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137 Gac Sanit. 2008;22(Supl 1):137-42 Resumen La evaluación económica de tecnologías sanitarias (EETS) se ha convertido en una herramienta básica para ayudar en la toma de decisiones en materia de salud. El continuo de- sarrollo de aspectos metodológicos y su posible aplicación di- recta a la realidad de cada país la han situado como elemento importante en la agenda de los responsables sanitarios. Este artículo introduce los objetivos generales de la EETS y des- cribe la experiencia de varios países europeos donde se em- plean dichas técnicas para decidir si se implementa una tec- nología sanitaria. A continuación se evalúa la situación de España y el papel que ejerce la EETS en estos momentos. Finalmente, se identifican tareas pendientes y se mencionan algunas recomendaciones para consolidar la EETS como he- rramienta fundamental en la toma de decisiones sanitarias. Palabras clave: Evaluación económica. Eficiencia. Costes. Resultados. Tecnología sanitaria. Abstract Economic evaluation of health care technologies (EEHT) has become a basic tool in the decision-making process in health. The continuous development of methods and their direct ap- plication to reality have placed EEHT as a key item on the agen- da of health policy makers across countries. The present ar- ticle introduces the aims of EEHT and describes the experience of several European countries where economic evaluation stu- dies are currently used to select the health technologies to be implemented. The role played by EEHT in Spain at the pre- sent time is then discussed. Finally, pressing tasks are iden- tified and recommendations are made for the consolidation of EEHT as a basic element in the decision-making process of health care technologies. Key words: Economic evaluation. Efficiency. Costs. Outco- mes. Health technology. Evaluación económica y toma de decisiones en salud. El papel de la evaluación económica en la adopción y la difusión de tecnologías sanitarias. Informe SESPAS 2008 Juan Oliva a,b / Fernando Antoñanzas c / Oliver Rivero-Arias d a Universidad de Castilla-La Mancha, España; b FEDEA; c Universidad de La Rioja, España; d University of Oxford, Reino Unido. (Economic evaluation and decision-making in health. The role of economic evaluation in the adoption and spread of health technologies) CAPÍTULO 3. PRIORIDADES GENERALES Y PRESTACIONES INDIVIDUALES. LA EVALUACIÓN Y SUS FORMAS. EN BUSCA DEL ESLABÓN PERDIDO EN LA DEFINICIÓN DE LA INTERVENCIÓN PÚBLICA Correspondencia: Juan Oliva. Universidad de Castilla-La Mancha. Correo electrónico: [email protected]; [email protected]; [email protected] Ideas clave Qué sabemos La evaluación económica de tecnologías sanitarias ha cobrado peso en el ámbito europeo como herra- mienta que se emplea con naturalidad en la toma de decisiones sanitarias. No obstante, España es uno de los países que más tímidamente se ha posicio- nado sobre su utilización. Qué aporta este capítulo – Se muestran tres vías alternativas que han segui- do tres países europeos para incorporar la eva- luación económica. No hay una vía única, sino di- ferentes programas o métodos para favorecer la utilización de estas herramientas. – La introducción de una cultura evaluadora es un ele- mento clave. – Describe la situación española a la luz de las últi- mas reformas normativas, planes estratégicos y de- sarrollos institucionales adoptados. – Señala la dicotomía entre la evaluación de los me- dicamentos y del resto de tecnologías sanitarias.

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ResumenLa evaluación económica de tecnologías sanitarias (EETS)

se ha convertido en una herramienta básica para ayudar enla toma de decisiones en materia de salud. El continuo de-sarrollo de aspectos metodológicos y su posible aplicación di-recta a la realidad de cada país la han situado como elementoimportante en la agenda de los responsables sanitarios. Esteartículo introduce los objetivos generales de la EETS y des-cribe la experiencia de varios países europeos donde se em-plean dichas técnicas para decidir si se implementa una tec-nología sanitaria. A continuación se evalúa la situación deEspaña y el papel que ejerce la EETS en estos momentos.Finalmente, se identifican tareas pendientes y se mencionanalgunas recomendaciones para consolidar la EETS como he-rramienta fundamental en la toma de decisiones sanitarias. Palabras clave: Evaluación económica. Eficiencia. Costes.Resultados. Tecnología sanitaria.

