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Estrategias motivacionales en el salón de clases Antes de referirse al uso de estrategias motivacionales en el salón, se deben considerar las precondiciones esenciales que señalan Good y Brophy (1996, p. 322), para la motivación del estudiante, las cuales son: - un ambiente apoyador. Ya que es improbable que los estudiante ansiosos o enajenados se sientan motivados para aprender el contenido académico en un ambiente represivo que inhiba aun mas las posibilidades de que estos escolares puedan expresar sus dudas acerca de su desempeño en una tarea determinada. Tampoco es probable que la motivación se desarrolle en un salón de clases caótico. Por tanto, expresan los autores en mención, se asume que el profesor 1) es una persona paciente y animadora que hace que los estudiantes se sientan cómodos durante las actividades académicas y apoya sus esfuerzos de aprendizaje y 2) usa la organización del salón de clases y sus habilidades de manejo para crear en este un ambiente de aprendizaje efectivo. Existiendo una atmosfera de clase relajada y apoyadora los estudiantes se sentirán mas cómodos de emitir o tomar riesgos intelectuales (a manera de cualquier tipo de pregunta surja como una duda cognitiva), porque saben que el profesor no los avergonzara ni los criticara si cometen un error. Una segunda precondición esencial para la motivación del estudiante, mencionada por los autores anteriores, es: el nivel apropiado de desafío/dificultad. Por lo que, las actividades deben ser de un nivel de dificultad apropiado para lo estudiante, de lo contrario esto conllevaría a crear niveles de ansiedad en estos al no poder responder adecuadamente la tarea académica por emprender. En Rebeca Coto Sánchez Página 1

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Estrategias motivacionales en el salón de clases

Antes de referirse al uso de estrategias motivacionales en el salón, se deben considerar las precondiciones esenciales que señalan Good y Brophy (1996, p. 322), para la motivación del estudiante, las cuales son: - un ambiente apoyador. Ya que es improbable que los estudiante ansiosos o enajenados se sientan motivados para aprender el contenido académico en un ambiente represivo que inhiba aun mas las posibilidades de que estos escolares puedan expresar sus dudas acerca de su desempeño en una tarea determinada.

Tampoco es probable que la motivación se desarrolle en un salón de clases caótico. Por tanto, expresan los autores en mención, se asume que el profesor 1) es una persona paciente y animadora que hace que los estudiantes se sientan cómodos durante las actividades académicas y apoya sus esfuerzos de aprendizaje y 2) usa la organización del salón de clases y sus habilidades de manejo para crear en este un ambiente de aprendizaje efectivo.

Existiendo una atmosfera de clase relajada y apoyadora los estudiantes se sentirán mas cómodos de emitir o tomar riesgos intelectuales (a manera de cualquier tipo de pregunta surja como una duda cognitiva), porque saben que el profesor no los avergonzara ni los criticara si cometen un error.

Una segunda precondición esencial para la motivación del estudiante, mencionada por los autores anteriores, es: el nivel apropiado de desafío/dificultad. Por lo que, las actividades deben ser de un nivel de dificultad apropiado para lo estudiante, de lo contrario esto conllevaría a crear niveles de ansiedad en estos al no poder responder adecuadamente la tarea académica por emprender. En especial, señalan los mismos autores, siendo la tarea tan desconocida o difícil que los educandos no pueden tener éxito en ellos aun si aplican un esfuerzo razonable, ninguna estrategia para motivar al estudiante a aprender tendrá posibilidades de funcionar.

Al respecto señalan Pressley y El-Dinary (1993) citado por Good y Brophy (1996, p. 323), las tareas son de dificultad apropiada cuando los estudiantes tienen claro que hacer y cómo hacerlo a fin de que puedan lograr niveles altos de éxito si se esfuerzan lo suficiente y poseen estrategias de aprendizaje adecuadas.

Como una última precondición a la que aluden los expertos citados, se encuentran los objetivos de aprendizaje significativo. Es importante que los docentes selecciones actividades con objetivos académicos valiosos; es decir, las tareas enseñan algún conocimiento o habilidad que vale la pena aprender. De lo contrario los docentes no pueden esperar que los estudiantes estén motivados para aprender si les asignan actividades insustanciales y carentes de sentido.

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Retomando las precondiciones motivacionales anteriores, se puede destacar la importancia que reviste el conocimiento y manejo o método de enseñanza particular, como un factor cognitivo-afectivo presente en todo acto de aprendizaje y en todo procedimiento pedagógico, ya sea de manera explícita o implícita.

Dado que esta condiciona el interés y esfuerzo que manifiestan los estudiantes en sus actividades, y determinan el tipo de aprendizaje resultante, el rol del docente será de gran relevancia en el ámbito de la motivación; según como lo expresan Barriga y Hernández (1998, p. 35), el papel del docente en el ámbito de la motivación se centrara en inducir motivos en sus alumnos en lo que respecta a sus aprendizajes y comportamientos para aplicarlos de manera voluntaria a los trabajos de clase, dando significado a las tareas escolares. En el docente es de gran relevancia, lo importante que resulta su actuación y los alumnos y la manera en que organiza la clase creando así una atmosfera propensa a un aprendizaje significativo.

Por lo que la motivación en el aula reside primordialmente en la habilidad del profesor para poner en contacto a los estudiante que permitan vincular estructuras de contenido y clarificando las principales metas de enseñanza.

En cuanto al alumno expresan Barriga y Hernández, la motivación influye en las metas que establece, la perspectiva que asume, sus expectativas de logro y las atribuciones que hace de su propio éxito o fracaso.

