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Euskal Herria historia y lenguaje

Euskal Herria

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Libro de arte con carácter antiguo sobre la historia y el lenguaje del País Vasco.

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Euskal Herriahistoria y lenguaje

Euskal Herriahistoria y lenguaje

Primera Edición

Diseño Editorial: Aranzazu Fuertes Ostolazae-mail: [email protected]

Impreso en Manía Digital S.A. de C.V. Prado Sur 245 Lomas de Chapultepec, México D.F. , 11000.

Todos los derechos reservados. No está per-mitida la reproducción de parte alguna de esta obra, ni su almacenamiento o transmisión por ningún medio, ya sea mecánico o electrónico, incluida su fotocopia, grabación o almacenam-iento de información sin el permiso expreso y por escrito del propietario del copyright. Los textos e ilustraciones de esta obra están basa-dos en material proporcionado por los propios diseñadores, autores, personas o instituciones que custodian el legado de los trabajos. A pe-sar de haber tratado por todos los medios de asegurar el rigor en su producción, en caso de error u omisión no asumirá responsabilidad bajo ninguna circunstancia.

Euskal HerriaEscudoHistoria, Prehistoria y Antigüedad

OrígenesRomanizaciónRoncesvallesLos fueros

IdiomaMitología vascaDeporte rural vascoLiteraturaGastronomíaFestejos

bizkaiaEscudoHistoria, Prehistoria y Antigüedad

RomanizaciónAutrigonesCaristiosEdad MediaLos fueros medievalesEl nacimiento de la marina

Edad contemporánea

GeografíaLas encartacionesGastronomía Turismo

gipuzkoaEscudoHistoria, Prehistoria y Antigüedad

HistoriaVillas marineras

Juntas

Geografía

Nafarroa BehereaEscudoHistoria, Prehistoria y Antigüedad

8

20 50 72

32 60 76

42arabaEscudoHistoria, Prehistoria y Antigüedad

Edad MediaSiglo V-VIIIABD-al-Rahman I (756-788)HIXAM I (788-796)Alhakan I (796-822)ABD-al-Rhaman II (822-852)Linaje Guevara

Linaje Mendoza

GeografíaGastronomía Turismo

66

NafarroaEscudoHistoria, Prehistoria y Antigüedad

Comarcas Geográficas de NavarraConcejos

Los fueros de Navarra

GeografíaOrganización territorial

LapurdiEscudoHistoria, Prehistoria y Antigüedad

Historia

Localización

ZuberoaEscudoHistoria, Prehistoria y Antigüedad

lenguajeOrigen del euskeraUso actual del euskeraParentesco del euskeraBereberTubalismoLenguas pre-indoeuropeasEuropeo antiguo

índice

euskal herria

Zazpi Eskualherriek bat egin dezagun

Guziak bethi, bethi, gauden gu Eskualdun.

Agur eta ohore Eskualherriari,

Lapordi, Basa-Nabar, Zibero gainari,

Bizkai, Nabar, Gipuzko eta Alabari.

Zazpiak bat besarka lot beitez elgarri.

Unámonos los Siete Pueblos Vascosmantengámonos todos, siempre Euskaldunes.

Salud y loor al País Vascoa Lapurdi, Baja-Navarra y Zuberoa

a Vizcaya, Navarra, Guipúzcoa y Álava.Abracémonos las Siete (provincias) unidas.

Felipe CasalAma Euskarari. Zazpiak Beti bat, “A la madre euskera.Las siete (provincias) siempre unidas”.

8

EUSKALHERRIA

euskal herria

9

ZAZPIAK BATLas siete una

10

euskal herria

Euskal Herria

Euskal Herria es el modo en euskera

como se conoce a una región cultural

europea, situada a ambos lados de los

Pirineos y que consta de territorios en

los estados español y francés. Por eso

se conoce a Euskal Herria o Vasconia

al territorio en que la cultura vasca se

manifiesta en toda su dimensión.

11

Euskal Herria esta señalado en distintas formas des-

de el siglo XVI. En el manuscrito del alavés Juan Pé-

rez de Lazarraga de 1564-1567 ya aparece por primera

vez, así como en la traducción de la Biblia de Joanes

Leizarraga que se publicó en 1571 aparece Heusal He-

rrian o Heuseal-Herrian. Empieza a usarse en cas-

tellano puntualmente a partir del siglo XIX en esta

lengua históricamente se ha usado como Vasconia.

De esta forma se reparte en estas regiones políti-

cas administrativas: Álava (en euskera, Araba), Vizca-

ya (Bizkaia), Guipúzcoa (Gipuzkoa) que conforman

la autonomía del país Vasco y Navarra (Nafarroa),

en España. Baja Navarra (Nafarroa Beherea) Labort

(Lapurdi) y Sola (Zuberoa) estas ultimas de Francia.

De este concepto derivan sectores del nacionalis-

mo vasco y del vasquismo en sus proyectos políticos

y culturales que resultan muy controvertidos.

Otros autores únicamente usan las formas más

antiguas en castellano como �Vasconia o País Vasco.

El término Euskal Herria se traduce como la tierra

de los vascos, el país vasco o pueblo vasco.

En el estatuto de autonomía en 1979 el Estatuto

de Guernica aparece País Vasco.

El euskera, lengua anterior a la llegada de los len-

guajes indoeuropeos pero por el año 4000 a.c. ha

cambiado a lo largo de la historia como ha sucedido

con las demás lenguas.

El euskera se habló en La Rioja y el noreste de Bur-

gos, valles pirenaicos oscenses pero retrocedió en tiem-

pos renacentistas de las Encartaciones y de la mayor

parte de la margen izquierda de la desembocadura del

Nervión, llegando casi a desaparecer en esta zona con la

industrialización (finales del siglo XIX y XX) según los

historiadores Xabier Kinlana y Julio Caro Baroja.

En la Baja Ribera de Navarra desapareció entre

el siglo I y X. También se pudo hablar en el Valle de

Arán por eso mismo se cree que se habló desde el

Cantábrico al Mediterráneo.

En la época actual y con la implantación de nue-

vos modelos educativos en las ikastolas se esta recu-

perando, sobre todo desde la margen izquierda del

Nervión y alrededores de Tudela (Ribera de Navarra).

Ayuda a la recuperación del euskera la atención al

público en esta lengua, con el fin de la normalización

de su uso, en los organismos que dependen de las ad-

ministraciones públicas vascas y parte de las navarras.

En muchas ocasiones en los concursos-oposicio-

nes el conocimiento de la lengua tiene un valor añadi-

do e incluso es necesario tener cierto nivel para cubrir

algunos puestos exigiéndose en algunas ocasiones de-

terminadas el Certificado de perfil lingüístico, por lo

cual no ha estado exentos de cierta polémica.

Vasconia o Wasconia se ha utilizado para referirse

a alguna parte de lo que hoy conocemos por Euskal

Herria. El ducado de Vasconia constituido sobre el

territorio o ducatus de la provincia romana de No-

vempopulania y que abarcaba del sur del río Garona

hasta la vertiente continental de los Pirineos, se ve la

afinidad que tenían los habitantes de aquellas tierras

con los del otro lado de los Pirineos.

Las provincias de Alava, Guipúzcoa y Vizcaya se

denominan oficialmente Pais Vasco. Vasconia ya

esta en desuso y se usa Euskal Herria.

Por influencia del Estatuto de Guernica, País Vasco

y Euskadi se entienden como sinónimos. Comunidad

Autónoma Vasca es el término que se usa también y la

Euskal Herria le dan el significado que anteriormente se

le había dado, es decir los siete territorios tradicionales.

Historia, Prehistoria y Antigüedad

12

Orígenes

Señalan hipótesis diversas que ya durante la prehisto-

ria los vascos y otras tribus que hablaban lenguas muy

similares y emparentadas con el actual euskera, ya ha-

bitaban las tierras que hoy componen Euskal Herria.

Las investigaciones paleogenéticas suponen que

toda Europa fue colonizada por los habitantes de Ibe-

ria, después de la última glaciación.

Un estudio de la etimología de los topónimos de la

península Ibérica realizada desde el euskera, dice que

los antiguos habitantes de Iberia hablaban lenguas

de una misma familia a la cual pertenece el euskera

actual coincidiendo con su contemporáneo el cientí-

fico alemán, Wilhelm Von Humboldt y Juan Antonio

Moguel defienden que el vascuence es descendiente

directo del ibérico.

La hipótesis de la vasconización tardía sostiene

que los vascos actuales proceden de Aquitania.

Romanización

Los vascos y el Imperio Romano según los historiado-

res romanos Plinio, Mela, Floro o Silio Italico, los terri-

torios de la actual Euskal Herria estaban habitados por

varias tribus cuyo idioma y filiación son desconocidos.

Los historiadores Romanos diferenciaron a los

vascones de los várdulos, carístios y autrigones. Los

vascones ocupaban parte de Navarra y Aragón y de-

pendían administrativamente del convento caesar-

augustano, cuya capital era la actual Zaragoza.

Los várdulos, carístios y autrigones habitaban en

lo que hoy conocemos como Guipúzcoa, Vizcaya y

Álava (respectivamente) y su dependencia adminis-

trativa era del convento cluniense, cuya sede estaba

en Clunia en la provincia de Burgos. Aunque hay

diversas teorías que consideran que los vascones se

extendieron por los territorios vascongados (de ahí

el término) y que por esa razón se habla euskera y

se mezclaron con los celtas que huían de la presión

romana en el Ebro, creando los dialectos del euskera.

Estrabón, geógrafo romano, cita a los vascones

como límite de los pueblos celtas del norte de España.

Julio Cesar, en su libro De Bello Gallico explica que el

río Garona divide a los galos de los aquitanos. Muchas

inscripciones aquitanas de los primeros siglos de nues-

tra Era incluyen palabras que parecen euskera antiguo:

Ilvurberrixo, Anderexo, Asloilvn, Sembetten, Bihoscin,

Sennico, Harbelex, Cison, Cisson, Harsori, Heravs.

No en todas las tierras de esta región fue fuerte la

romanización, especialmente en el sur de Navarra. Tes-

timonios de esta romanización los hay en importantes

ciudades y se encontraron restos de minas de hierro.

Pamplona y Ballona fueron fundadas por los ro-

manos, después de la caída del imperio romano se

asentaron los visigodos y francos lo que luego fueron

los reinos vesigodos y francos, se formó por parte de

los francos, el Ducado de Vasconia en Francia.

Hay historiadores que dicen que no llegaron a do-

minar los visigodos a los vascones.

Mujeres y niños ante sus casas del barrio marinero.

13

Roncesvalles

El año 778 fue cuando tuvo lugar la batalla de Ronces-

valles donde los vascones derrotaron a la retaguardia del

ejército de Carlomagno. El cual atravesó los Pirineos

para apoyar al gobernador musulmán de Zaragoza (por

eso algunas teorías sostienen que fueron los musulma-

nes quienes apoyaron a sus parientes de Pamplona).

Sulaiman ibn, Yazgan ibn y al-Arabi contra el po-

der central de Al-Ándalus y en su camino nombró

delegados en Pamplona que en ese momento su po-

blación eran pamploneses y eran libres e indepen-

dientes (según el historiador, J. Arbeloa).

El gobernador de Zaragoza decide después de te-

ner reunidos al ejército franco y a los franceses en su

ciudad, no respetar el pacto y no entregar la ciudad,

en ese momento Carlomagno ordena su sitio. Witte-

kind que era el que lideraba la rebelión de los estados

sajones desbarata el plan de Carlomagno que levanta

el sitio. A su regreso a Pamplona se encuentra que

sus delegados fueron rechazados y en ese momento

destruye las murallas y se dirigen a Roncesvalles el

15 de Agosto de 778.

Los francos fueron derrotados por los navarros, pero

los franceses crearon la leyenda épica en la que Roland

(Roldán) prefecto de la marca de Bretaña, hizo sonar su

olifante de marfil para advertir al resto del ejército del

ataque. Y cuando los doce paladines y el fueron heridos

su gloriosa espada,�Durandal,� fue arrojada al agua con

el fin de que no cayera en las manos del enemigo.

El cantar de Roldán (la Chanson de Roland) que

se conserva en el�manuscrito de Oxford,�compuesta

por 4002 versos agrupados en estrofas, describe la

partida carolingia hacia tierras aquitanas y el des-

calabro que sufrió la retaguardia que mandaba el

conde Roldán y eso lo convirió en héroe de las can-

ciones de gesta. En el combate además de el entre

muchos murieron, Eggihard, que era mayordomo

de la mesa real y Anshelm, Conde Patalino. A me-

diados del siglo IX y siglo X se establece el Reino

de Pamplona, siendo Iñigo Arista su primer rey, que

la mayoría de las familias le dieron su apoyo, como

también los musulmanes del valle de Ebro.

El Reino de Navarra en el siglo XI al XVI se cris-

tianiza y se alfabetiza tomando el estilo del romance,

que desplaza al vascuence (euskera), al hebreo y al

árabe como lengua comercial (Ordenanza de Huesca

en 1349). La lengua Navarrorum (euskera) vive en

esta época dos puntos culminantes: el establecimien-

to del Estudio General de Tudela en 1259 y el de la

Universidad de Oñate en 1540.

El conde de Aragón Sancho Garcés (943-994) fue

el que se proclamó Rey de Navarra (970-994) es lo

que consta en los Anales del Reino de Navarra, “rei-

nando yo, D. Sancho, rey de Navarra en Aragón, en

Nájera y hasta Montes de Oca”.

La extensión del territorio mayor la alcanzaron en

tiempos de Sancho III, el Mayor (1004-1035) siendo

sus dominios Nájera-Pamplona que incluía Navarra

(menos la Ribera), La Rioja, las tres provincias vas-

congadas actuales, Castilla, Aragón, Sobrante y Riba-

gorza desde 1032 a 1035.

El primer rey con la conciencia de la �unidad de

España fue Sancho III, nombrado Rex Navarrae His-

paniarum y Rex Ibericus, el fue el primer rey con

conciencia de la �unidad de España� forjando el pri-

mer imperio español en otras ideologías vasquistas,

dicen que fue el unificador de los territorios vascos.

El gusto solo les duró tres años, ya que a su muer-

te se repartieron su reino entre sus hijos. Y la presunta

unificación vasca, cinco años más, ya que el año 1040

el señor de Vizcaya se declaró vasallo del rey de Castilla.

Sancho III muere en 1035 y siguiendo la tradición

en su testamento traspasa el reino a su primogéni-

to, García “el de Nájera”� debiendo rendir vasallaje a

este todos sus hijos, pero lo que sucedió es que estos

vasallos crearon reinos independientes establecién-

dose la nueva estructgura política del siglo XII con

14

los reinos de Nájera Pamplona (posteriormente rei-

no de Navarra) Aragón y Castilla. El reino de Nájera y

Pamplona se incorporan a la corona Aragonesa entre

1076 y 1134 y se separa en el reinado de García Ra-

mírez. Durante el reinado de Sancho “el sabio” 1150-

1194 es llamado Reino de Navarra pero continúa la

pérdida territorial: en el 1200 con el reinado de San-

cho “el fuerte” 1194-1234 pierde Álava, Guipúzcoa y

el Duranguesado, son anexionados por el monarca

castellano cuando el rey navarro estaba en Murcia.

Un águila negra sobre fondo amarillo, que es el

sello que se utilizaba en el reinado de Sancho VII

de Navarra (1194-1234), es el símbolo del naciona-

lismo vasco más independista.

El rey Sancho VI de Navarra (1150-1194) adopta

la moda heráldica y surge el escudo de Navarra rojo

con las cadenas en torno a una esmeralda verde a

mediados del siglo XII.

Existe una leyenda que identifica estas con las

que se llevó Sancho el fuerte como botín en la batalla

de las Navas de Tolosa contra las tropas de Mirama-

molin en 1212.

Teobaldo I de Navarra, el sucesor de Sancho VII

para su primer sello uso las formas primitivas de

Sancho VI cuyas armas empezaron a ser difundidas

y pintadas en forma de escudo defensivo con el blo-

cado característico de refuerzo. El cual fue evolucio-

nando hasta adquirir un significado emblemático y

adoptar la forma de las�cadenas de Navarra.

Navarra separada de los territorios peninsulares

de Euskal Herria, se ve obligada de expandirse hacia

el norte y el este, territorios vascofranceses de Ultra-

puertos y la franja fronteriza con Aragón.

Al morir Sancho VII “el fuerte” sin descendencia, ha-

bía dejado un pacto de prohijamiento con Jaime de

Aragón a pesar de eso, se entronizaron en Navarra

durante casi dos siglos las dinastías francesas (la de

Champaña, la Capeta y la de Erveux) que también

dispondrán de territorios en Francia y descuidarán el

gobierno del pequeño reino.

En el reinado de Carlos III el noble (1387-1425)

destacó por la prosperidad material y cultural que se

desarrollo en Navarra.

Muere Carlos III e inicia el reinado del infante

Aragonés Juan II (1425-1479) que se encargó de po-

ner la semilla para la desintegración del reino. Juan

II estaba casado con la heredera de la corona Blanca

I de Navarra. El testamento de Blanca hecho en 1439,

dos años antes de su muerte, decía que el príncipe

Carlos de Viena no debía de ceñirse la corona sin el

consentimiento de su padre.