AbstractEconomic evaluation of health care technologies (EEHT) has

become a basic tool in the decision-making process in health.The continuous development of methods and their direct ap-plication to reality have placed EEHT as a key item on the agen-da of health policy makers across countries. The present ar-ticle introduces the aims of EEHT and describes the experienceof several European countries where economic evaluation stu-dies are currently used to select the health technologies to beimplemented. The role played by EEHT in Spain at the pre-sent time is then discussed. Finally, pressing tasks are iden-tified and recommendations are made for the consolidation ofEEHT as a basic element in the decision-making process ofhealth care technologies. Key words: Economic evaluation. Efficiency. Costs. Outco-mes. Health technology.

Evaluación económica y toma de decisiones en salud. El papel de la evaluación económica en la adopción

y la difusión de tecnologías sanitarias. Informe SESPAS 2008Juan Olivaa,b / Fernando Antoñanzasc / Oliver Rivero-Ariasd

aUniversidad de Castilla-La Mancha, España; bFEDEA; cUniversidad de La Rioja, España; dUniversity of Oxford, Reino Unido.

(Economic evaluation and decision-making in health. Therole of economic evaluation in the adoption and spread ofhealth technologies)

CAPÍTULO 3. PRIORIDADES GENERALES Y PRESTACIONES INDIVIDUALES. LA EVALUACIÓN Y SUS FORMAS. EN BUSCA DEL ESLABÓN PERDIDO EN LA DEFINICIÓN DE LA INTERVENCIÓN PÚBLICA

Correspondencia: Juan Oliva.Universidad de Castilla-La Mancha.Correo electrónico: [email protected];[email protected]; [email protected]

Ideas clave

• Qué sabemosLa evaluación económica de tecnologías sanitariasha cobrado peso en el ámbito europeo como herra-mienta que se emplea con naturalidad en la toma dedecisiones sanitarias. No obstante, España es unode los países que más tímidamente se ha posicio-nado sobre su utilización.

• Qué aporta este capítulo– Se muestran tres vías alternativas que han segui-

do tres países europeos para incorporar la eva-luación económica. No hay una vía única, sino di-ferentes programas o métodos para favorecer lautilización de estas herramientas.

– La introducción de una cultura evaluadora es un ele-mento clave.

– Describe la situación española a la luz de las últi-mas reformas normativas, planes estratégicos y de-sarrollos institucionales adoptados.

– Señala la dicotomía entre la evaluación de los me-dicamentos y del resto de tecnologías sanitarias.

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Introducción

La evaluación económica de tecnologías sanita-rias (EETS) está alcanzando su edad dorada enEuropa. La principal causa de este florecimien-to se debe al papel impulsor que están desem-

peñando las autoridades públicas en su desarrollo, uti-lizando estas herramientas como elemento clave en lasestrategias de adopción y difusión de las innovacionessanitarias. Los responsables sanitarios europeos tie-nen el deber de conjugar el acceso a sus ciudadanosa los avances terapéuticos que ayuden a mejorar susalud con la sostenibilidad financiera de los sistemassanitarios públicos, hecho que podría amenazar la adop-ción indiscriminada de tecnologías sanitariasa. Por estarazón, en varios países se ha vuelto la mirada re-cientemente a la evaluación económica (EE) como fuen-te de información sobre costes y resultados en salud.

La EE es un conjunto de herramientas que persi-gue la consecución de la eficiencia en la asignación derecursos. Eficiencia entendida como la maximizaciónde las ganancias en salud dados los recursos limita-dos que tenemos a nuestro alcance. Puesto que haymúltiples alternativas donde asignar dichos recursos,la evaluación económica trata de poner al alcance delas personas que toman decisiones en el medio sani-tario la información relevante desde el punto de vistade la eficiencia. La idea básica es comparar la efecti-vidad y los costes de una determinada intervención conla mejor alternativa disponible. Es decir, se evalúa si laefectividad adicional que ofrece una nueva tecnologíacompensa sus costes adicionales utilizando la relacióno cociente coste-efectividad incremental.

