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cielo el ENERO 2011 Efemerides astronomicas el maravilloso eclipse parcial de Sol cielo invernal Nebulosa de Orion. Telescopio Espacial Hubble. NASA/ESA/Space Science Institute

Enero 2011

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Efemerides Astronomicas. Enero 2011

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cielo el

ENERO 2011

Efemerides astronomicas

el maravilloso

eclipse parcial de Sol

cielo invernal

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ial Hubble. N

ASA/E

SA/S

pace Science Institute

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EL CIELO ENERO 2011

Si hubiese que elegir entre los cielos que se ven en las primeras horas de la noche a lo largo de las cuatro estaciones del año, no hay duda que los afi-cionados a la astronomía se inclinarían por el resplandeciente y a la vez transparente cielo de invierno. En él aparecen algunas de las estrellas más brillantes que pueden verse desde nuestras latitudes como Sirio, Capella, Rigel o Procyon o constelaciones tan espectaculares como Orion, Tauro, Canis Major o Auriga que albergan numerosos cúmulos, nebulosas o ga-laxias de gran belleza. Uniendo las estrellas más destacadas se forma una G o hexágono gigante conocido como el “hexágono de invierno” que po-demos ver en la figura. Uniendo sólo tres de las más destacadas Procion, Sirio y Betelgeuse se vería un triángulo o “triángulo de invierno”

El maravilloso cielo de invierno

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La primera estrella luminosa en aparecer, por estar situada más al Norte, es Capella (La Cabra), de la constelación Auri-ga (El Cochero), la tercera estrella más brillante de nuestro hemisferio boreal tras Vega y Arturo. Los griegos la identifi-caron con la mítica cabra Amaltea que amamantó a Zeus recién nacido, mientras permanecía oculto para no ser comi-do por su padre Saturno. Por eso la constelación suele repre-sentarse por una figura humana (El Cochero) que sostiene las riendas en la mano derecha, una cabra sobre sus hom-bros y sujeta con la mano izquierda dos cabritillas en la es-palda. Este personaje se asocia con Erictonio que reinó en Atenas y enseñó el uso de la cuadriga. Se reconoce en el cielo por la forma pentagonal que adoptan sus estrellas más brillantes y está surcada por la tenue nubosidad de la Vía Láctea con numerosos cúmulos estelares en su interior visi-bles con unos simples prismáticos (M36, M37,M38). A la derecha de Capella veremos un pequeño racimo de estrellas que probablemente es el más fascinante cúmulo abierto de la bóveda celeste. Se trata de las Pléyades, perte-necientes a la constelación de Tauro, que han despertado la curiosidad y admiración de los observadores de todos los tiempos y que para culturas como la griega tenían la categoría de constelación. En esta mitología representan a las siete hijas de la ninfa Pleione y del titán Atlas (personaje condenado por Zeus a sostener el Mundo) transformadas en palomas y elevadas al cielo por Zeus para librarlas del acoso del gran cazador Orión que se había enamorado de ellas. Son hermanas de las Híades y de las Hespérides. La importancia de este grupo de estrellas en la vida cotidiana de Grecia era enorme. Su coincidencia tanto de ortos como de ocasos heliacos con los momentos fundamentales del ciclo de la agricultura daban al asterismo una gran relevancia. Su primera aparición justo antes de la salida del Sol (orto helíaco) mediado el mes de Mayo coincidía con la época de los vientos propicios para la navega-ción y el inicio de las labores de la siega en las latitudes del mundo antiguo. Su primera desaparición antes de la salida del Sol (ocaso heliaco) a mediados de No-viembre indicaban el tiempo oportuno para la siembra y la llegada del mal tiempo con el cese de la pesca y la navegación. Debajo de las Pléyades y hoy formando parte de la misma constelación, se encuentra Tauro (El Toro), nombre que recibe porque la forma que adoptan sus estrellas recordaron a las civilizaciones antiguas la ca-beza de ese animal. Para Eratóstenes lo que contempla-mos es a Zeus transformado en toro blanco para raptar y seducir a una princesa llamada Europa. Tauro es una constelación zodiacal en la que permanece el Sol durante 38 días antes de entrar en Géminis y situarse en el solsticio de verano. Un grupo de estrellas pertenecientes al cúmulo abierto de las Hía-

des, menos llamativo que las Pléyades, formaría la ca-beza junto a una estrella rojiza, Aldebarán, el ojo del Toro que es una estrella gigante roja 45 veces más vo-luminosa que nuestro sol. Las astas del Toro se extien-den hasta la constelación próxima de Auriga y junto a la estrella que limita el asta más baja se puede contem-plar con un pequeño telescopio los restos de la explo-sión de una supernova acaecida el día 4 de Julio de 1054 y reflejada por los chinos en sus crónicas. Es la © NEOMENIA. Agrupación Astronómica de Madrid

