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EPIFANÍAS EFRAÍN BARQUERO

Epifanías - Efraín Barquero

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EPIFANÍAS

EFRAÍN BARQUERO

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TEMA 1

La casa es como un animal de la sombrahumeante pirámide sin huecosesfinge con mi rostro, cordel con mi silenciomi propio abismo a medias lleno con un árboles un nombre con un pájaroun canto con un hombre dentroun lugar despoblado que uno viste con la ropa de los muertossus puertas se han abierto con el rumor de los dormidossus ventanas se han roto con el silencio de la noche.

Como las rocas, está detrás de sí mismadébilmente alumbrada por las cosaspor la tierra que remueve con sus manospor la tierra cavada más alta que sus murosbajo ella está el agua verdaderael hueso parecido de los frutos.

Todo está a la vez iluminado, todo en tinieblastodo está ordenado en los armariosen la memoria de los ausenteslos años vienen a beber de mi bocayo soy la abeja de este gran silencio, de esta noche inmensayo soy el comensal, el que guarda intacto los seres engullidos.

Todo gastó a los moradorescómo envejecieron de mirar hacia afueraen qué lecho tan blanco durmieron sin plieguessin desordenar el aire de las cosascuerpos, cuerpos, manos, rostrosesos dientes de la sombraa una hora buscamos el sitio más profundoadentro de otros viviremos, cada vez más adentrocómo al partir un fruto creo prolongar mi nacimiento.

El fondo de los hombres es un sueñoun sueño confiado a una piedraantes de estar solos estuvimos reunidosantes de ser esposos fuimos desposadosnuestros hermanos fueron como viejos conocidos.

Extraña es esta casa cuya sombra nos fecundauna piedra era al final su rostrolo exterior del paisaje, su intimidad profundala estación transitoria, su más pura experienciala inclinación del sol, su más calmado hallazgo.

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TEMA 2

Cuándo nos desprendimos para estar siempre despiertosdormir es ahondar el hueco dejado por los muertosen la noche no hay raíces sino pálidos durmientesel cielo anterior al nacimiento, la rama predilectaalgo nos amarra más que los hombresun deseo de medir con nuestros cuerpos la honduracómo en un segundo, con qué vuelo impetuosotocamos el cielo envejeciendo.

Mujer, tu carne es un modo de comer la tierra sin saborde aplacar las fuerzas, de convertirlas en seresmáscaras son las bestiascon que miramos el vacío.

Tierra fiel a mi mano, eres feroz al ausentecomo una serpiente despedazada en cada unosi alguna vez me refugiaste me hiciste parte tuyacada lugar es una tumba con nuestros huesos vivosaldabón donde se agolpa el mar, la sombraa cuyo llamado estamos solosen una casa inexistente.

Todo es voz, llamamiento, metal de forjas empezadascuyo temor nos ciñe con la carne de los seresquién nos mira tan largamente desde atrásque parecemos caminaral encuentro de los hermanos perdidos.

Dejamos un miembro enterrado en cada parteun ser que alcanzamos, un cómplicealguien que llegó a conocernos demasiadocomo un animal despierto en nuestro sueñocopa, al beber en la soledad te me anticipasmatas el amor en su anuncio, la muerte en su términoveo a los seres manchados por mi sangredormidos para siempre con mi cuerpocon más bocas, con más ojos quiero mirarla sombra que me envuelve con mis hijos húmedos.

A nadie me meuestro con toda mi ausenciacon mi madre feroz, con mi bocado horribleme lavo en una sangre tan oscura mi caratan fermentada de mísi amo una criatura yo debo devorarlayo debo arrastrarme junto a los dormidoscomo una culebra del porte de la nocheyo robo a los seres su rostro como un ríole doy lazos durables a mi carne sentenciada.

