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ESCUELA NORMAL PROFESOR “RAUL
ISIDRO BURGOS”
PSICOLOGIA DEL DESARROLLO
INFANTIL
ENSAYO
(CALIDAD EDUCATIVA,
DESARROLLO INTANTIL Y
FUNCIÓN DEL TRABAJO DOCENTE)
1ER SEMESTRE L.E.P
INTRODUCCION
El docente como un agente activo, participativo e innovador, ha dado respuesta a los diferentes modelos educativos que ofrecen de manera diversa la visión y prácticas educativas a partir del ambiente laboral y académico desarrollado en su espacio educativo.
Partiendo de la consideración socializadora de la educación escolar, el docente necesita recurrir a determinados referentes que le guíen, fundamenten y justifiquen su actuación a fin de que pueda plantear o enfrentar los retos enmarcados en las condiciones de calidad, equidad y eficiencia, en una vida académica integral.
En la actualidad, la modernización de la sociedad y paralelamente de la educación, comparten un sin número de relaciones entre el hombre y su trabajo, requiriendo dominar un proceso productivo y un mecanismo de aprendizaje más complejo, derivando en él, la experiencia, atención a las necesidades de la sociedad a través de los diferentes segmentos laborales y la posibilidad de un mejoramiento en el ambiente económico, laboral y social del profesionista.
Dichas relaciones manifiestan las formas en que el docente diversifica su actuación, para atender la estructura de clases, ramas y niveles de empleo dentro de las instituciones educativas pero a su vez establece como mecanismo de producción social la labor de enseñanza–aprendizaje relacionada con la acumulación y transmisión de conocimientos y habilidades en su labor académica y profesional. El presente documento analiza las diversas dimensiones de la docencia en torno a los diferentes roles que juega en la educación, el papel que ha desempeñado en los múltiples modelos didácticos y a partir de ello la necesidad de formación tanto didáctica como disciplinar y la importancia de generar la integración de ambientes institucionales que permitan agrupar familias profesionales y trabajo colegiado.
La educación es un derecho humano fundamental, y es inherente a todos los niños y niñas.
Es crucial para nuestro desarrollo como individuos y de la sociedad, y contribuye a sentar los cimientos para un futuro fructífero y productivo. Velando por que los niños y niñas tengan acceso a una educación de calidad, basada en los derechos fundamentales y en la igualdad entre los
géneros, estamos creando una onda expansiva de oportunidades que incidirá en las generaciones venideras.
La educación contribuye a mejorar la vida y a erradicar el círculo vicioso de la pobreza y la enfermedad, allanando el terreno para un desarrollo sostenible. A través de una educación básica de calidad, los niños y niñas adquieren el conocimiento y las aptitudes necesarios para adoptar formas de vida saludables, protegerse del VIH/SIDA y otras enfermedades de transmisión sexual, y asumir un papel activo en la toma de decisiones de índole social, económica y política a medida que transitan desde la adolescencia a la edad adulta.
Los adultos que han recibido una formación suelen tener menos descendencia, están más informados acerca de las prácticas óptimas para criar a su progenie y se preocupan de que sus hijos e hijas comiencen la escuela a su debido momento y de que estén preparados para aprender.
Además, un método educativo basado en los derechos fundamentales puede abordar algunas de las desigualdades más arraigadas en la sociedad, debido a las cuales millones de menores de edad, en especial niñas, se ven condenados a una vida desprovista de una educación de calidad, y en consecuencia, a una vida de oportunidades perdidas.
DESARROLLO
La función social del docente
El devenir docente ha generado la posibilidad de que de manera consiente pueda crear un ambiente de desarrollo profesional a partir de integrarse a una sociedad con un sentido de relación y pertenencia; en la educación superior se consideran tres funciones que el docente debe desarrollar: formadora, de gestión, y de formación, en las que se puede observar que el profesor universitario puede traducir su práctica docente a la planeación didáctica, conformación de programas, identificación curricular, objetivos del aprendizaje, selección de contenidos de estudio y evaluación de procesos, que van inmersos en el proceso de enseñanza y aprendizaje ante un grupo y le permitan cubrir de manera colegiada las necesidades de formación de familias profesionales docentes.
El sentido que dan los modelos educativos al actuar del docente, le permiten reorientar la constante labor de formación y profesionalización en las distintas áreas de conocimiento, disciplinas técnicas y científicas y de la toma de conciencia que genera la educación superior en el individuo.