Entre 1512 y 1524 Fernando el Católico (hijo de Juan

II y Juana Enriquez) rey consorte de Castilla invade

militarmente Navarra con unas poderosas tropas bajo

las órdenes del Duque de Alba. Esta vez los agramon-

teses se decantaron por los reyes legítimos de Navarra

(Catalina y Juan) y los beumonteses por Fernando el

Católico. Y así Fernando el Católico logró ocupar el

reino de Navarra con el apoyo del Papa Julio II alegan-

do que los reyes navarros eran aliados de Luis XII de

Francia, enemigo de la Liga Santa en la que participa-

ban tanto España como los Estados Pontificios.

La recolección de los frutos.

15

Navarra es anexada a la corona de Castilla en 1515

por el tratado de Burgos Juan de Albert primero y

después Enrique II de Navarra. Años después in-

tentaron recuperar el territorio navarro al sur de los

Pirineos, pero llegó el invierno y ya no pudieron. La

retaguardia del ejército en su retirada fue atacada y

se produjo la batalla de Velate.

Reinando Carlos I de Castilla en 1521 (aprovechan-

do la guerra de las comunidades de Castilla), se con-

siguió recuperar en poco tiempo, gracias al alzamien-

to generalizado de los navarros de casi toda Navarra.

Posteriormente 30 de Junio de 1521 se produjo la

Batalla de Noáin donde derrotaron a las tropas fran-

co-navarras y se determinó el destino de Navarra. Se

produjeron dos focos de resistencia, La Batalla de

Amaiur (1522) donde un monolito recuerda la bata-

lla y el fin de la idependencia de Navarra y 1524 en el

castillo de Fuenterrabia.

Bajo el dominio de la casa de Albert-Foix Nava-

rra se redujo a los territorios al norte del Pirineo

(Baja Navarra).

En 1594 Enrique de Navarra fue coronado rey

de Francia, siendo el primer Borbón que accedía

al trono francés.

Los Fueros

Los territorios vascos conservaron sus diferentes fueros

(el fuero de Vizcaya para la tierra llana, el Duranguesado

y las Encartaciones para estos dos desde finales del siglo

XVI, el fuero de Logroño para Bilbao o Bermeo, etc. El

fuero de Guipúzcoa: en Álava el fuero de Ayala y el de

Vizcaya, el fuero de Navarra, etc.) que no fueron aboli-

dos por los reyes españoles y franceses.

Con la Revolución francesa, al norte del Pirineo,

los fueros resultaron derogados inmediatamente.

Uno de los escenarios principales de las Guerras

Carlistas fue en España en la parte del sur, donde

la población urbana apoyaba a los liberales y la po-

blación rural a los Carlistas. Además de las Guerras

Carlistas se produjeron diferentes reyertas desde la

suspensión de los fueros. Fue el resultado la pérdida

de gran parte de los fueros de las provincias Vascon-

gadas en 1876 tras la derrota Carlista.

Sin embargo, una ley permitió conservar gran

parte de los fueros originales en Navarra.

Con el liberalismo, se entusiasmaron la élite na-

varra y se creó una doctrina llamada fuerismo donde

se abogaba por adaptar los fueros al Estado liberal

hechos diferenciales han contribuido a perfilar la

personalidad del pueblo vasco y lo han hecho un Conversación entre ancianas.

16

grupo étnico y cultural perfectamente definido que

le han dado un matíz característico.

La cultura vasca representa el último reducto de

la cultura indoeuropea patriarcal-racionalista.

La cultura autóctona vasca, en efecto es pre-in-

doeuropea y pre-patriarcal: los vascos provenientes

de una evolución autóctona perenaica de Crogma-

non, existían como tal étnia ya antes de las famosas

invasiones patriarcales de los indoeuropeos.

Sus características peculiares fueron objeto de

atención de investigadores internacionales.

Idioma

Tiene su propio idioma el pueblo vasco, el euskera,

el español y el francés de manera más minoritaria el

gascón y el romaní que han conservado algunos de

los gitanos autóctonos.

Los vascos hoy en día hablan las respectivas len-

guas estatales (español y francés).

Aproximadamente un tercio de los vascos en toda

Euskal Herria, hablan euskera, una lengua no in-

doeuropea. Esta lengua única y aislada le ha llamado

la atención a muchos lingüistas y han tratado de des-

cubrir su historia y su origen.

Las poblaciones labortanas de Bayona o Anglet

que son de la zona del Bajo Adur, el gascón (dialecto

occitano) es la lengua tradicional (el euskera habla-

do actualmente se introdujo a partir del siglo XIX

a consecuencia de la migración de la población vas-

co-hablante del interior y francés. Debido a ello, esta

zona es considerada por los occitanistas como parte

de Gascuña y en la actualidad es una zona trilingüe.

Va en ascenso en la comunidad autónoma del

País Vasco el estudio del euskera en los tres territo-

rios de la comunidad autónoma.

En Navarra no es cooficial, aunque tiene la con-

sideración de lengua propia junto con el castella-

no. En el País Vasco-Francés no es oficial pero se

permite su enseñanza.

Un alto en el trabajo al tiempo del Angelus.

17

Mitología Vasca

De estracto pre-indoeuropeo y matriarcal, la mitolo-

gía vasca, alrededor de la Diosa Mari giran muchas

de sus leyendas. Sus sacerdotisas, las sorginak, fue-

ron demonizadas con la llegada del cristianismo y

perseguidas, como Zugarramundi, eso no impidió

que el culto familiar a los antepasados siguiera sien-

do dirigido por las etxekoandre (la madre del hogar

o caserío) y sus prácticas de curanderas fueron reto-

madas por las emaginak (comadronas).

Las lamiak o laminak, númenes que habitaban

en las orillas de los ríos y los jentillak (paganos) son

otras figuras a destacar, de todos estos solo sobrevi-

vieron al advenimiento de Kixmi (Cristo) los basajau-

nak (señores de los bosques) y Olentzero, quien se

convirtió al cristianismo.

Las creencias indoeuropeas son distintas depen-

diendo del territorio, pues mientras en la mayoría el

sol es tratado como una divinidad femenina (Eguzki

Amandrea o abuela sol) a quien se le reza cuando

se pone y se trata con respeto en Vizcaya, debido al

influjo celta tomaba forma de genio masculino bajo

el nombre de Ekhi.

Hasta el siglo XX sobrevivieron estas creencias

unas veces de forma independiente en cuentos y le-

yendas y en otros casos en indosincrasia con creen-

cias cristianas donde lo pagano era perseguido e

identificado con el Demonio.

Deporte rural vasco

• La pelota vasca, se juega en los frontones con dis-

tintas modalidades pelota a mano, cesta-punta, re-

monte, pala y trinquete que son las más conocidas.

• Las regatas traineras.

• Levantamiento de piedra.

• El corte de troncos.

• El corte de hierba.

• El llevarse la soga uno de los dos equipos tirando

cada uno de ellos desde su mitad hasta uno de los

dos extremos (soka-tira).

• Y las pruebas de arrastre de grandes piedras con

una yunta de dos bueyes.

Pelotaris posando.

Deportes

• Fútbol

• Ciclismo

• Rugby

El fútbol es el deporte principal.

Los principales clubes son:

Athletic Club, Real Sociedad, Osasuna y Alavés.

El Athletic Club de Bilbao mantiene la política de

solo fichar jugadores de Euskal Herria o bien forma-

dos en la cantera de algún club vasco. La Real So-

ciedad, Osasuna y el Alavés no tienen una política

concreta sobre el origen de sus jugadores.

18

Literatura

En 1545 se publicó el primer libro en euskera lengua Vasconum Pri-

mitiae de Bernard Etxepare se tiene conocimiento de esta obra por el

único ejemplar conservado en la Biblioteca Nacional de París.

Sus poemas han adquirido el carácter casi de himno entre los secto-

res de la cultura euskaldum y en defensa del euskera, siendo recitados

en todos los actos culturales y populares.

¡Euskera,Sal fuera!

Bendito seaEl país de Garazi

Porque ha elevado elEuskera

Al rango que le corresponde¡Euskera,

Sal a la plaza!Los que no son vascos

CreíanQue era imposible escribir

En euskeraAhora han comprobado

Que estaban equivocados¡Euskera,

Sal al mundo!Estabas en poca estima

Entre las lenguasPero ahora serás

La mano noble de todas¡Euskera,

Sal al mundo entero!

Bernard Etxepare“kanpora, plazara, dantzara”.

19

Gastronomía

En Euskal Herria en todos los territorios la gastrono-

mía goza de gran prestigio, tanto nacional como in-

ternacional. Lo mismo en la parte francesa su cocina

se extiende a toda su población así como en Navarra

y en el País Vasco.

Los pinchos son muy apreciados popularmente.

El bacalao en todas sus preparaciones. La cocochas

son algunas de las especialidades de la costa.

En la montaña destacan los quesos Idiazábal,

Roncal, Ossaubraty, la Cuajada, la chistorra de Nava-

rra y la ternera, los pimientos del piquillo de Tolosa,

los vinos navarros y de la Rioja Alavesa, los espárra-

gos al natural.

En el norte son muy famosos el pimiento de Es-

pelette, la piperrada, el vino de Irouleguy, el pastel

vasco (gáteau basque en francés o el axoa).

Festejos

• La Blanca de Vitoria del 4 al 9 de agosto en Vito-

ria-Gasteiz.

• Aberri Eguna día de la patria Vasca.

• Víspera de Santa Agueda el 4 de Febrero.

• San Francisco Javier, patrón de Navarra-Nafarroa,

el 3 de diciembre.

• Inauteri, Carnavales, finales de invierno.

• Sanfermines del 6 al 14 de julio en Pamplona.

• Fiestas de Bayona, el primer fin de semana de

agosto en Bayona.

• Pastoral sutelina, Obra teatral típica de Zuberoa.

• Aste Nagusia, segunda quincena del mes de agosto

en Bilbao.

• Donostiako Danborrada, el 20 de enero en San Se-

bastián-Donosti.

Vendedor de guajada y queso.

20

Bizkaia

21

“En un campo de plata, un roble de copa verde con el tronco recto y sin nudos sobre tierra, de color siena y en su copa los tres cabos de la cruz de color blanco; y una bordura de color oro con ocho aspas de color rojo distribuidas tres en la parte superior, otras tres en la inferior y las otras dos en la mitad de cada lateral. El escudo será circuncidado por una corona de hojas de roble de color verde.”

22

Bizkaia

Euskal Herria

Vizcaya es como se conoce en caste-

llano, así fue mencionada en la cons-

titución española de 1978 y en el Es-

tatuto de Autonomía del País Vasco

de 1979 en castellano.

23

Hay conocimiento de que hubo población en el Pa-

leolítico en varios lugares de Vizcaya, como en las

cuevas de Bolinkoba (Abadiano), Arenaza (Galda-

mes), Atxeta (Forua), Santimamiñe (Cortezubi) y

Lumentxa (Ligueito).

Indicios de la edad de los Metales como en Arro-

la, Malmasion o Bolumbu por indoeuropeos. Actual-

mente la arqueología nos dice que en lo cultural y

arquitectónico, la situación es igual a la de las demás

regiones del País Vasco, con las diferencias y coinci-

dencias que se encuentran en ellas.

Romanización

Las tribus prerromanas de Ptolomeo poblaron la par-

te norte de las antiguas Caristia y Autrigomia prerro-

manas. En las de Estrabón Pomponio Mela y Plinio

el viejo. Corresponde a la parte occidental del territo-

rio de los vardulos.

El origen de estas tres tribus no se conoce. Los

historiadores disciernen sobre su origen cantabro,

vascón, indoeuropeo, celta o celtibérico sin que ten-

gan pruebas reales a favor de ninguna hipótesis.

Autrigones

Los autrigones que en Vizcaya ocupaban las Encar-

taciones no fueron mencionados por Estrabón, otros

historiadores romanos como Pomponio Mela y Pli-

nio el viejo los sitúan al interior de la zona norte de

la actual provincia de Burgos (Briviesca) Ptolomeo los

sitúan lindando con cántabros al oeste y turmogos al

sur con caristios y berones al este, según esta distribu-

ción se extenderían entre el río Ason y el río Nervión.

Su ciudad principal era Virovesca (Briviesca) una de

las cecas de las monedas del jinete ibérico. Otras ciu-

dades importantes fueron Tricio, en la Rioja Deobri-

ga (Miranda del Ebro) y en l costa Flaviobriga (Castro

Modiales) (aunque Plinio asigna esta ciudad a los

vardulos) la última colonia fundada por los roma-

nos en Hispania. Otros asentamientos fueron Osma

de Valdegovia, Poza de la Sal y es posible que en la

desembocadura del río Nerua (Nervión) tuvieran un

puerto ya que se han encontrado monedas romanas

en la barra del Portugalete y en Bilbao.

Floro y Orosio cuentan que eran frecuentemente

atacados por los cántabros por lo que posiblemente

colaborasen con Augusto en las guerras Cántabras y

como premio abstuviesen el dominio de nuevos te-

rritorios de la cornisa cantábrica llegando casi hasta

el río Deva.

No se ponen de acuerdo si estaban emparentados

con los Cántabros, celtíberos o vascones. Lo primero

se ve muy dudoso ya que fue el ataque de Cántabros

contra autrigones y turmodigos lo que inicio la gue-

rra romano-cántabra.

Al tener algunas de sus ciudades la terminación,

briga, hace creer su origen céltico.

Caristios

Poblaban el resto de Vizcaya los caristios según Pto-

lomeo. Aunque no son mencionados ni por Estrabón

ni por Pomponio Mela, pero si por Plinio el viejo,

que les llama Carietes y los sitúa en la zona sur del

actual País Vasco.

Restos romanos se han encontrado en Vizcaya en

los asentamientos costeros de Sequeitio, Portuondo

o Bermeo, siendo el más importante el puerto fluvial

de Forua y los restos de su poblado romano.

Historia, Prehistoria y Antigüedad

24

Edad Media

Después de la caída del año 1000 hay muy pocas no-

ticias históricas de Vizcaya. Se cree que sufrió algu-

nas devastaciones de los hércules ya que el cronista

Flidacio, relata que 400 hérulos en siete naves ata-

caron la costa cántabra y de Vardulia en el año 456.

Las últimas investigaciones arqueológicas parecen

indicar una expansión franco-aquitana en Vizcaya a

partir del siglo VI, lo que se contradice con las pro-

puestas historiográficas que se basan en una conti-

nuidad de la cultura desde la protohistoria hasta los

inicios de la Edad Media.

Lo que se entiende que entre esa época que le di-

cen tardo-antiguedad y el mundo que le sigue hay

una ausencia de los patrones de asentamientos. Au-

sencia que es el reflejo de los cambios que padeció

la composición social a causa de la recensión demo-

gráfica que afecto a toda Europa, pero también influ-

yó los problemas políticos a causa de la expansión

franca que a partir del siglo VI, afectó al País Vasco

según se ve en el registro arqueológico. La relación

de los francos merovingios se ve en los escritos del

Ducado de Vasconia.

Ni las invasiones de los visigodos ni los musul-

manes parecen haber llegado a Vizcaya, sin embargo

se cree que los vikingos estuvieron en sus costas, se

especula que pudo haber un asentamiento vikingo

cerca de Mundaca de ahí podría ser el origen de la

leyenda de Jaun Zuria.

Después de la invasión musulmana hay indicios

de que Vizcaya quedo bajo la dominación del Reino

de Asturias con luchas cuyo reflejo pudo ser la his-

tórica Batalla de Padua. En el escrito de Alfonso III

de Asturias, escrito en el siglo IX y describiendo el

reinado de Alfonso I es donde se hace por primera

vez referencia a Vizcaya. “Álava, Vizcaya, Alaón y

Orduña siempre habían estado a cargo de sus habi-

tantes” por lo que no hubo necesidad de repoblarla.

En cambio si pobló Sopuerta y Carranza. O sea dejó

bajo su control el oeste de las Encartaciones.

El nacimiento del señorío tras ganar el condado de

Castilla Sancho III de Navarra (1029), Vizcaya queda

bajo el control de Reino de Pamplona, hasta el año

1040, que Iñigo López Ezquerra, conde de Vizcaya,

gobernaba la Vizcaya (sin las Encartaciones ni el Du-

ranguesado) en la guerra entre Castilla y Navarra se

pone al lado del rey de Castilla y lo recompensan ha-

ciéndolo señor de Vizcaya.

En 1135 Vizcaya vuelve a estar a las ordenes de Na-

varra pasando al final a Castilla el año 1180. Mientras

las Encartaciones seguían en el Reino de Castilla y

el Duranquesado sigue en el de Navarra hasta el año

1200 que pasa a depender de Castilla.

Hacia el final del siglo XIII y durante el siglo XIV la

sucesión en el señorío se altero por diferencias en sus

descendientes y por intervenir en el Reino de Castilla,

y los señores de la casa de Haro tenían propiedades

y emparentaron con la casa de los Lara y la casa real.

