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ORIGINAL REV NEUROL 2009; 49 (3): 113-118 113 INTRODUCCIÓN Según datos de la Organización Mundial de la Salud, la enfer- medad vascular cerebral representa la tercera causa de muerte en el adulto y es la responsable del 10% de las muertes en los países desarrollados. Además, es la primera causa de invalidez en el adulto y la segunda de demencia [1]. En las últimas décadas, se ha demostrado que el adecuado control de los factores de riesgo vascular tiene un papel funda- mental en la prevención primaria de la patología cerebrovascu- lar. Además, y en un segundo término, instaurado el ictus, su manejo precoz y el estricto control de determinadas situaciones en fase aguda (presión arterial, glucemia, hipoxemia y tempera- tura) son determinantes en el pronóstico final de los pacientes. Para ello son fundamentales las unidades de ictus [2]. Con el mismo objetivo desde que se publicase el estudio del National Institute of Neurological Disorders and Stroke en 1995 [3] y, posteriormente, con las evidencias demostradas en el regis- tro SIST-MOST, no existen dudas de que el tratamiento fibrino- lítico con activador tisular del plasminógeno en las tres primeras horas del infarto cerebral es un tratamiento seguro y eficaz que los neurólogos estamos obligados moralmente a ofrecer a todos los pacientes que cumplan los requisitos necesarios para su ad- ministración [4,5]. Sin embargo, menos del 30% de los pacientes que acuden a un servicio de urgencias lo hace dentro de las tres primeras horas del inicio de los síntomas. Uno de los motivos de la demora en la llegada al hospital es la falta de reconocimiento de los síntomas, así como la ignorancia de la gravedad del even- to [6], factores ambos potencialmente modificables [7-9]. Con los argumentos anteriores, hemos realizado un estudio preliminar para averiguar el grado de conocimiento que tienen nuestros pacientes acerca de la enfermedad cerebrovascular y de la percepción de gravedad y actitud ante ella, analizando los factores que influyen en aquél, con el objetivo de extraer con- clusiones fiables que puedan aplicarse de forma práctica en fu- turas campañas de información encaminadas a reducir los tiem- pos de llegada de los pacientes al hospital. SUJETOS Y MÉTODOS Se trata de un estudio prospectivo para el cual diseñamos una entrevista es- tructurada con preguntas establecidas (con respuestas cerradas y abiertas) (Tabla I), que se realizó por neurólogos a una muestra de sujetos elegidos de forma aleatoria entre los pacientes atendidos por distintas patologías en consultas o en hospitalización y sus familiares. En la entrevista analizamos las siguientes cuestiones: – Datos demográficos. – Análisis de la terminología utilizada en la enfermedad cerebrovascular. – Conocimiento de los síntomas provocados por un infarto cerebral. – Conocimiento de los factores de riesgo vascular. – Actitud y percepción de gravedad ante la enfermedad. Además, hemos establecido una serie de definiciones para facilitar la inter- pretación de los resultados considerando varios grupos: Muy buen conocimiento de los síntomas: aquéllos que son capaces de nom- brar más de un síntoma verdadero de forma espontánea. Muy buen conocimiento de los factores de riesgo vascular: aquéllos que son capaces de nombrar más de un factor de riesgo real de forma espontánea. Buen conocimiento de los síntomas: los que identifican los tres síntomas verdaderos de la lista (pérdida de fuerza y sensibilidad en mitad del cuer- po, dificultad para hablar o entender y alteraciones visuales) y no nom- bran ninguno de los distractores (fiebre alta, sensación de ahogo...) ESTUDIO SOBRE EL CONOCIMIENTO DE LA POBLACIÓN ACERCA DEL ICTUS Y DE LOS FACTORES DE RIESGO VASCULAR Resumen. Introducción. La aplicación de tratamientos en fase aguda del ictus obliga a reducir al máximo el tiempo de llega- da de los pacientes al hospital. Uno de los factores de demora en la atención es el desconocimiento de la enfermedad por la población. Sujetos y métodos. Nuestro objetivo es analizar el conocimiento que tiene la población del ictus y de los factores de riesgo vascular, así como la actitud ante éste. Para ello hemos realizado entrevistas a pacientes que acuden a consultas de neurología y a sus familiares. Resultados. Han sido 386 entrevistas, 158 mujeres y 228 hombres, con una edad media de 52 años. 230 sujetos (59%) no conocen el término ictus, aunque sí reconocen otros, como infarto o embolia. 175 (45%) no conocen ningún síntoma de infarto cerebral o responden incorrectamente. El síntoma más reconocido (86%) es la pérdida de fuerza en un hemicuerpo. Un 32% de los entrevistados no toma una actitud correcta ante los síntomas del ictus y, si se tratase de un ata- que isquémico transitorio, un 25% no lo consideraría urgente. 198 (51%) no conocen ningún factor de riesgo vascular. De los que responden correctamente, el más nombrado es la hipertensión arterial. Los factores relacionados de forma independiente con un mejor conocimiento de la enfermedad son el nivel cultural alto y la edad joven. Conclusión. Existe un escaso conocimien- to en la población del ictus y los factores de riesgo vascular. Son necesarias campañas informativas para mejorar la actitud de la población ante la enfermedad. [REV NEUROL 2009; 49: 113-8] Palabras clave. Conocimiento. Factores de riesgo. Fibrinólisis. Ictus. Población. Aceptado tras revisión externa: 15.04.09. Servicio de Neurología. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Zara- goza, España. Correspondencia: Dra. Cristina Pérez Lázaro. Servicio de Neurología. Hos- pital Clínico Universitario Lozano Blesa. Avda. San Juan Bosco, 15. E-50009 Zaragoza. E-mail: [email protected] Trabajo presentado como comunicación oral en el III Congreso de la Socie- dad Aragonesa de Neurología, celebrado en Zaragoza en junio de 2008. © 2009, REVISTA DE NEUROLOGÍA Estudio sobre el conocimiento de la población acerca del ictus y de los factores de riesgo vascular C. Pérez-Lázaro, C. Iñíguez-Martínez, S. Santos-Lasaosa, O. Alberti-González, L. Martínez-Martínez, C. Tejero-Juste, E. Mostacero-Miguel