Es importante señalar que el quehacer docente en el aula no involucra tan solo destrezas y dominio del trabajo en el grupo, implica, además, el dominio de competencias profesionales que incluyen no solo el saber epistemológico, además la identificación con un espacio curricular y el incentivar el aprendizaje de quienes se están formando.
En este sentido el proceso de formación en la Universidad, requiere atender las necesidades sociales, apoyando la generación de riqueza social y por ende un capital humano que con competitividad laboral y nivel de preparación justifique una inversión educativa.
Podemos señalar, que bajo la óptica de las tendencias positivistas, la Universidad y su nexo educativo consiste en desarrollar en cada individuo toda perfección pero que a su vez se rige por sistemas sociales y que ellas deben ser vistas y valoradas desde el planteamiento de un esquema curricular.
En la actualidad el trabajo se consume como un valor de uso cambiado por una renta, intercambia su dinero como rédito estableciendo división y asignando jerarquías de ocupación en el trabajo manual e intelectual, operativo y administrativo que conlleva una remuneración diferencial, por lo
que su función establece condiciones ideológicas, históricas y con una racionalidad educativa que centra los nexos entre economía y sociedad.
En la labor pedagógica y disciplinaria que desarrolla el docente están inmersos los métodos que dan sustento teórico y filosófico al quehacer educativo, los modelos educativos que le dan sentido a la actuación del docente y los modelos didácticos que orientan la formación del profesor y le apoyan en el establecimiento de estrategias metodológicas de enseñanza–aprendizaje los cuales son trabajados de manera integral con los esquemas curriculares que presentan los proyectos educativos internacionales, nacionales e institucionales y que reorientan la política educativa en los diferentes niveles de formación.
Las profesiones se vinculan a planes y programas educativos, en tanto orientan un esquema de formación específica, en determinadas áreas de acción al definir perfiles que la institución educativa considera pertinentes para intervenir en los problemas sociales y productivos.
Al incorporar un modelo educativo que permita al profesional desarrollarse en un marco flexible y competente, hace necesaria la participación de distintos actores que se involucren directamente en el ejercicio curricular como es el docente que incide en el proceso formativo y se constituye como un pilar en esta transformación. La participación del docente en el desarrollo de una profesión no implica solamente saberes disciplinarios sino a su vez profesionalización y actualización en el área pedagógica, además de habilidades, actitudes y valores que hagan de su práctica una posibilidad de continuos intercambios con la realidad social, que den como resultados aprendizajes significativos que justifiquen el desarrollo de las reformas curriculares que son determinadas por las políticas educativas internacionales, nacionales e institucionales.
La calidad educativa
Imaginemos un libro de texto escrito en un lenguaje indescifrable o una pizarra sin tizas. Imaginemos una clase que se celebra en una sala de conciertos estruendosa, o a un niño o niña que intenta hacer sus deberes en medio de un huracán. Es claro que cuando faltan los componentes clave del proceso de aprendizaje y el contexto, la educación en sí misma está condenada al fracaso.
Ciertamente, recibir una educación de escasa calidad es lo mismo que no recibir educación alguna. Tiene poco sentido brindarle a un niño o niña la
oportunidad de matricularse en la escuela si la calidad de la educación es tan precaria que no le permitirá alfabetizarse, adquirir las habilidades aritméticas básicas o prepararse para la vida.
Una educación de calidad, esencial para el aprendizaje verdadero y el desarrollo humano, se ve influida por factores que proceden del interior y el exterior del aula, como la existencia de unos suministros adecuados, o la naturaleza del entorno doméstico del niño o niña. Además de facilitar la transmisión de conocimientos y aptitudes necesarios para triunfar en una profesión y romper el ciclo de pobreza, la calidad desempeña un papel crítico a la hora de disminuir la brecha existente entre los géneros en materia de educación básica.
El obstáculo más importante que dificulta la educación es la discriminación por motivos de género: las niñas constituyen el grupo poblacional más extenso privado del derecho a aprender. De los 93 millones de niños y niñas desescolarizados, casi el 52% son niñas.
Para los progenitores que cuentan con recursos limitados, la calidad de la educación desempeña un papel crucial a la hora de decidir matricular a sus hijas o que éstas prosigan su educación. Si las niñas no aprenden, si lo que aprenden no es útil, o si el entorno escolar no es seguro, los progenitores no enviarán a sus hijas a la escuela.