Muchachas aezcoanas hilando.

25

El Señorío de Vizcaya, por herencia materna, en

1370 recae en el Infante Don Juan de Castilla, que

hereda de su padre el Reino de Castilla, como Juan

I estando desde entonces ligado a la corona primero

de Castilla y luego, desde Carlos I a la de España,

siempre con la condición de que el señor de turno

jurara defender y mantener los fueros del señorío

(leyes propias vizcainas) que en su escrito ponían

que los vizcainos, al menos en la tierra podían des-

obedecer al señor que así no lo hiciera.

Las guerras de banderizos, la crisis bajomedieval

y el afecto a Vizcaya produciéndose una disminución

de la producción agrícola, hambrunas, etc. A estas

crisis se sumo la epidemia de la peste negra de 1348.

Muchos campesinos murieron a causa de la peste

y otros se refugiaron en las villas, lo cual afecto a las

rentas de las casas princípiales.

La necesidad de mantener su prestigio y recau-

dar mas ingresos hizo que los jefes de linaje se en-

frascaran en luchas de poder y dieron lugar a que se

formaran dos grupos los oñacinos y los gamboinos

liderados los oñacinos por el Señor de la Casa de

Mujica y los gamboinos por la Casa de Urquiza de

Abendaño. Así comenzaron las guerras de banderi-

zos que asolaron Vizcaya desde la Baja Edad Media

hasta principios de la Edad Moderna. Los demás li-

najes de Vizcaya se adscribían a uno u otro bando en

función de sus intereses siendo normal el cambio de

bando. Los señores no dudaban en robar en las vi-

llas consideradas enemigas en saquear y extorsionar

a sus campesinos ni en asaltar los convoyes de los

mercaderes de Burgos que se dirigían a los puertos

para exportar sus géneros.

Las Encartaciones en 1394 adoptaron el fuero de

Avellaneda para luchar contra la conflictividad social

generada por la violencia de los banderizos.

Los labradores de la tierra llana y las villas acudie-

ron al rey Enrique III de Castilla, señor de Vizcaya

para pedirle formar una hermandad para protegerse

de las tropelías de los jaunchos. El rey en 1393 comi-

siona al corregidor Gonzalo Moro para redactar unas

nuevas Ordenanzas de Hermandad, lo que se hace

en Junta General, pero estas ordenanzas no llegan a

aplicarse por la oposición de algunos señores del ban-

do oñasino a mediados del siglo XV, las peleas entre

señores banderizos se transforman en una lucha de

poder entre estos, que dominan la tierra llana por un

lado y las Villas y la Ciudad por otra.

En 1479, en la junta de Villas reunida en Durango,

acuerda formar una nueva hermandad para las Villas.

Y en 1480 se acuerda, que para pacificar Vizcaya,

se formará una comisión con apoderados de las Vi-

llas de Bilbao, Bermeo, Lequeito y Durango y otras

de los linajes de Butrón, Mugica, Abendaño y Artea-

ga para dirimir las querellas y dar fin a las peleas.

Las guerras de bandirezos acaban a finales del siglo

XV. La puesta de las Villas bajo control administrati-

vo de la Corona, la pujanza de las Hermandades de

las Villas y el reconocimiento de la hidalguia univer-

sal a todos los vizcainos fueron elementos importan-

tes en la perdida de poder de los señores.

Los valores de los señores banderizos (nobleza,

honor y honra) pasaron a ser considerados propios

de la sociedad vizcaina y añadidos a otras costum-

bres importadas, como el mayorazgo castellano, re-

forzaron la idea de una identidad propia vizcaina.

26

Los fueros medievales

La Vizcaya medieval estaba dividida en tres partes

con gobierno y jurisdicción propios. La tierra llana,

entendiendo que es sin murallas son los campos y

caseríos en Vizcaya con el fuero vizcaino e infanzón,

organizadas en merindades y en iglesias y celebrarán

sus juntas en Guernica.

Las Encartaciones con su propia competencia, el

fuero de las Encartaciones y gobierno que celebra-

ban sus juntas en Avellaneda.

La Merindad de Durango con el privilegio de Du-

rango y las juntas se celebraban en la Campa Foral

de Guerendiaga enfrente de la ermita de San Salva-

dor y San Clemente de Abadiano.

Al ir teniendo las Villas y la ciudad cartas pue-

blas, fueron particulares durante los siglos XII y

XIII estas dejaban de pertenecer a los fueros de Viz-

caya, Encartaciones o Durango y pasaban a celebrar

sus juntas separadas.

Las Villas y el año de concesión de fueros eran:

Valmasedas (1199), Bermeo (1236), Lanestosa (1287),

Plencia (1299), Bilbao (1301), Ochandiano (1304),

Portugalete (1322) Leiqueito (1325), Marquina (1355),

Guernica (1366), Durango (1372), Ermua (1372),

Munguia (1376), Larrabezua (1376), Rigoitia (1376) y

la ciudad es Orduña (1228).

Las Villas y la ciudad, las Encartaciones y la me-

rindad de Durango solo acudían a las juntas Genera-

les de Guernica enviando representantes cuando se

iban a tratar temas comunes que les afectasen.

El nacimiento de la marina

Dada la situación geográfica del país, su abundan-

cia en mineral de hierro, su abundancia de bosques

y su situación geográfica han hecho que, desde ese

momento de la Edad Media hasta la Edad Contempo-

ránea, los vascos se hayan distinguido no sólo como

pescadores de altura y como ferrones, sino también

como marinos, constructores de barcos de madera e

industriales en general. Mar, bosque y hierro condi-

cionaron de un moso decisivo la vida vasca.

En el año 1068, Sancho II de Castilla, concedió

a la sede episcopal de Oca permiso para pescar en

varios puertos cántabros. Se cree, que entre finales

del siglo IX y principios del X la población, que había

abandonado la franja costera vizcaína por tomar a los

ataques vikingos, vuelve a ocuparla y van aparecien-

do las localidades y asentamientos que conocimos en

la actualidad. No hay referencias escritas hasta el año

1082, en la donación de la ermita de San Miguel en

Bermeo. Esta repoblación es lenta. Los puertos pes-

queros y comerciales se irán desarrollando a partir

de los siglos XII y XIII.

Bermeo recibe su fuero en 1236, convirtiéndose

en Cabeza de Vizcaya y en 1296 pasa a formar parte

de la Hermandad de las Villas de la Marina de Cas-

tilla con Victoria.

Refiriéndose a Bermeo, un documento de 1269

menciona cinco cabañas a orillas del mar, lo que

parece indicar que la actividad pesquera todavía era

estacional. Pero también describe instalaciones más

importantes, y dice que hay dos puertas, mayor y

menor, y que el menor se puede cerrar con una ca-

dena también señala dos fondeadores que les llama

Arcaeta y Portuondo, que seguramente extraían en

la ría de Mundaca Bermeo y otras villas costeras irán

convirtiéndose en importantes centros pesqueros y

comerciales hasta el desastre de la peste negra del

verano y otoño de 1348.

En estos la actividad pesquera fue adquiriendo

cada vez más importancia, especialmente la caza de

la ballena y el hecho de ser los puertos naturales para

la exportación de hierro vizcaino y lana castellana ha-

cia Inglaterra, Francia, Flandes y los países Bálticos

convirtiéndolos también en puertos comerciales. En

el siglo XIII hay constancia de fabricas en la ría del

27

Nervión y en los puertos mayores. Ya en el siglo XIV

se plantean pleitos entre Ondarroa y Lequeitio así

como entre Lequeitio y Marquina por el aprovecha-

miento de los bosques, cuyos árboles son necesarios

para la construcción naval. No se pueden conside-

rar astilleros, se construyen barcos en Ondarroa en

Icavan, en Lequeito junto a la orilla del río Lea. En

Bermeo en 1357 en el Convento de San Francisco se

encuentra cerca “del arrabal donde se labran las na-

ves” o sea en la zona que se denomina Ribera y en

Bilbao se construyen barcos en las orillas de la ría.

En el siglo XV se van consolidando los astilleros,

y su funcionamiento pasa a ser regulado al tiempo

que aparecen las industrias auxiliares como ferrerías

o cordelerías que se instalan en sus proximidades. En

Lequestio el astillero está en la parte sur de la Plaza

del Astillero en Bermeo en la Ribera, en Plencia en el

camposanto, Ondarroa y Berriatua comparten astille-

ro y se calaban barcos en Amallo, Rentería y Asanso-

Lavando la ropa en el río.

lo. Pero el auge mayor de los astilleros fue en Bilbao,

desde el puente de San Antón hasta el Portugalete hay

muchas gradas, fábricas y playas, siendo desde el siglo

XV el centro de la construcción naval de Vizcaya.

Por ser paso obligatorio entre Orduña y Bermeo,

Bilbao le va quitando protagonismo a Bermeo y pasa

a ser el puerto y la villa más importante de Vizcaya.

En el siglo XV los astilleros de Bilbao y el comercio

lanero con Flandes y Francia fueron muy importan-

tes, y ya en el siglo XVI, Portugalete peleaba con Bil-

bao quien podía recibir más barcos.

También tuvieron la Revelión de la sal (en el siglo

XVII) y la Matxinada (en el siglo XVIII).

28

Edad contemporánea

La Guerra de la Convención contra la monarquía

española supuso la invasión francesa de Vizcaya en

1794 y su retirada con la Paz de Basilea en 1795. Des-

pués en ( 1808 ) la Guerra de Independencia espa-

ñola llevo a nuevos enfrentamientos. La mayoría de

la población se puso a las ordenes de Fernando VII

y durante toda la guerra la provincia fue escenario

de violentos combates. En 1808 durante tres meses

(del 6 de agosto al 2 de noviembre) Bilbao cambió de

manos seis veces y sufrió una revolución, una batalla

muy grande y dos saqueos.

En el 1812 se volvió a repetir con el ataque del

séptimo Ejercito Español, que ocupó y perdió Bilbao

repetidas veces. Al tiempo que las guerrillas de la

provincia que ya sumaban miles que hostigaban sin

parar a los invasores.

La sucesión del rey Fernando VII inició las “Guerras

Carlistas”, en Vizcaya hubo dos entre 1833-1840 y entre

1872 y 1876. La mayor parte de Vizcaya apoyó al carlis-

mo pero Bilbao apoyó al gobierno liberal y fue asediada

por los carlistas que no consiguieron tomarla.

El final de la última guerra supuso para Vizcaya la

pérdida de la mayor parte de su autonomía (la Abo-

lición Foral de 1876) aunque la provincia fue com-

pensada con el Concierto económico un régimen

fiscal y administrativo propio parecido al de Navarra

que gozaba desde 1841. Fue también el inicio de la

exportación ilimitada de las minas de hierro (que el

régimen foral limitaba como un tesoro), así Vizcaya

se transformó en una provincia industrial con con-

secuencias importantes. Agotamiento de las minas

al cabo de un siglo (una gran parte del mineral iba

a Inglaterra de donde les regresaban carbón). Inmi-

gración masiva de obreros venidos de otras regiones

de España que vivían en condiciones miserables so-

bre todo en la margen izquierda de la vía. Conflictos

entre obreros y patrones y la formación de dos co-

munidades. Formación de grandes fortunas (Ybarra

Chavarri, Lezama-Lequizamon), además de los capi-

tales ingleses, franceses o belgas que invertían una

gran parte fuera de Vizcaya (que se transforma en el

centro capitalista de España: Banco Bilbao y Banco

Vizcaya hoy unidos como BBVA).

Tras la derrota Carlista Sabino Arana, un vizcaino

de familia carlista acomodada, creó el Partido Nacio-

nalista Vasco a fines del XIX (de derecha, católico)

que llega a ser uno de los grandes partidos de Vizca-

ya junto con la derecha y la izquierda “españolistas”

cuando cae la monarquía española con la proclama-

ción de la Segunda República en 1931.

La Guerra Civil Española entre 1936 y 1939 trajo

el régimen de Franco (represión de todo lo que era

de izquierda “rojo” o “separatistas” es decir, nacio-

nalista vasco); declarada “provincia traidora” por el

franquismo, Vizcaya perdió el resto de autonomía

que le quedaba. Durante los años cincuenta y sobre

todo en los años sesenta, coincidiendo con la etapa

del Desarrollismo, se produjo la segunda gran olea-

da de inmigrantes provenientes del resto de España

que se trasladaron al País Vasco en busca de trabajo.

Su elevado numero y su mezcla con los autóctonos

(parte de los cuales provenían de la primera oleada

Recogiendo agua en la fuente pública.

29

de inmigración de finales del siglo XIX) produjo la

actual sociedad vasca. Muerto Franco de vejez en 1975

y el franquismo, con una sociedad que quería ser “eu-

ropea” y no “diferente” como el franquismo, llega la de-

mocracia actual: Constitución Española de 1978 y con

el Estatuto de Autonomía del País Vasco de 1979, que

establece a Vizcaya como “territorio histórico” con una

cierta autonomía.

El escudo tradicional del señorío de Vizcaya mues-

tra los lobos de la familia Haro, que recuerdan la batalla

de Padua y un roble, que se identifica como el árbol de

Guernica sede de las juntas, al que se añadió una cruz.

El escudo oficial, definido por una Norma Foral

prescinde de los lobos, pero dice: “No obstante lo dis-

puesto en la presente Norma Foral, se mantendrán

los escudos existentes en aquellos edificios caracteri-

zados por su valor histórico–artístico del Pueblo de

Vizcaya” lo que permite la coexistencia de los dos es-

cudos, el tradicional y el oficial.

La heráldica municipal de Vizcaya incorpora en

muchas armerías el árbol y los lobos, asociadas a

elementos originales y también motivos religiosos

como cruces de San Andrés y figuras de San Miguel

Arcángel; motivos vegetales como las típicas pane-

las, las ramas de roble, encimas o acebos; animales

heráldicos, como el león en ocasiones usado como

soporte exterior, también marinos como la ballena;

torres, castillos y puentes, y las armas de familias

nobles asociadas a la historia de cada municipio. En

otros casos también se combinan las armas vizcaí-

nas con las de la Corona de Castilla. Las actividades

económicas de la agricultura y la pesca también son

evocadas, junto con la industria pesada y naval.

La siega.

Grupo de pelotaris.

30

Geografía

Está situada al norte de la península Ibérica, limita al

oeste con la comunidad Autónoma de Cantabria, al sur

con la provincia Burgos y Álava, al este con Guipúzcoa y

al norte con el mar Cantábrico (Golfo de Vizcaya).

Extensión 2217 km2. Perímetro terrestre 67 km,

marítimo 80 km.

Sus vías de acceso son: AP-8 Autovia / autopista del

Cantábrico y AP-68 Autopista Vasco- Aragonesa.

Clima templado, oceánico, con mucha nubosidad

a lo largo de todo el año, precipitaciones abundantes

y frecuentes, especialmente en otoño e invierno, con

una media anual de 1,200 mm. Las temperaturas son

suaves tanto en verano como en invierno (14-15 grados

centígrados de media anual).

Las Encartaciones

Las Encartaciones (en euskarterri) es una comarca de

Vizcaya, en el País Vasco (España). Situada en la parte

occidental de la misma, limita con Cantabria la pro-

vincia de Burgos (Castilla y León) y Álava (País Vasco).

Las Encartaciones confinan al sur con los valles de

Ayala, Oquendo (Álava y Mena, Burgos, al norte con

Castro Urdiales y Guriezo (ambos en Cantabria), así

como al oeste con Soba, Rasines, Ramales de la Victo-

ria y el Valle de Villaverde, todos territorios de Canta-

bria. Al este con la comarca del Gran Bilbao (Vizcaya).

Su capital la villa de Valmaseda. Su población actual es

de 30,966 encartados.

La mancomunidad de municipios de las Encarta-

ciones está compuesta por los municipios: Villa de

Valmaseda, Valle de Carranza, Valle de Arcentales,

Concejo de Gueñes, Concejo de Zalla, Concejo de

Sopuerta, Concejo de Galdames, Valle de Gorden-

juela, Valle de Frucios y el Valle de Lanestosa. Las

juntas generales de Vizcaya, tienen su salón de plenos

en la casa de juntas de Guernica y las oficinas en Bilbao.

Vendedores de hielo natural.

31

Gastronomía

La gastronomía vasca goza de merecida reputación,

no sólo por el prestigio que en tiempos recientes

han alcanzado cocineros muy destacados, sino so-

bretodo por la variedad y arraigo de un extensísimo

recetario popular. La cocina vizcaína, íntimamente

emparentada con su vecina guipuzcoana, destacan

platos tan conocidos como el bacalao al pil pil o a

la bilbaína, los chipirones en su tinta o la merluza

a la ondarresa. Buena muestra de la importancia de

la gastronomía en la sociedad vizcaína y vasca es la

abundancia de sociedades gastronomistas (conoci-

das como Txokos en Vizcaya).

