Etica Amador Opinion y Resumen

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resumen y análisis de cada capitulo de ética para Amador

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tica para Amador (opinin y resumen)Fernando Savater, nos propone que durante todo su libro nos hablara de su vida y de nuestra vida, o si lo preferimos de lo que l hace y nosotros estamos empezando a hacer. Pues bien, el autor Fernando Savater escribe el libro para brindarle los principios bsicos de la tica, a su hijo, su forma de pensar sobre varios temas. (Savater, 1996, prlogo).CAPITULO I: De qu va la ticaEn el captulo I nos pretende ensear que ciertas cosas uno puede aprenderlas o no, a voluntad. Como nadie es capaz de saberlo todo, no hay ms remedio que elegir y aceptar con humildad lo mucho que ignoramos. (Savater, 1996, 15).

Nos habla que ciertas cosas nos convienen y otras no. Y l se refiere a ciertas cosas que no nos conviene si queremos seguir viviendo. l llama a las cosas que nos convienen buenas porque nos sienten bien, y a las que nos sientan mal las llamamos malo. Saber lo que nos conviene es decir: distinguir entre lo bueno y lo malo, es un conocimiento que todos intentamos adquirir. Tambin nos habla que hay algunas cosas que parecindonos buenas pueden ser muy perjudiciales para nosotros. (Savater, 1996, 16)

Durante todo el libro ejemplifica sus definiciones o sus opiniones, y en el captulo I nos habla sobre las hormigas blancas (tema muy entretenido), que levantan su hormiguero varios metros de largo y duros como la piedra. (Savater, 1996, 18) El hormiguero les sirve de caparazn contra ciertas hormigas mejor que ellas. Cuando un hormiguero se derrumba las termitas-obrero se ponen a hacer de nuevo el hormiguero, las termitas-soldado defienden a la tribu, y cierran el hormiguero con ellas afuera, dando su vida por la tribu. Los hombres tenemos diferentes formas de pensar y por lo tanto el criterio de lo bueno y lo malo no puede nunca llegar a ser el mismo para todo el mundo. Nos pone varios ejemplos de la libertad de los hombres, como por ejemplo en la Ilada, donde Homero Simpson cuenta la historia de Hctor, el mejor guerrero de Troya que espera firme a Aquiles, ste ms fuerte que Hctor y probablemente va a matarle. Pero Hctor lo hace por su deber, que consiste en defender a su familia. (Savater, 1996,19). El hombre a diferencia de los animales es un ser racional al que se le da la opcin de elegir y por lo tanto de equivocarse. Un animal tiene una vida programada por la naturaleza, y no tiene ms remedio que cumplirla. En cambio los hombres nacemos libres, tenemos una vida por delante que debemos construir nosotros mismos. (Savater, 1996, 20).

No podemos ser libres de elegir lo que nos pasa, si no libres de responder a lo que nos pasa de tal o a cual modo. Ser libres para intentar algo no tiene nada que ver con lograrlo indefectiblemente. No es lo mismo libertad que la omnipotencia. (Savater, 1996, 22) Por ello cuanta ms capacidad de accin tengamos, mejores resultados podemos obtener de nuestra libertad. (Savater, 1996, 23). Tambin es verdad que el medio en el que nos desarrollamos tiene mucha influencia en nuestra vida y en lo que consideramos bueno y malo. (Savater, 1996, 25)Anlisis

ste captulo nos deja en claro, que todos tenemos la libertad de opcin, de elegir y de seguir ampliando nuestro conocimiento da a da, construyendo nuestras propias vidas. Por esto cuanto ms capacidad de decisin y accin tengamos mayores resultados tendremos de nuestra libertad.

Tambin esto depende de nuestra cultura, educacin, tradiciones, hbitos y formas de comportamientos, qu es bueno y qu es malo para cada persona. Esto nos hace seres nicos, individuales.

Es esencial para nosotros como futuros enfermeros, reconocer lo anterior, que cada uno es nico y libre para tomar sus propias decisiones. Estaremos expuestos cada da frente a situaciones donde tendremos que optar, o decidir, qu es lo mejor o ms adecuado para nosotros, como tambin para nuestros pacientes, familia, comunidad y equipo de salud, con una mirada holstica en cada uno de ellos.CAPITULO II: rdenes, Costumbres, y CaprichosLas circunstancias nos imponen elegir entre dos opciones que no hemos elegido: vamos, que hay ocasiones que elegimos aunque preferiramos no tener que elegir. El primer filsofo que se ocupo de esto fue, Aristteles. (Savater, 1996, 27). Por lo general uno se pasa la vida dando vueltas a lo que nos conviene o no nos conviene hacer. La mayora de nuestros actos los hacemos casi automticamente, sin darle demasiadas vueltas al asunto.

Otro ejemplo ms, te despiertas y apagas la alarma, te quedas otro ratito ms, te levantas por que le autobs no espera, te duchas, (Savater, 1996, 29) has ido dando patadas a una lata vaca. No creo que cada uno de esos actos los hayas realizado tras angustiosas meditaciones: me levanto? o no me levanto? no se parecen a las del pobre capitn del barco, tratando de decidir si tirar la carga o no. Has actuado de manera casi intuitiva, sin plantearte muchos problemas. A veces darle demasiadas vueltas a lo que uno va a hacer nos paraliza. Despus Savater explica la siguiente pregunta: por qu he hecho lo que hice? Nuestras acciones debemos decidirlas nosotros. Lo que hacemos cada da, en cambio, pueden llegar a ser costumbres que ya realizamos sin pensarlas, por ejemplo l lavarnos o l peinarnos. (Savater, 1996, 30). Motivo es la razn que tienes o al menos crees tener para hacer algo. Uno de los tipos de motivacin que reconoces es el de que yo te mando que hagas tal o cual cosa, a estos motivos se le llaman ordenes. Al motivo que sueles hacer siempre y lo repites casi sin pensar se llama costumbres. El motivo que parece ser la ausencia del motivo se le llama caprichos. Los funcionales introducen aquellos gestos que haces como puro y directo instrumento para conseguir algo. (Savater, 1996, 31). Cada unos de los motivos inclina tu conducta en una direccin u otra, explica ms o menos tu preferencia por hacer lo que haces frente a las otras muchas cosas que podras hacer. La pregunta para plantear sobre ellos es de qu modo y con cuanta fuerza te obliga actuar cada uno? Por qu no todos tienen el mismo peso en cada ocasin. A la hora de hacer las cosas, las hacemos por varios motivos:

-Por ordenes: esperando o un castigo o una recompensa.

