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1 PONTIFICA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL ECUADOR FACULTAD DE LINGÜÍSTICA, COMUNICACIÓN Y LITERATURA MAESTRÍA EN LITERATURA HISPANOAMERICANA Y ECUATORIANA SEMINARIO DE FILOSOFÍA DE LA CULTURA Docente: Mgs. Fernando Albán Maestrante: María José Garcés Tema: Definición y niveles de cultura en Bolívar Echeverría y Umberto Eco El presente trabajo busca contrastar la definición y clasificación que dan estos dos autores respecto a la cultura, particularmente a la „alta‟ y „baja‟ cultura, las semejanzas y diferencias que establecen entre estos dos „extremos‟ del quehacer cultural así como los acercamientos que ocurren entre estos polos. Definición de cultura Echeverría define a la cultura como 1 : Es el momento autocrítico de la reproducción que un grupo humano determinado, en una circunstancia histórica determinada, hace de su singularidad concreta; es el momento dialéctico del cultivo de su identidad. Es por ello coextensiva a la vida humana, una dimensión de la misma; una dimensión que sólo se hace especialmente visible como tal cuando, en esa reproducción, se destaca la relación conflictiva (de sujeción y resistencia) que mantiene como “uso” que es de una versión particular o subcodificada del código general del comportamiento humano precisamente con esa subcodificación que la identifica. 1 Echeverría, B. (2010). Definición de la cultura. Ítaca, 2010. p. 187

Ensayo Filosofia de La Cultura

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Comparacion niveles de cultura entre Bolivar Echeverria y Umberto Eco

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    PONTIFICA UNIVERSIDAD CATLICA DEL ECUADOR

    FACULTAD DE LINGSTICA, COMUNICACIN Y LITERATURA

    MAESTRA EN LITERATURA HISPANOAMERICANA Y ECUATORIANA

    SEMINARIO DE FILOSOFA DE LA CULTURA

    Docente: Mgs. Fernando Albn

    Maestrante: Mara Jos Garcs

    Tema: Definicin y niveles de cultura en Bolvar Echeverra y Umberto Eco

    El presente trabajo busca contrastar la definicin y clasificacin que dan estos dos

    autores respecto a la cultura, particularmente a la alta y baja cultura, las semejanzas

    y diferencias que establecen entre estos dos extremos del quehacer cultural as como

    los acercamientos que ocurren entre estos polos.

    Definicin de cultura

    Echeverra define a la cultura como1:

    Es el momento autocrtico de la reproduccin que un grupo humano

    determinado, en una circunstancia histrica determinada, hace de su

    singularidad concreta; es el momento dialctico del cultivo de su identidad. Es

    por ello coextensiva a la vida humana, una dimensin de la misma; una

    dimensin que slo se hace especialmente visible como tal cuando, en esa

    reproduccin, se destaca la relacin conflictiva (de sujecin y resistencia) que

    mantiene como uso que es de una versin particular o subcodificada del

    cdigo general del comportamiento humano precisamente con esa

    subcodificacin que la identifica.

    1 Echeverra, B. (2010). Definicin de la cultura. taca, 2010. p. 187

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    Como podemos comprobar la definicin de Echeverra est fuertemente vinculada al

    aspecto social y poltico, y en una primera instancia no presupone las divisiones que

    de la cultura puedan darse dentro de este determinado grupo humano. En otro plano,

    a primera vista lejano, la definicin de cultura que nos proporciona Eco est

    relacionada con la semitica y la comunicacin; en una primera instancia Eco nos

    indica que2:

    Si aceptamos el trmino cultura en su sentido antropolgico correcto,

    encontramos inmediatamente tres fenmenos culturales elementales que

    aparentemente no estn dotados de funcin comunicativa alguna (ni de

    carcter significativo alguno): (a) la produccin y el uso de objetos que

    transforman la relacin hombre-naturaleza; (b) las relaciones de parentesco

    como ncleo primario de relaciones sociales institucionalizadas; (c) el

    intercambio de bienes econmicos.