Mejorar la calidad educativa deberá ser la prioridad de cualquier programa cuyo objeto sea escolarizar a las niñas y lograr que prosigan su educación. UNICEF adapta sus programas educativos a los estilos de aprendizaje de las niñas y promueve entornos que facilitan su formación. El modelo de Escuelas adaptadas a la niñez es en la actualidad el medio más importante empleado por UNICEF para concienciar acerca de la calidad en la educación y promoverla.
Existen al menos cinco elementos clave que afectan a la calidad de la educación: lo que el estudiante trae consigo, el entorno, los contenidos, los procesos y los resultados. Estos elementos constituyen una base que permite supervisar la calidad.
1. Lo que el estudiante trae consigo. ¿Qué experiencias aporta el estudiante a la escuela y qué dificultades concretas enfrenta? ¿Se ha visto afectado por situaciones de emergencia, por el maltrato, el trabajo infantil o el SIDA? ¿En su primera infancia, su educación preescolar y las experiencias vividas en su familia y su comunidad fueron positivas? ¿El lenguaje empleado en su
hogar es muy distinto del que se usa en su escuela? ¿Ha contado con la preparación suficiente que la permita mantener el ritmo de la escuela?
2. Entorno. ¿El entorno de aprendizaje es saludable, seguro, protector, estimulante y tiene en cuenta las necesidades de los géneros?
3. Contenidos educativos. ¿Son pertinentes los materiales didácticos y los programas de estudios? ¿Imparten destrezas básicas, especialmente en lo que se refiere a la alfabetización y la aritmética elemental? ¿Promueven técnicas para la vida y aprendizaje sobre cuestiones tales como el género, la salud, la nutrición, la prevención del SIDA, la paz, u otras prioridades de ámbito nacional y local? ¿En qué medida el contenido de los programas de estudio y los materiales didácticos incluyen o excluyen a las niñas?
4. Procesos. ¿Los métodos que los profesores emplean se centran en los niños y las niñas? ¿Sus valoraciones facilitan el aprendizaje y reducen las disparidades? ¿Se gestionan debidamente las aulas y las escuelas? ¿Los métodos de enseñanza, aprendizaje y apoyo – provengan de los supervisores, el personal docente, los programas o las comunidades– mejoran o disminuyen la capacidad de las niñas? 5. Resultados. ¿Qué resultados esperamos para las niñas en materia de educación básica? ¿Cómo se puede documentar el grado de progreso del aprendizaje de las niñas y valorar la influencia del programa de estudios en su crecimiento futuro? Los resultados educativos deberían estar vinculados a los objetivos nacionales relativos a la educación y promover una participación positiva en la sociedad.
La educación de calidad es clave para la igualdad entre los géneros, la seguridad humana, el desarrollo de las comunidades y el progreso de las naciones. Es un reto enorme, pero también una oportunidad. Como el motor de un coche o las alas de un avión, representa la diferencia entre permanecer inmóviles y avanzar hacia el futuro.
La supervisión del rendimiento en el aprendizaje significa evaluar los conocimientos, las habilidades y los valores adquiridos por los alumnos.
En sus programas, el UNICEF se propone conocer los logros pedagógicos, el nivel de efectividad de las escuelas, el método de exámenes –externos o públicos– que les permite pasar al grado superior, y el nivel educativo de los niños en comparación con otros de otras naciones y a escala internacional.
La evaluación pedagógica tiene lugar simultáneamente con el aprendizaje y pretende mejorar la capacidad del alumno para estudiar. La capacidad de leer y escribir y los conocimientos básicos de aritmética, así como la formación para la vida cotidiana, pueden evaluarse en el marco del aula.
La evaluación de la escuela en algunos países utiliza los resultados de los exámenes de los escolares como método de evaluación de cada una de las escuelas. A veces, las escuelas que obtienen buenos resultados reciben premios; asimismo, se elaboran planes de acción para corregir los problemas identificados por medio de los exámenes.
Los exámenes públicos externos se utilizan para seleccionar a los alumnos que pueden acceder a niveles educativos superiores. Lamentablemente, la calidad de esos exámenes es a veces cuestionable. En muchos países, éste es el único método de evaluación de la enseñanza, lo que a menudo tiene por efecto que los maestros únicamente enseñen para pasar el examen, dando como materia solo la que incluyen éstos.
