Evidencias Arqueológicas Asociadas a los Enterramientos en

ESTUDIOS DIGITAL 17 - AÑO 7, NÚMERO 17, FEBRERO 2019 Evidencias Arqueológicas Asociadas a los Enterramientos en la Cuenca Media del Rio Motagua Luis A. Romero

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Evidencias Arqueológicas Asociadas a los Enterramientos en la Cuenca Media del Rio Motagua

Luis Alberto Romero Rodríguez1

Resumen

Las evidencias arqueológicas son la parte fundamental de los estudios arqueológicos, son la base donde se sustentan los análisis interpretativos relacionados con las sociedades antiguas. En la cuenca media del río Motagua se han localizado una serie de tumbas y enterramientos que forman parte de un conjunto de prácticas funerarias que permiten conocer el comportamiento social de los individuos.

Las tumbas y entierros están acompañados de diferentes objetos que fueron colocados como ofrendas y que han sido catalogadas como tal, pero existen otros tipos de evidencias que es necesario contextualizar para comprender los acontecimientos previos a concretarse el acto del enterramiento.

Palabras clave: Enterramiento, evidencias, objetos, tumbas, cerámica.

Abstract

Archaeological evidence are the main part of the archaeological studies, the base where the interpretive analysis related ancient societies are based. A series of tombs and burial sites that are part of a set of funerary practices that allow to know the social behavior of individuals were located in the middle basin of the river Motagua.

The tombs and burials are accompanied by different objects which were placed as offerings, but there are other types of evidence which is necessary to contextualize to understand the events leading to realized the burial ceremony.

Keywords: burial, evidence, objects, tombs, ceramics.

Introducción

La presente publicación es parte de una investigación mayor que incluye aspectos generales sobre los sistemas de enterramientos de la región, así como la metodología y clasificación utilizada para la realización de la secuencia tipológica y cronológica de los enterramientos en la cuenca media del rio Motagua.

1 Investigador Titular en el Instituto de Investigaciones Históricas, Antropológicas y Arqueológicas, docente Titular del are de Arqueología de la Escuela de Historia. Director del Programa Regional de Investigaciones arqueológicas del Motagua desde el 2014 a la fecha. Destacando los estudios de Patrón de Asentamiento y análisis de materiales arqueológicos de la región.


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En los trabajos arqueológicos es muy común recuperar cantidades considerables de materiales arqueológicos, como producto de cortas y largas actividades humanas, pero muy pocas veces se descubren restos físicos de los individuos, junto con los artefactos y otro resto de evidencias materiales que ofrecen un panorama casi completo sobre quienes eran esos individuos y qué papel jugaron dentro de un grupo social.

En el presente artículo se contextualizan los diferentes enterramientos localizados en la cuenca media del río Motagua, enfatizando principalmente en la variedad de las evidencias arqueológicas asociadas a su entorno. Se realiza una propuesta tipológica y propone un modelo de análisis para la explicación contextual de las evidencias localizadas.

A lo largo de las investigaciones en la cuenca media del río Motagua, se han identificado diferentes evidencias arqueológicas que se relacionan con las distintas prácticas funerarias realizadas por diferentes asentamientos humanos a lo largo de la Época Prehispánica. Uno de los errores que se comenten comúnmente en las investigaciones relacionadas con las practicas funerarias, es otorgar inmediatamente un estatus social, basado únicamente en el lugar de la evidencia y en la cantidad y calidad de los objetos localizados, aspecto que aísla los procesos comparativos sin definir los patrones de conducta dentro de un sistema de prácticas funerarias establecidas y aceptadas por una comunidad.

Un aspecto muy importante observado en el estudio de los patrones funerarios es la ausencia de una verdadera contextualización de los espacios excavados, dejando de lado el acercamiento cronológico, recurriendo únicamente a la cerámica y modos arquitectónicos en ausencia de fechamientos absolutos, y aún más grave es la poca información que se obtiene del resto de los elementos que conforman el enterramiento.

El estudio debe centrarse en la totalidad de los elementos que conforman el registro arqueológico y como gran parte del componente de esas evidencias no son producto de la deposición natural, resulta ser aún más fácil la observación de la disposición del ordenamiento de los objetos identificados.

Es muy común observar que las descripciones de una tumba o un enterramiento se centran en la posición anatómica del individuo, pasando por la forma en que fue colocado, el espacio utilizado para su deposición, intentos por definir género y edad. Poniendo poca atención a todo el cúmulo de evidencias que lo rodean. El análisis de los materiales recolectados por lo general se realiza en los laboratorios, aislados del verdadero contexto al que pertenecen.

Antecedentes de las evidencias de enterramientos.

Según datos etnohistóricos que Brinton recopiló del Párroco de San Cristóbal Acasaguastlán , Don José Inocente Cordón dice ¨ Cada una de las tumbas contienen un arco ya sea completo o en ruinas, en las tumbas pequeños arcos fueron encontrados destruidos con alguna simetría, pero no se puede saber si el material estaba unido con la cal , ya que en la actualidad parece


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ser arcilla, parte de las paredes estaban suavemente enyesadas y algunas pinturas casi borradas eran visibles en su interior (Brinton 1887).

