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1 ESPACIOS . . . con Dicken Castro Eduardo Parra Chavarro Eduardo Parra Chavarro Eduardo Parra Chavarro Eduardo Parra Chavarro Dicken Castro rememora las influencias tempranas que supusieron la adopción de un espíritu inquisitivo en búsqueda de la condición humana que ha de alimentar y concretar la dimensión existencial de su arquitectura y la naturaleza comunicativa de sus prácticas alternas, el diseño grafico y la fotografía. Trascender lo tangible y comunicar lo esencial son entonces aspectos fundamentales de un pensamiento que proporciona refugio a una memoria arraigada en las profundas tradiciones populares y que ha perseguido plasmar en su obra con el sentimiento de quien las añora de manera constante y de quien las busca a través de la experiencia fáctica de la vivencia cotidiana y la aprehensión desprevenida de la realidad escenificada. Consciente de la complejidad rítmica de su producción que ha sido determinada por los distintos “tempos” involucrados en las actividades simbióticas a la arquitectura, manifiesta que son todas ellas un mismo material de trabajo, recordando que la riqueza proviene de la apertura y el cruce de caminos del que muchos se han distanciado. Los senderos recorridos con el anhelo por dotar de significado humano y colectivo a sus espacios en un momento histórico que padece del olvido característico de un cuento posmoderno, son noble afrenta al sino de nuestros días; la memoria y el recuerdo se difuminan al igual que algunas de las aportaciones significativas que se le habían confiado. Resiente la pérdida del trato próximo, de la afinidad y la relación con los otros, y la extinción paulatina de los oficios que nos anclaban a un presente en estado sólido. En su reemplazo, hemos contemplado con las puertas de par en par, la inserción de máquinas “celestinas” que encubren con eficacia rentable nuevas versiones de una ficción colectiva basada en el costo de la palabra y el beneficio de la apariencia y la inmediatez; adelgazamiento de la fibra social, arquitectura desbocada sin injerencia humana. Finalmente, declara que el mundo es suyo de la misma manera que lo fue cuando era niño, sentimiento que comparte y enriquece con cada lugar del que participa a través de su innata curiosidad.

ESPACIOS . . . con Dicken Castro

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Conversación y entrevista con el arquitecto http://www.mixcloud.com/_matrioshka_/espacios-con-dicken-castro/

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ESPACIOS . . . con Dicken Castro

Eduardo Parra ChavarroEduardo Parra ChavarroEduardo Parra ChavarroEduardo Parra Chavarro

Dicken Castro rememora las influencias tempranas que supusieron la adopción de un espíritu

inquisitivo en búsqueda de la condición humana que ha de alimentar y concretar la dimensión

existencial de su arquitectura y la naturaleza comunicativa de sus prácticas alternas, el diseño

grafico y la fotografía. Trascender lo tangible y comunicar lo esencial son entonces aspectos

fundamentales de un pensamiento que proporciona refugio a una memoria arraigada en las

profundas tradiciones populares y que ha perseguido plasmar en su obra con el sentimiento de

quien las añora de manera constante y de quien las busca a través de la experiencia fáctica de la

vivencia cotidiana y la aprehensión desprevenida de la realidad escenificada. Consciente de la

complejidad rítmica de su producción que ha sido determinada por los distintos “tempos”

involucrados en las actividades simbióticas a la arquitectura, manifiesta que son todas ellas un

mismo material de trabajo, recordando que la riqueza proviene de la apertura y el cruce de

caminos del que muchos se han distanciado.

Los senderos recorridos con el anhelo por dotar de significado humano y colectivo a sus espacios

en un momento histórico que padece del olvido característico de un cuento posmoderno, son

noble afrenta al sino de nuestros días; la memoria y el recuerdo se difuminan al igual que algunas

de las aportaciones significativas que se le habían confiado. Resiente la pérdida del trato próximo,

de la afinidad y la relación con los otros, y la extinción paulatina de los oficios que nos anclaban a

un presente en estado sólido. En su reemplazo, hemos contemplado con las puertas de par en par,

la inserción de máquinas “celestinas” que encubren con eficacia rentable nuevas versiones de una

ficción colectiva basada en el costo de la palabra y el beneficio de la apariencia y la inmediatez;

adelgazamiento de la fibra social, arquitectura desbocada sin injerencia humana. Finalmente,

declara que el mundo es suyo de la misma manera que lo fue cuando era niño, sentimiento que

comparte y enriquece con cada lugar del que participa a través de su innata curiosidad.

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APARTES DE LA ENTREVISTA

“. . . un gran arquitecto para ese tiempo, de gran avanzada y él recibía bastantes revistas de

arquitectura y de arte, y yo por los lados, porque era un niño, les oía y yo le conté que me parecía

muy interesante ver las revistas. Entonces me las mandaba, me las daba, y yo recortaba esas

revistas casi todas de arquitectura y hablaba con él. Él también tenía una orientación que me

parecía importante y era el interés por culturas precolombinas . . .”

