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En su estudio pude admirar telas que me impre- · del Crucifijo; " 1 sette peccati capital¡" ("Los siete pe-cados capitales") (colección d'Orta), síntesis de las más bajas pasiones

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De Michele D'Aniello, al que conozco desde hacevarios años, había admirado algunos cuadros presenta-dos en exhibiciones colectivas; pero, hasta ahora, nohabía profundizado en el conocimiento del hombre y elartista. El mismo me ofreció recientemente la oportuni-dad de hacerlo. Invitado amablemente por él, fui a suestudio, situado al comienzo de la vía dei Ponti Rossi,sobre la amena colina de Capodimonte: una zona en laque el verde resiste todavía, con tenacidad, contra la in-vasión del cemento árido y sofocante. Michele D'Aniello,que vivía hasta hace poco tiempo en la Villa Fragala, delsiglo XIX, situada también en la colina bucólica, ha esco-gido su nueva residencia en el Parco Diana, circundadode vegetación de un verde explosivo.

Michele D'Aniello, hombre del Sur (nació en Lipari,en la provincia de Messina, pasó su infancia en Parete, enla provincia de Caserta y de aquel pueblecito que le es tanquerido, me mostró algunos bosquejos muy, muy suges-tivos), con una cordialidad cautivante: la simpatía queemana de su persona, la exhuberancia tan mericional desus gestos y su forma de hablar, conquistan al interlo-cutor.

En su estudio pude admirar telas que me impre-sionaron fuertemente. D'Aniello es, verdaderamente, unode esos pintores que se pueden definir como eclécticos.El eclectismo de este artista ha sido puesto de relievepor muchos críticos, no sólo de Nápoles.

Antes de explayarme sobre su arte, deseo subrayarque también él, como tantos de sus colegas, al venir aNápoles, se ha quedado tan prendado de la fascinaciónque emana de la cornisa llena de belleza que circundaa la ciudad, que ha decidido echar en esta tierra sus raí-ces y establecerse definitivamente. Este pintor, con unacapacidad instintiva realmente soprendente, es un exce-lente paisajista y figurista, que se formó por sí solo,mediante el estudio de los aspectos multiformes de lanaturaleza y las representaciones de tipos humanos. Dela validez de su arte dan fe las decenas y decenas de pin-turas que enriquecen las colecciones de sus admiradoresde Nápoles y otros lugares. No sé si D'Aniello conoceeste precepto del divino Leonardo da Vinci: La figura noes loable más que si aparece algún acto que expreselas pasiones del alma . Probablemente no lo conoce; y espor esto que sorprende su arte como intérprete del almahumana, cuyas características representa siempre con unvigor muy incisivo. En El Arabe, pintado durante su en-carcelamiento en Egipto, ha captado felizmente la inten-sidad de la vida interior del oriental; el retrato del PapaJuan XXIII fue una soberbia afirmación, siendo él eltriunfador del concurso convocado por la Ciudad delVaticano (la reproducción en colores de esta obra, conlas facciones bonachonas del Vicario de Cristo que fueamado por toda la gente, adorna la cubierta de una*expléndida monografía compuesta por el periodista napo-litano Eugenio Cutolo). Y he aquí 1 figli di nessuno ("Loshijos de nadie") (colección Amodio), en los que la condi-ción de rechazados ha marcado sus rostros y plegado suslabios en un gesto dolorosamente amargo; "El Avaro",de mirada oblicua, ceñuda y suspicaz; "il bigotto" ("el

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beato ") (colección Lanzotti di Padova), de ojos semice-rrados y las manos sobre el rosario , expresando la mal-dad profunda, al orar a Dios con egoísmo e hipocresía;"La giusta vía " (" El camino justo"), que ofrece a la vistala figura absorta , que parece anularse en su adoracióndel Crucifijo; " 1 sette peccati capital¡" ("Los siete pe-cados capitales") (colección d'Orta), síntesis de lasmás bajas pasiones y los vicios más torpes que albergael alma humana , haciendo a los que son sus presas se-res despreciables, y "II primo debutto" ("La primera pre-sentación ") (colección Maffettone del Banco de Nápoles),en el que destaca la elegancia de las formas de las grá-ciles bailarinas.

Michele D ' Aniello ha sido definido como " El soldadode la paleta ", porque su actividad durante el serviciomilitar, en la guerra y en su encarcelamiento en Egiptoy Asia Menor , fue intensa , como lo había sido antes y loes todavía ; se le ha llamado también el " pintor social",por sus numerosas obras de concepción democrática,en las que parece denunciar aspectos despreciables de lasociedad. Esas definiciones le van como anillo al dedo;pero, en lo que se refiere a la segunda de ellas, el artis-ta, durante nuestra conversación , quiso precisarmeque, al pintar, no se plantea ningún problema : no hacemás que reproducir sobre la tela, con sus pinceladasanchas , siempre con una óptima impresión material, aquídensas , allá con toques mórbidos o velados diáfanos, loque sus ojos ven, lo que, sensibilizándolo, le proporcionala carga emotiva que le hace blandir los pinceles y tra-bajar. Por consiguiente , su arte no tiene una intencióndeliberada , puesto que nace de impulsos internos y que,lo repito , es puramente instintiva y tiene una validezencomiable. Es preciso subrayar que es igualmente efi-caz en los paisajes como en las figuras: en los primerosse revela seguro en la disposición de los planos y, porende , en la perspectiva , con sus pinceladas de fácil bra-vura ; en las segundas es valiosísimo , como lo he dichoya, en las fisionomías.

En su estudio , entre tantas obras , he apreciado, par-ticularmente , un grupo de bailarinas longuilíneas, admi-rables por la armonía de sus miembros, que surgen conel ritmo de la danza, en medio de la vaporoso de losvestidos de tul, como de la espuma del mar: aquí, la lige-reza de los toques es verdaderamente magistral. Otrasobras confirman el valor , no sólo formal , del arte deD'Aniello . De su curriculum vitae saco las noticias si-guientes, que me parecen muy significativas : llamado alas armas en 1935 y removilizado después en 1940, par-ticipó activamente en la Segunda Guerra Mundial; trans-ferido a Africa (Tobruk), entre una pausa y otra del ser-vicio militar , siguió cultivando la pintura , hasta el puntode que, como señalé antes, se le definió como "el sol-dado de la paleta". En 1941, después de la retirada delas tropas italianas y alemanas del Africa septentrional,las obras que había producido entretanto , cayeron enmanos de los ingleses. Hecho prisionero, D'Aniello fueenviado al Cairo, en Egipto, donde, gracias a sus exce-lentes dotes de artista, fue tomado en benévola conside-ración por el Mando de las Fuerzas Armadas Británicas.

Sin embargo , en algunas circunstancias tuvo que mostrarsu carácter fiero y desdeñoso.

De regreso a la patria, en 1946, después de infinitasperipecias, contrajo nupcias con la señorita CarmelaUgga. Entonces se inició el período más fecundo y genialde su actividad artística (Las noticias relativas, extrac-tadas de este artículo , se dan en otra parte de este vu-lumen).

Afirmo que no es fácil substraerse a la fascinaciónque emana de la pintura de este artista : una vez vistas,permanecen en la retina poderosamente las figuras deLas bailarinas , de Gente del Circo , del local nocturno,o del Angulo del Tabarín : son escenas impresionantes devida, en las alas de un arte empeñoso y plenamentelogrado , a veces con una carga de sátira ligera y, otras,de melancolía impresa . Son variados los motivos delsensibilísimo artista, y responden plenamente los de losobservadores dotados de facultades intuitivas.

Por eso, la pintura de D'Aniello se incluye, y per-manece , en el vasto campo de la pintura napolitanaactual y nacional , como una de las más notables y res-petuosas de los cánones del arte verdadero.

GIDEC

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ARTISTAS CONTEMPORANEOS : MICHELE D 'ANIELLO

Ningún escritor de la historia patria napolitana, deSummonte a Galante , ilustradores de la antigüedad napo-litana, ni los críticos contemporáneos han demostradoque en Nápoles , antes que en otros lugares , después delobscuro medio.,vo , comenzó el resurgimiento del arte:dan fe de ello las pinturas de la gruta de S. Biagio, enCastellammare di Stabia , la no menos famosa sobre lacostera amalfitana y la de S. Angelo , en Formis.

¡Cuánto me agradaría que algún erudito escribieracon entusiasmo y arte la historia cumplida por los ar-tistas napolitanos , hasta, las glorias de nuestros contem-poráneos , para demostrar que, en todo momento, estu-vieron en la vanguardia del arte!

La pintura napolitana ha sido siempre sobria y llenade toda una sinfonía de colores , como su bello solpartenópeo que todo lo dora : bajo este cielo luminoso,perennemente azul y profundo , brillaron Mattia Preti, Sal-vatore Rosa y Luca Giordano.

Cuando en Florencia y Nápoles se afirmó el impre-sionismo y se presentaron personas y cosas sin analizarla forma y el diseño , hubo un profundo sentido cromá-tico en la escuela napolitana . Michele D'Aniello se derivaprecisamente de los impresionistas napolitanos, auncuando es un pintor moderno -ofrece un contraste per-fecto con la pintura contemporánea, llena de falsas notas

cromáticas y de nudos de líneas- y tanto en sus com-posiciones , como en sus paisajes y sus marinas , se mues-tra subyugado por esta tierra luminosa y llena de encan-to, sin apartarse de la tradición pictórica.

D' Aniello lleva a una sobriedad extrema los coloresy las formas de sus paisajes, para representar rápida-mente un sujeto, con pinceladas esquemáticas ; pero, encompensación, ¡cuánta riqueza hay en su sobriedad!¡Cuánto gusto ilustrativo y episódico en sus telas: dondeestá todo el alma partenópea ! Por ejemplo , en "Los sie-te pecados capitales , Ritmos modernos , Medio desnudo,Boda campesina , etc.".

Debe destacarse, junto a su ingenio, su sentido ex-quisito de los colores , que, sincera mente , despiertanesperanzas para la gloria del arte italiano.

FERDINANDO FERRAJOLINORTE/39

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Cuando veas a un hombre bueno , trata deimitarlo cuando veas a uno malo , examí-nate a ti mismo.

CONFUCIO

A veces los escritores son culpables de "tomar"ideas, e incluso trozos enteros, de las obras de otrosescritores. Este plagio, es tan frecuentemente incons-ciente que despierta nuestro interés. Al tratar de defi-nir el plagio,' encontramos dificultades. Existen variasdefiniciones, inútiles a nuestros fines, porque sólo tie-nen en cuenta motivos conscientes, y consideran elplagio como un robo más o menos. hábil.

Toda persona con conocimientos analíticos, que seapoye en las enseñanzas de Freud, comprende la partedecisiva que los motivos inconscientes tienen en el pla-gio. Hay muchas formas de plagio que se producen auncuando se hayan eliminado totalmente los factores cons-cientes. Además es muy probable que las razones in-conscientes desempeñen en el plagio un papel tan im-portante como el de los motivos conscientes. Los plagiosde este tipo son aún más difíciles de comprender quelos totalmente inconscientes.

Por lo tanto, los motivos inconscientes del plagiono nos facilitan una denominación clara del término. Nopodemos llegar a una definición que justifique las posi-bilidades de las diversas formas de plagio. Hay queexaminar cada caso individualmente, y una de las razonesde ello es que hay muchos ejemplos de que la mismaidea ha nacido, independientemente, en dos cabezas.Una consideración ulterior, al juzgar el plagio, razón teó-ricamente sencilla al parecer , es si el duplicado en cues-tión es una readaptación , una modificación , una nuevaaplicación del material , o un plagio verdadero. Frecuen-temente, aunque no siempre, la reproducción, palabra porpalabra, es indicio de plagio. Por ahora, parece aplicablela definición siguiente: plagio es la adopción como pro-pia de la propiedad intelectual de otro, sin que se citeel origen verdadero. La cantidad de motivos inconscientes

que supone tal robo, varía según el tipo de plagio, perolos motivos incoscientes existen siempre.

Es difícil determinar por qué plagia un determinadoescritor, por qué roba ideas y no otra cosa. Si fuera po-sible analizar centenares de plagiarios, podríamos sacarconclusiones razonables en cuanto a las causas del pla-gio. En lugar de esto, sólo podemos conjeturar las razo-nes psicogenéticas del plagio, destacando las formasespeciales observadas. Las dos docenas de plagios quemás tarde enumeraremos representan sólo las conjetu-ras preliminares. El autor se da completa cuenta de loincompleto de su material, y comprende que realizaun experimento inicial.

El plagio parece el resultado de una enfermedad,que se da frecuentemente entre las personas que traba-jan en los campos de la literatura, la ciencia o el arte.'Por lo tanto, el plagio es un "privilegio" de estas vo-caciones, ya que otras personas, aunque lo deseasen,no tendrían ocasión de plagiar. El plagio es, evidente-mente, una forma de delito, ajustada a la sociedad yrelativamente no peligrosa, cometida por los periodistas,los escritores , los artistas y los científicos.

La publicidad es esencial para el plagio. Hay quetener un público para plagiar. Un plagio no expresadoen público es una contradictio in adjecto . Además he-mos de considerar que aunque el plagiario, al verse des-cubierto, se encuentra en una situación difícil, su delitono supone la deshonra,' como suele ocurrir con la ma-yoría de los delitos.

Finalmente, el plagio implica la omisión de citar alos predecesores científicos o literarios. Se espera quetodo autor reúna, en los límites de la posibilidad , infor-mes relativos a su material.

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EL P LAG I OLa edad del plagio es más fácil de determinar que

su definición. Probablemente es tan viejo como las pro-ducciones artísticas y científicas,' y entre los antiguosexisten acusaciones de plagio. Eurípides, por ejemplo,fue acusado por Platón de haber plagiado en sus corosla fisolofía de Anaxágoras. El propio Platón fue acusadode plagiario por Timón de Lokros, indebidamente, yaque este último fue el que plagió. Perilo Faustino escri-bió un libro dedicado exclusivamente a los plagios deVirgilio, y Marco Valerio Marcial se burla de los pla-giarios:

Robándome los versos tú poeta te llamasY con ello detentas de un trovador la fama.Y pretendes ser águila dentadaCon piezas de marfil indio compradas;Así Licoris se reconoce hermosaCuando con plomo aclara su piel verdosa.Puesto que cual poeta así te ensalzanRizos postizos adornarán tu calva .s

Al tratar de fijar los límites del plagio , tenemos queconsiderar , primeramente , que puede decirse que todosplagiamos,' continua y diariamente . Una gran parte delo que nos parece axioma se podría llamar plagio. Perono nos creemos plagiarios ya que ciertas opiniones nues-tras están aceptadas generalmente , y es indudable queel autor de unas ideas u opiniones queda eliminado encuanto esas ideas son conocidas y reconocidas.' ¿Cuán-tos médicos, incluso especialistas, podrían enumerar lamedia docena de hombres que colaboraron en el des-cubrimiento de la evolución de la malaria?

Edmundo Bergler

Usar en este sentido la palabra plagio, sería ensan-char su aplicación, hasta quitarle su significado. Sabidode todos es que operamos con conceptos ajenos.

Un poeta, Frank Wedekind, ha pintado 8 el destinode todos los grandes hombres : Primero se les ignora, lue-go se les afrenta y finalmente se les plagia.'

En el curso de los últimos dos o tres siglos ha cam-biado la actitud hacia el plagio.10 En tiempos anterioresera peligroso propagar las ideas propias -basta pensaren el peligro de entrar en conflicto con los dogmas ecle-siásticos durante la Edad Media . Sin embargo, hoy esodioso el reivindicar como propias las ideas de otro. Enla estima de los hombres la originalidad ha ganado mu-cho terreno." Por lo tanto, el plagio parece, definitiva-mente, más peligroso. Puede declararse que el riesgo delplagiario ha crecido enormemente. La especulación "Nome pillarán" es absurda. La gran cantidad de lectores,lo accesible de los diarios, revistas y libros, y el celo delos buscadores de plagios (pág. 216) arrojan un alto por-centaje de culpables.

Además el territorio devastado por el plagio crececontinuamente, a despecho de los plagiarios. Qué idílicadebía ser la era en que el poeta Florian (1755-94, un fa-vorito de Voltaire) dijo: "En la poesía como en la guerra,lo que se quita a los hermanos es un robo, pero lo quese quita a los extraños es conquista ".` Los plagiariosaprovechan las dificultades de descubrimiento -circula-ción limitada de periódicos y libros, aislamiento de lospaíses.

Así el gran escritor psicológico Stendhal (Henry Bey-le) publicó, bajo el seudónimo de L. A. Bombet, su libroacerca de Haydn en el cual plagió al italiano Carpani.Cuando este último protestó, Stendhal le redujo al silen-cio diciendo que su libro sobre Mozart estaba tomado de

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Barelli, aunque el pobre Carpani no se diera cuentade ello. En cuanto Carpani se dio cuenta del plagio, pro-testó vehementemente, tanto más cuanto que Stendhalpasaba como propias muchas de las aventuras y anécdo-tas de Carpani. Carpani sacó en defensa propia volumi-nosas pruebas: certificados médicos, testimonios de per-sonalidades, etc. ("¿Tuvo mi fiebre en Viena, en el año1799, y fue curado por la música de Haydn"?, así se di-rigía Carpani al invisible 1. A. C. Bombet). Estas pruebasno le sirvieron de nada, y siguió siendo acusado de pla-giario. En épocas más recientes, su inocencia fue verifi-cada por Romain Rollan, que comparó ambos libros, pá-gina por página, y tuvo que reconocer, tristemente, queel plagiario había sido Stendhal.13

En la clasificación de los plagios de Charles Nodier(Questions de la littérature légale) desde el año 1812, sehace una distinción entre los plagios de los escritores delmismo país y los países extranjeros. Esta distinción, esdifícil de entender actualmente. Al parecer , el robo seconsidera menor cuando se realiza en otro idioma. Elcambio al juzgar el plagio, se esboza más claramenteen el prefacio de Lessing a sus escritos, en el año 1753:14

Al comienzo traté de marcar varios pasajes chicos,a saber, los que no podía llamar míos, porque no podíanegar el haber tomado la idea básica de tal o cual autorfrancés. Sin embargo omití el hacerlo, ya que las mar-cas no habrían sido muchas , y además pensé que notenía importancia para el lector quién era el autor de unaidea, en tanto dicha idea le complaciese.

Hay otras varias opiniones más o menos pesimistas,con respecto a la posibilidad de evitar el plagio. Goethey la Bryére15 expresan dicha opinión. Otros autores sus-tentan opiniones similares. Hallamos igual escepticismoen el ingenioso aperqu de un personaje de la obra deSchnitzler, Weg uns Freie (refiriéndose a Bielohlawek):"la ciencia es lo que un judío le copia al otro"; en ladeclaración de Sardou, de que sólo hay un cierto núme-ro de situaciones dramáticas, que tienen que repetirseindefinidamente; en la Theorie des Lois Criminelles, deBrissot, en la cual arguye contra la represión del plagio,a causa de su frecuencia; y, finalmente, en la apologíaque hace Anatole France del plagio (Apologie du Plagiat).Anatole France consideraba plagiario al hombre que ro-ba sin gusto. "Tal escritorzuelo es indigno de escribir yde vivir . Pero si un escritor toma de otro lo que es con-veniente y provechoso para él , entonces es un hombrehonrado".