La utilización de estas herramientas en el medio sa-nitario es relativamente reciente1. La Universidad de York,con Allan Williams a la cabeza, contribuyó a difundir suuso, a la vez que daba soporte a las decisiones del cé-lebre National Health Service. Incluso, con la aproba-ción en 1984 por parte de la Organización Mundial dela Salud de las «38 metas de Salud para todos en elaño 2000», se apuntaba a que todos los países habríande contar con un mecanismo formal para evaluar la im-plantación y el uso de las tecnologías sanitarias para1990, de manera que se estudiase su eficacia, segu-ridad y eficiencia. No obstante, los primeros planes or-

ganizados y sistemáticos de aplicación de estos mé-todos que se llevaron a la práctica datan de comien-zos de los años noventa. Concretamente, Australia enel año 1993 y la provincia canadiense de Ontario, unaño después, incorporaron la presentación de estudiosde evaluación económica como requisito administrati-vo previo a la fijación del precio y reembolso públicode los nuevos medicamentos y productos sanitarios.

Algo se mueve en Europa

En Europa existen agencias de evaluación de tec-nologías desde hace bastantes años, y entre las primerasse encuentran algunas de las agencias españolas. Noobstante, la creación del Nacional Institute for Health andClinical Excellence (NICE) en el año 1999 marca un antesy un después en el contexto europeo. La cultura crea-da en torno al NICE, el continuo debate sobre sus lo-gros y sus limitaciones, y la difusión de su filosofía, hatrascendido las fronteras de su ámbito de aplicación. Enlos últimos años han surgido numerosas agencias dediferente naturaleza en varios países europeos, dota-das por los respectivos reguladores nacionales de me-dios y poderes en el proceso de toma de decisiones des-conocidos en Europa hasta el momento.

La experiencia europea muestra que cuando la na-turaleza de estas agencias es meramente de carácterconsultivo y están dirigidas a proveer a los profesionalessanitarios de la información necesaria para lograr unaatención sanitaria eficiente y de calidad para sus pa-cientes, su impacto será limitado, a no ser que recibanun fuerte respaldo explícito por parte de los máximosresponsables sanitarios. Otra opción la representan lasagencias cuyos informes sirven de guía al decisor pú-blico en la negociación del precio de una nueva tec-nología (generalmente medicamentos) y en el proce-so de decisión sobre su inclusión o exclusión del sistemade financiación pública. Ejemplos recientes de paísesque han adoptado esta alternativa son Suecia, Holan-da, Alemania o, recientemente, Portugal. En último tér-mino, ambos modelos no son incompatibles. Por ejem-plo, en el caso de Suecia coexisten varias agencias deevaluación, con diferentes atribuciones2,3.

Tres ejemplos de aplicaciones alternativas

La manera en que cada país ha establecido la in-corporación de la evaluación económica en los proce-sos de fijación de precio, reembolso y adopción de nue-vas tecnologías obedece a las particularidades de cadasistema sanitario. Por ello, en este epígrafe se preten-de repasar tres experiencias, a modo de ejemplo, siem-pre teniendo en cuenta que no es conveniente impor-

aEntiéndase tecnología sanitaria en sentido amplio. Es decir, unatecnología sanitaria sería cualquier método utilizado parapromocionar la salud, prevenir y tratar enfermedades y mejorar larehabilitación o los cuidados sanitarios a largo plazo. El término«tecnología» en este contexto no se refiere solamente a nuevosmedicamentos o piezas de equipos sanitarios sofisticados, sino queincluye además intervenciones, organización de la atenciónsanitaria y programas de cribado (definición recomendada por elNHS Health Technology Assessment Programme en el ReinoUnido (http://www.hta. nhsweb.nhs.uk/aboutHTA.htm).

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tar decisiones tomadas en otros contextos directamente,sin una adaptación previa.

Inglaterra y GalesEl NICE se crea en 1999 como organización inde-

pendiente, aunque forma parte del National Health Ser-vice (NHS). Su objetivo es orientar y ayudar a promo-ver la mejora de la salud mediante la prevención y eltratamiento de las enfermedades. Por tanto, debe pro-veer a los profesionales sanitarios de las herramientasnecesarias para lograr una atención de calidad y coste-efectiva para sus pacientes4.

Estas orientaciones se articulan de la siguiente ma-nera: directrices para la evaluación de tecnologías sa-nitarias, guías clínicas, directrices sobre la seguridad deprocedimientos y tratamientos, y directrices sobre saludpública. La evaluación económica está presente en cadauna de ellas y es un requisito obligatorio que debe in-cluirse dentro de las directrices a excepción de las di-rectrices sobre la seguridad de procedimientos y trata-mientos. El NHS, específicamente su Departamento deSalud, marca la agenda anual del NICE. Por ello, es po-sible que hasta ahora algunas tecnologías y medica-mentos necesiten la aprobación de la organización parasu implementación en el sistema, y otras no.

