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9 Espaço Plural Ano VIII Nº 16 1º Semestre 2007 ( ) ISSN 1518-4196 Cuando ingresé por primera vez a la universidad para estudiar historia, allá por el año 1971, la Argentina se estremecía en los comienzos de un auge revolucionario, el Che hacía poco que había sido asesinado en Bolivia, y los Tupamaros uruguayos nos entusiasmaban con su accionar tipo “Robin Hood”. En ese momento uno de mis profesores de historia me obligó (literalmente) a leer un libro con un título que me parecía francamente aburrido: Rebeldes Primitivos 1 . Encima estaba escrito por un tipo de nombre impronunciable que, por ser inglés, indudablemente debía ser un imperialista agente de la penetración extranjera: Eric Hobsbawm. Como dirían mis alumnos el día de hoy, “me voló la cabeza”. Resultaba que el inglés no sólo no era un agente imperialista sino que su su su su su historia era buena, relevante y, sobre todo, servía para comenzar a investigar y explicar la revolución latinoamericana que nos apasionaba y movilizaba. Poco tiempo más tarde leíamos fascinados La Era de la revolución 2 . Para nosotros esta obra era algo así como El Capital de Marx llevado a los estudios históricos y que, además, se podía entender. Este gran historiador y comunista fue uno de los que me hizo entrar en crisis con una práctica por la cual la militancia iba por un carril y lo intelectual por otro. Así, la historia social de historiadores como Hobsbawm y E. P. Thompson captó a gran parte de mi generación, sobre todo a los que considerábamos los más inteligentes y más comprometidos. Los otros se dividían entre una derecha positivista y rankeana y un reducidísimo grupo de admiradores de Annales que se dedicaban a cosas, para nosotros, irrelevantes e inútiles como “la vida cotidiana” o “las mentalidades”. Resumen: Resumen: Resumen: Resumen: Resumen: Este artículo es un sintético y crítico recorrido por la historiografía del gran historiador inglés Hobsbawm. Su hipótesis central es que Hobsbawm se nutrió de una relación entre historia y sociedad para gestar una visión particular que articulaba la seriedad académica con la militancia política. Asimismo, logró hacer aportes historiográficos, políticos e inclusive al marxismo teórico. Por fin, la caída de la URSS marcó fuertemente la labor historiográfica de Hobsbawm. Palabras claves: alabras claves: alabras claves: alabras claves: alabras claves: Marxismo inglés/ historiografía/Hobsbawm Abstract: Abstract: Abstract: Abstract: Abstract: This piece is a brief and critical historiographical discussion of the contribution of the great English historian Eric Hobsbawm. Its main thesis is that Hobsbawm built his history on a particular relationship between history and society to develop a peculiar vision that articulated academic soundness with political advocacy. At the same time, he succeeded in making significant contributions to historical studies, politics, and even theoretical Marxism. In the end the fall of the USSR became a watershed that strongly influenced Hobsbawm’s historical works. Keywords: Keywords: Keywords: Keywords: Keywords: English Marxism/ historiography/ Hobsbawm Eric Hobsbawm: historia social e historia militante Pablo A. Pozzi * * Profesor Titular, Departamento de Historia, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, Argentina. Email: [email protected] 1 Eric Hobsbawm. Rebeldes primitivos. Barcelona: Ariel Quincenal, 1968. 2 Eric Hobsbawm. La era de la revolución. Buenos Aires: Editorial Crítica, 1999 (primera edición 1962). Artigos 09-17

Eric Hobsbawm: historia social e historia militante

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Articulo escrito por Pablo Pozzi, que intenta recorrer el itinerario historiográfico de Eric Hobsbawm.

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  • 9Espao Plural Ano VIII N 16 1 Semestre 2007 ( ) ISSN 1518-4196

    Cuando ingres por primera vez a la universidad para estudiar historia,all por el ao 1971, la Argentina se estremeca en los comienzos de unauge revolucionario, el Che haca poco que haba sido asesinado en Bolivia,y los Tupamaros uruguayos nos entusiasmaban con su accionar tipo RobinHood. En ese momento uno de mis profesores de historia me oblig(literalmente) a leer un libro con un ttulo que me pareca francamenteaburrido: Rebeldes Primitivos1 . Encima estaba escrito por un tipo de nombreimpronunciable que, por ser ingls, indudablemente deba ser un imperialistaagente de la penetracin extranjera: Eric Hobsbawm. Como diran misalumnos el da de hoy, me vol la cabeza. Resultaba que el ingls no slono era un agente imperialista sino que sususususu historia era buena, relevante y,sobre todo, serva para comenzar a investigar y explicar la revolucinlatinoamericana que nos apasionaba y movilizaba. Poco tiempo ms tardeleamos fascinados La Era de la revolucin2 . Para nosotros esta obra eraalgo as como El Capital de Marx llevado a los estudios histricos y que,adems, se poda entender.