Y, nuevamente, en Matinées de la Villa Said, AnatoleFrance hace decir a uno de sus personajes:

Rara vez los escritores inventan su material. lo to-man y lo aplican de modo nuevo . En realidad, al presenteexiste la tendencia de subestimar a los genios. Así es lamoda. Se trata de llegar a las fuentes de su producción.Sus calumniadores denuncian sus plagios. Sus discípulosfanáticos hacen lo mismo. Si el pavo real toma algunasde las plumas del grajo y las mezcla con las suyas, nohay nada que lamentar, ya que con esto se ha honradoel grajo. Y cuando durante veinte años, los enemigos ylos creyentes de un culto se han estado esforzando por

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su ídolo , al parecer de él sólo queda el polvo . ¿Qué haquedado de Rabelais , después que sus discípulos han ter-minado su labor? ¿Y de Cervantes cuando sus admirado-res hicieron la suya ? ¿Y de Moliére? Creo, realmente, quetodos el'os siguieron siendo lo que habían sido: unosgrandes hombres.`

Algunos dicen que todo es plagio; otros indicanque los grandes poetas han plagiado también; y hay otrosque acusan de plagiarios a los que han sido plagiados.Algunos plagiarios asumen una actitud importante; porejemplo d'Annunzio, cuando le reprocharon el haber pla-giado a Peladan en su obra II Piacere. Las gentes cuyosplagios se basan en motivos puramente inconscientesson inermes ; realmente se encuentran en una triste si-tuación ya que nadie cree que sus motivos son incons-cientes.

Así, al tratar de entender el plagio mediante la psi-cología consciente, se fracasa, como hemos visto. Elloconduce a la suposición errónea de que todos los plagia-rios son bribones . Queda la cuestión de si el análisispuede arrojar alguna luz sobre el problema . Nosotroshemos tratado de demostrar que sí.

¿Qué conocimientos analíticos se pueden aplicar alestudio del plagio? Los importantes descubrimientos deFreud , con respecto al inconsciente , a la represión, laidentificación , y el sentimiento inconsciente de culpa,son indispensables.

Con respecto a este problema, el propio Freud (en1923) indirectamente, declara lo siguiente:"

Muchos comentarios interesantes pueden hacerseacerca de lo que parece ser originalidad científica. Cuan-do, por ejemplo, aparece en la ciencia una idea nueva,es decir, una idea que al principio se considera nueva yque, generalmente, se ataca como tal, la investigaciónobjetiva pronto prueba que en realidad no es tan nueva.Generalmente, el descubrimiento ha sido hecho ya, repe-tidamente, en períodos de tiempo muy separados entresí, y ha caído en el olvido. 0 al menos, ha tenido pre-cursores, que la han anticipado vagamente o expuestode modo incompleto. Esto es perfectamente sabido y nonecesita mayor discusión.

Pero el tema del lado subjetivo de la originalidad,merece también ser considerado. Un científico puedepreguntarse de dónde vienen las ideas originales queaplica a su material. Puede hallar, sin dificultad mayor,las sugestiones en las cuales se basan parcialmente, losdatos que se ha procurado en otras partes y luego mo-dificado y desarrollado. La fuente de otra porción de susideas no resulta tan fácil de encontrar. Se ve obligadoa suponer que algunos de sus pensamientos han sidocreados gracias a su capacidad mental , aunque no sepacómo; y en dichos pensamientos basa sus pretensionesde originalidad. Pero el examen psicológico cuidadoso li-mita aún más sus pretensiones. Revela fuentes ocultas,largo tiempo olvidadas, de donde han brotado sus ideas,aparentemente nuevas. De este modo resucita lo olvi-

dado y lo aplica a un nuevo tema, la supuesta nuevacreación. No hay nada que lamentar: no tenemos dere-cho a esperar que la originalidad surja de la nada y re-presente algo incapaz de una determinación más precisa.

1 Con una excepción, sólo se estudian aquí los plagiarios li-terarios y científicos. Este capítulo es una reproducción, en parte,de una conferencia pronunciada por el autor el 1 de junio de 1932en la Sociedad Psicoanalítica de Viena. Fue publicada también enPsychoanalytische Bewegung, 1932, No. 4.

2 Una enfermedad profesional a la qpe no se considera comoenfermedad . Todavia . no he oído hablar nunca de un plagiario quequisiera someterse a un tratamiento psicoanalítico por haber pla-giado algo, aunque su plagio haya sido descubierto.

a Rara vez comparece ante los tribunales un plagiario. Sinembargo , cierto número de personas han sido sentenciadas por lostribunales por plagiarias . Generalmente eran plagiarios inconscien-tes, así que la sentencia era en parte injusta.

4 No hay que ir tan lejos como el escéptico que aplicaba lapregunta "¿Qué vino primero , el huevo o la gallina? ", al problemadel origen de la producción artística y científica y el plagio. Sinduda, el plagio sigue inmediatamente a la producción o, al menosde cerca.

e Citado del libro 1, Epigrama 72 de Marcial . Hay otros mu-chos , igualmente divertidos , que no he citado aquí por limitacio-nes de espacio.

6 No en el sentido legal, claro está.

7 Parece ser que la envidia, el narcisismo ofendido y un me-canismo de defensa, generalmente presente en el inconsciente detodos los hombres (probablemente tiene su raíz en el complejode Edipo) luchan contra la autoridad y, por consiguiente , contra elreconocimiento de las obras de los hombres importantes citandosus nombres. Por lo tanto, aun cuando se cite a una persona, lacita se hace frecuentemente con referencia a sus contribucionesmenos importantes. (Por ejemplo, Pitágoras, que pasa a través delos siglos sólo con el peso liviano de un triángulo.) Y con frecuen-cia se priva totalmente al descubridor de su descubrimiento. Porejemplo, América, a la que se puso el nombre por Américo Vespucioy no por Colón.

a Las Cuatro Estaciones, El otoño, A la Crítica.

Mir muss die Kritik sich wahrlichVon den schünsten Seiten zeigen:Zwanzig Jahr'war sic beharrlichDrauf erpicht , mich totzuschweigen.Jetzt nachdem ich totgeschwiegen,Mich zum Trotz ans Licht gerungen,Speit sic rastlos giflige Lilgen,Unversieglich Hass durchdrugen,Einmal wird sic dock verzichten,Hilft ihr nichts, mich zu vernichten,Wird sie mich dann -bestehlen.

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10 Me refiero a nuestra civilización . En otras civilizaciones elpueblo comentaba y no plagiaba , así que el plagio no existía.

11 Naturalmente, aun hoy mismo, existen círculos donde el sercupidus rerum novarum es un reproche.

12 En poésie , comme á la guerre , ce qu'on prend á ses fréresest vol, mais ce qu'on enléve aux étrangers est wnquéte.

13 Para más detalles, véase le Livre des Plagiats , por GeorgesMaurevert, Paris, Artheme Fayard el Cie., pág. 151. Todo el restantematerial de referencia de la literatura francesa fue tomado tambiénde este libro. El libro en sí es una colección de plagios de lossiguientes autores:

Montaigne, Pascal , La Rocheíoucauld , Corneille, La Fontaine,Racine , Moliére, Voltaire, Diderot, Delille, Chateaubriand , Lamartine,Vigny, Balzac, Stendhal , Hugo, Musset , Baudelaire, Sardou, AnatoleFrance, D'Annunzio, Rostand , Jean Larrain , etcétera.

Su estilo es folletinesco más que científico, y presenta erpla-gio como una especie de estafa, como en la teoría mencionada alcomienzo de este capítulo. El problema científico del plagio se con-vierte en este libro en una especie de deporte que tiene por findescubrir a los plagiarios antes que descifrar sus motivos.

14 Los plagios de Lessing fueron severamente criticados porPaul Albrecht. En 1891, Albrecht comenzó a publicar una obra endiez volúmenes titulada Los Plagios de Lessing. (Sólo se publica-ron seis volúmenes; Albrecht se suicidó antes de terminar la obra).En ellos, llamaba a Lessing un "plagiomaníaco " y declaraba quetodo lo que escribía Lessing era un plagio . Para más informaciónvéase Zur literarischen Plagiatfrage, de Bobrzynski, 1898.

Voltaire tuvo una experiencia similar a la de Lessing. (M. L.Mayeul Chandron. Des Plagiats de Voltaire, ou Des Imitations deQuelques Pieces de Divers Anteurs que ce Poéte s'est permisos,1814, en el Volumen 11 del Bulletin Polymathique de Bordeaux.)

Virgilio fue también un plagiario . Chateaubriand dice, hablandodel tema:

Los Argonautas de Apolonio de Rodas, Medea de Eurípides, laGuerra de Troya. de Quinto de Esmirna (esta es la opinión deLaserda), fueron saqueadas por Virgilio ... Perilo Faustino reuniótodos los hurtos de Virgilio en forma de libro. Octavio Avito com-puso varios volúmenes exclusivamente de versos y pasajes dedistintos autores plagiados por el gran poeta. Es universalmenteconocido que Virgilio tradujo a Homero, pero ignoramos hasta quépunto esto es realmente cierto. Si fuéramos a buscar las imitacio-nes, pluma en mano, creo que no quedarían ni veinte versossucesivos del original, no sólo en la Eneida, sino también en lascanciones bucólicas. ¿Qué significa todo esto en contra de Virgilio?¡Nada en absoluto!

15 "Tout est dit, el I'on vient trop tard depuis plus de septmille ans qu '¡ l y a des hommes ..." (La Bruyére.)

"¿Pues qué sabiduría o qué locuraNo ha sido con frecuencia imaginadaEn época pasada?"(Mefistófeles , en el II Acto del Fausto de Goethe.)

16 Otro autor -D'Acelly- opina:

Dis-je quelque chose asez belle?L'antiquité toute encervellePretend I 'avoir dite avant moi.C'est une plaisante donzelle!Que ne venait -elle aprés moi?J'aurais dit la chose avant elle.

Paul Scarron ( 1610-60), que fue plagiado por Moliére, en-contró un amargo consuelo en burlarse de sí mismo cuando pla-giaba a su vez:

Ces vers sont ici d'importanceJ'ai fort bien fait de les voler!

L'Almanach des Muses de 1791, ofrece lo siguiente:

Quoi qu 'en disent certain railleursJ'imite y jamais ¡e ne pille.Vous avez raison, monseiur Drille,Vous imitez ... les voleurs!

Y Cyrano de Bergerac dice con seco humorismo:Si nuestro amigo nos roba las ideas, esa prueba que nos

estima : no se las robaría si no pensara que eran buenas. Hace-mos mal en enojarnos, pues , a falta de hijos propios, adopta losnuestros.

El gramático Ello Donato (siglo cuarto de la era cristiana)arregla la cuenta pendiente con sus predecesores del modo mássimple:Que perezcan los que dijeron nuestras cosas buenas antes quenosotros.

(Percant illi qui, ante nos, nostra dixerunt.)

17 Josef Popper-Lynkeus y la Teoría de los Sueños . Gesam-melte Schriften, XI, 295.

Tomado de: Psicoanálisis del Escritor. Editorial Psyche . BuenosAires. 1954.

* * * "¿Pues qué sabiduría o qué locuraNo ha sido con frecuencia imaginada

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JAIME-EYZAGUIRRE

Rodolfo A. Cerviño

Hay en Jaime Eyzaguirre , historiador de América ycaballero cristiano , entre su vida y su obra , sin que selo propusiera , una estrecha unidad , pues los valores queél encarnaba , en los que creía y por los que se desvivía,son los mismos que encuentra en la Hispanidad toda.

Hizo historia científica , ajustada a la más rigurosametodología , pero tratando de escapar, en lo posible, afatigosas citas . Era un erudito, pero escribía para quelo leyesen todos . Su estilo es uno de los raros ejemplosde que la exposición histórica no tiene por qué estar re-ñida con la buena literatura. Leer su O'Higgins, por ejem-plo, es solazarse con narraciones y descripciones de unapluma verdaderamente singular. Libro, éste , de los quese leen de un tirón y que luego se releen.

Una vez practicada la compulsa documental y cerciorado de cuál era la verdad, se identificaba con ellay la sostenía con ardor. No podía caer en el mismo de-fecto de los clásicos chilenos del siglo XIX, un BarrosArana o un Amunátegui , a quienes criticó el relato "mo-nótono" , "... reforzado por fríos y severos documentos",en que fincaban una objetividad , a menudo, sin embar-go, comprometida . Cuando se escribe movido por ínti-mas pasiones , de nada vale la frialdad y monotonía delrelato, "... afluyen con periodicidad las emboscadas pa-siones del inconsciente ", la causa resulta fallada antesde consultar los documentos, "... y cuando éstos seagrupan sólo sirven para justificar una intención precon-cebida".'

"La obra de Barros Arana , por su extensión y minu -ciosidad -dice-, quedaría relegada a la lectura espo-rádica de los especialistas. Pero sus moldes doctrina-rios iban a ser trasladados exactos a la eneñanza y pormedio siglo nadie se atrevería a discutirlos. Generacio-nes tras generaciones serían educadas en la creencia deque la verdadera historia de Chile sólo había comenzadoen 1810 , en que los ideales de la revolución francesaprendieron en los espíritus para disipar en ellos las ti-nieblas del fanatismo".' Contra esas enseñanzas reaccio-na Eyzaguirre , demostrando que "la Patria libre no esuna extraña flor brotada de súbito y capaz de explicarsepor sí misma ", sino que ella tiene "...su luenga raízque se clava en la hondura hasta encontrar con el díalejano en que por vez primera voces españolas ... se hi-cieron oír en el aire de América". Entonces les llegó alas mil razas autóctonas , dispares e inconexas , el telardonde una y otra pudieron unir al fin sus hilos solita-rios en una trama armónica y común"' En ese instantetiene principio la historia de esta "América bárbara y cris-tiana... una y doble , paradójica y armoniosa, tierra debatalla perpetua , de perderse y recobrarse, de vivir eter-namente muriendo ... La América de la angustia, delagonizar sin límite, la América nuestra , india y españo -la, que busca sin descanso su definición en lucha consi-ga y los demás".'

Reconoce que "Ibero -América ya no es España", pe-ro hace notar que "...sin ésta , aquélla no habría exis-tido". En efecto, "¿qué vínculo ligaba a las tribus, quésolidaridad geográfica , aparte del nexo lugareño, se ad-vertía en ellas antes que el español viniera a dárselas,

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fundiéndolas a todas en el común denominador católicoy cultural? Por eso lo español no es sólo un elementomás en el conglomerado étnico . Es el factor decisivo,el único que supo atarlos a todos...". 1

los grandes historiadores chilenos del siglo pasado,como Diego Barros Arana y Miguel Luis Amunátegui, sevieron en la necesidad de "importar el espíritu de liber-tad" para dar sentido a la gesta de la emancipación. Bus-caron "... en las teorías de Rousseau y Montesquieu elimpulso que justificase los hechos que acompañaron ala independencia americana",' cuando es algo que vienedesde lo más hondo de nuestra propia cultura.

En efecto , "el español que a lo largo de los siglosXVI y XVII atravesó el Atlántico para instalarse en lasnuevas tierras de América , poseía un acervo de princi-pios políticos , perfectamente estructurado , que podíaademás exhibir una larga y bien fundada genealogía".Se remonta a San Isidoro de Sevilla , en cuya concepciónpolítica encuentra dos elementos bien definidos, el reyy el pueblo . El poder del monarca tiene su origen enDios y el pueblo tiene por ello la obligación de acatarsu autoridad . Este último es considerado por San Isidorocomo " ... una multitud humana asociada por consen-timiento de derecho y por común acuerdo". De dondese desprende que "en el derecho divino yen el derechohumano descansa la estructura del Estado". " El que sealza contra el rey legítimo y usurpa el trono , incurre enel anatema de la Iglesia, e igual cosa sucede al monarcaque se revela contra la ley y se transforma en tirano".Sigue la evolución de la concepción política isidorianaen la Alta Edad Media hasta empalmar con los tiemposmodernos , donde la teoría "halla en los tratadistas de laépoca , particularmente en los jesuitas Francisco Suárezy Luis de Molina , eximios expositores , que desarrollany ahondan las viejas , doctrinas insinuadas por San Isido-ro y expuestas por los escolásticos medievales ". Luegode explicar el pensamiento de Suárez, Molina y Mariana-para quienes ". . la potestad soberana desciende deDios al titular al través del pueblo y por su libre consen-timiento"- se ocupa de la bula Inter Caetera y el Tra-tado de Tordesillas, destacando que "...las Indias que-daron unidas a la corona de Castilla y no al reino o co-munidad ...", constituyendo ".... un bien de realengoes decir , un dominio público de la monarquía, sometidodirectamente a la corona y que no puede ser enajenadoo entregado a otro señorío". Tampoco estaban las Indiasen situación de inferioridad con las provincias peninsula-res, no eran consideradas colonias , al punto de titularseFelipe II, "Hispaniarum et Indiarum rex ". Por otra par-te, no consideraron los reyes suficiente título la dona-ción pontificia y demandaron "... la adhesión voluntariade sus nuevos súbditos", ejercitando " la tradicional doc-trina hispana de que el poder emana como fuente inme-diata del pueblo" . Este es el sentido que se debe dar alaparentemente ingenuo "requerimiento".

La vieja doctrina aflora igualmente en los cabildos.Innumerables ejemplos pueden sacarse a relucir paracorroborar este aserto y Eyzaguirre trae a colación varios.

Con el advenimiento de los Borbones al trono de

España, la "...doctrina política nacional , que concibióel Estado como el engarce armonioso de dos elementosdispares : la corona y el pueblo, va cediendo paulatina-mente su sitio a la teoría francesa de la divinización dela autoridad real . Ahora el monarca recibe directamentede Dios el poder sin mediación alguna de la comunidad".Los Borbones, sin preocuparse por disquisiciones inte-lectuales , se esfuerzan por llevar a la práctica las dosfórmulas del despotismo ilustrado: "Todo para el pue-blo, sin el pueblo" y "El Estado soy yo".

Bajo el reinado de los Austrias, las Indias se sen-tían unidas a la metrópoli por vínculos espirituales, uncomún afán misional y de lucha contra las herejías. Porel contrario , "en el siglo de la razón , la política a lo di-vino ya no encontraba cabida y el pragmatismo con quequería sustituírsela dejaba fríos los corazones y sin im-pulso a las voluntades. Sólo un estímulo producía aúneficacia y era capaz de ligar en un haz a españoles yamericanos : el culto a la majestad real". Y se pregun-ta: ¿Qué quedaría en pie el día en que éste fuera re-movido?

En 1808 la situación se plantea . La prisión del reylegítimo trae como consecuencia el levantamiento po-pular. Se organizan juntas dispersas que acaban por re-conocer una Junta Central . El poder , pues, ha revertidoal pueblo , que lo administra según su leal entender. Ladoctrina tradicional de la hispanidad ha salido a flote."Por singular ironía del destino, la filosofía política quecombatieron Carlos III y Carlos IV iba a transformarseen el sustentáculo de los derechos al trono de Españade su descendiente , y la comunidad , al recoger el poder,vino a crear de inmediato las autoridades que ejerceríanel mando en nombre del rey cautivo y le conservaríanla corona"'

Eyzaguirre pulió su estilo en el sentido de expresar-se con el menor número posible de palabras . Sus biogra-fías -obras maestras en el género- son, quizás, lasque nos ofrecen más abundante cantera de ejemplos,abriendo en cualquier página, sin necesidad de espigardemasiado. Veamos la primera página del capítulo 1 desu biografía de Valdivia:

"Cada piedra es como un instante que se roba a lafuga del tiempo . Cada arcada, una oscilación anudadorade lo ya ido y lo que adviene . Cada labra heráldica, unaleyenda de caballería . Cada portal , el regazo que abrigala unidad de la historia".

"Vientos de imperio se cuelan por torreones y pa-lacios, por cortijos y tierras de labranza . La Providenciase ha hecho española . Una cruz y una espada , un cora-zón y una voluntad de salvación y poderío, lo mueventodo, lo llenan todo . Y hay que prolongar la vida. Y hayque matar el tiempo, ese ¡imitador de la empresa delhombre. Hay que atrapar un trozo de eternidad y afir-marse en un presente sin orillas"'

Y en otra página: "Valdivia está adelante y pronun-cia palabras de promesa. El primer templo que se alzareen la tierra de Chile será para honrar la Asunción de Ma-ría y la primera ciudad erigida llevará el nombre del Após-tol Santiago . Y mientras barrocas columnas de incienso

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anudan bóveda y suelo, parece una vez más afirmadaen el escueto grupo esa voluntad de espada y cruz quees el trasunto de toda empresa española'?