Estudio Ictus

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Page 1: Estudio Ictus

ORIGINAL

REV NEUROL 2009; 49 (3): 113-118 113

INTRODUCCIÓN

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, la enfer-medad vascular cerebral representa la tercera causa de muerteen el adulto y es la responsable del 10% de las muertes en lospaíses desarrollados. Además, es la primera causa de invalidezen el adulto y la segunda de demencia [1].

En las últimas décadas, se ha demostrado que el adecuadocontrol de los factores de riesgo vascular tiene un papel funda-mental en la prevención primaria de la patología cerebrovascu-lar. Además, y en un segundo término, instaurado el ictus, sumanejo precoz y el estricto control de determinadas situacionesen fase aguda (presión arterial, glucemia, hipoxemia y tempera-tura) son determinantes en el pronóstico final de los pacientes.Para ello son fundamentales las unidades de ictus [2].

Con el mismo objetivo desde que se publicase el estudio delNational Institute of Neurological Disorders and Stroke en 1995[3] y, posteriormente, con las evidencias demostradas en el regis-tro SIST-MOST, no existen dudas de que el tratamiento fibrino-lítico con activador tisular del plasminógeno en las tres primerashoras del infarto cerebral es un tratamiento seguro y eficaz quelos neurólogos estamos obligados moralmente a ofrecer a todoslos pacientes que cumplan los requisitos necesarios para su ad-ministración [4,5]. Sin embargo, menos del 30% de los pacientesque acuden a un servicio de urgencias lo hace dentro de las tres

primeras horas del inicio de los síntomas. Uno de los motivos dela demora en la llegada al hospital es la falta de reconocimientode los síntomas, así como la ignorancia de la gravedad del even-to [6], factores ambos potencialmente modificables [7-9].

Con los argumentos anteriores, hemos realizado un estudiopreliminar para averiguar el grado de conocimiento que tienennuestros pacientes acerca de la enfermedad cerebrovascular yde la percepción de gravedad y actitud ante ella, analizando losfactores que influyen en aquél, con el objetivo de extraer con-clusiones fiables que puedan aplicarse de forma práctica en fu-turas campañas de información encaminadas a reducir los tiem-pos de llegada de los pacientes al hospital.

SUJETOS Y MÉTODOS

Se trata de un estudio prospectivo para el cual diseñamos una entrevista es-tructurada con preguntas establecidas (con respuestas cerradas y abiertas)(Tabla I), que se realizó por neurólogos a una muestra de sujetos elegidos deforma aleatoria entre los pacientes atendidos por distintas patologías enconsultas o en hospitalización y sus familiares. En la entrevista analizamoslas siguientes cuestiones:– Datos demográficos. – Análisis de la terminología utilizada en la enfermedad cerebrovascular. – Conocimiento de los síntomas provocados por un infarto cerebral.– Conocimiento de los factores de riesgo vascular.– Actitud y percepción de gravedad ante la enfermedad.

Además, hemos establecido una serie de definiciones para facilitar la inter-pretación de los resultados considerando varios grupos:– Muy buen conocimiento de los síntomas: aquéllos que son capaces de nom-

brar más de un síntoma verdadero de forma espontánea.– Muy buen conocimiento de los factores de riesgo vascular: aquéllos que son

capaces de nombrar más de un factor de riesgo real de forma espontánea.– Buen conocimiento de los síntomas: los que identifican los tres síntomas

verdaderos de la lista (pérdida de fuerza y sensibilidad en mitad del cuer-po, dificultad para hablar o entender y alteraciones visuales) y no nom-bran ninguno de los distractores (fiebre alta, sensación de ahogo...)