    Este gran historiador y comunista fue uno de los que me hizo entraren crisis con una prctica por la cual la militancia iba por un carril y lointelectual por otro. As, la historia social de historiadores como Hobsbawmy E. P. Thompson capt a gran parte de mi generacin, sobre todo a los queconsiderbamos los ms inteligentes y ms comprometidos. Los otros sedividan entre una derecha positivista y rankeana y un reducidsimo grupode admiradores de Annales que se dedicaban a cosas, para nosotros,irrelevantes e intiles como la vida cotidiana o las mentalidades.

    Resumen: Resumen: Resumen: Resumen: Resumen: Este artculo es un sintticoy crtico recorrido por la historiografadel gran historiador ingls Hobsbawm.Su hiptesis central es que Hobsbawmse nutri de una relacin entre historiay sociedad para gestar una visinparticular que articulaba la seriedadacadmica con la militancia poltica.Asimismo, logr hacer aporteshistoriogrficos, polticos e inclusive almarxismo terico. Por fin, la cada dela URSS marc fuertemente la laborhistoriogrfica de Hobsbawm.

    PPPPPalabras claves: alabras claves: alabras claves: alabras claves: alabras claves: Marxismo ingls/historiografa/Hobsbawm

    Abstract: Abstract: Abstract: Abstract: Abstract: This piece is a brief andcritical historiographical discussion ofthe contribution of the great Englishhistorian Eric Hobsbawm. Its mainthesis is that Hobsbawm built hishistory on a particular relationshipbetween history and society to developa peculiar vision that articulatedacademic soundness with politicaladvocacy. At the same time, hesucceeded in making significantcontributions to historical studies,politics, and even theoretical Marxism.In the end the fall of the USSR becamea watershed that strongly influencedHobsbawms historical works.

    Keywords: Keywords: Keywords: Keywords: Keywords: English Marxism/historiography/ Hobsbawm

    Eric Hobsbawm: historia social e historia militante

    Pablo A. Pozzi*

    * Profesor Titular, Departamento deHistoria, Facultad de Filosofa y Letras,Universidad de Buenos Aires, Argentina.Email: [email protected] Eric Hobsbawm. Rebeldes primitivos.Barcelona: Ariel Quincenal, 1968.2 Eric Hobsbawm. La era de la revolucin.Buenos Aires: Editorial Crtica, 1999(primera edicin 1962).

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  • Espao Plural Ano VIII N 16 1 Semestre 2007 ( ) ISSN 1518-419610

    Para nosotros la historia social, marxista y militante, era una formade poner nuestra profesin al servicio de la liberacin nacional y socialaportando a comprender las profundas razones histricas de la dominaciny la explotacin en Amrica latina. Queramos disputar, al decir de losrevolucionarios vietnamitas, el corazn y la mente de la gente y ganar lacalle. Leamos vidamente, entre tantos otros, a Trotsky, a RosaLuxemburgo, a Lukcs. Entre los historiadores admirbamos a Pierre Vilar,a Sergio Bag, a Pierre Brou, y sobre todo a los marxistas ingleses comoMaurice Dobb y su modelo de historiador comprometido y militante. Entrestos ltimos Hobsbawm era una referencia ineludible. ste tena laimportancia de que no slo era un gran historiador, sino que era marxista yque, adems, el individuo comn poda entender y deleitarse con sus aportes.Pero adems era un conspicuo militante comunista. Esto ltimo nos generabaalgunas contradicciones: al fin y al cabo la mayora de nosotros ramosantistalinistas y cuestionbamos al PC argentino, pero rescatbamos elcompromiso militante del historiador. Muchos de nosotros nos volcamosde la militancia en historia a la militancia revolucionaria, y muchos de miscompaeros y amigos hoy en da no estn ms, habiendo pagado con suvida haber sido consecuentes con sus ideales.

    En Hobsbawm, y en otros historiadores, veamos claramente unafusin de teora y praxis por la cual la labor del historiador era lo quedesebamos: til a la sociedad, a los explotados, a la clase obrera. Para serun buen militante haba que desarrollar el intelecto, o sea ser un buenestudiante. Y para ser un buen intelectual haba que cotejar las ideas,cotidianamente, con una prctica poltica y social. Era un modelo distintode intelectual al que predicaban tanto nuestros profesores como aquellosintelectuales vinculados al Partido Comunista: marxista, militante, creativo,no dogmtico, con una formacin cultural envidiable, y profundamente serioy cientfico en lo que haca. En sntesis, era el mejor ejemplo de lo que unintelectual marxista deba ser. Es ms, ni siquiera lo podan acusar de notener excelencia acadmica como diran el da de hoy. As, muchos nosforjamos humana y profesionalmente, aunque fuera tmidamente, con estemodelo del intelectual militante. No quiero decir que en lo personal lograracumplir cabalmente con esta aspiracin pero siempre fue un objetivo y unaespecie de benchmarking (para usar la moderna terminologa tan cara a losexplotadores actuales de la clase obrera).

