Entrevista a Gustavo Rodríguez Ostria

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    Qu elementos caracterizaban al pensamiento de izquierda

    en la dcada de los setenta, momento histrico de mayor

    visibilidad del discurso socialista en confrontacin no solo

    con el capitalismo sino tambin con la dictadura militar de

    Banzer?

    En los aos setenta del siglo pasado no existi una sola izquier-da, sino varias y contrapuestas, aunque todas se reconocan en

    el marxismo como origen doctrinal. Todas empero proclamabansu lucha contra el capitalismo y luego contra la dictadura militar,la diferencia radical estaba en el mtodo y la estrategia. El Par-tido Comunista de Bolivia (PCB) por ejemplo no privilegiaba lalucha armada ni una transicin directa del capitalismo al socialis-mo en contraste con la radical postura del Ejrcito de LiberacinNacional (ELN). Esta organizacin en cambio desechaba la for-ma partido y la lucha desde organismos sindicales y acuda a laconfrontacin armada. El Partido Obrero Revolucionario (POR)asuma que la poltica deba conducir lo militar comandada des-de una estructura centralizada en partido leninista. La llamadanueva izquierda como el Partido Socialista (PS) y el Movimientode Izquierda Revolucionaria (MIR) tambin crean en solucionesarmadas, aunque como resultado de la lucha de masas.

    En el fondo, aunque no siempre lo admitieran, pensaban, fruto dela memoria histrica, en una repeticin tendencial de lo ocurridoen Abril de 1952. Una lucha en las ciudades, de civiles armadosy aliados con una parte del Ejrcito, contra las fuerzas del poder.

    Cul es el enemigo comn en estos procesos? Qu di-

    ferencia encuentras entre el viejo imperialismo y el actual

    imperio a que se refere Negri y es retomado y enunciado

    por los actuales activistas de izquierda en Bolivia?

    Negri actualiza el concepto de Imperialismo al introducir catego-ras como trabajo inmaterial, capitalismo cognitivo y biopol-tica, para describir realidades que no exista en los albores delsiglo XX, en 1916 para ser ms precisos, cuando Lenin public

    El imperialismo, fase superior del capitalismo, que amamanta la izquierda mundial y boliviana y donde postul que el capitalnanciero domina al industrial y comercial. El imperialismo sera

    un fenmeno tpico de nes del siglo XIX cuando el capitalismo

    alcanz su madurez monoplica y someti a los pases comoBolivia a su dominio en pos de materias primas y mercados.

    En cambio autores como Wallerstein, Braudel y Arrighi, con el

    antecedente de la obra de Andr Gunder Frank publicada a nesde los sesenta de la centuria precedente, arman que la econo-ma- mundo existi desde el siglo XVIII y que para los pueblos do-minados el capitalismo tom forma imperial desde la conquista.Enrique Dussel, que es inuyente en los crculos gubernamenta-les, presenta la misma lectura, que permite unir la lucha antiim-perialista con la descolonizacin. Sin embargo Dussel y WalterMignolo, ambos argentinos, son, apelando a la geopoltica delconocimiento crticos a Negri. Mignolo y Dussel, junto a Katheri-ne Walsh desde la universidad Andina de Quito, presentan unacorriente distinta, que inuye en las autoridades del Ministerio de

    Culturas. Paradjicamente crticos del enfoque descolonizadordel Movimiento al Socialismo (MAS), algunas ex autoridades

    gubernamentales tambin se apoyan en Mignolo o Walsh, de

    quienes han sido alumnos o alumnas. En suma, no creo que en-tre quienes formulen el pensamiento alternativo gubernamental,exista la misma apreciacin de la obra Negri y Hardt.

    Ahora bien, el internacionalismo y la creencia de la revolucinmundial, hasta Stalin y la exclusin y posterior asesinato deTrotsky en 1940, era una verdad incontrastable en la izquierdamarxista. Fueron los cubanos en 1961 que retomaron esta di-mensin continental y la apertura de varios frentes de lucha. ElMAS retoma, obviamente no los postulados de Trotsky, sino de lacontinentalizacin de confrontacin, dada la implcita naturalezamundial del capitalismo. La revolucin seala Garca Lineratiene que irradiarse, respetando las particularidades culturales

    de cada pueblo. La nica manera de aislar al capitalismo es irra-

    diando, expandiendo, apoyando todo proceso de lucha revolu-

    cionaria.

