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Estética en San Agustín de Hipona (terminado)

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Estética en San Agustín de Hipona: Estudio sobre algunos conceptos estéticos en

Las Confesiones

Quizás no haya otro libro que componga tan armoniosamente filosofía, teología y la complejidad de la vida de un ser humano como esta logrado en Las Confesiones. Dentro de la vasta y compleja obra del Obispo de Hipona, resulta ser uno de sus trabajos más personales, puesto que no remite solo a ser un trabajo de carácter filosófico o teológico, sino que al mismo tiempo, nos evidencia aquellos pasajes biográficos de la vida del Santo que nos expresa sus más profundos temores, anhelos, deseos y alegrías que afectan a este durante su formación tanto académica como espiritual. En este sentido, el carácter humano de esta obra tiene especial relevancia, ya que nos expone como nuestra condición corruptible, mutable y finita nos hace propensos a ser atrapados por nuestros deseos de las cosas inferiores, lo que nos provoca diferentes amores los cuales al no ser bien orientados, pueden ser perjudiciales para el hombre. A través de la figura de Caritas el ser humano podrá orientar de manera sana el afecto por las cosas creadas hacia Dios, creador de estas. De esta forma el Santo a través de su obra muestra como los sentidos cumplen un papel relevante en cuanto a nuestra experiencia, tanto de las cosas tangibles como aquellas inteligibles, diferenciando así una estética sensorial de una metafísica1.

Esta distinción entre una estética de carácter corporal a otra de carácter espiritual da cuenta de cómo las ideas de los escritores clásicos habían tenido una profunda influencia en las ideas estéticas de San Agustín, sobre todo los escritos de Platón (Timeo y Gorgias) leídos a través del neoplatonismo de Plotino, del estoicismo, extraídas de sus lecturas del Hortensio de Cicerón y por último, las expuestas en las Sagradas Escrituras. Por otro lado, tampoco tiene que olvidarse las ideas materialistas que influyeron gran parte de la vida de San Agustín al estar dentro de la secta de los Maniqueos y de las cuales tanto reflexionara en sus Confesiones.

De esta manera es como el presente ensayo se propone desarrollar aquellos conceptos expuestos por San Agustín que tengan relación con la estética en algunos de los pasajes de Las Confesiones, haciendo hincapié en como a través de la inteligencia de las cosas creadas el Santo desarrolla una compleja estética de carácter inmaterial, en estrecha relación con las concepciones morales, materiales e ideales heredadas de los escritos clásicos. Por consecuencia, será menester para el objetivo de este ensayo el identificar y comparar las fuentes que influenciaron al Obispo africano, así permitiéndonos comprender y exponer de manera general el desarrollo filosófico de este, sobre todo sus ideas correspondientes a la inmutabilidad e incorruptibilidad de la naturaleza divina, la relación con el bien inherente en Dios y su creación, y como este concepto de bien se traduce en la hermosura (ó fealdad, en caso contrario) de las cosas creadas.

Esto último nos permitirá el desarrollar un pequeño estudio centrado en como los sentidos conmueven el estado del ser humano, provocando distintas afecciones en el alma como el anhelar (appetitus, cupiditas) o el amar (Caritas) y como de esto el Santo desarrolla una lectura de carácter moral con implicancias estéticas.

1 El concepto de “estética metafísica” es ocupado por Edgar de Bruyne en su libro La estética de la Edad Media, La balsa de la medusa, Madrid, España, 1994.

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Las Fuentes.

En Las Confesiones, San Agustín expone como su pensamiento, tanto filosófico como espiritual, ha sido influenciado de manera relevante por fuentes como los escritores de la Antigüedad Clásica, sobre todo Platón, que a su vez influenciara la obra de Plotino, además de las lecturas estoicas de las obras de Cicerón. En el caso de Platón, dentro de su dialogo el Timeo, se refiere a las cosas bellas como aquellas creadas a partir del modelo del ser inmutable (Uno), lo que condicionara que lo realizado por el artífice de este universo (el Demiurgo) “será necesariamente bello”2, por lo que este universo será “el más bello de los seres creados”3. Por el contrario, aquello que sea generado en base a las cosas creadas, no será bello. Agrega además el carácter sensible de las cosas generadas “Es generado, pues es visible y tangible y tiene un cuerpo y tales cosas son todas sensibles y lo sensible captado por la opinión unida a la sensación, se mostro generado y engendrado.4” Es importante dar cuenta de la concepción de la creación platónica, puesto que esta será de importancia gravitante para toda la obra del Santo, sobre todo por la relación que este hará con el Evangelio según Juan5 expresada en el libro séptimo de Las Confesiones, y donde las nociones estéticas serán consecuencia de esta relación.

