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Pedagogía Crítica desde Latinoamérica
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INSTITUTO DE PEDAGOGÍA CRÍTICA
DOCTORADO EN PEDAGOGÍA CRÍTICA MODALIDAD EN LÍNEA
SEMINARIO “Pedagogía Crítica y complejidad” Mayo de 2015
Profesor: Dr. Sigisfredo Esquivel
Ensayo libre Estudiante: Manuel Palacio
“Paradigma de la complejidad, pensamiento descolonial e investigación: aportes
incipientes para una radicalidad de la pedagogía crítica latinoamericana”
¿Qué contribuciones y conexiones pueden surgir de la inclusión del paradigma de la
complejidad y la perspectiva descolonial en mi investigación? ¿Qué implicancias teórico–
metodológicas supone incluir estas perspectivas en una investigación sobre prácticas
educativas en movimientos sociales? ¿Qué aportes pueden hacen estas perspectivas a una
pedagogía crítica latinoamericana?
Las siguientes líneas son un intento incipiente de dar algunos esbozos de respuestas
abiertas e incompletas a esos interrogantes. Las preguntas no siempre se hacen para
buscar respuestas concluyentes, su valor reside también en esa heurística a modo de faro
u horizonte al cual es casi imposible arribar, pero que al mismo tiempo, es la forma en que
nuestros conocimientos siguen avanzando. Este ensayo toma la forma de una primera
aproximación personal a estas perspectivas desarrolladas durante el Seminario
“Pedagogía Crítica y Pensamiento Complejo”.
Mi proyecto de tesis, se relaciona con las prácticas educativas de las organizaciones y
movimientos sociales. Esto de por sí ya representan conceptualizaciones acerca de formas
organizativas y colectivización, y no es ingenuo cómo se las defina. Más concretamente
nos interesa indagar cómo se entienden las prácticas educativas que, las propias
organizaciones sociales denominan de educación popular, cómo se insertan en sus
procesos de organización y de lucha.
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La elección del tema tiene su importancia dada la irrupción que tomaron los Movimientos
Sociales a partir de su aparición en la escena apolítica en última década del siglo veinte, y
la primera década de este nuevo siglo. Como movimientos, se fueron configurando a
partir de las acciones de resistencia al Neoliberalismo primero, y luego como
organizaciones que disputaron al estado y los gobiernos medidas que respondían a sus
intereses, con una fuerte impronta que recuperaba debates en torno a la construcción de
otro proyecto político–social. En ese proceso, las organizaciones sociales incluyeron
fuertemente la educación como una herramienta fundamental para su permanencia y
ampliación de la base social que los componía.
Como dijimos anteriormente, la elección del tema de investigación también responde a
motivaciones y trayectorias de los sujetos que investigan. Mi caso no es una excepción, mi
interés en esta temática tiene que ver con mi trayectoria de más de 10 años de participar
de distintas experiencias y organizaciones que se plantean proyectos educativos
alternativos.
Desde la participación en un gran movimiento social de principios del 2000 y la apertura
del área específica de educación popular, pasando por la conformación e integración de
colectivos que piensan, hacen y sienten la educación popular, hasta el presente, en el que
formo parte de una agrupación sindical docente. En esa trayectoria, en esos años de
acumulación de experiencias y de lecturas, es que fue sedimentando este interés por la
educación popular en los movimientos sociales. Es por eso que esta elección de tema de
investigación es una convergencia de prácticas y reflexiones teóricas militantes. Es por la
misma trayectoria que llegué al IPEC.
De forma más concreta y específica, mi trabajo de investigación se enfoca en las prácticas
de educación popular de una organización social de la provincia de Córdoba, Argentina,
articuladora de otras organizaciones sociales, me refiero al EO, “Encuentro de
organizaciones”. Una organización con un fuerte componente “movimientista”, surgida a
partir del año 2001, momento en que la crisis neoliberal, llegó a su punto máximo, con un
gran estallido social, y la renuncia del entonces presidente Fernando De La Rúa.