ESTUDIO SOBRE EL CONOCIMIENTO DE LA POBLACIÓN ACERCA DEL ICTUS Y DE LOS FACTORES DE RIESGO VASCULAR

Resumen. Introducción. La aplicación de tratamientos en fase aguda del ictus obliga a reducir al máximo el tiempo de llega-da de los pacientes al hospital. Uno de los factores de demora en la atención es el desconocimiento de la enfermedad por lapoblación. Sujetos y métodos. Nuestro objetivo es analizar el conocimiento que tiene la población del ictus y de los factoresde riesgo vascular, así como la actitud ante éste. Para ello hemos realizado entrevistas a pacientes que acuden a consultas deneurología y a sus familiares. Resultados. Han sido 386 entrevistas, 158 mujeres y 228 hombres, con una edad media de 52 años.230 sujetos (59%) no conocen el término ictus, aunque sí reconocen otros, como infarto o embolia. 175 (45%) no conocenningún síntoma de infarto cerebral o responden incorrectamente. El síntoma más reconocido (86%) es la pérdida de fuerza enun hemicuerpo. Un 32% de los entrevistados no toma una actitud correcta ante los síntomas del ictus y, si se tratase de un ata-que isquémico transitorio, un 25% no lo consideraría urgente. 198 (51%) no conocen ningún factor de riesgo vascular. De los queresponden correctamente, el más nombrado es la hipertensión arterial. Los factores relacionados de forma independiente conun mejor conocimiento de la enfermedad son el nivel cultural alto y la edad joven. Conclusión. Existe un escaso conocimien-to en la población del ictus y los factores de riesgo vascular. Son necesarias campañas informativas para mejorar la actitudde la población ante la enfermedad. [REV NEUROL 2009; 49: 113-8]Palabras clave. Conocimiento. Factores de riesgo. Fibrinólisis. Ictus. Población.

Aceptado tras revisión externa: 15.04.09.

Servicio de Neurología. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Zara-goza, España.

Correspondencia: Dra. Cristina Pérez Lázaro. Servicio de Neurología. Hos-pital Clínico Universitario Lozano Blesa. Avda. San Juan Bosco, 15. E-50009Zaragoza. E-mail: [email protected]

Trabajo presentado como comunicación oral en el III Congreso de la Socie-dad Aragonesa de Neurología, celebrado en Zaragoza en junio de 2008.

© 2009, REVISTA DE NEUROLOGÍA

Estudio sobre el conocimiento de la población acerca del ictus y de los factores de riesgo vascular

C. Pérez-Lázaro, C. Iñíguez-Martínez, S. Santos-Lasaosa, O. Alberti-González,

L. Martínez-Martínez, C. Tejero-Juste, E. Mostacero-Miguel

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C. PÉREZ-LÁZARO, ET AL

REV NEUROL 2009; 49 (3): 113-118114

Sexo Varón Mujer

Edad

Nivel de estudios

Sin estudios

Primarios o elementales

Grado medio

Grado superior (universitarios)

Profesión

Estado civil

Soltero/a (sin pareja)

Soltero/a (con pareja)

Casado/a

Divorciado/a

Viudo/a

Lugar de residencia

Ciudad zona rural

< 50 km de la ciudad

50-100 km de la ciudad

> 100 km de la ciudad

¿Sabe usted lo que es un ictus o ha oído alguna vez esta palabra?

No

Sí, sé lo que significa

Sí, la he oído alguna vez, pero no sé lo que significa

¿Ha oído usted alguna vez estas palabras?

Embolia Sí No

Infarto cerebral Sí No

Derrame Sí No

¿Sabe usted lo que significan? Sí No

¿Diría usted que significan lo mismo? Sí No

¿A qué parte del cuerpo afectan estas enfermedades?

Corazón

Cerebro

Brazos y/o piernas

¿Conoce alguno de los síntomas que provocan el infarto o la embolia cerebrales? (diga los que conozca o nada si no conoce ninguno)

Señale cuál o cuáles de los siguientes son síntomas de un infarto o embolia cerebrales

Pérdida de fuerza o sensibilidad en la mitad del cuerpo

Dolor en el pecho

Dificultad para hablar o para entender

Fiebre alta

Pérdida de la visión

Sensación de ahogo o falta de aire

¿Conoce alguna enfermedad que predisponga o facilite a una personapara padecer un ictus? (diga las que conozca o nada si no conoce ninguna)

Señale de las siguientes enfermedades la que crea usted que predisponga o facilite sufrir un infarto cerebral

Tensión arterial alta

Artrosis

Diabetes

Infarto de corazón o angina de pecho

Fumar

Colesterol alto

Arritmia cardíaca

Úlcera de estómago

¿Padece usted alguna de las anteriores? ¿Cuál?

