¿ES POSIBLE UNA FILOSOFIA

LATINOAMERICANA?

Dr. Enrique José Sandoval Morales

Con motivo de la celebración del XXXIII Congreso Internacional Americanista, sección “LA FILOSOFIA EN AMERICA” celebrado en San José de Costa Rica, en julio de 1958, Malavassi (1980), en su obra hace constar a través de las actas recogidas de ese congreso, que se generó una controversia en cuanto a la existencia de una FILOSOFIA LATINOAMIRICANA.

Entre los que negaba la existencia de ella, se encuentra Láscaris, quien llega a decir que no hay Filosofía “latinoamericana”, sino “Filosofía en América.

Consideran que la filosofia es solo una, aquella que se originó en GRECIA, donde, al decir de estos autores, nació la RACIONALIDAD OCCIDENTAL, única a la que puede acreditarse el calificativo en forma estricta de “fIlosofía”

Por su parte, Guillermo Malavassi, en la introducción de su obra “Olarte, Láscaris y la Filosofía latinoamericana”, comienza por considerar un hecho histórico: la existencia de la filosofía en América, no solo en América Latina, sino en todo el Continente.

La define como una parte de la filosofía de Occidente, que no se aparte del estilo general de la meditación filosófica europea moderna, al tener un interés por los problemas políticos y sociales, ya que la filosofía ha sido y debe ser norma orientadora de la vida individual y social.

Por lo tanto, la filosofía latinoamericana vive con intensidad su compromiso en la búsqueda del bien de su comunidad, de su patria y con frecuencia de todo el subcontinente.

Lo propio de la filosofía que se practica en nuestra América Latina es el compromiso personal que los filósofos de la región consideran un requisito indispensable para hacer y cultivar una filosofía auténtica latinoamericana.

Para Malavassi, la única característica que ofrece la filosofía latinoamericana es la actitud de los filósofos como personas: la de asumir un compromiso en el campo político-social, es decir, el de unir la praxis académica con la praxis política. Aunque esto también lo ofrece la filosofía universal.

En resume, la novedad de la filosofía latinoamericana está en los filósofos y sus actitudes prácticas y no en los temas, enfoques epistemológicos y aportes que ellos hayan podido dar a la filosofía o, al menos, a algunas corrientes filosóficas en la historia de la filosofía universal.

Para TEODORO OLARTE no solo no existe una filosofía latinoamericana, sino que tal concepción es absurda, ya que para la filosofía americana el sujeto filosofante y el objeto de su meditación se funden en un etnocentrismo manifiesto.

Según este autor, no se ve que el propósito de hacer una filosofía americana responda a una necesidad sentida, creada por un original y espontáneo dictado de la evolución de la cultura americana; ya que la filosofía, para serlo verdaderamente, ha de partir del fenómeno producto de una experiencia total.

La posición de este autor solo se explica en que su concepto de la razón se ubica dentro del planteamientos metafísicos y no históricos.

Pero hay que recordar que la filosofía no se ocupa solo de cuestiones últimas o metafísicas, si bien en su enfoque propio.

Se ocupa de hacer planteamientos en el campo de la ética, la estética y, en general, en todos los quehaceres humanos. La filosofía tiene que ver con todo lo que produce el hombre y, a través del quehacer que le es propio, se interroga sobre su ser.

Debemos aceptar que los hombre en el proceso de la historia no han sido ni son los mismos. Ha habido y sigue habiendo, por desgracia, la dominación; la violencia sigue siendo “la partera de la historia”; y esto es un tema de reflexión, por tanto no se puede prescindir de estas cuestiones pretextando que el filósofo sólo se ocupa de cuestiones últimas, pues la reflexión misma sobre estas cuestiones se ve distorsionada , si no se asume con autenticidad las mediaciones que configuren el humano existir concreto.