    Gustavo Rodrguez Ostria naci en La Paz en

    1952. Se gradu de economista de la Univer-

    sidad Mayor de San Simn en 1977. En 1980

    obtuvo la maestra en Ciencias Sociales de la

    Facultad Latinoamericana de Ciencias Socia-

    les (Flacso) y en 1991 la maestra en Historia

    Andina en la misma institucin.

    A partir de 1977 y hasta 1995 fue docente de la

    Universidad Mayor de San Simn, donde tam-

    bin dirigi el Instituto de Estudios Sociales y

    Econmicos (IESE), y fue decano de la Facul-

    tad de Ciencias Econmicas y Sociologa Fue

    viceministro de Educacin Superior, Ciencia y

    Tecnologa de 2003 a 2005. Es autor de casi

    una decena de libros sobre historia y educa-

    cin superior. Sus artculos sobre estas tem-

    ticas y de anlisis poltico han sido publicados

    en revistas de Amrica y de Europa.

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    Cul era durante las dcadas de los sesenta y setenta, y

    cul es ahora la contradiccin fundamental?

    Sigue siendo el capitalismo y el imperialismo; pero el centro de

    la crtica es el que ha cambiado. La izquierda de los setenta, si-guiendo a Marx, se centraba en desentraar la naturaleza internadel modo de produccin capitalista y la explotacin obrera me-diante la plusvala; es decir la lgica de la fbrica. Hoy en cambio

    se invalida el capitalismo por sus manifestaciones externas loscomunes de los que hablan Hardt y Negri por su impacto sobresu entorno. Se lo acusa del deterioro medio ambiental, de la dis-criminacin racial, de la homogenizacin tnica o de la patriar-calizacin y la discriminacin de gnero. Una lectura de rasgosculturales y ecologistas que no estaban presentes en la izquier-da anterior, la cual solo usaba la clase como prisma para mirar larealidad. Fueron los kataristas quienes, en el Maniesto de Tiwa-naco (1973) y en los documentos de la Confederacin nica deTrabajadores Campesinos de Bolivia, por primera vez hablaron delos dos ojos: clase y etnia. Aos ms tarde las feministas de clasemedia introdujeron la lectura de gnero, cuestionando el sexismotradicional de la izquierda en todas sus vertientes.

    Si los indgenas no consiguieron inuir en la izquierda naciona-lista ni marxista; las mujeres tuvieron algo de mejor suerte. Esa

    izquierda era economicista y vanguardista. Todo lo que no corres-ponda a la lucha obrera, etnia y gnero, deba ser desechado eincluso combatido. El MAS es y por propia denicin comu-nitarista. Esto es, el capital como el reverso de la comunidad o,si se preere, la comunidad como lo no-capital, como el reverso

    del capitalismo, como seala lvaro Garca Linera. Al anticapita-lismo el MAS suma el anticolonialismo, con mayor nfasis en elltimo mbito.

    Consideras que el MAS retoma aquella vertiente izquierdis-ta histrica o inaugura una izquierda de nuevo cuo?

    En el MAS cohabitan tendencias que van desde el nacionalismorevolucionario hasta el indigenismo, pasando por el marxismoclsico, lo que conforma un mix. Sin embargo lo que las unica

    es su apelacin al movimiento indgena como un actor centraldel proceso de cambio. La izquierda setentista era frreamenteobrerista, y consideraba a los campesinos como simples aliados.Nunca se hablaba de indgenas o de pueblos originarios. Salvolos maostas del PCB Marxista Leninista, que consideraban quela revolucin vendra del campo a la ciudad, el resto concentrabasu reclutamiento y accionar en las ciudades o en las concentra-ciones obreras, las mineras bsicamente. Tambin se distanciadel nacionalismo revolucionario porque rompe y deconstruye elmestizaje como una va alternativa a la construccin de la naciny el espaol como lengua franca; aunque en sus polticas cultu-rales el MAS no ha avanzado hasta ahora ms all del folkloris-mo propio del nacionalismo.