Los primeros estudios sobre el seguimiento y la pues-ta en práctica de las recomendaciones de las guías einformes del NICE por parte de los centros y profesio-nales sanitarios indicaban una elevada variabilidad5. Laprobabilidad de seguir sus recomendaciones era máselevada en los centros donde había un apoyo profesionale institucional para ello, cuando no había dudas cien-tíficas sobre la mayor efectividad del nuevo tratamien-to, cuando no implicaba un aumento en los costes (sila financiación del incremento no estaba cubierta) ycuando los profesionales sanitarios trabajaban enequipos, no de manera aislada. Como consecuencia deello, desde enero de 2002, el NHS se comprometió le-galmente a financiar los medicamentos y tratamientosrecomendados por el NICE y a asegurar que dichos pro-ductos estén a disposición de los pacientes que los re-quieran en un plazo máximo de 3 meses a partir de lapublicación de la recomendación.

El NICE ha recibido muchas críticas relacionadascon la viabilidad de la implementación de sus reco-mendaciones, la calidad de sus directrices y su dispo-nibilidad a pagar por ganancias en salud, es decir, sumáxima razón coste-efectividad aceptable6-8. El máxi-mo responsable de la organización publicó un artículoen el British Medical Journal, donde explicaba la pos-tura del NICE sobre este asunto en el año 20049. Aun-que este valor no tiene ningún soporte empírico porahora, las intervenciones cuyo cociente coste-efectivi-dad incremental se encuentre entre 5.000 libras (7.400euros) y 15.000 libras (22.000 euros) por años de vida

ajustados por calidad (AVAC) es poco probable que seanrechazadas por el NICE. Sin embargo, una vez esa cifrase sitúe entre 25.000 libras (euros 37.000) y 30.000 li-bras (44.500 euros), se requerirían razones especia-les para que esta tecnología se incluyese en las listasdel sistema sanitario. Estas razones pueden estar re-lacionadas con la equidad o con promesas de futuraevidencia sobre la efectividad de la tecnología. Por en-cima de 30.000 libras (44.500 euros) es poco proba-ble que el NICE recomiende la tecnología.

HolandaLa evaluación económica se requiere en Holanda

desde enero de 2005 para medicamentos nuevos, in-novadores, de prescripción para pacientes ambulato-rios, y no relacionados con otras especialidades que,además, buscasen la recompensa de unos mayores pre-cios. Hasta ese año sólo se analizaba la repercusiónen el presupuesto. A fin de incorporar el nuevo instru-mento, se crea un comité encargado de revisar la do-cumentación aportada por la industria farmacéutica, con-tando entre sus miembros con tres expertos enevaluación económica. Un potencial problema reside enque son escasos los profesionales del ámbito clínicocon experiencia añadida en EE, de manera que se facilite un intercambio fluido de ideas. Los laboratoriosfarmacéuticos son los encargados de elaborar y pre-sentar los estudios conforme con las guías metodoló-gicas publicadas en 1999, más unas guías sobre loscostes unitarios de cada intervención o acto sanitario.La perspectiva de los estudios ha de ser la de la so-ciedad y se recomienda emplear el análisis de coste-utilidad. El mencionado comité audita, consulta con ellaboratorio en caso de dudas y solicita una nueva ver-sión del informe, si así se cree necesario, de maneraque emite un dictamen acerca de los resultados del in-forme de evaluación económica.

El dictamen del comité es considerado en el Minis-terio de Salud, junto con otros criterios, como la utilizacióndel fármaco, la ventaja clínica para los pacientes y larepercusión en el presupuesto. Adicionalmente, setiene en cuenta la necesidad de tratamiento para el pa-ciente, donde se barajan diversos elementos, como lagravedad de la enfermedad, la responsabilidad colecti-va/individual por los estilos de vida, la equidad y los cri-terios éticos. En el mismo proceso, se efectúan consultascon asociaciones de médicos y pacientes relacionadoscon el fármaco. Finalmente, el Ministerio adopta una de-cisión, la cual, como se ha descrito, no sólo se basa enel resultado de la evaluación económica sino de máselementos. Esa decisión, además de fijar un precio yadmitir o denegar el reembolso público del fármaco,puede incluir restricciones de la indicación sobre la in-formación contenida en la ficha técnica, fijar un presu-puesto total para el medicamento o proponer un con-

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trato de riesgo compartido (p. ej., determinando un um-bral de ventas a partir del cual los siguientes envasesserían reembolsados a un precio distinto al original).

