3ndosela con la cruel o'stinaci*nde los celos.

    2a imagen que entr* en casa, lo que despus ocurri* all!, fue una proyecci*n de la &orrendafantas!a de #ontero. )o lo descu'r! entonces, porque esta'a tan conmo%ido y tan feli$, que s*loten!a %oluntad para o'edecer a Paulina. Sin em'argo, los indicios no faltaron. Por eemplo, la

    llu%ia. 9urante la %isita de la %erdadera Paulina 8en la %!spera de mi %iae8 no o! la llu%ia.#ontero, que esta'a en el ard!n, la sinti* directamente so're su cuerpo. Al imaginarnos, crey*que la &a'!amos o!do. Por eso anoc&e o! llo%er. 9espus me encontr con que la calle esta'aseca.

    tro indicio es la estatuita. 7n solo d!a la tu%e en casa" el d!a del reci'o. Para #ontero qued*como un s!m'olo del lugar. Por eso apareci* anoc&e.

    )o me reconoc! en el espeo, porque #ontero no me imagin* claramente. Tampoco imagin* conprecisi*n el dormitorio. )i siquiera conoci* a Paulina. 2a imagen proyectada por #ontero seconduo de un modo que no es propio de Paulina. Adem3s, &a'la'a como l.

    7rdir esta fantas!a es el tormento de #ontero. El m!o es m3s real. Es la con%icci*n de quePaulina no %ol%i* porque estu%iera desenga5ada de su amor. Es la con%icci*n de que nunca fuisu amor. Es la con%icci*n de que #ontero no ignora'a aspectos de su %ida que s*lo &e conocidoindirectamente. Es la con%icci*n de que al tomarla de la mano 8en el supuesto momento de lareuni*n de nuestras almas8 o'edec! a un ruego de Paulina que ella nunca me dirigi* y que miri%al oy* muc&as %eces.

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