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Nebulosa del Cangrejo o M1 objeto descubierto por Charles Messier (todos los objetos que catalogó Messier llevan una M y un número) cuando buscaba la reaparición del cometa Halley en 1758. Por debajo de Tauro aparece la que para los aficionados a la astronomía sería la más impresionante de todas las constelaciones, la que llaman la “catedral del cielo”. Se trata de Orión. Al hallarse en la franja ecuatorial, es completamente visible para los observadores del hemisferio austral y del septentrional. Para los griegos era un gigante hijo de Poseidón con gran afición a la caza que se vanagloriaba de vencer a cualquier fiera. La diosa Tierra, irritada, hizo aparecer un gigantesco escorpión que le picó con su aguijón y lo mató. Zeus los colocó en el cielo pero de tal manera que cuando Orión sale por Este el escorpión se pone por el Oeste. Esta constelación se distingue rápidamente por las tres estrellas perfectamente alineadas (Alnitak, Alnilam y Mintaka) que forman el cinturón de Orión y que son conocidas con el nombre de las “Tres Marías”. Debajo de ellas aparece una forma alargada donde se loca-liza la gran Nebulosa de Orión (M42), auténtico criadero estelar, re-pleto de estrellas en formación y posiblemente la nebulosa difusa más bella de todo el cielo. Es visible en noches sin Luna a simple vista. Por encima del cinturón destacan Betelgeuse y Belatrix que forman los hombros del “cazador celeste” así como Meissa o cabeza de Orión. Por debajo, Rigel y Saiph constituyen sus dos piernas. Todas estas es-trellas, con su refulgente brillo, iluminan este sublime monumento celeste y nos invitan a entrar en él con unos simples prismáticos y ad-mirar los tesoros de su interior. A los pies del cazador se encuentra Lepus, la Liebre, con estre-llas bastante débiles que forman un trapezoide. Eratóstenes, sabio griego que midió por primera vez la circun-ferencia de la Tierra, implica a la liebre en la cacería de Orión aunque añade que fue elevada a constelación por Hermes (Mercurio para los romanos) en atención a la velocidad de su carrera y a su extraordinaria fecundi-dad. A la altura de la cabeza de Orión y a su izquierda aparece una estrella brillante conocida como Procyon, cuyo significado sería que “ va delante del perro” por preceder en su salida y en su ocaso a Canis Major. Perte-nece a una constelación pequeña conocida como Canis Minor o Perro pequeño y ambos son los fieles acompa-ñantes del cazador. Un comentario especial merece la constelación de Canis Major por pertenecer a ella la estrella más bri-llante del cielo Sirio. Sirio parece tan brillante debido a su proximidad al Sol (es la quinta estrella más próxima al Sol) del que dista 8,7 años-luz. Este cuerpo celeste en realidad está compuesto por dos estrellas que viajan juntas, vinculadas por la fuerza de la gravedad, describiendo una trayectoria con forma de espiral. Se estima que la masa de Sirio es 3,5 veces mayor que la del Sol, y la de su compañera similar a la del Sol. En cambio el volumen de Sirio B es similar al de la Tierra, cuarenta mil veces menor que el solar por lo que se trata de una enana blanca. En la mitología egipcia se asocia Sirio a la diosa Sotis o Sothis (literalmente "Brillante del año nuevo") y se convirtió en la estrella fundamental y de referencia del calendario sotíaco egipcio. Su salida junto al Sol u orto helíaco, a mediados de Julio, coincidía con la crecida anual del Nilo de la que dependía la fertilidad del valle, eje de la economía del antiguo Egipto. Los griegos llamaron al periodo siriano los Días del perro asociándolos con los días más calurosos del verano (canícula) y a las enfermedades relativas a esa época. Sirio significa

abrasador y se creía que en su aparición matinal sus rayos se sumaban a los del Sol. También se identificó a Sirio con Isis hermana-esposa de Osiris, diosa de la magia y de la salud, protectora de la mujer y Diosa Madre. Como los egipcios asociaban la constelación de Orión con Osiris dios de la muerte y la resurrección, el movi-miento de la bóveda celeste nos presenta la escena de Isis, amante esposa, siguiendo y buscando incansable-mente el cuerpo de su amado esposo. Para terminar con las constelaciones del cielo de invierno hablaremos de Géminis. Se distingue por la presencia de dos estrellas brillantes, Castor y Pollux, relativamente próximas, que representan en la mitología griega las cabezas de los gemelos, héroes que participaron junto a Jasón en la expedición de los Argonautas en busca del vellocino de oro.