El proceso de enseñar y aprender incluye un espíritu de aprendizaje que
comprende una relación íntima entre el maestro (discípulo maduro) y el
alumno (inmaduro).
El maestro debe tener en cuenta la naturaleza de la enseñanza, la
psicología humana el orden social en el cual se desenvuelve el proceso
educativo. Pero aunque conozca esto y más, capaz que no logra ser un
maestro eficiente, porque la enseñanza es un arte que exige un delicado
equilibrio de factores, como conocimiento, habilidad, y ciertos rasgos de
carácter y personalidad. Una de las realidades más difíciles a las que el
maestro debe enfrentarse es la de plantar la semilla e iniciar el proceso de
crecimiento de los estudiantes, con la convicción de que el desarrollo
seguirá, aunque el maestro no llegue a verlo.
En el libro “¿Quiénes son los maestros?” de Juan Carlos Navarro, el autor
nos dice que luego de revisar reglas y prácticas que gobiernan la carrera
docente, destacaría los siguientes puntos:
*La profesión de maestro tiende a atraer predominantemente aunque no en
forma exclusiva a los egresados de educación media de menores
calificaciones académicas.
*Para un buen número de estos candidatos, la docencia no fue la primera
preferencia en materia de elección de una profesión. De hecho muchos
estudiantes que serán docentes creen que sus habilidades naturales no se
corresponden con lo que ellos entienden como las tareas y destrezas típicas
de un maestro.
*Con pocas excepciones, los maestros finalizan su adiestramiento
profesional sin tener calificaciones adecuadas para enseñar; seguramente
como resultado del nivel de calidad promedio de los programas de
formación.
*Los maestros trabajan con poco apoyo humano y/o material. El soporte
pedagógico en la escuela casi no existe. *Los recursos didácticos son pocos
y de baja calidad.
*Existe un grado considerable de compromiso de los maestros con su
profesión y con los niños a los que sirven aunque al mismo tiempo muestran
una notoria insatisfacción con el ambiente en el cual trabajan.
En sociología, el termino rol indica la conducta que se espera de una
persona como miembro de un status particular. El rol del maestro hay que
situarlo dentro del contexto general en el que transcurre su labor para poder
llegar a entenderlo – estamos hablando del sistema educativo formal, y mas
concretamente en centro educativo como organización, que tiene sus fines
e impone la conformidad con ellos. Tanto la escuela como el sistema
educativo formal son parte del sistema social; son realidades que se pueden
cuestionar desde adentro y desde afuera, con finalidades y objetivos a
cumplir.
Dentro del sistema educativo el rol del maestro se ve orientado por los fines
que persiguen el sistema educativo formal. La educación cumple una doble
tarea: socializar y seleccionar a los individuos. Socializa en la medida en
que transmite a las nuevas generaciones el modelo cultural predominante,
las pautas y normas de la sociedad adulta. Selecciona los individuos que
habrán de asumir en la edad adulta distintos roles profesionales. Esta
selección se realiza a través del profesorado, convirtiéndolo en el primer
responsable de la preparación que capacitara para el trabajo profesional.
Dentro de las consideraciones a tener en cuenta para un buen
desempeño del rol docente, encontramos:
*Capacidad para el trabajo en grupo, con superiores, pares o niños.
*Selección adecuada de contenidos que se desean favorecer.
*Revisión constante de objetivos, contenidos, actividades y estrategias
seccionadas en función de los educandos.
*Reconocer las diversidades presentes en el grupo de alumno, y
comprometerse con ellas.
*Asumirse como sujeto – persona coprotagonista de destinos personales y
colectivos.
*Utilizar la evaluación no solamente con los objetivos anticipados, sino
también con los emergentes y durante todo el proceso.
*Concebir una educación actualizada y con proyección en el futuro.
*Tener plasticidad y creatividad para aprovechar los recursos y las
singularidades que les ofrecen sus alumnos y el medio, estableciendo
relaciones positivas.
