ENSAYO-PRINCIPIOS ÉTICOS

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Se presenta un ensayo sobre los principios éticos en el ser humano.

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ENSAYO-PRINCIPIOS TICOS

CAMILO BERNAL Enero de 2012

Tal parece que son los hombres, quienes despus de una cierta edad tratan de encontrar aquello que tal vez tenga algn signicado en una vida que ya se est pasando y de la cual no parece quedar mucho ms all de un recuerdo brumoso. Esto parece cumplirse para un tipo de hombre que han vivido una poca totalmente diferente, que han vivido una vida realmente distinta, que han tenido que sufrir y aceptar lo bueno y lo malo que les ha otorgado su existencia. Acaso una persona as pudiera sentir la obligacin de mantener para s ciertos conocimientos referentes a las obligaciones que ha aprendido a adoptar en un medio que le ha permitido desarrollarse, as con sus cosas buenas como con sus verdades ms crueles. Un hombre de cierta edad ha de tener ya la capacidad para discernir al menos en parte las consecuencias de sus acciones. Tanto que se habla de responsabilidad, tanto que se dice acerca de la respetabilidad, pero, segn creo, y como el mismsimo Hitler deca, si las cosas siguen como van, la sociedades enteras convertirn al dinero en una deidad ante la cual todos rindan tributo y ante la cual ha de postrarse el mundo entero. Acaso ahora la mayora de las acciones llamadas responsables no rinden tributo y adoran al dinero y la riqueza ms que a otra cosa? Siempre se considera responsable a una persona que cumple sus obligaciones con la sociedad, que ha de seguir una serie de reglas previamente establecidas. Pero acaso no son, por ventura, la mayora de las reglas instrumentos que sirven a intereses corruptos y a benecios de unos pocos? En nuestra llamada sociedad moderna, en nuestra llamada Colombia moderna, parece que s. Los hombres que han vivido, que admiraron cosas que ya no producen admiracin, que vivieron verdades que ahora estn prcticamente muertas, y hablaron, discutieron y especularon sobre valores cuyo derrumbo y/o desaparicin son ya demasiado claras, algo tan ruinoso y falto de fundamento como sus otrora creencias y esperanzas, como la ruina inevitable de los ttulos y las monedas que todo el mundo de su poca consider valores inquebrantables. Los que ya han vivido la mayora de edad asistieron a la bancarrota de la conanza que tenan en sus sueos, valores, en su espritu mismo, todas aquellas cosas que en cierta medida debi ser el postulado fundamental de su vida misma qu entendan realmente por valores, sueos y espritu? No son acaso palabras innitas sobre las cuales unos y otros estn condenados a dar vueltas irremediablemente en crculos al entender que stas evocan el signicado que puedieran tener muchas otras cosas que les rodean? Debieron caminar con seguridad, debieron saber hasta donde su propia voluntad, la propia autodeterminacin de sta les permiti hacer lo que realmente queran hacer Qu es la libertad? En qu consiste aquello por lo que tanta sangre se derrama? Si un hombre vi a sus compaeros caer muertos luchando por aquello llamado libertad, seguramente ste comprender que no hay ms libertad que poder hacer y hacer efectivamente aquello que se quiere hacer. Pero cuando se quiere hacer algo, se descubre que aquella tan anhelada conquista parece ser slo el primer paso, pues en general terminamos conformndonos no con lo que queremos hacer, sino con lo que podemos hacer, pues se descubre que no slo la vida humana resulta limitada sino tambin muchas de las cosas que 1

se quieren hacer. El error ms comn: pensar como seres eternos ignorando que morimos pronto, y que a cada momento la muerte parece aguardar, paciente, a nuestro lado. Se tiene conciencia, sin embargo, de una cierta capacidad de transformacin, de aquella chispa divina aplicada a las cosas que nos rodean y que permite cambiar las representaciones de nuestros propios espejismos. Pero esta capacidad est reservada especcamente para resolver problemas vitales que nos plantea nuestro propio organismo y el medio ambiente, y que los hombres nos empeamos en magnicar atribuyndole propiedades ciertamente inslitas. Y qu somos si no una organizacin de transformacin con cierta complejidad, obedeciendo la ley fundamental de que todo lo que vive est obligado a conservar la vida e intercambiar modicaciones con el medio circundante. Sin embargo, una vez que se ha logrado satisfacer unas ciertas necesidades, la especie humana se siente capaz de crear otras muchas necesidades y otras tareas adems de conservar la vida, otro tipo de transformaciones nos ocupan, traen dentro de s nuestro propio progreso y el germen de nuestra propia destruccin. En aquel afn por buscar algo, por satisfacer esa necesidad insaciable (porque todas las necesidades diferentes a conservar la vida lo son) el hombre se encuentra haciendo uso intensivo de la razn, tratando de dilucidar aquello que las ilusiones de sus propias proyecciones mentales han proyectado a su entendimiento, y en algunos casos, es a esto y sus correspondencias no correspondencias a lo que se aventuran a llamar verdades. Si todos estn persiguiendo aquellos sueos que parecen dar signicado, es preciso que las reglas de juego permitan a todos participar, es necesario recurrir a lo que se ha dado a llamar igualdad de oportunidades, para que todos entren en el juego y tengan la misma oportunidad de contrastar su situacin presente con aquello que las necesidades creadas parece mostrarle. Qu dira de un discurso sobre libertad, responsabilidad, justicia, verdad e igualdad alguien que ha vivido la mayora de edad? Nos permitir exponerle nuestros grandes hallazgos simplemente nos rechazar al reconocer en nuestras propias pretenciones el engao que a l mismo lo mantuvo inconsciente la mayor parte de su vida?

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