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Este trabajo, se propone analizar las prácticas educativas de esta organización, en tanto
movimiento social, cómo se las plantea, quiénes la llevan adelante, qué tipos de circuitos
formadores tiene para sus militantes, cómo se articula la educación con sus trabajos de
base.
Sostenemos que este análisis puede contribuir a la comprensión de la relaciones entre
pedagogía y política, a la luz de la irrupción de los movimientos sociales. Por otro lado, se
busca contribuir a resignificar la actualidad teórico–práctica de la educación popular y la
pedagogía crítica. En síntesis, se propone indagar cómo la educación popular interviene, y
es resignificada, en los distintos tiempos y espacios de acción política, a saber, en los
procesos de formación de los miembros de la organización social, como herramienta
organizativa, y como enfoque de trabajo de base. Son estos movimientos los que, a lo
largo y ancho de América Latina han contribuido a cuestionar el paradigma de
racionalidad moderno, la visibilización de sus luchas, la explicitación y recuperación de sus
cosmovisiones de mundo, sus haceres y sentires, han potenciado también el
resurgimiento de la perspectiva descolonial, al reivindicar un mundo donde quepan
muchos mundos, o en términos más descoloniales, un mundo pluri-versal. En ese cambio
radical del sentipensar también es recuperado el paradigma de la complejidad.
El pensamiento complejo y la perspectiva crítica latinoamericana, contribuyen a
profundizar este humilde aporte a la resignificación de la pedagogía crítica y la educación
popular. Desde lo complejo la investigación debería partir del punto de vista que se trata
de una producción local, a pequeña escala, pero que al mismo tiempo es
multidimensional, que no se propone solamente describir y proponer nuevos nombres,
sino, generar nuevos desafíos e interrogantes, tanto a las prácticas educativas en análisis,
como a la pedagogía crítica y la educación popular. El pensamiento complejo nos interpela
al preguntarnos sobre la producción del conocimiento, de qué manera, para quién y
porqué, preguntas muchas veces anestesiadas por la lógica academicista escrita en un
lenguaje y con una finalidad que poco tiene que ver con un conocimiento de y para la
acción. En cambio desde el paradigma de la complejidad el conocimiento se entiende
multidimensionalmente, es decir, como un proceso que es a la vez, biológico, cerebral,
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espiritual, lógico, lingüístico, cultural, social e histórico, y no meramente como un acto
racional. El paradigma complejo intenta contribuir a entender el carácter diverso,
cambiante, enredado y hasta incierto del mundo, su propuesta es abordar los procesos
para conocerlos en su características particulares, pero participando de un todo, es un
enfoque que aborda la paradoja de lo uno y lo múltiple, del caos y el orden, sin subsumir
uno en el otro, esta es la idea del complexus, un conjunto de tejidos heterogéneos, algo
semejante a una trama de enredos. Sobre estas características del paradigma complejo,
nos dice Morin ():“Ciertamente, la ambición del pensamiento complejo es rendir cuenta
de las articulaciones entre dominios disciplinarios quebrados por el pensamiento
disgregados (uno de los principales aspectos del pensamiento simplificador); éste aísla lo
que separa, y oculta todo lo que religa, interactúa, interfiere. En este sentido el
pensamiento complejo aspira al conocimiento multidimensional. Pero sabe, desde el
comienzo, que el conocimiento completo es imposible: uno de los axiomas de la
complejidad es la imposibilidad, incluso teórica, de una omniciencia.”pág. 22-23.