Antes de la resolución final por parte del Ministeriode Salud ha habido otras decisiones preliminares, demodo que puede decirse que están fragmentadas endiferentes consejos asesores, a diferencia, por ejem-plo, de la manera de proceder del NICE británico. Fi-nalmente, cabe señalar que dentro de este nuevo pro-ceso administrativo, los laboratorios no pueden reclamarsobre los contenidos de los informes sino únicamentesobre cuestiones formales.

SueciaEn octubre del año 2002 se crea el Instituto Läke-

medelsförmånsnämnden (LFN, o Comité de BeneficiosFarmacéuticos). Según sus estatutos, los principios rec-tores por los cuales se rige esta agencia son los de dig-nidad humana, necesidad y solidaridad, eficiencia (ex-plícitamente se menciona el concepto coste-efectividad)y beneficio marginal. A mediados del año 2005, estaagencia sueca había tomado 107 decisiones sobre re-embolso2. En 82 casos los reembolsos se habían pro-ducido sin limitaciones. Es decir, habían atendidoexactamente a la petición que hacía el laboratorio quecomercializaba el producto. Estos productos, en general,tienen una buena relación entre lo que cuestan y lo queaportan, y son también medicamentos huérfanos queno se pueden medir por patrones de eficiencia de ma-nera rígida. En otros 13 casos hubo una denegacióndirecta del reembolso debido a decisiones sobre el gradode prioridad de los problemas de salud que tratabanlos fármacos (disfunción eréctil) o a la mala relación entreel coste y la efectividad marginales al precio solicita-do. Los casos más interesantes son los de reembolsocondicionado. Las dos partes, agentes públicos y pri-vados, acuerdan un contrato de riesgo compartido, me-diante el cual las empresas se comprometen a seguirbuenas prácticas en la promoción de los productos es-trictamente para las indicaciones aprobadas y de con-tinuar estudiando los resultados de efectividad, esto es,los resultados en la práctica clínica habitual, sobre pa-cientes reales, de sus productos. A cambio, el agentepúblico está dispuesto a recompensar con un mayor pre-cio las innovaciones terapéuticas.

Se pueden derivar varias lecciones del caso sueco.En primer lugar, el LFN ha permitido que se tomen de-cisiones apoyadas por información proveniente de es-tudios de coste-efectividad. Es decir, decisiones basa-das no sólo en calidad, en seguridad y en eficacia, sinotambién en eficiencia. En segundo lugar, la mayor partede las decisiones de la Agencia son cambios y revisionesde precio. Para ello, estas herramientas no requierenevaluación económica. En tercer lugar, para el caso deSuecia no hay un umbral aceptado o revelado de coste

por AVAC. Esto es, la agencia sueca no admite explí-citamente que se financiarán todas las tecnologías quesupongan un coste de hasta X coronas suecas porAVAC. En cuarto lugar, mediante los contratos de ries-go compartido, el Ministerio decide que el medicamentoserá financiado públicamente siempre y cuando en laetapa de comercialización se cumpla con ciertas reglasde juego preestablecidas. Es decir, en principio, el actorpúblico está dispuesto a pagar un precio razonablementemás elevado por medicamentos más eficaces, pero sise incumplen las reglas del juego o no queda demos-trada la mayor efectividad del producto, la empresa co-mercializadora queda obligada a devolver una parte dela facturación. En quinto lugar, otro elemento importantees que esta agencia, a diferencia del NICE, debe cum-plir con la directiva de la Unión Europea sobre trans-parencia. Debe dictar sus resoluciones en un plazo de180 días, lo cual agiliza mucho más los procesos. Enel caso de NICE se puede tardar 2 o 3 años antes dellegar a una resolución. Finalmente, y es un detalle im-portante, a pesar de tratarse de una agencia centrali-zada, se realiza un control a un segundo nivel por co-mités regionales y locales bastante más restrictivos quela Agencia nacional (3). La principal conclusión es queen Suecia se ha creado la cultura de valorar no sólo laeficacia o la efectividad sino también su relación conel coste.

Cuestiones pendientes

Cada país ha adoptado diferentes procesos en susapuestas para insertar la información proveniente dela EETS en la toma de decisiones. No obstante, lo re-levante es que los conceptos y la cultura evaluadoraproveniente de este campo han impregnado a los agen-tes sanitarios en diferentes ámbitos de decisión. Es elprimer paso de un proceso que se debe consolidar yen el que se debería avanzar en los próximos años.

