Ensayo: La Educación de los Niños Autistas debe ser de Calidad y Especializada

Santiago Gutiérrez Gil

Código: 1024839

Santielmero@Gmail.com

Profesora:

Isadora González Rojas

Universidad De San Buenaventura Seccional Medellín

Facultad de Psicología

Psicología

Competencias Comunicativas en Psicología

Noviembre de 2012

LA EDUCACIÓN DE LOS NIÑOS AUTISTAS DEBE SER DE CALIDAD Y

ESPECIALIZADA

Con el siguiente escrito quiero sentar mi posición frente a qué tipo de educación

se le debe dar a los niños que padecen de autismo, qué mecanismos usar con

ellos y en qué tipos de establecimientos se les debe atender para que así su

aprendizaje se haga de una manera más agradable y no usar métodos que en vez

de ayudarle en su educación generen trastornos más difíciles de curar.

Para comenzar a hablar sobre la educación especial que deben recibir estos niños

debemos definir el autismo y dar a conocer en qué consiste. “Es autista aquella

persona que para la cual las otras personas resultan opacas e impredictibles;

aquella persona que vive como ausente, y que por todo ello se siente

incompetente para regular y controlar su conducta por medio de la comunicación”.

(Riviére, 2001,16).

Los niños autistas se caracterizan por ser personas que prefieren la soledad, se

distraen muy fácilmente, les llama mucho la atención los objetos que giran, tienen

una conducta destructiva, berrinchosos y pataletosos, incapaces al hablar,

sensibilidad a los ruidos sorpresivos, sordera aparente, interés por los olores y un

umbral al dolor relevantemente alto (Grandin,1986), por todas estas situaciones

que los caracterizan necesitan de un trato y educación especial, para que se les

facilite el aprendizaje y no tengan inconvenientes que aumente su conducta

agresiva y de rechazo a la sociedad.

Otros de los síntomas con los que se pueden evaluar si un niño es autista son los

siguientes: “Acentuada falta de reconocimiento de la existencia o de los

sentimientos de los demás, ausencia de búsqueda de consuelo en momentos de

aflicción, ausencia de capacidad de imitación, ausencia de juego social, ausencia

de vías de comunicación adecuadas, marcada anormalidad en la comunicación no

verbal, ausencia de actividad imaginativa(como jugar a ser adulto), marcada

anomalía en la emisión del lenguaje con afectación, anomalía en la forma y

contenido del lenguaje, movimientos corporales estereotipados, preocupación

persistente por parte de objetos, intensa aflicción por cambios en aspectos

insignificantes del entorno, insistencia irrazonable en seguir rutinas con todos sus

detalles, limitación marcada de intereses, con concentración en un interés

particular”. Si el niño presenta todos estos síntomas se le puede denominar

autista.

Es importante que las entidades educativas tengan conciencia sobre los niños

autistas y se enteren de que estos niños necesitan de una educación especial y no

se les puede dar el mismo trato o educación que se les da a los demás niños que

no presentan este trastorno.

Para comenzar a desarrollar en el tema sobre las características que deben tener

las entidades que deseen brindarle educación a los niños autistas, es importante

tener en cuenta que no se les puede dar el mismo trato a todos los niños ya que

cada uno es diferente y el mismo tipo de tratamiento no funciona con todos. “El

empleo conjunto de varios métodos es probablemente lo que da mejor resultado,

los programas eficaces a menudo comparten muchos procedimientos, aunque su

orientación teórica sea distinta, en los programas más exitosos el tratamiento

comienza a los tres o cuatro años y proporciona contacto con niños normales; son

programas intensivos, los enfoques pasivos no dan buen resultado. Un buen

programa debería incluir también modificación de la conducta flexible y no

aversiva, tratamiento de lenguaje, ejercicio y musicoterapia” (Grandin, 1986,175).

Los lugares en donde se atienden y educan los niños autistas deben cumplir y

tener un alcance de un sin número de cualidades y adecuaciones en sus

instalaciones, como por ejemplo deben comenzar con un proceso de selección y

calificación para verificar si el niño que está a punto de ingresar sí padezca de

autismo, una vez sea comprobado se inicia con el proceso de ingreso, tienen que

averiguar cuáles son los intereses del niño y qué le gusta hacer, ya que los niños

autistas se caracterizan por tener una actividad que les llama mucho la atención,

hay que sacarle provecho a este interés y orientarlo para que lo use en algo

productivo.

Estudios realizados en Estados Unidos, dieron a conocer uno de los pasatiempos

más utilizados y relajantes que utilizan los niños diagnosticados con este trastorno,

consiste en observar los objetos móviles especialmente los que giran o dan

vueltas sobre su propio eje, por eso es recomendable instalar hamacas, sillas de

oficina en la que se les permita dar vueltas y otros tipos de mecanismos que

cumplan estas características, con esto les permitirá tener un espacio de

esparcimiento y relajación.