La motivación en el alumno parte de dos directrices, una intrínseca (se centra en la tarea y satisfacción personal) y extrínseca (depende de lo que digan o hagan los demás con respecto a la actuación del alumno o lo que obtengan como consecuencia de su aprendizaje). A lo anterior se suma también motivos por los que estudian los estudiantes; citados a continuación por los expertos en mención, - conseguir aprender, - alcanzar el éxito, - evitar el fracaso, - ser valorado, -obtener recompensas. Tales motivos han de ser considerados como metas que establece a los alumnos relacionados con: - orientación de la tarea, de autovaloración, de valoración social, así como de búsqueda de recompensas externas.

A manera de conclusión, el docente debe saber tomar en consideración los aspectos mencionados en cuanto al anejo de la motivación escolar; sin dejar de obviar que los cambios motivacionales en sus alumnos se asocian a los mensajes que este les transmite a través de su actuación e información que les da sobre su desempeño.

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Las escuelas primarias, expresa Santrock, (2002, p.472); involucran muchos problemas de manejo en todos los niveles de educación; en donde los buenos docentes del aula tratan de diseñar un ambiente físico para el aprendizaje optimo, creando ambientes positivos para aprender. Establecen y mantienen reglas, hacen que los estudiantes cooperen, tratan eficientemente con problemas y usan buenas estrategias de comunicación. Añadiendo además, el desafío al que se enfrentan los docente al trabajar con los mismos 20 o 25 niños todos los días; y de la misma forma los estudiantes pasan mucho tiempo con los mismos compañeros en un pequeño espacio restringido a una sola aula presentando esto ciertos inconvenientes, pues tener que interactuar todos los días con las mismas personas, a menudo alimentas sentimientos de encierro, fastidio y otros problemas a los que se enfrentan como: mostrar bajo desempeño escolar, no lograr comprender el material dado por mi maestra, el no poder ir a un ritmo similar de mis otros compañero, las altas expectativas de la maestra y mis padres; y el mostrarme ansioso ante el desempeño de ciertas tareas académicas asignadas y un sistema de evaluación con el cual tengo que lidiar día con día; y no saber además porque esa emoción denominada ansiedad hace que mi mente se bloquee y sienta ciertas sensaciones en mi cuerpo sobre las cuales no tengo control.

Dentro del proceso de enseñanza y aprendizaje, deben contemplarse las condiciones necesarias para que dicho proceso funcione. Existen estrategias puntualizan, Brophy (1988); Lepper (1988), citadas por Woolfolk, (1998, p. 390), que ayudan a los estudiante a obtener confianza, valorar el aprendizaje y permanecer con la atención puesta sobre la tarea.

Para lograr lo anterior, primero, el salón de clases deben mantener una relativa organización y estar libre de interrupciones ni desviaciones constantes. Al respecto Woolfolk (1999), señala una serie de características que deben ser tomadas en cuenta como necesidad de organización de las aulas: las aulas son multidimensionales. Dicho de otro modo están llenas de gente, tara y presiones de tiempo que pueden llegar a convertirse en fuente de ansiedad para el escolar, principalmente aquello que muestran ser niños ansiosos, máxime si el docente no dota de habilidades a estos para enfrentarse con la carga académica y oros retos diarios a los que estos deben de llevar a cabo. Hay simultaneidad, todo sucede al mismo tiempo. Al explicar un concepto, el maestro debe advertir si los estudiante siguen la explicación, decidir se ignorar o callar a dos niños que se susurran, determinar si queda tiempo suficiente para iniciar el siguiente tema decidir si es oportuno darlo por las características y grado de complejidad que este posee. La siguiente característica, la inmediatez, se refiere al vertiginoso ritmo de la vida en el aula. En un solo día los maestros realizan “cientos” de intercambios con sus

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alumnos, situación que contribuye a que los acontecimientos sean impredecibles. Aunque el docente ya haya elaborado planes cuidadosos, la elección puede ser interrumpida por una pelea que se ausentaron inesperadamente el día que exponían un trabajo en grupo, o incluso un niño que de pronto se enferma, etcétera. Son todas estas situaciones que el docente debe tener en cuenta que pueden llegar a suceder, y este debe saber atenderlas para seguir con el curso normal de las lecciones.

Lo anterior nos lleva a considerar un segundo punto, el docente debe ser una persona cálida y paciente que de apoyo y nunca castigue, critique o avergüence a los estudiantes por sus errores. Todos en la clase deben considerar los errores como oportunidades para el aprendizaje. Tercero, el trabajo debe representar un reto por ser razonable, si es demasiado sencillo o difícil, los estudiante tendrán poca motivación para aprender y se concentraran en terminar más que el aprendizaje. Por último, las tareas han de ser autenticas. Esto lleva a considerar sobre la intención de que los estudiantes confíen en su habilidad para que se aproximen al aprendizaje con energía y entusiasmo. Reconozcan además el valor de las tareas asignadas y que trabajen para aprender en un lugar de buscar solo la calificación al terminar el trabajo, también se busca que cuando las cosas se ponen difíciles, los estudiantes permanezcan concentrados en la tarea y que no se preocupen tanto por el fracaso y se “paralicen”.

No obstante en la realidad inmediata se observa como en ocasiones los docentes no logran manejar adecuadamente estas características esenciales para brindar a los estudiante las condiciones necesarias que se deben de dar en el aula, si se pretende que se de lugar a un optimo proceso de enseñanza-aprendizaje.

Pero lo realmente importante aquí de destacar, es el hecho de considerar que el objetivo primordial de la educación primaria será el contribuir al desarrollo psíquico y social del sujeto y que los conocimientos deben estar subordinados a la formación de las estructuras y procedimientos para acceder a ese conocimiento.

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