La evaluación de tecnologías sanitarias sólo es útilsi contribuye al proceso de toma de decisiones. Peropara demostrar su utilidad se deben cumplir unos re-querimientos básicos. Si no hay un mínimo de infor-mación sobre las tecnologías evaluadas, la valoraciónserá inútil y no hará sino retrasar la decisión sobre laadopción (limitada) o el rechazo de la nueva tecnolo-gía. Asimismo, es preciso subrayar la diferencia entrela normativa aplicable para la aprobación de unanueva tecnología, donde ésta debe demostrar su no in-ferioridad en materia de seguridad, calidad y eficaciafrente a sus competidores, y donde no siempre se rea-lizan comparaciones directas con las alternativas másprescritas o empleadas, y los requerimientos «ideales»que se recomiendan por parte de las agencias de eva-luación de tecnologías.

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Asimismo, hay varias cuestiones aún pendientesde perfeccionamiento10. En primer lugar, deberíahaber un mayor grado de transparencia con el fin deque la decisión adoptada huyera de criterios discre-cionales y se basara, en la medida de lo posible, enla información clínica y económica existente. En se-gundo lugar, las EETS se centran casi exclusivamenteen nuevas (y caras) tecnologías. No obstante, debe-rían dedicarse más esfuerzos a la identificación deprácticas no evaluadas y de dudosa efectividad, o ele-vada variabilidad entre profesionales o donde la indi-cación sigue sin ser clara. De manera complementa-ria, se constata una notable falta de investigación enáreas específicas, como las intervenciones en saludpública. Los estudios internacionales de EETS se hancentrado especialmente en medicamentos, seguidosde pruebas diagnósticas, intervenciones y procedi-mientos quirúrgicos y dispositivos médicos. No obs-tante, la evaluación de otras áreas de vital importan-cia, como las intervenciones de carácter preventivo queafectan a hábitos y estilos de vida (tabaquismo, obe-sidad, alcoholismo, etc.) es inexistente o prácticamentenula. Finalmente, también es importante el timing enel cual se realiza la EETS. Generalmente, la evalua-ción suele producirse cuando menos información setiene sobre la nueva tecnología, es decir, en el mo-mento de su aprobación. Los datos estarán limitadosa la eficacia en la mayor parte de los casos, con au-sencia de información sobre su efectividad real. Porello, sería interesante hacer un seguimiento de la en-trada de una nueva tecnología y considerar la eva-luación como un proceso continuo, en el cual se iríaincorporando nueva información a medida que ésta sefuera generando. En este sentido, será útil obser-var la evolución de las experiencias de varios paísesen la adopción de contratos de riesgo compartido entrefinanciadores y empresas comerciales de tecnologías,allí donde haya dudas razonables sobre la indicaciónde un producto o la posible brecha entre eficacia y efec-tividad de éste. Estas situaciones pueden llevar a re-negociar el precio de un producto e incluso a replan-tearse su financiación pública (en un sentido u otro).No obstante, hay que ser consciente de la compleji-dad del proceso y la cantidad de recursos que habríaque invertir si se quisiera generalizar este procedi-miento a todas las tecnologías incluidas en la carte-ra de servicios del Sistema Nacional de Salud (SNS).Por tanto, estas medidas deben estar restringidas atecnologías seleccionadas.

España

En España, el marco regulatorio y la voluntad delos decisores sanitarios no ha favorecido el desarro-