Los primeros reportes formales de entierros en la cuenca media del rio Motagua fueron realizados en 1935 cuando Kidder reportó el hallazgo de montículos mortuorios en el sitio arqueológico Guaytán, realizando descripciones detalladas de los diferentes recintos localizados, publica algunos de sus dibujos en su primer reporte titulado ¨Notas de las ruinas de San Agustín Acasaguastlan¨ (Kidder 1935) pero no realiza un estudio profundizado sobre el contenido de las tumbas.

En 1943 Smith y Kidder publican un reporte sobre las exportaciones en el Valle del Motagua, donde presentan los dibujos detallados de varias tumbas localizadas a lo largo del rio Lato en San Agustín Acasaguastlan. (Smith y Kidder 1943). Este trabajo puede ser considerado como un primer intento por presentar una tipología de las tumbas de Guaytán. Sin embargo, el estudio no profundiza en ningún tipo de análisis del patrón funerario.

En el sitio Arqueológico Guaytán se han registrado enterramientos en grandes y complejas criptas y cistas, en las que se han encontrado más de una osamenta. Las criptas están hechas de grandes lajas que forman un recinto de diferentes tamaños, en las paredes se puede encontrar pequeñas cavidades en donde fueron colocadas algunas vasijas como ofrendas, el techo de las criptas está constituido por lajas más grandes que forman una especie de arco falso, además estas criptas pueden tener más de un recinto, teniendo de esta manera una antecámara y una cámara en donde se encuentran colocados los individuos.

En la cuenca media del río no se han realizado estudios profundos relacionados con los sistemas de enterramientos, ya que después de las investigaciones de Kidder en 1943 no se había localizado ningún entierro intacto. Es hasta en 1998 cuando Romero por medio de un Programa intensivo de excavación localiza el primer entierro intacto en el sitio Arqueológico La Reforma, el hallazgo fue de mucha importancia, el entierro había sido colocado en un pequeño patio formado por 6 estructuras (Romero 1999:46).

En ese momento no se tomó en cuenta la magnitud del hallazgo, si no que fue tomado como algo novedoso y que por fin después varios años de investigaciones se tenía como evidencia arqueologíca los restos mortales de uno de los habitantes prehispánicos de la región. Pero el entierro no era tan sencillo no se trataba de un solo individuo, sino más bien, era un enterramiento colectivo, 4 individuos habían sido protagonistas de aquella gran escena de enterramiento, donde por primera vez se reflejaba una práctica funeraria diferenciada para cada uno.

En ese mismo sitio un año después se localizaron otros enterramientos también correspondientes a la época prehispánica pero no rebasaron la importancia del primer hallazgo, con excavaciones subsiguientes fueron localizados 3 enterramientos


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correspondientes a la época colonial y 2 a la época republicana, seguidamente en el sitio Las Vegas se localizó otro entierro prehispánico con una composición diferente al primero, estaba dispuesto sobre un empedrado cubierto con arena fina de rio y luego sellado con otro empedrado, en el sitio vecino llamado los Llanos se identificó otro enterramiento, esta vez colocado dentro de una estructura, fueron acondicionadas lajas para formar un cajón de piedra donde posteriormente depositaron el cadáver.

Con estas evidencias de enterramientos se hizo el primer intento por presentar y dar a conocer el patrón funerario de la región, indicando que existen tres formas para realizar los enterramientos, en Criptas, en cistas y directos en el suelo, (Romero 2000:662) sustentado posteriormente con otros hallazgos que de igual manera dejaron de lado el análisis y contextualización de las evidencias arqueológicas localizadas.

Los estudios que se realizan de las practicas funerarias y patrones de enterramiento son fundamentales para determinar las costumbres funerarias de las comunidades antiguas, las investigaciones se basan principalmente en la composición de las sepulturas tomándose en cuenta la forma del recinto mortuorio, su ubicaron, posición y contenido, luego el análisis se centra en él o los individuos siendo la parte más importante de ese contexto arqueológico.

La determinación de la forma de los enterramientos se considera por la posición anatómica, desde este punto vista la clasificación los agrupa si son directos o indirectos, individuales o múltiples, primarios o secundarios y un aspecto no menos importante si corresponden a las elites o de la población común, pero por lo general todos presentan un comportamiento que los hace particulares o especiales dentro de un sitio.

Ahora bien según Ruz puede afirmarse de manera general que todos los tipos de enterramientos y las circunstancias que los acompañan en el área maya, se encuentran también en otras partes del área mesoamericana (Ruz 1991:193), sin embargo también puede considerarse que las circunstancias son diferenciadas en cada región cultural, puesto que las costumbres y rituales tienen su propio apego y particulares incluso si se toma en cuenta que el espacio en si para el enterramiento es la tumba y está por si solo puede aportar muchos datos sin tomar en cuenta todos los elementos depositados después del primer ocupante (Chase y Chase 2010:168).