En su opinión, el infarto cerebral es una enfermedad

Muy grave

Grave

Leve

¿Cree usted que esta enfermedad tiene tratamiento? Sí No

¿Le parece más o menos grave que el infarto de corazón?

Más grave

Igual de grave

Leve

¿Qué haría usted si sufriese un infarto cerebral o lo presenciase en otra persona? (elija la que crea más correcta)

Acudir al hospital lo antes posible por mis propios medios

Avisar a los servicios de emergencias (061)

Avisar al médico de guardia del centro de salud

Acudir al centro de salud

Esperar a ver si se pasa

Si los síntomas desaparecen en pocos minutos, ¿qué haría entonces? (elija la que crea más correcta)

Acudir inmediatamente al hospital

Consultar al médico de cabecera tras pedirle cita

No lo consideraría importante al haberse resuelto por sí solo y rápido

¿Ha sufrido usted alguna vez un infarto cerebral? Sí No

Tabla I. Modelo de entrevista.

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– Buen conocimiento de los factores de riesgo: aquéllos que identifican loscuatro factores de riesgo más conocidos de la lista –hipertensión arterial(HTA), diabetes mellitus (DM) tipo 2, dislipemia y tabaco– y no mencio-nan ninguno de los distractores (artrosis, úlcera gástrica...)

– Buen conocimiento de la enfermedad: se han considerado sólo aquellos su-jetos que poseen un muy buen conocimiento de los síntomas y de los facto-res de riesgo vascular, es decir, de los que son capaces de nombrar espontá-neamente más de un síntoma y más de un factor de riesgo verdaderos.

Para el análisis estadístico de los datos se ha empleado una base de datos deSPSS. Las variables cualitativas se describen con las frecuencias absolutasy relativas para cada categoría y las variables cuantitativas con la media y ladesviación estándar. El estudio de asociación entre variables cualitativas sellevó a cabo con la prueba de χ2 de Pearson y la comparación entre dos me-dias se realizó mediante la t de Student. El análisis de regresión logísticamúltiple se utilizó para identificar factores independientes asociados con elbuen conocimiento del ictus. En todos los casos se utilizó un nivel de signi-ficación de p < 0,05 y un índice de confianza al 95% (IC 95%).

RESULTADOS

Se realizaron 386 entrevistas, cuyos datos demográficos se muestran en la ta-bla II. De todos los entrevistados, un 11% eran pacientes ingresados por ha-ber sufrido un ictus. En lo referente a la terminología más utilizada para refe-rirse a la enfermedad, lo más significativo es que 230 sujetos (59,6%) refierenno haber oído hablar de la palabra ictus ni, por supuesto, conocen su signifi-cado (Tabla III). Por el contrario, la mayoría de los entrevistados sí reconoceotros términos más habituales, como embolia, infarto cerebral y derrame.Cuando les preguntamos si saben lo que significan los términos anteriores, un86,5% afirma que sí; sin embargo, a la pregunta de si creen que significan lomismo, un 36% contesta incorrectamente, equiparando el significado de in-farto cerebral y derrame. Sólo un 78% localiza la patología en el cerebro.

En la pregunta de respuesta abierta sobre los síntomas provocados por uninfarto cerebral, 175 personas (45,3%) no conocen ninguno o responden deforma incorrecta, y de los que responden correctamente (54,7%), 113 (29%)nombran más de un síntoma correcto (dos o más); 78 (20%) responden pér-dida de fuerza o sensibilidad en mitad del cuerpo; 10 (2,6%), pérdida de co-