Chile en el tiempo, una publicación de 16 páginas,en las que resume la historia de su país desde la con-quista hasta la actualidad. Son pinceladas, contadas lí-neas de pura sustancia.

El poder de síntesis es notable en todas las obrasde Eyzaguirre, pudiendo decirse que formaba parte desu estilo. Está presente en un artículo periodístico, comolo está en su Historia de Chile que dejara inconclusa.Además de su erudición, de su versación histórica, desu facilidad de síntesis, cabe destacar su exposición lim-pia, pulida, sin afectación. Por algo llegó a ser miembrode la Academia Chilena de la Léngua.

La tarea cumplida por Eyzaguirre, en Chile, es com-parable a la de Vasconcelos, en Méjico. Reivindicaciónde la tradición hispánica, idéntico sentido de la nacio-nalidad, semejante pasión por aprehender el ser de Amé-rica. Su voluntad para investigar y esclarecer está sos-tenida por el amor intenso que profesa a la tierra natal:

"Yo creo todavía en el destino propio de mi Améri-ca Hispana. Y no rehuyo el dolor, ni siquiera la afrentaque nos pueden sobrevenir y ya nos sobrevienen. Por-que para nosotros se ha escrito un porvenir abierto:

"Se nos debe en justiciala luz por el dolory el dolor se hará estrella. . ."10

Paseando, en una ya lejana tarde de domingo, porcalles de su Santiago, junto a Alberto Wagner de Reynay Arturo García Astrada, nos dijo en son de ironía: "Pormi apellido pertenezco a la aristocracia, por mi profe-sión a la clase media y por mi sueldo al proletariado".Yo daré a esta expresión la siguiente aplicación: Podíaalternar en cualquiera de las tres clases, comprender eidentificarse con los humildes.

Es aplicable a su existencia misma aquella fraseque trae en Ventura de Pedro de Valdivia, con la queabre y cierra el libro:

"La muerte menos temida da más vida".

1 Fisonomía histórica de Chile, Editorial del Pacífico, S. A.Santiago de Chile, 958. p. p. 131-132.

2 ¡bid., p. 134.

3 ¡bid., p. 7.

4 Hispanoamérica del dolor, en Estudios , Santiago de Chile,Año XXV, NQ 255 , Segunda Epoca , Enero -Marzo 1957 , p. p. 7-8.

6 ]bid., p. 10.

6 Congreso Hispanoamericano de Historia , Causas y caracte.res de la Independencia Hispanoamericana , Ediciones de culturaHispánica, Madrid, 1953, p. p. 222-223.

7 Ideario y ruta de la emancipación Chilena , Editorial Univer-sitaria , Santiago de Chile, 1957, p. 15 y ss,

8 Ventura de Pedro de Valdivia, Espasa-Calpe Argentina, S. A.,Buenos Aires , 1946, p. 17.

9 ¡bid., p. p. 52-53.

10 Hispanoamérica del dolor, en Estudios, cit., p. 34.

Tomado de: Humanitas . Revista de la Facultad de Filosofía yLetras. Universidad Nacional de Tucumán. Año XV 68-69.

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REFLEXIONESEN TORNO AL

NACIONALISMOMEXICANO

Fredo Arias de la Canal

Pocas personas se atreven a tocar el fenómenoguadalupano con la objetividad histórica, el afán cientí-fico y la claridad exegética con que lo hace Franciscode la Maza en su opúsculo los Evangelistas de Guada-lupe y el Nacionalismo Mexicano ; ni tampoco hay quieninterprete ese querer ser, esa búsqueda de la autenti-cidad, ese deseo de pertenencia del criollo mexicano delsiglo XVII, que hablaba español, tenía costumbres penin-sulares, pero que ya' se diferenciaba de sus hermanosde España quizá por la nueva aportación que le habíadado este continente a su cultura, y por su individualismoque lo llevaba a querer ser original, diferente.

Empezamos por observar que, tanto en las leyendasreligiosas de indios y de españoles, se habla de apari-ciones: al apóstol Santiago, a fuer de creer en él, loveían entrar en batalla los conquistadores a pesar de lasdeclaraciones sanchopancescas de Bernal. A los aztecasse les aparecía Tezcatlipoca reencarnado en un borrachopara augurarle nefastos acontecimientos a Moctezuma.En consecuencia, el mexicano -hijo al fin de estas dosculturas- no podía dejar de tener la propensión antro-pomórfica de sus antepasados, no porque la haya here-dado genéticamente sino porque le fue transmitida. poreducación.

Después de la Conquista vino la consolidación reli-giosa, obra esta tan bien cimentada que México dejóde pertenecer a la Corona española hace ciento cincuentaaños, pero obviamente siguió apegado al dominio reli-gioso de Roma.

¿Qué tuvo que ver la Iglesia con el incipiente nacio-nalismo criollo? Soy de la opinión de que la Iglesia, fiela sus doctrinas cristianas, fue la primera en hacer resal-tar el sentido de protección al débil, o sicoanalítica-mente hablando, el gesto mágico positivo del pueblocriollo hacia el indio. Cuando Valladolid señala: "Lavirgen buscó a Zumárraga en su obispado pintada en lamanta de un indio, en esto se ve que los prelados debenbuscar, amar y estimar a los naturales pobres y despre-ciados de su obispado". A lo cual exclama De la Maza:"¡Qué magnífico compromiso para la mitra archiepiscopalde México!" En realidad existía un compromiso entre laIglesia y los débiles puesto que los débiles fueron losque dieron fuerza política a la Iglesia en sus albores, yaunque España le abrió la brecha a Roma, ésta -si bienes cierto que no predicó en contra de la Conquista-también lo es que pronto se tuvo que poner del ladode los conquistados . Este identificarse con el vencido,creó en la mente del mexicano la idea de que los roma-nos habían sido a los cristianos lo que después vinierona ser los españoles a los indios ; y esta forma de pensares la que dio un impulso esencial al avanzado naciona-lismo notable en los escritores de la época. De la Mazalo capta: "La Nueva España está dejando de ser Nuevay de ser España en esta segunda mitad del siglo XVII ypugna por una nacionalidad propia y diferente de la viejaEspaña (...) A esto, precisamente, llamamos naciona-lismo".

El fenómeno religioso-sicológico de identificaciónmasoquista con el vencido, no tardó en dar sus resul-tados y los héroes romano-españoles fueron trocados por

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los azteco-cristianos. Nos dice De la Maza : "Carlos deSigüenza y Góngora el erudito barroco, cuando le fueencomendada la erección de un arco triunfal a la llegadadel virrey Conde de Paredes (1680), no recurrió al temaeterno, al clásico, sino que ideó un Teatro de VirtudesPolíticas que constituyen a un Príncipe advertidas enlos Monarcas antiguos del Mexicano Imperio con cuyasefigies se hermoseó el Arco Thriunphal ..., es decir, queeran Tizoc y Axayacatl, Moctezuma y Cuauhtémoc quie-nes daban el ejemplo de nobleza y de virtudes políticasy no el repetido Julio César o el manoseado Carlos V".

Otro caso lo tenemos con Sor Juana Inés de la Cruzen la loa de su auto sacramental El Divino Narciso, en elque, nos dice Pfandl: "..hay una sangrienta batallaentre los nativos mexicanos y los conquistadores espa-ñoles, quienes huellan con sus pies el país. Los primerosluchan únicamente con flechas; los segundos, por el con-trario, con armas de fuego y caballos. Se presentan antelos mexicanos como gentes misteriosas y trasgos de unmundo subterráneo".

El evangelista Miguel Sánchez al buscar un parale-lismo entre la aparición de la virgen con algunas citasdel Viejo Testamento, parece buscar un avenimientoentre vencedores y vencidos. Nos dice De la Maza: "ConSan Miguel y sus ángeles se le va la pluma y tiene quecompararlos con Hernán Cortés y sus soldados, que lu-chan con el dragón de la mentira y hacen posible laaparición de la mujer, de la virgen". Y luego, dentrode este paralelismo le pone las alas del águila del nopala la Sagrada criolla con lo que "comienza esa conjuga-ción íntima del águila y la virgen que ha hecho deGuadalupe un emblema nacionalista mexicano", que aun-que deje de afirmarlo De la Maza tiene un fondo reli-gioso, pues toda política normalmente se apoya en lareligión, o en el espíritu religioso del pueblo como unaforma de afianzar su autoridad. Al respecto nos diceRudolf Rocker: ". . la causa más profunda de todo sis-tema de dominio (...) de toda política, en última instan-cia, es religiosa y como tal pretende mantener al espíritudel hombre en las cadenas de la dependencia. (...) Todosistema de gobierno, sin diferencias de forma, tiene uncierto carácter teocrático". (Nacionalismo y Cultura.Iman. Buenos Aires).

Parece lógico que a través de la Historia, la política,espúrea al fin, se haya tratado de apoyar en la religio-sidad de los pueblos. Los hombres suelen tener unsentido de dependencia ante un poder superior. Estesentirse depender, este creer en una fuerza todopode-rosa es la religiosidad, entonces pues, el hombre o elpartido que llega al poder se tiene que apoyar o revestirde cierta autoridad mística para mejor hacerle sentir suespíritu de dependencia al pueblo. Si bien es cierto queel Estad,; no puede invocar su "derecho divino" y llamara creencias extraterrenas, su absolutismo aparenta unafuerza incontrastable en la mente del ciudadano quereligiosamente lo llega a ver como a su Dios, a través,claro está, de un proceso sugestivo, o sea, de una in-ducciun.

Recordemos cuando dijo Hamurabi, rey babilonio,que los dioses lo habían invocado para que " haga jus-ticia en la tierra, extirpe a los malos y a los perversos,impida a los fuertes oprimir a los débiles, etc." EnEgipto el faraón o rey de sacerdotes, era tratado comouna divinidad pues era el representante de Dios sobrela tierra. En Tenochtitlan el Uei-Tlatoani, además de rey,era el sacerdote supremo y el indicado, en última ins-tancia, para descifrar los- mensajes de los dioses. FueAlejandro el primer príncipe europeo que se hizo venerara la usanza oriental haciéndose llamar descendiente deZeus-Arrimón. Cuando Julio César se hizo dictadorde Roma pronto declaró a Venus antepasada suya e hizocolocar su propia imagen entre los dioses inmortalesde la pompa circencis . San Isidoro de Sevilla fue claro aldecir que el poder del monarca tenía su origen en Diosy el pueblo tenía por ello la obligación de acatar suautoridad. En Napoleón 1 fue notorio su deseo de predo-minio universal con ayuda del Papado, así como tambiénlo fue para Robespierre en su República, quien para nodejar dudas envió a la guillotina a los hebertistas. Elanticlericalista Garibaldi no por eso dejó de ser religiosoal empezar a estructurar con Mazzini la política de sunuevo Estado, pues su lema era: "Dios y Pueblo". Mástarde Mussolini, para fortalecer sus ambiciones imperia-listas, habría de devolverle al Papado todos los privile-gios que se le habían arrancado durante la unificaciónde Italia. Por último nos dice Rocker: "Los dirigentes dela revolución rusa se encontraron con una Iglesia tanplenamente identificada, mejor dicho, unificada con elzarismo, que fue imposible una transacción y se vieronobligados a reemplazarla por algo distinto. Hicieron delEstado colectivista un dios omnisciente y omnipotente,y de Lenin su profeta. Murió éste oportunamente y fuecanonizado enseguida. Su retrato sustituye al ícono, ymillones peregrinan hasta su mausoleo en lugar de acu-dir al relicario de algún santo". Recordemos a Riaño,durante la revolución de 1810 previniendo que la inter-vención del cura Hidalgo en la revuelta era mil vecesmás peligrosa que la de Allende.

Volvamos a los evangelistas. Lasso de la Vega, nobusca un avenimiento entre conquistadores y conquis-tados -como trató de hacerlo Sánchez- sino que suidentificación con el vencido es tal que su relato lo haceen nahuatl "para que vean los naturales y sepan en sulengua cuánto por amor a ellos hiciste..."

Muy interesante también es lo que observa De laMaza del evangelista Becerra Tanco que "muy patriotase apresura a decirnos que la virgen dio su imagen aJuan Diego" para que no viniese de afuera . Esto nosda una idea de la necesidad imperiosa que tenían loscriollos ya identificados sicológicamente con los indios,de tener una imagen propia, una imagen americana.Este ferviente deseo era una conducta seudoagresiva:"No es verdad que seamos pasivos, al contrario ya tene-mos una virgen propia que nos defiende como a losvencedores". Recuérdese la devoción que le teníanlos conquistadores a sus imágenes a las que les habíanatribuido sus victorias. En la mente del indio existía eldeseo de tener una imagen, pero no la que había ayu-

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dado a los vencedores, sino una que exclusivamente loprotegiera a él. Zumárraga es muy probable que hayaobservado esta necesidad en la población indígena cris-tiana, que después los criollos y mestizos habrían desentir por igual, de hacer suya, por lo que ya explicamos.

Pasa a estudiar De la Maza al evangelistaa Florenciaque: "..en gran plan mexicanista llega su hermosaaudacia a afirmar que la virgen se pintó para seguir lacostumbre indígena de los geroglifos, haciéndose ellamisma una especie de códice para la fácil comprensiónde sus hijos indios". Es Florencia con quien más sesiente el deseo de posesión, de privilegio: quien hablecon sinceridad no quite a México la gloria de ser suyacomo aparecida en sus casas arzobispales , como apare-cida en una manta suya con los colores que dieron lasrosas de su país, que son suyas...

¿Cuándo empezó a sentirse la nacionalidad mexi-cana? De la Maza siente ese nacionalismo en la segundamitad del siglo XVII, como ya dijimos, pero lo que vemosen su ensayo es el fenómeno de consolidación religiosade ese nacionalismo, pues fácil es observar en esta épocaque la doctrina cristiana había inducido a las nuevasgeneraciones a identificarse con los vencidos , los débiles,los perseguidos , los mártires. Es pues este un naciona-lismo religioso, que habría de crear la conducta ambi-valente de muchos mexicanos, que entonces empezarona no tener una idea clara de su personalidad. En Clavi-jero encuentro tres actitudes diferentes: Reconocimientoa los conquistadores "Pero Dios los conservaba parainstrumento de su justicia sirviéndose de sus armas paravengar la superstición, la crueldad y los otros delitoscon que aquellas naciones habían provocado por tantotiempo su indignación". En otra parte de su historia nosdice en primera persona plural: "EI que hizo aquellahazaña se llamaba Montaño (...) constando en nuestroshistoriadores nacionales , Herrera, Torquemada y otros".Aquí encuentro yo que tenía un sentido fraternal paracon los historiadores de habla española. Luego se iden-tifica con la adversidad de los vencidos: "Los mexicanos,con todas las demás naciones que ayudaron a su ruinaquedaron, a pesar de las cristianas y prudentes leyes delos Monarcas Católicos, abandonados a la miseria, laopresión y el desprecio , no solamente de los españolessino aún de los más viles esclavos africanos y de susinfames descendientes, vengando Dios en la miserableposteridad de aquellas naciones la crueldad, la injusticiay la superstición de sus mayores. Funesto ejemplo de laJusticia Divina..."

Frejes que cita a Clavijero y a Humboldt vive laIndependencia de México y por lo consiguiente se iden-tifica completamente con los vencidos: "Sí, fue éste elúnico paso que siguieron nuestros ascendientes, y paratransmigrar a ellas de las partes de la Asia..." Su sen-timiento de pertenencia le hace, como a tantos otros,dudar de la historia: "En opinión de algunos autoresHernando Cortés fue el conquistador más político yhumano que vino a la América, y por lo que sabemosde la historia sobre las hazañas de este jefe, ya se podráinferir cuáles serían los demás..." Su gesto mágicopositivo, como el de todo religioso es evidente: "Admira

de verdad al pasar por estos sucesos, la docilidad ycarácter de las naciones indígenas, dignas de mejorsuerte de la que tuvieron por trescientos años". Cuandohabla de los indios de Nochistlan dice: "Estos imper-térritos defensores de su patria se rindieron porque lesfaltó el agua..." Y para confirmar que Roma ya se bas-taba a sí misma nos dice: "La historia de Mota Padilla,que tengo a la vista, dice que Santiago se apareció enel Mixton matando indios. No es la primera vez que losconquistadores ocurren a la intervención de los santos,para cohonestar y autorizar sus crímenes. ¿Qué teníaque hacer Santiago con los inocentes indígenas que sóla-mente se defendían de una agresión injusta?

Estos ejemplos nos pueden demostrar cómo la doc-trina religiosa cristiana fue transformando el pensamientode la mayoría de los mexicanos a tal grado que lo con-virtió para el siglo XIX en una cosa que al asomarsePrescott a la historia mexicana observó de inmediato:"Sin embargo los que meditaron este ultraje no fueronlos descendientes de Moctezuma vengando los que sehabían hecho a sus antepasados y vindicando los dere-chos de su legítima herencia, sino los descendientes ypaisanos de los mismos conquistadores cuyos únicostítulos al país no pueden ser otros que los de la Con-quista".

Pocos años antes el pseudohistoriador Carlos MaríaBustamante quien en su suplemento a Los tres siglosde México de Cavo, se jactaba de que "todo hombreracional examina antes de decidir", cuando relata laentrada del ejército Trigarante a la ciudad de México,nos dice: "Las sombras de los antiguos emperadoresmejicanos parece que salieron de sus tumbas del realpanteón de Chapultepec para preceder al ejército de loslibertadores de sus nietos ". Y al relatar la interpelaciónque hizo el padre Belaunzarán por los inocentes en Gua-najuato ante el conde de la Cadena exclama: "¡Tantoes el poderío de la voz de la religión empleada oportu-namente!" Con estos ejemplos se demuestra su religio-sidad y desviación masoquista.

Creo, como una necesidad impostergable, que nues-tros eruditos ahonden en el hecho de cómo fue el cris-tianismo formando el nacionalismo indigenista hastatransformar la idiosincrasia de un hombre hispánicocomo lo es el mexicano. Quizá al reflexionar sobre estametamorfosis, observarán que el movimiento liberal me-xicano no sólo fue una reacción anticlerical sino unaantítesis religiosa, puesto que su conformación funda-mental tiene ciertos visos religiosos, claro está, ademásde los políticos. Cierto es que nuestras grandes figurasson en realidad mártires y no héroes, en su gran ma-yoría. La disciplina del partido emanado de ese movi-miento sólo es comparable con la jerarquía clerical, y laelección para la más alta magistratura es interpartidistacomo lo es intercardenalicia la del pontífice romano.Además, no es ningún secreto que tenemos una dogmá-tica estatal que en ocasiones se hace tan intolerablecomo la bíblica. Al respecto nos dice Rocker: "Pero aunen los países donde la separación de la Iglesia y elEstado se ha operado públicamente, las relaciones inter-nas entre el poder temporal y la religión como tal no

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han experimentado modificación de ninguna especie.Sólo que los actuales representantes del poder preten-den concentrar directamente el instinto religioso de vene-ración de sus ciudadanos en el Estado para no tener quecompartir ese poder con la Iglesia".