La evidencia material está constituida por la evidencia arqueológica, conformada por un gran contenido de restos materiales de distinto tipo, los estudios arqueológicos operan sobre estas evidencias y tratan de conocer los procesos por los que pasó desde el momento que fueron abandonados. Lo antes expuesto en su conjunto constituye el registro arqueológico. (Belleli 2001:63).

En los estudios arqueológicos toda la evidencia material debe ser catalogada de acuerdo a su procedencia y materia prima, todos los materiales procedentes de excavaciones o


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recolecciones sistemáticas, pasan por un riguroso sistema de selección, partiendo de la premisa que cada yacimiento es una mina rica en variedad de materiales, cerámica, lítica, huesos, conchas, semillas, carbón y otros materiales orgánicos, denominados generalmente como artefactos.

Los artefactos constituyen todo el bagaje cultural realizado por los grupos humanos y que forman parte de su existencia. La cerámica, la obsidiana, el basalto, la calcedonia, el pedernal, los huesos de animales, las conchas y todo tipo de materiales que fueron alterados por el hombre impregnado por una huella de uso es susceptible a un análisis que permita conocer a fondo sobre su uso y su función.

Distribución geográfica

La cuenca media del rio Motagua está comprendida desde la desembocadura del rio Guastatoya en el rio Motagua, ubicado entre los municipios de Sanarate, Guastatoya y Morazán en el departamento de El Progreso hasta el río Managua entre los municipios de Gualán Zacapa y Los Amates Izabal, de acuerdo a los últimos estudios realizados en el Reconocimiento y definición de la frontera occidental de la cuenca media del Rio Motagua. (Romero 2016).

Los entierros analizados en el presente estudio fueron localizados en diferentes sitios de la región, la gran mayoría fueron contextualizados con excavaciones sistemáticas y controladas y otros registrados en los diferentes reconocimientos arqueológicos, en donde las inspecciones de los espacios detectaron saqueos y la existencia de tumbas elaboradas, entierros simples y directos en los patios y plazas de los sitios. La muestra total de análisis consiste en 109 enterramientos, 21 fueron localizados en la parte sur del Motagua, distribuidos en los sitios La Reforma, Los Zanjones, Los Llanos, Antombrán, El Cantoral, El Chagüiton y La Laguna Figs. Y La mayoría fechados para el Preclásico, un total de 12, para el Clásico Temprano 1, Clásico Tardío 1 y 5 enterramientos coloniales. Fig. 105. El número indicado en el mapa corresponde a número de sitio indicado en la tabla de distribución de enterramientos en los sitios de la cuenca media del rio Motagua. Fig. 1 y 2


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Fig. 1. Ubicación y distribución de los enterramientos en la cuenca media del Río Motagua. Fuente elaboración Propia con base en datos de investigación 2018.


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Al norte del río fueron localizados 88 enterramientos distribuidos en los sitios Vega del Cobán, Marines, Los Chagüites, Maragüila, El Terón, Malena, Guaytán, El Sabilar, El Potrerito y lo de Vargas Figs. Y Es importante mencionar que 37 enterramientos fueron localizados en el sitio Vega del Cobán, excavados alternamente entre 1998 y 2017 por los proyectos de investigación Programa de Arqueológico del Motagua Medio PAMM, dirigido por Paredes y Romero 1998-2006 y Programa regional de Investigaciones Arqueológicas del Motagua Medio PRIAMM dirigido por Romero 2014-2018.

ENTERRAMIENTOS DE LA CUENCA MEDIA DEL RIO MOTAGUA

SITIOS ARQUEOLOGICOS

SUR DEL MOTAGUA

NORTE DEL MOTAGUA TOTAL

1 La Reforma 6 2 Los Zanjones 1 3 Antombrán 2 4 La Laguna 8 5 El Cantoral 1 6 Los Llanos 2 7 El Chagüiton 1 8 Vega Del Cobán 37 9 Los Palmares 1 10 Los Marines 1 11 Güijo 3 12 Uyús 2 13 El Coco 2 14 Los Chagüites 2 15 El Sabilar 1 16 Malena 9 17 El Terón 4 18 Guaytán 14 19 Lo de Vargas 5 20 El Potrerito 5 21 Maragüila 2 TOTAL 21 88 109 Fig. 2. Tabla de distribución de sitios de acuerdo a su ubicación en la ribera norte y sur del río Motagua y distribución de enterramientos en los sitios de la cuenca media del Río Motagua. Fuente elaboración Propia con base en datos de investigación 2018.


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Análisis y contextualización de los materiales asociados a los enterramientos.

La primera fase del análisis fue la identificación de la cantidad y clase de enterramientos identificados por sitio, lo que implica tomar como unidades arqueológicas los sitios con enterramientos y como situaciones la clase de enterramiento que se presenta en cada uno de los sitios. Este primer acercamiento tuvo como unidades 21 sitios arqueológicos a lo largo de la cuenca media del río Motagua, 6 se localizan en la ribera sur y 15 en la ribera norte. Como situaciones arqueológicas se tomaron 6 categorías como establecimiento de clase de enterramiento, cripta, cista, lajeado, arreglado, directos en la tierra y urnas.