    Para que quede ms claro lo que quiero decir voy a relatarles dosancdotas. El primero de hace ya muchos aos, cuando varios activistas yantiguos integrantes de la comisin interna de la fbrica PropulsoraSiderrgica me invitaron a discutir con ellos la historia de la clase obreraargentina. Propulsora fue una de las grandes fbricas metalrgicas con unagran tradicin militante, cuya conduccin la detentaban militantes marxistasrevolucionarios. Llegu a la reunin preparado para dictar ctedra, al fin y alcabo yo era el que saba. Pero una vez all me encontr a estos militantesobreros enfrascados en una discusin sobre los estudios de Hobsbawm enTrabajadores. Estudios de la clase obrera.3 La discusin era rica y veloz.Estaban fascinados con la figura de Thomas Paine; la discusin sobre laaristocracia obrera inglesa les pareca de actualidad para la Argentina; y lastradiciones de los obreros ingleses les sugeran una inmensa cantidad decosas sobre si mismos y sobre cmo activar en la fbrica. No me voy aolvidar jams cuando uno me dijo que la suya tambin era una sombrafbrica infernal como dice el ingls este. Lo que para m era una obraacadmica, para ellos era algo que interpelaba su vida, que disparaba suimaginacin, y sobre todo que era para ellos.

    Aos ms tarde, en el 2004, el Centro de Estudios de InvestigacionesPolticas (CEIP) Len Trotsky uno de los principales centros deinvestigacin de la izquierda argentina decidi recopilar los textos de Trotsky

    3 Eric Hobsbawm. Trabajadores. Estudiossobre la clase obrera. Barcelona: EditorialCrtica, 1979.

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  • 11Espao Plural Ano VIII N 16 1 Semestre 2007 ( ) ISSN 1518-4196

    sobre la Segunda Guerra Mundial. La encargada de hacer el ensayointerpretativo introductorio se haba basado en la Historia del Siglo XX deHobsbawm. Una vez ms me haban invitado a participar, como historiadorno trotskista, de la discusin de este ensayo. A poco de empezar, comobuenos trotskistas, se haban ensartado en una discusin ms poltica quehistrica, donde varios de ellos criticaban a EJH por reformista y stalinista.De repente una historiadora del CEIP, una trotskista conocida, indignadapor lo que decan sus compaeros puso fin a la discusin diciendo: Che,pero es Hobsbawm!. Estaba muy claro que, aun en este mbito, Hobsbawmtrascenda las rencillas y los dogmatismos de la izquierda. Una vez ms mepareci ilustrativo del significado profundo de la obra de este historiadormilitante

    En ambos casos lo que me quedaba en claro era que se poda ser unhistoriador comprometido y serio al mismo tiempo. Ser de izquierda yestar con los trabajadores no era tener un discurso marxistoide, sino queera una prctica intelectual que se diriga hacia el comn de la gente, queinterpelaba la vida cotidiana de los trabajadores. Esto fue lo que sent cuando,de joven, lea los libros de Eric Hobsbawm. Aqu haba otra forma de hacerhistoria; de hacer buena historia. Por que no se trata slo de hacer populismoy hablar en fcil, sino ms bien de expresar cuestiones complejas en unaforma que un obrero educado pueda leer, sentirse reflejado, aprender delas experiencias y que le sirva para repensar su propia realidad. Esto implicaque hay que saber mucha historia, que hay que manejar teora, que hay queconocer mtodos, para despus hacerlos accesibles y traducirlos en unestudio comprensible a cualquiera. La historia que hace Hobsbawm es eso.Un trabajo logrado que combina lo mejor de los estudios histricos con laexperiencia y las inquietudes de un conjunto social determinado, ya sea quese trate de las tradiciones artesanales del siglo XVIII, del imperialismo o dela guerra de Vietnam.

    A partir de lo anterior me gustara plantear mi propia visin de laobra de Hobsbawm en varios niveles distintos. Primero de todo quieroretomar un aspecto casi olvidado por la academia el da de hoy: el tema dellector y del lenguaje. Muchos colegas (yo tambin) tendemos a escribir einvestigar para la profesin y no para la sociedad en general. Cuandoimaginamos un lector de nuestros trabajos, en general pensamos en otroshistoriadores, en reuniones acadmicas y en nuestros estudiantes. Elresultado tiende a ser una prosa rida, y muchas veces obscura que hacereferencia a las discusiones profesionales, o a debates tericos que rara vezlogran trascender al conjunto social. Al decir de Hobsbawm: La tendencia,durante mi vida, ha sido que la actividad intelectual ha estado cada vez msconcentrada en las universidades y se ha tornado cada vez ms esotrica,de manera que consiste en profesores que le hablan a otros profesoresmientras son apenas escuchados por estudiantes que tienen que reproducirsus ideas u otras similares para poder aprobar exmenes establecidos porlos profesores.4

    Esto, que muchas veces es tomado por seriedad y excelenciaacadmica, no siempre fue as. Para citar una obra proveniente de unatradicin no slo distinta sino opuesta a la marxista, yo recuerdo haberledo El Mediterrneo en poca de Felipe II, de Fernand Braudel, y pensarque efectivamente era fascinante estudiar el precio del trigo en Dalmacia;hasta que me acord que eso a m no me interesaba en lo ms mnimo. EnCaptain Swing, Hobsbawm seala que la obra de los Hammonds era ahorasuperada por la propia, escrita con George Rud, en todo aspecto exceptoen uno: ellos continuarn siendo ledos con placer cuando nosotros sloseamos consultados para proveer notas al pie.5 El cumplido no es poco,sobre todo cuando nos damos cuenta que Captain Swing tambin puede serledo con placer.

