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1 ALGDGADUSFUEn el núcleo de todo mito se encuentra una verdad Escila y Caribdis Escritas alrededor del siglo VIII a.C. y atribuidas a un mítico poeta llamado Homero, la Ilíada y la Odisea son dos de las más grandes obras de la literatura griega antigua. Alrededor de la cólera de Aquiles, la Ilíada narra los acontecimientos de la guerra de Troya. La Odisea narra el viaje de retorno de Odiseo, nombre griego de Ulises, desde Troya hasta Ítaca, su patria, su origen. Terminada la guerra, victorioso, cargado de trofeos y lleno de riquezas, Odiseo extraña su hogar y decide retornar. Sin embargo, parece que su determinación no era tan fuerte porque una serie de acontecimientos, peripecias y obstáculos demoraron su retorno. Odiseo estuvo fuera de su patria veinte años, diez años duró la guerra y diez años el viaje de retorno . Un año estuvo en la isla Eea con Circe; en la isla de Ogigia con la ninfa Calipso estuvo siete años. No lo retuvieron la fuerza ni la amenaza, sino la seducción, los placeres y las promesas de inmortalidad. El viaje de retorno de Odiseo debe entenderse como el anhelo de todo ser humano por encontrar una dimensión de paz y tranquilidad que el mundo cotidiano no puede ofrecer. Retornar a la casa es símbolo del retorno al origen y está relacionado con las preguntas más acuciantes de la existencia humana. Odiseo no estaba preparado para encontrarse con su origen y por eso su retorno dura tanto tiempo; los trofeos y experiencias de la guerra no sirven en esta empresa y debe por tanto pasar por un aprendizaje. Las dificultades del viaje de Odiseo no son meros obstáculos físicos, sino metáforas de las limitaciones psicológicas que debe superar y conquistar. En términos psicoanalíticos la Odisea puede ser entendida como el proceso de conocimiento de sí mismo, del proceso de autodominio, del conocimiento y control de la propia voluntad y de la conquista de la verdadera libertad 1 . Algo análogo a lo que ocurre en el viaje al interior de nosotros mismos que nos propone la Masonería. De cada peripecia Odiseo recibe una enseñanza. Nos detendremos en el episodio de Escila y Caribdis. En la mitología griega Caribdis era un horrible monstruo marino, hija de Poseidón y Gea, que tragaba enormes cantidades de agua tres veces al día y las devolvía otras tantas veces, formando en el mar un remolino que engullía cuanto pasase cerca de él. 1 Cf. SNIDER, Denton J., Homer’ s Odyssey. A Commentary. Chicago; The Sigma Publishing Co. 1895.

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Page 1: Escila y caribdis 3

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A∴L∴G∴D∴G∴A∴D∴U∴ S∴F∴U∴

En el núcleo de todo mito se encuentra una verdad

Escila y Caribdis Escritas alrededor del siglo VIII a.C. y atribuidas a un mítico poeta llamado Homero, la Ilíada y la Odisea son dos de las más grandes obras de la literatura griega antigua. Alrededor de la cólera de Aquiles, la Ilíada narra los acontecimientos de la guerra de Troya. La Odisea narra el viaje de retorno de Odiseo, nombre griego de Ulises, desde Troya hasta Ítaca, su patria, su origen. Terminada la guerra, victorioso, cargado de trofeos y lleno de riquezas, Odiseo extraña su hogar y decide retornar. Sin embargo, parece que su determinación no era tan fuerte porque una serie de acontecimientos, peripecias y obstáculos demoraron su retorno. Odiseo estuvo fuera de su patria veinte años, diez años duró la guerra y diez años el viaje de retorno. Un año estuvo en la isla Eea con Circe; en la isla de Ogigia con la ninfa Calipso estuvo siete años. No lo retuvieron la fuerza ni la amenaza, sino la seducción, los placeres y las promesas de inmortalidad. El viaje de retorno de Odiseo debe entenderse como el anhelo de todo ser humano por encontrar una dimensión de paz y tranquilidad que el mundo cotidiano no puede ofrecer. Retornar a la casa es símbolo del retorno al origen y está relacionado con las preguntas más acuciantes de la existencia humana. Odiseo no estaba preparado para encontrarse con su origen y por eso su retorno dura tanto tiempo; los trofeos y experiencias de la guerra no sirven en esta empresa y debe por tanto pasar por un aprendizaje. Las dificultades del viaje de Odiseo no son meros obstáculos físicos, sino metáforas de las limitaciones psicológicas que debe superar y conquistar. En términos psicoanalíticos la Odisea puede ser entendida como el proceso de conocimiento de sí mismo, del proceso de autodominio, del conocimiento y control de la propia voluntad y de la conquista de la verdadera libertad1. Algo análogo a lo que ocurre en el viaje al interior de nosotros mismos que nos propone la Masonería. De cada peripecia Odiseo recibe una enseñanza. Nos detendremos en el episodio de Escila y Caribdis. En la mitología griega Caribdis era un horrible monstruo marino, hija de Poseidón y Gea, que tragaba enormes cantidades de agua tres veces al día y las devolvía otras tantas veces, formando en el mar un remolino que engullía cuanto pasase cerca de él.