Categoría de recintos mortuorios

Las criptas: son los recintos funerarios que presentan un alto grado de composición arquitectónica, pueden encontrarse en la región del Motagua dos tipos de criptas, con arco falso rematado con un caballete y criptas de techo corrido, pueden ser construidas dentro o afuera de las estructuras, así como también en patios y plazas. Las que presentan arco falso tienen la apariencia de una pequeña casa con techo de dos aguas y el techo corrido porque es plano logrado a través de la colocación de grandes lajas. Fig. 3

Cista: Es un recinto funerario formado por un pequeño muro de piedra y cubierto por lajas, en algunos casos las cistas tienden a confundirse con una tumba de techo corrido ya que presentan las mismas características, la diferencia es el tamaño y el grado de complejidad arquitectónica, las cistas pueden estar ubicadas dentro o afuera de las estructuras. Fig.4.

Fig. 3 Sección norte-sur de la Estructura C3-1 y la cripta que se localiza en ella. Fuente elaboración propia con base a datos de investigación


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Lajeado: es una forma de enterramiento poco común, se caracterizan por presentar una fila de lajas inclinadas a un costado del individuo, sin presentar ninguna protección aparente. Fig. 5.

Arreglado: es un tipo de enterramiento que presenta una composición diferente a los descritos anteriores, es evidente una preparación del suelo y el agreglado de capas de tierra diferentes a la matriz original, pequeños rellenos de área de rio, lascas de jade y otros minerales. También pueden considerarse la colocación de empedrados y pisos por debajo o encima de los individuos.Fig.6.

En tierra: considerados todos los enterramientos que fueron colocados en directamente en la tierra y no recibieron ningún otro tipo de arreglo. Por lo general fueron colocados por debajo de las estructuras previo a su construcción, en patios y plazas. Fig. 6

En urnas: son considerados los contenedores o recipientes utilizados para la colocación de uno o más individuos, en el caso del Motagua Medio, las urnas están conformadas por dos vasijas cerámicas, una olla o un cántaro como contenedor principal y un plato como tapadera. Hasta el momento solamente se han localizado tres. Fig. 7.

El resultado de la primera matriz presentó un total de 51 enterramientos en criptas, 11 en cista, 2 con lajas inclinadas, 11 presentaron un arreglo especializado en la preparación del suelo previo al depósito del cuerpo, 31 fueron colocados directamente en la tierra y 3 fueron colocados en urnas directas en el suelo, haciendo un total de 109 enterramientos distribuidos en ambas riberas del rio Motagua. Fig. 8.

Fig.4. Planta del CMM-E1, ejemplo de enterramiento en cista. Dibujo Ramírez

2018.


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Fig.5. Sección de enterramiento con evidencias de lajas inclinadas. Fuente elaboración propia con base en datos de investigación 2018.


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Fig.6 . Perfil de la excavación con ejemplos de enterramientos arreglados y, enterramientos colocados directos en la tierra y colocados en urnas. Fuente elaboración propia con base en datos de investigación 2018.


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Fig. 7. Planta general de la localización de la urna funeraria 2 (CMM-E70) en el sitio Vega del Cobán. Fuente elaboración propia con base en datos de investigación 2018.


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Matriz identificación de formas de enterramientos

UN

IDA

DES

AR

QU

EOLO

GIC

AS

SITUACIONES ARQUEOLOGICAS

No. SITIO CRIPTA CISTA LAJEADO ARREGLADO EN TIERRA URNAS Total

1 LA REFORMA 6 6

2 LOS CHAGÜITES

2 2

3 MARAGÜILA 2 2

4 EL TERON 4 4

5 GUAYTAN 10 4 14

6 LO DE VARGAS 5 5

7 MARINES 1 1

8 LOS LLANOS 1 1 2

9 VEGA DEL COBAN

7 5 2 10 10 3 37

10 LOS ZANJONES 1 1

11 LA LAGUNA 8 8

12 MALENA 9 9

13 EL SABILAR 1 1

14 EL POTRERITO 5 5

15 ANTOMBRAN 2 2

16 EL CANTORAL 1 1

17 EL CHAGÜITON

1 1

18 GÜIJO 3 3

19 UYUS 2 2

20 EL COCO 2 2

21 LOS PALMARES 1 1

51 11 2 11 31 3 109

Fig.8. Frecuencia y distribución de enterramientos por sitio. Fuente elaboración propia con base en datos de investigación 2018.

Categorización de materiales asociados

En la aplicación de la segunda matriz de análisis se tomaron como unidades arqueológicas cada uno de los entierros localizados y como situaciones el tipo de evidencia asociada, para determinar la frecuencia de los diferentes materiales que son utilizados en la composición de cada recinto mortuorio. Como unidades arqueológicas de análisis se utilizó la totalidad de los enterramientos teniendo una muestra total de 109, como situaciones arqueológicas fueron determinadas 12 categorías.