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La tierra no se ensuciade ocultar cada día los restos de mi casaduro debe ser en su vientre como la copa en que me sirvoduro, sin doblez, como los rostros eternos

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TEMA 3

Todos los seres que yo amoestán sentados en una misma mesaenvejecen si los evocosus cabellos se tornan del color de los murossu alimento los pone aún más silenciososveo los umbrales abiertos de sus casasoigo las campanadas que escuchansi los recuerdo ahí están como las torres de las ciudadesnunca se esconden de la mirada larga del crepúsculonunca desisten con sus rostros borrososnunca los rodean otros seres extrañossino lo más desnudo de ellos mismoslos árboles irremplazableslas frutas sin color, sin forma.

Qué ocurrió entonces que debo recordar ahoraalgo me dijo esa mujerel secreto de ese día, amarillo entre los díasalgo me dijo para estar siempre ahípara que yo pueda darle un nombre a ese lugarpara que yo pueda reconocer mi rostro con sus ojos extraños.

Qué horas solas alumbran a los ausentesqué actos secretos como lentos sacrificioscon qué remordimiento los evoco comersienten tal vez el frío, el roce de las sombrasla mirada de mis ojos como su propio desamparodesnudos son otros ante los muros eternosun líquido beben con gran repugnanciase introducen en aguas tan calladas, tan neutras.

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TEMA 4

Qué rostro darteel del aprendizaje terrestre o el divino de las plumaste veo beber junto a un trigaltu boca es sanguinolenta como un águilate veo dormir sobre tu lechotu cuerpo es tu carate veo atravesar un ríotodo el río se oscureceárboles, piedras te hicieron rey de los despojosciudades sin adivinar tu sonrisa.

Qué rostro darteentran, salen de ti las multitudesun anciano, un niño son las manos que me muestrasuna mujer cumbre tu cuellouna noche la mitad de tus horas.

Me abriría como un ronco abanico si no tuviera esta medidala sensación de que al buscarnos en un puntoflorecemos de pronto en la luz irrealdarnos un rostro en la noche de los cuerposun rostro que arda como el infierno en el carbón violaceotatuar el gris animal de la muerteun niño es en la luz una gota que caeuna gota de sangre.

Más que sueños hay rostros en mírostros que se pueden palpar como las cosascómo emanan la distanciacómo están hechos de todos los árboles de inviernode las casas inaccesiblesdonde la vida transcurrió de tantas formas distintascómo se desnudaron los seres insospechables en su llamaconsumaron lo terrestre sin más testigos que ellos mismoscon sus rostros donde la muerte deja un olor a nieblalas huellas de una noche repetida.

No se borran las caras, se agudizan más y mása veces son como agresivos utensiliosse agrietan como la tierra después del veranose enroscan como las raíces, pero no crecen a la luzal sol se alzan como los guardianes más fielesante el bocado se inclinan como extraños conocidos.

Por dónde tocar al hombre si su rostro es todo élsi es un muro detrás del cual nos miraun hombre es los lo que su cuerpo recibióa solas con su rostro.

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TEMA 5

Qué mundo el ya vivido, habitado por las aguaspor la dulzura de un cielo nunca roto por un rostrotodos se han vuelto de espaldas como los árbolescomo las piedrases el silencio de las cosas tocadas por mis manos.

Ya vividos los momentos son igualescon la sedosisdad de un dulce, de un frío terciopelaadquirieron algo tan idénticouna forma de animal en todo semejante a su ausenciacómo aliviarnos de la cida si fulgura, si huyesi nos pide un sacrificio con la misma voz de la víctima.

Amamos las aguas, tienen una sola presenciauna sola pregunta en toda su extensiónvamos completando la flor con nuestros cambiosun mismo fruto con una nueva verdadvamos madurando sin conocer la tierrahermosura de las manos que no se parecen al hombresino a ellas mismas, a su objeto invisiblehermosura de los rostros, ajenos a la catástrofequien estuvo en el mundo estuvo en su mirada.

En cuerpos se han convertido las horas de la vidaen lugares parecidos bajo un mismo cieloen un hombre sin semejantes y con tantos hermanosen la carne sentimos su condena recienteen el sol que se alza, en el sol que se escondeantes, mucho antes de acostumbrarse a la tierracumplimos nuestra edad en el pez, en la paloma.

