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ESCUELA DE INGENIERÍAS INDUSTRIALES
2013
Intervenciones del Acto conmemorativo de los 100 años de las Ingenierías Industriales en Valladolid
Intervención de Don Alfonso Redondo Castán
Director de la Escuela de Ingenierías Industriales de Valladolid
De las Artes a la Industria.
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X n nombre de la Escuela, bienvenidos y muchas gracias a todos por estar
aquí.
Voy a comenzar como lo haría un “mester de juglaría” (obviamente sin
entonar): “En 1913, en octubre para más señas, en este mismo lugar, dieron
comienzo los estudios de ingenierías industriales” de los cuales hoy
conmemoramos su centenario. Si bien, yo no voy a hablar de la historia, eso lo
hará nuestro ilustre conferenciante invitado D. Nicolás García Tapia. Yo quiero
poner de manifiesto, la contribución que hemos realizado a la Sociedad y lo
que somos en la actualidad.
Desde entonces (1913), y a imagen y semejanza de lo realizado a nivel
nacional, nuestros egresados han contribuido notable y silenciosamente, pues
la verdad es que nunca hemos sido unos buenos “vendedores”, al desarrollo
del país y de nuestro entorno. Nuestros ingenieros, hablando ya de Valladolid,
han contribuido y han formado parte de Empresas tan emblemáticas como: la
Electra (actualmente embebida en Iberdrola), Indal (actualmente Philips), SAVA
(actualmente IVECO), FASA (actualmente Renault España), y un largo etc.
Por si alguien no tiene claro lo que las Ingenierías Industriales han
contribuido al desarrollo de este País, quiero resaltar dos citas. Una es de
0919, realizada por un cronista del diario El Sol, cuyo nombre tal vez les suene:
José Ortega y Gasset [que por cierto, estuvo a punto de estudiar Ingeniería en
Vigo (pero su padre le disuadió)], pues bien, Ortega escribió lo siguiente:
Bajo el título “La fiesta de los ingenieros”, alababa la iniciativa de quienes
se proponían presentar al Rey Don Alfonso XIII –cito literalmente– “un plan
completo de reformas y trabajos que, en el orden de su especialidad, viene a
ser el magnífico esquema de una reconstitución nacional”. Y sigue Ortega:
“Están cansados los ingenieros de que hoy uno, mañana otro aparezcan en la
plaza pública pregonando tal o cual específico reconstructor... Exentos los
pregoneros de toda noción técnica sobre el mejunje que a voz en grito
encarecen …, convierten siempre en huero tópico lo que acaso merecía ser
una bien nutrida realidad …”
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Años después, en 1957 José Ortega y Gasset en su obra “Meditación de la
técnica” dice: "Hombre, técnica y bienestar son, en última instancia, sinónimos",
añadiendo unas páginas más adelante “...materialmente, el hombre no puede
vivir sin la técnica a la que ha llegado"
Acercándonos más a nuestros días, en el discurso de incorporación de D.
Leopoldo Calvo Sotelo y Bustelo a la Real Academia de Ingeniería, en el año
2003, dijo:
“La técnica es una criatura viva, cuya parábola vital puede
agotarse, está condenada a agotarse. Por ello se preguntaba: ¿Qué
somos, qué podemos ser, qué debemos ser los ingenieros en este siglo
XXI?
Ha crecido tanto la extensión de los conceptos ingeniería e
ingeniero que no es fácil encontrar una definición comprensiva de todos
los significados, que abarque hasta la genética y la guerra preventiva.
Por eso planteaba retomar la definición que el Diccionario de la Lengua
de 1803 daba: “Ingeniero: el que discurre con ingenio las trazas y modos
de ejecutar alguna cosa”. Es decir, ésa era entonces, y sigue siendo hoy,
la esencia de la función ingenieril. Mediar entre la idea y la cosa”.
A este respecto, y también de este discurso de Calvo Sotelo, llama la
atención la siguiente cita:
“Al salir Heine de una conferencia de Hegel le pregunta a su
cochero: ¿Qué crees tú que son las ideas?”. Y el cochero le responde
lleno de buen sentido clásico: Las ideas... pues las ideas son las cosas
que se nos meten en la cabeza. Y Heine le responde: Estás muy
equivocado, hegelianamente – es al revés. Las cosas son ideas que nos
salen de la cabeza”.