“. . . y en un momento dado mi papa le dijo que le habían dado un lote en un sitio que se llama

Santa Elena cerca a Medellín . . . ¡ Pero yo no sé qué voy a hacer con eso ! . . . ella se quedó callada

y usualmente en Antioquia las familias se van en diciembre, eso era un abril o así, se van en

diciembre a hacer las vacaciones en cualquier parte en el campo, ella se quedó callada y le dijo: yo

voy a hacer esa casa . . .”

“. . . por la sencillez de la arquitectura, por el uso de materiales autóctonos como era el ladrillo, la

sencillez de ese espacio que es magnífico. Después vinieron unos sacerdotes trayendo unos

altares de mármol blanco que fastidiaron un poco la arquitectura, pero en ese momento en el que

yo estaba, que era también un niño, me producía una enorme impresión esos espacios en ladrillo,

ladrillo a la vista . . . que yo he utilizado muy espontáneamente en muchas de mis construcciones . .

.”

“. . . estar en un colegio pues popular, donde llegaban toda clase de alumnos de todo el país y de

todos los niveles sociales y económicos y uno convivía con ellos y había gente también de

capacidad económica buena . . .”

“. . . eso después en mi profesión de arquitectura, me sirvió muchísimo . . .”

“. . . me interesaba mucho guaquería, iba a la finca de un cuñado mío en Pereira, que tenía un finca

llena de cementerios indígenas y en un momento dado resolví ir a antropología que estaba el

Museo Nacional, y le dije a una señora que manejaba antropología en ese momento, que era la

señora de Gerardo Molina, Blanca . . . Blanca Ochoa, le dije: yo quiero saber si aquí hay cursos de

guaquería ¡ Y se murió de la risa ! y me dijo: ¡ No, no, eso no, es que eso está prohibido ! y todo,

bueno . . . pero si te podemos aconsejar un curso – yo ya estaba en arquitectura – un curso sobre

antropología social . . .”

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“. . . cuando yo empecé arquitectura, nos tocó el éxodo de todos los intelectuales judíos y gente

que venía, con la guerra mundial, venía a protegerse un poco de todos esos problemas y tuvimos

los mejores profesores que hubiéramos podido tener en ese momento, a ver: el profesor Rother, el

profesor Violi, el profesor . . . bueno una serie . . . De La Mora en urbanismo . . .”

“. . . eso también nos trajo a nosotros, es decir, la esencia de la arquitectura moderna en el mundo

en ese momento . . .”

“. . . era una mística y una religión Corbusiana; la muestra está en que cuando nos graduamos

había venido aquí Le Corbusier al Plan Regulador y muchos de mis compañeros, o muchos no, tres

o cuatro de mis compañeros se fueron a trabajar con Le Corbusier y fueron de los mejores

alumnos que Le Corbusier tuvo en su vida, como Germán Samper por ejemplo, y que a su vez al

volver aquí, volvió otra vez a impulsar más esas muestras de Le Corbusier combatiendo el adorno y

el ornamento . . .”

“. . . nuestra conformación se abrió completamente había intereses muy diferentes; los míos y los

de ellos, especialmente Vieco y Germán Samper . . .”

“. . . me llamaba muchísimo la atención el uso de unos materiales estrictamente utilizados, como

son los materiales de Mies Van Der Rohe . . . el hizo, tú lo sabes muy bien, una universidad con

base a unas estructuras de acero, ladrillo y vidrio . . . . y eso me influyo a mi profundamente. Y al

mismo tiempo Frank Llyod Wright, que te mencionaba, que uno no debería haberlo visto según . . .

llegue y vi unos espacios interiores muy ¡ Muy ! atractivos, también con materiales autóctonos y

con el espíritu de hogar y calor que tiene la arquitectura de Frank Llyod Wright. Esa combinación

de dos cosas que aparentemente eran chocantes y contradictorias, pues me dio a mí una

conformación completa de lo que yo quisiera hacer en mi arquitectura . . .”

“. . . todo se me iba dando a la mano, no sé si por coincidencia o porque yo mentalmente lo

buscaba y lo encontraba . . .”

“. . . la gente empezaba a entender que era un material muy liviano, que era un material muy

flexible, que se podía volver plano si uno quisiera . . .”

“. . . y yo veía esas organizaciones en las montañas de arquitectura popular completa y me

interesaba a mí como para pintar, como color, y me fui metiendo dentro de la vida de esta gente y

preguntando como hacían sus casas, como vivían, hasta llegar a tener una información completa,

tanto que produje un pequeño libro sobre la guadua como material mágico . . .”

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“. . . yo nunca he tenido como una intención de investigador ¡ Sino que se produce ! Se produce el

interés mío por ciertas cosas, como te contaba por ejemplo, en las decoraciones de los buses yo

me iba detrás de los buses a tomarle fotografías por los lados, y por el frente, y por atrás . . . y así

empezó a pasar con la guadua . . .”

“. . . a mí me interesa mucho la percepción del alumno; que el alumno vea cosas insospechadas en

algo elemental . . . y entonces enseñarles a ver . . .”

“. . . fuimos de los primeros habitantes de la Ciudad Universitaria y allí confluían todas las

facultades y uno tenía amistad con gentes de diferentes facultades, y profesores, y alumnos . . .”

