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BENEMÉRITA ESCUELA NORMAL “MANUEL ÁVILA
CAMACHO”
ENSAYO: LA PENA DE MUERTE DEL AGUA FUE LA CIVILIZACIO N
EDUCACIÓN AMBIENTAL PARA LA
SUSTENTABILIDAD
PROFESOR: ROBERTO DAVID MENDOZA BARRERA
ALUMNA: ILSE MARÍA OVALLE ROBLES
CUARTO SEMESTRE
LICENCIATURA EN EDUCACIÓN PREESCOLAR
LA PENA DE MUERTE DEL AGUA FUE LA CIVILIZACIÓN
El agua es un elemento vital. Es el vínculo más fuerte entre los seres orgánicos y
los inorgánicos, entre lo vivo y lo no vivo. Como dijo José Cohen, codirector del
documental “H2O MX”, somos seres de agua, pues nuestra corporeidad la
contiene en proporción de 60% del total. Y no sólo nuestro cuerpo requiere de ella.
El ser humano, como la criatura distinguida por su capacidad de razonar sobre las
demás, se ha esforzado a través de los años por “mejorar la calidad de vida” de su
especie. La comodidad, facilidad e inmediatez con la que vivimos
contemporáneamente es el resultado de la combinación de múltiples esfuerzos
intelectuales y prácticos por llegar a la civilización.
Pero los seres humanos hemos caído en una sentencia famosa “el fin justifica los
medios”. Hemos condenado a nuestra especie, y a todas aquellas que comparten
con nosotros este planeta, en nuestro intento por perfeccionar la permanencia
propia. ¿Cuántas de las actividades diarias realizamos sacrificando este elemento
sin medida alguna? La respuesta emerge de manera inmediata. Desde amas de
casa hasta ingenieros pueden tener una idea de la contribución que hacemos
hacia nuestra propia extinción. Nosotros los humanos, nos vemos tentados a
alcanzar lo más sublime, y lo hemos conseguido contaminando ese líquido
vital con nuestro interés desmedido, la soberbia e ignorancia, con la parte más
sucia de nuestra naturaleza. El pasaje bíblico de la creación no se equivocó sobre
la naturaleza de nuestro destierro, el ser humano peca de soberbia, por soberbia
se desterró a sí mismo de las maravillas de lo natural y puro, es la causa de su
propia condena. Pero no todo va dirigido por el espíritu prepotente del ser
humano, incluso en las actividades más nobles este recurso es necesario, y se ve
afectado, como es el caso de la medicina y el arte, en el servicio y la expresión del
alma. Es en este punto que la necesidad existente entre el agua y el ser humano
se entiende de manera más crítica.
Sin el agua, nos volvemos nada. No sólo porque se cree que con ella está
relacionado el origen de nuestra especie, la vida contemporánea depende de ella
más que nunca. La civilización significó la pena muerte para el agua, y aunque
esta se encuentra realizando numerosos esfuerzos por crear conciencia entre los
individuos de las diferentes culturas y lugares del planeta, no paran de aparecer
noticias, documentales, investigaciones y todo tipo de reportajes que ilustran el
coma al que los seres humanos hemos inducido a nuestro hogar, el Planeta
Tierra. Aun así, la peor elección en cualquier momento y circunstancia, sería dejar
de intentar remediarlo. Quizás la magnífica inteligencia de nuestra especie acierte
en su próximo movimiento hacia un cambio más notable y alentador, que aleje la
vida de todos los seres de una visión del fin apocalíptica.