Roto el sello, el tiempo me inundano reconozco mi pasado, fueron tantos los seresfueron tantos los rostros en un solo estíohay una casa donde entro, oscura en todas parteshay un sueño sin techo en cada puerta entreabiertalos que abracé sin conocer bajo mi ropa vivenentre mi madre y yo el mal se abre espantableun lecho vela junto al mío, un lecho tan callado.

Cuán simple es el amanecer que no pide de los hombressino un gesto decidido, una confesión tan breveyo voy en mi viaje sin volver la cabezasin sentir mi cuerpo en la suavidad del espacio.

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TEMA 6

La paloma del tiempo me recuerda este díala paloma que hace madurar los granossu nido es tan oscuro en el estíohecho con las plumas de mi infancia muerta.

Sólo puedo recordarme niño o muy ancianomás niño aún que mi propio nacimientomás viejo que mi agoníatengo dos rostros que se miran uno a otrosin conocerce nunca, sin nunca confundirsedos lugares habito, ignorados entre sícuando estoy en uno, el otro no existe en este mundo.

El llamado del pájaro, la presencia del árbolencuentran en mí la redondez de un solo frutomi vida es como una copa compacta, transparenteque yo puedo borrar para mirar con ella el cieloduermo sobre un cuerpo que en vano quiero conoceren una tierra cuyos límites se confunden con el aguano podemos existir sin confrontarnosla luz de un astro desaparecido en cada hombrerevive el vago pensamiento de este mundo.

En dos me divido, país siempre triunfanteal acoger a alguien nos volvemos un lugarun instante invocadonada abarca el sol si el hombre no lo midecon su cuerpo nocturno sobre la tierra oscura.

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TEMA 7

Yo invoco a los muertosyo miro largamente las cosaspor qué las puertas son pesadas como cuerposyo invoco a los muertoscomo el cielo que se ama a sí mismocon su alma tan grande sin turbar a las otrasno vivimos la palabra, somos pronunciados por ella.

Silencio de los muertos parecido a viejas torresni esas dos grandes manos de los amantesni ese enorme seno de la nieve en la nochehay un solo día, no reconocemos éstehay una sola floración, un eterno pájaro en sus ramasaunque hayamos enterrado tantos seres en la tierrael corazón entierra los suyos en el sol.

Me inunda otro día, el lento día de los gestosestoy hecho de manos que me oscurecen al crearmede rostros que me miran en una tarde inmensaseres ante los cuales permanezco cabizbajopadre, madre de mi cuerpo son aquellos que no cambian un sol me hace vivir dos vidas en la tierraun ojo mira en mi cuyo rostro somos todos.

Cómo están detrás de los encuentroscuando nadie falta en nuestras márgenesellos vuelan tan alto como el díano se equivocan como el árbollleno por dentro de fidelidadal volver desde las sombras reconocen el trayecto.

Viven en mí definiendo, espesandoalargando la sombra de las cosasviven en mí la vida de los ríos en la tardenada me es ajeno en el mundodesde que tengo muertos y palabraseterno soy en mi boca, visitante en mi cuerpomi alma me precede, es vuelo sin ser tránsito.

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TEMA 8

No tengo cuerpo en la oscuridadyo mismo me he tragado para sentirme arderpara ser la estatua hueca de mi dioscomo si todo lo hubiera engullido con la boca de mi cuerpohombres, bestias, en algún lugar estánnunca envejecidos, más nítidos que el albaun rayo es el esqueleto de la sombra.

Si yo puedo recordar, es que los seres tienen rostroquedaron para siempre inconclusos en sus carasa medio parir, a medio vomitar por la serpienteestán vivos en la cicatriz, bella, terriblela mordedura se hizo bocael terror, petrificada honduracada rostro es una torsión distintade este cuerpo que quisiera cubrirnos con sus párpados.

Yo miro alrededor el mundo, sus fauces abiertaspara reconocernos nos masticamos largamentenos devoramos porque somos nocturnosquién nos hace despertar sino aquellos que duermen en el fondo.

