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Cristo ha roto todas las ataduras del mundo… Revista Vocacional Escolapia Mayo-Junio 2015

Encuentro color mayo junio

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¿Has pensado como sería vivir una experiencia en una convivencia vocacional? ¿Conoces los Hogares Calasanz? ¿Te has preguntado si sonreír es importante? Pues bien, si quieres conocer la respuesta a estas preguntas te invitamos a que no te pierdas este número de Encuentro y atrévete a vibrar con Jesús y Calasanz.

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Page 1: Encuentro color mayo junio

Cristo ha roto todas las ataduras del

mundo…

Revista Vocacional Escolapia

Mayo-Junio 2015

Page 2: Encuentro color mayo junio

Hoy voy a dialogar con Dios

Hoy voy a encontrarme conmigo mismo

Hoy voy a vivir

Hoy voy amarme

Hoy voy a perdonarme

Hoy voy a abrazarme

Hoy voy a ayudarme

Hoy voy a apreciarme

Hoy voy a regalarme

Hoy voy animarme

“Sólo hoy es especial, vívelo” hoy.

Hoy voy a reír

Hoy voy a luchar

Hoy voy a escucharme

Hoy voy a cantarme

Hoy voy a caminar

Hoy voy a observarme

Hoy voy a reflexionar sobre mi vida

Hoy voy a buscar la verdad

Hoy voy hacer amigo de mí mismo

Hoy voy abrir mi corazón

Hoy voy a disfrutar la vida

Hoy voy a tener más fe en Dios.

Un minuto de Reflexión…

Hno. Víctor Carreras, Sch.P.

Page 3: Encuentro color mayo junio

¿Por qué has dejado de sonreír?

Hola, ¡qué tal jóvenes! Me dirijo a ustedes con gusto al saber que se encuentran en un proceso de discernimiento para dar una respuesta a aquél que los ha llamado. Les felicito y les extiendo mi mano para que juntos hagamos un mundo mejor.

Es sorprendente como vivimos dentro de la sociedad. ¿Por qué? Porque es una sociedad llena de placeres, lujos, racismo, indiferencia, tristeza. Acercándome a un joven una mañana le pregunte: “¿Por qué has dejado de sonreír?” y él mirándome a los ojos tristemente me dijo: “no tengo motivo para seguir en un mundo tan indiferente, donde todo pasa invisiblemente, donde el pobre no tiene un lugar, donde el niño ya no puede jugar, donde el anciano es olvidado, donde la mujer sufre y llora, donde el migrante derrama sus lágrimas por ser violentado y despojado”. Yo, mirándolo a su rostro le dije: “no podemos quedarnos observando todo cuanta pasa, no puedes quedarte sin sonreír, porque Dios está contigo a cada momento, te ha dado la oportunidad de vivir un día más, de poder ver el sol salir, la luna ocultarse, pero sobre todo te ha hecho participe de su reino, con Dios todo lo tenemos y él nos hace ser colaboradores en la construcción de su Reino, tú y yo podemos volver a sonreír, poder llevar una palabra de aliento y un mensaje de amor a la humanidad”.

Es por esto que te escribo. Sé que es difícil ver cuánto pasa. Podemos perder la sonrisa pero al mismo tiempo podemos ganarlo todo, cuando somos capaces de acercarnos a Dios. Cuando somos capaces de sonreír y ver la vida desde los ojos de Dios, podemos hacer que este mundo vuelva a sonreír, que vuelva a ser el mundo que Dios pensó cuando lo creó. Somos hombres y mujeres capaces de transformar el rostro de la humanidad, el corazón de todos aquellos que viven aislados, llevándoles el mensaje de Dios. Somos capaces de poder hacer brillar el sol una vez más.

No tengas miedo y dejemos que Dios toque nuestra vida y si tú, tienes esa pequeña llama en tu corazón, deja que Cristo lleve a la obra tu misión, no tengas miedo, toma tu cruz, toma todo lo que eres y entrégaselo a Jesús. Dios necesita hombres y mujeres capaces de sobrepasar su propia persona, de luchar contra sí mismos y dejar que Cristo viva plenamente en el corazón de cada uno. No dejes de sonreír, porque, si tú estás triste, Dios esta triste en ti y si tú quieres amar a Cristo, ámalo feliz, sonriendo desde el corazón y llevando ese su mensaje de amor a la humanidad.