    4 Pat Thane and Elizabeth Lunbeck,Interview with Eric Hobsbawm. MARHO.Visions of History. New York: PantheonBooks, 1976; p. 31.5 Eric Hobsbawm and George Rud.Captain Swing. New York: Pantheon Books,1968, p. 14.

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  • Espao Plural Ano VIII N 16 1 Semestre 2007 ( ) ISSN 1518-419612

    Lo anterior debera llamarnos a la reflexin. Toda la obra de Hobsbawmse destaca en su manejo del lenguaje y su accesibilidad para expresar ideasy conceptos sumamente complejos. Su historia es apasionada, vibrante yemocionante. O para decirlo de otra forma: no te deja indiferente. Lo quese oculta bajo un lenguaje claro y casi potico, es un manejo terico, unconocimiento de la historia y un bagaje cultural envidiable. Y tambin lo quese oculta es que el papel del historiador fue, durante muchsimos aos,disputar el corazn y la mente de la sociedad. Como ejemplo valga unafrase. Escribi Hobsbawm para explicar el desarrollo del capitalismo en elsiglo XVII: Existir entonces para todas la formas de empresa capitalista,una marcada tendencia a ajustarse a vivir entre lo que Marx llam los porosde la sociedad pre capitalista. El capital no crear entonces un modo deproduccin capitalista, y ciertamente tampoco producir una revolucinindustrial, aunque contribuya sin duda a desintegrar los modos de produccinpre capitalistas.6 El concepto queda clarsimo en un lenguaje llano y accesible.Pero, al mismo tiempo, encierra un manejo de la teora marxista y de lahistoria para nada desdeable.

    Lo anterior implica que esta historia parte desde una perspectivadistinta a la que est de moda en la academia actual y que se conectadirectamente con los sentimientos y las visiones de sectores muy ampliosde la sociedad. Un ejemplo puntual de esto lo encontramos en Ecos de laMarsellesa. All Hobsbawm discute con aquellos colegas que cuestionan laexistencia de fenmenos como la revolucin industrial y la revolucin francesapuesto que ninguna gran reconstruccin social, que permanentementebeneficie ninguna clase de la comunidad, sucede a causa de una revolucin.Su respuesta es lapidaria: Despus de todo, como dijo el gran crticoliterario dans, Georg Brandes, a propsito del apasionado ataque deHippolyte Taine a la Revolucin en sus Orgenes de Francia Contempornea,cul es el punto de predicar un sermn contra un terremoto?7 Pensemosque no est intentando descartar los avances en los estudios histricos,sino ms bien de tomarlos en cuenta sin descartar el contexto y la percepcinde la poca. Asimismo, pensemos en cmo, con una corta y clarsimafrase, logra sintetizar un argumento y expresar un bagaje cultural envidiable.

    Esto lleva a mi segunda reflexin que es sobre el aporte terico deHobsbawm. El historiador ingls ha sido, en general, considerado por susaportes a los estudios histricos, sin embargo su contribucin al materialismohistrico no es para nada menor. Lo que subyace a la obra de Hobsbawmes una visin por la cual el marxismo es una filosofa abierta, en permanenteconstruccin. Esto lo aleja tanto de los dogmas de la izquierda tradicionalcomo de la caricaturizacin que la derecha posmoderna ha hecho delmarxismo. Creo que Hobsbawm compartira la expresin de ese otro granhistoriador marxista ingls E. P. Thompson cuando seal que: Loimportante aqu est en que Marx est de nuestro lado, y no nosotros dellado de Marx. Su voz tiene una fuerza que jams podr ser silenciada, peronunca ha sido la nica voz, y su discurso no tiene un alcance ilimitado.8 Eneste sentido, el buen historiador marxista abreva en el conjunto del desarrollodel conocimiento humano, sin limitarse por los dogmas ideolgicos, en undilogo permanente con los contrarios y con la sociedad en general. Msaun, si combinamos esta percepcin con lo que sealamos ms arriba entorno al lector, veremos que para historiadores como Hobsbawm existeuna riqusima interaccin entre teora marxista, historia y sociedad. Comoseal Hobsbawm hace ya casi treinta aos: Idealmente los marxistas nodeberan aislarse a menos que los obliguen, y tendran que tratar de irrumpiren el universo comn de discurso [...] Si existe un pblico que espera quese le hable en la jerga marxista [...] esto incentiva a escribir acrticamente yen jerigonza. Uno puede hacer cualquier cosa si escribe slo para un pblicocautivo que espera que le digas la verdad [...] Es mucho mejor exponerse a

    6 Eric Hobsbawm. En torno a los orgenesde la revolucin industrial. Mxico: SigloXXI, 1971. p. 787 Eric Hobsbawm. Echoes of the Marsellaise.London: Verso Books, 1990; pp. XIII, XV.8 E.P. Thompson. Miseria de la teora.Barcelona: Crtica, 1981; p. 294.