Como expresó la autora del libro “Atravesando las puertas del autismo” Temple

Grandin, y la cual tomo como referencia y me sirve de ejemplo para explicar el

siguiente hecho, donde decía que: “Debido a que los niños autistas rechazan todo

tipo de contacto físico con las personas y por lo tanto no permiten que nadie los

toque, ese contacto físico que es necesario para todo ser humano debe ser

reemplazado con algún tipo de mecanismo que nos calme esta necesidad,

utilizando estos métodos, probablemente, le será más fácil en un futuro aprender a

sentir afecto por los demás”(Grandin,1986,131).

Los educadores o personal que conviva con los niños autistas deben adoptar el

carácter de observadores activos y cuidadosos, debe estar en permanente

cuidado con las muestras de satisfacción (lo que le agrada a el niño), o desagrado

(la mayoría de los niños autistas no se sienten cómodos en lugares que están muy

concurridos de personas y en sitios ruidosos).

Debido a la gran sensibilidad táctil que caracteriza al niño autista, es

recomendable fomentar el uso de este sentido, colocando al niño a realizar

distintas actividades que mejoren esta destreza como por ejemplo manipular

estructuras y materiales de texturas diversas (lana, lija, arcilla, seda, etc.).

Según lo decía Temple Grandin con sus propias experiencias autistas, tanto ella

como los otros niños autistas necesitan de un lugar privado y secreto en el que

puedan esconderse y retirarse a su propio mundo debido a que “el autismo es una

afección de interioridad y los niños autistas necesitan la seguridad de su propio

escondite”(Grandin,1986,132), con respecto a esto pienso que este espacio se les

debe respetar y dar el tiempo necesario para que ellos interioricen o interactúen en

su propio mundo y esperar hasta que ellos decidan salir de allí.

Otros mecanismos que han sido de gran utilidad para la terapia con niños autistas

son los animales domésticos ya que les permiten tener un contacto físico con ellos

pero no tan esclavizarte, según Rievere se debe obrar con cautela cuando se

decida poner al niño en contacto con el animal, ya que debido a su

desorganización perceptual, los niños autistas a menudo maltratan el animal lo

que puede causar una acción de defensa del animal que pueda lastimar al niño,

por esto es recomendable comenzar dándole al niño una mascota de peluche para

que la acaricie e interactúe con ella, cuando el niño haya comprendido el trato que

se le debe dar al animal, ahí si se puede recurrir a la mascota real.

Debido a que lo niños autistas tienen problemas para generalizar una tarea como

por ejemplo: Aprender a utilizar una cuchara para comer helado, pero si se

necesita la cuchara para consumir otro alimento el niño no sabe que la cuchara

también puede ser utilizada para otro tipo de alimento, por eso es importante que

el educador le explique cada tarea como si fuera por primera vez que se la

enseña, si el niño ya tiene la capacidad de generalizar quiere decir que el niño se

está acercando a la realidad (Grandin,1986,133).

Es muy importante que el cuidador del niño autista esté pendiente de sus

reacciones espontáneas, generalmente cuando esté en contacto con otros niños o

personas desconocidas, por ejemplo, los niños autistas tienden a arrojar objetos

cuando están estresados o no se sienten cómodos en un espacio determinado.

“Reprender a un niño autista puede inducir a cambiar o mejorar una conducta,

pero muy a menudo el niño no tiene ningún control sobre estas reacciones.”

(Riviére, 2001,85).

Como es sabido todo los seres humanos necesitamos de una buena estabilidad

nutricional para subsistir, por esto es importante vigilar el consumo de alimentos

en los niños autistas para que tengan un buen equilibrio nutricional, según el

doctor Allan Cott, “A menudo los autistas carecen de mecanismos internos para

producir y procesar lo que se necesita, muchos niños autistas presentan un déficit

de zinc, a veces, una sobrecarga de cobre. Ambos son de vital importancia para la

sangre y el sistema inmunológico, por esto es importante estar en constante

comunicación con un especialista ortomolecular”.

Otro de los cuidados que se deben tener con la alimentación es que la gran

mayoría de los autistas presentan graves alergias por algunos alimentos (leche,

trigo, maíz, tomate, chocolate, azúcar, hongos, entre otros), investigaciones

realizadas por la doctora Mary Coleman, revelaron que cuando se disminuye el

consumo de estos alimentos en los niños autistas su conducta mejora

notablemente.