El hermano que nos ha escrito

es Misionero Escalabriniano,

amigo del hno. Víctor Carreras,

Escolpio. Esta breve reflexión

fue escrita por invitación del

hno. Víctor. Ánimo y responde

a Jesús con generosidad.

Hno. Eduardo Lupercio Preciado.

Page 4: Encuentro color mayo junio

VEN Y VERÁS

Cuando planeamos algún evento, siempre ponemos en

juego mucho más de lo que se dirá o se hará al final.

Esta vez, desde la concepción de la convivencia se

notaron las ganas porque todo saliera muy bien.

Desde la preocupación de Víctor o la disponibilidad

de Roberto, se podía entrever que nuestro corazón

vibraba en forma especial.

¡Y llegaron 18! Hacía mucho que la casa no iba y

venía con tantos muchachos. ¡Y qué alegría nos ha

dado tenerlos por esta su casa! El juniorato toma un

rostro distinto, creo que a los juniores nos vienen

bien estas visitas porque renuevan el ánimo sabiendo

que hay más jóvenes que se plantean en su corazón

la misma duda acuciante que nos trajo a todos

aquí. Además, algunos son «viejos conocidos»,

hermanos ya desde el corazón que los ha visto surgir

e irse llenando de la Gracia de Dios. En sus rostros

se iban dibujando sonrisas, ceños fruncidos porque

la pregunta que se plantean es fundamental,

gestos que reflejan la esperanza y la confusión

propia de esta etapa –y que nunca se nos quita del

todo porque el camino del Señor siempre nos plantea

retos y búsquedas. Este camino no es de

seguridades falsas, sino abierto siempre en clave

de riesgo.

En este fin de semana, nuestro tema

principal era «ven y verás», y nuestra intención

principal fue que nuestros hermanos vieran lo que

hacemos aquí en casa, lo que ya implica ser

escolapio desde la primera etapa de formación.

Esperábamos que, detrás de lo que ellos vieran

aquí, Dios hablara a sus corazones, les mostrara

cuánto los ama y cómo los llama a vivir para Él.

Para este camino, destaco tres eventos que me

parecieron fundamentales en el proceso.

Primero, la ronda de preguntas y

respuestas a media mañana con algunos

escolapios, tanto juniores, como padres, sobre lo

que inquieta a cada uno de los miembros del

grupo. Una de las riquezas de nuestra Escuela Pía

es su apertura y la posibilidad del diálogo.

Queríamos que ellos formularan el tema desde

sus propias inquietudes y que pudieran escuchar

otras voces con las que contrastarse. Nos

preguntaron qué fue lo más difícil cuando

dejamos la casa de nuestros padres para llegar

a la Comunidad, que si hay una edad para tomar

estas decisiones, que porqué estamos tan

contentos, de dónde viene esa felicidad, que

cuáles son nuestros miedos más grandes, que si

hemos pensado en dejar la Comunidad alguna

vez, que cómo hacemos si nos enamoramos, y

nuestras novias, qué pasó con ellas... De esto y

más pudimos hablar un rato ¡Y todavía sobraron

preguntas!

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Segundo, el compartir de lo que hacemos los juniores y

la obra que representan los Hogares Calasanz, para

reafirmar lo que habíamos hablado por la mañana. Los

muchachos participaron con los tres grupos juveniles

de la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe,

Tlalcoligia, DF. En su participación, algunos

descubrieron la realidad de la parroquia como área

de acción con sus propios retos y áreas de oportunidad.

Otros, comprendieron que el trabajo que se hace con

los grupos tiene muchos rostros, todos concretos, y

que cada uno de los miembros del grupo le aporta su

propia riqueza para conformarlo así como está ahora.