    El MAS, por otra parte, no es un tpico partido clsico de izquier-da integrado por cuadros que hacen vida poltica centralizada,en su organizacin luce ms bien como una agregacin de co-rrientes y movimientos que responden a una direccin altamentecentralizada.

    Ests de acuerdo con que el sujeto proletario de las dca-

    das pasadas fue sustituido por el sujeto indgena?

    Si, totalmente. Al desechar la crtica de la economa a poltica elMAS se desprende del sujeto obrero como nico portador de unproyecto iluminista y utpico. Adems el concepto de obrero noes equivalente al proletariado marxista. Para lvaro Garca Line-ra diversa formas laborales abigarradas pueden sersubsumidasdentro el capital. Usa, a mi juicio muy libremente la subsuncinformal yreal, que seal Marx en el Captulo Indito del Capital,quien empero se cuidaba de calicar como obreras a estas otras

    modalidades productivas presentes en la periferia capitalista.

    Garca Linera trabaja, basndose en Ren Zavaleta y pero tam-bin distancindose de l, con el concepto de sociedad abiga-rrada y, por extensin, de masa insurgente. Zavaleta a su vez fuetributario del estructuralismo marxista francs y algunos marxis-

    tas italianos como Luporini. Sociedad abigarrada nos transportams all del modo de produccin capitalista, objeto de anlisisde Marx, hasta la formacin social o modos de produccin arti-culados para la gida del capital. Al respecto hubo mucha dis-cusin y produccin terica en los aos 70s del siglo pasadoentre los marxistas latinoamericanos que trataba de dar cuentade sociedades ms diversas de las que pintaba Marx mirandoa Inglaterra. A Bolivia estas ondas y debates llegaron poco, porel cerco tendido por las dictaduras de Hugo Banzer y luego LuisGarca Meza y por el escaso aprecio de la izquierda boliviana porla teora y la doctrina.Paradjicamente fue la derrota obrera y su centralidad a media-dos de los 80s (Decreto 21060), la que abri espacio al movi-miento indgena, secundarizado hasta entonces; salvo durante

    las grandes insurrecciones de 1781, 1899 y la posguerra delRecorre cada minuto hasta el encuentro , Martina Noriega, acr/lienzo, 1.20 x 1.10 m.

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    Chaco hasta 1953 cuando se decreta la Reforma Agraria. Cite-mos a Ral Prada: Despus del retiro descomunal de la cen-tralidad minera, el proyecto hegemnico proletario se derrumba,

    las clases desposedas quedan inermes ante la avalancha neo-

    liberal. Sin embargo, este vaco poltico va a ser llenado por otrosujeto, el sujeto indgena, que retoma la bandera anticolonial y el

    proyecto descolonizador, proyectando sus reivindicaciones terri-

    toriales y culturales en sentido anticapitalista.

    La historia, deca Marx, avanza por el lado malo.

    Adems de la frecuente interpelacin gubernamental a indge-nas campesinos y originarios como su principal base social, semostr con claridad la distancia en la interpelacin utilizada du-rante el ltimo conicto con la COB. Se us tonos despectivos

    que nunca antes haban uido desde un gobierno proclamado de

    izquierda. Se los present como una minora egosta. Se invocal argumento del nmero y de la poblacin para descalicar el

    aporte obrero a la economa nacional y su rol en la escena polti-

    ca. Claro, y esto puede ser el correlato de la desobrerizacin dela sociedad boliviana, que ha estudiado lvaro Garca Linera. Enclave estrictamente marxista, se dira, desde los aos setenta,que no es el nmero lo que determina la funcin y la proyeccinde una clase, sino su rol en la produccin, su conciencia polticay su efecto de irradiacin del que hablaba Ren Zavaleta. Lanueva clase obrera empero no ha exhibido durante el conicto

    una proyeccin ni de reforma ni de revolucin, sino de disputapor el excedente, de defensa de las minas y de sus espacios detrabajo concordando con sus patrones o confrontndose a lascomunidades indgenas por la posesin de recursos naturales.Entonces, a ojos del MAS, forman parte potencialmente deuna falange sino adversaria al menos conservadora.

    Qu te sugiere la idea de socialismo comunitarista enun-ciada por el actual gobierno a la luz de una lectura histrica,

    o el enunciado de la izquierda indgena?