© NEOMENIA. Asociación Astronómica de Madrid

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A Mercurio podemos verlo al atardecer los primeros días del mes. Venus visible al amanecer sobre el horizonte este. Marte debido a su proximidad al Sol no podemos verlos en nuestros cielos boreales. Júpiter empieza ya a irse de nuestros cielos después de varios meses en los que ha sido el rey indiscu-tible del firmamento. Aún se puede ver al atardecer sobre el horizonte oeste. Saturno podremos observarlo mirando hacia el este en Virgo. Urano se podrá ver con su característico color azulado sobre el horizonte oeste cerca de Júpiter. Por último, Neptuno, vuelve a ser inobservable debido a su proximidad al Sol.

VISIBILIDAD DE LOS PLANETAS

ECLIPSE PARCIAL DE SOL4 DE ENERO,Martes El próximo 4 de enero de 2011 vamos a tener la oportunidad de disfrutar en la península ibérica de un eclipse parcial de Sol, si el tiempo lo permite. Además va a ser visible en Europa, África y Asia central. Para observarlo en directo hay que madrugar ya que a la salida del Sol el eclipse ya estará iniciado. En Zaragoza está previsto que el máximo del eclipse tenga lugar alrededor de las 7:55 hora solar, es decir, las 8:55 hora oficial, poco después de salir el Sol por el este. Sobre las 10:15 hora oficial concluirá el primer eclipse del año. Para el resto de España los tiempos del eclipse serán muy pare-cidos. El máximo eclipsado del Sol llegará al 65% en el norte de la península, y en el sur rozará el 50%. Os esperamos en el deposito de agua de Torrecilla de Valmadrid a partir de las 8 de la mañana. Por suerte este año tendremos la oportunidad de observar desde España otros dos eclipses, en ambos casos, totales de Luna los días 15 de junio y 10 de diciembre. Ya os informaremos en su momento.

Consejos para observar un eclipse de Sol Aunque un eclipse de Sol es un fenómeno muy llamativo hay que observarlo con cuidado y nunca mirando directamente al Sol ya que podemos tener graves problemas oculares, incluso quedarnos ciegos. Tampoco debemos emplear métodos caseros como cristales ahumados, radiografías, negativos fotográficos, etc. Hay dos métodos seguros para observar un eclipse de Sol. Uno es la proyección, como se ve en la imagen de la izquierda y otro, el más cómodo, usando unas gafas espe-ciales diseñadas para este tipo de eventos (imagen de la derecha).

Simulación con el programa Stellarium del máximo del eclipse

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ESTE MES DESTACAMOS ... 5 de enero, miércoles, antes de amanecer Poco antes de que la oscuridad de la noche se vaya, podremos obser-var tres planetas: Mercurio, Venus y Saturno, así como varias estrellas brillantes. Para ver Mercurio deberemos buscar un lugar son obstácu-los en el horizonte y mirar hacia el sureste.

Observando Mercurio Varias causas hacen de Mercurio un cuerpo escurridizo y de difícil observación. Para empezar, se tra-ta del más interior de los planetas siendo su elongación máxima de tan sólo 28º, lo que hace que solamente pueda contemplarse a escasa altura sobre el horizonte y durante los crepúsculos, en las primeras luces del alba o inmediatamente después del ocaso. Además, tan sólo podemos verlo unas seis veces al año, cada 58 días, y durante un espacio de tiempo no superior a dos horas, siendo ne-cesario también unas excelentes condiciones del cielo con un extremadamente limpio horizonte, libre de nubes y brumas. Poco después de su conjunción superior, o paso por detrás del Sol, se nos muestra con las últimas luces del día como un punto brillante de apenas 7" y de magnitud 1. Poco a poco, y confor-me van pasando las días se van sucediendo rápidamente las fases y empieza a aumentar su diá-metro aparente hasta llegar a los 13" de arco y de primera magnitud, mostrándonos su fase co-mo un fino haz de luz. Ocho o diez días más tarde, y después de su paso entre nosotros y el Sol, o conjunción inferior, comienza a dejarse ver al amanecer. Para el observador situado en la penínsu-la ibérica las mejores condiciones de observación tienen lugar durante los atardeceres comprendi-dos entre finales del invierno y hasta mediados de la primavera (de febrero a abril) y durante los amaneceres, desde finales del verano hasta mediados del otoño (de primeros de septiembre a me-diados de octubre).