-Por costumbre: porque es algo que estas habituado a hacer y ya haces sin pensarlo.

-Por capricho: porque es algo que nos apetece hacer. (Savater, 1996, 32).

Est claro que la mayora de las cosas que hacemos las hacemos por capricho, pero, hay que tener claro que no todo se gua por lo que nosotros queremos o no queremos hacer, tambin hay otras personas que quieren hacer cosas tan diferentes a las nuestras, que hasta las pueden ver mal, y por ello existen las rdenes, para que nos marque la libertad y haga la vida ms feliz a todos (Savater, 1996, 35).

Aunque el autor nos dice que no podemos hacer lo que queramos creo que si lo podemos hacer pero el acto realizado puede traer consecuencias no muy agradables, pero tambin es cierto que de cierta manera tenemos una libertad un poco limitada ya que hay cosas que nos suceden y que no son producto del actuar de otra persona, que no nos benefician, sino que nos perjudican en algo, o simplemente son cosas en las que no podemos tomar parte alguna. Cuando nos plantea la voluntad, creo que es algo muy parecido a lo que he estado mencionando anteriormente ya que aunque si existen diferencias, esta nos va a llevar a realizar una actividad de bien o mal; con todo esto en conjunto y llevndolo por el buen camino, desde mi punto de vista despus de haber visto la reflexin del autor, creo que no va a crear lo que para nosotros podra ser la felicidad. (Savater, 1996, 35).Anlisis

Lo esencial de este captulo, es el dilema que se da entre lo que queremos hacer y lo que debemos hacer, y el que tan libres somos para tomar esa decisin. Dentro de esto mismo, tambin se analiza a qu estn condicionadas nuestras decisiones o las opciones que nos da la situacin, que por lo general, no son elegidas por nosotros. Cuando hablamos de hacer, es decir, ejecutar acciones o tomar decisiones, es fundamental mencionar los motivos que tenemos. Cuando son rdenes, vienen de otra persona, las seguimos porque las sentimos una obligacin frente a la persona que dio la orden. Tambin pueden ser costumbres, las que hacemos por cotidianidad y rutina, en esto las rdenes y costumbres son similares, en que ambas son externas a uno. Por otro lado, estn los caprichos, los que son espontneamente de uno mismo. Estas explicaciones nos hacen pensar, que nos hemos convertido en seres mecnicos, que hacemos las cosas sin reflexionar o analizar, porque ya hemos aprendido una forma de hacer las cosas que ha dado resultado previamente, por lo cual todas estas elecciones se limitan a estos tres motivos. CAPITULO III: Haz lo que Quieras

La mayora de las cosas las hacemos porque nos las mandan, porque son un medio al ridculo, censura, chismorreo, deseo de aceptacin en un grupo, o sencillamente porque nos da la ventolera o el capricho de hacerlas as, sin ms ni ms. Cuando uno tiene que salir a exponer el pellejo junto a las murallas de Troya desafiando el ataque de Aquiles, como hizo Hctor, o cuando hay que decidir entre tirar al mar la carga para salvar a la tripulacin o tirar unos cuantos de la tripulacin para salvar la carga (Savater, 1996, 38).

Libertad, es el asunto que se ocupa propiamente la tica, libertad es poder de decir si o no, digan lo que digan esto es lo que me conviene y es lo que quiero, aquello no me conviene por lo tanto no lo quiero. Libertad es decidir pero tambin no olvides darte cuenta de lo que estas decidiendo. Lo ms opuesto de dejarse llevar, como podrs comprender. Y para no dejarte llevar no tienes ms remedio que intentar pensar al menos dos veces lo que vas a hacer, aunque te duela la cabeza.

Por qu hago esto? lo hago porque me mandan, porque es costumbre hacerlo, porque me da la gana. Lo bueno o lo malo referente a lo que preferimos hacer son trminos muy confusos. Bueno: es lo que consideramos que nos hace bien. Malo: es lo que consideramos que nos puede perjudicar. (Savater, 1996, 38). Lo hago porque me lo mandan por miedo al castigo? Por esperanza de un premio? Lo mismo sucede con las costumbres Por qu diablos tengo que hacer lo que suele hacerse? Ni que fuera esclavo de quienes me rodean. Y cuando me interrogo por segunda vez sobre mis caprichos, el resultado es el mismo. Muchas veces tengo ganas de hacer cosas que enseguida se vuelven contra m, de las que me arrepiento luego.

En resumidas cuentas: puede haber rdenes, costumbres y caprichos que sean motivos adecuados para obrar, pero en otros casos no tiene que ser as. Las rdenes y las costumbres tienen una cosa en comn: parece que vienen de fuera, que se te imponen sin pedirte permiso. En cambio, los caprichos te salen de dentro, brotan espontneamente sin que nadie te los mande ni a nadie en principio creas imitarlos. Yo supongo que si te pregunto qu cundo te sientes ms libre, al cumplir rdenes, al seguir la costumbre o al hacer tu capricho, me dirs que eres ms libre al hacer tu capricho, porque es una cosa ms tuya y que no depende de nadie ms que de ti. Claro que vete a saber: a lo mejor tambin el llamado capricho te apetece porque se lo imitas a alguien o quiz brota de una orden pero al revs, por ganas de llevar la contraria, unas ganas que no se te hubieran despertado a ti solo sin el mandato previo que desobedeces. (Savater, 1996, 40).