Por eso Calvo Sotelo terminaba diciendo:
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“Ahí está el ingeniero. Cosificando las ideas, convirtiendo los proyectos
en obras, encarnando en proyectos y en obras sus ideas o las que otros
le proponen. Ésa era hace doscientos años y ésa es nuestra función al
comenzar el siglo XXI”.
Pero eso sí, sin llegar al extremo contrario (La Tecnociencia), pues en
ese caso, y tal y como ya se pusiera de manifiesto en un Congreso de Bioética
e Ingeniería en 2011: “Ahora bien, en la actualidad, esto es mucho más
dramático a causa del hecho que los ingenieros, junto con los médicos, son los
profesionales con mayor poder para aniquilar la naturaleza, incluida la dignidad
humana, un poder adquirido hacia la última centuria como consecuencia del
desarrollo acelerado de la tecnociencia”. Para evitar este extremo o
tecnociencia, muchas Universidades incluimos entre nuestras materias una
denominada “Ingeniería y Sociedad”.
RESUMIENDO:
Los titulados en Ingenierías Industriales nos dedicamos básicamente, o
mejor dicho, nada más y nada menos, que a buscar y materializar soluciones,
mediante la aplicación de técnicas y de ingenio (de ahí nuestra denominación),
para mejorar la calidad de vida, el progreso, la sostenibilidad,… en campos tan
habituales en nuestra vida diaria (tal vez por eso ni se dan cuenta de nuestra
existencia) como por ejemplo:
• La mecánica: Interviniendo en el diseño de máquinas, estructuras,
motores, fluidos, etc…
• En el mundo de la Electricidad, contribuyendo a la eficiencia de su
generación, distribución e instalación de diferentes tipos de energía.
• En el campo tan cotidiano en nuestro días como la Electrónica y el
control automático de máquinas e instalaciones.
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• Las Ingenierías Industriales también están muy presentes en
aspectos tales como la organización industrial, con sus métodos y
tiempos, la calidad, layout, etc.
• Otras de nuestras especialidades se centra en la ingeniería química,
actuando sobre todo en la optimización de procesos en plantas
industriales de producción: refinerías, depuración, etc..
• Y a todo lo anterior, debemos sumar nuestra aportación al Diseño
Industrial y de producto.
Dicho esto, estaría claro ¿por qué elegir alguna de nuestras titulaciones
de ingenierías industriales? Por dos motivos fundamentales: Por el alto valor de
los CONOCIMIENTOS adquiridos, y por sus múltiples y amplias salidas
laborales. A este respecto no hay más que consultar informes como los de
ADECCO Professional, INFOEMPLEO, UNIVERSIA, INFOJOBS-2013, en los
cuales se afirman que las Ingenierías Industriales están de forma SOSTENIDA
entre las cuatro primeras posiciones del ranking de empleabilidad.
¿Y por qué elegir la Escuela de Ingenierías Industriales de la Universidad
de Valladolid? Podríamos preguntárselo a los aproximadamente 540 alumnos
que graduados en el curso pasado o a los 800 que ingresaron en este curso en
la Escuela entre Grados (515) y Másteres (115).