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Vasijas: son objetos cerámicos completos y semi-completos, por lo general son identificados como ofrendas, pero en realidad la mayoría son utilizados como contenedores para las ofrendas de materiales orgánicos que acompañan al o los individuos. Las vasijas cerámicas juegan un papel de mucha importancia en el descubrimiento de un enterramiento. Son consideradas como un indicador temporal, aunque muchas veces no reflejan el tiempo momento de su creación. Fig.9.

Restos cerámicos: a diferencia de las vasijas completas y semi-completas, ayudan a determinar las secuencias cronológicas, y permiten realizar una correlación estratigráfica en relación a las vasijas completas localizadas como ofrendas.

Deposito especial: Se considera depósito especial a la colocación de un grupo de objetos de un mismo o varios materiales, en algunas ocasiones pueden ser considerados como escondites. También pueden ser considerados desechos de materiales orgánicos e inorgánicos, muchas veces se denominan basureros.

Objetos de Obsidiana: son parte de las ofrendas depositas en los enterramientos, pero la categoría de ofrenda se le otorga de cuerdo al contexto de su hallazgo de lo contrario son tomados como materiales arqueológicos de contexto estratigráfico al igual que los objetos cerámicos.

Objetos de Concha: pueden ser encontradas las valvas intactas o trabajadas, también se encuentran fragmentos de objetos y objetos terminados como parte de ornamentos de diferente uso. Dentro de esta categoría se incluyeron los jutes que por su naturaleza son muy abundantes y se encuentran con la colilla cortada en contextos de desecho y enteros en contextos funerarios.

Fig.9. Proceso de excavación del enterramiento CMM-E60 del sitio La Laguna, Cabañas, Zacapa. Fotografía Romero 2015. Fuenteelaboración propia con base en datos de investigación 2018.


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Objetos de Jade: son considerados como piezas completas o semi-completas s, que formaban parte del ajuar de los individuos, no debe confundirse con una ofrenda, ya que las ofrendas tienen otro significado dentro del proceso de enterramiento. Los objetos de jade son parte de las pertenencias del individuo.

Lascas y fragmentos de jade: siendo la región un lugar de desbastación y producción de objetos de jade, es muy común localizar fragmentos grandes y pequeños asociados a los lugares de enterramientos. Pueden marcar temporalidad de acuerdo al tipo y coloración de los fragmentos (Romero 2017).

Elementos arquitectónicos: se consideran todos aquellos espacios y arreglos elaborados directamente para la colocación del enterramiento.

Espacio del enterramiento: se refiere al espacio donde está contenido el enterramiento, existiendo las subcategorías de cista, cripta, urna y en la tierra, esta última no debe confundirse con los entierros directos.

Ubicación del enteramiento: es la ubicación geográfica donde se localiza el enterramiento, pueden considerarse los patios, plazas y el interior de las edificaciones.

Otros Materiales: la categoría fue determinada para englobar aquellos materiales arqueológicos que, por su frecuencia, no son muy comunes pero que es necesario su consideración como un elemento indicativo.

El resultado del análisis de la matriz de asociación de materiales sirvió para determinar la frecuencia de las categorías asociadas y que reflejan la importancia de la contextualización de los materiales que pueden ser parte de todo un sistema de enterramiento y que reflejan una realidad muchas veces olvidada en el estudio y análisis de los patrones funerarios.


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En la primera matriz de evidencias asociadas se determinó que de 20 enterramientos 10 contenían vasijas completos y semi completas, en 13 casos fueron rescatados materiales cerámicos asociados, solamente 1 estuvo asociado a un deposito especial, 7 presentaron navajas de obsidiana y 2 con objetos de jade. Los 20 se encontraron asociados a elementos arquitectónicos. De acuerdo al espacio 6 fueron colocados directamente en la tierra, 5 en cistas, 3 en criptas, 4 en cajas de madera y 2 como parte del relleno de una construcción y en la categoría de ubicación, 10 se localizaron en patios y los otros 10 en las estructuras. Fig. 10.

La segunda matriz, constituida por los enterramientos del CMM-E21 al CMM-E40, mostraron la situación asociativa de los materiales localizados, 14 enterramientos presentaron vasijas colocadas como ofrendas dispuestas muy cerca a los individuos. Los 20 presentaron fragmentos de cerámica considerados dentro de los tipos de materiales cerámicos que pueden localizarse al momento de la excavación. 10 presentaron asociación de depósitos espaciales consistentes en concentración de materiales cerámicos, ceniza, tierra fina y fragmentos de navajas de obsidiana entre otros.

Es oportuno mencionar que la obsidiana asociada a los enterramientos se divide en dos: los fragmentos que son parte del sistema estratigráfico y los objetos completos y semi completos que forman parte de las ofrendas o pertenencia de los individuos. Solamente un entierro presentó un objeto trabajo en concha y 5 tenían jutes como parte del depósito del relleno.