nocimiento; seis (1,6%), un trastorno del lenguaje; y cuatro (1%), alteracio-nes visuales. De igual forma, cuando se les ofrece la lista de posibles sínto-mas a los que no han sabido responder o lo han hecho incorrectamente, losmás reconocidos son la pérdida de fuerza o sensibilidad en mitad del cuerpo(334, un 86,5%), los trastornos del lenguaje (332, un 86%) y las alteracio-nes visuales (244, un 63,2%). Sin embargo, hay 279 (72%) que identificanfalsas propuestas como síntomas verdaderos (dolor torácico, fiebre y sensa-ción de ahogo). De la misma forma, a la pregunta sobre los factores de ries-go que conocen que predisponen a sufrir un infarto cerebral, 198 (51,3%)no responden nada o lo hacen incorrectamente. De los que responden deforma adecuada, 103 (26%) conocen más de dos factores de riesgo real (doso más); 40 (10,4%) contestan HTA; 15 (3,9%), colesterol alto; 13 (3,4%),enfermedad del corazón; sólo ocho (2.1%) responden el tabaco; y sólo seis(1,6%) la DM tipo 2. De la lista de posibles factores de riesgo que se lesofrece a los que no saben responder o lo hacen incorrectamente, el 92,7%identifica la HTA como factor de riesgo; un 75% afirma que el colesterolelevado es factor de riesgo; pero es muy destacable que un 54% (208 suje-tos) no identifica la DM como factor predisponente; un 26,4% (102 sujetos)hace lo propio con el hábito tabáquico; y un 13% (40 sujetos) identifica dis-tractores como factores de riesgo reales (úlcera y artrosis). En cuanto a lapercepción de gravedad, el 98,7% considera el infarto cerebral una patologíagrave; un 17% cree que no tiene tratamiento o lo desconoce; un 61% lo con-sidera igual de grave que el infarto agudo de miocardio; y casi un 14% loconsidera menos grave que el infarto agudo de miocardio. Respecto a la ac-titud que tomarían ante un infarto cerebral, un 60% (23 sujetos) avisaría alos servicios de emergencias (061) y un 14,5% acudiría al centro de salud oavisaría al médico de guardia. El 24,4% restante se decantaría por acudir alhospital por sus propios medios. Si los síntomas se solucionan en poco tiem-po (actitud ante un accidente isquémico transitorio), un 75% acudiría inme-diatamente al hospital y el 25% restante solicitaría una cita con el médico deatención primaria en el centro de salud aunque se demorase unos días o no ledarían ninguna importancia, al haberse solucionado espontáneamente.

En cuanto a los factores que se relacionan con el buen conocimiento de laenfermedad, entendiendo como tal el tener muy buen conocimiento de lossíntomas y de los factores de riesgo vascular, en el análisis univariante (Ta-blas III y IV) encontramos que la edad joven (> 50 años) se relaciona de for-ma estadísticamente significativa con el mejor conocimiento de la termino-logía y significado de la enfermedad (t = 3,08; p = 0,002), la más correctalocalización de la patología, el mayor conocimiento de los síntomas (F =6,03; p = 0,0001) y de los factores de riesgo (F = 3,27; p = 0,0007), la me-jor actitud ante los síntomas (F = 13,2; p = 0,0001) y la mayor conciencia degravedad (t = 13,9; p = 0,0001). Por el contrario, la edad avanzada se rela-ciona de forma estadísticamente significativa con la identificación de losdistractores (sensación de ahogo y fiebre) como síntomas reales, aunquetambién se relaciona con una mayor identificación del infarto agudo demiocardio (t = –2,79; p = 0,006) y de la DM tipo 2 (t = –2,55; p = 0,011) co-mo factores de riesgo vasculares. El sexo mujer también se relaciona de for-ma estadísticamente significativa con el mayor conocimiento del términoictus (χ2 = 6,2; p = 0,01), el mejor conocimiento de los síntomas (χ2 = 7,91;p = 0,019) y el mejor conocimiento de los factores de riesgo vascular (χ2 =31,1; p = 0,0002). Otro de los factores que se relacionan con el conocimien-to de la enfermedad es el nivel cultural. Las personas con nivel cultural alto,considerado éste como estudios de grado medio y superior, son mejor cono-cedoras de la terminología ictus (χ2 = 57,7; p = 0,0001), de los síntomas dela enfermedad (χ2 = 12,5; p = 0,001) y de los factores de riesgo (χ2 = 33,8;p = 0,0001), y tienen una actitud más adecuada ante ellos (χ2 = 28,2; p =0,0001). También parece que residir en un medio urbano implica tener unamejor actitud ante los síntomas de ictus (χ2 = 42,8; p = 0,0001).

En cuanto a los factores que se relacionan con el buen conocimiento de laenfermedad, sólo los siguientes han demostrado estar asociados de forma in-dependiente con el grado de conocimiento en el análisis de regresión logísti-ca múltiple: la edad joven (p = 0,0001; odds ratio, OR = 2,65; IC 95% =1,69-4,03) y el nivel cultural alto (p = 0,0005; OR = 2,06; IC 95% = 1,37-3,05) con el conocimiento de los síntomas de la enfermedad, y este últimofactor, junto con el sexo mujer (p = 0,004; OR = 3,1; IC 95% = 1,22-2,76),con el mayor conocimiento de los factores de riesgo vascular. Por último, losfactores asociados de forma independiente a la más correcta actitud ante elictus fueron: el nivel cultural alto (p = 0,0001; OR = 4,38; IC 95% = 2,11-8,87), la edad joven (p = 0,0001; OR = 3,56; IC 95% = 1,74-10,6) y residiren medio urbano (p = 0,0001; OR = 5,5; IC 95% = 1,92-5,55).

Tabla II. Datos epidemiológicos de los encuestados.