La palabra moral etimolgicamente, tiene que ver con las costumbres, pues eso precisamente es lo que significa la voz latina mores, y tambin con las ordenes, pues la mayora de los preceptos morales suenan as debes hacer tal cosa ni se te ocurra hacer tal otra cosa.

Moral es el conjunto de compartimentos y normas que t, yo y algunos de quienes nos rodean solemos aceptar como validos; tica es la reflexin sobre por qu los consideramos validos y la comparacin con otras morales que tienen personas deferentes. (Savater, 1996, 41). Cundo un hombre es bueno? No lo sabemos ni lo sabr nadie jams. Para cada persona el hombre bueno es el que realiza unas acciones que a l le benefician o que piensa de su misma manera. Para saber si un hombre es totalmente bueno o totalmente malo deberamos estar dentro de l cada vez que este realiza una accin. (Savater, 1996, 43). Haz lo que quieras!!!

Anlisis

El primer concepto importante del captulo, es la libertad. Al indicar que es una herramienta de toma de decisin, se asocia inmediatamente al anlisis que nos lleva a la toma de stas decisiones. Entonces, la libertad se relaciona inmediatamente con el segundo grupo de conceptos: bueno/malo.

Es cuando hacemos esta asociacin de palabras, que surge el razonamiento de qu es el bien y el mal; o, dicho de otra manera, como entendemos el concepto de hacer el bien o mal. Al ser antnimos, estos trminos nos indican una polarizacin casi extrema. Sin embargo, el ser humano es complejo, lleno de matices, cuyas acciones no van dirigidas solo a una funcin especfica y universal para todos. Por esto, lo que es bueno para m segn mi punto de vista, puede ser nefasto a vista de otro ser humano. Esto se da, porque las leyes morales dependen estrechamente del desarrollo como seres que tenemos durante el tiempo, de las experiencias que pasamos y su resolucin.

No podemos juzgar entonces de bueno o malo a otros o a nosotros mismos, solo por el resultado de una de muchas acciones. Debemos repasar mentalmente nuestro accionar una y otra vez, ya que es a travs del anlisis crtico, donde sopesamos la importancia de determinados actos, su causalidad y sus consecuencias en nuestras vidas y en las de otros.

CAPITULO IV: Date la Buena Vida

Savater plantea un lema fundamental para la tica haz lo que quieras, y dice que hay que dejarse de rdenes y costumbres, de premios y castigos. No le preguntes a nadie que es lo que debes hacer con tu vida: pregntatelo a ti mismo. (Savater, 1996, 49). Pero resulta que en ocasiones importantes o cuando nos tomamos lo que vamos a hacer verdaderamente en serio, todas estas motivaciones corrientes resultan insatisfactorias: vamos, que saben a poco, como suele decirse. (Savater, 1996, 50).

La buena vida humana es buena vida entre humanos, o de lo contrario puede que sea vida, pero no ser ni buena ni humana. Las cosas pueden ser bonitas y tiles, los animales resultan simpticos, pero los hombres lo que queremos ser es humanos, no herramientas ni bichos. Y queremos ser tratados como humanos, porque eso de la humanidad depende en buena medida de lo que los unos hacemos con otros. La buena vida humana es "la vida entre seres humanos". Los hombres somos humanos y queremos ser tratados como tales por eso "DARSE LA BUENA VIDA" no debe ser muy diferente a" DAR LA BUENA VIDA". El mundo en el que vivimos los humanos es un mundo lingstico, una realidad de smbolos y leyes sin la cual no solo seriamos incapaces de comunicarnos si no tambin de captar la significacin que nos rodea. (Savater, 1996, 55).

En esta parte del libro se nos plantea el aspecto econmico el cual creo que est en todas partes, problemas de la sociedad que creo que es la que nos est comiendo a partir de la gran variedad de problemas que surgen por este. Para lo anterior esta el comerciante Kane, que a pesar de tener mucho dinero y poder no era feliz debido a que para conseguir lo que tenia, haba tenido que crearse una gran cantidad de enemistades, las cuales no le podan proporcionar el cario necesario para ser feliz, cario que no puede proporcionar ningn ser vivo a excepcin del humano. (Savater, 1996, 56).

Anlisis:

En el transcurso de la vida nos preguntamos siempre hacia dnde ir, que elegir especialmente cuando damos el paso hacia la vida adulta, muchas inquietudes, prejuicios, lo que quiere la familia para nosotros y lo que queremos. La tica nos ensea que lo que queremos es lo que debe guiar nuestras decisiones porque somos libres de elegir como ser nuestra buena vida y como vivirla. Teniendo en cuenta que no somos animales, ya que hemos sido capaces de crear complejos sistemas sociales y organizaciones muy complejas gracias a nuestra herramienta bsica que es el lenguaje, el cual nos permite expresar emociones, sentimientos, ideas, etc. Que van dirigidas a otro ser humano que tiene las mismas potencialidades que nosotros, capaz de comprender, de analizar y en base a esto crear y evolucionar en distintos aspectos. Es la relacin entre humanos (familia, amigos, compaeros, paciente, etc.) que nos permite evidenciar la libertad humana y elegir nuestra buena vida, compartirla con otros y dar buena vida. A todos nos gustara ser tratados con respeto, que valoren ms all de la situacin en s, nuestro sentir, nuestras dificultades y ms importante an destaquen nuestras aptitudes para alcanzar una buena vida, y as tambin los dems puedan dar ese buen vivir a alguien ms. La esencia de la vida humana es la interaccin humana como tal, basada en el lenguaje que nos permite visualizar diferencias y semejanzas entre cada uno de nosotros las que nos hacen respetarnos, admirarnos y amarnos y establecer relaciones afectivas estables en el tiempo siempre considerando lo humano como propio, convirtindolo en una virtud para as darnos la buena vida.

CAPITULO V: Despierta, Baby!