Mercurio. M

ision M

essenger. N

ASA/Johns Hopkins University

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PRINCIPALES LLUVIAS DE ESTRELLAS - ENERO 2011 LLUVIA PERIODO DE

ACTIVIDAD MAXIMO RADIANTE VELOCIDAD Km/h

TASA HORARIA CENITAL (THZ)

Cuadrántidas (QUA) 28 DIC - 12 ENE 4 ENERO BOYERO 41 120

10 de enero, lunes, la Luna en creciente junto a Júpiter

Poco a poco el planeta Júpiter va adelantando su ocaso por el Oeste, de manera que sólo se puede ver en las primeras horas del atardecer como lucero de la tarde. El día 10 la Luna creciente se situará encima de él en una bonita conjunción junto a la constela-ción de Piscis. Un poquito a la derecha de Júpiter y muy pegado a él podremos observar al azulado Urano.

25 de enero, martes, la Luna, Spica y Saturno al amanecer La Luna en cuarto menguante, a su paso mensual por la constelación de Virgo, se aproxima a la es-trella Spica y al planeta Saturno poco antes del amanecer. A la izquierda, por el Este, asoma el brillante Venus que durante un tiempo hará de lucero matutino.

En astronomía, cuando habla-

mos de magnitud, nos esta-

mos refiriendo al brillo, real o

aparente, de un objeto celeste.

Una estrella de cualquier mag-

nitud es 2,512 veces más bri-

llante que la estrella de la si-

guiente magnitud, es decir,

una estrella de magnitud 3 bri-

lla 2,512 más que una de

magnitud 4.

Así por ejemplo el Sol tiene

una magnitud de -26’7, la Luna

Llena de –12 y la estrella más

brillante del cielo, Sirio,

tiene -1’6. Por su parte, la Es-

trella Polar tiene apenas 2.

A simple vista una persona

con un cielo oscuro, y sin con-

taminación lumínica, pueden

llegar a ver unas 6000 estre-

llas. Hasta la magnitud 6.

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Saber más… La Luna existe, según detalladas dataciones concluidas muy recientemente, desde hace 4.527 millones de años, pero el hecho de conocer con tanta exactitud su edad no significa que estemos tan seguros de su origen ni de cómo llegó a orbitar alrededor de la Tierra. Los datos proporcionados por las misiones Lunik y Apollo en los años setenta y las muestras de rocas traídas de la Luna, llevaron a establecer en un primer momento la teoría del megaimpacto, según la cual cuando la formación de la Tierra estaba prácticamente concluida, habría llegado un cuerpo del tamaño de Marte (cuyo radio sería la mitad del radio terrestre y su masa, una décima parte) hasta las cercanías de la órbita de la Tierra, chocando violentamente contra ella. Este impacto habría expulsado al espacio vastas cantidades de mate-rial caliente, gran parte del cual habría quedado retenido en órbita alrededor de la Tierra. La Luna se habría forma-do a través de la acumulación de este material. Hoy, casi 40 años después de la última misión Apollo, los geólogos siguen analizando las muestras lunares recogidas usando aparatos más avanzados y precisos. Uno de los últimos hallazgos ha sido encontrar agua en el interior de unos cristales formados hace más de 3.000 millones de años. Se calcula que el manto y la corteza de la Luna, durante su formación hace 4.500 millones de años, debieron de contener una cantidad de agua similar a la de la Tierra y que no provenía del impacto de meteoritos, que es el origen que se atribuye a los restos de agua que se cree que puede haber cerca de los polos lunares. Este descubrimiento pone en entredicho la teoría del megaimpacto. Desde su creación, la Luna se ha estado alejando de nosotros, actualmente unos 3,8 centímetros por año.

CALENDARIO LUNAR enero 2011

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Por suerte este mes hay muchos pasos favorables de la ISS. A continuación una tabla donde destacamos los pasos de la ISS más luminosos e interesantes. En las páginas siguientes un dibujo de la zona del cielo por don-de pasará la Estación Espacial. Las horas de paso son en hora local u oficial. Fecha Magnitud Hora comienzo evento Hora final evento 10 enero -3.7 19:01:05 19:05:40 12 enero -3.7 18:17:56 18:23:45 24 enero -3.5 07:33:34 07:39:26 26 enero -3.7 06:51:55 06:55:35 27 enero -2.7 07:17:11 07:21:06

Principales Pasos visibles desde Zaragoza — enero 2011 Zaragoza, 41.6330°N, 0.8830°W

Más pasos e info: http://heavens-above.com

ISS, estación espacial internacional

10 de enero -3.7 19:01:05 - 19:05:40

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24 de enero -3.5 07:33:34 - 07:39:26