Sexo

Hombres 228 (59,1%)

Mujeres 158 (40,9%)

Rango de edad (media ± DE) 21-88 años (52 ± 16,4)

Estudios

Sin estudios 31 (8%)

Estudios primarios 165 (43%)

Grado medio 136 (35%)

Universitarios 54 (14% )

Residencia

Rural 139 (36%)

Urbana 242 (64%)

Estado civil

Casado 284 (73,6% )

Con pareja 36 (9,3%)

Soltero 33 (8,5%)

Separado/viudo 19 (5%) / 14 (3,6%)

CONOCIMIENTO DEL ICTUS

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C. PÉREZ-LÁZARO, ET AL

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DISCUSIÓN

Los datos de nuestro estudio, al igual que estudiossimilares realizados por otros grupos hasta la fe-cha, ponen de manifiesto el deficiente conocimien-to que tiene la población tanto de los síntomas delictus como de los factores de riesgo vascular [10].Este escaso conocimiento lo hemos podido objeti-var no sólo entre los pacientes afectados por un ic-tus (recordemos que entre nuestros entrevistadoshay pacientes ingresados por un infarto cerebral oque acuden a consultas para revisión tras haberlosufrido), sino también entre sus familiares.

En este sentido, podríamos empezar diciendoque, según los datos de nuestro estudio, el términoutilizado en los últimos años para referirnos a laenfermedad, ‘ictus’, no sería quizás el más idóneo,puesto que casi un 60% de los entrevistados afirmano conocer dicha palabra ni su significado, datoque se constata en trabajos previos [11]. En cam-bio, otras denominaciones, como infarto cerebral,embolia, etc., las conoce la mayoría de los encues-tados, por lo que podrían usarse más adecuadamen-te en las campañas informativas para denominar laenfermedad. En concreto, nosotros abogamos porel término ‘infarto cerebral’, ya que incluye tantola localización de la enfermedad (cerebral) comosu patogenia (infarto), así como la idea de que setrata de una patología urgente, ya que es equipara-ble a la denominación del infarto cardíaco.

Respecto a los datos de conocimiento de la en-fermedad, un 54% no conoce ningún síntoma pro-vocado por un infarto cerebral y un 51% no conoceningún factor de riesgo vascular. Sólo un 29% tie-ne un muy buen conocimiento de los síntomas dela enfermedad, ya que son capaces de nombrar es-pontáneamente más de un síntoma real, y sólo un26% lo tiene de los factores de riesgo vascular, yaque son capaces de nombrar más de un factor deriesgo verdadero. Un 56% es capaz de identificarlos tres síntomas verdaderos de la lista, y un 30%identifica los cuatro factores de riesgo más conoci-dos. Los síntomas más nombrados son la pérdidade fuerza o sensibilidad en la mitad del cuerpo ylos trastornos del lenguaje. En este sentido, estudios previosrealizados en nuestro país por otros grupos, como el de Seguraet al [12], aunque con distinta metodología, ya que consistió en3.000 entrevistas telefónicas, han demostrado también este es-caso conocimiento. En este trabajo, sólo un 32,6% nombró unoo más síntomas, y cuando se les ofrecía una serie de síntomas,los más comúnmente reconocidos fueron la pérdida de fuerza yla alteración del lenguaje. En este mismo estudio, más de un40% no supo nombrar ningún factor de riesgo y, al ofrecerlesuna lista, la HTA y el tabaco los reconocía más del 90% de losentrevistados, y la DM sólo el 59%.

Otro trabajo realizado en España, realizado por Montaner elal [11], utilizó un cuestionario a 1.000 sujetos que acudían a loscentros de salud del área de influencia del Hospital Vall d’He-bron de Barcelona. Concluyó que un 10% tenía una completaignorancia de la enfermedad y un 50% un buen conocimiento.El síntoma más asociado fue la pérdida de fuerza o sensibilidad(55%), pero el resto de síntomas fueron reconocidos por menos

del 20%. En este sentido, en nuestro estudio, muy pocos de losencuestados reconocen los trastornos visuales como síntomasde ictus, tan sólo un 1%. Montaner et al objetivaron que la gen-te más joven tenía mejor conocimiento de los síntomas y signosdel ictus y, en cambio, la gente de más edad lo tenía de los fac-tores de riesgo vascular.

En nuestro trabajo, los factores de riesgo más conocidos sonla HTA y el colesterol elevado, pero es destacable que factorestan importantes como la DM o el tabaco sean tan poco reconoci-dos, ya que sólo un 1,6 y un 2% respectivamente los nombran deforma espontánea. En un estudio realizado en Hong Kong con en-cuestas telefónicas [13], la mayoría de los individuos identificócorrectamente la HTA como un factor de riesgo, y alrededor deun 40% no interpretó la DM como un factor de riesgo o lo dudó.En otro trabajo de 1998 de Pancioli et al [14], que consistió en en-cuestas telefónicas a 1.880 sujetos, sólo un 57% nombró correc-tamente uno o más síntomas, y el más nombrado fue el mareo.Un 68% nombró correctamente uno o más síntomas; la HTA fue

Tabla III. Análisis univariante de los factores relacionados con el buen conocimiento delos síntomas de riesgo vascular.