Turismo

Su capital Bilbao, es famosa por el museo Guggen-

heim y su ría. Monumentos y lugares de interés, La

Casa de Juntas y Árbol de Guernica, Las Encartacio-

nes y La Casa de Juntas de Avellaneda, Las Cuevas

de Pozalagua, El Puente Vizcaya, La Cueva de Santi-

mamiñe y El Bosque de Oma, El Palacio Euskalduna

San Juan de Gaztelugatxe e Isla de Agueche, en Ber-

meo. El Puerto de Bermeo y Puerta de San Juan,

La Iglesia de Santa Maria de Axpe, La Reserva de la

Biosfera de Urdaibai y playa de Mundaca, La Basílica

de la Asunción de Nuestra Señora de Lequeitro su

retablo y la virgen de la antigua Basílica de Begoña,

La Universidad del País Vasco, campus de Lejona

(1972), extenso ejemplo de arquitectura brutalista, y

sede del museo Vasco de Historia de la Medicina y de

las Ciencias. El Museo de coches antiguos y clásicos

de Torre Loizaga con mas de 40 Rolls Royce. El Aero-

puerto de Bilbao, ejemplo de arquitectura moderna.

La Ermita de San Pedro (Abrisketa) en Arrigorriaga.

Dantzaris labortanos bailando al son del acordeón.

32

gipuzkoa

33

“En un campo de oro, tres árboles de sínople, colocados en faja sobre ondas de agua de plata y azur. Sostienen el escu-do dos salvajes, en pie, al natural, vestido con un paño de plata. Debajo de la punta del escudo aparece escrita en una cinta de plata la leyenda “FIDELISSIMA BARDULIA NUN-QUAM SUPERATA” (“Bardulia la más fiel, nunca conquis-tada”), escrita en letras de sable.”

34

Gipuzkoa

Euskal Herria

Guipúzcoa es como se le conoce en

castellano y oficialmente se le cono-

ce como Gipuzkoa. Es una provincia

española y territorio histórico de la

comunidad autónoma del País Vasco.

35

Su capital es San Sebastián, Donosti. Limita con el

departamento francés de Pirineos Atlánticos por el

noreste, Navarra al este, Vizcaya al oeste, Álava al

suroeste y el golfo de Vizcaya al norte. Se sitúa en

el extremo este del mar Cantábrico, en el golfo de

Vizcaya. Posee 66 km de costa.

Guipúzcoa es la provincia más pequeña de Espa-

ña. La provincia tiene 88 municipios y una población

de 709.607 habitantes de los cuales más de la mi-

tad viven en el área metropolitana de San Sebastián.

Ademas de la capital otras ciudades importantes son

Irún, Rentería, Zarauz, Mondragón, Éibar, Fuente-

rrabía (antiguo fuerte fronterizo para defenderse de

Francia), Oñate (cuenta con una antigua universi-

dad), Tolosa (durante diez años 1844-1854 fue capital

de la provincia y sede de la Diputación Foral de Gui-

púzcoa), Beasain o Pasajes (el puerto principal).

Su color verde intenso se lo da el clima atlántico

a esta tierra con poca variación en la temperatura,

mientras que el mar Cantábrico le da el color azul a

un paisaje atractivo para los turistas. Todos sus ha-

bitantes tienen un fuerte arraigo a su cultura, sus

tradiciones y su idioma, el euskera. Guipúzcoa es el

territorio vasco donde más extendido se encuentra el

euskera entre la población.

El territorio tiene una zona turística llamada (Cos-

ta Vasca), donde destacan los municipios de San Se-

bastián, Zarauz y Fuenterrabía. A parte de sus playas,

poseen un gran número de edificios de gran interés

cultural e histórico. En el interior destacan poblacio-

nes cómo Éibar, Oñate, Mondragón, Azpeitia y Tolosa.

Guipúzcoa así fue designada , de acuerdo con el

Real Decreto de 30 de noviembre de 1833, aunque

en la actualidad están vigentes tanto el Estatuto de

Guernica como se hizo efectivo Constitución Espa-

ñola de 1978. Se hizo efectivo en el 2011 el único

nombre oficial designado por las Juntas Generales

de Guipúzcoa, por lo cual la única denominación ofi-

cial del territorio a todos los efectos es Gipuzkoa.

Se le denomina en castellano y es recomenda-

da por la Real Academia Española. Se le usaba en

documentos oficiales de la administración y en los

documentos no oficiales escritos en castellano.

Es la denominación usada en la versión en caste-

llano de la Constitución española en la disposición

derogatoria y en la versión en castellano del Estatuto

de Autonomía para el País Vasco.

Es la única denominación oficial aprobada para el

territorio histórico por sus Juntas Generales.

Es la denominación en euskera recomendada

por la Real Academia de la Lengua Vasca (Euskalt-

zaindia) y utilizada habitualmente en documentos

oficiales de las administraciones vascas. Tambien se

utiliza en castellano.

Es la denominación utilizada en la versión en eus-

kera de la Constitución española en la disposición

derogatoria y en la versión en euskera del Estatuto de

Autonomía para el País Vasco.

Historia

Los documentos mencionados más antiguos sobre el

topónimo Guipúzcoa datan del siglo XI. El documen-

to escrito conocido más antiguo que menciona este

topónimo data del año de 1025. Se cree que Guipúz-

coa era por aquel entonces una tenencia feudal del

Reino de Pamplona al frente del cual se encontraba el

susodicho señor Garsia Acenariz o García Aznárez.

Historia, Prehistoria y Antigüedad

36

El Reino de Pamplona alcanzaba por aquel momento su

máxima extensión territorial histórica abarcando desde

el Condado de Ribagorza en el Alto Aragón hasta el río

Pisuerga en la frontera entre León y Castilla.

En dicho documento de donación se describen los lí-

mites del término del susodicho monasterio de Olazábal,

sobre cuyo solar se construyó siglos más tarde la actual

iglesia de Altzo-azpi del municipio de Alzo. Las tierras

pertenecientes al monasterio de Olazabal abarcaban una

larga y estrecha franja de tierra que iba desde las cerca-

nías de la costa guipuzcoana (el barrio de Elcano de Aya)

hasta la Sierra de Aralar. Se supone que este territorio,

centrado en el valle del río Oria, constituía el corazón de

la Ipuscua del siglo XI gobernada por García Aznárez.

En la segunda mitad del siglo XI aparece mencionado

un segundo señor de Guipúzcoa Orbita Azenáriz, cuya

primera mención escrita data de un documento de 1066,

durante el reinado de Sancho Garcés IV de Pamplona.

En 1076 el reino de Pamplona sufrió una convulsión

con el asesinato del rey víctima de una intriga a manos

de sus hermanos. Los nobles pamploneses prefirieron

entregar el reino a uno de sus poderosos vecinos, Ara-

gón o Castilla y León. Los monarcas de León y Aragón

pertenecían también a la familia real pamplonesa ya

que eran nietos del gran rey Sancho el Mayor y por tan-

to tenían cierta legitimidad para acceder al trono. Am-

bos candidatos, con apoyos locales trataron de asentar

su candidatura ocupando militarmente parte del terri-

torio pamplonés. Al final los dos candidatos llegaron a

un acuerdo y dividieron el reino en dos partes. El rey

Alfonso VI de León se hizo con el control de la mitad

occidental del reino, que incluía buena parte de La Rio-

ja, Bureba y casi todo el actual País Vasco y pasaba a

ostentar entre sus títulos al rey de Nájera; mientras que

Sancho Ramírez de Aragón obtenía el reconocimiento

como rey de Pamplona y se quedaba el resto del reino.

En la división del reino de 1076 la parte más oriental

de la actual provincia de Guipúzcoa, la comarca situada

entre San Sebastián y el río Bidasoa siguió unida al

Reino de Pamplona. Este hecho parace confirmarse

porque el rey Pedro I de Aragón confirmó unos años

más tarde, en 1101, la antigua donación al Monaste-

rio de Leire de la iglesia de San Sebastián, lo que pro-

baría su jurisdicción sobre esta parte del territorio en

aquel momento. Esta parte de la provincia es la que

históricamente siempre ha estado más vinculada a

Navarra, territorio del que ha sido la salida natural

al mar a través de el Cabe pensar que la Guipúzcoa

del siglo XI, el río Bidadsoa y con la que comparte el

mismo dialecto del euskera y un país vascón.

En 1109, sabiéndose cerca de su muerte y sin here-

deros varones, Alfonso VI concertó la boda de su here-

dera Urraca I con el rey Alfonso I de Aragón. Alfonso

Camino de la fuente.

37

I pasó a ser regente de Castilla, Tras el matrimonio

entre el rey de Aragón y la reina de León no fue benefi-

co ni mucho menos la unión y la paz entre sus reinos

ya que los dos, reina y rey, acabaron en unos pocos

años enfrentados en una guerra civil que se prolongó

entre 1111 y 1114. Durante el enfrentamiento muchos

territorios y plazas fronterizas que pertenecían a los

reinos de su esposa cayeron en manos de Alfonso

I. Entre ellos se encontraba buena parte del territo-

rio que en la división de 1076 había caído en manos

castellano-leonesas. Tras la restauración del dominio

pamplonés-aragonés en la década de 1110, aparece

como nuevo tenente de Guipúzcoa, Ladrón Íñiguez,

que aparece también al frente de Vizcaya y Álava. En

1127 el Pacto de Támara entre Alfonso I de Aragón y

Alfonso VII de Castilla consolidaba el dominio arago-

nés-pamplonés sobre Guipúzcoa.

Tras incorporar los reyes castellanos a Guipúzcoa

en 1200, estos impulsaron la labor de urbanización

y fundación de villas que habían iniciado los pam-

ploneses unos años antes con la fundación de San

Sebastián. Siguiendo el ejemplo de San Sebastián,

el primer impulso se centró en la fundación de villas

en la franja costera de la provincia. Castilla, igual que

Navarra, estaba necesitada de puertos de mar, que

sirvieran para dar salida comercial a sus productos,

de base para una flota naval o para industrias eco-

nómicas importantes como la pesca o la caza de la

ballena. En Guipúzcoa ya existían por aquel enton-

ces núcleos de población en la costa, lo que hicieron

los reyes castellanos fue dotar a dichas poblaciones

preexistentes de fueros y derechos que impulsaran

su crecimiento y fortalecieran esos asentamientos.

El rey Alfonso VIII de Castilla fundó en menos de

una década desde la anexión tres villas marineras si-

guiendo el modelo del fuero de San Sebastián. Las

cuatro villas marineras guipuzcoanas ocupaban de

manera casi uniforme la costa guipuzcoana.

Villas marineras

Fuenterrabía (1203): situada en el extremo más

oriental del territorio. A su función de villa marinera

unía una ubicación estratégica en un promontorio

que dominaba la Bahía de Txingudi, en la desembo-

cadura del río Bidasoa, lo que le permitía controlar

las fronteras con Navarra y Gascuña. Eso convertiría

a Fuenterrabía en la plaza fuerte por excelencia de la

provincia, junto con San Sebastián.

Guetaria (1209): ocupando el puerto natural for-

mado por un istmo arenoso en la costa central de

Guipúzcoa. Guetaria se convertiría en los siguientes

siglos en una de las villas más importantes de la pro-

vincia, siendo uno de sus puertos más destacados y

cuna de grandes marineros.

Motrico (1209): limitando al oriente con Vizcaya,

ocupando el puerto natural de una ensenada. Tam-

bién se desarrollaría como importante puerto y cuna

de grandes marineros. Unas décadas más tarde se

completaría esta urbanización costera con la funda-

Deslizando la embarcación en la playa al término de la pesca.

38

ción de una quinta villa por el nieto de Alfonso VIII,

el rey Fernando III. Zarauz (1237): situada cerca de

Guetaria venía a ocupar una planicie costera abierta

al mar. La villa parece orientada desde sus inicios a la

actividad ballenera. La segunda fase de la expansión

urbana guipuzcoana se produce a mediados del siglo

XIII, durante el reinado del rey sabio Alfonso X. Esta

vez las fundaciones se realizan en dos ejes norte-sur

que atraviesan la provincia, el valle del Río Oria y el

valle del río Deva. Alfonso X fundó 5 nuevas villas y

quizás una sexta:

Tolosa, Villafranca y Segura (1256): la primera

ubicada en el curso medio del río Oria y las dos si-

guientes en el curso alto. Las tres localidade se ubi-

can en situaciones estratégicas. Tolosa y Villafranca

se ubican a la entrada de valles laterales que provie-

nen de la frontera con Navarra. Segura a los pies de

los pasos de montaña que comunican con Álava.

Estas ubicaciones estratégicas, permiten afianzar y

proteger el corredor natural norte-sur formado por

el valle del Oria, que une la costa oriental de la pro-

vincia (San Sebastián, Fuenterrabía) con el interior

del reino. Se cree que Tolosa y Segura fueron funda-

ciones nuevas y que no se apoyaron en poblaciones

preexistentes. Villafranca fue fundada primero bajo

el nombre de Ordicia y no adquirió su posterior de-

nominación hasta 1268.

Villanueva de Ariznoa y Mondragón (1260): Son

villas pero en el valle del Deva. Este corredor une la

costa occidental (Motrico, Guetaria) con el interior.

También resulta una zona conflictiva al ser zona

fronteriza con Vizcaya y estar sometida por tan-

to a las incursiones banderizas del vecino señorío.

En este caso las fundaciones si que se basaron en

dos poblaciones prexistentes: Ariznoa y Arrasate, a

las que el rey dotó de fueros, amuralló y cambió de

nombre. Villanueva de Ariznoa acabó siendo conoci-

da como Vergara.

Hernani: la fecha de su fundación se desconoce,

ya que su carta-puebla se perdió junto con sus ar-

chivos en un incendio. El documento más antiguo

que atestigua su condición de villa data de 1374, esta

fecha se suele dar como la de su “fundación”, aunque

se sabe que la villa es más antigua, desconociéndose

en cuantos años. Hernani es una población que ya

existía con anterioridad al siglo XIII.

Monreal (1294): se dotó de fuero a la antigua po-

blación de Iciar situada en un promontorio frente a

la costa. Unos años más tarde (1343), se permitió el

traslado de la villa a un emplazamiento cercano si-

tuado en la desembocadura del río Deva, dando lugar

a Montreal de Deva, la actual Deva. Iciar quedó como

un barrio rural dependiente de Deva.

Garmendia de Iraurgui (1310): cuyos privilegios

son confirmados un año más tarde como Salvatierra

de Iraurgui. Conocida desde unos años más tarde

como Azpeitia.

Villanueva de Oiarso (1320): se crea una villa en

la desembocadura del río Oyarzun (Oiarso). La fun-

dación se realiza sobre la población de Orereta. Ac-

tualmente es conocida como Rentería. San Martin

de Iraurgui (1324): refundada en otro emplazamien-

El acarreo.

39

to como Miranda de Iraurgi unos años más tarde,

(1331); y conocida desde el siglo XV como Azcoitia. El

rey estableció que el tránsito entre Guetaria y Mon-

dragón pasara por esta localidad. Salinas de Léniz

(1331): Se le atribuye su existencia a un manantial sa-

lino. Se le concedió el fuero de Mondragón.

Elgueta (1335): ubicado en la frontera con Vizcaya.

Se le concedió los Fueros de Vitoria y Mondragón.

Placencia de Soraluce (1343): se otorga el villazgo

a la población de Soraluce, como premio a la impor-

tante participación de los soralucetarras en el Sitio

de Algeciras (1342). Esta población pertenecía hasta

entonces a la Tierra de Marquina.

Villanueva de San Andrés (1346): pedimento de los

habitantes del valle del Ego, en el paso natural entre

Guipúzcoa y Vizcaya. A la nueva villa se le concedió el

Fuero de Logroño. A mediados del siglo XV la villa era

ya conocida solo por su actual nombre de Éibar.

Villamayor de Marquina (1346): con consenti-

miento de los habitantes de la parroquia de San Bar-

tolomé de Olaso, que vivían desparramados en la

Tierra de Marquina. Conocida a partir de mediados

del siglo XV como Elgóibar.

Villagrana de Zumaya (1347): el rey concedió pri-

vilegio a los hidalgos y labradores de Seaz (en terri-

torio de Aizarnazábal) para poblar esta villa, dotán-

dole del fuero de San Sebastián. Fue la última villa

fundada en la costa, situada en la desembocadura

del río Urola. Por el rey Enrique II de Castilla.

Belmonte de Usúrbil (1371): era un lugar dependien-

te de San Sebastián a la que se dotó del fuero de esa villa.

Oyarzun (1453): se concede el villazgo a varios nú-

cleos de población del valle de Oyarzun desgajándo-

los de la jurisdicción de Villanueva de Oiarso.

Santa Cruz de Cestona (1383): fue fundada a peti-

ción de los habitantes de la parroquia de Santa Ma-

ría de Aizarna, que pidieron al rey fundar una villa

como mejor defensa ante los abusos de banderizos

y la ubicación fronteriza de la región con Navarra y

Gascuña. El rey les concedió los privilegios de la veci-

na villa de Azpeitia. Se creo un nuevo asentamiento

que es la actual localidad de Cestona. El núcleo origi-

nario de población, Aizarna, quedó como un barrio

rural de Cestona.

Villarreal de Urrechua (1383): la fundación fue

promovida por un grupo de veinticuatro pobladores,

que fueron acogidos al fuero de Azpeitia. Los moti-

vos de la fundación son los de fortalecer el poder de

la Corona en un importante nudo de comunicacio-

nes frente a los banderizos. Los pobladores bajo am-

paro real podían protegerse mejor de los banderizos.