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  • 13Espao Plural Ano VIII N 16 1 Semestre 2007 ( ) ISSN 1518-4196

    la crtica de los contrarios.9 Esto significa que el marxismo de Hobsbawmdisputa fuertemente ese universo comn de discurso y para lograr estoha debido combinar un profundo manejo terico, con relevancia en susplanteos, con una accesibilidad de lenguaje.

    En mi desarrollo personal como historiador social esto ha sidofundamental. As recuerdo el impacto que recib al leer su Introduccin alas Formaciones Econmicas Precapitalistas de Marx.10 All Hobsbawmsealaba que no hay nada en Marx que nos autorice a buscar cierta leygeneral de desarrollo que pueda explicar su tendencia a evolucionar haciael capitalismo. As, define los distintos modos de produccin como etapasanalticas... no cronolgicas y no como estadios histricos sucesivos.De hecho, al considerar que estas etapas pueden coexistir lo que emerge,como teora de la historia, es que existieron varios caminos alternativos dedesarrollo histrico por lo que una de nuestras tareas era explicar por quslo uno haba prosperado. Esto se alejaba muchsimo de la visin derivadadel Manifiesto Comunista por la cual la historia era un progresoininterrumpido, lineal y predeterminado hacia el socialismo para ubicarlafirmemente, una vez ms, en el terreno de la accin humana. En esto noslo se diferenciaba del neopositivismo de aquellos historiadoresinfluenciados por el stalinismo, sino tambin de los seguidores antimarxistasde Braudel y la larga duracin.

    Esta flexibilidad, o plasticidad en la visin histrica queda aun msclara si retomamos algunos de los conceptos esbozados en Captain Swing.All la sociedad rural contiene conflictos y contradicciones, alejndose de lavisin idealizada de una comunidad solidaria, cohesionada y casi impermeableal mundo exterior. As, la explicacin del gran levantamiento agrario inglsde 1830 combina la condicin objetiva de las aldeas inglesas con los efectosde la agitacin poltica a nivel nacional y con lo que define como el dobleestmulo de las revoluciones francesa y belga. Lo que emerge es unacomplejidad en la teora histrica que retoma la multicausalidad de Marxpara responder la vieja pregunta de cundo y por qu se rebelan los sereshumanos? En esta multicausalidad, Hobsbawm plantea una temtica queestaba siendo desarrollada por los historiadores marxistas ingleses: el delas tradiciones y las costumbres que, siendo en apariencia conservadoras,pueden en ciertos momentos histricos convertirse en la base de agitacinsocial. Esto es lo que le permite revalorar movimientos generalmenteconsiderados como primitivos, tal como hizo en Rebeldes Primitivos y enBandidos.

    Todo lo anterior debera ser ms que suficiente para comprenderpor qu Hobsbawm no ha sido traducido al ruso en poca de la UninSovitica y tambin por qu su influencia ha perdurado durante dcadas.Pero ambos aspectos, antidogmatismo y renovacin terica, slo puedenser comprendidos plenamente si entendemos que la historia de Hobsbawmes una historia militante y comunista. Si bien sta no es la moda actual dado el rechazo hegemnico a toda actividad que abone a la revolucinsocialista es imposible valorar la obra y el impacto de Hobsbawm y loshistoriadores marxistas ingleses sin tomarlo en cuenta. Su papel comohistoriadores e intelectuales, su pasin, su articulacin con la sociedad engeneral, la relevancia de sus temas, su trascendencia, y su visin particulardel marxismo slo pueden ser explicados si comprendemos que vean sulabor como un aporte concreto a la revolucin socialista mundial. Estodebera quedar claro si consideramos una de las obras seeras de la historiasocial: Rebeldes Primitivos. En particular este estudio de Hobsbawm tuvoun singular impacto en los estudios de historia social del Tercer Mundo y,sobre todo, de Amrica Latina, puesto que revaloriz lo que hasta eseentonces se haba considerado simplemente como elementos atvicosprecapitalistas. Cuando el historiador ingls explic la gnesis de esta obra

    9 Thane y Lunbeck, op. cit., 40.10 Karl Marx y Eric Hobsbawm.Formaciones econmicas precapitalistas.Buenos Aires: Cuadernos de Pasado yPresente 20, 1971. Introduccin, pp. 5 a47.