Conoce síntomas No conoce síntomas p(n = 113) (n = 273)

Sexo femenino 79 149 0,005

Edad < 50 años 73 107 0,001

Edad (media ± DE) 46,62 ± 15,64 54,34 ± 16,21 0,001

Nivel cultural alto 23 31 0,106

Vive solo 17 49 0,657

Medio urbano 71 171 0,9

Hipertensión arterial 22 47 0,6

Diabetes mellitus 6 19 0,549

Tabaquismo 11 26 0,949

Infarto agudo de miocardio/arritmia 6 13 0,81

Tabla IV. Análisis univariante de los factores relacionados con el buen conocimiento delos factores de riesgo vascular.

Conoce factores No conoce factores pde riesgo de riesgo(n = 103) (n = 283)

Sexo femenino 70 158 0,032

Edad < 50 años 60 120 0,006

Edad (media ± DE) 46,84 ± 14,07 53,9 ± 16,8 0,001

Nivel cultural alto 21 33 0,004

Vive solo 11 55 0,125

Medio urbano 67 175 0,629

Hipertensión arterial 15 54 0,305

Diabetes mellitus 5 20 0,435

Tabaquismo 12 25 0,406

Infarto agudo de miocardio/arritmia 3 16 0,271

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CONOCIMIENTO DEL ICTUS

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el más conocido (49%), el siguiente más nombrado fue el estrés(23%) y el resto no llegó al 20%. Sorprendió el bajo porcentaje dela DM (3%). Además, fue destacable que sólo un 57% de los hi-pertensos nombró la HTA, un 35% de los fumadores nombró eltabaco y sólo el 13% de los diabéticos reconoció la DM.

En otro estudio [15], un 47% de los pacientes mayores de 65años que habían sufrido un ictus no era capaz de reconocer nin-gún signo de alarma de ictus, es decir, que muchos de estos pa-cientes con elevado riesgo de sufrir otro ictus no son conocedo-res de la enfermedad.

Además, no hay que olvidar que las personas entrevistadasson pacientes y familiares de éstos que acuden a consultas deneurología por distintos motivos, por lo que sería esperable quesu interés por los temas sanitarios fuese mayor o incluso que es-tuviesen más familiarizados con la enfermedad y sus síntomasque otro grupo de población, lo que podría interpretarse comoun peor conocimiento todavía de otros grupos de población.

Por otro lado, un buen conocimiento del ictus debe incluirno sólo el reconocimiento de los síntomas, sino también cuál esla actitud adecuada ante ellos, así que es importante saber si lagente identifica los síntomas como un motivo de alarma o ur-gencia [1]. En este sentido, nuestros datos son más favorablesque en otros trabajos, ya que un 60% refiere que avisaría direc-tamente a los servicios de emergencias; y si se tratase de unasintomatología transitoria o accidente isquémico transitorio, un75% acudiría inmediatamente al hospital. En el estudio deMontaner et al [11], el 51,7 y el 53,5% de los encuestados avi-saría a los servicios de emergencias ante síntomas de ictus y deaccidente isquémico transitorio, respectivamente. En el estudiode Segura et al [12], sólo un 45,4% de los encuestados recono-ció que acudiría inmediatamente al hospital. Creemos que nues-tros resultados no son del todo fiables en este sentido, ya que ennuestro formulario no hemos realizado una pregunta abierta ocon respuesta libre en esta cuestión, sino que les damos a elegirentre una serie de opciones, la que ellos consideren más correc-ta. De esta forma, no damos la oportunidad a los encuestados dedecirnos lo que pensarían hacer de forma espontánea en un pri-mer momento si sufriesen la enfermedad o la presenciasen enuna persona allegada. Además, otro de nuestros errores ha sidodar como primera opción la que es más correcta (‘avisar a losservicios de emergencia’), con lo que es todavía más probableque hayamos podido inducir la respuesta. Lógicamente, es undato que vamos a tener en cuenta en futuros trabajos para evitarsesgos.

En algunos estudios que analizan los factores que influyenen la demora de los pacientes para llegar al hospital, se pregun-ta directamente a estos últimos por los motivos de ésta, y una delas respuestas más habituales es que no se consideraron los sín-tomas como de gravedad [16]. En otras series, por ejemplo [17],la respuesta más obtenida fue que prefirieron consultar con otromédico. De la misma forma, y en un estudio reciente [18], ana-lizando 196 ictus que llegaron a urgencias en menos de 48 ho-ras, un 44% había consultado con otros médicos antes de acudiral hospital. Sin embargo, existen otros estudios que han puestode manifiesto que un buen conocimiento de la enfermedad no seasocia de forma independiente a una menor demora extrahospi-

talaria [19] ni a una mayor utilización del transporte sanitariopara acudir al hospital [20]. En estos estudios [19] se evaluabael conocimiento y la actitud planeada ante un hipotético ictus, yla actitud que adoptó ante los síntomas un grupo de pacientescon un ictus agudo. El resultado fue que un 80% de los sujetosafirmó que acudiría al hospital o llamaría a una ambulancia, pe-ro sólo un 20% de los pacientes reales adoptó esta actitud. Enotro estudio realizado en la comarca del Maresme (Barcelona),un 32,3% de los pacientes que afirmaron saber que padecían unictus acudió aun así a urgencias más allá de las tres horas desdeel inicio de los síntomas. Así pues, se pone de manifiesto unacierta contradicción entre el conocimiento de la enfermedad ysus síntomas y la actitud adecuada ante los síntomas.