Los niños son sujetos sociales y en sus actividades cotidianas, dentro y
fuera de la escuela, van adquiriendo un conjunto de saberes sociales que
les permitirán desenvolverse cada vez de forma más autónoma en la
sociedad en la que viven. Los chicos forman parte del ambiente social
donde están inmersos su familia, amigos, su casa, el trabajo de los padres,
la estatua de un prócer que ve todos los días camino a la escuela; no pasan
inadvertidas para él ni las noticias de la tele, ni los comentarios de sus
padres. Para que este ambiente social, en la vida cotidiana se constituya en
un espacio de promoción para nuevos saberes, el jardín o la escuela deben
rescatar y proponer desafíos para explicar el porqué del mundo social.
Las estrategias, mecanismos de influencia, modos de intervención o formas
de organizar la enseñanza, son actuaciones inseparables del docente, son
los instrumentos que le permiten llevar a cabo su tarea, y su utilización tiene
como fin la producción de actividades de aprendizaje en los alumnos.
El docente utiliza estrategias metodológicas a fin de enseñar; éstas se
sustentan en actividades lúdicas que los niños realizan para apropiarse de
los saberes.
Lo ideal es que cada maestro reflexione para seleccionar y elaborar las
estrategias que su grupo requiera, dependiendo de los contenidos a
enseñar, del objeto a observar, del momento de la etapa del año, de las
demandas del grupo, el contexto escolar.
Las estrategias pueden desplegarse por ejemplo en los intercambios
cotidianos espontáneos, en las consignas de trabajo, que disparan la
actividad infantil, en los momentos de actividades libres, ofreciendo a los
niños mucho y diverso material atractivo para que puedan realizar
elecciones con autonomía y responsabilidad.
Se sugiere la incorporación de tácticas metodológicas dentro de la
planificación docente, diferenciándolas de las actividades de los chicos.
En lo referido a la Psicología…
Para que se constituya una situación de aprendizaje, necesitamos un
enseñante y un aprendiente, que establezcan una relación en función de
otra relación de ambos con un tercer componente: El conocimiento.
La modalidad de aprendizaje se construye a partir de las primeras
experiencias corporales, entre una madre proveedora de alimento-nutriente
y un bebe que necesita incorporar las características de ese alimento en su
cuerpo. Aquí, la modalidad de aprendizaje es un molde relacional armado
entre la madre como la que enseña y el hijo como el que aprende, que
continúa construyéndose en las posteriores relaciones entre personajes que
enseñan y aprenden, como la familia, el grupo de pertenencia, el maestro,
etc. a lo largo de toda la vida.
Psicopedagógicamente, se podría hablar de una “boca psíquica”, que al
incorporar no capta alimentos sino experiencias de placer y/o sufrimiento.
Alicia Fernández, autora del libro “la sexualidad atrapada de la señorita
maestra” ha realizado un análisis y comprobado que la alimentación es la
“fuente somática” de la modalidad de aprendizaje y de las significaciones
inconscientes del aprender; de manera que el hambre es una suerte de
hambre de conocimiento.
El docente debe estar bien preparado en relación a su rol para asumir la
tarea de educar a las nuevas generaciones, y ello implica no sólo la
responsabilidad de transmitir conocimientos básicos para el preescolar, sino
también el compromiso de afianzar en los niños valores y actitudes
necesarios para que puedan vivir y desarrollar sus potencialidades
plenamente, mejorar su calidad de vida, tomar decisiones fundamentales y
continuar aprendiendo. El maestro debe interactuar con las instituciones y
los padres de familia en lo que se refiere a las metas de desarrollo integral
del niño. Ser docente de preescolar es tener la oportunidad de enfrentarse
cada día a una caja de sorpresas: una sonrisa, el llanto, un logro, un
interrogante difícil de responder, situaciones que hacen del ejercicio
académico un rol gratificante y un reto permanente. Desempeña un rol
didáctico y de animación, ya que atiende al niño tanto en aquellas
actividades programadas de enseñanza como en las rutinas diarias y en las
de entretenimiento.
Su rol será el de un organizador que prepara el espacio, los materiales, las
actividades, distribuye el tiempo, adaptando los medios de que dispone el
grupo y a los fines que persigue. Habrá de crear para el niño un ambiente
afectuoso, saludable y de bienestar, en el que se encuentre los estímulos
necesarios para su aprendizaje y para que se sienta cómodo, seguro y
alegre. Su rol es el de un motivador y estimulador del desarrollo en sus
distintas facetas tanto en el plan individual como social.
