Introducción

La humanidad es esencialmente social, este hecho ha provocado a lo largo de los años grandes preguntas sobre el quehacer humano: ¿qué es el bien?, ¿qué es el mal? ¿cuándo se obra juiciosamente? ¿cuáles son las reglas que rigen el comportamiento de las personas en sociedad?. Estos cuestionamientos se agrupan bajo la doctrina de la Ética, la cual se ocupa del valor del bien y de las relaciones con otros valores, como también de la fundamentación de las normas morales que rigen nuestras acciones.

Ética viene del vocablo griego “Ethos” que quiere decir costumbre, es decir, la ética se entiende como un hábito, concepto que suele homologarse al de moral. Ésta se basa en la obediencia a las normas y costumbres que rigen la cultura, mientras que la ética busca fundamentar la manera de vivir por el pensamiento humano. En la filosofía, la ética no se limita a la moral, sino que busca el fundamento teórico para encontrar la mejor forma de vivir, la búsqueda del mejor estilo de vida.

El filósofo alemán Immanuel Kant (1724-1804) es considerado por muchos el pensador más influyente de la época moderna; este expone su teoría ética en las obras “Crítica de la razón práctica” y en “La teoría de las costumbres”, en donde se constituirá el más elaborado intento por construir una ética universal de naturaleza racional.

Desarrollo

La Ética Kantiana: algunos puntos

Kant señala que toda ética debe ser formal, es decir, debe ser universal y racional. Esta debe estar vacía de contenido, no nos debe decir lo que debemos de hacer sino cómo debemos de actuar.

La ética se clasifica en dos tipos: Éticas materiales y éticas formales. Las Éticas materiales: nos dicen qué debemos hacer, proponiéndonos normas y

preceptos. Afirman que la bondad o maldad de la conducta humana depende de algo que se considera bien supremo para el hombre; los actos serán, por tanto, buenos cuando nos acerquen a la consecución del bien supremo, y malos cuando nos alejen de él. Ejemplos de éticas materiales: la ética aristotélica, la epicúrea, la utilitarista y la cristiana.

Las Éticas formales son aquellas éticas que no nos indican qué debemos hacer, sino cómo debemos obrar, en qué forma debemos actuar. Por tanto no nos señalan qué es bueno y adecuado, sino que nos indican con qué criterios debemos elegir. Así, las éticas formales se consideran éticas de la libertad o autonomía del sujeto, mientras que las éticas materiales son heterónomas, es decir, éticas en que las normas provienen de los otros, no nos las damos a nosotros mismos.

Kant va a criticar a las éticas materiales ya que son empíricas, es decir, a posteriori, su contenido está extraído de la experiencia. Sin embargo, las éticas formales son universales, válidas para todos porque son a priori, anteriores a la experiencia. Las éticas materiales son hipotéticas o condicionales, sus normas son medios para conseguir algo, sin embargo las éticas formales son categóricas, su obligación es absoluta, no se elige el bien en función de un premio o recompensa. Las éticas materiales son heterónomas, reciben las leyes desde fuera de la razón atendiendo las costumbres, tradiciones, inclinaciones personales, sin embargo las éticas formales son autónomas, la razón se da las leyes a sí misma.

Un hombre actúa moralmente cuando lo hace por deber, por eso la ética Kantiana se denomina como deontológica. Según Kant puede haber muchas cosas buenas como el valor, la decisión, la perseverancia y otras muchas cualidades, pero ninguna de ellas puede ser llamada buena sin restricción, esto es porque cualquiera de estas cualidades puede llegar a ser mala y dañina si la voluntad que ha de hacer uso de ellas no es buena. Una voluntad buena, en cambio, lo es en cualquier circunstancia y con independencia de que alcance un fin propuesto, uno obra por el deber sin importar el éxito de la acción.