Finalmente, por la noche llegamos al Hogar Calasanz

(casa 1) con los más pequeños. Ahí, los muchachos

hablaron con dos tíos: Mode, una mujer que lleva 15

años trabajando por y para los niños. Mirarla ahí,

rodeada por los pequeños, uno se puede dar cuenta del

gran amor que hay entre ellos, de su gran amor y su

enorme paciencia nace el respeto que le tienen los

chicos de Casa Hogar. Y Paulino, que alguna vez militó

en uno de los grupos juveniles de la parroquia y hoy

dedica su tiempo a formar a los niños de nuestras

casas. Lo que el tío Paul les dijo, marcó a los muchachos

y después, en el compartir de la noche, más de alguno

llegó a hablar de él.

Finalmente, después de la Eucaristía dominical,

celebrada en la parroquia con los niños de la catequesis,

tuvimos un encuentro con Emmanuel, nuestro padre

provincial de las Escuelas Pías de México. Además de

las palabras de ánimo y el reconocimiento de algunos

que ya habían conocido al padre, o la presentación de

los que vienen por primera vez, hubo un momento de

diálogo, donde los muchachos pudieron hacer sus

preguntas y también ser confrontados por las palabras

del padre Emmanuel, quien insistió en que a esta vida

hay que venir «con todo», sin guardarse nada porque

la urgencia de esta vida nos llama, nos exige poner toda

nuestra persona y, desde nuestra entrega, Dios irá

actuando entre los niños y jóvenes a quienes tanto ama.

Hno. Otilio Ramón Herrera Ruiz, Sch.P.

VEN Y VERÁS

Así, en estos días tuvimos la oportunidad de

ver quiénes son los muchachos, ellos, de ver

quiénes somos los escolapios y lo que hacemos,

en qué creemos, cómo vivimos y construimos la

propia llamada. Compartimos la inquietud por

estar cerca del Maestro, por el trabajo con los

niños y los jóvenes porque creemos en la posibilidad

de un mundo mejor. Si algo de nuestra experiencia

puede iluminar la búsqueda de estos hermanos

nuestros, damos gracias a Dios que nos pone unos

frente a otros. Ellos, sin duda, nos han animado

con la fuerza de su mirada, la energía, la

inquietud que se contagian y renuevan el llamado,

una tarde a la hora décima, Jesús nos sigue

diciendo «vengan y verán». ¡Nos veremos la

próxima vez!

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El escolapio es un hombre que ha descubierto a Jesús y su mensaje, y se ha dejado cautivar por él; de él obtiene su fuerza para luchar por la defensa del hombre y la mujer en cada una de sus etapas. Y vive con tal pasión el amor de Cristo que busca, por todos los medios, comunicarlo y transmitirlo, de una forma sencilla y humilde, con su servicio y su trabajo. No busca el reconocimiento de la sociedad, sino el reconocimiento del Señor, pues a él busca a agradarle. Pero sobre todo, busca que cada niño y cada niña viva en un clima de amor y de familia; la gran familia de los hijos de Dios.

Jesús, los niños, y los escolapios

En tiempo de Jesús uno de los grupos humanos más vulnerables eran las niñas y los niños. En realidad, no vivían la infancia como ahora, con muchas atenciones y regalos, si es que es el caso. Para la sociedad judía de aquella época las niñas y los niños simplemente no contaban. Ser niña o niño hoy es muy diferente, al menos en el papel. Actualmente ya se habla de derechos, incluso existen organismos, nacionales e internacionales, que ‘velan’ por la niñez en el mundo. Muchas instituciones no gubernamentales y grupos humanos están muy sensibles a su realidad, y tratan con todos sus programas, de proveer los recursos materiales y humanos, para cubrir sus necesidades.

Un escolapio hoy tiene “los mismos sentimientos que tuvo Cristo”. Ve en cada niña o niño a una persona, a un ser humano -frágil y débil- con el derecho a crecer en armonía y amor, no solo a un individuo que nace, crece y se desarrolla. En cada niña o niño ve a Dios porque cada uno de ellos es su criatura hecha carne, su hija y su hijo. El escolapio no solamente busca que se reconozcan sus derechos sociales, al modo de un ejercicio altruista, sino que se instauren sus derechos divinos. Es para ellos (los menores) las manos de Dios, el corazón de Dios, su aire vital, su ternura, su cuidado.