Tanto Esa como Kane estaban convencidos de hacer lo que queran, pero ninguno de ellos parece que consigui darse buena vida. Lo que queremos es darnos la buena vida pero no lo est tanto en que consiste eso de la buena vida. Y es que querer la buena vida no es un querer cualquiera. (Savater, 1996, 60). El hacer lo que verdaderamente nos hace bien, no es que queramos lo que nos apetece en el momento si no que debemos querer lo que sabemos que, a la larga, nos har. En esta vida todo son complicaciones y quien busca las simplicidades nunca llega a ser nada por s mismo. Cuando estamos obsesionados por las cosas materiales nos perdemos y no nos damos cuenta que lo que de verdad en esta vida nos hace falta es lo que las personas nos pueden dar.

Cuando tratamos a los dems como cosas, a la manera en que lo hacia Kane, lo que recibimos de ellos son tambin cosas. Pero de este modo nunca nos darn esos dones ms sutiles que solo las personas pueden dar, no conseguiremos amistad, ni respeto, amor. Kane se le olvido este pequeo detalle y de pronto se dio cuenta de que tena de todo salvo lo que nadie ms que otra persona puede dar: aprecio sincero o cario. (Savater, 1996, 63). La verdad es que las cosas que tenemos nos tienen ellas tambin a nosotros en contrapartida: lo que poseemos nos posee. Lo que tenemos muy agarrado nos agarra tambin a su modo... o sea que ms vale tener cuidado con no pasarse.

La mayor complejidad de la vida es precisamente sa, que las personas no son cosas. Al principio no encontr dificultades: las cosas se compran y se venden. Las cosas Se usan mientras sirven y luego se tiran.

La tica lo que intenta es averiguar en que consiste en el fondo, ms all de lo que vemos en los anuncios de la tele, esa dichosa buena vida que nos gustara pegarnos. A las cosas hay que manejarlas como cosas, y a las personas hay que tratarlas como personas, de este modo las cosas nos ayudaran en muchos aspectos y las personas en uno fundamental, que ninguna cosa puede suplir el de ser humanos. A lo mejor ser humanos no es cosa importante porque queramos o no ya lo somos sin remedio... Pero se puede ser humano-cosa o humano-humano, humano simplemente preocupado en ganarse las cosas de la vida, todas las cosas, cuanto ms cosas, mejor y humano dedicado a disfrutar de la humanidad vivida entre personas! Por favor, no te rebajes; deja las rebajas para los grandes almacenes, que es lo suyo (Savater, 1996, 65). Yo creo que la primera e indispensable condicin tica es la de estar decididos a vivir de cualquier modo: estar convencido de que no todo da igual aunque antes o despus vayamos a morirnos. Cuando se habla de moral la gente suele referirse a esas rdenes y costumbres que suelen respetarse por lo menos aparentemente y a veces sin saber muy bien por qu. Pero quiz el verdadero intrngulis no est en someterse a un cdigo o en llevar la contraria a lo establecido sino en intentar comprender, por qu ciertos comportamientos nos convienen y otros no, comprender de qu va la vida y qu es lo que puede hacerla buena para nosotros los humanos. Ante todo, nada de contentarse con ser tenido por bueno, con quedar bien ante los dems, con que nos den aprobado. Pero el esfuerzo de tomar la decisin tiene que hacerlo cada cual en solitario: nadie puede ser libre por ti (Savater, 1996, 66). Lo indispensable para darse" la buena vida" es sentirnos bien con nosotros mismos que es de la nica manera de que los dems nos vean bien.

Anlisis

Darnos la buena vida es lo que se refiere este captulo, y para lograrla es estar bien con uno mismo. Es saber dar afecto, comprensin y compaa a los dems, ya que somos los nicos que podemos darlo, porque eso nos hace seres humanos. Todo esto se deja de lado si solo nos enfocamos en las cosas materiales, cosas simples, dejando de lado lo que de verdad importa, que son las complicaciones de la vida, y el aprender a solucionarlas y vivirlas, nos permiten vivir de verdad. Al centrarnos en cosas materiales, tratamos a las personas como cosas perdiendo el verdadero sentido de la humanidad. Las personas que solo se centran en cosas materiales, nunca podrn tener la felicidad verdadera, en donde esta permite tener una buena vida, sintindonos bien con nosotros mismos y con nuestro entorno. El dinero y las cosas materiales pueden ser importantes en muchos aspectos de la vida, pero tambin se tiene que valorar que hay aspectos que no compra el dinero y que nos hacen seres humanos, como lo son la amistad, el amor, etc. Estas cosas materiales pueden hacer que tratemos a los dems como objetos, o que suceda al revs, que seamos tratados como objetos, dejndonos manipular por las cosas materiales, pero siempre debemos de defender el respeto por uno mismo, para que as no pasemos a ser cosas para otros. La buena vida es vista en conjunto, no solo por m, sino que como me relaciono con mi entorno, en base al respeto, amor y amistad dejando de prescindir por completo de las cosas. Esto se refiere a una visin moral, que no es solo el saber que est bien o mal, sino que es comprender porque llevamos esta vida y que la hace buena.CAPITULO VI Aparece Pepito GrilloSabes cul es la nica obligacin que tenemos en esta vida? Pues no ser imbciles. La palabra imbcil es ms sustanciosa de lo que parece, no te vayas a creer. Viene del latn bculos que significa bastn: el imbcil es el que necesita bastn para caminar. Tipos de imbciles:

a) El que cree que no quiere nada, el que dice que todo le da igual, el que vive en un perpetuo bostezo o en siesta permanente, aunque tenga los ojos abiertos y no ronque.

b) El que cree que lo quiere todo, lo primero que se le presenta y lo contrario de lo que se le presenta: marcharse y quedarse, bailar y estar sentado, masticar ajos y dar besos sublimes, todo a la vez. (Savater, 1996, 69).

c) El que no sabe lo que quiere ni se molesta en averiguarlo. Imita los quereres de sus vecinos o les lleva la contraria porque s, todo lo que hace est dictado por la opinin mayoritaria de los que le rodean: es conformista sin reflexin o rebelde sin causa.

d) El que sabe que quiere y sabe lo que quiere y, ms o menos, sabe por qu lo quiere pero lo quiere flojito, con miedo o con poca fuerza. A fin de cuentas, termina siempre haciendo lo que no quiere y dejando lo que quiere para maana, a ver si entonces se encuentra ms entonado.

e) El que quiere con fuerza y ferocidad, en plan brbaro, pero se ha engaado a s mismo sobre lo que es la realidad, se despista enormemente y termina confundiendo la buena vida con aquello que va a hacerle polvo.