Ahora, si por nacionalismo entendemos el apego delos naturales a una nación y a cuanto a ésta le perte-nezca, creo que el nacionalismo. mexicano tuvo que naceren los corazones de los primeros españoles que hicieronsu historia en estas tierras. El "yo soy yo y mi circuns-tancia" de Ortega, se puede aplicar en todos los casosde los conquistadores y misioneros que en la Historiano tendrían su nombre escrito para eterna memoria, si nofuera por su circunstancia: México. Fueron estos insig-nes varones los que pusieron la primera piedra del edifi-cio de nuestra nacionalidad, siendo sus descendientes losque hicieron todos los movimientos políticos de signifi-cación. Uno de estos movimientos fue el de los primeroscriollos y mestizos sobre lo que nos dice Francisco Gon-zález de Cosío: "El año de 1542 los mexicanos, hijos delos pobladores primitivos y de los que vinieron de Es-paña, protestaron hasta hacer nugatorias las llamadasLeyes Nuevas, que expidió el gobierno español con elpropósito de limitar los derechos de esas gentes, nacidasen México y sintiéndose mexicanos, tenían o sentíantener sobre las tierras que sus padres poseían o adqui-rieron con anterioridad. Desde entonces comenzó a dis-tinguirse lo mexicano de lo español, el nacido en Amé-rica del advenedizo llegado de España ". Si natural es eloriginario de un pueblo o nación, ¿qué otra cosa eraMartín Cortés y Ramírez de Arellano? que "...en uniónde sus amigos promovió una revolución con el propó-sito de alzarse con la tierra, sobre la que sentían tenerderechos adquiridos por haber visto la primera luz enella. Un claro sentimiento de nacionalidad presidió larevuelta y en la documentación de la época aparece connitidez la justificación del movimiento, que fundabanprecisamente en el hecho de considerarse naturales deun nuevo país", nos dice González de Cosío en su discursoVerdad (Francisco Primo de) y la Nacionalidad.

Pero ese sentirse diferente ¿acaso nada tuvo quever con el personalismo, particularismo y separatismotan característicos en el hombre hispánico? Surge la dudade que los Cortés y los Avila hayan hecho un movi-miento particularista y no nacionalista, mas hay quereconocer que el nacionalismo no es otra cosa que elpersonalismo, particularismo y separatismo a un mayornivel, y que aquel movimiento fue nacionalista en tantoque muchas personas nacidas en estas tierras ya sesentían diferentes de los peninsulares y estaban apoyan-do moralmente a los insurrectos. He aquí la razón por lacual los Avila fueron castigados en forma ejemplar. Enel Acta de Cabildo del 2 de marzo de 1566 se demuestraque los criollos tenían la fuerza política, no así la pú-blica: "Se recibió información de que los vecinos reuni-dos en la casa del marqués del Valle, el 1' de marzo,acordaron nombrar a Juan Velázquez de Salazar, regidorpara que pida en la Corte el repartimiento perpetuo".

Lo cual acordó el Cabildo en siguiente acta que era"contra la preeminencia de la Ciudad el nombramientohecho por los encomenderos".

Por todo lo antes expuesto , creo que el naciona-lismo mexicano, latente desde los primeros días de laConquista , se vigorizó al impregnarse de guadalupanismo.De la Maza observa que "el único que habla de Guada-lupe como un milagro es el criollo Juan Suárez de Pe-ralta, y a eso de paso y por casualidad". Este sobrinopolítico de Hernán Cortés es importante que haya ha-blado del milagro aunque fuera de soslayo , puesto quedicha referencia a la aparición de esta advocación ma-riana era una cosa de la que sólo los que hicieron suhistoria y los nacidos en México podían empezar a sentir.

El afán científico de De la Maza le hace declarar:...nos interesa explicarnos el guadalupanismo como un

conjunto de ideas y sentimientos y su influencia en elpasado, en el presente y en el futuro del devenir histó-rico de México". Y el afirmar que no fue hasta la segundamitad del siglo XVII cuando se empezó a sentir unapersonalidad nacional propia, se explica por el hechode que la Iglesia, quizá sin proponérselo, había propi-ciado este cambio que ya se dejaba ver con mucha fuerzapero no, por esto, podemos ignorar el incipiente nacio-nalismo de los primeros pobladores y criollos que, sibien, de nada hubiera valido sin el respaldo que mástarde le habría de dar la unidad religiosa en torno a laguadalupana, tiene, sin duda , el mérito de haber sidoel primero.

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SANTIAGORAMON

Y CAJAL

Joaquim Montezuma de Carvalho

He leído en la "Revista Científica - Literaria de Medi-cina de Urgencia (No. 18, septiembre de 1970 , Madrid),dirigida por el secritor Miguel de Aguilar Merlo, un her-moso artículo del mexicano Fredo Arias de la Cana! sobreRamón y Caja¡ y su desarrollo como médico y escritor.Asimismo , leí la noticia, transcrita del diario "ABC (r,"adrid, 18 de julio de 1970), de que se pretende fundaren la capital de España un Museo Caja¡ y un centro deinvestigaciones con un salón de conferencias y estudiosdedicado también a la memoria excelsa del sabio Ramóny Caja¡ , Premio Nobel de Ciencia de 1906 . Esa noticia,me emociona. Desde niño, cuando mi padre me pusoen las manos las obras de Caja¡ , artista literario t pen-sador, comencé a sentir devoción constante por esa má-gica figura . La creación de un Museo Cajal merece elprolongado aplauso de las naciones peninsulares e ibe-roamericanas . De los lugares más ignotos se abrirá elfuego en defensa de ese proyectado Museo y para susostén.

Una noticia que me llena de alegría . Los lugaresmadrileños por los que Cajal trabajaba cotidianamente,están ahora en ruinas . El edificio de San Carlos, por ellado de Atocha , se está cayendo de viejo . Relleno mo-desto. No obstante , en su interior , se oyen todavía lospasos del genial científico y escritor , dirigiéndose hacialas salas de los laboratorios . Unos cuantos microscopiossobre mesas de mármol. Un aire de sana pobreza fran-ciscana . Y la sombra nostálgica de Caja¡ se proyecta to-davía sobre las preparaciones . Inscribe en el silenciodel edificio de San Carlos la norma de que el triunfo so-bre las facilidades no es triunfo y que dentro de la pobre-za de medios , con alma persistente e interrogadora, sealcanza la riqueza de la verdad y el bien.

La ciencia no necesita millonarios , sino de actitudesmentales y perseverancia . La ciencia puede hacerse enun barracón . Así trabajó Pasteur. Casi en esa forma tra-bajó Cajal . España se modernizó en los últimos cincuentaaños . Toda una pléyade posterior a Cajal investiga, des-cubre y avanza en el sendero del progreso . Ciencia yProgreso . Pero el caso de Caja¡ quedó como ejemplo,para siempre , de que !a suntuosidad de los edificios nadatiene que ver con la suntuosidad de la ciencia . Pobrezaverdade!a es ver edificios imponentes , en los que segastaron ríos de dinero , sin que exista en ellos el sen-tido de la ciencia, la austeriodad de sus métodos, lagravedad de una búsqueda que sea un acto de libertaddel espíritu . La pobreza nace de ese contraste . Riqu2taes sentir florecer el espíritu por encima del cinc de unbarracón.

Ramón y Caja¡ ( Petilla de Aragón , Navarra 1852Madrid , 1934) es realmente una figura mágica o predestinada . Nació con la rebeldía en el cuerpo y una "ingénitaantipatía hacia el principio de autoridad ", corno io cc:fiesa en la autobiografía Mi infancia y juventud. Fue unniño que se rebelaba contra la autoridad de su padrs.Este, médico de una aldea , quería que el hijo fuera tam-bién médico. El niño quería ser pintor , una forma deser novelista , como lo fueron Velázquez ,. Goya y El Greco.

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Fue el diablillo más terrible que se pueda imaginar, Fa-bricaba armas para su pandilla. Era el terror de todoslos demás mozuelos que no eran de su cuadrilla, asícomo también el terror de los adultos de la aldea y suscercanías. Un día estuvo a punto de perder la vista por laexplosión de una máquina, fruto de su ingeniosa inven-tiva. Otra vez, se iba a caer de un alto peñasco, dondebuscaba un nido de águilas. Todavía en otro ocasión,estuvo a punto de morir ahogado en un río congelado,cuya capa de hielo se quebró repentinamente , bajo supeso, y lo llevó en el remolino de su corriente álgida.Le sucedía lo peor; pero la fatalidad no triunfaba. Afuerza quería ser dibujante y pintor. También fue sóloa la fuerza como su padre consiguió que Ramón estu-diara medicina . Una vez , envió a su hijo recalcitrante auna barbería ; otra, al taller de un zapatero . Si no sirvespara trabajos intelectuales, servirás para los manuales,le decía su progenitor. El niño se convenció en esa for-ma; pero nunca perdió la "ingénita antipatía hacia elprincipio de autoridad". Fue a esa antipatía a la que le de-bió los frutos de su investigación científica. La rebeldíase enfocó en los nombres hechos de la ciencia. El ir encontra, deshacer los malos conceptos y desbaratar lasdoctrinas de otros consagrados, llegó a ser una santarebeldía. Cajal es como el Pío Baroja de la ciencia. Ba-roja. el espíritu más sincero e independiente de la lite-ratura española. Caja¡, la independencia absoluta en elcampo de la ciencia. Pero sólo es independiente quiensabe ver y observar la realidad. En su infancia y su ju-ventud, Caja¡, fue un amante de los montes y los pinares,los pajaritos y los ríos. Coleccionaba huevos y piedras.Trazaba con el lápiz las formas de un lagarto, un conejoo cualquier otro animal de la naturaleza . El amar a lanaturaleza y sus formas, es el modo de ser independien-te. El conocimiento fundado en la observación es supe-rior al obtenido en los libros. Al principio, la realidad essiempre la realidad. Ser rebelde a todo lo que no seauna fiel interpretación de la naturaleza.

Un día, el niño Caja¡ descubrió en casa de un veci-no una "copiosa y variadísima colección de novelas,historias, poesías y libros de viajes". Y se embarcó enesa abundante literatura. Si huía a los campos y vagabapor ellos de sol a sol, también huyó a los libros; unaespecie de viajar estático. Toda su vida será eso: obser-ción directa, tomarle el pulso a la realidad; lectura deobras literarias, el embarque en la fantasía . Dos tenden-cias paralelas y que no confluyen en conflicto. Puede sercientífico y literario. Puede interpretar la realidad y pro-fundizar en el sueño.

Cajal petenece de cuerpo entero a la famosa ge-neración del 98 (Azorín, Pío Baroja, Unamuno, los hermanos Machado, Jacinto Benavente, Valle Inclán, Maeztu,Ganivet, etc.). Pocos lo incluyen en dicha generación;pero su figura de escritor pertenece a ella. Tambiénsu figura de científico, por su figura, pertenece a esageneración. Si por algo se distingue la generación del 98es, sobre todo, por el desdén soberano por lo consa-grado, por las ideas hechas, por la autoridad ya creada,

A los escritores del 98 les une una libertad de espírituíntegra y común. Ahora bien, el científico Caja¡ es estomismo. Según sus propias palabras , una "ingénita anti-patía hacia el principio de autoridad". Y si hay otra fa-ceta que defina a los hombres de la generación del 98,es su atención a las realidades y la firme y austeraobservación ante ellas . Mejor aún , su voluntad de inte-ligencia.

Recuerdo las palabras de Azorín: "se puede ser unhombre de una vastísima cultura (un formidable eruditoo un maravilloso orador) y ser un hombre muy pocointeligente. La inteligencia implica originalidad; y la ori-ginalidad es rebeldía. Cuanto más inteligente sea unhombre, más rebelde será, es decir, menos conformista,menos aceptador de lo ya pensado, de lo ya sentido".Caja¡, hombre de profunda inteligencia, es hermano dela generación del 98 por esta actitud vital y mentalde rebeldía perenne. También Azorín expresó que "el va-lor va siendo (en España) no ímpetu ciego, no intrépidatemeridad, sino reflexión, cálculo, inteligencia, ciencia".Pasó la época de los héroes. Nacía entonces una épocanueva, moderna, con héroes de otras cualidades. Escri-tores con los pies en la realidad observada, juristas aten-tos a los fenómenos sociológicos, matemáticos que con-trolaban la economía, científicos que exploraban loignoto. Héroes que substituían a Hernán Cortés, Pizarro,El Cid, Núñez de Balboa, etc. La generación del 98 tuvoesa visión y fue precisamente Ramón y Caja¡ el que llenóplenamente el tipo de héroe... científico. Si hubo algúnhombre que alteró la noción de la heroicidad en España,fue precisamente Ramón y Caja¡; también Santiago, no"Santiago a los moros", sino Santiago en las lides dela' ciencia, Santiago para desbaratar lo que todavía noentendía la inteligencia; pero que tenía que entender.

Caja¡ iba a acometer la empresa bélica mayor deEspaña: descifrar la constitución íntima del sistema ner-vioso. Regresará de los campos de batalla con ese botínde guerra: su doctrina del neuronio, según la cual, lacélula nerviosa es una unidad anatómica y fisiológica,cuyo cuerpo no sólo es centro trófico, sino también deactividad específica y cuyas prolongaciones transmiten aotras células el impulso funcional, sólo por contacto(doctrina que iba en contra de la teoría reticular, o sea,la de la continuidad del tejido nervioso). Europa y elmundo se maravillaron. En 1906, la Academia Suecale confirió el Premio Nóbel. Traería también otros bo-tines de sus luchas, este nuevo héroe: la degeneracióny la regeneración del sistema nervioso, los descubri-mientos en el campo de la neurología (que iban a fruc-tificar en el portugués Egas Moniz y en su neurocirugía,que no se explica sin... Caja¡, sino que es, más bien,el corolario científico y práctico de la visión del sabioespañol) etc., etc. ¿Murieron los demás héroes? ¿Murió,acaso, el hoéroe máximo de España, Don Quijote? Heahí el problema. ¿Entró la España tradicional en francaderrota? ¿Desapareció para siempre su espíritu quijo-tesco? Esa es la cuestión.

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En Madrid va a levantarse un Museo Cajal. Es pre-ciso que Portugal se encuentre presente. Tenemos unEgas Moniz y ahí deberán figurar los testimonios denuestro Nóhel sobre su colega. Egas Moniz es una pro.longación de Cajal. El Museo Caja¡ deberá ser también,hasta cierto punto, el Museo Egas Moniz (esto sin aban-donar la creación de un Museo Egas Moniz en Lisboa).Madrid va a honrar la memoria de Caja¡, el sabio yliterato; pero hay algo que conviene poner de manifiesto,ahora que los propósitos están firmes: un Museo debetener un "sentido". ¿Y qué sentido se le debe imprimiral nuevo Museo? Creo que, desde luego, por encontrar-nos en la tierra de Don Quijote, sólo uno: el sentido "delquijotismo de la ciencia". Al final, la visión de los hom-bres de la generación del 98 triunfó. Ya no habrá opor-tunidad para otro Hernán Cortés, otro Pizarro, otro Bal-boa; pero el quijotismo no murió. Lo extraordinario esque el propio Cajal vio el problema y, el día 9 de mayode 1905, dio una conferencia en el Colegio Médico deSan Carlos, que es una pena que no exista grabada,para ser ella misma la imagen más apropiada del...Museo de Madrid, que se erguirá en esas paredes. Unavoz de 1905, un año antes del Nóbel. Una voz eterna.En aquel entonces, Caja¡ habló de la "Psicología de DonQuijote y el Quijotismo". Cajal contra la corriente pesi-mista, vio en el genial libro-biblia de Cervantes "no elpoema de la resignación y la desesperanza, sino el poe-ma de la libertad y la renovación". Sí, porque haymuchos, seguidores de Heine, que ven en el libro-bibliala novela de la melancolía y la derrota. El Quijote esun idealista; pero, ¡siempre termina derrotado! Sin em-bargo, ese 9 de mayo, un mayo florido, Caja] iba contrala corriente y decía: "pero séame permitido dudar deque la ignorancia, el aturdimiento y la imprevisión cons-tituyan la esencia y fondo del quijotismo; o esta palabracarece de toda significación ética precisa, o simbolizael culto ferviente a un alto ideal de conducta, la volun-tad obstinadamente orientada hacia la luz y la felicidadcolectivas". Y Cajal vio en el Quijote a un paladín delideal científico, puesto que la ciencia lleva consigo honray prosperidad para una patria. "Más yermo aún de gran-des abnegaciones y de levantados quijotismos se nospresenta el campo de la ciencia y de la filosofía espa-ñolas". Y hacía hincapié en los "levantados quijotismosen pro de la cultura, elevación moral y prosperidad du-radera de la patria". Las palabras que deberían escu-charse, ahora, en el Museo Cajal (¿Acaso existe su vozgrabada?) serían éstas, de su propio patrón, que le im-primen todo un sentido al museo más noble de España:"El quijotismo de buena ley, es decir, el depurado delas roñas de la ignorancia y de las sinrazones de la lo-cura, tiene, pues, en España, ancho campo en qué ejer-citarse. Rescatar las almas encantadas en la tenebrosacueva del error; explorar y explotar, con altas mirasnacionales, las inagotables riquezas del suelo y subsuelo:descuajar y convertir en ameno y productivo jardín laimpenetrable selva de la Naturaleza , donde se ocultanamenazadores los agentes vivos de la enfermedad y lamuerte; modelar y corregir, con el buril de intensa cul-

tura, nuestro propio cerebro, etc., etc." Caja¡ no llegóa agotar todos los nuevos campos del quijotismo. Elperdura. Los héroes son otros. España no enterró alQuijote. Y su sombra augusta deambulará también porese nuevo Museo que va a inaugurarse, tomando delbrazo a Santiago Ramón y Caja]. Fueron hombres de lamisma carne, espíritus del mismo espíritu. Un Museosímbolo de la España que camina, eterna, triunfadora.

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HISTORIADE LA

PSIQUTATRIA

Dionisio Nieto

Epoca Primitiva o Prehipocrática

los conocimientos psiquiátricos anteriores a Hipó-crates no estaban en modo alguno estructurados, y sólopueden encontrarse indicios fragmentarios en las dis-tintas civilizaciones referentes a la noción que se teníade la locura. En general, en todos los pueblos primitivosla enfermedad mental era considerada como la posesióndel hombre por divinidades maléficas o benéficas , un con-cepto que, con excepción de la época grecorromana, ad-quirió una preponderancia catastrófica en la Edad Media,y del cual quedan todavía vigorosas reminiscencias. Entrelos egipcios ésta era la creencia aceptada. En una estelaegipcia que se conserva en la Biblioteca Nacional de Pa-rís, y que data del siglo XIII antes de Cristo, se lee unainscripción que habla de una princesa asiática poseídade un espíritu, que fue curada por la intercesión del diosKhons.

De la época bíblica se pueden obtener también datosreferentes a trastornos mentales en el Libro de los Re-yes. Saúl, el primer rey de Israel (siglo XI antes d. C.),sufría estados depresivos y creía poseer un espíritu malo.Para combatir sus crisis de abatimiento llamaba a David,quien le sucediera en el reinado de Israel con objetode que le consolara tocando el arpa. Nabucodonosor (Vsiglos antes d. C.), el, personaje citado en el AntiguoTestamento, creador de la pujanza de Babilonia con susjardines colgantes, parece que sufrió accesos del lican-tropía , nombre que se ha dado a aquel trastorno mentalcaracterizado porque el enfermo vagaba durante la nochepor sitios solitarios y aullaba como un lobo.