12 de enero -3.7 18:17:56 - 18:23:45

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26 de enero -3.7 06:51:55 - 06:55:35

27 de enero -2.7 07:17:11 - 07:21:06

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Manchas solares Las manchas solares son áreas más oscuras y frías (4.500ºC) que el resto de la super-ficie solar o fotosfera (6.000ºC), con tamaños desde 2.500 hasta 50.000 km. El número e intensidad de los fenómenos solares (incluidas las manchas), es decir, la “actividad solar”, crece y disminuye de forma cíclica cada 11 años en promedio, aun-que ni la duración ni la amplitud del ciclo solar son constantes. El último máximo ocurrió en el año 2000, pero el último mínimo fue más largo de lo previsto teniendo lugar a fina-les de 2008. El magnetismo es la causa de la actividad solar. Manchas, fáculas, filamentos, pro-tuberancias, fulguraciones y expulsiones de materia coronal, son el resultado del aflora-miento a la superficie solar de tubos de flujo magnético, regiones aproximadamente cilín-dricas, de entre 300 y 2.000 km de diámetro, de plasma muy magnetizado. Estos tubos se forman en el interior del Sol conforme avanza el ciclo, a una profundidad de 250.000 km. (un tercio de la distancia al centro del Sol), justo en la frontera entre la zona “radiativa” (debajo) y la “convectiva” (encima). Diversos tipos de perturbaciones les hacen arquearse y ascender a la superficie. Cuando afloran se han convertido en arcos, lazos y bucles en la corona solar. Las manchas se forman donde los arcos cortan a la fotosfera. A veces sobre los arcos permanecen suspendidos filamentos o protuberancias, dos nombres para el mismo fenómeno, según se vea sobre el disco o en el limbo solar. Son arcadas de material de hasta 100.000 km de longitud suspendidas a unos 20.000 km de altura. Pue-den durar desde días hasta meses, y frecuentemente acaban en una "erupción", cuando los arcos magnéticos que los sustentan se expanden tanto que acaban lanzándolos al es-pacio. SOHO, un proyecto conjunto ESA-NASA lanzado en 1995, y observatorios repartidos por todo el mundo, miden con precisión los movimientos de acercamiento y alejamiento de cada punto de la superficie del Sol, las oscilaciones solares. De la misma forma que las ondas sísmicas permiten conocer la estructura interna de la Tierra, las oscilaciones solares permiten determinar la temperatura, densidad, presión y velocidad de rotación en el inter-ior del Sol. Es posible incluso generar imágenes de la cara posterior del Sol que no pode-mos ver, y anticipar cuándo aparecerá una mancha solar potente. STEREO, dos observatorios delante y detrás de la Tierra que desde su lanzamiento en 2007 se separan gradualmente en su órbita en torno al Sol, alcanzarán en 2011 una se-paración de 180º y observarán la esfera solar completa. La próxima generación de teles-copios solares situados en tierra, con tamaños de 4 metros, podrán capturar secuencias de imágenes de gran resolución en muchas longitudes de onda simultáneamente. [MÁS INFORMACIÓN]

http://www.solarphysics.kva.se/ http://soho.esac.esa.int/ http://stereo.gsfc.nasa.gov/ http://www.grupoastronomicosilos.org/heliofisica

Izquierda: imagen del Sol, tomada el 20 de octubre de 2010, con un filtro Hα (H-alpha) por el astrónomo aficionado Alan Friedman. Como dice la revista Discover, ha logrado captar la “luz de hidrógeno”. La imagen nos muestra la cromosfera, una capa delgada que se encuentra entre la fotosfera y la corona, la de la capa más externa del sol. Las manchas oscuras son las manchas solares, y las emisiones visibles alrededor del borde del Sol son las prominencias solares.

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Mancha solar del día 15 de julio de 2002. Las nuevas imágenes de este telescopio sueco muestran con una resolución sin preceden-tes la estructura de las penumbras de las manchas solares. Estas penumbras están compuestas por filamentos en los que ahora se han podido ver núcleos oscuros en constante cambio. Estos núcleos son tubos por los que fluye gas sometido a intensos campos magnéticos y su grosor oscila entre 40 y 100 kilómetros. A esta escala la Tierra tiene el mismo tamaño que el área negra cerca del centro de la imagen. Fotografía del Telescopio Solar Sueco de 1metro situado en el Observatorio del Roque de los Muchachos en la isla de La Palma. © Institute for Solar Physics of the Royal Swedish Academy of Sciences

© Grupo Astronómico Silos de Zaragoza, enero 2011

www.grupoastronomicosilos.org [email protected]