Lo contrario de ser moralmente imbcil es tener conciencia. Pero la conciencia no es algo que le toque a uno en una tmbola ni que nos caiga del cielo. Por supuesto, hay que reconocer que ciertas personas tienen desde pequeas mejor odo tico que otras y un buen gusto moral espontneo, pero este, odo y ese buen gusto pueden afirmarse y desarrollarse con la prctica. (Savater, 1996, 71). Lo contrario de ser imbcil es tener conciencia, que no es algo que tengan solo unos pocos, si no que se desarrolla si uno quiere. La conciencia consiste fundamentalmente en lo siguiente:

a) Saber que no todo da igual.

b) Darnos cuenta de que lo que hacemos verdaderamente nos conviene.

c) Saber que como un acto reflejo debemos rechazar lo que sabemos que no nos hace bien.

d) Que no escondamos los malos resultados de nuestros actos bajo los pretextos de que estbamos coaccionados por alguien o por algo. (Savater, 1996, 72).

Lo que consideramos que es malo es lo que no nos deja darnos la buena vida y para conseguirlo debemos ser egostas y querer lo mejor para uno mismo.

Hay que saber lo que uno quiere y sentirse bien con sigo mismo. El remordimiento lo tenemos cuando nos damos cuenta de que hemos hecho algo mal, pero cuando nos damos cuenta nosotros, no si alguien nos dice que hemos obrado mal. Ese es el verdadero castigo. Egosmo a quien solo piensa en si mismo y no se preocupa por los dems, hasta el punto de fastidiarles tranquilamente si con ello obtiene algn beneficio. (Savater, 1996, 73).

Como somos libres podemos equivocarnos y por eso tenemos remordimientos, porque nos damos cuenta de que hemos sido nosotros los que hemos hecho algo en contra de lo que verdaderamente queramos hacer. (Savater, 1996, 76).Remordimiento no es ms que el descontento que sentimos con nosotros mismos cuando hemos empleado mal la libertad, es decir, cuando la hemos utilizado en contradiccin con lo que de veras queremos como seres humanos. (Savater, 1996, 78). Contra el remordimiento lo que debemos hacer es ser responsables, y si no pensar antes lo que vamos a hacer y las consecuencias que nos puede traer, y lo que es ms importante saber aceptar las consecuencias. Hay que saber tambin que las decisiones tomamos ahora van formando nuestro interior y nuestro futuro da a da. (Savater, 1996, 80).

Anlisis

Es importante aclarar que ser imbcil no es lo mismo que tonto, a lo que el texto se refiere es a la estatura moral que se debe construir. Siendo el pilar fundamental de esta construccin la adquisicin de conciencia, la que si bien, se edifica bajo algunas facultades innatas, se ve potenciada y reforzada primordialmente por la atencin y el esfuerzo que cada uno le asigna a las tareas morales y ticas. Sobre esto se desprende, que la receta que nos servir como cura de la imbecilidad, o ms bien, la conciencia que nos ayudar a superarla sera: Saber que no todo da igual porque queremos realmente vivir bien, humanamente bien; Estar dispuestos a fijarnos en si lo que hacemos corresponde a lo que de veras queremos o no; A base de prctica, ir desarrollando el buen gusto moral, de tal modo que haya ciertas cosas que nos repugnen espontneamente hacer; Renunciar a buscar coartadas que disimulen que somos libres y por tanto razonablemente responsables de las consecuencias de nuestros actos.

Tambin hace diferencia entre el egosta y el imbcil, arguyendo que solo deberamos llamar egosta consecuente al que sabe de verdad lo que le conviene para vivir bien y se esfuerza en conseguirlo, y no al imbcil que cree ser feliz con lo que tiene o posee pero al final se fastidia el mismo. El autor nos ofrece una interesante visin sobre nuestra actitud para con la vida, y nos invita a desarrollar nuestra capacidad crtica sobres nuestras posibilidades de libertadCAPITULO VII Ponte en su LugarEn este captulo, Savater nos explica le tica con un ejemplo muy peculiar, sobre la historia de Robinson Crusoe, personaje que vive solo en una isla y que al ya estar bien establecido en ella, encuentra que no est solo, hablando de que encontr pruebas para poder decir que hay otros humanos en la isla, lo cual le causa un problema, el cual est lleno de dudas sobre lo que tendr que hacer. La tica no se ocupa de cmo alimentarse mejor o de cul es la manera ms recomendable de protegerse del fro ni de qu hay que hacer para vadear un ro sin ahogarse, cuestiones todas ellas sin duda muy importantes para sobrevivir en determinadas circunstancias; lo que a la tica le interesa, lo que constituye su especialidad, es cmo vivir bien la vida humana, la vida que transcurre entre humanos. Si uno no sabe cmo arreglrselas para sobrevivir en los peligros naturales, pierde la vida, lo cual sin duda es un fastidio grande; pero si uno no tiene ni idea de tica, lo que pierde o malgasta es lo humano de su vida y eso no tiene ninguna gracia. Se debe tratar a las dems personas, como queremos que nos traten a nosotros, es lo que le interesa a la tica. (Savater, 1996, 85).