En su rol de animador ofrecerá al niño acciones que le permitan aprender,
pero siempre motivadoras y fundamentadas en el juego. Motivará al niño
para interesarle y despertar su curiosidad por las cosas. Cooperará con el
niño en su aprendizaje, sin ser dirigiste, sin sustituirle en aquellas acciones
que él mismo pueda realizar. Estará atento y no intervendrá con
precipitación, aunque procurará ayudarle siempre que lo necesite. Por otro
lado, habrá de mantener su rol de observador conociendo la manera de
relacionarse los niños, sus reacciones, preferencias, modos de juego,
materiales que más utiliza, zonas que ocupa, en definitiva, se trata de
conocer al niño en particular, al grupo y también al medio, de modo que se
pueda modificar sus pautas de actuación y organización de los medios si es
necesario. Debe realizar una observación continua de los múltiples aspectos
del grupo, su evolución, relaciones, necesidades de juegos, etc. Dentro de
su rol deberá procurar estimular el espíritu investigador y la autonomía del
niño. Con sus actividades y el ambiente creado, promoverá la relación entre
los niños mediante actividades compartidas. Favorecerá en el niño actitudes
de respeto, cooperación y libertad, siempre actitudes positivas. Respetará
profundamente al niño, lo que llevará a un respeto mutuo. Reforzará la
confianza del niño, si se muestra respetuoso con él y no tiene un trato
discriminatorio con ninguno de los que conforman el grupo.
En la relación con el niño parte importante de su rol es saber captar los
distintos mensajes que le transmite, respondiendo a sus intereses
favoreciendo la comunicación con él. Conocerá sus necesidades e intereses
adecuando los medios educativos para satisfacerlos, ampliando el campo
de dichos intereses. Ha de tener cuidado en no sobreprotegerlo para no
limitar sus posibilidades y el desarrollo de su autonomía. Un docente no
debe olvidar que parte de su rol es servir como modelo en muchas
adquisiciones (lenguaje, por ejemplo), por lo que debe cuidar su actuación y
actitudes frente a él.
Formas de Participación de los Padres en la Escuela
Uno de los aspectos más importantes es el cambio de mentalidad de
algunas escuelas del “Yo contra ellos”, que ha relegado el compromiso de
los padres de familia a pagar matrículas y mensualidades y solo a buscar en
cada lapso el boletín donde se reflejan el rendimiento académico de su
representado. Es por lo tanto crucial que las escuelas trabajen junto con la
familia para apoyar entre otras cosas el aprendizaje, ya que se ha
comprobado que cuando se logra, los alumnos tienden a ser más exitosos,
no solo en los estudios sino también en sus vidas.
En relación a lo expuesto, Aste (2004) haciendo referencia a las
investigaciones, de Henderson y Berla indica que los niños obtienen
mejores resultados cuando sus padres asumen papeles significativos en su
aprendizaje, mencionando la existencia de cuatro roles específicos,
enmarcado en ellos puede recomendarse asumir los siguientes papeles:
§ De apoyo: contribuyendo en la escuela con sus habilidades,
destrezas y competencias y ayudando a los niños en sus casas.
§ Como Mediadores: ayudando a resolver conflictos
§ Como Tomadores de decisiones: siendo objetivos, analizando
y evaluando las alternativas, ayudando así a seleccionar la mejor
para la comunidad educativa.
Otras de las maneras en que pueden participar los padres en la educación
de sus hijos son las siguientes:
§ Manteniendo una relación constante, donde el docente plante
los intereses y proyectos a desarrollar desde la escuela, donde
indague sobre el apoyo que pueden brindar, donde explore sobre
los intereses, pasatiempos, problemas del niño en el hogar.
§ Invitando al representante a visitar el salón de clases y a
participar en los proyectos que se desarrollan
§ Convocándolo a las reuniones, a través de invitaciones
personalizadas y preferiblemente realizadas por su hijo.
§ Invitándolo a los eventos de la escuela.
§ Organizando grupos de padres e informándosele sobre la
manera de ayudar a la escuela a alcanzar sus metas.
§ Realizando, con la participación de los padres una evaluación
anual del contenido y la eficacia de los Proyectos desarrollados,
con el objetivo de lograr el mejoramiento de la calidad académica.
Siguiendo a Santamaría (2003. p. 38), se señalan otras recomendaciones y
acciones para promover la integración de los padres a la escuela:
§ Organizar reuniones desde el principio del año escolar.