    En el siglo XIX, desde las elites de terratenientes, comunistase usaba para (des)calicar a las comunidades indgenas de los

    Andes que defendan el derecho a la propiedad colectiva de latierra frente a los intentos de su desestructuracin con la Leyde Exvinculacin de 1874 y su conversin fuese en colonos dehacienda o en campesinos parcelarios.

    Digo esto porque me sirve de entrada para sealar que en la lec-tura del MAS lo primero que hay que subrayar en el socialismocomunitario sera su originalidad; es decir que es producto de

    la historia larga del pas y no de una copia europea o asitica.

    El nudo estara en elevar la resistencia al capitalismo desde lascomunidades al proyecto estatal. Las comunidades combatiranal capitalismo impidiendo que se plasme y que los absorba. Re-sisten a la proletarizacin y desde all armaran el andamiaje delsocialismo; en cambio la clase obrera supera al capitalismo redi-miendo su condicin proletaria.

    Para entender este punto hay que recorrer el camino intelectualde lvaro Garca, que viaj hasta Holanda al Instituto de Histo-ria Social para leer los escritos etnolgicos de Marx sobre lascomunidades rusas y sus debates y cartas con Vera Zasulich,una populista rusa. Quiz all y en su Cuadernos de Crcel (verpor ejemplo Forma valor y forma multitud) empez a pergear lacreencia que se puede ir de la sociedad comunitaria al socialis-mo, sin pasar por el capitalismo como sealaba el Marx que co-

    nocemos. O mejor para convertirlo en un prototipo de un nuevosocialismo pues y me parece correcto no son formas arcai-cas a ser desechadas como pretenda la vieja izquierda(al igualque la oligarqua liberal) sino modalidades vivas e insurgentes.

    Sin embargo, en la lectura histrica de Garca Linera, advierto una(re)construccin imaginada y ccional del pasado indgena, que

    puede ser aplicado a los ayllus andinos, pero que, por ejemplo, nosirve para explicar la trayectoria de los campesinos quechuas delos valles de Cochabamba. Aqu la demanda centenaria fue poseeruna parcela de tierra a ttulo individual y no colectivo, como ocurreactualmente, salvando las diferencias, en las zonas de colonizado-res, rebautizadas eufemsticamente comunidades interculturales.Distintas lgicas de propiedad y uso de la tierra que estn creandofricciones entre los colonizadores en proceso de expansin geo-grca e indgenas de tierras bajas como los Yuracars, Guaranes

    o Lecos, propietarios ancestrales de esas tierras.

    En consecuencia, se pueden asociar los enunciados dis-

    cursivos de socialismo y descolonizacin, que en esen-

    cia parece ser antagnicos?

    S, siempre a condicin de asumir que el socialismo del MAS noes ni pudo ser el socialismo europeo decimonnico e incluso ellatinoamericano del siglo XIX; salvo el de Jos Carlos Maritegui.

    El MAS lee y desecha al socialismo en clave europea, como unamanifestacin critica del industrialismo, pero que a su vez creaen la industrializacin y el progreso bajo nuevas frmulas. Comodeca Lenn: Soviet ms electricacin. El marxismo es criticado

    por ser una losofa de la historia, etapista, lineal y universalista y

    el socialismo realmente existente por centralizado y burocrtico.Reproducirlos en Bolivia, a sus ojos, producira fracturas con elproyecto de descolonizacin y de retorno simblico a los orgenes

    milenarios. En la visin ms extrema en el MAS, que sugesti-vamente no siempre est apoyada ni acompaada por polticaspblicas gubernamentales, implica descartar el industrialismo enpos del retorno a una relacin armoniosa con la naturaleza, quenunca debi extraviarse. Para la izquierda de los sesenta y se-tenta de la centuria pasada, en cambio, la naturaleza, vista comofuente del valor de uso, deba ser dominada y sometida parapermitir un socialismo de la abundancia material y de valores decambio. Los soviticos y ahora los chinos, perpetraron varios

    crmenes contra el medio ambiente en base a esta perspectiva.

    Qu te sugiere la idea de socialismo democrtico como

    va para llegar al socialismo a diferencia de la va armada

    que caracteriz a la izquierda de los sesenta y setenta?