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    expres: Rebeldes Primitivos surgi del Vigsimo Congreso [del PartidoComunista de la URSS] en el 56 y la destalinizacin. Queda claro que en lapoca en que escrib Rebeldes Primitivos estaba tratando de repensar lasbases de la actividad revolucionaria, en vez de aceptar acrticamente lo quemuchos militantes comunistas haban aceptado en el pasado. Uno puedeleer Rebeldes Primitivos como un intento por ver si tenamos razn en creeren un partido fuertemente organizado. La respuesta es si. Tenamos raznen creer que haba un solo camino, una va que llevaba hacia delante y todolo otro poda ser dejado de lado? La respuesta es no. Haba todo tipo deotras cosas que estaban ocurriendo y que nosotros deberamos haber notado.Estos son los temas de los cuales surgi Rebeldes Primitivos.11 Que estaobra tuvo un impacto muchsimo mayor lo revela el hecho que varios de losmovimientos revolucionarios latinoamericanos de las dcadas de 1960 y1970 se basaron en Rebeldes Primitivos para rescatar tanto las tradicionesde lucha campesina en sus respectivos pases como para ampliar los sectoressociales que consideraron como sujetos de la revolucin. En esto puedodar un ejemplo puntual de mi propia experiencia. El Ejrcito Revolucionariodel Pueblo, uno los principales grupos guerrilleros argentinos entre 1966 y1976 adems de que varios de sus militantes haban ledo obras como LaEra de la revolucin y Revolucionarios reivindic el bandolerismo social alque vea como antecedente de la guerrilla y ampli su caracterizacin delsujeto social revolucionario argentino para incorporar a lo que denominlos pobres del campo y de la ciudad; claramente unos rebeldes primitivos.Fue en Rebeldes primitivos y en Bandidos que estos militantes encontraronel sustento histrico de su caracterizacin.

    Esta abierta politizacin es muy distinta a la postura objetivista, tande moda en la actualidad, que encubre una politizacin de derecha. Enparticular porque la politizacin en la historia de Hobsbawm enriquece suhistoriografa a partir de una participacin activa y positiva. Como sealhace ya muchos aos el convertirse en revolucionario [...] implica tambinalguna esperanza. [...] No hacamos ms que optar por un futuro, en lugarde resignarnos a no tener ningn futuro, y eso significaba la revolucin.12Esto le permite, desde su profesin de intelectual comprometido, criticarcon autoridad por igual al stalinismo (esa hipertrofia del estado dictatorialburocratizado) y a Hannah Arendt (cierto matiz metafsico y normativode su pensamiento que se compagina bien con un idealismo filosficoanticuado y a veces plenamente explcito).13 Y tambin le permite utilizar lahistoria social para estudiar y analizar fenmenos relevantes de la pocacomo el tema de la guerrilla. Esto ltimo es sumamente interesante puestoque Hobsbawm analiza tempranamente la Guerra de Vietnam llegando aconclusiones que se comprobaran acertadas en la dcada siguiente.14

    En sus ltimas obras Hobsbawm acusa el impacto de la cada de laUnin Sovitica y en eso se distancia de su trayectoria anterior. Tanto laHistoria del Siglo XX como su autobiografa distan mucho de la calidad yprofundidad de sus obras anteriores. Antes de entrar en una breve crticaquiero dejar en claro que, en mi opinin, lo peor de Hobsbawm siguesiendo muy bueno. Sin embargo, al considerar una trayectoria debemostambin poder comparar los distintos momentos de sta. As, Aosinteresantes, una vida en el siglo XX, su autobiografa, parece tres librosdistintos. Por un lado est la juventud de Hobsbawm. Esta parte esapasionada, humana y sobre todo profunda y sugerente para el historiadorsocial. En la misma se presentan mltiples causas que explican no slo supropia trayectoria sino el surgimiento de toda una generacin de intelectualescomprometidos con la revolucin social. Quizs lo ms interesante es cmo,en esta parte, emerge una imagen rica y compleja de los motivos para lapolitizacin de un intelectual. Estos combinan caractersticas personales,con experiencia de vida, con la coyuntura histrica y, en este caso, con lafuerza ideolgica explicativa del marxismo.

    11 Thane and Lunbeck, op. cit., p. 33.12 Eric Hobsbawm. Los intelectuales y lalucha de clases. Eric Hobsbawm.Revolucionarios. Barcelona: Editorial Ariel,1978. Pgs. 351 y 355.13 Hobsbawm. Revolucionarios, op. cit.,125, 285.14 Vase Eric Hobsbawm. Vietnam y ladinmica de la guerra de guerrillas. EnRevolucionarios, op. ,cit. Este artculo sepublic originalmente en 1965 antes de lainvasin norteamericana a Vietnam del Sur.