Al mismo tiempo las perspectivas latinoamericanas actuales tienen puntos de
convergencia con el pensamiento complejo, y también nos interpelan en nuestra tarea de
actualizar el pensamiento crítico, es esa invitación desde el borde a repensar la
colonización de la que somos parte, y a reconocer la finitud, inexactitud y parcialidad de
las teorías críticas de cuño occidental. En particular, la perspectiva decolonial propone una
ardua tarea que consiste en desmontar las perspectivas occidentales que se han
constituido en formas totalizadoras y totalizantes a través de la otra cara de la
modernidad, la cara más oscura, pero no menos importante, la colonialidad. La teoría
decolonial se presenta como caminos para desmantelar esta matriz, y refundar otras
formas de re-existir. Mignolo (2012) recupera del Antropólogo Peruano Aníbal Quijano, lo
que él considera las bases de la descolonialidad:
“El proyecto de Quijano, articulado esta vez a la noción de colonialidad del poder se
mueve en dos direcciones simultáneas. La primera es analítica. El concepto de colonialidad
ha abierto la reconstrucción y restitución de historias silenciadas, subjetividades
reprimidas, lenguajes y conocimientos subalternizados por la idea de Totalidad definida
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bajo el nombre de modernidad y racionalidad. Quijano reconoce que los pensadores
postmodernos ya habían criticado la noción moderna de Totalidad; pero esta crítica se
limita a lo interno de la historia de Europa y a la historia de las ideas europeas. Por eso
resulta esencial la crítica a la Totalidad desde la perspectiva de la colonialidad y no
solamente desde la crítica postmoderna. Ahora bien, es importante señalar que la crítica a
la noción moderna de Totalidad no nos dirige a la post colonialidad sino a la de‐
descolonialidad. De aquí surge la segunda orientación, a la cual podemos llamar,
programática. Quijano presenta la orientación programática como un proyecto de
“desprendimiento” o “delinking”. En este cruce, entre lo analítico y lo programático de la
colonialidad, la descolonialidad se distancia a la vez que subsume la crítica post colonial.”‐
Pág. 13-14.
Resulta interesante mencionar cuáles son las raíces del pensamiento descolonial, en
términos de diferenciarse tanto del pensamiento postmoderno, como de la teoría
postcolonial “La descolonialidad –en cambio– arranca desde otras fuentes. Desde el
vuelco descolonial implícito en la Nueva Corónica y Buen Gobierno de Guamán Poma de
Ayala; en el tratado político de Ottobah Cugoano; en el activismo y la crítica decolonial de
Mahatma Ghandi; en la fractura del Marxismo en su encuentro con el legado colonial en
los Andes, en el trabajo de José Carlos Mariátegui; en la política radical el giro
epistemológico de Amilcar Cabral, Aimé Césaire, Frantz Fanon, Rigoberta Menchú, Gloria
Anzaldúa, entre otros.” (Mignolo, 2012: 14,15). En la misma línea latinoamericana,
Mignolo también recupera los desarrollos de Dussel y Fals Borda, entre otros.
Un párrafo que expresa lo que se pretende desde el conocer decolonial lo plantea
Mignolo (2014) al explicar el sentido del mismo: “hacen en el hacerse pensando y no ya en
el estudio de algo. Es una manera de estar siendo frente a la compulsión del querer
ser/tener. El pensar y hacer descolonial, base del desprendimiento, teoría y praxis), sino
que es el acto mismo de pensar haciéndonos, de modo dialogal y comunitario. No es un
método, sino una vía, un camino para rehacernos en la búsqueda de formas de vivir y de
gobernar(nos) en las que no vivamos para trabajar/producir/consumir, sino que
trabajemos para con-vivir. Las dificultades que los estados y las corporaciones ponen a la
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marcha de estos proyectos y procesos no deben ser ignorados pero tampoco debemos
rendirnos ante ellos.” Pág. 7,8.
Un proyecto de tesis doctoral que cuestione, e intente superar las visiones académicas
hegemónicas, debe tomarse muy en serio el porqué, para qué y para quién investiga y
produce conocimiento. No se trata de investigar desde los marcos estrechos de la
academia, urge cuestionar las formas también, porque esto cuestionamientos implican
una superación de la idea de la investigación como acto racional, lógico y neutral del
conocimiento. En cambio, una investigación en esta intersección podría ser planteada
como una instancia que recupere, visibilice, contraste y recree saberes, haceres y sentires
emergentes, como aportes pequeños a la humanización, es decir, a nuestro proceso de
liberación.
Es en esa dirección que podemos comenzar a construir una pedagogía crítica
latinoamericana en un trabajo convergente con la educación popular. Podemos nombrar
algunas tareas que nos parecen urgentes para delimitar ese esfuerzo sinérgico.