Dos enterramientos tenían un objeto de jade asociado a sus ofrendas, y 6 presentaron lascas de jade dentro de los rellenos, lo que implica la posibilidad de asociarlos con actividades de producción de artefactos de jade. De los 20 enterramientos analizados en esta matriz 2 no

Fig. 10. Matriz 1. Evidencias arqueológicas asociadas. Fuente elaboración propia con base en datos de investigación 2018.


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fueron asociados a ningún elemento arquitectónico, el resto estuvieron ligados a empedrados, piso, criptas, rocas y lajas.

Otros materiales como, calcedonia, pómez, basalto, pirita, mica, lajas y cuarzo fueron contabilizados dentro de los espacios funerarios, es posible que no todos hayan sido dejados con intencionalidad durante el ritual de enterramiento a excepción de los fragmentos de objetos de mica y pirita.

En relación al espacio del enterramiento 11 fueron colocados directamente en la tierra, 5 fueron colocados en cistas y 4 en criptas. Las ubicaciones de los enterramientos en su mayoría fueron colocados en los patios de los conjuntos residenciales únicamente la cripta identificada como CMM-E21 y la cista CMM-E 23 fueron colocadas dentro de una estructura. Fig. 11.

La tercera matriz, constituida por los enterramientos del CMM-E41 al CMM-E60, mostraron la situación asociativa de los materiales localizados, 16 enterramientos presentaron vasijas colocadas como ofrendas dispuestas muy cerca a los individuos. 16 presentaron fragmentos de cerámica considerados dentro de los tipos de materiales cerámicos que pueden localizarse al momento de la excavación. 3 presentaron asociación de depósitos espaciales consistentes en concentración de materiales cerámicos, ceniza, tierra fina y fragmentos de navajas de

Fig. 11. Matriz 2, evidencias arqueológicas asociadas. Fuente elaboración propia con base en datos de investigación 2018


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obsidiana entre otros y solamente uno presento navajas de obsidiana como parte de las ofrendas o pertenencias.

Tres enterramientos tenían objetos de jade asociado a sus ofrendas, y 11 presentaron lascas de jade dentro de los rellenos, lo que implica la posibilidad de asociarlos con actividades de producción de artefactos de jade. De los 20 enterramientos analizados todos fueron asociados a elementos arquitectónicos, empedrados, piso, criptas, estructuras y lajas. Únicamente tres enterramientos presentaron calcedonia, dentro de los espacios funerarios.

En relación al espacio del enterramiento 9 fueron colocados directamente en la tierra, 5 fueron colocados por debajo de los pisos, 1 en cista y 5 en criptas. Las ubicaciones de los enterramientos en su mayoría fueron colocados en los patios de los conjuntos residenciales y 5 fueron colocadas dentro de una estructura. Fig. 12.

La cuarta matriz, constituida por los enterramientos del CMM-E61 al CMM-E80, mostró la situación asociativa de los materiales localizados. Únicamente 4 enterramientos presentaron

Fig. 12. Matriz 3, evidencias arqueológicas asociadas. Fuente elaboración propia con base en datos de investigación 2018.


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vasijas colocadas como ofrendas, en 9 fueron recuperados fragmentos de cerámica, considerados dentro de los tipos de materiales cerámicos que pueden localizarse al momento de la excavación. 5 presentaron asociación a depósitos espaciales consistentes en grandes concentraciones de materiales cerámicos, ceniza, tierra fina y fragmentos de navajas de obsidiana entre otros y 5 presentaron navajas de obsidiana como parte de las ofrendas o pertenencias.

Únicamente 2 tenían objetos de concha, en el caso del CMM-E66, orejeras y el CMM-E67 presentó una concha bivalva con decoración incisa, se considera que este objeto era parte de las pertenencias del individuo 2 del recinto funerario. 5 enterramientos tenían objetos de jade asociado consistieron en cuentas de jade, y 5 presentaron lascas de jade dentro de los rellenos, lo que implica la asociación directa con actividades de producción de artefactos de jade. Los enterramientos CMM-E63 y CMM-E64 fueron casos excepcionales ya que la cantidad de pequeñas lascas y desechos de jade fue contabilizado en miles, teniendo una connotación diferencia al resto de enterramientos donde fueron recuperados fragmentos de lascas.

Fig. 13. Matriz 4, evidencias arqueológicas asociadas. Fuente elaboración propia con base en datos de investigación 2018.


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De los 20 enterramientos analizados 17 fueron asociados a elementos arquitectónicos, consistentes en criptas y lajas, 3 no presentaron ninguna asociación, 4 tuvieron calcedonia, uno figurillas y otro pómez de diferentes tamaños.

En relación al espacio del enterramiento 5 fueron colocados directamente en la tierra, uno en una urna funeraria consistente en dos vasijas cerámicas, uno en cista y 13 fueron colocados en criptas. La ubicación de los enterramientos 13 fueron localizados en estructuras, 6 en los patios de los conjuntos residenciales y 2 fueron colocadas dentro de las escalinatas. Fig. 13.