1 Cf. SNIDER, Denton J., Homer’s Odyssey. A Commentary. Chicago; The Sigma Publishing Co. 1895.

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Escila, por su parte, era un monstruo marino que anteriormente había sido una hermosa ninfa hija de Forcis y Hécate. Escila es descrita como un monstruo con torso de mujer y cola de pez, así como con seis perros partiendo de su cintura prestos a devorar a quien se pusiese a su alcance. Escila y Caribdis vivían en orillas opuestas de un muy estrecho canal de agua, ‘a tiro de arco’, de modo tal que los navegantes tratando de evitar uno se aproximaban peligrosamente al otro. La frase «estar entre Escila y Caribdis» representa la situación en la que se enfrentan dos peligros, espacialmente muy cerca uno del otro; alejarse de un peligro implica acercarse al otro y viceversa. Escila y Caribdis nos recuerdan los peligros que enfrenta el candidato cuando es recibido por el G∴T∴I∴: un paso adelante lo acerca a un peligro, un paso atrás lo acerca al otro. Aquí los peligros se superan si el candidato confía en quienes lo conducen y se mantiene firme en su deseo de ingresar a la Orden. Pero en realidad, el peligro que Escila y Caribdis simbolizan no se limita a la admisión en el seno de la Logia. Caribdis, el remolino que atrae hacia sí, representa los conocimientos e ideas que traemos del mundo profano y con los cuales estamos ampliamente familiarizados. Escila representa los conocimientos, ideas o disciplinas que nos son desconocidos. Ingresar a la Masonería y no tomar distancia de las ideas que preferimos es precipitarse en el remolino de Caribdis y nunca salir de ahí. En realidad, aunque no nos sean familiares o no despierten nuestro interés inmediato, debemos acercarnos a las ideas que nos propone la Masonería, debemos frecuentar los temas y símbolos que nos propone para ver qué contienen y qué respuestas ofrecen a las preguntas que les planteemos. En la historia de la Odisea es preferible alejarse lo más posible del remolino; Circe aconsejó a Odiseo navegar más cerca de Escila. Cada una de las seis cabezas de perro de Escila atrapó entre sus fauces a un tripulante de la nave; pero Odiseo y el resto de la tripulación continuaron con su viaje. Así pues, tomando distancia de Caribdis y momentáneamente de nuestras ideas, acercándonos a Escila y estudiando los temas y símbolos de la masonería, perderemos parte de nuestra tripulación, perderemos parte de nuestro bagaje: precisamente las ideas erróneas, los prejuicios y quizá hasta la imagen que tenemos de nosotros mismos. Esa pérdida implicará un mejor conocimiento de sí mismo y también, junto a los principios y valores que promueve la Masonería, un progreso en nuestro viaje de retorno en busca de la verdad y la luz. Marzo 2014 Q∴H∴ Carlos Kohatsu Yoshida R∴L∴S∴“Unión, Perseverancia y Fortaleza” Nº 171

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