Por otro lado, encontramos en el Gorgias pasajes que serán importantes para entender la vinculación entre moral y estética, donde Platón equipara y relaciona el bien y la justicia con lo bello, y contrariamente, el mal y lo injusto con lo feo. Esto lo deja en evidencia a refutar a Polo al cuestionarlo sobre el beneficio, belleza y utilidad del castigo sobre el injusto6. Este punto resulta relevante, puesto que una de las principales ideas estéticas del pensamiento platónico se fundamentara en la utilidad y el placer que tienen las cosas bellas para la persona7.

En el caso de Plotino, influenciado por la concepción divina de Platón, en sus Enneadas V y VI concebirá como bellas aquellos elementos que mantengan una relación de unidad con todas las demás cosas, puesto que lo considerado bello es tributario de la belleza en sí, una belleza que solo puede ser apreciada en su conjunto. Aquellas cosas que se alejen de esta unidad y se entregan a la magnitud, solo podrán ser apreciadas fragmentariamente y por ende carecerán de belleza. Esta idea de la belleza conjunta será importante tanto para el Obispo de Hipona como para la mayoría de los autores medievales, los cuales entenderán la belleza de manera armoniosa, donde cada elemento es participante de una composición conjunta, siendo lo absoluto causa y criterio para entender lo relativo y fragmentario. Este pensamiento se verá expresado claramente en la estética musical medieval y que servirá para San Agustín para escribir su De Música.

Las Santas escrituras serán otra fuente que poseen variados conceptos estéticos que influenciaran el pensamiento del Padre latino. El libro del Génesis describe como el Señor

2Tim.28a. 3 Ibid. 29a.4 Tim. 28a.5 Conf. VII, 9,14.6 Gorg. 476e.7 Ibid. 474d.

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luego del proceso de creación encontró está muy bella y buena8, lo que concuerda con el pensamiento que Dios, siendo la bondad en sí misma, no puede crear alguna otra cosa que no sea buena. Al mismo tiempo, dentro de este libro se dan las bases para el simbolismo estético que marcara el pensamiento medieval, al decir que el hombre es hecho a imagen y semejanza de Dios9, concordando esto con el pensamiento Plotiniano, donde “todas las cosas, en tanto le es posible, imitan a su principio, tanto en eternidad como en bondad.”10 Esto producirá que durante la Edad Media se conciba y compare la creación artística con la creación divina, tal como San Agustín expresa: “Mas no acertaba aún a ver la clave de tan grande cosa en tu arte ¡oh Dios omnipotente!, obrador único de maravillas…”11

Sensus corporis y Cupiditas

“Todos los cuerpos que son hermosos, como el oro, la plata y todos los demás, tienen, en efecto, su aspecto grato. En el tacto carnal interviene por mucho la congruencia de las partes, y cada uno de los demás sentidos percibe en los cuerpos cierta modalidad propia”12 En este pasaje, San Agustín da cuenta como los sentidos permiten al hombre experimentar estéticamente las cosas creadas, a las cual atribuye hermosura en la medida que estos respondan a ciertos medidas de afinidad entre las partes que constituyen un cuerpo. Este pensamiento llevara al joven Agustín a desarrollar su ensayo De pulchro et apto. Según lo describido por el santo dentro del libro cuarto, en este ensayo se refería a la belleza de las cosas corporales en la medida que estas respondían a la conveniencia, a como se juzga que deben ser la cosas y como responden estas a nuestros deseos. Al mismo tiempo, se juzga como bello aquello que aparece conjuntamente como conveniente y las partes que por si mismas se aprecian como bellas en la medida que se comparan en su conjunto 13. Este tipo de pensamiento responde a las influencias de Plotino ya expuestos anteriormente, donde la belleza está determinada en la medida que participa de la magnitud conjunta de la creación. Por otro lado, el materialismo que parece predominar en esta obra responde al estado mental y espiritual de la juventud de Agustín, influenciado por la secta maniquea, la que se caracterizaba por tener una concepción materialista del mundo, donde los sentidos de la carne solo se remiten a experimentar las cosas concretas, por lo que los afectos del alma serán satisfechos solo por medio de estos, dejando así de lado la espiritualidad. Esto mismo fue lo que complico tanto al Santo a la hora de comprender la naturaleza incorpórea de Dios.