En 1845 Oñate se incorpora definitivamente a

esta provincia. Por extensión, Guipúzcoa es la menor

de las cincuenta provincias de España.

Joven camino de la fuente.

40

Juntas

Cada cuatro años y coincidiendo con las elecciones

municipales se eligen los junteros por sufragio uni-

versal directo. Estos forman las Juntas Generales

de Guipúzcoa, que constituyen el órgano legislativo

unicameral del territorio histórico. El poder ejecutivo

lo ejerce el Diputado General, que es elegido por las

Juntas Generales y que designa a los Diputados, que

ejercen funciones semejantes a las de los ministros.

Geografía

Los ríos guipuzcoanos son todos ellos de curso breve

y de cuencas hidrográficas pequeñas. No obstante, sus

caudales son relativamente cuantiosos y estables, de-

bido al elevado índice pluviométrico y a la persistencia

de las precipitaciones en esta zona.

De este a oeste, el primer río es el Bidasoa, que

nace en Puerto Izpegui (Navarra) a 710 m. de altitud

y entra en Guipúzcoa por Endarlaza, recorriendo por

nueve kilómetros el territorio provincial sirviendo

de frontera natural entre España y Francia, primero

en un valle angosto y luego ensanchándose en una

llanura costera sobre la que se asientan Irún y Fuen-

terrabía, desembocando finalmente en el mar Cantá-

brico junto al cabo Higuer.

El río Oria es el mayor y más largo de los ríos

guipuzcoanos, nace en el Puerto de San Adrián, a

660 m. de altitud. Al principio se le considera for-

mado por los tres ramales que pasan por Idiazábal,

Cegama y Zumárraga, y a partir de aquí sigue con

un cauce único que alcanza cerca de 80 km de longi-

tud donde recoge las aguas de sus afluentes los ríos

Leizarán, Berástegui, Amézqueta, Araxes, Amunda-

rain, Agaunza y Ursuarán, bañando a los municipios

de Zumárraga, Beasáin, Ordicia, Legorreta, Alegría

de Oria, Tolosa, Villabona, Andoáin, Lasarte-Oria y

Usúrbil, desembocando al mar en Orio formando en

su desembocadura una peligrosa barra.

Factores determinantes del clima guipuzcoano

son la situación de la provincia entre el Pirineo y

la cordillera Cantábrica y entre el mar y el valle del

Ebro, posición de la cual resulta un clima oceánico

de matiz mediterráneo, caracterizado por su peque-

ña oscilación térmica anual, con veranos frescos e

inviernos moderados y con lluvias abundantes a lo

largo de todo el año pero predominantes en otoño y

comienzos del invierno. La temperatura media es de

8,1 °C en invierno y 18,2 °C en verano.

Los vientos son muy frecuentes, predominando

los del norte, noroeste y sur. Sólo un 2% de los días

son de calma. Las lluvias son abundantes (50% de

días lluviosos) debidas al régimen de vientos y a la

orografía de la provincia, con precipitaciones que

oscilan entre 1.200 y 1.700 litros anuales por metro

cuadrado. La nubosidad también es alta (sólo 10% de

días totalmente despejados), con una media de 1.830

horas anuales de insolación (equivalente a 5 por día).

Mercado en San Juan de Pie de Puerto.

41

En su conjunto la situación climática es suficiente-

mente buena y permite condiciones favorables de

vida y trabajo a lo largo de todo el año.

El clima es oceánico, con pocas oscilaciones tér-

micas, y su temperatura anual alcanza un prome-

dio de 14 °C, con abundantes precipitaciones (1.400

mm al año) y en ocasiones violentas galernas. Las

precipitaciones y el relieve condicionan una hidro-

grafía definida por ríos de escasa longitud, aunque

caudalosos y regulares; los principales son el Bida-

soa, el Oyarzun, el Urumea, el Oria, el Urola y el

Deva. Su utilidad agrícola, como consecuencia de las

precipitaciones, es mínima, si bien han sido la base

de una industria que ha terminado por contaminar

sus aguas. La vegetación predominante, también

condicionada por el clima, es el bosque boreal, con

especies de hoja caduca que alternan con prados. Ro-

bles, fresnos, abedules, pinos, castaños y eucaliptos

cubren las laderas de las montañas, donde habitan

zorros, jabalíes, ardillas y corzos.

Guipúzcoa cuenta con 709.607 habitantes es la 4.ª

provincia española (tras Madrid, Barcelona y Vizcaya)

con mayor densidad de población con 371,7 hab/km².

Guipúzcoa también ha sido una de las regiones

gracias a las cuales se repuebla la Castilla medieval,

pues gente de estas tierras emigró en la Edad Media

a tierras castellanas donde se asentaron; así pues,

muchas de las gentes de Valladolid, Burgos, Tole-

do, Palencia etc., tienen antepasados guipuzcoanos,

aunque no tengan apellidos vascos.

Niños sobre carreta.

42

EN AUMENTODE LA

JUSTICIA CONTRA M

ALH

ECH

ORE

SJUSTICIA

araba

43

“En oro, sobre un campo verde, una roca, en su color, suma-da de un Castillo almenado, mazonado de sable y aclarado de azur y de cuya roca sale un brazo, armado con una espada de azur, siniestrado de un león rampante de gules; sobre la hoja de la espada una cinta de azur y en letras de oro con la leyenda “JUSTICIA”. Bordura de azur y en letras de oro la leyenda “EN AUMENTO DE LA JUSTICIA CONTRA MALHE-CHORES”, todo ello timbrado de la Corona Ducal.”

44

araba

Euskal Herria

Álava es como se le conoce en caste-

llano a la provincia de Araba.

45

Todas las fronteras políticas son artificiales y es

cierto particularmente para Álava. A excepción de

la llamada, en la parte central de la provincia, y se

lleva el protagonismo su capital Vitoria, el resto de

las comarcas compiten entre esta y las zonas extra-

provinciales colindantes. Eso pasa con Aramayona,

que tiene afinidad con Mondragón de la comarca

guipuzcoana, Montaña vinculada a Estella en Nava-

rra. La Rioja inmersa junto a su homónima logroñe-

sa en plena vega del Ebro, Los Valles occidentales,

muchos años dependientes del obispado burgales

de Valpuesta; y las cuencas cantábricos de Ayala, sin

solución de continuidad con los valles vizcaínos de

Orduña y Orozko.

Este es el rasgo que más destaca de Álava, su posi-

ción de transito entre Navarra y Castilla, el Cantábri-

co y el Ebro, los Pirineos y la meseta, condición que

confiere al territorio una gran diversidad.

Álava ha sido desde el paleolítico ruta principal

entre la península y el resto del continente. Fue cal-

zada romana.- AB Asturica Burdegalam, camino de

Santiago, calzada real y hoy día es carretera nacional.

La incorporación definitiva de Álava y Guipúzcoa

al reino de Castilla en el siglo XIV acelero el declive

del reino de Navarra, que perdía dos puntos estraté-

gicos, el paso exclusivo fronterizo hacia Francia y la

conexión directa con los puertos del Cantábrico.

A comienzos del siglo XIII, Sancho VIII el fuer-

te ya había perdido el control de Álava y Guipúzcoa

frente al monarca Castellano Alfonso VIII el noble

algunos autores consideran este episodio como una

traición de Alfonso hacia su primo carnal Sancho,

por incumplir un compromiso que establecieron de

no agresión. En esa época como en esta, ese tipo de

compromisos eran de conveniencia y muy frágiles.

Años antes, en 1195, Sancho VII y Alfonso XI de

León habían hecho un amago de invasión de Casti-

lla, aprovechando la derrota de Alarcos, pocos años

después en 1212 castellanos y navarros se alían contra

los almohades en la estratégica batalla de las Navas de

Tolosa. Alfonso VIII hizo mención en su testamento

de devolver las plazas arrebatadas a Navarra (Anta-

ñona, Corres, Santa Cruz de Campego, Salinillas de

Buradón, pero esta promesa tampoco fue cumplida.

En cualquier caso las villas y linajes nobles alaveses

pronto se desencantaron de la pujante Castilla.

José Ángel Garría de Cortazar define Álava como

el producto final de un conglomerado de elementos

territoriales que, a falta de Treviño, acabaron entre-

gándose en el comienzo de la Edad Moderna, fines

del siglo XV o comienzos del XVI, en torno a la lla-

mada y conjunto de montañas que la rodea. Esta área

durante la Edad Media es la que diversos autores lla-

man “Álava nuclear”.

El proceso de integración permite distinguir en-

tre cinco Álavas cada una con perfiles geográficos y

también con una historia distante:

• Alto valle del Nervión: Es la Álava húmeda y can-

tábrica al pie de la Peña de Orduña y del valle de

Ayala que mira más hacia la ría de Bilbao que hacia

el resto de la provincia.

• Oeste del río Bayas: Espacio de transición en que

las sierras entre el Bayas y la cuenca del Omecillo

ofrecen rasgos más mediterráneos. Es un espacio

tempranamente castellano en su idioma y en su

administración eclesiástica y civil.

• Las tierras circundantes al condado de Treviño: En

esta zona se encuentran cuevas que albergaron

Historia, Prehistoria y Antigüedad

46

temporalmente a piadosos eremitas y en ella, des-

pués del siglo XII se construyen también hermo-

sas joyas del romántico.

• Tierra de Laguardia o Rioja Alavesa: zona medite-

rránea por excelencia que pertenece al reino de Na-

varra hasta la segunda mitad del siglo XV.

• La llamada, donde nació el nombre que acabaría

bautizando al conjunto de las cinco zonas. El nom-

bre de Álava a mediados del siglo XII, delimita un

espacio menor. Un documento de esa fecha dice

que Álava se extiende de Losa y Buradón hasta Ez-

nate, esto es, el portillo que entre Equino y Ciordia

separa Álava de Navarra.

Desde el punto de vista histórico, es muy intere-

sante la anterior etapa a la creación de la provincia.

Muchas de las claves que explican la situación y

configuración de los principales asentamientos hu-

manos que perduran en la actualidad se remontan a

la época altomedieval.

En palabras de Micaela Portilla los riscos, corta-

duras y pasillos angostos de la actual Álava y de las

tierras del norte de Burgos fueron valiosas avanzadas

cristianas en la línea del alto Ebro durante los siglos

VIII al X: Una veintena de puestos y fortalezas, alinea-

dos paralelamente al curso del río Ebro, formaron la

vanguardia cristiana de Álava y Castilla Álava y al-Ai-

lá�según denominación de las fuentes musulmanas.

Entre los siglos X y XI, Álava, de manera análoga

a Castilla, es gobernada por condes que se alternan

en su vinculación con Asturias y Navarra.

El gran condado que era Álava en tiempos de Fer-

nán González se fragmenta (tras la muerte de Sancho

IV) en numerosas circunstancias: Vizcaya, Durango y

el valle del Deva se desgajaron definitivamente.

Edad Media

Tan reveladora fue la Alta como la Baja Edad Media

y fue el momento que Álava sirvió de frontera entre

los reinos de Navarra y Castilla, de esta época es la

fundación de las villas: Vitoria, Salvatierra, Bernedo,

Laguardia, Antoñana, Campego, etc. La Alta Edad

Media en Álava se distinguen dos periodos.

• Reino visigodo ( V-VIII )

• Califato cordobés ( VIII-X )

Siglo V-VIII

Todo el norte peninsular quedó durante los siglos V

al siglo VIII al margen del poder visigótico de Toledo.

Las invasiones germanas del siglo V de suevos y

alanos, habían acabado con la huella romana en Álava.

La urbe Iruña o Veleia reconstruida en el siglo

IV tras las primeras invasiones del siglo III, perdió

toda actividad. Del dominio visigótico posterior solo

se sabe que realizaba campañas periódicas contra los

territorios al norte de los ríos Duero y Ebro.

Camino del mercado.

47

Leovigildo realizó una expedición hacia tierras

alavesas en torno al año 580, fundando la población

del Victoriaco, que algunos autores identifican con la

actual Vitoria, y otros con la Veleia romana.

Algazuas cordobesas en Álava (siglos VIII-X)

Las incursiones musulmanas en Álava se produ-

jeron de manera periódica durante dos siglos, de me-

diados del VIII al X.

ABD-al-Rahman I (756-788)

En el 767, tenemos noticias puntuales de los ataques

(cordobeses) a las fronteras alavesas y de las entradas

de los musulmanes por los caminos de sus monta-

ñas desde el año 150 de la Hegerica, el año 767 de

nuestra Era: en ese año los ejércitos de ABD-al-Rha-

man I entrando por tierras de Álava, sometían a los

habitantes a un rendimiento y les exigían que les

entregaran rehenes. En el 778 la incursión en la lla-

nura descrita en las crónicas árabes como sangrienta

derrota de los cristianos.

HIXAM I (788-796)

En el 792 los musulmanes atacaban las fronteras de

Álava y Alquila, Álava y los Castillos, causando gran

mortandad entre los cristianos, según noticia de

Ibn-Ashari. En el 794 descrita como “aceifa victoriosa”.

Alhakan I (796-822)

En el 801, el ejercito que comanda Muawiya, herma-

no del emir, es derrotado en el desfiladero Argensum

(posiblemente las conchas de Arganzon).

En el 803, el general ABD-al-Karim, fracasa en su

primera incursión por el territorio (a juzgar por el

laconismo con que citan la aceifa las fuentes árabes).

La expedición entraba hasta Oron por el desfiladero

de Pancorbo y tierras de Miranda. En el 816, ABD-

al-Karim es nuevamente derrotado en un desfiladero

en cuyo fondo corría un torrente. Portilla cree que

pudo ser Pancorbo.

ABD-al-Rhaman II (822-852)

En el 823, año 208 de la Hegira, el emir había acorda-

do romper el Fsegur o frontera del Ebro y tras haber

andado sus generales en pareceres sobre por donde

atacarían a los cristianos con mayor eficacia decidie-

ron hacerlo por la puerta de Álava porque era la más

peligrosa para el enemigo y la más inexpugnable

para su dueño, según narrara DBN-Adhari envió con

este fin al emir al mismo general de anteriores expe-

diciones. ABD-al-Karim, que consigue desmoronar

las defensas del territorio quemando villas, destru-

yendo alquerías y conquistando fortalezas.

Tan exitosa incursión fue registrada en las cróni-

cas musulmanas como La campaña�de Álava.

Conjunto de cuerdas recorriendo las calles.

48

Tras atravesar con victoria�las tierras llanas, las

tropas de la garganta de Charniq donde había una

llanura con provisiones y almacenes. En Guernica,

Erenchun, Gereñu o en algún despoblado alavés (en

la proximidad de Mendarozqueta un termino lleva el

nombre de Guernica) vienen los historiadores el si-

tio de esta derrota cristiana, sin que existan pruebas

suficientes para fijarlo de un modo definitivo.

El paso de acceso al llano fue posiblemente el

puerto de Guernica en cuyas proximidades de erigie-

ron en fechas mas tardías las torres de los Luzcan-

dos, Gaonas y otros linajes.

En el 825 aceifa victorioso en la montaña que

Ibn-Hayyan describe como de los adoradores del fuego.

838, la campaña dirigida por el hermano del emir.

848, aceifa del hijo del emir. Al-Mundhir Mohamed

I ( 852-886 ). Ibm Idhare relata una aceifa que pene-

tra hasta Salinas de Añana, que estaba bajo la juris-

dicción del conde Castellano Rodrigo.

• Abul-Hakan-Al-Munder (886-888)

• Abdallah.Ben-Mohammesd (888-912)

• ABD-al-Rhaman III (912-961)

Los historiadores no se ponen de acuerdo sobre el

lugar de la derrota cristiana del 823 frente al general

del emir ABD-al-Karim.

LINAJE GUEVARA

Según la leyenda, hacia el año 870, un noble alavés,

Sancho Núñez de Guevara pudo rescatar del vientre

de Urraca de Gascuña, mujer de García Iñiguez, a

un bebe al que llamo Sancho (Sancho Garces I) y

mantuvo oculto hasta la renuncia al trono de su her-

mano Fortun Garces.

Cuando las cortes de Sanguesa lo reconocieron

como rey, Sancho apodó cariñosamente ladrón (latro

en latín) es un apodo de origen incierto y legendario.

El primero en utilizarlo fue el conde don Ladrón I

señor de Guevara y de Oñate y conde de Álava en el

siglo XII tronco del linaje Guevara. Se trata de un

patronímico de utilización exclusivamente familiar.

Muchas familias se preciaron en utilizarlo en virtud

de su descendencia más o menos remota de esta fa-

milia, de la cual se enorgullecían.

En Álava muchas familias lo utilizaron, especial-

mente en la forma Ladrón de Guevara, denotando

procedencia de esa familia, aunque casi siempre por

línea bastarda.

Los patronímicos Vela y Beltrán fueron también

utilizados con profusión por la familia Guevara y los

condes de Oñate.

Alpargatero sobre su mesa de trabajo.

