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Ponete los anteojos y aprende a cambiar tu estado de ánimo Nuestros estados de ánimo operan como un lente a través del cual vamos observando el mundo. Ese efecto de filtro es determinante a la hora de hablar de posibilidades y oportunidades. ¿Cómo impacta cada estado de ánimo en nuestra vida? Te imaginas como sería salir a caminar por tu barrio llevando puestos un par de antejos con los lentes empañados, sucios o rayados? Seguramente perderías nitidez sobre los objetos que te rodean. A tus ojos llegarían imágenes de baja calidad, borrosas y confusas. La capacidad de apreciar la dimensión, la cantidad o los colores de esos objetos, estaría limitada, incluso habría algunos objetos que ni siquiera te darías cuenta que están ahí. En cambio, si los lentes estuviesen limpios, pulidos y transparentes, las imágenes que percibirías tendrían una mayor calidad y nitidez. Tu capacidad de percibir todo lo que te rodea aumentaría notablemente. Cada lente te va a permitir ver distintas posibilidades, que serán de gran importancia en el momento que tomes una decisión. Como la de calcular la dimensión de un charco de agua antes de saltarlo, hacer un trotecito para saludar a un amigo antes que se suba al taxi o poder elegir una camisa entre las tantas opciones que están frente a tus ojos. Si pudieras elegir que lentes usar…por cuál te decidirías? De igual forma impactan los estados de ánimo en nuestra capacidad de percibir la realidad. Si estos objetos que vemos poco o que directamente no registramos, son los recursos necesarios para cumplir nuestras metas, entonces la metáfora de los antejos toma un valor decisivo en el ámbito de las posibilidades y oportunidades. Pensemos en qué importancia tiene el estado de ánimo en el que nos encontramos en el momento de buscar el trabajo que me hace falta, la pareja que me encantaría tener, la oportunidad de negocio que espero o la ayuda que necesito. ¿Cómo nos damos cuenta en qué estado nos encontramos? Nuestra emocionalidad se manifiesta fundamentalmente en el dominio del cuerpo y del lenguaje. Un indicador son nuestras posturas corporales. La forma en que nos movemos, los gestos que realizamos, la forma en que entonamos la voz, forman un conjunto de conductas observables, tanto por nosotros mismos, como por las personas que nos rodean. Una postura encorvada, con la mirada perdida en el horizonte, sin foco, quizás por momentos mirando el piso, respondiendo a lo que nos preguntan con voz temblorosa o apagada. Hombros caídos y pecho hacia adentro. Es un comportamiento asociado a un estado de tristeza o de aburrimiento. En cambio, si caminamos con pasos firmes, bien apoyados en el suelo, erguidos, con mirada enfocada en lo que nos rodea, hombros hacia atrás, pecho al frente y con un rostro relajado o sonriente, podemos pronosticar un estado de entusiasmo o felicidad. Otro indicador son nuestras conversaciones internas. Son los pensamientos, que de forma natural e inconsciente, generamos sobre lo que hacemos o lo que los demás hacen. A través de estas conversaciones le damos un significado a lo que nos sucede. Cada significado tiene la capacidad y el poder de impulsar un estado de ánimo determinado, que al mismo tiempo está condicionando nuestra percepción de lo que está sucediendo.

Estados Animo

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Artículo sobre el impacto de nuestras emociones en los comportamientos.

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Page 1: Estados Animo

Ponete los anteojos y aprende a cambiar tu estado de ánimo

Nuestros estados de ánimo operan como un lente a través del cual vamos observando el mundo. Ese efecto de filtro es determinante a la hora de hablar de posibilidades y oportunidades.

¿Cómo impacta cada estado de ánimo en nuestra vida?Te imaginas como sería salir a caminar por tu barrio llevando puestos un par de antejos con los lentes empañados, sucios o rayados?Seguramente perderías nitidez sobre los objetos que te rodean. A tus ojos llegarían imágenes de baja calidad, borrosas y confusas. La capacidad de apreciar la dimensión, la cantidad o los colores de esos objetos, estaría limitada, incluso habría algunos objetos que ni siquiera te darías cuenta que están ahí.En cambio, si los lentes estuviesen limpios, pulidos y transparentes, las imágenes que percibirías tendrían una mayor calidad y nitidez. Tu capacidad de percibir todo lo que te rodea aumentaría notablemente.Cada lente te va a permitir ver distintas posibilidades, que serán de gran importancia en el momento que tomes una decisión. Como la de calcular la dimensión de un charco de agua antes de saltarlo, hacer un trotecito para saludar a un amigo antes que se suba al taxi o poder elegir una camisa entre las tantas opciones que están frente a tus ojos. Si pudieras elegir que lentes usar…por cuál te decidirías?