llo de la EETS. Si bien la Ley del Medicamento delaño 1990 establecía que la prestación de medica-mentos por el SNS se debería realizar mediante la fi-nanciación selectiva de los medicamentos en funciónde los recursos disponibles (gasto público presu-puestado) y, por tanto, dejaba abierta la posibilidad deintroducción de la EETS, ello no se concretó en la prác-tica. El Plan Estratégico de Política Farmacéutica parael SNS (2004), apostaba claramente por el análisis «far-macoeconómico». No obstante, la Ley de Uso Racionaly Garantías de Medicamentos y Productos Sanitarios,de 28 julio de 2006, no hace referencia alguna a estostérminos y, por ello, habrá que esperar al desarrolloreglamentario de la Ley para ver si se incorpora laEETS como criterio de peso en la negociación del pre-cio y la decisión de financiación pública de los medi-camentos. A su vez, la publicación del Real Decreto1030/2006, de 15 de septiembre, por el que se esta-blece la cartera de servicios comunes del SNS y elprocedimiento para su actualización sí señala en suartículo 5.1. que «Para la definición, detalle y actua-lización de la cartera de servicios comunes se tendráen cuenta la seguridad, eficacia, eficiencia, efectivi-dad y utilidad terapéuticas de las técnicas, tecnologíasy procedimientos, así como las ventajas y alternati-vas asistenciales, el cuidado de grupos menos pro-tegidos o de riesgo y las necesidades sociales, y suimpacto económico y organizativo…». No obstante, elartículo 7.4 señala claramente que «No se aplicará elrégimen de actualización previsto en esta norma a laprestación farmacéutica, que se regirá por su propianormativa…».

Por su parte, mientras la Administración Central noda señales claras sobre el papel que le aguarda a laEETS en el proceso de toma de decisiones en el áreade los medicamentos, las autoridades sanitarias auto-nómicas han promocionado desde hace años agenciasde evaluación de tecnologías, si bien es justo recono-cer que el impacto real de sus informes es hasta el mo-mento desconocidob. De hecho, estas agencias auto-nómicas suelen enfocar sus estudios hacia tecnologíassanitarias no basadas en fármacos, mientras que, a suvez, en las mismas autonomías surgen otras unidadespara evaluar los fármacos, utilizando criterios y méto-

bHay otras experiencias interesantes en España, como ladesarrollada por Grupo de Evaluación de Novedades,Estandarización e Investigación en Selección de Medicamentos(GENESIS), dentro de la Sociedad Española de FarmaciaHospitalaria, en el desarrollo de Guías Farmacoterapéuticas queincorporan información relativa a la relación coste-efectividad delos fármacos analizados. Otra experiencia novedosa es laformación del Comité Mixto de Evaluación de NuevosMedicamentos compuesto por las comunidades de Andalucía,País Vasco, Navarra, Aragón y Cataluña, cuyo objetivo principales el análisis de la aportación terapéutica de los nuevosmedicamentos.

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dos no siempre comunes a los empleados por las agen-cias. Esta situación, evidentemente, dificulta la trans-ferencia de los resultados entre las diferentes unidadesde evaluación dentro y fuera de cada comunidad au-tónoma, lo que hace poco eficiente el propio procesode evaluación.

Acaso sea justo reconocer que, hasta el momento,el impacto que tiene la EETS en la práctica habitual sa-nitaria y el grado de utilización de los agentes sanita-rios de estas herramientas en sus decisiones son muylimitados debido a la existencia de barreras de carác-ter administrativo, metodológico y de aplicación prác-tica11-13. Situación no muy diferente de la que se vivíaen otros países europeos14.

Ello, antes que desanimar, señala el camino de avan-ce si pretendemos que los profesionales sanitarios, tantoa nivel macro como meso y micro, incluyan la EETSentre la información relevante que debe manejar en sutoma de decisiones.

Conclusiones

En suma, la EETS puede y debe tener un lugar des-tacado en el proceso de toma de decisiones sanitarias.Aún queda un largo camino para mejorar la solidez delos métodos empleados y en modo alguno se debe pre-tender el establecimiento de un mecanismo de priori-zación de servicios sanitarios basado exclusivamenteen criterios de eficiencia. Los estudios de EE deben ser-vir para ayudar a la toma de decisiones y no para re-emplazarla mecánicamente.

La EETS es hija de la complejidad y la incertidum-bre de los resultados que presenta, pero estas cir-cunstancias no son ajenas a otros campos de la in-vestigación y actuación sanitaria, así como al propioproceso de toma de decisiones. En realidad, los estu-dios de evaluación económica no deberían ser juzga-dos tanto por su perfección académica como por su con-tribución a tomar decisiones mejores que las que sehabrían tomado en su ausencia15.

La conjunción del conocimiento de la eficiencia y dela repercusión presupuestaria de una tecnología cons-tituye un elemento informativo de carácter económicoindispensable si queremos garantizar el aprovecha-miento de los recursos financieros públicos para pro-veer a la población de una atención sanitaria adecua-da y sostenible.

Agradecimientos

Agradecemos a Salvador Peiró y Jaume Puig-Junoy la citade Drummond y Sculpher.

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