Pero hay más razones, somos una Escuela dinámica y activa. Desde
hace muchos años nuestros alumnos hacen prácticas en empresas gracias a
que contamos con la colaboración de más de 120 empresas, estamos
vinculados con centros tecnológicos como CIDAUT, CARTIF, CTA, LACECAL,
y contamos con equipamiento muy puntero. Tenemos convenios con
aproximadamente 100 universidades (más de 80 ellas extranjeras) que
permiten la movilidad (ERASMUS o SICUE) de aproximadamente 270
alumnos/año. Así como Cátedras vinculadas a empresas como Renault,
Michelin, Energías Renovables (EREN), etc…
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Contamos con aproximadamente 250 profesores y 18 Grupos de
Investigación reconocidos, lo cual nos permite ofertar un amplio abanico de
formación, no sólo de Grados, sino de Másteres profesionalizantes y/o de
Investigación, Títulos propios y una gran cantidad de actividades
complementarias, unas propias de los Departamentos, y otras gracias a
nuestra fuerte relación/vinculación con Asociaciones de Estudiantes muy
activas como: BEST, AMUVA, AAEII, Ingenieros sin fronteras…
Dicho esto, tal vez entendamos por qué casi un 20% de los alumnos del
Campus de Valladolid estudian Ingenierías Industriales, a pesar de que hay
otros once centros más en Valladolid, o por qué países pujantes de la
economía mundial contratan a nuestros egresados. Creo, una vez más, que la
respuesta es muy sencilla: porque están bien formados técnicamente y
complementados en otra serie de competencias transversales. Al igual que
manifestara Antonio Machado, nuestra Escuela de Ingenierías ha ido y sigue
haciendo camino.
No quisiera finalizar sin agradecer a todos los que han hecho posible este
acto, tanto PDI como PAS, destacando el esfuerzo (más a más de su quehacer
diario) de los miembros de mi Equipo, de la Comisión del Centenario, y muy
especialmente a dos de ellos: María Ángeles Martín Bravo y José María García
Terán.
Muchas gracias por su atención y hasta siempre.
Intervención de Don José Antonio Mayoral Encabo
Secretario General de Economía
Consejería de Economía y Empleo. Junta de Castilla y León
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d uiero, en primer lugar, felicitar a la Escuela de Ingenieros Industriales de
Valladolid por este centenario que se conmemora hoy, y hacerlo
extensivo a todos los que han pasado por ella, y que han contribuido a su
desarrollo y engrandecimiento durante todo un siglo.
Desde la Junta de Castilla y León, y concretamente desde la Consejería
de Economía y Empleo, como Departamento del Gobierno Autonómico con
competencias en temas industriales, quiero unirme de forma expresa al
merecido reconocimiento que hoy se tributa a esta ya longeva Escuela.
La tarea realizada por los ingenieros que de ella han salido, desde su
labor de formación hasta la puesta en práctica de proyectos industriales
concretos en aplicación de todo lo aprendido, es pieza esencial del gran
avance económico y social que hemos conseguido en esta Comunidad.
Con la complicada situación económica que hoy atravesamos, es sin
duda necesaria la colaboración y las aportaciones de todos los que, de una u
otra manera, participamos en la actividad económica, para poder afrontar en
las mejores condiciones posibles la salida de esta crisis.
En esta línea, desde la Junta de Castilla y León llevamos años
trabajando en potenciar múltiples aspectos en los que los ingenieros
industriales habéis sido pioneros:
- En primer lugar, la colaboración entre el mundo de la Universidad y la
Empresa, en lo que debe ser la plena integración de las
investigaciones que realizáis con las soluciones que reclaman los
mercados.
Especialmente en el ámbito de las ingenierías, sois ejemplo de
emprendimiento, de adaptación a la realidad que demandan los
ciudadanos, apostando por nuevas empresas que son muestra de
éxito incluso en las circunstancias actuales.
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- Desde la Junta de Castilla y León tenemos claro que ello es posible
gracias al especial esfuerzo que desarrolláis en innovación, puesto
que las estadísticas han demostrado que las empresas innovadoras
han sido las más resistentes a la pérdida de actividad en los últimos
años.
- Unas empresas cada vez más conscientes de la necesidad de
acometer un serio esfuerzo de desarrollo tecnológico, sobre todo en
las áreas más directamente relacionadas con la mejora de la
productividad.
Es precisamente en este campo donde los ingenieros industriales
habéis demostrado mayor formación y capacidad, contando con la
mejor preparación necesaria para captar el cambiante proceso
innovador, asumirlo e implantarlo.
- Por último, y por lo que respecta a la Administración, es también
esencial vuestro papel en el funcionamiento ordinario de las
competencias públicas:
Compañeros vuestros, ingenieros industriales, han participado
activamente en la redacción de la nueva Ley de industria,
actualmente en tramitación, que dará mayor protagonismo a los
colectivos profesionales al abrir la posibilidad de una mayor
delegación en las tareas de control de la seguridad industrial.
