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ERNESTO SÁNCHEZ FAJARDO (EL JILGUERO DEL HUASCARÁN) 1. BIOGRAFÍA Ernesto Sánchez Fajardo, conocido con el seudónimo artístico de El Jilguero del Huascarán, fue un pionero del folclor andino en Lima y un apasionado del rescate y valoración del acervo musical de su pueblo. Sus composiciones, que abarcaron diversos géneros musicales como el pasacalle, el vals andino, la danza, el Huayno y la chuscada, no sólo expresaron las vivencias de las raíces populares tradicionales, sino que también denunció las injusticias sociales de los sectores populares, reclamando una vida más digna y justa. Prueba de todo ello son las letras de sus canciones. Su inspiración de sus composiciones no estuvo desligada de los acontecimientos político-sociales de la época y del proceso de asimilación y desestructuración cultural de la migración. Cantó con su guitarra en épocas del tirano Odría. Ernesto Sánchez Fajardo nació en el distrito de Bambas, en la Provincia de Corongo en el Departamento de Ancash en 1928, a finales de una década en la que predominaba la existencia de una clase social arbitraria. Sus progenitores fueron humildes agricultores, don Emilio Sánchez Roldán y doña Salvadora Fajardo de Sánchez, sus años de infancia

Ernesto Sánchez Fajardo

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Page 1: Ernesto Sánchez Fajardo

ERNESTO SÁNCHEZ FAJARDO (EL JILGUERO DEL HUASCARÁN)

1. BIOGRAFÍA

Ernesto Sánchez Fajardo, conocido con el seudónimo artístico de El

Jilguero del Huascarán, fue un pionero del folclor andino en Lima y un

apasionado del rescate y valoración del acervo musical de su pueblo. Sus

composiciones, que abarcaron diversos géneros musicales como el

pasacalle, el vals andino, la danza, el Huayno y la chuscada, no sólo

expresaron las vivencias de las raíces populares tradicionales, sino que

también denunció las injusticias sociales de los sectores populares,

reclamando una vida más digna y justa. Prueba de todo ello son las letras

de sus canciones. Su inspiración de sus composiciones no estuvo

desligada de los acontecimientos político-sociales de la época y del

proceso de asimilación y desestructuración cultural de la migración. Cantó

con su guitarra en épocas del tirano Odría.

Ernesto Sánchez Fajardo nació en el distrito de Bambas, en la Provincia

de Corongo en el Departamento de Ancash en 1928, a finales de una

década en la que predominaba la existencia de una clase social arbitraria.

Sus progenitores fueron humildes agricultores, don Emilio Sánchez

Roldán y doña Salvadora Fajardo de Sánchez, sus años de infancia

transcurrieron bajo el influjo vigoroso del paisaje andino del pueblo de

Bambas. Sufrió en carne propia la explotación del sistema y fue uno de

los tantos protagonistas del primer proceso intenso de migración a Lima.

Cuando decide emigrar a Lima era aun niño y como miles de historias

provincianas sobrellevó en la capital los embates de la miseria y el

hambre. Su temperamento enérgico le valió para no desfallecer y así

transitar casi todo el país ejerciendo los quehaceres más inusitados. El

canto fue su único refugio para sosegar la soledad y la tristeza.

El año de 1942 fue trascendental en su vida porque fueron los inicios de

su carrera artística. Conformó el trío "Los hijos del sol" y se abrió paso en

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el baile integrando diversas compañías de arte folklórico, como la

"Compañía Ollanta" de Ayacucho, "Tahuantinsuyo" del Cuzco, "Hatun

Ancash", y "Catalina Huanca" de Junín. Singular importancia tiene la

Compañía "Sumac Ticka" del Cuzco y su directora la soprano Luz Gálvez

quien lo bautizaría en su debut como solista con el seudónimo de El

Jilguero del Huascarán, nombre que desde ese momento lo acompañaría

en sus prolongadas jornadas artísticas por todos los rincones del territorio

nacional y el extranjero, con el único propósito de trasmitir a través de su

canto los aires ancestrales de la música de nuestro pueblo.