49

LINAJE MENDOZA

El patronímico Hurtado es similar a ladrón, pero fue

exclusivo de la familia Mendoza.

Su origen se adjudica a Fernán Pérez Furtado I

señor de martioda y los Huertos, que fue hijo de un

matrimonio secreto de la reina Urraca de Castilla

con el caballero Pedro González, señor de la casa de

Lara, y por haber nacido a escondidas le llamaron

Furtado esto fue a principios del siglo XII.

Una rama de la casa de Mendoza lo utilizó como

patronímico y también como nombre propio.

La hija y heredera de Fernan Pérez Furtado fue

Leonor Furtado, que se caso con Iñigo López de

Mendoza, señor de Llodio y segundogénito de esta

familia alavesa, cuyos descendientes utilizaron con

profusión el Hurtado, así como muchas familias em-

parentadas con ella, que lo elegían para hacer gala de

este parentesco del que se enorgullecían.

GASTRONOMIA

• Cocido Alaves ( cocido vitoriano ).

• La judía pinta alavesca.

• Revuelto de perrechecos.

• La carne de cerdo entre los platos de cerdo patatas

con chorizo.

• Las truchas con jamón.

• Las chuletitas de cordero al sarmiento.

• Hortalizas y frutas.

• Habas de Vitoria.

Vinos

• Txacoli de Álava.

Rioja Alavesca

La cuadrilla de la Rioja Alavesa es una de las tres

submarcas en las que se divide la denominación de

origen. Consta de 21 localidades, entre las más des-

tacadas:

• El ciego

• Oyon

• Laguardia

• Labastida

Estas localidades además de buenos vinos, ofre-

cen al visitante numerosas Ermitas, Iglesias y palace-

tes de diferentes estilos arquitectónicos que van del

siglo XI al siglo XIX.

Repostería

• El goxua.

TURISMO

• Álava

• Vitoria-Gasteiz

• El casco antiguo

• La Catedral Santa María

• La Torre de Hurtado Anda

• El Portalon

• La Torre de Doña Otxanda

• La Iglesia de San Pedro

• La casa de Cordón

• La Vitoria-Gasteiz Neoclásica

• La Plaza Nueva

• La Plaza de los Fueros

• La Iglesia y Convento de San Antonio

• El Parlamento Vasco

• La Catedral Nueva

50

nafarroa

51

“En campo de gules unas cadenas de oro dispuestas en orla, cruz y sotuer con una esmeralda de su color en el centro.”

52

Nafarroa

Euskal Herria

Navarra es como se le conoce en

castellano y oficialmente se le nombra

como Comunidad Foral de Navarra.

53

Es una comunidad foral española situada en el nor-

te de la Península Ibérica. Esta limita con Francia al

norte, al este y sureste con la comunidad autónoma

de Aragón, por el sur con la de La Rioja y por el oeste

con la del País Vasco. Posee un exclave (Petilla de

Aragón) rodeado totalmente por la provincia arago-

nesa de Zaragoza. Este corresponde al territorio de la

Alta Navarra del Renacimiento (la Baja Navarra for-

ma parte de Francia).

Está formada por 272 municipios y cuenta con

una población de 644 566 habitantes esto en el

2012,y de esta un tercio vive en la capital Pamplona

(197 604 habitantes), y más de la mitad en el área

metropolitana de la misma (328.511 habitantes).

La actual Comunidad Foral de Navarra viene del

antiguo Reino de Navarra, que estuvo vigente hasta

1841 y del cual surge su particular régimen de au-

togobierno, que es denominado Régimen Foral. La

organización jurídico administrativa actual se basa

en el Amejoramiento de 1982, que supuso la adapta-

ción de la tradición foral a la Constitución Española

de 1978, concretamente en virtud de la disposición

adicional primera de esta última, que reconoce y am-

para los derechos históricos.

Desde el siglo XVI hasta principios del XX, Na-

varra fue una pequeña región agraria de poco desa-

rrollo socioeconómico; en la actualidad Navarra es

una de las comunidades con mayor riqueza relativa y

bienestar socioeconómico, a la vez de participar en el

crecimiento del Valle del Ebro y la consolidación de

la economía de servicios e industrial en Pamplona.

Hoy en día, la tasa de desempleo registrado es de las

más bajas de España, su PIB per cápita es de los más

elevados y superior a la media europea, y es la comu-

nidad autónoma con más ingresos netos por hogar y

menor índice de pobreza. Navarra fue un Reino des-

de 824 hasta 1841, una provincia con Diputación Pro-

vincial, tambien llamada Diputación Foral desde 1841

hasta 1981, y desde 1981 hasta la actualidad constituye

una Comunidad Foral.

Comarcas Geográficas de Navarra

Navarra se divide a efectos geográficos en tres comar-

cas diferenciadas por la geografía de la zona. Esta di-

visión comarcal se refiere a criterios relacionados con

el relieve, el clima, la vegetación y a veces, la historia.

La Ribera de Navarra, que a su vez suele dividirse

en las zonas oriental y occidental, lugares más desta-

cados de población son Tudela y Corella. Está situa-

da al sur de la comunidad. El clima es Mediterráneo

Continental, es árida y seca. su vegetación es pobre

perenne y xerófila. El límite entre la zona Media y la

Ribera es difícil de trazar. Su comienzo lo muestran

la abundancia de rocas yesíferas, los amplios rega-

díos y los grandes pueblos. La Ribera se divide en

dos partes. La Ribera Tudelana u Oriental y la Ribera

Estellesa u Occidental.

La Zona media. Se compone de somontanos, va-

lles y piedemontes; está separada de la montaña por

las sierras de Urbasa, Andía, el Perdón, Alaiz, Izco y

Leyre. Tiene mayor altura que la Ribera.Esta dividida

en dos partes por el río Arga, La Occidental o Tierra

Estella y La Oriental.

La Zona de la montaña, se compone de una serie

de valles franqueados por las sierras de Aralar, Urbasa

y Andía en su parte más occidental y de los Pirineos

en la parte central y oriental de la región. Se encuen-

Historia, Prehistoria y Antigüedad

54

tra al norte de la comunidad, es una zona de lluvias

abundantes, que disminuyen de norte a sur. En toda

la zona dominan las alturas superiores a los 600 me-

tros. El curso alto del río Arga separa los valles pire-

naicos de los valles vasco-cantábricos. Los ríos han

excavado valles encajonados, con garganta angostas.

La política y la base administrativa a lo largo de

la historia de Navarra y hasta hoy día, han sido los

ayuntamientos. Unos cuantos tenían, por sus fueros,

asiento en Cortes, eran las denominadas “Buenas Vi-

llas” y sus representantes formaban el “tercer brazo”.

La competencia legislativa y organizativa de los ayun-

tamientos es exclusivamente Navarra, quedando vigen-

te esa portestad en la Ley de Modificación de Fueros de

1841 y naturalmente conservada en el Amejoramiento.

Los municipios eran, los simples y los compues-

tos. Estos últimos están formados por los concejos.

En la Cuenca, el caso de Galar y Cizur).

Concejos

Es una división administrativa de algunos municipios,

denominados municipios compuestos. Son entidades

locales, con determinadas competencias, incluyendo

la administración de los propios comunales.

La administración y el gobierno de estas entidades

se realizará en régimen de Concejo abierto, formado

por un Presidente del Concejo, cuando la población

esté entre 16 y 100 habitantes y por una Junta forma-

da por el Presidente y cuatro vocales, cuando la po-

blación supere los 100 habitantes. Las elecciones de

los concejos en ambos casos, son convocadas por el

Gobierno de Navarra, y sus miembros son elegidos

por sistema mayoritario.

Los Fueros de Navarra

Se entiende por Fuero todo el corpus legislativo y las

fuentes del derecho propio que se ha dotado Navarra

a lo largo de su historia.

En otro aspecto se entiende por Fuero los estatu-

tos y reglamentos que regulaban la relación del Rei-

no y del Rey. El concepto navarro de Reino no era

territorial sino gentilicio, el reino eran sus naturales,

vecinos, municipios, corporaciones, palacios de ar-

mería, señores, monasterios y prelados que tenían

un pacto con el Rey, lo reconocían como tal a cambio

de que jurara respetar sus leyes, fueros, usos y cos-

tumbres. Hay que recordar a este respecto el lema

de los Infanzones de Obanos: “Pro Libertate Patria,

Gens Libera State”. Las Cortes de Navarra fueron el

Mercado frente al Ayuntamiento de San Sebastián.

55

órgano legislativo por excelencia en los mil años de

historia del Reyno. La legislación de otros reinos y las

órdenes del Rey, sobre todo después de la conquista

de Castilla, que se pretendían imponer en Navarra

llevaban sobrecarta de Contrafuero o Agravio.

El concepto cambió de matiz al ser abolido el Rei-

no, se pierde la capacidad absoluta de legislar y debe

atenerse a la “unidad constitucional”. Ahora el Pacto

cambia de protagonistas: el Reino es ahora provincia

foral y el Rey es ahora el Estado Español. Con esta

teoría se quiso defender el carácter paccionado de la

Ley de Modificación de Fueros de 1841. Es un Pac-

to-Ley que regula las competencias de Navarra y el

Estado, la contribución económica y es inmodifica-

ble por una sola de las partes.

En este proceso abolitorio del Reino de Navarra

quedaron derogadas muchas leyes, aunque en opi-

nión de Aizpún, hay que entender que sigue vigente

lo no expresamente derogado. En cualquier caso Na-

varra tiene plena capacidad legislativa en materia fis-

cal y tributaria, así como en Derecho Civil cuya última

recopilación es de 1973 el denominado Fuero Nuevo.

Posterior a la Constitución española de 1978, ins-

pirado en los mismos principos de Ley Pactada, fue

aprobada la Ley Orgánica de Reintegración y Ame-

joramiento Foral de Navarra, conocida como Ame-

joramiento. Se quiso adaptar el régimen foral a lo

establecido en la Constitución, sobre todo en lo re-

ferido a la constitución de autonomías. Navarra hizo

uso de la Disposición Adicional Primera en la que

se reconocen y amparan los derechos históricos y

no de lo previsto en el Título VIII como otras auto-

nomías, por tanto Navarra es una comunidad foral

que recoge, actualiza y “amejora” su tradición foral,

equivalente, pero con caracteres específicos, a una

comunidad autónoma.

Por está causa el tribunal Supremo y el Consti-

tucional se han pronunciado repetidamente en el

sentido de considerar a Navarra una Comunidad

Autónoma más. Las coronas de Castilla y de Aragón

Hombre al calor del hogar.

56

conquistaron la Alta Navarra del Reino de Navarra,

en 1512. Navarra continuo siendo reino con la fórmu-

la “Unión Principal” o “Eque Principal” esto es, cada

reino mantenía su soberanía pero compartían el

mismo rey, Navarra renunciaba a tener rey privativo

obligándose a que lo fuera siempre el de Castilla. El

gobierno directo lo mantenia la figura de un “virrey”

nombrado por los conquistadores. Sólo hubo un vi-

rrey navarro, Francisco Espoz y Mina en el año 1834.

La Baja Navarra mientras tanto mantuvo su in-

dependencia como parte de los dominios de la casa

de Albret, cuyos titulares mantuvieron el título de

reyes de Navarra. Posteriormente la casa de Albret

entroncó con una rama de la casa real francesa, los

Borbones, los cuales tomaron los títulos y posesio-

nes de los Albret. Posteriormente, el jefe de la Casa

de Borbón, Enrique de Borbón (Enrique III de Nava-

rra), líder del bando hugonote en las guerras de reli-

gión francesas adquirió también la corona de Fran-

cia, como Enrique IV de Francia, tras convertirse al

catolicismo (atribuyéndosele la célebre frase “París

bien vale una misa”). Fue su sucesor, Luis XIII de

Francia (y II de Navarra), quién incorporó Navarra a

la corona de Francia en 1624.

Ninguna de las constituciones españolas del siglo

XIX, solo la de Bayona, reconocieron los fueros de

Navarra, por lo que, salvo durante los periodos de

régimen absolutista, tanto las instituciones como los

fueros de Navarra quedaban derogados.

Despues de la Primera Guerra Carlista, en el Con-

venio de Vergara, Espartero se compromete a propo-

ner a las Cortes la concesión o modificación de los

fueros, lo que se materializa por la Ley de Confirma-

ción de Fueros de 25 de octubre de 1839, que con-

firma los fueros sin perjuicio de la unidad constitu-

cional de la Monarquía, y se hace efectivo por la Ley

de Modificación de Fueros de 16 de agosto de 1841,

que quedó incorporada a la Ley Orgánica 13/1982, de

10 de agosto, de Reintegración y Amejoramiento del

Foral de Navarra.

Hasta esa fecha existían aduanas en el río Ebro

y se acuñaba moneda con una sola leyenda: Rey de

Navarra. Con la ley paccionada, Navarra deja de ser

denominada Reino, y es nombrada provincia, ajus-

tándose a lo dispuesto en la División territorial de

España en 1833 de Javier de Burgos.

Despues de la guerra civil española se mantienen

los fueros en Navarra ya que había apoyado el alza-

miento de los sublevados.

La dictadura acaba y la reinstauración del sistema

democrático se convierte en una nueva constitución

en 1978. Para su realización definitiva, es la problemá-

tica foral uno de los elementos más complicados de

consensuar. Conforme se les daba a otras comunida-

des un sistema de autogobierno, en Navarra ya existía

un régimen similar, aunque reducido desde 1841.

“La Constitución ampara y respeta los derechos

históricos de los territorios forales”. Navarra se rige

Abuela junto a su nieta.

57

por la “Ley Orgánica 13/82 de 10 de agosto de Re-

integración y Amejoramiento del Régimen Foral de

Navarra”, que en su artículo 2.1 expresa que:

“Los Derechos originarios e históricos de la Co-

munidad Foral de Navarra se mantendran respetados

y amparados por los poderes públicos con arreglo a

la ley de 25 de octubre de 1839, a la ley paccionada de

16 de agosto de 1841 y disposiciones complementa-

rias, a la presente Ley Orgánica y a la Constitución y

de acuerdo a lo previsto en el párrafo primero de su

disposición adicional primera.”

El sistema foral permite a Navarra tener ciertas

competencias como su propia Policía Foral de Na-

varra, un sistema fiscal diferente y otros, aunque su

equivalente a un “Estatuto de Autonomía” del resto

de Comunidades Autónomas, que en Navarra toma

forma por Ley Orgánica de Reintegración y Amejo-

ramiento Foral de Navarra, se realizó tras la promul-

gación de la LOAPA, lo que tuvo por consecuencia

una limitación al autogobierno de Navarra; aun así,

la Comunidad Foral de Navarra tiene su propia le-

gislación en ciertas materias civiles y fiscales. En ad-

ministración local Navarra tiene competencias más

amplias que otras comunidades autónomas, con una

legislación propia que abarca el régimen de funcio-

narios, bienes, contratos y hacienda local. Como en-

tidad local propia de carácter inframunicipal existe el

concejo. También es peculiar su régimen de control

de la legalidad de la actuación de las entidades loca-

les a través del Tribunal Administrativo de Navarra.

Geografía

Navarra se encuentra en el norte de España. Limi-

ta al norte con el departamento francés de Pirineos

Atlánticos, en la región de Aquitania, al oeste con la

comunidad autónoma del País Vasco, al sur con La

Rioja y al este con Aragón. La geografía de Navarra,

a pesar de su reducido tamaño es muy variada. Gran

parte del territorio es montañoso, dominado por la

cordillera pirenaica, contrastando con las llanuras

del valle del Ebro del sur La Ribera.

En el relieve de Navarra se clasifican dos zonas: Al

norte la zona montañosa del Pirineo navarro, acciden-

tada y con una pendiente media- y la cota más alta en

la Mesa de los Tres Reyes (2.438 msnm.). Y al sur, la

Ribera, zona de extensas llanuras con pendientes me-

dias en general inferiores al 5%. Entre ambas hay una

zona de transición llamada Navarra Media o Zona Me-

dia, con sierras en su parte norte y amplias llanuras al

sur con una pendiente de entre el 5 y el 10%.

Estas dos zonas están separadas por una línea que,

partiendo de la Sierra de Codés, continúa por Santia-

El afilador.

58

go de Lóquiz, Andía, Echauri, Perdón, Aláiz, Izco,

Leyre y Navascués. En la Montaña predominan los

terrenos con una altitud superior a los 600 msnm,

aunque también existen algunos terrenos que no la

alcanzan. En la Ribera, sin embargo predominan los

inferiores a 400 msnm, aunque algunas áreas supe-

ran incluso los 600 msnm. (Sierra de Peralta, Bar-

dena Negra, Montes del Cierzo). Aproximadamente,

el 40% del territorio navarro está por encima de los

600 msnm. y el 610% restante por debajo. También

forman parte de su relieve los Montes Vascos.

En Navarra existen dos vertientes hidrográficas:

La Vertiente Cantábrica y la Mediterránea.

La Vertiente Cantábrica ocupa aproximadamente

1000 km² lo cual supone un 10% del territorio na-

varro. Los ríos de esta vertiente discurren por valles

profundos, tienen un recorrido corto y sus cuencas

son pequeñas. También tienen pendientes acusadas

y un alto poder erosivo, el cual se subsana gracias a

los frondosos bosques que hay en las cuencas.

