ENCONTRAR A DIOS EN UNA SOCIEDAD INDIVIDUALISTA. INTRODUCCIÓN: El individualismo es un fenómeno...
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ENCONTRAR A DIOS EN UNA SOCIEDAD INDIVIDUALISTA
ENCONTRAR A DIOS EN UNA SOCIEDAD INDIVIDUALISTA. INTRODUCCIÓN: El individualismo es un fenómeno complejo y ambiguo. En sus orígenes contiene: – Una promesa
INTRODUCCIN: El individualismo es un fenmeno complejo y
ambiguo. En sus orgenes contiene: Una promesa de liberacin y
felicidad. Esta promesa ha sido incumplida y nos ha dejado en un
estado de desarraigo y soledad. El que se prometa un individuo
creciente se ha convertido en individuo menguante
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1.- LA PROMESA INCUMPLIDA DEL INDIVIDUALISMO Las races del
individualismo moderno estn en la Edad Media y en el Renacimiento.
Las promesas de libertad, autonoma, desarrollo del yo y felicidad
del individuo moderno siguen configurando hoy nuestros deseos. He
aqu algunas notas de esta promesa incumplida:
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a)LA PROMESA DE FELICIDAD Que el fin de la vida es buscar la
propia felicidad por encima de todo, parece un dogma indiscutible.
En el Renacimiento comenz el desplazamiento de la bsqueda de
salvacin, o vida bienaventurada del ms all, a la felicidad en el ms
ac. Mientras haba cohesin social, se buscaba la felicidad con otros
la felicidad pblica. Luego la felicidad pas a centrarse en la
felicidad privada (familia, grupo de amigos) Hoy da se ha pasado a
buscar una felicidad an ms pequea, a la bsqueda del sentirse bien
uno mismo, aqu y ahora. El yo pletrico y confiado en sus
posibilidades, que empezaba a buscar la felicidad, se ha convertido
en un yo mnimo que slo busca sobrevivir.
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b) LA PROMESA DE LIBERACIN E INDEPENDENCIA Depender de otros
nos parece infantilizante. Queremos hacer las cosas normales de la
vida por nosotros mismos, sin tener que depender de los dems. Nos
hemos ido organizando para necesitar cada vez menos de los dems y
hacernos ms autosuficientes. Al concebirnos libres, iguales e
independientes creemos que no tenemos la obligacin de asumir
compromisos, vnculos o cargas que no hayamos asumido
voluntariamente. Creemos que no tenemos por qu depender de nada ni
de nadie que no hayamos elegido nosotros. Aunque nos comprendemos
como individuos que eligen libremente, nos encontramos sometidos a
un montn de leyes, obligaciones, y donde, en lugar de poder
configurar la cosa pblica segn nuestro entender, estamos cada vez
ms sometidos a fuerzas annimas e impersonales y reducidos a la
impotencia.
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c) LA PROMESA DE AUTONOMA Cada cual puede moldear su vida como
le guste. En el pasado no haba miedo a chocar con otros por llevar
la vida que uno quera llevar. Hoy da, la tendencia es eliminar la
crtica de los dems porque no hay planes de vida mejores que otros
y, adems, defienden que hay que apoyar a los dems planes de vida,
porque no aguantaran la indiferencia o la crtica y porque tenemos
un deber natural de sostener la autoestima de los dems. Como
resultado de todo esto, tenemos un sujeto frgil y temeroso. Una
persona que ha cado en un infantilismo victimista que consiste en
tratar de escapar de las consecuencias de los propios actos, es
decir, gozar de los benefecios de la libertad sin sufri ninguno de
sus inconvenientes.
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d) LA PROMESA DE EJERCER NUESTRA PROPIA CAPACIDAD DE JUICIO Hoy
da nos parece inaceptable dar crdito a nada que no haya sido visto
con los propios ojos o comprobado por uno mismo. La tradicin, la
costumbre, el testimonio se consideran cosas de nuestros
antepasados para orientarse en la vida, pero ya no nos sirven a
nosotros. Porque no tenemos ni capacidad ni tiempo para cribar
todas las verdades que necesitamos para vivir, acabamos analizando
minuciosamente algn mbito de la vida, pero para el resto asumimos
acrticamente cuatro creencias elementales. Ante la inseguridad de
quedarnos solos en nuestros juicios, miramos a ver que hacen y
piensan los dems, con lo que nos hacemos dependientes de la opinin
pblica en relacin con lo que hay que pensar, hacer, ver, comprar La
promesa de juicio personal se torno gregarismo.