La quinta matriz, constituida por los enterramientos del CMM-E81 al CMM-E100, no fue posible realizar una contextualización completa, únicamente se analizaron las categorías de elementos arquitectónicos, espacio del enterramiento y ubicación del enterramiento, debido a que todos los recintos fueron saqueados. Los 20 enterramientos fueron colocados en criptas construidas dentro de las estructuras, a excepción del enterramiento CMM-E90 localizado en el sitio Malena, la cripta fue construida por debajo del piso de la cancha del juego de pelota, hasta el momento es el único ejemplo que se tiene de un enterramiento en estos complejos arquitectónicos. Fig. 14.

Fig. 14. Matriz 5 evidencias arqueológicas asociadas. Fuente elaboración propia con base en datos de investigación 2018.


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La sexta matriz, constituida por 9 enterramientos registrado del CMM-101 al CMM-E109, de 6 no fue posible realizar una contextualización completa, únicamente se analizaron las categorías de elementos arquitectónicos, espacio del enterramiento y ubicación del enterramiento, debido a que todos los recintos fueron saqueados. Los 6 enterramientos fueron colocados en criptas, construidas dentro de las estructuras, a excepción de lo enterramiento CMM-E108 y CMM-E109 localizado en patios, consiste en una urna funeraria asociada a un empedrado y el otro colocado directamente en la tierra con una sola vasija cerámica asociada. Fig. 15.

Consideraciones finales.

La excavación de los espacios funerarios es una tarea que presenta grandes retos para los arqueólogos, deben considerarse como excavaciones extraordinarias y su tratamiento debe ser diferenciado de las excavaciones comunes; si se toma en cuenta que, al momento del hallazgo se tienen al frente una evidencia que muestra en si misma a los actores principales del grupo cultural al que se investiga.

Los contextos que se asocian directa e indirectamente con los enterramientos son muy diversos, los investigadores deben tener la capacidad para observar toda el cumulo de información que acompaña a un enterramiento, dejando de lado la pasión que invade tan afortunado hallazgo, existe una inclinación muy grande por la recuperación de los objetos que acompañan al o los individuos, sin tomar en cuenta información muy valioso en relación al

Fig. 15. Matriz 6, evidencias arqueológicas asociada. Fuente elaboración propia con base en datos de investigación 2018.


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individuo en sí. Otro error muy marcado, más que evidente al momento de un hallazgo es realizar una aproximación de forma y posición y tratar de identificar la edad o sexo, sin llegar a estudios profundos bajo análisis que deberían practicarse bajo los parámetros y metodología de la arqueología fórrense y la arqueología física. Claro está que el tema de los recursos que se invierten en estos análisis es muy elevado y muchas veces es imposible realizarse, así como también otro tipo de análisis que requieren de estudios en el extranjero y más aún contar con un especialista de esta clase como personal activo de un proyecto de investigación.

En la cuenca media del río Motagua se ha realizado una tarea por identificar los contextos que se asocian a una práctica funeraria y la connotación que representan al momento de ser excavados. En muchas ocasiones los entierros no presentan ningún tipo de material asociado, carecen de ofrendas u objetos dejados como parte del ajuar funerario, por lo general las descripciones e interpretaciones son carentes de información importante finalizando con la frase ¨ no se encontró ningún material asociado¨.

Ahora bien qué tipo de materiales o qué tipo de contextos están asociados a los enterramientos, se debe partir de dos grandes generalidades que son parte fundamental del contexto, la tumba y la sepultura; la primera hace referencia a cualquier edificación que fue construida con la finalidad de depositar los cuerpos inertes, también pueden ser llamadas criptas, por lo general pueden ser reutilizadas en tiempos prudenciales y acomodar los huesos en espacios que pueden ser denominados como osarios. Por otro lado, el termino sepultura se refiere principalmente al espacio donde se coloca un individuo tras su fallecimiento, es el espacio en si donde se realiza el entierro (Aliaga 2012:15), las sepulturas pueden o no tener rasgos constructivos asociados en otros términos es el foso excavado directamente en la tierra.

Para el análisis de los materiales asociados a los enterramientos se debe partir de tres importantes connotaciones, según Harris existen tres tipos de hallazgos a los que se deben prestar mucha atención para la interpretación de datos como resultados de las excavaciones, denominados como: Hallazgos originales, Hallazgos residuales y hallazgos infiltrados (Harris 210: 1991).

Para efectos de la presente investigación lo que Harris ha denominado como Hallazgos, ha sido llamado como materiales y clasificados como materiales originales, materiales residuales y materiales infiltrados. Los materiales originales son todos aquellos que corresponden a la misma época en que los enterramientos fueron realizados, tienen correspondencia con los objetos y los estratos asociados al entorno momento. El entorno momento es el tiempo y espacio en donde suceden los acontecimientos y dan lugar a la formación del registro arqueológico.

Los materiales residuales son todos los objetos que fueron realizados durante una época anterior al entorno momento, el hallazgo de estos materiales puede corresponder a


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importaciones de tierra de otros lugares más antiguos y utilizados como rellenos o puede darse como parte de almacenamiento o resguardo de objetos de valor sentimental dentro de un grupo familiar. El análisis de los materiales residuales es muy importante ya que indican ocupaciones previas en un asentamiento, lo que implica la intensificación de las excavaciones para la ubicación de los sectores más antiguos en un sitio prehispánico.