Al levantarte hoy, piensa que a lo largo del da te encontraras con algn mentiroso, con algn ladrn, con algn adultero, o con algn asesino. Y recuerda que has de tratarles como a hombres, por que son tan humanos como t y por tanto te resultan tan impresendibles como la mandbula inferior lo es para la superior. Hay que tener claro que a los hombres que no consideramos buenos los debemos mantener a distancia, pero tambin debemos tener en cuenta que son humanos y aunque nosotros los consideremos malos, pueden darnos humanidad. Es lo que nos trata de explicar Savater en este captulo. (Savater, 1996, 87). Es muy cierto que a los hombres debo tratarlos con cuidado, por si acaso. Pero ese cuidado no puede consistir ante todo en recelo o malicia, sino en el miramiento que se tiene al manejar las cosas frgiles, las cosas ms frgiles de todas... porque no son simples cosas. Si hacemos el mal a los dems nos lo hacemos tambin a nosotros mismos porque ese mal nos va a ser devuelto, tarde o temprano. Antes de hacer algo a alguien debemos ponernos en su lugar y ver cmo nos afectara, a eso se le llama humanidad (Savater, 1996, 88).

Los malos, es decir los que tratan a los dems humanos como a enemigos en lugar de procurar su amistad. Como en la pelcula Frankenstein, donde se dice que Soy malo porque soy desgraciado En este otro ejemplo establece que el ser malo no es un factor de estar viviendo una buena vida ya que la persona que es mala a su vez es desgraciada, esto por diferentes motivos, desde luego si vamos dando enemistad no vamos a recibir amistad y lo mejor es ser bueno que unirse con los malos (Savater, 1996, 90).

En qu consiste tratar a las personas como a personas, es decir, humanamente? Respuesta: consiste en que intentes ponerte en su lugar. Reconocer a alguien como semejante implica sobre todo la posibilidad de comprenderle desde dentro, de adoptar por un momento su propio punto de vista. A fin de cuentas, siempre que hablamos con alguien lo que hacemos es establecer un terreno en el que quien ahora es yo sabe que se convertir en t y viceversa. Al tener que seguir tratando a estas personas como humanos, tenemos que ponernos en su lugar, pienso yo que esto es para poder comprender por qu esta clase de personas actan as, viendo que tambin tienen sus intereses, objetivos y el que tienen que tomar decisiones a partir de lo anterior, como para establecer que es lo que la dems gente debe de esperar de esta clase de personas (Savater, 1996, 92). Ponerse en el lugar de otro es algo ms que el comienzo de toda comunicacin simblica con l: se trata de tomar en cuenta sus derechos. Y cuando los derechos faltan, hay que comprender sus razones. A que alguien intente ponerse en su lugar y comprender lo que hace y lo que siente. Aunque sea para condenarle en nombre de leyes que toda sociedad debe admitir. En una palabra, ponerte en el lugar de otro es tomarle en serio, considerarle tan plenamente real como a ti mismo. Es lo que ocurri con el ciudadano Kane o Gloucester, que se tomaron la vida tan enserio que actuaron como si los dems no fuesen de verdad (Savater, 1996, 93). Inters viene del latn inter ese, lo que est entre varios, lo que pone en relacin a varios, sea que nuestro inters no es el nuestro exclusivamente, si no de otras personas, que consideramos nosotros algo bueno. (Savater, 1996, 94). La vida es demasiado compleja y sutil, las personas somos demasiado distintas, las situaciones son demasiado variadas, a menudo demasiado ntimas, como para que todo quepa en los libros de jurisprudencia. Lo mismo que nadie puede ser libre en tu lugar, tambin es cierto que nadie puede ser justo por ti si t no te das cuenta de que debes serlo para vivir bien. Debemos saber qu es lo que las dems personas quieren, para saber drselo, y recibir un poco de esa cosa que dimos. (Savater, 1996, 96).

Anlisis

Robinson Crusoe al verse solo en la isla, no tena la oportunidad de relacionarse con otros humanos, y al ver la posibilidad de que esto cambiara, nacen en l interrogantes frecuentes, que todos nos hacemos al enfrentar a personas desconocidas, ya que por muy semejantes que seamos los humanos no tenemos clara cul es la mejor manera de comportarnos frente a los dems. Y para este nufrago ya no se trata de sobrevivir, sino que debe vivir humanamente. Es decir debe enfrentarse a personas y relacionarse de buena manera con ellas para lograr vivir bien, ya que solo entre humanos se da la relacin ms perfecta a pesar de no tener la misma cultura, ideas o cdigo de valores.

Esto es fundamentalmente, porque poseen en comn caractersticas intrnsecas humanas que los hacen semejantes, tal como la interpretacin simblica del entorno a travs del lenguaje y el razonamiento crtico, que permite tener opiniones sobre los hechos correctos o incorrectos, estas dos caractersticas nos separan de las dems especies vivientes.

Para Marco Aurelio, lo importante es no dejarse llevar por las conductas de las personas, sean malas o buenas, ya que son tan humanos como nosotros mismos y a la vez son imprescindibles ya que dan valor a nuestra existencia, humanizan nuestra vida. La caracterstica de imitacin del ser humano se basa en el traspaso de las habilidades y cultura entre otros, a travs del tiempo, que nos hace seres influenciables y moldeables. De ah la importancia de dar el ejemplo con nuestras acciones y que sean lo ms justas posibles.

Cabe destacar que la mayor ventaja que podemos obtener de nuestros semejantes no es la posesin material, sino la confirmacin y refuerzo de mi humanidad.

CAPITULO VIII Tanto GustoEn este captulo, el autor cambia todos los temas vistos anteriormente por la inmadurez de realizar lo que se establece y supone que todos debemos hacer para poder convivir en la sociedad en la que tenemos que desarrollarnos, esto el autor lo define como inmoralidad.