“. . . o la concepción que no se tenía en ese momento del diseño gráfico, y fue que hice una

exposición de símbolos que los amplié y los hice tridimensionales, o los repetí ¡ Así ! en pantallas y

en telas, y entonces la gente pensó que diseño gráfico era hacer símbolos, cuando había toda

clase de posibilidades para el diseño . . .”

“. . . yo siempre he dicho que uno en arquitectura tarda muy bien un año o dos años, si es . . . y en

diseño gráfico, pues un cartel que uno haga aparece y uno sabe si fue un éxito, si uno se comunicó

o no, mientras que en arquitectura la insultada viene dos años después de que la gente haya

experimentado o trabajado en esos espacios que uno produce . . .”

“. . . son dos tiempos diferentes. Pero uno trabaja con muchas, varias cosas similares ¿ No ? . . . el

espacio tridimensional y bidimensional, colores . . . eh ¡ Bueno ! . . . cosas a la vista, volúmenes . . .

todo esto . . .”

“. . . al diseño gráfico le paso un poco lo que le paso a la arquitectura cuando se iniciaba la

arquitectura; la gente consideraba que ellos podían hacer arquitectura y que ellos tenían esa

capacidad. Lo mismo con el diseño gráfico . . . ¿ Cómo es posible que usted nos venga a decir que

usted saber hacer esto ? . . .”

“. . . un triángulo con flechas que entran y flechas que salen. Durante cuarenta años, hasta el año

pasado . . . se utilizó eso y era algo completamente conocido por el mundo colombiano, y de

repente resuelven cambiar - modificar eso por un jueguito japonés, sin ninguna explicación. Puede

que ese jueguito japonés sea válido, no estoy diciendo que eso no pueda ser ¡ Pero cómo se

sacrifica ! . . .”

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“. . . algo más popular que las plazas de mercado ¡ No hay ! . . .”

“. . . de estar cerca el comprador y el vendedor ¡ Más cerca ! de tener otros aspectos fuera de la

compra y la venta, aspectos sociales, espirituales. Todo lo que la gente nos puede decir y todo lo

que podemos decir nosotros . . .”

“. . . mientras menos tenga uno que hablar con el vendedor es mejor. Mientras que aquí, mientras

más pueda hablar con el vendedor, el comprador, más le va sacar jugo a su intervención en ese

momento. Se ha vuelto, algo que era muy humano, muy sociable, muy de relación humana . . . se

ha vuelto algo anodino . . .”

“. . . esa ausencia de relación social . . .”

“. . . ellos pues ponen sus propios precios y se compiten entre sí, esos mil. ¡ Es increíble que ! . . .

que eso todavía este pasando. Mil personas propietarios de un pequeño local, o una pequeña área,

no es ni siquiera local porque el local es toda la plaza . . . y toda la relación humana que uno ve en

Europa, en cuanto a donde vaya ¿ No ? . . . por ejemplo, yo quise también establecer escuelas,

escuelas para niños, no los llamaría kínderes sino escuelas de infantes . . . ¿ Tu sabes si en la

Plaza de Mercado de Paloquemao hay escuelas ? . . . ¡ No ! y en la plaza de mercado de mil sitios

que hay para la venta pues cada uno tiene dos tres hijos, de tres - cuatro - cinco años y es la señora

la que maneja eso, y que cosa . . . que cosa tan esplendida poder tener un sitio para esos niños . . .”

“. . . siempre me ha interesado esa situación, esa relación que uno puede establecer con

cualquiera. Es algo que tengo casi como lema; yo creo que uno puede obtener de cualquier

persona . . . puede obtener algo que le sirva a uno . . . en arquitectura, diseño gráfico o

personalmente ¿ Porque no ? – uno tiene que ir abierto – si abierto y por más humilde que sea esa

persona, esa persona va a tener algo que le sirva a uno . . .”

“. . . yo me siento muy orgulloso de algo, pues que aparentemente es muy tonto. Yo voy por

Colombia y todas partes donde vaya hay siempre un alumno que me dice Maestro, y que me diga

Maestro ¡ Me derrama lagrimas ! y esa es mi relación . . . si tú le preguntas a Jaramillo, a Pedro

Juan, sobre mi yo fui su profesor . . . y él fue mi profesor también . . .”

“. . . yo era niño y había una persona que era . . . era pariente mío, era Ignacio Gómez Jaramillo, un

pintor y entonces él me llevaba, él a pintar y yo a dibujar cositas . . . y eso influyo muchísimo . . .

para poder mirar . . .”

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“. . . yo creo tener una capacidad como totalizadora. Me siguen interesando todos estos temas,

desde mi niñez hasta ahora y como los veo es un poco como los veía hace cincuenta años . . . en

este momento tengo 86 . . . y me sigue interesando, el mundo me sigue interesando pero

profundamente . . .”

“. . . los pintores que a mí más me han interesado y también están reflejados en la obra gráfica y en

la obra arquitectónica; Picasso, Van Gogh, Paul Klee . . . gente que a veces son niños en su

creación . . .”

“. . . somos dos alumnos viviendo un mismo problema . . .”

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