Algunos historiados señalan que los libros sagradosprimitivos de la India, los Vedas, compuestos de cuatrocolecciones, una de ella, el Yajur-Veda, trata en granparte de los trastornos psíquicos, interpretándolos comoposesiones demoníacas. Un médico hindú que al parecervivió 100 años antes de Hipócrates, Susruta , escribió quelas pasiones y emociones fuertes pueden ser causa nosólo de enfermedades mentales , sino también de afec-ciones somáticas que exijan un tratamiento quirúrgico,enunciando así, hace 26 siglos, lo que hoy se ha resuci-tado una vez más bajo el nombre de medicina psicoso-mática:

En la antigua Grecia se usaban los nombres dedemoníacos, poseídos de los dioses y energúmenos paradesignar a los seres privados de razón. En la mitologíagriega abundan los ejemplos de locura, y puede decirseque aquí empieza a perfilarse, aunque fragmentariamen-te, la noción de enfermedad mental. Ulises, por ejemplo,se finje loco y se dedica a arar la arena de la playa,sembrando sal en lugar de semillas. Cuando Aquiles re-sultó mortalmente herido por la certera flecha de París,que le alcanzó en el talón vulnerable, Ayax lo recogió,mientras Ulises hería a Glauco y a Eneas, que perseguíanal caído. En los juegos fúnebres las armas de Aquilescorrespondieron a Ulises, y por ello Ayax enloqueció; ensu locura arremetió contra el ganado creyendo que ma-taba enemigos . Y cuando volvió en si, lleno de confusióny enojo se dio muerte con su propia espada . Eurípides,

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en su Hércules furioso, señala que Lisa, la diosa de lanoche y locura, hizo perder el juicio a Heracles (Hér-cules). Por cierto que de esta diosa, Lisa, no demasiadopopularizada en los escritos mitológicos, se tomó el nom-bre en algunas literaturas médicas para designar a larabia.

Un dato importante, desde el punto de vista psiquiá-trico, se encuentra en la tradición griego. Alrededor deocho siglos antes de Hipócrates vivió un pastor llamadoMelampo, que se hizo célebre por sus curaciones. Lashijas de Proteo, el rey de Argos, habían enloquecido porquebrantar el culto a Dionisos y robar oro de la estatuade Hera. Se creyeron transformadas en vacas y vagabanpor los bosques mugiendo como estos animales. Me-lampo fue llamado para curarlas . Su tratamiento consis-tió en la administración de eléboro mezclado con le-che, disponiendo, además, que fueran perseguidas porel bosque para hacerlas correr y que cayeran agotadas,después de lo cual recibieron un baño en las fuentes deArcadia. Se supone que Melampo conocía los efectospurgantes del eléboro por sus observaciones en el ga-nado. Pero es posible que ya existiera tradición en lasabiduría popular sobre los efectos de esta planta enla locura, pues los alcaloides que contiene se usan am-pliamente en la actualidad como hipotensores y sedan-tes. En otra planta de la India, la llamada en sánscritoSarpagandha (Rauwolfia serpentina), que de acuerdo conantiguas leyendas curaba la locura, se ha encontrado,después de muchos siglos, el alcaloide lamado reserpi-na, también hipotensor y sedante como los del eléboro,pero, además, de efectos asombrosamente curativos entrastornos mentales tan graves como la esquizofrenia. Nosería imposible por consiguiente que entre los alcaloidesdel eléboro, que no han sido investigados sistemática-mente desde el punto de vista psiquiátrico, pudiera ha-ber algunos de efectos ataráxicos (1).

Nueve siglos a. d. C., y cinco antes de Hipócrates,Homero nos habla de un héroe, Asclepios, llamadoposteriormente Esculapio por los romanos, que origina-riamente vivía en las cercanías de la tesalónica Tricca, alpie del Pindo, en cuyas alturas se suponía estaba la re-sidencia de Apolo, de quien era hijo. Fue educado, lomismo que Jasón, Aquiles y Heracles, por el centauroQuirón, quien lo adiestró en el arte de la medicina.Acompañó a Jasón y Heracles en la expedición de losArgonautas. Homero lo presenta como un gran héroemédico, y sus hijos. Macaón y Podaleiros, gozaron degran fama como expertos en curar heridas en su calidadde médicos del ejército griego durante el asedio de Tro-ya. Apolodoro fija la fecha del establecimiento del cultode Asclepios en el año 53 antes de la toma de Troya.En torno a la figura de Asclepios o Esculapio se formóel linaje de los Asclepiades (o Esculapios), sacerdotesmédicos que fueron transmitiendo hereditariamente lossecretos de las curaciones, y que oficiaban en los tem-plos de Esculapio.

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El templo más celebre entre todos fue el que seconstruyó en el siglo seis antes de Cristo en Epidauro,precisamente la ciudad donde nació Esculapio, y del cualse conservan todavía las ruinas. Este santuario llegó aadquirir proporciones extraordinarias con el tiempo, puesse fueron construyendo templos auxiliares y hasta unestadio con capacidad para 12,000 personas. Teníaun pabellón de baños y dos gimnasios, y en los patiosuna hermosa alameda para solaz de los enfermos. Enla ornamentación se erigieron estatuas a dioses propiciosy médicos famosos, y había inscripciones que relatabancasos de curas milagrosas. Toda la instalación estabaorientada para crear una intensa atmósfera sugestiva quepropiciase las curaciones. Por otra parte, en todas lasprovincias de Grecia se propalaban historias de casosmilagrosos, de tal suerte que el enfermo que llegaba altemplo de Epidauro lo hacía con la mejor preparaciónpara ser profundamente impresionado. Las técnicas cu-rativas se rodeaban de un complicado ceremonial y cons-taban de varios ritos. El enfermo, antes de llegar a lapresencia del dios, tenía que ser purificado por el baño,el agua lustral o la quema de incienso. Las oblacionesse acompañaban de música y fervientes oraciones. Lossacerdotes explicaban las leyendas de las inscripciones,que referían curaciones increíbles . Una vez que la pre-paración del enfermo era adecuada , se le permitía acer-carse a la estatua del dios y poner su parte enferma encontacto con él.

Aparte de las dietas y ayunos que se observaban concierto rigor, era de gran interés el ritual nocturno. Cuan-do la noche se iba acercando, los enfermos eran prepa-rados para que tuvieran un sueño rico en visiones, locual se conseguía más fácilmente vistiendo túnicas blan-cas. Ya en la oscuridad se hacían ofrendas y se escucha-ban oraciones. En plena noche un sacerdote, ataviadocomí si fuera un dios, y llevando consigo una serpienteo un perro sagrado, recorría los dormitorios aplicandoremedios de las partes enfermas con complicado ritualde magia. Con todo este misterioso ceremonial escéni-co, las experiencias nocturnas eran fácilmente tomadascomo visiones divinas, y al día siguiente el sacerdoteofrecía la interpretación de las apariciones o sueños delenfermo, instruyéndole sobre la naturaleza de su mal ylo que la divinidad aconsejaba en su caso. Cuando laenfermedad no se modificaba, el enfermo era invitadoa hacer nuevas ofrendas y repetir el ceremonial. Si re-sultaba incurable era acusado de impiedad , y se le invi-taba a buscar ayuda en otra parte.

No se puede dejar de señalar la semejanza entreestas prácticas teúrgicas desarrolladas varios siglos antesde Cristo, y el ritual contemporáneo de muchos proce-dimientos y doctrinas del campo de la psicoterapia, dondelos únicos factores operantes son los artilugios mágicos.

El templo de Esculapio en Epidauro gozó de granprestigio durante varios siglos. Se calcula que en Greciay otros países (en Egipto había, por lo menos, uno) losAsclepiades tenían unos 500 templos.

Si en un principio estos templos, especialmente elde Epidauro, representaron la organización de un sistematerapéutico en congruencia con las concepciones que so-bre la enfermedad estaban vigentes en aquella época,pronto se convirtieron, sin embargo, en centros de autén-tica charlatanería, donde los Asclepiades se enriquecíancomo mercaderes. Por eso Hipócrates, en su tiempo,condenó este culto, pues la especulación había llegadoa jugar el principal papel en todos estos ritos teúrgicos.Pero ésto ha ocurrido siempre, y la protesta de Hipó-crates puede alzarse hoy también, después de tantossiglos, para condenar infinidad de sistemas curativos derito algo diferente, pero de idénticos móviles especu-lativos.

Pero la Grecia inmortal, la auténtica cuna de la civi-lización, aportó algo más en la esfera del conocimientocientífico antes de que surgiese Hipócrates. Casi al mis-mo tiempo que se erigía el templo de Esculapio en Epi-dauro, al correr del siglo seis antes de Cristo, Pitágoras,en Crotona, inaugura el verdadero conocimiento cientí-fico, funda la matemática y la ciencia en general. Y noes ninguna casualidad, a nuestro juicio, que allí mismo,en Crotona, uno de sus discípulos, Alcmeon, en esa lu-minosa aurora de la Epistemología, comience a estudiarel cerebro de los animales, estableciendo que nuestrossentidos dependen de él, y haciendo la sensacional de-claración, de poca resonancia en su tiempo y a travésde los siglos, de que la razón y el alma tienen su asien-to en el cerebro . Esta concepción de la escuela Pita-górica, a 26 siglos de distancia, merece ser destacadapor la poca atención que los filósofos de la época si-guiente le prestaron.

(1) Ataraxia.-a, priv. y taraxis, del griego, emoción. Para losepicúreos significaba templanza en el placer y armonía en la vida.Para los estoicos libertad frente a las pasiones y dominio de símismo. Por consiguiente, ataraxia puede usarse con la significa-ción de "armonía y tranquilidad mental".

Tomado de: Psiquiatría . Desarrollo de las corrientesactuales. México, 1961.

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HERNANDO CORTESY LOS INDIOSAZTECASEN ESPAÑA

Howard F. Cline

Después de nueve años de haberse embarcado rum-bo a México Hernán Cortés, conquistador del imperioazteca y fundador de la Nueva España , retornó por vezprimera -en 1528- a su patria. Había sido informa-do por varios amigos con influencias en la corte es-pañola, entre ellos García de Loisa -presidente delConsejo de Indias- y el duque de Béjar, que sus nu-merosos enemigos estaban haciendo circular seriasacusaciones políticas -en su contra . Sus amigos le acon-sejaron que viniera a España y se defendiera personal-mente ante el emperador Carlos V; por otra parte elconquistador necesitaba rehacer su fortuna personal,seriamente menguada durante los dos años que tomósu expedición a Honduras, (1524-1526).

Para este fin tomó dos buques prestados para elviaje y ofreció libre pasaje sin límite de equipaje paraaquellas personas que quisieran acompañarle. Con elfin de impresionar al monarca Carlos V, con las rique-zas de los reinos mexicanos que él había conquistadopara España , embarcó mil quinientos marcos de plata,veinte mil pesos de oro, diez mil pesos más de oro sinacuñar y muchas ricas joyas . Invitó a bordo algunosde los más relevantes capitanes españoles , sus ami-gos y compañeros de armas como Gonzalo de Sandovaly Andrés de Tapia. También invitó a un grupo de jefesaztecas para que lo acompañaran en la travesía'.

El historiador H. H. Bancroft nos dice que "teniendouna inclinación natural por la pompa, característica queadorna graciosamente a los verdaderos grandes", hacenotar que Cortés en su expedición a Honduras efectua-da en 1524, llevó consigo a importantes oficiales es-pañoles, a un grupo de altos jefes aztecas y un conjuntode malabaristas, cirqueros y payasos indígenas'.

Escribe el cronista Gonzalo Fernández de Oviedo yValdés que en 1532, Cortés llevó de nuevo consigo aEspaña a un grupo de juglares indígenas, de los cualesel cronista nos da algunos detalles: "En el grupo habíauna docena de indios de Tlaxcala que jugaban lo queellos llamaban batey con una grande y sólida pelota he-cha de leche de algunos árboles, lo que conocemos nos-otros por caucho. En ese mismo grupo venían ocho onueve indios muy diestros, que al son de cánticos ycanciones -entonados por sus compañeros- soste-nían en el aire con los pies un gran cilindro de madera,juego nunca antes visto en España". Oviedo mencionaque Cortés trajo también a la Corte a un par de enanos,hombre y mujer, y una banda compuesta por indígenasde ambos sexos de tez más blanca que los germanos.Francisco López de Gómara añade que este grupo azte-ca incluía a jorobados y prestidigitadores indígenas'.

Como complemento del espectáculo Cortés llevótambién algunos gatos salvajes, pelícanos y un arma-dillo (ayotochtli). Como curiosidad especial exhibióuna zorra mochilera (tlaquaci), de la que López deGómara dice que es un animal que guarda y alimentaa sus hijuelos en una bolsa colocada en la parte infe-

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rior del vientre , y con cuya cola las mujeres indígenashacían un cocimiento que era de gran ayuda en el alum-bramiento . Como regalo y prueba de la habilidad ma-nual de los indios , trajo Cortés una gran cantidad deplumas y mantos de piel, abanicos decorados , cetros,objetos trabajados en pluma, espejos de obsidiana yartefactos similares . En pocas palabras , dice López deGómara , venía como un gran señor'.

El grupo de Cortes dejó Nueva España en marzo de1528 y cuarenta y dos días después , a mediados demayo , llegó a España . Después de pasar una jornada enExtremadura , Cortés hizo su apoteótico arribo a la corteen donde permaneció junto con su grupo . Se dice queCarlos V " quedóse atónito y favorablemente impresio-nado por el espectacular arribo del Conquistador". "Entodo el reino se pronunciaba su nombre y todos lequerían ver ", escribe López de Gómara6.

La misión de Cortés se había coronado de éxito.Carlos V le colmó de honores y privilegios . Fue auto-rizado a efectuar nuevas exploraciones y sus títulos ypropiedades de la Nueva España que estaban en dispu-ta le fueron confirmados . Entre otros honores el empe-rador lo elevó a la nobleza el 6 de julio de 1529 alconferirle el título de Marqués del Valle ( Oaxaca, Nva España ), el cual confirmó su dominio sobre veindós ciudades y veintrés mil vasallos. El astuto empe-rador sólo retuvo para sí los poderes políticos y pre-rrogativas solicitadas por Cortés , los cuales eran parael desarrollo del real gobierno de la Nueva España. Lostítulos y concesiones otorgados al Conquistador porCarlos V , le aseguraron el primer puesto entre los con-quistadores y colonizadores de la Nueva España".

Habiendo logrado la mayoría de sus propósitos yobjetivos , Cortés, su flamante esposa (segundas nup-cias) y sus correligionarios españoles , dejaron la Cortey se dirigieron a Sevilla para retornar a la Nueva Es-paña . Zarparon en la primavera de 1530 y después dehaber hecho escala por dos meses en la Española, lle-garon a Veracruz el 15 de julio del mismo año'.

LOS DIBUJOS DE WEIDITZ

Cristóbal Weiditz, testigo presencial y artista quereprodujo el espectáculo de Cortés y su exótica cara-vana en la Corte de Carlos V, nació probablemente enEstrasburgo alrededor del año 1500 , de una familiaconnotada por sus cualidades para el grabado y la tallade madera . Aprovechando la debilidad que los noblesy ricos patrones de esa época sentían por los meda-llones de oro y plata, enmarcando sus retratos , Weiditzdespués de aprender el oficio con un tío suyo, se con-virtió en pintor y orfebre de cierto renombre. No obs-tante durante sus años en Estrasburgo (1526-29) tuvodificultades para ejercer el oficio , debido a que el gre-mio local de orfebres alegó que era un oficio exclusivode su jurisdicción y obstaculizó el trabajo de Weiditz.Cómo Cortés , Weiditz necesitaba del favor real parasalir de dificultades . Con este fin solicitó una patentereal que le permitiera desarrollar libremente su labor.

Augsburgo era un centro financiero favorecido porel flamenco y germánico Carlos V Johannes Dantiscus,escritor y diplomático, originario de Danzig había oídohablar de Weiditz y lo invitó a visitar la Corte en Espa-ña. Como coincidencia, Kolman Holmschmidt paisano yamigo de Weiditz, renombrado artista que fabricaba co-razas militares ornamentales, deseaba entregar en per-sona al emperador, una coraza especial ordenada porél. Así que hacia el año de 1529 los dos artistas deAugsburgo se encontraron camino de España, llegandoa Toledo donde residía temporalmente la Corte espa-ñola. Más tarde únicamente Weiditz siguió a la Corte aBarcelona.

Impresionado por las extrañas y pintorescas vesti-mentas de la gente que vio en España, Weiditz realizóen su viaje de regreso a Alemania unas series de dibu-jos que afortunadamente se han conservado en el Mu-seo Germánico de Nuremberg. Son en total ciento cin-cuenta y un dibujos de los cuales treinta y uno son acolor. Los dibujos realizados en 1529, proporcionan

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una descripción gráfica de los diferentes grupos y tiposespañoles como son los moriscos, catalanes y otros.Algunos dibujos similares a éstos fueron hechos enHolanda en 1531-32. El doctor Teodoro Hampe preparópara después publicar en 1927 una edición facsímil delos dibujos, para los cuales escribió una introducción(en alemán , español e inglés ) complementándolos coninteresantes notas . Los dibujos biográficos de Weiditzaquí reproducidos se han tomado del material recopi-lado por el doctor Hampe'". La obra del doctor se haescaseado debido a la destrucción de la mayoría de lascopias ocasionada por los bombardeos que sufrió Ale-mania durante la Segunda Guerra Mundial". Afortuna-damente existe un ejemplar en la Biblioteca Bancroft(Universidad de Berkeley, California) que gentilmenteprestó para hacer posible este estudio.

Entre muchas de las cosas que llamaron la atenciónde Weiditz fue el extraño grupo de aztecas que vio enla Corte. Sus reproducciones de estos indígenas sonciertamente las primeras pinturas de indios mexicanosque aparecieron en Europa y poseen un valor étnico-histórico considerable. A cada uno de ellos añadió no-tas descriptivas en un dialecto alemán muy antiguo, loscuales hemos reproducido con su correspondiente tra-ducción.

Una serie de tres dibujos muestra a un juglar in-dígena, tirado de espaldas, balanceando, impulsando yrecobrando con los pies un pesado tronco de madera.El cronista franciscano Juan de Torquemada escribien-do hacia 1610 quedó impresionado por estos juglaresde los que dice "nunca haber visto otros iguales enesa época, a pesar de haberlos visto ejecutar sus suer-tes en varias ocasiones". Después de describir deta-lladamente las suertes que estos indios ejecutaban ti-rados de espalda, Torquemada escribió: "he visto va-rias veces este juego, sin embargo cada vez que lo veoparece ser una cosa única , digna de gran admiración'".

Torquemada también describe ampliamente el jue-go de pelota de los indios llamado TLACHCO cuyos ju-gadores pintó y describió brevemente Weiditz. Ambosobservadores hacen notar que la pelota podía ser so-lamente impulsada con las caderas, previamente pro-tegidas con mantas de cuero. A lo que Torquemada nosdice que si la pelota tocaba otras partes del cuerpo,había castigos y apuestas perdidas. Los equipos cons-taban de dos y tres jugadores cada uno y el juego con-sistía en pasar la pelota a través de un anillo de piedrafijado en la pared; el equipo que lo lograba ganaba elpartido o también podían hacer puntos rebotanuo lapelota en la pared o en alguna parte del cuerpo deljugador contrario (exceptuando las caderas). Los jefesindios apostaban en el juego ciudades y provincias,mientras que los más pobres apostaban con rrecuenciahasta sus propias personas, ofreciéndose como futurosesclavos.

Torquemada habla también del juego llamado Pato-Ili, en el cual los indios arrojaban "piedras como lohacían los italianos", juego que Weiditz también repre-Obtó . Torquemada gustaba del mismo modo del juegollamado Tablas Reales, una combinación de damas ydados; ¡os indios lo jugaban con frijoles de colores. Losjugadores lanzaban los dados con las dos manos. Se-gún eran los resultados de las tiradas, las fichas eransustraídas o añadidas. En este juego se apostaba fuertetambién. Nos dice el cronista que no sólo perdían mu-chas de sus propiedades sirvo aún también su libertad,ya que cuando no tenían otra cosa que apostar se ofre-cían ellos mismos".

Finaliza la serie de dibujos un conjunto de pinturasde cuerpo entero representando a los aztecas traídospor Cortés a España. Una de ellas representa a unamujer indígena la cual no se encuentra en ninguna otraobra literaria concerniente a esta peculiar aventura oexpedición azteca''.

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las demás pinturas de Weiditz son de menor im-portancia . Una es un autorretrato ataviado con el trajede marinero del siglo XVI "'. Entre algunos otros querepresentan la vida en el mar , encontramos una quedescribe la forma en que se sujetaban los caballos ensu travesía del océano . Esta última pintura es de granimportancia si tenemos en cuenta el papel que desem-peñó este animal en los albores de la conquista e his-toria de México".