En 1949 participa en el Festival de San Juan de Amancaes función

promovida por la Municipalidad del Rímac donde recibe diploma de honor

y medalla de oro al primer puesto, en mérito a su destacada

interpretación, presentación y vestuario típico. También incursionó como

productor de programas de música andina siendo el más trascendental el

programa denominado "El Cantar de los Andes" por Radio Agricultura.

Su pasión por transmitir la esencia espiritual de la música y costumbres

de los pueblos andinos lo impulsaron a orientar sus esfuerzos en

establecer e integrar diversas instituciones como asociaciones regionales,

gremios artísticos, movimientos socio-culturales y comisiones de trabajo a

nivel gubernamental. Trascendental fue su participación como

representante de los artistas folkloristas a nivel nacional, en la Comisión

de 1970 encargada de proponer la primera legislación y reglamentación

de espectáculos en el Perú, que incluía cine, radio, televisión, hípica,

tauromaquia, deporte, arte y folklore. En el año de 1972 conformó la

Comisión para la elaboración del DL N° 19479 la primera "Ley del Artista",

ese mismo año forma parte de la Comisión de elaboración del reglamento

de derechos sociales del artista nacional.

Ernesto Sánchez Fajardo pese a su condición humilde fue uno de los

pocos artistas que décadas atrás utilizara su poder de convocatoria y

popularidad para afianzar la conciencia política del pueblo y realizar

labores de asistencia social. Durante los años 1950 al 1960, fue muy

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reconocida su labor de ayuda en las cárceles de provincias; improvisaba

conciertos y acudía con ropa y víveres que el mismo recolectaba en las

casas comerciales. En mayo de 1970 lideró una gigantesca campaña pro-

damnificados del terremoto de Ancash, llegando a movilizar gran cantidad

de artistas nacionales y compañías folklóricas, como resultado de este

acto hizo entrega a Consuelo González de Velasco, toneladas de ropa,

juguetes, cocinas, medicinas y víveres, además de dinero en efectivo

recaudado en los espectáculos de los coliseos de Lima Huaral, Chosica,

Chorrillos, Vitarte e Ingeniería.

El 20 de Mayo de 1968 por propia iniciativa dirigió una gloriosa e histórica

manifestación popular ancashina en la Plaza San Martín de Lima logrando

reunir una multitudinaria asistencia nunca antes vista en una

manifestación de carácter departamental siendo el único medio de

convocatoria su programa radial "El Cantar de los Andes" de Radio

Agricultura. Esta manifestación fue definitiva para la creación de la

Universidad Técnica de Ancash y fue una gestión apoyada por los

movimientos campesinos y el pueblo Huaracino. Aquí nació también uno

de sus más sonados temas la chuscada "Clamor Ancashino".

Sus primeras giras al extranjero fueron a Bolivia, Argentina y Chile en

1945 como integrante de las notables compañías folklóricas. En 1960 su

popularidad como el Jilguero del Huascaran ya había traspasado nuestras

fronteras y fue contratado por empresarios chilenos para cantar La Paz-

Bolivia y Santiago- Chile. En 1974 con una sólida trayectoria artística viaja

invitado a ciudades como Quito, México, Miami y Cuba, donde no solo

realiza presentaciones artísticas sino que además se documenta sobre

temas relacionados con la organización sindical y sus formas de trabajo

artístico.

En el año de 1979 el pueblo peruano lo designa como uno de sus

representantes a la Asamblea Constituyente, haciendo historia como el

primer peruano de profesión artista que recibe tal honor. Como

Constituyente trabajo en beneficio de la cultura y el folklore nativo

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interesándose por su protección y promoción, así como por el estudio y

conservación de las lenguas aborígenes. Su labor fue materializada en los

artículos 34° y 35° de la Constitución de 1979.