La perspectiva latinoamericana de la educación popular es una perspectiva educativa que
ha estado presente en los distintos debates continentales sobre la educación, desde las
horas independentistas, tuvo un lugar central en las redefiniciones de los proyectos de
nación que comenzaban a surgir. Negada y criticada muchas veces, supo recuperarse y
transformarse, para constituirse en una herramienta de organización y formación de
sujetos políticamente activos cuando las luchas populares resistieron los distintos embates
de las clases y grupos sociales dominantes. También estuvo presente a lo largo del siglo
XX, cuando esas luchas, se propusieron construir un mundo distinto y superador al
capitalismo. Hoy la educación popular es parte de las propuestas de muchas
organizaciones y movimientos sociales que se proponen acciones constestarias y
antagónicas al poder neoliberal hegemónico.
La pedagogía crítica que planteamos en esta sinergia, no debe ser escrita desde cero, tiene
que apropiarse de las ideas, proyectos, debates y experiencias que la educación popular
ha acumulado de forma sedimentada y bastante intermitente, y que incorporaron en su
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seno las particulares maneras de conocer y ver el mundo latinoamericanas, sus supuestos
incluyen una crítica y un planteo superador a todas las formas de opresión que los pueblos
de este continente vienen soportando desde la época de la colonia. Con esta acción se
puede esclarecer, recuperar y visibilizar un conjunto de proyectos que dan sentido a un
proyecto pedagógico latinoamericano en clave autóctona, pero no provinciana. Esta
propuesta de la pluri-versalidad es un intento de actualizar y proyectar la pedagogía crítica
latinoamericana y la educación popular a los tiempos que corren, y los que están por
venir. Es en este sentido que esta pedagogía crítica y esta educación popular tienen como
finalidad principal brindar herramientas descolonizadoras, sustentadas sobre una
epistemología que incorpore distintos formas del conocer, y que supere la visión
occidental, blanca y masculina del conocimiento hegemónico, esa es la transición hacia
una pedagogía crítica latinoamericana y una educación popular en perspectiva
descolonizadora, que además de cuestionar y desmitificar los intereses que moldean las
formas de conocimiento eurocéntrico dominantes; ponga en el centro del programa de
estudios aquellas formas de conocimiento que constituyen los ámbitos de lo cotidiano y lo
popular.
Este proyecto convergente puede contribuir desmontar la hegemonía y dominancia del
paradigma occidental dominante que subyace tanto al pensamiento científico cómo
filosófico de los últimos doscientos años. El punto de partida del que hablamos, es la idea
de que la comprensión del mundo excede por mucho a la comprensión occidental del
mundo. La comprensión occidental del mundo, es tan importante como parcial e
inadecuada. Con esta idea, uno de los principios de la pedagogía crítica latinoamericana
deber ser el renunciamiento hacia cualquier intento teórico de querer explicar la totalidad
del mundo, desde un solo paradigma o perspectiva teórica, proponiendo en cambio, la
interculturalidad como principio múltiple del conocer.
Pensar una pedagogía más allá de su concepción occidental dominante. Implica toda una
tarea de repensar los cánones desde donde hacemos y pensamos la educación, y al mismo
tiempo, el esfuerzo por imaginarnos otros modos posibles, es decir una actividad
creadora. Como notas iniciales de esta tarea, podríamos plantear la necesaria reflexión
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sobre los lugares desde dónde se plantea la relación educativa, el por qué y para qué se
educa y nos educamos, el lugar del conocimiento en esas prácticas, preguntas que se
tornan éticas, entonces es posible pensar un nuevo lugar para la pedagogía crítica
latinoamericana.
Bibliografía
Morin, E. (1994). Introducción al pensamiento complejo. Barcelona. Gedisa.
Palermo, Zulma (2014). Para una pedagogía decolonial. Bs. As. Ediciones del signo.
Mignolo, Walter (2010). Desobediencia epistémica. Retórica de la modernidad, lógica de la
colonialidad y gramática de la descolonialidad. Bs. As. Ediciones del signo.