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Ensayo sobre la introducción de Marshall Berman "Todo lo sólido se desvanece en el aire"
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Hernández Cortés Erik Daniel. Investigación IV Arq. Lizárraga Sánchez Salvador.
El mundo de la Modernidad.
“Ser modernos es vivir una vida de paradojas y contradicciones”. Cito a Marshall Berman,
filósofo del siglo XX y autor del libro “Todo lo sólido se desvanece en el aire”. Oír esta frase
es una síntesis de la vida moderna que el mundo experimentó en el siglo pasado. La
experiencia de la modernidad fue un periodo alimentado por grandes sucesos en la historia
mundial como el avance de la ciencia, la industrialización, movimientos obreros, luchas de
clases y todo esto enmarcado en un mercado capitalista. Estas condiciones provocaron un
cambio en la forma de vivir adentrándose en un mundo de preguntas sin respuestas teniendo
una meta específica: alcanzar el progreso, porque este es sinónimo de libertad en medio de
una sociedad inestable, con gobiernos totalitarios que demostraban solidez, pero probables
de disolverse en cualquier momento. El avance prosperó en la ciencia, arte y tecnología; el
aspecto social no respondió de la misma manera y peor aun, entró en decadencia.
Los efectos del movimiento moderno pronto empezaron a despertar en algunos hombres
sentimientos de cambio, crítica dura y alabanza contradictoria ante tal evento. Aparecieron
entonces Marx, Nietzsche y Webber principalmente. En medio de ese mundo de
industrialización, la identidad y el nacionalismo fueron ideas que poco a poco comenzaron a
generar un cáncer dentro de la sociedad, provocando racismo y segregación a nivel mundial.
Duras críticas recibieron aquellos que consideraron a la raza aria como superiora, pero muy
pocos conocen a aquel mexicano que puso por encima de todos a la cultura mexicana.
José Vasconcelos, Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México y Secretario de
Educación Publica, propuso en un ensayo titulado “La raza cósmica”, una idea nacionalista
producto de las ideas enarboladas después de la revolución mexicana, en aquella época
donde se buscaba una identidad nacional. En dicho texto desprecia al indígena, al pasado,
justifica el mestizaje producto de la conquista como una comunión de las culturas europeas
con la nativa, originando una quinta raza, la llamada raza cósmica:
“A veces domina uno y a veces –durante un parpadeo que puede durar siglos o milenios–
rige otro. Ahora reina el blanco. O para ser precisos: el anglosajón. No hay de qué
preocuparse: ya será desplazado. Esta vez –la última de las veces– no por otro de los cuatro
pueblos elementales sino por una nueva cultura, una quinta raza –“una raza universal, fruto
de las anteriores y superación de todo lo pasado”. 1
Este texto no queda exento de un arraigado nacionalismo, que podríamos comparar con el
establecido en el fascismo y nacismo, pues sus juicios expresan un conjunto de ideas de
narcicismo y racismo puro. Por ser la unión de varias culturas, como indica Vasconcelos,
¿Nos debemos considerar superiores a los demás? Hay que recodar que no somos ni
seremos los primeros y últimos mestizos a nivel mundial. Otra cultura con las mismas
1 Vasconcelos, José. La raza cósmica.
Hernández Cortés Erik Daniel. Investigación IV Arq. Lizárraga Sánchez Salvador.
cualidades podría tomar esa postura y entonces ¿Podrán existir dos razas cósmicas? Seria
una paradoja, pero de acuerdo con los ideales modernos, esto es completamente normal.
Ante la situación que se vivía en ese momento histórico estos pensadores, dentro de su
visión e ideología, conceptualizaron que el cambio lo produciría alguien emergido del pueblo.
El hombre mismo seria capaz de lograrlo. Su idea de la existencia de un ente, un arquetipo
de héroe contemporáneo que podrá cambiar los torbellinos de la vida moderna y hacer de
estos una suave brisa. Marx, Nietzsche y los futuristas dan su versión de este personaje.