Cuerpos que seguirán otros abrazando en silenciososéramos iguales a nosotros mismosestábamos aquírodeando cada forma en la luz entreabiertami mano era honda en el plumaje, en el pezmi sabor era el centro de una flortodo el espacio respiré para crear mi pechoyo soy mi voz como el vacío es su abejayo soy mi voz antes de ser mi madreen torno de ella como a un hueso fui creciendoa un hueso inolvidable como el sol.

Si estoy en una casa, toda ella es mi copasi estoy en un punto, todo él es mi mesami tierra extendida, mi cielo centralquiero venir de afuera para llenar mi cuerpopara que mis ojos se abran, se cierren conmigopara que mi boca sea mi verdadero sellomis manos, mis guardianes inmensas.

Un solo, un lento despertar he tenidoel de mi cuerpo que encierra todas las cosasél como una bestia se ha tragado lo que soysi yo conozco el remordimiento, él conoce su comidasi yo me oculto de dios, él se entrega desnudosi me aterroriza la sangre, a él lo hace ondular

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me vive sin edad con mi largas quebradurascomo una raíza la cual ya no hace daño lo terrestre.

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TEMA 9

Tengo, puertas, vuestra medidapiedras graves, angulosas de mi concienciasoy del largo de los lechos cubiertos de pellizasdonde el Jacob huesoso recriminaba al ángelme he mirado, fruto animal, en la desnudez de la serpientecontorsión, crecimiento, en la violada entrañapuedo mirar sin temor el vientre de la mujery mi propia tumba abiertapuedo mirar a los ojos e mis muertostiembla su cuchillo en mis manosla sangre del lobo, del cordero se parecen en el albapuedo vestirme ya, después de beber el líquido salobredespués de haber lavado tantas llagas.

Los frutos son como ojos oscurosestoy denudo para siempre ante la mirada de los míosestoy abierto al sol desconocido de mi sangretengo otros cuerpo, aquel que me otorgó la bestia ciegatoda roca es mi túmulo, toda tierra es mi silenciosotodo objeto es mi rudo acompañantemis hijos me sobran como costillas quebradasmis hijos son mis dientes perdidostodo al mostrarse se hizo aún más insondablelos hombres gueron comensales nocturnosbebían y comían boca abajo en la tierraen la hechura terrestre cabía sólo lo inhumanosólo las vértebras calzaban, el silencio más hiriente.

Medidme, mesas, muros que me flagelaronningún fruto es tan visible como un hombre de treinta añosestoy armado con mi sexomídeme, oh sangremídeme, única copa de mi eterna mesacuando todo se ha desnudado ante mis ojostú me llenas por dentro con tu ácido secretotú eres más que un dios totémico, más que un animal de vidatú eres más perdurable que un óleo, que un estigmamarco terrible, las efigies se confundenadéfago atabal, los apetitos crecencuerpo subterráneo que se adorna con mi pielsoy un minero cansado de su hueso inmemorial.

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TEMA 10

Por qué vemos la tierra como una sola mesa, como un lecho vacíono están aquellos que son sus prisionerosno hay sino un hombre, un solo habitante en este mundoel silencio de la creaciónquién nos ama con un amor tan perfecto en que cabemos íntegrosnadie nos movió de ahí, de esa orillanadie nos conoció sino es esa posturaen esa espera ignorada de las cumbres.

Soy yo mismo el viejo sol cuando me callolo que abarcan mis ojos eso soyuna extensión demasiado pobladauna mujer demasiado próximami mano al buscar la copa toca el centro del hombre.

No hubo nada más dulce que esa entregaque esa gran debilidad entre los brazos enormesoh salaresvi a los seres renegar, alzar sus manos ennegrecidasrechazar todo perdón extrañolos vi desnudarse para morir sin ayudapara beber a solas la inmensidad turbadaqué fueron los padres sino acantilados sordosen la mañana azotada por las aves muertasel pan es la garra más hondala dentellada más feroz que nos une o nos aparta de dios.