Uno de sus últimos honores, fue el recibir las Palmas Magisteriales en el

grado de Maestro, concedido por el Ministerio de Educación, como mérito

a una vida entregada por entero a interpretar y difundir nuestro folklore

nacional. 1988 fue el año de su deceso.

Ernesto Sánchez Fajardo El Jilguero del Huáscaran ataviado

singularmente con el traje del legendario bandolero chiquiano Luis Pardo,

es considerado como un auténtico símbolo del provinciano indómito,

orgulloso de su raza, que batalló tenazmente por consagrarle un

verdadero sitial a nuestros géneros andinos como el huaino, el pasacalle

y la chuscada, gracias a pioneros como él, en la actualidad el canto de

nuestras canciones andinas dejó de ser clandestina.

De alma progresista y espíritu innovador, Ernesto Sánchez Fajardo será

eternamente evocado como uno de los artistas más puros y genuinos que

supieron trasmitir de manera fiel el mensaje propio de los pueblos. Un

artista que aposto por legitimar sus raíces y que su autenticidad lo llevó

como consecuencia a erguirse desde las honduras de la pobreza hasta

convertirse en uno de los intérpretes más admirados y aplaudidos del

país, ostentación a la que pocas veces un artista humilde puede acceder.

Su profundo conocimiento de la vida campesina hizo posible que como

poeta y músico popular, abordara las quejas de los pobres del campo.

Paulatinamente, las letras de sus canciones se tornaron una abierta

denuncia serrana, el clamor auténtico de las grandes mayorías en una

forma nunca antes tan explícita. Su canto revolucionario y de denuncia

solidaria se ve plasmado en las letras de sus haynos.

La cercanía de El Jilguero del Huascarán a organizaciones sociales y

sindicales, tanto como a estudiantes universitarios, le permitieron conocer

otras expresiones literarias, y así como lo

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Cautivó Mariátegui, sintió identificación con el habla rural de Martín Fierro,

el clásico de José Hernández.

Las luchas populares siempre se encuentran en el centro de los debates,

y en muchos casos la música y el canto van constituyéndose en el canal

de expresión que conduce a señalar esa otra historia social con mensajes

a los que la historiografía oficial no da la debida importancia. En el caso

del maestro Ernesto Sánchez Fajardo –que cantó con su guitarra en

épocas de tiranía y opresión– sus composiciones, su canto y su música,

fueron producto de ese hombre del campo que, nostálgico, dejó sus

tierras para venir a la capital: Aquí sufrió, se transformó y se impuso sin

más equipaje que la magia de su cultura.

Hace 1988, mientras el mundo se preparaba para celebrar la navidad, el

pueblo Peruano se vestía de luto, unos de los más grandes hombres de

nuestra patria, había fallecido, era el destacado artista y maestro don

Ernesto Sánchez Fajardo “Jilguero del Huascarán” junto a su eterna

compañera Juanita Raymi Briceño. Aun después de la desaparición física

de este gran valuarte de nuestra cultura Peruana, verdadero luchador

social, fundador del Sindicato deTrabajadores Artistas Folcloristas del

Perú SITAFP, constituyente de la República, artista, músico, autor,

compositor, arreglista, productor, etc., demuestra que sigue viviendo, en

cada corazón peruano, gracias al amor que sembró en cada uno de ellos,

con sinceridad y honestidad.

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2. CANCION

Verdades que amargan

Si reviviera Luis Pardo,

el Gran Amauta y Atusparia

no habría tantos abusos 

con la clase proletaria.

A las palabras del pobre 

nunca le dan las razones,

aunque la razón le sobre

más pueden las opresiones.

Si uno aguanta es un bruto,

y si no aguanta es un malo.

Dale al pobre, dale palo

Esa es la suerte del cholo.

En qué lugares no han visto 

castigar con injusticia,

dar libertad al culpable 

y al inocente la cárcel.

Al que roba cuatro reales

la Justicia lo estrangula.

Pero al que roba millones

la Justicia más lo adula.

En este mundo de vivos

El vivo vive del zonzo, 

el zonzo de su trabajo

y el diablo de sus maldades.