    Frente a estos tres fenmenos, Eco plantea dos hiptesis:

    (i) la cultura por entero debe estudiarse como fenmeno semitico; (ii) todos los

    aspectos de la cultura pueden estudiarse como contenidos de una actividad

    semitica. La hiptesis radical suele circular en sus dos formas ms extremas,

    a saber: la cultura es slo comunicacin y la cultura no es otra cosa que un

    sistema de significaciones estructuradas.

    Esas dos frmulas son sospechosas de idealismo y deberan reformularse as:

    la cultura por entero debera estudiarse como un fenmeno de comunicacin

    basado en sistemas de significacin.

    Como podemos observar existen puntos de relacin o equivalencias en las

    consideraciones de cultura que hacen ambos autores, que seran:

    El proceso productivo consuntivo de Echeverra frente a la produccin y el uso

    de objetos que transforman la relacin hombre-naturaleza as como el

    intercambio de bienes econmicos de Eco.

    Para ambos autores la produccin y consumo de los bienes es parte

    fundamental de la cultura, si bien Echeverra indaga mucho ms en este

    aspecto al referirse al proceso de trans-naturalizacin primero u hominizacin

    que el ser humano debe asumir frente a la escasez y la hostilidad del medio.

    2 Eco, U. (1977). Tratado de semitica general. Lumen: Barcelona. p. 44

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    Este proceso, que incluye la extraccin, produccin, intercambio y consumo de

    bienes ha marcado histricamente al ser humano, as podemos identificar

    grandes perodos basados en la forma en que este proceso se desarrolla,

    empezando por la comunidad primitiva al esclavismo, el feudalismo, el

    capitalismo, el socialismo y el neoliberalismo, incluyendo las diversas

    corrientes que sobre estos sistemas se han adoptado.

    La manera en que se producen y comercializan los bienes dentro de una

    sociedad determinar en gran medida la forma en que los individuos se

    relacionan, unificndolos en pequeos subgrupos y a la vez separndolos de

    otros; por ms obvio que resulte es un componente que escasamente se

    considera en el imaginario de cultura.

    El uso de una versin particular o subcodificada del cdigo general del

    comportamiento humano en Echeverra frente a la cultura como un fenmeno

    de comunicacin basado en sistemas de significacin de Eco.

    Aqu el cdigo general de Echeverra sera equivalente al sistema de

    significacin de Eco; ambas perspectivas abarcan mucho ms que la lengua, si

    bien es una parte fundamental, considerando la totalidad de las relaciones que

    se producen entre individuos de una comunidad as como de unas

    comunidades con otras y tambin la manera en que percibimos el desarrollo de

    estas relaciones y el entorno que nos rodea. Por lo tanto, la subcodificacin del

    cdigo o el sistema de significacin vendran ser los marcos de referencia, la

    cosmovisin que tiene un grupo humano determinado en una poca histrica

    determinada, cosmovisin que frecuentemente se ver enfrentada a sus pares,

    a los cuestionamientos internos y externos, a los momentos de revolucin y

    refundacin.

    As ambos autores reconocen la multiplicidad de variables que entran en juego

    en los estudios culturales, pero a la vez consideran a la cultura como un todo

    inseparable del hecho humano que, como hacen notar posteriormente, ha sido

    absurdamente recluido en preceptos que desconocen o menosprecian el

    smmum de manifestaciones que hacen de hecho posible la cultura como tal.

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    Niveles de cultura

    Por otra parte, en lo referente a los niveles de cultura, Eco comienza su libro

    haciendo una clara, aunque no irreconciliable, diferenciacin entre la visin del

    apocalptico y del integrado3.