Qué aislado, vivo la unidad el pájarovivo en la voracidad sin desperdiciocómo nos parecemos al fin a los enemigosno tengo padres al mirarsoy mi propia lentitud apresurada hoy díacomo si ante la vastedad fuera invisibleen este baño primordial mi cuerpo es extrañoen este lujo de la luz la desnudez es la rosa.

El mundo es mi invocaciónyo vivo una vida más grande que mis límitestoda flor minúscula en mí quiere completarseuna gota no puedo recordar, sí todo el océanoun detalle se me borra para mostrarme todo el cielouna estación encuentra su vacío colmadoun hombre crea otro donde cabe íntegroel mundo de mi padre es un mundo alternadoestamos todos a la vez en estas piedrassólo que vivimos una parte de nosotros.

Podrá ser tan vertiginoso todo que me envuelva sin torcerme

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que me separe bajo la misma bóvedala redondez nos circundavolando es el niño, el rayo imprecadorla boca moribunda bajo la fuente límipida.

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TEMA 11

Lo que he soñado aquí lo seguiré soñandoen mi sueño la muerte es mi sangredeslizándose conmigo, asombrada de mi asombromolde extraño de los serescon tantos rostros que se adorna el mismo frutoen mí la muerte se acostumbrase hace más silenciosa que ella mismamás carnal que mi bocayo la llevo con la ligereza que me dan sus alas.

Entidades son los hombres, altares terriblesme siento confuso ante la llama blanquecinaante lo más amado como ante una lluvia de sangrepiedras, tallamos nuestras carastan pequeñas que somos ante nosotros mismoscada ser es un mensajero de otrospor qué los utensilios que conducen a la tierranos acompañan aquí desenterradosen el espejo puro, deslumbrante del silenciosael único fantasma es la vida misma.

Este huésped soñoliento, este envidiado tardíola vida ha transcurrido con su rumor nocturnoel mismo que abre la puerta es el mismo que entrahe visto una vez a los seres, después los he soñadoquién me enseñó que la lámpara es un rostrodonde todos los demás se borran, se completanquién me enseñó que la noche es un ropajeun solo vestido para tantos cuerpos.

Debo mirar mi vida animada por su fuerzacomo un espectáculo sin término capaz de espantarmetrozo de mundo, trozo tan gastado como mi asombrocada fibra es un invierno verdaderomorí cada vez que adoré una unidadque participé del secreto de los hombresde los hombres que son el centro de los brazos humanos.

Todo lo que viví antes es espacio en mis oídossi algo se enciende en mí es un sol ausentesoy apenas un cuerpo entre los cuerpos fríosmientras menos recuerdo mis hechos singularesmás real es la presencia que me envuelvequé gran revelación es cada criaturaabierta por la muerte al rayo universalqué grande es el ser en su última expresiónmirada su vida como un bloquecomo una desnudez donde sobramos.

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Me vestí con los seres, qué vestidura de orome vestí con mi vida, qué vestidura misteriosaun ojos me engendróun ojo me llenó con toda su miradaun ojo me cogió con su mano redondacomo si nunca hubiera estado en país algunoestaré con mi huesos del color de la nocheenergía, aprendizaje puroestaré tan cerca de mí que seré mi creación.

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TEMA 12

El pájaro que escucho, allá es temido mensajeroel que conmigo está, allá es mi enemigo o mi ausentealguien me hiere con mi propia vidacon lo más puro que albergamos, el silencioalguien me visita para que yo me acuerdeque cada parte de mi cuerpo es un rostro olvidado.

Otro se me unirá en la hora postreracon la elegancia de un arquero al dispararrecibiré la flecha con un pudor desconocidoqué hallazgo el de estar completo bajo el cielocon mi vida invisible entre mis brazoscuál será mi sueño sino ésteéste que nunca aprendimos a vivir.

El que aparezca ante mí, aparece en un espejoen la piedra sin forma de la soledad desnudael que aparezca ante mí, me restablece en mi reinoen ese humo azul que despiden las cosasquién sino la mirada nos abarcaesa medida pura con que somos medidospor el menor hallazgo, por la más débil pluma.