También se puede encontrar otro tipo de materiales llamados infiltrados, posiblemente son los materiales que más problemática causan, ya que corresponden a una etapa más reciente del entorno momento y determinar las causas de su aparecimiento en contextos originales pueden deberse a movimientos de tierra por causas naturales, por derrumbes en las excavaciones y descuido de los investigadores.

Materiales cerámicos: cerámicos son los contextos más abundantes y por lo general son las evidencias utilizadas para ubicar las secuencias cronológicas de los enterramientos, así como también son los materiales que se pueden encontrar en los tres estados de hallazgos de acuerdo a la clasificación tipos de materiales descritos con anterioridad.

Hay dos clases de materiales cerámicos asociados a los enterramientos, los fragmentos de cerámica que forman parte de las secuencias estratigráficas y son hallados en los diferentes estratos de deposición y los objetos cerámicos que fueron colocados como ofrendas al momento de realizar los enterramientos. Los materiales cerámicos juegan un papel muy importante ya que la mayoría de objetos dejados en un entierro corresponden a vasijas cerámicas, pero también presentan un problema, no todas las vasijas corresponden al mismo periodo, algunas fueron elaboradas para eventos especiales como el momento del enterramiento y otras corresponden a objetos personales o reliquias familiares trasmitidas por generación. Fig. 16.

Fig.16. Ofrendas cerámicas localizadas en el enterramiento CMM-E18 Vega del Cobán. Fotografía Luis Romero 2001.


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Materiales líticos: dada las materias primas utilizadas para la elaboración de artefactos, pueden ser muy variados en la región del Motagua, es muy frecuente encontrar principalmente obsidiana, pueden hallarse dos clases, materiales asociados a los estratos y materiales como ofrendas. Fig. 17.

Otro tipo de materiales líticos son las puntas de calcedonia,(Fig. 18) objetos de basalto, piedras y manos de moler, artefactos de pómez, como objetos circulares o rostros antropomorfos, objetos de jade, cuentas, orejeras tubos cilíndricos y colgantes, este último asociado a un contexto directo del enterramiento, y los otros encontrados dentro del material de escombro producto del saqueo, pero seguramente correspondían al ajuar funerario de los individuos enterrados. Fig. 17.

Objetos de concha y osteoqueráticos: no son muy frecuentes pueden ser parte de los objetos colocados como ofrendas, hasta el momento se han localizado en contextos funerarios tres valvas de concha dos corresponden al mismo espécimen, encontrado como ofrenda en la tumba 5 de Vega del Cobán y la otra una valva de concha espondilos, localizado en contextos de escombro en la estructura B3-1. Por otro lado, se han localizado fragmentos de puntas de astas de venado y falanges de jaguar y venado y agujas hechas de hueso y espinas de mantarraya.

Fig. 18. Artefactos de sílice asociados al enterramiento CMM-E64 de Vega del Cobán. Fotografía Luis Romero 2017

Fig. 17. Objetos de Obsidiana asociados al enterramiento CMM-E65 del sitio Vega del Cobán. Fotografía Luis Romero. 2017.


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Materiales de construcción: pueden considerarse como materiales residuales, aunque no existe mucha diferencia en cuanto su uso como materiales constructivos y el entorno momento. Los recintos mortuorios o tumbas pueden estar construidas de diferente forma y distintos materiales constructivos, se pueden enumerar rocas de canto de rio y cocas careadas que de acuerdo a la temporalidad puede ser su utilización, lajas de esquistos que forman los techos de las tumbas y rocas de granito utilizadas como contrapesos, bolas de pómez colocadas sobre los techos para liberar peso y presión, revestimiento utilizado como estuco a base de limo y arcillas finas.

Para la construcción de pisos fueron utilizadas rocas con forma de discos, elaborados de basalto y granito, fueron encontrados como pisos y banquetas dentro de las tumbas, así como también rellenos de arena de lecho de rio de color amarillo, con la finalidad de aislar la matriz del suelo y los muros de las tumbas y trasladar la humedad del interior de las tumbas hacia las partes bajas de la cimentación permitiendo la absorción del suelo natural. Para reafirmar esta hipótesis es necesario realizar más estudios contextuales que nos permitan inferir sobre el uso detallado de los rellenos de arena. Fig.19

Sin duda alguna los materiales asociados a los enterramientos aportan una serie de información muy valiosa para la investigación arqueológica, es necesario centrar la atención en la recuperación y estudio de estos materiales ya que pueden aportar aspectos que ayuden a descifrar importantes datos escondidos tras la evidencia olvidada.

Fig.19. Entrada de cámara funeraria en el sitio arqueológico Los Chagüites.Elementos arquitectónicos asociados. Fosforografía Luis Romero 2018.


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Evidencias Arqueológicas Asociadas a los Enterramientos en