Igualmente, en la Ley se hace una apuesta por una economía
regional más competitiva, que necesariamente debe partir del
mantenimiento de la importancia del peso de la industria en relación
a la media nacional.
La industria regional debe ganar más peso en la nueva estrategia de
especialización inteligente para Castilla y León en el horizonte 2020.
Preservando esta capacidad industrial se preserva a su vez el
empleo cualificado del ingeniero industrial.
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En el cumplimiento de este reto volverá a ser esencial el trabajo de los
ingenieros, y sobre todo vuestras ideas, que han repercutido favorablemente en
el desarrollo de nuestra sociedad. Os animo a seguir trabajando en esta línea,
aportando esfuerzo para construir entre todos el futuro de Castilla y León.
Enhorabuena otra vez por esta singular efeméride, feliz celebración y
muchas gracias.
Intervención de Don Celiano Vielba Fernández
Representante de la Diputación Provincial de Valladolid
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esde su nacimiento en 1813, hace ahora 200 años, las Diputaciones
Provinciales han tenido entre sus fines primordiales "la promoción de
la prosperidad" de sus respectivas demarcaciones. Pues bien, la
Diputación de Valladolid ha entendido siempre que dicha prosperidad pasa por
la educación de sus gentes, convirtiéndose en uno de los pilares de la
capacidad de progreso de la provincia.
Entre las funciones de la Diputación estaban las de beneficencia,
sanidad, obras públicas, carreteras, caminos y canales de riego. En algunas
ocasiones recayó también en ellas casi toda la administración de la enseñanza
pública: parte de las escuelas de primera enseñanza, los institutos de
Bachillerato de la provincia, las Escuelas Normales de magisterio y las
Escuelas especializadas de Agricultura.
Por lo que respecta a la Universidad, institución muy importante para la
provincia y para la región, la Diputación ejerció una labor de ayuda y
colaboración cuando fueron necesarias, sobre todo cuando corrió el riesgo de
ser clausurada. Así, en 1937 el comisionado universitario Claudio Moyano
solicitó ayuda a la Diputación invocando entre sus argumentos "que para el
bienestar de la provincia son necesarios dos importantes recursos, el Canal de
Castilla y la Universidad". La Diputación prestó ayuda inestimable al solicitar la
colaboración de los más prestigiosos vallisoletanos que destacaban en las
escenas política, militar y social, a nivel nacional, para asegurar el
mantenimiento de la institución1.
También la Diputación de Valladolid junto con el Ayuntamiento de la
ciudad compartieron los gastos de mantenimiento y alquiler, e incluso también
los gastos de profesorado, de la Escuela Superior de Comercio y la Escuela de
Artes y Oficios, germen de la actual Escuela de Ingeniería, desde el momento
de su creación.
1 Antonio de Anta Muñoz y Heliodoro Pastrana Morilla, Diputación Provincial de Valladolid 1813‐2013, Valladolid, Diputación de Valladolid, 2013, págs. 42‐45 y 77‐78.
W
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En 1909 se consigue que sea declarada Escuela Superior de Artes
Industriales con lo que los alumnos pueden conseguir el peritaje de electricista
o aparejador.
Ya en 1909 los gastos de personal de la Escuela Superior de Artes
Industriales, que ascendían a 47.250 pesetas, eran sufragados a partes iguales
por el Estado, la Diputación y el Ayuntamiento de Valladolid (15.750 pesetas)2.
En nuestro Archivo Provincial hay constancia de esta aportación hasta 1926.
El 30 de mayo de 1910 el Director de la Escuela dirige una carta al
Presidente de la Diputación de Valladolid exponiéndole que tras ser la Escuela
elevada a Superior por la Ley Presupuestaria de 1909 se produce un aumento
de asignaturas y de talleres, y un incremento del número de matrículas por lo
que se hace necesaria la ampliación de la Escuela.