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e) EL RESULTADO: SOLEDAD DESARRAIGADA Y DESOLADA El individuo
autnomo, autosuficiente y buscador de la felicidad, que se conceba
a s mismo sin la necesidad de los dems y crea tener su destino en
sus propias manos, ha resultado ser ms frgil de lo que pens.
Emancipado de la tradicin, la costumbre y los antepasados se ha
quedado sin races, centrndose en s mismo y encerrndose en la
soledad de su propio corazn. El que quera ser nico e irrepetible
afirmndose sobre s mismo, se convirti en masa. La soledad en la que
vive el ser humano es una soledad que le aparta de sus semejantes,
de s mismo y de Dios. Esta soledad se traduce en fragilidad e
impotencia extrema en los individuos que ven como se convierten en
engranajes de una maquinaria que usa y codifica.
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2.- EL PROBLEMA ESPIRITUAL DEL INDIVIDUALISMO El individualismo
destruye el mundo comn que vincula y da sentido a los seres
humanos. En una situacin de individualismo, puede no perderse el
inters por el otro, por Dios o por lo espiritualDe ah la tendencia
a usar e instrumentalizar al otro para la propia realizacin
personal o para convertirlo en objeto de ayuda. El individualismo
no tiene ojos para ver lo que no es del yo ni de t. Ignora el entre
humano.. El individualismo puede hacernos egostas o altruistas,
pero no nos har ni eclesiales ni fraternos
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El problema espiritual del individualismo no est en que los
bienes buscados (felicidad, libertad, autonoma, pensamiento propio)
sean malos, sino en el modo de buscarlos: el individuo se
absolutiza a s mismo y se convierte en su nica referencia. El deseo
de ser hijos de uno mismo confuguran un sujeto auto-creado,
auto-justificado y auto-salvado, a quien le sobran Dios, los dems y
la Iglesia. Se conformar con vagas formas de espiritualidad
portadoras de bienestar emocional, sustento para mantener los
ideales acerca de s mismo. El escollo (dificultad) principal que
plantea el individualismo al encuentro con Dios es, pues, el de la
autosuficiencia y el orgullo de este sujeto.
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Si el sujeto ocupa el lugar de Dios, se incapacita para
relacionarse con l como criatura, con los dems de igual a igual, y
con el mundo como su cuidador Un individuo as no slo no crea, sino
que consume y destruye la creacin; y no slo no salva, sino que
instrumentaliza a los dems, deshumanizndoles.
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3.-EL ENCUENTRO CON DIOS EN UNA SOCIEDAD INDIVIDUALISTA a) Una
espiritualidad de contemplativos en la accin El individualismo ha
cambiado la accin por el activismo y la contemplacin por la
introspeccin. La contemplacin y la accin son lugares de encuentro
con Dios, no as el activismo y la introspeccin, por tienen la
virtud de llevar al cristiano al fondo de un amor sin fondo. Ser
contemplativos en la accin es una llamada y una posibilidad de
encuentro con Dios y de transformacin de nuestro mundo. Se trata de
una experiencia espiritual porque es conducida por el Espritu de
Cristo.
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Esta experiencia se realiza cuando nos dejamos conducir por
Dios y se pervierte cuando damos a Dios por supuesto. Cuando damos
a Dios por supuesto nos ahorramos el proceso de vaciarnos de
nosotros mismos y de ponernos a la escucha. Cuando damos a Dios por
supuesto nos perdemos la novedad que l nos trae y nos limitamos a
repetirnos a nosotros mismos. El hombre se define desde Dios, no al
contrario; y el crecimiento en la vida espiritual est unido al
salir cada vez ms de uno mismo.
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Cuando no salimos de nosotros mismos, la accin se convierte en
activismo y la contemplacin en introspeccin. El activismo produce
al principio la sensacin de estar muy ocupados, y el falso consuelo
de sentirse til, peroel activismo convierte a las personas en
engranajes de un sistema absorbente y acaba produciendo frustacin,
vaco, impotencia La introspeccin proporciona una falsa fortaleza
que asla del mundo y evita la relacin con algo exterior a s
mismo.