P. Reyes Muñoz Tónix. Sch.P.

Hogares Calasanz

Sin embargo, existen hoy millones de niñas y niños en el mundo que siguen padeciendo tristemente la ‘suerte’ que tenían en tiempo de Jesús. Millones de niñas y niños que no tienen infancia o tienen una infancia robada, truncada, ofendida. Que conjugan el verbo trabajar, servir, mendigar, antes que el de jugar o comer o sonreír. Que están expuestos al frío y a la calle, a los riesgos, a la vejación, al dolor y el sufrimiento temprano, al abandono, a la muerte. Niñas y niños que no saben lo que es el amor porque el amor es para otros, los de mejor fortuna, y solo saben lo que son los gritos, los reclamos, las groserías, las descalificaciones. Jesús estuvo contra todo esto, porque él quería para toda la niñez una infancia feliz.

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El padre Alejandro García-Durán de Lara,

Chinchachoma, (escolapio) fundó los

Hogares Providencia IAP, que

precedieron a los Hogares Calasanz que

tenemos los Escolapios.

Él participó en la fundación y desarrollo

de los Hogares Calasanz con otros padres

escolapios.

Hoy los Hogares Calasanz son un lugar

privilegiado donde se manifiesta otra

faceta del carisma escolapio y es en ellos

donde muchos escolapios realizan

actualmente su apostolado.

Calasanz es un místico.

Él se encuentra con los niños pobres.

Los niños le hablan del amor del Dios todo

misericordioso

con sus miradas, con sus voces tiernas,

con su pobreza, con su sufrimiento.

Entonces él renuncia a todas sus pretensiones

de obtener puestos importantes en la Iglesia,

renuncia a ser grande

y se vuelve pequeños con los pequeños.

Calasanz dedica su vida entera a los niños pobres,

a los más pequeños.

Los niños se van metiendo a su corazón.

El quiere hablarles de Dios

pero poco a poco encuentra

cómo contemplar a Dios en esos pequeños.

Y así llega el momento de ver cara a cara a Dios,

como un místico.

Y cuando alguien ve cara a cara a Dios

todo lo demás ¡vale madres!

Chinchachoma. Tlalcoligia, D.F.

25 de agosto de 1998.

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Jesús, maestro bueno, que enseñaste en el Evangelio: “Lo

que hicieran a los pequeños, a mí me lo hacen” y que nos invitaste a

pedir el aumento de los que te sigan más de cerca cuando dijiste: “La mies es mucha pero los trabajadores pocos, por lo tanto, rueguen al dueño que mande

obreros a sus campos”.

Mira con ojos de misericordia los corazones de tantos niños que no te conocen, porque no hay quienes les enseñen la Piedad y las Letras y enciende en muchos jóvenes el deseo de entregarse a la educación de la niñez y de la juventud, en las Escuelas Pías y según el ejemplo de San José de Calasanz, para que todos los niños y jóvenes del mundo, te alaben con el Padre y el Espíritu Santo.

Amén.

Oración por las vocaciones Escolapias

Te invitamos a orar por

las vocaciones escolapias…

La Escuela Pía de México sigue creciendo y está en

movimiento. La semana de Pascua celebramos el VII

Capítulo Provincial de México y en él fue reelegido como Provincial el P. Emmanuel

Suárez, Sch.P. y sus asistentes fueron los Padres: Juan

Antonio Domínguez, Sch.P., Carlos Martínez, Sch.P., Julio

Álvarez Sch.P. y Francisco Anaya, Sch.P.

¿Sabes de qué se encargan los

asistentes? Envíanos tus respuestas a

[email protected] ¡Participa, no pierdas esta oportunidad! La primera

respuesta será publicada en el siguiente Encuentro.

El 30 de mayo tuvimos la peregrinación que cada año los escolapios realizamos a la Basílica de Guadalupe. ¿Participaste?

Cuando dije “Ad orientem” NO

era eso lo que quería significar.

Te contamos un CHISTE…