Durante su estancia en la Corte , Weiditz realizó unmedallón para el emperador Carlos V, cuya retribuciónfue quizá la obtención de la patente real que tan afa-nosamente había solicitado . En 1529 fabricó otro conla efigie de Hernando Cortés . Esta es la reproducciónmás fiel realizada en vida del conquistador ' ri. Quizá esaún más importante otro cuadro a color pintado por elmismo autor , en donde aparece Cortés de cuerpo ente-ro y es probablemente el único documento gráfico quese realizó en vida de don Hernando . Se le puede com-parar únicamente con el dibujo de Cortés que realizaronlos indios aztecas de Tlaxcala y con algunos otros cua-dros (copias efectuadas durante la colonia ). Estas úl-timas muestran a Cortés como un hombre de edadavanzada, no obstante que los dibujos de Weiditz fueronhechos en una época anterior , cuando el Conquistadorestaba en el apogeo de la fama.

La exótica aparición del conjunto azteca en la corteespañola de Carlos V, ha pasado inadvertida para lamayoría de los estudiosos de estos y similares acon-tecimientos. La única y por cierto escasa alusión a estesingular hecho la encontramos en la excelente mono-grafía que Gibson realizó titulada los "Aztecas de Tlax-cala en el Siglo XVI". En esta obra, el autor cita nu-merosas fuentes coloniales de información, muchas delas cuales hacen escasa mención de esta expediciónindígena . En este trabajo reuniremos esta información

y aportaremos nuevos datos de fuentes nunca antesmencionadas.

La visita realizada por los indios en 1528 , no fue laprimera aparición en España de estos indígenas y desus peculiares objetos y vestimentas. El 19 de octubrede 1519, Cortés había despachado un buque , que atra-có en Sanlúcar y en el cual iban seis nativos, cuatrohombres y dos mujeres , aparentemente indios Totona-cas, además de tesoros enviados como presente a Car-los V. Los indios son descritos en detalle por PedroMártir, humanista italiano y miembro del Consejo deIndias y por Giovanni Ruffo de Forli, Nuncio Apostólicoante la corte española. Mártir se quedó impresionadopor los códices aztecas y los objetos enviados por Cor-tés al Emperador , así como también el embajador deVenecia en España, Gaspar Contarini y el artista AlbertoDurero , el cual tuvo la oportunidad de admirarlos enuna exposición en Bruselas . Pedro Mártir también noshabla de un segundo grupo , traídos a la corte por Juande Ribera y nos da una viva descripción del mismo yde la actuación de uno de ellos".

Nos dice Gibson, que poco tiempo después de laConquista, los caciques indios, así como los nuevosjefes españoles , conquistadores de la Nueva España,se dieron cuenta que las peticiones para obtener pri-vilegios reales eran más efectivas si eran presentadaspersonalmente al rey de España, en lugar de solicitarlaspor escrito . En una expedición a España realizada en1526, dos jóvenes nobles aztecas, conocidos sólo pordon Rodrigo y don Martín , se entrevistaron con CarlosV y les fueron otorgadas encomiendas (con derecho arecibir tributo de ciertas comunidades previamente es-cogidas ), Ese mismo año el rey ordenó se trajeran unnúmero de indígenas a España, con el objeto de ins-truírlos religiosamente , sin embargo no tenemos ningu-na fuente de informaciún que confirme este hecho.

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El grupo de indígenas que trajo Cortés en 1528,fue uno de los primeros, pero no el único grupo aztecaque visitó España . Aparentemente ninguno de los in-dios pertenecientes a este grupo formuló petición al-guna al Monarca ; cuando menos no sabemos que sehaya otorgado ningún privilegio real durante la estanciade este grupo en la Madre Patria . Según Gibson, lamuerte prematura del jefe indio tlaxcalteca don Loren-zo Tianquiztlatoatzin , acortó la estancia en España delgrupo indígena ; no obstante se sabe de buena fuenteque Carlos V había despachado al grupo con muchaanterioridad a la muerte de don Lorenzo , acaecida el6 de mayo de 1529, o sea casi un mes después deque el grupo llegara a Sevilla para tomar el primerbarco, que por órdenes reales los llevaría de nuevo ala Nueva España. Esta peculiar visita azteca (1528-29)fue planeada sin duda alguna para apoyar las ambicio-nes de Cortés , el cual quiso aprovechar también la opor-tunidad para efectuar un viaje gratuita a la corte delImperio Español.

Antonio Herrera nos dice, que "a punto de abando-nar la Corte, Carlos V, encomendó el grupo a fray An-tonio de Ciudad Rodrigo y dio órdenes para que se lesproporcionase ropas. Ordenó también se les dieran pre-sentes para que regresaran contentos y encargó a frayAntonio para que viese por su bienestar durante elviaje. Dióle del mismo modo el rey dinero para com-prar imágenes y objetos religiosos para que los indioslos llevasen a México"".

Un conjunto interesante de documentos inéditos,proporcionados gentilmente por el doctor France V.Scholes, revela parcialmente cómo fueron ejecutadasestas órdenes reales. Del mismo modo relata algunosde los incidentes acaecidos al grupo azteca durante subreve estancia en Sevilla , puerto de entrada para elcomercio y la navegación de América".

El primer documento es una orden real, o cédulafechada en Madrid el 2 de octubre de 1528. Ordenabaa los oficiales reales de 'la Casa de Contratación en Se-villa, a pagar de las arcas reales el costo de los ro-pajes de cada uno de los indios mexicanos traídos porCortés y a los cuales el monarca había ordenado regre-sar a Nueva España. El documento incluye la lista delos integrantes del grupo, compuesto de siete caciqueso señores y veintinueve indios. La Corona dispuso que alos jefes se les dieran ropas más lujosas que a losdemás y especifica en detalle los artículos que sefabricarán para cada grupo por cuenta de la Corona.

"Los siete jefes principales han de recibir cadauno una casaca de terciopelo azul y otra de damascoamarillo, con capa de fina tela escarlata. Los calzonestambién deben ser de tela escarlata de la misma ca-lidad. Cada uno recibirá dos camisas, zapatos con lis-tones y polainas de cuero. Por último se les proporcio-nará una gorra de terciopelo azul que complementeeste singular atuendo. A los indios de condición infe-rior se les vestirá con casaca de color amarillo y otrade fustán y blanco y capas de color violeta. También seles dará un par de camisas, zapatos con listones, cal-zones y polainas de regular calidad. Sus gorras deberánde ser hechas de tela escarlata24".

Es evidente que durante las prolongadas negocia-ciones de Cortés en la Corte de Madrid y luego en lade Toledo, a donde se trasladaría después (15 de octu-bre de 1528), el Conquistador obtuvo de Carlos V lasdebidas deferencias, atenciones y privilegios que esteotorgó al grupo azteca. No tenemos mucha informacióna este respecto, excepto por los dibujos de Weiditz,no obstante el 15 de mayo de 1529 se despachó deToledo otra cédula con destino a los oficiales realesde la Casa de Contratación en Sevilla; en esa se dannuevas instrucciones respecto al retorno de los indiosa Nueva España. El documento repite la lista de nom-bres contenidos en la cédula anterior e insiste en quela habitación y alimentos de este grupo, corre porcuenta de la Corona así como también el pasaje en elprimer barco que zarpe para Nueva España".

Otra orden real se despachó en relación a este acon-tecimiento el 31 de mayo de 1529, en Toledo y diri-gida a los oficiales de la Casa de Contratación. FrayAntonio de Ciudad Rodrigo había informado a la Corona(en una carta fechada en Sevilla, que no se encuentraen el archivo) que se habían omitido los nombres detres indios en la primera cédula y que estos estabancasi desnudos. Desgraciadamente el fraile olvidó men-cionar la repetición del mismo error en la cédula fe-chada el 15 de marzo de 1529. Los nombres de estostres indios no se mencionan en la última cédula real.sin embargo gracias a otra fuente de información po-demos identificarlos como a Damián Tlacocheclcatl,Jerónimo Conchano y Felipe de Castilla Momalquitzin(números 10, 11 y 20 de la lista de indígenas). FrayAntonio hizo notar también que un indio se encontraba

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en Roma ( Benito Matlatlaqueny , número 22) y que losdemás estaban enfermos. La Corona, al conocer loshechos ordenó a los oficiales reales de Sevilla quepagaran las medicinas y cuidados médicos de los in-dios y que proveyeran lo necesario para que los indiosfueran bien tratados y curados".

Los documentos restantes se refieren en detallea los gastos que efectuó la lasa de Contratación enacatamiento a las órdenes reales. Estos mismos docu.mentos son fuente interesantísima de información hastael 24 de diciembre de 1529, fecha en que aparente-mente se concluyeron las contabilidades fiscales.

En uno de ellos se sumarizan los costos de alojamien-to y alimentación del grupo azteca. A cargo de frayAntonio, llegó a Sevilla un viernes 9 de abril de 1529la mayoría del grupo indígena, el cual se embarcó enSanlúcar, puerto marítimo de Sevilla el 28 de agostode 1529. El documento incluye una detallada relaciónde los gastos ocasionados por los indios durante estaestancia de cinco meses.

El 22 de abril el grupo de veintisiete indios traídospor fray Antonio a Sevilla se dividió en dos . A trece deellos se les dio alojamiento en la casa del canónigofranciscano Hernando de la Torre. De los catorce res-tantes se hizo cargo un tal Alonso Sánchez de Hortega.Este último grupo redújose a trece con el fallecimientode don Hernando Tacuyltecal (número 4), acaecido el17 de mayo. Sin embargo , el grupo recobra su númerooriginal al dejar Baltasar de Texcoco (número 12) lacasa del canónigo y pasarse a la de Hortega.

El hacer una estimación de los hechos es un tantocomplicada ya que la Corona al rectificar el error quehabía cometido , añadiendo tres indios en la lista a losque se les debería de proporcionar vestimentas; no au-torizó el paga de su manutención . En consecuencia atres de los indígenas alojados en la casa de De la To-rre, no se les proporcionaba alimentación , ya que elsubsidio real alcanzaba sólo para la manutención dediez aztecas. Estas disposiciones fueron lamentablesy como consecuencia acarreó un alto índice de mortan-dad. Un indio , del cual no sabemos el nombre , fallecióel 24 de abril, así como también Antonio Huatlalotzin(número 16) muere el 3 de mayo. Don Lorenzo Tian-quiztlatoatzin ( número 6 ) fallece el 6 de mayo , segui-do de Baltasar Toquezquauhyctzin (número 14) falle-cido el 13 de mayo. Fue en estas fechas que Baltasarde Texcoco (número 12) deja la casa del canónigo yse une al grupo de Sánchez de Hortega . Más tarde elgrupo del canónigo se ve reforzado el 27 de julio, conla llegada de Benito Matatlaqueny ( número 22) quehabía realizado un viaje a Roma.

El 17 de agosto de 1529 este grupo junto con losdoce que permanecían en la casa de Hortega se dirigióde Sevilla a Sanlúcar, puerto de embarque para NuevaEspaña (veintiún indios en total). Por motivos desco-nocidos los jefes indios Pedro Gutiérrez (número 2)

y su hermano Juan (número 3) permanecieron en Se-villa hasta el 31 de diciembre de ese mismo año enla casa de Sánchez de Hortega. Un último reporte fiscalacusa el pago de cinco ducados a un mercader de San-lúcar, por el sostenimiento de veinte indígenas.

La especificación de costos -regalos y vestimen-tas- nos proporcionan una información más amplia deeste grupo de turistas aztecas '". Con relación a losjefes indios , los oficiales reales de la Casa de Contra-tación reportaron que el 16 de abril de 1529, se adqui-rió terciopelo azul para la manufactura de las casacasy capas, de las cuales sólo cinco se llegaron a elaborarcompletamente . Los mismos oficiales reales guardaron,no obstante , catorce tres cuartos varas de esta telapara don Hernando de Tapia (número 5 ) y don JuanTgihuacmitl ( número 7) que se habían quedado reza-gados en la Corte. No se sabe a ciencia cierta si estosdos últimos jefes recibieron sus respectivas vestimen-tas al llegar a Sevilla o si se las proporcionaron a suregreso a Nueva España . Los altos jefes indios queestaban en Sevilla en esas fechas eran don MartínCortés Nezahualtecolotl (número 1), don Pedro Gu-tiérrez Aculan Mocteuhzoma (número 2 ), don Juan Co-vamitle (número 3), don Hernando Tacuytecal (número4) y don Lorenzo Teanquiztlatoatzin (número 6). Losdos últimos fallecieron al mes siguiente como se dijoya anteriormente.

Los encargados de la Casa de Contratación, pagaronel 18 de agosto, las vituallas para el viaje de los in-dios. Estaba programado que zarparan en una nave almando de Pero Días-". Esta era la Santa María, deciento diez toneladas que efectivamente zarpó en ...1529'°. La lista de las diversas mercancías compradaspara el efecto , no deja de ser un tanto pintoresca. Seadquirieron trescientas veinte libras de galletas de ma-rinero, doscientos treinta y ocho galones de vino, cien-to cincuenta libras de carne , dos mil sardinas, tresfanegas de garbanzo , varios galones de aceite de oliva,algunas frutas y quesos . El tesoro real pagó tambiéntres ducados de oro al doctor Diego Ruiz por sus ser-vicios médicos a los indígenas y seis piezas de ochoreales al barbero Luis de la Cueva por sangrarlos die-ciséis veces , y una suma considerable al boticario Fran-cisco de Castellanos por la compra de medicinas. Lacuenta a cargo del tesoro real para el mantenimientode los indígenas ascendía a doscientos noventa milseiscientos veintinueve maravedís, aparte de noventay cuatio mil ciento noventa y un maravedís empleadosen la adquisición de materiales y de veintitrés mil cien-to noventa y tres maravedís gastados en la manufac-tura de las vestimentas. Lo que nos da un total decuatrocientos ocho mil trece maravedís, equivalentes ani¡¡ ochenta y ocho ducados de oro , los cuales constande trescientos setenta y cinco maravedís cada uno".

Vamos a resumir en una forma tabular lo que sabe-mos de este grupo azteca . Nuestra lista omite al grupode juglares y a la dama azteca representada por Wei-

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ditz e incluye a los citados en los documentos de la la información obtenida respecto a los altos jefesCasa de Contratación y a tres indígenas que no cono - indígenas , vacía. No sabemos que aconteció con doncemos sus nombres y que son mencionados por Chi- Juan Covamitle ( número 3 ), don Hernando de Tapiamalpain. (número 5 ) y con don Juan Tgihuacmitl ( número 7);

Aztecas en España , 1528.1529

Octubre 2, 1528Indios principales 7Otros indios 29Sin nombre 3

Total 39

Agosto 28, 1529

indios principales embarcados paraNueva España 1Indios principales que murieron enSevilla 2Indios principales que permanecieronen Sevilla 2Indios principales que permanecieronen la Corte 2

Sub-total 7

Otros Indios

Embarcados para Nueva España 20Muertos en Sevilla 3No incluidos en la lista 9

Sub-total 32

Total 39

estos dos últimos no llegaron a Sevilla con el grupo defray Antonio. Sabemos más, no obstante , de don Mar-tín (número 1 ) y de don Pedro (número 2), dos de lostres hijos de Montezuma que hicieron el viaje a España.

Don Martín fue el único jefe indígena que zarpócon el grueso del contingente azteca el 28 de agostode 1529. Durante su estancia en España casó con unaespañola de nombre desconocido. Esta enviudó a raízde su llegada a Nueva España. Fernando Alvarado Te-zozomoc, cronista indígena, escribe hacia 1609, dán-donos dos versiones de la muerte de don Martín ocu-rrida en el viaje de Veracruz a México. Una dice quedurante la larga jornada fue envenenado por dos ase-sinos envidiosos, y la otra afirma que murió de un ata-que al corazón. Las dos coinciden en afirmar que laviuda fue llevada a la ciudad de México después deltrágico suceso, para después desaparecer para siem-pre del panorama histórico"

Del que sí tenemos mayor información es de donPedro, medio hermano de don Martín. Evidentementefue don Pedro el único indígena que realmente apro-vechó su estancia en España . No sabemos cuando re-tornó a Nueva España; pero bien pudo ser en 1530acompañando a Cortés como lo dice Chimalpain"

Agustín Vetancourt, cronista religioso escribe quepoco tiempo después de la llegada de don Pedro, unacédula real ordenaba al virrey de Nueva España, otor-garle el título de Grande de España, con la categoríade Caballero , más la suma de cien mil ducados. Comoesto último se llegó a saber por las demandas de sus

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herederos legales , es probable que nunca se le hayapagado dicha suma. Vetancourt nos habla de la exis-tencia de otra cédula real fechada el 11 de septiembrede 1570, en donde Felipe II otorga a don Pedro unescudo de armas y una pensión real de tres mil pesosanuales94 . De lo que sí estamos seguros es que donPedro fue uno de los supervivientes de la misión aztecaque fue a España entre 1528.30.

Existen ciertas lagunas respecto a la repatriacióndel grupo de aztecas que acompañaron a Cortés en1528. Solamente algunos de ellos retornaron a NuevaEspaña en agosto de 1529. Si las aseveraciones deLópez de Gómara son correctas y si las pinturas de Wei-ditz, aparentemente las corroboran en parte, los cómi-cos -juglares , bufones, jugadores de pelota y pres-tidigitadores- forman un grupo aparte de los treintay nueve jefes y vasallos indígenas mencionados enlas relaciones de la Casa de Contratación de Sevilla.Hasta el presente no sabemos del fin o de la repatria-ción de este grupo de cómicos traídos por Cortés.

¿Quiénes fueron los compañeros de a bordode Sahagún?

Según lo hemos visto , el grupo que Cortés trajo aEspaña en 1528 no retornó completo del todo a NuevaEspaña . Esta conclusión nos lleva a enfrentarnos a unainterrogante historiográfica , supuestamente resuelta,dado que se supone que el grupo azteca retornó íntegroa Nueva España.

En su magistral estudio bibliográfico de los textosdel siglo XVI, el bibliógrafo y erudito mexicano JoaquínGarcía Icazbalceta , nos dice que fray Bernardino deSahagún -nuestra mayor autoridad en etnografía his-tórica del centro de México- probablemente empezóel estudio del lenguaje azteca y de las antiguas cos-tumbres de México, antes que pisara tierras de NuevaEspaña en 1529. García Icazbalceta hace notar quefray Bernardino zarpó de España con fray Antonio deCiudad Rodrigo , el cual había sido enviado a Nueva Es-paña, por órdenes de sus superiores , con el fin de re-clutar entre los nuevos fieles indígenas futuros sacerdo-tes y supone que Sahagún viajó con el grupo de aztecasque había estado bajo el cuidado de fray Antonio y queprobablemente fue durante esta travesía trasatlántica,que inició sus estudios de los aztecas3B.

Altonso Toro, escritor mexicano posterior a Icaz-balceta, criticia y da por errónea la hipótesis de esteúltimo. Toro afirma , citando a Chimalpain, que el grupoazteca retornó a Nueva España en 1530. Por lo tantono pudo ser Sahagún compañero de a bordo de los az-tecas, ya que según propias afirmaciones de Sahagúnéste tocó tierra en 152934.

Treinta años más tarde otro importante historiadormexicano, Wigberto Jiménez Moreno acepta las "con-clusiones" de Toro y da por terminado el asunto38. Estamisma cuestión es hecha a un lado por Luis Nicolau

d'Olwer, el mejor biógrafo de Sahagún en los tiemposmodernos.