§ Invitarlos a participar, en las actividades que se planifiquen.
§ Incentivarlos a expresar esperanzas y preocupaciones
relacionadas con sus hijos y la escuela.
§ Invitarlos a que sean tutores de estudiantes con dificultades.
§ Incluirlos para que sean guías en excursiones, paseos visitas
guiadas
§ Integrarlos a grupos asesores de la comunidad o de padres en
la escuela.
Si los padres no pueden integrarse directamente en la escuela, se pueden
buscar estrategias para ayudar desde la casa, entre estas actividades se
mencionan: elaborar materiales educativos, boletines editados para la
escuela o sencillamente materiales educativos para el aula.
Relacionado con lo planteado, Funkhouse J y Gonzáles M
(2004) expresan:
Treinta años de investigación confirman que la participación familiar ejerce una poderosa influencia sobre el éxito del niño en la escuela... Cuando las familias se involucran en la educación de sus hijos, ellos obtienen mejores grados y calificaciones más altas en las pruebas, asisten a las escuela con mayor regularidad, cumplen más con sus tareas, demuestran mejor actitud y comportamiento, se gradúan con mayor frecuencia de la escuela secundaria, y tienen mayor tendencia a matricularse en la universidad, que aquellos estudiantes con familias menos involucradas. Es por esta razón una meta importante para las escuelas aumentar la participación de la familia en la educación de sus hijos, especialmente aquellas escuelas que presten servicios a estudiantes de bajos recursos económicos y con riesgo de fracasar.
Relacionado con lo planteado, la Escuela: San Diego City Schools,
obedeciendo la Legislación Federal “Ningún Niño se Quedara Atrás”,
señalan que una manera de lograr la participación de los padres en las
actividades de la escuela es a través de:
§ Incluir la participación de éstos como socios en el gobierno
escolar, incluyendo la toma de decisiones en forma colaborativa.
§ Establecer una comunicación reciproca eficiente donde
se respete la diversidad y las diferentes necesidades de las
familias
§ Crear en las escuelas estrategias y estructuras de programas
para facultar a los padres a fin de que participen activamente en la
educación de sus hijos.
§ Brindar apoyo y coordinación al personal escolar y a los padres
para implementar y mantener una participación llena de
significado.
§ Utilizar a las escuelas para conectar a los alumnos y sus
familias con los recursos de la comunidad, con el fin de brindarles
enriquecimiento y apoyo educativo.
Es por esto importante que desde la escuela se programen actividades de
formación de padres, donde entre otras cosas puedan ser asesorados en el
mantenimiento de un ambiente afectivo y estimulante en el hogar, que
fomente el aprendizaje y las actividades escolares. Entre estas se destacan,
las dirigidas a cómo estudiar, debiendo aconsejarse, que el niño al estudiar
o hacer las actividades para el hogar no debe tener distracciones ni ruidos
de televisión. Los padres deben saber que si las condiciones de habitación
no son favorables pueden estimular a los miembros de familia a que tomen
parte en alguna actividad silenciosa durante la hora de hacer la tarea.
En este sentido a los padres y representantes debe recomendar crear
un ambiente que promueva el aprendizaje y la realización voluntaria de la
actividad asignada al hogar, especificando orientaciones de carácter
formativo como el establecimiento de normas consensuadas y el
fortalecimiento de hábitos de estudio. Es importante concienciar a los
representantes en relación a que la formación de los niños está
estrechamente ligada al buen funcionamiento del hogar, al desarrollo de sus
actividades tanto sociales como escolares, lo cual incide en una
personalidad bien estructurada y en el desarrollo de individuos autónomos.
Otra de las maneras de Participar es vincular a los padres en el Proyecto
Pedagógico de Aula, considerando que éste es una estrategia de
planificación, concebida en la escuela, para la escuela y los educandos.
Con el proyecto el niño adquiere un sentido crítico y una
autoevaluación, siendo parte activa y creador de su conocimiento.
Los padres y representantes deben estar íntimamente involucrados, en
el desarrollo del proyecto, pudiendo ayudar desde la búsqueda de
información para la selección de la temática a abordar, en la ejecución
cuando formen parte de visitas dirigidas, elaboración de laminas,
periódicos, trípticos y decorando los ambientes para la exposición del
trabajo escolar, para lo cual se debe procurar que en el hogar el niño cuente
con materiales de lectura, mapas, enciclopedias entre otros, que le
permitan realizar sus labores escolares. De esta manera los niños se ven
motivados a realizar sus actividades de forma más amena sacando el
máximo provecho.