Eterno es aquel que transgrede mis límitesel ser que escuche en mí, ése es mi elegidocuánto se parecen entre sí mis fortuitos encuentroscuánto debo transformarme para conocermecuánto debo transigir para ser veraz.

Qué desconocido ya vive aquí conmigopara aprenderme, para aprender su larga fugaun solo pan sobre la mesa es un signo de aquellosque han ocupado nuestra vida para hacerse visiblesalguien debe verme morir tan parecido a mícomo no hay en la tierra dos hermanos idénticosen el momento de morir un solo hombrehabita el mundo desde el centro a sus orillas.

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TEMA 13

POÉTICA

La esencia de un instante es mi substanciael espacio abierto en torno mío es mi existenciatodo lo que me ocurre ahora es mi palabrasi el pasado cabe íntegro en la copaes perfecto el pez, total el pájaro.

Anotar lo que soy con peligroen el espacio abierto todo se sumaanotar lo que soy ahora mismo con desmedroyo soy con mi órganos un pensamiento incompletolo que ocurrió mil veces es una forma pura.

Un violento deseo de mirar son las garzasla voluntad de ver crea cosas tan lentasflores que terminan en sí mismas como ojospalabra viva cuyo sabor produce en míla coincidencia de los árboles.

Cada criatura me encierra un momento en sus límitescomo si debiera conocer todo mi silencioantes de contemplar el sol con ojos fielescomo si debiera mirar mil veces esta copapara retener el tiempo múltiple del aguael mundo entra ferozmente en mípara borrar su anterior aparienciael mundo se refleja haciéndonos reales.

Palabra-cosa, mi desnudez la habitami corazón me pertenece en el vacíoeste momento es un árbol si frente a él estoyes un pez si el río es toda mi corrientepalabra-pez, igual a todas las palabrasigual a todo el sol para nombrar la fuga.

El poema que yo hago es mi cuerpo verdaderoel fruto sin el árbol, la ausencia sin mi amigoes el centro de un círculo sin nadieel punto invisible del espacio floridoel poema sucede a cada uno sin término.

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TEMA 14

La extraña noche de mi sangre, la extraña patrianinguna mesa me es tan silenciosaninguna pradera me es tan solamirar en ella es engendrarme, reconocer mi cuerpoyo elijo mi muertos al vivir, mis parientes terribles.

Somos los más poseídos, los más conquistadoslos seres más lentos que contemplan el cielome esperan los desconocidoslos convidados más rojos de este solme esperan en el lecho mis eternas formasmis sueños, hijos de un desierto sin nombremi carne es un caballo pastandocuya soledad me aterra si despierto.

Lo asombroso del mundo es este cuerpo lentocon cada uno de sus órganos parecidos a mi rostroen un lugar la noche es igual a la luzdesde la sombra aparecieron los que amocomo si mis ojos los crearancomo repetir un gesto total como las manos.

Una noche es cada ser que recuperouna puerta cuya entrada son todas las puertasyo estoy aquí donde estuvo la sombracomo una mesa el lugar de mis muertos.

De esta sangre, de esta noche ecuatorialvoy a morir de algo más dulce que un pájarodel único valle imborrable de la tierradonde nadie habita, donde esta casa no existevoy a morir sin jamás atravesar mis aguassin vivir todo el rumos de mis árbolesvoy a morir de un fruto más desconocido que mi cuerpode una leche más pura que mi madre.

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TEMA 15

Si yo pudiera conocer este lugarvería todas las criaturas en que fui transformadoyo estoy dormido para conocer mi organismoagrandado en cada ser, en cada hecho que evocoyo vivo sobre el mundo presionando en mi órganosme puebla el sol con todas las formas nacidas una vezcon todas las formas más húmedas que el tiempomuero al conocer mi familia terrestreal buscar en la sombra, los que la sombra agregaal buscar en la tierra, los que la tierra posee.