Cuando la gente habla de moral y sobre todo de inmoralidad, el ochenta por ciento de las veces el sermn trata de algo referente al sexo. Tanto que algunos creen que la moral se dedica ante todo a juzgar lo que la gente hace con sus genitales. En el sexo, de por s, no hay nada ms inmoral que en la comida o en los paseos por el campo; claro que alguien puede comportarse inmoralmente en el sexo (utilizndolo para hacer dao a otra persona, por ejemplo), lo mismo que hay quien se come el bocadillo del vecino o aprovecha sus paseos para planear atentados terroristas. Y por supuesto, como la relacin sexual puede llegar a establecer vnculos muy poderosos y complicaciones afectivas muy delicadas entre la gente, es lgico que se consideren especialmente los miramientos debidos a los semejantes en tales casos. El que de veras esta malo es quien cree que hay algo de malo en disfrutar... Inmadurez es el que tpicamente se establece como el sexo que aparece en pelculas, forma de utilizar el concepto que es incorrecta ya que se a ido creando en las personas que su objeto es el anteriormente dicho, pero la inmoral dentro del mismo tema (sexo) podra establecerse como tal cuando se comete alguna violacin en contra de una mujer; la inmoral no solo puede se lo anterior sino que tambin puede estar presente en la mesa a la hora de comer. (Savater, 1996, 100).

Lo que se agazapa en toda esa obsesin sobre la inmoralidad sexual no es ni ms ni menos que uno de los ms viejos temores sociales del hombre: el miedo al placer. Y como el placer sexual destaca entre los ms intensos y vivos que pueden sentirse, por eso se ve rodeado de tan enfticos recelos cautelas. El placer nos distrae a veces ms de la cuenta, cosa que puede resultarnos fatal. Por eso los placeres se han visto siempre acosados por tabes y restricciones, cuidadosamente racionados, permitidos slo en ciertas fechas, etc.: se trata de precauciones sociales (que a veces perduran aun cuando ya no hacen falta) para que nadie se distraiga demasiado del peligro de vivir. (Savater, 1996, 101).

La diferencia entre el uso y el abuso es precisamente sa: cuando usas un placer, enriqueces tu vida y no slo el placer sino que la vida misma te gusta cada vez ms; es seal de que ests abusando el notar que el placer te va empobreciendo la vida y que ya no te interesa la vida sino slo ese particular placer. O sea que el placer ya no es un ingrediente agradable de la plenitud de la vida, sino un refugio para escapar de la vida, para esconderte de ella y calumniarla mejor... Est claro que hay una gran diferencia entre el uso y el abuso del placer. Si abusamos de un placer que es bueno lo podemos convertir en malo si dependemos ampliamente de l hay que disfrutar de los placeres pero sin abusar de ellos ya que entonces pueden llegar a ser peligrosos. (Savater, 1996, 105). Se piensa en el sexo como una cosa obscena e inmoral, pero debemos saber que no es as, que es algo natural y que no debemos tener pudor al hablar de ello.Anlisis: Muchas veces lo moral y amoral se ve relacionado con el tema sexual, por lo que desde ese punto de vista, el placer y el gozo de la vida de cualquier ser humano puede ser catalogado de bueno o malo dependiendo de las caractersticas o creencias de la persona que est mirando acerca del sexo. Segn l, el sexo es algo comn a los seres humanos que la gente oculta tras la idea de lo inmoral. El placer puede ser algo positivo ya que mejora la vida, y a su vez puede convertir el hombre en animal, pero los animales lo usan slo para procrear, en cambio el hombre lo usa para diferentes fines positivos lo que resulta ms humano. Los puritanos son aquellos que tienen miedo al placer, sienten que as lo pasan mal; en caso contrario estn aquellos que saborean los placeres del presente (el famoso Carpe diem), pero a su vez tener control sobre ellos, haciendo la diferencia entre su uso que es capaz de enriquecer la vida, y el abuso que la empobrece, siempre con responsabilidad. El placer de sentirse culpables por abusar de ellos es para los que desean un castigo, lo contrario que la Templanza, que pone el placer al servicio de la alegra. El placer es una manera moral para vivir la buena vida y que no se le debe tener miedo, ayudando a alcanzar la plenitud, dando como resultado no sentirse esclavos de los mismos placeres.

CAPITULO IX Elecciones GeneralesCuando le el ttulo de este captulo, pens que hablara sobre polticos que debera estar en la crcel, o sobre los polticos que son demagogos; pero no, habla sobre la caracterstica que tenda el pueblo en general. En este captulo, al igual que el anterior, Savater nos habla sobre un tema muy diferente, nos habla sobre los polticos. La tica es para intentar mejorarse a uno mismo, no para reprender elocuentemente al vecino; y lo nico seguro que sabe la tica es que el vecino, t, yo y los dems estamos todos hechos artesanalmente, de uno en uno, con amorosa diferencia. (Savater, 1996, 111). Por qu tienen tan mala fama los polticos? En una democracia los polticos somos todos, directamente o por representacin de otros. Ellos ocupan lugares especialmente visibles en la sociedad y tambin privilegiados, tienen ms ocasiones de incurrir en pequeos o grandes abusos que la mayora de los ciudadanos de a pie. El hecho de ser conocidos o envidiados, e incluso temidos tampoco contribuye a que sean tratados con ecuanimidad (significado de la ecuanimidad es una poderosa energa de precisin, cordura, armona y equilibrio). Las sociedades igualitarias, es decir, democrticas, son muy poco caritativas con quienes escapan a la media por encima O por abajo: al que sobresale, apetece apedrearle, al que se va al fondo, se le pisa sin remordimiento. Por otra parte, los polticos suelen estar dispuestos a hacer ms promesas de las que sabran o querran cumplir. Su clientela se lo exige (quien no exagera las posibilidades del futuro ante sus electores y no hace mayor nfasis en las dificultades que en las ilusiones, pronto se queda solo. La nica poltica que nos puede favorecer es una poltica que nos trate a todos por igual, que no pisotee a los que estn abajo y destruya por envidia a los que estn arriba, que se asocie a lo poco bueno y no a lo mucho malo. (Savater, 1996, 113).