Al momento de realizar la actividad escolar, los padres y representantes
pueden ayudar a los hijos en el uso correcto del material y proveerles de lo
que necesiten para el mejor desarrollo del proceso de aprendizaje.
Como puede inferirse de todo lo planteado, la presencia de los padres y
representantes en la escuela y la colaboración desde el hogar es básica
para el proceso de aprendizaje, ya que, además de la participación en las
programaciones permite que los maestros conozcan mejor a sus alumnos a
través de la óptica del representante y a su vez estos se enteran de los
progresos de su niño en la escuela, por medio de la conversación que
mantienen con los maestros durante las entrevistas o reuniones, que se
planifiquen en la institución educativa.
La asistencia regular y organizada de los padres en el aula, así como la
colaboración regular y planificada en el trabajo educativo con los niños
reporta resultados provechosos en la labor de padres, representantes y
maestros, y en consecuencia en los escolares. La presencia del padre o
representante le permite al alumno sentirse seguro dentro del contexto
escolar.
Lo expuesto queda ratificado por diversas investigaciones que han
demostrado que el cariño, la compañía, la atención, el vinculo de afecto
entre el niño y sus padres o representantes al igual que la seguridad que
imparten observar a sus maestros en constante contacto con estos, es vital
para el desarrollo emocional de un individuo, es por esto que el docente
debe incentivar la participación activa y constante de los padres en la
escuela.
CONCLUSIONES
Es indiscutible la incidencia de diversos factores en el proceso de
aprendizaje, pero debe mencionarse que estudios e investigaciones
relacionadas con la participación de los padres en la escuela están
corroborando los aspectos significativos de esto sobre el aprendizaje, lo
cual hace imperativo que el docente propicie la planificación,
organización y difusión de actividades relacionadas con el proceso de
aprendizaje de los niños, esto permite que los padres y representantes
se involucren y participen de manera más activa.
Por lo cual, se deben utilizar todos los espacios ofrecidos por la escuela,
tales como reuniones, entrevistas, hora de llegada y salida, así como las
actividades culturales y exposiciones de trabajos para la práctica de una
comunicación efectiva, en la búsqueda de lograr un proceso educativo
donde la relación docente, alumno representante este signada por la
colaboración y la afectividad.
Igualmente se puede afirmar que la ayuda y asesoría de los padres y
representantes, así como el tiempo que estos dedican a la elaboración
de tareas y otras actividades, incide positivamente en el rendimiento del
niño, además que fortalece su autoestima.
En función de ello es importante que el docente estimule a los
representantes a participar de manera activa en el proceso de
aprendizaje, concientizando a estos acerca de la relevancia que tiene el
hogar en la formación del niño.
Considerando lo expuesto se recomienda:
La escuela debe propiciar un clima de confianza con los padres
y representantes, permitiendo de esta manera una mayor
participación de estos en la escuela.
Los docentes deben promover charlas, foros, debates, en la
escuela que permitan a los padres y representantes conocer o
tener conocimiento de lo que representa su participación para el
proceso de aprendizaje de los niños.
El personal Directivo debe incentivar el desarrollo de programas
donde se motive a los padres y representantes a tener una
mayor participación que permita el desarrollo y mejoramiento del
aprendizaje significativo del niño.
Los padres y representantes deben trabajar en conjunto para
brindarle a la población estudiantil ambientes sanos y
agradables que contribuyan a su desarrollo físico y emocional
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Peñas Romero, José, González-Anleo, Juan. Sociología para educadores. Editorial Cincel,
España. 1974.
Nevárez, Raúl. NUEVO MODELO EDUCATIVO Y PEDAGÓGICO DEL GRUPO EDUCATIVO
SORIA. Extracto a manera de síntesis. Documento Institucional. 2001.
INTEGRANTES
DYLAN ALVAREZ VAZQUEZ
LUIS ADRIAN FLORES CALDERON
ISRAEL HERNANDEZ CARCAMO
MOISES REYES MAYO
FERNANDO PEREZ HERNANDEZ
HORACIO CORDOBA GONZALEZ