La exposición de motivos, previa al Real Decreto que publica el número
95 de la Gaceta de Madrid de 5 de abril de 1913, es muy ilustrativa: "El
poderoso desarrollo que consiguen en Valladolid las diferentes industrias, y
muy especialmente aquellas que afectan a las nuevas necesidades creadas
por el progreso moderno, es motivo que justifique sobradamente el que el
Estado, respondiendo a tal florecimiento de la industria particular, coadyuve a
él por cuantos medios tiene a su alcance, ampliando las enseñanzas de
carácter técnico, que son base obligada del adelanto y perfeccionamiento
industrial".
El Real Decreto de 5 de abril de 1913 establece: "La Escuela de Artes y
Oficios de Valladolid quedará convertida en Industrial y de Artes y Oficios,
cursándose en ella, a partir del 1º de octubre próximo, además de las
2 Carta que dirige el Subsecretario de Instrucción Pública, el 17 de julio de 1909, al Presidente de la Diputación para darle cuenta de la cantidad que tiene que aportar para el mantenimiento de la Escuela Superior de Artes Industriales "confiando en el celo y amor a la enseñanza que esa Corporación tiene acreditados, espera que estas obligaciones han de ser satisfechas puntualmente y aun superadas atendiendo en cuanto sea posible la mejora de los importantes servicios docentes que a dicho centro están confiados".
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enseñanzas de carácter general que determina el artículo 3º del R.D de 16-12-
1910, las correspondientes a los peritajes de Electricista y Aparejadores".
La Escuela Industrial y de Artes y Oficios es dividida en 1924 en Escuela
Industrial y Escuela de Artes y Oficios, y adolece también de la falta de un
edificio idóneo. Ello mueve a la Diputación a ofrecer al Estado los solares del
antiguo manicomio incendiado de la calle de la Merced y allí se edificará la
Escuela, de acuerdo a los planes del arquitecto provincial Jacobo del Río, a
partir de 1928. El 12 de marzo de 1928 la Diputación firma las escrituras de
cesión del solar para la construcción de la Escuela Industrial3, parcela de 4.044
metros cuadrados, que daba a tres calles, La Merced, Don Sancho y Fidel
Recio.
A pesar de lo constreñido de sus presupuestos la Diputación de
Valladolid llevó también a cabo un notable mecenazgo de algunos estudiantes,
futuros artistas de la provincia. Se beneficiaron de becas y ayudas, entre otros,
Miguel Jadraque, Montero Calvo, Anselmo Miguel Nieto, Aurelio García
Lesmes o Miguel de Andrade.
La Diputación de Valladolid ha colaborado, siempre que se le ha
solicitado, con los alumnos de la Escuela Universitaria de Ingeniería,
contribución que ha llegado hasta los años 80, cuando la institución colaboró
durante varios años con los alumnos de tercer curso en la realización de las
ferias EXPO-INDUSTRIAL (muestra de carácter didáctico de la industria
vallisoletana y de la región).
Hoy, que contamos con una moderna Escuela de Ingenierías
Industriales, resultado de la unificación de la Escuela Técnica Superior de
Ingenieros Industriales, la Escuela Universitaria Politécnica y los
3 Estos datos proceden del acta de la Comisión Provincial de 14 de marzo de 1928. El Sr. Flórez Posada fue el enviado en nombre del Gobierno para firmar las escrituras y era también portador de una R.O. por la que se destinan 100.000 ptas para los trabajos que han de realizarse para llevar a cabo la construcción de la Escuela. Termina el acta diciendo: "Por todo ello se enviaron telegramas de agradecimiento al Sr. Ministro de Trabajo y al Sr. Madariaga por el interés demostrado en favor de esta provincia".
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Departamentos de Ingeniería Química y Tecnología del Medio Ambiente e
Ingeniería de Sistemas y Automática de la Facultad de Ciencias con 3.084
alumnos matriculados la Diputación de Valladolid se siente orgullosa de haber
formado parte del camino recorrido por la Escuela y haber contribuido a su
presente, deseando a la Escuela de Ingenierías Industriales un próspero futuro,
y a sus alumnos grandes éxitos en el hoy amplio mundo de las ingenierías.