Son ríos de régimen pluvial de gran regularidad

gracias a las abundantes y constantes precipitaciones

de la zona. Los principales ríos de esta vertiente son:

El Bidasoa (denominado Baztán en su tramo inicial),

el Araxes, el Urumea y el Leizarán.

La Vertiente Mediterránea ocupa aproximada-

mente 9000 km² lo cual supone un 90% del terri-

tori navarro. Los ríosvierten sus aguas al Mar Medi-

terráneo a través del río Ebro el cual discurre unos

90 km² por la comunidad marcando en gran parte

de este recorrido el límite con la comunidad autó-

noma de La Rioja. Este río recibe las aportaciones

de los principales ríos de Navarra: El Arga, El Ega y

el Aragón aportandole 4.180 hm³ lo cual supone el

23% del caudal medio.14 Refiriendonos al clima, Na-

varra es una mezcla de influencia montañesa de los

Pirineos y mediterránea del valle del Ebro, teniendo

gran diferencia entre el clima del norte (mucho más

húmedo y con precipitaciones frecuentes), al clima

del sur (más mediterráneo y con temperaturas más

altas y precipitaciones más esporádicas), pasando de

los húmedos valles cantábricos del norte a las áridas

y esteparias Bardenas Reales a orillas del río Ebro en

pocos kilómetros.

El lavado de ropa.

59

Organización territorial

Artículo principal: División administrativa de Navarra.

En la Edad Media y durante la vigencia de la Diputa-

ción Provincial las Merindades fueron protagonistas

como ente territorial e incluso como demarcación

electoral (desde 1841 hasta el final del franquismo, la

merindad tuvo funciones de circunscripción electo-

ral para las elecciones provinciales de los diputados

forales; también fue la circunscripción electoral utili-

zada en la elección de los integrantes del Parlamento

Foral en la legislatura autonómica 1979-1983). En la

actualidad las merindades carecen de competencias

administrativas, si bien sus territorios coinciden con

los actuales partidos judiciales (aunque en dos de

ellas cambia la ciudad de referencia. Navarra se ha

dividido históricamente en merindades:

• Merindad de Pamplona

• Merindad de Tudela

• Merindad de Estella

• Merindad de Olite

• Merindad de Sangüesa

Hasta 1530, el Reino de Navarra (en España) cons-

tituia también el territorio de Baja Navarra, conocida

general pero impropiamente como Sexta Merindad o

Merindad de Ultrapuertos, ya que se gobernaba des-

de Sangüesa. Su ciudad más importante es San Juan

Pie de Puerto.

Conjunto de cuerdas recorriendo las calles.

60

lapurdi

61

“en campo de oro, un león, de gules, armado de una azagaya que sostiene con su garra diestra.”

62

lapurdi

Euskal Herria

Labort es como se le conoce en

castellano, Labourd en francés y en

euskera Lapurdi. Es uno de los terri-

torios históricos que conforman la

Región Natural o País Tradicional del

País Vasco francés.

63

Historia, Prehistoria y Antigüedad

El territorio, corresponde a grandes rasgos con el de

un antiguo vizcondado del mismo nombre junto con

Bayona. Labort es una de las siete provincias tradi-

cionales de Euskal Herria y donde se habla el dia-

lecto navarro-labortano del euskera, si bien también

conserva en zonas como el Bajo Adur en el extremo

noroccidental, el gascón. En Bayona existe una Aca-

démie Gasconne fundada en 1927, que trabaja por la

difusión de la lengua y cultura gascona.

En las ciudades más importantes del País Vasco

francés se encuentran en Labort, y concretamente en

el Bajo Adur: Bayona (cuyo nombre latino era Lapur-

dum, de donde proviene Labort) y Biarriz. La zona

urbana más importante de la región es la comunidad

de aglomeración Bayona-Anglet-Biarriz.

Además del francés, en el territorio se hablan el

euskera, lengua tradicional de la mayor parte del te-

rritorio, y el gascón, lengua tradicional del resto, con

regiones mixtas como Bayona. El dialecto del euske-

ra en la zona se denomina labortano, muy próximo

al estándar de la lengua vasca culta.

Historia

Los romanos se establecieron en un castrum situado en

la actual Bayona al que llamaron Lapurdum, que ha de-

jado su nombre a la provincia del Labort. Hubo asenta-

mientos vikingos en Bayona durante casi un siglo.

En la Edad Media y hasta el siglo XI formó proba-

blemente parte del ducado de Vasconia. A mediados

del siglo XI pasó a ser un vizcondado dependien-

te del ducado de Aquitania. El año 1152, al contraer

matrimonio Leonor de Aquitania con Enrique II de

Inglaterra, pasa estar bajo soberanía del rey de In-

glaterra hasta 1450. Hacia 1193 desaparece el vizcon-

dado de Labort, dividiéndose en dos espacios, por

una parte Bayona, ciudad de habla romance, con

sus propios fueros y jurisdicción, y el bailío de La-

bort, gobernado por un baile con residencia en Us-

taritz. Ambos espacios dependían, junto con otros,

del senescal de Gascuña, representante del duque

de Aquitania y rey inglés. En el citado año, los la-

bortanos firman un tratado de adhesión con Francia

en el castillo de Belunce en Ayherre (Baja Navarra).

Bayona resistió un año más, pero en agosto de 1451

se rinde ante las tropas del rey de Francia.

Edad Antigua hasta la desaparición del Ducado de

Vasconia. Según atestiguan los restos del hombre de

Neanderthal encontrados en Bidarte, Biarriz (ciudad

llamada en euskera Miarritze), Hiriburu y Lehuntze

la región que más tarde recibiría el nombre de Labort

ya estaba poblado en el Paleolítico Medio.

Los romanos penetraron en estas tierras aquita-

nas un siglo a.C. El mismo nombre de Labort es de

origen latino al parecer, pues en aquella época sobre

lo que hoy en día es Bayona existía un fuerte romano

llamado Lapurdum. Por aquel entonces el euskera se

encuentra en su fase protovasco.

Con el debilitamiento del Imperio romano los ván-

dalos y alanos llegaron en 407 a los Pirineos seguidos

más adelante por los visigodos que penetraron por la

calzada romana que va de Burdeos a Astorga, para

luego atravesar el antiguo territorio vascón y exten-

derse por los pueblos vecinos. Francos y godos em-

64

prendieron diversas expediciones hostiles en tierras

de vascones, los francos por el norte y los godos por

sur. En este periodo de inestabilidad muchos de los

poblados primitivos, no cristianos y que no se encon-

traban bajo el radio de protección de las villas y fuer-

tes quedaron vacíos, para con el fortalecimiento de

los vascones hacia el siglo V volver a ser repoblados.

Con la retirada de los godos estas tierras queda-

ron en manos francas, naciendo así el Ducado de

Vasconia y nombrado a Genial primer duque de este

(602). El patricio y luego Duque Félix (660-670)

unificó Vasconia y Aquitania bajo el nombre de Du-

cado Vasconia-Aquitania, siendo Lupo I. (670-710)

nombrado duque y sucesor de este a su muerte. Con

la desapareción final del Reino de Tolosa (660) las

tierras que le correspondían al Ducado de Vasconia

pasaron a manos del aquitano.

Los árabes entraron en la península Ibérica desde

Gibraltar y llegaron hasta Tolosa y Poitiers. Eudón el

grande los venció en Tolosa en el año 711 y en la batalla

de Poitiers con ayuda de Carlos Manuel. El Ducado

Vasconia-Aquitania se mantuvo independiente hasta

la conquista en 768 por parte de los francos. A pesar

de los muchos levantamientos vascones entre los si-

glos VII-XI estas tierras siguieron unidas a Aquitania.

El duque de Gascuña Sancho Guillén en pago de

una deuda contraída con su sobrino Sancho Garcés

III le dio la tierras de Labort y la Baja Navarra (alre-

dedor del 1030). Este creó entonces los ducados de

Baigorri y Labort, pero a su muerte sus hijos se hi-

cieron con las tierras del padre, quedando en manos

de García Sánchez III de Navarra las tierras de La

Rioja, la Bureba, Álava, Vizcaya y Guipúzcoa, pero

los ducados de Labort y Baigorri pasaron entonces

a manos de Aquitania y Gascuña, manteniendo su

autonomía y gobierno, el valle de la Baja Navarra y

sus comarcas volvieron a Gascuña hasta el siglo XII.

En 1152 Enrique II de Inglaterra se casa con Leonor

de Aquitania y el condado pasa a manos de la corona

de Inglaterra. Como los levantamientos se repetían

continuamente Ricardo Corazón de León se casó con

la hija de Sancho VI el Sabio, Berenguela de Navarra

separando así Bayona de Labort, Bayona quedó en

manos del rey y Uztaritz se convirtió en la capital de

Labort (1174). Debido a esto el comercio en Bayona se

desarrolló considerablemente, creando conflictos con

los pueblos y ciudades agrícolas de Labort.

El rey de Inglaterra creó el cargo del baile como

representante real, aunque desde 1498 en adelante

solo se ocupó de asuntos militares, pues los admi-

nistrativos y judiciales estaban en manos de los fun-

cionarios. El gobierno de Labort estaba en manos del

Biltzar (consejo en euskera), donde se trataban los

asuntos generales de Labort y estaba formado por los

alcaldes de este territorio histórico. Desde 1314 tiene

escritos sus fueros y costumbres.

Durante tres siglos estuvo bajo administración in-

glesa para en 1450 según el Tratado de Ayherre pasar

a manos de la corona francesa una vez terminada la

Guerra de los Cien Años. Los privilegios de Bayona

que tuvo con la corona Inglesa desaparecieron, pero

sus usos y costumbres fueron recuperados y revisa-

El acarreo.

65

dos para en 1514 ser aceptadas por el Parlamento de

Burdeos como las leyes para todo Labort, leyes que se

perpetuaron hasta la Revolución francesa.

La crisis del siglo XVII tuvo gran efecto en Labort,

la desaparición del feudalismo y el desarrollo mer-

cantil e industrial provocó el enfado de la nobleza

al no formar parte de este y al perder sus derechos

sobre los agricultores. A causa de esto hubo grandes

conflictos entre 1654-1655, lo que llevó a que Luis

XIII y Luis XIV recortaran los derechos de los vascó-

fonos del País Vasco francés, provocando más levan-

tamientos populares.

Localización

Labort se ubica en el departamento de Pirineos At-

lánticos. Limita al norte con las Landas, al este con

la Baja Navarra, al sur con España (Comunidad Foral

de Navarra al sur, Guipúzcoa al suroeste) y al oeste

con el mar Cantábrico (golfo de Vizcaya). El territorio

no tiene estatus oficial, y se corresponde a grandes

rasgos con el de un antiguo vizcondado del mismo

nombre junto con Bayona.

Mercadillo en la plaza del Ayuntamiento de Pamplona.

66

Nafarroa Beherea

67

“En campo de gules unas cadenas de oro dispuestas en orla, cruz y sotuer con una esmeralda de su color en el centro.”

68

Nafarroa Beherea

Euskal Herria

Baja Navarra es como se le conoce

en castellano y Basse-Navarre es como

se le conoce en francés. Es una región

histórica del País Vasco francés.

69

Antiguamente también era conocida como Tierra de

vascos o abrev. En la actualidad, su territorio forma

parte del departamento de los Pirineos Atlánticos,

junto con los de los antiguos vizcondados de Labort,

Sola y Bearne. La Baja Navarra es uno de los tres te-

rritorios históricos franceses (los otros dos son La-

bort y Sola) que forman parte del territorio denomi-

nado tradicionalmente Vasconia o Euskal Herria, de

acuerdo a la recomendación de la Real Academia de

la Lengua Vasca. Formó parte del Reino de Navarra

junto con la actual Comunidad Foral de Navarra (Alta

Navarra) hasta 1512, fecha en la que fue conquistada

por Fernando el Católico, con la incorporación del

territorio que logró controlar (la Alta Navarra) a la

Corona de Castilla.

La Baja Navarra, que revirtió esta conquista (al

ser abandonada por el rey Carlos I de España por su

difícil defensa), permaneció con instituciones y le-

yes propias como parte de los dominios de la casa

de Foix, asociándose al Reino de Francia al ascender

su rey, Enrique de Navarra, al trono francés. Así, los

monarcas galos se intitularon “Reyes de Francia y de

Navarra”. En 1620 Luis XIII limitó los poderes de

las instituciones navarras, aunque manteniendo su

autonomía (así, cuando Luis XVI convocó los Esta-

dos Generales de Francia, Navarra no envió formal-

mente diputados a estos, sino al Rey en persona, de

manera independiente y con su propio cuaderno de

agravios). Sin embargo, su estatus diferenciado den-

tro de la Corona terminó con la Revolución francesa

iniciada en 1789.

Las comunas que lo componen forman parte de

los cantones de Bidache (parcialmente), Hasparren

(parcialmente), Iholdy, La Bastide-Clairence (parcial-

mente), Saint-Étienne-de-Baïgorry, San Juan Pie de

Puerto y Saint-Palais (parcialmente). Todos en el dis-

trito (arrondissement) de Bayona.

Hasta la época moderna no recibe el nombre de

Baja Navarra por influencia del francés (Basse Na-

varre), al igual que otras provincias de Francia (por

ejemplo, Alta y Baja Normandía). En la Edad Media

y hasta el siglo XI el territorio formó probablemen-

te parte del ducado de Vasconia. A mediados del

siglo XI es entregada al reino de Navarra. Esta me-

dida no es aceptada por los barones locales, que se

mantienen en rebeldía hasta que en 1191, Ricardo

Corazón de León, se la entrega nuevamente al reino

de Navarra. Hasta 1530 formó parte de Navarra, de-

nominándose Merindad de Ultrapuertos o Tierra de

Ultrapuertos por encontrarse todo su ámbito en la

vertiente norte de los Pirineos, al otro lado del puer-

to de Roncesvalles. Dentro del reino mantuvo cierta

autonomía aunque, pese a la tradición popular, no

puede considerársela propiamente una merindad.

En 1512 Fernando el Católico con la excusa de

apoyar al bando navarro beamontés en la guerra civil

de Navarra, invadió el Reino de Navarra y toma el

título de rey de Navarra uniéndolo al de Aragón. En

1513 las Cortes de Navarra a la que sólo acudieron

beamonteses nombraron rey a Fernando el Católico.

Posteriormente las Cortes de Castilla en Burgos en

1515 decidieron la incorporación al Reino de Castilla,

sin acudir ningún navarro a dicha asamblea. El título

real navarro pasó a estar ligado a la corona de Cas-

tilla. Al unirse las dos coronas en Carlos I, el título

permaneció vinculado a los títulos reales españoles.

En el siglo XV el reino de Navarra tenía organiza-

do políticamente su territorio en cinco merindades:

Historia, Prehistoria y Antigüedad

70

las de Pamplona, Olite, Estella, Tudela y Sangüesa,

siendo esta última de la que dependían administra-

tivamente los ciudadanos de Ultrapuertos, territorio

que no contaba con un merino.

Los monarcas navarros Juan III de Albret y Cata-

lina de Foix y posteriormente Enrique II nunca re-

nunciaron a su derecho sobre el reino de Navarra y de

hecho intentaron reconquistarlo varias veces, aunque

no les fue posible. Al igual que los reyes españoles,

siguieron ostentando el título real simultáneamente.

En 1530 Carlos I de España, decidió por razones estra-

tégicas, debido a la imposibilidad de controlarlo, re-

nunciar definitivamente a la parte transpirenaica del

Reino de Navarra con lo que Juan y Catalina, Reyes de

Navarra, pudieron ejercer la soberanía de este territo-

rio como uno más de sus dominios. Pervivió por tanto

el Reino de Navarra en Baja Navarra, bajo plena sobe-

ranía de sus Reyes, hasta el año 1610 en que se unie-

ron dinásticamente los Reinos de Navarra y Francia,

aunque manteniendo teóricamente su identidad. Su

capitalidad la ostentó la ciudad de Saint-Palais, donde

se reunían las Cortes del Reino. Este Reino de Navarra

recalcaba su independencia del resto de Francia hasta

la Revolución francesa, en 1789: Las Cortes reunidas

en Saint-Palais acuerdan: “La nación francesa puede

llegar a darse una constitución bastante prudente o

juiciosa para que Nabarra piense un día renunciar a

los suyo y unirse a Francia, pero mientras ese día lle-

ga, no hará el sacrificio de su propia constitución que

asegura su reposo y su libertad”.

En 1548, Juana de Albret, reina de Navarra, se

casó con el Duque de Vendôme Antonio de Borbón,

de cuyo matrimonio nació Enrique III de Navarra,

heredero de este reino. En 1589 accedió éste al tro-

no de Francia como Enrique IV de Francia, portan-

do en su cabeza la corona de ambos reinos e ini-

ciando la dinastía Borbón.

Tras acceder la casa de Borbón, que ostentaba el

Encuentro de oficios.