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b) Una experiencia espiritual realista El primer paso para la
experiencia espiritual es acoger nuestra humanidad y la realidad
que nos ha tocado vivir. Reconocer que en nuestra cultura hay vida
y enfermedad, que ste es el contexto que se nos ofrece para vivir
nuestra relacin con Dios desde la fe y acogiendo Su gracia. No se
trata de luchar contra nuestro mundo, sino conocerlo para advertir
sus trampas. Este es nuestro contexto, en l hemos de vivir, y en l
ha de ser posible encontrar al Seor. stos son el mundo, la sociedad
y la cultura que Dios salva. No otros.
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La sociedad individualista somos nosotros: no podemos
imaginarnos fuera de ella para incidir en ella, como hara un
planteamiento individualista. No podemos abstraernos del mundo en
que vivimos. El encuentro con Dios se da en el mundo y en la vida
tal como son; no se nos pide crear unas condiciones ideales.
Tenemos que acoger el momento en que vivimos como un tiempo de
gracia y dejarnos conducir por l con fe. Como en distintos
contextos histricos se ha mostrado, Dios se da a s mismo por su
Espritu, y la fe de aquellos que la acogen y se dejan conducir por
l crea nuevos contextos.
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a) Una experiencia espiritual personalizada Se hace necesaria,
pues, una bsqueda personal, una experiencia personalizada, aunque
no aislada, pues es en comunidades que comparten un sentido donde
las experiencias pueden ser ledas, interpretadas, compartidas,
expresadas y celebradas. Personalizacin es responsabilizacin de la
fe; y cuando nos hacemos personalmente responsables de nuestra fe,
no decimos que da igual cmo crean otros, o que nuestra fe es slo
cosa nuestra. Una fe personal no prescinde de la Iglesia, ni le es
indiferente cmo sta es percibida, sino que se responsabiliza de lo
comn.
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d) Una experiencia espiritual crstica Una experiencia
espiritual personalizada requiere discernimiento, escuchar el modo
personal y nico en que Dios nos habla a cada uno. La tarea es
asumir el lugar nico e individual que como ser humano tengo ante
Dios, sin ocupar su lugar. En ese camino nacer y crecer una relacin
personal, individual y nica con Cristo. Discernir no es un mero
sentirse bien y sentirse mal y elegir aquello en que me siento
bien. Discernir es aprender a sentir con Cristo, es reconocer que
el encuentro personalizado no tiene ms gua que Jess de Nazaret:
camino, verdad y vida.
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El discernimiento nos ensea a sentir. Mirando a Cristo, se nos
educa la sensibilidad para tener los mismos sentimientos de cristo
Jess, quien, a pesar de su condicin divina, no s eaferr a su
categora de Dios, sino que s ehizo uno de tantos (Flp 2,5ss) y para
aprender a poner los pies en la tierra, apisar el humus, a ser
humildes, a no querer alzarnos. Discernir es educar la sensibilidad
segn la de cristo, es adquirir un sensus Christi en la cotidiano.
Quien se ha habituado a gustar la dulzura y suavidad de la
divinidad en la humanidad del Hijo, ha hecho de ese sentir un
criterio de sintona con lo divino en lo humano.
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Conocemos a Dios al aceptar su don; acoger a Su Hijo y tomar su
va. Dejarse conducir por l es darlo a conocer poniendo algo de
divino en el mundo. En el discernimiento, el creyente ha ido
individualizando, encontrando su identidad, al mismo tiempo que se
ha ido haciendo otro, alter Christus: ya no soy yo; es Cristo quien
vive en m (Gal 2,20).
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e) Una experiencia espiritual eclesial Cuando se da por
supuesta la experiencia de Dios: el contexto se impone por su
propia fuerza; la comunidad se convierte en una actividad ms; la
Iglesia, en un conjunto de ideas o preceptos Se deja de ser pueblo
de Dios, cuerpo de Cristo, templo del Espritu Santo y lugar de
encuentro con Dios. Sin embargo, el encuentro personal con Dios, en
la estela de Jess de Nazaret, conduce a la Iglesia, se verifica en
la Iglesia y en el servicio a los otros.
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El Espritu de Cristo sigue conduciendo, al creyente que se
encuentra con Dios en Cristo, a la Iglesia, y sigue ensanchando sta
para a coger la eterna novedad del Espritu. La experiencia
espiritual cristiana crea fraternidad, fortalece la comunidad y
reteje las relacionas humanas en el amor y la justicia. La Iglesia
brota continuamente con frescura y se reaviva por la experiencia
del Espritu. Lo nico necesario es dejarse conducir por el don tal
como se da, desde dentro, en lugar de situarnos como espectadores
de la propia experiencia o como jueces exteriores de ella.