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    En cambio la segunda parte, donde lidia con su militancia comunista,si bien es interesante, tiende ms a tomar distancia de su militancia sinexplicar cul fue su proceso interior, cmo eso incidi en su historiografa,o inclusive cmo esto se articul con su labor de intelectual. Por ejemplo, elVigsimo Congreso del PCUS comenz el proceso de destalinizacin en elmovimiento comunista internacional. Un resultado del mismo fue queHobsbawm fue el nico de los historiadores marxistas ingleses que queddentro del Partido Comunista de Gran Bretaa. Esto debi haber sido unadecisin dursima que incluy la ruptura de amistades con compaeros dedcadas. Al mismo tiempo, esta decisin debe haber tenido algn impactosobre su labor de intelectual. Sin embargo, el agudo historiador dice muypoco al respecto. Claramente, lo que emerge en obras posteriores a laruptura, como Revolucionarios, es que Hobsbawm en el PCGB retuvo unapasin y una dignidad como intelectual militante que merecen el respeto decualquiera, an de aquellos marxistas que no compartieron su decisin oque an hoy no comparten su visin del PC como un partido revolucionario.Pero esto no quita que el vaco sea flagrante y que lleve a una decepcin.Ms aun, la autobiografa contrasta con la entrevista realizada por Thane yLunbeck citada ms arriba. En la entrevista se muestra comprensivo y hastase puede entender que reivindica a la nueva izquierda de la dcada de 1960y la guerrilla latinoamericana. Pero en la autobiografa tilda a la nuevaizquierda de ser insignificante15 olvidando que ese movimiento fue crticopara el triunfo de la revolucin vietnamita, como l mismo seal en 1965.Asimismo, el autor de Rebeldes Primitivos, obra que revela una profunda yfina comprensin de la Violencia colombiana y de la guerrilla campesina delvalle de La Convencin y Lares en Per, acusa a los revolucionarioslatinoamericanos de la dcada de 1960 de tener absurdos sueosguerrilleros de inspiracin cubana [...] en una poca en que el sueosuicida del Che [...] segua estando muy vivo.16 Inclusive llega al punto deplantear que no poda menos que pensar que Sendero Luminoso (el inventode un profesor maosta marginal) mereca ser aplastado por el gobiernorepresor de Alberto Fujimori.17 Debera quedar claro que nadie espera queHobsbawm piense lo mismo en 1965 que en 2000, ni tampoco que simpaticecon Sendero. Sin embargo, sus afirmaciones y posturas polticas en laautobiografa representan un quiebre con el cuidadoso anlisis crtico quel mismo hizo de las insurrecciones comunistas de la dcada de 1920.18

    La tercera parte de la autobiografa es quizs la ms decepcionante.Al decir de Perry Anderson, sta es un recorrido convencional en torno a sudesempeo profesional, haciendo nfasis en las relaciones y los conocidosimportantes.19 Inclusive, Anderson seala correctamente que en esta parteHobsbawm muestra una deferencia hacia Fernand Braudel y los Annales(el imperio acadmico de Braudel, dice Hobsbawm en la pgina 303) querefleja poco de la realidad de su medio siglo como historiador. Tanto lainfluencia como la originalidad de los aportes de Hobsbawm son tan grandes,o quizs aun mayores, que los de Braudel como debera quedar claro sirevisamos sus ensayos historiogrficos recopilados en el libro Sobre lahistoria.20 Inclusive en esta parte de su autobiografa sorprenden las distanciascon la primera. En aquella demostraba una finsima compresin del mundode los intelectuales marxistas, y en especial de los marxistas ingleses. Encambio, como una vez ms seala Perry Anderson, ms adelante califica algran historiador ingls Raphael Samuel como una figura vagabunda21mientras acusa a E. P. Thompson de perder el tiempo con una criminaldiversin de energas en disputas tericas en vez de en investigacinemprica.22 Por ltimo, llaman la atencin algunos juicios histricos queson, por lo menos, apresurados como cuando seala que el ndiceverdaderamente significativo de la historia de la segunda mitad del siglo XXno es la ideologa ni el movimiento estudiantil, sino el auge de los pantalones

    15 Eric Hobsbawm. Aos interesantes, unavida en el siglo XX. Barcelona: EditorialCrtica, 2002; p. 199.16 Aos interesantes, op. cit.; 345.17 Aos interesantes, op. cit.; 346-347. Allplantea que era una causa que no merecatriunfar.18 Vase por ejemplo: Eric Hobsbawm,Confrontacin con la derrota: el partidoComunista Alemn. En Revolucionarios,op. cit.19 Perry Anderson. The Age of EJH.London Review of Books, vol. 24, num. 19,3 October 2002; p. 7.20 Eric Hobsbawm. Sobre la historia.Barcelona: Editorial Crtica, 2002.21 Aos interesantes, op. cit.; 200.22 Anderson, op. cit, 6. Hace referencia aAos interesantes, op. cit., 202.