Este lugar consciente de su flor más mínimavive por mí mi ausencia anticipadaestá ante mis ojos como un cuerpo indudabledispuesto a ser el hombre más desnudo que yo albergosi no puedo ser el último habitante que seréno veo este árbol, no existo en esta casamío es mi cuerpo, en él me encuentro ahoramío es el mar, en él me extiendo ahoramío es el hijo que me otorga su sangre.

Todo lo que fue saliendo lentamente de este ríoaparece de golpe con su forma precisatal vez en el centro de este gran silencioestá más cerca el fruto de mi rayo antiguoen qué región seré más puro que este díadónde empezaré a saber lo que yo he sido.

Fue mi casa todo aquello que conmigo estuvolo que pude saber de los cuerpos impalpablesel río fue siempre un río después de someterlola flor fue siempre una flor después de reunirlatodo lo obtuve de mi corazón más transparentede un estado más puro que nunca habitaréeste lugar es tantas veces como el solestá ocurriendo ahora como la vida, como la muertesin apresurar la luz, sin desmedir la sombraigual para mi cuerpo, para la piedra más oculta,

Todo es posible para la eterna imagenaquí donde yo pienso continúo una vez másme sirvo del invierno, como la luz, del cuarzotodo me promete una muerte instantáneacomo el mar, su más lento, su más lleno vacíomi voz atraviesa otras bocas para seren los árboles no crece sino un frutoun sol constante en su diversidadsu pensamiento no tiene transiciones.

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TEMA 16

Hacia atrás nace la flor para revivir nuestra vidapara envolvernos aún en ele vértigo del pájarolo que descansa en nuestras manos ha tocado la esferaha entrado en su casa de donde nos invocael pan se ha vuelto pan de esperar en la mesael agua de tanto brillar se ha convertido en aguade pensar en la muerte la hice parecida a mi rostroa mis padres, a alguien que perdí en el viaje.

No me aguarda sino lo más conocido de mi pasomi propio amor convertido en otras criaturasmi gran oscuridad transformada en tierra silenciosatodo espacio es conocido desde que un hombre fue formadodesde que el orto y el ocaso hicieron estos ojosdesde que una mano se irguió como una planta en el cielo.

Estamos aquí escondidos unos de otrosen los cuerpos como en casas más segurasen la lengua como en palabras más carnalesno hay nadie en mí sino el cielo que huyela tierra que recuerda donde estuvieron las aguas.

Lo que toqué en el mundo se volverá más eternoen mí estuvo cada cosa, cada criaturaen mí estuvo el día con una finalidad secretacon una finalidad que afuera nos escondenunca sabré de mí sino a través del que me amadel que me odia, del que en todo quiere vencerme.

Cómo respiro aún sin conocer este perfumeme lleno de él como de una hora sin propósitotal cuando niño esperaba la llegada de la luzsin moverme en mi lecho, sin adelantarme a su encuentrotodo ha sucedido así, grave, suavementecomo si una madre dispusiera lo justo a nuestro pasocomo si nunca pudiéramos superar nuestras imágenes.

El cielo de la muerte no se toca con ningunode todos los llamados, éste atrae por igualal pájaro y al cielo, al hombre y a su casaviene al encuentro veloz como el espacioya estamos allí donde el umbral se yerguela vida, como la luz, toca ambos límitesla vida, como el sonido, hace de una vez el trayecto.

Aún no aprendemos a andar cuando los pasos resuenanaún no surge la amada cuando la noche es carnalunidos a las alas de la piedra, del aire

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todo lo sabemos sin conocer nuestro viajecon aspirar el mar nos llenamos de seressomos por dentro veloces como un solo día.

Cada vez que perdemos a alguien hacemos la rutacada vez que despertamos un poco más comprendemosen un punto nos tocamos sin volver la cabezaes dulce el soplo que sentimos en el cuelloes dulce el suspiro de las aguas profundasvamos con plena libertad pero movidos por ellasimpulsados por todo lo que hay de oscuro en el tiempopor todo lo que hay de inmenso en nosotros.