Chimalpain , en quien se, basa Toro para dar susafirmaciones , nos dice que los aztecas retornaron conCortés en 1530. Después de relatar el arribo de Cortésa Nueva España en el año doce de los Conejos -1530-el cronista indígena menciona entre paréntesis queCortés se había llevado consigo a varios nobles indí-genas , de entre los cuales el más allegado a él era donPedro, hijo de Moteuhczomatzin ( Montezuma). Es denotar, como lo decimos anteriormente que don Pedroy su hermano don Juan (números 2 y 3) permanecieronen Sevilla hasta fines de 1529; por lo tanto bien pu-dieron haber regresado con Cortés a Nueva España enel año de 1530. Desgraciadamente no poseemos prue-bas que afirmen o nieguen estas posibilidades.

Lo que sí sabemos , es que un grupo de Aztecaszarpó de España en el navío "Santa María ", a finesde agosto de 1529. En circunstancias normales de via-je, habrían llegado a Nueva España en los primerosdías de noviembre , dentro del período fijado por lahipótesis de García Icazbalceta. El asunto, no obstante,queda un tanto oscuro debido a la falta de fuentes deinformación que corrobore el hecho.

Ahora bien, el que Sahagún fuera compañero deviaje de los aztecas , es un enigma que no se ha podi-do resolver , como tantos otros aspectos de su vida,que han quedado cubiertos por el velo del misterio.Quizá con el tiempo y un poco de suerte , demos condocumentos desconocidos que nos ayuden a resolverlo,así como hemos podido proporcionar algunos detallesde esta menospreciada historia de la visita de indiosaztecas a España, reproducida por Weiditz, a los cualesvistió pintorescamente Carlos V y proveyó de suficientevino para un retorno feliz a Nueva España.

Notas: página 69 1NORTE/65

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LISTA DE INDIOS AZTECAS QUE ACOMPAÑARON A HERNAN CORTESA ESPAÑA. (1528)

No. Nombre : Reino :

1 Don Martín Cortés Nezahualtecolotl México

2 Don Pedro Gutiérrez AculanMocteuhzoma ( Pedro GonzálezAculan ) México

3 Don Juan Covamitle (Coyayucle;Sayayuntla) México

4 Don Hernando Tacuyltecal(Tucaytecal; Tacuytytecal) México

5 Don Hernando de Tapia(Don Andrés de Tapia) México

Notas:

Hijo de Montezuma y de doña María , seño- AGIra de Copilco , barrio de San Sebastián At- Chimal 1zacualco, hija de Ahuitzotl, octavo rey deMéxico . Medio hermano de los Nos..2 y 3.Casó con una española . Regresó a NuevaEspaña, pero murió en el camino de Vera-cruz a la ciudad de México.

Hijo de Montezuma y de doña María Mi- AGIyahuazochitl; señor de Tula. Medio Her - Chimal 1mano del No . 1 y hermano del No . 3. Per-maneció en Sevilla hasta el 31 de diciembrede 1529. Regresó más tarde a Nueva Es-paña, donde recibió honores reales.

Medio hermano del No. 1; hermano del AGINo . 2, con el que permaneció en Sevilla,después que el grueso del grupo azteca ha-bía zarpado para Nueva España. (15 deagosto al 31 de diciembre de 1529).

Fallece en Sevilla el 18 de mayo de 1529. AGI

Hijo de Andrés Mutelchiuhtzin Huitguahtla,antiguo consejero de Montezuma ; elegidopara ser gobernador de México , puesto queno llegó a ocupar, ya que muere en Nue-va España en 1530 antes de asumir el car-go. Chimalpain hace notar que no era desangre real , a pesar de los honores otor-gados a su padre por los españoles alnombrarle principal del barrio de San Pa-blo Teupan.

Fuente:

6 Don Lorenzo Tianquiztlatoatzin Fallecido en Sevilla el 6 de mayo de 1529. AGI(Lorenzo Maxixcatzin ; Don Lorenzo Tlaxcala Chimalpain lo confunde con su hijo, Diego Chimal1de Tascala) Tlilquiyauhtzin, que fue a España en 1534. Gibson

(Gibson , Pág. 165).

7 Don Juan Tgihuacmitl Cempoala Señor de Cempoala. Permaneció en la cor- AGIte. No fue a Sevilla . Chimal 1

Otros indios

8 Francisco de Alvarado Hijo de Tezozmoctli Aculnhuacatl, hermano AGIMatlacchuatzin (Francisco Encul; de Montezuma. Chimalpain lo considera de Chimal 1Cucul). México sangre real, un príncipe; pero no lo era Chimal 11

para los españoles, que no lo incluyeron enla lista de las vestimentas especiales.

9 Gaspar Tazcoaquad México Señor del barrio Xoloxo, Acatla. AGIChimal 1Chimal 1

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10 Damián Tiacochecicatl

11 Gerénimo Conchano

12 Baltasar

13 Gabriel Tegpal (Gaspar Tegpal;Tequepal)

14 Baltasar Toquezquauhyctzin(Baltasar Tuzquecoahuyl)

15 Valeriano de CastanedaQuetzalcoyotzin ( Castañeda Teocal)

16 Antonio Huatlalotzin(Anton Tlache)

17 Juan Citlalihuitzin ( Citlalcuetzin)¿Juan de Avallos ?; Juan Zatalico)

18 Julián Quauhpiltzintli (JuanQuaspilatle ; Coapilzotedo)

19 Pedro de Castaneda Collomochcatl(Castañeda Cuytalache)

20 Felipe de Castilla Momalquitzin

21 Baltasar

22 Benito Matatlaqueny ( Mazutlaqueny)

23 Juan Tezcal

24 Diego Yacamecant

25 Juan Xintana ( Cintanza)

26 Juan Cuzin (Alcucin)

27 Oliver Osacuytal (Voscuycala)

28 Miguel Nystande ( Instende)

29 Diego Yquinod

30 Bartolomé Malquel ( Malcoala)

31 Santiago Piltecle

32 Santa Cruz

33 Apanecul (Yapaneatl)

34 Roman Tengola (Tengulin)

35 Hernando de Matea

México Del barrio Tomatla, San Sebastián Atzacual - Chimal 1co. No se encuentra en el AGI; por lo tan-to es uno de los tres nombres omitidosen las cédulas . Se supone que llegó aSevilla y regresó con el grupo el 28 deagosto de 1529.

México Señor de la ciudad de Santiago Tlatelolco, Chimal 1descendiente de su tercer rey Quauhtlaht-chuatzin . No se le encuentra en el AGI.Ver. nota del No. 10.

Texcoco llegó a Sevilla y regresó a Nueva España AGI

Hijo de Pedro Tetlepanquetzizin , rey de AGITacuba Tacuba. Chimal1

Señor de Culhuacán . Fallecido en Sevilla AGICulhuacán el 13 de mayo de 1529. Chimal 1

AGITlaxcala Gibson

Fallecido en Sevilla el 3 de mayo de 1529. AGITlaxcala Gibson

AGITlaxcala Gibson

AGITlaxcala Gibson

Señor de Tlalmanalco, Chalco. AGITlaxcala Chimal 1Tlaxcala Señor de Cuitlahuac . No se encuentra en el Chimal 1

CempoalaAGI. Ver nota en el No. 10.

AGI

Viajó a Roma; vuelve con el grupo a Sevi- AGIlla el 27 de julio de 1529. Regresa a Nue-va España.

AGI

AGI

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36 Marcos Mapa AGI

37 San Martín Mahuez (Mehuez) AGI

38 Bartolomé Tesecochel (Tresecoche) AGI39 Hernando Eca (Gea) AGI

Notas de la lista de indios:

1 Nombre probable . Entre paréntesis , variantes del mismo.

2 Subdivisiones de la comunidad Azteca en la época pre-cor-tesiana del México Central.

3 Abreviaciones: AGI: Archivo General de Indias , Sevilla, Con-tratación, legajo 4675 B, folios 124v-126v. Este material fuegentilmente proporcionado por el Dr. France V. Scholes desu colección fotográfica ; el Dr. Juan Friede contribuyó conla transcripción paleográfica.

Chimal 1: Esta es una fuente de información muy rara ycomplicada. Francisco de San Antón Muñón Chimalpain Cuauh-tlehuanitzin , indio de alta sociedad , natural de Chalco , escri-bió diversos trabajos en Náhuatl , basándose en fuentes deinformación escritas y orales hasta hoy desconocidas. En fechaaún no precisada , tradujo al Náhuatl la obra Hispania Victrixde López de Gómara ( 1552). Esta traducción de Chimalpainfue encontrada por Carlos María Bustamante , anticuario devoto(y político), el cual pensó se trataba de alguna nueva e im-portante historia indígena , no obstante haber descubierto su

verdadera naturaleza y valorizado la importancia del docu-mento, lo publicó con el título de : Historia de las conquistasde Hernando Cortés, escrita en español por Francisco López deGómara, traducida al mexicano y aprobada por verdadera por D.Juan Bautista de San Muñón Chilmalpain Quauhtlehuantzin,indio mexicano , 2 volúmenes. ( Ciudad de México , 1826). Apesar de que en general , la traducción de Bustamante al espa-ñol de los trabajos de Chilmalpain, contribuye escasamente acomplementar el original de López de Gómara , el cronistaindígena añadió a la parte segunda , capítulo 62 (Vol. 2,1826,págs. 163- 164) notas en torno a once de los indios aztecas queacompañaron a Cortés en 1528; contribución única , que ningunode los cronistas había utilizado anteriormente,

Chimal II: Escritos importantes que se conservan de Chi-malpain , Relaciones originales de Chalco Amaquemecan, es-critas por don Francisco de San Antón Muñón ChilmalpainQuauhtlehuanitzin , paleografiadas y traducidas del Náhuatl, conuna introducción , por S. (¡¡vía) Rendón . (Ciudad de México,1965), p. 230-31.

Gibson : Charles Gibson; Tlaxcala en el Siglo XVI. (NewHaven, 1952 ), pág. 161.

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Notas:

(1) Historia General y Natural de las Indias, Islas y TierraFirme del Mar Océano , por Gonzalo Fernández de Oviedo yValdés, 4 vols. ( Madrid, 1851 -55), vol. 3, págs. 527-28. Origi-nalmente publicado en 1535-57.

Hispania Victrix , por Francisco López de Gómara. Primera ysegunda parte de la historia general de las Indias con todo eldescubrimiento , y cosas notables que han acaecido dende quese ganaron hasta el año de 1551.

Con la Conquista de México y de la Nueva España , 2 vols. enuno. (Por Medina del Campo, 1552-53), segunda parte, foliocxii verso; en ediciones posteriores se incluye este materialen la 2a . parte. cap. 62.

Historia General de los Castellanos en las Islas y Tierra Firmede( Mar Océano , por Antonio de Herrera y Tordesillas, 8 vols.en cuatro ( Madrid , 1601-15), IV década, libro 3, capítulo 8.

Las maniobras político -económicas de Cortés durante esta épocahan sido estudiadas por G. Michael Riley en La Hacienda deFernando Cortés en Cuernavaca , 1522-1547 . (Disertación enla Universidad de Nuevo México , 1965), resumida parcialmenteen su Fernando Cortés y las Encomiendas de Cuernavaca, ...1522 -1547. Las Américas, 25 :3-24 (julio de 1968). El rey Carlosde Habsburgo era Carlos 1 de España , no obstante después desu elección como sacro emperador romano el 28 de junio de..1518, era más conocido como el emperador Carlos V. El másconocido de los cronistas de su reinado es Roger B . Merriman:

El Esplendor de España en el Antiguo y el Nuevo Mundo, 4vols. (Nueva York, 1918-34). El Emperador vol. 3.

(2) Historia de América Central , 3 vols. por Hubert HoweBancroft , (San Francisco, 1883-87), vol. 1, p. 539-540.

(3) Historia General , por Oviedo , vol. 3, p. 527-728. Oviedoafirma que su información la tomó de fray Diego de Loaysa,que había acompañado a Cortés y al grupo de Veracruz a laHabana , después fueron a Nicaragua donde le dio su reportea Oviedo . Hispania Victrix , por López de Gómara , 2a. parte,folio cxiii.

(4) Idem.

(5) Fernando Cortés , por Riley, p. 14-15, 17. Ver también Es•paña, por Merriman , vol, 3, p. 510. El ex-voto de Hernán Cortés,por Federico Gómez de Orozco. Ethnos, 1 :219-222 (1920-21)proporciona una detallada aunque no documentada crónica so-bre los viajes realizados por Cortés en España en 1528. Segúnesta misma fuente, Cortés paró en el monasterio de la Rábida,en donde conoció al futuro conquistador de Perú, FranciscoPizarro.

(6) Hispania Victrix , por López de Gómara , 2a. parte, folioexiil.

(7) Varias veces se han publicado de diferentes copias laCédula del 6 de julio de 1529 ; una de ellas se puede encon-trar en el Cedulario Cartesiano de Beatriz Arteaga Garza yGuadalupe Pérez San Vicente . (México 1949 ), p. 125-132. El27 de julio de 1529 se autorizó a Cortés y a su esposa doñaJuana a tomar posesión de este mayorazgo ; idem. p . 141-164.Ver también Hispania Victrix , por López de Gómara , 2a. parte,folio cxiii.

(8) Fernando Cortés , por Riley, p. 20. Ver también España, porMerriman, vol . 3, p. 510-511.

(9) Fernando Cortés, por Riley, p. 20 . Historia General , 4a. dé-cada, libro 6 , cap. 4, p. 134. El padre de Cortés había arregladoel matrimonio de don Hernando con doña Juana de Zúñiga, hijadel conde de Aguilar y sobrina del duque de Béjar . Para másdetalles ver Hispania Victrix de López de Gómara , parte 2a.folio cx)) i verso.

( 10) Das Trachtenbuch das Christoph Weiditz von seinen Rei-sen nach Spanien (1529) und den Neiderlanden ( 1531.32),editado por Theodor Hampe ( Berlín, 1927 ). El doctor Hampereorganizó para su publicación el desordenado original, el nú-mero que aparece abajo de las láminas es el suyo. Tradujo lasnotas que Weiditz había escrito en un arcaico dialecto alemánal inglés y al español . Los principales dibujos parecen sercopias del siglo XVI, de los originales actualmente perdidos.Los que no han sido publicados son variantes de las copiasrealizadas posteriormente por un artista del siglo XVI de nom-bre Sigmund Hagelsheimer ( alias Heldt ) que se encuentranactualmente en la "biblioteca del vestido" del Baron von Lip-perheide -Staatlichen Kunstbibliothek de Berlín y que figuran enel Katalog de Lipperheisdeschen Kostumbibliothek ( Berlín, ...1896-1901 ) Vol. 1, cuarta parte , p. 5ff. En el libro de trajesno publicado que escribió Heldt, aparecen , según Hampe, du-plicados de las láminas XIII -XXII que realizó Weiditz.

(11) Hernán Cortés y el libro de trajes de Christoph Weiditz,por Frans Blom . ICACH ( Instituto de Ciencias y Artes de Chia-pas, Tuxtla Gutiérrez), 11:8 (julio-diciembre de 1963).

(12) Los Veynte y un Libros Rituales y Monarchia indiana,por Juan de Torquemada ; 3 vols. (Madrid , 1615; 2a. Ed.,1723), vol. 2, p. 554. Trachtenbuch , por Weiditz: Láminas XV-XVII.

( 14) Monarchia Indiana por Torquemada , vol. 2, pág. 554.Trachtenbuch de Weiditz , láminas XI-XII.

( 15) Idem ., láminas XVIII-XXIII.

( 16) Idem ., lámina 1.

(17) Idem ., lámina LXII.

(18) Idem ., pág. 20 . Ver nota de la lámina IV escrita porHampe.

(19) Idem., lámina IV , Manuel Romero de Terreros en su libroLos retratos de Hernán Cortés; estudio iconográfico (ciudadde México , 1944), parece desconocer totalmente el retrato queWeiditz realizó en 1529 ; de las treinta y tres pinturas presen-tadas en esta obra , solamente tres de ellas pudieron haber sidorealizadas en vida del Conquistador y éstas sólo son conocidasen copias posteriores realizadas durante la época de la colonia(Hospital de Jesús ; Palacio Municipal ; Museo Nacional deHistoria : Idem.; pág . 13-19). Comenta y reproduce el medallónrealizado por Weiditz , Idem; pág . 10-11 y fig. 3.

(20) Tlaxcala en el siglo XVI , por Charles Gibson ( New Ha-ven, 1952 ) pág. 164 , da como fecha de partida la de 1527, lacual es errónea.

(21) Los Aztecas en el Pensamiento Renacentista , por Benja.mín Keen ( sin publicar), pág. 7 - 11, gentilmente proporcionadopor el autor con información adicional. El doctor Keen propor-cionó del mismo modo estas referencias : de F. A. McNutt,

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De Orbe Novo , Las Ocho Décadas de Pedro Mártir, 2 vols. (NewYork, 1912), vol. 2, pág. 41-46. La carta de Forli es mencio-nada en "Los Primeros Mexicanos enviados a España por Cor-tés", de Marco¡ Bataillon, Journal de la Société des America-nistes, 47:135.140 (1959); el texto latino fue publicado porHenry R. Wagner en Revista Histórica Hispanoamericana, ...9:361-363 (1929). En la edición de Eugenio Alben, Relazionedi Gasparo Contarini . Relazioni dagli ambasciafori veneti alSenato, 15 veis. (Firenze, 1839-63), serie 1, vol. 2, pág. 54.Memorias Literarias de Alberto Durero , por W. M. Conway(Cambridge, Inglaterra, 1889), pág. 101.

(22) Tlaxcala, por Gibson, pág. 184. Historia General , por He-rrera, 4a. década, lib. 6, cap. 4, pág. 134.

(23) MS; Archivo General de Indias, Contratación , legajo 4675B, fols. 124v-127v. Se agradece la generosidad del Dr. Scholesal hacer posible la obtención de este material y al Dr. Friedepor su transcripción paleográfica.

(24) "Para que se dé vestuario a los indios de la Nueva Españaque trajo don Fernando Cortés", Idem.; fol. 124 Y.

(25) "Para que se dé bastimiento a los dichos indios", Idem.;fols. 124v-125.

(26) "(Para que se dé vestuario a los que así no se habíannombrado) ", Idem.; fol. 125.

(27) "Relación del mantenimiento que se ha dado a los indiosque fray Antonio de Ciudad Rodrigo presentó en esta Casa,viernes 9 días del mes de abril de 1529 años en adelante',idem fols. 126v-127.

(28) "(Relación) para vestuario de veinte y cuatro indios",Idem.; fols. 125-126.

(29) "Relación del bastimiento que se compró para basti-miento de diecisiete indios que van a la Nueva España en lanao de que es maestre Pero Días", Idem.; fols. 127-127v.

(30) Séville et l'Atlantique, por Pierre Chanau (15041650), 7vols. (París, 1955-57), vol. 2, pág. 192-93.

(31) Existía en la España del siglo XVI una increíble variedadde unidades monetarias, por lo que es casi imposible equipararsus valores con los de nuestra moneda actual. La unidad oficialde la que todas las demás unidades eran deducidas, era elmaravedí la cual no era una moneda propiamente dicho. La princi-pal moneda de plata en circulación en España era el real (1/8del peso), la cual constaba de 34 maravedis. La unidad ora erael ducado que constaba de 375 maravedis; un peso fuerte deoro contenía 450 maravedis. Ver El Imperio Español en América,por Clarence H. Haring, 2a. Ed. (New York, 1963), pág. ...286-288; Las fluctuaciones de precio en algunas de las básicasmercaderías del México Central , 1531-1570 (Berkeley y LosAngeles, 1958. Ibero-Americana, 40), pág. 8-9. Nos dice FranzV. Scholes que el "peso de oro de minas " (300 maravedis)de 1531 tenía un poder de compra equivalente aproximada-mente a seis dólares USA de 1958. "El conquistador españolcomo hombre de negocios", Nuevo México Trimestral, 27:11(Primavera, 1958). Si esta relación es aproximadamente co-rrecta las arcas reales pagaron un poco más de ocho mil dó-lares por la permanencia de los indios en Sevilla.