Con respecto a los medicamentos que se recomiendan suministrarle a los niños

autistas está el Tofranil, pero antes de optar por la opción de medicar el niño se

debe consultar con un especialista ya que este medicamento no tiene el mismo

resultado con todos los pacientes y no todos lo pueden consumir, no se

recomienda el exceso de medicamentos es más recomendable usar un fármaco a

la vez para poder ver sus resultados.

Retomando las características que deben tener los lugares donde se les desea

brindar la educación y atención a los niños autistas, cabe insistir que es importante

que sea un lugar calmado, silencioso con un ambiente estable, ordenado y seguro.

Debido a que el autista no puede desempeñarse bien en un lugar que haya sufrido

muchos cambios. El niño autista en incapaz de poner orden a su mundo por eso el

cuidador debe ser el encargado de proporcionar dicho orden en su entorno.

Debido a que lo autistas se caracterizan por tener un bajo nivel de atención y

tolerancia a los sonidos, estos centros deben trabajar con una mínima cantidad de

alumnos, se recomiendan grupos con alumnos que sea inferior a 5 personas por

maestro.”El maestro debe hablarle al niño con frases cortas y sencillas, mirando

directamente al niño ya que los autistas aprenden a interpretar los gestos y

posturas del cuerpo y no sólo las palabras, si es necesario levante el mentón del

niño con suavidad y mírelo directamente a los ojos, hay que ser expresivos

cuando se habla con un niño autista, las expresiones que hagamos hacen que el

niño atraiga su mirada hacia nosotros, no se les debe hablar con la monotonía de

la voz, se recomienda hacer variaciones en el tono y agudeza en la voz”

(Grandin,1986,135).

Otros de los métodos o técnicas que se pueden usar con los niños autistas y son

de gran aceptabilidad y producen un buen resultado son “la técnica de

imitación(Los niños deben emular el comportamiento del terapeuta, utilizan la

observación para lograrlo), economía de fichas (así se le denomina a la cantidad

de puntos que el niño va acumulando si responde correctamente a las

indicaciones del terapeuta), contrato de contingencias (El objetivo es motivar la

buena conducta en el niño otorgándole un premio. Ejemplo: El especialista ordena

al niño sentarse y este lo hace, entonces recibirá un dulce)”. Estas técnicas se

recomiendan que sean hechas por expertos (psicólogos-terapeutas), por que no

cualquier persona las sabe aplicar correctamente y no tendrán el mismo resultado

satisfactorio.

Por eso es importante que el centro educativo cuente con la accesibilidad de

especialistas por si se presenta alguna dificultad o se necesita intervenir al niño

como por ejemplo: Psicólogos, fonoaudiólogos, Nutricionistas, terapeutas, entre

otros.

Es recomendable que se inicie terapia con el niño tan pronto se observen los

comportamientos anormales, uno de los componentes más importantes del plan

terapéutico es la presencia y compañía de las personas del vínculo familiar y

social que interactúan con el niño.

Según Riviére los componentes principales que deben tener los métodos

educativos con niños autistas son los siguientes:

“1. Deben ser estructurados y basados en los conocimientos desarrollados por la

modificación de la conducta.

2. Evolutivos y adaptados a las características personales de los alumnos.

3. Funcionales y con una definición explícita de sistemas para la generalización.

4. Debe implicar a la familia y a la comunidad, 5. Deben ser intensivos y

precoces”. (Riviére, 2001,89).

Como breve conclusión creo que el autismo le exige al sistema educativo no sólo

de nuestro país sino del mundo, enfocarse en la importancia que tiene la

diversidad y personalización en la educación, pues estos niños necesitan de un

trato especial para educarlos y que como todos tienen el derecho a recibir una

educación digna.

Estos pequeños también tienen el derecho de sobre llevar su trastorno de la

mejor manera y minimizándole los problemas que para ellos se les hace más

difícil, como la socialización y el aprendizaje por esto es importante crear centros

educativos donde su atención sea mas cálida y puedan tener una mejor calidad de

vida o por qué no, tener una recuperación de su enfermedad de una manera más

agradable.

Bibliografía

Grandin, T y Margaret, M (1986). Emergence: Labeled Autistic, Arena

press. (Traducción al español de Adolfo Negrotto: Atravesando las Puertas

del Autismo. Buenos Aires, Paidós, 1986)

http://cuidadoinfantil.net/tecnicas-de-aprendizaje-en-ninos-autistas.html

http://www.eduquemosenlared.com/es/index.php/articulos-

psicopedagogos/80-autismo

http://investigacion.ve.tripod.com/capitulo22.html

Riviére, A (2001). Autismo Orientación para la Intervención Educativa.

Madrid. Trotta, 2001