En este sentido, el materialismo predominante en Agustín llevara a este a dilemas de carácter tanto estético, moral y espiritual. Un pasaje emblemático con respecto a esto, se encuentra en el libro segundo de Las Confesiones, al describir el robo de unas peras. Según la reflexión llevada a cabo a partir de este hecho por el santo, da cuenta que estos bienes (los creados) “Hermosos son, sin duda, y apetecibles”14 dándole así un valor estético y

8 Gen. I, 31.9 Gen. I, 26.10 Plotino. Enéada quinta, traducción del griego, prólogo y notas de José Antonio Miguez, Aguilar, Buenos Aires, 1967. Pg.8.11 Conf. IV, 15, 24.12 Ibid. II, 5, 1013 Ibid. IV,13, 20.14 Conf. II, 5, 11.

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moral al mismo tiempo a las cosas sensibles, en la medida que estos producen afectos en el alma. Otro pasaje relevante en este sentido será el descrito en el libro sexto de esta obra, donde describe como su amigo Alipio se ve afectado en su temple al contemplar un espectáculo de gladiadores, el cual traicionado por sus sentidos corporales, sucumbe a la actitud desaforada de espectadores, siendo así “(…) herido en el alma con una herida más grave que la que recibió el gladiador en el cuerpo…”15

En efecto, para Agustín los sentidos tienen una directa relación entre las cosas y los afectos del alma, donde si estos afectos no son bien orientados pueden ser contraproducentes para el ser humano, como ha quedado demostrado en los pasajes anteriormente citados. En este caso cabe preguntarnos, si todas las cosas que son creadas por Dios son buenas y solo buscan el bien ¿Por qué estas son dañinas para el ser humano? Los sentidos producen deseos por las cosas materiales, los cuales solo pueden ser satisfechos por estos mismos. El carácter caduco de estos, hacen que este amor por las cosas materiales sea una inclinación inmoderada, en la medida que estos desaparecen “Era yo miserable, como lo es toda alma prisionera del amor de todas las cosas temporales”16 Es así como la fealdad se traduce en las cosas, no porque están lo sean, puesto que siendo obras de Dios, son buenas y por ende bellas, sino que por los deseos que están producen en el alma humana. Por consecuencia los sentidos, al orientar mal sus afecciones, quedaran reducidos en categorías peyorativas, tal como lo expresara el santo “Alábate por ellas mi alma, “¡oh Dios creador de cuanto existe!”; pero no se pegue a ellas con el visco del amor por medio de los sentidos del cuerpo”17 Precisamente como expresa San Agustín, las obras del Señor deben ser alabadas y contempladas, puesto que estas son bellas por esencia, solucionando así este dilema al dejar su completo materialismo y orientar el gusto por los cuerpos hacia su artífice.

Inteligencia de las cosas creadas y Estética metafísica.

“Yo no sabía nada entonces de estas cosas; y así amaba las hermosuras inferiores y caminaba hacia el abismo, y decía a mis amigos “¿Amamos por ventura algo fuera de lo hermoso? ¿Qué es la belleza? ¿Que es lo que nos atrae de las cosas que amamos?”18 En estas preguntas encontramos expresadas las preocupaciones estéticas y morales del santo, quien se pregunta acerca del origen de la belleza de las cosas y porque esta belleza produce anhelos y deseos de poseerlas. La respuesta la encontrara en sus reflexiones sobre el incidente de las peras: “Las hermosas eran las peras aquellas que robamos por ser criaturas tuyas ¡oh el más hermoso de todos, criador de todas las cosas!”19 En esta afirmación encontramos el sentido oculto de las cosas, para lo cual será necesario utilizar los sentidos del alma para poder entender la manera de obrar del Creador. Aquí las figuras como “mirada interior” y “ojo del alma” adquieren relevancia para llegar al concepto fundamental que el santo planteara en el libro séptimo: la inteligencia de las cosas creadas. En este punto San Agustín distingue entre cosas sensibles y cosas invisibles, estas últimas fuera del rango de visión de los sentidos corporales por pertenecer a una naturaleza divina, a las cuales solo se puede acceder a través de las cosas que se corrompen. Esto último

15 Ibid. VI, 8, 13.16 Ibid. IV, 6, 11.17 Ibid. IV, 11, 16.18 Ibid. IV, 13, 20.19 Ibid. II, 6, 12.

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justifica el hecho del porque las cosas creadas, las cuales son finitas, corruptas y mutables son buenas, puesto que ayudan al ser humano a acceder a las cosas que estas fuera de su alcance. Teniendo esto en cuenta podemos preguntarnos ¿Cómo la inteligencia de las cosas creadas nos permite acceder a las cosas invisibles?