Marx se empeña en el papel de este hombre dentro de la esfera social, llamando a no solo
un hombre, sino a un conjunto de estos: a la clase trabajadora. Es cambiar lo moderno a
partir de lo que originó este movimiento, la burguesía, todo bajo los ideales del socialismo.
Nietzsche no específica las características de este ser humano, tan solo espera la llegada de
aquel personaje. La idea de los futuristas es bastante estremecedora e incluso podríamos
decir fuera de lugar, comparándola con las ideas de Marx y Nietzsche. La nueva raza no será
un hombre como tal: será una maquina. Que idea tan osada y tan absurda. A que grado de
no creer en nosotros mismos ha llegado el hombre ante proponer tal juicio. Sin duda alguna
“El nivel de desarrollo ciega a los demás a ver la realidad en la que viven”, decía Webber
alrededor de la primera década del siglo XX. Marx expone ante lo moderno:
“Todos nuestros inventos y progresos parece dotar de vida a las fuerzas materiales mientras
reducen a la vida humana al nivel de una fuerza material bruta”2
La maquina nos atrapa, nos seduce y finalmente nos esclaviza. Esto ha continuado hasta
nuestros días, pues no sometemos a una esclavitud ante diferentes aparatos electrónicos, e
incluso, llegamos a determinar una nueva raza que es superior a aquellos que no pueden
adquirir uno o no tienen la habilidad con estos. Lo hemos sentido y vivido. Es parte de
nuestras contradicciones diarias que adheridas a nosotros, siguen existiendo. Las ideas
modernas de ese tiempo atraídas por los veredictos futuristas alabadores de la maquina y de
sus cualidades perfectas los conmovió al punto de determinar que en la perfección se
encuentra la belleza.
La clasificación del modernismo marginado, negativo y positivo dictado por Berman si los
trasladamos a la arquitectura encontraremos algunas características por las cuales entran en
esta categoría. El modernismo marginado o el de la forma pura, inmediatamente podemos
pensar en los arquitectos racionalistas del siglo XX, posiblemente vengan a nuestra cabeza
nombres como Le Corbusier, Mies van Der Rohe, Niemeyer, etc. La belleza esta en la
simplicidad de la forma, así veían la arquitectura estos arquitectos, la forma producida a
través de la función. Es bella mientras su funcionamiento se asemeje a una maquina, la
maquina de habitar. Los que simpatizaban con el modernismo de negación solo buscaban
eso, negar lo existente, no aceptarlo y destruirlo si es necesario, pero jamás pensar en su
reconstrucción. Que tan grave puede ser destruir lo que existe a comparación de destruir la
2 Extracto de discurso de Marx en Berman, Marshall. Todo lo solido se desvanece en el aire. 6 p.
Hernández Cortés Erik Daniel. Investigación IV Arq. Lizárraga Sánchez Salvador.
historia, tal como planteaba Le Corbusier en su intento de destruir el centro de París, si bien
piensa en reconstruir es tan solo en el aspecto urbano, y ¿Qué serán de las vidas de sus
ciudadanos?, ¿Acaso su vida no puede ser reconstruida?. Los postmodernos en cambio,
pensaban que logrando una interpretación de los problemas lograrían transformarlos en
belleza.
Menciona el autor que los tres tipos de modernidad fallaron en la obtención de sus objetivos
principales, pues no consiguieron conectar el presente con el pasado y futuro y lograr una
plenitud en la vida del hombre. Analizando este asunto desde el área de la arquitectura,
podemos establecer que algunas ideas del movimiento moderno se enfocaban a proponer un
nuevo tipo de espacios y soluciones estéticas a juicio de uno o varios arquitectos
respaldados por una justificación teórica, las cuales derivan en un arte sin sentimientos, sin
saber si realmente al pueblo le gusta o se siente identificado con este tipo de arquitectura.
Ese intento de ligar el pasado y futuro resulta contradictorio, pues nos enfrentamos a un
pasado lleno de tradición contra uno que busca un progreso, es un brinco sobre un abismo.
Es una lucha entre opresión y libertad.