En cuanto a los factores que se relacionan de forma indepen-diente con el buen conocimiento de la enfermedad, parece que laedad joven y el nivel cultural alto son los más importantes quehemos hallado en nuestro estudio. En este sentido, el equipo delVall d’Hebron [10,11], así como otros trabajos [21,22], identifi-có cuatro factores asociados de forma independiente con el buenconocimiento global del ictus: sexo femenino, nivel universita-rio, edad entre 45 y 65 años y tener un familiar afecto; sin em-bargo, en relación con la edad, hay que destacar que los más jó-venes no reconocen los factores de riesgo, aunque sí los sínto-mas del ictus, al contrario de los mayores, que identifican bienlos factores de riesgo, pero no los síntomas del ictus establecido.

En conclusión, de nuestro estudio se deriva que existe un escasoconocimiento de la enfermedad cerebrovascular en la pobla-ción, tanto de los síntomas que provoca la enfermedad como delos factores de riesgo vascular. Los factores que más se relacio-nan con un buen conocimiento son principalmente la edad joveny el nivel cultural elevado.

Asimismo, es también mejorable la actitud y percepción degravedad que tiene la población de esta patología, a pesar de losresultados aparentemente favorables del presente trabajo. Noobstante, son necesarios estudios más amplios y ambiciosos pa-ra sacar conclusiones fiables del conocimiento real que posee lapoblación.

Por supuesto, es fundamental que los pacientes que reco-nozcan adecuadamente los síntomas de ictus tengan tambiénuna asistencia adecuada con un fácil acceso a los centros de re-ferencia especializados en el tratamiento, a través de los siste-mas de Código Ictus, que, seguramente, son mejorables en nues-tra comunidad [23]. En este sentido, podrían contribuir a estamejora los sistemas de telemedicina, asignatura pendiente, hoypor hoy, en Aragón [24].

Las conclusiones de este estudio preliminar servirán de basepara otro proyecto con entrevistas más extensas y detalladas querecojan aspectos no contemplados hasta ahora, y sus conclusio-nes se utilizarán para su aplicación práctica en campañas infor-mativas [25] que se llevarán a cabo en nuestra comunidad. Alfin y al cabo, el éxito de una buena campaña de información de-penderá de su capacidad para identificar y transmitir mensajesclaros, teniendo en cuenta el público al que van dirigidas, eli-giendo el medio de comunicación más adecuado y el mensajede mayor impacto.

Page 6: Estudio Ictus

C. PÉREZ-LÁZARO, ET AL

REV NEUROL 2009; 49 (3): 113-118118

STUDY INTO WHAT THE POPULATION KNOWS ABOUT STROKES AND VASCULAR RISK FACTORSSummary. Introduction. The application of treatments in the acute phase of a stroke makes it necessary to reduce as far aspossible the time required for patients to reach hospital. One of the factors associated with delayed care is the population’sscant knowledge about the disease. Subjects and methods. Our aim is to analyse what the population knows about strokes andvascular risk factors, as well as their attitude towards it. To do so, we interviewed both patients who visited neurologydepartments and their relatives. Results. Altogether 386 interviews were carried out, with 158 females and 228 males and amean age of 52 years. Two hundred and thirty subjects (59%) were unfamiliar with the Spanish term ictus, although they hadheard of others, such as infarto or embolia. One hundred and seventy-five (45%) did not know any symptoms of a completedstroke, or answered incorrectly. The most widely recognised symptom (86%) is (partial) paralysis in one side of the body.Almost a third (32%) of the interviewees would not take a correct attitude if faced with symptoms of a stroke and if it were atransient ischaemic attack, 25% would not think it was serious. One hundred and ninety-eight (51%) did not know anyvascular risk factors. Of those who answered correctly, the most frequently named factor is arterial hypertension. The factorsrelated independently with a better knowledge of the disease are a high educational level and being young. Conclusions. Thegeneral population knows little about strokes and vascular risk factors. Information campaigns are needed to improve thepopulation’s attitude towards this disease. [REV NEUROL 2009; 49: 113-8]Key words. Fibrinolysis. Knowledge. Population. Risk factors. Stroke.

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