    Si la cultura es un hecho aristocrtico, cultivo celoso, asiduo y solitario de una

    interioridad refinada que se opone a la vulgaridad de la muchedumbre, la mera

    idea de una cultura compartida por todos, producida de modo que se adapte a

    todos, y elaborada a medida de todos es un contrasentido monstruoso [] as

    la cultura de masas no es signo de una aberracin transitoria y limitada, sino

    que llega a constituir el signo de una cada irrecuperable, ante la cual el

    hombre de cultura (ltimo superviviente de la prehistoria, destinado a la

    extincin) no puede ms que expresarse en trminos de Apocalipsis.

    En contraste, tenemos la reaccin optimista del integrado. Dado que la

    televisin, los peridicos, la radio, el cine, las historietas, la nivela popular y el

    Readers Digest ponen hoy en da los bienes culturales a disposicin de todos,

    haciendo amable y liviana la absorcin de nociones y l recepcin de

    informacin, estamos viviendo una poca de ampliacin del campo cultural, en

    que se realiza finalmente a un nivel extenso, con el concurso de los mejores, la

    circulacin de un arte y una cultura popular. Que esta cultura surja de lo bajo

    o sea confeccionada desde arriba para consumidores indefensos, es un

    problema que el integrado no se plantea.

    Mientras que la distincin que realiza Echeverra entre la baja y la alta cultura gira en

    torno al proceso productivo/consuntivo, eje de todas las reflexiones de su libro.

    La actividad cultural no requiere, en principio, de un tiempo y un espacio

    propios; puede acompaar como una sombra o como un aura a cualquier

    actividad rutinaria. Sin embargo, incluso en este caso implica de todas maneras

    un gasto de energas ultra-funcional que es improductivo. Este carcter

    dispendioso, lujoso de la cultura, que puede acentuarse casi ilimitadamente

    cuando su prctica se ha independizado del funcionamiento pragmtico de la

    produccin/consumo y ha alcanzado altos grados de dificultad tcnica, lleva a

    la confusin que tiende a negar la omnipresencia de la actividad cultural y a

    reducirla a su manifestacin restringida como alta cultura.

    3 Eco, U. (1995). Apocalpticos e integrados. Fbula: Barcelona. pp. 27-28

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    Podemos percibir que ambos autores no niegan la divisin histrica que se ha

    hecho entre baja y alta cultura, pero ambos concuerdan en los juicios errados

    en que la misma se fundamenta y que por ende est en vas de extincin.

    En la actualidad los estudios culturales, si bien todava reflexionan sobre

    diversas expresiones de arte formal consideradas parte de la alta cultura,

    tambin investigan la multiplicidad de expresiones culturales propias de todos

    los grupos humanos.

    Efectivamente, la segregacin de la baja cultura es un fenmeno que tiende a

    desaparecer, incluso en los crculos dedicados al anlisis de la alta cultura

    (crticos, escritores, pensadores, artistas, entre otros). Como tan

    acertadamente apunta Echeverra, la alta cultura necesita de la baja cultura

    por ser la fuente de toda reflexin o reinterpretacin que la alta cultura pueda

    hacer respecto al uso del cdigo; por el contrario que la baja cultura necesite

    de la alta parece ms cuestionable, siendo que incluso para la baja cultura la

    alta se considere un asunto suntuario, an ms all, la baja cultura no

    necesita de la alta para reproducir sus expresiones culturales y reafirmarse,

    as las expresiones culturales de los pueblos ancestrales han sobrevivido a

    siglos de exclusin por parte de la alta cultura sin perderse ni modificarse.

    Destacan tambin el hecho de que tales divisiones, si bien ms palmarias en

    determinados momentos histricos, se vuelven ms difusas con el tiempo, y

    que indudablemente existe un juego, una complementacin, tanto entre los

    supuestos polos de la cultura como entre las expresiones de un mismo nivel;

    de donde finalmente siempre se llegar a conclusin que este juego el que

    permite y mantiene los continuos cuestionamientos al cdigo o sistema, y que

    es en estos cuestionamientos, y tambin en los enfrentamientos con otras

    prcticas, en que la cultura se define y reafirma dentro de la comunidad.