Para responder a esta interrogante, San Agustín encuentra en la potencia racional un mediador que une la sensorialidad de las cosas creadas con aquellas que están por sobre esta naturaleza. A la razón pertenecerá la capacidad de juzgar los datos de los sentidos corporales, la cual a su vez, juzgándose a si misma mudable, se remitirá a la inteligencia para conocer su naturaleza. Aquí es cuando Agustín se da cuenta de que lo inmutable, infinito e incorruptible deben ser preferido por sobre las cosas finitas, mutables y corruptas, puesto que la esencia de la Verdad se encuentra fuera de estas últimas. Desde este punto es como San Agustín configura una estética de carácter metafísica, donde la belleza esta simbolizada por la relación que esta tenga con la Verdad, de la cual las cosas creadas serán tributarias y reflejo de esta puesto que son su creación. En este sentido, todas las cosas creadas, aunque finitas, corruptas y caducables serán buenas y bellas, por ser creación de Dios, que es bueno y bello en esencia.

De esta manera la creación entera, apelando a la armonía conjunta de esta, se convierte en fuente para acceder a las cosas invisibles de naturaleza divina, donde cada elemento es parte de una belleza conjunta “Y porque no hiciste todas las cosas iguales, por eso todas ellas son, porque cada una por sí es buena y todas juntas muy buenas, porque nuestro Dios hizo todas las cosas buenas en extremo20”

Conclusiones.

En este ensayo hemos podido apreciar como en Las Confesiones, las nociones estéticas son relevantes para comprender los dilemas de orden moral y espiritual que plantea la vida de un ser humano. Nuestros sentidos son fundamentales para poder relacionarnos con nuestro entorno, siendo estos dadores de sentido para nuestras vidas, cosa que en este libro queda expuesta de sobre manera.

San Agustín expresa desde su experiencia personal, el papel relevante que tuvieron los sentidos corporales en todo el desarrollo de todo su pensamiento, entendiendo que de estos dependió gran parte de su vida. Efectivamente, la sensorialidad, desde que este era parte de la secta materialista maniquea hasta su conversión al Catolicismo dan cuenta de cómo las percepciones de los fenómenos que ocurren en la creación permiten al ser humano acceder al conocimiento. En este sentido, San Agustín se convierte en un heredero del pensamiento de San Pablo, quien consideraba que el conocimiento natural quedaba subordinado a la fe, donde la sabiduría se funda en el conocimiento de la creación del Verbo, que en conjunto con la Inteligencia, dan acceso a la razón de la existencia de Dios y su poder. Al mismo tiempo, también es receptor de toda la tradición filosófica clásica que será relacionada con las Sagradas Escrituras.

Los conceptos estéticos ocupados en esta obra como también en De Ordine o De Civita Dei reflejan el carácter sensible del Obispo de Hipona en cuanto a los fenómenos de la percepción. Sus reflexiones acerca de los efectos de los espectáculos en las persona, la

20 Conf. VII, 12, 18

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relación inmoderada con las cosas materiales, y consecuentemente, las diferentes afecciones del alma, ya sean deseo, temor , alegría o tristeza, el desarrollo de una estética metafísica a partir de la inteligencia de las cosas creadas y como todo esto se manifiesta armoniosa y bellamente en conjunto, resultaran fundamentales para la comprensión del estudio de la filosofía y la estética, ya sea del periodo como universalmente. De esta forma, encontramos en San Agustín de Hipona no solo a un autor que responde a las doctrinas Católicas, sino también, a un pensador de carácter universal, formado como los antiguos pero adelantado a su época, y que marcara el pensamiento de toda la producción cultural posterior, sobre todo en la filosofía escolástica de la Edad Media como también en los principales referentes de la filosofía moderna.

Bibliografía

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Agustín, Obispo de Hipona.  Las confesiones / San Agustín; ed. crítica y anotada por Angel Custodio Vega.  Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1974.

Biblia de Jerusalén. Editorial española Desclée de Brouwer. Bilbao, 1975.

De Bruyne, Edgar. La estética en la Edad Media. La balsa de la medusa, Madrid, España, 1994.

Platón. Timeo en Diálogos (v.6), Editorial Gredos. Madrid, España, 2008.

Platón. Gorgias en Dialogos (v.2), Editorial Gredos. Madrid, España, 2008.

Plotino. Enéada quinta, traducción del griego, prólogo y notas de José Antonio Miguez, Aguilar, Buenos Aires, 1967. Se puede acceder al documento consultado en esta ocasión en el siguiente enlace:

http://historiantigua.cl/wpcontent/uploads/2011/08/Plotino_En_adas_V_y_VI.pdf

Universidad de Chile

Facultad de Filosofía y Humanidades

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Departamento de Filosofía

Cátedra Filosofía Medieval

Ensayo n°1

Profesores: Claudio Pierantoni.

Pamela Chávez.

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Alumno: Raúl Figueroa Urra

Fecha: 04/07/2012