La Ciudad Universitaria de la UNAM, concebida en la primera mitad del siglo XX, expresa los
ideales modernos mezclados con algunos de carácter nacionalista. Lo moderno significaba
progreso como ya se ha mencionado anteriormente. Después de la revolución se trato de
mostrar a México como un país sin problemas y llevarlo dentro del marco mundial, es el
surgimiento del país de entre los escombros dejados por la revolución y una etapa de
inestabilidad política entre guerras. En el Campus Central podemos ver que efectivamente se
instaló un tipo de arquitectura de carácter racionalista que trata de adaptarse a su entorno en
algunos aspectos. Lo mal adaptado lo podemos visualizar en las orientaciones de los
edificios: grandes ventanales abiertos hacia el oriente, poniente y peor aun en el edificio de la
Facultad de Derecho, hacia el sur. Es como si los edificios se hubieran sembrado sobre una
dura morada de lava, sin tomar en cuenta las condiciones de iluminación que un espacio
para la educación necesita. Sigue cierta nostalgia al pasado al interpretar en su composición
espacial esquemas como Monte Albán y Teotihuacán y reminiscencia de conceptos como
espacios abiertos y taludes.
La característica por la que Ciudad Universitaria pudiera salvarse es por la integración
plástica bien lograda. Lo podemos visualizar en los murales que decoran los edificios,
tratando de mostrar la historia de nuestro país como una orientación del arte en favor de la
colectividad. Al recorrer y visualizar cada uno de los murales podemos captar que la mayoría
de estos expone que la ciencia y tecnología es prospera, bien vista, es la salvación en
algunos casos. Artistas como O ‘Gorman y Chávez Morado marcaron esa ideología. El mural
oriente de la Biblioteca Central expone un mensaje muy claro: hacer una comparación entre
el mundo obrero y transformador con el mundo rural y tradicional, compuesto con un eje a
partir de la mitad de la cara oriente del edificio por un átomo colocado centralmente y en su
cima destaca la imagen de Cuauhtémoc. La influencia de las ideas de Marx y otros filósofos
Hernández Cortés Erik Daniel. Investigación IV Arq. Lizárraga Sánchez Salvador.
de la época afectó no solo ámbitos sociales, sino también repercutió en las artes. Podemos
interpretar que México como una nación puede dominar la energía atómica, y por lo tanto,
puede ponerse a lado de las grandes potencias mundiales, pues la misma raza mexicana, la
quinta raza, llegará a dominar. Mensaje bastante narcisista al igual que el mural “El retorno
de Quetzalcóatl”, donde se muestra a 5 personas de diferentes culturas guiadas por el sujeto
de la quinta raza hacia el progreso, dejando atrás el pasado.
Hablando en especial sobre la Biblioteca Central o “la gringa vestida de china poblana”
encontramos la confrontación entre lo tradicional contra lo industrializado, historia del pasado
contra progreso. O ‘Gorman en un momento pensó hacer del edificio de la Biblioteca una
forma piramidal. Vasconcelos expone en su ensayo la siguiente argumentación sobre la
arquitectura “nueva”
“La arquitectura abandonará la ojiva, la bóveda, y en general, la techumbre, que responde a
la necesidad de buscar abrigo; se desarrollará otra vez la pirámide; se levantarán columnatas
en inútiles alardes de belleza, y quizá construcciones en caracol, porque la nueva estética
tratará de amoldarse a la curva sin fin de la espiral, que representa el anhelo libre; el triunfo
del ser en la conquista del infinito.”3
Tratar de buscar soluciones de otro tiempo para un edificio que debe expresar modernidad
no es lo más óptimo, pues no hay conformidad entre la forma con la función utilitaria y su
tiempo histórico. Solo pretende obtener un capricho formal con una intención de expresar un
nacionalismo mal comprendido.
Contradicción, paradoja, identidad, progreso. Estas ideas dominaron los tiempos modernos,
no significa que actualmente estén en desuso. Todo lo experimentado en esta etapa permitió
forjar una nueva manera de pensar y de progresar. Existieron prejuicios e ideas justificadas
incorrectamente, pero es parte de un proceso que originó nuestra manera de vivir
actualmente. Fue una revolución.
3 Vasconcelos, José. La raza cósmica. 20 pp