El deber es la necesidad de una acción por respeto a la ley. Aquí está refiriéndose a la ley moral universal, la que denomina como imperativo categórico. Esta quiere decir que no debo obrar sino de acuerdo con máximas que puedan universalizarse. Sólo obro moralmente bien cuando acepto por propia convicción que el principio de mi querer se convierta en ley válida para todos. Por ejemplo, supongamos que en determinadas circunstancias puedo obtener un beneficio robando; mi máxima podría expresarse así: “En caso de que me sea útil robaré”; esta máxima puede servirme, pero, según Kant, debo generalizarla y pensarla como si fuera una ley que dijera: “Cualquier persona, en caso de que le sea útil puede robar”. Al universalizarse, se advierte que esta máxima no puede valer como ley general, pues, si todos roban, el mismo robo ya no sería eficaz. La máxima, en resumen, no es moralmente buena. Entonces, lo moralmente malo consiste en que el sujeto se permita acciones que no les permite a los demás.El imperativo categórico se constituye así en el fundamento racional de las normas morales que la modernidad buscaba. La ética kantiana es a priori, puesto que el imperativo categórico no depende de condiciones o circunstancias empíricas, es formal porque lo que enuncia es la condición general a que deben someterse las acciones para ser consideradas moralmente buenas, pero no dice en concreto o en particular qué es lo que debe hacer cada individuo (exigencias incondicionales); precisamente por dejar librada a cada individuo la elección de las máximas, con la sola restricción de que sean universalizables. La ética kantiana es autónoma., siendo opuesta al imperativo hipotético que propone exigencias condicionales. Es decir, tomar ciertos medios con el objetivo de tener un fin.

Fórmulas del Imperativo Categórico

Fórmula de la Ley Universal: "Obra sólo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal"

Fórmula de la ley de la naturaleza: "Obra como si la máxima de tu acción debiera tornarse, por tu voluntad, ley universal de la naturaleza"

Fórmula del fin en sí mismo: "Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca solamente como un medio"

Fórmula de la autonomía: "Obra como si por medio de tus máximas fueras siempre un miembro legislador en un reino universal de fines"

Las reglas morales no pueden desprenderse de la experiencia, sino de la razón pura

Existen tres tipos de acciones: las acciones contrarias al deber, las acciones conformes al deber y las acciones por deber, estas últimas son las que poseen valor moral.

Para comprender mejor esto tomaremos el ejemplo de la persona que se ahoga en un río:

Si yo veo que esa persona se ahoga pero no la salvo porque me enteré de que ayer habló mal de mí, estoy obrando según Kant por inclinación, el cual es contrario al deber porque me estoy vengando.

Si yo salvo a la persona estoy obrando por inclinación mediata, porque lo salvo por ejemplo con el fin de increparlo y que me pida disculpas. Esto desde el punto de vista ético sería un acto neutro, es decir, no es bueno ni malo porque a fin de cuentas lo salve.

Pero si esa persona a quien salvo es mi amigo, al cual quiero sin importar lo que pase o lo que diga, estoy actuando por deber e inclinación inmediata porque la persona que salvo es mi amigo y por lo tanto este no es un medio sino un fin. esta acción es considerada también como un acto neutro.

Si ahora esa persona es un desconocido e igualmente lo salvo, contrariando mis inclinaciones, estoy actuando por deber. Este es el único caso que Kant considera como moralmente bueno, ya que es un actuar desinteresado.

El valor moral de una acción según Kant radica en el móvil que determina su realización, es decir, si este móvil es el deber tendrá valor moral.

Postulados de la razón práctica: en su obra “Crítica de la Razón Práctica” plantea que la razón en su uso práctico exige la libertad, la inmortalidad del alma y la existencia de Dios. Estas tres ideas de la metafísica son denominadas por Kant postulados, porque son algo no demostrable que sin embargo, hay que suponer necesariamente para que la moral tenga sentido. Estos postulados son:

1. Postulado: la Libertad. Si existe la ley moral y el hombre debe cumplirla es porque es libre.

2º. Postulado: la inmortalidad del alma. Como garantía de un proceso indefinido de la virtud. El alma no puede en un tiempo limitado llegar a cumplir a la perfección la ley moral y sin embargo estamos llamados a hacerlo, por tanto tenemos que ser inmortales.

3º. Postulado: la existencia de Dios. Dios es la garantía de que la virtud y la felicidad coincidan, es decir, Dios es la garantía de que recibamos un premio, por nuestro progreso en la virtud. En Dios ser y deber ser coinciden.