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QUIÉN ES EL ÁRBOL

Quién es el árbol sino el cuerpo vivo de las piedrasarrojando tras de sí la tierra que nos cubresepulcro abierto es nuestro amor, todo florecimientolos ausentes nos levantan en sus brazosla muerte nos eleva más alto que su pechohacia su único refugio, el sol tan silencioso.

El cerezo es un cuerpo en brazos de otro cuerpono vemos al niño ni al ancianono vemos a los espososno vemos a los muertos, nos llevan en sus brazos.

Qué visita tan misteriosa es un árbol floridodetenido aquí en medio, sin decir su nombreyo miro adentro de los seres antes de conocerloslos muertos miran en mi boca cuando como.

Cuando pienso que es demasiado tiempolos árboles florecenno es otro cada sol que un destello del últimodos se contemplan en todas las cosas eternashay un ser en mí que se abrirá para abrazarmecomo se abraza con su floración el árbol.

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ESTOY AFUERA DE UNA CASA SILENCIOSA

Estoy afuera de una casa silenciosacon mi corazón dormido como sus puertascon miedo de tocar el aldabón con miedode despertar en el fondo de un pozotemo llamar, temo que no escuchen mi llamadocomo en las noches de invierno las bestias del marsoy el único despierto, aquel que bebe en las tinieblasbebe el agua sin verla, oscura como su bocaen una región también oscura, del color de la ceraestán llamando, no ecuchasquién te ha despertado con tu misma vozvoz enronquecida por el sueñolos rostros de los dormidos parecen atentos a un rumorjunto a cada uno vela su indefinible parecidocomo una máscara increíblemente semejantepuesta en la cabecera como una piedra nocturna.

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GUARDAMOS ALGO TAN FIERO

Guardamos algo tan fueroun hombre desconocido, un pudor invencibleun tercero nos traiciona cuando dos nos amamosun hijo ausente es el secreto de la carnecuándo despertaré como el cerezocon todos su hermanos a la vezextraño en la casa de los lechos preparadosel vino solitario, el silencio de los muertos.

Atraído, rechazado por el rayocontemplo la escena de mi vidaprisionero en otra partecuán lento es el amanecer cómo constatar una desgraciacómo retroceder ante una faltaante el viento de mi propia sangre.

Me desarraiga el fruto que ha caído, el árbol que no existelo recordado me remuerdecada lugar es raíz, profundidad eternalos seres se disuelven en el último que amocon quién vivícon una mujer encinta de mi muertecon el fruto misterioso de mi rostrosiempre oculto en otro ser.

Sólo es mía mi última estanciami postrer comidamirada soy sobre mi vidamirada tan apasionada, tan desnudacavadora de un abismo irreparableen su pureza ciega me extingocomo la estrella en su silencio.

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DEBO DESPERTAR EN CADA SITIO

Debo despertar en cada sitioal animal, al árbolvolver a ser mis ojos sorprendidosel pájaro silenciosocanta para que yo comprenda mi ausencia.

Devolvemos a las cosas su misterioso centropero los hombres se ponen pudorosos, esquivoscuando faltamos en ellos como un largo crepúsculoparece que todo se hubiera reducido al ser invocadoal crecer el águila, la pobladora del silenciocon quién viven aquellos cuyos cabellos encanecenqué parte ignorada de nosotros los abriga y nos extraña.

Entre dos sueños vuelvo a recordar un mismo árbolcuya sombrea me mantiene, cuya luz me hace olvidarlas frutas señalan la tierra, yo señalo el vacíoun pájaro canta, no importa dónde, lejossiempre más allá, en la estrella reinante.

A quién amamos hoy que no sea ya un sueñoun sueño que resurge para hacerse más perfectocomo un vino que crea su cristal invisiblemás vivo aún que tu pasado es el otoñoesa gran madurez pensativaese extranjero en su país, en su propia almaese desconocido vuelto así por su retorno.

Reconozco a los ausentes en la voz de sus hijoseran al final esta sandía abiertalo escarlata de la pulpa, de los paladaresun violento deseo de fruta, una risa ahogadaunos niños que comen, un sabor inocente.