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    vaqueros.23 O cuando seala que resulta sorprendente la poca influenciaque [la Guerra Fra] ejerci en el mbito de la historiografa.24

    Por su parte la Historia del siglo XX es la contrapartida de laautobiografa en obra histrica. Por un lado mantiene el oficio, la erudicin,y la accesibilidad de lenguaje de sus obras anteriores. De hecho, esta obrainteligente tiene una gran virtud: la de regresar a los historiadores a ladiscusin del tiempo histrico versus el tiempo cronolgico. As el gransiglo corto, que comienza con la Primera Guerra Mundial y la RevolucinRusa y termina con el colapso de la Unin Sovitica, retoma una discusinimportantsima en torno a cmo periodizamos la historia. Al mismo tiempo,no puedo ms que pensar que Hobsbawm retiene elementos del militantecomunista que lo marc durante dcadas. Al fin y al cabo, por qu pensarque la Revolucin Rusa es el primer evento de un corto siglo XX y no elltimo de un largo siglo XIX que comienza con la Revolucin francesa? Yocomparto la visin de Hobsbawm, pero no puedo ignorar que la RevolucinRusa fue la ltima de las revoluciones insurreccionales y opino que sucaracterstica central, lo que la hace parte del siglo XX, reside en su carcterbolchevique y socialista. Sin embargo, y a pesar de ese casi escondidotributo a la importancia histrica del leninismo, Hobsbawm no puede menosque acusar el golpe de la cada de la URSS. En un destello de la frustracinde sus esperanzas no puede ms que decir que una de las ironas que nosdepara este extrao siglo es que el resultado ms perdurable de la revolucinde octubre, cuyo objetivo era acabar con el capitalismo a escala planetaria,fuera el de haber salvado a su enemigo acrrimo, tanto en la guerra comoen la paz, al proporcionarle el incentivo para reformarse desde adentro[...]25 Por otro lado, y a diferencia de sus obras anteriores, como La era delas revoluciones, esta ltima parece ignorar la riqusima historiografa y losdebates en torno a cuestiones como el fascismo, la Guerra Fra o lo que ldenomina el final del socialismo. Por ejemplo, seala que el apoyo demasas del fascismo se debi a una masa de ciudadanos desencantados ydescontentos que no supieran en quin confiar y el fascismo no habraalcanzado un puesto relevante en la historia universal de no haberseproducido la Gran Depresin.26 En el primer caso parece ignorar desdelos debates inspirados por Gramsci y Trotsky hasta los estudios histricosde Tim Mason, Adrian Lyttleton e Ian Kershaw (si bien hay una pasajera citaa este ltimo historiador de moda). En el segundo parece descartar totalmentela finura de sus anlisis, por ejemplo, sobre la revolucin francesa o sobreel nacionalismo de Boulager. Si la Gran Depresin es lo principal que ledio al fascismo la razn de ser en la historia mundial, cmo explicamos queeste movimiento no tuviera relevancia en dos de los grandes pasescapitalistas de la poca: Estados Unidos y Gran Bretaa? No es mi intencinminimizar la Historia del siglo XX. Por el contrario, creo que es una granobra de sntesis y que plantea algunas cosas muy importantes. Pero tambincreo que es una obra que marca distancias con el conjunto de la historiografade Hobsbawm y que adolece de las presiones y contradicciones que sientetodo historiador marxista ante el derrumbe de las esperanzas de una vida.Si bien esta sigue siendo una obra de un gran historiador, prefiero alHobsbawm de las dcadas anteriores, aquel que inspir a generacionesenteras a involucrarse en una historia militante.

    Para concluir quiero cerrar con una cita del propio Hobsbawm que,creo, sintetiza su perspectiva, su aporte y sobre todo su obra comoinspiracin de historiadores. En la entrevista realizada por Thane y Lunbeck,Hobsbawm explicaba:

    Lo que ha estado ocurriendo desde principios de la dcada de 1950ha sido, en cierta forma, mucho ms revolucionario que lo que ocurri enlos comienzos de la industrializacin en cuanto a que la penetracin del

    23 Aos interesantes, op. cit.; 244.24 Ibid., 268.25 Eric Hobsbawm. Historia del Siglo XX.Buenos Aires: Editorial Crtica, 1998; p.17.26 Ibid., 133 y 136.

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  • 17Espao Plural Ano VIII N 16 1 Semestre 2007 ( ) ISSN 1518-4196

    capitalismo es ms global y ms profunda, y que ha transformado laestructura social preexistente mucho ms de lo que fue capaz de hacer hacecien aos. En consecuencia, decir que sigue siendo el mismo capitalismo o sea, que lo que se dijo hace cien aos sigue siendo verdad no es suficiente.Una sociedad como la nuestra en la cual el campesinado est, de hecho,desapareciendo es muy diferente de una sociedad de hace cien aos en lacual el campesinado no solo no estaba desapareciendo sino quesorprendentemente se lograba mantener mientras era integrado alcapitalismo. Ahora, todas estas cosas requieren de perspectiva histricaque es esencialmente la capacidad de ver cmo una sociedad cambia ycundo las cosas son distintas y cundo son iguales. Esta es una de lasprincipales razones, una razn prctica, del por qu uno debe ser marxista.Es la forma de hacerse ese tipo de preguntas.27

    27 Thane and Lunbeck, op. cit., 43.

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