La tica es el arte de elegir lo que ms nos conviene y vivir lo mejor posible; el objetivo de la poltica es el de organizar lo mejor posible la convivencia social, de modo que cada cual pueda elegir lo que le conviene. Como nadie vive aislado (ya te he hablado de que tratar a nuestros semejantes humanamente es la base de la buena vida), cualquiera que tenga la preocupacin tica de vivir bien no puede desentenderse olmpicamente de la poltica. La tica y la poltica estn relacionadas con la libertad, pero de una manera diferente ya que la tica plantea la libertad individualmente pero a todos y la poltica establece la libertad pero de una manera general y a travs de actividades que son necesarias para que la poltica funcione. Entonces se establece que la poltica debe de respetar la libertad de la sociedad incluyendo las caractersticas de esta como un algo que hace que la civilizacin funcione (Savater, 1996, 114).

La tica no puede esperar a la poltica. No hagas caso de quienes te digan que el mundo es polticamente invivible, que est peor que nunca, que nadie puede pretender llevar una buena vida (ticamente hablando) en una situacin tan injusta, violenta y aberrante como la que vivimos. Eso mismo se ha asegurado en todas las pocas y con razn, porque las sociedades humanas nunca han sido nada del otro mundo, como suele decirse, siempre han sido cosa de este mundo y por tanto llenas de defectos, de abusos, de crmenes. Pero en todas las pocas ha habido personas capaces de vivir bien o por lo menos empeadas en intentar vivir bien. Cuando podan, colaboraban en mejorar la sociedad en la que les haba tocado desenvolverse; si eso no les era posible, por lo menos no la empeoraban, lo cual la mayora de las veces no es poco. Todos deberamos ser ms solidarios respecto al mundo entero, que no se gastaran tanto dinero en armas que solo sirven para destrozar el mundo y las gasten para favorecerlo y que no andemos de huevones (Savater, 1996, 115).

Cmo ser la organizacin poltica preferible, aquella que hay que esforzarse por conseguir y defender?

a) Como todo el proyecto tico parte de la libertad, sin la cual no hay vida buena que valga, el sistema poltico deseable tendr que respetar al mximo las facetas pblicas de la libertad humana: la libertad de reunirse o de separarse de otros, la de expresar las opiniones y la de inventar belleza o ciencia, la de trabajar de acuerdo con la propia vocacin o inters, la de intervenir en los asuntos pblicos, la de trasladarse o instalarse en un lugar, la libertad de elegir los propios goces de cuerpo y de alma, etc. (Savater, 1996, 117)

b) Se trata de aprender a considerar los intereses del otro como si fuesen tuyos y los tuyos como si fuesen de otro. A esta virtud se le llama justicia y no puede haber rgimen poltico decente que no pretenda, por medio de leyes e instituciones, fomentar la justicia entre los miembros de la sociedad. La nica razn para limitar la libertad de los individuos cuando sea indispensable hacerlo es impedir, incluso por la fuerza si no hubiera otra manera, que traten a sus semejantes como si no lo fueran, o sea que los traten como a juguetes, a bestias de carga, a simples herramientas, a seres inferiores, etc. (Savater, 1996, 118)

c) La experiencia de la vida nos revela en carne propia, incluso a los ms afortunados, la realidad del sufrimiento. Una comunidad poltica deseable tiene que garantizar dentro de lo posible la asistencia comunitaria a los que sufren y la ayuda a los que por cualquier razn menos pueden ayudarse a s mismos. Las desdichas nos ponen en manos de los dems y aumentan el poder colectivo sobre el individuo: es muy importante esforzarse porque ese poder no se emplee ms que para remediar carencias y debilidades (Savater, 1996, 119).

Ya que todos estamos unidos por la comunicacin porque no hacer un esfuerzo comn para ayudar a los dems y en especial a nosotros mismos. Se establece que tratemos a las personas como personas practicando lo que podemos definir como justicia, la cual podra decir que es la que nos limita un poco la libertad, por lo que finalmente dice que la poltica establece parte de la libertad (limita a esta) que se supone podra tener el hombre.

La democracia moderna ha intentado a lo largo de los dos ltimos siglos establecer esas exigencias mnimas que debe cumplir la sociedad poltica: son los llamados derechos humanos cuya lista todava es hoy, para nuestra vergenza colectiva, un catlogo de buenos propsitos ms que de logros efectivos. Ya que nadie esta dispuesto a hacer un gran cambio, las razones, son muchas, como por ejemplo que todo se lo dejamos a las personas que claramente no son capaces de hacer algo, en este caso son los polticos. Y nosotros somos los responsables de nuestra desgracia, por no hacer nada. (Savater, 1996, 120)

Anlisis

Segn el texto, hay un gran rechazo hacia la poltica, ya que por lo general se hacen promesas difciles de cumplir o que respondan a las expectativas de la gente debido a que hay una gran exigencia por parte de las personas hacia los polticos. El problema de las personas es que se piensa que ellos son seres sobrehumanos que pueden resolver todos nuestros problemas, confiando demasiado en ellos sin ver las dificultades que hay para lograr un propsito, o los beneficios y/o perjuicios que pueden significar a uno u otro el lograr estos objetivos que se prometen. Sin embargo, al hacer una comparacin entre la poltica y la tica, ambos buscan el vivir bien, mientras la tica lo define como elegir lo que ms nos conviene y vivir lo mejor posible, la poltica busca organizar lo mejor posible la convivencia social, para que cada cual pueda elegir lo que le conviene. La diferencia entre ambos es la forma en que se persigue el vivir bien, es as como la tica se centra ms en las razones del querer bien, la poltica se interesa ms por los resultados de las acciones que permitan vivir mejor socialmente. Por lo que, a pesar de que en la mayora de las ocasiones no se cumplan nuestras expectativas, no se puede culpar siempre de todo lo malo que sucede a la poltica, ya que es deber de cada uno el tratar de llevar la mejor vida posible a pesar de las dificultades que se presenten. Finalmente, lo que poltica debiese buscar es, promover la libertad, la justicia y la asistencia comunitaria sin nunca dejar de lado la responsabilidad social y por sobretodo nunca comprometer la dignidad humana.