(32) Crónica Mexicayotl, por Fernando Alvarado Tezozomoc,traducida directamente del náhuatl por Adrián León (México,1949) par. 313, pág. 151.

(33) Relaciones originales de Chalco Amequemecan , escrita,por don Francisco de San Antón Muñón Chimalpain Quautle-huantzfn , paleografiadas y traducidas del náhuatl, con una in-troducción por S. Rendón (México, 1965), pág. 230. Ver nota37.

(34) Teatro Mexicano , por Agustín Betancourt, 4 vols. (México,1870-71), vol. 1, pág. 363-364. Primera publicación en 1698;basada en la obra MSS de Chimalpain. Alvarado Tezozomoc ensu Crónica Mexicayotl ,' par. 314, págs. 151-153 también pro-porciona su genealogía y detalles de sus descendientes, cuandomenos de uno de los que murieron en España.

(35) Camino de la Corte de España en 1528, Cortés hizo quesus indios actuaran para varias nobles señoras: "El ex-voto",por Gómez de Orozco, pág. 229-230.

(36) Bibliografía mexicana del siglo XVI, por Jaquín García Icaz-balceta (México, 1886; rey. Ed., editada por Millares Carlos,1954), pág. 327-328, n. 6.

(37) "Importancia etnográfica y lingüística de las obras delPadre Fray Bernardino de Sahagún. Memoria presentada al XXCongreso de Americanistas reunido en Río de Janeiro", porAlfonso Tofo.

Anales, Museo Nacional (México) 4a. Ep. T. 2, (1924) pág. 2.También en el XX Congreso de Americanistas (Río de Janeiro,1922), Annles, 3 vols. (Río de Janeiro, 1928), vol. 2, págs.263.277. Según estudios contemporáneos las afirmaciones deToro son incorrectas al decir que: "Don Pedro Moctezuma Tla-cahuepan Yohualcahuatzin, hijo de Montezuma, Don Franciscode Alvarado Matlacahuatzin, hijo de Tezozomoctzin y los demásprincipales mexicanos que acompañaron a Cortés, no volvierona México, sino hasta el año siguiente de 1530".

(38) Fray Bernardino y su obra , por Wigberto Jiménez Moreno(México, 1938), pág. 4, n. 4; reimpreso de Historia general delas cosas de Nueva España, por Fray Bernardino de Sahagún,5 vols. (México, 1938).

(39) Historiadores de América . Fray Bernardino de Sahagún(1499.1590), por Luis Nicolau d'Olwer (México, 1952). Insti-tuto Panamericano de Historia, publicación 142).

Tomado de: The Quarterly Journal oí the Library of Congress.Abril, 1969 . Washington, D. C.

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ESTUDIO

LA POESIADE

CABRALDEL HOYO

... se manda en la realidadjamás en la fantasía.

Este es un poeta que ha logrado sublimar sus de-fensas interiores y al hacerlo son dos voces las quese escuchan: la voz del hombre y la voz del poeta que seamalgaman en sus versos, que de hecho son percepti-bles al inconsciente de todos mas sólo al consciente deunos pocos.

Cabral del Hoyo nos demuestra cómo el poeta difí-cilmente puede ser otra cosa:... ser joyero y en un anillo de humo engarzar unas go-tas de rocío.Jardinero,y tras mil experimentosinjertar en el árbol de un navío el rosal de la rosa de losvientos.

Cómo, para el poeta las palabras son alimento, vida,sangre:

Y frente a certidumbre tan amarga,uno rompe la cándida cuartilla.Y se queda sangrando a borbotones.

* * *

Aguas corrientes del arroyo claro,álamos asomados a su espejo,nunca hallaré, si por mi mal os dejo,sitio más venturoso ni más caro.

Me alejo de vosotros, y os declaroque he de tomar, así como me alejo,para poner mi corazón , ya viejo,eternamente bajo vuestro amparo.

Pues dominar no puedo el vagabundoafán, por más que de su fin recelo;fuerza es dejaros y volver al mundo.

Porque me llama ; como a ti , riachuelo,con su amarga canción el mar profundo;como a vosotros , álamos, el cielo.

Cómo, Tánatos se apodera del alma de todos lospoetas:

Cazador, nos cazaron en el monte.Nos llevan a enterrar , sepulturero.

Será como ir quedándose dormidoen soledad tan pura, tan carentede todo, cual rindiendo cauce y fuente,linfa y sed, continente y contenido

Solo, sin pie, sin ala, desasidode las cosas más íntimas , ausentede sí, tan en extremo transparentecomo sombra de un sol desconocido.

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Y de súbito , en ondas de la nada,una luz deslumbrante : derramadapor el agua y el aire la conciencia.

Y ardientemente vivo hallarse en todo,ya todo vivo en uno , de tal modoque no sufra el amor ninguna ausencia.

Cómo, los poetas no saben cuándo es de día nimenos cuándo es de noche, pues viven sus sueños comosi fueran reales:

¡Emula de la cierta , la fingida!la luz no es más verdad que su reflujo,ni menos real el sueño que la vida.

Cómo, los poetas son cazadores de cometas celes-tiales y de músicas palabras, elevándose muy por enci-ma de la realidad, a la que suelen regresar precipita-damente:

¡Inútil curvar las vocesa caza de inmensidades!Y el pobre afán imposiblese va volviendo romances.

... tengo las manos desolladasde tanto asir los imposibles, y vacías;traigo de zarzas y de polvocubierta y rota la memoria de mi vida.

Cómo, los poetas poseen una enorme imagen ma-terna, los unos tratando de despegársela y los otros nohabiéndolo conseguido:

No sé por qué , madre, túme tienes cariño a mi,si no me conoces tú,ni yo te conozco a ti.

Tú no sabes quién fui yoen las vidas que viví.Yo sólo soy para tiuna alma que en ti encarnó.

Perdóname , madre, a míla sangre que te quité.Cual yo no te culpo a tide la vida . Yo no sécontra qué ley delinquíni en qué otro mundo pequé,peor puesto que nacípor algún delito fue.

Juntos nos tocó vivirla comedia sublunar.Después yo habré de partira donde tú no has de estar.

Tú al cenit y yo al nadir.Quizá me toque llorarcuando tú debas reír.Tal vez tú vas a vestirde blanco en campos de azur.Yo de andrajos he de andar.Tú irás a la Cruz del Sury yo a la Estrella Polar.

Sexo, nombre , condición,vida, ¡accidentes nomás!

¿De qué sirve el corazón?Yo me voy y tú te vas.

Yo no sé, madre, por quéme tienes cariño a mi.Tú eres prana que tomé.Yo, manas que vino a ti.

Cómo, los poetas regresan con frecuencia a estadosde infantilismo , o, acaso, no regresan porque no hansalido:

Este soy yo, desnudo y a distanciade todo cuanto fui, falso y ajeno:designios de ser malo y de ser bueno,resabios de la sangre y de la infancia.

Dame el perdón capaz de unirmecon mi niñez y con mis padres en tu cielo.

Cómo, los poetas suelen ser ambivalentes cuando seencuentran con la mujer, y como en el caso de Cabraldel Hoyo sólo la "mujer- viajera " le seduce:

Y de vuelta de todo, en un recodode mi propio dolor te hallé dormida.Eras la plenitud apetecida,la no encontrada parte de mi todo.

Vivir soporto -agonizar- apartede ti, tan sólo porque acaso un díaen tu serena y dulce compañíaencuentre alivio mi dolor de amarte.

En la noche, en su más profunda parte,colman mis ayes la extensión vacía,y en la pasión con que te llaman míaconozco lo imposible de olvidarte.

Ando de mis cansancios a mi hastíosin que ni por azar en algo acierte,viudo , ausente , sonámbulo , sombrío.

Todo lo he de perder por no perderte,y esperaré que vuelvas, amor mío,hasta el último instante de mi muerte.

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Pero ese defenderse contra la imagen interior deabandono, hace que nuestro poeta se defienda aban-donando:

Te he de perder un día.Te he de perder un día totalmente.

Escucharé tu nombre sin sobresalto alguno.No calmarás mi llanto . No. poblarás mi yermo.Te he de perder un día totalmente.

Porque habrá de caer, inexorable,el minuto absoluto del olvido.

Y escaparás entonces al poemacomo ayer a la vida de mis brazos.

Te he de perder un día totalmente.

Pero mientras te tengo, déjame nuestras cruces.

Que en el papel pregone lo que negué a tu oídoel estertor de un mundo que para ti formaba.

Esta sólida mancha de la tiniebla míacuando la aurora tuya se me quebró en las manos.

Cómo crujió mi nave cuando tu cobardíaarrojó por la borda nuestro niño horizonte.

Mi deshielo. Tu quiebra. Nuestros cuerpos perdidos.Nuestras fiestas trocadas en lúgubres orgías.

Inefable tu crimen y mi sangre contada,siento que he de perderte.

¡0 que ya te perdí!Cómo, los poetas gozan penando , y cuando ríen es

sólo para demostrar que saben hacerlo. ¡Ved a un poetallorar y lo vereis vivir!

Por más que te llore, Amor,no te lloraré bastante.

Aunque me . pase llorandolas noches interminables.

Aunque llorarte pudieraporo a poro de mi carne.

Aunque llegase a llorar,en vez de lágrimas, sangre.

Por más que te llore, Amor,

no te lloraré bastante.

Aunque llorara y llorarasiglos y siglos de edades.

Aunque mi llanto corriese,desolado , por las calles.

Aunque desborde los ríos.Aunque acreciente los mares.

Por más que te llore, Amor,no te lloraré bastante.

Un poema solamente puede describir el alma de unpoeta , y Cabral del Hoyo nos deja conocerla en el si-guiente:

Capricho. Tesoro inútil.Corazón de nudo ciego.

Troquel de sombras. Orgullo.Carne tendida de negro.

Enemiga de ti misma.Ánfora rota . Te quiero.

Te quiero, mano crispada.Página en blanco te quiero.

Desde que no puedo vermesin llorar en el espejo.

Indefensa y agresiva.Otero casto y hambriento.

En cada mujer que pasay en cada noche sin sueño.

Lágrima en busca de un hijo.Soledad. Templo desierto.

En tanto que se dispersanentre los surcos mis huesos.

Te quiero madre en mis brazos,himen intacto y secreto.

Ahora , regazo, y siempreque mi voz levante un eco.

Extraña , imposible, mía,te quiero cubil de besos.Te quiero , cáliz de hastío.Puñal llorando , te quiero.

Desvalida protectora.Perjurio de ritmos lentos.

Te quiero, boca insensible.Entrega triste , te quiero.

Ajena carne enlunada.Te quiero , te quiero siempre.

Te quiero muerta o de todos.Te quiero niño y enfermo.

NORTE/73

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MI TIERRA

Mi tierra me hizo a su medidala noche aquella de luna aquella.Me hizo de viña y cante jondo,de filosofía tierna y filosofía ancha.Mi tierra sangraba poetasy el mundo la conocía.¡Ay mi tierra de vino blancode jaca torda!¡Ay mi tierra!Mi tierra que tiene rejascon ojos negros.Tierra de sol y de marismas,de cascabeles gráficos de letanías.Veinte mil sombreros de alas anchasy veinte mil chaquetaschaquetas cortas rondan las calles.¡Mi tierra! ¡Mi tierra aquelladel niño junco , de la niña hembra!¡Ay, cómo la besan los solesy los surcos se ponen en piey se tambalean!Tierra que habla con voz de aire.Tierra que con navajas ella pelea.Tierra que huele a corpiños recién lavados.¡Ay mi tierra,la tierra de los poemas!Yo quisiera veinte mil caballoscon sus madroños.Yo quisiera la sierra , y los olivos,y las viñas , y las hembras que duermen,y yo dormir en la era con diez lobos y sus cuchillos.Yo quisiera la bondad del mundo para iluminar a mi tierra.¡Mi tierra ! ¡Ay mi tierra!

RECUERDO DE HIEL Y MIEL

Como un dios sin casay campo sin flores.

La idea alcanzada,la visión del monte.El recuerdo erizosin frontera el cobre.Erase la luna,los mares salobreslas uvas de polvoel amor de un hombre.

Como diez navajasrajaban la noche.

Todo por la menteagobiaba el ordeny el mundo a mis pies

arrullaba al monte.Yo frené mi mente,ordené mi nombre:Betanzos Palacioslabriego de portesencillo de cunacon sus padres nobles.

Y como un destellodespidiendo broncecrucé las fronteras,que hacían la noche.

Dos mundos , un beso,aldea y coloresera mi recuerdopor el mar enorme.

Amor sanjuanero,un tallo de bronce

con ala muy anchaen pared de adobe.El beso ceceante,el calor de un roce,la ronda del ojoplazoleta pobre.

Y mi alma sangrabachillaba en la nocheigual como el tigreal herir el monte.Era ella, la misma,con vestido y porte.Vacación calienteantes de las once.Morena , morena,como luz de un brochetersa como un diosviva como un monte.

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MI RAZA

Las inquietudes bailaban en la tierra.Las caras de avellanas pardas.Los ojos de ascuas que presienten ríos.Cuerpos de roble, inteligencia clara.Las manos anchas de terrón y arado.La raza no cabía en las murallasy el acento meridional no quería el letargo.Las armas se movían de aquí para alláy si no hubieran encontrado salida por el marhabrían salido bólidos hacia los espacios.Un hombre con el sello de Españahace la proeza. De Palos se vay con él trescientos Pinzones de agua salobre.Un mundo grande y virgen esperabay una raza especial se forma.Grande de espíritu , fuerte de alma.Una raza de toro bravoy mansedumbre de cordero extremeño.Una raza de hierro , de terrón , de mirar inquieto,de fe, de guerra , de genios,de resurección y de clave de las demás razas.Y con la cara el verbo y el acentoy con la sangre la planta del héroey con los ojos la tierra se levantay con el alma cambian la universidad del espíritu.¡Salve ! ¡ Salve, raza hispánica!Sin fronteras, con hermandad,con los brazos abiertosy con sus cuerpos mezcla de lengua , de tierra y de alma.Avellanas pardas y empuje de torode toro bravo del corazón hispánico.

Mil veces de nochefrené mis impulsosy ordené mi nombre.

Un pueblo redondo.Las uvas de cobre.El mirar muy lánguido.La fuente en la noche.Un ceceo de vinooscuro del trote.Casas que iban siendo.Toscos labradores.

Se me alzó de manosel barco en la noche.Trasquilló las olasy encalló en el monte.

La luz era un rezo.El besar de un hombre.

Morena de harinacon vestido pobre.

Figura ambulantejazmín de la noche,morena es la graciapasión es el nombre.

Erase un creyentecon la luz de un cobre.Mares bocaabiertosrepiten las doce.

ABANDONO

Que yo la vi cinco díasentre dos pinos y arroyode cristal.Que la miré desnudarseentre vestido y lunaresde tisú.Que con su cuerpo de nácaryo sentí un escalofríode aceros y de mimbraleses verdad.Pastando estaba el caballoentre dos pinos y arroyo.Yo miraba hacia los cielos;mi espalda sobre una mantade hierbas verdes y amapolas.Que había paz en los pinosy el caballo relinchócon razón.Que yo la vi desnudarsepor entre un verde y un azul.Que yo le vi sus lunaresque le besaban sus pechos.Que había queja en su bocay en el arroyo purezainundándole las piernascon su luz.Que no era forma de humana,que si la era de una diosacuando yo la vi mojadasacas su cuerpo desnudodel agua que la besó.Que eran dos pinos muy verdeslos que temblaban de gozoy placer.Que vio al caballo desnudo,que buscó al amo cercano,que la miraba completano creyendo la visión.No hubo palabras ningunacuando un grito desgarróuna vergüenza y unos pinosde verdor.Que se tapó con las jarassu pudor y desnudez,

que los arbustos reíanunas sátiras coplillas.Que ella me pidió llorandosu vestido de lunarespara cubrir indulgentesu blancor.Que ella se vistió de prisacon hojas y con vestido,que se metió entre dos pinospara ocultar su rubor,que la detuve pidiéndoleexcusa por mi presenciaentre dos pinos y arroyocon su flor.Miró perpleja mi calmasus ojazos montaraces.Lloró lágrimas calientesmirando para las yerbas.Que lo pude consolarponiendo fr ío a mis ascuasque atizaban como rejonesde pasión.Me habló que no conocíaotro mundo que los pinossecos o verdes envueltosde una sencilla ilusión,que se llamaba Teresay vivía con su padreen una casa de pinosy de sol.Que ella me tomó confianzaes verdad.Que las tardes me esperabaentre un arroyo que ríey dos pinos que susurrannuestro amor.Que los besos que le dabaeran música celestecon las notas de jazminesy azahar.Que me marché una mañanadel pinary ella vivirá llorandoentre dos pinos de negroy un arroyo asustadoante Dios.

NORTE/75

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TRESPOEMAS

DE AMORDE

AMELIASAIEG

Dibujos de Berenice

DENSA

Densa como esta soledadque me rodea,huérfana de tu mano,hoy te buscaría por cualquier ismo.Hay una cúspide inalcanzada,longuevidad la vida,quizás breve , irresoluta.No solamente la agitación o el beso,tú no eres dos veces,denso tú,volátil la sien.Recesivo amor,prolongas el junco , la mesa cotidiana,mi mano irrepetida.Es el "hoy " de ayer.Traes continuos movimientos internos,no solo sexo,cateo a nivel juvenil,ceremonia boca a boca,esperanza , dolor semejante a futuro.Resurrección con visos inherentes.Densa , denso, línea creativa,para inventar incendiosvisionario del ojo,calumnia mortal para el olvido.

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PALMO VUNERABLE

Los brazos de acometientosy desalinees,ahora la juventud,rebozando su tizón de plátano en desborde.Si eres feliz aquí,estrena tu risa ,llenaremos los bancos de las plazas,reiremos del niño en su milagro.El húmero sin alternativas,tú y yo,un mito para descifrar cromosomas.Amado ven,no sé que palmo vulnerable,se rige de tu voz en la mañana.Ya vives en el desayuno y el ómnibus,te habito con la ventana inmensadel sueño enajenado.De ti quiero el hijo,o el estertor secreto de los grillos,tu corbata y el rubor creciente de los pájaros.

POR TIQuiero tu cuerpo,para bruñir caricias incesantes,y un trasbordo de barcos fugadores , Y se me fue la sangre

a lo largo de un evidente canal . de las manosmientras la primaveraPediatra del escalón al seno , delirabatu boca ,

primera glándula pineal de los secretos.

.Y me quedé vacíade tu nombreTrasmutación en pasados y arrebatos , ,bajo un tecladopara un iglú

donde encalló mi beso. de silencios.

NORTE/77

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MARIAOFELIA

HUERTASOLIVERA

DESCONCIERTO

uVoces y signos me cercan.Problema de fondo y formaesperando la respuestaque formula mi razón.Corto un plan, muevo los signosy las voces se mantienenpidiendo cabal respuesta.Tratativas que se pierdenen vanas conjugacionesde rutinas, de emociones,de una pena , de una risa,que demarcan un complejoque vulgarmente señalocon desinencia sabidaque repite los dilemas.Me asombro y pronuncio: HOMBRE.

Peso superfluo mi angustiaLastre de días antiguosque se aferran en las cavasde oscuros y vanos sueños,dando un rumbo sin derivaa mi barca sin destinoque no acepta puerto nuevo,que se pierde de su rumboobsesa en ruta borrada.

ff

Palabra discorde,silencio sin causay quedo muy sola,otero distantedel canto y la ideaque dicen en tornolos hombres que, sabios,construyen sin pausala dicha y la risa.

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0HOMENAJE)

PABLO PICASSO

OCTUBRE 25,1881: 90 AÑOS DE MIRAR Al- MUNDO

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REVISTA HISPANO-AMERICANAFundada en 1929