71

título de rey de Navarra (al igual que los reyes espa-

ñoles), al trono de Francia, el gobierno efectivo como

senescales de las tierras que habían pertenecido a la

casa de Albret, la Baja Navarra, Bearn, el Vizcondado

de Sola, las tierras de Labort, la alcaldía de Bayona

(prácticamente la totalidad de lo que hoy constitu-

ye el departamento francés de Pirineos Atlánticos),

recayeron bajo la Dinastía Agramont (Gramont, en

francés), histórica familia aliada de los Reyes de Na-

varra, con sede en el Principado de Bidache.

En 1610 se unificaron Francia y Baja Navarra, si

bien los sucesivos reyes franceses siguieron osten-

tando ambos títulos por separado. Como los reyes

españoles no renunciaron a su título de Reyes de Na-

varra, se dio el caso de que tanto unos como otros se

autodenominaban Reyes de Navarra.

Además del francés, oficial y hablado por toda la

población, el uso del euskera (en su dialecto bajo-na-

varro) está muy extendido. En 2001, de los 28.000

habitantes de la Baja Navarra, 17.080 se declaraban

Anzueleros.

vascófonos (bilingües euskera-francés o bilingües

pasivos), lo que representaba el 61% de la pobla-

ción[4] y constituía el segundo mayor porcentaje de

entre los tres territorios del País Vasco francés, sólo

por detrás de Sola (Soule), con un 64%.10 El más

reciente estudio, sin embargo, marca una regresión,

especialmente entre los jóvenes, situándose actual-

mente en un 55,5%.11 En la zona suroccidental de la

Baja Navarra, en las comunas de Aldudes, Banca y

Urepel, se habla el dialecto alto-navarro. Una mino-

ría tiene al español como lengua materna.

72

zuberoa

73

“en campo de oro, un león, de gules, armado de una azagaya que sostiene con su garra diestra.”

74

zuberoa

Euskal Herria

Sola en euskera se le conoce como

Zuberoa y en francés como Soule.

Es el nombre gascón, usado anti-

guamente en castellano, del territo-

rio histórico más pequeño del País

Vasco francés.

75

Está situado en el departamento de los Pirineos At-

lánticos, en el valle del Saison (Uhaitza en euskera).

Denominado en ocasiones en francés Pays de Sou-

le. Según la Real Academia de la Lengua Vasca sería

uno de los siete «territorios» que formarían Euskal

Herria, es decir, un territorio de características cultu-

rales, antropológicas y etnográficas comunes, como

la presencia del euskara.

Las comunas que lo componen forman parte de los

cantones de Mauléon-Licharre y Tardets-Sorholus, en

el distrito (arrondissement) de Oloron-Sainte-Marie y

Saint-Palais (parcialmente), en el distrito (arrondisse-

ment) de Bayona. Adicionalmente, los municipios que

se consideran pertenecientes a este territorio histórico

y forman parte del distrito de Oloron-Sainte-Marie se

han asociado en una mancomunidad de municipios

(Communauté de communes de Soule-Xiberoa). Los

pertenecientes al de Bayona están integrados en la

communauté de communes d›Amikuze.

La capital histórica es Mauleón-Licharre (en fran-

cés: Mauléon-Licharre, en euskara: Maule-Lextarre),

resultado de la fusión de los municipios de la ciudad

de Mauleón y la localidad de Licharre en 1841.

En el Paleolítico Medio, este territorio histórico

ya estaba poblado al parecer, pues se han encontrado

restos prehistóricos del hombre de Neanderthal en

las cuevas de Xaxixiloaga (Aussurucq) y Etxeberri. Al

final del Neolítico, la población se había extendido

y asimilado técnicas y conocimientos de otros pue-

blos. Los romanos tuvieron gran influencia en Sola,

al igual que en el resto de Aquitania, aunque se man-

tuvo el protovasco (antecesor y continium del euska-

ra). Después de la caída del Imperio romano llegaron

las invasiones de los visigodos y las de los francos

en el siglo V. En el año 602, los territorios vascones

del norte de los Pirineos fueron reunidos en el du-

cado de Vasconia, venciendo poco después (635) al

ejército del rey franco Dagoberto I e intentando así

asegurarse una relativa independencia. Desapareci-

do el Reino de Tolosa, que estaba en manos francas,

el ducado de Vasconia se hizo con las tierras del du-

cado de Aquitania (660), aunque fue independiente

hasta que los carolingios lo conquistaron en 768. A

pesar de las luchas por mantenerse independiente,

el Ducado de Vasconia terminó unido al de Aquita-

nia entre los siglos VII y IX.

En el siglo IX surge el vizcondado de Sola debi-

do al nacimiento del reino de Pamplona (824), cuyo

primer rey, Iñigo Arista, nombró a Aznar primer viz-

conde en 832, dando comienzo a una dinastía que se

extendería hasta el siglo XIII.

Mauleón-Licharre, capital de Sola. En Sola existe

una tradición de teatro musical folclórico, la llamada

pastoral: los habitantes de los pueblos dedican todo

el año a preparar y ensayar danzas y obras de teatro.

Tradicionalmente, el tema de la obra era sobre todo

religioso, pero desde hace poco se vienen represen-

tando también episodios de la historia de los vascos.

El francés es la única lengua oficial, aunque tam-

bién se habla euskara en su dialecto suletino (lo ha-

bla un 64% de la población de la provincia) y gascón.

A pesar de que el euskara no es lengua oficial del te-

rritorio, existe cierto reconocimiento, que como en el

resto del País Vasco francés permite las rotulaciones

bilingües de las localidades. Sola ha sido una provin-

cia bilingüe durante siglos debido a la proximidad

del Bearn, cuya lengua, el bearnés, una variedad del

gascón, ha influido mucho al suletino.

Historia, Prehistoria y Antigüedad

76

LENguajeOrigen del Euskera

La única lengua no indoeuropea es el euskera en la

península ibérica y con el finés, el estonio, el húngaro

y el maltés, de las pocas en Europa. En la evolución del

sistema fonético tuvo una marcada influencia en la

evolución del sistema fonética del castellano.

Después de un periodo prolongado de declive, es-

tuvo a punto de desaparecer, su lenta recuperación

comenzó en la década de los 50 a finales y en los

primeros años de los 60. Al llegar la democracia, La

Constitución de 1978 y el Estatuto de Guernica reco-

gen su cooficialidad en el País Vasco, donde poco a

poco ha vuelto a la vida pública. En el Artículo 92 de

la Ley Orgánica de Reintegración y Amejoramiento

del Régimen Foral de Navarra del 10 de Agosto de

1982, se estableció la oficialidad del euskera en la

zona vasco-hablante de Navarra.

La posterior Ley Foral del Vascuence de 1986 des-

cribe la zonificación lingüística en la Comunidad Fo-

ral de Navarra y la reconoce como lengua propia junto

con el castellano, así como su cooficialidad junto con

aquel en la zona denominada�Vascófona.�

En el País Vasco Francés, al igual que el resto de

las lenguas regionales francesas, el euskera no goza

de la condición de lengua oficial.

Uso y distribuición

En España se habla en las tres provincias del País Vas-

co (Álava, Vizcaya y Guipúzcoa) y en la Comunidad

Foral de Navarra. Dentro de Francia se habla en una

zona integrada dentro del departamento de los Piri-

neos Atlánticos, en los territorios de Labort, Baja Na-

varra y Sola: a estos tres últimos comúnmente se les

denomina País Vasco Francés (Iparralde en euskera).

El euskera aún era hablado por la mayoría de los

habitantes de la zona norteña de Euskal Herria antes

de la industrialización de 1866 a 1868, según los datos

que se manejan lo hablaban 170,000 de los 176,000

habitantes de Guipúzcoa (140,000 de manera ha-

bitual) 149,000 de los 183,000 vizcaínos de los que

6,000 eran extranjeros y 28,000 vivían en el distrito

de Valmaseda. En las Encartaciones, donde el euskera

desapareció a finales del siglo XVIII y principios del

XIX con el final de la Primera Guerra Carlista) 12,000

de los 120,000 alaveses, 60,000 de los 300,000 habi-

tantes de la Navarra española y 80,000 de los 124,000

habitantes del País Vasco Francés.

Representando el idilio.

77

Uso actual del euskera

Según datos del estudio realizado en 2006 por el

Eustat en la Comunidad Autónoma del País Vasco,

el 60% de los habitantes entendía y hablaba bien o

con alguna dificultad el euskera, 775,000 personas

lo hablaban y entendían bien la lengua mientras que

459,000 lo entendían pero lo hablaban con dificul-

tad. Los vascoparlantes ascendieron en 118,000 en

el periodo de 2001 a 2006. Por provincias, el 53%

de los guipuzcoanos, el 31% de vizcaínos y el 25% de

alaveses es vasco parlante.

En 2008 se constató un aumento creciente de la

población que estudiaba euskera en Navarra, que-

dando en un 18% el porcentaje de personas que te-

nían conocimientos de esa lengua en Navarra, 52%

en Guipúzcoa, en Vizcaya 31% y en Álava 25%.

En la comunidad autónoma del País Vasco está

protegida en todo el territorio, mientras que en la

Comunidad Foral de Navarra, solo en la zona vascó-

fona, aunque el mayor número de vascoparlantes se

encuentra en el resto de la comunidad fundamen-

talmente en la denominada zona mixta, donde no lo

está y por tanto el Consejo de Europa no analiza el

impacto de las políticas en esta zona. Francia firmó la

Carta en 1999, sin ratificarla posteriormente ni con-

cretar media alguna de protección.

Parentesco del euskera

Hipótesis hay muchas sobre el origen y parentescos

del euskera, todas ellas carecen de fundamentos sóli-

dos, la única prueba es que lo relacionan con el anti-

guo aquitano, euskera arcaico o vasquitano, del cual

solo se conservan unas 400 breves inscripciones fú-

nebres dispersas por la actual Aquitania, Aragón, La

Rioja, Navarra, y el País Vasco.

Por ello es que el único parentesco que se conside-

ra demostrado es el del euskera con el antiguo indioma

aquitano, ya desde los trabajos de Luchaire en 1877 am-

pliados posteriormente por Mitxelena y Gorrochategui.

Los especialistas en historia del euskera consideran

que el aquitano es simplemente vasco antiguo.

Son tres las teorías historiográficas principales

sobre el parentesco. Vasco Iberismo: Durante la ma-

yor parte del siglo XX, se le consideró emparentado

con las lenguas Iberas prerromanas de la Península

Ibérica, a partir de las teorías vasco iberistas (tesis

que defendió Miguel de Unamuno) de las que solo

quedan inscripciones en bonces y monedas pero los

estudios no aportaron gran luz sobre el tema. Aun-

que no fue su creador, el más conocido defensor de

esta teoría fue el padre de la lingüística moderna,

Wilhelm von Humbolt, que afirmaba que el idioma

ibero era el antecesor del euskera. Para algunos in-

vestigadores la relación se limitaría a ser de Sprach-

bund de las lenguas ibera y vascuence, mientras que

otras lo que consideran es que ambas lenguas per-

tenecían a un mismo grupo lingüístico, pero que el

ibero no sería el antepasado del euskera.

Tomó cuerpo la hipótesis de que el euskera era el

único superviviente de las lenguas caucásicas, una

familia quizá mas extendida, de lenguas de Europa

que fue barrida con la llegada de los invasores in-

doeuropeos a partir del siglo XII a.C. y cuyo parentes-

co sería caucásico. Las semejanzas, aunque limitadas

encontradas entre el euskera y la lengua georgiana

vendrían a apuntalar esa teoría. De hecho, la idea

llegó incluso a recibir respaldo político con detalles

como el hermanamiento entre la capital vizcaína.

Bereber

Ha habido una explosión de posibles parentescos

y relaciones lingüísticas a partir del siglo XX. Las

que más difusión han tenido han sido la caucásica

y la bereber, aunque algunos lingüístas lo han rela-

cinado también con las lenguas fino-ugrias como el

78

finlandés y el húngaro. La primera relaciona el eus-

kera con las lenguas caucásicas y la segunda con las

lenguas bereberes. Ninguna ha ganado la aceptación

de la comunidad científica. El deseo de encontrar un

pariente lejano al euskera ha hecho incluso que al-

gunos investigadores extranjeros hayan realizado in-

vestigaciones de dudosa calidad, con tal de llegar a la

conclusión deseada.

Ciertos estudios han llegado incluso a aplicar el

método léxico-estadístico buscando semejanzas en-

tre palabras vascas y bereberes, utilizando para ello

neologismos y préstamos del latín pese a existir algu-

na similitud en ciertos vocablos, la sintaxis y la gra-

mática no tienen parecido alguno.

Mas allá de las tres principales corrientes histo-

gráficas ha habido otras hipótesis que también han

intentado responder al origen de los vascos.

Tubalismo

Una de las primeras hipótesis históricamente míti-

cas del origen del euskera es el tubalismo y relacio-

nada con el vasco-iberismo de Wilhelm von Humbol-

dt y el vasco-cantabrismo de Manuel de Larramendi.

La teoría entronca con la creencia de que todas las

lenguas proceden de Babel y su famosa torre. El vas-

co sería el idioma original, anterior a la confusión

de las lenguas. Algunos apologistas del euskera en

el siglo XVIII y principios del XIX llegaron a decir

que una lengua tan perfecta sólo podría haber sido

inspirada por el mismísimo ingenio de Dios. Entre

aquellos autores destacan Astarloa y Larramendi. Cu-

riosamente el río Araxes baña el monte Ararat, donde

se encuentra la mayor concentración de dólmenes del

Pirineo (hay censados más de 400) y fue en el Monte

Ararat, donde Noé poso su arca, que se encuentra el

río también llamado Araxes, lo que ha dado lugar a

pocas interpretaciones sobre el origen del idioma.

Niñas entretenidas junto al agua.

Lenguas pre-indoeuropeas

Hipótesis diversas emparentan el euskera con otras

muchas lenguas europeas y el hallazgo de toponimia

vasca en diversas zonas europeas, incluso provocó la

hipótesis de que su extensión fuera a nivel europeo.

El ruso Karl Bouda emparentó el euskera con di-

versos idiomas hablados en Siberia (chukche) Y el

argentino Gandia reflejó que el pueblo vasco es el

pueblo más viejo de Europa.

Su lengua es la que se hablaba desde el Cáucaso

al Atlántico y desde el Norte de África al Norte de Eu-

ropa en los periodos paleolítico y neolítico. Los arios

o indoeuropeos, los etruscos, los iberos y otros pue-

blos de la antigüedad son posteriores a los vascos.�

79

Europeo antiguo

Estudios efectuados en la Universidad Ludwig Maxi-

milian de Munich en torno al origen de los topónimos

europeos apuntan a que la lengua vasca actual está re-

lacionada con la de los habitantes prehistóricos de Eu-

ropa antes de la llegada de los pueblos indoeuropeos.

Estos estudios vienen a respaldar las tesis que

ya a principios del siglo XIX exponía Juan Antonio

Moguel en referencia a una lengua común o fami-

lias de lenguas con un tronco común, eran las que

se hablaban en toda la península ibérica y en parte

de Europa y que estaban emparentadas con el eus-

kera. Pero los estudios de Venneman han sido muy

criticados por los vascólogos y no son aceptados por

muchos de los especialistas en lingüística. La revista

“Scientific American” publicó en 2002 un reportaje

realizado por Theo Vennemann y Peter Foster, en el

que expresaban que el protoeuskera sería la lengua

de los primeros pobladores europeos.

Muchachas en la fuente del lavadero.

Bruno Cardeñosa (2007) - Historia de Iberia Vieja - Nº 29 - La Armada Inven-

cible. Editorial: América Ibérica. ISSN: 1699-7913.

Amar a Euskadi conociéndola. Juan José Lapitz. Fuenterrabía (1984) ISBN

84-400-5011-9.

Fotografías recopiladas de la publicación:

AINTZINAKO EUSKAL HERRIKO BIZIMODUA POSTAL IRUDIETAN

Imágenes de la vida tradicional vasca a través de la antigua tarjeta postal

bibliografía

Esta publicación está dedicada a mis abuelos María Angela García Noriega y

Epifanio Antonio Ostolaza Setién.

Le agradezco a mis papás, Luis Miguel Fuertes Segarra y Angelines Ostolaza

García, por apoyarme siempre y estar ahí cuando los necesito.

A toda mi familia y amigos que han estado siempre conmigo.

Agradezco a todas las personas que colaboraron y brindaron su apoyo para

hacer posible esta publicación.

agradecimientos

Este libro se terminó de imprimir en los talleres de Offset de Manía Digital S.A. de C.V. Prado Sur 245, Lomas de Chapultepec, México D.F., 11000. Tel. 55.26.23.20.81 En su realización se utilizaron las familias tipográficas Scala en Italic, Regular, Bold, Capitals y Capitals Bold con 8, 9, 10, 11, 12 y 21 pts. y Bilbao con 15, 25, 30, 55 y 60 pts. El cuidado de la impresión es-tuvo a cargo de Aranzazu Fuertes Ostolaza. Se imprimió en papel couché mate de 150 grs. en su interior, los forros en cartoné. El tiraje fue de 1 ejemplar. México, D.F., Mayo 2013.

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