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En este fragmento del libro de “Espigador@s de la Cultura Visual” de Fernando
Hernández expone las posiciones que se dan respecto a la cultura visual.
En primer lugar, hace referencia y lo compara a la cultura popular. Además, adapta las
perspectivas de la cultura popular para la cultura visual, considerando la cultura visual
como algo importante en la actualidad ya que estamos rodeados de medios
audiovisuales.
Tras hacer una comparativa de las perspectivas de la cultura visual con la cultura
popular, cabe destacar dichas perspectivas:
La perspectiva proselitista, la define como la cultura visual negativa, influyente
para los niños desde un lado negativo. Nos hace ver el influjo que tienen los
medios y la cultura visual para un joven debido al tiempo que este expuesto
sobre ellos, con sus ventajas y desventajas. Hernández considera que, bajo esta
perspectiva, se trata a los niños y jóvenes únicamente pasivos e indefensos y sin
capacidad de acción y resistencia. El autor crítica y defiende la idea de que la no
exposición no es la solución, ya que sigue limitando a los niños y jóvenes, destaca
los beneficios que de la exposición a los diferentes medios se pueden obtener
como diferentes estrategias. Así nos indica como el docente debe enseñar al
joven a posicionarse de una manera prudente frente a la cultura visual.
La perspectiva analítica, el autor manifiesta que este tipo de perspectiva solo se
presenta presentando “textos” de la cultura visual, y el único objetivo es
aprender a analizar. Intenta que el educador enseñe al alumno a desarrollar un
juicio crítico hacia los elementos, imágenes y productos de la cultura visual.
Como el propio nombre indica debemos realizar un análisis de los productos para
no convertirnos en consumidores visuales.
La perspectiva de la satisfacción, establece que los educadores ponen especial
intensidad en los placeres que ofrece a los estudiantes de la cultura visual
frenando el juicio crítico sobre ellos. A través de esta perspectiva sí que
considero que los estudiantes tiene un papel pasivo. Por ejemplo: la
implantación de una moda, las personas sienten placer por vestir de una marca
o por un tipo de vestimenta determinado, sin hacer, previamente, un análisis
sobre el producto.
ESPIGADOR@S DE LA
CULTURA VISUAL
La perspectiva autorreflexiva, es la que favorece el debate y nos ayuda a adquirir
nuestras señas de identidad (políticas, deportivas,..), además de conseguir la
subjetividad. Pero en esta perspectiva no se trivializa ni se trata
pedagógicamente. Hernández opina que esta práctica se puede internar en la
vida personal de los alumnos ya que hay situaciones y aspectos que no son para
tratarlos de manera pedagógica en el aula, sino enseñar estrategias para que
fuera del aula en su vida privada las practiquen.
REFLEXIÓN CRÍTICA
Bajo mi punto de vista, esta práctica docente que propone el autor del libro es un
concepto “nuevo” y para su eficacia total se debería trabajar como lo expone.
En la actualidad, estamos rodeados de medios visuales, nuevas tecnologías,
imágenes,… en las que la escuela debe de integrarse de una manera más activa. No
creo que sea necesario realizar un análisis crítico a todo lo que vemos y percibimos
pero sí debemos instruir como docentes que fuera del aula los alumnos/as deben
tener desarrollada la capacidad crítica sobre cualquier producto que pertenezca al
ámbito de la cultura visual. También, creo que pueden conseguir valorar
manifestaciones de la cultura visual que sean de su satisfacción o no y que ayuden a
crear conocimientos que permitan fundamentar opiniones.
Finalmente, pienso que la perspectiva más positiva y con más beneficios para el
alumnado es la autorreflexiva. Es la más adecuada en muchos ámbitos (en clase para
debatir sobre un tema concreto, en la calle para analizar en el grupo un determinado
producto como un teléfono móvil.
Arancha Nieto Uceda
3º Infantil A. Mención: TICE