De igual forma impactan los estados de ánimo en nuestra capacidad de percibir la realidad. Si estos objetos que vemos poco o que directamente no registramos, son los recursos necesarios para cumplir nuestras metas, entonces la metáfora de los antejos toma un valor decisivo en el ámbito de las posibilidades y oportunidades. Pensemos en qué importancia tiene el estado de ánimo en el que nos encontramos en el momento de buscar el trabajo que me hace falta, la pareja que me encantaría tener, la oportunidad de negocio que espero o la ayuda que necesito.

¿Cómo nos damos cuenta en qué estado nos encontramos?Nuestra emocionalidad se manifiesta fundamentalmente en el dominio del cuerpo y del lenguaje.Un indicador son nuestras posturas corporales. La forma en que nos movemos, los gestos que realizamos, la forma en que entonamos la voz, forman un conjunto de conductas observables, tanto por nosotros mismos, como por las personas que nos rodean. Una postura encorvada, con la mirada perdida en el horizonte, sin foco, quizás por momentos mirando el piso, respondiendo a lo que nos preguntan con voz temblorosa o apagada. Hombros caídos y pecho hacia adentro. Es un comportamiento asociado a un estado de tristeza o de aburrimiento.En cambio, si caminamos con pasos firmes, bien apoyados en el suelo, erguidos, con mirada enfocada en lo que nos rodea, hombros hacia atrás, pecho al frente y con un rostro relajado o sonriente, podemos pronosticar un estado de entusiasmo o felicidad.Otro indicador son nuestras conversaciones internas. Son los pensamientos, que de forma natural e inconsciente, generamos sobre lo que hacemos o lo que los demás hacen.A través de estas conversaciones le damos un significado a lo que nos sucede. Cada significado tiene la capacidad y el poder de impulsar un estado de ánimo determinado, que al mismo tiempo está condicionando nuestra percepción de lo que está sucediendo. El estado de entusiasmo respalda positivamente nuestras acciones, como por el contrario, detrás del enojo se encuentra la idea que las cosas deberían ser diferentes.

¿Cómo hacemos para cambiar nuestro estado de ánimo?Podemos asumir con responsabilidad, que somos capaces de diseñar estados más favorables y funcionales a nuestras necesidades. Cambiar de estado de ánimo requiere de una acción o de un comportamiento que aumente nuestro horizonte de posibilidades y oportunidades.Estas acciones generan cambios sobre las mismas conductas observables que nos llevaron a determinar el tipo de estado en el que nos encontramos.En resumen, nuestro estado de ánimo se modifica en tanto apliquemos cambios en el dominio del cuerpo y el lenguaje.

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Cambiar nuestras posturas corporales, practicar algún ejercicio, salir a caminar, bailar o escuchar música, son conductas observables que pueden lograr que determinados estados de ánimo desaparezcan.

Practicar una conversación interna apoyada en pensamientos positivos y de posibilidad. Retomar el enfoque leyendo frases motivadoras o los objetivos que nos planteamos, son acciones que direccionan positivamente nuestros pensamientos.

Generar conversaciones con otras personas, para coordinar acciones o para crear acciones nuevas, modifican el espacio de posibilidades y por resultado trae un cambio favorable de nuestro estado de ánimo.

Ejercitar la aplicación de conductas de cambio, ya que con entrenamiento lograremos entrar, más rápidamente, en un estado propicio para la acción.

Solicitar una conversación con un Coach. Un encuentro de coaching exitoso aumenta nuestro horizonte de posibilidades. Permitiendo nuevas acciones, desde un estado de ánimo favorable, para el camino a nuestras metas y objetivos.

Y vos que recursos usas para cambiar tu estado de ánimo?