    En los aos de plomo del siglo XX, ya lo puntualic, no toda laizquierda crea que la toma del poder se hara de forma violenta,aunque la lucha armada, o la supresin de la poltica a favor delas armas, solo era proclamada por el ELN. Estas diferencias noeran bice para que siguiendo a Marx y Lenin, se asumiera quela democracia calicada de formal o burguesa se considera

    un fetiche o un engao. La igualdad de los ciudadanos: un hom-bre (o una mujer) igual a un voto nunca garantizara el triunfopopular y obrero y si este, excepcionalmente se produjera, losgrupos de poder y el imperio norteamericano se encargaran dederrocar por la fuerza a un gobierno de izquierda, como ocurrien el Chile de Salvador Allende.

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    Es interesante constatar que el vicepresidente Garca Lineraproviene de una organizacin armada y que el presidente Mo-rales, si hemos de creer a Filemn Escobar, tuvo una tentacinsimilar, que pronto descart para meterse en las lides electora-

    les. El socialismo democrtico, aunque es crtico a la democraciaparlamentaria revaloriza las formas electorales y parlamentariascomo medio de acceso al gobierno y de gestin a la par quepregona el debate basista como fuente de poder (mandar obe-deciendo), aunque en la prctica se lo usa poco. Su hegemona,en este punto, parece ms leninista que gramsciana. Tambinest presente la idea de tomar el poder poco a poco, una estra-tegia que hace aos hubiera sido descartada por reformista,de cara a la orden entonces imperante de Tomar el cielo porasalto. Creo, empero, que el MAS no descarta la fuerza y sumonopolio para mantenerse en el poder. Recordemos el puntode bifurcacin del que habl Garca Linera durante el momentoms lgido de la confrontacin de la Media Luna y la AsambleaConstituyente en el 2007 y el 2008.

    Su proyecto econmico se asemeja a la izquierda marxista

    o al nacionalismo. Pareciera que el MAS est recorriendo

    caminos ya trillados.

    En efecto, el MAS es estatista, y trata de convertir a las empresasestatales y la inversin pblica en el ncleo duro de la economa,un capitalismo de Estado, tal como ocurri luego de 1952. Perohay diferencias. En primer lugar est el eje de intervencin esta-tal. Desde 1952 se pretendi crear desde el Estado un actor ca-pitalista centrado en el Oriente; ahora en cambio se privilegia, al

    menos discursivamente, a la pequea, mediana produccin y laactividad comunal, acorde a su visn de una economa diversa.Por otra parte, la izquierda marxista, con el POR en un extremo,

    anunciaba la abolicin de la propiedad privada de los medios deproduccin y la expulsin total del capital extranjero. El MAS,siguiendo la lnea del nacionalismo revolucionario, apuesta encambio por la socializacin y redistribucin del excedente sin to-car necesariamente las formas de propiedad. Incluso es menosradical que el socialismo a lo Marcelo Quiroga. Se puede com-parar, para ilustrar este punto, la conscacin de la Gulf Oil en

    1969 con la reciente nacionalizacin de las petroleras. QuirogaSanta Cruz actuaba en un mundo altamente polarizado propiode la Guerra Fra y de la ruptura con al imperialismo como pre-gonaban las corrientes de la Teora de la Dependencia. Al MASen cambio, le toca navegar en la compleja maraa de la glo-balizacin donde las posturas anticapitalistas han perdido peso.Incluso gobiernos llamados socialistas como Cuba y China ad-

    miten y convocan a las inversiones extranjeras. Sumndose conrealismo a esta corriente el MAS ha preferido, en la mayora delos casos, renegociar contratos o pagar por las empresas nacio-nalizadas, pero no desechar de plano el capital extranjero conla cual busca ms bien una nueva relacin de fuerza(Queremossocios, no patrones).

    * Entrevista cedida a Andamios por el Centro Cuarto Intermedio (CCI). Agrade-cemos al Equipo Permanente de Reexin Interdisciplinar del CCI. La entre-vista es parte de la reciente publicacin: El MAS es de izquierda?, EPRI-CCI.

    Cochabamba, 2011.

    Quinteto, Martina Noriega, acr/lienzo, 0.80 x 1.20 m.

    Sincrona fugaz, Martina Noriega, acr/lienzo, 1.20 x 1.20 m.

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